En trabajos anteriores, véase Espasa et al. (2001), se demuestra que para fines de predicción y diagnóstico, es importante que el análisis de la inflación se realice a partir de índices de precios procedentes de la desagregación del IPC, definidos sobre mercados relativamente homogéneos. La descomposición, bastante usual, en servicios, bienes energéticos, alimenticios y otros bienes es insuficiente y, componentes como el índice energético requieren mayor desagregación. El trabajo propone una descomposición ulterior de este último índice y construye modelos econométricos con indicadores adelantados. En particular, se estudia la necesidad de formulaciones vectoriales y no lineales, y se analizan sus ventajas frente a predicciones más simples.
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