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Resumen de El momento de las matemáticas

Enrique Zuazua Árbol académico

  • Vivimos una era en la que se está materializando un nuevo renacer de las matemáticas que algunos han denominado ¿La explosión de las Matemáticas¿(1). A muchos cuesta creer que así sea. ¿Cómo una ciencia tan antigua, compleja y abstracta, puede tener aún cosas que decir o qué descubrir? ¿En qué medida, los resultados esperables pueden tener algo de relevante en los ámbitos que preocupan al ciudadano de hoy? La respuesta está en el imparable desarrollo propio de nuestra dinámica sociedad. Las Matemáticas son a la vez una ciencia básica, el lenguaje en el que está escrito el universo como decía Galileo Galilei, y también una disciplina que se retroalimenta permanentemente a través del desarrollo de todos los demás ámbitos de la Ciencia y de la Tecnología.

    A finales del siglo XIX y principios del XX las Matemáticas emprendieron lo que entonces era un indispensable camino a la abstracción. Sus impulsores, como David Hilbert, habían entendido que no se podía hacer frente a los crecientes retos que planteaba nuestra moderna civilización, ya cuando la revolución industrial era imparable, a través de las técnicas calculísticas clásicas, basadas en el análisis individual de cada problema y cada caso. Era necesaria una disciplina con unos fundamentos sólidos, consistente, en la que sus conexiones lógicas estuvieran fuera de duda, evitando paradojas que pudieran llevarla a callejones sin salida. Se procedió así a rehacer la armadura de lo que es posiblemente la más compleja construcción intelectual a la que el ser humano ha hecho frente y que conocemos como Matemáticas.

    Tras la Segunda Guerra Mundial surgió una nueva rama de las Matemáticas, la denominada Matemática Aplicada, en estrecha relación con la industria, la tecnología y las otras ciencias.

    Ésta se ocupa de la modelización de los fenómenos más diversos, y también del análisis del comportamiento cualitativo de sus soluciones y de cuantificar las respuestas de modo que puedan ser utilizadas, en particular en el diseño y control de los procesos involucrados. La Matemática Aplicada supuso una llamada de atención, un fuerte golpe de timón que, las Matemáticas, concentradas en levantar su propio andamiaje, necesitaban. De este modo la ventana de las Matemáticas se abrió al mundo. El nacimiento de la Matemática Aplicada es contemporáneo al de los ordenadores, inicialmente ideados por Blaise Pascal y Alan Turing, cuyo avance ha sido y sigue siendo espectacular. Hoy en día, un simple ordenador portátil ofrece una capacidades de cómputo, cálculo formal, visualización y comunicación enormes y se convierte por tanto en un inmejorable aliado para los Matemáticos. Las posibilidades que ofrecen a la hora de ordenar y buscar estructuras en datos, explorar estrategias y posibles combinaciones, realizar operaciones de manera estructurada y masiva, o, simplemente, ilustrar gráficamente los resultados obtenidos, son casi infinitas, al menos en comparación con la potencia y capacidad que podrían proporcionar los meros recursos humanos, por numerosos y diestros que estos fueran.

    Con este edificio intelectual que cimienta sus fundamentos y métodos, y con la fuerza y versatilidad que ofrecen la Matemática Aplicada y los ordenadores, la nave de las Matemáticas, la Reina de las Ciencias, está pues preparada para surcar el siglo XXI.

    Conviene en este punto señalar que este esfuerzo y vocación de las Matemáticas por modelizar y explicar los fenónemos naturales no es nueva sino que es su motivación última desde sus orígenes.


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