El discapacitado es una persona con limitaciones a la que el entorno resta capacidad por no haberse hecho un diseño de productos y servicios pensando y contando con todos. Debemos exigir que la accesibilidad económica y de uso, así como la formación en su utilización formen parte de su política de implantación y no sean una traba más para la discapacidad. Los ordenadores y los teléfonos móviles abren nuevas posibilidades, especialmente de comunicación, a muchos colectivos. Los servicios y tecnologías de ayuda que ofrecen deben seguir unos estándares para que sean verdaderamente útiles. Debemos estar satisfechos de la labor que realizan tantas asociaciones, organismos, entidades y empresas por investigar, innovar y desarrollar productos que nos ayuden a todos a mejorar nuestra calidad de vida, y debemos seguir velando por ello. Gracias a todos los visionarios y a los que los siguen.
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