En este trabajo analizamos cómo han evolucionado los conceptos de examen y planificación docente en nuestras asignaturas en los últimos cursos.
Uno de los principales objetivos del examen es determinar el nivel de adquisición de competencias del alumno al final del proceso de aprendizaje. Sin embargo, otro uso que podemos hacer es el de determinar el nivel de formación del alumno en el momento de inicio del proceso de aprendizaje. La definición y medida de estos niveles resultan esenciales para determinar el incremento efectivo de aprendizaje individual. Para aumentar ese incremento se requiere una planificación dinámica de las actividades de aprendizaje, que deben adaptarse en cada caso al nivel del alumno que las realiza.
En este trabajo se presentan los principios que hemos aplicado para adaptar los exámenes tradicionales a evaluaciones cuya finalidad es obtener mejoras individualizadas y la transformación de los temarios en planificación de actividades conservando la base de contenidos que subyace en el programa tradicional. Para ello se propone una estrategia de evaluación en la que son claves los exámenes de desconocimiento para medir el punto inicial de formación del alumno. Y se analizan diferentes tipos de planificaciones hasta alcanzar una basada en actividades relacionada con los contenidos. Finalmente se propone representar los incrementos de aprendizaje individual, de equipo y de curso evaluando las actividades de equipo en ciclos iterativos en los que sus componentes asumen un papel diferente dentro del equipo en cada ciclo.
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