Modelo de gestión de la empresa familiar en Centroamérica
Author:
Flores Hernández, Edwin RicardoDate:
2023-09Keyword(s):
Abstract:
Las empresas familiares representan una de las formas de organización más comunes en el mundo (La Porta et al., 1999; Sharma et al., 2014), representando entre el 60 y el 90 por ciento de todas las empresas (Martinez y Aldrich, 2014). Por este motivo contribuyen de forma notable al desarrollo de la economía de los países (Colli et al., 2003) , generan un monto relevante del PIB y son importantes empleadores de mano de obra (Heck y Stafford, 2001; Mandl, 2008). Estas empresas han sido objeto de numerosos estudios en los últimos años (Sharma, 2004; Berrone et al., 2012; Parada et al., 2016). En el contexto actual de globalización e internacionalización, las empresas se enfrentan cada vez más a un mundo complejo con retos que exigen un constante esfuerzo de adaptación (Rzevski, 2016); por lo tanto, los gerentes deben buscar modelos que permitan analizar el comportamiento de los sistemas (Mc Grath y Sargut, 2011). Para poner en marcha un proyecto de esta envergadura es necesario entender cómo funcionan los modelos de gestión empresarial y desarrollar los de negocio más apropiados para mejorar o evitar perder su posición competitiva (Hernández-Perlines, Moreno-García, y Yañez-Araque, 2016). Esta situación es aún más compleja en el contexto de los países latinoamericanos, que constituyen una región del mundo influyente y de rápido crecimiento. Estos países tienen una población combinada que supera los 500 millones de personas, son los principales proveedores de productos básicos estratégicos impulsados principalmente por la explotación de los recursos naturales, representan un mercado importante para los fabricantes y son socios importantes para los principales actores económicos de todo el mundo (Nicholson, 2011). En muchos de estos países, la corrupción y la violencia son un grave obstáculo para el desarrollo económico.
Las empresas familiares representan una de las formas de organización más comunes en el mundo (La Porta et al., 1999; Sharma et al., 2014), representando entre el 60 y el 90 por ciento de todas las empresas (Martinez y Aldrich, 2014). Por este motivo contribuyen de forma notable al desarrollo de la economía de los países (Colli et al., 2003) , generan un monto relevante del PIB y son importantes empleadores de mano de obra (Heck y Stafford, 2001; Mandl, 2008). Estas empresas han sido objeto de numerosos estudios en los últimos años (Sharma, 2004; Berrone et al., 2012; Parada et al., 2016). En el contexto actual de globalización e internacionalización, las empresas se enfrentan cada vez más a un mundo complejo con retos que exigen un constante esfuerzo de adaptación (Rzevski, 2016); por lo tanto, los gerentes deben buscar modelos que permitan analizar el comportamiento de los sistemas (Mc Grath y Sargut, 2011). Para poner en marcha un proyecto de esta envergadura es necesario entender cómo funcionan los modelos de gestión empresarial y desarrollar los de negocio más apropiados para mejorar o evitar perder su posición competitiva (Hernández-Perlines, Moreno-García, y Yañez-Araque, 2016). Esta situación es aún más compleja en el contexto de los países latinoamericanos, que constituyen una región del mundo influyente y de rápido crecimiento. Estos países tienen una población combinada que supera los 500 millones de personas, son los principales proveedores de productos básicos estratégicos impulsados principalmente por la explotación de los recursos naturales, representan un mercado importante para los fabricantes y son socios importantes para los principales actores económicos de todo el mundo (Nicholson, 2011). En muchos de estos países, la corrupción y la violencia son un grave obstáculo para el desarrollo económico.