José María Llovet Abascal
El meteorito que cayó a mediados del siglo V a. C. en Egospótamos pudo haber cambiado el rumbo de la ciencia antigua, pues constituía evidencia sólida de que el cielo no es perfecto ni inmutable. Aristóteles, sin embargo, afirmó que se trataba de una piedra que había sido levantada por fuertes vientos. Este trabajo explica por qué Aristóteles se negó a considerar la posibilidad de que el meteorito hubiera caído del cielo.
The meteorite that fell in the mid-5th century B.C. in Aegospotami could have changed the course of ancient science, as it provided solid evidence that the sky is not perfect nor immutable. However, Aristotle claimed that it was a stone lifted by strong winds. This paper explains why Aristotle refused to consider the possibility that the meteorite had fallen from the sky.
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