Ana Belén Casas Gutiérrez
La adopción de nuevos enfoques de aproximación al estudio de la discapacidad intelectual ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer sistemas de clasificación y de diagnóstico multidimensionales que permitan la realización de evaluaciones acordes a las necesidades particulares de cada persona. Para ello, es fundamental el uso de instrumentos psicométricamente válidos y acordes a la actual definición de discapacidad intelectual que implica la consideración de tres criterios fundamentales; la existencia de limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual, junto con limitaciones significativas en conducta adaptativa, presentes antes de los 18 años. Así, el hecho de que la existencia de limitaciones significativas en conducta adaptativa se constituya como una condición necesaria, aunque no suficiente para el diagnóstico, ha dado lugar en las últimas décadas al desarrollo de una gran variedad de instrumentos normativos y criteriales de evaluación cuyas propiedades psicométricas, en ocasiones, se tornan cuestionables.
En este estudio, se analiza la estructura factorial de la conducta adaptativa a través del Inventario para la Planificación de Servicios y Programación Individual, ICAP (Montero, 1996), herramienta con más de veinte años ininterrumpidos de uso profesional en nuestro país y que, durante mucho tiempo, ha sido la única escala normativa de conducta adaptativa en lengua castellana y baremada en nuestro entorno con una muestra representativa de la población general. Además, se persigue la obtención de evidencias que permitan comprobar en qué medida el inventario puede contribuir al estudio de personas jóvenes y adultas con discapacidad intelectual a través de las variables personales y contextuales que la herramienta mide o registra en una muestra de personas con discapacidad usuarias y/o empleadas en talleres ocupaciones o centros especiales de empleo de la comunidad Valenciana y de Bizkaia.
© 2008-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados