Manuel Pérez Cota , Francisco José Vázquez Núñez, Amparo Rodríguez Damián, Jacinto González Dacosta
En las aplicaciones multimedia, el usuario se enfrenta al gran problema de decidir qué camino seguir para conseguir un adecuado diseño de sus aplicaciones y, en ese camino, lograr no perderse en una gran cantidad de metodologías, estilos de programación, programas de diseño, de autor, etc. Si a esto le añadímos el decidir si una aplicación funcionará o no conectada a Internet, si la aplicación utilizará o no unos u otros tipos de imágenes o sonidos, convierte lo que puede parecer un sencillo trabajo en papel en un complicado desarrollo que, tanto los informáticos como los no informáticos afrontan en un compromiso de trabajo en equipo que acelera el proceso y hace que se consigan en muchas ocasiones resultados espectaculares, pero que obligan a pensar en el tipo de hardware y software a utilizar.
El autor de software es el alma mater de cualquier desarrollo, pero además se convierte en el creador, mezclador, modificador e incluso el probador para que todas estas cosas acaben funcionando bien (que generalmente lo hacen pero a costa de un excesivo esfuerzo). Es necesario ordenar lo que se quiere hacer mezclando diversas etapas de desarrollo, que en los sistemas antiguos se denominaban etapas de análisis y diseño y posteriormente Ingeniería de Software. Hoy día la ingeniería de software, aplicada al desarrollo multimedia, aporta al usuario muchos conocimientos que pueden ayudarle a simplificar su trabajo pero por ser tantos pueden hacerle difícil tomar una decisión, no obstante con una correcta organización y un mejor conocimiento de los recursos de que dispone puede mejorar el estilo de trabajo, aquí intentamos
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