Antonio Magaña Nieto , Manel Rajadell i Carreras
En este trabajo se prueba que la gestión conjunta de stocks se traduce en un beneficio para las compañías que deciden cooperar, incluso cuando sus demandas son diferentes. Sin embargo, en este caso, surge un problema: ¿cómo compartir los costes asociados (o los ahorros, dependiendo del punto de vista usado) que la gestión conjunta de stocks genera? Se discute la tradicional fórmula del reparto proporcional y se muestran sus desventajas; utilizando los juegos cooperativos y el valor de Shapley se presenta una solución satisfactoria a este problema.
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