David Pérez López, Juan A. Párraga Montilla , Manuel Villar Ortega, Emilio Damián Lozano Aguilera
La práctica con regularidad de actividad física supone un importante beneficio para la salud. Conocer los factores que inciden en los hábitos de los escolares puede llevarnos a realizar programas dirigidos a la mejora de su rendimiento académico y a la promoción de la salud. El objetivo fue conocer los hábitos de práctica de alumnos de tercer ciclo de Educación Primaria, la relación entre el rendimiento académico y lo aprendido en clase y su transferencia a la frecuencia de práctica y al tipo de actividades. Participaron 136 alumnos (10-13 años), de 5º y 6º curso. Se emplearon 2 cuestionarios (OMS y PAQ–C).
Considerándose tres variables pivotes (media calificaciones, pregunta 66 y pregunta 67 del cuestionario OMS), que se relacionaron con frecuencia de práctica, nivel de activación, actividades deportivas y otras variables. Los resultados muestran que la mayoría dedican menos de 2 horas diarias a actividades sedentarias, con baja frecuencia de práctica de actividad física. Van caminando al colegio y tardan entre 10 y 20 minutos. Participan en actividades dentro de la escuela y en menor media en las organizadas por el Ayuntamiento. Además, se observan relaciones significativas entre lo aprendido en clase y la frecuencia de práctica, el nivel de activación en clase y la participación en actividades extraescolares. Con una débil asociación entre el rendimiento académico y la participación en deportes. En conclusión, la frecuencia de práctica es baja y generalmente se produce en el contexto escolar. Siendo los desplazamientos al colegio y los recreos activos espacios que contribuyen a elevar el gasto energético.
Además, la enseñanza en clase eleva el nivel de activación de los alumnos, incrementa su frecuencia de práctica y la variedad de actividades, promoviendo la participación en actividades realizadas fuera del colegio.
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