Valencia, España
Hace unos 130 millones de años, durante la Era Mesozoica cuando los dinosaurios habitaban la Tierra, dos estrellas de neutrones colisionaron violentamente en la galaxia NGC 4993. La colisión produjo ondulaciones del espacio-tiempo —ondas gravitatorias— acompañadas de una intensa emisión a lo largo de todo el espectro electromagnético. El 17 de agosto de 2017, las señales emitidas tanto tiempo atrás llegaron a nuestro planeta y fueron detectadas. Ese día la humanidad asistió al nacimiento de una nueva forma de astronomía basada en la observación de ondas gravitatorias y electromagnéticas emitidas por un mismo objeto celeste, disciplina a la que se le ha dado en llamar Astronomía de Multi-Mensajeros. La observación de este extraordinario evento, denominado GW170817, ha requerido de la acción coordinada de LIGO, Virgo y otros 70 telescopios terrestres y espaciales, en un esfuerzo internacional sin precedentes.
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