María González Santacruz, Enrique Perdiguero Gil
En la posguerra española (1939-1959) las deficientes condiciones higiénico-sanitarias y la hambruna que sufrió gran parte de la población, dieron lugar a una gravísima crisis sanitaria, con incremento de las tasas de morbilidad-mortalidad por enfermedades infecciosas y graves déficits nutritivos. Al igual que ocurrió con la mortalidad general, la mortalidad infantil también aumentó, rompiendo la tendencia de descenso conseguido durante los años transcurridos de siglo. Las llamadas enfermedades gastrointestinales del lactante y las bronconeumonías fueron las que originaron este repunte, encontrándose estrechamente ligadas a las condiciones de vida de los niños. La dirección médica de la alimentación infantil se convirtió en el objetivo principal de los pediatras-puericultores, quienes consideraron imprescindible realizar una labor educadora a las madres en esta materia. Este trabajo busca explorar los cambios en las costumbres alimentarias que ocurrieron esos años, el creciente incremento en el consumo de los sustitutivos de la lactancia materna a pesar del discurso científico pro-lactancia, la disponibilidad de estos productos en el mercado español, el papel jugado por los profesionales sanitarios en su aceptación y difusión, qué tipo de debates médicos se generaron y si existió algún tipo de regulación estatal sobre los mismos.
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