Aprender a programar es una tarea compleja que requiere en ocasiones cambiar la forma de resolver problemas.
El uso de retos en educación proporciona aprendizajes más profundos al exigir la movilización de las competencias adquiridas para resolver problemas complejos y cercanos a la realidad. Con esta experiencia se estudia la motivación del alumnado a la hora de enfrentarse al aprendizaje de un lenguaje de programación por primera vez, así como la utilidad percibida de cara a su aprendizaje del uso del reto de programación que se plantea en esta experiencia docente. Se ha realizado un estudio cualitativo combinando los resultados académicos con información recogida a través de cuestionarios validados sobre autorregulación (SRQ-L) y valoración de la innovación introducida en el aula. El cuestionario de regulación refleja que la autorregulación autónoma predomina en el grupo frente a la controlada, valorando positivamente el uso de retos como método didáctico.
Learning to program is a complex task that sometimes requires changing how to solve problems. Challenges in education provide deeper learning by requiring the mobilization of acquired skills to solve complex problems close to reality. This experience aims to study students’ motivation when learning a programming language for the first time and the perceived usefulness of using the programming challenge posed in this teaching experience for their learning. A qualitative study combines academic results with information collected through validated questionnaires on self-regulation (SRQ-L) and assessment of the innovation introduced in the classroom. Autonomous selfregulation predominates in the group instead of controlled self-regulation, positively rating challenges as a teaching method.
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