A veces las cosas solo cambian de nombre mientras subyacen a nuestro alrededor. Esto es lo que pasa con la verificación de identidades o Identidad Digital como algunos quieren llamarla. Desde 1961 seguimos utilizando las contraseñas, y han sido muchas las propuestas que se han hecho y no han triunfado. Sigue habiendo intentos de resolver el problema de la identidad digital y su autenticación, pero ahora algunos proponen el uso de la biometría para poder desenganchar definitivamente la generación de identidades de la verificación física y presencial, lo cual puede abrir paso a nuevas formas de falsificación con impacto directo en la economía y los derechos en la dimensión digital. Es buen momento para echar un vistazo a cómo ha evolucionado este escenario que pretende darnos entrada definitiva en la realidad digital.
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