Alicante, España
Ludwing Wittgenstein, filósofo austriaco, escribióque “podría escribirse una obra filosófica buena yseria compuesta enteramente por chistes”. Si seentiende el chiste, se entenderá el argumentoimplícito en él. Podríamos trasladar estepensamiento a nuestro campo y decir que sepodría estudiar lógica por medio de chistes, juegosy acertijos; la enseñanza de la Lógica no tieneporque ser aburrida si se saben encontrar caminosque la hagan agradable y amena. Como diceMartin Gardner [4] la virtud, y nosotros pensamosque la dificultad, está en encontrar el equilibrioentre el juego y la seriedad: el juego mantendráinteresados a nuestros alumnos y alumnas, ymotivará su discusión más allá de las paredes del aula; la seriedad convertirá nuestras clases en algo útil y provechoso (y, para algunos, justificaránuestro sueldo).
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