, Carlos Amuchastegui Uriarte
, José Miguel Blanco Arbe (ed. lit.)
, Montse Maritxalar Anglada (ed. lit.)
, 2013, ISBN 978-84-9860-825-0, págs. 165-170En el curso 2010-2011 nos apuntamos en el programa Eragin, con el objetivo de conocer las posibilidades de la metodología activa de aprendizaje basada en proyectos (PBL, en inglés) y ponerla en práctica en nuestra asignatura. En el programa realizamos una propuesta de adecuación de nuestra asignatura, en su totalidad, basándola toda ella en metodologías activas, concretamente aprendizaje colaborativo basado en problemas y en proyectos. Durante el curso siguiente, 2011-2012, llevamos a cabo el cambio metodológico en el aula, y utilizamos metodologías activas con nuestros estudiantes. La experiencia fue estimulante y enriquecedora, tanto para los estudiantes como para los profesores. Por ello, cuando, en la convocatoria de 2012, los responsables del programa Eragin nos propusieron convertirnos en tutores de nuestros colegas de la facultad, no lo dudamos, y aceptamos gustosamente. Y esta nueva experiencia también ha resultado muy enriquecedora: por una parte, porque hemos podido ayudar a nuestros compañeros a superar los miedos y recelos iniciales, tal y como nos ayudaron a nosotros nuestros tutores; y, por otra parte, porque eso nos ha proporcionado la posibilidad de reflexionar sobre el proceso de transformación de nuestra actividad docente, desde un punto de vista externo, libres de la vorágine en la que estábamos inmersos cuando estábamos preparando nuestra propia planificación. De hecho, dentro de la vorágine, “los árboles no dejan ver el bosque”, pero como tutor se cuenta con otra tranquilidad, como observador externo, lo que da opción a afilar más los sentidos, por lo que, además de ayudar a nuestros compañeros, simultáneamente se pueden extraer conclusiones válidas para la actividad docente propia, porque las relaciones son bidireccionales, entre iguales, en definitiva.
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