En este artículo, los autores desarrollan y justifican la utilidad de reemplazar el "índice de discriminación", como indicador de la capacidad que tienen los ítems de tests de instrucción para diferenciar a quienes los cumplimentan en función de su nivel instructivo real (una exigencia esencial para que la validez de construcción de tales tests) con un nuevo índice, el de efectividad, en el que los ítems alcanzan valores que son independientes de su valor de dificultad.
Advierten, así mismo, acerca de la utilidad que tiene el nuevo índice para realizar un primer análisis del funcionamiento diferencial que tienen los ítems cuando se aplican a poblaciones demográfica o culturalmente heterogéneas, aun cuando reconocen que resulta necesario acudir a otras técnicas si se pretende un nivel de precisión suficiente (por ejemplo el y Nanten-Haenszel DIF Analysis), realizándose el desarrollo de tales técnicas a partir de las posibilidades que ofrece para ello el índice de efectividad, uno de los objetivos de la línea de investigación que se inicia en este artículo.
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