La utilización de los sistemas e-Learning ha experimentado un gran incremento en los últimos años debido sobre todo a las numerosas posibilidades que nos ofrece su tecnología para el aprendizaje. De hecho, hoy en día es una práctica habitual utilizarlos para complementar la enseñanza tradicional aprovechando las nuevas posibilidades que nos aportan. Otra causa de este incremento en la actualidad se debe a que la implementación del llamado Plan Bolonia ha hecho que la mayoría de universidades europeas pongan en marcha programas de innovación docente, que entre otras cosas, implica el uso de nuevas tecnologías de enseñanza y aprendizaje. Además, estos sistemas se están empezando a utilizar fuera del ámbito de las universidades. Así, podemos encontrar ejemplos en otros ámbitos como la enseñanza secundaria, musical y los cursos de formación de las empresas.
La principal característica que aportan estos sistemas es proporcionar tanto a profesores como estudiantes nuevas formas de transmitir, organizar, presentar y almacenar los contenidos educacionales. Sin embargo, esta mayor interactividad y flexibilidad, que constituyen ventajas a la hora de intentar mejorar el proceso de aprendizaje, se convierten en grandes dificultades al realizar las tareas de diseño y evaluación.
Los responsables de estas tareas son los profesores, por ser quienes poseen los conocimientos y experiencias necesarios. La tarea de diseñar un curso es compleja, pues no sólo se deben diseñar sus contenidos, sino también el orden en el que deben ser presentados para su máximo aprovechamiento y cómo debe ser su presentación. En el ámbito de los sistemas e-Learning a esta complejidad hay que añadir la dificultad de que el diseño debe seguir las especificaciones impuestas por cada sistema. Afortunadamente, los profesores cuentan, por lo general, con la ayuda de herramientas de autor, incluidas en muchos de estos sistemas. Sin embargo, son pocos los sistemas que incluyen métodos o herramientas de evaluación, a pesar de la importancia que este proceso de su evaluación tiene, para mejorar un curso e-Learning. Este proceso trata de responder a las preguntas sobre si los contenidos proporcionados por el curso fueron adecuados para todos los estudiantes, o si el orden de presentación fue adecuado, etc. En resumen, esta evaluación consiste en valorar la eficacia del curso, en el sentido de medir su utilidad para el estudiante.
© 2008-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados