Elena Ortiz García
Del estudio crítico de los indicadores de vientos y discos en estrellas pre-secuencia principal y de las relaciones de dichos indicadores entre sí y con la propia estrella se puede concluir que los apoyos observacionales al modelo en el que el origen del viento está en el disco no son tan concluyentes como se ha venido afirmando, Los diagnósticos de viento y disco que se han empleado hasta ahora para analizar esta hipótesis no son apropiados. En primer lugar, la línea de Halfa no es un indicador sin ambiguedad ni de viento ni de acreción. Además, el tipo de perfil en esta línea no tiene relación directa con la distribución energética característica, debida al polvo circunestelar. La evolución de este polvo circunestelar y de la región emisora de Halfa tiene lugar de forma independiente. Por otro lado, la emisión Halfa y la de (OI) -trazadora del viento- están directamente relacionadas con la propia estrella, pese a lo afirmado en trabajos anteriores, que empleaban muestras muy pequeñas. Dichos trabajos no tenían en cuenta todos los factores que intervienen en el origen de los indicadores empleados. Los excesos de luminosidad y color infrarrojos también están relacionados con la propia estrella. De esta forma, la relación entre éstos y la emisión de líneas puede deberse a una relación de ambos con la estrella y no necesariamente a que el origen de las líneas esté en la acreción del disco. Esto se ve reforzado por el hecho de que ALir/Lph -parámetro que, además de eliminar la relación del exceso de luminosidad en el IR con la luminosidad fotosférica de la estrella, mide la importancia de procesos extras al reprocesado, en particular de la acreción -no tiene relación con la emisión de líneas. De cualquier forma, no es descartable una relación entre viento y acreción, pero se han de buscar indicadores adecuados de ambos.
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