Este artículo, desde la constatación de un proceso creciente de internacionalización entre España y Portugal, trata de aproximarse en la dinámica de constitución de un mercado ibérico en el sector bancario. La gran banca española, con mayor experiencia en los mercados internacionales, constituye el ejemplo más significativo, puesto que no sólo ha sido pionera en dicha transnacionalización de servicios financieros, sino que además tiene mayores volúmenes invertidos en el mercado luso, aplicando para su entrada estrategias mucho más agresivas y, en consecuencia, de mayor riesgo que las interpuestas por las cajas de ahorro españolas y por la banca portuguesa. En cualquier caso, es un proceso en crecimiento para todas estas entidades, lo que está contribuyendo a considerar, por un creciente número de entidades, al mercado ibérico como un todo en su estratégia de crecimiento.
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