La Teoría de la Actividad se muestra como un referente adecuado cuando se plantean situaciones que involucran a grupos de personas en los que, de alguna forma, se realizan actividades mediadas o facilitadas por un soporte tecnológico. Como marco teórico que es, hay muchos aspectos y usos de la misma que requieren una interpretación por parte de quienes deseen llevarla a la práctica y que la dirigen hacia una perspectiva más pragmática. En este articulo se describe cómo se ha aplicado e interpretado la Teoría de la Actividad en el desarrollo de entornos colaborativos de enseñanza y aprendizaje, organizadas desde dos perspectivas, una tomando la teoría como referencia para modelizar experiencias y llevar a cabo análisis de sistemas, y la segunda, como base para la generación de modelos computables.
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