Los sistemas informáticos se han vuelto vitales en el desarrollo de nuestra sociedad.
En múltiples ámbitos de trabajo, se hace uso de ordenadores cada vez más potentes que tienen un gran consumo energético.
Ordenadores de sobremesa y móviles han comenzado a compartir arquitecturas muy similares a las usadas en el campo de la supercomputación de altas prestaciones.
Actualmente existe el reto de seguir aumentando la capacidad de cálculo y extender el uso de la computación a todos los ámbitos de la vida diaria, sin multiplicar el consumo energético, que de no conseguirse haría imposible costear la infraestructura necesaria.
Este trabajo realiza múltiples estudios analíticos y de optimización del comportamiento energético de los sistemas computacionales heterogéneos actuales, con el objetivo de mejorar el consumo energético.
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