Desde hace 8 años, el grado de Ingeniería Multimedia imparte el 4º curso utilizando Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) e integrando a todas las asignaturas en él. El programa ha tenido mucho éxito, pero siempre ha acusado un problema, la evaluación. Al tratarse de un trabajo en grupo altamente colaborativo, que integra a todas las asignaturas del curso y que durante los dos semestres trabaja en un único gran proyecto, es muy difícil discernir el trabajo real realizado por cada componente del equipo, produciéndose descompensaciones o incluso malas prácticas. Durante años, se ha tratado de adoptar medidas para paliar esta situación, pero persisten algunas disfunciones. Para solucionarlo, hemos diseñado e implantado una metodología de coevaluación, alineada con la gestión del programa ABP y que persigue dos objetivos: procurar un reparto de nota asociado con el esfuerzo individual realizado, basado en información objetiva y cuantificable, junto con una evaluación formativa y sumativa justa; y desarrollar las habilidades blandas imprescindibles hoy en día en entornos de trabajo colaborativos. En este artículo presentamos la herramienta de coevaluación desarrollada, la valoración realizada sobre la herramienta por las/os participantes en la experiencia y exalumnos de años anteriores, y los resultados obtenidos hasta la fecha.
Esta herramienta se alinea perfectamente con la metodología docente. La herramienta hace partícipe al alumnado de su propia evaluación, pero también le hace más consciente de su trabajo frente al grupo. A través de ella, el profesorado puede conocer desde el principio si alguien no está trabajando adecuadamente, y además ese mismo estudiante también lo puede ver, lo que permite activar medidas correctivas y no sufrir las consecuencias al final, cuando se tensiona el grupo y los resultados ya no pueden recuperarse.
La herramienta permite generar una evaluación continua real, iteración tras iteración, que el alumnado podrá utilizar como indicador de su progreso y obtener así una evaluación formativa en varias dimensiones a lo largo del todo el curso. Al mismo tiempo, la acumulación de esta evaluación se utilizará para modular la evaluación sumativa final, reconociendo así el trabajo las/os integrantes del grupo que más aportan al proyecto ABP. Al ser el profesorado quien determina el porcentaje de nota que se reparte, sigue asegurándose el control de la nota, y el alumnado, al ver que su trabajo es reconocido, también se siente motivado a continuar trabajando, aunque otras/os componentes del grupo no lo hagan. La herramienta ha sido evaluada por todas/os los participantes en el proceso, observándose que en general es aceptada y percibida de forma favorable. Es destacable que los exalumnos valoren la herramienta aún mejor que los actuales, lo que podía esperarse pues conocen los problemas que acarrea tener a alguien en el grupo que no trabaja al mismo ritmo que los demás. El objetivo de la coevaluación no es penalizar, sino ajustar la nota en base al esfuerzo, y si un/a estudiante quiere trabajar para obtener la máxima nota pueda obtenerla, y si otra/o quiere trabajar para sólo para aprobar no lastre al resto de sus compañeras/os.
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