Jaén, España
La práctica con regularidad de actividad física supone un importante beneficio para la salud. Conocer los factores que inciden en los hábitos de los escolares puede llevarnos a realizar programas dirigidos a la mejora de su rendimiento académico y a la promoción de la salud. El objetivo fue conocer los hábitos de práctica de alumnos de tercer ciclo de Educación Primaria, la relación entre el rendimiento académico y lo aprendido en clase y su transferencia a la frecuencia de práctica y al tipo de actividades. Participaron 136 alumnos (10-13 años), de 5º y 6º curso. Se emplearon 2 cuestionarios (OMS y PAQ–C).
Considerándose tres variables pivotes (media calificaciones, pregunta 66 y pregunta 67 del cuestionario OMS), que se relacionaron con frecuencia de práctica, nivel de activación, actividades deportivas y otras variables. Los resultados muestran que la mayoría dedican menos de 2 horas diarias a actividades sedentarias, con baja frecuencia de práctica de actividad física. Van caminando al colegio y tardan entre 10 y 20 minutos. Participan en actividades dentro de la escuela y en menor media en las organizadas por el Ayuntamiento. Además, se observan relaciones significativas entre lo aprendido en clase y la frecuencia de práctica, el nivel de activación en clase y la participación en actividades extraescolares. Con una débil asociación entre el rendimiento académico y la participación en deportes. En conclusión, la frecuencia de práctica es baja y generalmente se produce en el contexto escolar. Siendo los desplazamientos al colegio y los recreos activos espacios que contribuyen a elevar el gasto energético.
Además, la enseñanza en clase eleva el nivel de activación de los alumnos, incrementa su frecuencia de práctica y la variedad de actividades, promoviendo la participación en actividades realizadas fuera del colegio.
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