Es posible resolver la ecuación de segundo grado con una calculadora científica de bolsillo sencilla. No es necesario efectuar ninguna anotación intermedia, no existe ningún tipo de truncamiento ajeno al propio proceso de presentación de los datos, y las raíces tienen la exactitud de los dígitos que permita la pantalla. Todo ello se puede conseguir a partir de una pequeña modificación de la ecuación de segundo grado y del uso de un algoritmo ingenioso
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