Las sociedades se parecen mucho a los ciudadanos que las componen, por lo que tienen tendencias a presentar las mismas debilidades que éstos. Al igual que existen modas periódicas que mantienen en marcha el motor de la producción y del despilfarro a nivel de los ciudadanos de a pie, en las decisiones de los estados y estructuras supranacionales también pueden estar cautivadas por estériles modas. La Unión Europea no es ajena a esta debilidad y también sigue sus modas. Dado el impacto que este proceder tiene en nuestras economías y en nuestro deambular histórico, conviene que echemos un vistazo a cuáles son algunas de las “modas” –European Fashion Victims 1– actualmente en este rincón el mundo.
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