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Resumen de Diseños de métodos de comunicación virtuales para personas con discapacidad sensorial

Diego Leonardo Heredia

  • El presente trabajo de tesis Doctoral ha sido desarrollado con el fin de apoyar a los niños sordos tomando como referencia a los alumnos de la escuela de educación especial Nº 31 “Luisa María Sesin”, mediante el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, con un gran interés educativo para los niños, logrando la interacción y el desarrollo de destrezas con mayor rapidez y fluidez enfocado a lo lúdico, permitiéndoles aprender de una manera fácil y entretenida, sin tener que recurrir a medios clásicos y tangibles para el aprendizaje tradicional. La educación en el desarrollo de toda persona es indispensable, ya que mejora la participación en la vida social, cultural y política de la sociedad. Es fundamental que la educación se apoye en ciencias como la informática, la pedagogía y la comunicación, permitiendo reforzar el proceso de enseñanza y aprendizaje procurando ser más atractivo, entretenido y dinámico. El objetivo del trabajo de tesis doctoral es mostrar la investigación y diseño que permita aumentar la motivación en niños con discapacidad auditiva, que oscilan entre los 7 a 14 años de edad a través de este recurso, es posible mejorar las competencias lingüística, permitiendo la realización de tareas repetitivas de entrenamiento, abriendo a las personas con discapacidad auditivas una puerta hacia la integración y a la autonomía personal en el aprendizaje y el acceso a la información. Desde una perspectiva educativa los alumnos y alumnas con discapacidad auditiva se suelen clasificar en dos grandes grupos: hipoacúsicos y sordos profundos. Los hipoacúsicos son alumnos con audición deficiente que, no obstante, resulta funcional para la vida diaria, aunque necesitan el uso de prótesis. Este alumnado puede adquirir el lenguaje oral por vía auditiva. Son sordos profundos los alumnos y alumnas cuya audición no es funcional para la vida diaria y no les posibilita la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva. Un niño o niña es considerado sordo profundo si su pérdida auditiva es tan grande que, incluso con una buena amplificación, no es posible un aprovechamiento de los restos. La visión se convierte en el principal lazo con el mundo y en el principal canal de comunicación. Se habla de alumnos y alumnas con pérdidas auditivas leves, medias, severas o profundas. En la deficiencia auditiva leve, el umbral de audición se sitúa entre 20 y 40 decibelios y en condiciones normales puede pasar desapercibida. La deficiencia auditiva media tiene un umbral que se sitúa entre 40 y 80 decibelios, se puede adquirir la oralidad por vía auditiva, si se cuenta con una buena prótesis. Aparecen déficits más importantes a medida que el umbral se sitúa o supera los 70 decibelios y se hace necesario optimizar las condiciones receptivas de su vía auditiva mediante una prótesis bien adaptada estimulación auditiva y apoyo logopédico. Una deficiencia auditiva es severa cuando el umbral está entre 70 y 90 decibelios y sólo puede percibir algunas palabras amplificadas. El proceso de adquisición del lenguaje oral no se realizará de forma espontánea, por lo que será imprescindible la intervención logopédica para lograr un habla inteligible y un lenguaje estructurado y rico en vocabulario. Cuando el umbral auditivo es superior a 90 decibelios estamos ante una deficiencia auditiva profunda. No pueden percibir el habla a través de la audición. Necesitan la ayuda de códigos de comunicación alternativa. Cuando no tienen otras deficiencias asociadas, los niños y niñas sordos tienen una capacidad intelectual similar a la que poseen los oyentes, aunque su desarrollo cognitivo puede verse limitado, en algunos casos, por sus dificultades lingüísticas, la regulación del comportamiento, los sentimientos de inseguridad y las dificultades en sus relaciones sociales, ocasionadas por el desconocimiento de las normas sociales, que son también una consecuencia de las limitaciones en el lenguaje. Unos de los más grandes y graves problemas que puede sufrir una persona es la deficiencia del lenguaje porque a través de ella el ser humano se comunica, conoce su pasado, puede analizar, interpretar y comprender su presente y, consiguientemente, proyectarse hacia el futuro como individuo y ser social. Hoy en día se conoce por discapacidad auditiva lo que generalmente se ha considerado como sordera, también es utilizada para referirse a todos los tipos y grados de pérdida auditiva y por lo general es usada como sinónimo de deficiencia auditiva e hipoacusia. “La deficiencia de la capacidad auditiva” es un término amplio que comprende toda una serie de incapacidades que van desde lo superficial hasta lo más profundo. El problema que muestra un sordo profundo para su educación es totalmente diferente del que solo sufre hipoacusia ya que en el primer grupo la pérdida de audición que posee es tan importante que no se beneficia de aparatos de amplificación. La pérdida auditiva puede deberse a tres causas fundamentales Causas en el Oído Externo Habitualmente las dificultades en el oído externo son ocasionadas por abundantes acumulaciones de ceras e infecciones en el conducto auditivo. Estos problemas suelen ser de fácil solución, siempre y cuando la atención sea rápida y la adecuada para evitar daños en la audición. Causas en el Oído Medio En el oído medio el inconveniente que surge con mayor frecuencia es la presencia de líquido, inflamación o una infección por detrás del tímpano, perforaciones o rupturas del tímpano y la presencia de un hueso esponjoso anormal que crece en el oído medio llamado otosclerosis. Este crecimiento impide que el oído vibre en respuesta a las ondas sonoras, siendo estas necesarias para que uno pueda oír. En la mayoría de los problemas del oído externo y medio puede llegar a ser temporal y se cura por medio de un tratamiento médico adecuado ya sea por medicación o por cirugía. Esta pérdida también se puede llegar a corregir con un audífono o un implante Causas en el oído interno En el caso del oído interno la mayoría de los problemas resultan ser por daños en sus estructuras causando la pérdida de audición, siendo aquí la causa más frecuente el desgaste natural de la edad, la exposición a sonidos fuertes, sufrir fracturas en la cabeza, el excesivo consumo de tabaco y de alcohol, y algunos medicamentos que son de uso común por su bajo precio también llegan afectar negativamente la capacidad auditiva de las personas. La sordera del oído interno no tiene tratamiento médico pero en la mayoría de los casos con el apoyo de audífonos pueden llegar a corregirse. La pérdida auditiva ocasionada por una lesión en el oído externo o medio se la denomina pérdida auditiva conductiva. Cuando la lesión se ubica en el oído interno, recibe el nombre de pérdida auditiva neurosensorial y la combinación de ambas se la conoce como pérdida auditiva mixta. Los Problemas Frecuentes con las Pérdidas Auditivas Tinnitus u Acúfenos Son ruidos producidos por el oído interno, que las personas escuchan cuando no se presenta un sonido físico externo. Las personas afectadas describen el sonido que perciben como un campanilleo, silbido, golpes, ruido de lluvia, pitido, zumbido grave o agudo, ronroneo, siseo, cantar de grillos o un clic, que se presenta de manera constante y en otros como un fenómeno intermitente. Se pueden clasificar en dos categorías: Se dice que es subjetivo cuando el sonido lo percibe solamente la persona afectada y no las personas que la rodean, dicha percepción puede ser en uno o en los dos oídos o más bien en la cabeza. Mientras que otros con menos frecuencia son objetivos, ya que son percibidos tanto por la persona afectada y también por otras personas, ya sea acercándose o con el uso de un estetoscopio Y pueden ser de tonalidad grave o aguda. Los de tono grave, tienen su origen en el oído medio, habitualmente son cambiantes, pueden no estar permanentemente y son tratables ya sea a través de medicamentos o de manera quirúrgica. Los de tono agudo, tienen su origen en el oído interno, no son cambiantes y generalmente son permanentes. Habitualmente no tienen tratamiento o el mismo no es tan eficaz, a excepción de los causados por enfermedad de Ménière (trastorno del oído interno que afecta el equilibrio y la audición). Muchas personas sufren acúfenos cuya intensidad es muy baja, tratándose de una molestia que no limita su calidad de vida, pero cuando la molestia es severa lo altera por completo debido a los inconvenientes psicológicos que genera: problemas para lograr el sueño, la falta de concentración total en la actividad profesional, mal humor, conducta agresiva e irritable ante con acciones más exacerbadas de lo que la situación amerita. Los niños y niñas con problemas auditivos no tienen necesariamente que presentar déficits en su capacidad intelectual si bien su evolución se enfrenta con problemas derivados de las dificultades para adquirir e interiorizar el lenguaje, ya que la discapacidad auditiva repercute directamente sobre el proceso de adquisición y desarrollo del mismo en ellos. La deficiencia en uno de los canales sensoriales tan importante como la audición en el desarrollo de la conducta adaptativa, provoca en los individuos una importante pérdida en la estimulación general. La sordera afecta a la generación y desarrollo de las representaciones fonológicas (representaciones mentales, basadas en sonidos y/o grupos fonológicos del habla). Aunque la percepción del habla a través de la audición no es la única fuente de representación fonológica, sí es la principal. No obstante, el sordo tiene otras vías de acceso a las rutas fonológicas (dactilología, lectura labiofacial, ortografía, etc.), pero todas ellas son incompletas. En su conjunto, el desarrollo fonológico de la persona sorda expuesto sólo a nivel de lectura labiofacial, es muy incompleto debido a las ambigüedades de ésta. Para resolver este problema se han desarrollado sistemas como la “Palabra Complementada”, para que el significado del mensaje oral pueda ser percibido a través de la vista con mayor claridad por las personas con discapacidad auditiva Los niños y niñas sordos no desarrollan el lenguaje de forma espontánea, su adquisición y desarrollo es fruto de un aprendizaje intencional mediatizado por el entorno";" así los niños y niñas sordos de padres y madres oyentes aprenden el lenguaje oral que se utiliza en su entorno familiar y los de padres y madres sordos aprenden de forma natural el lenguaje de signos. En algunos casos, adquieren simultáneamente el lenguaje oral y el de signos. Según algunos autores, la adquisición del lenguaje de signos puede iniciarse precozmente a través de los primeros gestos naturales con significación. Se trata de gestos comparables, por sus características y función, a las primeras palabras en los oyentes. La transparencia de los primeros signos, con un carácter icónico, favorece el enlace con el significado de una forma más directa que las palabras, cuya conexión es más convencional. El retraso en el vocabulario se debe, en parte, al lento desarrollo fonológico, pero también al tipo de estimulación y tratamiento del lenguaje que han recibido, en algunos casos más centrados en la forma de la palabra que en su contenido. Por tanto es muy importante estimular a los bebés sordos a realizar sus emisiones orales con significado diferenciado, incluso en las situaciones de una defectuosa reproducción fonológica. Las primeras limitaciones en la evolución intelectual de los niños y niñas sordos se manifiestan en el juego simbólico, que se desarrolla más tardíamente y con mayor limitación debido a unas relaciones sociales y comunicativas restringidas. La autorregulación y la planificación de la conducta, la capacidad de anticipar situaciones y el control ejecutivo de sus propios procesos cognitivos son dimensiones en las que el lenguaje ocupa un papel prioritario, por este motivo este alumnado presenta mayores retrasos y dificultades en la adquisición de estas conductas. La adquisición de conocimientos también está muy relacionada con la capacidad de recibir información y elaborarla adecuadamente. Los niños y niñas sordos, al recibir menos información, tienen mayores dificultades para adquirir estos conocimientos. Estos problemas también se extienden a la lectura de textos escritos. En mayor o menor medida, según los casos, y como consecuencia de las repercusiones de la discapacidad auditiva en las distintas áreas de desarrollo citadas en el apartado anterior, las necesidades educativas de este alumnado pueden concretarse en las siguientes: a) La adquisición temprana de un sistema de comunicación, ya sea oral o signado, que permita el desarrollo cognitivo y de la capacidad de comunicación y que favorezca el proceso de socialización. b) El desarrollo de la capacidad de comprensión y expresión escrita que permita el aprendizaje autónomo y el acceso a la información. c) La estimulación y el aprovechamiento de la audición residual y el desarrollo de la capacidad fonoarticulatoria. d) La construcción del autoconcepto y la autoestima positivos y el desarrollo emocional equilibrado. e) La obtención de información continuada de lo que ocurre en su entorno y de normas, valores y actitudes que permitan su integración social, en su caso, por vías complementarias a la audición. f) La personalización del proceso de enseñanza y de aprendizaje mediante las adaptaciones del currículo que sean precisas, el empleo del equipamiento técnico para el aprovechamiento de los restos auditivos, el apoyo logopédico y curricular y, en su caso, la adquisición y el uso de la lengua de signos. Las capacidades de atención y percepción, visual y auditiva, juegan un importante papel en el proceso de adquisición del código de comunicación. La elección del mismo va depender, en gran medida, de las posibilidades perceptivas por ambas vías. En el proceso educativo del niño o la niña sordos se ha de “rentabilizar al máximo la vía auditiva, con las ayudas técnicas,... y con los apoyos visuales” “La memoria visual se relaciona con los primeros estadios de la formación de conceptos, que comienzan con la toma de conciencia de la permanencia del objeto, es decir, el niño o la niña comprende que los objetos siguen existiendo, incluso cuando ya no los percibe de manera inmediata”. La memoria visual hará posible la lectura labiofacial y el aprendizaje de los signos de la Lengua de Signos. La percepción táctil y vibratoria es otra capacidad que complementará las posibilidades de exploración y de comprensión del mundo por la persona con discapacidad auditiva. La reacción ante determinadas vibraciones y la posibilidad de asociar éstas a lo percibido por vía auditiva mejorarán el conocimiento de la sonoridad y permitirán, progresivamente, tener un otro referente sobre el sonido y la voz humana durante las sesiones de trabajo con el lenguaje oral (colocar la mano del niño o la niña sobre la garganta, las mejillas o el pecho del padre, la madre o el maestro especialista). El conocimiento y la significación del mundo se completan con la información procedente de otros sentidos: el tacto, el gusto, la información propioceptiva y kinestésica. El proceso de integración multisensorial ha de formar parte de los programas de intervención temprana y de atención educativa especializada que se lleven a cabo durante la educación infantil. Cuando se aborda el caso de un alumno o alumna con necesidades educativas especiales, es importante conocer qué factores del entorno social y familiar favorecerán su desarrollo y su aprendizaje y cuáles pueden ser optimizados para que contribuyan al mismo fin. El grado de compromiso familiar, las posibilidades de tiempo para apoyar y estimular al niño o a la niña, la coordinación y colaboración con los profesionales sanitarios y con la escuela, los recursos culturales y de otro orden con los que se cuenten, serán determinantes para la trayectoria de cada caso. Otro aspecto importante está relacionado con la posibilidad de que las familias puedan recibir apoyo de otros padres con experiencia en la educación de un hijo o hija sordo. Estos apoyos se encuentran en las diferentes asociaciones que representan a las personas con discapacidad o a sus familias. Las entidades representativas acercan a las familias y a las personas sordas determinados recursos de apoyo y estimulación logopédica o educativa, a los que individualmente es difícil acceder.


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