En ciencias aplicadas, uno de los mayores retos es la verificación de hipótesis. Por ello, a la hora de testear premisas es necesario crear y refinar conceptos, prototipos y pruebas. Los prototipos sirven para evaluar los nuevos productos y servicios bajo diversas condiciones, entre ellas los test de viabilidad y aceptación del público. El problema es que su desarrollo requiere mucho tiempo y esfuerzo, y necesitan de instalaciones y maquinaria costosas. Los prototipos, en función de las pruebas a las que sean sometidos, pueden llegar a ser descartados, dañados o incluso destruidos, implicando un desperdicio de esfuerzo y materiales. Otras actividades, como el adiestramiento de profesionales, requieren la intervención de personas reales, el empleo de recursos y el uso de maquinaria real, lo que implica unos costes y riesgos considerables. Concretamente, el entrenamiento de los profesionales médicos implica aprender y practicar sobre pacientes reales, con los riesgos que ello supone. Además, ciertas dolencias son difíciles de reproducir, limitando el aprendizaje que se puede adquirir. Afortunadamente, gracias al desarrollo de la informática gráfica, ahora es posible crear escenarios y modelos virtuales, lo cual brinda incontables ventajas en numerosos campos. No solo es posible crear prototipos virtuales, que permite rápidas pruebas y modificaciones, sino que también es posible crear simuladores de entrenamiento y sistemas de planificación de resultados. Las aplicaciones de Realidad Virtual (RV), en combinación con los simuladores basados en físicas, son capaces de emular la realidad. Si bien, para ser completamente útiles han de ser totalmente inversivos y dar respuesta al usuario a ritmos interactivos.
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