Edita
Instituto
Universitario
de
Estudios
de
las
Mujeres
(IUEM)
Universidad
de
La
Laguna
Coordinadoras:
Dolores
Serrano
Niza
Esther
Torrado
Martín
Palomino
María
Aránzazu
Robles
Santana
isbn: 978-84-697-0584-1
1
|
INDICE
PARTE I: INTERSECCIONALIDADES Y GÉNERO
Poscolonialismo, interseccionalidad y trasnacionalismo
CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DEL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER
AFRICANA A TRAVÉS DE SU VOZ LITERARIA
Alba
Rodríguez
García
14
ESCALANDO LA MONTAÑA DE LOS FEMINISMOS: RETOS PARA EL TEJIDO
DE ALIANZAS FEMINISTAS TRANSNACIONALES
Itziar
Gandarias
Goikoetxea
24
HACIA UN FEMINISMO TRANSNACIONAL: REPRESENTACIONES DEL
TÉRMINO “FEMINISMO” EN EL CONTEXTO DEL SURESTE ASIÁTICO
Mª
Concepción
Brito
Vera
31
ESCRITORAS INDIAS EN CANADÁ:
LA VIDA DESDE UN PRISMA CALEIDOSCÓPICO
Mª
Luz
González
Rodríguez
39
Alteridad, migraciones e interculturalidad
LAS MUJERES EXTRANJERAS IRREGULARES: CATEGORÍA BAJO SOSPECHA
EN LOS JUICIOS POR VIOLENCIA DE GÉNERO
Alejandra
Germán
Doldán
48
María
Isabel
Menéndez
Menéndez
EUROPA, CIUDADANÍA Y MUJERES INMIGRANTES / EUROPE, CITIZENSHIP
AND IMMIGRANT WOMEN / DERROTEROS DE LA TEORÍA FEMINISTA
CONTEMPORÁNEA: LA INTERSECCIÓN DE LAS OPRESIONES EN LOS
TIEMPOS DE LA GLOBALIZACIÓN
Ana
Isabel
Dapena
Sieiro
59
EL ROSTRO Y LA ESCRITURA. ALGUNAS CONFLUENCIAS ENTRE HÉLÈNE
CIXOUS Y ENMANUEL LEVINAS.
Anisa
Azaovagh
de
la
Rosa
67
VIOLENCIAS ESTRUCTURALES Y DE GÉNERO.
LAS INTERSECCIONALIDADES INVISIBLES EN EL ESTUDIO DE LAS
MIGRACIONES
Esther
Torrado
Martín-‐Palomino
73
2
|
Justicia , formas de empoderamiento y género
EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN LA SOCIEDAD GLOBAL
LA EXPANSIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES Y SU
PARTICIPACIÓN EN LAS PROTESTAS SOCIALES DE 2011 COMO NUEVO
OBJETO-‐MUNDO SOCIAL
Capitolina
Díaz
Martínez
82
Lydia
González
Orta
SOBRE MARCOS POLÍTICOS Y ESCALAS DE JUSTICIA.
UNA LECTURA CRÍTICA SOBRE LA POLÍTICA DEL “ENMARQUE” DE NANCY
FRASER
Martha
Palacio
Avendaño
92
EL FEMINISMO LIBERTARIO:
HISTORIA Y EXPERIENCIAS DENTRO DEL MOVIMIENTO ANARQUISTA
ESPAÑOL.
Yanira
Hermida
Martín
106
Cuerpos, leyes y biopoder
¿PROTEGER O SÓLO REPRODUCIR LA VIDA HUMANA?
UN EXAMEN DEL BIODERECHO INTERNACIONAL
DESDE LA ÓPTICA DE LAS MUJERES
Juana
María
González
Moreno
INTERSECCIONALIDAD, INTERDEPENDENCIA Y ÉTICA DE LA
RESPONSABILIDAD
Mónica
Cano
Abadía
ALGUNAS APORTACIONES SOBRE LA REPERCUSIÓN SOCIAL DE LA
VIOLENCIA SOBRE LAS MUJERES
Olegaria
Cuesta
Ojeda
117
125
134
Feminismo, igualdad y políticas sexuales
NOTAS PARA EL DEBATE SOBRE LA PROSTITUCIÓN
Ana
De
Miguel
Álvarez
3
|
143
EL CONTRATO SEXUAL, 25 AÑOS DESPUÉS.
LA ACTUALIDAD DE UN CLÁSICO Y SU POTENCIA FRENTE A UN PRESENTE
COMPLEJO
Anabella
Di
tullio
Arias
151
EN TORNO A LA GENEALOGÍA DE LA LUCHA FEMINISTA CONTRA LA
PROSTITUCIÓN
Eva
Palomo
Cermeño
160
PATRIARCADO, DESIGUALDAD, PROSTITUCIÓN
Mª
Dolores
Delgado
Rodríguez
169
SEGUNDA REPÚBLICA: UN NUEVO MODO DE HACER FRENTE A LA
PROSTITUCIÓN
Mercedes
Rivas
Arjona
178
Violencia de género
CARACTERÍSTICAS DE LOS HOMBRES QUE MALTRATAN A SUS PAREJAS
Demelza
Fortes
Marichal
199
EL TRATAMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL CONTENIDO DE
LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA
Kahale
Carrillo,
Djamil
Tony
207
BRASIL EN LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES: UN
REPASO DE LA LEGISLACIÓN DE LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS
Eneida
Lima
de
Almeida
216
RELACIONANDO LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
Emma
Renata
Rodríguez
Barreto
224
EL “AMOR CAUTIVO” COMO UNO DE LOS EVENTOS DESENCADENANTES
DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES SEGÚN EL MODELOS PIRAMIDAL
Esperanza
Bosch
Fiol
238
Victoria
Aurora
Ferrer
Pérez
RE (CONSTRUYENDO) VULNERABILIDADES: LAS MUJERES VICTIMAS DE
VIOLENCIA MACHISTA EXTRANJERAS.
Esther
Torrado
Martín-‐Palomino
248
Raquel
González
Rodríguez
4
|
VIOLENCIA SEXUAL
Lorena
Medina
Rodríguez
255
INFLUENCIA DE LA ACUSACIÓN EN LAS DECISIONES JUDICIALES
Pedro
Blanco
Hernández
267
Lissett
González
Burgos
LOS PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN PARA MALTRATADORES EN CASOS
DE VIOLENCIA DE GÉNERO: ANÁLISIS DE SITUACIÓN EN ESPAÑA
Victoria
Aurora
Ferrer
Pérez
280
Esperanza
Bosch
Fiol
Capilla
Navarro
Guzmán
Virginia
Ferreiro
Basurto
PARTE II: ARTE, LITERATURA, SOCIEDAD Y GÉNERO
Cuestiones emergentes en las nuevas agendas de investigación
ARTE POSTPORNOGRÁFICO: CUERPOS, OBJETOS SEXUALES Y
ESTRATEGIAS DEL DESEO.
Carmen
Marina
Barreto
Vargas
292
REPRESENTANDO LA ORIENTACIÓN SEXUAL EN LA VERSIÓN ORIGINAL Y
DOBLADA DE LAS SITCOMS NORTEAMERICANAS
Idaira
Galván
Guanche
305
INTEGRACIÓN FUNCIONAL DE RAZÓN Y DESEO EN EL PRAGMATISMO DE
JOHN DEWEY Y SUS CONSECUENCIAS PARA EL FEMINISMO
Marta
Vaamonde
Gamo
315
CUERPOS Y OTRAS METÁFORAS: TERESA DE LA PARRA Y SUSAN SONTAG
Nieves
María
Concepción
Lorenzo
323
SUBJETIVIDAD FEMENINA CORPOREIZADA EN LA PELÍCULA AUF DER
ANDEREN SEITE (FATIH AKIN, 2007)
Noemí
López
Álvarez
331
Representaciones del género en la literatura
5
|
«NO QUIERO MARIDO, NO»: MUJERES SIN HOMBRES (DE MELIBEA A LA
SERRANA GILA)
Carlos
Brito
Díaz
341
MUJER Y EROTISMO EN LA LITERATURA, REIVINDICACIÓN DE LA LIBERTAD
Ernesto
Rodríguez
Abad
349
CREACIÓN Y REFLEXIÓN: UN CONTRASTE DE LA MUJER AFRICANA CON LA
OCCIDENTAL A TRAVÉS DE LA CREACIÓN LITERARIA DE CECILIA
DOMÍNGUEZ EN LOS
NIÑOS
DE
LA
LATA
DE
TOMATE.
Ernesto
Gil
López
357
ERGA GYNAIKEîA VERSUS STRATEÍA. LA POSICIÓN DE HERÓDOTO ANTE
LA MILITARIZACIÓN FEMENINA
Guillermina
González
Almenara
362
IMAGEN Y PODER FEMENINO EN EL ITINERARIO DE EGERIA
José
Antonio
González
Marrero
370
Carolina
Real
Torres
LA SITUACIÓN DE LA MUJER EN LAS RELACIONES AMOROSAS EN LA
NOVELA DE CANARIAS (FIN DE SIGLOXIX)
Juan
José
Delgado
379
EL PAPEL DE LA MUJER EN LOS CÓDICES MEDIEVALES
María
del
Socorro
Pérez
Romero
387
Lenguaje, sociedad y género
FARMACOLOGÍA FEMENINA EN LA ANTIGUA ROMA: UNA MEDICINA
ALTERNATIVA
Carolina
Real
Torres
396
NUEVAS APROXIMACIONES A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL. RELATOS
DE GÉNERO DESDE ENTORNOS Y POSICIONES EMINENTEMENTE
MASCULINAS
Clara
Selva
Olid
411
Anna
Vitores
González
APORTACIONES DE LA TEORÍA QUEER AL ESTUDIO DE LAS RELACIONES
DE PARENTESCO
Gloria
Álvarez
Bernardo
416
6
|
UNA LECTURA QUEER DE LA PRIMERA MODERNIDAD: APLICACIÓN DEL
CONCEPTO DE PORNOTOPÍA AL DISCURSO DE LA CONQUISTA DE
CANARIAS.
José
Antonio
Ramos
Arteaga
422
¿CONDICIONA EL GÉNERO LA SELECCIÓN DE LAS FORMAS DE
TRATAMIENTO?
Juana
Rodríguez
Mendoza
428
EL TRABAJO FEMENINO EN EL ÁMBITO RURAL DEL SUR DE TENERIFE: EL
CASO DE LAS JORNALERAS DE LA ZAFRA DE ARONA.
María
Mercedes
Chinea
Oliva
436
DESIGUALDADES ENTRE MUJERES Y HOMBRES EN LA AGRICULTURA:
TITULARIDAD Y PRODUCCIÓN.
Rosa
María
Henríquez
Rodríguez
454
Ana
Sicilia
de
Ganzo
ESTILO DE APEGO, SATISFACCIÓN CON LA PAREJA Y BIENESTAR EN
FUNCIÓN DEL GÉNERO
Rosario
J.Marrero
Quevedo
467
Pedro
Blanco
Hernández
Construcción de redes y cooperación en igualdad
MARCO ESTRATÉGICO DE ACTUACIONES EN POLÍTICAS DE IGUALDAD DE
GÉNERO “TENERIFE VIOLETA” 2012-‐2017
Ana
Peña
Méndez
481
Mónica
Dios
Rodríguez
Belén
Gil
Luesma
REDES Y ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS PARA LA PROMOCIÓN DE LA
IGUALDAD DE GÉNERO EN LAS UNIVERSIDADES EUROPEAS, AMERICANAS
Y AFRICANAS
Lydia
C.González,
Orta
492
Ana
Puy
Rodríguez
Sara
García
Cuesta
PARTE III: CIENCIA, TECNOLOGÍA Y GÉNERO
Políticas de la ciencia
7
|
¿CUÁNTO DE COMPROMISO? ¿CUÁNTO DE IGUALDAD? UN ANÁLISIS
INTERDISCIPLINAR SOBRE LAS MUJERES UNIVERSITARIAS DURANTE EL
FRANQUISMO Y SU INFLUENCIA EN LA DEMOCRACIA
Ángel
Rodríguez
Gallardo
507
María
Victoria
Martins
Rodríguez
¿TIENEN GÉNERO LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS Y PROFESIONALES?
DIFICULTADES Y RETOS EN EL ESTUDIO DE TRAYECTORIAS
Anna
Vitores
González
516
Clara
Selva
Olid
PIEDAD DE LA CIERVA (1913-‐2007), PIONERA EN LA INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
Inmaculada
Alva
Rodríguez
522
MIGUEL ROMERA-‐NAVARRO Y LA CAPACIDAD INTELECTUAL DE LA MUJER.
UNA REFUTACIÓN A LA CIENCIA ANDROCÉNTRICA A PRINCIPIOS DEL
SIGLO XX
Jesús
Espinosa
Gutiérrez
531
IMPLICACIONES ENTRE CIENCIA Y POLÍTICA. ACERCA DE LA INFERIORIDAD
FEMENINA
Mª
José
Tacoronte
Domínguez
539
LAS EPISTEMOLOGÍAS FEMINISTAS COMO EPISTEMOLOGÍAS POLÍTICAS:
¿DÓNDE SITUAMOS LAS EPISTEMOLOGÍAS DE LA AUSENCIA (O
SUBALTERNAS)?
Pamela
Caruncho
Franco
546
EPISTEMOLOGÍA DE LOS CONOCIMIENTOS SITUADOS: CREACIÓN DE
CONOCIMIENTO COLECTIVO COMO TRANSFORMACIÓN SOCIO-‐PERSONAL
Y POLÍTICA
Pilar
Domínguez
Castillo
552
Amparo
Bonilla
Campos
QUEER TOPICS IN THE DEBATES ABOUT SCIENTIFIC KNOWLEDGE: GENDER
PERFORMATIVITY AND –PERFORMANCE
Victoria
Mateos
de
Manuel
564
MUJERES Y PEDAGOGÍA ACADÉMICA EN LA POSGUERRA
Yasmina
Álvarez
González
574
8
|
Tecnologías e innovación
AUTECNOMÍA: EL PAPEL DE LAS TECNOLOGÍAS
EN EL AVANCE EN AUTONOMÍA
Ana
Rodríguez
Ruano
584
MUJERES E INFORMÁTICA: DESMONTANDO LA “CAÑERÍA QUE GOTEA”
COMO DISPOSITIVO DE INVESTIGACIÓN
Anna
Vitores
González
594
GÉNERO EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN:
EL CASO DE FACEBOOK
Beatriz
Revelles-‐Benavente
601
REIVINDICACIONES EN LA PRODUCCIÓN CULTURAL DE LAS MUJERES
EGIPCIAS. BLOGS Y GRAFFITI.
Elia
Romo
Terol
609
LA BRECHA DIGITAL DE GÉNERO EN EL ACCESO A INTERNET: RESULTADOS
DE ESPAÑA EN EL CONTEXTO EUROPEO
José
Luis
Martínez
Cantos
618
GÉNERO Y TIC DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Leticia
Fajardo
Perera
635
MOVILIDAD GEOGRÁFICA EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA, USO DE TICS Y
CONCILIACIÓN FAMILIAR. UN ESTUDIO DE CASO EN EL INSTITUTO DE
ASTROFÍSICA DE CANARIAS.
Nuria
Esther
Hernández
Hernández
646
EL PROYECTO FIN DE CARRERA EN LA ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE
INGENIERÍA CIVIL E INDUSTRIAL DE LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA. UNA
PERSPECTIVA DE GÉNERO
Silvia
Alayón
Miranda
658
Eduardo
González
Díaz
Evelio
José
González
González
Belén
Melián
Batista
Ernesto
Pereda
de
Pablo
GÉNERO, INNOVACIÓN Y DEMOCRACIA.LOS PILARES DE LA NUEVA
CIENCIA
Zenaida
Yanes
Abreu
674
9
|
INTRODUCCIÓN
Aquellas personas que dedican su vida a esa ardua y meticulosa tarea que es la
investigación ya saben que para que un volumen de estas dimensiones -‐ como el que ahora
tiene entre sus manos-‐ vea la luz, se ha de estar ocultando en una oscuridad absoluta un
fragmento del proceso de su gestación; un retazo de historia vinculada al más puro quehacer
científico. Y, precisamente, de esa zona oscura de dicho proceso es de la que nos gustaría
comenzar a hablar en esta breve introducción a Género
y
saberes
en
un
mundo global.
Entre los días 25 y 27 de septiembre de 2013, El Instituto
Universitario
de
Estudios
de
las
Mujeres (IUEM) de la Universidad de La Laguna celebró su II
Congreso
Internacional
“Género
y
Conocimiento
en
un
Mundo
Global:
Tejiendo
Redes”. En el cierre final de dicha actividad, y a
modo de mesa de conclusiones, quienes asistieron, en su inmensa mayoría investigadoras,
propiciaron la idea de que, antes de convocar un nuevo congreso, se recogiera en forma de
publicación todo aquello que se había oído, debatido y aprendido en sesiones intensas de
mañana y tarde. Sesiones desarrolladas en seis aulas paralelas, las que correspondían a los
seis ejes en los que dicho Congreso se sustentaba, a saber: Políticas
de
la
Ciencia
y
el
Género;
Género,
Tecnologías
e
Innovación; Derroteros
de
la
teoría
feminista
contemporánea:
la
intersección
de
las
opresiones
en
los
tiempos
de
la
globalización; Cuestiones
emergentes
en
las
nuevas
agendas
de
investigación.
Encuentro
para
la
construcción
de
redes
y
cooperación
de
igualdad y
Violencia
de
género:
avances
en
prevención
e
intervención.
En efecto, fue un gran reto el que el Comité Organizador se había propuesto en su
momento, un ambicioso proyecto cuyos resultados, no obstante, rebasaron con creces las
expectativas barajadas.
Así las cosas, y con la tenue perspectiva que proporcionan los meses que separan la
finalización del evento en sí y la disposición de algunos textos en formato de publicación,
resulta inevitable que la redacción de estas líneas conlleve, además, una breve reflexión
sobre el quehacer cotidiano de un modesto Instituto Universitario de Investigación y un
Congreso Internacional organizado por el mismo. La narración es simple: El IUEM, se creó en
2007 a partir del antiguo Centro
de
Estudios
de
la
Mujer
de
la
Universidad
de
La
Laguna nacido
en 1995.
Una trayectoria humilde pero constante que ya para siempre tendrá un hito certero,
ese II Congreso Internacional, que acabamos de mencionar, en el que se encontraron más de
una centena de comunicaciones rigurosas. Aportaciones que han logrado que la investigación
en los Estudios de Género crezca en cantidad y en calidad. Y es que cuando con tan pocos
recursos económicos se alcanzan cotas nunca imaginadas, cabe preguntarse dónde reside la
fuerza en la que se cobija este afán investigador. Ese interés que nos une en una suerte de
supervivencia científica en el desolador escenario dejado por esta etapa histórica y política.
Una supervivencia que nos aglutina a pesar de la dispersión geográfica y de la variedad
disciplinar de quienes participan.
Por otra parte, no cabe duda de que la publicación representará el punto más visible de
esa actividad realizada y que se concibe, además, como una herramienta de doble uso: por
un lado, motivadora para el personal investigador y docente que ven expresadas en ella sus
inquietudes teóricas y metodológicas. Por otro, acopio de material especializado para
personas interesadas en la materia. Quizás, convertible en herramienta de trabajo para
10
|
quienes desde otras instituciones sociales estén intentando formarse en género y cambiar el
punto de vista que ha venido prevaleciendo hasta el momento, pues es ahora cuando se hace
más necesario evidenciar que una ciencia ética, pública y al servicio de las personas debe ir
más allá de las demandas del mercado incorporando el género, la igualdad y el trabajo en
redes de cooperación.
Esta publicación, por tanto, nace con la voluntad de reunir los elementos apropiados
para constatar cómo el género atraviesa todas las disciplinas científicas sin que se agoten.En
ese sentido, nos ha parecido conveniente sistematizar en tres grandes secciones los
contenidos con los que contábamos.
Una de las secciones está destinada a albergar todos los aspectos relacionados con las
diferentes interseccionalidades. Desde los más puros históricos del poscolonialismo pasando
por la ingente actualidad de las migraciones, la interculturalidad, la alteridad y el
trasnacionalismo. En estas intersecciones también estarán presentes las formas de poder, la
ley, la justicia y la violencia y, por supuesto, el cuerpo y las políticas sexuales.
La segunda sección está destinada a tratar temas de arte,
literatura
y
sociedad sirviendo
como marco para capítulos donde debatir las cuestiones emergentes en las nuevas agendas
de investigación junto a las representaciones que el género ha tenido-‐ y tiene -‐ en la literatura
dejando, además de todo esto, un reducto dedicado al lenguaje así como a laconstrucción de
redes y cooperación en igualdad que tan necesarias serán para la sociedad en su conjunto.
La tercera y última sección está destinada al tema candente de la ciencia y la teconología
donde se cuestionan las políticas de la ciencia y también se presentan trabajos sobre
innonvación.
En definitiva, una docena de capítulos que agrupan novedosas aportaciones científicas al
género porque Tejiendo
redes, fue el lema de ese II Congreso Internacional del IUEM, ya
mencionado, y porque Tejiendo
redes ha venido siendo el desafío de estas editoras desde el
comienzo de la aventura ahora convertida en publicación. Quisimos construir las páginas que
ahora presentamos a partir de trazar puentes de estudio, de seleccionar una investigación
interseccional que diese cuenta de la necesidad de tejer esas redes, tanto de forma
epistémica como de colaboración multidisciplinar e internacional; En definitiva, urdiendo
nuevos parámetros y técnicas de investigación.
Quedan para este final unas líneas de agradecimiento para todas las compañeras del
IUEM-‐ULL que han apoyado esta publicación con sus ideas y su buen quehacer, a la
Universidad de La Laguna por su apoyo a la investigación y, muy especialmente, a todas las
personas que asistieron al Congreso como participantes o asistentes y enriquecieron en los
debates nuestro conocimiento en género. Finalmente, un agradecimiento muy especial para
las muchas personas que desde dentro y fuera de la Universidad comparten nuestras ideas
sobre los Estudios de Género y caminan en el convencimiento de que una sociedad igualitaria
debe ser nuestro futuro.
En La Laguna, a veinticuatro de junio de 2014
Las
Editoras
11
|
PARTE
I:
INTERSECCIONALIDADES
Y
GÉNERO
12
|
Poscolonialismo,
interseccionalidad
y
trasnacionalismo
13
|
CONTRIBUCIÓN
AL
ESTUDIO
DEL
EMPODERAMIENTO
DE
LA
MUJER
AFRICANA
A
TRAVÉS
DE
SU
VOZ
LITERARIA
Alba
Rodríguez
García
INTRODUCCIÓN
Esta comunicación tiene por objetivo explicar, a través de dos obras clave de la literatura
francófona africana (Une si longue lettre, de Mariama Bâ, de género epistolar, y Le baobab
fou, de Ken Bugul, narrada en primera persona), cómo el medio literario hace de vehículo
para retratar los sentimientos, las tradiciones sociales y religiosas, la educación, el
comportamiento, la sexualidad, etc., de la condición particular de la mujer africana. El
análisis socio-‐literario nos permitirá observar de qué manera estas autoras y sus historias se
hacen eco necesario del complejo, polifacético y paradójico papel de la mujer en la sociedad
africana en general, y de la senegalesa en particular.
ACERCAMIENTO
A
LA
LITERATURA
AFRICANA
ESCRITA
POR
MUJERES
Emplear términos como literatura africana o, mejor y más específicamente, literatura
1
africana escrita por mujeres no es tarea fácil. En este sentido, Díaz Narbona precisa que la
denominación de literatura africana sirve para una especificación geográfica, pero que
recubre producciones tan diversas que sería una tarea difícil enumerarlas. Al hablar de “la
2
literatura africana contemporánea”, ella misma explica que la década de los ochenta del
siglo pasado se caracterizó, en África, por un periodo complicado debido, entre muchas otras
razones que nos es imposible enumerar, a los efectos de la poscolonización. Comienza
entonces una escritura polifónica en la que el pueblo se debate entre lo puramente local y los
macro-‐problemas que asolan al continente. Esta situación conllevará el drama privado de
personajes que huyen de sí mismos: el exilio, la búsqueda de identidad y la introspección
personal son temas recurrentes que acrecientan este drama interior.
Pues bien, en este contexto de colonización cultural, surge, en el África negra de lengua
francesa, un período literario que se conoce comúnmente como el “comienzo del
1
DIAZ NARBONA, Inmaculada, «Une lecture à rebrousse-‐temps de l’oeuvre de Ken Bugul:
critique féministe, critique africaniste ». Études
françaises, 37, 2, (2001), pp. 115-‐116.
Disponible en http://id.erudit.org/iderudit/009011ar.
2
DÍAZ NARBONA, Inmaculada, Literaturas
del
África
subsahariana
y
del
Océano
Índico.
Cádiz, Universidad de Cádiz, 2001, pp. 85-‐107.
14
|
desencanto”, que ocupa los años que van entre 1969 y 1985. Aquí se sitúan los orígenes de la
3
literatura africana escrita por mujeres; en palabras de Cuasante :
“De manera más o menos unánime, los especialistas sitúan los orígenes de la literatura
africana escrita por mujeres en los años que siguieron a las Independencias, más
concretamente en el período denominado de “desencanto” (1969-‐1985)”.
Aunque, inmediatamente, añade que tal afirmación requiere algunas precisiones:
“En primer lugar, hay textos anteriores a esta fecha [1969] que, por razones de cánones
literarios, no han contado con el interés de la crítica. En segundo lugar, y aunque es
cierto que el primer texto literario femenino africano –nos referimos a Rencontres
essentielles, de Thérèse Kouh-‐Moukoury– sale al mercado en 1969, la mayoría de las
publicaciones se agrupan en los años que van de 1975 a 1983. Es precisamente en esta
fecha, 19834, cuando Les Nouvelles Éditions Africaines editan Le baobab fou, de
Marétou Mbaye”.
5
También Díaz Narbona dedica un apartado a “La era del «desencanto»”, que empieza
así: “Desencanto, término con el que tan hábilmente definió Chevrier el período de los años
setenta y ochenta de la literatura africana, hace referencia a la frustación colectiva que poco
a poco se va instalando en la sociedad africana representada en la temática literaria. Las
esperanzas que se habían puesto en la descolonización quedan truncadas ante la realidad”.
6
E igualmente la estudiosa belga Lilyan Kesteloot inicia el capítulo homónimo de su
Historia de la literatura negroafricana como sigue: “Para definir el sentimiento que
paulatinamente fue invadiendo el universo literario africano, Jacques Chevrier empleó la
hermosa palabra «desencanto». En efecto, las bodas de los Orfeos negros con África, con la
negritud, su Eurídice perdida y recuperada, no duraron demasiado. La euforia de las
independencias se deshilachó demasiado deprisa”.
Más aún, en el capítulo titulado “La parole des femmes. D’Aoua Keita à Marie Ndiaye”,
7
Bernard Mouralis matiza que, hasta los años setenta, la literatura africana había sido escrita
mayoritariamente por hombres. En la mayoría de los casos se daba una visión femenina a
través de la focalización sobre la figura materna, si bien es cierto que muchos escritores
3
CUASANTE FERNÁNDEZ, Elena, « Le
baobab
fou de Ken Bugul: una escritura de
desarraigo ». Afroeuropa.
Journal
of
Afroeuropean
Studies 1, 2 (2001). Disponible en
http://journal.afroeuropa.eu/index.php/afroeuropa/article/viewDownloadInterstitial/19/18.
4
La profesora Cuasante señala siempre 1983 como el año de la primera edición de Le
baobab
fou: sin embargo, creo que se equivoca en un año, ya que la primera edición de esta
obra data de 1982 (manejo una fotocopia de la edición original de 1982).
5
Díaz Narbona, 2007, pp. 75-‐84.
6
KESTELOOT, Lilyan, Historia de la literatura negroafricana: una visión panorámica desde
la francofonía. Barcelona, El Cobre, 2009, p.363.
7
MOURALIS, Bernard, L'illusion
de
l'altérité:
études
de
littérature
africaine. París, Honoré
Champion, 2007, pp. 319-‐320.
15
|
insistieron en la situación social de las mujeres en la sociedad africana, tanto en la época
colonial como después de la independencia de los distintos países. En esa literatura escrita
por hombres aparecían dos imágenes femeninas: una imagen realista, que nos hace
partícipes de la situación de desigualdad, discriminación y prejuicios que sufre la mujer
africana, y otra utópica, que nos da una visión de la mujer desde una perspectiva que no
coincide con la realidad. Es importante tener en cuenta esta dualidad, ya que de alguna
manera la literatura escrita por mujeres puede entenderse como una reacción a las obras
escritas por hombres que durante mucho tiempo marcaron la producción negroafricana.
8
Asimismo Michel Man empieza su importante trabajo de investigación insistiendo en estas
ideas. Hasta la década de los ochenta, la novela africana se expande conservando grosso
modo los rasgos principales que presentaba en ese momento: una escritura y una estructura
lineales y realistas con unas temáticas algo diferentes de las que aparecerán en el siguiente
período como consecuencia de un cambio en los puntos de vista, relacionados en parte con la
9
10
crítica dirigida a la negritud (Kesteloot ). A partir de entonces, la literatura africana
experimenta una vitalidad asombrosa: su producción es abundante y diversa y los escritores
africanos utilizan todas las estrategias literarias a su alcance para expresar el malestar de las
11
sociedades africanas actuales. Así, afirma Díaz Narbona :
“En esta apocalipsis polifónica, no podían faltar las voces de las mujeres y la denuncia de
su particular situación. De hecho, se tendrá que esperar a la entrada de las mujeres en la
literatura para encontrar una óptica distinta, un cambio de enfoque que nos permite
comprender la otra cara, hasta ahora oculta de la realidad africana: el mundo privado,
doméstico, las relaciones familiares”.
La literatura escrita por mujeres en África presenta coincidencias con las de cualquier
otra sociedad; sin embargo, pone de manifiesto una práctica y una temática diferentes. La
reciente historia de ese continente da forma a su producción literaria, en la que la literatura
12
oral coexiste con la escrita en lenguas europeas (sobre todo, inglés, francés y neerlandés) .
8
MAN, Michel, « La folie, le mal de l’Afrique postcoloniale dans Le baobab fou et La folie et
la mort de Ken Bugul».
Tesis doctoral, University of Missouri, Columbia (2007) p. 2-‐3.
Disponible en https://mospace.umsystem.edu/xmlui/bitstream/ handle/10355/-‐
4794/research.pdf?sequence=3.
9
Para este concepto remito a Díaz Narbona (2007, pp. 39-‐47) quien lo resume diciendo que
“En definitiva, el concepto de la Negritud abarca las características de la cultura africana
tradicional y las reacciones de los negros ante la realidad que los ha rodeado: esclavitud,
segregación, colonización. Podría ser presentada como la forma propia del negro de
contemplar la realidad, de verse a sí mismo y a los demás, de sentir y manifestarse” (p. 44).
10
Kesteloot, Lilyan, 2009, p. 374.
11
Díaz Narbona, 2007, p. 87.
12
Según Mouralis (2007, pp. 335-‐436), las literaturas francófonas de África y las Antillas
presentan una particularidad evidente de entrada y, a menudo, señalada: conceden gran
importancia a la oralidad, a la que se refieren explícitamente como si fuera un dato
fundamental con el que los escritores deben contar. En esto se diferencian de las literaturas
16
|
Así, si la literatura tradicional africana traslada con nitidez la imagen de la mujer, que es
la figura encargada de transmitir la sabiduría de generación en generación, en la realidad
cotidiana el espacio doméstico no sufre la transformación que la política colonial pretendía, y
la tradicional exclusión de las mujeres del mundo de la instrucción convierte la escritura en un
medio más de segregación.
Por otra parte, el inicio de la literatura africana escrita en lenguas europeas se ve
marcado por la literatura exótica y colonial que se hacía en Europa. La mirada del blanco es
asimilada por los primeros escritores africanos, que transmiten los clichés y el punto de vista
europeo en sus novelas. Con respecto a la literatura hecha por mujeres, a pesar de que antes
de las independencias ya algunas mujeres escribían poemas, cuentos infantiles y relatos
cortos, la crítica no tenía en cuenta estos primeros textos, considerados carentes de valor
13
literario. Sin embargo, de nuevo según Díaz Narbona , “lo que parece una realidad es que los
primeros textos femeninos pretenden subvertir la imagen femenina trasladada por los
escritores africanos”. El nacimiento de la verdadera literatura africana de las mujeres se sitúa
en los años ochenta, aunque el primer texto importante conocido es Ngonda, de la
camerunesa Marie-‐Clarie Matip, escrito en 1958, no tuvo mayor repercusión en la crítica
literaria. Más conocida es la obra de la también camerunesa Thérèse Kuoh-‐Moukoury, autora
14
de Rencontres
essentielles, publicada en 1969. Sigue diciendo Díaz Narbona :
“Son los albores de la literatura africana escrita por mujeres. Desde la aparición de estas
obras y hasta la producción de principios de los 80, por su temática y por el tratamiento de la
misma, se hablará de primera generación, la generación que abrirá camino a la actual
literatura de mujeres. (…) Los inicios de esta literatura vienen marcados, en cuanto al
procedimiento de escritura, por el relato autobiográfico, en un sentido amplio del término; y
en cuanto a la temática, por el desplazamiento de los tópicos femeninos hacia el interior,
hacia el mundo privado y propio, hacia lo que se consideró «historias de mujeres» que, en
realidad, cuestionaban la sociedad que se estaba construyendo y el papel que se les asignaba
en ella a las mujeres.”
Más tarde, en la década de los ochenta, es cuando surge la segunda generación de
escritoras, entre las cuales podemos citar a Mariama Bâ, autora de Une
si
longue
lettre
(1979)
y
Ken Bugul, autora de
Le
baobab
fou (1982), las obras que nos ocupan. Esta nueva
generación de escritoras sin duda guarda relación con sus predecesoras, pero anuncian ya un
cambio en la voz del “yo” femenino, que plantea abiertamente una denuncia de la situación
15
de las mujeres en el continente africano. Michel Man nos dice al respecto:
europeas, que son literaturas de lo escrito. También distingue Mouralis (p. 338) entre lo oral,
lo escrito y lo impreso.
13
Díaz Narbona, 2007, p. 91.
Díaz Narbona, 2007, p. 92.
14
15
Man, Michel, 2007, p. 11.
17
|
“Pour résumer, nous dirons qu’au commencement l’oeuvre féminine est née dans la
douleur. Elle est issue du refus du rejet, du silence et du reniement et du besoin d’exprimer
ses douleurs. C’est pour cela que l’écriture féminine africaine est caractérisée par son côté
personnel et intime. Les premiers romans des écrivaines africaines sont pour la plupart des
oeuvres autobiographiques. Pourtant une fois que les femmes se sont mises à exposer leurs
maux, les injustices, les inégalités, bref leur mécontentement, elles ont découvert que toute
la société a besoin d’être changée et guérie. Leur prise de conscience ne pouvait pas se faire
sans la prise en compte des maux de la société. Elles sont en effet partie intégrante de cette
société. Par exemple, pour Mariama Bâ, les hommes semblent tous pareils. De sorte que sa
réflexion ne s’est plus limitée à l’homme-‐mâle mais s’est étendue à l’homme-‐humanité. Elle a
compris que les conflits sont inutiles.”
De esta manera, la literatura africana femenina cambia de orientación a partir de los
años ochenta, pero conserva sus temáticas principales: la reapropiación del cuerpo como
primera fase de una construcción personal y el enjuiciamiento de los hombres. Además del
carácter autobiográfico sobre el que volveré más adelante, esta segunda generación de
16
escritoras africanas comparte, según Man , unos rasgos estilísticos determinados.
17
Señala Díaz Narbona que esta escritura se convierte, así, en un arma de protesta, en un
elemento de subversión, cuya meta es transformar la sociedad, si bien sus objetivos van más
allá de los del feminismo occidental. Sin embargo, como esta misma autora reconoce, las
escritoras no parecen sentirse encorsetadas en una expresión permanente de denuncia: “la
escritura de mujeres de finales de los noventa ocupa un amplio espectro que pone de
18
manifiesto su madurez” (Díaz Narbona ), algo que también es debido a los cambios
socioeconómicos y políticos que acarrearon nuevas preocupaciones y visiones del mundo. De
hecho, en lo que respecta a Ken Bugul, veremos que ocupa una posición algo especial y la
propia Díaz Narbona, que empezó publicando en 1995 un artículo titulado “Ken Bugul ou la
quête de l'identité féminine”, donde defendía su carácter feminista, se retractó de ello seis
años más tarde en “Une lecture à rebrousse-‐temps de l’œuvre de Ken Bugul: critique
féministe, critique africaniste”, al publicar Ken Bugul Riwan
ou
le
chemin
de
sable (1999), su
tercera novela.
PERFIL
BIO-‐BIBLIOGRÁFICO
DE
LAS
AUTORAS
Mariétou Mbaye Biléoma nació en 1947 en Ndoucoumane, antigua provincia del Reino
de Saloum, al oeste de Senegal. Su historia (y su prehistoria) están narradas en Le
baobab
fou; en lo que sigue aprovecharé su propio relato. Hija de un morabito polígamo de ochenta y
cinco años, Mbaye asistió al colegio del pueblo y fue separada de su madre desde niña, para
ser inscrita en el Lycée Malick Sy de Thiès. Muchos aseguran que la falta de lazos familiares y
de transmisión de cultura africana hizo que la educación colonial la apartara de sus raíces y
16
17
Man, Michel, 2007, pp. 27, 28 y 29.
Díaz Narbona, 2007, pp. 97 98.
18
Díaz Narbona, 2007, pp. 98.
18
|
que, durante su adolescencia, se fuera “enamorando” de Occidente. Hablaba francés, vestía
como las occidentales y leía publicaciones de los que ella consideraba “mes ancêtres, les
19
Gaulois” (Le
baobab
fou ). Siempre fue una estudiante destacada y, gracias a sus éxitos
académicos en la Universidad de Dakar, obtuvo una beca que le permitió ir a Bélgica para
continuar estudios superiores. Debido a las diversas, y en muchos casos difíciles, situaciones
vividas en Europa, acabó por dejar sus estudios. Tras el abandono académico vivió múltiples
peripecias en Europa (diversas parejas, un aborto, experiencias homosexuales, drogas) que la
trastornaron y la descentraron. El sentimiento de abandono, latente desde la desaparición de
la figura materna, y su experiencia europea la afectaron durante toda su vida. Llegado un
momento, decidió regresar a África para reencontrarse a sí misma y poder reconstruir su
vida. Volvió a Senegal a principios de los años ochenta, se instaló en un pueblo y se casó con
un morabito, de cuyo harén formó parte como la vigésimo octava esposa (aunque en alguna
entrevista dice que es la vigésimo novena); sus experiencias están plasmadas en su tercera
novela, Riwan
ou
le
Chemin
de
Sable
(1999),
obra con la que consiguió el
Grand
Prix
Littéraire
d’Afrique
Noire
en el año 2000.
Fue precisamente, al poco de volver a Senegal, cuando escribió Le
baobab
fou, con el fin
de poder contar y explicar a su madre la sensación de abandono y soledad que sintió cuando,
con cinco años, la abandonó. Al parecer, como su madre no sabía leer, fue una amiga quien le
leyó la novela y, al ver su calidad, decidió llevarla a un editor senegalés. Al editor le gustó la
obra, aunque consideraba que contenía episodios polémicos, por lo que sugirió a Mbaye que
la firmara con pseudónimo (de ahí, Ken Bugul) a fin de evitar problemas: el contenido le
parecía muy atrevido para tratarse de una mujer. Algunos meses después murió su marido el
morabito y Mbaye volvió a la capital: en Dakar comenzó a trabajar en un centro de
planificación familiar. Tras esta etapa, entre 1986 y 1993, nuestra autora viajó por diversos
países africanos y trabajó para la ONG “IPPF” en Kenia, Congo y Togo para, posteriormente,
se instalarse en Benin.
La publicación en 1982 de Le
baobab
fou causó sensación en Senegal. El libro tuvo una
gran difusión y fue traducido a numerosas lenguas. The
Black
Book
Review (QBR) lo catalogó
como una de las 100 mejores novelas africanas del siglo veinte. A esta primera obra han
20
seguido otras ocho .
19
BUGUL, Ken, Le
baobab
fou. Dakar, Les Nouvelles Éditions Africaines, 1982, p. 88.
20
20
A saber : Cendres
et
braises (Paris, L’Harmattan, 1994), Riwan
ou
le
chemin
de
sable
(Paris, Présence Africaine, 1999), La
Folie
et
la
mort
(Paris, Présence Africaine, 2000), De
l'autre
côté
du
regard (Paris, Le Serpent à Plumes, 2003), Rue
Félix
Faure
(Paris: Editions
Hoëbeke, 2005), La
Pièce
d’or (Paris, UBU Editions, 2006) y Mes
hommes
à
moi (Paris, UBU
Editions, 2006). De estas se han traducido tres al español: El
baobab
que
enloqueció,
traducción de Sonia Martín Pérez, en Zanzíbar ediciones, 2002; La
locura
y
la
muerte,
traducción de Manuel Serrat, en ediciones El Cobre, 2003; y Riwan
o
el
camino
de
arena,
traducción de Nuria Viver Barri, también en
Zanzíbar,
2005.
19
|
Mariama Bâ nació en 1929 en Dakar, en el seno de una familia instruida, hija de un
funcionario que más tarde se convirtió en uno de los primeros Ministros del país. Tras la
muerte de su madre, fue criada por sus abuelos alternando la escuela francesa con la escuela
coránica. Estaba destinada a no seguir estudiando, pues bajo la concepción social que sus
abuelos tenían, debía dedicarse a “ser una mujer”. Gracias a la voluntad de su padre pudo
continuar sus estudios superiores, algo no común para las mujeres de la época. Fue una
estudiante modélica, eligió el derecho en su formación superior, y tras irse a Rufisque (en las
afueras de Dakar) a prepararse para ser profesora, logró entrar en la École Normale. Se
consagró a la educación durante doce años, tras los cuales pasó a formar parte de la
inspección de educación de su país.
Fue una novelista, profesora y feminista activa. Su determinación y compromiso con la
causa feminista venía de lejos, y de hecho su contribución a los estudios africanos son de una
importancia capital, ya que fue una de las primeras en denunciar la posición de la mujer en la
21
sociedad africana. Ya en su libro La
Fonction
Politique decía que “c’est à [elles], femmes, de
prendre [leur] destin en mains pour bouleverser l’ordre établi à [leur] détriment et ne point le
subir. [Elles doivent] user comme les hommes de cette arme, pacifique certes mais sure,
qu’est l’écriture”. Se centró en los roles femeninos de madre, hija, hermana, etc., subrayando
su importante papel en la sociedad africana. Fue una mujer muy activa que se autodescribía
como una “musulmana moderna”, fue divorciada y promovió la educación y los derechos de
la mujer. Publicó sobre todos estos aspectos de vital importancia en la sociedad africana y su
contribución fue más que significante por su denuncia del papel de la mujer en general, y más
concretamente el de la mujer casada.
22
En relación a esto, Siga Fatima Jagne señala que
"As a writer, Bâ emerged from the oral tradition of the Senegalese griot women and
wrote a "speakerly text." This tradition of orality in Senegal has been the major outlet for
women's voices. The griot women not controlled by society in ways other women are
regarding speech are given a license by society to say whatever they want without
censorship. The tradition of the griot women is important to the Senegalese women,
because it has always been one way of making them heard and listened to."
Bâ defendía la idea de que las nociones culturales habían sido distorsionadas con el fin de
enmascarar ciertos comportamientos bajo términos como tradición o cultura. Bajo su punto
de vista, hombres y mujeres habían aceptado la continuidad de estas “costumbres” y luchaba
para convencer a la sociedad sobre la necesidad de entender al hombre y a la mujer como
seres complementarios. Para exponer sus ideas y hacerlas llegar, Bâ se dedicó a escribir sobre
21
BÂ, Mariama, « La fonction politique des littératures africaines écrites». Ecriture
française
dans
le
monde, 5.1 (1981), 7.
22
Pushpa Naidu Parekh, Siga Fatima Jagne, Postcolonial
African
Writers:
A
Bio
Bibliographical
Critical
Sourcebook. Westport, Greenwood Press, 1998.
20
|
23
sus sentimientos y pensamientos en obras como Une
si
longue
lettre . Su producción escrita
no es tan amplia como la de otras autoras, pues desgraciadamente Bâ murió a causa de una
grave enfermedad en 1981, momento tras el que se publicó Un
chant
écarlate (1981) y La
fonction
politique
des
littératures
Africaines
écrites
(1981).
La obra que nos ocupa en este estudio fue la primera novela de las letras africanas
24
25
premiada con el NOMA , en el año 1980. Marame Gueye , de la East Carolina University
dice al respecto que “Mariama Bà’s widely studied novel Une
si
longue
lettre
is considered the
classical feminist statement by a sub-‐Saharan African woman.” y asegura también que “The
novel is about the effects of the colonial French education system which trained the
Senegalese elite to which Bà belonged, and turned them into brainwashed intellectuals.” En
relación a la obra, Abiola Irele apunta: "the most deeply felt presentation of the female
condition in African fiction".
LAS
OBRAS
OBJETO
DE
ESTUDIO
Le
baobab
fou es una historia de superación y de búsqueda interior, pero también de
soledad y de incomprensión. Es la historia de la colonización de un pueblo, visto desde el
punto de vista de una mujer inteligente y hermosa, que será capaz de cualquier cosa por
cumplir un sueño, aunque más tarde descubra que su sueño está en la tierra que había dejado
atrás. Al principio, sin embargo, la protagonista tiene una idea de Europa bastante
idealizada: “Le Nord réferentiel, le Nord terre promise”, el lugar en que encontrar a “sus
ancestros, los galos” y el lugar en el que conseguir su identidad personal, algo que África no le
había dado hasta la fecha. Tras su llegada a Europa se da cuenta de que allí no es vista como
una europea, como una descendiente de los galos, sino como una extranjera, como una
africana, una negra. Es ahí cuando comienza su crisis personal, el momento en el que la
protagonista se da cuenta de la realidad, de la diferencia que existe entre ella y el resto de la
gente que la rodea. Y comienza a rechazar su identidad africana. Sin embargo, en un punto
determinado de la novela, Ken llega también a sacar partido de esto, de su exotismo, y la
protagonista no duda en aprovechar su condición. En Bélgica comenzó a vivir las ventajas
que le ofrecía el hecho de ser negra, de ser africana, de ser bella y diferente, coincidiendo con
la época en que en Occidente nacía el sentimiento de tener que hacerse perdonar por las
antiguas colonias. Finalmente consigue aceptarse a sí misma y comienza a desmitificar a los
blancos, a su cultura, a Europa.
En la continua búsqueda de su identidad se enfrenta a situaciones inesperadas y, ya
perdida, se deja llevar hacia, entre otros, la promiscuidad, el alcohol, el consumo de drogas y
23
BÂ, Mariama, Une
si
longue
lettre. Dakar, Les nouvelles éditions africaines su Sénégal,
1979.
24
Noma
Prize: Premio literario para publicaciones Africanas (1979-‐2009).
25
GUEYE, Marame. «Stuck on So
Long
A
Letter: Senegalese Women’s Writings and the
Specter of Mariama Bà». A Paper Presented at the 20th Anniversary Summit of the African
Educational Research Network at North Carolina State University, Raleigh, USA, (2012).
21
|
la prostitución. Múltiples son las historias y anécdotas que relata la novela sobre esta etapa
de la vida de la protagonista. Ken siempre fue incapaz de comprender la marcha de su madre,
quien desapareció en un tren cuando la protagonista tenía tan sólo cinco años. A esto se unen
la figura de un padre demasiado mayor para hacerse cargo de ella, de una abuela que la
rechazó por su fuerte tradicionalismo y de unos hermanos con vidas totalmente ajenas. Ese
sentimiento de soledad, de falta de lazos familiares, que comienza en su infancia, se ve
agudizado durante su adolescencia y en su etapa como adulta en Europa.
El relato de Ken Bugul es un claro ejemplo de la nueva literatura emergente entre las
mujeres africanas, simboliza el proceso de su incorporación al mundo de la creación como
proceso de búsqueda de una identidad, de confrontar las experiencias vividas con la
objetivación propuesta desde el exterior. Y, en este sentido, la escritura autobiográfica se
convierte en el camino más próximo para la formación de una nueva imagen, que pretende
26
ser más colectiva que individual (Man ). Los temas que se plantean en esta obra pertenecen
al ámbito de la intimidad y lo privado, a la esfera de lo doméstico, de lo cotidiano, aunque,
trasladados al continente europeo, confieren una nueva visión a cuestiones ya tratadas hasta
ese momento en la literatura africana escrita por mujeres.
Une
si
longue
lettre está escrita en primera persona y se trata de una correspondencia
epistolar entre dos amigas de infancia en la que se relata la situación y el papel de la mujer
27
senegalesa poscolonial. Encontramos múltiples personajes femeninos en la obra .
Ramatoulaye es la emisora de las cartas que van dirigidas a Aissatou. Veintisiete cartas
semiautobiográficas en las que Ramatoulaye cuenta a su amiga sus sentimientos e
intimidades más profundas. Cumpliendo con la cuarentena de luto exigida por la sociedad a
la que pertenece, la protagonista comienza su correspondencia epistolar con su amiga
senegalesa residente en Estados Unidos. En las cartas se dibuja el papel de la mujer, de la
sociedad senegalesa, de las costumbres tradicionales, de la poligamia, del sistema de castas,
de la viudedad, del levirato, del maraboutage, de la modernización. En sus cartas también
analiza la sociedad, el papel de la familia, la política, la educación de la época y demás temas
preocupantes para la mujer del momento. Son múltiples los aspectos que se abordan en la
novela, si bien el tema principal es el de la poligamia. Ramatoulaye comienza a contar su
historia tras la muerte de su marido, Modou Fall. Un hombre instruido, padre de doce hijos,
que, tras veinticinco años de matrimonio, decidió tomar una segunda esposa, Binetou,
amiga de una de las hijas del matrimonio. Es en este momento cuando comienza la
correspondencia en la que la protagonista denuncia el papel de la mujer en la sociedad
senegalesa, hablando sobre las dificultades vitales a las que ha tenido y tiene que hacer
frente, compartiendo con dolor y resignación el duelo de la muerte de su marido con su
segunda.
26
Man, Michel, 2007, p.95.
27
Si bien lo ideal sería poder detenernos en cada uno de ellos y analizar lo que representan,
nos limitaremos en esta ocasión a estudiar los dos principales.
22
|
Aissatou es amiga de Ramatoulaye. Si bien en su momento se vieron en una situación
vital similar, la reacción no fue la misma, pues Aissatou decidió divorciarse de su marido,
tomar las riendas de su vida y escapar de una relación polígama. Emigró para encontrar un
futuro mejor, poder criar a sus hijos y mantener a su familia. Es quien representa la “nueva
28
mujer africana”, según algunos expertos. En una entrevista realizada por Alioune Touré Dia
a Bâ, tras la publicación de su obra, esta señalaba que
“Une femme n'accepte jamais la polygamie par gaîté de coeur. C'est le cas de
Ramatoulaye. Les femmes qui acceptent la polygamie sont contraintes. Comme le dit si bien
d'ailleurs Aminata Sow Fall dans son livre intitulé "La grève des battus". Je cite de mémoire:
"Toutes les femmes ont au moins une fois dans leur vie rêvé d'un mari pour elles toutes
seules." C'est contraintes par les hommes, par la société, par la tradition, que la femme vit en
polygamie. Une femme de mon âge qui approche de la cinquantaine peut accepter la
polygamie. Quand par exemple on perd son mari où qu'on est divorcée d'un certain âge, il est
difficile de trouver un conjoint de son âge, libre. Pour ne pas terminer solitairement ses jours,
on peut en sacrifiant son idéal, avoir un compagnon. C'est sur ce plan seulement que la
polygamie est peut-‐être défendable. Et encore, on fait du tort à la femme avec qui on
partage son mari et les problèmes restent aussi ardus qu'à vingt ans. Mais une jeune fille qui
est au début de sa vie, qui a tout son avenir, qui a son potentiel de jeunesse et de beauté, elle
peut tout de m'ême s'engager dans le mariage monogamique. Les jeunes qui vont dans un
mariage détrôner celle qui y est, subiront elles aussi, un jour, le même sort. Le mari qui
commence à avoir deux femmes ne terminera certainement pas avec deux femmes. Il ira
jusqu'à quatre femmes. Les mêmes raisons qu'il apporte à sa deuxième épouse pour
expliquer son geste, il les donnera à la troisième fiancée ou à la quatrième pour les épouser.”
CONCLUSIÓN:
EL
EMPODERAMIENTO
DE
LA
MUJER
A
TRAVÉS
DE
SU
VOZ
LITERARIA
Mujeres instruidas y cultivadas ambas, con nociones e ideas sobre el mundo distintas a
las de sus madres y las de la sociedad senegalesa de la época, escriben sobre ellas mismas,
haciéndonos ver cómo la cultura, la sociedad, la tradición y la religión influyen en el papel de
la mujer. Observamos cómo se sirven de personajes ficticios para retratar sus situaciones
personales utilizando sus plumas a modo de terapia, canalizadoras de sus sentimientos y sus
intimidades. Se autorretratan; en el caso de Ken Bugul, describiendo el sentimiento de
alienación debido a la colonización, la búsqueda interior, la visión del primer mundo, la
búsqueda de las raíces y demás temáticas ya comentadas. En el caso de Bâ, haciéndonos
partícipes de sus experiencias, de su visión sobre la poligamia, la mujer, la estructura familiar,
el comportamiento tradicional, las costumbres, etc. Denuncian las situaciones que viven, el
papel que ocupan en la compleja sociedad africana y explican y muestran al lector los
interiores de una sociedad y cultura desconocidas (en el caso de Bâ, a través de numerosas
28
DIA, Alioune Touré «Succès littéraire de Mariama Bâ pour son livre Une si longue lettre»,
Amina 84, (1979), pp.12-‐14.
23
|
notas a pie de página explicativas) cuyos valores, tradiciones y concepciones son muy
diversos.
Ambas autoras y sus obras están consideradas como de las más influyentes y más
comprometidas en la promoción de la literatura africana escrita por mujeres y en la difusión
del complejo y polifacético rol que estas desempeñan en su sociedad.
24
|
ESCALANDO
LA
MONTAÑA
DE
LOS
FEMINISMOS:
RETOS
PARA
EL
TEJIDO
DE
ALIANZAS
FEMINISTAS
TRANSNACIONALES
Itziar
Gandarias
Goikoetxea
INTRODUCCIÓN
Esta comunicación es parte de una investigación realizada en el País Vasco durante el
año 2012 cuyo título es: “De las otras al No(s)otras: encuentros, tensiones y retos en el tejido
de articulaciones entre colectivos de mujeres migradas y feministas locales en el País
1
Vasco” . El objetivo de la misma, era explorar las posibilidades y dificultades de tejer alianzas
feministas entre diferentes organizaciones de mujeres, particularmente, entre
organizaciones de mujeres migradas y feministas autóctonas. La finalidad era ofrecer
algunas claves sobre las dificultades para desarrollar proyectos feministas colectivos que
envolvieran a mujeres de diferentes orígenes y culturas. Para ello, se utilizó una aproximación
etnográfica que incluyó entrevistas a cinco organizaciones y el método de observación-‐
participante. Aunque la investigación reconoce la multiplicidad de posiciones dentro de las
categorías de “migrantes” y “autóctonas”, en la presente comunicación analizaremos la
construcción de esas categorías tomando como base un extracto de un discurso de una de las
participantes de la investigación perteneciente a un grupo de mujeres migradas.
A
VUELTAS
CON
EL
SUJETO
POLITICO
FEMINISTA
El feminismo es un movimiento social, que a lo largo del siglo XX y del actual siglo XXI se
ha consolidado tanto desde el punto de vista teórico como práctico, caracterizándose por su
trayectoria y práctica política reivindicativa. Uno de los grandes debates del feminismo de las
últimas décadas, todavía abierto y en discusión, ha girado en torno a a la construcción del
sujeto político feminista y al debate igualdad versus diferencia. Sin caer en el reduccionismo
inherente a simplificar el pensamiento feminista en una serie de olas consecutivas que se
distribuyen homogéneamente en distintos periodos históricos, es habitual señalar que los
feminismos de la “Segunda Ola” se caracterizan por la lucha por los derechos y la dignidad
para el sujeto político “mujer”, por lo que conseguir un derecho o reconocimiento para la
1 Para más información sobre la investigación puede leerse el siguiente articulo publicado
en Julio del presente año, 2013, en el Monográfico nº 5 de la Revista Encrucijadas:
https://dl.dropboxusercontent.com/u/31989152/Número 5/Encrucijadas n5 gandarias y
pujol.pdf
25
|
“mujer” implica, de alguna forma, conseguir el derecho o reconocimiento “para todas las
mujeres”. Los denominados feminismos de la “Tercera Ola” o feminismos postcoloniales
parten de la multiplicidad y heterogeneidad del sujeto político “mujer”. Sus críticas se
2
concentran en dos ejes mutuamente relacionados. Según Hooks , una primera crítica
cuestiona la victimización de las mujeres del “Tercer Mundo”, concebidas como sujetos
pasivos que ignoran las discriminaciones que padecen y desconocen las estrategias para
erradicarlas; una segunda critica apunta a la universalización de un ideal de mujer acorde a la
mujer occidental ,blanca, heterosexual y urbana que no contempla las experiencias de otros
grupos de mujeres. Estas críticas vienen a denunciar cómo la realidad de las mujeres no
puede explicarse únicamente desde el género, sino que es necesario articular la categoría
sexo-‐género con otras divisiones sociales como la sexualidad, la clase social, el origen étnico
o la “raza”. Defienden la idea de que las mujeres están distanciadas entre sí por unas
diferencias económicas y socioculturales que va a afectar la manera objetiva y subjetiva de
sufrir y experimentar la dominación masculina. De este modo y como herederas de estas
críticas realizadas por feministas de color y feministas lesbianas de los años 80, una nueva
generación de pensadoras feministas de diferentes tradiciones teóricas ponen de manifiesto
durante la década de los 90 el significado etnocéntrico y univoco del término de mujer y van a
exigir un replanteamiento del debate de la diferencia, no centrado ya tanto en las diferencias
entre hombres y mujeres, como en las diferencias existente entre las propias mujeres.
FEMINISMOS
TRANSNACIONALES:
LA
APUESTA
POR
LA
DIFERENCIA
El concepto de feminismo transnacional surge como una alternativa al viejo concepto de
3
“global sisterhood” de Morgan usado durante la segunda ola del movimiento de mujeres.
Mientras este concepto se basaba en lo común de las mujeres, el concepto de feminismo
transnacional se va a basar en las diferencias como punto de arranque para la construcción de
un proyecto político feminista. Para Mendoza, “el feminismo transnacional es la
deseabilidad y la posibilidad de hacer una política solidaria de feministas de manera global
4
que transcienda la clase, la raza la sexualidad y las fronteras nacionales” . Por lo tanto, la
yuxtaposición de los intereses de las trabajadoras del tercer mundo y las mujeres
consumistas del primer mundo puede entenderse como el punto transversal de las políticas
feministas transnacionales.
5
Una propuesta más arriesgada es la de Chandra T. Mohanty quien apuesta por el
paradigma de las diferencias comunes como presupuesto cuasi trascendental desde el cual
2 HOOKS, Bell, Feminist
Theory:
From
Margin
to
Centre. Boston, MA: South End Press, 1984.
3 MORGAN, Robin, Sisterhood Is Powerful: An Anthology of Writings from the Women's
Liberation Movement. New York: Random House and Vintage Paperbacks, 1984.
4 MENDOZA, Breny, «Transnational feminisms in question». Feminist
Theory,
vol.3 (2002),
pp.313-‐332.
5 MOHANTY, Chandra, Feminism
without
Borders.
Durham and London, Duke University
Press, 2003.
26
|
pensar la praxis política feminista actual. Más que decirnos estas son las diferencias o esta es
la diferencia, parece asumirlas como elementos constitutivos de toda praxis política
feminista. Para la autora:
“El foco no se sitúa solamente en las intersecciones de raza, clase, género,
nación y sexualidad en comunidades diferentes de mujeres sino en las de
mutualidad y complicación / solidaridad, lo cual sugiere un estudio atento a las
tramas entretejidas de las historias de las comunidades. Además, el enfoque se hace
simultáneamente sobre experiencias individuales y colectivas de opresión y
explotación, de lucha y resistencia”.
De esta manera el feminismo contemporáneo se plantea como reto adoptar esquemas
de pensamiento que cuestionen el sesgo etnocéntrico del carácter universal del sujeto mujer
y la noción transhistórica de patriarcado. Así en la actualidad proliferan en los debates
propuestas como la sororidad
de Marcela Lagarde o la apuesta por un feminismo
dialógico
de
Puigbert,en un intento de construir proyectos políticos feministas contemporáneos. Para
Lagarde:
“la sororidad es un pacto político entre pares. No se trata de que nos amemos, podemos
hacerlo. No se trata de coincidir en concepciones del mundo cerradas y obligatorias. Se trata
de acordar de manera limitada y puntual algunas cosas con cada vez más mujeres. Los pactos
entre nosotros son limitados en el tiempo y tienen objetivos claros y concisos, incluyen,
6
también, las maneras de acordarlos, renovarlos o darles fin” .
El feminismo dialógico por su parte, va a reivindicar el diálogo como elemento clave para
7
sostener las diferencias. Para su autora, Lidia Puigvert , se trata de incorporar las voces de lo
que la autora denomina “las otras mujeres”, mujeres que hasta ahora se han visto como
inferiores o simplemente han sido obviadas. De esta manera, la crítica feminista actual se
desplaza de
la
lógica
de
la
identidad
que presupone un sujeto mujer coherente, estable,
transhistórico y transcultural pero que responde a la definición dominante culturalmente, a
la
lógica
de
la
diferencia
que reconoce que las mujeres en plural no son identidades
homogéneas y unificadas.
NUEVOS
DESAFÍOS
PARA
EL
FEMINISMO:
LAS
MUJERES
MIGRADAS
En el actual contexto europeo la feminización de la migración ha sido un fenómeno
importante que ha traído consigo diversos debates sobre como desarrollar una perspectiva
feminista que incluya las problemáticas relativas a la migración que afecta a la vida cotidiana
6 LAGARDE, Marcela, (2006): Enemistad
y
sororidad,
hacia
una
nueva
cultura
feminista,
http://www.e-‐mujeres.net/sites/default/files/Enemistad y sororidad.pdf, [Junio,2013] p.12.
7 PUIGVERT, Lidia, «Feminismo Dialógico. Aportaciones de las “otras mujeres” a la
transformación social de las relaciones de género », en BECK-‐GERNSHEIM, Elisabeth,
BUTLER, Judith y PUIGVERT, Lidia (eds.)
Mujeres
y
Transformaciones
Sociales.
Barcelona: El
Roure,2001.
27
|
8
9
10
de las mujeres. Para autoras como Anthias y Lazaridis ; Eleonnore Koffman y Mary Nash
es fundamental que en los países de recepción se tenga en cuenta las experiencias y
colaboración de las mujeres migradas a la hora de definir proyectos feministas locales. En
esta misma línea estudios realizados sobre asociacionismo de mujeres migrantes, Remei
11
12
Sipi y Unzueta y Vicente , destacan la necesaria solidaridad entre las mujeres para paliar la
marginación que sufren las mujeres migrantes.
En por ello que más que la disgregación de las luchas, la apuesta desde algunos
movimientos feministas es la apertura para pensar en un movimiento plural que reconozca
que hay otras formas de lucha y de resistencia y se deje contaminar por otras formas de
13
reivindicar. Para Zabala , es imprescindible realizar un acercamiento a la realidad de las
mujeres migradas, conocer sus historias, sus vidas y sobre todo las realidad de las que vienen
y las realidad que se les manifiestan en los lugares de destino. Como señala la antropóloga
14
Dolores Juliano : “No estamos ante una mujer tradicional a la cual el mundo se le abre al
llegar a la sociedad receptora, sino que llega aquí porque tiene ya el mundo abierto. De lo
contrario, no se movería del lugar de origen”.
15
Esta falta de vínculos efectivos según Braidotti , entre las mujeres intelectuales
“blancas” y las “muchas extranjeras” radicadas en los países europeos en un momento en que
el racismo y la xenofobia crecen día a día hace inminente la necesidad de estudiar y analizar
desde una mirada crítica e interseccional las posibilidades y limites de una acción política
feminista más transversal entre organizaciones de mujeres y feministas, tanto migrantes
como autóctonas.
“SUBIR
LA
MONTAÑA”
DE
LA
LIBERACIÓN
FEMINISTA
8 ANTHIAS Floya y LAZARIDIS Gabriella (eds), Gender
and
Migration
in
Southern
Europe:
Women
on
the
Move. Oxford: Berg publishers, 2000.
9 KOFMAN Eleonnore. «Family-‐Related Migration: A Critical Review of European
Studies».
Journal
of
Ethnic
and
Migration
Studies,
vol
30,
núm.2,(2004) pp. 243-‐262.
10 NASH, Mary,«Identidades de género, mecanimos de subalternidad y procesos de
emanicipación feminina»,
Revista
Cidob,
Revista
CIDOB
d’Afers
Internacionals,
núm. 73-‐74 p.
39-‐57,2008.
11 SIPI, Remei, “Las asociaciones de mujeres, ¿agentes de integración social?” Papers:
revista
de
sociología. Núm 60, (2000),pp.355-‐364.
12 UNZUETA, Amaia y VICENTE, Trinidad,“Asociacionismo de mujeres inmigrantes en el
País Vasco: actuaciones y desafíos”
Zerbitzuan, núm. 40, (2011) pp. 81-‐92.
13 ZABALA, Begoña,,“Mujeres inmigrantes. Algunas consideraciones desde el feminismo”
en Harresiak Apurtuz (eds): Mujeres
inmigrantes,
viajeras
incansables, Bilbao, Harresiak
Apurtuz, (2004), pp. 121-‐137
14 JULIANO, Dolores,«Mujeres estructuralmente viajeras: estereotipos y estrategias».
Papers, núm.60, Barcelona, (2000), pp.97.
15 BRAIDOTTI, Rossi, Nomadic Subjects: Embodiment and Sexual Difference in
Contemporary Feminist Theory. New York: Columbia, 1994.
28
|
El presente discurso analizado relata un encuentro entre una organización de mujeres
migradas a la que pertenece la mujer relatora y una organización de mujeres feministas
autóctonas. El fragmento pertenece a una mujer migrada, integrante de la organización de
mujeres migradas que participó del encuentro. La reunión conjunta tenía como objetivo
iniciar un primer contacto entre las dos organizaciones para realizar un mapa de los pasos
necesarios en la construcción de acciones políticas comunes. Durante el encuentro, se utilizó
la metáfora de subir la montaña para pensar y dar cuenta de las dificultades y esfuerzos que
implica la construcción de alianzas feministas conjuntas. Ella describe el episodio de la
siguiente manera:
Una (de la asamblea de mujeres autóctonas) nos dijo: “Pues yo las voy a esperar
abajo de la montaña”. Pero una de nuestras compañeras (de la organización de
mujeres migradas) le rebatió, ¿Y quién te asegura que vamos a bajar al punto donde
estáis vosotros, si hay otros posibles caminos, otras veredas por los que ir? ¿Por qué
tenemos que llegar al mismo lugar al que llegasteis vosotras? Porque en ese proceso
de subir la montaña pueden pasar muchas cosas: me pierdo, me reencuentro, veo un
camino más fácil y nuevo, me paro, vuelvo hacia atrás... y acabo en un lugar diferente
al que pensaba. No solo hay un camino para subir y bajar la montaña, hay muchísimas
opciones. Yo le hubiera dicho: “¡Qué bien que nos esperan. Ahí nos vamos a
encontrar!”, porque soy más fácil y eso me hace como acomodarme a lo que hay, pero
luego es verdad que me doy cuenta de que los procesos son mucho más profundos.
Este fragmento condensa algunas de las discusiones que se dieron en la reunión
conjunta, dando cuenta de las implicaciones de las posiciones discursivas de unas y otras y las
dificultades en la conformación de alianzas transnacionales. La frase inicial “Pues yo las voy a
esperar abajo de la montaña” hace una clara distinción entre quienes tienen que subir la
montaña y quienes ya la han subido. En este contexto, subir la montaña, es una metáfora del
recorrido de liberación de las mujeres para conseguir su emancipación, donde se asume que
las mujeres autóctonas están en una posición más avanzada del recorrido. Las mujeres
migradas son colocadas al inicio del recorrido “aun por subir a la montaña”, dando por hecho
que están en una posición menos avanzada en lo que respecta a la relación con los hombres y
a la asimilación de los valores patriarcales.
Por un lado, esta metáfora asume un único proceso de llegar al feminismo, el marcado
16
por las mujeres locales, quienes se convierten en lo que Nirmal Puwar denomina la “norma
somática universal” y las referentes a las que seguir en “el proceso de convertirse en
feminista”. Esta diferenciación marca una manera única y universal de hacer feminismo y ser
feminista y genera relaciones asimétricas entre mujeres autóctonas y migradas.
La superioridad de la posición de las mujeres autóctonas se materializa también en
actitudes condescendientes hacia las mujeres migradas “esperándolas a que hagan el
16 PUWAR, Nirmal, «The racialised somatic norm and the senior civil service». Sociology,
vol. 3, núm35 (2001), pp.651-‐670.
29
|
recorrido”; actitudes que refuerzan su posición como diría Dolores Juliano de “pobres
17
18
mujeres” o en palabras de Mohanty “mujeres del Tercer Mundo” que deben de aprender
de las feministas occidentales para enfrentar las opresiones del patriarcado.
Por otro lado, en el presente discurso las experiencias previas políticas y de luchas de las
mujeres migradas son borradas. Cualquier práctica política feminista alternativa es
descuidada y otras formas de acción son consideradas insuficientes. Este énfasis en las
diferencias y en un posible feministómetro
que clasifique las posiciones feministas de las
mujeres, reproduce las relaciones de poder coloniales estabilizando ciertas formas de poder
como las hegemónicas.
El fragmento también da cuenta de cómo las relaciones de poder coloniales son
aceptadas por las mujeres migradas. Aunque en el discurso aparece una voz que cuestiona la
metáfora del único camino de subir la montaña, la mujer que pronuncia el discurso ve con
buenos ojos que las mujeres autóctonas “les esperen abajo de la montaña”, aceptando sin
cuestionar que es ella quien tiene que asimilar los valores feministas de las autóctonas. Ella
justifica esta aceptación de manera resignada: “soy más fácil y eso me hace como
acomodarme a lo que hay”. Esta aceptación da cuenta de como existen ciertos cuerpos como
19
diría Puwar, “fuera de lugar” que son cuestionados y deben de “acomodarse” a la norma.
Para ella, este reacomode no significa algo positivo, sino más bien manifiesta sumisión y
complacencia. Esta voz más sumisa se presenta en oposición a la otra voz que si cuestiona las
implicaciones coloniales de la metáfora de “subir la montaña”. Esta voz increpa y pone en
cuestión la univoca ruta feminista y abre el camino de la posibilidad de diferentes proyectos
políticos feministas “No solo hay un camino para subir y bajar la montaña, hay muchísimas
opciones”. Esta nueva voz pone de relevancia como diferentes necesidades, experiencias y
agencias pueden desarrollarse dentro de un proyecto feminista y las mujeres migrantes no
necesariamente tienen que repetir los mismos pasos o aspirar a los mismos objetivos
políticos que las feministas autóctonas: “¿Por qué tenemos que llegar al mismo lugar al que
llegasteis vosotras?”.
A
MODO
DE
CONCLUSIÓN:
FUTURAS
ALIANZAS
FEMINISTAS
TRANSNACIONALES
En momentos actuales de crisis globales, pensar en futuras alianzas feministas
17 JULIANO, Dolores, «Inmigración sospechosa y las mujeres globalizadas»,en GREGORIO
GIL, Carmen y AGREDA ROMERO, Belen, (eds.), Mujeres
de
un
solo
Mundo:
globalización
y
multiculturalismo,Granada: Colección Feminae, 2002, pp. 277-‐288.
18 MOHANTY, Chandra, «De vuelta a Bajo los Ojos de Occidente» ,en SUAREZ Liliana y
HERNÁNDEZ Rosana.(eds.), Descolonizando
el
feminismo:
teorías
y
prácticas
desde
los
márgenes,
Madrid: Cátedra, (2008,[2003]), pp.407 – 464.
19 PUWAR, Nirmal. Space invaders. Race, gender and bodies out of place. Oxford: Berg,
2004..
30
|
transnacionales entre mujeres inmigrantes y autóctonas conlleva ser consciente de las
implicaciones de reproducir las fronteras geopolíticas coloniales en la interacción de la vida
cotidiana. Tal y como el feminismo postcolonial y transnacional sugieren, es necesario
reconocer diferentes diferencias entre las mujeres -‐y opresiones que se unen a estas
diferencias-‐, con el fin de tejer múltiples proyectos feministas en un tejido diverso y
multiforme. El patriarcado no se manifiesta de la misma manera en diferentes contextos
culturales y sociales, y las opresiones y las experiencias de las mujeres en estos contextos
puede adoptar muchas y diversas formas. El reconocimiento de estas experiencias puede ser
de beneficio mutuo en la identificación de las relaciones de poder que están teniendo lugar
en un contexto particular. En este sentido, el feminismo occidental es sólo una forma de
feminismo, y se puede mejorar mediante la inclusión de las prácticas que las mujeres de todo
el mundo han desarrollado con el fin de sobrevivir y luchar contra el patriarcado.
La creación de alianzas feministas transnacionales exige la descolonización del
feminismo, que implica la consideración de los procesos de alienación cultural de las mujeres
en los márgenes. También es necesario desenmascarar la aparente superioridad del
feminismo occidental y la creación de nuevas relaciones fuera de la lógica colonial de las
dicotomías y la clasificación. Se debe tener cuidado de no contribuir a reproducir las
relaciones asimétricas de poder en nuestras interacciones cotidianas feministas.
En síntesis, un proyecto feminista transnacional debe hacer hincapié en las diferentes
posiciones de poder y privilegio por las que transitamos las mujeres de acuerdo a las
diferentes trayectorias, al mismo tiempo que rescate estrategias de lucha compartidas que
permita atravesar las diferencias entre nosotras y construir alianzas contingentes y situadas
para problemáticas y contextos concretos.
31
|
HACIA
UN
FEMINISMO
TRANSNACIONAL:
REPRESENTACIONES
DEL
TÉRMINO
“FEMINISMO”
EN
EL
CONTEXTO
DEL
SURESTE
ASIÁTICO
Mª
Concepción
Brito
Vera
INTRODUCCION
1
En su prólogo a la colección de ensayos Feminist Coalitions (2008) Sara Evans expresa
su perplejidad ante la amplia difusión del estereotipo de la feminista como una mujer blanca
de clase media. Su perplejidad es aún mayor cuando repara en la gran cantidad de trabajos
señeros e influyentes realizados por mujeres que no se atienen a esta definición y que, no
obstante, parecen no haber disfrutado de la misma capacidad para adquirir visibilidad.
Analizar las causas de este hecho es una tarea larga y compleja que sin duda requiere tener
en cuenta la historia de colonización europea, los modos de circulación del poder y otras
líneas de influencia que determinan nuestra forma de percibir y entender el mundo en que
vivimos. No es esa, sin embargo, mi intención en este trabajo. Aquí pretendo profundizar en
las características de este estereotipo e ilustrar en qué forma esta caricatura determina y
lastra los esfuerzos de una asociación que lucha por los derechos de la mujer en Singapur.
2
Para ello haré uso del cuento “Transit to Heaven” , escrito por la autora singapurense
Catherine Lim y en el que se nos presenta a Dora Warren, una feminista blanca de clase
media estereotípica.
Lim es una prolífica y reconocida escritora singapurense que destaca por su ironía y
agudo sentido del humor en la construcción de sus relatos. La crítica contenida en este
cuento, precisamente porque no es una crítica académica, permitirá perfilar las
características de este estereotipo. Asimismo, un breve recorrido por la historia de AWARE
(Asociation
of
Women
for
Action
and
Research), ilustrará cómo se utiliza para contener y
cercar los esfuerzos feministas en Singapur al tiempo que ejemplificará la forma en que otras
mujeres, mujeres con una historia de colonización, negocian sus propias condiciones de
inclusión bajo este término, un adjetivo con múltiples y difíciles connotaciones.
1
Evans, Sara M., Introducción en GILMORE, Stephanie (ed.), Feminist
Coalitions.
Historical
Perspectives
on
Second-‐Wave
Feminism
in
the
United
States,
Urbana y Chicago, University of
Illinois Press, 2008, p. vii.
2
Lim, Catherine, «Transit to Heaven», The
Woman´s
Book
of
Superlatives, Singapur, Times
Editions, 1993, pp. 122-‐141.
32
|
“TRANSIT
TO
HEAVEN”:
EL
ESTEREOTIPO
DE
LA
FEMINISTA
OCCIDENTAL
En “Transit to Heaven” Dora Warren, una feminista aclamada mundialmente, acaba de
quitarse la vida tras comprobar que tanto el mundo académico como su propia hija le han
dado la espalda. Tal y como dicta la creencia popular, justo antes de que el alma abandone el
cuerpo, Dora tiene la oportunidad de presenciar los momentos estelares de su vida como si
fueran instantáneas en un proyector celestial. Así, surgen ante sus ojos el día en que asustó a
un niño y le quitó la pistola, su noviazgo y matrimonio con Charles, el nacimiento de su hija y
el subsiguiente desmayo del marido que quiso acompañarla en el parto, los años del divorcio
y sus grandes éxitos académicos. Entre estos últimos cabe citar, por ejemplo, su teoría por la
que el concepto de la envidia del pene queda reducido a una mera argucia de los hombres
para esconder su propia debilidad (llegó a esta conclusión tras el incidente del desmayo de
Charles), o la teoría por la que el lenguaje es un elemento que mantiene a la mujer en una
posición de subordinación. Finalizada esta secuencia de imágenes, la protagonista se
encuentra en una estación de tránsito a las puertas del cielo cuando una voz masculina, la de
su ángel de la guardia, le dice que debe esperar hasta que se le asigne el cielo que le
corresponde. Es así como Dora descubre, en primer lugar, que solo por haber nacido mujer ya
es merecedora de ir al cielo; en segundo lugar, que el cielo está dividido en compartimentos a
los que van las mujeres según su grado de sufrimiento en vida y, en tercer y último lugar, que
solo puede entrar en un cielo inferior porque disfrutó de una vida acomodada. No obstante,
el ángel de la guarda reconoce que el caso de Dora es especial y le ofrece la posibilidad de
volver a la tierra y hacer méritos para entrar en el cielo S, el de las que más sufrieron en vida.
El cuento acaba cuando Dora despierta en la cama de un hospital. Sabe que se le ha
concedido otra oportunidad de entrar en el cielo S y pide viajar a Allahabad, la ciudad donde
una vez abandonó a una mujer india que pidió su ayuda. Cree que así ganará los méritos que
le faltan pero tanto su hija como la enfermera que la acompañan junto a la cama comprenden
que el intento de suicidio es una señal de que Dora ha perdido la razón. El lector concluye que
la protagonista hará méritos para entrar en el cielo S pero de una forma muy distinta a la que
ella había imaginado.
En la construcción de este personaje, Catherine Lim se sirve de una maniobra muy
inteligente para conseguir que Dora pierda su individualidad y se transforme en un
estereotipo o, si se quiere, una caricatura: Lim atribuye a la protagonista la elaboración de
conceptos que hoy son básicos en la teoría feminista, logrando de esta forma que el
personaje concentre los mejores momentos de este movimiento. De esta forma, las virtudes
de Dora son las virtudes de todo el feminismo en Occidente mientras que sus deficiencias son
también las de todo el feminismo.
Pero ¿cómo es este personaje? Físicamente, la autora la describe como una mujer de
ojos exaltados y larga melena rubia, que lucirá cortada al cero a modo de desafío. Por otra
parte, su nombre, Dora Warren, recuerda mucho al de Dora Marsden, una conocida activista
de principios del siglo XX y permite terminar de perfilar el personaje como una mujer
vehemente, impaciente y muy activa en la lucha. Así, mientras contempla las últimas
33
|
imágenes de su vida antes de morir, en vez de sentir nostalgia o tristeza por la vida que ha
perdido, solo desea pasar página rápidamente y descubrir qué viene después. Por tanto, es
una mujer combativa y más interesada en los resultados que en el camino andado (una
característica atribuida generalmente a Occidente).
Tanto el nombre como la descripción física del personaje parecen sugerir una activista
fiera que no teme desafiar las normas de decoro y recato normalmente atribuidas la mujer.
Para la protagonista es tan importante subvertir y desafiar los patrones tradicionales del
comportamiento femenino y está tan centrada en su carrera académica que descuida sus
deberes como madre. Este aspecto, el cuidado de los hijos y las obligaciones como madre,
puede pasar desapercibido fácilmente, sin embargo, es un elemento que despierta
reticencias entre algunas mujeres que se acercan al feminismo. Así, en el artículo
significativamente titulado “Feminism with a Small ‘f’”3 la escritora nigeriana Buchi
Emecheta expresa su desconfianza hacia quienes abandonan a sus hijos por su carrera. En
suma, Dora es una mujer impaciente para la que el final es más importante que el camino
recorrido. Tiene en poca estima a los hombres y desprecia valores tradicionales como el de la
familia. Por encima de todo, es una mujer ambiciosa e individualista, una característica
normalmente atribuida a Occidente.
Otro aspecto puesto en cuestión tiene que ver con el contenido mismo de la crítica
feminista. ¿Cómo describe la autora el trabajo académico de su protagonista? Lo cierto es que
Lim arremete tanto contra los objetivos y la finalidad de la investigación como contra el propio
cuerpo teórico de la crítica desarrollada por Dora Warren. El cuento denuncia la diferencia
existente entre los supuestos objetivos de la investigación y su finalidad no confesada.
Básicamente, Dora necesita investigar y aparecer con “nuevas ideas” para mantenerse en la
cresta de la ola académica y no duda en utilizar a las mujeres del Tercer Mundo con tal finalidad.
Es decir, dice luchar para mejorar la situación de la mujer pero el incidente de Allahabad
demuestra que la hermandad de mujeres que preconiza y de la que se siente parte no es más
que una ficción. Además, cada vez que la protagonista se encuentra con un obstáculo en su
carrera Catherine Lim la sitúa viajando a Oriente o Méjico buscando inspiración y confirmación a
sus teorías. La mujer del Tercer Mundo se reduce a un medio puesto en uso para alcanzar sus
propios fines que no son otros más que el seguir ascendiendo en la escalera académica y
reforzar la imagen de luchadora incansable que imagina para sí misma.
Este aspecto muestra gran coincidencia con la crítica ejercida por Gayatry Chakravorty
4
Spivak en “French Feminism in an International Frame” . Como ya es sabido, en este texto
Spivak pone en evidencia el narcisismo intelectual que subyace a la obra de Julia Kristeva
About Chinese Women (1977). Especialmente significativo es el momento en que Kristeva se
3
Emecheta, Buchi. «Feminism with a small ‘f’» en Nordiska Africaninstutet (ed.), Criticism
and
Ideology:
Second
African
Writer´s
Conference,
Stockholm
1986, Stockholm, Scandinavian
Institute of African Studies, 1988, pp. 173-‐185.
4
Spivak, Gayatri Chakravorti, «French Feminism in an International Frame» en In
Other
Worlds.
Essays
in
Cultural
Politics.
Nueva York y Londres, Routledge, 1988, pp. 134-‐154.
34
|
dirige a las mujeres chinas reunidas en la plaza de Huxian. Spivak subraya que su primer
pensamiento ante esas mujeres no tiene que ver con quiénes son ellas, cuáles son sus
necesidades o las condiciones en que viven. El primer pensamiento de Kristeva, dice Spivak,
es una pregunta sobre sí misma. En palabras de Spivak:
Her
question,
in
the
face
of
those
silent
women,
is
about
her
own
identity
rather
than
theirs:
“Who
is
speaking,
then,
before
the
stare
of
the
peasants
at
Huxian?”
This
too
might
be
a
characteristic
of
the
group
of
thinkers
to
whom
I
have,
most
generally,
attached
her
…
their
repeated
question
is
obsessively
self-‐centered:
if
we
are
not
what
official
history
and
philosophy
say
we
are,
who
then
are
we
(not),
how
are
we
(not)?
(Su
pregunta
ante
esas
mujeres
silenciosas
tiene
que
ver
con
su
propia
identidad
más
que
con
la
de
ellas.
“¿Quién
está
hablando,
entonces,
ante
la
mirada
de
las
campesinas
en
Huxian?”
Esta
también
puede
ser
una
característica
del
grupo
de
pensadoras
con
quienes
la
relaciono…
su
pregunta
obsesiva
se
centra
en
ellas
mismas:
si
no
somos
lo
que
la
5
historia
oficial
y
la
filosofía
dicen
que
somos,
quienes
somos
(o
no),
cómo
somos
(o
no)?
También Chandra Talpade Mohanty observa y denuncia esta misma actitud. Así, en su
6
introducción a Feminism without Borders (2003) afirma que el academicismo en Estados
Unidos “has led in part to a kind of careerist academic feminism whereby the boundaries of
the academy stand in for the entire world and feminism becomes a way to advance academia
careers rather than a call for fundamental and collective social and economic transformation”
(ha conducido a una especie de feminismo ambicioso por el que el mundo académico no
tiene límites y el feminismo se convierte en una forma de hacer avanzar carreras académicas
más que en un camino hacia la transformación social y económica.)
Además de los objetivos investigadores, Catherine Lim también pone en cuestión el
contenido mismo de la crítica feminista elaborada por Dora. Así, si bien en los comienzos de
su carrera los hallazgos parecían tener cierto sentido y satisfacían las necesidades de las
mujeres a las que se dirigía, la investigación, cada vez más teórica y menos concreta, se va
distanciando de las mujeres a las que quiere defender hasta que esas mismas mujeres
terminan por darle la espalda. Un ejemplo de esta crítica se puede encontrar en lo que Dora
considera su magnum opus, la teoría de las tres palabras (I love you) más insidiosas del
lenguaje. La tenemos frente a un grupo de mujeres, acaba de referirse a esas tres palabras y
afirma que deben ser desterradas del lenguaje porque cuando son dichas por una mujer
representan la aceptación del poder masculino. Finalizada su exposición Dora tiene que
afrontar el absurdo resultante de la aplicación de su teoría a la realidad de los pequeños
casos: una mujer se levanta indignada, “The Bastard! He has been saying “I love you” to me
every day for the last twenty years and I believed him!” (¡El muy bastardo! ¡ Me ha dicho “te
quiero” todos los días durante estos últimos veinte años y yo le creí!). Otra mujer perpleja
5
Spivak, « French Feminism», pp.173.
6
Mohanty, Chandra Talpade, Feminism without Borders. Decolonizing Theory, Practicing
Solidarity. Durham: DuKe UP, 2003, p.6.
35
|
pregunta: “All these years I could not get my live-‐in boyfriend to say “I love you” to me…
Then last night he did it… You mean I have to tell him to stop saying it?” (En todos estos años
he intentado que mi novio me diga “te quiero” … Anoche lo hizo … ¿Quiere usted decir que
7
debo pedirle que no lo haga más?) . La magnitud de las ideas de Dora queda ridiculizada
cuando es aplicada a las realidades cotidianas.
AWARE
Y
EL
TÉRMINO
“FEMINISTA”
Se puede decir que la historia de AWARE (Asociation of Women for Action and Research)
refleja la historia de los feminismos en los países antes colonizados obligados a adaptarse a
condiciones muy desfavorables para poder subsistir. AWARE nació en 1985, quizás en
respuesta a un discurso dirigido a la nación por Lee Kwan Yew, el entonces presidente de
8
Singapur. En ese discurso, el presidente Lee lanzaba una reprimenda contra las mujeres
singapurenses que no querían casarse y alumbrar un número suficiente de hijos. Lee,
observaba que las mujeres educadas o con carreras profesionales tenían cada vez menos
descendencia, mientras que las de las clases trabajadoras mantenían tasas de natalidad
alarmantemente altas. Según la lógica del presidente, esta situación conduciría
indefectiblemente a un embrutecimiento de la población ya que se entendía que las mujeres
con carreras profesionales eran las más inteligentes mientras que las de las clases
trabajadoras debían su falta de educación, no a las duras condiciones socioeconómicas bajo
9
las que vivían, sino a su inferioridad intelectual. Según Heng y Devan , este discurso escondía
el temor de la élite china en el gobierno a perder su superioridad numérica ya que las mujeres
más prolíficas y con menor educación eran las malayas e indias mientras que las mujeres
chinas formaban parte de la élite educada que ahora se negaba a casarse y tener hijos. Acto
seguido, el gobierno promovió distintas campañas para cambiar esta tendencia creando, por
ejemplo, una agencia matrimonial (no entendía la descendencia fuera de la unidad familiar),
favoreciendo la esterilización en el caso de las mujeres pobres que hubieran tenido ya dos
hijos o dando facilidades y ventajas educativas para los terceros hijos de las mujeres con
estudios.
AWARE nace en este contexto con la intención de renovar en las singapurenses el interés
por sus derechos. Cuando en 1965 las mujeres adquirieron el sufragio y se abolió la
poligamia, la sociedad singapurense creyó que se había alcanzado ya la igualdad. Sin
embargo, el discurso de Lee dejó claro que esta situación estaba lejos de ser cierta. Pocos
años después de la fundación de AWARE, dos de sus fundadoras fueron detenidas junto con
otras 20 personas bajo la acusación de formar parte de una conspiración marxista. Estas 22
7
Lim, Catherine, «Transit», pp. 132.
Es tradicional anteponer el apellido en los nombres de origen chino.
8
9
Heng, Geraldine y Janadas Devan, «State Fatherhood: The Politics of Nationalism,
Sexuality and Race in Singapore» en PARKER, Andrew y RUSSO, Mary (eds.), Nationalism
and
Sexualities,
Nueva York, Routledge, 1992. 343-‐365.
36
|
10
personas fueron encarceladas sin juicio y luego, de acuerdo con Heng (1997) , torturadas
física y psicológicamente. La asociación no emitió ningún comunicado para apoyar a sus
detenidas. A partir de estos sucesos, AWARE se dedicó con esmero a cuidar su imagen
pública procurando que en ningún momento se les asociara con la palabra “feminista” y
evitando siempre cualquier tipo de confrontación con el estado. Así, en 1990 se publicaba un
reportaje sobre la nueva presidenta de la asociación, Constance Singam, donde se la
describía como una mujer que “defies everything one would expect from a hardline feminist.
She wears a bra … She laughs girlishly, sometimes with a hand cupped over her eyebrow. So
gracious. So full of feminine charm.” (desafía todo lo que uno podría esperar de una feminista
dura. Lleva sujetador … Se ríe como una niña, algunas veces tapándose la cara. Tan graciosa.
11
Tan llena de encanto femenino) . Más tarde la misma Constance Singam afirmaba que las
feministas eran “loudmouthed man-‐haters with unshaved legs” (mujeres vociferantes que no
12
se depilan las piernas) . Por otra parte, las mujeres integrantes de AWARE parecían
presentar distintos grados de tolerancia ante el término “feminista”, tal y como se demuestra
en una encuesta publicada por Leonore Lyons en 2000. Según este estudio, algunas mujeres,
normalmente con carreras profesionales, presentaban una mayor aceptación hacia el
término mientras que otras mujeres eran más reticentes a usarlo para definirse puesto que
temían ser ridiculizadas o rechazadas. Curiosamente el conflicto se resolvía recurriendo a
definir lo que para ellas significaba ser feminista:
I have no qualms about calling myself feminist but I think what we have to do is to define
feminism as a Singapore term. I know that basically we are all feminists, Western, Eastern.
And ... fundamentally the ideology is the same. But, having said that ... maybe our methods
and our approach is different … We have to define feminist in our Singapore political culture
and in our Singapore context. (No tengo ningún escrúpulo en llamarme feminista pero creo
que lo que debemos hacer es definir el feminismo como un término singapurense. Sé que
básicamente todas somos feministas, occidentales o asiáticas. Y … la ideología es
fundamentalmente la misma. Pero dicho esto … puede que nuestros métodos y nuestro
enfoque sean distintos … Tenemos que definir el feminismo en nuestro contexto y nuestra
13
cultura en Singapur) .
De acuerdo con Lyons, entre los términos escogidos para definir la palabra “feminist” se
encontraban: “militant, lesbian, bra-‐burning, anti-‐men, Western, sexually promiscuous,
10
Heng, Geraldine, «‘A Great Way to Fly’. Nationalism, the State and the Varieties of Third
World Feminism» en ALEXANDER, Jacqui y MOHANTY, Chandra Talpade (eds.), Feminist
Genealogies,
Colonial
Legacies,
Democratic
Futures,
Londres, Routledge, 1997, pp. 30-‐46.
11
Ng, Irene, «She is feminine and a feminist». The
New
Paper,
10 Abril, 1990, pp. 10
12
Singam, Constance, «Faces of Feminism». Sunday
Times,
7 Marzo, 1993, pp. 2.
13
Lyons, Leonore, «A State of Ambavalence: Feminism and a Singaporean Women´s
Organisation»,
˂http://ro.uow.edu.au/cgi/viewcontent.cgi?article=1097&context=artspapers˃ [14
Septiembre 2009] pp. 14.
37
|
feminists are people who are really not women, really aggressive, women who don´t shave
their legs… ranting and raving, making noise”. Es decir, la palabra “feminista” significaba ser
militante, lesbiana, una mujer que quema sujetadores, anti hombres, pro Occidente,
promiscuas, son mujeres que no son mujeres, agresivas, que no se depilan las piernas, que
gritan y despotrican, que hacen ruido.
Sobra decir que este estereotipo es una imagen deforme y parcial de lo que significa ser
feminista hoy en día aunque también cabe señalar que algunas prácticas feministas
occidentales pueden haber contribuido a la aparición de esta caricatura, tal y como las obras
citadas aquí demuestran. No obstante, lo que se quiere destacar es que esta imagen
caricaturesca se ha utilizado tanto por la prensa como por el gobierno singapurense para
coartar la consolidación de un movimiento que luche por la defensa de los derechos de la
mujer. Al igual que en muchos otros países con una historia de colonización, el feminismo en
Singapur debe luchar contra dos obstáculos fundamentales: su asociación con Occidente y,
como consecuencia de esta asociación, su afiliación con formas de contestación consideradas
excesivamente agresivas en una sociedad asiática.
AWARE parece estar solucionando esta disyuntiva buscando formas autóctonas de
definir lo que significa ser feminista en la sociedad singapurense. Simultaneamente, esta
asociación está desarrollando estrategias y herramientas propias para negociar con el
nacionalismo singapurense unos espacios propios de actuación como organización que lucha
14
por la igualdad y en defensa de la mujer. Así, en 2010 AWARE ha publicado un documento
donde desmiente 11 mitos del feminismo entre los que incluye, por ejemplo, el que el
feminismo signifique estar en contra de los hombres, ser anti asiática, estar en contra del
matrimonio y la maternidad o el que no se pueda ser femenina y feminista a la vez, además
de otros. Los once mitos parecen querer deshacer la imagen estereotípica de la feminista
como una mujer blanca, individualista y agresiva con unos modos de hacer ajenos a las
sociedades asiáticas. Precisamente, uno de los mitos que se discute es la relación entre el
15
feminismo y Occidente y para ello se recurre a la carta de derechos firmada por el gobierno
en 1965 por la que las mujeres alcanzaban el sufragio. Esto supone un doble movimiento. Por
un lado, se le está recordando al estado sus obligaciones con respecto a sus ciudadanas y la
legitimidad de éstas en su búsqueda por la igualdad. Por otro lado, al establecer márgenes y
límites a lo que significa ser feminista hoy en día en Singapur, la organización está
construyendo un concepto del feminismo propio y adecuado a su contexto.
CONCLUSIÓN
14
Disponible en ˂ http:/www.aware.org.sg/2010/01/feminism/˃ [14 de Septiembre 2013].
El PAP (People´s
Action
Party)
gobernado Singapur ininterrumpidamente desde antes de
que el país adquiriera su independencia.
15
38
|
Catherine Lim concentra su visión crítica del feminismo mediante la construcción del
personaje de Dora Warren, una mujer combativa ya desde su infancia y entregada al mundo
académico con tal ardor, que descuida sus deberes como madre. Los puntos críticos
presentados por la autora en “Transit to Heaven” giran en torno a tres aspectos esenciales: la
no adecuación de ciertas prácticas feministas hegemónicas a las culturas asiáticas, la falta de
honestidad en los fines que se persigue en algunas ocasiones y la distancia cada vez mayor
entre teoría y práctica, es decir, entre los conceptos teóricos y las necesidades de las mujeres
reales en cuyo beneficio se elaboran. La historia de AWARE puede resumir en cierto modo las
dificultades que encuentran las mujeres feministas en países con un pasado de colonización.
Entre otras cosas, deben luchar contra imágenes estereotípicas del feminismo en
muchos casos diseñadas y sostenidas para coartar sus esfuerzos en pro de la igualdad. La
publicación por esta asociación del documento con los 11 mitos del feminismo parece indicar
que AWARE ha recorrido un largo camino desde aquellas declaraciones que hiciera
Constance Singam a principios de los años 90 hasta el momento actual.
39
|
ESCRITORAS
INDIAS
EN
CANADÁ:
LA
VIDA
DESDE
UN
PRISMA
CALEIDOSCÓPICO
Mª
Luz
González
Rodríguez
La exploración de la identidad femenina en la obra de escritoras de origen indio en la
diáspora debe ser entendida como una construcción individual, un proceso a través del cual
interpretan su pasado y presente, es decir, la identidad no puede ser estudiada en un
contexto abstracto sino en un espacio y tiempo concretos. Obviamente, cuestiones como
clase, nación, raza, etnicidad, género, religión e historia están directamente relacionadas con
la forma en la que estas autoras describen a sus personajes femeninos, y cómo estos son,
asimismo, percibidos por la sociedad multicultural que habitan, porque la identidad es
indudablemente también una construcción social. En dicho proceso de búsqueda, el lenguaje
se convierte en una herramienta esencial. A menudo estudiadas como un grupo homogéneo,
en categorías occidentales tales como “mujeres del tercer mundo”, “mujeres de color” o
“minorías visibles femeninas” (“visible minority women”) estas escritoras parten
precisamente de sus obras para enfrentarse a dichas categorías marginales y limitantes.
Inician de esta forma un proceso de redefinición y autoestima. En esta comunicación
analizaré el concepto de “espacio de la diáspora,” propuesto por Avtar Brah, y otros términos
1
poscoloniales claves como “la imaginación esquizofrénica”, “la doble colonización ” y el
resultante cruce de fronteras mentales, físicas y culturales a las que estas escritoras se
enfrentan.
Los primeros asentamientos de nativos indios en Canadá comenzaron hace más de un
siglo. Al principio llegaban en pequeños grupos y se establecían especialmente en la
Columbia Británica. Estos primeros emigrantes eran en su mayoría hombres sijes panyabíes
en busca de puestos de trabajo en el extranjero. Hoy en día, la diáspora india en Canadá se
encuentra repartida por distintos núcleos urbanos tales como Toronto y Vancouver, donde
vive más del 70% del total de la población indo canadiense, y también, aunque en menor
medida, en Calgary, Montreal, Edmonton y Winnipeg. Posiblemente los sentimientos que
estas gentes experimentaron al emigrar fueron similares a aquellos sentidos por otros
emigrantes del mundo al dejar atrás sus hogares; una mezcla de inseguridad combinada con
el deseo de reforzar una identidad marcada en el país de acogida. Aunque cada generación
disfruta de un nivel de integración mayor que la anterior, también es cierto que las mujeres
indias comenzaron a escribir impulsadas por su deseo de crear un imaginario propio, libre de
1
Véase PETERSEN, Kirsten Holst and Anna Rutherford, eds.
A
Double
Colonisation:
Colonial
and
Post-‐Colonial
Women’s
Writing, Sidney y Oxford, Dangeroo Press, 1986.
40
|
la intromisión opresiva masculina y también de las estrecheces impuestas por la tradición y la
cultura.
De forma general, se puede afirmar que la literatura poscolonial es una literatura
confesional tanto desde un punto de vista político-‐cultural como artístico. De hecho, es
precisamente la búsqueda identitaria la que en muchos casos parece sostener la fuerza
creativa de estas escritoras, como veremos a continuación. Se representan y definen a sí
mismas a través de sus obras, a menudo haciendo referencia a las dificultades asociadas a
vivir con una “doble conciencia”, término acuñado por el estadounidense W. E. B. Du Bois en
2
1903 para referirse al conflicto que supone reconciliar la herencia africana con la educación
europea. Hoy en día, sin embargo, este término se utiliza de forma mucho más general y se
aplica a toda persona cuya identidad se encuentra dividida entre dos culturas. El objetivo de
esta ponencia es analizar los diferentes problemas que la experiencia común de la
colonización ha provocado en la psique de las escritoras emigrantes, y también las distintas
formas en las que cada una de ellas ha intentado lidiar con esta vivencia. La migración será
analizada entonces como una condición existencial (y no tanto como una realidad política) en
los poemas y relatos cortos de algunas escritoras indias afincadas en Canadá , tales como
Sharazad Jamal, Surjeet Kalsey, Uma Parameswaran, y Rachna Mara, entre otras.
En 1996, Avtar Brah acuña el término “espacio de la diáspora” (“Diaspora space”) para
referirse a aquella zona que incluye a todos los seres humanos en un lugar específico, es
decir, no solo aquellos que han tomado la decisión de marcharse o se han visto obligados a
ello. “El nativo”, afirma esta pensadora, “es tan diaspórico como el diaspórico es también
nativo”. Brah, por tanto, redefine y amplía el significado de este término. Si en un principio la
palabra diáspora hacía referencia a la dispersión judía, Brah concibe el término diáspora
como un espacio nuevo, moderno, cosmopolita, en relación con las migraciones actuales de
países menos desarrollados a países industrializados. “La experiencia migratoria”, escribe,
“evoca imágenes de traumas, separación y dislocación (…) [Las diásporas] desafían ámbitos
culturales y políticos. Las memorias individual y colectiva colisionan, se re-‐ensamblan y
3
reconfiguran” . La dislocación es con frecuencia representada metafóricamente a través de la
imagen de una jaula, símbolo de soledad y de la negación de la libertad, pues como explica
4
Sunt M. Nalini : “La expatriación (entendida como migración) es realmente un estado mental
complejo, una emoción, que incluye el anhelo melancólico de lo pasado, en ocasiones
representado por la tierra ancestral, el dolor del exilio y el desamparo; en definitiva, la lucha
2
DU BOIS, W. E. B., The
Souls
of
Black
Folk. Chicago, A. C. McClurb & Co., 1903.
3
GARCÍA ÁLVAREZ, Hugo, «Trayectorias migratorias y consumo de televisión local del país
de origen en el marco de la construcción de una comunidad transnacional», Estudios
fronterizos, vol. 12, núm. 23(2011), pp. 27-‐47, de BRAH, Avtar , “Diaspora, Border, and
Transnational Identities”, Cartographies
of
Diaspora.
Contesting
Identities,
Londres y Nueva
York, Routledge, 1996.
4
Todas las traducciones del inglés al español que se incluyen en este ensayo son mías, a no
ser que se indique lo contrario.
41
|
5
por mantener la diferencia entre lo que se es y la nueva realidad en la que ahora habita” . En
otras palabras, la integración paulatina del emigrante en un nuevo país va siempre
acompañada de una lucha constante contra la memoria cultural, idea defendida por la
escritora Bharati Mukherjee de origen indio, afincada primero en Canadá y ahora en Estados
Unidos. Mukherjee afirma que: “Debemos combatir la retención de la memoria cultural si el
objetivo de dicha retención es la balcanización cultural…En esta era de diásporas, nuestra
identidad biológica puede no ser la única identidad que poseemos. Erosiones y
6
acumulaciones acompañan al acto de emigración” . Sin duda, la tierra natal del emigrante no
existe sino en su memoria y en la recreación imaginativa de lo que ha dejado atrás, una visión
muchas veces engañosa provocada por la nostalgia. Éste es “el equipaje del viajante”, como
comenta Madan Sarup: un equipaje con el que debe aprender a vivir, pues, añade, “un
aspecto importante de la construcción de la identidad es la relación entre pasado y presente
7
y su reconciliación” .
La visión del hibridismo cultural que defiende Uma Parameswaran es también optimista,
aunque diferente a aquella propuesta por Mukherjee y Sarup. Parameswaran es una
emigrante de primera generación en Canadá. En su obra, poesía y ficción, así como en su
labor crítica, persigue la unión entre India, su país de origen, y Canadá, su país anfitrión.
Propone, por tanto, la asimilación como posible alternativa al hibridismo, pero insiste que
este proceso de asimilación, para que sea totalmente satisfactorio, debe ser bilateral. En
otras palabras, no es solo la emigrante la que debe cambiar su actitud, sino también el país
receptor que debe expandir los márgenes de su vocabulario y mente con el fin de escuchar la
imaginación de la emigrante. Ésta, por tanto, como argumenta Hand, tiene una doble tarea:
8
la de asimilar y la de ser tolerada en la nueva cultura .
Volviendo al tema que nos ocupa, a cuestiones de género, a menudo en los estudios
poscoloniales nos encontramos con el término “doble colonización”, aplicado a mujeres de
5
NALINI, Sunt: “ Expatriation is actually a complex state of mind and emotion which
includes a wistful longing for the past, often symbolized by the ancestral home, the pain of
exile and homelessness, the struggle to maintain the difference between oneself and the
new.” En «Sharpened Sensibility in An Exiled Woman Novelist: A Study of Bharati
Mukherjee», Indian
Women
Writing
in
English:
New
Perspectives, S. Prasanna, ed., New
Delhi, Sarup & Sons, 2005, p. 189.
6
MUKHERJEE, Barathi: “We need to discourage the retention of cultural memory if the aim
of that retention is cultural balkanization….In this age of diasporas, one’s biological identity
may not be one’s only identity. Erosions and accretions come with the act of emigration,”
en «American Dreamer» (1997). <http://www.motherjones.com/cgi-‐bin/print-‐article.pl.?
url> [ 07 Junio 2009].
7
SARUP,Madan: “An important aspect of the construction of identity is the past-‐present
relation and its reconciliation,” en Identity,
Culture
and
the
Postmodern
World , Edinburg:
Edinburg University Press, 1996, p. 40.
8
HAND, Felicity, «Challenging the Centre: The Response of British Asian Writers», Revista
Canaria
de
Estudios
Ingleses
28 (1994), p. 82.
42
|
países orientales o no europeos, a la que la pensadora india, Gayatri Spivak, se refiere
también como “mujeres subalternas”. Estas mujeres sufren una doble colonización, primero
como esposas e hijas de culturas patriarcales y en segundo lugar por los colonizadores por
razones étnicas. Esta es la historia narrada por Sherazad Jamal en su poema largo “Making of
a Cultural Schizophrenic” (“Cómo convertirse en una esquizofrénica cultural”). Jamal nació
en Londres, de padres musulmanes de origen indio, y en 1972, a la edad de siete años, se
traslada a Canadá. En su obra como artista interdisciplinaria en las artes visuales, la
arquitectura, la escritura creativa, el diseño gráfico, etcétera, Jamal se muestra
especialmente interesada en los procesos de autodescubrimiento y de transformación a
través de la fusión de conceptos, formas y de la narración de historias. En el poema largo,
previamente mencionado “Cómo convertirse en una esquizofrénica cultural”, la escritora
describe la transición gradual que la voz poética femenina sufre, de una visión utópica -‐el
anhelo de experimentar el sueño americano con la esperanza y fantasía de vivir en un país
nuevo repleto de posibilidades-‐ a una realidad distópica en la que finalmente descubre un
comportamiento racista de la sociedad blanca canadiense hacia personas de origen
surasiático. En el poema observamos cómo su tono se vuelve más cínico, mientras la actitud
pacífica y llena de entusiasmo que mostraba al salir de su país está ahora totalmente
ausente. Su personalidad se vuelve agria y la primera lección de supervivencia que esta niña
de siete años aprende es, tal y como leemos en el poema, “unirse a sus iguales y correr tan
rápido como pueda; aprenden la lección de ojo por ojo y diente por diente, compensan el
9
abuso con el abuso, la violencia con la violencia, nunca la razón está presente” . Las familias
se tornan más religiosas y tradicionales de lo que siempre fueron en su país natal.
Esta tendencia a agruparse en guetos es rechazada por Parameswaran en sus textos
críticos. La autora comenta la costumbre frecuente entre los indios de la diáspora de crear
una visión totalmente idealista de la tierra natal; una visión que permanece suspendida en el
tiempo, congelada en el mismo momento en que abandonaron su país. Y mientras estas
familias siguen viviendo según estos antiguos cánones en el país anfitrión, el país de donde
10
provienen continúa evolucionando al igual que cualquier otra cultura . En el poema de Jamal
observamos cómo los personajes femeninos aprenden poco a poco a fraccionar sus
personalidades, vistiendo de forma diferente, adquiriendo nuevos acentos, cambiando sus
nombres de forma que suenen más occidentales, en una palabra, se convierten en
“esquizofrénicos culturales”. De sus yo anteriores “solo sus sombras permanecen,
9
“the first lesson of survival” they learn is to “stick with your own kind/and run like hell;”
9
they must “meet abuse with abuse/violence with violence/not with reason.” They
“become/more religious, more traditional/than ever back home”, p. 127, en JAMAL,
Sherazad, «Making of a Cultural Schizophrenic», Aurat
Durbar.
The
Court
of
Women.
Writings
by
Women
of
South-‐Asian
Origin, Toronto, Second Story Press, 1995, pp. 119-‐130.
10
PARAMESWARAN, Uma, «The Why of Manitoba’s Mosaic», Writing
the
Diaspora, Uma
Parameswaran, ed., Jaipur, Rawat Publications, 2007, p. 62.
43
|
11
compartiendo la humillación, la dislocación, la alienación, el dolor/ y la soledad” . Su tierra
natal no la sienten más como patria u origen, y la voz protagonista se pregunta “¿sentiremos
12
alguna vez que éste es nuestro hogar?” . Ser “solamente canadiense”, Prabha Mukherjee
comenta, “es un privilegio que solo disfrutan los hombres y mujeres de raza blanca en
13
Canadá” . O en palabras de Elizabeth Russell: “El etnocentrismo que refleja el concepto
‘canadiense’ excluye y margina a las llamadas ‘minorías visibles’ (es decir, no blancas) y en el
mundo literario este fenómeno ha llevado a la creación de pequeñas editoriales que publican
‘literatura étnica’ o ‘literatura de inmigrantes’. Irónicamente se infiere que esta literatura no
14
es ‘canadiense’, es decir: blanca” (176) .
Dicha sensación de desubicación y el sentimiento de la no-‐pertenencia o incluso de la
desorientación podemos encontrarlos magníficamente expresados en el poema escrito por
Surjeet Kalsey, “Aves migratorias”:
Las aves migratorias
están aquí en esta estación
pensando
volveremos seguro
de vuelta a casa.
Nadie sabe
qué jaula invisible nos detiene
Y el vuelo comienza a morir lentamente
en nuestras alas.
Algunas de nosotras nos sentimos arrastradas por
una cadena
otras atrapadas
en un pantano
No existe sol ni tierra
A dónde mirar ni qué buscar
11
“Of their former selves, only shadows remain, sharing humiliation, dislocation,
alienation, pain/and loneliness”, JAMAL, Sherazad, “Making of a Cultural Schizophrenic”,
p. 128.
12
“will we ever feel at home here?” , JAMAL, p. 128.
“Being ‘just Canadian’, is a privilege only white people enjoy in Canada”, p. 17,
MUKHERJEE, Prabha «Introduction», Her
Mother’s
Ashes
and
Other
Stories
by
South
Asian
Women
in
Canada
and
the
United
States, editado por Nurjehan Aziz,Toronto, Tsar, 1994, pp.
10-‐20.
14
RUSSELL, Elizabeth, reseña de María Belén Martín Lucas, Género
literario
/
género
femenino:
Veinte
años
del
ciclo
de
cuentos
en
Canadá, Oviedo, Ediciones KRK., Colecciones
Alternativas 4, 1999. http://www.publicacions.ub.es/revistes/bells13/PDF/book_not_04.pdf
13
44
|
¿Cómo alcanzaremos el umbral
de nuestro hogar sintiéndonos así de quebrantadas?
( …)
La próxima estación no es nunca nuestra
Y cada una de ellas
15
nos pone caras .
Rachna Gilmore, (Nueva Delhi, 1953) es otra escritora muy interesante, perteneciente
también a la diáspora surasiática, con una sólida reputación en la literatura infantil y juvenil.
Hasta el momento ha publicado, bajo el seudónimo de Rachna Mara, solo una colección de
cuentos para adultos titulada Of
Customs
and
Excise, cuya traducción al castellano podría ser
De Aduanas
y
arbitrios.
Los diez relatos que componen esta colección se caracterizan por su
narrativa cosmopolita. Cinco mujeres son las protagonistas, cuyas vidas se presentan
íntimamente entrelazadas en el choque de culturas, clases y razas. La colección se desarrolla
en tres lugares diferentes: India, Inglaterra y Canadá, lugares que actúan como límites
fronterizos en la lucha por huir de las viejas tradiciones patriarcales, las obligaciones y las
etiquetas impuestas. La escritora juega con multitud de subjetividades al contar un mismo
relato desde puntos de vista diferentes. Además, ecos de historias precedentes aparecen en
relatos posteriores, otorgando a la colección un sentido de integridad y conjunto. Todas las
narradoras, excepto una de origen inglés aunque nacida en India, son de origen indio, y de
diferentes generaciones. La narrativa de Mara, además, traspasa el espacio -‐-‐de Inglaterra a
India a Canadá y el tiempo, de la Inglaterra y la India colonial hasta el Canadá actual. El
resultado es una visión caleidoscópica que nos hace reflexionar sobre la cultura india, el
concepto de diáspora y de cómo puede ser la vida de una mujer, según la cultura y raza que
posea, el lugar del mundo en que se encuentre y la clase social a la que pertenezca o la que
tenga que adoptar en el país anfitrión.
Otra escritora contemporánea de ascendencia india, digna de mencionar, es Shauna
Singh Baldwin, nacida en 1962 en Montreal, aunque desde los años 90 del siglo pasado
reside en Wisconsin, Estados Unidos. Baldwin explora cómo la relación entre la identidad
individual y la lealtad y obediencia a la cultura a la que perteneces se ve a menudo truncada
al traspasar fronteras geográficas. Otro tema recurrente es la forma en que el colonialismo
afecta gravemente a distintos aspectos de la vida. En su primera novela, por ejemplo,
traducida al español con el título Lo
que
el
cuerpo
recuerda (1999) recrea la vida de una niña de
dieciséis años, perteneciente a la comunidad Punjabi Sikh, al igual que la autora, que se ha
15
“The migratory birds/are here this season/thinking/we’ll fly back to our home/for sure./ No
one knows/which invisible cage imprisons us?/And the flight begins to die slowly/in our
wings./ the chain/some lag/in the swamp./No sun no earth/where to look? What to look
for?/ How shall we reach the threshold/ of our home with crumbling self?/ (…) The next
season is never our own/and every season/…The next season is never our own/and every
season/makes mouths at us.” KALSEY, Surjeet «Migratory Birds,» Shakti’s
Words
Shakti’s
Words.
An
Anthology
of
South
Asian
Canadian
Women’s
Poetry, Toronto, TSAR, 1993, p. 40.
45
|
quedado huérfana y cuya única preocupación es conseguir un buen marido. Se llena de júbilo
cuando descubre que se va a convertir en la segunda esposa de un rico terrateniente, pues la
primera no le ha podido dar hijos. A través de la relación compleja de estas dos mujeres junto
al contexto político en el que se desarrolla la novela, que coincide con el antes y el después de
la Partición de India y Pakistán, la escritora muestra las evidentes similitudes entre la
tradición patriarcal y el colonialismo.
Para concluir y a modo de resumen observamos cómo relatos del recuerdo, de la pérdida
y el miedo, de la nostalgia hacia la tierra natal son leitmotivs frecuentes en las obras de
mujeres indias en la diáspora. En la poesía especialmente, sus voces se fusionan con la de la
tierra que han dejado atrás. Sin embargo, como Aciman acertadamente señala “lo que hace
del exilio una experiencia negativa no es realmente el estado de estar lejos, sino la
imposibilidad de no estarlo del todo—no se trata solo de estar ausente, sino de no poder
16
nunca redimir dicha ausencia” . Permanecen en “tránsito permanente”, afirma
Parameswaran, si no ellos, al menos sus mentes sí que lo están, especialmente en el caso de
17
los emigrantes de primera generación .
Muchos críticos han afirmado que la experiencia individual y la introspección psicológica
caracterizan gran parte de la escritura de nuestro siglo. A través de sus voces femeninas estas
escritoras indias de la diáspora denuncian opresiones de género, clase y raza. Salvo escasas
excepciones el tono y las formas que presentan en sus obras son consistentes y homogéneas:
melodías melancólicas y afligidas. Además, la experiencia femenina se presenta
frecuentemente articulada en el marco de la vida familiar, donde la soledad, el
extrañamiento cultural y el aislamiento, el sentido de la no-‐pertenencia y el encarcelamiento
del cuerpo y la mente son temas claves. Se trata, por tanto, de una narrativa confesional
escrita en primera persona, en la que estas mujeres muestran plena conciencia de su
situación. Mediante la ficcionalización de sus vidas a través de un relato, estas autoras
pretenden encontrar el camino hacia la consolidación de la personalidad. Sin embargo,
Parameswaran se pregunta si este victimismo aparente, esa continua insistencia en el dolor
18
que produce la discriminación social responde, en realidad, a presiones comerciales .
No obstante, e independientemente de estas posibles presiones comerciales, para la
mayoría de estas mujeres la escritura es la herramienta a través de la cual intentan lidiar y
aceptar, no su yo individual, sino sus múltiples identidades que son el resultado de su
16
“what makes exile the pernicious thing it is not really the state of being away, as much as
the impossibility of ever not
being away—not just being absent, but never being able to
redeem this absence”, p. 10. ACIMAN, André, Letters
of
Transit.
Reflections
on
Exile,
Identity,
Language
and
Loss,
André Aciman, ed., New York, New Press, 1997, pp. 9-‐14.
17
PARAMESWARAN, Uma, «Home is Where Your Feet Are», Writing
the
Diaspora,
Uma
Parameswaran, ed. ,Jaipur, Rawat Publications, 2007, p. 210.
18
PARAMESWARAN, Uma, «Home is Where Your Feet Are, and may Your Heart be There
Too!», Writing
the
Diaspora, Uma Parameswaran, ed., Jaipur, Rawat Publications, 2007, pp.
208-‐217.
46
|
condición poscolonial. Sahgal define la “imaginación esquizofrénica” como “un estado
mental y emocional firmemente enraizado en un subsuelo particular, pero que sobre la
19
superficie posee una identidad más fluida que no encaja del todo en un solo molde . En otras
palabras, estas mujeres pertenecientes a la primera generación de emigrantes son incapaces
de olvidar y dejar atrás sus raíces indias, tras largos años viviendo en la diáspora, pero
también muestran su disconformidad ante la imposición de etiquetas occidentales que no las
definen. Parameswaran, como ya he comentado, una mujer veterana entre las escritoras
indias afincadas en Canadá, apunta que la mejor solución al problema de “esquizofrenia
cultural” es tener presente que “El hogar debe estar donde están tus pies, y hay que intentar
20
que el corazón se halle ahí también” . India es ahora una patria distante a la que se
encuentran sentimentalmente unidas, pero no existe en ellas el deseo real de regresar para
21
siempre .
19
SAHGAL, Nayantara, «The Schizophrenic Imagination», Unbecoming
Daughters
of
the
Empire, S. Chew and A. Rutherford. ed., Sydney, Dangaroo Press, 1993, p. 50.
20
“Home is where your feet are and may your heart be there too,” en in Writing
the
Diaspora,
Jaipur, Rawat Publications, 2007, p. 217.
21
PARAMESWARAN, Uma, Sisters
at
the
Well, New Delhi, Indialog, 2002, p.15.
47
|
Alteridad,
migraciones
e
interculturalidad
48
|
LAS
MUJERES
EXTRANJERAS
IRREGULARES:
CATEGORÍA
BAJO
SOSPECHA
EN
LOS
JUICIOS
POR
VIOLENCIA
DE
GÉNERO1
Alejandra
Germán
Doldán
María
Isabel
Menéndez
Menéndez
INTRODUCCIÓN
La Constitución vigente desde 1978 establece la igualdad entre mujeres y hombres como
un derecho fundamental (art. 14) que los poderes públicos deben hacer efectivo (art. 9.2).
Pero ¿cuál es el valor de la declaración de una mujer en un juicio por violencia de género?, ¿y
si a esta categoría se le añade la de extranjera en situación irregular? En el presente trabajo,
analizaremos la intersección de la categoría mujer extranjera en relación a la situación
administrativa de irregularidad en los juicios por violencia de género, para determinar si la
situación de «indocumentada» constituye un obstáculo para obtener justicia y/o una
condición que puede determinar diferencias en la protección y en los resultados de la
respuesta institucional.
Mediante el estudio de jurisprudencia, analizaremos la modificación de la Ley Orgánica
de Extranjería que establece que a las mujeres extranjeras víctimas de violencia de género
que se encuentren en situación irregular no les será de aplicación la expulsión de obtener una
sentencia favorable y en tanto, podrán solicitar una autorización de residencia y trabajo.
Demostraremos que, en ocasiones, los propios jueces y juezas, encargados de hacer justicia,
describen a estas mujeres como «sospechosas» de querer aprovecharse del sistema jurídico,
cuestionando sus testimonios y absolviendo a los acusados, al considerar que una mujer en
especial vulnerabilidad administrativa tendría «posibles móviles espurios» al obtener de la
violencia sufrida, un permiso de residencia.
1
El presente trabajo se ha desarrollado en el marco del proyecto «Violencia de género y
cultura popular: representación y recepción», cofinanciado por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España y el Fondo Social Europeo en el marco
del Programa Operativo «Lucha contra la discriminación» (Referencia 115/12) y es un
resultado del Grupo de Innovación Docente de la Universidad de Burgos para la Calidad de
la Educación Universitaria desde la Perspectiva de Género (GIDCEUPG). Una primera
versión se presentó en el Congreso Internacional Violencia
de
Género:
Intersecciones,
organizado por el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati (junio de 2013).
49
|
MUJER,
EXTRANJERA,
IRREGULAR
El fenómeno migratorio no ha tenido en cuenta, hasta fechas recientes, la cuestión de
género pues, tradicionalmente, fue una actividad eminentemente masculina. Ello favoreció
que se subestimara tanto el protagonismo de las mujeres como su papel activo en los
movimientos migratorios. Sólo el significativo aumento de mujeres en las sociedades de
acogida ha obligado a repensar todo el fenómeno. Las motivaciones y los patrones de
migración difieren cuando se observa a las mujeres: ellas tienen responsabilidades, funciones
y oportunidades diferentes a los varones, debido a cuestiones sociales, culturales, educativas,
2
políticas y religiosas .
3
Según el colectivo IOÉ , los patrones más frecuentes de inmigración femenina en España
son: 1) mujeres que emigran solas para obtener ingresos para ellas y su familia; 2) mujeres
que forman parte de un proceso de reagrupación familiar; 3) mujeres que escapan de
condiciones de vida dramáticas, tales como guerras, hambruna o discriminación de género; y
4) mujeres que desean estudiar, perfeccionar su profesión o que desean vivir nuevas
experiencias. Estos patrones pueden solaparse porque muchas mujeres emigran por varias
motivaciones simultáneas.
Las mujeres inmigrantes padecen una triple discriminación, pues a su condición de
género (padecida también por las autóctonas) debe sumarse su condición de precariedad,
indefensión e inseguridad, respecto a los poderes públicos pero también en sus relaciones
familiares. La discriminación de género se nutre de los prejuicios y estereotipos que se
atribuyen a las mujeres en relación a lo que deben
ser en contraposición con los varones, es
decir, el mandato
de
género
que propone roles y expectativas diferenciados en función del
sexo. Como mujeres extranjeras, se suman otros elementos que las colocan en situación de
mayor vulnerabilidad: no acceder a toda la información o a las ayudas sociales debido a, por
ejemplo, no conocer el idioma, las creencias religiosas o culturales, los impedimentos legales,
etc. Asimismo, no conocer la estructura y funcionamiento de la administración hace más
difícil solventar los numerosos trámites que deben afrontar.
Si se añade la dimensión laboral, esta discriminación es triple: el empleo de estas
mujeres se caracteriza por la precariedad, el desprestigio social, los bajos salarios, la ausencia
de regulación y la invisibilidad. Todo ello unido a su adscripción a una serie de tareas
consideradas tradicionalmente femeninas y a las que están abocadas las mujeres con poca
cualificación y menos recursos. En este sentido, determinados orígenes o nacionalidades,
que se entienden como pobres o subdesarrollados, etiquetan automáticamente a las mujeres
y las sitúan en situación de desventaja, lo que determina su confinamiento a trabajos
2
PÉREZ, María Dolores, «Mujeres inmigrantes: realidades, estereotipos y perspectivas
educativas». Revista
española
de
educación
comparada, vol. 14 (2008), pp. 137-‐175.
3
COLECTIVO IOÉ, Mujer
inmigración
y
Trabajo,
Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales, 2001.
50
|
4
«adecuados» a su «escasa capacidad» . El trabajo de las inmigrantes no comunitarias, se
concentra en ciertas actividades y ocupaciones; también en empleos informales y no
regularizados porque la economía informal es una solución cuando la falta de papeles o la
imposibilidad de convalidar titulaciones les impiden ejercer una ocupación regular.
La población extranjera femenina en España ha ido creciendo estadísticamente en el
total de la población migrante, pasando de 47,01% en el año 2002 a 48,13% en el año 2012, lo
5
que equivale a 2.760.750 mujeres extranjeras residiendo en España de manera regular . A ello
debemos sumarle aquellas mujeres y varones que viven en territorio español pero carecen de
la documentación requerida. La irregularidad presenta, además de su indiscutible dimensión
política y social, una transversalidad jurídica que pone en evidencia la necesidad de redefinir
6
el concepto de ciudadanía .
El concepto de interseccionalidad se ha abierto paso para señalar que los factores de
discriminación que convergen en las personas son múltiples y diversos: nacionalidad, etnia,
orientación sexual, religión, clase social, todas las cuales se suman al género para «marcar
7
nuestra posición en la vida» . En efecto, si las personas extranjeras deben padecer los efectos
de una legislación orientada más sobre la base de formulaciones negativas, cuya finalidad es
evitar nuevos flujos e impermeabilizar las fronteras antes que sobre la base de la solidaridad e
integración, las mujeres en tanto que extranjeras, padecen una mayor discriminación como
consecuencia de estereotipos desvalorizados y en las severas normas relativas a la
8
reagrupación familiar .
La complejidad de la violencia de género debería tener en cuenta estos factores de
vulnerabilidad «relacionados con distintas fuentes de poder que concurren de diversas
maneras en diferentes circunstancias, previsiblemente de forma combinada, en las
4
FUNDESO, La
feminización
de
la
inmigración.
Mitos
y
realidades. Bilbao, Diputación Foral
de Vizcaya, 2008.
5
INSTITUTO DE LA MUJER (2012): «Estadísticas: Población extranjera según Comunidad
Autónoma», <http://www.inmujer.es/estadisticas/consulta.do?area=1>, [fecha de acceso: 5
de junio de 2013].
6
Aunque popularmente se asume que la irregularidad se circunscribe únicamente a las
personas que entraron en el país de forma irregular, las maneras de encontrarse en
situación irregular puede ocurrir por: 1) el/la migrante es irregular a priori por haber
ingresado en el país de tránsito o de destino de manera ilegal; por ejemplo, personas
traficadas o víctimas de trata traídas con documentación falsa; 2) la irregularidad proviene
del vencimiento de los permisos concedidos a la persona inmigrante irregular, ya sea visado
de estancia, permiso de residencia y de trabajo, etc., y 3) no renovación de la autorización
de estancia: por no cumplir los requisitos o por falta de diligencia de las autoridades
encargadas de tramitar la renovación de los permisos.
7
OSBORNE, Raquel, Apuntes
sobre
violencia
de
género. Barcelona, Bellatera, 2009.
8
CANO, Pilar, «Aproximación sociológica de la mujer inmigrante en Cieza», en RAMOS,
Elvira (coord.), La
salud
de
las
mujeres
hacia
la
igualdad
de
género
en
salud, Madrid, Instituto
de la Mujer, 2002, pp. 191-‐198.
51
|
9
relaciones de pareja» y que aumentan exponencialmente su fragilidad en relación a este
delito y dificultan la ruptura del ciclo de violencia. Al hecho de encontrarse en una situación
de este tipo, debe sumarse el desamparo que experimenta una mujer en situación irregular,
en el cual el miedo a la denuncia se alimenta además de la incertidumbre de como gestionará
su supervivencia y la de su prole a partir de ese momento.
LA
LEY
DE
EXTRANJERÍA
DE
ESPALDAS
A
LA
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
Cuando en diciembre de 2004 se materializó la aprobación de la Ley
Orgánica
1/2004,
de
10
Medidas
de
Protección
Integral
contra
la
Violencia
de
Género ,
se dejó consignado en su
Exposición de Motivos que dicha violencia no era un problema que afectara al ámbito privado
sino que se manifestaba «como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra
sociedad» dirigida sobre las mujeres «por el hecho mismo de serlo».
En tanto la ley descansa sobre el reconocimiento de la relación causal entre género y
violencia, relación que no distingue nacionalidades, clases sociales, creencias religiosas, etc.,
era de esperar que en el momento de garantizarse los derechos de las víctimas no se
establecieran diferencias en su protección. Así, el artículo 17 reconoce los derechos fijados en
la ley a todas las mujeres víctimas de violencia de género, «con independencia de su origen,
religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social». Consecuentemente, las
mujeres en situación administrativa irregular también estarían contempladas en la normativa
aprobada.
Siguiendo en esta línea, el Título III referente a la Tutela Institucional, establece en su
artículo 32 que los poderes públicos elaborarán planes de colaboración que garanticen la
ordenación de sus actuaciones en la prevención, asistencia y persecución de los actos de
violencia de género, que deberán implicar entre otras, a la Administración de Justicia. Y que
en esas actuaciones «se considerará de forma especial la situación de las mujeres que, por sus
circunstancias
personales
y
sociales puedan tener mayor riesgo de sufrir la violencia de género
o mayores dificultades para acceder a los servicios previstos en esta Ley, tales como […], las
11
inmigrantes» .
Cierto es que podría haberse incluido también como factor de riesgo ante la violencia, la
situación jurídica en la que se encuentra la mujer, puesto que la conceptualización como
regular o irregular es una construcción jurídica que no se encuadra en «circunstancia personal
o social», porque nadie voluntariamente cae en la irregularidad administrativa con todo lo
que ello conlleva en cuanto a riesgo y exclusión social. No obstante, al conjugar la exposición
de motivos y el articulado, la línea es clara: la voluntad legislativa es erradicar la violencia
ejercida contra las mujeres, sin distinción alguna de su condición.
9
OSBORNE, Raquel, Apuntes
sobre
violencia
de
género. Barcelona, Bellatera, 2009.
10
11
BOE Nº 313, de 29 de diciembre de 2004.
Destacado nuestro.
52
|
Este espíritu de tratamiento homogéneo de las mujeres a la hora de condenar la
violencia, no se reflejó en la LO
4/2000
sobre
derechos
y
libertades
de
los
extranjeros
en
España
12
y
su
integración
social
(LOEx) , ya que la ley de extranjería diferencia claramente dos
categorías: las que se encuentran en situación «regular» y las que no poseen la
documentación administrativa necesaria, denominadas irregulares, indocumentadas o de
manera muy intencionada, ilegales. Esta categorización, que establece claramente qué
derechos pertenecen a unas y cuales a otras, lo podemos observar en el artículo 12
13
(modificado por el Real Decreto-‐Ley 16/2012) que establece en que situaciones especiales
corresponderá la asistencia sanitaria a las personas extranjeras que no están registradas ni
tienen autorización como residentes.
Así también y con base en el artículo 13.1 de la Constitución Española, el Tribunal
Constitucional ha debido realizar una profunda y compleja labor interpretativa para perfilar
con base en el citado artículo, los criterios de atribución de un derecho concreto a una y otra
categoría así como también los límites impuestos al legislador para la configuración legal de
14
los derechos de las personas extranjeras .
Entendemos que las reformas operadas de la LOEx desde la aprobación en 2004 de la
Ley Integral, se hicieron a sus espaldas, puesto que no fue hasta cinco años después cuando
la LO 2/2009 que modificó la LOEx, con unos tímidos pasos incluyó la suspensión por el
instructor del expediente administrativo sancionador hasta la resolución del procedimiento
penal.
12
LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su
integración social, en su redacción dada por las LO 8/2000, de 22 de diciembre, 11/2003, de
29 de septiembre, 14/2003, de 20 de noviembre, 2/2009, de 11 de diciembre, 10/2011, de 27
de julio, RDL 16/2012, de 20 de abril y por la Sentencia del Tribunal Constitucional de 31 de
enero de 2013.
13
Real Decreto-‐ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la
sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus
prestaciones, BOE Nº 98 de 24.4.2012.
14
STC 236/2007 en la cual el Tribunal Constitucional establece que: a) hay derechos que
pertenecen a la persona en cuanto tal y que resultan imprescindibles para la garantía de la
dignidad humana, en correspondencia con lo previsto en el artículo 10 de la Constitución.
Estos corresponden por tanto a regulares como a irregulares; b) un segundo grupo quedaría
integrado por aquellos derechos de los que serán titulares las personas extranjeras en la
medida y condiciones que se establezcan en los Tratados y las Leyes, o dicho de otro modo,
aquellos derechos que no son atribuidos directamente por la Constitución a las personas
extranjeras pero que el legislador puede extender a las no nacionales, aunque no sea
necesariamente en idénticos términos que a las españolas. Ahora bien, para conocer el
alcance de la extensión que opera este precepto es conveniente recordar que el propio
Tribunal Constitucional tiene dicho que el sujeto de derechos a que se refiere esta norma no
es la persona extranjera sin más, sino aquella que ya ha entrado en nuestro país (STC
72/2005); y c) en tercer lugar existen derechos (art. 23 CE) cuya titularidad se reserva
exclusivamente a las personas españolas sin posibilidad alguna de su extensión a no
nacionales, salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por
Tratado o Ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales.
53
|
Y no es hasta la aprobación de la LO 10/2011que modifica el art. 31 bis y 59 bis de la LOEx
15
y del Real Decreto 557/2011 que reglamenta a la LOEx (arts. 131 a 134) , cuando finalmente
se establece que:
si
al
denunciarse
una
situación
de
violencia
de
género
contra
una
mujer
extranjera
se
pusiera
de
manifiesto
su
situación
irregular,
no
se
incoará
el
expediente
administrativo
sancionador
por
infracción
del
art.
53.1.a),
y
se
suspenderá
el
expediente
administrativo
sancionador
que
se
hubiere
incoado
por
la
comisión
de
dicha
infracción
con
anterioridad
a
la
denuncia
o,
en
su
caso,
la
ejecución
de
las
órdenes
de
expulsión
o
de
devolución
16
eventualmente
acordadas .
Así también se incluye la posibilidad de extender la autorización de residencia a sus hijas
e hijos menores o que tengan una discapacidad o de residencia y trabajo en caso de que sean
mayores de 16 años y se encuentren en España en el momento de la denuncia.
Esa desconexión que denunciamos entre ambas leyes, se hizo patente en la práctica
diaria en el período de tiempo que operó entre la LO 1/2004 y la LO 10/2011, puesto que
cuando estas mujeres denunciaban, la situación de irregularidad primaba sobre el delito de
violencia y a la mujer se le incoaba un expediente de expulsión. ¿Cuántas mujeres habrán
desistido de denunciar por miedo a esa posible sanción de expulsión que la propia Ley
imponía?
Sobre la situación de extranjería debería primar la protección de los derechos
constitucionales a la integridad física y moral de la mujer, lo que pasa inevitablemente por la
denuncia de cualquier forma de violencia que los menoscabe. Por lo tanto, cualquier
obstáculo que impida o desincentive que la mujer víctima de violencia de género denuncie,
debe ser eliminado.
Así fue que en el transcurso del año 2006, el Parlamento Europeo señalaba su
preocupación por la sobreexposición que las mujeres inmigrantes tenían «a la violencia,
psíquica y física» porque al «carecer de estatuto legal en el territorio del Estado en que
residen, las mujeres inmigrantes en situación irregular corren particularmente el riesgo de
que se les denieguen sus derechos fundamentales y de convertirse aún más en victimas de
17
discriminaciones y violencia en la vida cotidiana» .
15
Ley Orgánica 10/2011, de 27 de julio, de modificación de los artículos 31 bis y 59 bis de la
Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en
España y su integración social, BOE Nº 180 de 28.7.2011 y Real Decreto 557/2011, de 20 de
abril, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y
libertades de los extranjeros en España y su integración social, tras su reforma por Ley
Orgánica 2/2009, BOE Nº 103 de 30.4.2011.
16
Destacado nuestro.
KRATSA-‐TSAGAROPOULOU, Rodi, Informe sobre la inmigración femenina: papel y
situación de las mujeres inmigrantes en la Unión Europea (2006/2010/INI), Comisión de
Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, 27.9.2006.
17
54
|
Por eso, pide a los Estados miembros que «pongan en práctica medidas de aprobación
de permisos de residencia especiales para casos excepcionales con el fin de dar la posibilidad
de escapar de la violencia a las víctimas extranjeras que se encuentran en la ilegalidad».
18
Mientras tanto, informes como los de la Comisión de Ayuda al Refugiado o Amnistía
19
Internacional , ponían en evidencia que la tasa por millón de mujeres extranjeras asesinadas
por sus parejas o ex parejas era seis veces mayor que la tasa de las mujeres españolas.
Pero la modificación legislativa que permitió que las mujeres extranjeras en situación de
irregularidad pudieran denunciar sin miedo a salir de la Comisaría con una orden de expulsión
en el mejor de los casos, o salir hacia un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), no se
realizó –como referíamos-‐, hasta siete años después de la Ley Integral. A partir de ese
momento, se busca una coordinación entre ambas normas, para que deje de prevalecer su
condición de inmigrante irregular sobre su condición de víctima de violencia de género, y
evitar que tal desprotección legal por motivo de la procedencia sea otra forma de violencia
20
contra la mujer .
LA
REGULARIZACIÓN
ADMINISTRATIVA
COMO
POSIBLE
MÓVIL
ESPURIO
Tal como refiere la doctrina, una de las particularidades más significativas son las
dificultades probatorias derivadas, ya que en la inmensa mayoría de los casos los hechos que
se someten al tribunal,
habitualmente,
se
enmarcan
en
un
ámbito
de
privacidad
familiar
o
de
convivencia
afectiva
y
en
el
contexto
parapetado
del
hogar
y
en
el
que
suelen
concurrir
como
elementos
de
prueba
personal
y
directa
más
que
las
declaraciones
del
propio
imputado,
-‐
normalmente
emitidas
en
sentido
exculpatorio-‐,
y
las
manifestaciones
exclusivas
de
la
víctima
-‐de
contenido
incriminatorio-‐,
como
un
tipo
peculiar
de
testimonio
directo
que
21
lleva
aparejada
la
concurrencia
de
interés
en
el
asunto .
18
CEAR muestra su preocupación por la Instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad
sobre mujeres inmigrantes en situación irregular y maltratadas, 24.11.2005. Véase:
http://ania.urcm.net/spip.php?article16184.
19
AMNISTÍA INTERNACIONAL, Informe: Más riesgos y menos protección: mujeres
inmigrantes en España frente a la violencia de género, Madrid, Amnistía Internacional
España, 2007.
20
MONTEROS, Silvina, «La violencia de las fronteras legales: violencia de género y mujer
migrante», en LAURENZO, Patricia, MAQUEDA, María Luisa y RUBIO, Ana María (eds.),
Género,
violencia
y
derecho. Valencia, Tirant lo Blanch, 2008, pp. 231-‐250.
21
FERNÁNDEZ-‐FIGARES, María José, «La fuerza probatoria del testimonio de la víctima en
la condena por delitos de violencia contra la mujer». Revista
Internauta
de
Práctica
Jurídica,
28 (2012), pp. 25-‐38.
55
|
Si bien se admite la declaración de la mujer que denuncia, como una prueba suficiente
para desvirtuar la presunción de inocencia, la doctrina penal, en pos de no desvirtuar el
derecho a la presunción de inocencia del que goza el imputado, establece que ésta habrá de
ser valorada como un elemento más y no conlleva presunción alguna de certeza. La
declaración inculpatoria de la víctima puede llegar a ser considerada como prueba suficiente
para sustentar una sentencia condenatoria, en tanto y cuanto concurran tres criterios
22
exigidos por la jurisprudencia : a) ausencia de incredibilidad derivada de las relaciones
acusadora/acusado que pudieran concluir en la deducción de la existencia de un móvil; b)
verosimilitud, es decir, corroboraciones objetivas que permitan establecer que los hechos
han ocurrido tal y como explica la víctima; y c) persistencia en la incriminación.
La doctrina nos refiere que la pretensión de encontrar los métodos de captación de la
certeza o verdad absoluta de la versión ofrecida por la víctima «supone una aspiración poco
realista, escasamente conocedora de la inoperatividad sobre dicho campo que pueden
23
ofrecer las reglas de formación de la voluntad judicial» . Máxime cuando en los juicios por
violencia de género, cabe sondear mediante los interrogatorios la falta de concurrencia de los
parámetros fijados jurisprudencialmente, en especial, la posible existencia de móviles
espurios, entendidos como tales: la venganza, el odio, los celos, motivos económicos o la
obtención de la custodia de menores. A éstos debe sumarse que, a partir de la aprobación de
la LO 2/2009, la doctrina y la jurisprudencia ha incluido la obtención del permiso de
residencia y trabajo de la mujer inmigrante irregular víctima de violencia de género como
otro posible motivo espurio.
A partir de la modificación de la ley de extranjería, se señala «la pretensión de regularizar
su situación administrativa en España» como un posible móvil espurio, junto con el odio, el
24
resentimiento o la venganza, como elemento que resta credibilidad a la víctima .
Atendiendo a las peculiaridades de estos juicios, la sensibilización por parte de la
magistratura ha «levantado todo un arsenal de técnica probatoria basado
fundamentalmente en ampliar el campo de valoración que entra en juego, y por otro, en la
22
STS de 28 de septiembre de 1988, de 26 de mayo y de 5 de junio de 1992, de 8 de
noviembre de 1994, 27 de abril y 11 de octubre de 1995, de 3 y 15 de abril de 1996, de 30 de
septiembre y 29 de diciembre de 1997, STS 105/2005de 29 de enero, STS 972/2009, de 15
de octubre.
23
FERNÁNDEZ-‐FIGARES, María José, «La fuerza probatoria del testimonio de la víctima en
la condena por delitos de violencia contra la mujer». Revista
Internauta
de
Práctica
Jurídica,
28 (2012), pp. 25-‐38.
24
DE HOYOS, Montserrat, «La trascendencia de una exhaustiva investigación de los delitos
de violencia de género», en DE HOYOS, Montserrat (dir.), Tutela
Jurisdiccional
frente
a
la
Violencia
de
Género.
Aspectos
procesales,
civiles,
penales
y
laborales, Valladolid, Lex Nova,
2009, pp. 413-‐448.
56
|
elevación del nivel de observación conjunta de la conducta de la víctima en todos sus
25
componentes y en distintos momentos» , pero sigue habiendo fisuras.
Cuando la única o principal prueba de cargo lo constituyen las declaraciones de la mujer,
ello desplaza al acusado la carga de probar su inocencia y por tanto, aportar pruebas en su
descargo. Pero cuando se argumenta la posible existencia de estas motivaciones, lo que
ocurre es que se desplaza el foco, de quién es el sujeto sometido a juicio -‐que es el varón-‐, a la
mujer, quien no solamente es una posible víctima de violencia de género, sino que deberá
probar también que no opera en ella esos motivos falsos, bastardos, que la llevan a
denunciar. En estos casos, operará en la mujer un sufrimiento añadido a la violencia recibida.
Así nos encontramos por ejemplo con una Sentencia de la Audiencia Provincial de
Cantabria del año 2010 donde se refiere: «no es de extrañar la existencia de posibles motivos
espurios en Dña. X dada la situación en la que se encontraban, inmersos en una conflictiva
ruptura con disputas económicas entre ambos», pero es «sobre todo una razón de índole
personal que hace dudar de que su versión sea objetiva y esta es que realmente sobre la
denunciante pesa una orden firme de expulsión dictada por la Autoridad administrativa
competente, que como es sabido quedaría sin eficacia una vez que se dicte sentencia
26
condenatoria firme por delito de violencia de género» (FJ primero) . Continúa refiriendo
Tribunal que «la Sala no afirma y ni siquiera sugiere que ésta haya sido la razón de porqué
Dña. X interpuso la denuncia que ha dado origen a la causa. Lo único que se hace es apuntar a
que este dato está ahí, y que cuando menos hace pensar que es posible suponer que hay
27
motivos personales que permitan duda de la veracidad de sus imputaciones» (FJ primero) .
Sin duda resulta curioso que el Tribunal no quiera «afirmar» y ni siquiera «sugerir» que la
obtención de los permisos administrativos sea la causa que lleva a esta mujer a denunciar ser
víctima de violencia de género, cuando esto se consigna expresamente en la sentencia,
dejando plasmado una suposición del órgano decisor que condicionó su resolución.
La misma postura encontramos en una Sentencia del año 2011 de la Audiencia Provincial
de Tarragona en la cual se recoge que la jueza de instancia que fue recurrida, pone el acento
de su convicción en la falta de razones que permitan dar preponderancia al testimonio
incriminador de la denunciante frente a lo declarado por el propio acusado porque «identifica
un profundo conflicto intrapersonal que puede menoscabar la credibilidad subjetiva,
intensificado, por la propia situación de irregularidad en España que no permite excluir de
forma absoluta móviles espurios tendentes a la obtención de beneficios legales derivados de
28
la denuncia de hechos relacionados con la violencia de género» (FJ primero) . Esta
25
FERNÁNDEZ-‐FIGARES, María José, «La fuerza probatoria del testimonio de la víctima en
la condena por delitos de violencia contra la mujer». Revista
Internauta
de
Práctica
Jurídica,
28 (2012), pp. 25-‐38.
26
27
Sentencia 57/2010 de la Audiencia Provincial, Sección Tercera de Cantabria de 25.2.2010.
Sentencia 57/2010 de la Audiencia Provincial, Sección Tercera de Cantabria de 25.2.2010.
28
Sentencia 49/2012 de la Audiencia Provincial de Tarragona, Sección Cuarta de 16.1.2012.
57
|
valoración, recoge la sentencia «se basa en una supuesta regla de experiencia respecto de la
que la jueza no precisa suficientemente los datos sobre los que la considera relevante en el
caso» (FJ primero).
Consideramos que una posible consideración de la obtención del permiso de residencia y
trabajo de la mujer extranjera irregular como motivo espurio puede traslucir un cierto
estereotipo de «mujer extranjera», presente en la sociedad española y por tanto también en
las instituciones. Estos prejuicios se hicieron patentes cuando en una investigación realizada
desde 2005 a 2009 con diferentes actores en el proceso judicial se evidenció esto en las
repuestas, con el estereotipo de «mujer sudamericana» víctima por ejemplo: «la experiencia
29
que tengo sobre las mujeres
sudamericanas
es
que
son
un
poco
liantas» .
Así también el mismo trabajo recogió la opinión de una jueza en estos términos: «que
muchas veces lo que nos podemos encontrar, pues son, no digo con denuncias falsas pero si
aquella en que la mujer de las que se pretenda
obtener
un
lucro por la asistencia de pensiones
económicas, porque es una vía rápida para solucionar el tema de los hijos, de las pensiones,
de la atribución del uso del domicilio». Así se construye la identidad de una mujer víctima de
violencia ligada a un estereotipo negativo, asociado a la «manipulación» y a una intención, no
de acabar con la violencia sufrida, sino de «sacar provecho de la denuncia», a través por
ejemplo, de la obtención de un permiso de residencia y trabajo.
CONCLUSIONES
El testimonio de una mujer que ha vivido o vive una situación de violencia de género
física y/o psíquica, aunque no haya otros testigos debería ser prueba suficiente para
fundamentar una condena y desvirtuar la presunción de inocencia. Lo que no debería ocurrir
es que la equiparación de las mujeres irregulares con las nacionales y las regulares, se utilice
como arma para presuponer en ellas motivos espurios que hagan caer su declaración. Si esto
es admitido como norma, al tratarse de delitos que suceden normalmente en la más estricta
intimidad familiar, permitiría que estas conductas delictivas escapen del reproche penal
correspondiente, quedando así en la más absoluta impunidad.
La existencia de diferencias primero a nivel legal entre las mujeres regulares y las
irregulares para otorgar protección, y luego el hecho de que esa misma diferencia se utilice a
la hora de juzgar por parte de los tribunales, hace que el pretendido carácter integral de la LO
1/2004 quede solo en intenciones; la tutela global ofrecida a la mujer maltratada, también
debería ir proyectada con igual fuerza a la totalidad de los colectivos de víctimas.
30
Como acertadamente se ha señalado , la LO 1/2004 desconoce la situación singular de
las mujeres migrantes víctimas y provocó una grave descoordinación y confusión en el
29
CUBELLS, Jenny, ALBERTÍN, Pilar y CALSAMIGLIA, Andrea, «Transitando por los
espacios jurídico-‐penales: discursos sociales e implicaciones para la intervención en casos
de violencia hacia la mujer», Acciones
e
Investigaciones
Sociales, núm. 28 (2010), pp. 79-‐108.
30
ACALE, María, La
discriminación
hacia
la
mujer
por
razón
de
género
en
el
Código
Penal,
Madrid, Reus, 2006.
58
|
ordenamiento español, al no adecuarse la legislación de extranjería una vez aprobada
aquélla. Una vez solucionado esta descoordinación, corresponde ahora a la judicatura aplicar
el artículo 31 bis sin prejuicios. También entendemos que sería de recibo que las estadísticas
que se ofrecen sobre mujeres víctimas de violencia de género desglosaran por situación
administrativa. Ello permitiría determinar si la previsión otorgada por la Ley Integral y la
LOEx de no dejar impune la violencia contra las mujeres, con independencia de su situación
administrativa, constituye estadísticamente un móvil espurio a la hora de denunciar.
59
|
EUROPA,
CIUDADANÍA
Y
MUJERES
INMIGRANTES1
/
EUROPE,
CITIZENSHIP
AND
IMMIGRANT
WOMEN
/ DERROTEROS
DE
LA
TEORÍA
FEMINISTA
CONTEMPORÁNEA:
LA
INTERSECCIÓN
DE
LAS
OPRESIONES
EN
LOS
TIEMPOS
DE
LA
GLOBALIZACIÓN
Ana
Isabel
Dapena
Sieiro
INTRODUCCIÓN
La Unión Europea es una comunidad política de carácter supranacional. Para algunos
autores y autoras, la ciudadanía europea representa la membresía postnacional más
elaborada desde un punto de vista legal. Hay quienes señalan que la UE se acerca a los
sueños del siglo XVIII de una federación de Estados gobernada por ideales cosmopolitas.
Ahora bien, nos podemos preguntar: ¿Europa para quién? ¿Ciudadanía europea para quién?
Desde una perspectiva feminista es necesario reflexionar sobre el valor de la ciudadanía
europea para las mujeres europeas, pero también debemos analizar el significado de esta
ciudadanía para las mujeres inmigrantes que residen en Europa. En esta comunicación se
analizan algunos aspectos de la relación de las mujeres migrantes con la ciudadanía europea.
LA
DESAGREGACIÓN
DE
LA
CIUDADANÍA
Y
NIVELES
DE
EXTRANJERÍA
EN
LA
UE.
En la UE se produce un fenómeno de desagregación de la ciudadanía, por el cual el
modelo unitario de ciudadanía está desapareciendo a través de la separación de aquellos
2
elementos que tradicionalmente pertenecían a la ciudadanía . El modelo unitario combinó la
residencia continua en un territorio con una identidad nacional, con los derechos políticos y la
sujeción a una jurisdicción administrativa común. Sin embargo, en la actualidad, esta
concepción unitaria de la ciudadanía está desapareciendo. Por ejemplo, en la UE los
individuos pueden tener derechos políticos aunque no sean nativos del país si son ciudadanos
europeos. O los trabajadores y trabajadoras extranjeros pueden tener derechos sociales a
pesar de no compartir la identidad colectiva del país de acogida. Después del Tratado de
Maastricht toda persona que tenga la nacionalidad de un Estado miembro, posee la
ciudadanía de la Unión, que se añade a la ciudadanía nacional sin sustituirla. Entre los
derechos de la ciudadanía europea se pueden destacar los siguientes: poder residir en
1
Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto de investigación 2012-‐PN114,
financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
2
BENHABIB, Seyla, Los derechos de los otros. Extranjeros, residentes y ciudadanos.
Barcelona, Gedisa, 2005.
60
|
cualquier lugar de la Unión y votar, así como poder presentar una candidatura en las
elecciones locales y al parlamento europeo.
El fenómeno de desagregación de la ciudadanía tiene como consecuencia que el disfrute
de derechos no depende en exclusiva de la posesión legal de la ciudadanía. La ciudadanía, en
tanto disfrute de derechos, ya no es una cuestión de todo o nada. No obstante, la prudencia
es obligada, ya que en la actual crisis económica y social los derechos de los individuos,
también de los migrantes, están siendo reducidos. En cualquier caso, son los países
miembros de la Unión los que marcan las condiciones legales de los inmigrantes que no
provienen de la UE, y por lo tanto, se puede observar una considerable variación en las
condiciones legales y sociales de estas personas entre los distintos países de la unión.
3
Se pueden distinguir en la UE dos niveles de extranjería . Los extranjeros y extranjeras
provenientes de países que no pertenecen a la UE, y por otro lado aquellas personas que,
incluso desconociendo el lenguaje y la cultura del país, disfrutan de privilegios especiales por
ser ciudadanos y ciudadanas europeos, es decir, por ser nacionales de un país miembro de la
Unión. En esta comunicación nos centraremos en el primer nivel de extranjería
LA
CIUDADANÍA
EUROPEA
Y
EL
FEMINISMO.
La Unión Europea despierta miedos y esperanzas dentro del feminismo. Algunas
feministas valoran positivamente el potencial de la ciudadanía europea. Poder apelar a la
ciudadanía europea aumenta las posibilidades de las mujeres a la hora de demandar políticas
4
que vayan más allá de los límites convencionales de la ciudadanía en sus respectivos países .
La UE ha proporcionado a los grupos de mujeres una base legal para articular y promover
políticas de igualdad, a la vez que les permitía presentar estas políticas como europeas y
modernas. Por ejemplo, en países como Gran Bretaña e Irlanda las directivas de la UE han un
jugado un papel importante en la eliminación de políticas discriminatorias y en la promoción
de permisos familiares. De igual modo, al menos en teoría, el ingreso de países del Este en la
Unión tiene que tener como resultado el fortalecimiento de sus marcos de igualdad de
5
género .
A pesar de lo anterior, las políticas de la UE se pueden seguir encuadrando en un modelo
en el que conceptualiza a los varones como los principales sustentadores económicos de las
6
unidades familiares . Por ello, no es de extrañar que la UE sería vista con recelo por las
3
Ibid.
4
HOBSON, Barbara y LISTER, Ruth, “Citizenship” en HOBSON, Barbara et al. (eds.),
Contested
Concepts
in
Gender
and
Social
Politics, Cheltenham, Edward Algar, 2002.
5
LISTER, Ruth, “From the Intimate to the Global. Reflections on Gendered Citizenship”, en
GOLANSKA, Dorota et al. (eds.), The
Limists
of
Gendered
Citizenship.
Contexts
and
complexities, New York, Routledge, 2011.
6
LOMBARDO, Emanuel y MEIER, Petra, “EU Gender Equality Policy: Citizens’ Rights and
Women´s Duties”, en en GOLANSKA, Dorota et al. (eds.), The
Limists
of
Gendered
Citizenship.
Contexts
and
complexities, New York, Routledge, 2011.
61
|
feministas de países nórdicos como Suecia, Finlandia o Dinamarca, sitios más avanzados
desde el punto de vista de la igualdad de que parece que han superado este modelo
masculinista.
LA
DIMENSIÓN
EXCLUYENTE
DE
LA
CIUDADANÍA
EUROPEA.
La llegada a Europa puede tener como consecuencia en la vida de los migrantes una
mejora en sus condiciones de vida. Sin embargo, incluso cuando así ocurre, los migrantes
tienen que convivir con una serie de obstáculos que afectan a sus derechos políticos y
sociales. La Unión Europea es una comunidad política de carácter supranacional. Para
algunos autores y autoras, la ciudadanía europea representa la membresía postnacional más
elaborada desde un punto de vista legal. Ahora bien, nos podemos preguntar ¿ciudadanía
para quién? En la Unión Europea toda persona que tenga la nacionalidad de un estado
miembro de la unión posee la ciudadanía europea. La ciudadanía europea, pues, posee una
dimensión excluyente ya que ignora a aquellas personas que residen en la Unión Europea y
no son ciudadanas de alguno de los estados que la conforman. Dentro de este grupo de
personas podríamos distinguir aquellas que poseen permisos de residencia, que carecen de la
ciudadanía europea y de los derechos propios de la ciudadanía del país de acogida, y las
residentes ilegales que disfrutan de menos derechos. Estas personas, al igual que las
personas indocumentadas que viven en cualquier país, viven bajo la amenaza constante de la
deportación, por lo que son fáciles víctimas de abusos contra los derechos básicos que
recogen las normativas legales de los distintos países para todas las personas,
7
independientemente de su nacionalidad
Evidentemente, esta no es la única dimensión excluyente de la ciudadanía europea.
También podríamos pensar en aquellas personas que queriendo venir a Europa no son
8
capaces de cruzar las fronteras europeas. El trabajo de Ayelet Sachar es muy ilustrativo en
este sentido. En él que se analiza la ciudadanía convencional, ligada al estado-‐nación, desde
una perspectiva global. Esta autora concluye que en un mundo desigual en riqueza y recursos
la ciudadanía convencional sirve para apoyar la desigualdad global. Entiendo que esta idea
también es aplicable a la ciudadanía europea en tanto ciudadanía postnacional.
LAS
MUJERES
MIGRANTES
Y
LA
CIUDADANÍA
EUROPEA.
A continuación analizo algunos de los aspectos de la relación de las mujeres migrantes
con la ciudadanía europea.
1.-‐
Las
políticas
migratorias
como
un
problema
de
orden
público.
7
BOSNIAK, Linda, The citizen and the alien : dilemmas of contemporary membership.
Princeton, Princeton University Press, 2006.
SHACHAR , Ayelet, “The Worth of Citizenship in an Unequal World.” Theoretical
Inquiries
in
Law, vol 8, nº 2 (2007), pp.367-‐368.
8
62
|
Los estado miembros de la Unión han trabajado para conservar dentro de su ámbito de
soberanía las políticas sobre migrantes procedentes de fuera de la UE. La creación del mercado
único europeo supuso decidir quiénes iban a tener libertad de movimiento entre las distintas
fronteras de los estados miembros. Como resultado, en 1985, se implementó el Acuerdo de
Schengen, que suprime los controles de las fronteras entre los distintos países. A través de este
acuerdo también se buscó gestionar asuntos migratorios y la prevención del tráfico de armas y
drogas. De este modo las cuestiones migratorias pasaron a formar parte de la esfera del crimen
9
y el orden público .
2.-‐
La
brecha
democrática
de
las
mujeres
migrantes
en
la
UE.
En la actualidad, la UE no es una institución que destace por su espíritu democrático.
Más bien al contrario. La expresión “déficit democrático” es usada para referirse con
frecuencia a la Unión, ya que aquí nos encontramos con una clara falta de legitimidad
democrática. La UE ni siquiera responde a un modelo formal de democracia representativa.
Hay elecciones al parlamento europeo, pero este parlamento apenas posee poder dentro del
organigrama de la UE. Las instituciones de la Unión responden a un modelo burocrático que
10
favorece altamente a grupos de interés económico . Desde una perspectiva de género,
podemos ahondar en este déficit democrático. En los distintos cargos de los organismos que
forman parte de las instituciones de la UE hay una ausencia llamativa de mujeres. Pero no se
trata de un asunto meramente cuantitativo, sino que las políticas europeas con frecuencia no
se elaboran teniendo en cuenta la perspectiva de género. Es más, las políticas de igualdad
europeas, destinadas a eliminar las barreras que encuentran las mujeres en el ejercicio pleno
de la ciudadanía, siguen partiendo de conceptualizaciones en las que los hombres son vistos
como los principales sustentadores de la economía familiar, mientras las mujeres son vistas
11
como las principales responsables de los cuidados .
La brecha democrática es todavía más grande si nos fijamos en la situación de las
12
mujeres migrantes. Considera Fiona Williams que en la UE, en los distintos comités y
grupos consultivos de mujeres hay un predominio de las organizaciones de mujeres
profesionales, y por lo tanto, de sus intereses. Los problemas de representación se darían a
dos niveles: la ausencia de mujeres y de preocupaciones por la igualdad de género y, la duda
sobre hasta qué punto las portavoces, los grupos consultivos y comités son representativos
de los grupos feministas de base. Para esta autora se da en la UE un enfoque burocrático y
elitista de la representación política que refuerza la visión de las mujeres como un grupo
9
WILLIAMS, Fiona, “Contesting “race” and gender in the European Union: a multilayered
recognition struggle for voice and visibility” en Barbara Hobson (ed.), Recognition
struggles
and
social
movements:
constested
identities,
agency
and
power, Cambridge, Cambridge
University Press, 2003.
10
11
HOBSON, Barbara y LISTER, Ruth, op. cit.
LOMBARDO, Emanuela y MEIER, Petra, op.cit.
12
WILLIAMS, Fiona, op.cit.
63
|
unitario y homogéneo y dificulta el reconocimiento de las diferencias entre mujeres. Los
problemas de las mujeres migrantes, por lo tanto, con grandes dificultades pueden ser
tenidos en cuenta dentro de las instituciones de la UE.
Además, sin ninguna duda, las políticas para combatir el racismo y de inmigración tiene
que ver directamente con la vida de las mujeres migrantes. Las políticas de la UE, cada vez
más, afectan a este colectivo. Lo democrático, a la hora de elaborar y establecer políticas
concretas, es escuchar a aquellas personas que se ven afectadas por ellas. Las mujeres
migrantes, pues, deben tener voz en la toma de decisiones sobre aquellas políticas que les
afecten. Sin embargo, las prácticas políticas de diferentes instituciones de la UE, apenas
dejan espacio para la intervención democrática de este colectivo.
En Europa, en general, las organizaciones de base de la sociedad civil que apoyan a las
mujeres migrantes carecen de recursos suficientes para desarrollar adecuadamente su trabajo.
Las mujeres migrantes son objeto de distintos debates sociales y políticos, pero rara vez
conducen o lideran ellas estos debates. El foco de atención se dirige, con frecuencia, a su
religión o a su cultura, por lo que los factores económicos y sociales, los desequilibrios de
13
poder la discriminación institucionalizada son ignorados . Además, los miembros de culturas
o religiones minoritarias son considerados desde perspectivas esencialistas y
homogenizadoras.
3.-‐
Reunificación
familiar
y
precariedad
económica.
En la mayoría de los países de la UE la reunificación familiar y el asilo son los principales
14
medios de entrada y adquisición del permiso de residencia permanente . Muchas mujeres,
pues, entran a Europa a través de procesos de reunificación familiar. De este modo el estatus
legal de estas mujeres depende de sus maridos u otros familiares. Hasta que no consiguen un
permiso de trabajo sólo pueden trabajar en la economía sumergida, lo que las convierte en
personas muy vulnerables a la explotación laboral en trabajos vinculados con el servicio
doméstico, el sector servicios, las fábricas textiles o la industria del sexo. Estos trabajos, en la
práctica, se caracterizan por los bajos salarios y por una protección de la seguridad social
escasa o inexistente. También han de convivir con situaciones de discriminación racial en el
lugar de trabajo. Según Johanna Kantola, a estos problemas de las mujeres migrantes no se
les otorgó voz o representación ni las instituciones europeas ni en las políticas de género. Las
mujeres que acceden a territorio europeo a través de los procesos de reunificación familiar,
además de vivir en una situación económica y laboral precaria, pueden perder el derecho de
residencia si se divorcian o enviudan, ya que su estatus legal es dependiente del de su
marido. En esta situación, las mujeres que sufren violencia de género tienen serias
dificultades para superarla.
13
DUSTIN, Moira, Gender
equality,
cultural
diversity:
European
comparisons
and
lessons.
London, London School of Economics and Political Science, 2006.
14
Ibid.
64
|
4.-‐
La
interseccionalidad.
La Comisión europea en la década de los 90 auspició la creación de ONGs de ámbito
europeo que representaran los intereses de distintos colectivos. Así nació el Lobby Europeo
de Mujeres, que en la actualidad es la organización feminista con mayor presencia en el
ámbito institucional de la UE. Igualmente el Foro de los Migrantes fue creado para
representar los intereses de los migrantes en la administración europea. Ambas ONGs tienen
la misión, entre otras, de actuar como un órgano consultivo de la Comisión Europea. Así, las
demandas por la igualdad de género y la igualdad racial fueron canalizadas por vías distintas
sin que hubiera retroalimentación entre ellas. Mientras el Lobby Europeo de Mujeres, al
principio, poco hizo para dar voz a los intereses de las mujeres negras, de minorías étnicas y
15
mujeres migrantes, el Foro de Migrantes marginó los problemas de las mujeres . En la
actualidad, pues, observamos como las ONGs cada vez poseen una mayor capacidad para
mediar entre el estado o los Estados postnacionales como la UE y distintos sectores de la
sociedad. Si las ONGs, como en este caso el Lobby Europeo de Mujeres o el Foro de
Migrantes, se organizan a partir de un único eje de opresión poseen una capacidad limitada
para responder a las demandas de las personas cuya identidad se crea a partir de la
intersección de distintos ejes de opresión, por ejemplo, el género, la nacionalidad y la etnia
como ocurre en el caso de las mujeres migrantes. Las organizaciones que han sido creadas
para dar voz a distintos sectores de la sociedad civil en la UE no han sido capaces de dar
cabida a los problemas de las mujeres migrantes al no incorporar en sus prácticas la
perspectiva interseccional. Cabe apuntar que en la actualidad el Lobby Europeo de Mujeres
16
está intentando desarrollar políticas diseñadas desde una perspectiva interseccional .
A nivel legislativo es relevante mencionar el Tratado de Ámsterdam de 1997. El artículo
13 de este tratado otorga poderes a la UE para combatir la discriminación en base al género,
la raza o la etnia, la religión o las convicciones, la edad, la discapacidad y la orientación
sexual. Evidentemente, este artículo no menciona la discriminación arbitraria, aunque sea
legal, basada en la nacionalidad que podemos encontrar en distintas normativas europeas. A
pesar de esto, el artículo supone un avance en el reconocimiento de las distintas opresiones a
las que pueden tener que enfrentarse las mujeres. Este artículo con el paso del tiempo se ha
convertido en una herramienta útil para estimular la elaboración de leyes
antidiscriminatorias. Constituye una importante referencia para ONGs, activistas y colectivos
cuyos derechos no son protegidos por leyes de igualdad y antidiscriminatorias en sus
17
respectivos países .
El lenguaje de la discriminación múltiple en la actualidad está presente en la agenda de la
UE y aparece en diversos documentos de la Comisión europea. Dentro del enfoque de la
15
KANTOLA, Johanna, Gender
and
the
European
Union. London, Palgrave Macmillan, 2010.
16
17
Ibid.
KANTOLA, Johanna, op cit, WILLIAMS, Fiona, op.cit.
65
|
discriminación múltiple, en contraposición a la perspectiva de la interseccionalidad, se obvia
la interacción simultánea de diversas discriminaciones y con ello los problemas directamente
vinculados a estas interacciones.
5.-‐
La
carga
simbólica
y
cultural
de
la
ciudadanía
europea.
18
Según Williams , la UE tiene la posibilidad de impulsar dos tipos de ciudadanía
diferentes. Por un lado, tiene la opción de reforzar el nacionalismo y fusionar la ciudadanía
con la “europeidad blanca”; por otro, bien podría encaminarse hacia una ciudadanía
posnacional y multiétnica. Cada una de las opciones conlleva destinos muy diferentes para
las personas migrantes y, por tanto, para las mujeres migrantes. La primera opción supone
una identidad europea supranacional, blanca y cristiana, que se construye en contraposición
al Otro: a aquellos pueblos enraizados en los países empobrecidos que exportan migrantes.
Para Williams la identificación de la ciudadanía con la “europeidad blanca” es posible porque
las políticas raciales y de inmigración de la UE no sólo tienen implicaciones materiales, sino
que también tienen repercusiones a nivel simbólico. La frontera que se pretende trazar no
sólo es geográfica, es también étnica, racial y cultural. La frontera simbólica, igual que la
física, divide a quienes están dentro de ella de quienes están fuera, ofreciéndole distintas
posibilidades a cada grupo. Por otro lado, y aún moviéndonos dentro del plano simbólico, las
políticas raciales y de inmigración de la Unión Europea tienen como consecuencia el
reconocimiento de un orden económico que, si bien depende la fuerza de trabajo de las
personas migrantes, las invisibiliza.
De este modo, en el nivel supranacional de la EU, tanto las mujeres migrantes como las
ciudadanas europeas pertenecientes a minorías étnicas se encuentran material y
simbólicamente marginadas.
CONCLUSIONES
La relación entre las mujeres migrantes y la ciudadanía europea está fuertemente marcada
por la exclusión. Si nos preguntamos por el significado de la ciudadanía europea para estas
mujeres la idea de exclusión ha de estar presente en nuestra respuesta. Inevitablemente, la
ciudadanía europea es excluyente. Otorga unos derechos únicamente a aquellas personas que
poseen la nacionalidad de uno de los Estados miembros. La entrada en Europa puede suponer
un aumento de las posibilidades de mejorar sus vidas. En los casos en que es así, el camino para el
progreso personal y social de estas mujeres no está exento de obstáculos. Las políticas
migratorias, en el Tratado de Schengen son consideradas un asunto de orden público, y no se
elaboran tomando como base los derechos humanos, sino en base criterios de dudosa
racionalidad desde un punto de vista ético.
El déficit democrático que caracteriza a la UE es más sangrante en el caso de las mujeres
migrantes. Aunque las políticas de la UE les afectan, su voz en las instituciones europeas es
residual. Tampoco se presta la atención necesaria a su autonomía económica y a las condiciones
18
WILLIAMS, Fiona, op.cit.
66
|
que tienen que afrontar en el mercado de trabajo. Los desarrollos de perspectivas
interseccionales son todavía incipientes, tanto en la legislación europea como en organizaciones
de la sociedad civil, por lo que los problemas de estas mujeres no son correctamente analizados.
Como consecuencia de ello, las posibles soluciones serán deficitarias en diversos aspectos. Las
mujeres migrantes difícilmente se pueden identificar con una identidad europea blanca y cristiana
que se está construyendo a través de la dicotomía con el Otro que las mujeres migrantes
representan. La ciudadanía europea, pues, parece tener un contenido excluyente en lo que se
refiere a los derechos políticos, sociales y culturales de las mujeres migrantes. El feminismo se
dirige a todas las mujeres, independientemente de su nacionalidad, por lo que ha de ser
consciente de esta dimensión excluyente para avanzar en el camino hacia la igualdad.
67
|
EL
ROSTRO
Y
LA
ESCRITURA.
ALGUNAS
CONFLUENCIAS
ENTRE
HÉLÈNE
CIXOUS
Y
ENMANUEL
LEVINAS.
Anisa
Azaovagh
de
la
Rosa
∗
PASIVIDAD
EN
LA
ESCRITURA.
1
Cixous, en su libro La
llegada
a
la
escritura , relata este acontecimiento-‐ la llegada a la
escritura-‐ como un sentirse reclamada por la misma, por su estructura apelativa. Esta
estructura apelativa de los textos sugiere una relación originaria con los mismos que sume a
la escritor/lectora en una radical pasividad, análoga a la que instaura la epifanía del rostro en
el universo ético levinasiano. Cixous alude a esta pasividad de la siguiente manera:
"Todo lo que puedo decir de esto es que la llegada al lenguaje es una fusión, un vaciado
en fusión, si hay <<intervención>> de mi parte es en una suerte de <<posición>>, de
actividad-‐pasiva como si yo me iniciara: <<déjate hacer, deja pasar la escritura, déjate mojar;
limpiar, relájate, hazte río, lámelo todo, abre desatranca, levanta las compuestas, rueda,
2
déjate envolver...>>. Una práctica de la más grande pasividad."
Asimismo, podemos apreciar una transición en Cixous estructuralmente análoga a la que
tiene lugar en el discurso levinasiano: entrada de la alteridad a través del rostro/texto-‐ en el
interior del psiquismo-‐ mismo-‐a/escritor-‐a/lector-‐a, que inicialmente sitúa al receptor-‐a en
una total pasividad, que deviene, palabra ética del yo-‐ interpretación y escritura que trae al
otro, en el caso de Cixous.
Tanto la emergencia del rostro en el discurso levinasiano como la escritura para Cixous
suponen una mutación decisiva: si en la relación ontológica entre el yo solitario y el mundo, el
vínculo es ante todo de naturaleza óptica (el ojo como órgano de la teoría: mirada que se
adueña de la alteridad), el acontecimiento ético, textual o escritural imponen una puesta en
escena de naturaleza auditiva. Si por un lado, en Levinas, la palabra de rostro reduce al yo a la
condición de pura receptividad, de oyente pasivo, podría decirse que el habla ética es voz
pasiva (yo soy llamado por el rostro), y es por ello, que el yo deviene, en frase ética sujeto
paciente. El yo es un sujeto invocado. Su caso, como Levinas afirma, el vocativo, con lo cual
Becaria de investigación por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de
la Información en el Departamento Historia y Filosofía de la Ciencia, la Educación y el
Lenguaje. azauagh@hotmail.com. Este trabajo se inserta en el proyecto <<Justicia,
ciudadanía y género: feminización de las migraciones y derechos humanos>> FFI2011-‐
24120) del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.
1
Cixous, Hélène, La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrotu, 2006, p. 87.
∗
2
Cixous, Hélène, La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 87.
68
|
ruptura con el nominativo ontológico, es decir, con la idea de sujeto que recorre toda la
3
tradición ontológica .
Cixous, en sintonía con Levinas, ve en la escritura una estructura apelativa, esto es, la
escritura me interpela por lo que al igual que para la tradición judía, en la que ambos autores
se sitúan, el encuentro con el libro es un momento de pasividad en el que el lector-‐a se
somete al texto; así también para Cixous, aun existiendo salvedades, ocurre en la escritura.
"Pasividad, para dejar pasar a la escritura y una vez que pasa, se logra también la autonomía,
se va tras ella, <<inapropiable, indominable>> para gozar de su ejercicio. La escritura no
como lo impersonal, sino como los otros/otras que están en ella y también en mí aún sin
saberlo, que al igual que el rostro en la relación ética que Levinas suscribe, me in-‐vocan:
"nuestras mujeres, nuestros monstruos, nuestros chacales, nuestros árabes, nuestros
4
semejantes, nuestros miedos" , según las hermosas palabras de la autora. Esta escritura que
es receptividad, apertura a lo otro es una escritura que se escribe de oído "(...) puede que
5
incluso sea mi oído el que escribe primero, guiando mi ojo." Se escribe de oído en esta
escritura de la alteridad, porque la escritura que propone Cixous no es aprehensión, no es
dominio es de naturaleza auditiva porque acepta y escucha a lo otro. Se escribe de oído
porque esta escritura es también voz, del otro de los otros que están fuera y dentro de mí. "
Voz y escritura se trenzan, se traman y se intercambian, continuidad de la escritura/ritmo de
la voz, se coartan el aliento, hacen jadear al texto o lo componen mediante suspensos,
6
silencios, lo afonizan o lo destrozan a gritos."
A mi juicio, al relacionar escritura y voz lo hace porque es consciente de que existe otra
escritura sierva del discurso de dominio, caracterizada básicamente por ahogar la voz de los
otros-‐as en aras de un yo que usurpa todo el espacio semiótico o conversacional ocupando
las posiciones otras personas, como la del tú o la del él, etc., excluyéndolas del modelo
normativo de la significación. Subsiste en la escritura de Cixous un modelo interpersonal que
es contrario a esta escritura monádica, estructuralmente violenta porque reduce lo otro a lo
mismo.
LA
SIGNIFICACIÓN
DEL
ROSTRO
Para el filosofo judío "la manifestación del rostro es ya discurso". Considera que lo que el
rostro expresa es palabra. Será el oído y no la visión lo que mantendrá al yo y al otro en una
distancia total que opondrá una resistencia absoluta a ser contenido en una relación de
conocimiento. Ya el otro no es un objeto, sino un interlocutor, ha dejado de ser tema que lo
engloba, para ser considerado fuera de toda representación, de toda aprehensión y, en este
3
Levinas, Enmanuel, Cuatro
lecturas
talmúdicas. Barcelona, Riopiedras, 1996, p. 104.
4
Cixous, Hélène, La risa de la medusa. Ensayos sobre la escritura. Barcelona, Anthropos,
1995, p. 43.
Cixous, Hélène y Derrida, Jaques, La
lengua
por
venir. Barcelona, Icaria, 2004, p.114.
5
6
Cixous, Hélène, La
risa
de
la
medusa.
Ensayos
sobre
la
escritura. Barcelona, Anthropos,
1995, pp. 54-‐55.
69
|
sentido, desafía cualquier imagen dada de sí. El rostro es invisible, no puede ser dominado
mediante la visión, como una imagen o un objeto. Levinas dice al respecto:
En el discurso, la diferencia que se acusa inevitablemente entre el otro como mi tema y el
Otro como mi interlocutor, eximido del tema que por un instante parecía poseerlo, pone
pronto en tela de juicio el sentido que doy a mi interlocutor. Por ello la estructura formal del
.7
lenguaje, anuncia la inviolabilidad ética del otro
Esa expresión del rostro como palabra y por recursividad, la corporalidad del otro, es el
lugar donde proviene la demanda ética que concentra la significación del único mandato
ético: “no mataras”, que sitúa al interlocutor como responsable, y por ende, como sujeto
moral. Levinas habla de está aparición del rostro como apelación moral <<irrecusable>>
porque está fuera de nuestra autonomía y libertad de elección que “(…) abre el discurso
8
original, cuya primera palabra es la obligación que ninguna <<interioridad>> permite evitar” .
“El no mataras” es a la vez un principio moral que nos obliga y nos interpela surgiendo de la
capacidad expresiva del rostro o de una corporalidad que significa al margen de cualquier
sistema conceptual. De esta manera, Levinas, aúna discurso y responsabilidad o
lingüisticidad y moralidad al inscribir la responsabilidad (tener que dar una respuesta a la
interpelación de otro quién me ha hecho una demanda con anterioridad a mi decisión,
identidad o conciencia) en el origen mismo de la actividad comunicativa como una cuestión
estructural.
(…) El ser de la significación consiste en cuestionar en una relación ética la propia libertad
constituyente. El sentido es el rostro del prójimo y cualquier recurso a la palabra se sitúa
ya en el interior del cara a cara original del lenguaje. Cualquier recurso a la palabra
supone la comprensión de la primera significación, pero comprensión que, antes de
dejarse interpretar como <<conciencia de>>, es sociedad y obligación. La significación es
el Infinito (…); me hace frente, me cuestiona y me Obliga en virtud de su esencia de
infinito. Es <<algo>> que se llama significación surge en el ser con el lenguaje, porque la
9
esencia del lenguaje es la relación con el Prójimo.
Al comienzo de La
llegada
a
la
escritura, Cixous habla de “rostro” y del “Rostro” desde mi
punto de vista como un significante enigmático, que me interpela desde una semiótica que
excede al tiempo y el espacio de lo ontológico, manifestación semiótica originaria a través
de un rostro concreto, el rostro materno que me saca de mi ipseidad, de ente particular y
10
autónomo a través del lenguaje. El rostro materno como “primer rostro” que se sustrae al
7
Levinas, Enmanuel, Totalidad
e
infinito. Ensayo
sobre
la
exterioridad. Salamanca,
Sígueme, 2002, p. 209.
8
Levinas, Enmanuel, Totalidad
e
infinito. Ensayo
sobre
la
exterioridad. Salamanca, Sígueme,
2002, p. 214.
9
Levinas, Enmanuel, Totalidad e infinito. De otro modo de ser o más allá de la esencia.
Salamanca, Sígueme, 2002, pp.181-‐182.
10
Cixous, Hélène, La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 11
70
|
recuerdo voluntario, memoria de un pasado inmemorial que es la constitución pasiva de la
sujetividad como sujeción al otro, al igual que en el discurso ético Levinasiano. Al respecto
Cixous dice:
“Lo leí: el rostro significaba. Y cada signo indicaba un nuevo camino. (…) El Rostro me
susurraba algo, me hablaba, me llamaba a hablar, a descifrar todos los nombres que la
rodeaban, lo evocaban, lo rozaban, lo hacían aparecer. Él volvía las cosa visibles y
legibles; como si estuviera convenido que, aunque la luz se alejara, las cosas que ella
había iluminado no desaparecerían, lo que ella había tocado se quedaría, no cesaría de
11
estar aquí, de brillar, de dejarse aún ser tomado por el nombre”.
Se trata de una semiótica que ha quedado ahogada, oculta por el orden simbólico
básicamente patriarcal. De modo que, para Cixous, sería la relación con el “primer rostro” el
lugar de la relación ética que Levinas suscribe.
ESTRUCTURA
PRAGMÁTICA
DE
LA
RESPONSABILIDAD
Y
DE
LA
ESCRITURA
CIXOUSIANA.
12
Gabriel Bello ha llevado a cabo a través de numerosas obras una lectura de Levinas
interferida por el pragmatismo y neopragmatismo norteamericanos, por lo que su discurso
ha enfocado más el discurso levinasiano en términos más pragmáticos que fenomenológicos.
Está interpretación de Levinas pone especial énfasis en el concepto de "interpelación" que
nos sitúa ya en una perspectiva pragmática. Esta perspectiva desplaza la reflexión filosófica
del espacio interior en el que la mente dialoga o se comunica consigo misma, hacia la
comunicación exterior, que tiene lugar al menos entre dos interlocutores, un tú y un yo, o
entre tres, si añadimos a estos dos pronombres de primera y segunda persona, el de tercera
él, que Levinas asocia al pronombre indefinido, otro. De este modo, la estructura básica de la
comunicación y de la significación es tríadica, y no diádica (entre un yo y un tú) y mucho
menos monádica (de un yo para sí o consigo mismo), como sostuvo el pragmatismo clásico.
Levinas elabora una estructura semiótica, en la que el rostro-‐signo significa mediante un
modelo tríadico que resta prioridad normativa absoluta al modelo monológico. En esta
perspectiva asimétrica e irreversible se inscribe para G. Bello la visión de Levinas de la
responsabilidad ética como estructura pragmática del lenguaje originaria, que ilustra a través
del enunciado levinasiano "asumir con respecto a alguien una responsabilidad ante alguien"
donde aparecen los tres pronombres como sujetos de la actividad discursiva "dar cuenta de
11
Cixous, Hélène, La
llegada
a
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p.10.
12
En obras como La
construcción
ética
del
otro, Oviedo, Nobel, 1987; El valor de los otros.
Más
allá
de
la
violencia
intercultural. Madrid, Biblioteca Nueva, 2006; Postcolonialismo,
alteridad
e
inmigración, Granada, Comares, 2007 o recientemente Emigración
y
ética.
Humanizar
y
deshumanizar. Madrid, Plaza y Valdés, 2011.
71
|
13
otro a otro" , que condensa la capacidad de dar respuesta a una interpelación anterior por
parte de otro.
Mi tesis es que, de igual forma que en Levinas se entiende la responsabilidad como
hecho inaugural del lenguaje, en la propuesta de escritura femenina cixouxiana también
aparecería la responsabilidad por el otro como una cuestión estructural. En su obra La
llegada
a
la
escritura puede verse claramente este planteamiento. Allí, la escritura aparece como una
obligación moral que ha de dar cuenta del otro, soy interpelada por la escritura y es mi
escritura la que debe dar cuenta del otro: "yo escribo y tú no estás muerto. Si escribo, el otro
14
está a salvo" , dice la autora. No obstante, tal y como es pensada la escritura cixouxiana ésta
aparece conformada mediante una relación compleja de al menos tres personas
gramaticales: una primera, yo, que se hace responsable ante otra, tú, de una tercera. él, esto
es, el escritor, el sujeto u objeto del que se escribe (sujeto enunciado) y el lector. Lo revelador
de la afirmación de Cixous " yo escribo y tú no estás muerto" es que escritura cixousiana
aparece la responsabilidad por el otro muerto dando cuenta de una interpelación que en su
escritura no deja de cesar. Por tanto, podemos interpretar que en su escritura puede
extraerse una teoría de la moralidad, lo cual resulta claro si pensamos que el núcleo de la
moralidad es la responsabilidad y en ésta de lo que se trata es de dar una respuesta, una
dimensión que se inscribe en la dimensión comunicativa o actividad semiótica de la escritura.
"(...) escribí para cerrarle el paso a la muerte. A causa de un muerto. La más cruel, la que
no perdona nada, la irreparable. Se trata de esto: tú mueres mientras yo no estoy ahí.
Mientras Isolda no está ahí, Tristán se vuelve hacia el muro y se muere. Lo que pasa entre
15
ese cuerpo y ese muro, lo que no pasa, me traspasa de dolor, me hace escribir."
LA
PRIMACÍA
DEL
OTRO
Queda claro que tanto para Levinas como para Cixous, el otro es la condición de
posibilidad originalmente pasiva de un “yo” [me] acusativo. La alteridad es para ambos
autores una marca indeleble e inaugural, constituyente e irrecusable. Pero hay entre ambos
autores diferencias significativas que tienen que ver con marcos de pertenencia distintos;
Cixous toma una postura psicoanalítica que choca con la postura Levinasiana, aún cuando
puedan extraerse analogías entre escritura y rostro como estructuras interpelativas
primarias portadoras del “otro”, Levinas integra al inconsciente como una especie de réplica
de la conciencia totalizadora. “El inconsciente, dice el autor, en su clandestinidad, reitera el
juego jugado en la conciencia, a saber: la búsqueda del sentido y la verdad como búsqueda
16
del yo.” Mientras, para Cixous el inconsciente no puede ser considerado como parte de la
13
Bello, Gabriel, El
valor
de
los
otros.
Más
de
la
violencia
intercultural, Biblioteca Nueva,
Madrid, 2006, pp. 195-‐196.
14
Cixous, Hélène,
La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 14.
15
Cixous, Hélène, La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 14.
16
Levinas, Enmanuel, De
otro
modo
de
ser
o
más
allá
de
la
esencia.
Salamanca, Sígueme,
1987, p. 83.
72
|
autoconciencia, sino que es, más bien, aquello que da opacidad a la conciencia del yo,
haciendo que ésta aparezca escindida hasta el punto que ella habla de una serie de yoes en
mí que no pueden recomponerse en una totalidad autoconsciente mayor. Digamos que el
inconsciente se interpone a la conciencia impidiendo su auto-‐transparencia, porque ésta
siempre estará afectada por la alteridad que no sólo es externa (Levinas), sino que también es
interna, un conjunto de significantes enigmáticos que me atraviesan. Estos significantes
enigmáticos permitirían a la mujer acceder a una forma de expresión, ajena a el intercambio
lingüístico falogocéntrico.
En sus tesis Levinas no da relevancia a las pulsiones, en cambio una postura que toma
una vertiente psicoanalítica como la de Cixous tiene muy en cuenta el conjunto de pulsiones
primarias. Cixous considera la represión primaria y la formación de objetos-‐fuentes, que se
convierten en los generadores internos de las pulsiones y su opacidad. Cixous no lo dice
explícitamente pero la irrupción del otro generaría la pulsión, la pulsión, la fuente pertenece
17
al pre-‐lenguaje que es región de la relación con el “rostro primitivo” o también “el primer
rostro” que es el de la madre. Si Levinas
17
Cixous, Hélène, La
llegada
a
la
escritura. Buenos Aires, Amorrortu, 2006, p. 11.
73
|
VIOLENCIAS
ESTRUCTURALES
Y
DE
GÉNERO.
LAS
INTERSECCIONALIDADES
INVISIBLES
EN
EL
ESTUDIO
DE
LAS
MIGRACIONES
Esther
Torrado
Martín-‐Palomino
La inmigración no es un capricho sino que suele ser
un destierro movido con frecuencia por el móvil
político, más antiguo del mundo, el de la
supervivencia.
Juan José Téllez
INTRODUCCIÓN
Este trabajo refleja las particularidades que se dan en las migraciones de menores
solos/as de procedencia africana (generalmente sin referente familiar adulto en Canarias) y
en concreto las violencias e interseccionalidades de las que son objeto por su doble
condición de menor e inmigrante irregular. A través de la investigación se ha confirmado
que estamos ante un nuevo modelo migratorio en nuevos contextos globalizados, donde
las niñas a pesar de ser objeto de múltiples y diversos tipos de violencias (que constituyen
castigos de género) han permanecido en estos procesos de movilidad invisibilizadas. En
ambos casos existe un elemento común derivado de su vinculación con las redes de tráfico
y trata de seres humanos. Presenta propuestas innovadoras para el conocimiento del
fenómeno de los menores extranjeros no acompañados (MENA a partir de ahora) que van
más allá de la cuantificación para poder conocer las particularidades que ofrecen por
cuestiones de género y los diferentes costes y resultados de los proyectos migratorios en
relación a ello.
La metodología de investigación se basó en lo que se denominó “prospecciones de la
realidad” y desde el análisis desde la perspectiva de género y las interseccionalidades que
convergen (edad, sexo, clase social, religión, estado civil, raza o etnia) el objeto de la
misma ha sido el de visibilizar las pautas migratorias diferenciales de esa minoría de niñas
MENA, conociendo motivaciones migratorias, trayectos, costes de la inmigración y
expectativas de futuro en las sociedades de destino. También se ha verificado las múltiples
y diversas restricciones que en sus procesos de movilidad mayoritariamente derivadas de
patrones patriarcales inmersos en las estructuras sociales de origen y destino. Estas
restricciones se manifiestan en diversos tipos de violencias y que van a generar unos
mayores costes migratorios en cuanto tiempo, medios y resultados ya que las mujeres no
están “invitadas” a acometer estos proyectos a no ser que estén asociadas a patrones
74
|
patriarcales tradicionales dentro de la migración (matrimonio, reagrupación familiar) que
establecen lo que es aceptable o no en las mujeres.
En general estas migraciones africanas están vinculadas a las redes de tráfico y trata
de seres humanos puesto que el acceso al territorio canario es mayoritariamente por vía
marítima, lo que exige disponer de una infraestructura, planificación e interdependencia
con recursos humanos y económicos. En ese contacto con las organizaciones de tráfico y
trata, niñas y mujeres reciben un tratamiento diferencial e inmerso de violencias, lo que
constituye una escuela de adoctrinamiento y desempoderamiento basada en castigos de
género, tanto si ha sido elegida por el entorno familiar para acometer el proyecto
migratorio o se trata de un proyecto migratorio de autonomía o liberador (huida de
matrimonios forzados, ablación, violaciones étnicas). Sea como fuere, en ambos casos se
considerará tácita o explícitamente una trasgresión a las tradiciones y normas de sus
países de origen y de su comunidad, con resultados de aislamiento social y familiar, lo que
no excluye de la obligación de asegurar las remesas para mejorar la calidad de vida de las
familias en origen.
OBJETIVOS
DE
LA
INVESTIGACIÓN
El objetivo del estudio era el de conocer exhaustivamente las migraciones de MENA en
Canarias desde 1996 hasta la actualidad, estableciendo las diferencias entre Canarias y otros
territorios de España. Desde el inicio se establecieron una serie de hipótesis, relacionadas con
sus pautas de movilidad, perfiles, motivaciones migratorias y resultantes de la migración:
1. Estas migraciones en Canarias constituyen un nuevo modelo de movilidad
internacional, mayoritariamente masculinizadas y procedentes de África. La escasa
representación de mujeres se debe a restricciones de su movilidad, al ciclo vital y a
interseccionalidades múltiples.
2. La minoría de mujeres que emigran lo hacen como proyecto liberador para acabar
siendo víctimas de explotación de las redes de tráfico y trata. Presentan componentes
migratorios diferenciales a los niños MENA en cuanto a costos de la inmigración; tiempo,
esfuerzo y resultados.
3. No son migraciones autónomas e improvisadas ya que requiere de infraestructura,
apoyo económico, medios y planificación y les identifica irremediablemente a la relación con
redes de trata y tráfico de seres humanos. Las TIC han facilitado su desarrollo y la
diversificación de las rutas migratorias, sirviendo como instrumentos de control fronterizo y
de penetración de fronteras.
4. Al amparo de estas nuevas migraciones han proliferado normativas y recursos de
acogida, pero el tratamiento y la intervención es contradictorio por la doble condición de
menor e inmigrante irregular. El fracaso de los proyectos de integración de estos/as MENA
procede del “choque de proyectos” de los migrantes y los Estados.
75
|
METODOLOGIA
DE
LA
INVESTIGACIÓN
La metodología de investigación partió de la necesidad de conocer de forma más
completa y exhaustiva este nuevo modelo de migraciones superando análisis simplistas de
una compleja realidad social estableciendo peculiaridades causales y recurriendo a la
combinación de técnicas cuantitativas y cualitativas. Así mismo y desde la perspectiva de
género se ha procedido a visibilizar la realidad las niñas MENA y sus comportamientos
migratorios diferenciales.
1.-‐
Fases
de
investigación:
La 1º fase se centró en la elaboración (a través de fuentes secundarias bibliográficas) de
un marco teórico-‐conceptual y normativo sobre el objeto de estudio llevando a la
consideración de que estas migraciones constituyen un nuevo modelo de movilidad
fronteriza que no permite circunscribirse en una o varias de las teorías generales de las
migraciones, por su novedad, variabilidad y multicausalidad. La 2º fase centrada en el
trabajo de campo y la combinación de técnicas cuantitativas (explotación de datos
estadísticos) para cuantificar el fenómeno e identificar los perfiles de estos/as MENA y con
las técnicas cualitativas para caracterizar a estos/as menores en sus trayectos y proyectos
migratorios, y sus expectativas de futuro.
2.-‐
La
metodología
de
la
investigación:
El trabajo de campo se ha realizado con un conjunto de trabajos o procedimientos
temporales que han ido desde lo particular (muestras de una sola isla) a lo general (muestras
de todo Canarias) combinando con otras fuentes secundarias de información de naturaleza
transversal (informes sobre los/as MENA de otros territorios, consulta hemerotecas,
observación participante). Este método ha sido diseñado específicamente en esta
investigación, para la búsqueda de yacimientos y hallazgos en el conocimiento de este nuevo
modelo de migraciones y sus particularidades en Canarias y se ha denominado
“prospecciones sociales de la realidad de los/as MENA”. La 1ª prospección se realizó en el año
2003 con un análisis de contacto inicial (tras los permisos de investigación del Gobierno de
Canarias). La población objeto de estudio, fueron los expedientes aperturados por la
Dirección General de Protección del Menor y la familia. El trabajo de campo se estructuró con
el vaciado de 70 expedientes y entrevistas de contraste-‐control de información, con
profesionales que ejercen su actividad en los centros de acogida a MENA (CAME). Esta
prospección era mayoritariamente descriptiva cuantitativa, si bien como en el resto de
prospecciones, se han incorporado la naturaleza vivencial y opinática de sus protagonistas.
Como soporte metodológico, se utilizó una plantilla de registro de información con 42 ítems.
Los bloques temáticos de análisis han sido: datos de origen (socio-‐demográficos, socio-‐
familiares y del proyecto migratorio) datos de destino (motivos de ingresos en Centros, datos
de medidas de protección y tutela). Por último, se visitó el SIVE de las islas de
76
|
Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria (las islas que más llegadas registraban de
1
inmigración irregular) .
2
La 2º prospección se realizó en el año 2005 con la realización de 10 entrevistas semi
estructuradas a MENA que residían en los 5 CAME existentes en la isla de Tenerife y 5 al
personal que prestaba sus servicios en dichos centros. Se diseñó un guion de entrevista
conforme al modelo de entrevista realizado por la Fundació Pere Tarres (2001). También se
realizaron 5 análisis de contenido de los PEC (Proyectos Educativo de Centros) y 5 entrevistas
3
de contraste de información a profesionales.
La 3ª prospección se realizó con 16 entrevistas en profundidad a MENA que residían en
CAME de todas las islas (excepto la Gomera que carecía de este recurso) y 5 entrevistas a
mujeres que entraron irregularmente en Canarias cuando eran menores de edad, así como el
análisis de PEC de todos los centros existentes. Finalmente se hizo una triangulación analítica
4
lo que ha permitido la confirmación de hipótesis de forma rápida y segura .
RESULTADOS
De los/as MENA llegados a Canarias e interceptados por las Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, la mayoría son de procedencia africana (96%) y varones (91%). Se
trata de un nuevo tipo de migraciones irregulares marítimas masculinizadas con proyectos
migratorios de centralidad económica familiar, es decir, viajan de forma clandestina
contando con el apoyo de sus redes familiares y con el objetivo de mejorar sus condiciones de
vida y de sus familias. La migración constituye en la actualidad un rito de adultez (con lo que
ello implica en la modificación de tradiciones y relaciones) donde familias y comunidades
depositan sus esperanzas de mejora y cambio, percibiendo al menor como “el elegido” y
siendo despedido y recibido con “honores” por ser el depositario del mandato de mejora del
clan, manteniendo las redes y comunicación con su comunidad y familia en todo el proceso
migratorio Esto determinará su proyecto y su futura integración en el país de destino, ya que
estará presionado para no fracasar y obtener de forma rápida ingresos mediante el trabajo u
otras vías. Ante esto, habrá serias resistencias a aceptar el contrato de integración que
1
El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE).
2
Esta prospección se hizo dentro del Marco de estudio e investigación del Proyecto “La
inmigración irregular de Tenerife” dirigida por el Dr. Dirk Denau y Vicente Zapata y
financiada por OBITEN y el Cabildo Insular de Tenerife. La comunicante fue investigadora
en el mismo.
3
CORRED (Comunidad virtual contra la violencia ejercida sobre los adolescentes
inmigrantes SIN RED de apoyo social) (2005) Características de la inmigración de los
menores inmigrantes no acompañados en Europa. Barcelona. Fundación Pere Tarrés.
Universitat Ramon Llull (manuscrito).
4
Esta prospección se hizo dentro del marco de estudio e investigación encargado por la
Dirección General de Protección del Menor y la familia del Gobierno de Canarias, dirigida
por el Dr. Cristino Barroso. El comunicante fue investigadora en el mismo.
77
|
ofrecen habitualmente los países de destino (reagrupación, educación y formación reglada)
por chocar con sus expectativas.
Aunque las niñas son cuantitativamente menos representativas en este tipo de
migraciones, por el control a su movilidad en sociedades altamente patriarcales y las
practicas sexistas de las redes que hacen que se incorporen como mercancía invisible en los
movimientos intercontinentales, la mayoría no cuentan con el apoyo de sus familias y
comunidades de origen, por considerar que la migración “es cosa de hombre” por las que se
incorporan son consideradas trasgresoras y repudiadas por sus redes familiares y sociales.
La posibilidad de ser elegida es prácticamente nula y sólo se contempla en el caso de no
existir un varón joven que pueda acometer el proyecto familiar. En los otros casos se trata de
niñas y mujeres que plantean la migración como proyecto de autonomía y liberador no
suelen derivar en un final de autonomía puesto que la tutela de un varón o varios (sean de
redes o no) así como las múltiples formas de violencia de la que son objeto suelen producir su
desempoderamiento y explotación. Las niñas que deciden huir de las estrictas normas
patriarcales que establece la Sharia, de matrimonios forzados o la ablación, no contarán con
ese imprescindible apoyo familiar y social para el aporte de recursos materiales y
económicos, lo que las convierte en vulnerables; pobres, trasgresoras, de etnias perseguidas
y mujeres. Esto constituirá un elemento fundamental para su captación y explotación por
parte de las redes, antes, durante el proceso migratorio. Sólo aquellas que son elegidas por
sus comunidades lo hacen por criterios de interseccionalidad; es decir pertenecen a una clase
social baja, en situación de exclusión social, o a una etnia perseguida, o se encuentran en una
etapa del ciclo vital determinada, estando demostrado que la selección de mujeres jóvenes
con hijos/as, garantiza con seguridad el envío de remesas económicas para el mantenimiento
de la familia.En ambos casos, niños y niñas son elegidos por la fortaleza que les da la edad
tanto en la resistencia frente a las duras condiciones del viaje, como en la garantía para
vulnerar los duros controles fronterizos que establece la UE debido a su condición de menor
desprotegido y el estatus que ello les confiere, a pesar que en muchos casos se generan
prácticas de atención contradictorias por ser inmigrantes irregulares a la vez que menores
desprotegidos, que ponen en riesgo su integración social y el cumplimiento de sus
expectativas migratorias.
Así mismo, se tratan de unas migraciones diferentes a las tradicionales con patrones de
movilidad en Canarias muy particulares y resultado de las políticas de control de fronteras y
del sistema occidental de protección del menor. En nuestro territorio están vinculadas
inexorablemente a las redes de tráfico y trata de seres humanos puesto que cruzar el océano
Atlántico requiere controlar los puntos neutros de los radares, las mareas, las rutas y las
debilidades de las fronteras marítimas insulares.
Las cuestiones referidas a los trayectos migratorios (pago, contactaciones, pasantes) es
un tema generalmente tabú para los/as MENA y específicamente en las as niñas. Muchos/as
por deseos de proteger a sus familias de origen por miedo a represalias de las redes o a las
creencias tribales, pero lo que sí es seguro que constituye un negocio con un precio (en
especia o en metálico) para los migrantes que suele ser mayor para los de origen del Sahel
78
|
que los del Magreb existiendo diferencias interseccionales por clase social, género o raza. Los
Subsaharianos tenían que afrontar unas tarifas más elevadas por la distancia, el nº de
fronteras interiores y la garantía de no retorno (muchos de ellos procedían de países donde
no existían convenios internacionales de expulsión). Cuando no existían medios financieros
suficientes los varones realizaban tareas de intendencia en el proceso, ayudando a buscar
leña, víveres, construyendo o reparando las embarcaciones. Aquí también existen diferencias
marcadas de género puesto que las mujeres suelen ser tuteladas por varones de las redes a lo
largo de todo el trayecto migratorio (en el caso de los subsaharianos puede durar una media
de 3 años) siendo objeto no sólo explotación laboral sino sexual continuando en muchos
casos en los países de destino (el 66% de las niñas MENA son del Sahel y el 33% del Magreb).
En las pautas de movilidad también existen diferencias entre niños y niñas ya que los
primeros utilizan en el 100% de los casos las embarcaciones para traspasar las fronteras hacia
Europa, en el caso de las niñas se utiliza diverso medios: las embarcaciones y el transporte
aéreo que es más costoso pero más seguro en la recuperación de la inversión inicial y con los
beneficios lucrativos posteriores de la trata de mujeres y niñas en occidente. Los costos de la
migración y los procesos de integración en destino van a ser diametralmente opuestos en
niñas y niños, las primeras tendrán que asumir los castigos de género por haber trasgredido
las normas de sus países de origen, tanto en el trayecto (donde sufrirán todo tipo de maltrato
y vejaciones) como en el destino (donde continuarán siendo cautivas de las redes), los
segundos tienen que afrontar el fracaso de su integración que procede de las contradicciones
entre sus expectativas migratorias (conseguir empleo y la regularización) y la agenda de los
países de destino (darles educación formal y posterior reagrupación en sus pises de origen).
Esto generará en ambos casos tienen escasas posibilidades de permanecer de forma regular
y estable en los países europeos, si bien los chicos tendrán más opciones para intentarlo y
conseguirlo con cierto éxito ya que disponen de cierta libertad de movimiento (no son
cautivos de las redes de trata) por lo que pueden insertarse en el mercado laboral irregular
(generalmente masculinizado) o contar con el apoyo de las redes familiares y comunitarias.
Las niñas tendrán pocas posibilidades de integrarse y conseguir autonomía económica y
personal y muchas de ellas quedarán embarazadas en los trayectos migratorios o en el
destino y sometidas a espacios y actividades que las hacen invisibles y escasamente
susceptibles de protección real. Pocas deciden denunciar su situación de violencia por miedo
a represalias hacia ellas o sus familias, y las que lo hacen no es precisamente en frontera o en
los centros de acogida, sino a posteriori y cuando son mayores de edad, por lo que el
5
deterioro es mucho mayor debido a las condiciones a las que se les somete .
Estos/as MENA, son percibidos en nuestras sociedades, como un colectivo al que hay que
proteger por el hecho de ser menor (como cualquier menor europeo) estableciendo recursos
para ello, pero no se les contempla habitualmente como víctimas de distintos tipos de
5
TORRADO, Esther y GONZALEZ Ana (2009) “Una aproximación al tráfico y contrabando
de personas; el caso diferencial de menores, niños y niñas en España”, en Atlántida,
Tenerife, pp. 37-‐63.
79
|
violencia (étnica, sexual, familiar) y que en el caso de las niñas son violencias estructurales
frecuentes en los sistemas sociales patriarcales de origen y destino, confluyendo en ellas
distintas interseccionalidades que las convierte en múltiples receptoras de violencias ( por ser
mujeres, negras, pobres, niñas, de etnias o religiones minoritarias o trasgresoras de las
tradiciones sexistas). Por ello los Estados deberían establecer medidas de intervención y
protección orientadas no solo a esa educación formal o posible repatriación (muchas de ellas
están seriamente amenazadas en sus sociedades de origen) sino a proteger, denunciar y
establecer medidas efectivas de lucha contra el tráfico y trata de seres humanos y la
6
reparación del daño .
CONCLUSIONES:
DISCUSIÓN.
Las migraciones en general y los movimientos de MENA en particular, deben ser
entendidos en contextos de cambios socioeconómicos, sociales, culturales y tecnológicos,
surgidos en el desarrollo de la globalización, con una alta movilidad y diversificación de
mercancías, capital, personas y una importante incorporación de nuevos colectivos de
inmigrantes. Tienen estrecha vinculación con las economías de transición y sus consecuentes
procesos (pérdida de soberanía de los Estados, incapacidad para controlar los flujos
internacionales, incremento de la información y la aplicación de las TIC, así como con la
permeabilidad de fronteras (como el caso de Canarias). Este aumento de la inmigración en
España ha venido acompasado con diversas tipologías y modelos migratorios, obligando a
los Estados a incorporar en las agendas políticas y sociales elementos de conocimiento y
comprensión del fenómeno, y a establecer instrumentos políticos, jurídicos y sociales para su
abordaje.
En estos últimos años, también ha sido necesario el conocimiento del perfil
sociodemográfico de estos nuevos/as migrantes, sus contextos socioeconómicos, las
condiciones de vida en sus sociedades de origen y destino, así como la naturaleza de sus
proyectos migratorios, no pudiendo partir del marco teórico explicativo de las migraciones
internacionales tradicionales. Estos/as MENA, son de diferentes nacionalidades y sus
motivaciones migratorias, tienen que ver con la búsqueda de oportunidades laborales y
económicas para ayudar a sus familias, aunque en el análisis más exhaustivo se aprecian
diversos modelos claramente marcados: los que toman la decisión autónomamente y sin
consultarlo a la familia, la de los menores que cuentan con el apoyo económico de sus
familias, por lo que se trata de una estrategia familiar. Las migraciones de los niños y la de las
niñas, con costos y resultados claramente diferenciales. En la configuración de los proyectos
migratorios o motivaciones, hay una clara influencia de sus mayores, derivada de la creencia
del “mito europeo” mediante una imagen distorsionada de la realidad europea a través de los
medios de comunicación y las redes de tráfico y trata de seres humanos que los utilizan para
6
La comunicante ha participado como investigadora en el proyecto nacional I+D+I
“Población y mercancía; inmigración y tráfico de mujeres en España” Financiado por el
Ministerio de Igualdad.
80
|
incrementar el beneficio lucrativo, también una diferencia de género que modifica
sustancialmente las estrategias, las condiciones y los resultados de la migración.
Una cuestión no baladí, es el estudio de los sistemas de penetración de fronteras, que se
han ido modificando a demanda y según las necesidades de las propias redes de contrabando
de seres humanos. Se observan distintos métodos y una variabilidad en función de los países
de origen, destino y género. El más antiguo y habitual es el de la frontera sur de España,
viajando ocultos en los bajos de los vehículos como camiones y guaguas. Son migraciones
más improvisadas y autónomas, ya que no precisa planificación y apoyo de las redes. El más
actual y aplicado mayoritariamente a niñas y jóvenes, es la entrada en coche o en avión, en
compañía de algún familiar, persona de confianza, o persona que hace de pasante o “mami”,
depositando la “mercancía” en el lugar pactado con las redes (en caso de explotación laboral
o sexual) o con la propia familia (en caso de matrimonios forzados). En Canarias el método es
diferencial al de la frontera sur peninsular, ya que conlleva planificación y utilización de
infraestructuras controladas por las redes de tráfico y contrabando. Otra peculiaridad, es la
aparición de nuevos perfiles a partir del 2006, procedentes del Sahel, con cambio y
alargamiento de rutas y que evidencian la fragilidad y complejidad para controlar las
fronteras marítimas intercontinentales, con una gran distancia económica y social pero no
geográfica.
Por último, resaltar la línea actual de investigación, que confluye en los efectos que estas
migraciones tiene en las estructuras sociales y familiares de origen y la influencia de las TIC
en su desarrollo. Estas tecnologías de la información operan desde una tiple perspectiva:
desde la perspectiva del inmigrante (como fuente de información y configuración de sus
proyectos migratorios y reducción del coste emocional) desde la perspectiva de los Estados
(para el control de los flujos migratorios y las fronteras internacionales) y desde la
perspectiva de las redes internacionales de tráfico y contrabando de seres humanos, que
desarrollan y operan en el atlántico, con una diversidad de rutas entre África y Canarias,
utilizando estas tecnologías para evadir los controles fronterizos, organizar las rutas y
7
orientar los trayectos .
7
La comunicante en la actualidad está investigando rutas y redes de tráfico y contrabando
de seres humanos e interseccionalidades de género e inmigración de MENA en Canarias,
dentro del proyecto I+D+I “Justicia, ciudadanía y género: feminización de las migraciones y
derechos humanos” financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y cuya IP es la Dra.
Mª José Guerra.
81
|
Justicia
,
formas
de
empoderamiento
y
género
82
|
EL
EMPODERAMIENTO
DE
LAS
MUJERES
EN
LA
SOCIEDAD
GLOBAL
LA
EXPANSIÓN
DE
LOS
DERECHOS
HUMANOS
DE
LAS
MUJERES
Y
SU
PARTICIPACIÓN
EN
LAS
PROTESTAS
SOCIALES
DE
2011
COMO
NUEVO
OBJETO-‐MUNDO
SOCIAL
Capitolina
Díaz
Martínez
Lydia
González
Orta
INTRODUCCIÓN
La expansión de los derechos de las mujeres es un fenómeno global que recibe escasa
atención por parte de la sociología de la globalización. A su vez, la perspectiva predominante
en los estudios de género continúa siendo la nacional. El objetivo de este trabajo es analizar,
desde la perspectiva de la sociedad global, la expansión que han experimentado los derechos
de las mujeres desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Como Michel Serres ha puesto
de manifiesto, durante el siglo XX hemos asistido a la aparición de nuevos objetos-‐mundo
que tienen una dimensión global: armas nucleares, satélites de comunicación, internet,
cambio climático, entre otros. Estos objetos-‐mundo naturales y artificiales están siendo
actualmente estudiados por las disciplinas experimentales. En el caso de los derechos de las
mujeres, es decir, de los objetos-‐mundo sociales, nos referimos al hecho de que la
globalización ha creado no solo un nuevo mundo físico y técnico, sino también un nuevo
1
mundo legal y humano .
Desde un punto de vista sociológico, podemos afirmar que los Estados-‐nación son
influidos por un mundo global con símbolos y modelos de lo que debe ser un “Estado
moderno”, como el respeto a los derechos humanos, el sistema político democrático, la
escolarización universal… y el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Asumir este
2
modelo les confiere legitimidad internacional . Partiendo de la hipótesis de la existencia de
una incipiente sociedad global con valores comunes, y teniendo en cuenta que cada sociedad
se estructura a través de los objetos sociales que la caracterizan, a la sociología de la
1
SERRES, Michel, «Regreso al Contrato Natural». Homo
Habitus, edición nº 5, [1998] (2007).
2
RAMÍREZ, Franscisco «The World Society Perspective». Wiley-‐Blackwell Encyclopedia of
Globalization (2012).
83
|
globalización le corresponde estudiar los objetos sociales propios de la sociedad global. La
naturaleza humana y social de estos objetos-‐mundo, la escala planetaria a la que actúan y las
relaciones globales creadas por sus dinámicas, son algunas de las características de los
3
Nuevos Objetos-‐Mundo Sociales (en adelante NOMS) .
La expansión de los derechos de las mujeres ha tenido diferentes recorridos, causas y
efectos en cada país. Pero de forma paralela a las trayectorias nacionales, ha existido una
tendencia global que ha influido en dichos recorridos, promoviéndolos, legitimándolos, y
dándoles forma. La configuración de este NOMS tiene una serie de causas globales, como el
rol de Naciones Unidas en la promoción de un sistema de derechos humanos tras la Segunda
Guerra Mundial, la expansión del sufragio universal, las crecientes interconexiones a nivel
mundial como resultado de la globalización, la necesidad de reconocimiento como países
modernos y democráticos por parte de los Estados-‐nación en la arena internacional, el
surgimiento de valores comunes a nivel global y los esfuerzos del movimiento global de
mujeres.
Sin embargo, el nivel local ha jugado también un papel importante en la construcción del
NOMS “derechos humanos y empoderamiento de las mujeres”, sobre todo como obstáculos
o resistencia a dicha tendencia. Entre estos factores podríamos mencionar las restricciones
legales a la igualdad de derechos en muchos países, la violencia contra las mujeres, las
desigualdades económicas y la feminización de la pobreza, la discriminación contra las
personas homosexuales, bisexuales, transexuales y transgéneros, los conflictos armados y
4
diversas barreras sociales .
A pesar de ello, podemos afirmar que ha habido una gran evolución en torno al
reconocimiento de la igualdad de género durante el siglo XX hasta su conversión en un
verdadero NOMS. Conviene recordar que hubo un tiempo en que la mayoría de los Estados
“modernos” consideraba la internacionalización de los “asuntos de las mujeres” como una
intromisión en la soberanía nacional:
Cuando la Sociedad de Naciones solicitó información sobre el status de las mujeres en
1935, el Reino Unido contestó con la siguiente afirmación: “Hasta qué punto debe un Estado
aplicar el principio de igualdad de sexos es una cuestión a determinar por cada Estado bajo
5
sus leyes internas y según sus circunstancias y necesidades” .
En pleno siglo XXI, el amplio reconocimiento alrededor del mundo de los derechos de la
mitad de la humanidad es un proceso democratizador incuestionable e inevitable para
3
NAVARRO, Pablo, «Los Nuevos Objetos-‐Mundo Sociales (NOMS). Por una teoría de los
objetos sociales». Trabajo no publicado presentado en la XI Conferencia de la Federación
Española de Sociología, 2013.
4
ONU, El Progreso de las Mujeres en el Mundo 2011-‐2012. En busca de la justicia. Nueva
York, ONU Mujeres, 2011.
5
JAIN, Devaki, Women, Development, and the UN: A Sixty-‐Year Quest for Equality and
Justice. Bloomington, Indiana University Press, 2005, p.17.
84
|
cualquier Estado que aspire a tener cierto peso político en el actual sistema de relaciones
internacionales. En palabras de Michel Serres, estamos ante un nuevo objeto-‐mundo social.
LA
EXPANSIÓN
DE
LOS
DERECHOS
HUMANOS
Y
EL
EMPODERAMIENTO
DE
LAS
MUJERES
Las reivindicaciones feministas ante instancias internacionales surgieron durante el
periodo de entreguerras con los contactos entre varias organizaciones occidentales de
mujeres que demandaban el derecho al voto y la paz ante la Sociedad de Naciones. El NOMS
“derechos humanos y empoderamiento de las mujeres” surgió en el seno del emergente
movimiento internacional de mujeres.
Pero sería tras la Segunda Guerra Mundial cuando el NOMS tomara forma y el
reconocimiento de los derechos de las mujeres se expandiera alrededor del mundo creando a
su vez valores mundialmente compartidos. En este proceso hubo importantes hitos a nivel
internacional, como la creación de la Comisión sobre el Status de las Mujeres en 1946; el
reconocimiento de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948; la proclamación de 1975 como el Año
Internacional de las Mujeres y la Década de Naciones Unidas para las Mujeres (1976-‐1985); la
adopción en 1979 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra las Mujeres (en adelante CEDAW); el reconocimiento de que los
derechos de las mujeres son derechos humanos en la Conferencia de Viena de 1993, la
Conferencia de Beijing en 1995… hasta llegar a la reciente creación de una nueva agencia
para el empoderamiento de las mujeres: “ONU Mujeres”.
No en vano la ONU ha sido considerada la organización internacional clave en la
expansión de los derechos de las mujeres, a pesar de estar compuesta por Estados-‐nación
6
patriarcales; una “diosa improbable” en palabras de Margaret Snyder . De hecho, la mayoría
de la literatura sobre mujeres y NNUU coincide en criticar la falta de igualdad dentro de la
organización, el bajo presupuesto dedicado a igualdad en comparación con otros proyectos,
la cantidad de trabajo que queda por delante… pero coinciden también en proclamar que sin
la ONU, la historia de la expansión de los derechos y el empoderamiento de las mujeres sería
7
muy distinta .
6
SNYDER, Margaret, «Unlikely Godmother. The UN and the Global Women’s Movement»,
en MARX FERREE, Myra y TRIPP, Aili Mari
(eds.),
Global
Feminism.
Transnational
Women’s
Activism,
Organizing,
and
Human
Rights,
Nueva York, New York University Press, 2006, pp.
24-‐50.
7
Ver las valoraciones de DE HAAN, Francisca, UN Chronicle XLVII,
1. (2010): «A Concise
History of Women’s Rights»,
<http://www.un.org/wcm/content/site/chronicle/lang/en/home/archive/issues2010/empowe
ringwomen/briefsurveywomensrights>, [09/09/2013]; SNYDER, Margaret, Op.
Cit., p.45;
PIETILÄ, Hilkka, The
Unfinished
Story
of
Women
and
the
United
Nations.
New York, UN Non-‐
Governmental Liaison Service, 2007, pp.134-‐5.
85
|
Respecto a los eventos que han influido en la agenda global para la igualdad de género,
destacan las cuatro Conferencias Mundiales sobre las Mujeres de Naciones Unidas (Ciudad de
México, 1975; Copenhague, 1980; Nairobi, 1985; Beijing, 1995). Los documentos oficiales
adoptados en estas Conferencias contribuyeron decisivamente a convertir el status de las
mujeres en un asunto global. Y la masiva asistencia de delegaciones gubernamentales
muestra la importancia que adquirió esta cuestión a nivel internacional. 133 delegaciones
asistieron a Ciudad de México y 189 a Beijing. La cantidad de participantes entre la
Conferencia oficial y el Forum de ONGs paralelo fue de 4.000 en Ciudad de México a 40.000
8
en Beijing .
Las Conferencias Mundiales sobre las Mujeres fueron útiles también como proceso de
socialización y movilización de agentes que pudieran presionar a aquellos Estados-‐nación
que mantenían discriminaciones legales (F. O. Ramírez, 2012: 22). Desde la aprobación de la
CEDAW, las entidades de Naciones Unidas y las ONGs de Derechos Humanos empezaron a
difundir los “trapos sucios” de los Gobiernos en cuanto a discriminación contra las mujeres a
una opinión pública internacional cada vez más sensibilizada con el reconocimiento de la
igualdad formal como necesidad democrática. Por tanto, con la adopción de la CEDAW y de
su Protocolo Facultativo en 1999, la ONU ha provisto al movimiento feminista de un
instrumento legal internacional clave para la expansión de la igualdad de género. Es por ello
que las redes feministas transnacionales de todas las regiones del mundo siguen
considerando clave a la ONU para poder presionar a los Estados y conseguir sus objetivos.
Un cambio en el rol del Estado-‐nación en este sentido se debió a las exigencias de
garantías de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, ya que las personas son
ahora sujetos de derecho internacional y los convenios ratificados pasan a formar parte del
9
derecho interno . Esto añade presión a los Gobiernos, que es el propósito del Protocolo
Facultativo para la CEDAW, pues estos podrían ser denunciados ante instancias
internacionales incluso por sus propios ciudadanos. Los Estados-‐nación, que constituyen otro
actor fundamental de nuestro NOMS, se encuentran en una posición de debilidad por la
rápida información que puede destruir su imagen a nivel internacional. Y para los países
democráticos, la legitimidad internacional es vital. Una de las fortalezas de la CEDAW es su
capacidad para exigir informes periódicos a los Estados parte, recibir informes “en la sombra”
y exponer públicamente esta información.
Prácticamente toda región del mundo ha seguido la tendencia de expansión de los
derechos y empoderamiento de las mujeres, algunas como pioneras o promotoras, otras
como seguidoras o imitadoras de la tendencia. Los países del Norte Global han jugado el
papel de grupo de referencia desde el final de la II Guerra Mundial (F.O. Ramírez, 2012: 23) en
8
PIETILÄ, Hilkka, Op.
Cit., p.53.
9
MERRY, Sally Engle, «Women, Violence, and the Human Rights System», en AGOSÍN,
Marjorie (ed.), Women,
Gender,
and
Human
Rights:
A
Global
Perspective,
London, Rutgers
University Press, 2001, pp. 83-‐97.
86
|
el reconocimiento de los derechos de las mujeres, lo que ha influido en el hecho de que la
perspectiva feminista dominante fuera la del “Primer Mundo” hasta la década de los
10
ochenta . Ello fue posible gracias a su posición de poder en el sistema internacional (Sally
Merry, 2001: 93) y contribuyó también a legitimar su liderazgo (F. O. Ramírez, 2012: 5). A su
vez, los países nórdicos han jugado un papel simbólico para el resto de países occidentales.
Esta región se sitúa en el top
ten del Índice de Desigualdad de Género a pesar de haber
perdido posiciones con respecto a 2012, lo que significa que son los que menos desarrollo
11
humano pierden debido a la desigualdad de género .
Por otro lado están los países que siguieron una tendencia de la que no fueron pioneros.
Las razones hay que buscarlas en el hecho de que el sistema político democrático es el marco
más favorecido para la organización de la vida social y política y la necesidad de los países de
ser legitimados como Estados modernos a través del reconocimiento de los derechos
humanos. Ello ha venido acompañado de otros factores como la escolarización universal, el
surgimiento de unos valores comunes globales, y la necesidad de incrementar la
participación de las mujeres en el mercado de trabajo. Por tanto, el proceso mimético,
siguiendo una tendencia regional o global, ha tenido como uno de sus objetivos el
reconocimiento democrático internacional, una especie de promulgación de su identidad que
es cada día más esencial.
El papel de grupo de presión en esta tendencia global lo ha desempeñado el movimiento
feminista inter y transnacional, cuyas acciones han sido decisivas, especialmente en la
primera mitad del siglo XX cuando los derechos de las mujeres no eran tan aceptados como
los derechos humanos o la escolarización universal (F.O. Ramírez, 2012: 19). El trabajo de las
organizaciones internacionales clásicas de mujeres ante la ONU, a pesar de estar marcado
por la Guerra Fría y la división “Primer/Tercer Mundo”, fue exitoso ejerciendo presión para la
creación de organismos internacionales para el avance de las mujeres y reformas legales
12
nacionales, así como ratificaciones de la CEDAW .
Ya en los noventa, el movimiento global de mujeres se organizaba en caucus para influir
en las Conferencias Mundiales, adquiriendo un mayor nivel de coordinación y éxito en torno a
asuntos como los derechos reproductivos, la violencia contra las mujeres o la justicia
13
económica . De esta forma, el movimiento global de mujeres se convirtió en una fuerza
política global que contribuyó a afianzar el NOMS “derechos y empoderamiento de las
mujeres”. Hasta la primera década del siglo XXI, las nuevas redes feministas transnacionales
10
DE HAAN, Francisca, Op.
Cit.
11
ONU, Informe sobre Desarrollo Humano 2013. El ascenso del Sur: Progreso humano en un
mundo diverso. Nueva York, PNUD, 2013.
12
DE HAAN, Francisca, Op.
Cit.
13
STIENSTRA, Deborah, «Dancing Resistance from Rio to Beijing. Transnational Women’s
Organizing and United Nations Conferences, 1992-‐6», en MARCHAND, Marianne H. y
SISSON RUNYAN, Anne (eds.), Gender
and
Global
Restructuring.
Sightings,
Sites
and
Resistances,
New York, Routledge, 2000, pp. 209-‐224.
87
|
venían jugando un papel de liderazgo en la organización de demandas feministas, en la
revisión quinquenal de la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing y como
observadoras ante la ONU.
Actualmente podemos afirmar que como resultado de esta tendencia global en favor de
la igualdad de género, el derecho al voto es prácticamente universal, 187 países han
ratificado la CEDAW, 104 países han ratificado el Protocolo Facultativo para la CEDAW, 173
países tienen garantizado el subsidio por maternidad, 139 constituciones establecen la
igualdad de género, 125 países prohíben la violencia doméstica, 117 países prohíben el acoso
sexual, 117 países tienen leyes que establecen igual salario por trabajo de igual valor, 115
países garantizan la igualdad en el derecho de propiedad, 93 países tienen igual derecho a la
herencia y 28 países han alcanzado un 30% de mujeres en sus Parlamentos. Este es un gran
progreso en los derechos de las mujeres durante el último siglo si tenemos en cuenta que en
1911 las mujeres solo tenían derecho a votar en dos países del mundo (ONU, 2011: 8).
No obstante, los NOMS han estado y seguirán estando marcados por el contexto
político, social y económico a nivel internacional. El contenido del NOMS “derechos humanos
y empoderamiento de las mujeres” ha evolucionado desde una concepción dominante de la
14
Guerra Fría hacia conceptos más complejos y diversos desde los noventa. La CEDAW no
mencionaba en absoluto la violencia contra las mujeres, siendo uno de los claros límites a
nuestro NOMS en los setenta (Francisca De Haan, 2010: 2: Hilkka Pietilä, 2007: 30). En Beijing
irrumpieron importantes conceptos para el futuro de la agenda global para la igualdad, como
género, mainstreaming, empoderamiento, violencia
contra
las
mujeres
y derechos
sexuales
y
reproductivos. Estos conceptos gozan ahora de amplia aceptación en la arena internacional,
pero otros son aún bastante controvertidos, como los derechos de las personas
homosexuales, bisexuales, transexuales y transgéneros, pues Naciones Unidas ha propuesto
15
recientemente una resolución muy cuestionada en favor de sus derechos humanos .
Por tanto, el NOMS “derechos humanos y empoderamiento de las mujeres” no es un
concepto fijo y acabado, sino un objeto cambiante, así como el sistema de derechos
humanos (Sally Merry, 2001: 86). Es en realidad el producto del contexto internacional y
continúa evolucionando desde ideas de la Guerra Fría hasta conceptos propios de la “tercera
ola del feminismo”. Además, esta trayectoria de los derechos y el empoderamiento de las
mujeres es moldeada por las acciones de los múltiples e interrelacionados actores de nuestro
NOMS y por una serie de obstáculos, barreras y resistencias que provienen sobre todo del
14
La concepción de la Guerra Fría en la configuración inicial de nuestro NOMS puede
apreciarse claramente en las referencias al Nuevo Orden Económico Internacional, el
derecho a la autodeterminación de los pueblos y la paz en el preámbulo de la CEDAW,
razones por las cuales Estados Unidos no aprobó el documento.
15
Ver la Resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre
“Derechos humanos, orientación sexual e identidad de género”, adoptada con 23 votos a
favor, 19 en contra y 3 abstenciones en su 17ª sesión de junio de 2011 (A/HRC/17/L.9/Rev.1).
88
|
nivel local. Esto es, el NOMS “derechos de las mujeres” es el resultado de complejas
dinámicas glocales, como se ha tratado de mostrar en este apartado.
NUEVOS
MOVIMIENTOS
SOCIALES,
GÉNERO
Y
NOMS
Los movimientos feministas en parte del mundo occidental han tenido diferentes
momentos álgidos durante los últimos dos siglos. Simplificando al máximo, la primera ola
desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX centrada en el sufragio femenino; una
segunda ola desde las décadas de los sesenta a los noventa con grandes manifestaciones y
demandas feministas radicales con énfasis en los derechos sexuales y reproductivos; y una
reciente tercera ola marcada por el pensamiento posmoderno y poscolonial y su
reivindicación de las múltiples identidades y la ambigüedad. Aparentemente, no hubo un
activismo feminista relevante en medio de esas olas.
Sin embargo, la perspectiva de la sociedad global ofrece una nueva mirada a la historia
de los feminismos y su clásica división en “olas” cronológicas. Podemos considerar que hubo
una “primera ola transnacional” marcada por las demandas del derecho al voto y la paz
durante el periodo de entreguerras y por el predominio occidental; y una “segunda ola
transnacional” desde 1975 a 1995 auspiciada por Naciones Unidas y sus Conferencias
Mundiales, en la que los “asuntos de las mujeres” se convirtieron en “asuntos globales” e
irrumpieron las redes feministas del Sur Global. Estas “olas transnacionales” no son la
internacionalización de las olas de países occidentales; el movimiento feminista
transnacional tiene sus propios precedentes, recorridos y procesos, que van a influir en el
comportamiento de los Estados-‐nación que aspiran a la legitimidad internacional.
En la segunda década del siglo XXI hemos visto un renacer de los movimientos sociales
alrededor del mundo, también en lo que respecta a los derechos y el empoderamiento de las
mujeres. La crisis económica en el Norte Global junto con el proceso de globalización, ha
dado como resultado el surgimiento de protestas sociales en regiones muy dispares. La
rápida expansión de estos movimientos sociales fue tan sorprendente, e incluían críticas tan
similares, que algunos autores han empezado a hablar de una nueva era en la historia de los
16
17
movimientos sociales e incluso de un “planeta indignado” . Desde una perspectiva de
género, la pregunta de investigación pertinente es si la participación de las mujeres en los
movimientos sociales de 2011 constituye una etapa distinta del movimiento feminista global
(Josep Maria Antentas y Esther Vivas, 2012: 146).
Las mujeres árabes fueron pioneras en sumarse de forma masiva a las protestas sociales
surgidas en sus respectivos países e incluir propuestas feministas a las reivindicaciones
16
17
CASTELLS, Manuel, Redes
de
indignación
y
esperanza.
Madrid, Alianza Editorial, 2012.
ANTENTAS, Josep María y VIVAS, Esther. Planeta
indignado.
Madrid, Sequitur, 2012.
89
|
generales. Rápidamente, y como un virus, las movilizaciones en las calles y plazas se
extendieron de Islandia a Nueva York, atravesando multitud de países. Por poner solo un
ejemplo, la convocatoria del 15 de octubre de 2011 con el lema “Juntos por un cambio global”
fue seguida por más de 900 ciudades y más de 80 países. Este dato muestra la dimensión
global de este fenómeno y su originalidad: “los movimientos se extendieron por contagio en
un mundo conectado en red mediante Internet inalámbrico y marcado por la rápida difusión
viral de imágenes e ideas” (Manuel Castells, 2012: 20).
El movimiento global de mujeres de los noventa y principios del siglo XXI estaba
compuesto por organizaciones transnacionales con un alto grado de sofisticación y
especialización. Estas redes feministas proceden ya tanto del Norte como del Sur Global,
pero comparten una misma composición social: mujeres de clase media-‐alta, bien
conectadas y altamente cualificadas. Las acciones de estas organizaciones se venían
centrando en presionar ante instancias internacionales como la ONU para el avance en la
agenda de igualdad de género. En otras palabras, el movimiento global de mujeres al
comienzo de la crisis económica internacional del Norte Global funcionaba prácticamente
18
como un lobby .
Por el contrario, los movimientos feministas transnacionales surgidos a partir de 2011
destacan por la ausencia de estructuras organizativas y delegación representativa, ya que las
jerarquías y el liderazgo son rechazados por estas redes horizontales. El uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación (en adelante TICs) en la cooperación en red
transnacional es otra de las características de esta nueva forma de hacer feminismo. Mujeres
de todas las clases sociales alzaron su voz a través de blogs, facebook, twitter y otras redes
sociales, arriesgando incluso su integridad física en algunos países árabes. Las organizaciones
internacionales no fueron interlocutoras del mensaje, ni siquiera las redes feministas
transnacionales. Tampoco hubo un programa político concreto. Las TICs se convirtieron en
aliadas de las mujeres para ejercitar directamente sus derechos cívicos en cada ciudad
“indignada” del mundo. En la era de internet, la “tercera ola feminista transnacional” no
podía menos que estar marcada por revoluciones en red, y en las redes sociales.
En el marco de las “revoluciones árabes”, este papel protagonista de las mujeres ha dado
como resultado una transformación positiva en cuanto a empoderamiento colectivo y a la
imagen de sí mismas que tenían las mujeres árabes. También su coraje, perseverancia y
espíritu revolucionario han contribuido a que en Occidente se tenga una imagen menos
sesgada de las mujeres árabes. Tras los procesos revolucionarios de 2011, las protestas en las
plazas y en internet han dado paso a nuevos contactos entre los diversos feminismos árabes,
18
Ver MOGHADAM, Valentine M, «The Women’s Movement and Its Organizations:
Discourses, Structures, Resources», en Globalizing
Women, Baltimore, The Johns Hopkins
University Press, 2005, pp.130-‐136.
90
|
laicos e islámicos, clásicos y africanistas. Ello ha cristalizado en la creación de nuevas
19
organizaciones feministas y redes nacionales y regionales en el Mundo Árabe .
Pero el de la “tercera ola transnacional” no ha sido un camino fácil. En movimientos sociales
tan dispares como la llamada “Primavera Árabe” o el movimiento 15-‐M en España, las mujeres y
sus reivindicaciones feministas tuvieron que hacer frente al sexismo por parte de sus compañeros
de lucha – incluyendo agresiones sexuales en ambos escenarios – y la violencia de las fuerzas del
20
orden en numerosos países árabes . A ello hubo que sumar la creciente violencia sexual hacia las
mujeres en ciudades como El Cairo tras los procesos revolucionarios y los ataques a derechos
adquiridos décadas atrás, como el reconocimiento de la igualdad en las Constituciones o la
representación gubernamental y parlamentaria. Todo ello apunta a que la “Primavera Árabe” ha
21
acelerado la crisis de las estructuras patriarcales árabes, incluyendo una crisis de masculinidad , en
línea con los cambios en las relaciones de género que promueve nuestro NOMS.
Por último, el epicentro de estos nuevos movimientos feministas no fue Occidente, como
había ocurrido en “olas” precedentes. Esta deslocalización al Sur Global, especialmente a los países
árabes, en el peor momento del Norte Global como grupo de referencia y líder en desarrollo
22
económico y humano , tiene un significado especial. Por primera vez, las mujeres occidentales
miraron a las mujeres árabes como inspiración y establecieron contacto en red a través de internet
desde una perspectiva horizontal. De alguna forma, la línea divisoria entre mujeres liberadas (léase
19
DÍAZ, Capitolina y GONZÁLEZ, Lydia, «Transnational Women’s Movements. Women’s
involvement in Mediterranean social protests evidences that women’s movements can
become a New Social World-‐Object», Trabajo no publicado presentado en la VI Conferencia
sobre Estudios Globales, India, 2013.
20
Ver EZQUERRA, Sandra (2012): «Discursos y prácticas feministas en el movimiento 15-‐M:
avances y asignaturas pendientes»,
<http://fundacionbetiko.org/index.php/es/anos/2011/448-‐discursos-‐y-‐praciticas-‐feministas-‐
en-‐el-‐15m>, [01/09/2013] para el caso del 15-‐M en España; y HEIDEMAN, Kendra y
YOUSSEF, Mona (eds) (2012): «Reflections on Women In the Arab Spring»,
<http://www.wilsoncenter.org/sites/default/files/International%20Women's%20Day%2020
12_1.pdf>, [06/09/2013], y OSMAN IBNOUF, Fatma, «To Arab Women: Golden opportunity
to stand-‐up for your rights». Global
Advanced
Research
Journals, nº5, vol.1, (2012), pp.113-‐
117.
Heideman and Youssef, 2012 y Fatma Osman, 2012 para el caso de las “revoluciones
árabes”.
21
Ver ADLBI, Sirin (2011): «Mujeres, revoluciones árabes y colonialidad»,
<http://www.webislam.com/articulos/65373mujeres_revoluciones_arabes_y_colonialidad.h
tml>, [07/09/2013]; y GRAMI, Amel, Entrevista, (2013): <http://en.qantara.de/The-‐Arab-‐
Revolutions-‐Have-‐Triggered-‐A-‐Male-‐Identity-‐Crisis/21236c23773i1p523/index.html>,
[07/09/2013].
22
El Informe de Desarrollo Humano de 2013 pone especial énfasis en lo que llama “el
ascenso del Sur” y su rol fundamental en los cambios y configuración del mundo actual.
Aunque el Informe se basa sobre todo en los espectaculares números de Brasil, China e
India, todo el Sur Global ha hecho avances en desarrollo humano gracias a Estados
comprometidos con las políticas de desarrollo, participación en los mercados globales y
apuesta por políticas sociales. ONU, 2013, Op.
Cit.
91
|
occidentales) y oprimidas (léase musulmanas) se difuminó. Y las mujeres árabes pasaron de ser
supuestas “receptoras pasivas” de la tendencia global hacia el reconocimiento de los derechos de
las mujeres para convertirse en sujetas activas de nuestro NOMS.
CONCLUSIONES
Una mirada global a fenómenos estudiados por las ciencias sociales puede ofrecer
nuevas perspectivas; en este caso nuevas formas de pensar las relaciones de género y la
expansión de los derechos de las mujeres. Dado que los Estados-‐nación están más
interconectados gracias a la globalización y son más influenciables por tendencias
transnacionales, la perspectiva global aparece como necesaria e inevitable, tal como Michel
Serres puso de manifiesto en su análisis de los “nuevos objetos-‐mundo”.
El NOMS “derechos y empoderamiento de las mujeres” surgió tras la II Guerra Mundial
junto con otros NOMS como los derechos humanos, la escolarización universal y la
democracia, entre otros. El reconocimiento de los derechos de las mujeres a nivel
internacional fue al principio el resultado de una larga lucha de las organizaciones de mujeres
ante instituciones internacionales. Los comienzos no fueron fáciles; hubo gran oposición a su
reconocimiento. Además, la expansión de los derechos de las mujeres ha enfrentado
múltiples obstáculos a nivel local, dando como resultado complejas dinámicas glocales.
Sin embargo, avanzado el siglo XX, el reconocimiento de los derechos y
empoderamiento de las mujeres se convirtió en un asunto global que es unánimemente
aceptado; considerado incluso un proyecto nacional propio de cualquier Estado moderno.
Las razones han sido una mezcla de procesos coercitivos, efecto contagio y búsqueda de
legitimidad y reconocimiento internacional, cuyo grado de influencia en cada región y país
está aún por indagar. Por ahora, el exitoso camino de la CEDAW y su Protocolo Facultativo es
uno de los mejores ejemplos de esta tendencia global.
La participación de las mujeres en los movimientos sociales surgidos desde 2011 ha
alcanzado también una dimensión global, extendiéndose a casi todos los rincones del globo
como un “virus”. El feminismo transnacional de la “tercera ola” no debe ser considerado un
mero actor más en la expansión de los derechos y el empoderamiento de las mujeres. El
antiguo activismo a nivel internacional se ha convertido en una nueva categoría: los
movimientos feministas transnacionales son una manifestación del NOMS “derechos
humanos y empoderamiento de las mujeres”.
Finalmente, el desarrollo y éxitos de estos movimientos sociales para el futuro de
nuestro NOMS, la evolución del status de las mujeres en el Mundo Árabe, y la posición como
grupo de referencia que ocupará Occidente tras la crisis económica de 2009, son cuestiones a
abordar desde la sociología de la globalización. Actualmente la igualdad de género no es un
asunto nacional, sino un asunto global, por lo que esta última perspectiva será la adecuada
para abordar y comprender mejor las dinámicas que moldearán nuestro NOMS en el futuro.
En otras palabras, la mirada global será tan importante para los estudios de género, como la
perspectiva feminista para los estudios globales.
92
|
SOBRE
MARCOS
POLÍTICOS
Y
ESCALAS
DE
JUSTICIA.
UNA
LECTURA
CRÍTICA
SOBRE
LA
POLÍTICA
DEL
“ENMARQUE”
DE
NANCY
FRASER
Martha
Palacio
Avendaño
LA
DIMENSIÓN
POLÍTICA
DE
LA
JUSTICIA
Nancy Fraser concibe que la imposición de marcos normativos ad-‐hoc, definidos como
formas de gobernanza, modifican los modos de interacción social y dan lugar a un tipo de
injusticia que define como des-‐enmarque. Esta injusticia refiere al desconocimiento de los
grados y niveles de pertenencia con arreglo a los cuales es posible identificar a los
destinatarios de la justicia.
Hablar de imposición de marcos normativos implica por un lado, que la situación
experiencial de la que partimos es la impugnación a que éstos han sido sometidos por parte
de individuos y colectivos como son algunos movimientos sociales y ONGs transnacionales,
pero también pueblos y comunidades locales. De otro lado, la imposición supone que los
marcos carecen de legitimación ante aquellos sobre quiénes operan. En consecuencia, la
impugnación ilustra las condiciones injustas de una interacción social mediada por dicho
marcos, así como la falta de legitimidad democrática de los mismos.
En este contexto, la pregunta que se plantea nuestra autora es la de cómo lograr la
legitimidad de dichos marcos o la de de unos nuevos, de tal manera que quiénes los han
impugnado tengan voz en la redefinición de los mismos. Una voz que depende de alcanzar el
poder suficiente para legitimar sus demandas y en las cuales está contenida,
fundamentalmente, la de cuestionar la relación entre el marco y sobre quiénes y cómo actúa.
Legitimar el marco nuevo y la legitimación de los quiénes son dos cuestiones que se co-‐
implican.
1
La impugnación del marco supone un replanteamiento del espacio político y de cómo se
construye; del mismo modo que la redefinición del espacio lleva implícito el definir e
1
Nancy Fraser, siguiendo a Richard Falk, asume que el marco westphaliano, según el cual el
espacio político estaba delimitado por Estados, ya no es operativo a la hora de enfrentarnos
a modos de interacción que han surgido de la modificación en la gobernabilidad estatal.
Esta modificación fruto de la interdependencia económica, ha tenido como consecuencia
que el nuevo estatus de los Estados sea el de una soberanía compartida aunque relativa. No
debe dejarse de lado que esa soberanía compartida también se ve avalada por problemas
sociales de carácter global a los que un Estado en solitario no puede enfrentarse para
resolverlos. El ejemplo básico aquí sería el calentamiento global, pero los hay también de
otro orden. Para el objetivo que perseguimos basta mencionar aquel a modo de mera
93
|
identificar los destinatarios de justicia relativos a cada marco de acción social. Si el marco
normativo niega la condición de ser sujeto de la justicia, la impugnación por parte de los
colectivos sociales se dirige a redefinir en qué sentido ellos forman parte de esa normatividad
que les ha sido impuesta. Se trata, en pocas palabras, de definir su pertenencia para poder
modificar la normatividad que rige su interacción social.
El problema de ser considerado sujeto de la justicia no es solamente del del
reconocimiento de sucondición moral del individuo. Diríamos que, aun cuando ésta sea
vulnerada, al menos, está reconocida ya en los tratados internacionales sobre derechos
humanos. El problema de N. Fraser es cómo la autonomía moral desplegada en su ámbito
2
privado y público puede tener lugar en marcos políticos distintos a los del Estado-‐nación .
El foco conceptual y político-‐moral que a N. Fraser le interesa está en identificar bajo
qué circunstancias alguien está legitimado para hacer reivindicaciones de justicia o, mejor
decirlo en negativo, en razón a qué se niega la opción de elevar demandas de justicia. Cómo
delimitar y definir a aquellos que pueden hacerse demandas de justicia conjuntamente, si el
marco jurisdiccional no es en exclusiva el del Estado-‐nación, pero quizás tampoco lo sea un
bloque regional de países, sino espacios definidos como transnacionales.
Aquí vale considerar que la identificación de los quiénes es un asunto de importancia
radical, no sólo por lo que supone para definir las condiciones de la membresía, sino porque
las mismas condiciones por las que ésta se admite o niega se articulan sobre determinados
supuestos empíricos que, nuestra autora reconoce, deben ser discutidos más acá de un
3
debate técnico y, o, teórico . Tales condiciones son, precisamente las que poblaciones
enteras o movimientos transnacionales contra una globalización hegemónica sitúan en el
horizonte político.
ilustración. Sobre la asunción de R. Falk por parte de nuestra autora, véase FRASER, N,
Escalas
de
justicia. Barcelona, Herder, 2008, pp. 32, esp. nota Nº 2. Sobre R. Falk puede
leerse el artículo citado por Fraser: FALK, Richard, “Revisiting Westphalia. Discovering
Post-‐Westphalia” Journal
of
Ethics 6, 4, (2002), pp.311-‐352. También FALK, Richard, Human
Rights
Horizons:
the
Pursuit
of
Justice
in
a
Globalizing
World. New York, Routledge, 2000,
esp. cap. 1, pp. 14ss.
2
Esta es una de las diferencias con el enfoque de S. Benhabib para quien la fundamentación
de los derechos humanos es una cuestión que aún merece atención y sobre la que ella
articula el compromiso con la autonomía privada y pública mediante lo que identifica como
las “iteraciones democráticas”. Fraser, por el contrario, acentúa la diagnosis sobre la
vulneración de la autonomía y los límites institucionales para su despliegue, aunque ello no
le impide formular una propuesta, como hace Benhabib, que pueda dar lugar a la creación
de instituciones mucho más justas. Véase BENHABIB, Seyla, Los
derechos
de
los
otros.
Extranjeros,
residentes
y
ciudadanos. trad. Gabriel Zadunaisky, Barcelona, Gedisa, 2004a;
también “Another Universalism: On the Unity and Diversity of Human Rights”, Proceedings
and
Addresses
of
the
American
Philosophical
Association, 81, 2, (2007), pp. 7-‐32; y, “The
Legitimacy of Human Rights”, Daedalus, 137, 3, (2008), pp. 94-‐104.
3
FRASER, Nancy, Op. cit, pp.65-‐96.
94
|
Las cuestiones anteriores nos permiten afirmar que la dimensión política de la justicia en
el actual enfoque de N. Fraser es una respuesta a una modificación estructural que acusa
formas de injusticia relativas al procedimiento en la toma de decisiones y a las formas de
establecer los criterios de pertenencia a un marco institucional.
Así, nos dice que
“Centrada en cuestiones de pertenencia y procedimiento, la dimensión
política de la justicia se interesa sobre todo por la representación. En un
primer nivel, el que atañe al aspecto de establecimiento de límites de lo
político, la representación es asunto de pertenencia social. De lo que se
discute aquí es de la inclusión en o de la exclusión de la comunidad de
aquellos que tienen derecho a dirigirse mutuamente reivindicaciones de
justicia. En otro nivel, el relativo al aspecto de las reglas de decisión, la
representación se interesa por los procedimientos que estructuran los
procesos públicos de confrontación. Aquí lo que se cuestiona, son las
condiciones en las que los incluidos en la comunidad política airean sus
4
reivindicaciones y arbitran sus disputas” .
La dimensión política que, como especifica la autora, es una cuestión de representación
revela, a nuestro juicio, que esta es principalmente una cuestión sobre cómo decidir la
pertenencia a una comunidad política determinada en el tiempo y en el espacio.
De ahí que la propuesta de la política del enmarque de N. Fraser constituya una
herramienta con la cual le es posible identificar injusticias sobre la membresía. Esta
herramienta que se apoya en su principio normativo de la paridad participativa tiene como
fin establecer un procedimiento deliberativo a través del cual se discutan las condiciones de
la pertenencia como los contenidos sobre redistribución y/o reconocimiento que van
aparejados con la demanda por ser incluidos en los procesos de toma de decisiones.
La política del enmarque aspira a poner de relieve la cuestión de la pertenencia siempre
desde el punto de vista de cómo se pueden airear los procesos de confrontación pública de
modo democrático y sin que esto último ponga entre paréntesis las condiciones de partida de
los sujetos demandantes de las que depende la experiencia de la injusticia.
LA
PERTENENCIA:
¿UNA
CUESTIÓN
DE
MARCO
O
DE
ESTRUCTURA?
Ahora bien, lo dicho hasta aquí tiene para nosotros el propósito de apuntar que el marco
y los quiénes son una hoy día una cuestión controvertida, y como la propia N. Fraser lo asume
4
FRASER, Nancy, Op. cit, pp.42. Sobre la exclusión de la comunidad política véase pp. 44-‐
48, esp. 45.
95
|
y critica, que en las teorías de la justicia se daban por supuestos o al menos hasta cuando
5
comenzó la discusión sobre justicia global .
Planteada en términos del sentido y alcance de los deberes de justicia, en un mundo
cuyo espacio político no se limita a las relaciones interestatales, sino que incluye otros
6
agentes sociales y políticos , la discusión sobre justicia global que se iniciara con J. Rawls, dio
el giro hacia el reconocimiento de la interdependencia estructural gracias a las críticas de las
que este autor fuera objeto.
En este sentido el debate ha hecho posible considerar la necesidad de elaborar criterios
más consistentes sobre los cuales abordar el desafío político moral de la globalización yendo
más allá del planteamiento rawlsiano de si pueden las sociedades liberales ser tolerantes con
7
las que no lo son .
El salto cualitativo de los deberes de asistencia rawlsianos al de la interdependencia
estructural implica situarse ante el desafío de una mutación sobre la definición e
identificación del espacio político. En esta línea, concebimos que la mutación relativa a dicho
espacio condiciona la forma de la justicia, la cual, entendida sobre la especificación de los
deberes que nos corresponden y la responsabilidad que nos asiste en cuanto copartícipes de
la misma estructura, conduce a que el acento recaiga sobre la identificación de quiénes son
los sujetos de la justicia o hacia quiénes nos vemos impelidos a justificar nuestras acciones.
Permítannos ahora, apuntar lo que se quiere ilustrar con la afirmación anterior:
i.
Que el espacio político y la forma que en éste adquiere la justicia constituyen lo que
hemos de entender por estructura de la justicia.
ii.
Que dicha estructura es el punto de referencia para poder responder quiénes son los
destinatarios de la justicia.
Pero, también nos gustaría que se considerara la siguiente relación:
iii.
Que los sujetos de la justicia mediante sus acciones definen la forma de esa estructura
de interacción de que se derivan sus recíprocas demandas de respeto a su autonomía. Por
tanto, sujetos y espacio político conforman la estructura de la justicia entendida como un
espacio de interacción social articulado normativamente.
Nótese que en esta definición no se ha hecho entrar aún la cuestión de la legitimidad
normativa. Por lo tanto, aunque se hable de espacio social articulado normativamente se
5
Tomamos como fecha de inicio del debate la publicación de la conferencia de J. Rawls
“The Law of Peoples” en 1993. Véase en SHUTE, Stephen y HURLEY Susan (eds.) On
Human
Rights.
The
Oxford
Amnesty
Lectures
1993. New York, Basic Books, 1993, pp. 41-‐82.
6
Nos referimos aquí a las ONGs, a los movimientos sociales transnacionales de distinto
cuño como el feminismo y el de la lucha por los derechos humanos, entre otros.
7
Véase la formulación más extensa al respecto de Rawls en el libro publicado bajo el mismo
nombre que la conferencia: RAWLS, John, El
derecho
de
gentes
y
“una
revisión
de
la
idea
de
razón
pública”. trad. de Hernando Valencia Villa, Barcelona, Paidós, 2001, pp.73.
96
|
está adoptando como premisa básica que toda acción social se sitúa en un marco de reglas
explícitas o implícitas para los agentes que interactúan en él y que el seguimiento de éstas no
depende de su consentimiento. La legitimidad democrática es una instancia ulterior que
opera sobre la forma social en el interior de la cual las personas actúan y se relacionan unas
con otras y en virtud de la cual dan su consentimiento a la normatividad que regula su
interacción.
Estos tres puntos anotados constituyen, a nuestro juicio, lo que está en juego en la
discusión sobre justicia global, sobre ells podría asentarse la propuesta de N. Fraser respecto
a la evaluación del déficit democrático en la conformación de espacios sociales fruto del
proceso de globalización y a los que ella se refiere como marcos normativos ad-‐hoc.
Ahora vamos a centrarnos en qué entiende nuestra autora por estructura de la justicia,
marco político y escala, con el fin de valorar si el uso que hace de estos conceptos nos
permite atisbar, a través de sus herramientas interpretativas, sobre las nuevas formas de
injusticia, una visión transformativa de la actual estructuración socio política.
Para hacerlo hemos de precisar que la pregunta por los sujetos de la (in)justicia que
nuestra autora se plantea, relativa tanto a la pertenencia como al procedimiento de toma de
decisiones; esto es, la posibilidad de elevar demandas de justicia y ser destinatarios de las
mismas, se sintetiza, en su esquema, a través del “cómo” se establece la pertenencia, o cuál
es el procedimiento que se lleva a cabo para definirla.
LA ESTRUCTURA
Parte de las críticas que N. Fraser postula a los enfoques de la justicia distributiva tiene
que ver con que estos suelen dar por supuesto que es el teórico social quien puede definir sin
ambages cuál es el hecho empírico que causa la injusticia y del que depende la forma de
pertenencia a una estructura social. N. Fraser dice: “Estos enfoques suponen que el marco de
la justicia distributiva debe adecuarse al ámbito de cualquier estructura que muestre ser la
«básica», en el sentido de ejercer como causa
principal en las oportunidades vitales de la
gente. Y todas suponen que la identidad de esta estructura tiene que ver sin ningún género
8
de duda, con un hecho empírico.”
Como se puede apreciar, lo que está en juego es la causalidad de la injusticia y lo que N.
Fraser rechaza aquí es, en primer lugar, que esa causalidad pueda determinarse en razón a un
hecho empírico que aparece como incuestionable.
N. Fraser espera mostrar a partir de esto que dependiendo de cómo se conceptúe la
estructura básica, los teóricos definen el quién de la justicia. Una vez identificado el quién, se
establecen los deberes de justicia relativos a su participación en tal estructura.
Nuestra autora advierte que, en buena parte, el modo de definir lo que se denomina la
estructura básica depende de cuál es la respuesta de los teóricos a las siguientes preguntas:
8
FRASER, Nancy, Op. cit. p.78. La cursiva es nuestra.
97
|
¿existe una economía global con suficiente influencia sobre las relativas oportunidades
vitales de los individuos que pueda valer como una «estructura básica» global? ¿O están
las oportunidades vitales relativas de los distintos pueblos determinadas exclusiva o
primariamente por las estructuras constitucionales de sus respectivas sociedades
nacionales? O finalmente ¿están las oportunidades vitales co-‐determinadas por
9
estructuras nacionales e internacionales a la vez?
A nosotros lo que nos interesa de la discusión de N. Fraser con los enfoques de la justicia
distributiva es que de aquí se infieren al menos dos formas distintas de entender la estructura
básica, de un lado la economía; de otro, la carta de derechos y deberes por la que se rigen los
miembros de una comunidad determinada. Por tanto, si la estructura básica es aquella de
que depende la causalidad de la justicia, entonces tenemos tres modos de entender la
10
causalidad de la injusticia: a. económica; b. político-‐jurídica; c. económico-‐política .
Por su parte, Fraser considera que lo que causa la injusticia es un complejo nudo de
circunstancias sociales, históricas, culturales, políticas y económicas que operan
reforzándose mutuamente para postular la inclusión o exclusión de los sujetos. De manera tal
que al quedar la tarea de la definición de la estructura exclusivamente en las manos de los
teóricos, se sitúa fuera del juego a quiénes deberían poder debatir su interpretación sobre
qué es lo que causa la injusticia para ellos. En suma, lo que propone N. Fraser es que la
definición de los quiénes se plantee mediante un diálogo democrático que incluya tanto a los
individuos y colectivos que demandan justicia como a los teóricos sociales, de modo que
haya un camino de ida y vuelta sobre los contenidos normativos que, insertos en hechos
empíricos, condicionan las opciones de vida. Esta es la idea rectora de lo que denomina al
11
interior de su trabajo como el “enfoque crítico-‐democrático del «cómo»”.
Por eso Fraser afirmará que la justicia implica a la democracia y la democracia a la
justicia. El vínculo entre ambos conceptos es sugerido a través de la teoría gracias al análisis
de la práctica buscando integrar las formas que ésta adquiere en la definición de los
conceptos normativos. La tarea de definir la estructura de la justicia, entonces, no es
meramente teórica, requiere, además, atender a los propios concernidos sobre qué es
aquello que entienden vulnera sus condiciones de vida.
En este sentido, no parece que podamos esperar por parte de N. Fraser una definición
sobre qué debemos entender por estructura básica. Porque si en términos teóricos le resulta
una cuestión controvertida, tal y como lo ilustra, también considera que compromete
determinados supuestos epistémicos y juicios políticos difíciles que requerirían de un debate
12
amplio . De ahí que deje en manos del diálogo entre los concernidos y los teóricos sociales la
respuesta sobre cuál es la estructura que causa la sujeción y por la cual es posible definir e
9
FRASER, Nancy, Op. cit. p.75.
10
11
FRASER, Nancy, Op. cit. p.76-‐77, véase esp. nota al pie no. 22.
FRASER, Nancy, Op. cit. p.80-‐88, esp.86ss.
12
FRASER, Nancy, Op. cit. p.80-‐82.
98
|
identificar quiénes están sujetos a ella y en qué medida pueden elevar sus demandas de
justicia.
Téngase en cuenta que si la estructura, como causa básica, es la que produce la sujeción,
de ella depende lo que se define como injusto. En razón a esto, la dinámica entre estructura y
sujeción será la que permita a nuestra autora introducir el “principio de todos los sujetos”,
como alternativa evaluativa de “la política del enmarque”, y con el cual se espera ganar
concreción para determinar las formas de injusticia y, por tanto, poder identificar
13
demandantes y destinatarios de las reivindicaciones de justicia .
Por otra parte, ella tampoco puede responder a la pregunta sobre ¿cuál es la estructura
básica?, su ontología social múltiple lo impide. Si las tres dimensiones de la justicia
(economía, cultura y política) están entretejidas reforzándose mutuamente ¿cómo podemos
esperar que haya una de éstas que soporte el peso de la causalidad más que las otras? Todo
lo que podemos esperar, en su caso, es definir una forma de injusticia más o menos
económica, más o menos política, más o menos socio-‐cultural.
“La idea de una sola estructura básica con alcance uniforme es difícil de sostener. Tan
pronto como introducimos interacciones transfronterizas, admitimos la posibilidad de
múltiples estructuras no isomórficas, locales, nacionales, regionales y globales, que
constituyen diferentes «quiénes» para temas diferentes. Al mismo tiempo, admitimos la
probabilidad de que las oportunidades vitales de las personas estén determinadas por
múltiples estructuras que se traslapan parcialmente unas a otras, pero que difieren en su
14
alcance.”
En conclusión, para N. Fraser, la estructura permite tanto identificar a los quiénes como
establecer la causa de la injusticia. Sin embargo, y a pesar de que eso está claro, lo que no lo
resultua tanto es qué debemos entender por estructura, aunque pueda afirmarse que existen
muchas de éstas, que causan sujeción y que nos encontramos sujetos a ellas de formas
variadas.
El
marco
Cuando nuestra autora habla de marco lo hace para referirse al ámbito de lo político. Así,
cuando utiliza el término de marco westfaliano-‐keynesiano hace referencia a la forma de
15
conceptuar las relaciones de justicia política referidas al Estado-‐nación . Pero cuando se
13
“De acuerdo con este principio, todos aquellos que están sujetos a una estructura de
gobernanza determinada están en posición moral de ser sujetos de justicia en relación con
dicha estructura. En esta perspectiva, lo que convierte a un conjunto de conciudadanos en
sujetos de justicia no es la ciudadanía compartida o la nacionalidad, como tampoco la
posesión de una personalidad abstracta, ni el puro hecho de la interdependencia causal,
sino más bien su sujeción conjunta a una estructura de gobernanza, que establece las
normas básicas que rigen su interacción.” FRASER, Nancy, Op. cit, pp.127
14
FRASER, N., Op. cit., pp.83.
15
El marco westfaliano-‐keynesiano sólo puede remitir aquí a la forma Estado que alcanzó
concreción en los países del mundo desarrollado. En el resto de países, el keynesianismo no
99
|
trata de definir el alcance de los principios de justicia en orden a reconocer el estatus de
sujetos políticos a quienes pueden dirigirse mutuamente demandas de justicia, nuestra
16
autora apela a “buscar un modo pos-‐territorial de diferenciación política” . Se trata de un
modo de corrección de los marcos normativos ad-‐hoc de la gobernanza.
Estas dos acepciones del término ‘marco político’ destacan que puede ser empleado con
independencia de que exista o no una jurisdicción territorial al que dicho marco político
pueda referirse. Por lo tanto, el marco político no necesariamente indica cuestiones relativas
a la división político-‐administrativa de un territorio, sino que parece que puede referirse a
varios territorios como si se trataran de una unidad. Lo que les da unidad es el marco, por
tanto, éste tiene que contener las bases por las que es posible reconocerlo como aquello que
dota de unidad, especificar sus condiciones.
Al inicio habíamos dicho que la “política del enmarque” es la herramienta para abordar la
representación política y que ésta refiere, por una parte, a las reglas de decisión; a los
procesos de confrontación a través de los cuales se airea el conflicto; y, en tercer lugar, a la
17
pertenencia . Por tanto, una inferencia correcta es decir que el marco político consiste en la
forma institucional que confiere membresía y que, además, hace posible situar determinados
contenidos socio-‐políticos controvertidos en la arena pública para ser discutidos, a través de
un procedimiento adecuado que permita a sus miembros reconocerse como parte de éste en
la medida en que sus demandas son tenidas en cuenta. Por ello, cuando esto último no
ocurre se habla de la injusticia del des-‐enmarque. En pocas palabras, el marco determina las
18
opciones de contar o no con una voz política .
Dicho esto, consideremos la siguiente afirmación de N. Fraser respecto a quienes no
asumen el carácter controvertido de la estructura de la justicia o, lo que ella denomina, el
19
enfoque del «cómo» de la justicia desde la ciencia social normal en relación al marco:
“[…] este enfoque no consigue reconocer la dimensión performativa de las decisiones
que se toman sobre el marco. Sus partidarios suponen que pueden justificar la elección
de un «quién» remitiéndose a estados de cosas en el mundo, referentes a quien está
afectado por qué, que ellos creen independientes de las decisiones de enmarque. En
muchos casos, no obstante, no hay hecho alguno, relativo a la condición de estar
afectado por una determinada estructura, que sea independiente de la decisión de
constituir esa estructura de una manera determinada y con un alcance determinado. En
tomó cuerpo. En otros casos, los países socialistas, tampoco podría hablarse de marco
westfaliano-‐keynesiano. La terminología de N. Fraser al no atender a estas cuestiones en
este caso nos parece desajustada. La mejor opción es referirse al marco político previo a la
globalización como westfaliano, sencillamente.
16
FRASER, N., Op. cit., pp.54.
17
Cf. FRASER, N., Op. cit., pp. 41-‐42.
Cf. FRASER, N., Op. cit., pp. 49.
18
19
Cf. FRASER, N., p.76-‐88.
100
|
estos casos, en los que las estructuras se han diseñado expresamente para diferenciar
«quiénes» específicos, ellas mismas crean «hechos consumados». De este modo, el
«hecho empírico» de quién está afectado, lejos de ser independiente, es un artefacto
20
performativo de un diseño anterior” .
Como ilustra esta cita, la razón por la que puede inferirse que alguien está afectado –y
que, por tanto, siendo sujeto moral puede llegar a ser sujeto político con independencia de su
membresía a un Estado– es el resultado de ser considerado parte de una estructura. Pero, la
estructura también, es una consecuencia que, según N. Fraser, se deriva del diseño sobre el
marco que es el que estipula los alcances de esa estructura de justicia. Decir el alcance de esa
estructura de justicia es referirse a los principios normativos que la articulan –es hablar de
cómo se regula la interacción–; por tanto, es hablar del marco.
Uno puede decir que marco y estructura están indisolublemente ligados en la medida en
que uno presupone a otro. Pero si uno quiere interpretar así el contenido de lo que N. Fraser
está buscando definir, tiene que pedirle una explicación sobre cuáles son los límites
normativos de la estructura y cuáles son los del marco. Si marco y estructura tienen el mismo
alcance, porque el marco es un diseño cuyas consecuencias nos permiten identificar una
estructura de (in)justicia, entonces el marco es anterior a la estructura. Las normas están
dadas antes de que podamos definir qué es una estructura. Si no es así, entonces ¿qué
diferencia hay entre marco y estructura si ambos definen la pertenencia? Si quisiéramos
diferenciarlos, entonces tendríamos que pensar que el marco son las condiciones políticas
que hacen posible identificar una estructura económica , o bien que el marco es la forma
normativa de una estructura de intercambio económico que define las condiciones de
producción y reproducción social .
Siguiendo a N. Fraser, no puede adscribirse a la estructura un contenido meramente
económico. Aunque del marco quepa decir que se trata de un trazado normativo. Asi que si la
estructura es, para N. Fraser, un conjunto abigarrado de condiciones sociales, históricas,
políticas, económicas y culturales –y por las que resulta controvertido definirla sin un debate
abierto–, entonces estas condiciones sólo pueden adquirir la forma institucional que las
identifica como un todo gracias a la idea de marco político. Pero si la relación entre marco y
estructura no es ésta, si el marco político no es la forma última que adquiere la estructura y la
consolida, entonces marco y estructura de sujeción serían una y la misma cosa. Y si no lo son
¿cómo debe entenderse una “política del enmarque” que auspicia formas de diferenciación
política pos-‐territorial, en un mundo definido por “múltiples estructuras no isomórficas que
se solapan”, para definir la pertenencia social que hace posible la voz política?
Si se trata de un procedimiento deliberativo para establecer el marco adecuado a la
justicia, y para definir la estructura que causa la sujeción. Pareciera que el marco nos libera de
las condiciones por las que la estructura nos sujeta, como si , en relación al trazado del marco,
fuera ajena a las condiciones que definen la estructura de interacción social. Fraser quiere
20
FRASER, N. Op. cit., p.85.
101
|
evitar el determinismo económico y mantener la ontología social múltiple. Pero, si asumimos
que la estructura es el resultado de una decisión de economía política y que, en este sentido,
el marco político que la define está constituido por las normas que se establecen para regular
el intercambio del flujo del capital la pregunta sería ¿esto nos impide mantener la ontología
social múltiple?, ¿cómo evitar el determinismo económico?
Una última palabra sobre el marco. Si “la política del enmarque” define una nueva forma
de injusticia relativa a la falta de representación originada por el déficit democrático que
caracteriza a la imposición de marcos regulativos ad-‐hoc, fruto de las múltiples estructuras no
isomórficas que causan la sujeción y que el proceso de globalización ha puesto en marcha, la
pregunta que nos surge es ¿por qué la definición de la dimensión política se hace con
independencia de la consideración de factores económicos que son aquellos de los cuales
surge la problematización del marco y de la interdependencia estructural, de las condiciones
de la interacción social dentro y fuera del espacio político identificado como Estado-‐nación?
Acaso ¿no son tanto el marco como la estructura los que condicionan el modo que tenemos
de entender los deberes que nos asisten para con otros?, ¿no es la incidencia de factores
económicos los que han propiciado la opción de pensar en los límites actuales para articular
una voz política y las posibilidades de que ésta tenga lugar ante las consecuencias de la
globalización?
El vórtice de la globalización debe asumirse, a nuestro juicio, como un proceso de doble
hélice que al generar sujeción no necesariamente corta las vías de pensar alternativas
emancipatorias. Por ello, si la proliferación de marcos normativos ad-‐hoc, entendidos como
gobernanza y, carentes de legitimidad democrática sustraen la voz de los quiénes de la
justicia, parece, en nuestros días, que una manera de ir limando los focos de sujeción que
generan es democratizar esos mismos marcos mediante las luchas de quienes pueden
identificarse como sujetos a ese marco.
Al menos esto es lo que parece tener en mientes N. Fraser. El problema que
encontramos en su lectura de esta situación es que tratándose de teoría crítica, nos resulta
insuficiente la teoría social que soporta a “la política del enmarque”, porque la interrelación
de las dimensiones de la justicia ha dejado en la trastienda la forma en que los marcos, de que
venimos hablando, son el fruto de un proceso de estructuración económica; en pocas
palabras, nuestra autora deja en suspenso la cuestión de la causalidad de la injusticia.
Creemos que la proliferación de marcos normativos revela la necesidad de una reflexión
teórico-‐política detenida sobre una situación compleja; en esta medida nuestro trabajo
consistiría en definir las formas de la causalidad de esos marcos y las actuales modulaciones
del poder, sin que ello nos implique asumir algún tipo determinismo. Es preciso ir más allá del
enfoque de N. Fraser.
¿QUÉ
SON
LAS
ESCALAS
DE
JUSTICIA?
102
|
En la introducción a Escalas
de
justicia nuestra autora hace constar que en lengua inglesa
el término refiere tanto a la balanza como a la unidad de medida geográfica que se
21
representa las relaciones espaciales, en este caso la escala evoca la imagen del mapa .
Estos dos sentidos son los que ella utilizará para presentar por un lado, cómo podemos
alcanzar imparcialidad en reivindicaciones de justicia distintas (redistribución contra
reconocimiento o representación) en espacios políticos diferenciados. De otro, respecto a
estos espacios políticos diferenciados, la escala debe permitirnos saber cuáles son los límites
de la justicia o cómo se define ese espacio político en el que demandas y destinatarios de la
justicia pueden invocar su pertenencia.
Nos dice que: “[…] para teorizar sobre la justicia, esta imagen [del mapa] informa ahora
las luchas por la globalización, ya que los movimientos sociales transnacionales rechazan el
marco nacional en el que se han situado históricamente los conflictos por la justicia e
22
intentan redibujar los límites de la justicia a una escala más amplia” .
No es difícil deducir que el marco nacional remite al marco político. Si esto es así,
entonces “rechazar el marco nacional” y “redibujar los límites de la justicia a una escala más
amplia” significa redefinir el marco político. Por tanto, marco y escala parecen definir la
misma situación: un espacio político normativo.
En otro momento de la introducción nuestra autora afirma refiriéndose a la imagen del
mapa que las confrontaciones actuales de justicia nos sitúan ante nuevos desafíos: “El
problema surge de la pluralidad de enmarques conflictivos de los límites de la justicia, que ha
23
desnaturalizado la cartografía westfaliana del espacio político” . Y más adelante matiza que
los enmarques conflictivos remiten al “«quién»: ¿ciudadanías territorializadas, humanidad
global o comunidades de riesgo transnacionales? En la problemática […] del mapa […] la
24
cuestión es quién cuenta como auténtico sujeto de la justicia.”
Como se ha mencionado, la estructura y el alcance de la misma eran el punto a partir del
cual poder definir la relación entre los quiénes de la justicia.
Se asume que la lucha por el marco es la lucha por la pertenencia, quiénes en
competencia entran en disputa esperando dilucidar no sólo el qué de la justicia, esto es, si es
una reivindicación de reconocimiento, de representación o de redistribución, sino también
aspiran a definir los límites mediante los cuales pueden asumirse como destinatarios y
demandantes de justicia. Esto último significa que se trata de establecer el marco normativo
mediante el cual puedan airearse los conflictos y a través del cual reconocer su mutua
pertenencia o participación en dicho marco.
21
FRASER, N., Op. cit. pp.15.
22
Ibíd.
FRASER, N., Op. cit. pp.19.
23
24
FRASER, N., Op. cit. pp.21
103
|
De esta interpretación sobre las cuestiones que N. Fraser discute y sobre las que elabora
la política del enmarque, se concluye lo siguiente:
0.
Que el marco, la estructura y la escala se superponen como conceptos generando
confusión sobre cuál es el determinante real para poder hablar de la causalidad de la
(in)justicia y por tanto, de la pertenencia.
1.
Que las nuevas formas de injusticia, relativas a la representación más allá del
Estado-‐nación, son el resultado de enmarques inapropiados.
2.
Que los enmarques remiten tanto a la pertenencia social de aquellos que padecen
la injusticia como la de quiénes habrían de hacerse responsables de su reparación.
En consecuencia, hablar del marco significa referirse al marco normativo que especifica
las condiciones por las que se entiende qué es la justicia y cómo se aplica, lo que a su vez
depende de la estructura que especifica las relaciones entre sus miembros. Por su parte, la
escala es el marco en que deben poder dirimirse los conflictos, pues respecto a ella se ha de
aplicar el ‘principio de todos los sujetos’ para poder avanzar sobre los modos de
diferenciación política posterritorial, o si se prefiere, la reformulación del marco político.
Sin embargo, cabe preguntarle a N. Fraser si ¿los marcos políticos pueden superponerse
en una misma escala? Creemos que diría que no, porque el marco político y la escala operan
como términos intercambiables a la hora de indagar por la efectividad social de los principios;
es decir, ambos términos hacen posible identificar los quiénes; son la base de la pertinencia
del ‘principio de todos los sujetos’.
N. Fraser da pie a que se pueda inferir que definir un marco político es lo mismo que
definir una escala de justicia. Esto nos hace pensar en algo así como lo que Habermas define
como una ciudadanía multi-‐nivel, que admite distintos grados de compromiso y pertenencia
y, por tanto, especifica deberes en relación a la posición que se ocupa en un esquema
25
distribuido por niveles de interacción .
Si esta fuera la alternativa, la pregunta clave aún no habría desaparecido: ¿respecto a
qué se ha de definir la pertenencia?
Las escalas son una unidad de medida del espacio; pueden contenerse unas a otras, pero
ellas no se solapan mientras que los marcos normativos sí pueden hacerlo en un mismo
marco político ya que aquellos pueden ser nacionales, locales, regionales o transnacionales
26
generando contradicciones . ¿En relación a cuál de los dos términos (escala y marco)
25
Véase HABERMAS, J., La constelación
posnacional.
Ensayos
Políticos. trad. Pere Fabra,
Daniel Gamper, Luis Díez. Barcelona, Paidós (2000). Sobre el tema de una ciudadanía
multinivel Cf. HELD, David, Un
pacto
global.
La
alternativa
socialdemócrata
al
consenso
de
Washington. trad. de Jesús Cuellar. Madrid: Taurus, (2005).
26
El análisis de Boaventura de Sousa Santos sobre el pluralismo jurídico en el contexto de la
globalización es iluminador sobre esas contradicciones, de las que en este momento no
puedo ocuparme por superar el objetivo de este trabajo. Véase esp. SANTOS, B., Sociología
Jurídica
crítica.
Para
un
nuevo
sentido
común
en
el
derecho, Madrid, Trotta (2009).
104
|
tenemos que definir el quiénes?; ¿hemos de asumir que en cada escala se especifique qué se
entiende por “estructura” para poder identificar y legitimar a los quiénes que forman parte de
un mismo marco normativo –susceptible de convertirse en un marco político legítimo? ¿No
sería mejor hacerlo respecto a una estructura social global cuyas modulaciones pueden
rastrearse a través de escalas de interacción articuladas por marcos normativos y respecto a
los cuales los contenidos de cada reivindicación deberían pasar el test de la paridad
participativa y de todos los sujetos para evaluar tanto la causa como la forma de la sujeción, y
en consecuencia, debatir sobre las alternativas de solución?
Fraser dice: “[…] lo que hace que un conjunto de personas se conviertan en miembros
sujetos de la justicia no es la proximidad geográfica, sino su co-‐imbricación en un marco
estructural o institucional común, que establece las reglas básicas que gobiernan su
27
interacción, configurando así sus respectivas posibilidades vitales.”
Nótese que el marco es estructural o institucional. De manera que uno puede asumir que
la estructura y el marco político son uno y el mismo e incluso pueden ser identificados
mediante relaciones espaciales aun cuando no se apoyen en una jurisdicción territorial.
Por ejemplo, Fraser dice que: “En el mundo actual, todos estamos sujetos a una
pluralidad de diferentes estructuras de gobernanza, locales, nacionales, regionales o
globales. Lo que urge, por tanto, es delimitar distintos marcos según se trate de distintos
problemas. El principio de «todos los sujetos», capaz como es de distinguir muchos quiénes
según fines distintos, nos indica cuándo y dónde aplicar un marco o bien otro, y por lo mismo,
28
quién tiene derecho a participar paritariamente con quién en un caso determinado.”
Este sería el caso de una política del enmarque transformativa que, tras rechazar un
marco injusto e ilegítimo, establece uno nuevo que modificaría las condiciones de esas
estructuras que se dan en distintas escalas y de las que dependen las formas de interacción
social. No obstante, nótese que se asume que la gobernanza ha generado estructuras en
escalas distintas y, por tanto, requieren un marco normativo democrático. Pero, N. Fraser
también equipara allí marco y escala como condiciones que definen los límites de la
interacción.
Nos preguntamos si ¿hemos de entender que la gobernanza es un marco normativo que,
como respuesta a una modificación estructural y de reordenación del poder, es capaz de
generar escalas de interacción social en las cuales se evidencia un déficit democrático?
Pero no es esto lo que N. Fraser está diciendo, sino que necesitamos procedimientos
deliberativos para impugnar y forjar marcos normativos que eviten la exclusión de quiénes
efectivamente están sujetos a una misma estructura de interacción social. El problema con
N. Fraser es que la estructura de interacción social o bien es igual al marco político o bien es
27
FRASER, N., Op.cit. pp. 55.
28
FRASER, Nancy, Op. cit. p. 129. Hemos corregido la traducción cambiando el término
gobernación por el de gobernanza. Cf. FRASER, Scales
of
Justice.
Reimagining
Political
Space
in
a
Globalized
World, New York, Columbia Univerity Press, 2009, esp. pp. 65-‐66.
105
|
la gobernanza como marco normativo ad-‐hoc, pero no nos queda claro cuál de los dos. Lo
que sí es manifiesto es que la apuesta de nuestra autora es una nueva institucionalidad
democrática en ámbitos en los que el Estado se comporta como un actor entre otros.
La dificultad, sin embargo, es que si no queda claro si el marco político es lo que
determina la pertenencia o lo es la estructura de la gobernanza en la forma de marco
normativo ad-‐hoc o bien, la pertenencia viene dada en función de las múltiples estructuras no
isomórficas a las que estamos sujetos ¿cómo podemos definir cuál es el punto de referencia
para determinar e identificar los quiénes de la justicia, en definitiva, para establecer el
alcance de los principios?
Tal vez, nos iría mejor si asumiéramos una sola estructura social de interacción que se
modula en escalas diferenciadas y que permiten que la escala, más allá de una unidad de
29
medida, sea entendida como unidad de acción social ; es decir, el resultado de la interacción
humana de la que también es fruto la reordenación global del mercado y las modificaciones
que opera en las formas de vida. Estas modificaciones serán más o menos drásticas
dependiendo de en qué lugar del mundo se producen y, por tanto, de la posición que ese
lugar ocupa, y las personas que cohabitan en él, en el orden mundial –sobre todo en pleno
proceso de transformación como el actual.
Al menos así es como creemos que habría que interpretar la expresión escalas de justicia
y seguir reflexionando sobre la relación entre la estructura de la justicia y la pertenencia
social. Con ello en la mira podríamos seguir la indagación sobre los obstáculos y las
alternativas para articular una voz política y modificar o crear nuevos espacios políticos que
fueran el resultado de una praxis democrática, con la esperanza de que conduzcan a la
transformación de relaciones de sujeción por otras mas paritarias.
29
“La escala es tratada tradicionalmente como una medida neutral del espacio físico:
escalas específicas de actividad social son asumidas en gran medida como dadas en la
distinción de eventos y procesos urbanos, regionales, nacionales y globales [Sin embargo,
esta noción] debería ser vista como marcos de acción sociales materialmente reales. En
cuanto tales, las escalas son históricamente mutables y el resultado de la actividad social.”
SMITH, Neil, “Remaking Scale: Competition and Cooperation in Pre-‐National and Post-‐
National Europe”, en BRENNER, N., JESSOP, B., JONES, M., y MACLEOD, G. (eds)
State/Space.
A
Reader. Malden, Blackwell Publishing, 2003, pp. 227-‐238. Véase también
SMITH, Neil “Contours of a Spatialized Politics: Homeless Vehicles and the Production of
Geographical Scale”, Social
Text 33, (1992), pp. 54-‐81.
106
|
EL
FEMINISMO
LIBERTARIO:
HISTORIA
Y
EXPERIENCIAS
DENTRO
DEL
MOVIMIENTO
ANARQUISTA
ESPAÑOL.
Yanira
Hermida
Martín
Somos
sonámbulas
atormentadas
por
pesadillas,
encerramos
nuestra
imagen
en
cuartos
sellados,
renunciando,
sólo
cuando
quebremos
el
espejo
y
recuperemos
nuestra
imagen,
sólo
cuando
seamos
el
viento
que
fluye
y
canta,
sólo
en
nuestros
sueños
los
huesos
pueden
ser
lanzas,
porque
somos
reales
y
estamos
despiertas.
Peggy Kornegger.
INTRODUCCIÓN
Partiendo de la base que nuestro sistema socio-‐político se sostiene en unos pilares de
profunda desigualdad, y que las desiguales dinámicas de poder y sometimiento son múltiples
1
debemos considerar que las mujeres aunque son un grupo interclasista , en el cuál se
retroalimentan las discriminaciones referentes a la clase social, también sufren en conjunto
un impacto diferenciado que las conforma como uno de los grupos más vulnerables dentro
de la óptica capitalista. Entendemos que las mujeres sufren diversas desigualdades y
opresiones, derivadas de diferentes procesos socio-‐culturales, por esta razón, creemos
necesario estudiar el complejo panorama de sometimiendo que se generan en la sociedad
actual. Es decir, pese a la importancia que concedemos a las clases sociales no olvidamos que
el patriarcado y, por tanto, las discriminaciones y violencias misóginas, ejercen su poder de
2
represión y dominación sobre el conjunto de las mujeres sin distinguir su pertenencia a una
determinada clase social (aunque, eso sí, no con el mismo grado de intensidad).
1
AMIN, S., EYNARD, I., y STUCKEY, B.: «Feminismo y Lucha de Clases», en AMIN, Samir, Elogio
del
Socialismo
y
otros
escritos,
Editorial Anagrama, Barcelona, 1975. pp. 75-‐76.
2
“… negarle al sexo un carácter social específico es empobrecerlo y no ayuda a explicar por
ejemplo el problema de la subordinación social de la mujer en el sistema patriarcal,
subordinación que padecen las mujeres de todas las clases sociales y que se manifiesta a
nivel de movimiento social en fenómenos como el sufragismo o los movimientos
feministas” NASH, Mary. Mujer
y
Movimiento
Obrero
en
España,
1031-‐1939.
Ed. Fontamara,
Barcelona, 1981. pg. 13.
107
|
Dedicar un tiempo a la reflexión feminista que nace desde el seno de la ideología
anarquista es una cuenta pendiente de la historiografía y exige un esfuerzo dadas las
complejas condiciones que encierra dicha cuestión, por lo que nos proponemos realizar
desde estás páginas una primera aproximación que nos permita conocer las principales líneas
de pensamiento que conforman el anarcofeminismo y su desarrollo histórico en el estado
español. De manera que se supere el general desconocimiento de sus propuestas y
reflexiones. Para ello se recogen las perspectivas y experiencias propias de las mujeres
anarquistas: Mujeres Libres, sindicalismo y colectivos libertarios.
Nuestro punto de partida entronca con la relevancia del anarquismo en la configuración
del pensamiento español durante los siglos XIX y XX que queda resumido en las palabras del
historiador Josep Termes de la siguiente manera:
“...el anarquismo asentó de manera definitiva la idea de que la igualdad social no debía
ser económica o laboral sino también, y fundamentalmente, debía incluir el derecho al
3
conocimiento y la cultura, para crear un ser humano más integrado y completo .”
Dentro de una concepción político social que rechaza cualquier grado de autoridad y
poder, que persigue la creación de relaciones de no dominación entre los seres humanos y la
relación equilibrada y respetuosa de la humanidad con la naturaleza podemos entender que
sea necesario un movimiento para la emancipación de las mujeres. Por contradictorio que
pueda parecer la respuesta a este planteamiento fue y sigue siendo hoy en día afirmativa.
CONSIDERACIONES
GENERALES
SOBRE
EL
ANARCOFEMINISMO
A nivel general debemos comenzar destacando el papel de Emma Goldman, la más
conocida representante del anarcofeminismo, la pensadora que fue capaz de plantear
abiertamente las incoherencias del anarquismo en cuanto a la emancipación de las mujeres
se refiere y no contentándose con eso, logró integrar en su pensamiento, y en su práctica,
anarquista los sólidos basamentos de un feminismo complejo y liberador.
El papel significativo de Emma Goldman queda resumido en las palabras de Alix
Shulman: “Cuando su anarquismo entraba en conflicto con su feminismo, reaccionaba
4
siempre como feminista .” Para esta especialista el pensamiento y la militancia de Goldman
de antes de la I Guerra Mundial difería de sus coetáneas, liberales que luchaban por el
sufragio, y comparte mucho más con la agenda feminista de la década de los sesenta, al ir
más allá de las limitaciones económicas y legales a las que se enfrentaban las mujeres y
poner el acento en las bases del patriarcado denunciando a los tiranos
internos
como los
5
causantes de la situación de las mujeres . Concibiendo que el único camino hacia la libertad
3
TERMES, Josep. Historia
del
anarquismo
en
España. (1870-‐1980), Barcelona, RBA Libros,
2011, pg.19.
SHULMAN, A. «La mujer más peligrosa del mundo» en GOLDMAN, E. Tráfico
de
mujeres
y
otros
escritos
sobre
feminismo.
Ed. Anagrama, Barcelona, 1977. p.8.
4
5
Ibídem, p. 9.
108
|
de las mujeres dependía de la propia liberación femenina, yendo más allá de la reclamación
de derechos que sólo igualarían a mujeres y hombres en un plano formal al permanecer
intacto el fondo de discriminación en el que se sustenta la sociedad. En sus propias palabras
se planteaba así el éxito del sufragismo:
“Las mujeres de Australia y Nueva Zelanda pueden votar, pueden colaborar en la
elaboración de leyes. Pero, ¿son acaso mejores las condiciones laborales en estos países que
en Inglaterra, donde la lucha de las sufragistas ha sido tan heroica? ¿Existe allí una
maternidad más responsable, o unos niños más libres y felices? ¿Se ha dejado de considerar a
la mujer un objeto sexual? ¿Ha podido librarse de la doble moral puritana, una para hombres
y otra para mujeres? Seguramente ninguna de las mujeres dedicadas a la política
responderían afirmativamente a estas preguntas. Por tanto es ridículo ver en Australia o en
6
Nueva Zelanda la Meca de los logros del sufragio igualitario .”
Como veremos, muy similares a las suyas fueron las reflexiones del pensamiento
feminista libertario en España en el que se sustentará el anarcofeminismo en los años
posteriores. En sintonía con el pensamiento de Goldman, con la innovación de las teorías
colectivistas y de la práctica de la revolución social, entenderemos el papel adoptado por las
anarquistas de Mujeres Libres, que se atrevieron a construir una experiencia libertaria propia
cuyo fin principal era la emancipación de las mujeres, para y por las mujeres, sin dejar de lado
su práctica revolucionaria.
EL
CASO
ESPAÑOL:
ANTECEDENTES
DE
MUJERES
LIBRES.
Desde la llegada del pensamiento anarquista al estado español en la primera mitad del
siglo XIX, según los historiadores Josep Termes y Mary Nash, en lo concerniente a la
liberación de las mujeres existían dos posturas contrapuestas, ambas abanderadas por los
grandes teóricos del anarquismo internacional: la corriente misógina basada en las ideas de
inferioridad de la mujer que sustentaba el ácrata francés: Pierre Joseph Proudhon. Esta
postura quedaría ilustrada en el estado español con la obra de Ricardo Mella, siendo ésta la
causante de tan mala prensa que se le atribuye habitualmente al anarquismo en cuestiones
de género.
La otra corriente basada en los textos del padre del anarquismo: Mijail Bakunin, quedaba
recogida en España en las ideas de Francisco Ferrer i Guardia y del médico Isaac Puente,
esbozando una sociedad futura en la que debía existir la igualdad de mujeres y hombres.
Planteaba esta corriente que en la incorporación de las mismas al trabajo asalariado y a la
educación se encontraba el requisito indispensable para que las mujeres del proletariado
pudieran emanciparse, además el empleo remunerado les permitía ser más activas en su
comunidad y participar en los sindicatos, lo que fortalecería su toma de conciencia libertaria.
6
GOLDMAN, E. «El sufragio femenino» en Goldman, E
opus.
cit. p. 70-‐71.
109
|
Fue está última postura la que se afianzó de manera más sólida como demuestra que en
7
el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936 se recoja en el Dictamen sobre el Concepto
Federal de Comunismo Libertario la siguiente argumentación:
“Como la primera medida de la revolución libertaria consiste en asegurar la
independencia económica de todos los seres, sin distinción de sexos, la interdependencia
creada, por razones de inferioridad económica, en el régimen capitalista ente el hombre y la
mujer desaparecerá con él. Se entiende, por lo tanto, que los dos sexos serán iguales, tanto
8
en derechos como en deberes .”
El germen de la iniciativa emancipadora de Mujeres Libres lo podemos situar en las
reflexiones de una parte del movimiento anarquista español representado principalmente
por dos mujeres: Teresa Mañé (alias: Soledad Gustavo) y Teresa Claramunt, ya que los
planteamientos de Federica Montseny Mañé sobre la relevancia del feminismo son vagos y
9
opacos , lo que por otro lado no significa que no defendiera la emancipación de las mujeres,
sino que confluía en la senda de otros pensadores hispanos como Costa Iscar que identifican
el feminismo con los intereses burgueses y plantean la emancipación de las mujeres en un
plano individual ligado al desarrollo personal del nuevo
ser
humano en la sociedad futura.
Teresa Mañé i Miravet, maestra de profesión, además de ser una de las más relevantes
defensoras del anarquismo libertario en oposición al anarcosindicalismo, fue una escritora
bastante prolífica que se escondía tras otras identidades como: Aurora
Vilanova,
La
Dama
Gris
y
Soledad
Gustavo. Muchos de sus textos aparecieron en la Revista
Blanca, publicación
que fundó con su compañero Joan Montseny, y de la que sería directora. Teniendo como
vehículo de comunicación la Revista
Blanca,
Teresa Mañé
escribió numerosos artículos que
trataban la situación de las mujeres, desde sus escritos divulgaba sus ideas respecto a la
discriminación laboral de las españolas como mano de obra de segunda, al amor libre base de
una sociedad en la que fuera eliminada la hipocresía moral burguesa y la necesidad de un
7
La consolidación de esta postura en el estado español es situada con anterioridad a esta
fecha por la investigadora Martha Ackelsberg, que menciona como en un congreso
anarquista celebrado en 1872 se declaró “que las mujeres debían ser absolutamente iguales
a los hombres en el hogar y en el centro de trabajo”. ACKELSBERG, Martha. Mujeres
Libres.
El
Anarquismo
y
la
lucha
por
la
emancipación
de
las
mujeres. Virus Editorial, Barcelona, 1991.
p. 46.
8
Citado en PAEIRATS, José: La
C.N.T:
en
la
Revolución
Española, Ruedo Ibérico, Parías,
1971, Tomo I, 130.
9
“Cuando pregunté a la exiliada Federica Montseny, en su casa en Toulouse, por su
polémica sobre el papel que habían desempeñado la mujer y el amor libre, se limitó a
indicarme que el feminismo anarquista significaba simplemente que hombre y mujer eran
iguales, en derechos y deberes en la lucha revolucionaria; así pues, no había nada que decir
acerca de la mujer como género, ni feminismo, ni crítica a la «sociedad machista», y, ni por
asomo, alusión alguna a la falocracia o a la sociedad patriarcal.” TERMES, Josep. Opus cit.
pp. 476-‐477. Véase también: NASH, Mary. Mujer
y
Movimiento
Obrero
en
España,
1931-‐1939.
Ed. Fontamara, Barcelona, 1981, 1ª ed, pp.28-‐33.
110
|
proyecto renovador dentro de la educación para lograr la emancipación real de las obreras,
10
víctimas del capitalismo y víctimas del patriarcado .
El profesor Termes, señala la relevancia que también tiene el trabajo de Teresa Mañé en
la Revista
Blanca convirtiendo esta publicación en un importantísimo documento para el
estudio del anarquismo hispánico, al ser la autora de breves efemérides históricas
conmemorativas, gracias a las cuales además de conocer hechos relevantes para el
anarquismo español, se pueden hacer pequeñas biografías de personajes de la lucha social
española.
Teresa Claramunt Creus, obrera textil, aportó a las reflexiones feministas del anarquismo
español de principios del siglo XX una línea argumental: la de la superioridad atribuida por el
hombre a su sexo en retraimiento de las mujeres, que posteriormente esgrimiría Lucía
Sánchez Saornil en su famoso enfrentamiento con Mariano R. Vázquez, quién acusaba a las
propias mujeres de su papel de subordinación en la sociedad. Asimismo fue Teresa
Claramunt la primera en reivindicar el concepto de autoemancipación de las mujeres dentro
del movimiento libertario de nuestro estado y plantear la situación de las mujeres como
consecuencia de la existencia de un régimen patriarcal que se basa en la supuesta
superioridad
física
del
hombre, que es reforzado por la atribución y responsabilización de las
labores de reproducción de la especie a las mujeres.
El anarcofeminismo hispano que se consolidará durante la Segunda República, siguiendo
a estas pensadoras, pone de relieve que las obreras son el grupo más explotado del
capitalismo, sufriendo las peores cuotas de miseria y sometimiento. Considera que la
emancipación de las mujeres debe pasar una renovación pedagógica que permita educar a
las mujeres para que sean libres. Asimismo recuerdan que las condiciones de opresión en el
ámbito laboral van acompañadas de la discriminación sexista, que a menudo esconde altas
cuotas de violencia sobre las mujeres cuando las trabajadoras sufren acoso y abusos sexuales
en ámbito de trabajo, en el hogar o en otras ocasiones son las proletarias las que deben
dedicarse a la prostitución para poder sobrevivir. Estos planteamientos quedan resumidos en
un artículo publicado el periódico anarquista tinerfeño En
Marcha:
“Las mujeres obreras están sujetas a tres tiranías, a tres esclavitudes, a cual más
desastrosa por sus efectos: la religiosa, la social y la económica. La primera obliga a
poner su conciencia al servicio de preocupaciones y fanatismos absurdos, la segunda
la coloca en el último peldaño de la escala humana, al arbitrio de las brutalidades y
10
Para profundizar véase: Patricia V. Greene. «Prensa y Praxis Feminista en La
Revista
Blanca
(1898-‐1905)» En: SEVILLA, Florencio y ALVAR, Carlos (ED.) Actas
del
XIII
Congreso
de
la
Asociación
Internacional
de
Hispanistas, Ed. Castalia, Madrid, 2000. pp.105-‐110.
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_4_012.pdf
111
|
caprichos del marido, y la última la entrega atada de pies y manos a la infame
11
explotación del capitalismo .”
En algunos medios libertarios surgieron interesantes reflexiones autocríticas como la que
recoge Mary Nash en uno de sus trabajos, en la que un propagandista ácrata cuestiona la
posición de muchos de sus compañeros que diciéndose anarquistas en sus vidas privadas
negaban los derechos de las mujeres y actuaban ante ellas como auténticos tiranos:
“No comprendemos como un obrero, que es explotado tan inocuamente, se convierte en
su hogar en un tirano y en jefe de unos principios autoritarios que están en contradicción con
la libertad de su pensamiento (...) ¿Con qué conducta y con qué personalidad moral protestan
estos camaradas? ¿No es su hogar un pequeño Estado violento y autoritario? ¿No es el patrón
que explota a «su mujer» y le arrebata sus libertades? ¿No es el carcelero que convierte su
12
hogar en una fortaleza? ”
Debemos tener en cuenta también la relevancia del sindicalismo anarquista entre las
trabajadoras españolas, ya que aunque es muy difícil de cuantificar fue tomando importancia
desde la creación del movimiento obrero en el estado español hasta su consolidación en la II
República, en el proceso de toma de conciencia de las trabajadoras y en su participación
13
socio-‐política . Pondremos como ejemplo el proceso de lucha anarquista en la isla de
14
Tenerife , porque a pesar de ser un escenario lejano de los centros tradicionales de estudio
del anarquismo, la ideología ácrata jugó un relevante papel en la lucha obrera de la isla y en la
15
movilización de las isleñas . En esta isla el sindicato de mayor presencia femenina pertenecía
a la CNT: Sindicato de Obreros Tabaqueros de Ambos Sexos.
Podemos observar como desde inicios del siglo XX la movilización de las mujeres en este
ámbito es tan importante que ya destaca en 1900 la figura de una líder obrera anarquista:
16
Tomasa Gutiérrez Ara, representante de las cigarreras ante la patronal . Sería otra cigarrera:
17
Isabel Hernández Marichal , la mujer que sobresalió en su papel en la resistencia a la rebelión
11
En
Marcha,
1 de mayo de 1931.
12
MORALES GUZMÁN, A. «Libertad y cultura. Aspiraciones» por. Tierra
y
Libertad, 13 de
marzo de 1936. Citado en: NASH, M. op. cit. 1981, p. 22.
13
Como ejemplo véase lo acaecido en Canarias: GALVÁN FERNÁNDEZ. F. Burgueses
y
obreros
en
Canarias.
(Del
S.
XIX
al
XX.)
Secretariado de Publicaciones de la Universidad de
La Laguna. La Laguna, 1986.
14
BRITO GONZÁLEZ, Oswaldo. Historia
del
Movimiento
Obrero
Canario. Editorial Popular.
Madrid, 1980.
15
HERMIDA MARTÍN, Yanira : Mujeres
y
cambios
sociales
en
la
provincia
de
Santa
Cruz
de
Tenerife.
1931-‐1975.
Amas
de
casa,
camaradas
y
marginadas.
Barcelona, TDR (Tesis
Doctorales en Red), 2012.
http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/63177/YHM_TESIS.pdf. pp.169-‐173.
16
En
Marcha,
1 de mayo de 1931.
17
Sobre esta representante del anarquismo tinerfeño es muy interesante la biografía
realizada por la historiadora Raquel Pérez Brito, véase: PÉREZ BRITO, Raquel. «Los
112
|
militar en los primeros días del levantamiento fascista, siendo la única mujer que perteneció
18
al Comité de Defensa de Canarias . Junto a ella, el movimiento antifascista tinerfeño estaba
compuesto por otras anarquistas que fueron duramente reprimidas por su colaboración en
los hechos que el franquismo denominó «Conspiración de Los Campitos»: Carmen Goya
Hernández, María Luisa Hernández Ramón, Margarita Rocha Mata, Micaela Rodríguez Bello,
19
María Culi Palau y Nélida Hernández Dorta .
No podemos concluir los antecedentes de Mujeres
Libres sin hacer referencia a la
relevancia de las ideas de amor libre y renovación sexual dentro del pensamiento anarquista.
Durante el siglo XX, en España dentro de los sectores libertarios, se plantea y se debate la
necesidad de una revolución sexual, a través del control eugenésico propuesto desde el
neomaltusianismo y de la creación de una nueva moral basada en el amor libre. A este
respecto, es interesante destacar como Félix Martí Ibañez cuestionó la heterosexualidad
20
impuesta, llegando a plantear que “no había nada inmoral en la homosexualidad .”
Son relevantes también los debates en torno a la prostitución, por un lado hay una
tendencia que compara la situación de explotación del proletariado por parte del capital, con
la de las mujeres que se prostituyen al entender que éstas son víctimas del patriarcado pero
también del capitalismo. Se condena explícitamente la doble moral de los hombres que por
un lado participan de la explotación sexual de las mujeres y por otro son actores de la
represión social de las mujeres prostituidas rechazando totalmente la aceptación de la
prostitución.
Por otro lado existía una tendencia de cierta aceptación dónde surgen grupos que se
oponen a la eliminación de la prostitución, plantean la creación de sindicatos de amor para
21
organizar las condiciones laborales de las prostitutas . En Canarias se diseña un proyecto
que “…propone incorporar a las prostitutas a la Asociación Obrera, organizarlas en
federaciones de resistencia, ponerles al alcance los medios para su ilustración, arroparlas con
su afecto y considerarlas mujeres tan honradas como el resto de compañeras de talleres y
22
fábricas, como las mujeres con las que comparten su hogar .”
procesos de revolución desde la vida cotidiana. Isabel Hernández Marichal» en: Revista
Canarii, nº 5, octubre de 2007.
18
Este hecho se vio truncado por la detención de los participantes en la reunión de los
Campitos y por la que se procesó a un grupo de obreros y obreras anarquistas, disolviendo
así el llamado Comité de Defensa de Canarias. Véase: GARCÍA LUIS, Ricardo. La
Justicia
de
los
Rebeldes.
Los
fusilados
en
Santa
Cruz
de
Tenerife
(1936-‐1940).
p.131 y el periódico Gaceta
de
Tenerife, los días: 31 de diciembre de 1937. 8 de enero de 1937, 9 de enero de 1937 y 10 de
enero de 1937.
19
HERMIDA MARTÍN, Yanira, op.
cit. pp. 282-‐291.
20
ACKELSBERG, Martha, Op.
cit. p. 61.
21
ACKELSBERG, Martha, Op.
cit. p. 207.
22
PÉREZ BRITO, Raquel. El
anarquismo
y
los
orígenes
del
movimiento
obrero
en
Canarias,
Edita Asociación Beecham, Santa Cruz de Tenerife, 2005. p. 204.
113
|
BOSQUEJO
DE
UNA
EXPERIENCIA
EXCEPCIONAL:
MUJERES
LIBRES,
1936-‐1939
Aunque a muchos niveles sigue siendo una experiencia muy poco conocida, la relevancia
histórica de Mujeres Libres ha quedado respaldada a través de los estudios pioneros de una
generación de historiadoras anglosajonas: Mary Nash, Temma Kaplan y Martha Ackelsberg,
quienes arrojaron luz sobre el conjunto de la historia del anarquismo en el estado español y
concretamente en el papel relevante de las mujeres ácratas. Fue Mary Nash quién definió a
Mujeres Libres como la gran culminación del anarcofeminismo español: “… creemos que es la
organización Mujeres Libres fundada en 1936 la que presenta más claramente una teoría y
23
una práctica que podría denominarse anarcofeminista .”
Mujeres
Libres surge como culminación a la experiencia de dos grupos de mujeres, uno en
Barcelona formado en 1934 denominado Grupo
Cultural
Femenino-‐CNT, en torno a este se
organizará más adelante el grupo barcelonés de Mujeres Libres. Y un segundo grupo
localizado en Madrid que sacará a la luz en mayo de 1936 una publicación titulada
Mujeres
Libres, posteriormente de la interacción de ambos grupos cristalizan como Federación en
agosto de 1937, impulsada principalmente por la iniciativa de tres mujeres: Lucía Sánchez
Saornil, Mercedes Camposada y Amparo Poch y Gascón. Las tres buscan un lugar propio al
margen de las filas libertarias de CNT, FAI, ateneos y los grupos de juventudes para poder
llegar a los que para ellas eran los principales problemas de las mujeres. Desde su inicio se
posicionan para sólo trabajar entre y para mujeres, ya que gran parte de las militantes
anarquistas comienzan a ser consientes de la falta de igualdad que viven en el seno de los
colectivos y muchas veces en sus propios hogares, dónde sus compañeros no están
dispuestos a ceder ninguno de sus privilegios patriarcales. Esta situación se agrava a veces
con la ridiculización y con situaciones de cierto grado de violencia que sufren las anarquistas.
Asimismo eran concientes del fracaso de la integración de las trabajadoras en sindicatos y
colectivos, razón ésta por la que deciden dedicar sus esfuerzos en afrontar las problemáticas
que preocupaban a las mujeres, al tiempo que trabajan para mejorar la educación de las
españolas.
“…Aunque a estas alturas todavía falta mucho para poder decir que se han logrado todos
los postulados de Mujeres Libres, la actual generación no puede tener idea de lo que era
por aquellos tiempos la situación femenina en la sociedad española. Porque, mal que
bien, algunas mujeres llegan a alcanzar hoy día posibilidades que en aquel entonces eran
ilusas utopías. Cuando nos vencieron las hordas franquistas y el exilio nos aventó a
Francia, pudimos apreciar que, a pesar de las leyes napoleónicas, ellas, en ese país,
gozaban de más respeto y consideración que la mujer española.
(…)Nuestro esfuerzo iba dirigido a hacerles comprender que debían esforzarse por salir
de esa oprobiosa situación de sometimiento indignante, sin enfrentamientos. Haciendo
23
NASH, Mary. Op.
cit, 1981, p.22.
114
|
uso de la razón. Y creo que en esta actitud nuestra, natural y espontánea, sin alardes de
superioridad, reside uno de los motivos de nuestra increíble captación de voluntades.
(…) Para nosotras, las fundadoras de Mujeres Libres, resultaba imperativo que las
mujeres comprendieran que no era imposible sacudirse ese condicionamiento atávico y
debían empezar a modificar los esquemas a partir de ellas mismas y en su propio hogar,
empezando por su descendencia filial, no otorgándole a los varones privilegios sobre las
24
hembras .”
La relevancia radical de Mujeres Libres se encuentra en el hecho de que el crear un
colectivo propio para las libertarias supuso afrontar una de las más anquilosadas dialécticas
del feminismo de izquierda: la doble militancia, ya que crearon un camino en el que poder
militar tanto de acuerdo a su concepción feminista como a sus ideales anarquistas, sin
traicionar su compromiso con la emancipación de las mujeres ni con la liberación del
proletariado. Aunque eso sí, evitase la autodenominación anarquista para no espantar a
aquellas que al no estar familiarizadas con las teorías políticas consideraban el anarquismo
como algo dantesco y abominable, para movilizarlas era fundamental implicarlas en la
renovación cultural y educativa que promovían y a través de la participación activista y de la
reflexión sobre las problemáticas colectivas y sociales llegarían a entender su programa
libertario. De esta manera pudieron permanecer autónomas frente al resto de
organizaciones anarquistas y de otras iniciativas de mujeres antifascistas, manteniendo su
propio proyecto dentro de la experiencia revolucionaria iniciada en la España Republicana el
19 julio de 1936 y participar bajo sus propios criterios en el sostenimiento de la contienda
bélica con los trabajos realizados en la retaguardia.
Del mismo modo, las promotoras de Mujeres Libres silenciaron sus posturas sobre la
revolución sexual, cuestionando la idea de amor libre ya que tras ella encontraban la
conceptualización de las mujeres como objetos sexuales por parte de muchos de sus
compañeros, aunque sabemos que en su vida privada cuestionaron de lleno la moral
25
heteropatriarcal .
Es interesante su postura en torno a la maternidad
consiente que impulsaron en sintonía
con las reformas sobre el aborto y que les permitió, en cierto modo, reconciliar su postura
feminista con el papel socialmente impuesto a las mujeres como madres. Entendiendo que si
bien la maternidad era una cuestión naturalmente vinculada al hecho de ser mujer, ésta
esfera de la feminidad debía desarrollarse dentro de la absoluta libertad de la misma, lejos de
cualquier imperativo social y bajo el ejercicio de una sexualidad libre, responsable y sana,
24
LIAÑO, Concha «Sobre Mujeres Libres», El
Libertario. Vocero
ácrata
de
propuestas
e
ideas
de
Acción, Venezuela, nº 14, mayo-‐junio 1999.
25
ACKELSBERG, Martha, Op.
cit. pp. 209-‐212. La investigadora recoge testimonios de
militantes que usaban DIU gracias a la colaboración de médicos/as anarquistas para poder
disfrutar de su sexualidad y destaca también que Lucía Sánchez Saornil no ocultaba su
condición de lesbiana.
115
|
postura representada por Amparo Poch y Gascón. Pero destacando al tiempo que la
maternidad era una posibilidad más de realizarse para las mujeres, sin tener más relevancia
que otras esferas de la vida como podía ser el desarrollo profesional, tal y como argumentaba
26
Lucía Sánchez Saornil . Para ello crearon diferentes proyectos educativos y reivindicativos
de los derechos reproductivos anticipándose a la llamada revolución sexual del feminismo de
segunda ola.
CONTINUANDO
EL
CAMINO:
SITUACIÓN
DEL
ANARCOFEMISMO
ACTUAL
En la actualidad la corriente anarcofeminista se mantiene en el estado español. Existen
grupos, formales o informales, de feministas en los principales sindicatos libertarios: CNT y
CGT, en este último incluso han tomado el nombre de Mujeres Libres, para rendir homenaje
a sus antecesoras y para demostrar que se consideran herederas de esta tradición
revolucionaria. Funcionan principalmente en Catalunya y Pais Valencía.
En su rechazo al feminismo institucionalizado el anarcofeminismo camina de la mano de
las reivindicaciones de los movimientos sociales encontrándose con las propuestas del
transfeminismo, el feminismo queer, el ecofeminismo y las más diversas experiencias de
militancia feminista que lo dotan de gran vitalidad y de nuevos planteamientos a debatir.
Queda pendiente, a día de hoy, analizar el grado de asimilación por las nuevas
generaciones de la trayectoria histórica del anarcofeminismo y del legado de Mujeres Libres
en su cuestionamiento del ejercicio del poder y de la autoridad, ya que muchos de los
debates planteados, de los objetivos de lucha y de las reivindicaciones de Mujeres Libres
siguen hoy vigentes.
Lo que tenemos claro, es que la excepcionalidad de esa experiencia que llegó a movilizar
27
a 20.000 españolas durante su corta existencia, truncada por la victoria fascista de abril del
39, proporciona un campo de análisis relevante en estos momentos de crisis globalizada y de
búsqueda de nuevas propuestas de emancipación de las mujeres frente al capitalismo
despiadado de dimensiones planetarias en el que nos encontramos.
26
Mujeres
Libres, recopilación, estudio preliminar y notas de Mary Nash, reedición CNT-‐AIT,
La Laguna, 2003. pp. 26-‐27.
27
La cifra más fiable según la historiadora Mary Nash, En NASH, Mary. Op.
cit, 1981, p.87.
116
|
Cuerpos,
leyes
y
biopoder
117
|
¿PROTEGER
O
SÓLO
REPRODUCIR
LA
VIDA
HUMANA?
UN
EXAMEN
DEL
BIODERECHO
INTERNACIONAL
DESDE
LA
ÓPTICA
DE
LAS
MUJERES
Juana
María
González
Moreno
INTRODUCCIÓN
En un fragmento del relato titulado “Una sociedad”, Virginia Woolf (1882 -‐ 1941) se
refiere al horror de traer hijos al mundo para que los maten en la guerra. Dice así:
“(…)
Si
no
hubiéramos
aprendido
a
leer
-‐
dijo
con
amargura
[Castalia]-‐,
aún
seguiríamos
trayendo
hijos
al
mundo
en
la
ignorancia,
y
creo
que
en
resumidas
cuentas
esa
vida
era
más
feliz.
Ya
sé
lo
que
vas
a
decir
sobre
la
guerra
–
me
advirtió
–
y
sobre
el
horror
de
traer
hijos
al
mundo
para
ver
cómo
los
matan,
pero
nuestras
madres
lo
hicieron,
y
sus
madres,
y
las
1
madres
de
sus
madres.
Y
ellas
no
se
quejaban.
No
sabían
leer
(…)” .
¿En qué medida lo expresado por Virginia Woolf no se corresponde con el actual estado
2
de cosas? Nuestro tiempo exalta la vida y la salud , y se empeña en excluir, en negar la
3
muerte y la enfermedad . La vida y la salud son objetos de reflexión filosófica, objetos
políticos, objetos de discurso (y viceversa, muchas cuestiones se han convertido en
cuestiones de vida o de salud (pública). Pero no por ello la vida y la salud están mejor
protegidas, ya miremos al interno de cada país o al orden internacional. ¿Tiene sentido
entonces procrear la vida humana, si está condenada de antemano a ser eliminada? La tarea
de (re) producir vidas humanas para que luego resulten aniquiladas parece, de entrada, una
tarea bastante inútil, como la de Sísifo.
Podemos preguntarnos también en qué medida esta situación no es sino una traducción
de los afanes biopolíticos de los Estados. Michel Foucault ya se refirió a la biopolítica como el
centro de interés de la sociedad capitalista, como el intento de racionalizar, desde el siglo
1
WOOLF, Virginia: “Una sociedad”, en WOOLF, Virginia: Relatos
completos. Madrid,
Alianza editorial, 2012, pp. 212-‐232, p. 230.
2
Este proceso se remontaría a la Edad Moderna. Desde entonces, el Derecho y la política
tendrían como fundamental punto de referencia la vida humana, según Hannah ARENDT
(La
condición
humana. Barcelona, Paidós, Colección Surcos 15, 2011 [1ª ed. 2005], pp. 331-‐
337). Y esta dinámica parece haberse acentuado desde los años 90 del siglo XX, en que, por
ejemplo, la salud se ha convertido en una cuestión pública, política, en una metáfora
politizada (HELLER, Ágnes; FEHÉR, Ferenc: Biopolítica.
La
modernidad
y
la
liberación
del
cuerpo. Barcelona, Ediciones Península, 1995, pp. 69-‐82).
3
La muerte es negada, excluida, no sólo del ámbito de lo social, sino incluso del ámbito del
conocimiento (vid. JANKÉLÉVITCH, Vladimir: Penser
la
mort?.
París, Liana Levi, 1994).
118
|
XVIII, los problemas planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un
conjunto de seres vivos constituidos en población: salud, higiene, natalidad, longevidad,
razas… Y puso de manifiesto cómo esa racionalización es una forma de control sobre la vida
o biopoder. Un biopoder que tiene como blanco de ejercicio el cuerpo de las mujeres, y que se
4
despliega por medio de discursos médicos y psicológicos…y también jurídicos .
Históricamente el Derecho ha realizado, en efecto, un control explícito sobre el cuerpo
de las mujeres, premiando la procreación de la vida humana o sancionando los
comportamientos que afectaban a ésta según los intereses estatales en juego. No obstante,
aparte de este control explícito existiría otro tipo de control más sutil que es el que lleva a
cabo el Derecho en tanto discurso que lleva implícito el poder y que ejercita regulando,
5
nombrando o no nombrando determinados hechos, temas, individuos… , y en aras a la
consecución de diversos fines.
En este trabajo hemos querido determinar en qué medida las mujeres siguen siendo
objeto o no de este tipo de controles, y en su caso, para qué fines, concentrándonos en el
orden jurídico internacional, en el que la preocupación por la vida humana es parte
constitutiva – concretamente, en el Derecho Internacional Humanitario, en el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, y en el Derecho Penal Internacional -‐, y en el que,
además, las dimensiones lingüística y discursiva están especialmente acentuadas ya que no
es un orden esencialmente coactivo para los Estados, sino fundamentalmente un marco
cognitivo y normativo.
LOS
DOS
ROSTROS
DEL
BIODERECHO
INTERNACIONAL
Tras la barbarie que representaron las dos guerras mundiales del siglo XX y sus millones
de muertos, se trató de crear un orden jurídico que garantizara la paz y la supervivencia
humana. Uno de sus pilares (si no el básico) sería, desde la adopción de la Carta de las
6
Naciones Unidas (San Francisco, 1945), el respeto de los derechos humanos . Los derechos
humanos, entre los que figura, primera vez en forma expresa, el derecho a la vida, junto a
otros relativos a bienes próximos a la vida como la integridad (protegida sobre todo a través
de la prohibición de la tortura, y las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes) o la
salud (definida de modo amplio, como un estado de completo bienestar físico, mental y
social en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, de 1946), son concebidos
como una barrera de contención frente a los abusos procedentes fundamentalmente de los
4
FOUCAULT, Michel: Historia de la sexualidad, I. La voluntad de saber. Madrid, Siglo XXI de
España, 1984 [1ª ed. 1976]. FOUCAULT, Michel: Nacimiento de la biopolítica. Curso del
Collège de France (1978-‐ 1979). Madrid, Akal, 2009.
5
FOUCAULT, Michel: La
arqueología
del
saber. México, Siglo XXI Editores, 1979.
BOURDIEU, Pierre: “Social Space and Symbolic Power”. Sociological
Theory, vol. 7; núm. 1
[1988], pp. 14 – 25.
6
CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio: Soberanía de los estados y derechos humanos en el
Derecho Internacional contemporáneo. Madrid, Ed. Tecnos, 2001, p. 177.
119
|
propios Estados, y tratarán de garantizarse no sólo a los individuos sino también a
7
determinados colectivos, frente a ataques perpetrados contra su vida como el genocidio .
El proceso de especificación, de concreción y ampliación de sujetos y materias, que han
8
experimentado los derechos humanos en el último tercio del siglo XX , ha supuesto la
reconceptualización del derecho a la vida como derecho de las mujeres a una vida sin
9
violencia , y la reconceptualización del derecho a la salud, como derecho que abarca, entre
10
otros aspectos, la salud sexual y reproductiva ; así como la ampliación de la protección de la
vida humana a la vida en formación, incluso en sus componentes últimos, los genes, frente a
11
las aplicaciones de la biotecnología .
Asimismo, se ha ampliado el alcance de la protección del derecho a la vida, de manera
general, al interpretarse que este derecho no sólo tiene un sentido negativo, de límite frente
al Estado, que fue el sentido (liberal) con que fue inicialmente fueron concebidos los
derechos, sino también un sentido positivo -‐ especialmente enfatizado en relación al derecho
de las mujeres a la vida sin violencia -‐ que comporta la exigencia de medidas positivas para su
12
realización .Y se ha ampliado igualmente la protección de la salud (y del derecho a la salud),
7
Así tenemos las normas especiales que forman el Derecho Internacional Humanitario, las
normas sobre derechos de los refugiados y demandantes de asilo, y la creación del Tribunal
Militar de Nuremberg, en 1945, con el fin de sancionar los crímenes cometidos por la
Alemania nazi.
8
Además de los procesos de positivización, generalización, internacionalización (vid.
LÓPEZ CALERA, Nicolás: “Para una filosofía de los derechos humanos (Las Academias ante
el reto de los derechos humanos)”. Revista
Anales
de
la
Real
Academia
de
Jurisprudencia
y
Legislación, 1995, pp. 83-‐ 94, p. 85).
9
Esta reconceptualización tiene lugar en los textos sobre derechos de las mujeres, desde los
que se tratará de poner un contrapunto al universalismo y a la pretendida neutralidad de los
tratados de derechos humanos de carácter general, y de manera particular, por lo que se
refiere a la violencia contra la mujer, hacerla visible y condenarla como violencia de género,
como una forma de violencia que es debida a comportamientos y prácticas sociales y
culturales basados en conceptos de inferioridad o subordinación de las mujeres en relación
con los hombres y además como una forma de discriminación contra aquéllas (vid. al
respecto la Declaración
de
la
Asamblea
General
de
las
Naciones
Unidas
sobre
Eliminación
de
la
Violencia
contra
la
Mujer
de
Naciones
Unidas, de 1994, la Convención
Interamericana
para
prevenir,
sancionar
y
erradicar
la
Violencia
contra
la
Mujer, de Belem do Pará, de 1994, y la
reciente Convención del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia
contra las mujeres y la violencia doméstica (Estambul, 2011).
10
Fundamentalmente a partir de la Conferencia
de
Población
y
Desarrollo de El Cairo, de
1994, y la Conferencia Mundial de las Mujeres de Beijing, de 1995.
11
Así, en la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos,
(1997); la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos (2003), y la
Declaración Universal sobre Biética y Derechos Humanos (2005).
12
En relación con el sistema europeo de protección de los derechos humanos, puede verse:
REY MARTÍNEZ, Fernando: “La protección jurídica de la vida ante el Tribunal de
Estrasburgo: un derecho en transformación y expansión”. Estudios
Constitucionales, Año 7,
nº 1 [2009], pp. 331-‐360.
120
|
fundamentalmente tratando de abarcar cada uno de los aspectos que forman parte de la
definición omnicomprensiva de salud dada por la Organización Mundial de la Salud, en 1946,
en ámbitos tan dispares como el medio ambiente, el comercio…, pero también porque las
normas para la protección de la salud han llegado a imponerse a los Estados por encima de su
13
soberanía para la protección de la salud mundial .
El discurso jurídico internacional es, por tanto, un discurso a favor de la vida. No
obstante, como en el dios Jano, que posee dos rostros que miran en direcciones opuestas,
este discurso tiene otra faz. La guerra y la muerte se resisten a ser desterradas del orden
internacional. Son prueba de ello los esfuerzos por conseguir una moratoria universal en la
14
aplicación de la pena de muerte , el recurso – no precisamente en último lugar – a la guerra,
para resolver conflictos, e incluso, su utilización como argumento legítimo para proteger (¿¡)
15
la vida humana y los derechos humanos, sobre todo después de los atentados del 11 – S ,
pero también en el marco de operaciones humanitarias, pervirtiéndose así los fines y la
naturaleza del orden jurídico internacional.
Por otra parte, la preponderancia otorgada al derecho a la vida y al derecho a la salud,
coloca en un lugar secundario a los derechos económicos, sociales y culturales, pese a los
vínculos que existen entre estos derechos y el disfrute auténtico del derecho a la vida. El
orden de lo empírico da cuenta de la violencia estructural, de la pobreza, de la destrucción del
medio ambiente como consecuencia del modelo económico consumista imperante, de la
irresponsabilidad moral, de la desigualdad entre hombres y mujeres, entre razas, etnias…,
fenómenos todos ellos que son otras tantas muestras de la omnipresencia de la muerte… en
el discurso de la vida.
LA
CONSIGNA:
“REPRODUCIR
LA
VIDA
HUMANA”
El orden jurídico internacional, con estos dos rostros que de forma muy resumida hemos
descrito, proyecta a su vez determinados valores y pautas que están en relación con la
reproducción biológica de la vida humana, que es el fin último que hay que asegurar.
1.
La
proteccion
de
la
maternidad
Una serie de normas internacionales configuran la primera forma en que las mujeres han
ingresado en el orden internacional: en tanto que objetos protegidos. A las normas que
13
Vid. DELGA, Solenne: “Un droit international public de la santé contraignant pour les
États? ». Santé
internationale, 2011, pp. 483-‐ 493.
14
Vid. ARROYO ZAPATERO, Luis: “El camino hacia la moratoria universal de la pena de
muerte”, en NÚÑEZ PAZ, Miguel Ángel (Editor y coord.): Un
Derecho
Penal
comprometido,
Libro
Homenaje
al
Prof.
Dr.
Gerardo
Landrove
Díaz, Tirant lo Blanch, Valencia, 2011, pp. 93-‐
105.
15
Vid. por todos/as: FERRAJOLI, Luigi: “Guerra y terrorismo internacional. Un análisis del
lenguaje político”. Anuario
Mexicano
de
Derecho
Internacional, vol. IX [2009], pp. 13-‐ 33.
121
|
16
eximen de la pena de muerte a la mujer embarazada y a las madres de niños de corta edad ,
hay que añadir el ingente conjunto de normas dirigidas a proteger a las mujeres
embarazadas o que son madres en el ámbito laboral. Estas normas están contenidas en
numerosos convenios y recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
y luego han sido recogidas en instrumentos internacionales de derechos humanos de
carácter general como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, de 1966, en resoluciones de los organismos de Naciones Unidas, y en los tratados
de derechos específicos de las mujeres, entre ellos, de manera destacada, la Convención
para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de 1979.
Sin embargo, la protección que dispensan todas estas normas parece ser una protección
de carácter instrumental: más que a las mujeres embarazadas o que son madres, se protege
la función de maternidad. En el caso de las normas penales, si se salvaguarda la vida de la
madre es para salvaguardar la vida de los no nacidos o de los niños de corta edad. En el caso
de las normas laborales, algunas de ellas (concretamente, algunas de las disposiciones de la
OIT), dicen proteger expresamente la “reproducción”, la “función de reproducción”, el
“embarazo”, “la maternidad”, o “la capacidad de concebir de la mujer”; otras declaran
proteger al mismo tiempo la salud de la mujer embarazada y la de su hijo (protección esta
17
última que luego ha entrado a formar parte de los derechos del niño ). De manera que más
bien se aparenta proteger a las mujeres cuando, de hecho, se está persiguiendo otro interés
que sería el interés de los Estados por asegurar la reproducción biológica de la vida humana y,
con ello, su propia continuidad.
2.
Los
no
nacidos
como
oponentes
La protección de la maternidad discurre en paralelo con la constitución de los no nacidos
en oponentes frente a sus madres. El lenguaje jurídico internacional refleja los esfuerzos
desplegados por reforzar el status biológico y jurídico de la vida en formación, a la que se ha
18
querido extender la categoría jurídica de “persona” , así como la utilización de la vida en
16
En concreto, las normas contenidas en el art. 76, 2 y 3 y el art. 6, 4º párrafo de los
Protocolos Adicionales Primero y Segundo, respectivamente, a los Convenios de Ginebra
de 12 de agosto de 1949 relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales y no internacionales (ambos Protocolos de 1977), y en el art. 6, 5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, normas todas ellas inspiradas en la
tradición jurídica romana.
17
El principio 4º de la Declaración internacional de los derechos del niño de 1959 es buena
muestra de cómo la atención a la madre tiene como fin la salvaguarda de la vida del niño,
cuando manifiesta lo siguiente: “El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social.
Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán
proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal
y postnatal”.
18
Así, en los textos internacionales, se ha tendido a emplear el adjetivo “humana” junto al
término “persona”, o los términos “ser humano”, precisándose además que el ser humano
tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica (art. 16 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, de 1966). E incluso se ha utilizado el término “niño” para
122
|
formación como un potente argumento biopolítico: el derecho a la vida del nasciturus es el
argumento más fuerte en las campañas de prevención del VIH, en las que se presenta a los
recién nacidos como víctimas inocentes (de sus propias madres infectadas), mientras que
19
éstas son ignoradas primero y desatendidas después , y también en las campañas contra el
aborto en las que – dice Tamar Pitch -‐ los fetos han sido construidos como víctimas
potenciales – “de esas nuevas mujeres, potentes y arrogantes, que quieren
20
autorrealizarse…”-‐, con el fin de elevar su estatuto jurídico al de personas .
3.
Contra
las
conductas
que
afectan
a
la
procreación
El discurso jurídico internacional deja al trasluz también la preocupación por las
prácticas de esterilización forzada y por todas aquellas conductas que afectan a la
procreación biológica de la vida humana. Así, en las recomendaciones a los Estados para que
eviten que las mujeres sean coaccionadas por los varones con los que comparten su vida o
21
por los servicios médicos a practicarse esterilizaciones forzadas o abortos ilegales , y para
que se cuente con el consentimiento de las mujeres (pasado por alto en esterilizaciones
22
deliberadamente practicadas a mujeres pobres en algunos países ).
Las esterilizaciones forzadas son consideradas como un atentado contra el derecho de
23
las mujeres a determinar el número de hijos y el intervalo entre los mismos (contenido
mínimo de los “derechos sexuales y reproductivos”), mientras que, respecto al aborto, se
aludir a la vida en formación o la mención “antes de su nacimiento” para ampliar su
protección legal hasta ese momento, así, en la Declaración internacional de los derechos
del niño de 1959, en su Preámbulo, considerando 3º se dice que “el niño, por su falta de
madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida
protección legal, tanto
antes como después del nacimiento” (la cursiva es nuestra), y este
tenor se mantiene en la Convención de los derechos del niño, de 1989, en el párrafo 9º de su
Preámbulo.
19
FASSIN, Didier: “El irresistible ascenso del derecho a la vida. Razón humanitaria y justicia
social”. Revista
de
Antropología
Social, 19 [2010], pp. 191-‐ 204, en concreto, pp. 196,
197,198.
20
PITCH, Tamar: Un derecho para dos. La construcción jurídica de género, sexo y
sexualidad. Madrid, Ed. Trotta, 2003 [1ª ed. 1998], pp. 93, 95.
21
Pueden verse las Recomendaciones Generales 19 y 21 del Comité de la Convención de la
Mujer, de 1992, y de 1994, respectivamente, y el Programa de Acción de de la Conferencia
de El Cairo, de 1994, en sus párrafos 7, 13 y 7, 17.
22
Como fue el caso de las practicadas durante el gobierno de Fujimori en Perú:
DEFENSORÍA DEL PUEBLO: Anticoncepción
quirúrgica
voluntaria
I,
Casos
investigados
por
la
Defensoría
del
Pueblo. Informe Nº 7, Serie Informes Defensoriales, Perú, 1998.
23
Así, en la Comunicación nº 4/2004, del Comité de la Convención de la Mujer, en el Asunto
A.S.
contra
Hungría, el Comité determinó que Hungría violó, entre otros derechos de la Sra.
A.S., miembro de la comunidad romaní, el derecho a determinar la cantidad de hijos y el
intervalo entre los nacimientos al someterla a una operación de esterilización sin requerirle
previamente su consentimiento informado.
123
|
24
insiste precisamente en que no es un medio de planificación familiar . Si bien en ambos
casos se trata de conductas no procreativas, que son las que preocupan. Una preocupación
que quizás pueda explicar el que la imposición de la maternidad mediante violencia sexual
(pero, en definitiva, conducta procreativa) en el escenario de las guerras no fuera percibida
como un atentado contra las mujeres hasta 1998, fecha de la adopción del Estatuto de Roma
por el que se crea el Tribunal Penal Internacional, en el que el “embarazo forzado” es
catalogado como crimen contra la humanidad y como crimen de guerra.
4.
La
primacía
de
la
vida
y
la
salud
de
las
mujeres
sobre
su
autonomía
Finalmente, cabe apreciar en el orden jurídico internacional la conceptualización de
muchas de las cuestiones que afectan a las mujeres como cuestiones que afectan a su vida o
25
a su salud, en concreto, las que tienen que ver con el ejercicio de la reproducción . Los
denominados “derechos sexuales y reproductivos”, que son equiparados con el derecho a la
salud sexual y reproductiva, constituyen precisamente el marco en el que se producen
atentados contra el derecho a la vida y la salud de las mujeres. Así, las esterilizaciones
forzadas son un atentado contra su salud sexual y reproductiva y también pueden poner en
riesgo su vida. Asimismo, se ha vinculado la mortalidad materna con la tipificación del aborto
como delito en muchos países, y con la denegación del acceso a abortos seguros a mujeres y
niñas que han resultado embarazadas a consecuencia de una violación o cuyos embarazos
suponían una amenaza para su salud o su vida, y se reclama a los Estados que cumplan con
las obligaciones no sólo negativas sino sobre todo positivas que tienen, de proteger el
26
derecho a la vida de las mujeres .
No obstante, la contemplación de todas estas prácticas desde la óptica de la vida y la
salud de las mujeres, hace pasar sous
le
silence su faceta de atentado a su autonomía
reproductiva. La relevancia otorgada al daño a la vida y la salud de las mujeres, muy en la
línea con la exaltación de la vida y la salud, en general, que hace el Bioderecho internacional,
opaca otros bienes o valores, en particular, la autonomía reproductiva de las mujeres, cuya
reivindicación, ya sea desde el punto de vista político o desde el punto de vista jurídico, se
24
Así, sobre todo, en los Programas de Acción de las Conferencias mundiales de El Cairo y
Beijing.
25
Aunque no serían las únicas. Otra cuestión que puede mencionarse es la violencia de
género, desde su conceptualización inicial en la Conferencia Mundial de Viena, de 1993, y
luego en los documentos e informes de la Organización Mundial de la Salud, y en buena
parte de la doctrina.
26
La vinculación de la mortalidad materna con prácticas de aborto peligrosas aparece en la
Observación General nº 4 del Comité de los Derechos del Niño, de 21 de julio de 2003. Pero
pueden citarse muchos otros textos, como las Observaciones finales del Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer al sexto informe periódico del Perú, de
enero de 2007, en relación al efecto que la interpretación restringida del supuesto
legalmente contemplado de aborto terapéutico en el Perú produce sobre las mujeres, al
inducirlas a practicarse abortos ilegales en condiciones de riesgo.
124
|
hace, por tanto, cada vez más difícil. Lo prioritario es proteger su vida y su salud, lo que por
cierto no comporta ningún compromiso desde el punto de vista moral ni compromete los
fines (interesados) del Estado, a diferencia de lo que ocurre en el caso de la autonomía
reproductiva.
CONCLUSIONES
En el orden jurídico internacional la vida humana y bienes aledaños a ella como la
integridad y, sobre todo, la salud, han ido adquiriendo cada vez mayor centralidad y en
consonancia con ello, se les ha ido dotando cada vez de una mayor protección. La
reconceptualización del derecho a la vida como derecho de las mujeres a la vida sin violencia
o la formulación del derecho a la salud sexual y reproductiva forman parte de esta evolución.
Sin embargo, el Bioderecho internacional tiene otro rostro que es la omnipresencia de la
muerte y de sus distintas manifestaciones como la guerra, la violencia estructural, la
pobreza…que, paradójicamente, llegan a desprenderse del discurso a favor de la vida, de la
utilización de su protección como argumento para justificar las diversas guerras y provocar
más muertes, o de su exaltación por encima de otros bienes y derechos de los que depende
su disfrute auténtico.
¿Realiza o no este orden jurídico algún tipo control sobre las mujeres con algún fin?
Fundamentalmente, de manera sutil, encauzando las conductas hacia la reproducción de la
vida humana, que es lo que se quiere garantizar. De ahí la protección de la maternidad (más
que de las mujeres embarazadas y las madres concretas) y la protección de los no nacidos,
constituidos como oponentes frente a aquéllas. De ahí también que se trate de desincentivar
todas aquellas conductas que puedan poner en peligro la procreación, como las
esterilizaciones forzadas o el aborto y que, aunque se haya prestado atención a los daños a la
vida y la salud de las mujeres que se producen en el marco de los derechos sexuales y
reproductivos, los daños a la libertad y la autonomía reproductiva de las mujeres queden,
además de impunes, invisibilizados.
125
|
INTERSECCIONALIDAD,
INTERDEPENDENCIA
Y
ÉTICA
DE
LA
RESPONSABILIDAD
Mónica
Cano
Abadía
INTERSECCIONALIDAD
El concepto de interseccionalidad fue acuñado por Kimberle Crenshaw en 1989 en su
artículo “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against
1
Women of Color” . En este escrito, Crenshaw plantea la problemática que se deriva de las
políticas que se basan en la búsqueda de una identidad común firme. Por una parte, dan
sentimiento de pertenencia a una comunidad, empoderan, posibilitan la formación de
estrategias de visibilización y resistencia, e impulsa el desarrollo intelectual de un marco de
comprensión de las opresiones. Sin embargo, por otra parte, ignoran las diferencias que
existen en el seno de los grupos, lo cual fomenta ejercicios de exclusión y marginación en las
prácticas políticas y, además, incrementa la tensión entre los diferentes grupos, que tienen la
impresión de ser mutuamente excluyentes.
En lugar de pensarnos como sujetos estables y coherentes, Crenshaw propone abrir
nuestro análisis y percatarnos de cómo existen diferentes categorías que nos atraviesan y nos
2
configuran . Estas diferentes categorías se entrelazan, se refuerzan, se oscurecen las unas a
las otras dependiendo de contextos diversos que, además, son cambiantes. Así, para
entender, por ejemplo, un problema de violencia contra las mujeres, tendremos que atender
a toda una serie de factores que entran en juego, y que serán diferentes en cada ocasión.
Esta interseccionalidad de las categorías que nos configuran afecta a la generalidad de
las individualidades: todas nuestras identidades contemplan múltiples facetas. Todas las
personas pertenecemos a más de una comunidad a la vez, de manera que experimentamos
tanto opresión como privilegio a la vez en contextos diferentes. Las identidades no son una
lista de privilegios y opresiones enumeradas sino que se tienen que ver con categorías
relaciones y procesos multicausales.
1
CRENSHAW, Kimberle, “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and
Violence against Women of Color”, Standford
Law
Review,
Vol. 43, Nº 6, 1991, pp. 1241-‐
1299.
2
Cuando digo que las categorías nos configuran adopto la perspectiva butleriana de la
deconstrucción para salir del dilema entre constructivismo y voluntarismo. Véase: BUTLER,
Judith, Cuerpos
que
importan,
Barcelona, Paidós, 2002. Pensarnos de esta manera nos hace
ver que los procesos de categorización no son unilaterales y nos permite darnos cuenta de
la capacidad de acción que poseemos como sujetos. De esta forma, las identidades
continúan siendo lugares de resistencia que pueden verse resignificados y que pueden ser
reapropiados por diferentes grupos subordinados.
126
|
3
Elisabeth Spelman evidencia que es un error intentar separar las categorías que nos
conforman: no se puede aislar el género de la clase social, la edad, la sexualidad, la capacidad
o la etnia para tratar de revelar las opresiones que vivimos, por ejemplo, las mujeres. Una
persona blanca, mujer, de clase media no puede pensar en aquello que le ocurre únicamente
por ser mujer, únicamente por ser blanca y únicamente por ser de clase media. No tiene
sentido no atender a los demás rasgos de nuestras identidades y analizar sólo las opresiones
derivadas del género. Además, opina, como Crenshaw, que este tipo de tratamiento causa
exclusiones, pues se tiende a pensar las mujeres discapacitadas, o las mayores, o las de color
como las «diferentes».
Desde la interseccionalidad se nos invita a pensarnos como identidades complejas y en
red, como construcciones sociales no monolíticas. Sin embargo, esto suele aplicarse
solamente a aquellas personas que no encajan en la normalidad y no se utiliza la perspectiva
de la interseccionalidad para poner también en tela de juicio nuestras posiciones de
privilegio. Este tipo de análisis aboga, así, por la introspección y la autocrítica constante. De
esta manera, el feminismo que tiene en cuenta la interseccionalidad de las opresiones no sólo
es un feminismo más inclusivo, sino que también es más autocrítico con los ejercicios de
reconocimiento y de exclusión que se realizan en las políticas feministas.
Los estudios postcoloniales, el multiculturalismo, las políticas de raza y género, han
recogido estas críticas a las políticas identitarias. No obstante, considero que no se ha hecho
el suficiente hincapié en tratar de aplicar en la práctica la propuesta de Crenshaw, si bien ha
sido recogida y reformulada numerosas veces y existen otros términos diferentes para
referirse a la interseccionalidad de las opresiones y de los privilegios. Patricia Hill Collins
4
habla de una «matriz de dominación y sistemas entrelazados de opresión» y también
defiende una perspectiva interseccional: un “análisis que sostiene que los sistemas de raza,
clase social, género, sexualidad, etnia, nación y edad forman rasgos de organización social
5
6
que se construyen mutuamente” . Se ha hablado también de «discriminaciones múltiples» ,
7
o de «ensamblajes o agenciamientos» ; sin embargo, uno de los conceptos que se está
rescatando últimamente es el de «kiriarcado».
3
véase: SPELMAN, Elizabeth, Inessential
Woman,
Boston, Beacon Press, 1988.
4
Véase: COLLINS, Patricia, Black Feminist Thought: Knowledge, Consciousness, and the
Politics of Empowerment, Nueva York, Routledge, 2000.
5
“Analysis claiming that systems of race, social class, gender, sexuality, ethnicity, nation,
and age form mutually constructing features of social organization”. COLLINS, Patricia,
Black
Feminist
Thought:
Knowledge,
Consciousness,
and
the
Politics
of
Empowerment,
op.
cit.,
p. 299.
6
Véase: FREDMAN, Sandra, “Double Trouble: Multiple Discrimination and EU Law”,
European
Anti-‐Discrimination
Law
Review,
Nº 2, Bruselas, 2005, pp. 13-‐18 y GRABHAM,
Emily, “Taxonomies of Inequality: Lawyers. Maps, and the Challenge of Hybridity”, Social
and
Legal
Studies,
Vol. 15, Nº 1, Thousand Oaks, 2006, pp. 5-‐23.
7
PUAR, Jarbir K., Terrorist
Assemblages:
Homonationalism
in
Queer
Times,
Durham, Duke
University Press, 2007.
127
|
8
Kiriarcado es un término introducido por Elisabeth Schussler Fiorenza , y pretende
redefinir la categoría de patriarcado en términos de redes de dominación y de privilegio
9
múltiples y relacionales . Existen muchos tipos de opresiones que se entrelazan, superponen,
ocultan, refuerzan entre sí. El sexismo, así, no es la única opresión que vive una mujer, sino
que supone un punto en un espacio multidimensional de categorías relacionales.
Este espacio es el kiriarcado: la compleja red de categorías que nos configuran como
sujetos de privilegio y de opresión. Proporciona un marco para comprender políticas
globales, a la vez que exige tener en cuenta constantemente las circunstancias particulares
de contextos cambiantes.
El kiriarcado está relacionado con la interseccionalidad porque subraya las relaciones de
privilegio y de poder que se esconden tras las dicotomías tradicionales de opresión. Atiende a
la interseccionalidad de las categorías que nos configuran como sujetos con identidades
múltiples, complejas y cambiantes. Mientras que el término «patriarcado» sólo evidencia las
relaciones de subordinación existentes entre hombres y mujeres, el kiriarcado pretende
proporcionar un marco de comprensión para los múltiples sistemas de opresión, dominación,
reconocimiento y subordinación.
Existimos como sujetos en una compleja matriz de privilegios y opresiones en la que
entran en juego numerosas categorías que nos configuran: edad, color de la piel, casta,
etnicidad, género, expresión de género, nacionalidad, ascendencia, clase socioeconómica,
orientación del deseo, capacidad, corporalidad, peso, ciudadanía, religión, idioma, cultura,
localización geográfica, posición social, etc. La interseccionalidad nos permite analizar estos
múltiples rasgos de forma relacional.
Al analizar cada categoría como un punto en un espacio mutidimensional, podemos
situar nuestras posiciones de opresión pero también de privilegio con respecto a otras
categorías. Las opresiones no se derivan de un poder soberano de coarta las identidades, sino
8
Véase: SCHULLER FIORENZA, Elisabeth, But
She
Said:
Feminist
Practices
of
Biblical
Interpretation,
Boston, Beacon Press, 1992. Este término no está exento de problemática:
Schuller Fiorenza es una teóloga que ha recurrido a la palabra «señor» (de griego, κύριος)
para formar su neologismo. Sin embargo, a pesar de esto, considero que se puede
resignificar esta palabra desde un feminismo interseccional que tenga un alcance político
más amplio del ideado por Schuller Fiorenza.
9
El uso del concepto «patriarcado» había sido ya ampliamente criticado en el seno del
feminismo. Gayle Rubin (RUBIN, Gayle, “El tráfico de mujeres: notas sobre la «economía
política» del sexo” en Marta Lamas, El
género.
La
construcción
cultural
de
la
diferencia
sexual,
México, PUEG / Ángel Porrúa, 2003) cree que no se ajusta más que a un tipo de
sociedad bien definida y, sin embargo, su uso se ha extendido para hablar de cualquier
sociedad en la que las mujeres sufren opresión de género. Chandra Mohanty critica que el
feminismo ha utilizado un concepto de patriarcado “which can be applied universally or
even cross-‐culturally” (MOHANTY, Chandra, “Under Western Eyes: Feminist Scholarship
and Colonial Discourses, en MOHANTY, Chandra, RUSSO, Ann y TORRES, Lourdes (eds.),
Third
World
Women
and
the
Politics
of
Feminism,
Bloomington, Indiana University Press,
1991, p. 55).
128
|
que el poder es también productor de nuestras subjetividades. Las acciones del poder no son
solamente represión, prohibición, coerción, etc., sino que estos elementos negativos forman
parte de una economía compleja junto a elementos positivos tales como incitaciones,
manifestaciones, valoraciones que configuran y disponen los elementos de la realidad de las
10
personas .
No hemos de olvidar que cada categoría es también cultural, contextual y cambiante.
Cada uno de los ejes que nos configuran son múltiples y complejos. Resulta así interesante
relacionar el kiriarcado con la concepción que Anne Fausto-‐Sterling tiene sobre las categorías
que nos constituyen como sujetos. Fausto-‐Sterling considera que cada categoría está
conformada por diferentes ejes que se entrelazan de diversas maneras. Fausto-‐Sterling
11
aplica esta idea concretamente a la categoría de sexo . El sexo no es una entidad natural sino
una construcción cultural que reduce diversos aspectos anatómicos, cromosómicos,
hormonales, estéticos, en un solo concepto; una convención simplista que no atiende a la
diversidad, como la hoja de la que nos hablaba Nietzsche en Sobre
verdad
y
mentira
en
12
sentido
extramoral .
Esta simplificación mentirosa tiene serias consecuencias materiales, pues encierra los
cuerpos de todas las personas en dos posibilidades excluyentes (machos-‐hembras) que están
contaminadas de cultura heterosexista: ser un macho supone llegar a ser un hombre que
desea sólo a las hembras que llegan a ser mujeres. El sexo de una persona es una cuestión
compleja y muy difícil de determinar, y depende de muchos ejes de configuración:
anatómicos, culturales, cromosómicos, hormonales, etc.
Así, nuestras identidades dependen no sólo de categorías que se entretejen en
relaciones diversas, sino que cada categoría es en sí misma relacional y múltiple. Además, y
en otro nivel, el proceso de configuración de nuestras identidades no se realiza en una
mónada solipsista sino que nos constituimos como sujetos siendo vulnerables a las
interacciones con otras personas y en relaciones constantes de interdependencia.
INTERDEPENDENCIA
Judith Butler, en Dar
cuenta
de
sí
mismo, piensa sobre la ética y la responsabilidad desde
la perspectiva de la interdependencia y de la vulnerabilidad. Para pensar la violencia y los
10
Véase: FOUCAULT, Michel, Historia
de
la
sexualidad.
Vol.
1:
La
voluntad
de
saber,
Siglo
XXI, Madrid, 2007 y FOUCAULT, Michel, “Clase del 14 de enero de 1976”, en Hay
que
defender
la
sociedad,
Akal, Madrid, 2003.
11
Véase: FAUSTO-‐STERLING, Anne, “The Five sexes, Revisited. The Varieties of Sex Will
Test Medical Values and Social Norms”, The
Sciences,
julio/agosto de 2000, pp. 18-‐23. En
este artículo, Fausto-‐Sterling deja entrever el concepto de sexo no como un continuum
entre mujeres y hombres, como defiende en el resto de sus textos, sino como un punto en
un espacio multidimensional en el que se relacionan diversos ejes.
12
NIETZSCHE, Friedrich, “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral” en Obras
completas.
Volumen
I.
Escritos
de
juventud,
Edición dirigida por Diego Sánchez Meca,
Madrid, Tecnos, 2011, pp. 609-‐619.
129
|
ejercicios de exclusión que se realizan sobre ciertas identidades se hace necesario pensar el
sujeto desde otra perspectiva diferente al sujeto soberano. Para Butler, esta perspectiva
diferente pasa por pensar el sujeto como vinculado a otras y a otros desde el principio de su
vida, de forma constitutiva. El yo se forma por las demandas de otros yoes. El sujeto, pues,
no es libre de construirse a sí mismo de forma escogida voluntariamente, sino que se
constituye en respuesta a demandas realizadas por otros sujetos.
Las normas socioculturales, a través de otras personas, nos interpelan, y nuestro yo así
se conforma, tratando de contestar estos llamados. Estas normas no nos modelan
totalmente, pero tampoco somos libres de ignorarlas y de construir nuestro yo en un afuera
prediscursivo o precultural. Así, adquiriendo esta perspectiva psicoanalista, Butler afirma que
“las normas no nos deciden de una forma determinista, aunque sí proporcionan el marco y el
13
punto de referencia para cualquier conjunto de decisiones que tomemos a continuación” .
El sujeto en el que piensa Butler es opaco para sí mismo; no soberano, sino dependiente;
y este sujeto es el que le permite adoptar una perspectiva ética hacia la responsabilidad. La
opacidad, para Butler, está íntimamente relacionada con la interdependencia y la
vulnerabilidad. El sujeto es opaco porque no decide cómo se constituye sino que lo hace en
relaciones de interpelación y de dependencia: “La opacidad del sujeto puede ser una
consecuencia de que se lo conciba como un ser relacional, cuyas relaciones iniciales y
14
primarias no siempre están al alcance del conocimiento consciente” . Algunas de estas
relaciones de las que habla Butler son tan tempranas que resultan inaccesibles para la
consciencia, con lo cual queda instalado en nuestro yo un lugar de opacidad no resoluble: “El
«yo» no puede dar cuenta definitiva o adecuada de sí mismo porque es incapaz de volver a la
escena de interpelación que lo ha instaurado y de relatar todas las dimensiones retóricas de
15
la estructura de interpelación en la cual tiene lugar ese dar cuenta de sí” .
Esto, sin embargo, no le permite desentenderse de su responsabilidad, amparándose en
los lugares oscuros de su autonocimiento, sino todo lo contrario:
Esta
postulación
de
una
opacidad
primaria
para
el
yo
derivada
de
las
relaciones
formativas
tiene
una
implicación
específica
para
una
orientación
ética
hacia
el
otro.
En
efecto:
si
somos
opacos
para
nosotros
mismos
precisamente
en
virtud
de
nuestras
relaciones
con
los
otros,
y
estas
son
el
ámbito
de
nuestra
responsabilidad
ética,
bien
puede
deducirse
que,
precisamente
en
virtud
de
su
opacidad
para
sí
mismo,
el
sujeto
establece
y
16
sostiene
algunos
de
sus
lazos
éticos
más
importantes.
13
BUTLER, Judith, Dar cuenta de sí mismo. Violencia ética y responsabilidad, Buenos Aires,
Amorrortu, 2009, p. 37.
14
15
16
Ibíd., p. 34.
Ibíd., p. 95.
Ibíd., p. 34.
130
|
La autocrítica y el autocuestionamiento son fundamentales, además, para adoptar una
postura responsable hacia los demás. Se hace necesario deshacernos de las identidades
estancas y definitivas que tienen pretensión de naturalidad y que causan así exclusión y
daños en ocasiones irreparables en las vidas de todas las personas pero sobre todo en las
vidas de muchas personas arrojadas a la abyección. Tenemos que explorar y comprender los
límites de nuestro propio conocimiento sobre nuestras identidad para entender así que
tampoco se le puede exigir estabilidad y coherencia a otras personas. La vulnerabilidad y la
interdependencia nos ayudan a pensar las interseccionalidades de nuestras identidades y de
las identidades de las demás personas. En palabras de Elvira Burgos:
La
responsabilidad
tiene
que
ver
con
el
reconocimiento
de
los
límites
del
saber
sobre
sí,
con
admitir
ese
nivel
de
opacidad
que
en
mí
habita
y
que
me
conecta
y
vincula
con
las
otras
personas.
¿Cómo
el
individuo
aislado,
centrado
en
sí,
cerrado
sobre
sí,
podría
sostener
una
ética
de
la
responsabilidad?
Este
yo
individualista
y
narcisista
promueve,
por
el
contrario,
una
ética
de
la
17
violencia.
En una entrevista realizada por Elvira Burgos y y María Prado Ballarín a Judith Butler, la
filósofa estadounidense advierte sobre los peligros de este sujeto rígido y soberano, que ha
regido el pensamiento tradicional filosófico, que contaminaba la ética y la política: “El mayor
peligro para mí es el peligro del sujeto autónomo y monolítico que intenta establecer límites
e impermeabilidades absolutas, porque ese es el sujeto que se niega a reconocer su carácter
fundamentalmente social y su interdependencia. Y me parece que sobre este tipo de base no
18
puede construirse ninguna ética o política sólidas” .
En Vida
precaria
Butler había ya analizado cómo articular la ética de la responsabilidad
desde la vulnerabilidad e interdependencia de los sujetos. Butler cuestiona el
antiintelectualismo y la censura que siguieron a los ataques del 11S, en un ambiente en el que
se buscaban culpables únicos y en el que parecía imposible asumir responsabilidades
colectivas. Esta búsqueda de un culpable único viene causada por la presuposición de que las
acciones se originan en un sujeto soberano único, mónada autorreferencial a la que no le
afectan ni su contexto ni los demás sujetos. Butler busca situarse en un plano diferente de
responsabilidad que pase por buscar el marco explicativo de las acciones, que no se originan
en un solo sujeto. Los sujetos no son yoes independientes, y las formas de política y de ética
que pensemos han de tener esta perspectiva en cuenta.
17
BURGOS DÍAZ, Elvira, «Deconstrucción y subversión», en SOLEY-‐BELTRAN y SABSAY
(Eds.), Judith
Butler
en
disputa.
Lecturas
sobre
la
performatividad,
2012, p. 131.
18
BUTLER, Judith, Entrevista con Judith Butler realizada por María Prado Ballarín y Elvira
Burgos Díaz en BURGOS DÍAZ, Qué
cuenta
como
una
vida, La
pregunta
por
la
libertad
en
Judith
Butler,
Madrid,
Antonio Machado Libros, 2008, p. 410.
131
|
Butler pretende imaginar una comunidad sobre la base de la vulnerabilidad y la pérdida.
19
El duelo es fundamental para entender nuestras interconexiones con otros sujetos . El duelo
es la aceptación de que el proceso de pérdida nos cambia. Los actos públicos de duelo tienen
efectos humanizantes: regulan qué muertes valen la pena, qué muertes son dolorosas. Las
muertes que no tienen derecho a ser lloradas son muertes de personas que no encajan en el
discurso sobre lo humano. El duelo establece los límites de la inteligibilidad humana. Por eso,
abriendo y maximizando los procesos de duelo, modificamos la comprensión de qué vidas
son humanas.
El yo, en la pérdida, se ve modificado, y el duelo nos muestra que nuestro yo no es
independiente, sino que en la pérdida de ti yo también desaparezco. El duelo nos enseña la
sujeción con los otros sujetos. El sujeto no está solamente sujetado a su contexto, entendido
como las condiciones sociales, culturales, políticas, económicas, religiosas, etc., sino que
también está sujetado a los otros sujetos. Los sujetos se sujetan mutuamente. Sin embargo,
no tenemos que pensar esta sujeción desde la posesión sino desde la desposesión: no
poseemos las relaciones, así como no poseemos plenamente nuestro género o nuestra
sexualidad. Nuestro yo es un modo de ser para otro, o a causa de otro.
Butler nos invita a ser conscientes de la vulnerabilidad, de su distribución geopolítica,
como base para una política nueva que incluya la pena y la pérdida. Se puede crear una
nueva responsabilidad basada en la conciencia de nuestra vulnerabilidad como sujetos. Lo
humano puede pensarse analizando porqué hay vidas más vulnerables que otras, y pérdidas
más dolorosas que otras. Estas distinciones que crean abyección podrían suavizarse si
nuestra concepción general sobre lo humano considerase que estamos entregados a las
otras y a los otros de forma previa a la individuación. La nueva política que busca Butler
propone una insurrección a nivel ontológico: una apertura crítica a considerar las categorías
de lo humano de forma diferente.
ÉTICA
DE
LA
RESPONSABILIDAD
Esta visión de los sujetos, que atiende a la interseccionalidad y a la vulnerabilidad de
nuestras identidades, permite pensar de manera más amplia la posibilidad de una ética
global de la responsabilidad. Esta forma de pensarnos nos hace alejarnos del individualismo y
nos insta a cuestionar nuestro lugar en el mundo desde múltiples perspectivas. Este análisis
de la causa de nuestras opresiones y esta perspectiva crítica de nuestras posiciones de
privilegio ha de ser constante: siempre se ha de plantear la
otra
pregunta
de la que habla Mari
20
J. Matsuda . Cuando se cuestionan problemas derivados del género, sería conveniente
preguntar también si no están entrelazadas cuestiones relativas al racismo, al clasismo, al
especismo, a la xenofobia, etc.
19
Véase: BUTLER, Judith, Vida
precaria.
El
poder
del
duelo
y
la
violencia,
Buenos Aires,
Paidós, 2006, pp. 45-‐78.
20
Véase: MATSUDA, Mari J., “Beside My Sister. Facing the Enemy: Legal Theory Out of
Coalition”, Standford
Law
Review,
Vol. 43, Nº 6, 1991, pp. 1183-‐1192.
132
|
De esta manera, manteniendo siempre una actitud (auto)crítica y global, podemos
aspirar a minimizar todas las opresiones, y no sólo aquellas sobre las que estamos trabajando
más específicamente. Es ésta una buena estrategia para sumar los esfuerzos de las luchas
sociales, que suelen formar grupos identitarios aislados, y puede servir para integrar la
diversidad dentro de cada grupo. Así, el feminismo puede verse enriquecido con las
aportaciones de los sujetos que han sido siempre considerados lo
otro
del feminismo y,
además, puede unirse con otras luchas anticapitalistas, antifascistas, antimilitaristas,
ecologistas, etc. El feminismo queer,
el transfeminismo y todos aquellos feminismos que
abogan por la interseccionalidad no atiende sólo a subordinaciones de género sino que se
21
muestran contrarios al especismo , al racismo, al clasismo, a la xenofobia, al capacitismo, al
teocentrismo, etc.
Aunar perspectivas diferentes tiene como consecuencia directa una comprensión más
profunda de las redes de posibilidad y la posibilidad de idear herramientas de subversión de
amplio alcance, dirigidas no sólo a realizar ciertas reformas bienestaristas sino a la búsqueda
de transformaciones radicales del sistema.
CONCLUSIONES
La interseccionalidad proporciona una base para comprender y reconceptualizar
categorías tales como raza, género, orientación sexual, clase, etc. Resulta interesante, desde
esta perspectiva, problematizar el concepto de «patriarcado» y comenzar al introducir el
concepto de «kiriarcado», que permite abrir de forma global el cuestionamiento de las
posiciones de subordinación y de privilegio.
¿Cómo entendemos hoy las identidades? ¿Podemos seguir hablando de identidades o
debemos abandonarlas? Con Crenshaw y Butler, considero que la mejor estrategia política
que se puede seguir desde comunidades desempoderadas es ocupar y defender las
categorías para resignificarlas y no perseguir su destrucción, pues afirmar que son categorías
culturales e inestables no significa que se pueda prescindir de ellas. Un feminismo
interseccional, que no se base en identidades esencialistas o rígidas, facilita la comprensión
de la multiplicidad de rasgos que nos configuran en procesos contextuales y cambiantes.
Además, cada aspecto de nuestro yo es a su vez cultural e interdependiente, lo que hace que
nuestras propias identidades se conformen en diversas relaciones de interdependencia.
Adoptar una perspectiva ética y política que respete la vulnerabilidad e interconexión de
nuestras identidades fomenta otro tipo de acciones políticas que tienen más que ver con
coaliciones puntuales que con grupos identitarios cerrados y definitivos: nuevas formas de
comunidades políticas que no se basan en la homogeneidad sino que son móviles, fluidas y
21
Para ver la relación existente entre el especismo y otras formas de opresión como la
lgtbqifobia, el sexismo o el racismo véase: COTELO, Salvador, Veganismo:
de
la
teoría
a
la
acción,
Madrid, Local Anarquista Magdalena, 2011.
133
|
22
temporales. Aunque se ha teorizado este tipo de políticas de coalición en el feminismo ,
considero que no se ha intentado llevar a la práctica, y que no se ha conseguido tampoco
exportar la idea a otro tipo de movimientos sociales. Estas coaliciones de trabajo político
huyen del pensamiento único, tratando de alcanzar consensos contextuales y un
entendimiento a través de la comprensión de las diferencias y de la opacidad y la
inestabilidad de las identidades. Además, por otra parte, estas políticas de coalición, desde el
pensamiento de la interseccionalidad, animan a la unión de diferentes grupos políticos para
que, trabajando conjuntamente, se pueda tratar de minimizar al máximo todo tipo de
exclusiones y posibilitar las condiciones de vida de muchos seres sintientes que se ven hoy
arrojados a la abyección.
22
Véanse: HARAWAY, Donna, “Manifiesto para cyborgs:
ciencia, tecnología y feminismo
socialista a finales del siglo XX”, en HARAWAY, Ciencia,
cyborgs
y
mujeres.
La
reinvención
de
la
naturaleza,
Madrid, Ediciones Cátedra-‐Universitat de València-‐Instituto de la Mujer,
1991; YOUNG, Iris Marion, Intersecting
Voices.
Dilemmas
of
Gender,
Political
Philosophy,
and
Policy,
New Jersey, Princeton University Press, 1997. Judith Butler también recoge esta
propuesta de políticas de coalición en El
género
en
disputa:
"Sin la presuposición ni el
objetivo de «unidad», que en ambos casos se instituye en un nivel conceptual, pueden
surgir unidades provisionales en el contexto de acciones concretas que tienen propósitos
distintos a la articulación de la identidad. Sin la expectativa obligatoria de que las acciones
feministas deben instituirse desde una identidad estable, unificada y acordada, éstas bien
podrían iniciarse más rápidamente y parecer más compatibles con muchas «mujeres», para
quienes el significado de la categoría es permanentemente discutible". (BUTLER, Judith,
El
género
en
disputa,
El
feminismo
y
la
subversión
de
la
identidad,
Barcelona, Paidós, 2007, p
48).
134
|
ALGUNAS
APORTACIONES
SOBRE
LA
REPERCUSIÓN
SOCIAL
DE
LA
VIOLENCIA
SOBRE
LAS
MUJERES
Olegaria
Cuesta
Ojeda,
INTRODUCCIÓN
La violencia sobre las mujeres es un problema reconocido a nivel mundial y que genera
cada año millones de víctimas. Sorprende, sin embargo que su repercusión social no sea
comparable a la dimensión de las consecuencias que genera.
En España, se ha convertido en lugar común la aparición un día sí y otro también de
informaciones sobre las víctimas de violencia machista que tienen como resultado la
protesta-‐duelo frente a las instituciones por un número indeterminado pero no demasiado
elevado de personas.
Llama la atención el bajo nivel de implicación de una parte importante de la sociedad
tiene con este escenario de abusos, discriminaciones y en el peor de los casos, muertes de
mujeres.
Las discriminación social de las mujeres pasa por un amplio abanico de actitudes que van
desde las más abiertamente machistas a las consideradas políticamente correctas o no tan
escandalosamente discriminatorias. Es, en estas últimas, donde podemos percibir los efectos
de una socialización donde las mujeres siguen siendo la diana de una doble moral que se
autocalifica de no discriminatoria pero que sin embargo acoge en su seno el ideal – en el
sentido de tipo ideal weberiano-‐ de mujer respetable y respetada. La desviación de este
modelo supone la justificación de algunas conductas que inciden directamente en las
libertades sociales reconocidas de las mujeres.
Para analizar este fenómeno utilizaremos la definición que Judith Butler hace de las
poblaciones objetivos como formas de racismo instituidas y activas a nivel perceptivo que
tienden a producir versiones icónicas de poblaciones que merecen ser lloradas en gran
medida y otras cuya pérdida no es tal y que se mantienen como no merecedoras de dolor.
Este concepto puede ser trasladado a formas de machismo instituidas y que dificultan toda
1
percepción de igualdad de las personas en la sociedad .
1
MARUGÁN, Begoña, <<Las mujeres como “poblaciones objetivos”>>. Dominio
Público.
(2013).
135
|
EL
PATRIARCADO
COMO
VIOLENCIA
SIMBÓLICA
La dimensión social de género es consecuencia de la distinta socialización recibida y
conforma expectativas y formas de hacer estereotipadas. Esta socialización incluye formas
percibir, clasificar y valorar en rangos que se consideran socialmente aceptables. Es lo que en
palabras de Bourdieu se definiría como “habitus” y que hace referencia a ese conjunto de
esquemas que se generan socialmente a partir de los cuales los individuos perciben el mundo
y actúan en consecuencia. Este proceso supone la interiorización de la estructura social que
producen y reproducen.
Por lo tanto, son sistemas de disposiciones duraderas que conforman el principio de la
continuidad y la regularidad. Estructuras estructuradas predispuestas a actuar como
estructuras estructurantes, es decir, en tanto que principios generadores y organizadores de
prácticas y representaciones individuales y/o colectivas que pueden estar objetivamente
adaptadas a un fin sin suponer la búsqueda consciente de fines. Engendran disposiciones
objetivamente compatibles, lo que genera una correlación muy estrecha entre las
probabilidades objetivas y las esperanzas subjetivas, el dominio expreso de las operaciones
necesarias para consecución de un propósito de manera regulada y regular sin ser para nada
el producto de la obediencia a reglas, y siendo todo esto, objetivamente orquestado sin ser el
2
producto de la acción organizadora de un jefe de orquesta .
Si aplicamos este pensamiento a la noción de sociedad patriarcal podemos inferir que
son precisamente las ideas más difusas, menos evidentes, las más eficaces en la transmisión
de juicios y comportamientos sociales. Esta aparente paradoja tiene que ver con el poder
racionalizador de las ideas, cuanto menos elaborada y menos taxativa sea, tanto más difícil
es de identificar y rebatir racionalmente, pero más fácil de interiorizar emocionalmente. Lo
que supone que el sujeto asume una serie de premisas ideológicas que permiten la
reproducción del sistema al tiempo que conforman la identidad del sujeto como individuo
pero también como colectivo. “La dominación masculina puede definirse como el arquetipo
de la violencia simbólica, ella es todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas
como legítimas, disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, en
3
definitiva, añade la fuerza simbólica a las relaciones de fuerza”.
El patriarcado hace referencia a una forma de organización política, económica, religiosa
y social en la que predomina la autoridad del hombre sobre la mujer. La estructura patriarcal
hace referencia, por tanto, a diversas formas de desequilibrio social que producen una
distribución asimétrica del poder entre ambos sexos, donde imperan los roles masculinos
sobre los femeninos.
2
BOURDIEU, Pierre, El
sentido
práctico. Madrid, Taurus Humanidades, 1991 (1ª ed. 1980).
3
GARCÍA, María A. Herederas y Heridas. Sobre las élites profesionales femeninas. Madrid,
Cátedra, 2002.
136
|
Las distintas esferas de actuación –laboral, social, doméstica-‐ poseen formas
discriminatorias que son propias pero que se entrelazan entre sí dándose apoyo y
retroalimentando el proceso. Estas acciones discriminatorias tienen que ver con esa
categorización social donde cultivan y generan las cualidades que se atribuyen a ambos
4
sexos :
Atributos Personales :
MUJERES: naturaleza, personal, emocional amor, intuición, particular, cuidado, privado.
HOMBRES: cultura, política, intelectivo, éxito, razón, universal, interés propio, público.
Atributos Estructurales:
MUJERES: trabajo reproductivo, esfera privada
HOMBRES: trabajo productivo, esfera pública
En una sociedad patriarcal los valores masculinos son considerados los patrones por
excelencia del reconocimiento social. Estas pautas funcionan como arquetipos de acción-‐
reacción a las que se adaptan las expectativas que a nivel social y personal se esperan de
ambos sexos. Sin embargo, la distinta valoración a la que se ven sometidas estas cualidades
hace que su adquisición social sea más o menos deseable como factor de identificación
personal y/o colectivo.
Las interferencias que se producen entre estas expectativas y las distintas esferas de
actuación donde deben desenvolverse las mujeres, hacen que la asunción de los
comportamientos considerados exitosos (masculinos) por parte de las mujeres no suponga
necesariamente una valoración social positiva. De hecho, la exaltación de estos valores en la
esfera más personal suele llevar aparejada una valoración negativa. Es decir, la asunción de
este tipo de actuación solo resulta socialmente rentable para la mujer si se adecúa a los roles
sociales que demanda una sociedad patriarcal.
LO
PUBLICO
ES
PERSONAL
En la esfera pública, la consecuencia de este tipo de representaciones sociales es que las
mujeres asumen que el éxito de sus relaciones sociales depende de la adecuación de su
conducta a estos estereotipos comportamentales. En el ámbito más público, en el terreno
laboral, son las características consideradas masculinas las que hay que asumir si se quiere
tener éxito social. Desde luego el prestigio social no siempre está garantizado, tanto por
obvias razones de competencia, como por aquellas razones menos obvias de pertenecer a un
grupo social no dominante. La adaptación a los valores dominantes supone un proceso de
selección que, en muchos casos, supone el enfrentamiento con valores de tipo personal y
educacional.
4
GARCÍA-‐MARZÁ, Domingo, <<Mujer y entorno empresarial>>. Papeles
de
Ética,
Economía
y
Dirección, núm 4 (1999), pp. 49-‐64.
137
|
Asociado con esta idea el concepto de aculturación se define como un “proceso por el
cual un individuo o un grupo adquiere las características culturales de otro, a través del
contacto directo y/o la interacción. También puede definirse como el proceso de
5
transformación de la cultura de un individuo o grupo en la de otros” .
Así comienza una paradoja que puede ser resumida en los siguientes términos: en la
medida que la mujer se hace más presente en la esfera de lo social se va produciendo una
invisibilización de su identidad. Las mujeres no sólo deben aprender a barajar otros códigos
de conducta para los que no han sido educadas sino que entran en contradicción con las
normas implícitas de conducta que deben seguir en otras áreas de su vida. Se produce así un
desdoblamiento personal, el éxito social es inversamente proporcional a la cantidad de
identidad personal a la que se renuncia.
En su vertiente pública esta discriminación se manifiesta a partir de la incuestionable –
por ventajosa-‐ asunción de los roles masculinos por parte de las mujeres que acceden al
mercado laboral (encubrimiento de los atributos personales).
Esta infravaloración del rol femenino frente al masculino tiene consecuencias derivadas:
en caso de trabajo remunerado será el trabajo de la mujer el peor pagado, el menos valorado
socialmente. Indudablemente este efecto puede explicarse por el interés económico que
suscita la existencia de una mano de obra más barata. Pero en el fondo de este
comportamiento existe una clara legitimación social basada en la estigmatización de los
comportamientos femeninos en relación al entorno laboral: la mujer siempre destinará
menos tiempo y dedicación a su trabajo productivo en la medida que debe desdoblarse para
6
ejercer en su esfera personal el rol que le corresponde .
En caso de un miembro de la pareja deba dejar el trabajo por razones familiares será ella
quién abandone. Caso de trabajos a tiempo parcial, será ella quién los asuma para no
desantender aquello que de forma natural le corresponde (familia). Nuevamente se
entrelazan condiciones que se pueden explicar bajo términos de racionalidad económica
(ellas ganan menos) con atributos derivados de la socialización patriarcal (ellos no asumen el
7
rol femenino porque socialmente se consideran y los consideran infravalorados) .
No es extraño la naturaleza de esta ecuación: la socialización en una sociedad que
podemos definir como patriarcal implica una estrecha relación entre el éxito social y los
comportamientos asociados al género masculino Si, como dice Freud, el carácter se
constituye por identificación, la incógnita es dónde quedan las identidades femeninas
5
GARCÍA, María A. Herederas y Heridas. Sobre las élites profesionales femeninas. Madrid,
Cátedra, 2002.
6
CUESTA, Olegaria, <<Inconvenientes de la fuerza de trabajo femenino dentro del
mercado laboral. La selección y promoción en las empresas>>. Clepsydra. Revista de
Estudios de Género y Economía Feminista, núm. 8 (2009), pp. 157-‐172.
7
CUESTA, Olegaria <<El discurso femenino en el mercado laboral>>. Prisma Social. Revista
de Ciencias Sociales, núm. 7 (2011), pp. 1-‐25.
138
|
cuando se incorporan al mundo de lo público, del trabajo productivo. Es por esta razón que el
estudio de las claves del éxito social de algunas mujeres, puede conducir a explicar las claves
8
de un fracaso social casi generalizado de las mujeres .
LO
PERSONAL
ES
PÚBLICO
En la vertiente privada no se cuestiona el rol femenino, de hecho, se asume y asumen la
condición cuasi natural de este rol, pero sus efectos derivados terminan por actuar en el
mismo sentido. La valoración del rol masculino se antepone al femenino en todas las fases de
la vida cotidiana.
En el terreno privado los términos de este proceso se invierten. Se espera ahora una
mujer con atributos netamente femeninos para ejercer su rol con efectividad. Aquellas
mujeres que no se adecúen y que ejerzan en la esfera más doméstica atributos masculinos
estarán expuestas a ser sancionadas mediante juicios de valor que en la mayoría de los casos
tiene que ver más con el desprestigio personal (no hace lo que debe) que con el ejercicio
racional sobre las libertades y los derechos de las personas.
Los comentarios que a través de la red se han vertido a propósito de las denuncias que
sobre la violencia de género han salido a la luz en unas fiestas recientes pueden servir como
ejemplo de este doble discurso. Insisto en que son ejemplos y que el estudio exhaustivo de
estos discursos no se verá en esta comunicación.
Ya se ha hablado de cómo en el terreno relacionado con la esfera laboral la mujer
procura asumir comportamientos de índole masculina si quiere garantizarse el éxito y el
respeto social. Sin embargo, esta percepción cambia cuando se actúa en otro nivel de
relaciones más asociadas con la identidad femenina.
Este desdoblamiento de personalidad repercute directamente en la valoración que las
mujeres tienen de sí mismas y que pasa por la negación de sus atributos femeninos en el
terreno laboral y de sus atributos masculinos en el terreno donde se desenvuelve la vida
cotidiana, de ocio, familiar.
Estos argumentos se justifican en base a una percepción de lo que debe ser el patrón de
conducta de una mujer, lo que debe o no debe hacer. En caso de que no se adaptar su
comportamiento a este ideal merece una justa sanción, así que no hay que quejarse:
“No
puede
ser
acoso,
cuando
es
la
propia
chica
la
que
provoca
al
resto
quitándose
la
camiseta
y
el
sujetador
y
lanzarlo
a
la
multitud
exaltada
por
el
acontecimiento.
Sí
es
acoso
cuando
sin
ton
ni
son
le
meten
mano
a
alguna
por
la
calle”
“Eso
pasa
por
meterse
en
camisas
de
once
varas...
desde
casa
y
en
la
TV
no
hay
problemas.
Pero
les
gusta
la
movida,
y
entre
tanto
alcohol
y
droga,
la
cosa
es
totalmente
imprevisible”
8
GARCÍA, María A. Herederas y Heridas. Sobre las élites profesionales femeninas. Madrid,
Cátedra, 2002.
139
|
Los argumentos tienden a reforzarse con la naturaleza más incontrolable y propia de los
hombres:
“Y
las
fotos
que
se
han
visto:
mujeres
con
las
tetas
al
aire
y
dando
alaridos.
¿Esa
actitud
que
respuesta
podría
provocar
entre
tanto
macho
exacerbado?
Pues
concupiscencia
y
deseo
fogoso,
etc.
¿o
no?
Otros argumentos se refieren a su defensa como grupo social:
“Luego
está
el
mensaje
subyacente:
mujer
buena,
hombre
malo.
Lo
siento,
pero
con
eso
no
comulgo.
Una
cosa
es
tratar
de
erradicar
la
cultura
machista-‐misógina
que
aun
coletea
desde
tiempos
pretéritos,
y
otra
este
generalismo
buenista
-‐para
con
la
mujer-‐.
Hay
mujeres
despreciables
y
hombres
encantadores,
y
a
la
inversa”
“No
es
que
“ellas
se
lo
han
buscado”,
mas
bien,
“es
que
ellas
es
lo
que
buscan”,
para
luego
responsabilizar
sólo
al
varón.
¿Alguna
vez,
en
algún
momento,
en
alguna
ocasión,
aunque
sólo
sea
por
error
la
mujer
va
hacerse
responsable
de
sus
decisiones
y
no
culpabilizar
al
varón?”
Este comentario es especialmente ejemplificador. Las mujeres no son víctimas, de
hecho actúan como tales porque les resulta especialmente ventajoso y porque, en último
término, las exime de cualquier tipo de responsabilidad de sus acciones. El giro se ha
completado, de víctimas a manipuladoras.
De hecho, cualquier denuncia por parte de las mujeres o de colectivos feministas pasan
por el descrédito sistemático de este tipo de movimientos. Los argumentos utilizados para
cuestionar la actividad de los movimientos feministas se basa en desacreditar a sus
integrantes, llevando a considerar que el feminismo tiene más que ver con un resentimiento
personal que con un movimiento colectivo de justicia social.
“Si
se
han
producido
violaciones,
¿hay
denuncias?
¿O
las
únicas
que
han
denunciado
han
sido
las
amargadas
de
turno
de
la
asociación
feminista
tras
ver
unas
fotos
y
sacar
sus
conclusiones
sobre
el
falo
opresor?”
“
En
este
país
sobran
muchas
asociaciones
y
una
de
ellas
es
la
de
las
feministas,
ahora
salen
dos
marimachos
diciendo
bobadas,
no
digo
que
alguno
no
se
pase,
pero
estas
tias
que
se
suben
encima
de
un
hombre
se
sacan
las
tetas
y
las
mueven
libremente
que
esperan
de
los
que
están
alrededor?
que
no
se
las
toquen?
venga
vamos
que
país
de
chiste
por
Dios”
Desafortunadamente la red está plagada de comentarios como los expuestos y aunque,
como se ha dicho con anterioridad, estos ejemplos no constituyen un estudio en
profundidad, resultan reveladores por doble motivo. No solo por la frecuencia y los
argumentos utilizados –-‐al fin y al cabo pueden ser considerados como el fruto de ideologías
y personas concretas-‐ sino, por lo que resulta más relevante, la escasez u omisión de
respuestas que generan.
Y aunque pueda considerarse que la falta de respuesta social es consecuencia de la
propia desvalorización de los argumentos esgrimidos, sorprende la ligereza con que la
sociedad estima que pueden justificarse las agresiones a determinados colectivos. De ahí la
140
|
importancia del concepto desarrollado por Judith Butler en referencia a las poblaciones
objetivos como aquellos segmentos de población que no merecen ser llorados por
encontrarse en el extrarradio social.
Los canales de transmisión de esta forma de capital
sexista
se lleva a cabo de manera
efectiva y de forma trasversal a través de todos los grupos sociales, tanto en su contenido
como en lo que atañe a la conformación y a la valoración que las propias mujeres tienen de sí
mismas: “El poder que en un principio aparece como externo, presionado sobre el sujeto,
presionando al sujeto a la subordinación, asume una forma psíquica que constituye la
9
identidad del sujeto” .
CONCLUSIONES
El proceso de socialización conforma de este modo las formas de percibir y valorar la
realidad. Pero también las actitudes y comportamientos individuales, las estrategias de los
sujetos para desenvolverse en la sociedad. A partir de esta experiencia generamos el
autoconcepto, las expectativas, la identidad como personas y como colectivo.
En el caso de un sistema patriarcal los patrones del éxito social se corresponden con un
tipo de individuo cuya esencia es el "homo economicus", percibido como el más útil y
rigurosamente objetivo. Su cualidad más destacable es la motivación de sus actos, esto es, el
propio beneficio. Esta característica es considerada egoístamente beneficiosa pues supone
que el beneficio individual es el propulsor del desarrollo social.
No se contempla, en este caso, la posibilidad de otro motor de desarrollo. La esencia del
individuo es su propio interés, lo que encaja como un guante con los atributos masculinos que
se aplican a los roles masculinos.
Este modelo no tiene en cuenta la dependencia de los individuos de otras personas, o de
sus familias, los comportamientos no explicados por interés, o comportamientos
influenciados por preocupaciones acerca de la justicia…valores prioritarios en la educación
social que reciben las mujeres y que asumen como parte de su identidad. Valores asociados a
los atributos femeninos más relacionadas con el mundo de las emociones que con el de la
razón y que, según el imaginario social imperante, no corresponden a la esencia de un ser
humano socialmente exitoso.
En este entorno las mujeres se ven abocadas en su esfera pública a asumir aquellos
atributos masculinos que garantizan su éxito social. Sin embargo, estos mismos atributos son
causa de desprestigio social cuando son utilizados en una esfera más personal, directamente
relacionada con su capacidad de adecuación a los atributos femeninos, no reputados para la
consecución del éxito social.
No es de extrañar, por tanto, que las experiencias vitales asociadas a un colectivo social –
las mujeres-‐ cuyos atributos son socialmente desvalorizados se sitúen fuera de la esfera de lo
9
BUTLER, Judith, Mecanismos
psíquicos
del
poder. Madrid, Cátedra, 2001.
141
|
deseable. Las percepciones producen clasificaciones y las clasificaciones producen
priorizaciones en la vida cotidiana. En este caso la violencia simbólica se reproduce a través
no sólo de lo que se quiere llegar a ser, sino de lo que no se quiere. Es decir, aquellos atributos
que se corresponden con la socialización femenina son sistemáticamente desvalorizados
porque dificultan la consecución del éxito social.
Es la violencia simbólica previamente ejercida la que puede dar lugar a la materialización
encarnada de la violencia física, y es también esta violencia simbólica la que puede ser la
causante del desprestigio y la infraconsideración de los valores que se atribuyen a la esfera de
lo femenino. Y lo que no se estima no es digno de ser defendido.
142
|
Feminismo,
igualdad
y
políticas
sexuales
143
|
NOTAS
PARA
EL
DEBATE
SOBRE
LA
PROSTITUCIÓN
Ana
De
Miguel
Álvarez
INTRODUCCIÓN:
En la actualidad el feminismo –como teoría y como práctica-‐ está inmerso en un
duro y agónico debate en torno al tema de la prostitución de mujeres. Lejos de
disminuir y contra todo pronóstico debido a los avances en igualdad, el tráfico de
mujeres y la industria del sexo sexista no hace sino aumentar.
Desde nuestra perspectiva los debates sobre la prostitución tienen que ir involucrando a
la mayor parte de la ciudadanía y ofrecer una visión lo más amplia posible sobre las causas y
las consecuencias de la misma para toda la sociedad. Es decir, abordar la prostitución como
un sistema o como una institución. En este sentido no coincidimos con quienes mantienen
que la voz de las y los implicados sea una voz determinante para el debate y las posiciones y
políticas al respecto. Máxime cuando entre los directamente implicados no sólo están las
mujeres prostitutas sino también los proxenetas y los puteros.
En esta comunicación también defendemos que el debate sobre el consentimiento como
fuente de legitimación de la prostitución como institución social ha terminado por vararse en
un punto muerto. El consentimiento puede ser un factor determinante en las relaciones entre
personas y sus acciones, pero no puede ser un factor de legitimación y normalización de una
1
institución . Para esto último están las buenas
razones y el consenso de una ciudadanía con
un proyecto común, more
habermasiana. Nos situamos en la línea de pensar la prostitución
como un sistema coactivo de pensamiento y acción, como una institución estrechamente
relacionada con la desigualdad humana y con la reproducción simbólica y material de la
misma.
Nuestra intención es presentar a debate algunos de los elementos que pensamos debería
incorporar una visión crítica de la prostitución. Estos elementos son 1) un acercamiento
crítico y reflexivo al significado de la sexualidad y las nuevas normativas sexuales en los
tiempos de la expansión global de la industria del sexo 2) el conocimiento de la historia y las
lucha feminista contra la prostitución desde la mismas raíces del feminismo como teoría y
práctica 3) la interseccionalidad del género, la clase y la multiculturalidad en el contexto de la
1
Cfr. Amelia Valcárcel (2007) “¿La prostitución es un modo de vida deseable?”,
en EL
PAIS,
21/5
144
|
globalización neoliberal y, por último 4) el tema de la reproducción de la desigualdad de
género y la desigualdad a secas en las sociedades formalmente igualitarias
LA
SEXUALIDAD
NO
ES
UNA
PRÁCTICA
MÁS,
ENTRE
OTRAS
Como es sabido el feminismo en sentido amplio es una teoría y una práctica –política y
cotidiana-‐ implicada en luchar por la igualdad entre hombres y mujeres. Uno de sus
supuestos básicos es el de que los varones como colectivo han ejercido el poder sobre todas
las mujeres. Otro de los supuestos es el de que esta relación de desigualdad permea todas las
relaciones entre hombres y mujeres y que, en consecuencia, nada o casi nada –esto es
objetivo de las diversas investigaciones feministas-‐ puede comprenderse adecuadamente sin
incluir la perspectiva de género.
Estos supuestos anteriores son algunos de los que partimos para abordar el tema de la
sexualidad y de la prostitución de mujeres. A saber, que a priori lo que se denomina de forma
“neutra” el sexo o la sexualidad o las prácticas sexuales no tiene el mismo significado ni el
mismo sentido para los varones y para las mujeres. Si no fuera así seguramente no existiría la
prostitución y el tráfico de mujeres. Tampoco las violaciones ni el acoso sexual. Es preciso
recordar que en todas estas prácticas los varones son los sujetos y las mujeres y sus cuerpos
los objetos.
Otro de los supuestos con los que trabajamos es el de que la sexualidad es una de las
áreas de la vida humana en que menos se tolera la teoría crítica y el feminismo. Es un terreno
en que la sexualidad patriarcal tradicional y la revolución sexual patriarcal se dan la mano
para boicotear toda actitud crítica. Es un terreno poco pensado y conceptualizado y por tanto
dominado por los pre-‐juicios. Hay dos prejuicios que suelen determinar la actitud de las
personas ante cualquier situación en que hay sexo por el medio. Una, “hay sexo, luego es
malo” y la otra “hay sexo, luego es bueno”.
Además al ser un terreno invadido por los lugares comunes y el no-‐pensamiento es
especialmente fértil para encontrar tesis contradictorias sin la menor conciencia de ello. Por
ejemplo, la misma persona que mantiene que “la prostitución es un trabajo como otro
cualquiera” puede tolerar que le toques el brazo al hablar pero no un pecho o el culo y si
argumentas que es un trozo de carne como otro cualquiera no lo ve así, ni mucho menos. Con
este trivial ejemplo queremos expresar que nuestros cuerpos y la sexualidad remiten a una
esfera compleja de nuestro yo que hoy por hoy forma una parte crucial de nuestro
sentimiento de autonomía y dignidad/valor personal. De ahí que el acoso sexual sea un delito
y que las violaciones no tengan el mismo significado que otros tipos de violencia.
Otra posición igualmente contradictoria subyace en el caso de una sindicalista
comprometida con la lucha por el trabajo decente que no ve contradicción alguna en criticar
por las mañanas la práctica abusiva de que las mujeres de la limpieza se arrodillen para fregar
los suelos y defender por las tardes el derecho de las trabajador@s sexuales a hacer
felaciones… ¿tal vez de rodillas? ¿o lo decente es que las hagan de pie? Parece que para una
parte de la sociedad es progresista que las mujeres se arrodillen a chupar los huevos y penes
de los hombres, pero resulta clasista que se arrodillen a fregar. Si denuncias este hecho como
contradictorio ahí llega la etiqueta, el pre-‐juicio “eres una puritana” y fin de la discusión.
145
|
Como han señalado diversas autoras si de sexo se trata el discurso moral no tiene sentido en
la nueva normativa sexual. Lo ha desarrollado ampliamente la filósofa Alicia Puleo en sus
trabajos sobre sexualidad y lo ha visto muy bien Beatriz Gimeno en su excelente obra sobre la
prostitución. Terminamos este apartado subrayando la necesidad de un pensamiento crítico
y feminista sobre la sexualidad.
LA
PERSPECTIVA
DE
GÉNERO
Y
LA
GENEALOGÍA
DE
LAS
LUCHAS
FEMINISTAS
CONTRA
LA
PROSTITUCIÓN
Estamos tan acostumbrados al hecho de la prostitución de mujeres que al abordarlo se
nos pasa detenernos en lo que asumimos como evidente. En un orden racional de
investigación la pregunta primera sobre la prostitución no debiera ser la de si hay personas
dispuestas a prostituirse, más bien debería ser esta otra: ¿Por qué la mayor parte de las
personas destinadas al mercado de prostitución son mujeres y no son hombres? ¿Por qué
tantos hombres aceptan con normalidad que haya cuerpos de mujeres que se observan, se
calibran y finalmente se paga para disponer ellos?
Estas preguntas, en realidad determinantes para comprender el fenómeno, no son ni
mucho menos las habituales en los debates sobre el tema. Lo habitual es que los varones
desparezcan del “problema” de la prostitución. Sheila Jeffreys, una de las autoras más
implicadas en el debate, ya planteó en su día cómo es el propio lenguaje utilizado el que se
encarga de invisibilizar a los hombres y remitir a las prostitutas, como si ellas fueran la causa
2
de que existiera la prostitución . De igual modo la designación de “trabajador@s del sexo” o
“trabajadores sexuales”, aparte de otorgar la consideración de “un trabajo cualquiera” envía
otro mensaje muy claro a la sociedad: la prostitución no tiene género, cualquiera puede
prostituirse, no es un tema “de género”. La arroba se convierte en una forma de invisibilizar y
falsear la realidad de forma que la opinión pública no perciba a priori la desigualdad inherente
al papel que desempeñan hombres y mujeres en este “trabajo”. La propuesta de Jeffreys fue
utilizar la palabra “mujer prostituida” para señalar que la prostituta no existe en el vacío, sin
el otro polo de la relación, al que se pasa a denominar prostituyente o prostituidor frente a la
aséptica y pasiva denominación de “cliente”, más propia de la industria y los empresarios del
sexo. En palabras de la filósofa Celia Amorós, “conceptualizar es politizar” y de ahí la
necesidad de comenzar por plantearse el contexto en que nos introduce el propio lenguaje
3
que utilizamos para nombrar la realidad .
Otra de las cuestiones que se ha invisibilizado y es necesario rescatar es la historia de las
luchas feministas contra la prostitución de mujeres. Hoy sabemos que parte de la
legitimación patriarcal de la sociedad reposa en privar a los movimientos críticos y de
2
Sheila Jeffreys (1997, 2ª ed. 2008) The
idea
of
prostitution, North Melbourne, Spinifex
Press, p. 141
3
Cfr. Celia Amorós (2005) La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias… para la lucha
de las mujeres, Madrid, Cátedra, pp. 295 y siguientes.
146
|
liberación de toda historia, de toda genealogía. Pues bien, en el caso de muchos de los
debates actuales sobre prostitución es un clamor el hecho del cuidadoso olvido u ocultación
de la relación entre los feminismos y las luchas contra la prostitución. Las feministas
sufragistas, socialistas, comunistas y anarquistas tuvieron siempre una voz común al
respecto. Y mantener que estas mujeres eran “puritanas” es ignorar que eran las instituciones
4
patriarcales, de la iglesia al estado quienes aceptaban la prostitución como “un mal menor” .
LA
PERPECTIVA
DE
CLASE
Y
EL
NEOLIBERALISMO
En las últimas décadas no sólo ha aumentado la prostitución, también lo han hecho los
defensores de la tesis de que de que la prostitución es un trabajo como otro cualquiera,
incluso mejor que otro cualquiera. Es un mensaje machacón que procede de la industria del
sexo y de la posición pro-‐prostitución y que se difunde de forma reiterada desde los medios
de comunicación. Medios que, a menudo, son juez y parte, porque, como sucede con la
prensa generalista o seria de nuestro país ganan millones de euros anuales con los anuncios
5
de prostitución en sus páginas .
Esta visión positiva de la prostitución contrasta con la realidad de que la mayor parte de
las mujeres proceden de los países más pobres y desestructurados del mundo. Según los
cálculos de Naciones Unidas hay millones de mujeres y niñas que son víctimas de la trata, que
son captadas en los países más pobres y machistas para que los varones de todo el mundo
disfruten con sus cuerpos. Y como sostiene Alicia Miyares en democracia los números
cuentan, y mucho. Hablamos de trata y tráfico de mujeres no sólo por la forma en que las
chicas son captadas y pasadas de unos países a otros sino también de unas provincias y
burdeles a otros. Los proxenetas son sensibles a la demanda de novedades por parte de la
clientela y han adoptado la práctica de intercambiar a las mujeres que viajan de burdel en
burdel. Otra de las razones para trasladarlas es que no creen lazos entre ellas ni con los
“clientes”, lazos que podrían poner en marcha mecanismos de empatía y solidaridad.
El filósofo moral Scott A. Anderson ha desarrollado la tesis de que frente a la idea
establecida de que la prostitución se legitima en el derecho de las mujeres sobre sus cuerpos,
a la larga, en un mundo que legalice y normalice la prostitución las mujeres, las personas
6
acabarán perdiendo el derecho a la autonomía sexual . La autonomía sexual consiste en el
derecho de marcar claramente los límites de acceso a nuestros cuerpos. En la actualidad y de
la mano de nuestra concepción de la sexualidad como una forma especial de relación y como
una relación innegociable, no sólo podemos negar el acceso, sino que podemos denunciar
4
Cfr. Ana de Miguel y Eva Palomo (2011)” Los inicios de las lucha feministas contra la
prostitución” en Brocar, nº 35 y Ana de Miguel (2012) “La prostitución de mujeres una
escula de desigualdad humana” en Revista
Europea
de
Derechos
Fundamentales,
nº
19.
5
La diferencia la marcó en su día el diario Público, que se negó explícitamente a beneficiarse
del mundo de la prostitución.
6
Scott A. Anderson (2002) “Sexual Autonomy. Making sense of the prohibition of
Prostitution”, en Ethics, nº 112 (4) pp. 748-‐780.
147
|
como acosadores sexuales y violadores a quienes vulneran este derecho a la intimidad. En
este sentido, el derecho a la autonomía sexual es una barrera crucial frente al poder de los
otros. Ahora bien, los teóricos pro prostitución quieren cambiar la concepción de la
sexualidad como una capacidad y una relación distinta a otras. Filósofas como Martha
Nussbaum mantienen con vigor que es un trabajo como otro cualquiera y que los problemas
que acarrea a las/os trabajadoras/os del sexo no proceden de ninguna característica
específica sino de factores coyunturales, sobre todo del estigma social que rodea a la
profesión. Si esto es así, ¿qué argumentos van a encontrar en el futuro las chicas de las clases
más bajas para no dejar abierto el acceso a sus cuerpos?
La perspectiva de la normalización y el consentimiento no sólo conduce a la
reproducción de la desigualdad de género sino a la de clases y países. En los países más
endeudados y colonizados del planeta tendrán sucursales todos los proxenetas legales y
7
podrían difundir con el apoyo del estado su buena nueva . ¿Hay familias con problemas
económicos? Ahora los podéis solucionar: en España, en los burdeles españoles, se apreciará
mucho a vuestras hijas. Traednos a vuestras jóvenes, nosotros nos ocupamos de todo. Y
ahora, vamos a visibilizar al cliente o putero: dejadnos a vuestras jóvenes que ya les
enseñamos, en un par de tardes, cómo se trata a un cliente, cómo se complace a los chicos
españoles. A los chicos, a sus padres y a sus abuelos.
Cuando una actividad es legal, lo primero que hace es multiplicarse y la ley del libre
mercado determina que la oferta tenga que ser cada vez más atractiva para los clientes.
¿Tendrían que ofrecerse atractivos descuentos por grupo? O con eslóganes publicitarios del
tipo “¿por primera vez en brazos de una trabajador/a sexual negra? Te regalamos diez
minutos extra… con el servicio extra que elijas”. Uno de los contra argumentos esgrimidos
desde posturas pro normalización matiza que aunque un objeto de consumo sea legal su
publicidad puede estar limitada. Así sucede con el tabaco y el alcohol. Por supuesto, es
posible imaginar un mundo en que la publicidad esté limitada, y verdaderamente sería todo
un avance respecto al trato que reciben ahora las mujeres en las webs de pornografía y
prostitución: guarras.com, muy zorras.com, babosas.com. Pero no acabamos de ver cómo
alteraría esta limitación el argumento anterior sobre el ciclo del aumento de la oferta y la
demanda.
En las familias de las clases con menos recursos económicos y las más dañadas por la
crisis económica y los ataques al estado de bienestar también tendría consecuencias la
consideración de la prostitución como “un trabajo cualquiera”. Si una chica no encuentra
trabajo ¿qué va a poder argumentar para no dedicarse al trabajo sexual? Ante la
7
En realidad ya viene siendo así en algunos países. Agradezco a Mª José Guerra que nos
diera a conocer trabajos como el de Anne A. Lacsamana sobre las relaciones entre
prostitución, capitalismo, colonialismo y militarización. Su trabajo, que critica con dureza la
complacencia de la perspectiva posmoderna sobre “las trabajadoras del sexo” se centra en
Filipinas donde los soldados norteamericanos describían a las mujeres filipinas como “Little
Brown Fucking Machines Powered by Rice”.
148
|
normalización y banalización de la sexualidad, que en palabras de sesudos filósofos es tan
natural y necesaria como lo es el agua, los argumentos para no entrar en el mercado de la
8
carne acabarán perdiendo sentido . El valor de la autonomía sexual quedaría seriamente
cuestionado. Y cabe preguntarse si, tras siglos de lucha por una sociedad más justa, es
finalmente éste el mundo que queremos legar a las nuevas generaciones. Un mundo en que
se normalice que las jóvenes con menos recursos se conviertan en cuerpos para ser tocados y
“penetrados” por los hombres con ganas y dinero en la cartera. Como si fueran vasos de agua
LA
REPRODUCCIÓN
DE
LA
DESIGUALDAD
HUMANA
Y
EL
IMAGINARIO
PATRIARCAL
La práctica de la prostitución no afecta solamente a las mujeres prostituidas, sino que,
indirectamente afecta a toda la sociedad. La prostitución como institución se convierte en
una escuela de sexualidad para los hombres. En tal escuela no sólo aprenden que el único
placer importante es el suyo sino que salen con un absoluto desconocimiento de la
sexualidad femenina. Para Kollontai, la gran teórica del feminismo marxista y autora de
Autobiografía
de
una
mujer
sexualmente
emancipada, la extendida y silenciada insatisfacción
de las mujeres con la sexualidad hegemónica tiene su base en que la ficción de placer que
están obligadas a “representar” las mujeres prostituidas es lo que los varones aprenden a
9
reconocer como “el sexo”.
La prostitución afecta al imaginario de lo que es una mujer y lo que se puede esperar de
ella, también a lo que se puede hacer con ella. Refuerza la concepción de las mujeres como
cuerpos y trozos de cuerpos de los que es normal disponer y de los que no importa
preguntarse cómo ni por qué están ahí. De hecho, la mayor parte de las mujeres que ejercen
la prostitución en el mundo no hablan la lengua del “cliente”. La relación puede definirse
como una relación “abre las piernas y cierra la boca”. El mensaje de la industria del sexo
insiste en que es un trabajo liberador y empoderador para las chicas que lo hacen, que es
producto del “girl power”. No es lógico pensar que estar desnuda frente a hombres vestidos e
investidos del derecho a acceder a tu cuerpo sea una fuente de poder y autoestima pero la
industria de la comunicación es tan potente que hace falta desarrollar una visión crítica frente
10
a ella . Estos son algunos de los argumentos que encontramos en la tradición pro
prostitución y que los medios de comunicación repiten una y otra vez: los clientes, en
8
Esta frase lapidaria se atribuye a Lennin y la han recogido otros como Lars O. Ericsson
(1980) “Charges Against Prostitution: An Attempt at a Philosophical Assessment”, en
Ethics, 90 (3), pp. 335-‐366.
9
Cfr. Ana de Miguel (2000) Alejandra
Kollontai, Madrid, eds. Del Orto, pp. 45-‐48.
10
Un caso de referencia en el tratamiento de la prostitución en el cine es la película Pretty
Woman.
Como ha escrito Pilar Aguilar, la protagonista afirma muy ufana que “hace de todo
menos besar”, pero nunca, en toda la película se la ve ejercer con ningún putero. Y cuando
un amigo de Richard Gere le insinúa que quiere contratar sus servicios su expresión no
puedes ser más ofendida y recatada.
149
|
realidad, más que sexo buscan una amiga, una persona que les escuche, los clientes sienten
respeto por las prostitutas, están en inferioridad de condiciones respecto a ellas. La
prostituta es la que manda. La prostitución es un trabajo en que se puede ganar mucho
dinero y conocer a gente interesante. La prostitución es mucho mejor que el servicio
doméstico.
Frente a esta visión amable de la prostitución reproducimos unos comentarios de
clientes reales sobre mujeres reales. Están extraídos de la web inglesa punternet, web en la
que los puteros, punters, pueden dejar sus comentarios para orientar sobre lo que ofrece el
mercado prostitucional. Primer comentario, “puta vieja y consumida. Debe de tener unos
cuarenta y se le descuelgan las tetas y la tripa. Además tiene el coño peludo. Una mierda de
polvo. No le va que la follen duro. Acabó haciéndome una paja porque dijo que le hacía
mucho daño. Es tirar el dinero”. Segundo comentario, “escogí a Jessica y en cuanto entró la
polla en juego me puso un condón. Todavía la tenía floja pero siguió haciéndomelo con la
boca hasta que se me levantó. Hablaba muy poco pero empecé a chuparle los pezones y
protestó: “No me gusta, me hace daño”. A partir de ahí parece que la cosa se torció, se
tumbó boca arriba con los ojos cerrados sin moverse ni hacer ruido hasta que me corrí, me
limpió y se fue. Ni siquiera vino a decirme algo cuando me marché. Otra mierda de puta de
Europa del Este”.
El hecho de que los varones busquen y encuentren placer sexual en personas que
obviamente no les desean en absoluto es, sin duda, una importante materia de reflexión
sobre el abismo que se abre bajo la aparente igualdad y reciprocidad en las expectativas y
vivencias sobre la sexualidad entre las y los jóvenes. Las chicas continúan leyendo libros
románticos, de hecho hay un auténtico boom comercial de novelas de amor para
adolescentes. Mientras ellas se socializan en el romanticismo de la entrega mutua es
necesario preguntarse qué influencia puede tener en los chicos jóvenes saber que por muy
poco dinero pueden acceder a tocar y penetrar el cuerpo de chicas y mujeres de casi todas las
11
partes del mundo, africanas, asiáticas, latinoamericanas, de los países del Este de Europa .
Diferentes autoras han coincidido en afirmar que para los hombres relacionarse con una
prostituta supone acceder a una relación de poder con “la mujer”, con todas las mujeres, y
supone una restauración simbólica de la dominación masculina en sociedades formalmente
igualitarias. Si un joven es rechazado por una de sus iguales puede elegir acceder al cuerpo de
otra con el dinero que tiene en la cartera. Puede decidir no hacerlo, pero sabe que puede
disponer de una “chica” las 24 horas. Vive en una sociedad que le garantiza este servicio, esta
satisfacción inmediata de sus deseos. ¿Qué consecuencias tiene este comportamiento para
la concepción igualitaria de las personas y la reciprocidad en sus relaciones?
Esta despersonalización de los seres humanos, aparte de la injusticia que pueda
significar, supone la reproducción activa de las identidades más arcaicas y reaccionarias del
11
Hemos desarrollado este tema en “Feminismo y Juventud en las sociedades
formalmente igualitarias”, Revista
de
Estudios
de
Juventud
nº 83, 2008, pp. 29-‐45.
150
|
patriarcado. Por un lado, están las mujeres madres, esposas e hijas, compañeras de trabajo,
mujeres a las que se reconoce el derecho a limitar el acceso a cuerpo, a su autonomía sexual y
por otro, las prostituidas, las mujeres que por definición no pueden impedir el acceso y son
las célebres “mujeres públicas”. Hoy, en que la sexualidad es un objeto de consumo hasta en
los diarios más conservadores ya no nos parece que responda a la realidad la división entre
“chicas malas” y “chicas buenas”. El mandato sexual posmoderno impone más bien la norma
de ser todas chicas malas. Basta asomarse a los videoclips de las jóvenes estrellas de la
cultura popular: de Britney Spears a Hanna Montana el asunto es quien es “más mala” donde
mala es equivalente a salir desnuda y hacer gestos “atrevidos”. Ser mala sexualmente vende
tanto como ser buena, tal vez más. Estos términos, hoy día, tienen sobre todo sentido para
los publicistas y también, si acaso, para las personas que siguen creyendo que vivimos en los
tiempos de la represión sexual. Pensamos que la nueva división patriarcal de las mujeres se
encamina hacia el grupo de las que pueden controlar el acceso a sus cuerpos y las que no. Y
se diga lo que se diga la mayoría de las prostitutas no pueden elegir a sus clientes o se
12
quedarían sin ellos . Esta es sin duda una nueva y ejemplar forma de desigualdad: unos
cuerpos están para satisfacer el placer de otros, eso sí, con la mediación de un precio
variable. Aunque bien pensado, tal vez no sea tan nueva.
CONCLUSIONES
Los debates teóricos sobre la prostitución han vivido demasiado tiempo girando
alrededor del libre consentimiento individual y la supuesta represión sexual de nuestra
sociedad. Pensamos que el auge de la trata y el tráfico de mujeres nos exige un esfuerzo por
avanzar hacia una visión estructural de la prostitución. Es decir, pensarla como un sistema o
una institución. La institución que trata de satisfacer de forma legítima y legal lo que
llamaremos “los derechos sexuales de los varones”. Una visión crítica de la prostitución tiene
que incorporar la historia de las luchas feministas, la perspectiva de género y el contexto del
resto de las desigualdades que nutren y desarrollan la desigualdad humana con mayúsculas.
12
Cfr. Peter Marneffes (2010) Liberalism
and
prostitution, Oxford University Press, p. 21
151
|
EL
CONTRATO
SEXUAL,
25
AÑOS
DESPUÉS.
LA
ACTUALIDAD
DE
UN
CLÁSICO
Y
SU
POTENCIA
FRENTE
A
UN
PRESENTE
COMPLEJO
Anabella
Di
tullio
Arias
INTRODUCCIÓN
Carole Pateman, a través de su pionera propuesta de análisis sobre la génesis del
derecho político, nos brinda un estudio profundo acerca de la situación de las mujeres en el
sustrato discursivo del liberalismo en la modernidad. Pateman desgrana ese relato hipotético
sobre los orígenes de la autoridad y de la comunidad políticas narrados a partir del siglo XVII
por autores como Thomas Hobbes, John Locke o Jean-‐Jacques Rousseau, para echar luz
sobre lo que considera una parte reprimida de la historia del contrato: El
contrato
sexual. A
partir de la narración de los orígenes del derecho político como derecho patriarcal aquella
historia sobre la libertad que aparece en las teorías contractuales, comienza a transformarse
en relato de la subordinación; y la supuesta contraposición entre contrato y patriarcado,
aparece cada vez menos antinómica:
La
dominación
de
los
varones
sobre
las
mujeres
y
el
derecho
de
los
varones
a
disfrutar
de
un
igual
acceso
sexual
a
las
mujeres
es
uno
de
los
puntos
en
la
firma
del
pacto
original.
El
contrato
social
es
una
historia
de
libertad,
el
contrato
sexual
es
una
historia
de
sujeción.
El
contrato
original
constituye,
a
la
vez,
la
libertad
y
la
dominación.
(…)
El
contrato
está
lejos
de
oponerse
al
patriarcado;
el
contrato
es
el
1
medio
a
través
del
cual
el
patriarcado
moderno
se
constituye .
PATRIARCALISMO
NO
ES
IGUAL
A
PATRIARCADO.
Para analizar los orígenes del poder político del modo en que Pateman lo propone, es
necesario retomar la discusión, tal como lo hace la autora, entre patriarcalistas y sus
oponentes, para desentrañar la confusión que suele reinar sobre la noción de patriarcado y de
paternalismo o derecho paternal. A quienes sostenían, en el marco del debate llevado
adelante en el siglo XVII, que el poder político se fundaba en el derecho paterno, y por tanto
era natural y no convencional, se les oponían aquellos que colocaban al contrato como la
génesis y fundamento del derecho político poniendo en primer plano la noción de
1
PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual. México D.F., Anthropos, 1995, pp. 10-‐11.
152
|
consentimiento, al tiempo que diferenciaban este poder político de otros poderes que
pudieran ejercerse en una sociedad como el del amo sobre el esclavo, el esposo sobre la
2
esposa o el padre sobre los hijos . Es decir, allí donde el modelo patriarcalista sostenía el
carácter natural de la autoridad y de la comunidad –y lo fundamentaba en el poder del
padre–, el contractualismo pone en escena la artificialidad de lo político.
Ahora bien, si de esta manera las teorías modernas del contrato lograban desplazar el
paternalismo propio de las teorías premodernas, no desarticulaban la estructura patriarcal
del orden político: ni unas ni otras cuestionaron la relación existente entre el poder del
esposo y el poder del padre, ambos constitutivos del poder patriarcal. El hecho de que el
poder de un varón-‐padre sobre su descendencia sólo puede existir en forma posterior a que
este varón-‐esposo haya ejercido su derecho patriarcal sobre una mujer-‐esposa, no fue tenido
en cuenta por los teóricos de la modernidad. Así, el patriarcado, lejos de quedar rendido ante
la teoría del contrato, ha sido incorporado por ésta adoptando su forma propiamente
moderna: el patriarcado ya no es paternal sino fraternal, los hombres no ejercen su poder en
tanto padres, pues la derrota política del padre ya ha sido llevada adelante: “La sociedad civil
moderna no está estructurada según el parentesco y el poder de los padres; en el mundo
moderno, las mujeres están subordinadas a los hombres en tanto que varones,
o a los
3
varones en tanto que fraternidad” . La parte olvidada de la tríada de la Revolución francesa
recobra en el análisis de la autora un lugar primordial: las nuevas sociedades de hombres
libres e iguales son sociedades fraternales, surgidas de un pacto fraternal. En este sentido
Pateman afirmará: “Libertad, igualdad y fraternidad forman una trilogía revolucionaria
porque la libertad y la igualdad son los atributos de la fraternidad que ejerce la ley del
derecho sexual masculino. Qué mejor noción para invocar que «fraternidad» y qué mejor
conjuro que insistir en que la «fraternidad» es universal y nada más que una metáfora para la
4
comunidad” .
Una vez que el poder político ya no puede fundamentarse en el poder del padre, se hace
necesario que los hombres libres e iguales actúen “como hermanos”, y pacten la constitución
de la fraternidad civil. Pateman apela a Freud y a su relato del parricidio para ilustrar el modo
en que el patriarcado clásico se reconfigura como patriarcado fraternal moderno, no sin
cuestionar que Freud, del mismo modo que los contractualistas, nos presenta un padre que
ya es padre, es decir, sitúa el origen del poder político en un momento posterior a la génesis
física y al nacimiento del hijo. Nuevamente, el derecho sexual queda incorporado y
subsumido al poder paternal. Y es aquí donde reside una de las más importantes
disquisiciones analíticas del desarrollo conceptual de Pateman: la distinción establecida entre
el poder conyugal y el poder paternal permite que aquel sobreviva a la derrota del padre y se
2
Cfr. LOCKE, John, Segundo
Tratado
sobre
el
Gobierno
Civil.
Buenos Aires, Alianza, 1997,
capítulo 6, pp. 76-‐95.
3
PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual. Op. cit., p. 12.
4
Ídem, p. 160. Traducción modificada.
153
|
exprese en el derecho sexual masculino de la modernidad. De este modo, la interpretación
del patriarcado como derecho paterno es cuestionada por ser una interpretación patriarcal
que subsume el derecho conyugal en el derecho del padre, “oscureciendo de este modo la
cuestión social más amplia sobre el carácter de las relaciones entre varones y mujeres y sobre
5
el alcance del derecho sexual masculino” .
EN
EL
ORIGEN,
LA
VIOLENCIA.
Tras separar el derecho sexual del derecho del padre, Pateman pretende llegar al
verdadero origen del poder político, poniendo de relieve el carácter político de las relaciones
sexuales, y cuestionando su carácter consensual. Si la autoridad del padre era una autoridad
natural, absoluta y no consensuada, resulta lícito preguntarse si un poder de estas
características tendría en cuenta la voluntad de las mujeres al momento de acceder a sus
cuerpos en ejercicio del derecho sexual masculino. Así, el parricidio habría sido precedido por
otro acto violento, la violación. El derecho político se origina en el derecho sexual masculino
o derecho conyugal, y éste último lleva en sí el germen de la violencia.
Para que una mujer, libre e igual como todo ser humano en el estado de naturaleza,
fuera sometida al poder de un hombre, debe haber mediado el ejercicio de la violencia que
desembocara en la derrota de la mujer y la formación de una “familia”. De este modo,
Pateman observa que las mujeres quedan sometidas al poder político absoluto del amo, y
que esta situación se verá posteriormente legitimada a través de la ley civil del derecho
patriarcal moderno en la figura del contrato matrimonial. Queda expresada así, la violenta
exclusión de las mujeres del contrato original:
sólo
hay
un
modo
en
que
las
mujeres,
que
tienen
el
mismo
estatus
como
individuos
libres
e
iguales
que
los
varones
en
el
estado
de
naturaleza,
quedan
excluidas
de
la
participación
del
contrato
social.
Deben
ser
excluidas
para
que
el
contrato
sea
sellado
pues
mujeres
racionales,
iguales
y
libres
no
acordarían
pactar
que
las
subordinasen
a
los
varones
en
la
sociedad
civil.
El
supuesto
debe
necesariamente
ser
que,
cuando
se
selló
el
contrato
social,
todas
las
mujeres
en
la
condición
natural
habían
sido
conquistadas
por
los
varones
y
eran
ahora
sus
subordinadas
(sirvientas).
Si
algunos
varones
habían
sido
igualmente
sometidos
y
eran
sirvientes
6
entonces
también
quedaban
excluidos
del
contrato
social .
Excluidas del pacto original por su condición de siervas en el estado de naturaleza, las
mujeres, en tanto no pactantes, no serán “individuos civiles”, es decir, no serán sujetos ni
libres ni iguales en el orden social y político inaugurado. Según el análisis de Pateman sobre
el contrato matrimonial, la situación de las mujeres en tanto siervas en el estado de
naturaleza, se traduce en la situación de esposas en la sociedad civil. Aquellos atributos que
5
Ídem, p. 43.
6
Ídem, pp. 70-‐71.
154
|
caracterizan a los individuos a los ojos de los teóricos del contrato, aparecen sexualmente
diferenciados de un modo evidente: son solamente los varones quienes los poseen; sea que
las mujeres han sido forzadas a subordinarse a los hombres, o sea que naturalmente carecen
de estos atributos y capacidades, según los distintos matices que desembocan en una misma
historia.
Que las mujeres, por no ser individuos, carezcan de la capacidad necesaria para formar
parte del pacto originario, no significa que queden incapacitadas para suscribir todo tipo de
contratos: Pateman expone la contradicción en la que incurren los contractualistas al afirmar
que las mujeres carecen de lo necesario para formar parte del pacto –originario– a la vez que
sostienen su participación en el contrato de matrimonio. La particularidad de este contrato
residiría en que no son dos individuos los pactantes, sino un individuo y una “subordinada
natural”. De este modo, el contrato original que da inicio a la sociedad civil, incorpora de
modo implícito el contrato sexual, desplazado en el relato de los contractualistas hacia el
contrato matrimonial, y la familia patriarcal que ya aparecía en el relato de la mayoría de los
7
contractualistas en el estado natural, se traslada a la sociedad civil.
La sociedad civil creada a partir del contrato original se divide en dos esferas que se
presentan como separadas y antagónicas: el ámbito de lo público y el de lo privado. El
ámbito de lo público será el reino de la ley civil que gobernará ese nuevo orden contractual de
ciudadanos/súbditos libres e iguales, mientras que el ámbito privado será visto por los
teóricos del contrato como natural, es decir, como no político, por lo que las relaciones que
caracterizan esta esfera serán de subordinación y se asentarán en el poder “natural” del
padre de familia. El espacio público-‐político aparece como un mundo masculino, mientras
que la esfera privada-‐natural se supone el lugar propio de las mujeres: “Las mujeres, sus
cuerpos y las pasiones corporales representan la «naturaleza» que debe ser controlada y
8
trascendida si el orden social ha de ser creado y mantenido” . Ahora bien, Pateman hace
hincapié en que ambas esferas se encuentran íntimamente relacionadas, y que no es posible
entender cabalmente la una sin la otra. El contrato original, en tanto social-‐sexual, crea
ambas esferas, y de ningún modo el derecho patriarcal queda confinado al ámbito de lo
privado. El derecho sexual masculino trasciende las permeables fronteras de las “relaciones
personales privadas” y se extiende a las relaciones políticas de la sociedad civil, ya que, en
7
Con la excepción de Hobbes. Cfr. HOBBES, Thomas, Leviatán
o
la
materia,
forma
y
poder
de
una
república
eclesiástica
y
civil. México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1998, capítulo
XIII, pp. 100-‐105. En este sentido, en la introducción a The
Disorder
of
Women, Pateman
afirma: “Hobbes es la excepción entre los teóricos del contrato. Proclama que en la
condición natural las mujeres son iguales a los hombres y gozan de la misma libertad. Sin
embargo, los comentarios sobre estos textos no han tenido nada que decir acerca de la
oposición entre Hobbes y los otros teóricos sobre este punto fundamental, o sobre la
importancia para sus teorías de esta notable diferencia en sus consideraciones sobre
hombres y mujeres”. PATEMAN, Carole, The
Disorder
of
Women. Cambridge, Polity Press,
1989, p. 5. La traducción es propia.
8
PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual. Op. cit., p. 142.
155
|
palabras de la autora: “La sociedad civil (como un todo) es patriarcal. Las mujeres están
sometidas a los varones tanto en la esfera privada como en la pública; por cierto, el derecho
patriarcal de los varones es el mayor soporte estructural que une ambas esferas en un todo
9
social” . Allí donde el contrato social narraba una historia de libertad, el contrato sexual
cuenta una historia de sujeción; allí donde parecía haber consentimiento, se erige la
subordinación.
EL
CONTRATO
SEXUAL
EN
NUESTRO
CONTEXTO
La aparición en 1995 de la traducción al castellano de este ya clásico de la teoría
10
feminista –7 años después de su publicación en inglés– influyó en los análisis en torno a la
ciudadanía, a la distinción público-‐privado y a la relación entre feminismo y liberalismo que
se venían realizando en el marco de la filosofía política feminista de habla hispana. En un muy
interesante texto introductorio a la versión castellana de El
contrato
sexual, Maria-‐Xosé Agra
Romero –una de las primeras en introducir la obra de Pateman en España– define el libro
como “un magnífico ejemplo de la contestación teórica que desde la crítica feminista se
11
dirige a la teoría liberal” ; un aporte, podríamos resumir, a los debates sobre la democracia y
la ciudadanía desde una premisa teórica insoslayable: la significación política de la diferencia
sexual.
En su lectura en clave feminista de la obra de Rousseau, la filósofa española Rosa Cobo
hace explícita mención al modo en que las reflexiones de Pateman han influido en su propio
trabajo. Muestra de ello son dos de las cuatro hipótesis que recorren su libro Fundamentos
del
patriarcado
moderno: “[e]l contrato social no es posible si previamente las mujeres no han
sido sujetadas mediante el contrato sexual” y “[e]l espacio público, como espacio de la
libertad y de la autonomía moral, no puede existir sin el espacio privado, como lugar de
reproducción de lo público y de sujeción de las mujeres mediante el contrato de
12
matrimonio” . Resulta particularmente interesante el modo en que la autora utiliza parte del
andamiaje conceptual de Pateman para poner en cuestión la muy arraigada idea de que uno
de los principales aportes de Rousseau a la teoría política ha sido la inexistencia de un pacto
de sujeción en su concepción de contrato
social, dada su argumentación en pos de la
democracia directa, su definición de voluntad
general
y su rechazo a la representación. Cobo,
siguiendo el análisis de Pateman, concluye que en Rousseau existe un pacto de sujeción en
forma de pacto patriarcal. La conformación de esa democracia patriarcal excluye a las
mujeres de la ciudadanía y las mantiene al margen de la vida política. En palabras de Rosa
Cobo: “Si aceptamos la tesis de Pateman, habría que decir que el pacto de sujeción
9
Ídem, p. 159.
10
Traducción de María Luisa Femenías revisada por María-‐Xosé Agra Romero.
AGRA ROMERO, María Xosé, «Introducción», en PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual,
op. cit., pp. VII-‐XVI, p. VII.
11
12
COBO, Rosa, Fundamentos del patriarcado moderno. Jean Jacques Rousseau. Madrid,
Ediciones Cátedra, 1995, p. 30.
156
|
rousseauniano se origina en el contrato sexual. La sujeción de las mujeres es así la condición
13
de posibilidad de la vida política democrática rousseauniana” . Como hemos argumentado,
la igualdad sólo alcanza a los sujetos del contrato –a los individuos– excluyendo a las mujeres
de estas categorías políticas. En este mismo sentido Cobo afirma: “La igualdad es un
elemento tan importante y decisivo dentro del modelo político rousseauniano que se erige en
14
condición de posibilidad de la existencia de la libertad” y por tanto, “[d]emocracia y
patriarcado son las dos nociones entre las que transita el pensamiento político de
15
Rousseau” .
Sin embargo, este análisis no la conduce en modo alguno a rechazar los postulados de la
Ilustración que inspiraran al filósofo ginebrino –tal como parece ser el caso de Pateman,
según retomaremos en breve–, sino que por el contrario, la lleva a argumentar a favor de la
universalidad sobre la que reposa esa razón ilustrada. Convencida, al igual que Celia Amorós,
16
Amelia Valcárcel, y otras exponentes del feminismo de la igualdad en España , que “[e]l
ideal de emancipación surgido en la Ilustración ha proporcionado los elementos de
17
legitimación en todas las vindicaciones de las mujeres” , de lo que se trataría es de
radicalizar el proyecto ilustrado, no de abandonarlo.
En consonancia con el desarrollo de lo que Carole Pateman ha denominado el “dilema
18
Wollstonecraft” , la filósofa Celia Amorós ya había planteado algunas de esas paradojas a las
que se enfrenta el feminismo al abordar los derechos de ciudadanía. Amorós distingue entre
el espacio
de
los
iguales –“el campo gravitatorio de fuerzas políticas definido por aquellos que
19
ejercen el poder reconociéndose entre sí como titulares legítimos del contrato social” – y el
espacio
de
las
idénticas –“las indiscernibles, pues en el ámbito de lo privado, de lo que no se
contrasta a la luz pública, nada se reconoce ni se discierne y toda emergencia no puede ser
20
sino adjetiva” . La paradoja que Amorós señala remite a que a la vez que el espacio público
13
Ídem, p. 204.
14
15
Ídem, p. 184.
Ídem, p. 195.
16
Sobre los debates entre el feminismo de la diferencia y el feminismo de la igualdad en
España véase AMORÓS, Celia, Tiempo
de
feminismo.
Sobre
feminismo,
proyecto
ilustrado
y
modernidad. Madrid, Ediciones Cátedra, 1997, pp. 415-‐460.
17
COBO, Rosa, Fundamentos del patriarcado moderno. Jean Jacques Rousseau. Op. cit., p.
261.
18
PATEMAN, Carole, The
Disorder
of
Women. Op. cit., pp. 195-‐204.
19
AMORÓS, Celia, «Espacio de los iguales, espacio de las idénticas. Notas sobre poder y
principio de individuación». Arbor, CXXVIII (1987), pp. 113-‐127, p. 121. Debemos aclarar que
esto no quiere decir que todos los varones tengan el mismo poder, sino que “reconocen al
menos la expectativas de otros posibles titulares que esperan su turno en tanto que
candidatos a un relevo siempre posible”. AMORÓS, Celia, Tiempo
de
feminismo. Op. cit., p.
429.
20
AMORÓS, Celia, «Espacio de los iguales, espacio de las idénticas. Notas sobre poder y
principio de individuación». Op. cit., p. 125.
157
|
como lugar privilegiado de aparición de la política se supone el ámbito de la abstracción y la
universalidad –un espacio de todos y todas–, la neutralidad con respecto al sexo-‐género se
traduce en realidad en un trato desigual hacia las mujeres. En tanto incorporadas a la
ciudadanía en un plano de desigualdad, las mujeres se ven arrojadas a otra de las paradojas
que atraviesa al feminismo: ante la evidencia de que la “abstracción” o la “universalidad” no
son tales, las mujeres tienen que recurrir a medidas de acción positiva para ser ciudadanas
plenas, ciudadanas en igualdad de condiciones. La filósofa española comparte aquí el
diagnóstico de Pateman: el problema reside en que las mujeres aun siendo ciudadanas, no
son consideradas individuos.
Amorós retoma la idea de fratría, de pacto fraterno en el sentido en que es presentado
por Pateman, para elaborar su análisis sobre el pasaje del Antiguo Régimen a la
conformación de un nuevo orden social luego de la Revolución Francesa. La autora presenta
en su libro Tiempo
de
feminismo un análisis sobre los pactos patriarcales que se llevan
adelante en el momento de la Revolución y un cuestionamiento a las paradojas de la
Ilustración. Y es aquí donde el análisis de Pateman y el de las autoras cercanas al feminismo
de la igualdad, parecen alejarse irremediablemente.
Pateman, en El
contrato
sexual, elabora una propuesta guiada por la idea de una
ciudadanía “sexualmente diferenciada”, en la que se reconozca a las “mujeres como
mujeres”,
con sus cuerpos y sus significaciones. Si el individuo, lejos de la neutralidad que pretende, se
construye a partir de una identidad masculina, “[l]as mujeres pueden obtener la condición
formal de individuos civiles pero un ser en un cuerpo femenino nunca puede ser «individuo»
21
en el mismo sentido que los varones” . La propuesta es clara: si “el individuo” es siempre
masculino, debemos dejar de lado la pretensión de universalidad y pensar en individuos
encarnados. Re-‐unir al individuo civil con su cuerpo sexuado en femenino o en masculino,
implica no sólo volver a subrayar la significación política de la diferencia sexual, sino, sobre
todo, representa un intento de dar cuenta del modo en que esa diferencia se expresa. La
igualdad civil, debería ser entendida entonces, “como expresión de la libertad de las mujeres
en tanto que mujeres, y no considerarla como una indicación de que las mujeres deben ser
22
precisamente como los varones” .
En contraste con estas afirmaciones, lejos de renunciar a la universalidad de la
ciudadanía, Amorós nos convoca a concluir de un modo diferente. Defensora ferviente de un
genuino vínculo entre el feminismo y la Ilustración, encuentra allí las raíces históricas del
primero, y apuesta por concebirlo como una “coherente radicalización del proyecto
23
ilustrado” . En este sentido, retoma las reivindicaciones igualitarias entendiendo a la
igualdad como una forma de relación entre individuos, diferentes entre sí, discernibles
unos/as de otros/as –en contraste con las nociones de identidad u homologación. Su llamado
21
PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual. Op. cit., p. 306.
22
Ídem, p. 315.
AMORÓS, Celia, Tiempo
de
feminismo. Op. cit., p. 323.
23
158
|
a la creación de pactos
entre
mujeres –para pasar de ser las
pactadas a ser sujetas
pactantes–
la aleja aún más del análisis de Pateman, ya que en lugar de rechazar la idea del pacto por
considerarlo expresión de relaciones de dominación, Amorós afirma que “si se tiene en
cuenta que las mujeres hemos sido, y en alguna medida, continuamos siéndolo, el objeto
transaccional de los pactos entre los varones, la práctica de tejer redes y pactos entre
24
mujeres aparecerá necesariamente como revolucionaria” . Así como los hombres saben
pactar entre ellos, las mujeres deberíamos, nos dice Amorós, educarnos en la cultura del
pacto y ponerlo en práctica.
Su propuesta será retomada también por la feminista mexicana Marcela Lagarde, quien
construye su noción de sororidad
sobre este llamamiento a pactar
con
otra/s. Lagarde ha
llamado escisión
de
género
al “extrañamiento entre las mujeres”, haciendo referencia a todo
aquello que pone distancia entre ellas y les impide (re)conocerse. La sociedad patriarcal
fomenta la competencia pues la solidaridad se presenta peligrosamente desestabilizadora.
Contra esto, Lagarde enarbola la idea de sororidad (sisterhood) como relación de amistad
entre mujeres, diferentes y pares, que aparece como necesariamente disruptiva puesto que
“implica la amistad entre quienes han sido creadas por el mundo patriarcal como
25
enemigas” .
Antes de finalizar, creo necesario señalar un sugestivo análisis que Cobo ofrece en su
libro Hacia
una
nueva
política
sexual, que da cuenta de la actualidad de la categoría acuñada
por Pateman para analizar la situación de las mujeres en nuestras sociedades. A partir de un
recorrido en el que nos invita a reflexionar sobre el multiculturalismo, la globalización y las
nuevas formas de violencia contra las mujeres, Cobo afirma que estamos en un proceso de
transformación en el cual viejas y nuevas estructuras sociales conviven entre sí, mezclándose
y haciendo muy difícil su identificación y análisis. “La dimensión más microsocial del contrato
sexual está modificándose en amplias zonas del mundo. No se está desmantelando por
completo, pero se están debilitando los vínculos jerárquicos entre hombres y mujeres en el
26
contexto del matrimonio y de las relaciones familiares y de pareja” , y es en este contexto
que la autora analiza lo que considera una “reacción patriarcal”.
Con respecto a las nuevas violencias patriarcales, centra su atención en los feminicidios
en Guatemala y Ciudad Juárez, las agresiones sexuales de pandillas en diversos países de
América Latina –particularmente de Centroamérica–, las redes globales de trata de mujeres y
los vínculos de esa economía criminal con la prostitución y el narcotráfico. Estas nuevas
formas conviven por supuesto con formas más tradicionales de violencia como los asesinatos
24
AMORÓS, Celia, La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias…para las luchas de las
mujeres. Madrid, Ediciones Cátedra, 2005, pp. 464-‐465.
25
LAGARDE, Marcela, «Enemistad y Sororidad: Hacia una nueva cultura feminista»,
Revista
Memoria
del
Cemos, vol. IV, núm 28 (1989), pp. 24-‐45, p. 43.
26
COBO, Rosa, Hacia una nueva política sexual. Las mujeres ante la reacción patriarcal.
Madrid, Catarata, 2011, pp. 141-‐142.
159
|
de mujeres por parte de (ex)parejas, que continúan mostrando cifras alarmantes tanto en
España como en América Latina.
Para interpretar estas transformaciones Cobo retoma una tesis de Celia Amorós que
sugiere que “una vez que se han roto las reglas del contrato sexual y del contrato social y ha
dejado de funcionar el derecho patriarcal fraterno, la mafia se apropia del imaginario
27
libertino: no hay reglas ni distribución pactada de mujeres” .
De lo que se trata entonces, es de reflexionar sobre las transformaciones que están
operando en las sociedades, identificar las nuevas estructuras materiales y simbólicas del
poder patriarcal, para elaborar nuevos análisis teóricos y estrategias colectivas que
desarticulen estas lógicas. Las feministas coincidimos en la imperiosa necesidad de
desarticularlas, el debate sobre el cómo, está servido.
27
Ídem, p. 172.
160
|
EN
TORNO
A
LA
GENEALOGÍA
DE
LA
LUCHA
FEMINISTA
CONTRA
LA
PROSTITUCIÓN
Eva
Palomo
Cermeño
INTRODUCCIÓN
Este trabajo quiere invitar a una reflexión acerca de la necesidad e importancia de
investigar el modo en que se ha conceptualizado la prostitución en la genealogía feminista.
La recuperación y reconstrucción de aportaciones fundamentales, olvidadas por la historia o
interpretadas desde un marco androcéntrico y a veces claramente misógino, contribuye
positivamente a comprender mejor los debates actuales en torno a la prostitución.
La primera mitad del siglo XIX y principios del XX constituyeron momentos clave para la
igualdad tanto en la esfera pública como en la privada. Por ello, nos centraremos en el
análisis de las ideas feministas correspondientes a las numerosas voces que denunciaron la
prostitución en el contexto del sufragismo británico: Josephine Butler, mediante su campaña
por la revocación de las Leyes de Enfermedades Contagiosas, el filósofo John Stuart Mill y las
propias sufragistas.
Igualmente importante y poco conocida es la aportación de la socialista Sylvia
Pankhurst, que durante la Primera Guerra Mundial denunció –como lo hizo su
contemporánea Alejandra Kollontai-‐ el negocio de la prostitución y la legislación que
culpabilizaba a las mujeres de la expansión de las enfermedades venéreas.
LA
LUCHA
DEL
FEMINISMO
BRITÁNICO
CONTRA
LA
PROSTITUCIÓN
EN
EL
SIGLO
XIX
La
campaña
de
Josephine
Butler
y
la
LNA
por
la
revocación
de
las
Leyes
de
Enfermedades
Contagiosas
La abolicionista Josephine Butler, elegida presidenta de la Ladies’
National
Association
for
the
Repeal
of
the
Contagious
Diseases
Acts
(LNA) en 1869, fue considerada por las
sufragistas como la ‘gran madre del feminismo moderno’. Además de visibilizar a la mujer
como sujeto político, denunció el negocio de la prostitución desde posiciones feministas,
desafiando el tabú victoriano que imponía un ‘pacto de silencio’ sobre todo lo relativo a la
sexualidad.
161
|
Siguiendo el ejemplo de otros países europeos, las Leyes de Enfermedades Contagiosas
(CD Acts) habían sido sucesivamente aprobadas por el Parlamento británico en 1864, 1866 y
1869, con el objeto de regular estatalmente la prostitución en las ciudades y puertos
militares, para controlar la expansión de las enfermedades venéreas que constituían en esta
época una grave epidemia. Se consideraba a las mujeres prostituidas como culpables de
contagiar a la población sana deteriorando así la salud de la ‘raza’.
La LNA atacó estas leyes como un ejemplo del doble rasero respecto a la moralidad, ya
que imponían el abuso y la culpabilización de las mujeres, para proteger la salud de los
hombres, a quienes no se les exigía ninguna prueba médica de su buen estado de salud
genital. Butler combatió ideas muy arraigadas, como la de que la prostitución era un mal
necesario debido a la naturaleza de la sexualidad masculina, o la que dividía a las mujeres en
‘castas’ y ‘no castas’ impidiendo la solidaridad entre ellas. Afirmó que las ‘necesidades’
sexuales de los varones estaban construidas socialmente y no biológicamente. Eran ellos los
responsables de crear la demanda de la prostitución, sin la cual no existiría ninguna oferta, y
de contagiar las enfermedades venéreas a sus esposas y a su descendencia. El manifiesto
contra las CD Acts, firmado por Josephine Butler y ciento cuarenta mujeres y publicado en
1870 en el Daily
News, recoge su posicionamiento al respecto:
“Estas leyes están en vigor en muchas de nuestras plazas fuertes y en los barrios que las
rodean. A diferencia de otras leyes relacionadas con enfermedades contagiosas que se
aplican igualmente a hombres y mujeres, éstas recaen exclusivamente en las mujeres,
mientras a los hombres se les exonera de toda responsabilidad y castigo. La ley va dirigida a
un grupo de mujeres, y para llegar hasta ellas se aplica a todas aquellas que residen en el
distrito. Cualquier mujer puede ser arrastrada hasta un tribunal, donde se la exige que pruebe
que no es una prostituta. El magistrado puede condenarla tan sólo con el juramento de un
policía que diga tener motivos para creer que lo es. Al policía no se le exige ninguna prueba
de lo que afirma, mientras la acusada debe rebatir la mentalidad de su acusador. Una vez
condenada, su sentencia es la siguiente: la humillación de someterse a una inspección
médica cada dos semanas durante doce meses, y si se niega, el encarcelamiento con o sin
trabajos forzados, primero durante un mes y luego hasta tres meses. Esta pena se repetiría
periódicamente a lo largo de su vida hasta que aceptase el examen médico. Muchas mujeres
acusadas falsamente y ante el temor a enfrentarse a un juicio público, han aceptado firmar
un acuerdo ‘voluntario’ con la policía para presentarse cada quince días a la citada revisión
médica. Las mujeres que para evitar la cárcel se han registrado como prostitutas pueden
desempeñar esta actividad con la autorización del Parlamento: y las casas donde ejercen y se
reúnen disfrutan de una total protección, como si se tratase de una iglesia o un colegio,
1
siempre que los médicos estén satisfechos con su estado de salud” .
1
PANKHURST, E. Sylvia, “Beware the CD Acts!”, en DODD, Kathryn (ed), The
Sylvia
Pankhurst
reader, Manchester, Manchester University Press, 1993, p. 66.
162
|
Algunos de estos argumentos fueron utilizados por las feministas para denunciar otros
aspectos ‘inevitables’ de la conducta sexual masculina que consideraban dañinos para las
mujeres, como el abuso infantil, el incesto, la violación o el acoso sexual.
En 1886, tras casi veinte años de intensa movilización social, las Leyes de enfermedades
contagiosas fueron revocadas por el gobierno liberal y la edad de consentimiento elevada
hasta los dieciséis años.
John
Stuart
Mill,
una
voz
feminista
en
el
parlamento.
En un ambiente de fuerte movilización social que, liderada por la feminista Josephine
Butler, estaba contribuyendo a cambiar la opinión pública sobre las CD
Acts, el Gobierno
británico convocó una comisión real de notables –formada por parlamentarios, clérigos y
científicos-‐ para analizar la cuestión y contar con mayor apoyo a su posición.
En 1870 el filósofo radical John Stuart Mill, autor de La
sujeción
de
la
mujer
–obra
fundamental para el pensamiento feminista del XIX-‐, fue convocado para expresar su opinión
sobre la polémica legislación. Mill se opuso a unas leyes que consideraba ilegítimas, ya que
conculcaban las libertades fundamentales de las mujeres. Ante el argumento de la necesidad
de proteger la salud pública, explicó que eran los varones usuarios de la prostitución los
responsables de contagiar la enfermedad a sus familias. Serían pues los hombres quienes
deberían someterse a exámenes médicos y responder ante la ley por ‘atentar’ contra la
población sana. Reivindicaba además para las esposas el derecho al divorcio de modo general
pero con mayor motivo si deseaban proteger su salud y la sus hijos.
El filósofo compartió con las sufragistas y con Josephine Butler una fuerte crítica a la
doble moral sexual, a la sujeción y explotación de la mujer en el matrimonio y en la
prostitución.
El
movimiento
sufragista
y
la
doble
moral
sexual
La lucha abolicionista contra lo que se interpretó como un intento de regular
estatalmente la prostitución, obtuvo el apoyo y el compromiso de mujeres relevantes dentro
del heterogéneo movimiento sufragista. Mujeres liberales, socialistas, religiosas, agnósticas,
ateas y librepensadoras compartieron una misma perspectiva respecto a la desigualdad de la
mujer en la institución matrimonial y la prostitución como formas de opresión de las mujeres.
Sus reivindicaciones no se limitaron a la lucha por el derecho al voto, sino que
cuestionaron todo un orden político, social, económico, cultural y moral. Muchas sufragistas
fueron conscientes de que quienes se oponían a sus demandas temían sobre todo que se
impusieran nuevos códigos de moralidad basados en la igualdad y la libertad de las mujeres.
Uno de los textos más representativos y controvertidos de la época fue escrito en 1913
por Christabel Pankhurst, la hermana de Sylvia Pankhurst y una de las líderes de la Unión
Social y Política de Mujeres. Este trabajo titulado The
Great
Scourge
and
How
to
End
It,
163
|
trataba el tema de la expansión de las enfermedades venéreas desde una perspectiva
feminista, en un momento histórico en el que existía una gran preocupación política por esta
cuestión desde el punto de vista de la salud pública. Pensamos que lo más polémico de su
texto fue el hecho de visibilizar el papel de los varones como responsables del
mantenimiento de la prostitución y la expansión de las enfermedades venéreas. Señalaba
Christabel Pankhurst cómo las esposas se encontraban en constante peligro de ser
contagiadas por sus maridos y el modo en que se las mantenía en un estado de ignorancia
acerca del contagio, la enfermedad y sus consecuencias. Escribió sobre este ‘pacto de
silencio’ entre varones, políticos, clérigos, médicos y maridos, que instrumentalizaban los
cuerpos femeninos, aún en detrimento de su integridad física y psíquica, en lugar de
considerar a las mujeres como seres humanos completos:
“Esposas inocentes son infectadas por sus maridos. Sufren enormemente y su salud
queda arruinada; pierden su capacidad de ser madres o dan a luz hijos enfermos, lisiados,
ciegos… pero nadie les explica el motivo de todo ello. Su médico y su marido les mantienen
ignorantes y ellas ni siquiera pueden protegerse del peligro futuro…”
“Es falso que la mujer tenga una naturaleza débil, sino que más bien se ve obligada a vivir
en unas circunstancias que la debilitan, como es el caso de la alta prevalencia de
enfermedades venéreas que atacan directamente la salud sexual y la vitalidad de las mujeres,
2
la carencia de ejercicio o la vestimenta poco saludable y poco higiénica…” .
SYLVIA
PANKHURST
Y
LA
DENUNCIA
DE
LA
PROSTITUCIÓN
COMO
EJEMPLO
DE
DESIGUALDAD
SOCIAL
Y
SEXUAL
La
Ley
de
Defensa
del
Reino,
Defence
of
the
Realm
Act
(DORA),
y
el
‘enemigo
interior’.
Durante la Primera Guerra Mundial, al igual que ocurrió durante la guerra de Crimea, las
autoridades militares y civiles británicas volvieron a acusar a las mujeres prostituidas de ser
las responsables de la expansión de enfermedades venéreas entre el ejército y, por tanto, de
atentar contra los intereses de la patria y la raza. Se consideraba un crimen moral y una
traición a su país en tiempos de guerra, ya que afectaba directamente a la eficacia de
desempeño de los soldados y al nacimiento de nuevos trabajadores, tan necesarios para
alimentar la maquinaria bélica. Se llegó a considerar, y así lo recoge la prensa de la época, a la
enfermedad venérea como el ‘enemigo interior’.
La Defence
of
the
Realm
Act
(1914), conocida como DORA y retirada al finalizar la guerra,
prohibía y castigaba cualquier pronunciamiento hablado o escrito o conducta que pudiese
causar ‘desafección’ o alarma entre el Ejército o la población civil en tiempos de guerra. Su
regulación 35c, bastante ambigua en su redacción, permitía a la policía controlar o regular la
2
PANKHURST, Christabel, The
Great
Scourge
and
How
to
End
It, London, WSPU, 1913.
164
|
presencia de quienes perjudicaran la eficiencia de aquellos que manejaban armas de guerra.
No se mencionaban las palabras ‘mujeres’ ni ‘prostitutas’, pero se detenía a muchas bajo este
epígrafe. Avanzada la guerra, las autoridades decidieron explicitar estos ‘delitos’ en la
regulación 40d. Se hablaba claramente de prevenir la expansión de las enfermedades
venéreas en las Fuerzas Armadas y se prohibía a las mujeres infectadas mantener relaciones
sexuales con miembros del ejército, así como ‘invitar’ a estos a mantenerlas. En numerosas
ciudades se establecieron medidas como el toque de queda para mujeres, habitualmente
desde las 7 de la tarde hasta las 8 de la mañana. Las mujeres eran detenidas al menos
durante una semana y sujetas a exámenes médicos con o sin su consentimiento. Podían
elegir ser examinadas por el médico de la prisión o por otro médico.
Diversas organizaciones apoyaron estas medidas. Es el caso del National
Council
of
Public
Morals (NCPM) o el National
Council
for
Combating
Venereal
Disease (NCCUD). Otras, como la
National
Vigilance
Association (NVA), compartieron el planteamiento pero se mostraron más
partidarias de reformar a las mujeres que de castigarlas. La Association
of
Moral
and
Social
Hygiene (AMSH) exigieron, en cambio, la retirada de la ley.
Frente a estas posiciones, gran parte de las organizaciones feministas se opusieron
abiertamente a la sección 40d de la DORA. La guerra dividió al movimiento sufragista y no
todas las organizaciones rechazaron igualmente estas medidas contra las mujeres.
Especialmente críticas fueron la Women’s
Freedom
League (WFL) y su líder Charlotte
Despard, o la East
London
Federation
of
Suffragettes (ELFS), más tarde la Woman’s
Suffrage
Federation (WSF), liderada por la socialista Sylvia Pankhurst. Estas voces se pronunciaron en
contra de los exámenes médicos obligatorios a las mujeres detenidas, que vulneraba las
libertades más elementales y del hecho de que se aplicase la ley solamente a las mujeres y no
a los hombres, obviando la responsabilidad de los varones en la transmisión de las
enfermedades venéreas a sus familias y a la sociedad en general. También plantearon la
incoherencia de acusar a las mujeres de un crimen legal -‐el de transmitir estas enfermedades-‐
, cuando la ley no reconocía sus derechos de ciudadanía. ¿Cómo podría una mujer casada
acusar a su marido de haberle contagiado a ella y a sus hijos? Denunciaron que esta
regulación suponía una vuelta a las CD
Acts, tan combatidas en el siglo XIX por las feministas,
y que por otro lado, representaba un nuevo intento por parte del Estado de reglamentar la
prostitución siguiendo el ‘modelo francés’ de burdeles legales con certificados de las
instituciones sanitarias que aseguraran el ‘buen estado de la mercancía’.
También desde la izquierda hubo protestas significativas, ya que estas medidas
afectaban especialmente a las libertades y condiciones de vida de las mujeres de la clase
trabajadora, ejerciesen o no la prostitución.
165
|
La
prostitución
en
el
compromiso
político
de
Sylvia
Pankhurst
“’La mujer es solidaria’ fue la consigna de Josephine Butler. Sintamos estas palabras
como una auténtica verdad”3.
Frente a las políticas contra el ‘enemigo interior’, la población luchaba por sobrevivir a la
pobreza y a la restricción de sus libertades en ese ‘frente interior’ que tan
pormenorizadamente describió la sufragista y socialista Sylvia Pankhurst en su obra The
4
Home
Front. Activistas de organizaciones de izquierda y feministas sufrieron arrestos y
encarcelamientos bajo la ley DORA por su militancia contra la guerra y por la denuncia de las
injustas medidas económicas y políticas aprobadas por el gobierno británico en estos años.
Sylvia Pankhurst escribió acerca de las consecuencias de la guerra sobre las condiciones
de vida de las mujeres trabajadoras en el contexto bélico y de la discriminación de la que
fueron objeto como mujeres y como trabajadoras, en el ámbito privado y en el público. Como
asalariadas mal pagadas en fábricas y talleres en condiciones de insalubridad e inseguridad
extremas, como madres solteras sin recursos, como esposas de soldados en el frente,
constantemente acosadas por la policía, cada vez más mujeres y niñas recurrían al mercado
de la prostitución intentando sobrevivir.
Sylvia Pankhurst mantuvo una perspectiva abolicionista. Fue heredera de la tradición
liberal más radical, tanto laica como religiosa, de pensadores y reformadores sociales del
siglo XIX que denunciaron la falta de derechos y libertades de las mujeres, reivindicando su
estatus como ser humano completo y autónomo y como ciudadana. Compartió gran parte de
las posiciones críticas del filósofo John Stuart Mill y de la feminista Josephine Butler respecto
al matrimonio, a la doble moral sexual y a la prostitución. También lo fue de la amplia
tradición socialista del XIX, que desde Flora Tristán y gran parte del socialismo utópico -‐
Fourier, Saint Simon…-‐, hasta los máximos exponentes del socialismo marxista –Marx,
Engels, Bebel, Zetkin, Kollontai…-‐, mantuvo casi sin fisuras una posición abolicionista.
Pankhurst asumió los planteamientos del ya citado Manifiesto
de
las
Mujeres, firmado en
1869 por destacadas feministas y profesionales, como Josephine Butler, Elizabeth
Wolstenholme-‐Elmy, Harriet Martineau, Lydia Becker, Mary Carpenter o Florence
Nightingale, reproduciéndolo en su periódico, The
Woman’s
Dreadnought, en 1914.
Este debate contribuyó a desenmascarar la banalidad y el cinismo con que
habitualmente se trataban estos temas, y a cuestionar la doble moral sexual imperante. Para
ella se trataba de un nuevo ataque a los derechos de las mujeres al igual que tantos otros,
5
como fue el caso de la persecución de las esposas de los soldados .
3
DODD, Kathryn, The
Sylvia
Pankhurst
reader, Manchester, Manchester University Press,
1993, pp. 66-‐67.
PANKHURST, E. Sylvia, The
home
front:
a
mirror
to
life
in
England
during
the
World
War,
London, Hutchinson, 1932.
4
5
Op. Cit., pp. 96-‐101.
166
|
En su artículo What
Do
the
Politicians
Propose?,
criticó el abordaje ineficaz y misógino de
la profesión médica respecto al tratamiento de las enfermedades venéreas. Mientras que las
autoridades sanitarias, para proteger a los varones, se centraban en el control de la salud
genital de las mujeres ‘sospechosas’, se mantenía a las mujeres ‘respetables’ en la más
absoluta ignorancia acerca de la salud sexual, ya fuesen solteras o casadas. No se podía
tolerar que una mujer rechazase a un futuro esposo por este motivo o que una mujer casada
se negara a seguir manteniendo relaciones sexuales con el marido infectado o incluso se
planteara divorciarse y no tener más hijos. Era habitual que los médicos, en complicidad con
los maridos, se negasen a informar a las esposas diagnosticadas de sífilis sobre su estado, aún
sabiendo que el desconocimiento tendría como resultado traer hijos enfermos al mundo. En
el mismo artículo insistió en la necesidad de luchar por cambios legislativos:
“¿Qué proponen los políticos?... ¿Podemos esperar acabar algún día con la trata de
blancas y con la prostitución, mientras el salario medio de las mujeres sea tan bajo que les
resulte imposible cubrir las necesidades básicas para vivir decentemente, mientras la
prostitución sea el ‘gremio’ en el que menos impedimentos existen para entrar, y comprar a
una joven resulte más barato que comprarse un abrigo? La única manera de poner fin
realmente a la expansión de las enfermedades venéreas es hacer que resulte imposible por
ley comprar mujeres para la trata y la prostitución… Dicen que en las calles de Londres hay
unas 80.000 prostitutas... ¿Cuándo aceptarán los políticos que las mujeres asalariadas deben
6
contar con el arma del derecho a voto para poder obtener así una seguridad económica?”
Sylvia Pankhurst abogó por un modelo de coeducación en las escuelas que tratase la
sexualidad en general, y especialmente todo lo concerniente a la salud sexual y reproductiva.
También propuso que los ayuntamientos asumiesen difundir información acerca de la
prevención y tratamiento de las enfermedades venéreas.
Estaba convencida de que la abolición de la prostitución no solamente sería beneficiosa
para las mujeres, sino también para los hombres. Aunque invocaba razones de salud, así
como la responsabilidad moral de no transmitir enfermedades venéreas a otras personas, se
centró en destacar que las relaciones afectivas entre personas iguales y libres eran las que
mayor felicidad procuraban al ser humano.
CONCLUSIONES
Durante la etapa histórica descrita, las mujeres fueron consideradas como las
‘guardianas de la moral’. Visibilizadas o invisibilizadas según conviniese a los intereses
patriarcales del poder, eran las responsables de lo que, en todo caso, tendría que ser asumido
por la sociedad en su totalidad. Hoy en día las mujeres continúan cargando con el peso de
mantener las tradiciones, la identidad cultural, la moralidad y cuantas consecuencias
‘negativas’ para la sociedad presenten los más variados cambios sociales.
6
PANKHURST, E. Sylvia, “What do Politicians Propose?”, en Woman’s
Dreadnought, nº 8 de
marzo de 1914.
167
|
El modo en que la ley y gran parte de la sociedad abordó el tema de la prostitución nos
revela hasta qué punto se aplicaba el doble rasero en cuanto a la moral sexual. Frente a la
idea de la prostitución como algo ‘natural e inevitable’, un ‘mal menor’ y un derecho de los
varones, la primera ola feminista compartió, a pesar de su heterogeneidad, una visión de la
prostitución como forma de explotación y opresión de las mujeres, que debía ser abolida en
una sociedad de personas iguales. Existía el convencimiento de que, tal como ha señalado la
filósofa Ana de Miguel, se trata de una verdadera escuela de desigualdad humana.7
El estudio de estos movimientos, además de ser una aportación fundamental a los
debates actuales en torno a la prostitución, fortalecen el necesario diálogo entre el presente
y el pasado y muestran como ciertas concepciones que permanecen arraigadas en la
sociedad, son difíciles de cambiar y aún perduran en nuestros días. Finalmente, no podemos
evitar preguntarnos por qué estos planteamientos y luchas han sido tan silenciados, en unos
casos, o banalizados y oscurecidos por el velo de la confusión, en otros.
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7
DE MIGUEL, Ana, “La prostitución de mujeres, una escuela de desigualdad humana”,
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Fundamentales, nº 19, 1 semestre (2012), pp. 49-‐74.
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169
|
PATRIARCADO,
DESIGUALDAD,
PROSTITUCIÓN
Mª
Dolores
Delgado
Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Y
BREVE
APUNTE
HISTÓRICO.
El trabajo que presentamos a continuación forma parte de una investigación más amplia
realizada en Lanzarote y que ha sido presentada como Trabajo fin de Máster en el Máster
Universitario de Estudios Interdisciplinares de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de
Madrid. El estudio se llevó a cabo desde un marco teórico donde se analiza la ideología de la
prostitución, cómo se ha fundamentado, naturalizado y normalizado su utilización, y a
través de un trabajo de campo realizado con consumidores de prostitución femenina y de
drogas.
Las razones que me llevaron a investigar este tema fueron, la necesidad de comprender
el uso de la prostitución y las situaciones de desigualdad que ocasiona. El objeto de estudio
han sido los hombres, ya que ellos son los puteros y los que a cambio de dinero reproducen y
mantienen vivas estas situaciones.
El objetivo general de esta investigación ha sido conocer y profundizar, en las causas que
llevan a los hombres de todas las edades, a comprar servicios de prostitución, en una
sociedad avanzada, formalmente igualitaria y tolerante con las relaciones sexuales. Es
importante señalar que ya no vivimos en una sociedad que reprime la sexualidad. Podemos
ver que la idea de que “sexo es salud” figura como publicidad hasta en la portada de los
diarios etiquetados como “conservadores”. La mayor parte de las prácticas sexuales ya no
vienen acompañadas de sanciones sociales. Al igual hay una industria del sexo
multimillonaria, que se basa fundamentalmente, en el principio de que cualquier hombre
puede comprar y tener acceso al cuerpo de las mujeres.
¿Qué es la prostitución? La reconocida politóloga Carole Pateman sostiene que “la
prostitución es parte del ejercicio de la ley del derecho sexual masculino, uno de los modos
1
en que los varones se aseguran el acceso al cuerpo de las mujeres” . Asimismo, y entre
nosotras, la feminista Ana Ordoñez, presenta varias definiciones, por ejemplo, “kathleen
Barry, define la prostitución como la principal forma de violencia masculina contra las
mujeres, al igual, apunta como Carole Pateman plantea que toda la prostitución puede verse
1
PATEMAN, Carole, El
contrato
sexual. Barcelona, Anthropos, 1995. pp. 267
170
|
como una forma de subordinación de las mujeres a los varones, que es precisamente lo que
2
se compraría” .
La prostitución ha estado siempre legitimada a lo largo de la historia. Entre otras
instituciones la Iglesia Católica ha sido una de las que la avalaron con su teoría del “mal
menor”. Se inculca la idea que ha sido el oficio más antiguo del mundo. Siempre se ha
considerado como algo inevitable, ligado a la naturaleza de los hombres, con lo que se ha
cuestionado la posibilidad de considerarlo un fenómeno social, ligado a la desigualdad entre
mujeres y hombres.
Las primeras críticas sobre esta opresión se hicieron desde el feminismo del Siglo XIX.
Feministas, anarquistas y socialistas, fueron muy críticas con la prostitución, porque la
consideraban una forma de opresión extrema. Evidenciaron la doble moral de la sociedad
Victoriana, y se enfrentaron con coraje a las instituciones del momento.
En el siglo XIX, el capitalismo industrial empeora si cabe, la situación para las mujeres
pobres. La escritora y pensadora feminista Flora Tristan en su obra Paseos
por
Londres, en su
capítulo “mujeres públicas” nos relata con crudeza su experiencia al visitar los burdeles que
frecuentaba la clase alta inglesa pero en los que las prostituidas procedían de las clases más
bajas “Las muchachas nacidas en la clase pobre son empujadas a la prostitución por el
hambre, las mujeres son excluidas de los trabajos del campo y cuando no son ocupadas en las
3
manufacturas, no tienen otro recurso de vida sino la servidumbre y la prostitución” .
En la calle, Josephine Butler lideraba el movimiento feminista. Estaba comprometida con
varias causas sociales, como la esclavitud, el voto de las mujeres y la prostitución. Se acercó
al problema y conocía los burdeles. Butler y sus compañeras se manifestaban en contra de la
legalización de la prostitución, en una sociedad donde el Estado por un lado negaba derechos
a las mujeres y por otro las ofrecía para el uso masculino. La filósofa Ana de Miguel y Eva
Palomo, escriben en un artículo sobre la lucha feminista contra la prostitución, “la situación
de servidumbre y peligro a la que estaban expuestas las obreras en el espacio público, “ser
mujeres públicas”, constituía algo normal y natural, para los hombres de clases medias y
4
altas, mientras predicaban el enclaustramiento en la esfera privada para sus esposas e hijas” .
Las prácticas sexuales y la moral sexual de nuestra sociedad, han cambiado
profundamente respecto a la del siglo diecinueve. Y sin embargo, las cifras de la prostitución
y el tráfico de mujeres no hacen más que aumentar. La prostitución, hoy como ayer tiene
relación directa con la pobreza y la división de clases, al igual tenemos que ver como las
2
ORDÓÑEZ GUTIÉRREZ, Ana Luisa, Feminismo y Prostitución: Fundamentos del debate
actual en España, Oviedo, Trabe, 2006 pg. 152
3
TRISTAN, Flora, Mujeres públicas”, en Flora
Tristán.
Antología, Madrid, Los Libros de la
Catarata, Introducción de A. de Miguel y Rosalía Romero 2002.
4
DE MIGUEL, Ana, Y PALOMO, Eva, «Los inicios de la lucha feminista contra la
prostitución: políticas de redefinición y políticas activistas en el sufragismo inglés» en
Brocar
nº 35, (2011), pg. 323-‐342.
171
|
mujeres a través de la historia se han visto abocadas y obligadas a prostituirse porque no han
tenido otras opciones. El hecho de ser mujer ha sido el factor de riesgo, la sociedad patriarcal
ha marcado el sendero que deben seguir las mujeres.
IDEOLOGÍA
DE
LA
PROSTITUCIÓN
Para hablar sobre prostitución, tenemos que empezar hablando de sexualidad. El
filósofo Michel Foucault ha fundamentado en sus obras cómo el sexo es construido por las
5
prácticas y los discursos, es decir, lo que denomina “dispositivo de la sexualidad” . Se aplicará
al cuerpo, a los comportamientos y a las relaciones sociales, con el objetivo de influir y guiar
al conjunto de la población. Supone que la sexualidad se construye a través de los discursos
realizados por las instituciones que representan el poder, con la finalidad de insertar y
extender su control a la sociedad en general. El planteamiento de Foucault, es el siguiente, la
sexualidad es un constructo. El poder, no reprime la sexualidad, lo que realiza es la
confección de las reglas, formula lo que se acepta y se permite, o por el contrario, lo que es
desviado y en consecuencia se rechaza. La sexualidad se declara y crea dependiendo de las
normas, de la institución que represente el poder, es decir, la sexualidad está politizada.
Retomamos la idea de la escritora feminista Kate Millet, “lo personal es político”, sostiene
que “subsiste el dominio entre los sexos, que el sexo es una categoría social que está
impregnada de política, entiende por política las estratagemas destinadas a mantener el
6
sistema” . Existe una relación entre política y control general de una colectividad sobre otra.
Las relaciones de poder tienen el objetivo de mantener el control de unos sobre otras. Las
relaciones de dominio están ocultas por las costumbres sexuales, según Millet. Afirma, que
"la política sexual, es objeto de aprobación en virtud de la socialización de ambos sexos,
7
ajustándose a las normas fundamentales del patriarcado ”. Descubre la trama del sistema
patriarcal, como un sexo se beneficia económicamente, sexualmente y psicológicamente,
mientras el otro, las mujeres, quedan aisladas del sistema.
Diferentes autoras han teorizado y evidenciado sobre cómo se ha configurado la
sexualidad en relación al deseo masculino. De igual forma han introducido la cuestión de la
sexualidad femenina. Una de las teóricas que más han reflexionado sobre el binomio
sexualidad y poder es C. Mackinon. Ha diferenciado como se ejercita la sexualidad
dependiendo de los efectos del poder. Sostiene que la masculina adopta la forma social de lo
que los hombres, como género, desean sexualmente. Al igual que “la mujer está definida por
lo que el deseo masculino requiere para su excitación y satisfacción y ésta es socialmente
8
tautológica con sexualidad femenina y el sexo femenino” . A través de mensajes repetitivos
5
Foucault, Michel, Historia
de
la
sexualidad I, La
Voluntad
de
Saber, Madrid, Siglo XXI, 1978.
pg, 45.
6
K.Millett, Política
Sexual, Madrid, Cátedra, 2010, pg. 57.
7
Ibid, pg 35
MACKINNON, Catharine, «Toward a Feminist Theory of the State », Harvard Univesrsity
Press, Cambridge, (1989), pp. 127-‐154, pp. 14.
8
172
|
son transmitidos los comportamientos que formaran parte del imaginario de las mujeres.
Dichos mensajes estarán formados en base a las exigencias masculinas.
Ya en este punto queda la evidencia de que siendo los hombres los que han detentado el
poder, la sexualidad que se ha construido es la masculina. Forma parte de ella las normas,
como se experimenta y expresa. Mackinnon afirma, “se trata la sexualidad como un
constructo social de poder masculino: definido por los hombres, impuesto a las mujeres y
9
constituyente del significado de género” . Por consiguiente la cuestión es, ¿Qué relación
tiene la sexualidad con el poder y la opresión de las mujeres?. Todo está orientado y
justificado para que el hombre pueda cubrir sus posibles necesidades sexuales. Para ello se
les ofrece un amplio mercado de mujeres donde poder elegir.
Cuando hablamos de prostitución, estamos hablando de sexualidad masculina, ya que la
mayoría de los consumidores son hombres y las que proveen son mujeres, está totalmente
relacionada con la desigualdad de género. Aunque algunos hombres se prostituyan, al igual
que los transexuales, no podemos dejar de ver que los que compran sexo son ellos. La
prostitución ha sido creada por el patriarcado para ejercer su dominación sobre las mujeres,
el poder de unos sobre el de otras.
Pensamos que la prostitución esta unida al género, no podemos imaginarnos a hombres
y a mujeres ejerciéndola en las mismas condiciones. Los hombres prostitutos tendrían que
sufrir el tráfico o la trata, estar casi desnudos en la calle esperando a que las mujeres
compraran sus cuerpos, que los utilizaran de la misma manera, sufrirían la violencia que
tienen que soportar tantas mujeres en su misma situación, tendríamos que asistir por
ejemplo a la compra de la virginidad de los niños incluyendo actos sexuales con menores,
como hacen miles de hombres procedentes de todos los países cuando van a Tailandia.
Como hemos afirmado la demanda de prostitución es claramente masculina, por lo
general las mujeres no encontramos placer en este tipo de relaciones. Como nos refiere la
filósofa Ana de Miguel, las mujeres no encuentran placer en tener relaciones sexuales con
quienes se encuentran en una situación de clara inferioridad, y además, no las desean en
absoluto, añade una realidad “hay que reparar en que las teóricas posmodernas y queer que
defienden la prostitución, lo que defienden es que las mujeres sean putas no que las mujeres
10
vayan de put@s” .
La escritora feminista Beatriz Gimeno afirma, “las mujeres no quieren dominar a los
hombres, ni humillarlos, por mucho que algunos hombres ocupen posiciones aparentemente
subordinadas, es imposible desempoderarles sexualmente del todo. Hay una parte del poder
11
que los hombres, como género, siempre conservan” .
9
Ibid, pg 15
A. DE MIGUEL, " La prostitución de mujeres, una escuela de desigualdad humana",
Revista
Europea
de
Derechos
Fundamentales, Nº 19/1er Semestre 2012. pg.53.
10
11
GIMENO, Beatriz, La
prostitución. Barcelona, Bellaterra, 2012, pp. 233.
173
|
Un debate estrechamente relacionado con el tema de la prostitución es el que se ha dado
dentro del movimiento feminista en torno a la pornografía. Las feministas estaban en contra. En
los años sesenta y setenta, algunas quemaban revistas pornográficas en actos simbólicos de
protesta, pero es a partir de los años ochenta cuando la tendencia cambia, empezarán a salir
voces defendiendo la pornografía, todo ello promovido e influenciado por el movimiento gay.
En la actualidad, cualquier persona tiene acceso a la pornografía, independientemente de
la edad, gracias a internet. La red ha facilitado no solo los contactos, que cada vez son más
fáciles y anónimos, también colaboran en dar publicidad a la industria del sexo. La juventud
aprende que las relaciones sexuales son como nos presenta el cine pornográfico. Asumen las
desigualdades entre mujeres y hombres, con total normalidad y sumisión. Las mujeres son
simples objetos al servicio de los hombres que son los que dominan.
La industria del sexo nos presenta como un valor superior, la disposición que puede tener
una mujer a desnudarse, eso la hará sentirse libre y poderosa, y las jóvenes no piensan que
sirven al patriarcado cuando lo hacen. Una chica que realiza estriptease afirma, “los hombres
que están allí son personas respetables, llevan traje y tienen una cuenta corriente en el banco.
12
Las mujeres no son respetables, están desnudas y tienen deudas” .
La activista Mackinon expone que la pornografía nos presenta el sexo que desean los
hombres, es decir, muestra el mundo como ellos lo ven. Piensa que cuando se es cosificada
sexualmente, se impone un significado social para ser utilizada en el sexo. Afirma que la
desigualdad de género se vuelve tanto sexual como socialmente real. Nos presenta el papel de
las mujeres en la pornografía como accesibles, disponibles, poseíbles para los hombres, de
cualquier edad, físico y profesión. Sostiene que “cada transgresión en el porno se vuelve
sexualidad, sexi, entretenida y liberadora de la verdadera naturaleza de las mujeres en la
13
pornografía” .
Como hemos podido comprobar las redes sociales, la televisión y el cine, se encargan de
transmitir el mensaje machacón de la industria del sexo, cualquier mujer que muestre su cuerpo,
puede conseguir lo que se proponga. La escritora Natasha Walter expone, como la imagen
exportada por esta industria afecta a todas las mujeres, ya que el mercado está adoptando y
reforzando un determinado comportamiento. Como consecuencia, la dificultad que tienen
muchas jóvenes, para encontrar algún espacio en el que se reivindiquen, otras visiones de la
sexualidad femenina y otras manifestaciones de su poder. Afirma que “al apropiarse esta
industria del discurso de la libre elección y la liberación, la realidad se deforma e impide ver
14
hasta que punto estas supuestas elecciones pueden significar una limitación” .
12
WALTER, Natasha, Muñecas
vivientes.
El
regreso
del
sexismo, Madrid, Turner Noema,
2010, pg. 67.
13
MACKINNON, Catharine, «Toward a Feminist Theory of the State », Harvard Univesrsity
Press, Cambridge, (1989), pg. 127-‐154.
14
WALTER, Natasha, Muñecas
vivientes.
El
regreso
del
sexismo, Madrid, Turner Noema,
2010, pg. 53.
174
|
En este punto quizá la pregunta sería, ¿es cierto que las mujeres somos libres, poderosas y
hemos conseguido la igualdad real?. Aunque se ha avanzado, las mujeres siguen sin ocupar
cargos de poder, continúan sufriendo violencia machista y son agredidas sexualmente, lo hemos
podido observar en las primaveras árabes, al igual que en las fiestas de San Fermín.
La crítica de cine Pilar Aguilar nos apunta como en el cine se crea un mundo ficcional solo de
hombres, donde únicamente ellos interesan, donde dentro de ese imaginario masculino las
mujeres como personas no les importan, cito textualmente " Por eso su mirada sobre ellas es
una mirada que las cosifica, que las convierte en meros receptáculos del placer ajeno, una
mirada que no las ve y cuyo objetivo es complacer al varón. Una mirada que las construye, en
15
suma, como seres prostituidos" .
RESULTADOS
DEL
TRABAJO
DE
CAMPO.
En la parte empírica del estudio, la muestra ha sido por un lado, hombres que consumen
drogas y usan prostitución, y por otro, personas con conocimientos de igualdad de
oportunidades y prostitución, o que tienen relación por el trabajo que desempeñan.
1.
Resultado
del
cuestionario
realizado
a
hombres
prostituidores.
La muestra está representada por seis hombres de cualquier edad, que usan prostitución y
consumen drogas.
1.1.
Edad
y
nivel
de
estudios.
Las edades están comprendidas entre los 25 y los 50 años. El nivel de estudios, podemos
encontrar uno que no tiene el graduado escolar, uno que tiene el gradado escolar, uno con
estudios de grado medio y dos con estudios universitarios. No podemos establecer un perfil fijo
en relación a estos datos ya que como podemos ver es variable. Los hombres que consumen
drogas y prostitución, pueden ser de todas las edades y tener cualquier nivel de estudios.
1.2.
Creencias
sobre
sexo.
A la pregunta de si tienen relaciones sexuales satisfactorias, cinco de los seis, responden
que algunas veces. Sin embargo tres de los mismos, afirman que las relaciones mantenidas con
mujeres prostituidas tampoco les resultan satisfactorias a veces. Otros tres responden que con
prostitutas si tienen buenas relaciones o muy buenas. Tres responden que les cuesta establecer
relaciones sexuales, y tres que no tienen ningún problema a la hora de relacionarse
sexualmente.
15
AGUILAR, Pilar, «La prostitución en el cine: una historia de agitación y propaganda en
Prostitución.
Ataque
directo
a
los
derechos
humanos» Comisión de Violencia del CELEM,
Madrid 2010: Coordinadora Española para el Lobby Europeo de Mujeres, pg. 9-‐30.
175
|
Otra de las preguntas ha sido que si mujeres y hombres tenemos diferentes apetencias
sexuales, la contestación ha sido, cuatro piensan que si y dos que no, que tenemos las mismas.
Los que afirman que si es diferente la apetencia sexual, lo creen basándose en estereotipos de
género, como que los hombres “tienen mas ganas siempre”. Al igual a cinco de los
entrevistados les parece bien o muy bien la compra de sexo a través de la prostitución, solo a
uno le parece regular. Cinco de los entrevistados no se sienten culpables, después de haber
pagado por tener sexo. La utilización de la prostitución podría ser consecuencia de las creencias
estereotipadas y sexistas de los entrevistados.
1.3.
Opinión
y
motivos
sobre
el
uso
de
la
prostitución.
La prostitución para cinco es buena o muy buena, para uno es regular. Los motivos por los
que acuden a comprar sexo son, dos por diversión/ocio, uno porque busca compañía, dos
porque no tienen relaciones sexuales, dos porque buscan nuevas experiencias, dos porque
buscan demostrar su virilidad y dos porque pueden realizar practicas que no podrían realizar con
su pareja. A la pregunta ¿que es lo que más les gusta de la prostitución?, tres responden que
ellas hacen lo que ellos les dicen sin protestar, que ellos son los que mandan porque pagan, uno
apunta que copia del cine porno todas las fantasías. Una de las principales conclusiones que
podemos obtener es que usan la prostitución para imponer su voluntad, y para ejercer prácticas
que no pueden realizar con su pareja. Podemos concluir que el uso de la prostitución se
entiende, como un servicio más que la sociedad ofrece al sexo masculino.
1.4.-‐
Opinión
sobre
las
mujeres
prostituidas.
A la pregunta sobre el tipo de mujeres que buscan, salvo a uno de los entrevistados que le
gustan las españolas, a los cinco restantes les gustan sudamericanas y de Europa del Este.
Cuatro opinan que la prostitución es como un trabajo cualquiera, uno que no lo es y otro no
opina. La contestación a la pregunta sobre que creen que piensa la prostituta contestan, cuatro
que es solo un trabajo, y otros cuatro opinan que disfrutan realizando este trabajo. En cuanto a
las causas por las que se prostituyen, uno opina que es por tener insuficiencia de ingresos
económicos, cuatro creen que es un trabajo fácil, y dos piensan que les gusta tener relaciones
sexuales. Las contestaciones obtenidas están encaminadas a normalizar el uso de la
prostitución, “es un trabajo fácil…, ellas disfrutan…”.Así mismo podemos ver la importancia en
la variedad, este dato nos puede acercar a entender el porqué las mujeres prostituidas van
recorriendo los distintos prostíbulos, a lo largo de esta investigación lo hemos podido
comprobar, nunca están las mismas chicas, siempre hay mujeres nuevas.
Al igual tiene importancia destacar, la creencia que tienen los prostituidores del disfrute
sexual de la mujer prostituida, cuando tienen relaciones sexuales con ellos. En consecuencia
mantienen la creencia de que en el sexo de pago, se produce intercambio de placer. Por
consiguiente creen que las mujeres prostituidas están liberadas sexualmente, pero por supuesto
desde una óptica masculina.
176
|
2.
Resultado
de
las
entrevistas
en
profundidad.
A la pregunta, ¿Por qué usan los hombres prostitución?, El convencimiento es unánime, la
prostitución es la manifestación mas extrema de la utilización del cuerpo de las mujeres. Estas
pierden la identidad, el valor, el poder y el control. Es un producto de la sociedad patriarcal, y existe
una educación para que las mujeres no existan como personas. La sociedad en general piensa, que
la prostitución ha existido siempre, que los hombres tienen unas necesidades sexuales que son
biológicas. Dicha sexualidad es hedonista y no afectiva, responde a sus deseos, que además
quieren complacer en el acto. En consecuencia la sociedad debe cubrir dicha necesidad, para ello
es necesario que haya un grupo de mujeres que cubran esas necesidades, y como resultado se
normaliza. El uso de la prostitución es la expresión extrema de la cosificación de las mujeres, este
tipo de relaciones son fáciles, para ellos, no tienen que ser amables, ni sonreír, todo lo contrario.
Como el hombre paga tiene derecho a exigir. “Yo puedo pagar, tu tienes que vender”. Ahora
quieren que se legalice, y de esta manera ya tienen buena conciencia. La sociedad normaliza y
permite la prostitución, porque hay un sector muy elevado que demanda. Al igual porque existen,
por un lado un mercado económico elevadísimo, y por otro, unos lobbies empresariales que se
enriquecen de forma desmesurada con esta actividad, estos lobbies están conectados, con las
personas que toman decisiones en este país.
CONCLUSIÓN
FINAL
En el estudio realizado hemos observado en primer lugar, la relación entre prostitución y
pobreza. Cómo vender el cuerpo ha sido una opción para las mujeres sin recursos. Asimismo
comprobamos que la sexualidad está politizada. El patriarcado ostenta el poder, por consiguiente,
cuando hablamos de prostitución, lo hacemos de sexualidad masculina. Los hábitos sexuales
ocultan las relaciones de dominio. Los procedimientos utilizados para difundir estas creencias
serán los medios de comunicación y la pornografía que se encargan de trasmitir este mensaje, es
decir, la hegemonía masculina a través de la sexualidad. Ambos medios nos muestran un modelo
de sexualidad, donde las mujeres aparecen sumisas y dominadas. El sexo que ofrece es el que
inspirará, será admitido y asumido por la sociedad en general. Corresponderá al modelo a seguir, al
igual que mostrará las prácticas utilizadas en el cuerpo de las mujeres, que aun siendo violentas,
servirán de ejemplo.
En los cuestionarios realizados hemos podido comprobar que los hombres son los que
compran y ordenan, y ellas las que venden y obedecen. Al igual, cuando una mujer muestra su
pecho como método de protesta (FEMEM), es ampliamente criticada y rechazada. Sin embargo, se
anima a que lo muestren en revistas o clubes destinados a ellos. Creemos firmemente que hay que
trabajar y modificar el modelo donde la prostitución forma parte de la sexualidad masculina. Al
igual, que la transgresión no está en mostrar el cuerpo de una mujer, para cubrir el deseo
masculino.
177
|
SEGUNDA
REPÚBLICA:
UN
NUEVO
MODO
DE
HACER
FRENTE
A
LA
PROSTITUCIÓN1
Mercedes
Rivas
Arjona
INTRODUCCIÓN
Al comenzar el siglo XX, el sistema reglamentarista en España estaba vigente pero con
síntomas claros de decadencia, la prostitucion clandestina iba en aumento, los abolicionistas
estaban ganando adeptos y, a nivel internacional, dos grandes asociaciones: la Asociación
Internacional para la Trata de Blancas y la Federación Abolicionista Internacional creada por
Josephine Butler, llevaban algún tiempo organizando conferencias y congresos para instar a
los gobiernos a adoptar medidas en torno a la prostitución y todo lo que ello llevaba
2
3
aparejado de trata de blancas , pornografía, alcoholismo y consumo de estupefacientes .
Aparte de las feministas, se esgrimirán argumentos contra las casas de prostitución
desde diversos sectores reformistas entre los que se encontrarán médicos, eugenistas,
criminólogos, psiquiatras, moralistas, partidos de izquierda, sindicalistas y anarquistas. Por
aquella época, la mayoría de los médicos de la Lucha Oficial Antinvenérea se declaraban, al
4
menos en Madrid y en las grandes ciudades, abolicionistas . Y, será, en ese contexto de clara
presión internacional y crisis del sistema reglamentarista, que se empezarán a tomar
medidas en relación con la prostitución que derivarán en la aprobación, en el verano de
1935, del decreto abolicionista que pondrá fin a la reglamentación del sistema prostitucional
existente en España desde 1845.
1
Este artículo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación titulado: “Presupuestos
filosóficos e implicaciones normativas de dos discursos antagónicos sobre la prostitución: El
Abolicionismo y el Reglamentarismo”, proyecto subvencionado por el Ministerio de
Economía y Competitividad, referencia FFI2012-‐37366.
2
Multidud de publicaciones de la época denunciaron entonces el tráfico de mujeres entre
Europa y América del Sur, el llamado “Camino de Buenos Aires”. Al respecto consultar:
MARTÍNEZ, Augusto, “La Trata de Blancas”. La
España
Moderna, XVI, núm. 192 (1902);
LÓPEZ, Eduardo, Carne
Importada (Costumbres
de
Buenos
Aires). Buenos Aires, Urbano
Rivero “La Maravilla Literaria”, s.f.
3
Gaceta de Madrid, 2 de junio de 1931, p. 1123.
4
Sobre el abolicionismo, el reglamentarismo y el prohibicionismo consultar: GIMENO,
Beatriz, La
prostitución. Barcelona, Bellaterra, 2012, pp. 53-‐69.
178
|
Antes de centrarnos en dicho decreto, haremos alusión a las medidas que, en materia
prostitucional, se adoptarán desde principios del siglo XX hasta el establecimiento de la II
República.
MEDIDAS
MÁS
DESTACADAS
ADOPTADAS
EN
MATERIA
PROSTITUCIONAL
EN
ESPAÑA
EN
EL
PERÍODO
1900-‐1931
A principios del siglo XX, una de las medidas más destacadas en relación con la
prostitución, será la creación en España de El Real Patronato para la Represión de la Trata
5
de Blancas y la Lucha Antivenérea que funcionará desde 1902 a 1931 . Su puesta en marcha
se llevará a cabo dentro del Ministerio de Justicia bajo la protección de la reina regente Mª
Cristina y presidido por la infanta Mª Isabel. Estará compuesto de una Junta Directiva y una
Comisión Ejecutiva masculina, estructurándose a nivel provincial y local en Delegaciones,
cuya misión será la de proveer información y recursos a las autoridades centrales en su lucha
6
contra la actividad prostitucional .
El Patronato, se inscribirá en el marco de una legislación internacional orientada a
prevenir y reprimir el tráfico de mujeres. La finalidad primera será la de ayudar a la represión
7
de la “Trata de Blancas” e impedir ese tráfico inmoral.
Tal como rezará en un decreto de 10 de febrero de 1903, el objetivo del Real Patronato
quedaba descrito de la siguiente forma: “(...) El Patronato Real tiene personalidad suficiente
para ejercer, dentro de los medios y los recursos legales necesarios, las funciones de
vigilancia, reintegración y tutela, a fin de reprimir en sus diferentes manifestaciones la trata
5
Real Decreto, 11 de julio de 1902.
6
A nivel central, el Patronato estuvo regido en sus comienzos por una Junta Directiva
presidida por la infanta Mª Isabel, asistida de una vicepresidencia ocupada por la condesa
de Siruela y compuesta por nueve vocales nombrados por el Gobierno, todas mujeres, y
por lo general, aristócratas (duquesa de Almodóvar del Río, marquesa de Comillas,
marquesa de Perinat, condesa de Romanones, duquesa de Santo Mauro, etc). También
formaban parte de la Junta, señoras que presidieran o dirigieran en Madrid asociaciones
en defensa de la mujer, la directora de la Escuela Normal Central de Maestras, el presidente
y fiscal del Tribunal Supremo, el obispo de Madrid-‐Alcalá, el gobernador civil de Madrid y
dos escritores con conocimientos sobre el tema como el conde de San Bernardo y Rafael
Salillas. Estaban además previstos como secretarios dos funcionarios elegidos por los
Ministerios de Estado y de Justicia: Manuel de Uriarte y Badía y Octavio Cuartero y
Cifuentes. En noviembre de 1902, se formó además en el seno de la Junta una Comisión
Ejecutiva masculina, formada por el presidente y fiscal del Tribunal Supremo, el obispo de
Madrid-‐Alcalá y el gobernador civil de Madrid.
7
En 1921 se sustituirá el término “Trata de Blancas” por el de “Trata de mujeres y niños” en
el Convenio Internacional para la supresión de la Trata de Mujeres y Niños celebrado el 30
de septiembre de 1921. Se decidió su sustitución por considerarse el primero reductivo y
racista.
179
|
de mujeres, amparando, sobre todo, a las menores de edad de que deben de ser protegidas
8
hasta contra sus mal aconsejadas determinaciones” .
Sin embargo, pese a la buena voluntad del Patronato, integrado en su seno con
personalidades del ámbito político y religioso, la acción de la Institución no será muy eficaz,
9
de ahí las continuas reorganizaciones para mejorar su actuación . En la práctica, su actividad
se centrará en auxiliar a las jóvenes abandonadas o “pervertidas” retirándolas del mundo de
la prostitución, siendo, por tanto, sólo algo más que las casas de acogida que existieron en
España desde la época moderna. Contaba únicamente con un pequeño asilo en San
Fernando del Jarama y otro en El Pardo para recoger a las mujeres auxiliadas. Para aquellas
a las que no podía atender, acudía a instituciones religiosas dedicadas a dichos menesteres
como era el caso de las Adoratrices y las Oblatas con presencia en diversas provincias
españolas.
A lo largo de su existencia, el Real Patronato recibirá abundantes críticas por parte de
sectores progresistas. No se estaba de acuerdo con los fines del mismo, tampoco con su
composición y mucho menos con su funcionamiento interno y su vinculación con la
monarquía. Su fracaso se deberá a toda una serie de factores entre los que destacarán su
carácter moralista y católico y la falta de preparación de las personas encargadas de hacer
cumplir sus objetivos. Por otra parte, estará la nula formación profesional de los centros
relacionados con él, amén del mal tratamiento dado a las mujeres como si fueran presas y el
abuso que se hacía de su mano de obra. También será objeto de crítica su carácter
burocrático y filantrópico. Filantrópico, por su composición, similar a una “junta de
señoras”; burocrático, por la continua producción de memorias e informes a nivel nacional e
internacional que ligaban su actuación más al plano teórico que práctico. No estará tampoco
la Institución sobrada de recursos para atender a las mujeres rescatadas, lo que le obligará a
10
acudir a centros religiosos con una filosofía anticuada a la hora de atender a las desvalidas .
A todo lo dicho, se añadirá además su fijación, fundamentalmente, en los efectos de la
prostitución más que en la búsqueda de las causas que provocaban la existencia de tal
actividad, lo que limitará mucho su marco de actuación y conllevará la no adopción de las
medidas realmente necesarias para su erradicación. Por último, estará la gran dependencia
8
Decreto de 10 de febrero de 1903, en Disposiciones
generales, doc. núm. 13, Disposición 1ª.
9
Se llevaron a cabo reorganizaciones en 1904, 1909 y 1910 para mejorar su actuación. En el
primer caso, se elevará el número de vocales a 32, 20 nombrados por el Gobierno, 4 por
parte de la Presidencia de la Junta entre responsables de asociaciones madrileñas en
defensa de la mujer y 8 designados en función de su cargo. La reforma de 1909 será de más
calado, facultando al Patronato para denunciar ante los tribunales los hechos de “ Trata de
Blancas” y corrupción de menores que llegaran a su conocimiento. En 1910, se levará el
número de vocales a indefinido.
10
Por otra parte, la publicación del Patronato: el Boletín del Patronato Real para la
Represión de la Trata de Blancas (1907-‐1929), tendrá serias dificultades para su publicación,
lo que venía a indicar los problemas económicos que le acompañaron.
180
|
del Patronato de las autoridades provinciales y locales, ya que su buen funcionamiento
11
dependía en gran medida del apoyo económico y moral que éstas le prestasen .
Entre las representantes del feminismo de izquierdas, Margarita Nelken, Clara
Campoamor y Hildegart Rodríguez acusarán al Real Patronato y al Consejo Superior de
Protección de la Infancia de servir a una concepción conservadora y católica de la mujer, la
familia y la infancia. Maragarita Nelken en concreto, criticará duramente al Patronato
describiéndolo como una asociación benéfica a la que se debía gran parte de los problemas
de la prostitución. Denunciará su composición, formada por mujeres aristocráticas realmente
no comprometidas con el asunto. Calificará al Patronato de monstruoso por adoptar una
postura ineficaz a la hora de luchar contra ella, sin ver en las prostitutas a mujeres faltas de
cariño, de educación y de medios económicos. Para esta feminista, el problema de la
prostitución no se arreglaría en tanto en cuanto permaneciera el problema en manos de el
Patronato y de las órdenes religiosas. Según ella, las medidas más convenientes para hacer
frente al problema pasaban por mejorar las condiciones laborales de las mujeres, autorizar la
investigación de la paternidad, aplicar más estrictamente las leyes existentes sobre
seducción y tráfico de menores, ayudar más a las madres solteras, sacar a las prostitutas de
la tutela del Real Patronato confiándolas a especialistas, y sustituir la reclusión forzosa en
conventos por estancias voluntarias en hogares donde las mujeres recibiesen una educación
básica y adquiriesen los medios para ganarse la vida. El problema más importante, a su
entender, sería reeducar a la opinión pública y convencerla de que “la prostitución de un país,
antes que para las mismas mujeres que la practican, es una vergüenza para todo el país,
12
socialmente culpable y responsable” .
En resumen, la acción del Patronato será muy controvertida y polémica y sus efectos
prácticos más bien escasos. Ahora bien, tampoco conviene minusvalorar su labor en ese
camino que llevará a la abolición de la prostitución reglamentada en la II República. Por una
parte, servirá para dejar claro lo que no se debía de hacer, pero, también llevará a cabo
acciones positivas, como las realizadas en relación con la Federación Abolicionista creada
por Josephine Butler. En concreto, para el Congreso de Ginebra de 1908, se redactará por el
Patronato una pequeña memoria y, Julián Juderías, publicará una reseña del mismo en el
Boletín de la Institución que ampliará posteriormente en un artículo titulado: “Sobre la
reglamentación de la prostitución y la trata de blancas”. En este artículo, el autor pondrá de
realce como la Federación Abolicionista venía a demostrar la íntima relación existente entre
la reglamentación de la prostitución y la “Trata de blancas”, y el contrasentido que resultaba
de la existencia de la primera como institución, ya no tolerada, sino autorizada, y la represión
de la segunda que era, precisamente, el hecho por virtud del cual se alimentaban las casas
de mal vivir. La conclusión era clara: “¿Qué es la “Trata de blancas” sino el hecho por virtud
11
NICOLÁS LAZO, Gemma, La reglamentación de la prostitución en el Estado español.
Geneaología jurídico-‐feminista de los discursos sobre prostitución y sexualidad. Tesis
Doctoral, Departament de Pret Penal i Ciencies Penals, Universitat de Barcelona, p. 490.
12
NELKEN, Margarita,
La
condición
social
de
la
mujer. Barcelona, s.f.s., pp.148-‐149.
181
|
del cual se reclutan las mujeres que ha menester el vicio reglamentado? ¿Y si esto es así, por
13
qué se la persigue?” .
Tampoco se le puede negar, la búsqueda de una cierta humanización del
reglamentarismo a través de medidas como el establecimiento de la “libertad completa” de
las pupilas para abandonar los prostíbulos, o la recomendación de que se extremara la
14
vigilancia en torno a las estaciones y a los puertos para evitar la “Trata de Blancas” .
Por otra parte, el Real Patronato vendría a ser la respuesta a lo que estaba sucediendo a
nivel internacional, donde se estaba luchando por adoptar medias adecuadas para combatir
el comercio con mujeres . El primer congreso para el tratamiento del tema se celebrará en
Londres en 1899 y, en 1902, los delegados de 16 naciones se reunirán en París para discutir
sobre la legislación internacional, llegándose a un acuerdo que después se firmará en mayo
de 1904 y se ratificará en enero de 1905. En España, a tenor de dichos acuerdos se aprobará
la ley de mayo de 1904 que modificará los artículos 456, 459 y 466 del Código Penal de 1870
15
para adecuarlos a las normas establecidas por la Federación .
13
“Memoria del Secretario de la Junta Directiva, D. Julián Juderías, acerca del Congreso de
la Federación Abolicionista“. Boletín del Real Patronato para la Represión de la Trata de
Blancas, año II, núm. 17, Madrid, noviembre-‐diciembre de 1908, pp. 161-‐172.
Posteriormente, Julián Juderías,
intervendrá en un sentido abolicionista en el Congreso de Valencia de la Asociación
Española para el Progreso de las Ciencias y ante la Sociedad Española de Higiene.
14
Circulares de 5 y 9 de septiembre y 30 de octubre de 1902 (vigilancia de las estaciones) y
7 de octubre de 1902, 26 de febrero y 8 de abril de 1903 (reglas para la emigración).
Patronato Real para la Represión de la Trata de Blancas, Disposiciones
generales
docs. núms.
3, 4, 8, 9 y 17.
15
Con esta ley se establecerán penas para los que promovieren y protegiesen la
prostitución de menores y para aquellos que obligaran a prostituirse a mayores de edad en
contra de su voluntad o las obligasen a seguir en la prostitución por haber contraído
deudas que tenían que pagar. La persona bajo cuya potestad legal estuviera una menor
dedicada a la prostitución incurriría en la pena de arresto mayor e inhabilitación para el
ejercicio del cargo de tutela si no se hacían cargo de la menor o la ponían bajo la tutela de
las autoridades. Las sanciones también eran aplicables para los delitos cometidos fuera de
España. Otras leyes en relación con el asunto serán: la ley de 21 de diciembre de 1907 (art.
5), que intentará atajar el peligro de que los tratantes de blancas encubriesen sus
actividades amparándose en la emigración mediante la siguiente disposición: “Las mujeres
solteras no podrán emigrar, cuando, por no ir acompañadas de sus padres, parientes o
personas respetables, se sospeche fundadamente que pueden ser objeto del tráfico que el
Código Penal castiga en sus artículos 456, 459 y 466; Real Orden de 16 de marzo de 1909,
que tratará de evitar la prostitución y la explotación de artistas y camareras que trabajaban
en teatros y espectáculos públicos prohibiendo dichos empleos a las menores de dieciséis
años, estipulando que los contratos de las menores de veintitrés años tenían que ser
firmados por sus padres o por sus tutores legales y prohibiendo que las prostitutas
registradas trabajasen en esos lugares. Por último, el Real Decreto de 15 de abril de 1909
unificará todas estas medidas y otras más, y definirá los objetivos y facultades del Real
Patronato para la Represión de la Trata de Blancas. En este contexto de vorágine
182
|
El hecho será, que España lo tendrá cada vez más difícil para mantener un sistema
reglamentarista cuando, a nivel internacional, estaba en claro declive. De hecho, en la
Exposición de Motivos del decreto abolicionista de 28 de junio de 1935, se expresará lo
siguiente: “Al acometer la honrosa empresa de dotar al país de una nueva organización
antivenérea, el Gobierno se apresura a proclamar que desea incorporarse al movimiento
abolicionista que impera desde hace años en los países más avanzados desde el punto de
16
vista sanitario” .
Siguiendo a nivel estatal, es también de destacar la aprobación de las “Bases para la
Reorganización de la Profilaxis Pública de las Enfermedades Venero-‐Sifilíticas” adoptadas en
mayo de 1930. A partir de dicha fecha, la lucha antivenérea quedará planteada con completa
independencia de los servicios de “higiene especial” de la prostitución creados por el
reglamentarismo. En efecto, el tratamiento de las enfermedades venéreas se pasará a
realizar con independencia de su origen. Sólo en caso de “negligencia, desidia, incultura,
debilidad mental o mal intención manifiesta”, un médico podía proceder a un
reconocimiento forzoso. Otra novedad, consistirá en la búsqueda de las fuentes de
contagio, que podía realizarse por medio del cuerpo de enfermeras visitadoras o a través de
17
los médicos especializados en enfermedades venéreas .
Sin embargo, no todo se reducirá al ámbito oficial en el camino hacia el fin del
reglamentarismo comenzado el siglo XX. En 1922, se creará la Sociedad Española del
18
Abolicionismo, siendo su Presidente Cesar Juarrós (1874-‐1942) y su secretario el médico
Jesús Hernández Sampelayo. Dicha asociación, será partidaria de la supresión de la
prostitución reglamentada y de la inclusión del delito sanitario en el código penal.
Contribuirán a la fundación destacadas feministas como Pilar Oñate, Dolores García de
19
la Vega, Clara Campoamor y Elisa Soriano, además de miembros de la Juventud
Universitaria Feminista y de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Su primer acto de
propaganda se producirá el 26 de mayo de 1922 en la Escuela de Veterinaria de Madrid
legislativa, el Congreso Internacional para la Represión de la Trata de Blancas se reunirá en
Madrid en 1910.
16
17
Decreto de 28 de junio de 1935, Gaceta de Madrid, 30 de junio de 1935.
Real Orden de 27 de marzo de 1930, Gaceta de Madrid, 28 de marzo de 1930.
18
César Juarrós era psiquiatra, Académico de la Real Academia de Medicina y escritor.
Formó parte del Cuerpo de Sanidad Militar y estuvo en África durante una etapa de su vida.
Formará parte también del movimiento a favor del reformismo sexual. Entre sus libros
cabe destacarse: El
amor
en España:
características
masculinas
publicado en Madrid en 1927,
donde venía a resumir las ideas básicas de cómo el hombre entendía el amor según su
punto de vista. Los ingredientes básicos eran los siguientes: 1) la infidelidad de la mujer es
un deshonor; 2) La mujer es inferior al hombre; 3) cuantas más mujeres se hayan poseído
más mérito varonil; 4) quien bien ama tiene celos y, 5) comprar el amor no es humillante,
pp. 46 y 47.
19
Clara Campoamor dimitirá de la asociación en 1923 por desavenencias con la Junta
Directiva.
183
|
donde intervendrán Clara Campoamor, Elisa Soriano (médico) y María Martínez Sierra. Entre
sus actos, también destacará, ya en período republicano, el apoyo a la campaña llevada a
cabo en la primavera de 1932 por feministas abolicionistas para instar al Gobierno de la
República a acelerar la abolición de la reglamentación en España ante la falta de
contundencia por parte de éste.
En otros ámbitos, es también de destacar el papel desempeñado por la Liga Española de
Higiene Mental que, en su 2ª reunión nacional celebrada en Bilbao en septiembre de 1928, se
pronunciará en torno al tema de la prostitución, llamando la atención sobre la relación
existente entre enfermedades venéreas y enfermedad mental.
Amplia difusión también abolicionista, a través de la Revista
de
Pedagogía
en la que se
publicarán artículos como el de Fernando José de Larra titulado: “La Educación de la mujer
20
en España y el abolicionismo” .
Por último, un papel esencial contra el reglamentarismo -‐aunque con limitaciones-‐ y a
favor del sistema abolicionista, lo jugará el movimiento defensor del “reformismo sexual”
que, en 1932, ya en plena República, fundará la Liga Española para la Reforma Sexual, de la
que será su primer Presidente el Dr. Gregorio Marañón y, después, Juan Noguera. La Liga se
dividirá en cinco secciones: eugenesia, feminismo y matrimonio, pedagogía sexual,
21
prostitución y profilaxis venérea y legislación . La finalidad de la Liga será contribuir a que
la cuestión sexual no fuera un tema tabú por excelencia y dejar la cuestión sometida en todos
sus términos al ámbito meramente científico pero, al mismo tiempo, tratado con toda
publicidad.
Entre los eugenistas, la prostitución será un tema de gran preocupación, y así se
demostrará en el primer Congreso Nacional de Sanidad que tendrá lugar en Madrid del 6 al
12 de mayo de 1934. Entre los temas que se trataron, destacará la lucha antivenérea,
teniendo el Congreso un enfoque claramente abolicionista. Entre los participantes, es de
destacar la intervención de Julio Bejarano, ex Director-‐General de Sanidad y Director del
Dispensario madrileño de Azúa. En su ponencia, abogará por el tratamiento obligatorio de
los enfermos contagiosos, la implantación del delito de contagio venéreo y la supresión de la
reglamentación de la prostitución. Otro ponente, Ricardo Bertoloty, médico numerario de
los Dispensarios Oficiales Antivenéros de Madrid y Vicepresidente de la Academia de
Dermatología y Sifilografía, propondrá organizar la lucha venérea sobre métodos científicos
20
El artículo responde a un discurso pronunciado por Fernando José Larra en un mitin de la
Sociedad Española del Abolicionismo en el Teatro Reina Victoria de Madrid. Revista
de
Pedagogía, núm.30, Madrid, junio de 1924, pp.1-‐8.
21
El movimiento eugenésico reformista español se incardinó en la tradición del eugenismo
británico y alemán, promovido por la Organización Eugenésica Internacional más relevante:
la Liga Mundial para la Reforma Sexual creada en Copenhague en 1928. Ligada al
movimiento estuvo la revista sexus dirigida por Hildergart Rodríguez. Del Comité de
Redacción formaron parte Gregorio Marañón, Jiménez de Asúa y César Juarrós.
184
|
y medios solventes y programar una educación sexual para los jóvenes antes de que tuvieran
22
la primera relación sexual .
Es evidente que las cosas estaban cambiando y, este ambiente ya de marcada crisis del
reglamentarismo, llegará a su máxima expresión con la II República.
LA
II
REPÚBLICA
Y
EL
FIN
OFICIAL
DEL
REGLAMENTARISMO.
APROBACIÓN
DEL
DECRETO
DEL
28
DE
JUNIO
DE
1935
En 1931, los republicanos, valedores de una perspectiva modernizadora, no podrán dejar
de asumir el rechazo a la prostitución y, sobre todo, a la prostitución reglamentada. La nueva
moral que implícitamente quería instaurar el nuevo estado se fundará en el amor libre, en
donde cada ser era independiente y dueño para entregar a otro su cuerpo en las condiciones
libremente pactadas y consentidas por ambos, lo cual para sus defensores no implicaba
degeneración de las costumbres sino todo lo contrario. El objetivo final era generalizar y
extender una misma moralidad para varones y mujeres tanto en la teoría como en la práctica,
unas nuevas costumbres que venían propiciadas e impulsadas por la igualdad que las mujeres
iban consiguiendo en los diversos ámbitos de la vida social. Los republicanos progresistas
propugnarán, por tanto, la necesidad de la desaparición de la actividad prostitucional
porque ello implicaba la degradación de la mujer, al poner su cuerpo en venta. Creían que
para conseguir el fin de la prostitución, el primer paso era abolir su reglamentación oficial.
Ante este convencimiento, los preparativos de la más importante ley en materia
prostitucional de la República, el decreto de junio del 1935, se situarán ya al principio de la
acción del gobierno republicano, cuando, además, los datos apuntaban a un aumento de la
prostitución notable desde el verano de 1931. Si el Censo de 1930 catalogaba a 9.150
mujeres bajo el epígrafe: mendigos, vagabundos y prostitutas, en 1933, Lafora estimaba en
más de 40000 las prostitutas en Madrid y Barcelona, y según María Recasens, en 1931 había
23
unas 70.000 prostitutas sólo en Barcelona .
Los datos no podían ser más convincentes y había que actuar de forma diligente, por lo
que las primeras medidas sobre la materia, empezarán ya a detectarse en los primeros años
de acción del gobierno republicano.
22
NICOLÁS LAZO, Gemma, op.
cit.,
pp. 485-‐489.
23
Las causas apuntadas para el aumento de la prostitución serán varias: la crisis económica
de los 30, la disminución de los empleos femeninos, los bajos salarios y la falta de subsidio
de desempleo de las trabajadoras. LAFORA, G.R., “la reforma sexual”. Revista
de
Occidente,
Madrid, enero-‐marzo, p.154; NASH, Mary, Mujer
y
movimiento
obrero
en
España.
Barcelona, Fontamara, 1981, p. 217.
185
|
24
En este contexto, en el cual seguía vigente el sistema reglamentarista , y como
consecuencia, se continuaba empadronando a las prositutas en un registro especial, en las
fichas de empadronamiento se empezarán a detectar cambios evidentes hacia un trato más
humano y condescendiente con la prostituta. En este sentido, en La Línea (Cádiz) se
especificará lo siguiente ante el registro de una solicitante:
“En la Ciudad de la Línea a... de mil novecientos, se presentó voluntariamente en esta
Sección la que dijo llamarse.. natural de.. provincia de... hija de... y de ... cuyas señas
personales al margen se expresan, manifestando vehementemente deseos de ser inscrita en
los registros generales de la prostitución, de cuyo inmoral tráfico subsiste; y como quiera que
han sido inútiles cuantas advertencias y consejos se le han dado, con el fin de que
abandondonando la peligrosa y reprobada vida que lleva y se dedique a un trabajo honroso,
se procede a su inscripción, porque además manifiesta ser mayor de edad. Sometida a
25
reconocimiento sanitario, resultó..., según certificado que se presenta” .
A este trato más benevolente, se sumará la aprobación del decreto de abril de 1932, el
cual suprimirá cualquier impuesto sobre la actividad prostitucional y la financiación con ésta
26
de los servicios antivenéreos
Con fecha todavía anterior, el gobierno provisional ya había actuado promulgando
normas como el decreto de junio de 1931 que suprimirá el Real Patronato para la Represión
de la Trata de Blancas que, como ya se ha apuntado anteriormente, se consideraba asociado
al Antiguo Régimen, con preponderancia de elementos aristocráticos y demasiado ligado a la
27
Casa Real. El fin será crear un nuevo organismo más operativo . En primer lugar, nombrará
una Comisión Provisional Central que debía estudiar y proponer disposiciones para reprimir la
trata de mujeres y amparar a la mujer. Compondrán la Comisión Provisional Central, un
grupo de personas en razón de su cargo -‐los Directores Generales de Sanidad, Seguridad,
Prisiones y el Inspector General de Emigración-‐ y mujeres de distintos sectores como María
Martínez Sierra y Matilde Huici en representación de la clase liberal, Regina García y
Victoriana Herrero como representantes de la clase obrera, y Clara Campoamor por la
Asociación Universitaria Femenina. Esta abogada será nombrada delegada de España en la
Sociedad de Naciones durante las reuniones que la Comisión de dicha Institución, ocupada
de la “Trata de blancas” y niños, celebrará en Ginebra durante el verano de 1931. Clara
24
El sistema reglamentarista estará en vigor hasta la aprobación del decreto Abolicionista
de 28 de junio de 1935, si bien, el Gobierno republicano, no dedicará muchos esfuerzos en
hacer cumplir los reglamentos sobre la prostitución, dejando que su aplicación se hiciera de
forma bastante laxa según se explicitará en la Exposición de Motivos del decreto de 28 de
junio de 1935. Aún así, en el Código Penal reformado en 1932, se seguirán imponiendo
multas a los que infringieran las disposiciones sanitarias de policía sobre prostitución.
25
GUEREÑA, Jean-‐Louis, La
prostitución
en
la
España
Contemporánea.
Madrid, Marcial
Pons, 2003, p. 390.
26
27
Gaceta de Madrid, 9 de abril de 1932.
Gaceta de Madrid,
2 de junio de 1931
186
|
Campoamor destacará allí que la nueva legislación republicana en torno a la prostitución iba
encaminada a solucionar el problema desde una perspectiva amplia y de forma gradual. Unos
meses después, el decreto de 11 de septiembre de 1931 creará el Patronato de Protección a la
Mujer con las siguientes atribuciones: adoptar medidas protectoras para las mujeres que se
desenvolvieran en medios nocivos o peligrosos; investigar y denunciar hechos delictivos en
relación con la “Trata de Blancas” y publicaciones pornográficas; vigilar y tutelar a las
menores que le encargasen autoridades o particulares, y velar por los acuerdos
28
internacionales ratificados por España . Las funciones serían desempeñadas por un Consejo
Superior compuesto por el ministro de justicia, varios directores generales, el fiscal de la
República y diez vocales entre los que debía tratarse que hubiera equilibrio entre los sexos.
Atendiendo a este requisito, serán nombradas como vocales las mujeres que habían formado
parte de la suprimida Comisión Provisional Central, Ascensión Madariaga Rojo y Victoria
Kent.
El Patronato de Protección a la Mujer, sin embargo, no conseguirá alcanzar las metas
que se había propuesto. Una de sus vocales, María Martínez Sierra, aducirá que el
29
presupuesto era muy escaso y apenas se podía hacer nada , lo que posiblemente explique su
disolución por Decreto de 25 junio de 1935, pasando sus funciones al Consejo Superior de
30
Protección de Menores .
En este camino hacia el fin de la reglamentación, otro hecho a destacar, será el debate
que tendrá lugar en enero de 1932 en el seno de las Cortes republicanas sobre la abolición de
la prostitución donde, varios diputados, intervendrán para forzar al Gobierno a que se
31
comprometiera a abolir la reglamentación de la prostitución con la máxima celeridad . Las
intervenciones más destacadas se llevarán a cabo por parte de Rico Avelló, César Juarrós,
32
Clara Campoamor y Sánchez Covisa .
En el debate parlamentario se esgrimirán varios argumentos feministas y se vinculará la
necesidad de la abolición de la reglamentación con los derechos de las mujeres. El
reglamentarismo atentaba contra la dignidad humana y, en este sentido, se manifestará el
diputado Rico Abelló con las siguientes palabras: “ (...) hecho mostruosamente cierto de que
28
Gaceta de Madrid, 12 de septiembre de 1931.
29
NÚÑEZ, María Gloria, “Políticas de igualdad entre varones y mujeres en la segunda
república española.
Espacio,
Tiempo
y
Forma, Serie V, Historia Contemporánea, t.11, pp,
416-‐417.
30
Gaceta de Madrid, 28 de junio de 1931. En Cataluña, en virtud de su autonomía se creará
también un Patronat Catalá de Proteccio a la Dona en 1934.
31
SCANLON, Geraldine, La
polémica
feminista
en
la
España
Contemporánea,
1868-‐197.
Madrid, Akal, 1986, pp. 264-‐265; NICOLÁS LAZO, Gemma, op.
cit.,
pp. 493-‐496.
32
Diario de Sesiones de las Cortes Republicanas, 12, 15 y 26 de enero de 1932. La abolición
de la reglamentación se planteará en las Cortes como una cuestión de humanidad y de
modernidad. Los países desarrollados y la Nueva Sociedad de Naciones optaban
claramente por el sistema abolicionista; la España republicana no podía ser menos.
187
|
este Parlamento, que ha otorgado a la mujer la plenitud de sus derechos políticos muy
recientemente y acaso muy prematuramente, no se ha cuidado hasta el presente de suprimir
33
esa institución nauseabunda que es la prostitución reglamentada” .
Este diputado pondrá de manifiesto que la reglamentación impedía que las mujeres
pudieran dedicarse a otras profesiones, ya que la prostitución les marcaba para toda la vida.
Eso, no era justo ni legítimo en un Estado que se declaraba igualitario para mujeres y
34
hombres .
Por su parte, el Diputado César Juarrós, se opondrá a la reglamentación por varios
motivos. El primero de ellos era que el sistema era discriminatorio para las mujeres, principal
argumento del feminismo abolicionista. La Ley tan sólo acosaba y perseguía a las mujeres,
mientras que dejaba a los hombres libres de toda responsabilidad. Además, como segundo
argumento, afirmaba que la reglamentación afectaba principalmente a aquellas mujeres sin
recursos económicos que no habían podido o no habían sabido mejorar su situación. En
cambio, como ya había apuntado el Diputado Rico Avelló, la abolición de la reglamentación
otorgaría a las mujeres el derecho a optar por otra profesión si deseaban dejar la actividad,
así como elegir hacerse una revisión sanitaria, algo mucho más eficiente para la lucha
antivenérea que la inspección obligatoria periódica: ”El problema es, como veis, serio y
trascendental: miles de mujeres sufren una ley de excepción; miles de mujeres son
explotadas por las amas de casa y por los que acuden a esas casas; miles de mujeres son
trasladadas como ganado en vagones de una ciudad a otra durante las ferias, para calmar la
35
rijosidad de los que acuden a ellas” .
Otros argumentos contra la reglamentación de la prostitución que utilizará Juarrós en su
intervención, serán el de la corrupción de los médicos y los policías poco escrupulosos que
obtenían pluses de ganancias con la prostitución y el argumento médico. Este último
acabará centrando la cuestión sobre la abolición de la reglamentación que no mejoraba en
absoluto el contagio venéreo. Por este motivo, al mismo tiempo que reivindicará la abolición
de la reglamentación, solicitará una serie de medidas dirigidas a luchar contra las
enfermedades venéreas. Era urgente crear una legislación general sanitaria, para esta
cuestión, cuyas medidas proveyesen el tratamiento gratuito a toda la población sin preguntar
a nadie ni quién era ni de dónde venía. El delito de contagio venéreo también sería una
buena herramienta en la lucha antivenérea y no sería discriminatoria, según su opinión, ya
que se castigaría a los hombres y a mujeres por igual. En este sentido se pronunciará en los
siguientes términos: “Este delito supone que toda persona que contagie a otra debe pagar los
gastos de la curación de esa enfermedad y la indemnización correspondiente. Sea prostituta
36
o no” .
33
34
Diario de Sesiones de las Cortes Republicanas, 12 de enero de 1932, p. 3105.
Diario de Sesiones.... 12 de enero de 1932, p. 3105.
35
Diario de Sesiones..., 15 de enero de 1932, p. 3215.
36
Ídem.
188
|
Respecto al aspecto médico, también se pronunciará al respecto el Doctor y diputado
Sánchez Cosiva, quien considerará que la salud del pueblo español, sumamente deficiente,
debía ser una prioridad de la República. Dentro de esa salud tan precaria, las enfermedades
venéreas, principalmente la sífilis, eran una de las principales causas que provocaban la
despoblación de las naciones. Por ello era necesario que el Gobierno favoreciese una
instrucción médica adecuada para diagnosticar y tratar estas enfermedades y dispusiese de
recursos materiales suficientes. Solicitará destinar partidas presupuestarias convenientes
para organizar la lucha antinvenérea de manera más adecuada, y especialmente cuando se
aboliese la reglamentación o se suspendiese el cobro de impuestos, ya que con ello
descenderían los ingresos que percibiera el Estado para hacer frente a los gastos de
37
profilaxis .
También se pedirá, en la lógica de la reforma sexual, una educación sexual que
transmitiera al “pueblo este nuevo sentido educacional, alegre, optimista y sano de la
sexualidad”, ya que “el problema de la sexualidad aparece de una manera brutal y tajante
38
como causa determinante de aspectos múltiples de todos los órdenes de la vida” .
A estas intervenciones, Jiménez de Asúa contestará que estaba en tramite una nueva
Ley de Sanidad a cuya elaboración él mismo estaba contribuyendo.
En efecto, la reforma que se estaba solicitando en las Cortes estaba siendo tratada por
Marcelino Pascual al frente de la Dirección General de Sanidad entre 1931-‐1933, el cual
intentará llevar a cabo una profunda reforma sanitaria incluyendo la lucha antivenérea.
En el verano de 1931, a propuesta de la Dirección General de Sanidad, se creará una
Comisión que se pondrá a elaborar un primer proyecto de ley para la lucha contra las
enfermedades venéreas con un contenido claramente abolicionista que llegará a ser
39
aprobado por dicha Dirección . La Comisión encargada de elaborar dicho proyecto, estará
integrada por destacados médicos especialistas en enfermedades venéreas, formando parte
también de la misma Jiménez de Asúa. Entre los puntos básicos del proyecto destacarán: 1)
imposición de un criterio abolicionista puro; 2) necesidad de que el Estado, con sus propios
recursos, sostuviera todos los medios precisos para la lucha antivenérea y, 3) consignación
40
expresa del tratamiento obligatorio de dichas enfermedades . Este punto, será
contradictorio con el punto primero.
37
Diario de Sesiones ..., 26 de enero de 1932, p. 3404.
38
Diario de Sesiones..., 15 de enero de 1932, p. 3215.
Ministerio de la Gobernación, La
Sanidad
en
la
Republica.
Dos
años
de
gestión.
Madrid,
Imp. Gráfica Universal, 1933, pp. 65-‐70.
40
La reglamentación quedaría pues derogada (art. 1) y la prostitución no sería aceptada
como medio lícito de vida (art.2). En caso de enfermedad venérea, el tratamiento sería
obligatorio (art.3), así como el reconocimiento médico antes de contraer matrimonio en
caso de antecedentes (art. 4 bis). Se imponían también sanciones penales para el
mantenimiento de casa de lenocinio, proxenitismo y rufianismo, contagio venéreo doloso y
39
189
|
El proyecto, sin embargo, no verá la luz, según Guereña, por la gran cantidad de
problemas que tenía que afrontar la República y por propia voluntad de Jiménez de Asúa,
amén de que en 1933 se pondrá fin al bienio reformista, dándose paso al bienio de derechas o
41
consevador. El hecho será, que el proyecto no llegará ni siquiera a discutirse en las Cortes
Todo lo apuntado viene a demostrar que, la supresión de la reglamentación en materia
prostitucional no estaba siendo nada fácil, teniéndose que esperar al 28 de junio de 1935
para la aprobación de un decreto que pusiera fin a la prostitución reglamentada. Para mayor
abundamiento, cuando se apruebe dicho decreto suscitará gran cantidad de críticas como
señalaremos más adelante.
Centrándonos ya en el decreto de 28 de junio de 1935, en cuanto a su contenido, éste
constará de un preámbulo y 19 artículos, se tramitará con carácter de urgencia y vendrá
firmado por el Ministro de Trabajo, Sanidad y Asistencia Social Federico Salmón Amorín,
42
miembro de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) .
Inspirado por el doctor Bermejillo, en el Preámbulo de la ley se especificará que las
bases fundamentales de la lucha antivenérea serían: la igualdad del hombre y de la mujer
43
ante las leyes , la profilaxis por la terapéutica y la cultura sanitaria del pueblo: “porque la
reglamentación del vicio comercializado repugna al espíritu, conciencia e ideales de médicos,
sociólogos y legisladores, que consideran como las bases fundamentales de la lucha
antivenérea la igualdad del hombre y la mujer ante las leyes, la profilaxis por la terapéutica y
44
la cultura sanitaria del pueblo” .
También se precisará el deseo del Gobierno de incorporarse al movimiento abolicionista
que imperaba desde hacía años en los países más avanzados desde un punto de vista
45
sanitario . Con el decreto, quedaba pues suprimida toda forma de reglamentación de la
prostitución: “el ejercicio de la cual no se reconoce en España a partir de este decreto como
culposo, incumplimiento doloso y culposo del tratamiento médico y contagio venéreo por
vía lactante entre niños/as y nodrizas.
GUEREÑA, Jean-‐Louis, op.
cit.,
pp. 392-‐393; LIDÓN, José María, “la reglamentación
de la prostitución en España durante los siglos XIX y XX”.
Estudios
de
Deusto, vol. XXX/2,
núm. 69, pp. 450-‐452.
42
En Inglaterra la abolición de la reglamentación se produrirá en 1886, si bien ya se había
suspendido en 1883. En Italia no se abolió totalmente hasta 1958 con la Ley Merlín, en 1888,
1891 y 1905 se promulgaron normas intermedias que derogaban las medidas de control
sobre las prostitutas pero no sobre los burdeles. En Francia, será en 1946 cuando se
implante el abolicionismo.
41
43
El abolicionismo se declaraba en beneficio de la igualdad entre hombres y mujeres y
establecía el tratamiento igual para ambos sexos en la lucha contra las enfermedades
venéreas. Es decir, la nueva reglamentación sobre estas enfermedades iba dirigida a todas
las personas, ya fuesen hombres o mujeres.
44
Decreto de 28 de junio de 1935,
Gaceta de Madrid
de 30 junio de 1935. Exposición de
Motivos, pp. 2556-‐2557
45
Ibídem, p. 2556.
190
|
medio lícito de vida” (art.1). Por otra parte, se prohibirá “toda clase de publicidad que de
46
manera más o menos encubierta tienda a favorecer el comercio sexual” (art. 13) .
Ahora bien, junto a esas declaraciones en la línea del abolicionismo, el decreto
introducirá preceptos que recordarán mucho al sistema reglamentarista. Según rezará en la
norma, cualquier persona enferma de las dolencias venéreas (enumeradas en el artículo 2),
quedaban “obligadas a someterse periódicamente (...) a vigilancia y tratamiento pertinentes”
(art.3), comprometiéndose el Estado a facilitar gratuitamente mediante dispensarios y
hospitales públicos el tratamiento adecuado para los enfermos (art. 5). Al mismo tiempo,
existía una obligación de denuncia por parte de los médicos si algún paciente no seguía el
tratamiento adecuado de manera continuada y su situación generaba una “evidente
peligrosidad social” (art. 9). En este caso, y aquí residirá el aspecto más controvertido de esta
ley, las autoridades podían ordenar el tratamiento obligatorio y la hospitalización forzosa de
las personas contagiadas (art. 10). Además, en algunos casos, las autoridades sanitarias
podían “decretar la vigilancia médica periódica de aquellas personas que por su conducta
47
resulten sospechosas, como posibles focos de transmisión venérea “ (art. 11) . Esta última
prerrogativa recordaba, de forma evidente, al reglamentarismo.
Ante esta dualidad, como no podía ser de otro modo, las críticas no se harán esperar y
48
feministas, comunistas y socialistas manifestarán su desacuerdo con la norma . En
concreto, la prensa socialista, criticará el decreto abolicionista porque consideraba era una
mezcla de abolicionismo y reglamentarismo, ya que facultaba a las autoridades sanitarias a
vigilar a las personas sospechosas de ser focos de trasmisión venérea, al tiempo que no se
49
había llevado a cabo ninguna medida práctica para suprimir realmente la prostitución . A
título individual, Jiménez de Asúa se expresará del siguiente modo: “Perdonemos la pésima
sintaxis, pero lo que no se puede disculpar es que al amparo de este precepto (art. 11), se
reglamente la prostitución, que se declara libre de reglamento y, lo que es peor, se forje un
medio de explotación de la prostituta, no por rufianes profesionales, sino por los que
50
ostentan otro oficio” .
Las críticas serán tan contundentes, que el Gobierno se verá obligado a emitir una orden
de 11 de julio de 1935 que intentará atemperar lo estipulado, estableciéndose unos requisitos
procedimentales que pretenderán otorgar garantías a las revisiones obligatorias de las
personas consideradas focos de transmisión. Por si acaso, en la misma norma se derogarán
expresamente las viejas inscripciones de prostitutas y sus reconocimientos médicos:
“Ninguna persona, a partir de la fecha, y sea cual sea su sexo o condición, estará obligada en
46
Ibídem, pp. 2557 –2558.
Ídem.
48
LIDÓN, José María, op.
cit., pp. 454-‐455; NASH, Mary, op.
cit., pp. 217-‐218.
47
49
NÚÑEZ, María Gloria, op.
cit., p. 418
50
LIDÓN, José María, op.
cit.,
p. 455 ; GUEREÑA, Jean-‐Louis, op.
cit.,
p.395.
191
|
todo el territorio español a llevar documento ni certificado alguno relativo a su estado de
51
salud, por lo que respecta a las enfermedades venéreas” .
A renglón seguido, en octubre de ese mismo año, saldrá otra orden aclaratoria del
decreto en la que se precisará que no se pretendía instaurar entonces en España un
abolicionismo rígido y total (como algunos lo pensaban), sino que la finalidad del decreto era
mucho más modesta, reduciéndose tan sólo a constituir un régimen transitorio, mientras se
52
preparaba una nueva ley de sanidad que de hecho nunca verá la luz .
A tenor de todo lo apuntado, la lucha antivenérea será el objetivo prioritario de este
decreto republicano que establecía reglas técnicas, sanitarias y médicas para el tratamiento
de las enfermedades venéreas. La vinculación entre prostitución, por mucho que la norma
declarase el sistema abolicionista, y enfermedades venéreas seguía dándose con toda la
fuerza. La reglamentación había sido concebida de manera expresa para controlar las
53
enfermedades venéreas de la población . El abolicionismo debía de tener la misma misión
de protección de la ciudadanía porque: “el abolicionismo no representa anarquía sanitaria,
54
sino una forma distinta de reglamentarismo” .
En la búsqueda de conciliación de la profilaxis de enfermedades venéreas y la supresión
de la reglamentación de la prostitución en un contexto como el español, se acabó
55
configurando lo que ha sido llamado un “abolicionismo no puro” o “mixto” según confesó el
propio legislador: “sería no sólo aventurado, sino peligroso, poner en vigor disposiciones de
56
tipo abolicionista que no tuviesen en cuenta la realidad española” .
Por ello, pese a derogarse los reglamentos de prostitución y la normativa estatal
homogeneizadora (Bases para la Reglamentación de la Profilaxis Pública de las
Enfermedades Venéreo-‐Sifilíticas de 1918), el Estado iba a seguir interviniendo en los
ciudadanos con medidas controladoras como las que se aplicaban en otros países
abolicionistas y que pasaban por : “... la notificación obligatoria de la enfermedad, la
investigación de las fuentes de contagio, reconocimiento médico periódico cuando las
57
circunstancias lo requieren y hasta hospitalización forzosa si el caso lo exige” .
El objetivo de la normativa era evitar que cualquier enfermo venéreo rehuyese la
asistencia médica competente y no curase su enfermedad con el consecuente contagio de
más personas. Ahora bien, en la ley también se hará alusión a su carácter humano, a su no
excesiva rigidez, a la imposibilidad de hacer una norma que sirviese por igual al campo y la
51
GUEREÑA, Jean-‐Louis, op.
cit., p. 397.
52
Ibídem, p. 396.
NICOLÁS LAZO, Gemma, op.
cit.,
p.
498.
53
54
55
Gaceta de Madrid, 30 de junio de 1935, p. 2557.
GUEREÑA, Jean-‐Louis, op.
cit., p. 394 y LIDÓN, José María,
op.
cit., p. 453.
56
57
Gaceta de Madrid, 30 de junio de 1935, Exposición de Motivos, p. 2557.
Ídem.
192
|
ciudad, a la no introducción del delito de contagio por contraproducente e ineficaz, y a la
necesidad de instruir al enfermo venéreo para no rehuir la asistencia profesional y evitar así
58
su apelación a personas no expertas en la materia .
Evidentemente, como ya se ha apuntado, el decreto del 28 de junio de 1935 no
responderá a un sistema abolicionista puro, es más, bajo nuestro punto de vista, compartirá
elementos de los tres sistemas reconocidos a la altura del siglo XX para hacer frente a la
prostitución: el prohibicionismo, el reglamentarismo y el abolicionismo. Este último es el que
59
tardará más en hacer su aparición en la historia, ya que surgirá a finales del siglo XIX .
En esta línea de argumentación, se detecta un carácter prohibicionista en su
reconocimiento de la prostitución como un medio no lícito de vida (art. 1), declaración que
no cabría hacerse dentro del modelo abolicionista, el cual no entendía ni entiende la
prostitución en sí como algo ilegal, aunque, actualmente, anhele su desaparición; sólo la
explotación, el proxenitismo, etc., cabrían ser perseguidos por la justicia desde un punto de
vista abolicionista. Por otro lado, se infiere una vocación reglamentarista en su afán de
ordenar el tratamiento obligatorio y la hospitalización forzosa de las personas enfermas (art.
10) y en decretar la vigilancia médica periódica de aquellas personas que por su conducta
60
resultasen sospechosas como posibles focos de transmisión venérea (art. 11) , y, ¿qué
personas podían resultar más sospechosas?, no cabe duda que las prostitutas, las cuales
podían nuevamente verse hostigadas por el sistema según se deducirá de la letra de la nueva
normativa. Por último, si cabría dentro del imaginario abolicionista: 1) su declaración taxativa
de poner fin a la reglamentación y su deseo de incorporarse al movimiento abolicionista,
aunque después se contradiga en algunos de sus preceptos (art. 1); 2) el establecimiento de
la igualdad entre el hombre y la mujer en la lucha antivenérea, cuando el reglamentarismo
ponía únicamente el acento en el sexo femenino (Exposición de Motivos); 3) la prohibición de
todo tipo de publicidad que de manera más o menos encubierta tendiera a favorecer el
61
comercio sexual” (art. 13) ; 4) la asistencia gratuita para las personas sin recursos (art. 5) y,
5) la utilización de un lenguaje en la norma que habla de humanidad y de instruir al enfermo
sobre su enfermedad para someterse libremente a la profilaxis necesaria para su curación
(art. 12).
Con referencia al carácter humano de la norma, en la Exposición de Motivos se harán
reiteradas alusiones en dicho sentido:
58
Ídem.
Sobre la aparición del abolicionismo en el contexto del desarrollo del movimiento
sufragista en Inglaterra a finales del siglo XIX consultar : DE MIGUEL ÁLVAREZ, Ana y
PALOMO CERMEÑO, Eva,”Los inicios de la lucha feminista contra la prostitución: políticas
de redefinición y políticas activistas en el sufragismo inglés”. Broca.,Cuadernos
de
Investigación
Histórica, La Rioja, núm. 35 (2011), pp. 315-‐334..
59
60
Gaceta de Madrid, 30 de junio de 1935, Exposición de Motivos, pp. 2.557-‐2558.
61
Ídem.
193
|
“La Ley debe de ser justa, pero no conviene que sea impopular; respetable pero no
temible; y para ello no hay como hacerla humana, que tenga en cuenta la psicología del
enfermo venéreo, que no es la misma en todos los países, ni en todos los lugares y
circunstancias; que se haga cargo de prejuicios sociales más difíciles de combatir que el
propio mal, y a pesar de los cuales, pero mejor contando con los cuales, se pueda llegar a
un feliz resultado... . Pero la razón más poderosa para dar sentido
humano a la Ley
antivenérea es la necesidad absoluta de que el enfermo venéreo rehuya la asistencia
médica competente y se eche en manos de charlatanes... . Mediante el presente
decreto, del que, al afirmar que huyendo de lirismos irrealizables, está inspirado en un
62
criterio de humanidad y atento a la realidad práctica de los españoles” .
En conclusión, una Ley que incluye elementos del abolicionismo pero que teme dejar sin
vigilancia todo lo relacionado con las enfermedades venéreas en un contexto, como ya se ha citado
anteriormente, de aumento de la prostitución clandestina. Este posicionamiento, le llevará
ineludiblemente a mantener esa parte del reglamentarismo de control, se puede decir exhaustivo,
del enfermo venéreo. Ahora bien, según se deduce de la norma, el acercamiento al afectado debía
realizarse en un tono más humano, más comprensivo, más confidencial y más asequible, con un
objetivo claro: intentar que el enfermo se sometiera a su tratamiento de forma voluntaria, de ahí
que la Ley obligue al médico a actuar con discreción y a instruir a los pacientes sobre su
enfermedad y la terapéutica de la misma (art. 12).
Conclusiones
El paso hacia el abolicionismo, es cierto, que podría haber sido más contundente desde
el punto de vista legislativo, pero, en el terreno práctico, no hay que despreciar los avances
producidos en materia prostitucional durante la II República que serán en muchos casos muy
novedosos con respecto a lo desarrollado anteriormente en dicha materia.
A modo de resumen, en este período se suavizará el sesgo misógino que había
caracterizado a la reglamentación; se eliminará la regulación de las casas de prostitución
sobre su correcta ubicación, sobre los requisitos para su conformación, sobre los deberes de
las amas, sobre los impuestos a pagar y sobre la prohibición de las mujeres prostitutas de
frecuentar espacios públicos, amén de prohibirse la inscripción forzosa en el Registro de las
prostitutas.
En materia sanitaria, aunque sea el aspecto más controvertido, ya antes del decreto del
verano del 35, los servicios profilácticos se ofrecerán a la ciudadanía sin distinción de sexo. Su
personal será seglar y profesional de la medicina y las prácticas de los programas públicos
eliminarán mayoritariamente el carácter de encierro de las antiguas reglamentaciones. Por
otra parte, el espíritu social y asistencial de la República, también inspirará las políticas
profilácticas. Los programas para luchar contra las enfermedades venéreas incluirán algunos
servicios sociales para los enfermos venéreos y, el decreto del 35, incluirá el desarrollo de
62
Ídem.
194
|
servicios de asistencia social en su articulo 8º cuyas funciones eran de control. Les serán
adjudicadas las competencias de recopilación de datos, de investigación de las fuentes de
contagio, de estímulo discreto entre los pacientes de cumplimiento del decreto, de
descubrimiento de las infecciones ignoradas y de divulgación de las instrucciones sanitarias
63
antivenéreas . Además, durante los primeros años de la República, se ampliarán los
servicios de profilaxis de las enfermedades venéreas que se habían configurado
anteriormente, aumentándose substancialmente el presupuesto destinado a los mismos, así
como los recursos materiales y humanos. En 1932, se aumentará la provisión de plazas de la
lucha antivenérea y se modificará el reglamento y el programa de oposiciones para el ingreso
en la misma. Los tratamientos también mejorarán. El descubrimiento de la penicilina, en los
años 30 y 40, permitirá la efectiva y segura cura de la sífilis, la gonorrea y el chancro venéreo.
Por otra parte, los dispensarios republicanos fueron creciendo en número y, por lo tanto,
también lo hicieron los enfermos atendidos. Si en 1931 había 73 dispensarios de
enfermedades venéreas, en 1934 había ya 116. En tan sólo tres años casi se habían
64
duplicado .
En virtud de estas políticas sociales de la República, el Hospital de Lluita Antivenérea de
65
Barcelona , pondrá en marcha una escuela-‐taller para prostitutas. Este servicio, desarrollado
por el propio personal sanitario, contaba con una escuela para aprender a leer y escribir, con
un taller de labores manuales, con un programa de rehabilitación poniendo en contacto a la
persona con su familia y con una bolsa de trabajo para cuando saliesen del hospital. En 1936,
había tenido ya doscientas usuarias, la casi totalidad de las cuales habían aprendido a leer y
escribir. El Dr. Peyri admitía que la bolsa de trabajo no había llegado a dar buenos
resultados, sin embrago, de todas las mujeres que asistieron a la escuela-‐taller tan sólo el 8%
66
había vuelto a la prostitución .
Además de lo apuntado, durante la República se desarrollarán también numerosos programas
sanitarios de difusión de propaganda antivenérea y de educación sexual. Serán numerosos los
carteles de la época que buscarán inculcar la responsabilidad a los hombres respecto del contagio y
enfatizarán su responsabilidad en el cuidado de la familia. Se intentaba con ello concienciar a la
población de las repercusiones sumamente negativas de las enfermedades venéreas a través de la
propaganda. Por ejemplo, en un cartel de la època, se culpaba a los padres de los males con que
67
nacían algunos hijos e hijas como ceguera, malformaciones en las extremidades, etc .
63
64
Decreto de 28 de junio..., Gaceta de Madrid , 30 de junio de 1935
NICOLÁS LAZO, Gemma,
op.
cit.,
p.
503.
65
El personal sanitario del hospital era consciente de que la mitad de las personas
ingresadas eran analfabetas. Por eso, el Dr. Peyri, en el convencimiento de que al Estado le
correspondía poner fin a la prostitución y rehabilitar a la prostituta y que el Patronat Catalá
de Protecció a la Dona solo iba dirigido a menores, decidió fundar una escuela-‐taller anexa a
la institución sanitaria.
66
NICOLÁS LAZO,
op.
cit.,
pp. 504-‐505.
67
Ibídem, p. 505.
195
|
Los carteles insistían en el autocontrol y la continencia masculinas, hecho que resquebrajaba el
sistema de “doble moral. Este programa, también tenía el objetivo de dar a conocer los
68
tratamientos antivenéreos que ofrecía el Estado y promover su utilización .
El último empuje a la mejora y a la sistematización de los servicios de la lucha antivenérea
tendrá lugar con el decreto abolicionista de 28 de junio de 1935. Con él se prohibirá el intrusismo
en el tratamiento sanitario de las enfermedades venéreas. Tan sólo médicos, privados o públicos
dispuestos por el Estado, serían los autorizados para curar científicamente a los enfermos de
venéreo (art. 13). Asimismo, en varios artículos se describirá el organigrama de los dispensarios
oficiales antivenéreos, que dependerían de la autoridad sanitaria provincial. En cada provincia,
habría un dispensario antivenéreo central, cuyo director sería el Jefe Provincial de la Lucha
69
Antivenérea .
Por último, conviene enfatizar que, en lo relativo a la prostitución, es más lo que se hizo antes
de la República (desde principios del siglo XX hasta 1931) y, durante la República hasta 1935, que las
consecuencias que se derivarán de la entrada en vigor del decreto abolicionista de 1935 que se
aprobará muy tarde y a poco más de un año de dar comienzo la Guerra Civil española, la cual
alterará profundamente el Estado de Derecho y el sistema prostitucional.
En realidad, lo que hará dicho decreto, es dar mayor cobertura legal a comportamientos que
ya estaban realizándose en la práctica, como así se inferirá de la letra de la propia Ley:
“Al acometer la honrosa empresa de dotar al país de una nueva organización antivenérea, el
Gobierno se apresura a proclamar que desea incorporarse al movimiento abolicionista que
impera desde hace años en los países más avanzados desde el punto de vista sanitario. Que
este deseo es auténtico, nada hay que pueda demostrarlo mejor que la tolerancia que sigue
prestando a la realidad presente. En efecto, España es en la actualidad oficialmente
reglamentarista, pero, prácticamente abolicionista, pues su reglamentarismo se ejerce de un
70
modo tan laxo que apenas merece el nombre de tal”
Efectivamente, antes de aprobarse el decreto del 35, ya se había establecido la libertad de las
prostitutas para abandonar los burdeles; se habían adoptado medidas para luchar contra la “Trata
de blancas”; se había reformado el Código Penal de 1870 en sus artículos 456, 459 y 466 para
adecuarlo a las normas internacionales en la lucha contra el comercio ilegal de mujeres (mayo
1904); se habían establecido leyes para hacer de la emigración un acto libre (circulares de 7 octubre
de 1902 y de 26 de febrero y 8 de abril de 1903); se había legislado para evitar la caída en la
prostitución de artistas y camareras de espectáculos públicos; se habían aprobado las “Bases para
la Reorganización de la Profilaxis Pública de las Enfermedades Venéreas” que dejaba la lucha
antivenérea al margen de los servicios de “higiene especial” propios del reglamentarismo (mayo
68
Un cartel del Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad informaba a la ciudadanía de que
la curación científica de enfermedades de la piel y venérea era gratuita en los dispensarios
oficiales del Estado. En la imagen aparecía un hombre entrando en un dispensario y una
enfermera con un bebé. No se identificaba en este caso enfermedad venérea con
prostitución.
69
Decreto de 28 de junio de 1935, Gaceta de Madrid, 30 de junio, p. 2558.
70
Decreto de 28 de junio..., Gaceta de Madrid, 30 de junio de 1935, Exposición de Motivos,
p. 2555.
196
|
1930); se había levantado la mano en la obligación de la inscripción en el registro de las prostitutas;
se había suprimido el Real Patronato para la Represión de la Trata de Blancas por un organismo
más profesional (El Patronato de Protección de la Mujer); se había aprobado el decreto de abril de
1932 que suprimía cualquier impuesto sobre la actividad prostitucional y la financiación con éste de
los servicios antivenéreos; se había aprobado la ley del divorcio que contemplaba el contagio
venéreo como causa justificada para la disolución del matrimonio; se habían aumentado los
centros de atención a las enfermedades venéreas y, los hombres, habían empezando ya a
compartir con las mujeres la responsabilidad en la adquisición y contagio de dichas patologías.
Es evidente que se podría haber hecho más, pero no hay que despreciar lo mucho que se hizo.
Lamentablemente, derrotada la República en la Guerra Civil española, el reglamentarismo se
volverá a implantar en España por decreto de 27 de marzo de 1941, el cual rezaba con las siguientes
palabras:
“El aumento de la morbilidad por enfermedades venéreas, ocasionado principalmente a causa
de la relajación moral que se padeció en la zona roja y por falta de la debida atención al
problema por las sedicentes autoridades de la misma, obligan al Poder Público a adoptar
determinadas medidas, para cuya ejecución es indispensable dejar sin efecto textos legales
todavía subsistentes, cuya aplicación no han tenido los resultados deseables”.
En su virtud, previa deliberación del Consejo de Ministros, Dispongo:
Artículo único. Se deroga el Decreto del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión de
veintiocho de junio de 1935, relativo a la reorganización de la Lucha Antivenérea.
Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veintisiete de marzo de mil
novecientos cuarenta y uno”.
Firmado: Francisco Franco
Con la llegada de la Dictadura, la mujer experimentará un gran retroceso en las
conquistas sociales y políticas conseguidas hasta ese momento que, como no podía ser de
otro modo, afectarán al mundo de la prostitución.
197
|
Violencia
de
género
198
|
CARACTERÍSTICAS
DE
LOS
HOMBRES
QUE
MALTRATAN
A
SUS
PAREJAS
Demelza
Fortes
Marichal
INTRODUCCIÓN
1
La ONU define la violencia contra las mujeres como todo
acto
de
violencia
basado
en
la
pertenencia
al
sexo
femenino
que
tenga
o
pueda
tener
como
resultado
un
daño
o
sufrimiento
físico,
sexual
o
psicológico
para
la
mujer,
así
como
las
amenazas
de
tales
actos,
la
coacción
o
la
privación
arbitraria
de
la
libertad,
tanto
si
se
producen
en
la
vida
pública
como
en
la
privada. En
la sociedad actual una de las formas más frecuentes de maltrato hacia la mujer es la ejercida
2
por su pareja o ex pareja habiéndose encontrado, además, que la probabilidad de que una
mujer pueda sufrir agresiones repetidas, lesiones, violaciones o que muera a manos de su
3
pareja es mayor que si se trata de otro tipo de agresores . Las consecuencias que el maltrato
por parte de la pareja tiene en las mujeres que lo sufren se dan no solo a corto plazo sino que
3
ONU, 20 de diciembre de 1993:“Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer”, http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf, encontrada el 18 de abril de 1993.
4
KRUG, Etienne, DAHLBERG, Linda, MERCY, James, ZWIN, Anthony, LOZANO, Rafael,
“World
Report
on
Violence
and
Health”.
Organización Mundial de la Salud, Ginebra( 2002).
5
BROWNE , Angela y WILLIAMS, Kirk , «Gender, intimacy and lethal violence: Trends from
1976-‐1987». Gender
&
Society, vol. 7 (1993), pp. 78-‐98.
6
WHITE, Jacquelyn, KOSS, Mary, KAZDIN , Alan, «Conclusions and next steps», en WHITE
Jacquelyn, KOSS Mary, KAZDIN Alan (eds.), “Violence against women and children”. DC,
American
Psychological
Association,
Washington, (2010), pp. 287-‐310.
7
GRAHAM-‐BERMANN, Sandra, LEVENDOSKY, Alytia, «Introduction», en GRAHAM-‐
BERMANN, Sandra, LEVENDOSKY, Alytia (eds.), “How intimate partner violence affects
children: Developmental research, case studies, and evidence-‐based intervention”. DC,
American
Psychological
Association,
Washington, (2011), pp. 3-‐16.
199
|
4
también estas secuelas se presentan a largo plazo afectando tanto a la salud y la calidad de
5
vida de las mujeres como a la de sus hijos e hijas . Estudios realizados en diversas partes del
mundo han evidenciado que es probable que el hombre que maltrata a su pareja también se
muestre violento con sus hijos e hijas, aunque las tasas de asociación entre el maltrato a la
mujer y a los/as hijos/as difieren en función de que se trate de muestras comunitarias o
clínicas. En un intento de comprender los correlatos y las causas de la violencia que ejerce el
hombre sobre su pareja se han realizado diversos estudios sobre las características de dichos
6
agresores los cuales son relativamente recientes. La gran cantidad de mujeres maltratadas
por su pareja ha provocado un gran interés en la comunidad científica por el estudio de las
7
características psicológicas y de personalidad de los agresores . Estudios que han generado
que cada vez haya más consenso entre los/as investigadores/as en señalar que no existe un
8
único perfil de agresor . Dichos estudios evidencian, además, que los agresores pueden ser
hombres muy diferentes en cuanto a status social, posición económica, estudios, adscripción
política, creencias religiosas, etc.
8
HOLTZWORTH-‐MUNROE, Amy, MEEHAN, Jeffrey, «Typologies of men who are martially
violent. Scientific and clinical implications». Journal
of
Interpersonal
Violence,
vol. 19 (2000),
pp.
1369-‐1389.
9
FERNÁNDEZ MONTALVO, Javier, ECHEBURRÚA, Enrique, “Hombres condenados por
violencia grave contra la pareja: Un estudio psicopatológico”. Análisis
y
Modificación
de
Conducta, vol. 31, (2005), pp. 138-‐475.
10
HUSS, Mathew, LANGHINRICHSEN-‐ ROHLING, Jennifer, «Identification of the
psychopathic batterer: the clinical, legal, and policy implications». Aggression
and
Violent
Behavior,
vol. 5 (2000), pp. 403-‐422.
11
FERNÁNDEZ MONTALVO, Javier, ECHEBURRÚA, Enrique,
“Variables psicopatológicas y
distorsiones cognitivas de los maltratadores en el hogar: un análisis descriptivo”. Análisis
y
Modificación
de
Conducta,
vol.
23, (1997), pp. 151-‐180.
12
LOINAZ , Ismael, ECHEBURRÚA, Enrique, TORRUBIA, Rafael, “Tipología de agresores
contra la pareja en prisión”. Psicothema,
vol.
22
(2010), pp. 106-‐111.
200
|
9
Dentro del entorno español destacan los trabajos de Echeburúa y sus colaboradores
quienes presentan dos perfiles de hombres agresores con sus parejas: violentos
solo
con
sus
parejas
y agresivos
en
general.
En el primero incluyen los hombres que ejercen violencia de
elevada intensidad con su pareja en la intimidad pero que en público se comportan de forma
adecuada. Afirman que, en estos casos, sus frustraciones cotidianas fuera del domicilio, así
como el abuso de alcohol o los celos patológicos, contribuyen a desencadenar episodios de
agresiones en el ámbito privado. Por el contrario, los violentos
en
general son hombres que se
muestran agresivos con sus parejas y con el resto de las personas, caracterizándose por
presentar ideas distorsionadas sobre la utilización de la violencia como forma adecuada de
10
resolver los problemas. En un estudio posterior realizado con una muestra de 50
maltratadores internados en un centro penitenciario también se concluyó la existencia de dos
tipos de agresores, diferentes y muy similares al de la propuesta anterior, al primero le
denominaron “violentos con la pareja/estables emocionalmente/integrados socialmente” y
se caracterizaban porque se mostraban exclusivamente violentos con la pareja, tenían una
autoestima más adecuada, menos distorsiones cognitivas, consumían menos alcohol y/o
drogas, controlaban más su cólera y contaban con menos antecedentes penales. Al segundo
grupo lo calificaron como “violentos generalizados/poco estables emocionalmente/no
integrados socialmente” y se caracterizaban porque se mostraban violentos con otras
personas que no era su pareja, presentaban alteraciones de la personalidad, abusaban del
alcohol y/o de las drogas, tenían más distorsiones cognitivas y contaban con un mayor
número de antecedentes penales. El conocer las características de los maltratadores también
es relevante para la prevención de la violencia ya que se ha planteado la existencia de una
“transmisión intergeneracional de la violencia”, que propone que las personas son violentas
11 12
en la adultez porque fueron testigos o víctimas de violencia en su infancia .Aunque se
trata de una hipótesis criticada, existiendo gran diversidad en las investigaciones realizadas
13
STITH, Sandra, ROSEN, Karen, MIDEELETON, Kimberly, BUSCH, Amy, LUNDEBERG,
Kirsten, CARLTON, Russell, “The Intergenerational Transmission of Spouse Abuse: A Meta-‐
Analysis”. Journal
of
Marriage
and
the
Family, vol. 62 (2000), pp. 640-‐654.
14
WIDOM, Cathy, “The Cycle of Violence”. Science,
vol. 244 (1989A), pp.160-‐166.
15
WIDOM, Cathy, “Does violence beget violence? A critical examination of the literature”.
Psychological
Bulletin,
vol. 106 (1989b), pp. 3-‐28.
16
CHAN, Ko Ling, Brownridge, Douglas, “Personality characteristics of Chinese male
batterers: An exploratory study of women`s reports from a refuge sample of battered
women in Hong Kong”. American
Journal
of
Men`s
Health,
vol. 2 (2008), pp. 218-‐228.
201
|
13
para ponerla a prueba, algunas de las cuales tienen problemas metodológicos , en varios
estudios se han encontrado asociaciones entre la violencia en la familia de origen y el
14
maltratar posteriormente a su pareja . Desde una perspectiva más aplicada, la tipología de
los agresores también ha sido útil, para ajustar mejor las intervenciones psicológicas con esta
población así como para alertar a las mujeres que sufren dicha violencia y a los y las
profesionales de los servicios en un intento de evitar las manipulaciones de los maltratadores
así como de prevenir esta forma de violencia. Una de las variables consideradas con mayor
frecuencia como factor de riesgo del maltrato a la mujer por su pareja ha sido el consumo de
alcohol y/o drogas por parte del maltratador, sustancias a las que, desde una perspectiva
popular se ha atribuido un papel causal de la violencia contra las mujeres, exculpando así al
agresor y/o no considerándole totalmente responsable de la violencia ejercida. Pero, aunque
se ha planteado que es más probable que el hombre que maltrata a su pareja tenga una
historia de abuso de alcohol y/o de consumo de drogas, no se ha encontrado enlace causal
entre dicho consumo y el maltrato a la pareja. Así, actualmente se reconoce que aunque el
consumo de alcohol y/o de drogas por parte del hombre que maltrata a su pareja puede
asociarse con dicha violencia, no es la causa de ello, pudiendo actuar únicamente como
15
variable mediadora . Pese a ello, existe evidencia de que el consumo de alcohol está
asociado a una mayor incidencia, frecuencia y gravedad del maltrato a la pareja, la relación
16
no es directa . Pero, aunque son varios los estudios realizados en diversos países, aún son
muchas las cuestiones por responder. Además, la mayoría de investigaciones se han hecho
con hombres de otros entornos socioculturales por lo que se desconoce la medida en que los
resultados obtenidos pueden ser aplicados al nuestro. Y ello es importante porque el conocer
las características de los hombres que maltratan a su pareja tiene interés, no solo teórico,
sino también aplicado. Por tanto, el objetivo del presente trabajo es analizar las
características de los hombres que maltratan a su pareja en lo relativo a la violencia ejercida,
17
UNGER, Rhoda, CRAWFORD, Mary, “Women and gender. A feminist psychology. Nueva
York: McGraw-‐Jill, 1999.
18
HUTCHISON, Isobel, “Alcohol, fear, and women abuse”. Sex Roles, vol. 40 (1999), pp. 893-‐
920.
19
MATUD, Pilar, Impacto psicológico del maltrato a la mujer: un análisis empírico. Memoria
de investigación. Tenerife: Instituto Canario de la Mujer, 1999.
202
|
sus antecedentes familiares de violencia, la formación y práctica religiosa y el consumo de
sustancias.
MÉTODO
1.
Muestra
La muestra del presente trabajo está formada por 786 mujeres que eran o habían sido
maltratadas por su pareja. Todas ellas participaron de forma voluntaria en el estudio y eran
usuarias de diversos servicios públicos para mujeres víctimas de violencia de género de la
comunidad canaria. Lo más común es que el maltrato sufrido fuese físico y psicológico, lo que
se da en casi la mitad de las mujeres; o físico, psicológico y sexual, lo que se daba en
prácticamente la tercera parte. Era menos frecuente que se tratase únicamente de maltrato
psicológico, lo que sucedía en menos de la quinta parte de las mujeres, y eran minoría las que
habían sufrido maltrato psicológico y sexual. Cuando fueron entrevistadas, la mayoría de las
mujeres ya no convivía con el agresor, si bien la quinta parte de ellas se encontraba en algún
recurso alojativo para víctimas de violencia de género.
2.
Instrumento
y
procedimiento
Entrevista
semiestructurada
de
historia
y
tipo
de
maltrato.
Entrevista semiestructurada
17
realizada por
Matud en la que se indaga en los aspectos fundamentales relacionados con la
dinámica del maltrato a la mujer por parte de su pareja. Además, se recoge información
sobre las características personales del agresor tales como la violencia que ejerce hacia otras
personas, si tiene o ha tenido problemas con la justicia, antecedentes de violencia en su
familia de origen, creencias religiosas y consumo de alcohol y/o drogas, así como análisis de
la conducta de fumar.
El acceso a la muestra fue a través de diversos centros públicos de atención a las mujeres
víctimas de violencia de la comunidad autónoma. A dichos servicios las mujeres habían
acudido voluntariamente solicitando apoyo psicológico, social o jurídico. Cada mujer fue
entrevistada de forma individual por una psicóloga formada en violencia de género y en su
evaluación. Para garantizar la confidencialidad de la información y generar un clima de
confianza que favoreciese la obtención de datos fidedignos, en los registros se omitió el
nombre de la mujer y cualquier otro dato que permitiese su identificación. Los datos de este
estudio forman parte de una serie de investigaciones más amplias sobre el maltrato a la
mujer por su pareja. Los análisis estadísticos se realizaron con la versión 18 del programa
SPSS para Windows.
203
|
RESULTADOS
Los datos relativos a la violencia del maltratador hacia otras personas distintas a su
pareja mostraron que, si bien casi la décima parte de las mujeres respondieron que
desconocían si su pareja era agresivo con otras personas, lo más común era que los agresores
se mostraran violentos únicamente con su pareja, aunque se observó una cierta variabilidad.
Cuando se analizó si la violencia era únicamente hacia su pareja o ex pareja, y se tuvieron en
cuenta únicamente los datos de las mujeres que aportaron información sobre la violencia de
su pareja hacia otras personas, se encontró que el 47,3% de los maltratadores únicamente era
violento con su pareja.
Prácticamente la quinta parte presentaba violencia generalizada y el resto solo era
violento con determinadas personas, generalmente su familia, compañeros/as y/o amistades.
Y algunas mujeres respondieron que su pareja solo se mostraba violenta cuando consumía
alcohol.
Al analizar los problemas y/o antecedentes de los agresores con la ley algunas mujeres
(el 6,1%) informaron desconocerlo, dándose una cierta variabilidad en el tipo de problema de
los agresores que presentaban antecedentes penales. La quinta parte de los maltratadores
había tenido varios problemas legales. Lo más común es que se tratase de agresiones a otras
personas, o que se relacionase con el maltrato a su pareja o ex pareja, con el tráfico de drogas
o por conducir bajo los efectos del alcohol. Algunas mujeres informaron de que los problemas
de su pareja con la ley fueron por incumplir el convenio con la propia mujer o con su expareja,
o por violencia sexual a otras personas o a menores. Y destaca que tres de los agresores se
encontraban en prisión cuando su pareja fue entrevistada.
El análisis de la formación religiosa evidenció que la mayoría de los maltratadores (el
75,7%) habían recibido educación religiosa, siendo lo más común la religión católica,
aunque también los hay que profesan otras religiones, sobre todo la musulmana. Según
la información de las mujeres, la mayoría no realizaba prácticas religiosas, si bien la quinta
parte sí lo hacía y el 5,2% de los maltratadores llevaba a cabo prácticas religiosas con mucha
frecuencia. Y, aunque más de la mitad de los agresores (el 67,5%) no le atribuía ninguna
importancia a la religión para la tercera parte sí era importante en mayor o menor medida.
Al analizar los antecedentes familiares de violencia de los hombres que maltratan a sus
parejas se encontró que casi la mitad de los agresores carecía de dichos antecedentes. De los
que sí tenían tales antecedentes lo más común es que se tratase de violencia ejercida por
parte del padre, lo que se dio en prácticamente la mitad de los agresores, siendo el único
progenitor violento en el 44,7% de los casos. Pese a ello, se encontró bastante variabilidad,
siendo en ocasiones también violenta la madre o ambos progenitores, además de otras
personas de la familia tales como, por ejemplo, abuelos/as, tíos/as. Prácticamente en la
tercera parte de los casos la única víctima era la madre, en el 12,1% lo eran hijos e hijas y en el
5,9% la madre y sus hijos/as. Y era mucho menos frecuente que fuesen víctimas de violencia
otros/as familiares.
El análisis del consumo de bebidas alcohólicas de los agresores mostró que el 26,1% era
totalmente abstemio existiendo bastante variabilidad en el patrón de consumo del resto.
204
|
Prácticamente la mitad no toma bebidas alcohólicas a diario. De los que sí beben lo más
común es que ingieran un número considerable de copas. El patrón de bebida durante el fin
de semana era similar al diario, si bien era algo mayor el número de maltratadores que
bebían durante los fines de semana. En cuanto al consumo ocasional se trata del patrón de
bebida que con mayor frecuencia incluye una ingesta más baja de alcohol (una sola copa)
aunque también se observó bastante variabilidad. Al analizar el consumo de drogas se
encontró que poco más de la mitad de las mujeres afirmó que su pareja no las consumía.
Entre los que sí consumían se daba mucha variabilidad en el tipo de droga y en el patrón de
consumo. Destaca que lo más común es el consumo habitual, bien de varias drogas, lo que se
daba en casi el 10% de los maltratadores, de cocaína (el 8,7%) o de fumar hachís o marihuana
(el 6,2%).
Al analizar la conducta de fumar tabaco se encontró que casi la mitad (el 45,9%) de los
maltratadores no fumaba. De los agresores que sí fumaban lo más común es que consumieran 2
cajetillas al día, aunque también los había que fumaban menos de 9 cigarrillos al día.
CONCLUSIONES
El objetivo del presente trabajo fue analizar las características de los hombres que
maltratan a sus parejas respecto a lo relativo a la violencia ejercida, antecedentes familiares
de violencia, formación religiosa y consumos de sustancias. Aunque se encontró mucha
diversidad en tales variables, tal y como se conoció a través de la información que facilitaron
las mujeres sobre sus agresores, la mayoría de los maltratadores solo eran violentos con sus
parejas. Y más de la mitad carecía de antecedentes penales. La variabilidad encontrada en el
presente trabajo en las características de los agresores, y la generalidad de su violencia, apoya la
18
perspectiva de quienes afirman que no existe un único perfil de maltratador . También destaca
que la mayoría de las parejas violentas habían recibido educación religiosa, siendo lo más
común la religión católica, aunque también los hay que profesan otras religiones, sobre todo la
musulmana. En cuanto a la práctica religiosa la mayoría no la llevaba a cabo, si bien casi la
quinta parte sí lo hacía, incluso algunos de ellos llevaban a cabo prácticas religiosas con mucha
frecuencia. Aunque más de la mitad de los agresores no le atribuía ninguna importancia a la
religión para la tercera parte sí era importante en mayor o menor medida. Se encontró que casi
la mitad de los hombres que maltrataban a su pareja carecían de antecedentes familiares de
violencia. De los que sí tenían tales antecedentes, lo más común es que el perpetrador fuera el
padre, aunque se daba bastante variabilidad en la identidad de la persona agresora. Lo más
común es que la víctima de dicha violencia fuese la madre. En conjunto, menos de la quinta
parte de los agresores informó de haber sufrido violencia directa en su familia de origen. Poco
más de la cuarta parte nunca consumía alcohol y solo la mitad de los agresores lo hacía a diario,
existiendo mucha variabilidad en la cantidad de bebidas alcohólicas consumidas. Prácticamente
la mitad de los maltratadores no consumía drogas y, entre los consumidores, se daba mucha
18
HUSS, Matthew y LANGHINRICHSEN – ROHLING, Jennifer, “Identification of the psychopathic
batterer: the clinical, legal, and policy implications”. Aggression
and
Violent
Behavior, vol. 5
(2000), pp. 403-‐422.
205
|
variabilidad en el tipo de droga así como en el patrón de dicho consumo. Estos últimos datos
confirman, al igual que ya lo han hecho trabajos anteriores, que no existe relación directa entre
el consumo de sustancias estupefacientes y el maltrato a la mujer por su pareja. Lo que se
observa es que el hombre que maltrata a su pareja usa el alcohol y/o las drogas como excusa
para disminuir y/o justificar su responsabilidad sobre la conducta violenta.
En conjunto, estos datos de los agresores muestran que, aunque existe mucha variabilidad
y no se trata de un grupo homogéneo, lo más común es que los hombres que maltratan a su
pareja se muestren solo violentos con ella. Además, la mayoría de los agresores no presentan
antecedentes penales. Por tanto, la violencia que ejercen los agresores sobre su pareja parece
ser un fenómeno bastante selectivo y directo con una clara intención por parte de los
maltratadores: dominar y/o controlar a las mujeres.
Aunque el presente trabajo contribuye a aumentar el conocimiento de los hombres que
maltratan a sus parejas, también tiene una serie de limitaciones, tales como que los datos han
sido recogidos a través de las propias mujeres maltratadas por su pareja, donde algunas de las
cuestiones formuladas tienen un carácter retrospectivo, por lo que pueden darse sesgos de
memoria. También se debe destacar que se trataba de mujeres que habían acudido en
demanda de ayuda a centros públicos de atención para víctimas de violencia de género, por
lo que pueden no ser representativas de todas las mujeres maltratadas por su pareja.
206
|
EL
TRATAMIENTO
DE
LA
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EN
EL
CONTENIDO
DE
LOS
ESTATUTOS
DE
AUTONOMÍA
Kahale
Carrillo,
Djamil
Tony
INTRODUCCIÓN
Las Comunidades Autónomas han aprobado leyes de prevención y protección integral de
las mujeres contra la violencia de género, bajo el manto de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de
diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que las han
denominado de diversas maneras por incluir otras actuaciones que no son en exclusiva
medidas contra la problemática de malos tratos; como la Ley de igualdad de oportunidades
entre mujeres y hombres, entre otras. En la mayoría de los casos, su contenido es parejo al IV
Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y (2003 -‐ 2006), elaborado por el Instituto
de la Mujer, aunque con las adaptaciones necesarias para responder a las condiciones y
1
necesidades específicas de las mujeres en sus respectivas autonomías .
La solución a esta problemática no depende exclusivamente del Estado, las
Comunidades Autónomas deben coparticipar en ello al tratar de mejorar las competencias
que actualmente tienen, al ir más allá de sus reducidos e imprecisos títulos competenciales
de sus propios Estatutos de Autonomía. En el sentido de que se reformen y puedan aplicar
mejor sus competencias, y, por ende, detectar, prevenir y erradicar la violencia de género y
garantizar la atención y asistencia integral a sus víctimas con más seguridad jurídica.
Lamentablemente, la gran mayoría de los distintos Estatutos autonómicos no contienen
competencias detalladas en sus enunciados, y, en algunos casos, son genéricas, ambiguas e
imprecisas.
Al momento de redactar la Constitución Española y los diferentes Estatutos de
Autonomía no se había establecido un marco competencial en cuanto a las políticas de
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Bajo este contexo, se debe aprovechar
en las reformas de los Estatutos de Autonomía para que establezcan, en el marco jurídico de
la Carta Magna que tienen estos textos, los derechos de las mujeres y los instrumentos para
prevenir y erradicar la violencia de género. Los Estatutos autonómicos son normas
institucionales básicas de las Comunidades Autónomas, reconocidas por el texto
1
En este sentido, la Estrategia Comunitaria sobre la Igualdad entre Hombres y Mujeres
(2001-‐2005) pretende establecer un marco de acción y de la cual todas las actividades
comunitarias puedan contribuir a alcanzar el objetivo de eliminar las desigualdades y
fomentar la igualdad entre hombres y mujeres, tal y como lo establece el artículo 3.2 del
Tratado de la Comunidad Europea.
207
|
constitucional, que forman parte del ordenamiento jurídico del Estado. Por consiguiente,
poseen la capacidad para organizar instituciones de autogobierno y la competencia en el
ámbito de la asistencia social, por ello no existe ningún inconveniente para que incluyan
dentro de sus cometidos la competencia específica para la protección integral de la mujer a
fin de detectar, prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género.
El estudio tiene por objeto establecer las razones por las que se deben reformar los
Estatutos de Autonomía para que puedan adoptar las medidas contra la violencia de género
en sus títulos competenciales. La metodología de investigación que se ha llevado a cabo para
materializar este trabajo, se ha basado, fundamentalmente en una revisión normativa sobre
la violencia de género, vista desde diferentes ópticas. Asimismo, se ha realizado la revisión y
el análisis bibliográfico de artículos de revistas jurídicas especializadas, libros, Internet, bases
de datos y jurisprudencia en relación al tema.
LA
LEY
ORGÁNICA
DE
LOS
ESTATUTOS
DE
AUTONOMÍA
DE
CATALUÑA
Y
DE
LA
COMUNIDAD
VALENCIANA
COMO
EJEMPLOS
DE
INCORPORACIÓN
DE
LA
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EN
SUS
COMPETENCIAS
ESPECÍFICA
El debate sobre la reforma de los Estatutos de Autonomía en ciertas Comunidades
Autónomas, así como en la propia Constitución Española, están cobrando un especial
protagonismo en la actualidad política de España. Desde esta perspectiva, la reforma de los
Estatutos no puede transformarse en una competición entre Comunidades Autónomas, ni
mucho menos en una guerra contra el Estado para quitarle competencias, al contrario debe
tenerse como norte el reforzamiento de los principios de cooperación, cohesión social y
2
territorialidad .
Se han propuesto varias medidas contra la violencia de género, la más resaltante se ha
recogido en el Congreso Internacional de Género, Constitución y Estatutos de Autonomía,
organizado por el Centro de Nuevas Estrategias de Gobernanza Pública del Instituto Nacional
de Administración Pública en colaboración con la Red Feminista de Derecho Constitucional.
En este evento se proponen las bases para la incorporación de las perspectiva de género en
las reformas de los Estatutos de Autonomía al señalar que “los poderes públicos adoptarán
las medidas necesarias para la prevención y erradicación de la violencia ejercida contra las
mujeres y garantizarán la atención y asistencia integral a las víctimas de violencia de género,
3
disponiendo los recursos adecuados para ello” .
De su lectura se desprende que la propuesta es incompleta si se parte del hecho que no
existe en los actuales Estatutos de Autonomía de las distintos Entes públicos territoriales
2
KAHALE, Djamil, La violencia de género en el contenido de los Estatutos de Autonomía.
Madrid, Dykinson, 2010.
VIDAL, José M. «Presentación», en FREIXES, Teresa y SEVILLA, Julia, (coords.), Género,
Constitución
y
Estatutos
de
Autonomía, Instituto Nacional de Administración Pública,
Madrid, 2005, p. 17.
3
208
|
previsiones sobre esta problemática, con excepción, entre otros, el de la Comunidad
Autónoma de Cataluña y el de la Comunidad Valenciana que han sido las primeras
Comunidades en implantarlo. El primero establece en el artículo 153, titulado como las
4
“Políticas de género” , que le corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva en
materia de políticas de género, que respetando lo establecido por el Estado en el ejercicio de
la competencia que le atribuye el artículo 149.1.1 de la CE, le compete en todo caso:
a) La planificación, diseño, ejecución, evaluación y control de normas, planes y
directrices generales en materia de políticas para la mujer. Así como el
establecimiento de acciones positivas para conseguir erradicar la discriminación por
razón de sexo que tengan que ejecutarse con carácter unitario para toda la Comunidad
de Cataluña.
b) La promoción del asociacionismo de mujeres que realizan actividades atañidas con la
igualdad y la no discriminación, y de las iniciativas de participación.
c) La regulación de las medidas y los instrumentos para la sensibilización sobre la
problemática de la violencia de género y para su detección y prevención, así como la
regulación de servicios y recursos propios destinados a conseguir una protección
integral del colectivo femenino que haya sufrido o sufra este tipo de violencia.
El segundo, el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, en su Exposición de
5
Motivos y en el artículo 13 hace mención a la protección social de la violencia de género , en
el que la Generalitat garantizará el derecho de acceso a una vivienda digna, y otorgará
ayudas para promover este derecho a las mujeres maltratadas (art. 19); mientras que en el
Estatuto catalán no señala en su Exposición de Motivos ninguna mención a la protección
social contra los malos tratos hacia el colectivo femenino. No obstante, dentro del articulado,
de este último, señala tres matizaciones:
a) “Derecho de las Mujeres”: Se hace mención a los derechos establecidos en los
artículos 15 y 23.2 del texto constitucional, en exclusiva, al colectivo femenino, en
relación al derecho al libre desarrollo de la personalidad y la capacidad personal, a
vivir con dignidad, seguridad y autonomía, y libres de malos tratos y de toda
discriminación. Así como el derecho a participar en igualdad de oportunidades con
los hombres en los ámbitos públicos y privados (art. 19).
b) “Perspectiva de género”: Aborda cinco cometidos que deben garantizar y velar los
poderes públicos hacia las mujeres (art. 41): 1) El cumplimiento del principio de
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y garantiza la no
discriminación de las mujeres por causa de embarazo o maternidad, 2) Garantiza el
principio de transversalidad del colectivo femenino en las políticas públicas, 3)
Garantiza de modo integral todas las formas de violencia, sin excluir las violencias
4
Ley Orgánica 6/2006, de 19 de julio, de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña
(BOE núm. 172, de 20 de julio de 2006).
5
Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de Reforma de la Ley Orgánica 5/1982, de 1 julio, de
Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana (BOE núm. 86, de 11 de abril de 2006).
209
|
sucedáneas, que no dejan de ser relevantes, y promueven la participación de las
asociaciones y grupos de mujeres en la participación de dichas políticas, 4) Reconoce
y toma en cuenta el valor económico del trabajo del cuidado y atención en el ámbito
doméstico y familiar, 5) Vela para que la libre decisión de la mujer sea determinante
en los supuestos que afecten a su dignidad, integridad y bienestar físico y mental, en
especial, en lo que concierne al propio cuerpo y a su salud reproductiva y sexual.
c)
“Políticas de género”: La Generalitat tiene la competencia exclusiva en ésta
materia, y regula las medidas e instrumentos para sensibilizar a la sociedad sobre la
violencia de género, su detección y prevención. Así como la regulación de servicios
y recursos propios destinados a la protección integral del colectivo femenino que
haya sufrido o sufra los malos tratos (art. 153).
Al contrastar la propuesta del Congreso Internacional de Género, Constitución y
Estatutos de Autonomía, con el Estatuto de Cataluña y el Valenciano se evidencia que el
primero señala con más exactitud que el segundo las medidas contra la violencia de género,
dado que recoge desde la sensibilización y detección de esta problemática, para su posterior
prevención y regulación de servicios y recursos destinados a la protección integral de la
mujer. Y la propuesta de Gobernanza solo previene, erradica y garantiza la atención y
asistencia integral a las víctimas de violencia de género, más no la detecta.
Partiendo de estos precedentes autonómicos en las próximas líneas se señalarán las
razones necesarias para que las Comunidades Autónomas, que aún no lo hayan hecho,
incluyan medidas contra la violencia de género en sus Estatutos de Autonomía como
competencia exclusiva.
PROPUESTAS
PARA
LA
INCORPORACIÓN
DE
LA
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EN
LOS
ESTATUTOS
DE
AUTONOMÍA
En la mayoría de las Comunidades Autónomas se han dictado en los últimos años
diferentes leyes de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres que disponen
medidas contra la violencia de género. Asimismo, se han promulgado normas relativas al
empleo y a la vivienda, y se han creado Observatorios de Género, así como distintos planes
integrales para la erradicación de la violencia de género. Sin embargo, existe una legislación
dispersa en un sinfín de normas de distintos rangos, que hacen imposible su seguimiento y
aplicación. Por esta razón, los Estatutos de Autonomía de las diferentes Comunidades
Autónomas deberían regular las disposiciones necesarias para aplicar las diferentes políticas
contra la problemática de la violencia de género.
Algunas Comunidades Autónomas, como ya se ha adelantado, han desarrollado sus
respectivas leyes de igualdad, entre otras; sin embargo, no disponen de las mismas, pero han
aprobado modificaciones legales para dar cumplimiento al principio de igualdad, referidas a
la transversalidad de dichas políticas de igualdad entre mujeres y hombres, la conciliación de
210
|
6
la vida laboral y familiar, y medidas contra la violencia de género, entre otras . Estas
prioridades, en muchas ocasiones, pueden no coincidir con las actuaciones que se impulsan
desde la Administración General del Estado, ello provoca la ineficiencia de algunas de las
propuestas de actuación y desnaturaliza una competencia formalmente calificada como
exclusiva en los Estatutos de Autonomía.
Las razones que se plantean para una reforma estatutaria surge del análisis del marco
legislativo comparativo en relación al principio de igualdad de oportunidades y no
discriminación por razón de sexo consagrado en la legislación internacional, europea e
interna, en el que las mujeres y los hombres somos iguales ante la ley y nos corresponden los
mismos derechos y deberes. Desde esta premisa se procederá a señalar las observaciones
oportunas que serían necesarias para que los Estatutos autonómicos incorporen medidas
contra la violencia de género:
1.
Establecimiento
de
títulos
en
materia
competencial
más
amplios
y
detallados
La mayoría de los Estatutos de Autonomía analizados señalan de manera genérica que la
Comunidad Autónoma tendrá competencia exclusiva en la promoción de la igualdad de la
mujer. Por consecuencia, tienen una amplia competencia sin que se especifiquen los ámbitos
que pueden conducir a la promoción de la igualdad. La expresión “promoción de la igualdad
de la mujer” es bastante ambigua, en vista que no señala el término de comparación con el
que se predica la igualdad, o sea, a los hombres. Paralelamente, no indica el tipo de igualdad
que se pretende promover, ello da la sensación que queda reducida al ámbito formal objetivo
a que hace referencia el artículo 14 de la Constitución Española. Al igual que no establece los
parámetros para alcanzar dicha finalidad, ni los ámbitos en los que podría participar.
Por ello, debería existir una mayor precisión y garantía de las materias competenciales
de las Comunidades Autónomas en relación a la problemática de malos tratos, dado que
implicaría ayudar, significativamente, a clarificar los problemas que con frecuencia se dan en
la identificación de los contenidos materiales que corresponden a los diversos títulos
competenciales. Ya son conocidas las dificultades que habitualmente se dan para situar una
determinada decisión normativa en un concreto título competencial. Los substratos
materiales de cada competencia no son siempre claros e inequívocos y, por ende, las
interrelaciones son muy frecuentes; ello dificulta determinar la prevalencia de uno, dos o más
títulos en juego. Es indudable que el problema radica cuando el operador jurídico deba
interpretar conceptos competenciales excesivamente genéricos e indeterminados, y de la
cual deba tenerse en cuenta la incertidumbre que ello implica. En cambio, en la medida que
los Estatutos autonómicos perfilen y acoten mejor el alcance y contenido de sus
competencias, contribuirían a una mayor identificación de las materias que constituyan la
base de cada título competencial.
6
Vid. KAHALE, Djamil, El
distintivo
empresarial
en
materia
de
igualdad, Editorial Síntesis,
Madrid, 2012. KAHALE, Djamil, La
Responsabilidad
Social
de
Género, Aranzadi – Thomson
Reuters, Cizur Menor, 2013.
211
|
Una solución como ésta podría limitarse, en gran parte, al problema de la fragmentación
que hoy en día presentan las cláusulas competenciales, al construir bloques materiales más
coherentes y definidos. En este sentido, el Estatuto autonómico podría utilizarse para dar
una mayor sistemática y un perfil más preciso al alcance material de las competencias de las
Comunidades Autónomas, al reducir o eliminar los problemas que actualmente se presentan
a la hora de apreciar cuál es la materia a considerar. Al adoptarse ésta propuesta se trataría
de impedir, en el futuro, el riesgo de un desmembramiento de las competencias autonómicas
derivado de la excesiva interferencia y prevalencia de otros títulos estatales menos
específicos, o que tienen una relación exclusivamente indirecta con estas. A este resultado,
también, podría contribuir la incorporación de elementos que permitiesen dar mayor
cohesión a las materias competenciales de los Estatutos autonómicos al establecer criterios
de integración instrumental o por conexión.
Hay que recordar, como apoyo a lo expuesto hasta ahora, que después de la Constitución
Española son los Estatutos de Autonomía las normas más relevantes del ordenamiento
jurídico español. Lo anterior no significa que la Carta Magna ordene desarrollar en los
Estatutos autonómicos la descentralización política territorial, sino, al contrario, la
complementa, que es la razón de su trascendencia. Por ello, la define como la norma
institucional básica de cada Comunidad Autónoma.
No obstante, la nueva reforma autonómica que podría adoptar las diferentes
Comunidades Autónomas debería ser más delimitada en relación a la problemática de la
violencia de género, al establecer las medidas que deberían adoptar y señalar los
instrumentos para detectar, prevenir y erradicarla; así como garantizar la atención y
asistencia integral al colectivo femenino que haya sufrido o sufra este tipo de violencia.
Sería interesante que el legislador autonómico, e incluso el nacional, fuera más riguroso
con la terminología que utiliza para referirse a la violencia, ya que tienden a confundir y
considerar como sinónimas expresiones que tiene matices muy distintos, ello trae como
resultado la desaparición en la práctica de estos términos. Supuesto que se trae a colación
por ser desacertado el término que utiliza la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, por no corresponder con la
limitada situación que protege; por consiguiente, crea unas expectativas que quedan luego
incumplidas. La Ley señala la “protección integral contra la violencia de género”, para luego
configurar una serie de medidas protectoras frente a determinadas situaciones de violencia
familiar contra la mujer, de forma más restrictiva que los términos utilizados en la normativa
internacional, nacional y autonómica.
Todas las Comunidades Autónomas poseen la capacidad para organizar sus instituciones
de autogobierno y tienen competencia de asistencia social, como lo reconoce el artículo 148
de la Constitución Española; por esa razón no existe ningún inconveniente para que se
incluyan en los Estatutos de Autonomía el objetivo de erradicar la violencia de género como
una competencia específica.
¿Por qué no plantearse de manera más ambiciosa en redefinir el ámbito competencial de
las Comunidades Autónomas sobre políticas de mujeres? en el sentido de establecer un
auténtico principio transversal que afecte a diferentes ámbitos como educación, cultura,
212
|
instituciones de autogobierno, sanidad, economía, comercio, igualdad, entre otros. El nuevo
Estatuto debería establecer el marco jurídico que garantice la plena asunción del concepto de
transversalidad de las políticas de mujeres, institución capaz de ampliar la perspectiva
política. Este instrumento supone afirmar que ningún aspecto de la realidad social,
económica, política y cultural es ajeno al colectivo femenino; el análisis de esta realidad debe
observarse desde la perspectiva de conocer la situación, necesidades, aportaciones y saberes
concretos de las féminas. Por consecuencia, se obligaría a los poderes públicos a que
integraran la dimensión de género en todas las áreas de la Administración Pública.
2.
Establecimiento
de
un
prototipo
de
colaboración
intracomunitario
entre
el
Gobierno
Autonómico
Central
y
los
Gobiernos
Locales
Los diversos Planes de las Comunidades Autónomas inspirados en los principios de
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres comprometen al
Gobierno Autonómico para poder cumplir sus objetivos y medidas. Por consiguiente, se
requiere la colaboración activa del resto de agentes públicos y privados, previo consenso
entre ellos.
Desde esta premisa es necesario reforzar y coordinar las políticas del colectivo femenino
entre las instituciones, la Administración Autonómica y el resto de Administraciones Locales.
La comunicación en el ámbito local permitiría mejorar y racionalizar recursos, para así poder
palpar las diversas necesidades de las mujeres. La proximidad desde la descentralización y el
apoyo a las Administraciones territoriales deben permitir reforzar una red institucional
competente de realizar con más eficacia y acierto las políticas de las mujeres. Dicho en otras
palabras, al tratarse de un proceso reformador de suma importancia y que afecta al propio
modelo de organización territorial del poder, debe tenerse en cuenta a las Entidades Locales,
que junto con las Comunidades Autónomas y los servicios regionales de los órganos
generales del Estado forman la estructura territorial del Estado.
3.
Establecimiento
de
un
prototipo
de
colaboración
entre
el
Gobierno
Autonómico
y
las
Asociaciones
de
Mujeres,
Grupos
y
ONG
que
representen
al
colectivo
femenino
El planteamiento de las Comunidades Autónomas al incorporar las medidas contra la
violencia de género en los Estatutos de Autonomía debería tener en cuenta la participación
ciudadana y la descentralización, con el fin de establecer nuevas políticas territoriales. De
manera que cada territorio pueda desplegar las competencias que correspondan a sus
características y capacidades, para dar cabida a la representación de las Asociaciones de
Mujeres, Grupos y ONG en el territorio autonómico correspondiente.
La pluralidad de los factores que inciden sobre la violencia de género hace imposible
combatirla con un mínimo de garantías de éxito, sin una previa coordinación entre las
distintas instituciones que a título de intervención directa o como acción preventiva les
compete en el desarrollo de la política elaborada por las distintas leyes que parten de sus
propios Estatutos Autonómicos. Esta coordinación debe extenderse hacia el Tercer Sector,
integrado por las organizaciones feministas, ONG, grupos y asociaciones de mujeres,
213
|
conjuntamente con el diálogo autonómico sobre las directrices políticas a seguir, que son de
elemental coherencia con el objetivo de extinguir la violencia de género. En este sentido,
debe entenderse como Tercer Sector al conjunto de organizaciones de carácter privado que
nacen bajo la iniciativa ciudadana o social, bajo distintas modalidades que corresponden a
criterios de solidaridad, con fines de interés general y ausencia de ánimo de lucro que
7
impulsan el reconocimiento y el ejercicio de los derechos de las mujeres .
2.4.
Definición
estatutaria
del
modelo
de
financiación
Los Estatutos autonómicos deberían establecer el presupuesto con perspectiva de
género que aseguren una financiación suficiente, estable y garantizada. La gran mayoría de
los Estatutos de Autonomía no prevén todas las herramientas necesarias para garantizar un
8
espacio sustancial de autonomía financiera (ingreso y gasto) . En este sentido, desde la
óptica de la autonomía de gasto, la reforma podría establecer las partidas específicas y
diferenciadas para llevar a cabo las políticas de mujeres, y en especial a las de violencia de
9
género .
CONCLUSIONES
Las conclusiones que se han obtenido tras la elaboración de esta investigación solo
pretenden aportar una herramientas, más, para prevenir y erradicar la violencia de género y
garantizar la atención y asistencia integral a sus víctimas. Puesto que constituye una
situación que implica a toda la sociedad y a las Administraciones Públicas por la
responsabilidad social que todos tenemos.
La conquista de la igualdad y el respeto a la dignidad humana y la libertad de las
personas tiene que ser un objetivo prioritario, que no puede quedar exclusivamente en las
manos del legislador, por esta razón los Estatutos autonómicos deben incluir una regulación
que obligue a una protección integral a la mujer a fin de detectar, prevenir, sancionar y
erradicar la violencia de género y garantizar la asistencia a sus víctimas.
La solución que se propone a esta problemática es la de establecer títulos en materia
competencial más amplios y detallados, con mayor precisión y garantía de los ámbitos
7
Definición en términos semejantes a lo señalado en el artículo 2.8 de la Ley 39/2006, de 14
de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a personas en situación
de dependencia (BOE núm. 299, de 15 de diciembre de 2006).
Vid. KAHALE, Djamil,
Protección
a
las
personas
en
situación
de
dependencia, Editorial Formación Alcalá, Jaén,
2012.
8
MARAVALL, Héctor, «Los servicios sociales de la Seguridad Social y la financiación del
proceso de transferencias a las Comunidades Autónomas», en HERNÁNDEZ, Adolfo
(coord.), El
funcionamiento
del
Estado
autonómico, MAP, Madrid, 1999, pp.428-‐ 445.
9
Vid. Las reflexiones sobre presupuestos desde la perspectiva de género, en DE VILLOTA,
Paloma, «La política presupuestaria como parte imprescindible del análisis de las políticas
públicas desde la perspectiva de género», Mainstreaming
de
género
en
el
ámbito
local, núm.
43 (2004), pp. 108-‐ 120.
214
|
competenciales de las Comunidades Autónomas en sus Estatutos de Autonomía. Con esta
medida, existiría una mayor precisión y garantía de las materias competenciales en relación a
la problemática de malos tratos, ya que implicaría clarificar los problemas que
frecuentemente se dan en la identificación de los contenidos materiales que corresponden a
los diversos títulos competenciales. Los substratos materiales de cada competencia no son
siempre claros e inequívocos y, por ende, las interrelaciones son muy frecuentes; ello dificulta
determinar la prevalencia de uno, dos o más títulos en juego.
Es indiscutible que el problema se presenta cuando el operador jurídico deba interpretar
conceptos competenciales extremadamente genéricos e indeterminados. En cambio en la
medida que los Estatutos autonómicos perfilen y acoten mejor el alcance y contenido de sus
competencias, contribuirían a una mayor identificación de las materias que constituyen la
base de cada título competencial. Las propuestas para incorporar las medidas específicas
contra la violencia de género en los Estatutos autonómicos son las siguientes:
a)
Establecer títulos en materia competencial más amplios y detallados.
b)
Establecer un prototipo de colaboración intracomunitario entre el Gobierno
Autonómico Central y los Gobiernos Locales.
c)
Establecer un prototipo de colaboración entre el Gobierno Autonómico y las
Asociaciones de Mujeres, Grupos y ONG que representen al colectivo femenino.
215
|
BRASIL
EN
LA
LUCHA
CONTRA
LA
VIOLENCIA
HACIA
LAS
MUJERES:
UN
REPASO
DE
LA
LEGISLACIÓN
DE
LOS
ÚLTIMOS
DIEZ
AÑOS
Eneida
Lima
de
Almeida
INTRODUCCIÓN
La violencia hacia las mujeres está presente en todo el mundo. En algunos países más
que otros. En Brasil este problema tomó proporción colosal. Los números registrados en los
órganos de estadística del gobierno u otras investigaciones a respecto de la temática lo
comprueban.
En relación a asesinatos, entre los años 1980 y 2010 fueran muertas más de 92 mil
mujeres, 43,7 mil solamente en la última década. El número de victimas femeninas en este
1
período pasó de 1.353 para 4.465, lo que representa un aumento de 230% . En 2011, más de
4,5 mil brasileñas murieron por una mano y arma de hombres, los cuales, en la mayoría de las
veces eran sus respectivas parejas.
Sin embargo, la violencia hacia las mujeres no se resume a asesinatos. La violencia física
en todas sus modalidades, las cuales pueden resultar en una muerte o no, dejar marca o no,
también impresionan en sus datos numéricos. Las pesquisas afirman que dos de cada tres
personas atendidas por el SUS (Sistema Único de Salud) son mujeres victimas de violencia
2
doméstica o sexual . En 2012, fueran 732,468 llamadas para el “Llame 180-‐ Atendimiento a la
3
Mujer” del gobierno federal, lo que significa más o menos 2.000 llamadas por día .
En esta cifra, como es de suponer, hay mucho más que contabilizar, puesto que una gran
parte de las agresiones no son denunciadas. Del mismo modo, casi no están registradas,
delante de las dificultades propias de su naturaleza, la violencia psicológica, patrimonial y
moral. El “Sistema de Agravo de Notificação” – SINAN, del Ministerio de la Salud, informa
que en 2011, 37.717 mujeres, entre 20 y 59 años, fueran victimas de algún tipo de violencia en
4
Brasil, estando la psicológica en segundo lugar de la lista, con el 37% .
1
WAISELFISZ, Julio Jacobo. Mapa da Violência 2012. Os novos padrões da violência
homicida no Brasil. São Paulo, Instituto Sangari, p. 8.
2
PIOVESAN, Flávia, (07/08/2013):«Pela plena implementação da Lei Maria da Penha: a luta
das mulheres pelo direito a uma vida sem violência»,
<http://www.compromissoeatitude.org.br/pela-‐plena-‐implementacao-‐da-‐lei-‐maria-‐da-‐
penha-‐a-‐luta-‐das-‐mulheres-‐pelo-‐direito-‐a-‐uma-‐vida-‐sem-‐violencia-‐por-‐flavia-‐piovesan/>.
Acceso en: 17 jul. 2013.
3
Disponible en: http://www.compromissoeatitude.org.br/sobre/dados-‐nacionais-‐sobre-‐
violencia-‐contra-‐a-‐mulher/. Acceso en: 19 jul.2013.
4
Ibidem.
216
|
Pues bien, delante de este trágico cuadro, hace algunos pocos años atrás no era hecho
casi nada por las brasileñas victimas de violencia domestica. Ejemplos de falta de punición
abundan en los cuatro rincones del país. El que más repercutió, incluso en la prensa y órganos
gubernamentales internacionales, fue el caso de María da Penha Maia Fernandes, en el cual
se pasó más de 15 años desde que su ex pareja intentó matarle, dejándola parapléjica y,
todavía, estaba en libertad.
Tomando, pues, conocimiento de este caso, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos del OEA, penalizó Brasil por negligencia y omisión en relación a la violencia
doméstica. Tal situación afrontaba la Convención Interamericana para Prevenir, Punir y
Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convenção do Belém do Pará), ratificada en 27 de
noviembre 1995, cuyo Capítulo III, punto 7º, entre otras cosas, determina ser deber del
Estado actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar, procesar, punir y reparar la
violencia contra la mujer, asegurándole recursos idóneos y efectivos.
A partir de entonces y en este contexto, se impulsó la creación de mecanismos para
combatir el problema. Uno de estos mecanismos trata de la Ley nº 11.340, de 07 de agosto de
2006, más conocida como “Ley María da Penha”, siendo una novedad en el asunto de
violencia doméstica, puesto que hasta esta fecha nada había en esta línea. En verdad, de los
diecisiete países de América Latina, Brasil ha sido uno de los últimos que aprobó una
legislación con la especial finalidad de cohibir la violencia hacia las mujeres.
No obstante, los comentarios a respecto de esta norma serán desarrollados un poco más
adelante. Antes vamos hacer un repaso por la legislación anterior de los últimos diez años
aplicable en los caso de violencia contra las mujeres.
LAS
AGRESIONES
HACIA
LAS
MUJERES
SON
CONSIDERADAS
COMO
SENCILLAS
CONTRAVENCIONES
En 1995, ha sido promulgada la Ley nº 9.099, la cual versa sobre los Juzgados Especiales
Civiles y Criminales. Estos son un importante medio de acceso a la Justicia, puesto que
permiten a las personas encontrar de forma rápida, eficiente y gratuita una solución para sus
conflictos cotidianos. El artículo 3º determina que el Juzgado Especial Civil tiene
competencia para la conciliación, proceso y juzgamiento de las causas civiles de menor
complejidad. El artículo 60 de esta misma legislación establece que el Juzgado Especial
Criminal tiene competencia para la conciliación, el juzgamiento y la ejecución de las
infracciones penales de pequeño potencial ofensivo.
Exactamente así eran consideradas la violencia hacia las mujeres: problemas sencillos y
de baja potencialidad dañosa. Consecuencia de esto, como bien informa Pedro Ivana
Battaglin, “las agresiones a la mujer en el contexto de violencia doméstica tenía un precio,
217
|
5
puesto que bastaba el agresor pagar un “cesto de alimentos” para verse libre del proceso” .
Naturalmente a lo largo de los años, la Ley nº 9.099/95 se mostró un instrumento jurídico
ineficaz para proteger a las mujeres contra la violencia doméstica.
Hodiernamente, la aplicación de esta Ley a los casos que estamos tratando en este
trabajo, está taxativamente vedada. El articulo 41 de la Ley María da Penha, claramente
expresa que a los crímenes practicados con violencia doméstica y familiar contra la mujer,
independiente de la pena prevista, no se aplica la Ley nº 9.099, de 26 de septiembre de 1995.
Por supuesto, tal previsión legal generó discusiones entre los profesionales del derecho,
es decir, no había convergencia en la doctrina y tampoco la jurisprudencia coincidía.
Aquellos que negaban la legalidad del artículo 41 de la Ley María da Penha argumentaban
que este dispositivo textualmente se refiere a “crímenes” y no “contravenciones”, y así
siendo, por configurar analogía in
malan
partem, es vedado por el sistema penal brasileño.
A respecto de este punto, Ivana Battaglin comenta que “la visión estrecha sobre tal
materia utiliza solamente una de las formas de interpretación admitidas por el derecho de
penal de Brasil, cual sea, la interpretación literal que se constitue en el más remoto y
tradicional método de interpretación de la norma penal. Sin embargo, en razón de la
complejidad interdisciplinar que presenta el fenómeno de la violencia domestica y familiar
contra la mujer, hay que levar en cuenta la necesidad de se conjugaren otras formas legales
6
de interpretación de la ley ”.
Siguiendo, pues, esta línea de pensamiento, los tribunales de Brasil ya han pacificado el
asunto y tal discusión no más existe. El Supremo Tribunal Federal en el juzgamiento del HC
nº 106.212, afirmó contundentemente que el articulo 41 de la Ley María da Penha es
aplicable en los casos de “crímenes” con sanciones inferiores a dos años, es decir, a las
7
contravenciones , excluyendo, por lo tanto, la incidencia de la Ley nº 9.099/95 en los casos de
violencia doméstica. También ha puesto fin a las discusiones doctrinales y jurisprudenciales
en relación a tal articulo y otras partes da Ley, los juzgamientos de la Acción Directa de
Constitucionalidad nº 19 y de la Acción Directa de Inconstitucionalidad nº 4424.
5
BATTAGLIN, Ivana, (17/07/2013): «O artigo 41 da Lei Maria da Penha e sua necessária
interpretação teleológica e sistemática», < http://www.compromissoeatitude.org.br/o-‐
artigo-‐41-‐da-‐lei-‐maria-‐da-‐penha-‐e-‐sua-‐necessaria-‐interpretacao-‐teleologica-‐e-‐sistematica-‐
por-‐ivana-‐battaglin/>. Acceso en: 19 jul. 2013.
6
Ibidem.
“Violencia domestica-‐ Artigo 41 da Lei n. 11.340/206 –Alcance. O preceito do artigo 41 da
Lei n. 11.340/2006 alcança toda e qualquer prática delituosa contra a mulher, até mesmo
quando consubstancia contravenção penal, como é a relativa a vías de fato. Afastamento
da Lei n. 9.099/95 – Constitucionalidade. Ante a opção político-‐normativa prevista no artigo
98, inciso I, e a proteção versada no artigo 226, § 8º, ambos da Constituição Federal, surge
harmônico com esta última o afastamento peremptório da Lei n. 9.099/95 – mediante o
artigo 41 da Lei n. 11.340/06 –no proceso-‐crime a revelar violencia contra a mulher. (HC
106212/MS, Tribunal Pleno, Supremo Tribunal Federal, Relator Min. Marco Aurério, julgado
em 24,03/2011)”.
7
218
|
EL
PERJUICIO
DE
LA
ESCASEZ
DE
LAS
NOTIFICACIONES
Como hemos mencionado anteriormente, la violencia doméstica contra las mujeres
puede venir acompañada de marcas físicas visibles. En situaciones más graves la mujer es
obligada a buscar ayuda en centros de salud y en este momento la notificación de la agresión
por los profesionales de salud, también puede contribuir, entre otras cosas, para dimensionar
el problema, permitiendo el desarrollo de programas y acciones específicas.
No obstante, aunque sea notoria la importancia de la notificación de la violencia
doméstica, la realidad de algunos años atrás lo hacía difícil. Tanto por la no adecuada
preparación de los profesionales visto que, como observa Orlando Saliba, la mayoría de las
carreras de salud no contemplan en sus currículos y programas de educación continuada y
8
entrenamiento los aspectos relacionados con la violencia , como también la falta de
reglamentos y mecanismos legales para proteger los profesionales con el encargo de
notificar.
La legislación de Brasil trataba la problemática de manera ineficiente. El primer
dispositivo legal sobre el tema es el Decreto-‐ley de 1940. En el capítulo VIII al establecer
directrices sobre las contravenciones penales referentes a la administración pública, el
artículo 66 de este diploma legal, penaliza con multa aquél que dejar de comunicar a la
autoridad responsable los crímenes de acción pública que ha tenido conocimiento en razón
del ejercicio de función pública, desde que la acción penal no dependa de representación.
Igualmente impone una sanción a los profesionales de medicina o cualquier otra profesión
sanitaria que no comunique los crímenes de acción penal pública, desde que la comunicación
no exponga el cliente a procedimiento criminal y no dependa la acción de representación.
De esta manera, en razón de que gran parte de las agresiones físicas que sufrían las
mujeres no eran consideradas “verdaderamente” crimines, solamente infracciones penales
con pequeñas sanciones, este dispositivo no era aplicado y las lesiones físicas cualificadas de
“pequeño porte” quedaban impunes. El crimen de lesiones corporales, por ejemplo,
tipificado en el artículo 129 del Código Penal brasileño, exige representación para llegar a la
fiscalía, o sea, la victima deberá denunciar el agresor para que sea instaurada una acción
penal. Entonces, por esto el profesional de salud no se sentía obligado legalmente a notificar
a las autoridades competentes. Si lo hacia era por consciencia moral o siguiendo el camino de
la ética instituida en sus códigos.
El Código de Ética Médica, en el artículo 49 establece que el médico está prohibido de
participar de la práctica de tortura u otras formas de procedimientos degradantes,
deshumanos o crueles, ser cómplice con tales prácticas o no denunciar cuando sobre las
mismas tenga conocimiento. Al respecto, en un estudio realizado sobre el asunto, se
8
SALIBA, Orlando, «Responsabilidade
do
profissional
de
saúde
sobre
a
notificação
de
casos
de
violência
doméstica», en GARBIN, Cleá A y DOSSI, Ana Paula (eds.), Rev Saúde Pública,
vol. 41 (2007), pp. 472-‐477.
219
|
comentó que la más grande preocupación de este Código es la omisión, o sea, no pactar con
9
la situación de brutalidad . Pero, como también se afirmó, no podemos olvidar que tan
importante cuanto la identificación de la violencia es la denuncia de ella, lo que, como ya
hemos mencionado, desafortunadamente, poco acontecía.
En cuanto al Código de Ética de Enfermería, la expresión violencia domestica no está
prevista explícitamente en el artículo 9º que trata del tema. La locución utilizada es malos
tratos. No obstante, entendemos que este dispositivo prohíbe la complicidad con crímenes,
contravenciones penales o cualquier otro acto que infrinja postulados éticos y legales.
Corroborando tal asertiva, el artículo 34 de este documento castiga la omisión en casos de
cualquier violencia.
En el Código de Ética de Psicología, entre sus principios fundamentales, está el principio
de la promoción de la libertad, de la dignidad, de la igualdad y la integridad del ser humano
apoyado en los valores que fundamentan la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Igualmente, en el artículo 2º, determina que el psicólogo trabajará visando promover la salud
y la cualidad de vida de las personas y de las colectividades y contribuirá para la eliminación
de cualesquiera formas de negligencia, discriminación, exploración, violencia, crueldad y
opresión.
Imperioso también comentar sobre el sigilo profesional, visto que relacionado, pero
contrario al tema de notificación de violencia. El Código de Ética Odontológica, por ejemplo,
en el artículo 9º, VIII, caracteriza como infracción ética romper con el sigilo profesional,
excepto cuando su preservación amenace la vida o la integridad física del paciente. El Código
de Ética de Psicología, en similar camino, establece en el articulo 9º que es deber del
psicólogo respectar el sigilo profesional a fin de proteger, por medio de la confidencialidad, la
intimidad de las personas, grupos u organizaciones, que tenga acceso en el ejercicio
profesional. No obstante, en el artículo 10, determina que en las situaciones en que se
configure conflicto entre las exigencias decurrentes del dispuesto en el articulo 9º y las
afirmaciones de los principios fundamentales de este código, excepto los casos previstos en
ley, el psicólogo podrá decidir por romper el sigilo profesional, fundamentando su decisión en
la búsqueda del menor daño.
Por lo tanto, delante de estas normas, notamos que aunque los estatutos profesionales
han abordado la problemática, la denuncia de la violencia domestica y más precisamente de
la violencia contra las mujeres, no corresponden, desafortunadamente, con fidelidad a los
datos reales. Así que, para reforzar la legislación ya existente, en 2003, ha sido promulgada la
Ley nº 10.778, la cual ordena la notificación compulsoria en los casos de violencia contra la
mujer que ha sido atendida en centros de salud público o privado. Novedad en esta
legislación se refiere al carácter sigiloso de las personas notificantes. Tal providencia, por
supuesto, respaldan los profesionales de salud en el encargo de notificar la violencia
domestica.
9
Ibidem.
220
|
LA
LEY
MARÍA
DA
PENHA
Y
SUS
MECANISMOS
PARA
COMBATIR
LA
VIOLENCIA
DOMÉSTICA
Y
FAMILIAR
CONTRA
LAS
MUJERES
Por la importancia del documento y por la repercusión que tal ha tomado, habría mucho
lo que comentar. Sin embargo, por cumplir a lo que inicialmente hemos propuesto, o sea, un
repaso por la legislación referente al tema de la violencia contra las mujeres, vale resaltar que
no es nuestra intención un análisis profundo de esta norma. Lo que vamos desarrollar en este
pequeño espacio se limita a una exposición breve de los aspectos esenciales para
comprender algo del alcance de la Ley María da Penha.
El asunto de violencia contra la mujer a partir de entonces empezó a recibir la merecida
atención e aunque esta Ley tenga por finalidad primaria proteger el sexo femenino, el
concepto de familia que ella abarca gañó nuevos contornos, incluso independiente de su
orientación sexual. Berenice Dias, a propósito afirma que asegura protección tanto a las
lésbicas como a las travestis, a las transexuales y a los transgéneros del sexo femenino que
10
mantienen relación intima de afecto en ambiente familiar o de convivio . En este sentido, la
jurisprudencia amplió su campo de aplicación, protegiendo la relación homosexual entre dos
hombres al conceder medida protectora a una de las partes que estaba siendo amenazado
11
por su compañero después del término del noviazgo .
Debemos observar que no es imprescindible que sea una relación de novios. En esta
perspectiva, los tribunales brasileños, con algunas reservas entendieron que la Ley María da
Penha igualmente es aplicada en los casos de hijos que agredían a sus padres. El Tribunal
Superior de Justicia, a título de ejemplo, comprende que la Ley en examen fue introducida en
el ordenamiento jurídico para tutelar las desigualdades encontradas en las relaciones
domésticas y, aunque tenga dado enfoque a la mujer, en la mayoría de las veces en
desventaja física frente al hombre, no se olvidó de los demás agentes de estas relaciones que
12
se encuentran en situación de vulnerabilidad .
En el ámbito laboral, la Ley nº 11.340, de 7 de agosto de 2006, también ha repercutido. El
artículo 9º, §2º, punto 2, ordena que el juez asegurará a la mujer en situación de violencia
doméstica y familiar con el fin de preservar su integridad física y psicológica, la manutención
del vínculo laboral y, si necesario, el alejamiento del local de trabajo hasta por seis meses.
Notamos, por lo tanto, una nueva hipótesis de interrupción del contracto laboral y de
estabilidad provisoria se soma aquellas previstas en la CLT – Consolidación de las Leyes del
Trabajo y otras normas extraordinarias.
10
DIAS, Maria Berenice y REINHEIMER, Thiele Lopes (16/07/2013): «Violência
doméstica
e
as
uniões
homoafetivas», < http://www.compromissoeatitude.org.br/violencia-‐domestica-‐e-‐
as-‐unioes-‐homoafetivas-‐por-‐maria-‐berenice-‐dias-‐e-‐thiele-‐lopes-‐reinheimer/>, 27 ago.
2013.
11
Idem.
12
Ibidem.
221
|
Sobre este aspecto, vale decir que la manutención del vínculo laboral del contracto de
trabajo de la mujer en situación de violencia doméstica está condicionada a la real necesidad
de preservación de su integridad física y psicológica. Así siendo, “si el supuesto agresor,
durante la acción penal, no estuviese amenazando la victima o cumpliendo con todas las
medidas de protección de urgencia deferidas, o mismo se está en la cárcel, será indebido la
concesión de cautelar de manutención de la relación de empleo, en razón de la ausencia de
13
inminencia riesgo a la integridad física o psicológica de la ofendida” . Nada más natural,
puesto se así no fuese, podría haber utilización de mala fe del instrumento, además de
desviar de su propósito principal, cual sea, proteger la victima de las agresiones domésticas y
no empeorar su situación pues la perdida del empleo y la dependencia económica de la
persona agresora podrá, sin sombra de duda, aumentar su vulnerabilidad frente a ella.
Otro punto que merece destaque de esta norma se trata de la creación de órganos
especiales para combatir el problema de la violencia doméstica y la ligación y asociación de
los agentes encargados de ello. De esta manera se han instaurado Juzgados de Violencia
Domestica y Familiar contra la Mujer, con competencia criminal y civil, como también
centros policiales especializados para las mujeres, como por ejemplo, las Comisarias de
Atendimiento a la Mujer. En carácter multidisciplinar también se determinó la integración del
Poder Judiciario, Fiscalía y la Abogacía Pública con las áreas de Seguridad Pública, Asistencia
Social, Educación, Salud, Trabajo y Habitación. En otras palabras, lo que percibimos con esta
interrelación de los varios sectores es que toda la sociedad está comprometida con la
cuestión.
CONCLUSIONES
Hace diez años y Brasil se encontraba en una situación total de falta de respecto y
desatención al tema de la violencia contra la mujer. Los casos noticiados y llevados a los
juzgados, como hemos visto, eran tratados de manera despreciativa, puesto que con poco se
podría solucionar el problema. Bastaba solamente pagar una multa, algunas veces, la multa
consistía en una siesta de alimentos o una cuantía no mucho superior a esto. No había miedo
de punición, porque la sanción era muy pequeña, además de ser vista como natural y de
normal ocurrencia dentro de las relaciones afectivas.
Ha sido necesario la repercusión nacional e internacional de la casi indiferencia de Estado
brasileño hacia el tema. Los datos estadísticos confirmaban la inercia del gobierno frente a la
falta de respecto a los derechos humanos de las mujeres. No había legislación específica y
adecuada, no había políticas públicas, no había casi nada. La mujer era agredida, muerta y no
tenía muchos medios para se proteger.
13
AMARAL, Carlos Eduardo R. do (27/01/2009): «Vítima
de
violência
doméstica
tem
trabalho
mantido», < http://www.conjur.com.br/2009-‐jan-‐27/fase-‐recuperacao-‐mulher-‐violentada-‐
trabalho-‐mantido>, 29 ago. 2013.
222
|
Actualmente, aún sea elevado los números de violencia contra las mujeres, que nos pone
a la sétima posición en el mundo de los países que más hay victimas del sexo femenino
asesinadas, por lo menos ahora podemos contar con el respaldo de la legislación y algunas
políticas públicas en la lucha contra las agresiones domésticas. Es cierto, que en este sentido
ya hemos avanzado, pero sabemos también que hay mucho más para alcanzar.
La legislación que aborda el asunto es lo que hemos expuesto líneas atrás. Ojalá en los
próximos diez años volviéremos a discutir el asunto y observar números de agresiones que no
asombran como los de ahora. Ojalá tendremos instrumentos jurídicos y de otras naturalezas
más eficaces en comparación a los del momento presente. Ojalá sea creada consciencia en la
sociedad sobre los reales maleficios de la violencia dentro del lar, en la familia o en cualquier
otra relación afectiva.
223
|
RELACIONANDO
LA
VIOLENCIA
CONTRA
LAS
MUJERES
Y
LOS
MEDIOS
DE
COMUNICACIÓN
Emma
Renata
Rodríguez
Barreto
INTRODUCCIÓN
Por todos y todas es bien sabido que, actualmente, un grave problema social es la
violencia de género o, como nos gusta definirla, violencia machista. A lo largo de los años,
esta lacra social ha ido aumentando con fuerza y cada vez son más las mujeres que sufren
esta forma de maltrato, únicamente por el hecho de ser mujer.
La violencia de género o machista la podemos definir como
“todo
tipo
de
actuación
basado
en
la
pertenencia
a
dicho
sexo
de
la
víctima,
y
con
independencia
de
la
edad
de
ésta,
que,
a
través
de
medios
físicos
o
psicológicos,
incluyendo
las
amenazas,
intimidaciones
o
coacciones,
tenga
como
resultado
posible
o
real
un
daño
o
sufrimiento
físico,
sexual
o
psicológico
para
la
mujer,
y
se
realice
al
amparo
de
una
situación
de
debilidad
o
de
dependencia
física,
psicológica,
familiar,
laboral
o
económica
de
la
víctima
frente
1
al
agresor” .
Es decir, es aquella forma de violencia que se realiza por parte de los hombres hacia las
mujeres, por el simple hecho de ser mujer.
La Ley orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la violencia de
2
Género , hace énfasis en que la violencia machista se produce como una forma de
discriminación hacia las mujeres por parte de los hombres, lo que lleva a una situación de
desigualdad. No solo se considera violencia machista la ejercida por los maridos o ex
maridos, sino por todo aquel hombre que tenga o haya tenido una relación de afectividad con
la mujer, con o sin convivencia.
Durante el año 2010 y 2011, objetos de nuestra investigación, murieron respectivamente
73 y 61 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, en España.
1
Gobierno de Canarias (7-‐5-‐2003): «Ley 16/2003, de Prevención y Protección Integral de las
mujeres contra la Violencia de Género»,
<http://www.gobiernodecanarias.org/boc/2003/086/001.html>, [ 7-‐7-‐13]
2
Gobierno de Canarias (29-‐12-‐2004): « Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género »,
<http://www.boe.es/boe/dias/2004/12/29/pdfs/A42166-‐42197.pdfl>, [ 8-‐7-‐13]
224
|
MEDIOS
DE
COMUNICACIÓN
Y
TRATAMIENTO
DE
LA
VIOLENCIA
MACHISTA.
1
Un
ejemplo
de
lo
que
no
se
debe
hacer.
Un aspecto importante de la desigualdad de hombres y mujeres es la invisibilización de
éstas en la sociedad y en los medios de comunicación. También es relevante la falta de
conciencia y de importancia que tienen algunos sectores de la población hacia la violencia
contra las mujeres. Un ejemplo reciente lo encontramos en la supresión del Ministerio de
Igualdad y en la mofa que realizan algunos cuando sucedió, algunos que estaban en contra de
sus instauración, síntoma claro de que la gente no está concienciada del problema real que
existe. Esto lo podemos ver en el Juez de Familia de Sevilla, Francisco Serrano, quien se
mostró feliz y alegre por el cierre y considera el Ministerio “de la desigualdad y de la mujer
3
resentida y oportunista” . Otro ejemplo lo vemos en el portavoz de CiU en el Congreso, Josep
Antoni Duran Lleida, quien considera que el Ministerio de Igualdad “no sirve para nada”,
4
porque se puede mantener la igualdad entre hombres y mujeres sin su existencia .
Como hemos comprobado, todas estas opiniones son recogidas por los medios de
comunicación, lo que ha provocado que las campañas de prevención de la violencia machista
se vean amenazadas, se refuercen los comportamiento violentos y reafirmen la creencia que
tienen algunos hombres sobre las relaciones de pareja y el poder que experimentan sobre las
mujeres, legitimando el machismo y los asesinatos por cuestiones de honor en los hombres.
Es por ello, que nuestro trabajo pretende investigar cual es la visión que ofrecen los
medios de comunicación en relación a la violencia contra las mujeres.
1.1
¿Quiénes
formarán
parte
de
nuestro
análisis?
5
Como expone Alberto Tarifa , la opinión pública se refiere al modo común de pensar y de
sentir de un grupo social, formándose por el mero hecho de lo que dicen y piensan, algunas
personas y grupos, con autoridad científica, moral o social. En este sentido, retoma especial
importancia la prensa escrita como fuente de información científica, ya que goza de una
3
Diario 20 minutos (20-‐10-‐2010): « El Juez Serrano, “feliz” por la “eliminación” del
Ministerio de la “desigualdad y de la mujer resentida” »,
<http://www.20minutos.es/noticia/848348/0/>, [ 15-‐7-‐13]
4
Diario La Vanguardia (10-‐5-‐2010): « Durán aboga por eliminar los ministerios de Igualdad,
Vivienda y Cultura para reducir el déficit»,
<http://www.lavanguardia.com/politica/noticias/20100510/53924504719/duran-‐aboga-‐por-‐
eliminar-‐los-‐ministerios-‐de-‐igualdad-‐vivienda-‐y-‐cultura-‐para-‐reducir-‐el-‐deficit-‐pp-‐p.html>,
[ 13-‐7-‐13]
5
TARIFA, Alberto, (2010)« La opinión pública: la espiral del silencio»
<http://www.mercaba.org/FICHAS/arvo.net/la_opinion_publica.htm> [10-‐6-‐13].
225
|
autoridad en la sociedad, debido a la percepción de verdad absoluta que tienen sus relatos, y
a la influencia en la manera de pensar, de sentir y actuar de la gente. Por tanto, podemos
decir que los medios de comunicación, son uno de los principales formadores de opinión
pública ya que el tratamiento que realizan de la actualidad incide en el pensamiento de la
sociedad.
En relación con los periódicos que van a formar parte de nuestro análisis, contaremos
con El Mundo, El País, El Día y El Diario de Avisos, dos de tirada nacional y dos regional. La
elección se ha basado en el número de ventas que tienen, es decir, se supone que son los que
más influencia tienen en la sociedad, ya que hemos relacionado a los más vendidos con los
más leídos.
A continuación, nos resulta necesario exponer cual es la línea editorial que sigue cada
uno, así como la ideología que les caracteriza.
En el caso del Diario El Mundo, es el tercer periódico más leído en toda España. Se fundó
a finales de 1989 por Alfonso de Salas (Marqués y uno de los sustentadores del diario
económico EL ECONOMISTA), Pedro J. Ramírez (periodista y antiguo contertulio de la
COPE), Balbino Fraga (ligado al mundo de la publicidad) y Juan González (periodista). Su
6
empresa editora es Unidad Editorial S.A .
Por su parte, El País es el diario más leído (después del periódico deportivo MARCA) por
los españoles. Se fundó el 4 de mayo de 1976 por José Ortega Spottorno (ingeniero
agrónomo, memorialista y editor español que fundó el Grupo Prisa), Jesús de Polanco
(empresario y accionista de Prisa) y Juan Luis Cebrián (periodista, académico y escritor).
7
Pertenece a uno de los mayores grupos mediáticos de España: el Grupo PRISA .
En referencia a El Día es el periódico canario con más lectores. Fue fundado en 1910 por
Leoncio Rodríguez, inicialmente con el nombre de LA PRENSA, y actualmente propiedad de
José Rodríguez Ramírez. Tiene una línea editorial insularista con un fuerte carácter
8
independentista.
Por último el Diario de Avisos es el periódico decano del Archipiélago, y ha superado
envidiablemente la barrera del centenario. La historia del Diario de Avisos arranca el 1 de
julio de 1890. José Esteban Guerra, un tipógrafo que había llegado a La Palma para hacer "El
Time", fue su fundador y primer propietario.
6
GÓMEZ, Miguel. «Servicio de archivo y documentación de un periódico: El Mundo»
<http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista/cuad6-‐7/gomez.htm> [20-‐7-‐13]
7
Universidad Autónoma de Madrid, «Historia de El País»
<http://escuela.elpais.com/historia-‐de-‐el-‐pais.html> [27-‐6-‐13]
8
Periódico El Día «Historia: los comienzos de la prensa», <
http://www.eldia.es/elr/historia.htm>, [23-‐6-‐13]
226
|
2.1
Algunos
datos
estadísticos.
Después de hacer este repaso sobre lo que es violencia machista, como se produce,
como se expresa en los medios de comunicación, lo que se debería poner, etc, consideramos
necesario presentar algunas cifras, haciendo hincapié en las muertes en el año 2010 y 2011 de
mujeres en España, tanto de nacionalidad española o extranjera.
Nº
de
mujeres
asesinadas
80
70
60
71
72
69
71
57
50
76
73
56
61
40
30
Nº
de
mujeres
asesinadas
20
10
0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
9
• Fuente Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad .
En el año 2010 y 2011, objetos de nuestro análisis, murieron en España 73 y 61 mujeres,
respectivamente, que hacen un total de 134 mujeres asesinadas en España. De aquí en adelante,
hablaremos en conjunto de las mujeres asesinadas en los años 2010 y 2011, puesto que facilita el
análisis e interpretación de los datos.
Dentro de este número no existen diferencias entre españolas y extranjeras, así como asesinos
españoles o extranjeros. Consideramos necesario, establecer una distinción entre nacionalidad de
víctima y asesino, puesto que es relevante de cara al análisis que realizaremos más adelante, sobre
la visión que ofrecen los medios de comunicación en este sentido y la realidad contrastada.
Objetivos
de
la
investigación.
9
Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, ( 13-‐1-‐2012 ): «Víctimas mortales por
violencia de género »,
<http://www.msssi.gob.es/ssi/violenciaGenero/portalEstadistico/fichaResumen/docs/Datos
_violencia_genero_ano_2010.pdf >, [ 17-‐5-‐13]
227
|
• Objetivo General:
- Analizar las noticias que se han publicado en los periódicos el Mundo, el País, el Día y
el Diario de Avisos, sobre las mujeres asesinadas en el año 2010 y 2011.
• Objetivos Específicos:
- Comprobar la influencia de los medios de comunicación en la sociedad.
- Conocer la visión que ofrecen los medios de comunicación escritos sobre el asesinato
machista en los años 2010 y 2011.
- Detectar los prejuicios y estereotipos que se encuentran en las noticias.
- Desarrollar una guía de buenas prácticas para el tratamiento de la información sobre
violencia machista en los periódicos.
Metodología.
La metodología que hemos llevado a cabo en esta investigación, ha sido un análisis del
contenido de las noticias publicadas por los 4 periódicos citados anteriormente, buscando
todas las noticias que se han publicado en los dos años, sobre asesinatos machistas, para su
posterior análisis.
Para poder analizar la información extraída de cada una de las noticias de los periódicos,
realizamos un instrumento de recogida de dicha información. Dicho instrumento, tiene
cuerpo de tabla, en la que se identifican los siguientes ítems: periódicos, registro, fecha,
título, subtítulo, productor de la noticia, género periodístico, redactor o redactora, rango o
popularidad del periodista, argumento central de la noticia, ¿a quién va dirigida?, los actores
presentes y las categorías relevantes de cara a los objetivos.
Resultados
Enfocando
los
resultados.
• Noticias publicadas en los diferentes periódicos sobre los asesinatos de mujeres por
violencia machista.
Número
de
no<cias
publicadas
sobre
asesinatos
por
violencia
machista,
en
el
El
Día
El
Mundo
0
228
|
20
40
60
80
100
120
140
Como podemos comprobar en la gráfica, observamos una clara distinción entre el
periódico El País, y el resto de periódicos.
El periódico El País, ha publicado en los años 2010 y 2011, 127 noticias sobre asesinatos
de mujeres, de los 134 casos recogidos por el Ministerio de Sanidad, Política Social e
Igualdad.
Por su parte, el otro periódico de tirada nacional, el Diario El Mundo, presenta 75 noticias
en referencia al tema tratado.
En referencia a los periódicos de tirada autónoma, podemos comprobar cómo no existe
una amplia diferencia entre ellos, aunque sí es muy notable la diferencia con los de tirada
nacional, pudiendo ser debido a que están más centrados en los sucesos que ocurren en
Canarias, y no tanto en el resto de España.
• Productor y redactor/a de la noticia.
120
100
80
El
Mundo
60
El
País
El
Día
40
El
Diario
de
Avisos
20
0
Hombre
Mujer
Agencias
de
prensa
Periódico
Como podemos comprobar, existen diferencias significativas entre los periódicos, en
relación con los productores y redactores/as de las noticias.
En un primer lugar, el Diario El Mundo, basa sus noticias en las agencias de prensa,
ocupando menos lugar las noticias que son redactadas por el propio periódico. Entre estas
redacciones, destacamos el papel principal que tienen los hombres en dicha redacciones,
estando en un nivel más bajo las mujeres.
229
|
Con referencia a El País, comprobamos que las agencias de prensa tienen un puesto
significativo en la redacción de las noticias, pero que ocupan un puesto más elevado la
redacción por parte del periódico. Dentro de esta redacción del periódico, los periodistas
firman más noticias que las periodistas.
Con respecto a El Día, evidenciamos que la totalidad de las noticias son realizadas por las
agencias de prensa.
Por último, el Diario de Avisos tiene más presencia de agencias de prensa, que de la
redacción de su propio periódico, ocupando ésta un segundo plano.
• Actores
120
100
80
60
40
El
Mundo
20
El
País
0
El
Día
El
Diario
de
Avisos
Como podemos comprobar, en las noticias se mencionan a los diferentes actores que
intervienen en el desarrollo del suceso. Se destacan los cuerpos y fuerzas de seguridad del
Estado y toma una especial relevancia el vecindario, situandose por encima de los
representantes del Gobierno,en los diarios nacionales.
230
|
Relacionando
los
resultados
y
la
visión
de
los
medios
de
comunicación.
•
Los medios de comunicación representan a las víctimas como responsables de su
propio abuso, o con benevolencia al agresor.
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Los
medios
de
comunicación,
representan
a
las
vícxmas
como
responsables
de
su
propio
abuso
El
El
País
El
Día
El
Mundo
Diario
de
Avisos
Los
medios
de
comunicación
son
benevolentes
con
el
agresor
Como podemos comprobar en la gráfica, se produce una representación de la víctima
como culpable de su situación, con esto no queremos decir que explícitamente se señale la
culpabilizarían de esta, pero a través del discurso se exponen datos que distorsionan la
realidad y que hacen ver a los lectores y lectoras que la víctima pudo hacer algo más para que
su situación no acabara en tragedia.
Entre los discursos que más se repiten se encuentra el que la víctima había recibido
maltrato anteriormente y se había negado a denunciar; que había denunciado, pero había
retirado la denuncia; que la víctima había roto la relación y ahora estaba con otro hombre;
que la víctima había sido asesinada a las 4 de la madrugada cuando había llegado a su casa;
que no había recogido la orden de alejamiento; a pesar de tener orden de alejamiento había
vuelto a convivir con su asesino; vivía con otro hombre lo que desencadenó la ira de su
compañero; padecía sobrepeso y su marido se encargaba de todo; había rechazado mudarse
a una casa de acogida…
231
|
Con referencia al perfil del asesino, se exponen datos como que la había matado por un
problema de celos; que se había jubilado recientemente; que estaba en depresión por estar
en el paro; estaba en estado de embriaguez; tomaba medicación; era muy simpático; estaba
en estado de shock; no era violento; había estado ingresado en un centro psiquiátrico por
intento de suicido; era muy sensato y calladito…
• Los medios de comunicación ofrecen datos escabrosos e irrelevantes.
140
120
100
Forma
de
la
muerte
80
60
Detalles
exhausxvos
del
suceso
40
20
0
El
Mundo
El
País
El
Día
El
Diario
de
Avisos
Como podemos comprobar, los periódicos nacionales presentan detalles sobre la forma
en la que murió la mujer, así como presentan datos exhaustivos del suceso. No podemos
olvidar, que para el pequeño número de noticas que presentan los periodicos regionales,
también exponen muchos datos acerca de lo que rodeó la muerte de la víctima.
Cuando hablamos de formas de la muerte, nos estamos refiriendo a lo que tiene que ver
con el utensilio que utilizó el asesino para matar a la víctima, etc. Destacamos, en este
aspecto, frases como: murió estrangulada; degollada; tiroteada; recargó la escopeta para
matarla; heridas de arma blanca en el cuello y en el abdomen; la apuñaló y después le dio
patadas; cubrió de cal a su mujer y sus dos hijos en la bañera; al menos 20 puñaladas;
brutalmente mutilada; descuartizó el cadaver y los escondió en diversos puntos de la
autopista; cuchillo clavado en la zona costal; golpeada en la cabeza con una azada; la mata a
martillazos; puñalada en el corazón y la yugular; descuartizada repartida en tres bolsas
dentro de la nevera; cosida a puñaladas…
Con respecto a los detalles exhaustivos, se menciona todo lo que hizo el asesino para
matarla, como por ejemplo: fue descubierta por su hijo; el asesino la estaba esperando entre
los coches, despues subió corriendo las escaleras tras ella y la víctima iba pidiendo auxilio,
232
|
pero no pudieron hacer nada; estaba bajo la cama; cuchillo de cocina de 20 cm de hoja; el
agresor retorciendose de dolor; murió junto con su hijo de cuatro años; la víctima se
desangraba de camino al hospital…
• Los medios de comunicación reflejan la nacionalidad del agresor.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
El
Mund
o
El
País
Analizando al gráfica, podemos comprobar como todos los periódicos realizan una
señalización más exhaustiva cuando el agresor y la víctima son extranjeros, que cuando son
españoles. Sin embargo, no en todas las noticias aparece la nacionalidad del asesino y de la
víctima, en muchos casos se obvía y no se referencia, correspondiendo en su mayoría a
asesinos y víctimas españolas.
Nos parece relevante, introducir una gráfica, donde podemos comprobar cómo los
agresores son más españoles que extranjeros, del mismo modo que las víctimas. Así
podemos llegar a la conclusión, que los periódicos ofrecen unos datos distorsionados de la
realidad, puesto que señalan y hacen énfasis en los agresores extranjeros, pero no así en los
españoles, lo que fomenta que la sociedad crea que la violencia contra las mujeres es un
problema debido a la inmigración y no a la sociedad española.
233
|
Nacionalidad
de
vícxmas
y
asesinos
85
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
86
49
48
Nacionalidad
de
vícxmas
y
asesinos
10
• Fuente Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
• En las noticas se fomentan los prejuicios y estereotipos, tanto hacia las mujeres como
hacia los agresores.
10
Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, ( 4-‐6-‐2012 ): «Víctimas mortales por
violencia de género »,
<http://www.msssi.gob.es/ssi/violenciaGenero/portalEstadistico/fichaResumen/docs/Datos
_violencia_genero_ano_2010.pdf > <
http://www.msssi.gob.es/ssi/violenciaGenero/portalEstadistico/fichaResumen/docs/Datos_
violencia_genero_ano_2011.pdf >, [ 17-‐5-‐13]
234
|
El
discurso
de
las
no<cias,
fomentan
los
prejuicios
y
estereo<pos
El
Mundo
El
País
20%
El
Día
El
Diario
de
Avisos
3%
40%
37%
Podemos observar como los periódicos de tirada nacional son los que más fomentan los
prejuicios y estereotipos, puede ser debido a la amplia cobertura que dan de las noticias,
visto por el número de publicaciones. Nos llama la atención, que El Mundo, siendo el
periódico, de los que analizamos, en segundo lugar en publicación de noticias, sea el primero
en fomentar los prejucios y estereotipos. Podemos derivar que tiene algo que ver con la
ideología conservadora que tiene dicho medio de información.
Es relevante señalar elcontenido tienen los prejuicios y estereotipos, tales como: ni la
víctima ni el agresor estaban empadronados en la localidad; detención de cinco compatriotas
que compartían piso con el agresor ecuatoriano; habian muchas juergas y borracheras; los
vecinos no habian denunciado por miedo a las represalias; muchos follones, el inmueble se
halla en un barrio obrero y con fuerte presencia latina…
Analizando el contenido, podemos comprobar como los prejuicios y estereotipos tienen
que ver con la cultura del agresor y de la víctima, siempre que estos sean extranjeros.
CONCLUSIONES
Los medios de comunicación ejercen un poder infinito sobre la sociedad, debido a que la
misma considera que lo que se expone en ellos corresponde a una verdad absoluta, sin parar
a cuestionarse que puedan haber diferentes ideologías detrás, que el discurso esté enfocado
sobre la víctima o sobre el agresor, sin darse cuenta de que se hace énfasis en algunos
aspectos y se ocultan otros.
Deteniéndonos en los actores que forman parte de las noticias, hemos analizado que se
potencia más la visión que ofrece el vecindario sobre el suceso, que otras fuentes más fiables,
235
|
como las organizaciones de mujeres, los servicios sanitarios o la propia estadística. No nos
referimos a que el vecindario mienta o diga la verdad, nos referimos a que es una simple
opinión, nada fundamentada sobre el asesinato. Este hecho fomenta que el tema de la
violencia contra las mujeres se trate sin rigor y se fomenten los prejuicios y estereotipos. Bajo
ningún concepto se puede escribir que el asesino acabó con la vida de su pareja o ex pareja
porque tenía celos y la mujer le había dado motivos, de hecho nos parece denunciable,
porque al final se está legitimando al agresor.
En contrapartida, resulta de mayor interés y ayuda para las posibles víctimas de
violencia, la opinión que presentan los expertos y expertas, así como la información referida a
los recursos que tienen las mujeres para luchar contra su agresor, que pasos deben seguir
para ser ayudadas...
Mención especial requieren los prejuicios y estereotipos, sobre todo en los periódicos
nacionales. Se fomentan prejuicios culturales, referidos a la nacionalidad del agresor y de la
víctima, lo que está estrechamente relacionado con enfatizar la nacionalidad del agresor y de
la víctima cuando son extranjeros. Las consecuencias que esto produce, es insinuar que los
asesinatos y violencia machista es provocada por los y las extranjeros, más concretamente
latinoamericanos y la inmigración.
Otro aspecto a destacar, por la ausencia de buenas prácticas, son los datos escabrosos e
irrelevantes: formas de la muerte y detalles exhaustivos que no ofrecen mayor conciencia de
la violencia machista, sino que, por el contrario, crean un morbo para atraer a lectores y
desvirtúan el objetivo principal: prevenir y erradicar la violencia machista, aumentando el
número de denuncias y disminuyendo el número de víctimas.
Una vez que hemos realizado la investigación, podemos llegar a la conclusión de que el
número de noticias publicadas en los periódicos, está estrechamente relacionado con la
ideología de cada medio. Por el número de noticias, podemos concluir que el periódico El
País posee una mayor sensibilización a los temas de género, que el diario El Mundo, ya que
éste no se hace eco de todas las noticias.
Otro aspecto importante, que también tiene relación con el número de noticias
publicadas, es quien las redacta. Hemos comprobado que, el periódico El Mundo, se deciden
más por agencias de prensa que por el propio periódico, caso contrario se da en El País. En el
caso de que el periódico sea quien firma la noticia, es más amplio el número de hombres que
la redacta que las mujeres, al igual que ocurre con el resto de los periódicos. De aquí se puede
derivar que, el que se vea a las mujeres como “responsables” de su trágico final y a los
hombres como menos culpables del asesinato, puede ser motivo de que los hombres no
disponen de la conciencia de género que tenemos las mujeres.
En la violencia machista tenemos que luchar todos/as del mismo lado, tenemos que
aunar fuerzas para que esta lacra termine y para que los asesinos sean tratados como
delincuentes. Se debe reforzar en las noticias el hecho de que es necesario denunciar, de que
el Gobierno de España y de cada comunidad autónoma presta ayuda para que la mujer pueda
separarse de su agresor y para que sus hijos/as estén seguros. Debe aparecer siempre cómo
236
|
es la actitud de los agresores, para que las mujeres sean capaces de vislumbrar cuando su
pareja está siendo agresivo y hasta donde va a ser capaz de llegar.
Para finalizar esta investigación sobre la violencia contra las mujeres y la relación con los
medios de comunicación, propondremos una guía de buenas prácticas a la hora de tratar este
tema en los medios.
• El agresor debe ser tratado como delincuente en la noticia.
• Se debe centrar la noticia sobre el comportamiento de los maltratadores y sobre ellos
mismos, no sobre la víctima.
• Se debe respetar el duelo de la víctima, evitando señalar nombres y otras
características.
• Evitar el discurso, el cual, de manera sibilina culpabiliza a la víctima y con
benevolencia al agresor.
• Evitar el morbo que producen datos como el número de puñaladas, la forma de la
muerte, la exhaustividad en el relato, ya que carece de relevancia para el/la lector/a, siendo
relevante para la policía.
• No mencionar a menores, como son los/as hijos/as, mucho menos poniendo nombre
y edades, ya que son menores y los ampara la ley.
• La noticia no se debe quedar en si ha habido denuncia o si no, también se debe
explicitar el protocolo que se debe seguir, aportando datos sobre las muertes e incentivando
a las mujeres a denunciar. Lo que creará una conciencia social y hará que cualquier persona
que presencie una agresión denuncie.
• Evitar la información que proporciona el vecindario, ya que pueden tener una visión
distorsionada de lo que es la realidad.
• Para evitar los prejuicios y estereotipos, o bien se menciona siempre la nacionalidad,
tanto de víctima como de agresor, o bien se obvia en todos los discurso. Poner solo la
nacionalidad cuando es extranjero/a o inmigrante, dificulta la toma de conciencia con el
problema real existente, desviando la atención hacia problemas culturales de las personas
que conviven con nosotras y no son españoles/as.
237
|
EL
“AMOR
CAUTIVO”
COMO
UNO
DE
LOS
EVENTOS
DESENCADENANTES
DE
VIOLENCIA
CONTRA
LAS
MUJERES
SEGÚN
EL
MODELO
PIRAMIDAL1
Esperanza
Bosch
Fiol
Victoria
Aurora
Ferrer
Pérez
INTRODUCCIÓN
“Para
todos
los
que
tienen
complejo
de
inferioridad,
(la
violencia)
se
trata
de
un
bálsamo
milagroso:
nadie
es
más
arrogante,
agresivo
o
desdeñoso
con
las
mujeres
que
un
hombre
2
preocupado
por
su
virilidad” Simone de Beauvoir (p. 59).
En estos últimos años nuestro equipo de investigación viene trabajando, por una parte,
en profundizar en el estudio de la relación entre amor romántico y violencia contra las
mujeres, y por otra, en la revisión de los diversos modelos explicativos que sobre este tipo de
violencia han ido surgiendo en los últimos tiempos. Como consecuencia de ello, hemos ido
avanzando en la elaboración de uno propio al que hemos denominado modelo piramidal
(MP), que consta de cinco escalones: Sustrato patriarcal (la base); Socialización diferencial
(los aprendizajes); Expectativas de control (variables cognitivas de predicción); Eventos
desencadenantes; y Violencia desatada.
Este trabajo se centra en uno de los eventos desencadenantes, muy frecuentemente
utilizado como coartada por parte de los varones violentos en el marco de las relaciones de
pareja. Se trata de la concepción más dañina del amor, a la que hemos denominado “amor
cautivo”, muy relacionada con los mitos más devastadores del amor romántico, que,
mediante la socialización diferencial y los mandatos de género vinculados a ella, convertirían
a esta forma de amar en un instrumento de control y dominación de algunos varones sobre
sus parejas o exparejas, así como en una excusa para el ejercicio de la violencia, muchas veces
en su manifestación más extrema.
1
Este trabajo ha sido realizado en el marco del Programa Grupos Competitivos de
Investigación, cofinanciado por la Conselleria d’Educació, Cultura i Universitats del Govern
de les Illes Balears, la Unión Europea y los Fondos Feder.
2
DE BEAUVOIR, Simone, El
segundo
sexo, Madrid, Cátedra, Col. Feminismos, 1949/2005.
238
|
Sólo a modo de recordatorio, podemos señalar que, según los datos del último informe
3
de la OMS cerca del 35% de todas las mujeres a nivel mundial experimentarán situaciones de
violencia tanto dentro de la pareja como fuera de ella, y que la violencia dentro de la pareja es
el tipo más común de violencia contra la mujer, que afecta al 30% de las mujeres en todo el
mundo. Este informe lanza pues un mensaje demoledor, según el cual la violencia contra las
mujeres es un problema de salud mundial de proporciones epidémicas.
LA
CONSTRUCCIÓN
DE
UN
MODELO
El modelo piramidal (MP) que proponemos parte de una premisa que nos parece básica:
la raíz de la violencia contra las mujeres es la misma sea cual sea la forma en que se
manifieste. Por tanto, los modelos parciales son insuficientes por cuanto no ponen énfasis en
los elementos comunes, sino que se aplican sólo a una parte del fenómeno, confundiendo, en
algunos casos los factores determinantes con los factores desencadenantes.
En nuestro análisis, partimos de la definición contenida en la Declaración sobre la
eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en 1993, que define la violencia contra las mujeres como
"todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un
daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria
de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada" y abarca,
"la violencia física, sexual y psicológica en la familia, incluidos los golpes, el abuso sexual
de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la
mutilación genital y otras prácticas tradicionales que atentan contra la mujer, la violencia
ejercida por personas distintas del marido y la violencia relacionada con la explotación; la
violencia física, sexual y psicológica al nivel de la comunidad en general, incluidas las
violaciones, los abusos sexuales, el hostigamiento y la intimidación sexual en el trabajo, en
instituciones educacionales y en otros ámbitos, el tráfico de mujeres y la prostitución
forzada; y la violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado,
4
dondequiera que ocurra ".
Por otra parte, si buscamos la definición que de la palabra “modelo” nos proporciona la
RAE, entre otras, encontramos esta que nos puede ser de utilidad: “Representación
en
pequeño
de
alguna
cosa.
Esquema
teórico,
generalmente
en
forma
matemática,
de
un
sistema
o
de
una
realidad
compleja,
(…), que
se
elabora
para
facilitar
su
comprensión
y
el
estudio
de
su
comportamiento”.
3
OMS (Organización Mundial de la Salud) (2013): «Estimaciones mundiales y regionales de
la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia
sexual no conyugal en la salud»,
<http://www.who.int/reproductivehealth/publications/violence/9789241564625/es/index.ht
ml>, [28-‐6-‐2013].
4
Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993 de Naciones Unidas.
239
|
Es en este sentido que pretendemos que, de una manera lo más sencilla posible, el MP
nos permita explicar una realidad tan compleja y a la vez tan extendida como es la violencia
contra las mujeres, en sus diferentes formas, y que, consecuentemente, nos sirva para
entender determinadas dinámicas y comportamientos, sin caer en tópicos ni en
simplificaciones de la realidad que no hacen más que falsearla.
5
En trabajos anteriores ya analizamos algunos de los mecanismos presentes tanto en
hombres como en mujeres a la hora de iniciar y mantener relaciones amorosas. Allí
hablábamos del laberinto patriarcal como una forma de representarnos el entramado de
intrincados vericuetos y trampas con las que una mujer puede encontrarse en una relación
abusiva a la hora de tomar plena conciencia de su situación y de los peligros a los que estaría
expuesta, todo ello en nombre del amor. Este será el punto de partida para analizar el amor
cautivo, que no es otro que el que queda atrapado en la parte más oscura el laberinto, por
tanto el más dañino de todos. Pero antes vamos a describir, de manera un tanto esquemática
por razones de espacio el MP. Una descripción del mismo está disponible en el texto
6
“Violencia contra las mujeres. El amor como coartada ”.
Actualmente, los modelos explicativos para la violencia contra las mujeres con los que se
trabaja son básicamente de tipo ecológico-‐multicausal y tienen como característica común
considerar que no hay una causa única que la explique adecuadamente, al contrario,
consideran que se trata de un fenómeno complejo que sólo puede ser entendido a partir de la
intervención de un conjunto de factores específicos en el contexto general de las
desigualdades de poder entre hombres y mujeres en los niveles individual, grupal, nacional y
7
mundial .
En nuestro caso partimos de la premisa de que el patriarcado designa un orden social,
8 9
que asegura la supremacía de los hombres y lo masculino sobre las mujeres y lo femenino ,
10
y se asienta sobre una ideología que lo legitima y lo mantiene .
Es por este motivo que el MP tiene como base a partir de la cual va construyéndose, esta
ideología patriarcal común a todas las sociedades con mayor o menor impunidad, así como el
cuerpo de creencias y actitudes misóginas que han sido claves en su construcción y
mantenimiento.
5
BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria A. y ALZAMORA, Aina, El
laberinto
patriarcal,
Barcelona, Antrophos, 2006.
6
BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria A., FERREIRO, Virginia y NAVARRO, Capilla,
Violencia
contra
las
mujeres.
El
amor
como
coartada, Barcelona, Antrophos, 2013.
7
ONU (Organización de Naciones Unidas) (2006): «Estudio a fondo sobre todas las formas
de violencia contra la mujer (AG 61/122/Add.1)»,
<http://www.observatorioviolencia.org/documentos.php?id=92>, [22-‐5-‐2013].
8
LAGARDE, Marcela, Género
y
feminismo.
Desarrollo
humano
y
democracia. Madrid, Horas y
Horas, 1996.
9
LERNER, Gerda, La
creación
del
patriarcado. Barcelona, Crítica, 1986/1990.
10
MILLET, Kate, Política
Sexual. Madrid, Cátedra, 1969/1995.
240
|
Como ya hemos avanzado, el MP tienes cinco escalones, que constituyen lo que, en
nuestra opinión, representan los elementos determinantes que ponen en marcha la violencia
contra las mujeres, pero con la reflexión añadida de que en cada unos de ellos es posible
tomar la decisión, por parte del varón, de escapar de su influjo, renunciando a los privilegios
de género. Estos escalones serían los siguientes:
Sustrato patriarcal: común en todas las sociedades, con mayor o menor impunidad
según la tradición democrática y las leyes vigentes. Se alimenta de las creencias misóginas y
las tradiciones socio-‐culturales sexistas.
Socialización diferencial: mediante este proceso se aprenden asimilan y asientan los
roles sexuales y los estereotipos de género, marcando claramente las diferencias en todos los
ámbitos entre hombres y mujeres
Expectativas de control: asumida la superioridad masculina, en este escalón los varones
interiorizarían su “derecho genérico” a controlar la vida de las mujeres, dándolo por un
“derecho natural”, tanto punitivo como paternalista y proteccionista
Eventos desencadenantes: pueden ser:
·∙ Personales: alcohol, drogas, matrimonio, nacimiento de hijos/as, separación,
estrés, enamoramiento posesivo, etc.
·∙ Sociales: crisis económica, cambio de modelo social, etc.
·∙ Político-‐religiosos: integrismos, gobiernos ultra-‐conservadores, etc.
Violencia desatada: sería la punta de la pirámide y donde la violencia ya estalla con toda
su virulencia. Puede ir dirigida hacia la mujer directamente, o de forma intermediada, a
través de los hijos/as.
Las características más relevantes del MP serían las siguientes:
a) Es ecológico-‐multicausal.
b) Es universal, ya que es aplicable a todos los tipos de violencia contra las mujeres, no
sólo a la ejercida en el marco de la pareja, puesto que, como ya hemos mencionado, partimos
del hecho que todos estos tipos de violencia contra las mujeres tienen una raíz común, se
alimentan de las mismas creencias y se justifican con los mismos argumentos.
c) Es exhaustivo, es decir, pretende ser completo y profundo, abarcando todos los
aspectos relevantes comunes a todos los tipos de violencia contra las mujeres.
d) Es sencillo, es decir, utiliza los mínimos elementos posibles, tanto sociales y culturales,
como individuales, en un intento de ofrecer claves sencillas que nos permitan enfrentarnos a
una realidad compleja.
e) Contempla los procesos de filtraje o procedimientos de rechazo de los privilegios de
género por parte de varones que no utilizarán la violencia como recurso de control. Estos
procesos nos permiten tratar de responder a la pregunta de por qué unos hombres son
241
|
violentos y otros, aun habiendo compartido los mismos procesos de socialización y recibido
los mismos mandatos patriarcales, no lo son.
f) Diferencia los elementos causales de los desencadenantes;
g) Se enmarca en dentro de una tradición explicativa que utiliza la pirámide como
modelo.
La representación gráfica de este modelo sería la siguiente:
11
Fuente: Violencia contra las mujeres. El amor como coartada
Queremos remarcar este modelo que proponemos cobra fuerza la capacidad de elegir, la
toma de decisiones que lleva a ciertos varones a seguir transitando por un camino que les
lleva hacia la violencia, mientras otros eligen abandonar esa senda. Es decir, partimos de la
11
BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria A., FERREIRO, Virginia y NAVARRO, Capilla,
Violencia
contra
las
mujeres.
El
amor
como
coartada, Barcelona, Antrophos, 2013
242
|
base de que un comportamiento violento contra las mujeres no es una predestinación, es una
12
elección voluntaria de la que el abusador es plenamente responsable .
AMOR
CAUTIVO
VS.
AMOR
EN
LIBERTAD.
AMOR
CAUTIVO
COMO
EVENTO
DESENCADENANTE
Para poder centrarnos en la importante relación entre el amor romántico (y
concretamente el amor cautivo) y la violencia de género es básico recordar el papel jugado
por la mitología romántica, su fuerte impacto en la socialización diferencial y su actualidad,
ya que lejos de cuestionarse sigue vigente y se presenta como la única y auténtica forma de
13
amar, y por ende, de encontrar la felicidad . Recordemos que un mito no es más que una
creencia o conjunto de creencias, aunque se hallan formuladas de tal manera que aparecen
como una verdad y son expresadas de forma absoluta y poco flexible, suelen poseer una gran
carga emotiva, concentran muchos sentimientos, y suelen contribuir a crear y mantener la
14 15
ideología del grupo, y por ello suelen ser resistentes al cambio y al razonamiento .
Suele considerarse que el amor romántico surge en los siglos XII y XIII con la tradición del
16 17
amor cortés entre los trovadores , de hecho las canciones románticas actuales son
herederas lejanas de aquellas. Resulta evidente que las características más destacadas de
este tipo de amor se confirman y difunden a través de múltiples vías, como cuentos
infantiles, relatos literarios, películas, canciones, publicidad por medio de todos los
mecanismos de socialización. Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para
toda la vida (te
querré
siempre), exclusivo (no
podré
amar
a
nadie
más
que
a
ti), incondicional
(te
querré
por
encima
de
todo) e implica un elevado grado de renuncia (te
quiero
más
que
a
mi
vida).
12
BONINO, Luis, Hombres y violencia de género. Más allá de los maltratadores y de los
factores de riesgo. Madrid, Ministerio de Igualdad, 2009.
13
LEAL, Aurora, Dibujos
y
textos
sobre
el
amor.
Representaciones
adolescentes. Madrid,
Editorial Académica Española, 2012.
14
BOSCH, Esperanza y FERRER, Victoria A., La
voz
de
las
invisibles.
Las
víctimas
de
un
mal
amor
que
mata. Madrid, Cátedra, Col. Feminismos, 2002.
15
BOSCH, Esperanza, Ferrer, VICTORIA A. et al., Del
mito
del
amor
romántico
a
las
violencia
contra
las
mujeres
en
la
pareja. Madrid, Instituto de la Mujer, 2007. Disponible en:
http://www.migualdad.es/mujer/mujeres/estud_inves/770.pdf
16
GONZÁLEZ, Rosaura y SANTANA, Juana D., Violencia
en
parejas
jóvenes.
Análisis
y
prevención. Madrid, Pirámide, 2001.
17
YELA, Carlos, El amor desde la psicología social. Ni tan libres ni tan racionales. Madrid,
Pirámide, 2000.
243
|
18
Para Montserrat Moreno y Genoveva Sastre el amor romántico no se distingue
claramente del enamoramiento y en la mayoría de los casos es considerado como el
“verdadero amor”. Sus principales características se basarían en las siguientes creencias:
1. Enamorarse no depende de la voluntad de la persona, no es algo que se pueda hacer
de manera premeditada sino que surge de pronto. Es inefable, por eso no se puede definir, es
inaccesible a la razón.
2. El amor lo puede todo. Produce una serie de emociones que provocan una sensación
de gran bienestar. El
amor
mueve
montañas.
3. El amor lo justifica todo. Se haría cualquier cosa por la persona amada, pues ella es el
valor supremo, todo lo demás se convierte en secundario.
4. El amor es suficiente. Si se tiene amor no se necesita nada más.
5. Provoca una entrega total a la persona amada, se confía plenamente en ella y se hace
todo por complacerla.
6. Las dos personas se complementan, están hechas la una para la otra.
7. El verdadero amor es incondicional, siempre se estará del lado de la persona amada,
pase lo que pase.
8. Es exclusivo y excluyente, no se puede compartir y tiende a alejar a todas las demás
personas de la relación dual.
9. El verdadero amor dura siempre, si se acaba es que no era amor auténtico.
10. El estado general que crea el enamoramiento o fascinación amorosa es de felicidad
total y hace que se perciba a la persona amada como única e insustituible.
Como es fácil de imaginar, usar los mitos románticos (el
amor
que
todo
lo
puede
y
mueve
montañas,
el
amor
eterno,
la
media
naranja, etc., etc.) como estándar genera toda una serie
de expectativas, siempre difíciles y en muchos casos imposibles de conseguir, que pueden
producir frustración, desencadenar conductas negativas y finalmente violencia. El caso
concreto de la creencia de que los celos son señal de amor es particularmente significativo en
este sentido, puesto que es considerado como un predictor de violencia.
Por otra parte, es importante recordar que las exigencias en nombre del amor no son
iguales para ellos que para ellas. Rousseau ya había aconsejado que se acostumbrara a las
mujeres a soportar el yugo desde el principio, pues de este modo lo sentirán menos y todavía
más, dirá que
“hecha
para
obedecer
a
una
criatura
tan
imperfecta
como
el
hombre,
una
criatura
fuertemente
viciosa
y
siempre
con
defectos,
debe
aprender
a
ser
sumisa
frente
a
la
injusticia
y
a
sufrir
sin
quejarse
los
males
que
su
marido
le
inflija.
Y
conviene
que
sea
amable,
en
18
MORENO, Montserrat y SASTRE, Genoveva, Como
construimos
universos.
Amor,
cooperación
y
conflicto. Madrid, Gedisa, 2010.
244
|
beneficio
propio,
no
por
el
hombre.
La
amargura
y
la
obstinación
no
hacen
más
que
multiplicar
los
sufrimientos
de
la
esposa
y
los
malos
tratos
del
marido”.
Así vemos como este autor daba por sentadas dos cosas: que los hombres eran violentos
19
y brutos y que las mujeres debían ser sumisas y obedientes, y que todo ello era natural .
Desgraciadamente, estas creencias, con mayores o menores matices, siguen vigentes en el
imaginario patriarcal colectivo.
En definitiva, puede decirse que el amor romántico es también una experiencia
20 21 22 23 24
fuertemente generizada . Si para las mujeres es espera, pasividad, cuidado,
renuncia,… para los hombres tiene mucho más que ver con el héroe y el conquistador, con el
que logra alcanzar imposibles, seducir, quebrar las normas y resistencias. Es fácil imaginar
como este modelo de amor romántico idealizado y generizado, crearía falsas expectativas y
conduciría con cierta facilidad, como ya hemos dicho, a la frustración y al sentimiento de
fracaso afectivo de manera que podría actuar, creemos que en muchas ocasiones, como
desencadenante de la violencia.
Desde una concepción feminista del amor se viene alertando contra sus principales
peligros, que no son otros que aquellos que emanan de los mandatos patriarcales, como
25
recuerda Elizabeth Russell :
“Las teorías feministas contemporáneas ven en el tradicional (y patriarcal) concepto de
amor un efecto clave que ha conducido a la opresión de las mujeres. De acuerdo con
estas teorías, el amor es una construcción social que el patriarcado utiliza para mantener
el status quo y que desde temprana edad las niñas aprenden a través de los cuentos de
hadas, los mitos y los medios de comunicación.
19
BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria A. y GILI, Margalida, Historia
de
la
misogínia.
Barcelona, Antropos, 1999.
20
BURNS, Angie, «Looking for love in intimitate heterosexual relationships». Feminism
and
Pychology, vol.10, núm. 4 (2000), pp. 481-‐485.
21
DENMARK, Florence L., RABINOWITZ, Vita C. y SECHZER, Jeri A., Engendered
Psychology.
Women
and
Gender
Revisited. Boston, Pearson, 2005.
22
REDMAN, Peter, «Love is in the air: romance and the everyday», en BENNETT, Tony y
WATSON, Diane (eds.), Understanding
everyday
life, Open University, Blackwell Publishing,
2002, pp. 52-‐91.
23
SCHÄFER, Gabriela, «Romantic love in heterosexual relationships: women’s
experiences». Journal
of
Social
Sciences, vol. 16, núm. 3 (2008), pp. 187-‐197.
24
LEAL, Aurora, Dibujos
y
textos
sobre
el
amor.
Representaciones
adolescentes. Madrid,
Editorial Académica Española, 2012.
25
RUSSELL, Elisabeth, «El amor y el baile de los siete velos: una aproximación feminista al
amor», en SEGARRA, Marta y CARABÍ, Ángeles (coords.),
Amor
e
identidad, Barcelona,
PPU, 1996, pp. 261-‐267.
245
|
Lo
que
no
aprenden
pero
pronto
o
tarde
llegan
a
saber,
es
que
en
cada
relación
amorosa
hay
también
una
relación
de
poder,
tanto
individual,
entre
amado
y
amada,
como
colectiva
entre
la
sexualidad
individual,
y
la
política
sexual
del
Estado” (pp.261-‐262).
En nuestra opinión, es más probable que las mujeres que asumen el modelo romántico
de forma más rígida tendrán más probabilidades de ser víctimas de violencia. Partiendo del
mito de la omnipotencia del amor (que todo lo puede), invierten esfuerzos y sacrificios en
intentar cambiar al hombre que, aún diciendo que las ama, las maltrata sin piedad. Estas
serían las mujeres que estarían más perdidas en el laberinto del que hemos hablado
anteriormente.
Este tipo de amor romántico, cosido a base de mitos y falsas creencias, que generan
expectativas tan elevadas, que implican por parte de las mujeres, una “inversión emocional”
tan costosa, y, por tanto, que es tan reacio a reconocerse agotado, o más aún falso, es el
amor cautivo, prisionero, y tiene una importante relación con lo que hemos llamado “fuerza
del amor”. Por él entendemos un conglomerado de elementos míticos sobre el amor
romántico que alimentan la creencia de que amar es suficiente para conseguir cambios
positivos en la persona amada, y no sólo eso, sino que el amor, el “autentico amor”, aquel
que no se detiene ante nada, que conlleva entrega y sacrifico y descarga todas las
expectativas, ilusiones y proyectos de futuro en esa creencia, es compartido y comprendido
de manera simétrica por parte del hombre (aspecto que en muchas ocasiones no se cumple)
y es, además, la auténtica meta en la vida de toda mujer, de manera que no conseguirlo
26
representa un claro fracaso .
Es por todo lo dicho que situamos este tipo de amor como uno de los eventos
desencadenantes de la violencia contra las mujeres dentro del modelo piramidal expuesto.
Frente a este amor cautivo, estaría el amor vivido en libertad, el compartido entre
iguales, que se niega a seguir un guión preestablecido, y que asume con naturalidad su
carácter imperfecto y posiblemente caduco, pero que representa una fuente de placer y de
complicidades compartidas.
CONCLUSIONES
Aunque quizás no sea necesario, no queremos dejar de recordar que en ningún momento
negamos que el amor sea una fuerte de placer y felicidad para hombres y mujeres. Eso,
naturalmente, no se pone en duda. Pero no este tipo de amor que teje una red densa y
angustiosa sobre tantas y tantas mujeres, que las retiene en una jaula que casi nunca es de
oro, las desempodera y da justificaciones para el uso de la violencia en todas sus intensidades
si intentan escapar de él. Es posiblemente (desgraciadamente faltan estadísticas fiables) este
tipo de relación donde más suicidios femeninos se producen, por cuanto las mujeres cautivas
26
BOSCH, Esperanza y FERRER, Victoria A., «La “fuerza del amor” y su papel determinante
en las relaciones violentas según el modelo del laberinto patriarcal», Comunicación
presentada al Congreso Políticas de Igualdad, organizado por Emakunde, 2012.
246
|
en él no visualizan salida a su situación, van perdiendo la esperanza, y con ella la fuerza y la
capacidad de lucha por su supervivencia.
Pero, como ya hemos dicho, naturalmente hay otras formas de amar, las que nos hacen
crecer, las que proporcionan placer, complicidades… el amor que nos hace libres, y a la vez el
que más libre está de prejuicios, el que ni es eterno, ni sube montañas, ni es la mitad de nada,
simplemente el amor entre iguales, que se reconocen imperfectos pero que desean
compartir partes de su vida. Un amor poderoso como fuente de placer, de cariño y de
respeto, que empodera a ambos miembros de la pareja, pero que no los ata a un destino
turbulento, y que dura…lo que tenga que durar.
247
|
RE
(CONSTRUYENDO)
VULNERABILIDADES:
LAS
MUJERES
VICTIMAS
DE
VIOLENCIA
MACHISTA
EXTRANJERAS.
Esther
Torrado
Martín-‐Palomino
Raquel
González
Rodríguez
"Todas las desgracias del mundo
provienen del olvido y el desprecio que
hasta hoy se ha hecho de los derechos
naturales e imprescriptibles del ser
mujer". Flora Tristán
INTRODUCCIÓN
A través de esta comunicación se pretende ofrecer una reflexión sobre la realidad de
las mujeres extranjeras víctimas de violencia de género, las dificultades en el estudio de
sus especificidades y en la atención especializada.
Todas ellas, presentan características comunes al resto de las víctimas, es decir que el
ser mujer constituye un factor de riesgo, pero no el único. Hemos observado que junto a la
aparición de diversas vulnerabilidades derivadas de la propia situación de ser mujer, que se
visibilizan en las diversas brechas de género en el mercado laboral, en el sistema
educativo, el sistema de participación política, el uso del tiempo, la sexualidad; en el caso
de estas mujeres se unen otras tales como; las tradiciones, las culturas, la religión, la clase
social, ausencia de redes sociales y familiares, la etnia, la situación económica, las barreras
idiomáticas o la situación jurídica administrativa, entre otras.
Todas estas vulnerabilidades van a influir en la salida o no del círculo de la violencia o
en el tiempo para abandonar la misma, toda vez que constituye un elemento de
encarecimiento de costes personales, sociales y de los servicios de atención e intervención.
En muchos estudios, tanto regionales como nacionales sobre víctimas de violencia de
género, aparecen invisibilizadas estas vulnerabilidades, limitándose a cuantificar el
victimario por características sociodemográficas (edad, estado civil o procedencia). Es
necesario por tanto en la investigación, no solo cuantificar sino caracterizar desde la
perspectiva de género, ayudando a complementar la información que permita una mejor
planificación y orientación de las intervenciones.
248
|
Las actuales políticas públicas, no contemplan en la planificación de sus servicios,
estas vulnerabilidades o diferencias, si bien en la actualidad se han intentado establecer
una serie de medidas para favorecer la detección y atención especializada a estas víctimas
y sus familias (hijos e hijas), quedando muchas líneas de abordaje para garantizar su
atención y protección.
RE
(CONSTRUYENDO)
VULNERABILIDADES:
TEORÍA
DE
LA
INTERSECCIONALIDAD
Y
LAS
OPRESIONES
ENTRECRUZADAS
EN
LAS
MUJERES
VÍCTIMAS
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO.
Las autoras pioneras que teorizaron sobre la interseccionalidad fueron Patricia Hill
1
Collins y Kimrberlé Crenshaw . Esta interseccionalidad se enmarca en diferentes formas de
opresiones que influyen en las relaciones sociales. Desde esta teoría, se considera que los
sistemas de opresión social no actúan de forma independiente sino, de manera
interrelacionada. Así, las mujeres están afectadas por diversas formas de discriminación
relacionadas entre sí y que no vendrían determinadas simplemente por el hecho de ser
mujer.
Es un concepto complejo, que ha generado controversias en el ámbito académico, sin
embargo constituye una valiosa herramienta para analizar la multiplicidad y simultaneidad
de la opresión que sufren las mujeres (AWID, 2004) a la vez que introduce las realidades
diversas, así como un conjunto de herramientas analíticas y metodológicas para analizar la
violencia de la que son objeto. Por tanto esta teoría, la consideramos de gran utilidad
teórica, conceptual y política para el abordaje de la opresión que sufren las mujeres
extranjeras tanto en los procesos migratorios como en el tratamiento de la violencia de
género.
En definitiva, del mismo modo que podemos decir que el fenómeno de la inmigración
no afecta por igual a mujeres y hombres, ya que las primeras son doblemente vulnerables
2
tanto en oportunidades para emigrar, como en costos y resultados de la inmigración , este
mismo paralelismo lo podemos encontrar cuando hablamos de violencia de género. El
efecto es claramente diferencial entre las mujeres en general y las extranjeras en
1
CRENSHAW, Kimberlé W. “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and
Violence against Women of Color”, Stanford
Law
Review, Vol. 43, nº 6 (1991) pp. 1241–
1299.
HILL COLLINS Patricia and ANDERSEN Margaret,
Race,
Class
and
Gender:
An
Anthology,
1992, 1995, 1998, 2001, 2004, 2007.
2
GONZÁLEZ Raquel y MESA Alexis “La inmigración irregular desde la perspectiva de
género” en ZAPATA Vicente y GODENAU Dirk,
La
inmigración
irregular
en
Tenerife,
Tenerife, Universidad de La Laguna, 2007, pp 323-‐346.
249
|
particular, que son objeto de múltiples vulnerabilidades adicionales: procedencia,
situación legal, clase social, etnia o raza, religión, ausencia de redes socio-‐familiares etc.
Estas desigualdades múltiples que se producen tanto en los procesos de movilidad
internacional, como en los efectos de la violencia sobre sus víctimas extranjeras, se deben
a los diferentes tipologías de violencias entrelazadas de las que son objeto y por tanto no
pueden ser explicadas exclusivamente por la condición de pertenecía a un género
subordinado, es decir por el hecho de ser mujer.
Desde esta perspectiva teórica, las víctimas no solo tienen controles de movilidad
patriarcal por el hecho de ser mujer o por su ciclo vital en sus países de origen, sino que
sufren diversos tipos de violencia en las sociedades de destino por una serie de
interseccionalidades convergentes, constituyendo una doble vulnerabilidad que va a
repercutir en el proceso de recuperación de la situación de violencia de ellas y sus hijas e
hijos.
También constituirá la base de su desempoderamiento, que sirve de elemento de
control y adoctrinamiento en la sumisión y castigos de género, independientemente de
quien ejerza el control (políticas y agentes migratorios, pareja, familiar o miembro de una
red de tráfico y contrabando de seres humanos).
Entendiendo que las mujeres son objeto de diferentes violencias de género
relacionadas con los diferentes espacios que ocupan en la sociedad y debido a la intrínseca
desigualdad de las relaciones entre géneros, este tema se aborda normalmente desde una
perspectiva simplificadora y victimizadora. Por ello, consideramos que debe abordarse
desde esa perspectiva interseccional y sus múltiples complejidades, ya que las relaciones
de género están mediatizadas por categorías culturales, sociales y políticas que
interactúan en los espacios públicos, laboral y familiar
LAS
MÚLTIPLES
COMPLEJIDADES
EN
EL
ESTUDIO
E
INTERVENCIÓN
CON
VÍCTIMAS
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EXTRANJERAS.
Uno de los elementos de invisibilizacion de estas múltiples interseccionalidades, lo
encontramos en las fuentes secundarias de información nacional e internacional, sobre
violencia de género e igualdad, que ofrecen una compilación de datos cuantitativos, que
siguen reflejando una imagen estereotipada y homogenizada de las mujeres víctimas de
violencia de género y que suelen ser empleados para medir y explicar la violencia e incluso
3
orientar las políticas sociales .
3
TORRADO, Esther, GONZALEZ, Ana y JIMENEZ, Marta. “ Violencia estructural sobre las
mujeres. El tratamiento del tema de las violencias de género en las encuestas nacionales e
internacionales”. XI Congreso Español de Sociología “Crisis y cambio. Propuestas desde la
sociología”, 2013.
250
|
El estudio de estas fuentes, pone de manifiesto la ausencia de referentes críticos que
tengan en consideración desde la perspectiva de género, las diferentes circunstancias y
dimensiones que afectan a las mujeres, en función de la posición que ocupen en la
estructura social, y en el caso que nos ocupa, las vulnerabilidades añadidas de las mujeres
extranjeras víctimas de violencia de genero.
Cuadro 1. Triple vulnerabilidad de las mujeres extranjeras víctimas de violencia de Género.
Elaboración propia
Sin embargo deberían ser un instrumento esencial para conocer información
relevante sobre la prevalencia de la violencia contra todo tipo de mujeres y su evolución,
puesto que ayudaría a plantear la verdadera dimensión de la violencia en general y contra
las extranjeras en particular, desmontando la idea colectiva de la visualización únicamente
de la violencia directa o física y que oculta otras formas de violencias tales como la cultural,
estructural y política, y que se manifiestan en algunos ámbitos, como en el mercado
laboral a través de diferencias salariales, ingresos y cohesión social, la educación, la salud,
el empleo del tiempo, y la conciliación del trabajo y la vida familiar y personal, el acceso a
la ciencia y la tecnología o la participación, el acceso al poder y la toma de decisiones.
En el caso de las mujeres inmigrantes, la doble vulnerabilidad añadida por su
condición de extranjera, especialmente aquellas que se encuentran en situación de
irregularidad administrativa, produce unos efectos mayores, tales como su ubicación en el
251
|
mercado laboral encontrando una proporción significativa de mujeres extranjeras que
desempeñan trabajos en la economía informal, lo que implica, salarios más bajos,
precarias condiciones, jornadas laborales atípicas y largas, escasas perspectivas de
4
promoción, bajo poder de negociación, inestabilidad y en muchos casos explotación . Por
otro lado tienen mayor dificultad para acceder a una vivienda, en algunas ocasiones
dificultades para recibir asistencia sanitaria y conviven con la percepción social de
relacionar irregularidad con delincuencia. Las cargas familiares tienen implicaciones en
sus posibilidades y desarrollo profesional con una importante vinculación a la ausencia de
redes sociales y familiares.
Estas circunstancias van a repercutir doblemente en las mujeres extranjeras víctimas
5
de violencia de género, ya que irán en detrimento de sus posibilidades de integración y
participación social repercutiendo esto en sus condiciones de vida en destino y en la
búsqueda de alternativas para salir del círculo de la violencia.
Junto a las propias vulnerabilidades mencionadas anteriormente, nos encontramos
que las mujeres extranjeras deben afrontar otras de tipo institucional cuando
efectivamente se reconocen o son reconocidas como víctimas de violencia de género. En
este sentido, suele ser habitual la aparición de dificultades en los servicios de atención
especializada a la hora de realizar los procesos de intervención, ya que existen barreras
que impiden realizar una atención y asesoramiento de calidad. En primer lugar las mujeres
extranjeras, no suelen tener suficiente información sobre el sistema de protección social,
lo que hace que se dilate más el abandono de la situación de violencia. Otra importante la
encontramos en el idioma, esta barrera hace que la comunicación sea deficiente, los/as
profesionales en muchos casos desconocen los idiomas de las víctimas por lo que se hace
más compleja la atención y asesoramiento de calidad, existiendo riesgo de abandonar el
proceso de recuperación y por tanto peligro de retorno con su agresor/es.
En el caso de la intervención, coexisten dificultades añadidas a la idiomática, a la vez
que están íntimamente relacionadas con ellas. Son las que proceden de la percepción
diferencial por cuestiones culturales de los servicios de protección y la desconfianza a
priori de los mismos, lo que genera en muchos casos, miedo a formalizar la denuncia y
dificultades para comprender los procedimientos judiciales.
CONCLUSIONES
Y
DISCUSIÓN:
PROPUESTAS
DE
ANÁLISIS
Y
ALTERNATIVAS
DESDE
LA
PERSPECTIVA
DE
LAS
INTERSECCIONALIDADES
APLICADAS
A
LAS
MUJERES
VÍCTIMAS
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EXTRANJERAS.
4
PARELLA, Sonia, Mujer, inmigrante y trabajadora: la triple discriminación, Barcelona,
Antropos, 2003.
252
|
Evidentemente las interseccionalidades de género se presentan como diversos tipos
de opresiones que afectan a la igualdad entre mujeres y hombres. En el caso que nos
ocupa, las mujeres extranjeras víctimas de violencia de género, como se ha mencionado
con anterioridad, presentan múltiples vulnerabilidades que hacen que esas opresiones,
actúen de un modo más marcado y como elementos resistentes para el cambio y la salida
de situaciones de maltrato o violencia.
Estas opresiones no son solo de tipo físicas, psicológicas, económicas, sexuales o
estructurales en general, sino que aparecen otro tipo que son las de carácter político e
institucional, que al no contemplarlas como doblemente vulnerables y por lo tanto objeto
de especial atención, las confiere a una esfera de usuarias/víctimas de un colectivo
supuestamente homogéneo, no incorporando las necesidades específicas, expectativas y
particularidades culturales necesarias para los procesos de intervención y su recuperación.
La dejación de las instituciones públicas, desde nuestra perspectiva, constituye una
forma de violencia a la hora de desarrollar políticas y planes destinados a prevenir y erradicar
la violencia de género que tengan en cuenta las especificidades y opresiones múltiples de las
mujeres extranjeras.
La crisis económica actual, ha promovido políticas de recortes y asistencialistas,
dificultando la financiación necesaria para la implementación de todas aquellas medidas
tendentes a prevenir la violencia, pero también a actuar de forma inmediata y especifica
cuando se requiere. Esta forma de violencia institucional actúa desde diversos planos, el
político con las medidas de recortes para la promoción de las políticas y servicios necesarios y
la de la deficitaria atención ofrecida a las mujeres, ambas están íntimamente relacionadas y
que atentan contra el principio de protección y el cumplimiento de las leyes en materia de
atención a las víctimas, en definitiva es una vulneración de los Derechos Humanos.
Es importante, desde nuestro punto de vista y experiencia, incidir en la necesidad de
ampliar y mejorar los servicios y recursos especializados en la atención a víctimas de violencia
de género, que a su vez son objeto de múltiples vulnerabilidades acentuadas en la actual
etapa de crisis económica, sobre todo porque la realidad nos ofrece un escenario, en el que la
demanda de atención se ha ido incrementando año a año a la vez que los servicios y recursos
humanos se han reducido.
Otro aspecto a tener en consideración, es el referido a las fuentes secundarias, estudios e
informes que se han promovido hasta el momento y que en muchos casos sirven de baluarte
de las políticas públicas y que han propiciado la idea hegemónica de analizar como único
factor para ser objeto de la violencia machista el hecho de ser mujer. Compartiendo esta idea
en principio, nos parece que hay otros factores de riesgo unidos al de ser mujer o extranjera;
tales como la pobreza, la edad, el ciclo vital, la nacionalidad, el idioma, la ausencia de redes,
la cultura, la raza o la etnia, la situación jurídica administrativa, que van a influir de manera
decisiva y desigual en los procesos de recuperación.
Es evidente que estos estudios han ayudado a visibilizar parte de la dimensión de la
violencia machista, a través de su cuantificación estadística y el estudio de variables
253
|
sociodemográficas, pero desde nuestro punto de vista no es suficiente, ya que los recortes
han repercutido evidentemente en la sociedad del conocimiento y en la reducción de
estudios y proyectos que permitan incorporar no solo la cuantificación sino la caracterización
de las mujeres, contemplando sus diversas especificidades o interseccionalidades, todo ello
con la idea de adaptar las planificaciones e intervenciones a las necesidades específicas de
cada mujer. Un método de estudio que se podría llevar a cabo es el de triangular la realidad
social y las experiencias de las mujeres víctimas de violencia de género, intercalando técnicas
cuantitativas y cualitativas (análisis estadístico, análisis de otras fuentes secundarias, focus
group, historias de vida).
Con respecto al modelo de atención a estas mujeres y sus hijas e hijos, queda una gran
asignatura pendiente que es el fiel reflejo de una sociedad deficitaria en garantías
democráticas y participación. Es muy importante la implicación y el trabajo coordinado del
tejido asociativo, de los/as profesionales de las administraciones públicas de distintas áreas
(vivienda, empleo, sanidad, educación, formación, participación ciudadana..) así como de la
ciudadanía en general. Esto ayudaría a la intervención con las mujeres no solamente desde
los “síntomas de las violencias”, sino incidir en esas condiciones estructurales de
precariedad, que permitan a estas mujeres, el acceso a una vida autónoma y normalizada.
Un modelo de cooperación social en la lucha contra la violencia de las mujeres
extranjeras, podría ser, trabajar conjuntamente con el tejido asociativo, previa formación en
género e igualdad de oportunidades, lo que supondría una intersección complementaria de
conocimientos, en la que mujeres de estas asociaciones, aportarían el conocimiento de la
cultura y el idioma, y los servicios especializados su conocimiento de la problemática
general, lo que supondría romper con las principales dificultades en la atención a estas
mujeres y potenciar acciones de concienciación ciudadana y prevención.
254
|
VIOLENCIA
SEXUAL
Lorena
Medina
Rodríguez
1.
VIOLENCIA
SEXUAL
EN
LA
VIDA
ADULTA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como “todo acto
sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no
deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta
1
con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo” .
La violencia sexual puede afectar a mujeres de todos los países y entornos culturales. La
2
OMS, en su informe mundial sobre la violencia y la salud , señala que existen diferentes tipos
de violencia sexual que pueden sufrir las mujeres, algunos de ellos son: la violación sufrida a
manos del cónyuge, pareja, ex pareja o durante una cita; la violación ejercida por parte de
personas desconocidas para la víctima; la violación de mujeres como arma en períodos de
guerra; el acoso sexual; el abuso sexual en la infancia y adolescencia; cualquier acto violento
que afecte a la integridad y dignidad sexual de las mujeres (p.ej. la mutilación genital
femenina); el obligar a las mujeres a ejercer la prostitución, etc.
Aunque la violencia sexual puede ser sufrida también por los hombres, lo más frecuente
3
es que la víctima sea mujer y el agresor hombre . Se ha constatado que, el agresor
frecuentemente suele ser una persona en la que la mujer confía y de la que espera recibir
protección y seguridad. La violencia sexual también puede ser ejercida por personas
desconocidas para la víctima. Las agresiones sexuales pueden afectar a cualquier mujer
independientemente de la etnia/raza, del nivel socioeconómico o cultural, pueden afectar a
cualquier grupo de edad y producen graves consecuencias en la salud física y mental de las
mujeres.
La violencia sexual contra las mujeres es un abuso basado en el género. El sistema
patriarcal de dominación masculina en el que a los hombres se les proporciona un estatus de
1
KRUG, Etienne G., DAHLBERG, Linda L., MERCY, James A., ZWI, Anthony B. y LOZANO,
Rafael, Informe
mundial
sobre
la
violencia
y
la
salud.
Washington, Organización Mundial de
la Salud, 2003.
2
Ibidem
3
TJADEN, Patricia y THOENNES, Nancy, Extent,
nature
and
consequences
of
rape
victimization:
Findings
from
the
National
Violence
Against
Women
Survey. US Department of
Justice, Office of Justice Programs, National Institute of Justice, 2006.
255
|
4
poder sobre las mujeres facilita que se perpetúe la violencia sexual . Las agresiones sexuales
a mujeres es una forma de generar miedo en las mujeres, que coarta la libertad de éstas y
5
fomenta su dependencia hacia los hombres . Por tanto, se considera que las agresiones
6
sexuales no sólo son un problema de salud sino que afecta a la sociedad en general .
1.1
incidencia
y
prevalencia
de
la
violencia
sexual
en
la
vida
adulta
La violencia sexual es un problema mundial pero no se cuenta con datos suficientes ni
claros sobre la incidencia y prevalencia de sus diferentes formas. Esto se debe a que existen
7 8 9
muchas dificultades para conocer el número real . Entre ellas se encuentran que las
víctimas pueden no ser conscientes de que han sufrido tal delito. En ocasiones las víctimas no
son capaces de etiquetar la experiencia que han sufrido como una violación o como otro tipo
de abuso debido a que el contexto sociocultural normativiza, minimiza, consiente o fomenta
estos actos. Lo que genera que sean pocas las mujeres que se deciden a denunciar la
violencia sexual sufrida o a solicitar ayuda profesional inmediatamente tras ocurrir los
hechos. Además pueden no presentar la denuncia por sentir vergüenza, por miedo a la
reacción de los/as profesionales de los recursos y por temor a las consecuencias tras
presentar la denuncia.
10
Se ha constatado que una de cada ocho mujeres ha sido víctima de violación . En otros
estudios se ha encontrado que del 17% al 25% de las mujeres son violadas en sus vidas
11 12
adultas . Sin embargo, parece que las agresiones sexuales se producen con mayor
4
EDWARDS, Katie M., TURCHIK, Jessica A., DARDIS, Christina M., REYNOLDS, Nicole y
GIDCYZ, Christine A., «Rape Myths: History, Individual and Institucional-‐Level Presence
and implications for change». Sex
Roles, vol. 65 (2011), pp. 761-‐773.
5
ODEM, Mary E.y CLAY-‐WARNER, Jody, Confronting
Rape
and
Sexual
Assault.
U.K., E.d.
Rowman y Littlefield Publishers, 1997.
6
MONTERO, Adela y CERDA, Carmen, «Principales necesidades de atención de las víctimas
de delitos sexuales». Revista
de
la
Sociedad
Chilena
de
Obstetricia
y
Ginecología
Infantil
y
de
la
Adolescencia,
vol. 9, núm 3 (2002), pp. 31-‐36.
7
ODEM, Mary E.y CLAY-‐WARNER, op.
cit.
8
ECHEBURÚA, Enrique, CORRAL, Paz, ZUBIZARRETA, Irene y SARASUA, Belén, Trastorno
de
estrés
postraumático
crónico
en
víctimas
de
agresiones
sexuales.
A Coruña,
Ed. Fundación
Paideia, 1995.
9
RAMOS-‐LIRA, Luciana, SALTIJERAL-‐MÉNDEZ, María T., ROMERO-‐MENDOZA, Martha,
CABALLERO-‐GUTIÉRREZ, Miguel A. y MARTÍNEZ-‐VÉLEZ, Nora A.«Violencia sexual y
problemas asociados en una muestra de usuarias de un centro de salud». Salud
Pública
de
México, vol. 43, núm 3 (2001), pp.182-‐191.
10
NATIONAL VICTIM CENTER, CRIME VICTIMS RESEARCH AND TREATMENT CENTER,
Rape
in
America:
A
report
to
the
Nation. U.S., National Victim Center, 1992.
11
TJADEN, Patricia y THOENNES, Nancy, op.
cit.
12
KOSS, Mary P., GIDYCZ, Christine A. y WISNIEWSKI, Nadine, «The Scope of rape:
incidence and prevalence of sexual aggression and victimization in a national sample of
256
|
frecuencia que lo que se encuentra en las estadísticas oficiales. A pesar de esto, se ha
13
encontrado que los índices de prevalencia de experimentar violación varían del 5% al 20-‐
14 15
25% .
Existen varios estudios sobre la prevalencia de ser víctima de abuso sexual como el
16
realizado por Koss, Gidycz y Wisniewski con una muestra de 6159 estudiantes de 32 centros
de educación superior en Estados Unidos a los que se les pidió responder a una encuesta. Los
resultados mostraron que, la prevalencia de las agresiones sexuales llegaba hasta el 53,7% de
las mujeres, de las que el 15,4% fueron violadas, el 12,1% sufrió intento de violación, el 11,9%
17
presión verbal y el 14,4% sufrió otras formas de contacto sexual no deseado. Russell
encontró que el 24% de su muestra de 930 mujeres adultas informó haber sufrido coito
forzado o coito obtenido bajo amenaza/s física o haber sido violadas cuando no era capaz de
consentir porque estaba drogada, inconsciente, dormida o indefensa de otra forma.
Se ha constatado que los grupos de edad en mujeres de mayor riesgo para ser víctimas
de violencia sexual son entre los 16-‐19 años y el segundo mayor índice de sufrir una
victimización de este tipo es en el grupo de edad de los 20-‐24 años.
En la actualidad, se ha encontrado que es más frecuente que la mujer sufra un abuso
sexual a manos de su pareja, ex pareja o de personas conocidas para la víctima o durante una
cita que por extraños. Los violadores conocidos incluyen maridos, ex maridos, novios, citas,
18
19
amigos, familiares y amigos de la familia . Russell señaló que la violación por conocidos es
el tipo de violación más común. Una forma de violación por conocidos es la violación marital.
Los estudios han informado de altas tasas de violación marital, que van desde el 10% al 14%
20
de las mujeres casadas y del 40% al 50% de las mujeres maltratadas . En la revisión de
higher education students».
Journal
of
Consulting
and
Clinical
Psychology, vol. 55, núm 2
(1987), pp. 162-‐170.
13
KILPATRICK, Dean G., BEST, Connie L., VERONEN, Lois J., AMICK, Angelynne E.,
VILLEPONTEAUX, Lorenz A. y RUFF, Gary A., «Mental health correlates of criminal
victimization: A random community survey». Journal
of
Consulting
and
Clinical
Psychology,
vol. 53, núm 6 (1985), pp. 866-‐873.
14
KANIN, Eugene J., «Male aggressors in dating-‐courtship relations». American
Journal
of
Sociology, vol. 63, núm 2 (1957), pp. 197-‐204.
15
RUSSELL, Diana E.H., Sexual
exploitation:
Rape,
child
sexual
abuse,
and
sexual
harassment. Beverly Hills, Calif. Sage Publications, 1984.
16
17
KOSS, Mary P., GIDYCZ, Christine A. y WISNIEWSKI, Nadine, op.cit.
RUSSELL, Diana E.H., op.
cit.
18
LUNDBERG-‐LOVE, Paula y GEFFNER, Robert, «Date rape: prevalence, risk factors and a
proposed model», en PIROG-‐GOOD, Maureen A. y STETS, Jan E. (eds.), Violence
in
Dating
Relationships:
emerging
social
issues, New York, Praeger Publishers, 1989.
19
RUSSELL, Diana E.H., op.
cit
20
MARTIN, Elaine K., TAFT, Casey T. y RESICK, Patricia A., «A review of marital rape».
Agression
and
violent
behavior, vol. 12, núm 3 (2007), pp. 329-‐347.
257
|
21
Martin, Taft y Resick se señala que la violación marital es más común que la violación por
extraños, la violación por conocidos, la violación durante una cita y que la violación por parte
de una pareja íntima. En esta revisión las autoras señalan que existen diferentes categorías
de violación marital como son: la coerción sexual no física y el sexo forzado o bajo amenazas.
22
En la Encuesta Nacional de Violencia Contra las Mujeres de Estados Unidos , se
encontró que la mayoría de las violaciones cometidas contra mujeres adultas ocurrieron en
lugares privados más que en sitios públicos. El 84,5% de las mujeres dijeron que fueron
sexualmente agredidas en su hogar, en el hogar del agresor o en algún otro lugar privado
(p.ej. la casa de otra persona, una habitación de hotel o el coche). Se ha constatado que
aproximadamente la mitad de todas las agresiones sexuales son llevadas a cabo por hombres
23
que estaban bebiendo alcohol en el momento de la agresión .
Varios estudios con distintas poblaciones han intentado identificar características típicas
de las agresiones sexuales. En muestras de estudiantes universitarios se ha encontrado que
una agresión sexual típica ocurre durante una cita, en la casa del hombre o de la mujer y
previamente se ha producido un beso consensuado. Normalmente, la agresión es llevada a
cabo por un único asaltante que no usa pistola pero que tuerce el brazo de la mujer o la
24
sujeta. La mujer intenta resistirse a través del razonamiento y/o luchando físicamente .
2.
ABUSOS
SEXUALES
EN
LA
INFANCIA
La investigación sobre esta problemática es compleja e insuficiente. Además, el hecho
de que en las diferentes investigaciones no exista claridad en cuanto a la conceptualización
del abuso sexual infantil la complica aún más.
El término abuso sexual infantil se refiere a actividad sexual, ya sea un único episodio o
contactos prolongados, con un/a niño/a valiéndose del uso de la fuerza o amenaza de ésta o
de que exista una diferencia de edad o una relación de cuidado con respecto al/la menor que
25
facilite su explotación . Por tanto, se considera abuso sexual cuando el contacto sexual con
el/la menor es por parte de un adulto o persona mayor, ya sea conocida o desconocida de
él/ella. También se incluye el contacto sexual forzado generado por un igual, es decir,
21
22
Ibidem
TJADEN, Patricia y THOENNES, Nancy, op.
cit.
23
ABBEY, Antonia, ROSS, Lisa T. y MCDUFFIE, Donna, «Alcohol’s role in sexual assault», en
R.R. WATSON (ed.), Drug
and
Acohol
Abuse
Reviews:
Volume
5
Addictive
Behaviors
in
Women, Totowa, NJ: Humana Press, 1994, pp. 97-‐123.
24
KOSS, Mary P., «Hidden rape: Sexual aggression and victimization in a national sample of
students in higher education», en BURGESS, Ann W. (ed.), Rape
and
Sexual
Assault, vol.
2.
New York, Garland, 1988, pp.3-‐25.
25
FINKELHOR, David, «Child sexual abuse», en ROSENBERG, Mark L. Y FENLEY, Mary A.
(ed.), Violence
in
America:
A
Public
Health
Approach, Lexington, USA, Ed. Oxford University
Press, 1991, pp.79-‐94.
258
|
cometido por menores. De hecho, el 20% de este tipo de delitos está causado por otros
26
menores .
27
Según la revisión realizada por García-‐Piña, Loredo-‐Abdalá y Gómez –Jiménez , el acto
abusivo puede incluir conductas en las que se produce contacto físico (tocamientos,
contactos de tipo bucogenitales, penetración de vagina, ano o boca, etc.) o sin el mismo
(masturbación delante del/la menor, exhibicionismo, observación del/la menor desnudo/a,
etc.). Y los tocamientos son el tipo de agresión sexual más frecuente, produciéndose en el
28
90% de los casos .
29
Tal y como señalan Echeburúa y Guerricaechevarría para que haya un abuso sexual
infantil tienen que existir dos criterios: una relación de desigualdad (bien sea debida a la
edad, madurez o poder) entre agresor y víctima y el utilizar al/la menor como un objeto
sexual. Puesto que el/la niño/a no puede decidir voluntariamente participar en actividades
sexuales, porque no comprende ni tiene la capacidad para dar su consentimiento, en el abuso
30
sexual infantil se manifiesta una desigualdad de poder entre agresor y víctima .
2.1
incidencia
y
prevalencia
de
los
abusos
sexuales
en
la
infancia
Se desconoce la incidencia y prevalencia exacta del abuso sexual infantil. Además, en
muchos casos, las conductas abusivas son generadas dentro de la propia familia, lo que
31
dificulta conocer su incidencia . A ello se añade que muchas veces no se informa el abuso
32
sexual en el momento exacto en el que se produce . Varios estudios evidencian que poco
más de la mitad de las víctimas cuentan a alguien el abuso sufrido en el momento en el que
éste ocurre, y un gran porcentaje de víctimas nunca revela la agresión hasta no ser
preguntada directamente en entrevistas de investigación. Se señala que sólo se comunica un
26
LÓPEZ, Félix, «Abuso sexual: un problema desconocido», en CASADO, Juan, DÍAZ, José
A. Y MARTÍNEZ, Carmen (eds.), Niños
maltratados,
Madrid, Díaz de Santos, 1997, pp. 161-‐
168.
27
GARCÍA-‐PIÑA, Corina A., LOREDO-‐ABDALÁ, Arturo y GÓMEZ-‐JIMÉNEZ, Martha, «Guía
para la atención del abuso sexual infantil». Acta
Pediátrica
de
México, vol. 30, núm 2 (2009),
pp. 94-‐103.
28
Ibidem.
29
ECHEBURÚA, Enrique y GUERRICAECHEVARRÍA, Cristina, «Abuso sexual en la infancia»,
en M.A. Vallejo (ed.), Manual
de
terapia
de
conducta,
vol.
2, Madrid, Dykinson, 1998, pp.
563-‐601.
30
CANTÓN, José y CORTÉS, María R., «Sintomatología, evaluación y tratamiento del abuso
sexual infantil», en CABALLO, V.E. y SIMÓN, Miguel A. (eds.), Manual
de
psicología
clínica
infantil
y
del
adolescente, Madrid, Pirámide, 2001, pp. 293-‐321.
31
NOGUEROL, Victoria, Agresiones
sexuales. Madrid, Ed. Síntesis, 2005.
32
FINKELHOR, David, HOTALING, Gerald, LEWIS, I.A. y SMITH, Christine, «Sexual abuse in
a national survey of adult men and women: Prevalence, characteristics and risk factors».
Child
abuse
and
neglect, vol. 14, núm 1 (1990), pp. 19-‐28.
259
|
50% de casos de abuso sexual infantil, denunciándose de éstos sólo el 15%, y sólo un 5% de
33
los casos se encuentran inmersos en procesos judiciales .
En la primera encuesta nacional realizada en EE.UU. con personas adultas se encontró
que el 27% de las mujeres y el 16% de los hombres manifestaron haber sufrido abuso sexual
34
en su infancia . En España, la prevalencia de los abusos sexuales es de 23% para las chicas y
35
de 15% para los chicos . También en otros estudios se ha constatado que las niñas tienen un
36
37
mayor riesgo de sufrir abuso sexual que los niños . Finkelhor señaló que la mayoría del
abuso sexual infantil es realizado por hombres (90%) y por personas conocidas para el/la
menor (entre un 70% a un 90%). Asimismo, señaló que el abuso sexual en la población infantil
se suele dar entre los 7 y los 13 años.
Se ha encontrado que el abuso sexual familiar o incesto es la forma más común,
produciéndose en un 65% de los casos. En este caso lo más frecuente es que el agresor sea el
padre pero también puede ser el padrastro, hermano, abuelo, etc. En otros casos (el 25%) el
abuso sexual se produce fuera del ámbito familiar y puede ser perpetrado por conocidos de la
víctima como un vecino, amigo, padrino, etc. Mientras que en un 10% el agresor es una
38
persona desconocida para la víctima .
39
Las circunstancias en las que se produce los abusos pueden ser muy variadas . En
algunos casos, a pesar de que el agresor tenga relación con la niña, la victimización puede
producirse sin previo aviso. Sin embargo, lo más frecuente es que los agresores vayan
40
sexualizando progresivamente la relación con tiempo . En un gran porcentaje de casos, los
41
agresores usan la fuerza o amenazan a la niña . En otros casos el agresor emplea coacción
42
emocional, ofrece recompensas, etc. .
33
ECHEBURÚA, Enrique y CORRAL, Paz, «Secuelas emocionales en víctimas de abuso
sexual en la infancia».
Cuadernos
de
medicina
forense, vol. 12, núm 43-‐44 (2006), pp.
75-‐82.
34
FINKELHOR, David, HOTALING, Gerald, LEWIS, I.A. y SMITH, Christine, op.
cit.
35
LÓPEZ, Félix, op.cit.
36
BERLINER, Lucy y ELLIOTT, Diana M., «Sexual abuse of children», en MYERS, John et al.
(eds.), The
APSAC
Handbook
on
child
maltreatment
(2ª
ed.), Estados Unidos de America,
Sage Publications, 2002, pp. 55-‐78.
37
FINKELHOR, David, «Current information on the scope and nature of child sexual abuse».
Future
of
children, vol. 4, núm 2 (1994), pp. 31-‐53.
38
GARCÍA-‐PIÑA, Corina A., LOREDO-‐ABDALÁ, Arturo y GÓMEZ-‐JIMÉNEZ, Martha, op.
cit.
39
BERLINER, Lucy y ELLIOTT, Diana M., op.
cit.
40
BERLINER, Lucy y CONTE, Jon R., «The process of victimization : The victim´s
perspective». Child
Abuse
and
Neglect, vol. 14, núm 1 (1990), pp.
29-‐40.
41
ELLIOTT, Diana M. y BRIERE, John, «Forensic sexual abuse evaluations of older children:
disclosures and symptomatology». Behavioral
Sciences
and
the
Law, vol. 12, núm 3 (1994),
pp. 261-‐277.
42
BERLINER, Lucy y ELLIOTT, Diana M., op.
cit.
260
|
3.
MITOS
SOBRE
LA
VIOLENCIA
SEXUAL
En nuestra sociedad siguen manteniéndose numerosas creencias erróneas acerca de los
abusos sexuales en la infancia y en la vida adulta, las cuales mantienen la desigualdad y
discriminación hacia las mujeres y justifican la conducta injustificable de los agresores
sexuales.
43
En el 1970, sociólogos/as y feministas (como Brownmiller ) introdujeron el concepto de
mitos de la violación, que son un grupo de creencias culturales erróneas con las que se oculta
la agresión sexual ejercida contra las mujeres. Este grupo de creencias y actitudes que
generalmente no son ciertas, ayudan a negar y excusar la agresión sexual masculina
44
cometida hacia las mujeres, favoreciendo la sumisión y el control social de las mujeres . Hay
numerosos ejemplos en la literatura de mitos sobre la violación como son los analizados por
45
Edwards, Turchik, Dardis, Reynolds y Gidycz : “los maridos no pueden violar a sus esposas”,
las mujeres disfrutan con la violación”, “las mujeres piden ser violadas” y “las mujeres
mienten sobre ser violadas”.
Los mitos de la violación fomentan la culpabilización de las víctimas, la exculpación del
46
agresor y la minimización o racionalización de la violencia sexual contra mujeres . Edwards,
47
Turchik, Dardis, Reynolds y Gidycz afirman que los mitos de la violación sirven para
legitimizar la violencia sexual contra las mujeres. Las agresiones sexuales no debe ser
valoradas como producto de una patología individual, sino como un producto de la sociedad
patriarcal en la cual ocurre. De tal forma que, se ha encontrado que es más probable que
cometan agresiones sexuales los hombres quienes creen en los mitos de la violación que
48
otros hombres que no mantienen estas creencias .
49
Burt agrupa los mitos de la violación en cuatro clasificaciones: 1. “No ocurrió”, este
grupo de mitos se centra en negar que cualquier abuso o agresión sexual ocurrió,
fomentando la idea de que las mujeres mienten o es pura fantasía de la víctima. 2. “No se
43
BROWNMILLER, Susan, Against
our
will:
men,
women
and
rape. New York, Simon and
Schuster, 1975.
44
LONSWAY, Kimberly A. y FITZGERALD, Louise F., «Rape Myths». Psychology
of
Women
Quarterly, vol. 18, núm 2 (1994), pp. 133-‐164.
45
EDWARDS, Katie M., TURCHIK, Jessica A., DARDIS, Christina M., REYNOLDS, Nicole y
GIDCYZ, Christine A., op.
cit.
46
PAYNE, Diana L., LONSWAY, Kimberly y FITZGERALD, Louise F., «Rape myth
acceptance. Exploration of its structure and its measurement using the Illinois Rape Myth
Awareness Scale». Journal
of
Research
in
Personality, vol. 33 (1999), pp. 27-‐68.
47
EDWARDS, Katie M., TURCHIK, Jessica A., DARDIS, Christina M., REYNOLDS, Nicole y
GIDCYZ, Christine A., op.
cit.
48
BURT, Martha, «Cultural Myths and support for rape». Journal
of
personality
and
social
psychology, vol. 38, núm 2 (1980), pp. 217-‐230.
49
BURT, Martha, «Rape Myths», en ODEM, Mary E. y Clay-‐Warner, Jody (eds.), Confronting
rape
and
sexual
assault. U.K., Ed. Rowman y Littlefield Publishers, 1998, pp. 129-‐144.
261
|
hizo ningún daño”. En este grupo de mitos se niega la etiqueta de violación porque niegan
que se haya hecho daño a la víctima. De tal forma, que se entiende que si la mujer no es
virgen, o si no es propiedad sexual exclusiva de su marido no hay daño. 3. “Ella quería”. El
tercer grupo de mitos elimina la etiqueta de violación por considerar que la mujer quería,
invitó a o le gustó. Así se entiende que si fue violada es porque no se resistió y por tanto ella
consintió. 4. “Se lo merecía”, en este caso se considera a las mujeres culpables o son vistas
como merecedoras de la violación si ellas se colocan a sí mismas en circunstancias peligrosas
(por salir sola, por aceptar ir en el coche de otras personas, etc.).
También existen mitos sobre la conducta del hombre que ayudan a reducir percepciones
50
de la culpabilidad de la agresión sexual . Uno de ellos es considerar que los hombres que
ejercen las agresiones sexuales están locos. Sin embargo, se ha constatado que los violadores
51
no son más “insanos” que cualquier hombre medio y en diversos estudios con hombres
52
universitarios se encontró que ellos mismos habían violado o informaron que violarían si
53
ellos pudieran salirse con la suya . Además, existen mitos que promueven la idea de que los
hombres no pueden controlar su sexualidad. Desde esta perspectiva, se excusa al hombre de
su conducta agresiva y se elimina este incidente de la categoría de violación.
Como se puede observar todos estos mitos y creencias erróneas lo que hacen es justificar
la conducta injustificable de los agresores sexuales y culpabilizar a las víctimas del trauma
sufrido. Por eso, es necesario sensibilizar y concienciar a la población sobre el problema de
los abusos sexuales y la empatía hacia las víctimas de dichos abusos.
4.
CONSECUENCIAS
PSICOLÓGICAS
EN
LAS
VÍCTIMAS
DE
VIOLENCIA
SEXUAL
4.1
consecuencias
psicológicas
en
las
víctimas
de
violencia
sexual
en
la
vida
adulta:
consecuencias
a
corto
plazo
y
a
largo
plazo
54
Según afirman Lorente y Lorente , el sufrir una experiencia de violencia sexual afecta a
la vida de la mujer generando múltiples cambios en su vida.
50
BURT, Martha, «Rape Myths», en ODEM, Mary E. y Clay-‐Warner, Jody (eds.), Confronting
rape
and
sexual
assault. U.K., Ed. Rowman y Littlefield Publishers, 1998, pp. 129-‐144.
51
GROTH, A. Nicholas, Men
who
rape:
The
psychology
of
the
offender. New York, Plenum
Press, 1979.
KOSS, Mary P., LEONARD, Kenneth E., OROS, Cheryl J. Y BEEZLEY, Dana A.,
«Nonstranger sexual aggression: A discriminant analysis of the psychological
characteristics of undetected offenders». Sex
Roles, vol. 12, núm 9-‐10 (1985), pp. 981-‐992.
52
53
MALAMUTH, Neil M., «Rape proclivity among males».
Journal
of
Social
Issues, vol. 37,
núm 4 (1981), pp. 138-‐157.
54
LORENTE, Miguel y LORENTE, José Antonio, Agresión
a
la
mujer:
maltrato,
violación
y
acoso. Granada, Ed. Comares, 1998.
262
|
No hay una reacción normal ante una agresión sexual. Pero los síntomas que presente la
víctima, inmediatamente o a corto plazo, tras la agresión sexual son útiles para predecir el
55
56
funcionamiento a largo plazo . En la revisión realizada por Linden se ha encontrado que las
reacciones agudas incluyen desde un severo malestar emocional a embotamiento emocional,
risa nerviosa, ira y negación. También se señala que muchas víctimas presentan sentimientos
de vergüenza, culpa y autocríticas por lo que cree que pudo haber hecho para evitar la
57
agresión y no hizo . La angustia aguda que se produce en los primeros días y semanas
posteriores a la agresión es una reacción que generalmente se da en todas las víctimas.
Se ha constatado que la violencia sexual genera importantes secuelas psicológicas en las
víctimas que pueden perdurar a lo largo del tiempo, experimentando síntomas diversos entre
los más frecuentes se encuentran sufrir miedo y ansiedad, depresión, autoestima baja,
58
59
problemas en la esfera social , conducta autodestructiva, abuso de drogas y alcohol ,
60
61
disfunciones sexuales y trastorno de estrés postraumático (TEPT) . También se ha
encontrado que las víctimas de agresiones sexuales manifiestan mayor riesgo de suicidio,
62
problemas de sueño, problemas de salud y quejas somáticas .
63
Rothbaum, Foa, Riggs, Murdock y Walsh encontraron, en un estudio prospectivo, que
el 94% de las víctimas de violación cumplían con presentaban sintomatología compatible con
TEPT en un período breve tras la agresión. Y, tres meses después de la agresión, el 47% de las
55
RESNICK, Heidi, ACIERNO, Ron, WALDROP, Angela E., KING, Lynda, KING, Daniel,
DANIELSON, Carla, RUGGIERO, Kenneth J. Y KILPATRICK, Dean, «Randomized controlled
evaluation of an early intervention to prevent post-‐rape psychopatology». Behavior
Research
and
Therapy, vol. 45, núm 10 (2007), pp. 2432-‐2447.
56
LINDEN, Judith A., «Care of the Adult Patient after Sexual Assault». The
New
England
Journal
of
Medicine, vol. 365, núm 9 (2011), pp. 834-‐841.
57
Ibidem.
RESICK, Patricia A., «The psychological impact of rape». Journal
of
interpersonal
violence,
vol. 8, núm 2 (1993), pp. 223-‐255.
58
59
BROWNE, Angela y FINKELHOR, David, «Impact of child sexual abuse: a review of the
research». Psychological
Bulletin, vol. 99, núm 1 (1986), pp. 66-‐77.
60
BECKER, Judith V., SKINNER, Linda J., ABEL, Gene G. y CICHON, Joan, «Level of
postassault sexual functioning in rape and incest victims». Archives
of
Sexual
Behavior, vol.
15, núm 1 (1986),
pp. 37-‐49.
61
ROTHBAUM, Barbara O., FOA, Edna B., RIGGS, David S., MURDOCK, Tamera, WALSH,
William, «A prospective examination of post-‐traumatic stress disorder in rape victims».
Journal
of
Traumatic
Stress, vol. 5, núm 3
(1992), pp. 455-‐475.
62
CLUM, Gretchen A., NISHITH, Pallavi y RESICK, Patricia A., «Trauma-‐related sleep
disturbance and self-‐reported physical health symptoms in treatment-‐seeking female rape
victims». The
Journal
of
Nervous
and
Mental
Disease, vol. 189, núm 9 (2001), pp. 618-‐622.
63
ROTHBAUM, Barbara O., FOA, Edna B., RIGGS, David S., MURDOCK, Tamera, WALSH,
William, op.
cit.
263
|
64
víctimas continúa presentando el diagnóstico de TEPT. Werner (1972, citado en Burgess )
señaló que las víctimas pueden manifestar otros síntomas agudos en respuesta al abuso
como insomnio, pérdida del apetito, llanto frecuente y miedo a estar sola.
65
Burgess y Holmstrom señalan que es común encontrar en las víctimas de agresión
sexual un patrón de síntomas de moderados a severos, tratándose de reacciones que ocurren
en los meses siguientes a la violación que son denominados como "síndrome del trauma de la
violación”. Que se entiende como reacción aguda a una crisis causada por factores externos.
66
Por tanto según Burgess , este síndrome es una reacción de ansiedad ante una situación de
amenaza a la vida que puede producir síntomas somáticos, cognitivos, psicológicos y
conductuales en las víctimas.
Otros estudios analizan la relación de las valoraciones cognitivas y las posteriores
67
reacciones de las víctimas a la agresión sexual. De esta forma, Schepple y Bart encontraron
que aquellas mujeres que fueron agredidas sexualmente en situaciones en las que ellas creían
estar seguras tuvieron mayor probabilidad de experimentar reacciones más graves que las
68
mujeres quienes sospecharon que estaban en situaciones peligrosas. Perloff encontró que
las mujeres quienes, previamente a la agresión, tenían creencias relacionadas con sentirse
invulnerables a un futuro crimen tenían más problemas para recuperarse que aquellas que
creían ser tan vulnerables como las demás personas (vulnerabilidad universal). Así, tal y como
69
señalan Resick y Schnicke , estos estudios indican que, cuando una experiencia de violación
choca con las creencias previas, la víctima es menos capaz de conciliar este evento con sus
creencias previas y tiene más problemas para recuperarse.
A pesar de todo esto, se reconoce que las secuelas producidas por la violencia sexual se
incrementan cuando el agresor es un familiar o persona conocida de la víctima porque
favorece la pérdida de confianza, aspecto que puede dificultar la posibilidad de recibir
70
ayuda .
64
BURGESS, Ann W., «Rape Trauma Syndrome». Behavioral
Sciences
and
the
Law, vol. 1,
núm 3 (1983), pp. 97-‐113.
65
BURGESS, Ann W. y HOLMSTROM, Lynda L., «Rape trauma syndrome». American
Journal
of
Psychiatry, vol. 131, núm 9 (1974), pp. 981-‐986.
66
BURGESS, Ann W., op.
cit.
67
SCHEPPELE, Kim L. y BART, Pauline B., «Through women´s eyes: Defining danger in the
wake of sexual assault». Journal
of
social
issues, vol. 39, núm 2 (1983), pp. 63-‐80.
68
PERLOFF, Linda S, «Perceptions of vulnerability to victimization». Journal
of
social
issues,
vol. 39, núm 2 (1983), pp. 41-‐61.
69
RESICK, Patricia A. y SCHNICKE, Monica K.,«Cognitive processing therapy for sexual
assault victims». Journal
of
consulting
and
clinical
psychology, vol. 60, núm 5 (1992), pp. 748-‐
756.
70
PÉREZ-‐DEL CAMPO, Ana M., Una
cuestión
incomprendida.
El
maltrato
a
la
mujer. Madrid,
Editorial Horas y Horas, 1995.
264
|
4.2
consecuencias
psicológicas
en
las
víctimas
de
abusos
sexuales
en
la
infancia:
consecuencias
a
corto
plazo
y
a
largo
plazo
Las víctimas de abuso sexual en la infancia pueden sufrir una variedad de síntomas. A
corto plazo el abuso sexual infantil puede producir en las víctimas reacciones de miedo,
71
ansiedad, depresión, ira y hostilidad, agresión y conducta sexual inapropiada . En la revisión
72
de Kendall-‐Tackett, Meyer Williams y Finkelhor se encontró que en la infancia también se
pueden presentar otros síntomas como baja autoestima, problemas de conducta y trastorno
por estrés postraumático.
Entre los efectos a largo plazo se incluyen depresión y conducta autodestructiva,
ansiedad, aislamiento, baja autoestima, dificultad para confiar en otras personas, una
73
tendencia hacia la revictimización, abuso de sustancias y problemas en el área sexual . En la
74
revisión realizada por Beitchman et al. se señalan otras secuelas como son las ideas o
intentos de suicidio y el miedo. Otros problemas citados han sido de tipo emocional,
75
problemas en las relaciones y dificultades en el funcionamiento social así como trastorno de
76
estrés postraumático . Otros estudios han constatado que las víctimas de abuso sexual
infantil pueden presentar otros síntomas como miedo a los hombres, problemas de sueño,
pesadillas, trastorno de personalidad límite y trastornos de alimentación (citado en
77
Finkelhor ).
Algunos/as clínicos/as han señalado que el estrés crónico, como puede el abuso sexual,
78
puede provocar el desarrollo de trastornos disociativos . Así, se ha constatado que, cuanto
más pequeño es el/la niño/a cuando se inicia el abuso sexual, los síntomas disociativos (como
79
la amnesia psicógena) son bastante frecuentes .
71
BROWNE, Angela y FINKELHOR, David, op.
cit.
72
KENDALL-‐TACKETT, Kathleen A., MEYER-‐WILLIAMS, Linda y FINKELHOR, David,
«Impact of sexual abuse on children: a review and synthesis of recent empirical studies».
Psychological
Bulletin, vol. 113, núm 1 (1993), pp. 164-‐180.
73
BROWNE, Angela y FINKELHOR, David, op.
cit.
74
BEITCHMAN, Joseph H., ZUCKER, Kenneth J.,HOOD, Jane E., DACOSTA, Granville A.,
AKMAN, Donna, CASSAVIA, Erika, «A review of the long-‐term effects of child sexual
abuse». Child
Abuse
and
Neglect, vol. 16 , núm 1 (1992), pp. 101-‐118.
75
CAHILL, C., LLEWELYN, S.P. y PEARSON, C., «Long-‐term effects of sexual abuse which
occurred in childhood: a review». British
Journal
of
Clinical
Psychology, vol. 30, núm 2 (1991),
pp. 117-‐130.
76
ALBACH, Francine y EVERAERD, Walter, «Posttraumatic stress symptoms in victims of
childhood incest». Psychoterapy
and
Psychosomatics, vol. 57, núm 4 (1992), pp. 143-‐151.
77
FINKELHOR, David, op.
cit.
78
Ibidem
79
VÁZQUEZ MEZQUITA, Blanca y CALLE, Mar, «Secuelas postraumáticas en niños. Análisis
prospectivo de una muestra de casos de abuso sexual denunciados». Revista
de
Psiquiatría
Forense,
Psicología
Forense
y
Criminología, vol. 1 (1997), pp. 14-‐29.
265
|
80
En la revisión realizada por Browne y Finkelhor sobre el impacto del abuso sexual
infantil, se encontró que el abuso realizado por el padre o padrastro genera un mayor
impacto que el abuso realizado por otros agresores. También, se encontró que las agresiones
sexuales en las que se produce contacto genital, se utiliza la fuerza física y que se repiten a lo
largo del tiempo tienen mayor probabilidad de producir secuelas. Además, encontraron que
los efectos del abuso sexual parecen ser más perturbadores cuando los perpetradores son
hombres y cuando éstos son adultos más que adolescentes.
80
BROWNE, Angela y FINKELHOR, David, op.
cit.
266
|
INFLUENCIA
DE
LA
ACUSACIÓN
EN
LAS
DECISIONES
JUDICIALES
Pedro
Blanco
Hernández
Lissett
González
Burgos
INTRODUCCIÓN
“La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se
manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se
trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser
consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y
capacidad de decisión”. Así comienza la exposición de motivos de la Ley Orgánica española
1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
En España tuvimos que esperar hasta el 2004 para tener una ley sobre Violencia de
1
Género. Pero también a nivel internacional, según indica Durán , es significativo que hasta
muy avanzado el siglo pasado no se encuentre ninguna referencia precisa a esa forma
específica de violencia en los textos internacionales, salvo en algunos casos como expresión
indeterminada de una de las formas de discriminación contra la mujer proscrita por la
2
Convención de Naciones Unidas de 1979. Freixes indica que sólo a partir de los años
noventa, comienza a consolidarse su empleo gracias a iniciativas importantes tales como la
Conferencia Mundial para los Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, la Declaración
de Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer del mismo año, la
Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer
(1994) o la Conferencia Mundial de Mujeres de Beijing (1995).
Desde los estamentos sociales como desde los diversos ámbitos del conocimiento
científico y, entre ellos, desde la Psicología, se ha transmitido a lo largo de la historia un
conocimiento androcéntrico, es decir, se ha tendido a considerar al hombre como centro y la
medida de todas las cosas, mientras se afirmaba la inferioridad (biológica, moral y/o
intelectual) de la mujer, empleando la ciencia como argumento y justificación de esta
3
situación .
1
DURAN, María, «Análisis jurídico-‐feminista de la Ley Orgánica de Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género». Una
perspectiva
de
género, núm 17 (2004), pp.4-‐5.
2
FREIXES, Teresa, «Las normas de prevención de la violencia de género. Reflexiones en
torno al marco internacional y europeo», Boletín de información y análisis jurídico (2001),
núm 6 (2001), pp. 4-‐18.
3
FIOL, Esperanza; PÉREZ, Victoria; PLANAS, Margarita, Historia
de
la
misoginia. Barcelona,
Anthropos Editorial, 1999.
267
|
Así, la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” aprobada por la
Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1993 (Res. A.G. 48/104, ONU, 1994)
la violencia contra las mujeres o violencia de género se define como: “todo
acto
de
violencia
basado
en
el
género
que
tiene
como
resultado
posible
o
real
un
daño
físico,
sexual
o
psicológico,
incluidas
las
amenazas,
la
coerción
o
la
privación
arbitraria
de
la
libertad,
ya
sea
que
ocurra
en
la
vida
pública
o
en
la
vida
privada”.
Para la elaboración del presente trabajo partimos de la redacción del Código Penal
español, concretamente el artículo que trata sobre las penas de Violencia de Género. Por ello,
nos hemos centrado en la modificación que hace la Ley Orgánica 1/2004, en su artículo 37,
sobre el apartado uno del artículo 153 del Código Penal. Esta ley no previene ante la situación
de maltrato de cualquier hombre a cualquier mujer, sino que se basa en el tipo de relación
4
entre ambos. Álamo aclara que no se trata de un precepto de aplicación sistemática en
cuanto el sujeto pasivo del mismo es una mujer y el activo un hombre, debiendo exigirse para
la imputación objetiva, la efectiva concurrencia de una situación de violencia de género. Así,
el artículo 153.1 CP castiga con más pena, no cualquier ataque contra una mujer, sino contra
aquella mujer que se encuentra en una relación de pareja o ex pareja, regular o de hecho,
ataque que proviene de su (ex) cónyuge o (ex) compañero y que hunde sus raíces en la
estructura patriarcal dominante en la historia, basada por lo tanto, en razones histórico-‐
4
culturales y no de sexo en sentido biológico .
5
Ferrer y Bosch ya señalan en 2005 que en el caso de las investigaciones relacionadas con
el género es relativamente frecuente que las cuestiones planteadas vengan condicionadas
por los estereotipos y mitos vigentes (razón por la que se formulan unas preguntas y dejan de
formularse otras). En el caso del maltrato de mujeres algunos sesgos relativos a estas
6
cuestiones detectados son tres: considerar al maltratador una persona enferma , existe
relación entre el consumo de alcohol y el maltrato a mujeres (la incidencia de maltrato de
7
mujeres entre los consumidores de alcohol está entre el 50% y el 70% , y la consideración del
4
ÁLONSO, Mercedes, «Protección
penal
de
la
igualdad». Cuadernos de Política Criminal,
núm 95 (2008), pp. 19-‐52.
5
FERRER, Victoria; BOSCH, Esperanza, «Introducciendo la perspectiva de género en la
investigación psicológica sobre violencia de género».
Anales
de
psicología, vol. 21, núm 1
(2005), pp. 1-‐10.
6
HOTALING, Gerald; SUGARMAN, David. «An analysis of risk markers in husband to wife
violence: the current state of knowledge». Violence
&
Victims,
vol 1, núm 2 (1986), pp. 101-‐
123.
HANSON, Karl; P.K., CADSKY, O.; HARRIS, A. y LALONDE, C., «Correlates of battering
among 997 men: family history, adjustement and attitudinal differences». Violence
&
Victims,
vol.
12,
núm
3 (1997), pp. 191-‐208.
7
BARD, Morton y ZACKER, Jospeph, «Assaultiveness and alcohol use in family disputes».
Criminology,
vol. 12, núm 3 (1974), pp. 281-‐292.
268
|
8
maltrato como fruto de la psicología de la agredida . Sin embargo, estos modelos
9
explicativos hoy día se consideran arcaicos y tienden a ser sustituidos por modelos
pluricausales.
De cualquier manera, nosotros no enfocamos nuestra investigación en este sentido, sino
10
que partimos de la conclusión de Wrightsman que dice que la literatura científica ha puesto
de manifiesto que las decisiones de los jueces muestran signos inequívocos de sesgo.
11
Vázquez explica que se considera al hombre como un ser que busca activamente
información para comprender su entorno y que, además, maneja eficientemente dicha
información en el análisis de la realidad. Sin embargo, pronto se advirtió que el hombre de a
pie cometía errores sin llevar a cabo el razonamiento esperado, de modo que se apartaba en
12
su ejecución de los patrones normativos . Así surgió un nuevo paradigma en el que el sujeto
se caracterizaba por <<perder la información>>, atendiendo al medio a través de sesgos y
13
heurísticos .
14
Como señalan Nisbett y Ross , el hombre ha de enfrentarse a una cantidad ingente de
información, y, por ello, ha desarrollado una serie de atajos cognitivos que se ponen en
funcionamiento cuando resuelven problemas, cuando emiten un juicio o cuando toman una
15
decisión. De acuerdo con Tversky y Kahneman , el término heurístico se refiere a una
estrategia, deliberada o no, que se basa en una evaluación natural para realizar una
estimación o una predicción.
FERNÁNDEZ-‐MONTALVO, Javier; ECHEBURÚA, Enrique. «Variables psicopatológicas y
distorsiones cognitivas de los maltratadores en el hogar: Un análisis descriptivo». Análisis
y
Modificación
de
Conducta,
vol. 23, núm 88
(1997), pp. 151-‐180.
8
FAULK, Michael, «Men who assault their wives». Medicine,
Science
and
the
Law,
vol.
14,
núm 3 (1974), pp. 180-‐183.
9
ROBERTS, Gwenneth; WILLIAMS, G y RAPHAEL, B., «The impact of domestic violence on
women's mental health». Australian
and
New
Zealand
journal
of
public
health, vol. 22, núm
7 (1998), pp. 796-‐801.
10
WRIGHTSMAN, Lawrence, Judicial
decision
making.
Is
psychology
relevant?
Nueva York,
Kluwer Academic/Plenum Publishers, 1999.
11
VÁZQUEZ, C. «Limitaciones y sesgos en el procesamiento de la información: más allá de
la teoría del hombre científico». Estudios
de
Psicología,
vol.
23,
núm
24
(1985), pp. 112-‐133.
12
TAYLOR, Shelley, «The interface of cognitive and social psychology». Cognition
social
behavior
and
the
environment
(1981), pp. 189-‐211.
13
KRUGLANSKI, Arie y AZJEN, Icek, «Bias and error in human judgment». European
Journal
of
Social
Psychology, vol. 13, núm 1 (1983), pp.
1-‐44.
14
NISBETT, Richard y ROSS, Lee, Human
inference:
Strategies
and
shortcomings
of
social
judgment. Nueva York, Prentice-‐Hall, 1980.
15
TVERSKY, Amos y KAHNEMAN, Daniel, «Extensional vs. intuitive reasoning: the
conjunction fallacy in probability judgment». Psychological
Review, vol. 90, núm 4
(1983),
pp. 293-‐315.
269
|
El heurístico de anclaje consiste en basar el juicio de un valor inicial, obtenido mediante
cualquier procedimiento, incluido el azar, para luego ir a justándolo a medida que se añade
nueva información. Éste se ha puesto de manifiesto primeramente en las estimaciones
numéricas, cuando el sujeto recibe un punto de partida o cuando se trata de un cálculo
16
incompleto , pero también se constató como estrategia de formación de juicios en
17
estimaciones no numéricas .
Dentro del campo de las decisiones judiciales, el anclaje ha evidenciado ser el heurístico
por excelencia en la ejecución de jueces y magistrados. A modo de ejemplo, el anclaje tiene
gran importancia en la determinación de las sentencias. Así, el rango especificado por los
18
principios del derecho, actuará como ancla sobre la sentencia . Otros autores lo entienden
como la superposición de la condena impuesta por el juez teniendo en cuenta
prioritariamente la petición del Ministerio Fiscal, así se ha encontrado en un nivel muy
elevado en delitos contra la libertad sexual (81.75%), sin embargo fue significativamente
19
menor en crímenes de violación .
En cuanto al género, haciendo un estudio de trabajos sobre el tema, numerosas
investigaciones han encontrado que las mujeres emiten más juicios de culpabilidad que los
20
21
hombres, cuando se trata de casos de violación y abusos sexuales a menores , aunque
22
también existen estudios en los que no se han encontrado . A su vez, se ha observado que
23
24
no existen diferencias entre hombres y mujeres en otro tipo de casos . Fernández y Prieto
obtuvieron que jueces y juezas diferían en las decisiones en casos de violación. La conclusión
más consistente sostiene que el género puede ser una fuente de sesgos, particularmente en
16
TVERSKY, Amos y KAHNEMAN, Daniel, «Judgment under uncertainty: heuristics and
biases». Science, vol. 185, núm 4157
(1974), pp. 1124-‐1131.
17
CERVONE, Daniel y PEAKE, Philip, «Anchoring, efficacy and action: the influence of
judgmental heuristics on self-‐efficacy judgments and behavior». Journal
of Personality
and
Social
Psychology,
vol. 50, núm 50 (1986), pp. 492-‐501.
18
FARIÑA, Francisca; ARCE, Ramón y NOVO, Mercedes, «Heurístico de anclaje en las
decisiones judiciales». Psicothema, vol. 14, núm 1 (2002), pp. 39-‐46.
19
GARRIDO, E. & HERRERO, C., Fiscales y jueces: concordancia entre percepción y
realidad. Salamanca, Eudema, 1995.
20
MCNAMARA, Kathleen; VATTANO, Frank y VINEY, Wayne, «Verdict, sentencing, and
certainty as a function of sex of juror and amount of evidence in a simulated rape trail».
Psychological
Reports,
vol.
72,
núm
2 (1993), pp. 575-‐583.
21
CROWLEY, Michael; O’CALLAGHAN, M. Gemma y BALL, Peter, «The juridical impact of
psychlogical expert testimony in a simulated child sexual abuse trial». Law
and
Human
Behaior,
vol.
18,
núm
1 (1994), pp. 89-‐105.
22
SEALY, A. y CORNISH, William, «Jurors and their verdicts». The
Modern
Law
Review, vol.
36, núm 5 (1973), pp. 496-‐508.
23
HASTIE, Reid; PENROD, S. y PENNINGTON, N., La
institución
del
jurado en
Estados
Unidos.
Sus
intimidades. Madrid, Cívitas, 1986.
24
FERNÁNDEZ, Jorge y PRIETO, Angel, Psicología
y
ley.
Un
examen
de
las
decisiones
judiciales. Madrid, Eudema, 1993.
270
|
los casos de violencia doméstica, agresiones sexuales, decisiones económicas en casos de
25
26
separación y divorcio, custodia de niños y dinámicas de la Sala de Justicia .
En el presente trabajo nos planteamos dos objetivos, por un lado queremos comprobar si
la personación en la causa de la víctima como acusación particular, con la participación en la
instrucción del procedimiento y, por ende, en la vista oral, influye en la decisión final del juez.
Partimos de la hipótesis de que el abogado de la acusación sumado a la acción del Ministerio
Fiscal pueda tener un efecto de anclaje en la decisión del juez, al ser dos partes las que
solicitan la condena del acusado.
Para realizar este estudio elegimos tres variables consistentes en la diferencia entre la
petición del fiscal y lo sentenciado por el juez en tres apartados: las semanas de prisión, los
días de trabajo en beneficio de la comunidad y los días de alejamiento del acusado con
respecto a la víctima. Comparamos estadísticamente dos grupos, uno formado por las
sentencias donde hay acusación particular y otro grupo donde no la hay.
Hemos tenido en cuenta la petición del ministerio fiscal con la decidida por el juez, pues
la petición del ministerio fiscal se realiza siempre, haya o no acusación particular.
Por otro lado estudiamos la posible influencia del sexo del abogado en la decisión del
juez. Debido a que el 100% de las sentencias están dictadas por jueces de sexo femenino
basamos este análisis solamente en el sexo de los abogados de la defensa.
METODO
Muestra
La muestra está compuesta por 117 sentencias de violencia de género tomadas del
Juzgado número Uno de Violencia de Género de Santa Cruz de Tenerife. De ese total fueron
descartadas 9 sentencias debido a que no contenían los datos que conforman las variables
del estudio; quedando, por tanto, un total de 109 sentencias.
Las sentencias abarcaban un rango cronológico de 6 meses, correspondiendo a las
últimas sentencias recibidas desde los juzgados penales de la provincia. Los juzgados de
violencia de género se encargan de la instrucción del procedimiento, son los juzgados de lo
penal los que se encargan de juzgar el hecho. Una vez dictada la sentencia por el juzgado
penal, se envía copia de las mismas al juzgado de violencia. Nuestra muestra la conforma las
últimas sentencias recibidas de los juzgados de lo penal a fecha de 20 de marzo de 2013, por
25
WIKLER, N. J. Water
on
stone:
A
perspective
on
the
movement
to
eliminate
gender
bias
in
the
courts. Comunicación presentada al The National Conference on Gender Bias in the
Courts. 1989.
26
RIGER, Stephanie; FOSTER-‐FISHMAN, P.; NELSON-‐KUNA, J. y CURRAN, B., «Gender
bias in courtroom dynamics». Law
and
Human
Behavior,
vol.
19,
núm
5 (1995), pp. 465-‐480.
271
|
tanto corresponden a casos de violencia enjuiciados entre el último trimestre de 2012 y el
primero de 2013.
En la provincia de Santa Cruz de Tenerife hay ocho juzgados de lo penal. No se utilizó
criterio de selección alguno para conseguir una muestra aleatoria proporcional de todos los
juzgados, sino que hemos accedido al grupo de las últimas sentencias notificadas por los
juzgados de lo penal, quedando su distribución de la siguiente manera:
Tabla 1: Distribución de la muestra.
Número
del
Juzgado
Frecuencia
Porcentaje
1
3
2,8
2
2
1,8
3
25
22,9
4
37
33,9
5
6
5,5
8
36
33,0
Total
109
100,0
Las sentencias constan de cuatro partes: el encabezado, los hechos, los fundamentos de
derecho y el fallo. En el encabezado se indica, entre otra información, el nombre del juez, el
nombre del acusado, el abogado, la víctima y el nombre de su abogado si lo tuviera, en
algunos casos el nombre del fiscal. En la segunda parte los hechos del caso, así como los
antecedentes, si los hubiere; en la tercera parte se plasman dichos hechos en términos de
derecho; y en la cuarta parte se presenta el fallo. Nuestro análisis abarcó tanto la primera
parte, como la petición del ministerio fiscal indicado en la segunda, y el fallo.
Los datos sustraídos de las sentencias fueron:
- Número del juzgado de lo penal que enjuicia.
- Si ha habido conformidad el día del juicio.
- Si hay informe forense citado en la sentencia, abriendo un cuadro con cinco posibles
trastornos que pudiera indicar el perito sobre la víctima: TEP, autoestima baja,
ansiedad, trastorno adaptativo, y otros trastornos.
- En el caso de examen de testimonio indicamos con qué grado de probabilidad de
credibilidad ha dado el testimonio de la víctima.
- En cuanto a sexos indicamos el sexo del juez, del abogado defensor, del fiscal, y del
abogado de la acusación particular si la hubiera.
- Abrimos otro campo para indicar si hay acusación particular.
272
|
- La nacionalidad del acusado.
- La petición del fiscal como pena al acusado, diferenciando entre: semanas de prisión,
días de trabajo en beneficio de la comunidad, semanas de alejamiento, semanas de
prohibición para portar armas de fuego, indemnización por lesiones físicas causadas a
la víctima, indemnización por lesiones psicológicas, multa a pagar en dinero.
- Recogimos los mismos datos del punto anterior cuando había acusación particular.
- Indicamos, también, los mismos datos referidos a la sentencia impuesta finalmente
por el juez o jueza.
Instrumentos
Como instrumentos hemos usado para el vaciado de los datos una hoja de Excel, versión
2010, de elaboración propia, para luego pasar los datos al programa SPSS.
Procedimiento
El procedimiento seguido ha consistido en elaborar la hoja de Excel indicada
anteriormente y que se adjunta como modelo en el anexo.
Hemos leído las sentencias y codificado los datos según la leyenda de elaboración
propia. Al pasar los datos al SPSS, hemos creado tres variables más, basadas en la diferencia
entre lo solicitado por el ministerio fiscal y lo dictado por el juez en sentencia con respecto a:
semanas de prisión, días de trabajo en beneficio de la comunidad, días de alejamiento del
acusado de la víctima. Las hemos nombrado: difprisi, didias y dialeja.
RESULTADOS
En cuanto a la influencia del abogado de la acusación particular en la sentencia de la
jueza, medida como la diferencia entre lo solicitado por el ministerio fiscal y lo sentenciado
finalmente por la jueza, no se encuentran diferencias significativas en ninguna variable, con
respecto a las semanas de prisión, los días de trabajo en beneficio a la comunidad, ni los días
de alejamiento.
Tabla 1: Significación de la participación de acusación particular en los juicios.
Origen
Variable dependiente
Sig.
acusa
difprisi
,701
didias
,298
dialeja
,620
La variable independiente acusa se refiere a si hay o no acusación particular.
273
|
• 0: No hay acusación.
• 1: Sí hay acusación.
Las variables dependientes son:
• Difprisi: diferencia en las semanas de prisión.
• Didias: diferencia en los días de trabajo en beneficio a la comunidad.
• Dialeja: diferencias en los días de alejamiento.
Respecto a la influencia del sexo del abogado tampoco se ha encontrado diferencia
significativa.
Tabla 2: Significación del sexo de la defensa en los juicios.
Origen
Variable dependiente
Sig.
Gdefen
difprisi
,599
didias
,986
dialeja
,183
La variable independiente es Gdefend, género del abogado de la defensa (del acusado).
• 1: mujer.
• 2: hombre.
Las variables dependientes son:
• Difprisi: diferencia en las semanas de prisión.
• Didias: diferencia en los días de trabajo en beneficio a la comunidad.
• Dialeja: diferencias en los días de alejamiento.
A continuación se presentan los datos cualitativos obtenidos de la investigación
Tabla 3: Datos cualitativos sobre el género del abogado del acusado.
Válidos
Perdidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido Porcentaje acumulado
1
48
44,0
45,3
45,3
2
58
53,2
54,7
100,0
Total
106
97,2
100,0
Sistema
3
2,8
274
|
Total
109
100,0
1: mujer, 2: hombre.
Tabla 4: Número de sentencias de cada juzgado de lo penal.
Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
1
3
2,8
2,8
2,8
2
2
1,8
1,8
4,6
3
25
22,9
22,9
27,5
4
37
33,9
33,9
61,5
5
6
5,5
5,5
67,0
8
36
33,0
33,0
100,0
Total
109
100,0
100,0
Tabla 5: Número de conformidades.
0 indica que no ha habido conformidad; 1 indica que sí ha habido conformidad.
Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
0
67
61,5
61,5
61,5
1
42
38,5
38,5
100,0
Total
109
100,0
100,0
0 indica que no ha habido conformidad; 1 indica que sí ha habido conformidad.
275
|
Tal como se puede ver en la tabla 6, sólo se cita el informe pericial en 7 sentencias de las
109 estudiadas. Sin embargo, esto no quiere decir que no se haya realizado informe pericial
en el resto de los casos. Es posible que haya habido informe pero no se ha citado en la
sentencia.
Tabla 6: Número de sentencias en las que se cita informe pericial.
Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
0
82
75,2
75,2
75,2
1
7
6,4
6,4
81,7
2
20
18,3
18,3
100,0
Total
109
100,0
100,0
Tabla 7: Distribución y frecuencia del sexo de los fiscales.
Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
2
1,8
1,8
1,8
0
65
59,6
59,6
61,5
1
24
22,0
22,0
83,5
2
18
16,5
16,5
100,0
Total
109
100,0
100,0
(A veces no se indica el sexo de el/la fiscal)
Tabla 8: Frecuencia de las veces que la víctima es representada por un abogado que
ejerce de acusación particular.
Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
0
50
45,9
45,9
45,9
1
59
54,1
54,1
100,0
Total
109
100,0
100,0
0: No hay acusación. 1: Sí hay acusación.
276
|
Tabla 9: Frecuencia y distribución del sexo de los abogados de la acusación particular.
Válidos
Perdidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
0
60
55,0
55,6
55,6
1
30
27,5
27,8
83,3
2
18
16,5
16,7
100,0
Total
108
99,1
100,0
Sistema
1
,9
109
100,0
Total
1: Mujer. 2: Hombre (aun habiendo acusación su sexo no está indicado siempre)
Sobre el género del juez debemos decir que dado que no hemos seleccionado una
muestra especial de sentencias, sino que hemos escogido las últimas sentencias dictadas a
fecha de 20 de marzo de 2013, hemos encontrado que todas han sido resueltas por juezas, no
encontrándose ningún hombre, debido a que los jueces que se encuentran desempeñando
esta labor en el momento del estudio, eran todas mujeres. Normalmente esta relación es de
un juez por cada dos juezas según otras investigaciones.
Hemos relacionado los datos y nos muestran los siguientes resultados:
Tabla 10: Relación de los procedimientos sin acusación particular y las conformidades.
hay conformidad
24
47,06%
no hay conformidad
27
52,94%
51
Total
Tabla 11: Relación de los procedimientos con acusación particular y las conformidades.
hay conformidad
19
31,67%
no hay conformidad
41
68,33%
60
277
|
Total
DISCLUSIÓN Y CONCLUSIONES
27
Un dato relevante que ya se ha mencionado en otras investigaciones es la existencia de
cierta tendencia a valorar la violencia de género como hechos aislados y no como continuos
en el tiempo, por lo que la habitualidad no se suele tener en cuenta. Sin embargo, según el
informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y la violencia doméstica en el
ámbito de la pareja o ex pareja en 2009, nos revela que 55 mujeres perdieron la vida en
manos de sus parejas o ex parejas por violencia de género en 2009. De las 55 mujeres, 17
(31%) habían formulado previamente denuncia contra su presunto agresor. Cinco casos más
fueron incoados de oficio por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, lo que hacen un total de
veintidós casos denunciados previamente (40%) de un total de 55 casos que terminaron en
muerte.
Según estadísticas oficiales, una mujer tarda 10 años en denunciar, lo que nos viene a
27
decir que ha sufrido 10 años de malos tratos .
Todo ello parece indicar que no se trata de hechos aislados, sino que perdura en el
tiempo, y puede tener consecuencias fatales para la víctima. Sin embargo no es un hecho que
se refleje como debiera en las denuncias. Si bien es cierto que algunos pueden estar
prescritos, si podrían ser una fuente de información ante el jurista a la hora de tomar su
decisión.
Otro dato que nos ha llamado la atención es que en las 109 sentencias estudiadas sólo en
6 se ha solicitado indemnización psicológica por parte de la víctima. Es evidente que la
violencia de género no es un acontecimiento psicológico fácil de superar, y aunque muchas
de las mujeres no acudan a una terapia reparadora, el daño sí que existe. De hecho, sólo en la
oficina comarcal de San Miguel de Abona fueron atendidas 200 mujeres sobre violencia de
género durante el año 2012. Teniendo en cuenta que existen 8 oficinas comarcales, la cifra
previsiblemente pasa del millar en la isla de Tenerife.
Nos preguntamos de quién depende que se haga una valoración del daño sufrido por la
mujer. Si el juez instructor no la solicita de oficio, quizá debería ser el fiscal o el abogado de la
acusación particular en hacerlo. Queda abierta la cuestión sobre qué efecto puede tener
dicha valoración en la decisión judicial, pues en nuestro estudio, de 6 casos en los que se
27
EXPÓSITO, Francisca; HERRERA, Antonio y HERRERA, Mari Carmen, «Ley integral
contra la violencia de género: análisis de sentencias». Colección
psicología
y
ley, núm 5
(2008).
278
|
solicitaba indemnización, esta fue concedida en 4 (66% de los casos). Cifra que contrasta con
el 54% del total de condenas. Seis casos no son suficientes para formar una muestra fiable,
podría ser interesante ir en esta línea para averiguar si el hecho de pedir indemnización
psicológica tiene un efecto anclaje en las sentencias condenatorias. Es importante también
tener en cuenta el hecho de que muchas mujeres que han sufrido violencia de género
probablemente necesiten de tratamiento psicológico para superarla.
Para terminar, queremos poner la atención en otro resultado encontrado que puede
inspirar nuevas investigaciones. Se refiere al porcentaje de conformidades cuando existe o no
acusación particular, el dato varía de 31,67% a 47,06% respectivamente, o dicho de otra
manera, si hay acusación particular se firma conformidad sólo 1/3 de las veces, sin embargo,
cuando no hay acusación es en casi la mitad de los casos. Las conformidades tienden a
favorecer a los acusados porque normalmente se sustituyen los meses de prisión por días de
trabajo en beneficio de la comunidad.
279
|
LOS
PROGRAMAS
DE
INTERVENCIÓN
PARA
MALTRATADORES
EN
CASOS
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO:
ANÁLISIS
DE
SITUACIÓN
EN
ESPAÑA1
Victoria
Aurora
Ferrer
Pérez
Esperanza
Bosch
Fiol
Capilla
Navarro
Guzmán
Virginia
Ferreiro
Basurto
INTRODUCCIÓN
La violencia contra las mujeres en la pareja (denominada violencia de género en el
ordenamiento jurídico español) es la forma más común de entre todas las violencias que se
23
4
ejercen contra las mujeres, tanto en general como en España .
Casi en paralelo al proceso de concienciación en torno a esta violencia como problema
social, y además de la preocupación por abordar la protección de quienes padecían esta
violencia (las mujeres y sus hijos e hijas), fue surgiendo la cuestión del tratamiento,
reeducación o rehabilitación de los hombres que la cometían y los programas que perseguían
esta finalidad.
Los primeros programas de este tipo surgen en USA y Canadá en la década de 1970 y
1980 y llegan a Europa en la década de 1980, instaurándose, por ejemplo, en Alemania en
1984 o en Noruega en 1986. En España estos programas se implementan por primera vez a
principios de la década de 1990 en el País Vasco en un entorno judicial y comienzan a
institucionalizarse hacia mediados de esa década cuando los implementan el profesor
1
Este trabajo fue llevado a cabo en el marco de un proyecto de investigación financiado por
el Ministerio de Ciencia e Innovación (FEM2011-‐25142).
2
OMS (Organización Mundial de la Salud) (2013): «Estimaciones mundiales y regionales de
la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia
sexual no conyugal en la salud»,
<http://www.who.int/reproductivehealth/publications/violence/9789241564625/es/index.ht
ml>, [28-‐6-‐2013].
3
ONU (Organización de Naciones Unidas) (2006): «Estudio a fondo sobre todas las formas
de violencia contra la mujer (AG 61/122/Add.1)»,
<http://www.observatorioviolencia.org/documentos.php?id=92>, [22-‐5-‐2013].
4
Menéndez, S., Pérez, J. y Lorence, B. (2013). La violencia de pareja contra la mujer en
España: cuantificación y caracterización del problema, las víctimas, los agresores y el
contexto social y profesional. Psychosocial
Intervention,
22, pp. 41-‐53.
280
|
Enrique Echeburúa y su equipo de la Universidad del País Vasco, en colaboración con el
5
Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) .
A finales de la primera década del siglo XXI, algunas estimaciones señalaban que podría
haber más de 2.500 de estos programas en Estados Unidos, más de 500 en Europa y más de
6
50 en España .
Desde sus inicios, estos programas se han basado en distintos modelos de comprensión
y abordaje de la violencia de género y sus causas, incluyendo aquellos con enfoque de
género, con perspectiva multicultural, con perspectiva clínica y, más recientemente, aquellos
que tratan de integrar estas perspectivas y los mejores y más eficaces elementos de cada una
de ellas.
Por citar algunos ejemplos, en USA se han desarrollado programas como el EMERGE,
desarrollado por la organización del mismo nombre, que fue fundada en 1977 en Cambridge
(Massachussets) y desarrolló el primer programa psicoeducativo norteamericano para
hombres que ejercen violencia de género, introduciendo la necesidad de una base conceptual
feminista para poder llegar al fondo del problema; el “Duluth
Domestic
Abuse
Intervention
Proyect” (DAIP o programa Duluth), creado en Duluth (Minnessota) a principios de la década
de 1980 dentro de un proyecto comunitario para modificar el rol de las instituciones en la
violencia de género, y que es considerado un ejemplo y referencia de los programas
socioeducativos con enfoque de género; el “Men
alied
Nationally
against
living
in
Violent
Environment” (ManAlive), que fue creado en San Francisco (California) en 1990 por la
asociación “Man Alive” para responder a las demandas de la población hispana y se extendió
posteriormente a diferentes ciudades de USA y Canadá, y que podría considerarse como
ejemplo de programa con perspectiva multicultural; o el “Abusive
men
Explorer
new
directions” (Amend) que fue creado en Denver en 1977 con el objetivo de contribuir a detener
la violencia de género a través de un enfoque clínico.
7
Otra posible diferenciación sería la que proponen Hamberger y Hastings quienes
diferencian modelos de intervención con maltratadores según su orientación filosófica y
5
ECHEBURÚA, Enrique, DE CORRAL, Paz, FERNÁNDEZ-‐MONTALVO, Javier, y AMOR,
Pedro J., «¿Se puede y debe tratar psicológicamente a los hombres violentos contra la
pareja?» Papeles
Del
Psicólogo, vol. 88 (2004), 10-‐18.
6
GELDSCHLAGER, Heinrich, GINÉS, D. y PONCE, A., Informe de evaluación sobre
programas de rehabilitación para hombres que maltratan desarrollados en el ámbito
europeo, Barcelona, Fundación IRES (2009).
7
HAMBERGER, L. Kevin y HASTINGS, James, «Court-‐mandated treatment of men who
assault their partner», en Zoe Hilton (ed.), Legal
responses
to
wife
assault:
Current
trends
and
evaluation, Newbury Park, Sage, 1993, pp. 188-‐229.
281
|
terapéutica (modelo feminista; conductual / cognitivo; de ventilación; de orientación interior;
8
o sistémico), como recoge Medina en su análisis comparativo sobre el tema.
9
Por su parte, Jorge Corsi diferencia entre lo que denomina programas meramente
técnicos, esto es, que implementan procedimientos tendentes a controlar la conducta
agresiva; y programas que adoptan un punto de vista feminista, esto es, que parten de la
necesidad de una revisión profunda de las ideas sexistas y de los estereotipos de género que
están en la base de dominio y control sobre las mujeres que sustentaría, desde esta
perspectiva teórica, esta violencia.
LOS
PROGRAMAS
DE
INTERVENCIÓN
CON
MALTRATADORES
EN
ESPAÑA:
DE
LOS
INICIOS
A
LA
SITUACIÓN
ACTUAL
Tal y como se ha señalado anteriormente, los primeros programas de intervención para
maltratadores en casos de violencia de género se implementaron en España (y,
concretamente, en el País Vasco) en la década de 1990. Con posterioridad, se fueron
implementando otros programas en diferentes comunidades autónomas. Cabe señalar que,
en estos inicios no había una regulación específica en torno a estos programas, sus
características o sus condicionantes, por lo que se fueron desarrollando de modos diversos y
en diversos contextos.
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, constituye un hito fundamental en el abordaje de esta violencia en
España a todos los niveles y también, lógicamente, en lo que a los programas para la
intervención con maltratadores se refiere.
Particularmente, dentro de su título IV, dedicado a la Tutela penal, la LO 1/2004 incluyó
referencias explícitas a esta cuestión. Así, el Artículo 35, relativo a la Sustitución
de
penas se
dice textualmente:
“El
párrafo
tercero
del
apartado
1
del
artículo
88
del
Código
Penal,
en
la
redacción
dada
por
la
Ley
Orgánica
15/2003,
queda
redactado
de
la
forma
siguiente:
«En
el
caso
de
que
el
reo
hubiera
sido
condenado
por
un
delito
relacionado
con
la
violencia
de
género,
la
pena
de
prisión
sólo
podrá
ser
sustituida
por
la
de
trabajos
en
beneficio
de
la
comunidad.
En
estos
supuestos,
el
Juez
o
Tribunal
impondrá
adicionalmente,
además
de
la
sujeción
a
programas
específicos
de
reeducación
y
tratamiento
psicológico,
la
observancia
8
MEDINA, Juan J. (2002). «El tratamiento del maltratador como sanción alternativa», en
Juan J. Medina (ed.), Violencia
contra
la
pareja:
Investigación
comparada
y
situación
en
españa, Valencia, Tirant Lo Blanch, 2002, pp. 503-‐521.
9
CORSI, Jorge, «Modelos de intervención con hombres que ejercen violencia en la pareja».
Feminismo/s,
vol.
6 (2005), pp. 137-‐146.
282
|
de
las
obligaciones
o
deberes
previstos
en
las
reglas
1.ª
y
2.ª,
del
apartado
1
del
artículo
83
de
este
Código»”.
En el Artículo 42 relativo a la Administración
penitenciaria, se dice:
“1.
La
Administración
penitenciaria
realizará
programas
específicos
para
internos
condenados
por
delitos
relacionados
con
la
violencia
de
género.
2.
Las
Juntas
de
Tratamiento
valorarán,
en
las
progresiones
de
grado,
concesión
de
permisos
y
concesión
de
la
libertad
condicional,
el
seguimiento
y
aprovechamiento
de
dichos
programas
específicos
por
parte
de
los
internos
a
que
se
refiere
el
apartado
anterior”.
La Disposición final quinta, por su parte, señala que:
“El
Gobierno,
en
el
plazo
de
seis
meses
desde
la
aprobación
de
esta
Ley,
procederá
a
la
modificación
del
artículo
116.4
del
Real
Decreto
190/1996,
de
9
de
febrero,
por
el
que
se
aprueba
el
Reglamento
Penitenciario,
estableciendo
la
obligatoriedad
para
la
Administración
Penitenciaria
de
realizar
los
programas
específicos
de
tratamiento
para
internos
a
que
se
refiere
la
presente
Ley.
En
el
mismo
plazo
procederá
a
modificar
el
Real
Decreto
738/1997,
de
23
de
mayo
y
el
Real
Decreto
996/2003,
de
25
de
julio.
En
el
plazo
mencionado
en
el
apartado
anterior,
el
Estado
y
las
Comunidades
Autónomas,
en
el
ámbito
de
sus
respectivas
competencias,
adaptarán
su
normativa
a
las
previsiones
contenidas
en
la
presente
Ley”.
En base a este marco legislativo, se han impulsado muchos y diferentes los programas de
intervención, rehabilitación o reeducación, que han venido a sumarse a algunos previos que
continúan su andadura.
ANÁLISIS
PRELIMINAR
DE
LOS
PROGRAMAS
DE
INTERVENCIÓN
PARA
MALTRATADORES
EN
CASOS
DE
VIOLENCIA
DE
GÉNERO
EN
ESPAÑA
En el marco de un proyecto más amplio, hemos realizado una revisión de la literatura
para obtener información sobre los programas de intervención para maltratadores en casos
de violencia de género que han sido implementados en España desde los inicios. Dicha
revisión nos ha llevado a identificar un total de 47 programas.
El análisis completo y detallado de éstos excede, lógicamente, los límites de este trabajo,
que se centra únicamente en aportar una primera descripción de los hallazgos realizados y en
un análisis de los mismos desde una perspectiva feminista crítica.
Como parte de esa descripción inicial, cabe comenzar diferenciando los programas
identificados desde un punto de vista cronológico. En este sentido, y tal y como ya se
apuntó en el apartado anterior, la clave fundamental nos proporciona la entrada en vigor de
la LO 1/2004. De acuerdo con este criterio, se observa que para 4 de los programas
identificados (8.5%) no se dispone de información sobre su fecha de inicio; y para los que sí
283
|
están datados, 17 programas (36.2%) fueron implementados a lo largo de 15 años (entre 1990
y 2004), mientras que 26 restantes (55.3%) han sido implementados con posterioridad a la
entrada en vigor de la LO 1/2004. En este sentido, el año más prolífico ha sido 2005, cuando
se iniciaron 10 de estos programas (21.3%). Cabe, por tanto, concluir que, en lo que a
programas de intervención con maltratadores en casos de violencia de género, la LO 1/2004
ha supuesto un importante espaldarazo.
Otra clave importante al analizar este tipo de programas tiene que ver con el modo de
acceso de los participantes. En este sentido, cabe establecer una agrupación en tres grandes
10 11 12
categorías :
Tipo de programa
Características
Ejemplos
Programas de
asistencia vol1untaria
Trabajan con varones que
acuden voluntariamente (por
iniciativa propia o a sugerencia
de su pareja, un/a terapeuta,…).
-‐ Programa de tratamiento para
maltratadores en el hogar
(desarrollado por el profesor
Echeburúa y cols. en el ámbito
comunitario).
Se realizan intervenciones con
gran diversidad conceptual y
metodológica sus
características, aplicación y
evaluación.
Son llevados a cabo por
ayuntamientos,colegios
profesionales (especialmente,
los Colegios Oficiales de
Psicólogos de las diferentes
autonomías del estado
español), centros terapéuticos,
-‐ Abramo
o
Círculo (Colegio
Oficial de Psicólogos de
Galicia).
-‐ Servei d´Atenció a Homes que
Maltracten (SAHM) (IRES,
Ayuntamiento de Barcelona).
-‐ No+ maltrato (Centro de
Estudios de la Condición
Masculina, Comunidad de
Madrid).
10
GELDSCHLAGER, Heinrich, GINÉS, D. y PONCE, A., Informe de evaluación sobre
programas de rehabilitación para hombres que maltratan desarrollados en el ámbito
europeo, Barcelona, Fundación IRES (2009).
11
Geldschläger, Heinrich, Beckmann, S., Jungnitz, L., Puchert, R., Stabingis, A. J., Dully, C.,
Graus, H., Logar, R., Dotterud, P. K., Lorentzen, J. y Schweier, S., «Programas europeos de
intervención para hombres que ejercen violencia de género: panorámica y criterios de
calidad», Intervención
Psicosocial:
Revista
Sobre
Igualdad
y
Calidad
de
Vida, vol. 19, núm. 2
(2010), pp. 181-‐190.
12
MONTERO, Andrés (Coord.) (2009). Informe sobre criterios comunes para programas de
intervención reeducativa con hombres agresores en violencia de género. Madrid, Ministerio
de Igualdad (2009, Manuscrito no publicado).
284
|
asociaciones y organismos
autonómicos.
-‐ Programa de Tratamiento
Psicológico para Hombres con
Relaciones Familiares
Violentas, (Dirección General
de Servicios Sociales, Gobierno
de La Rioja).
-‐ Servicio ESPACIO de atención
psicológica a hombres con
problemas de control y
violencia en el hogar (Instituto
Aragonés de la Mujer).
-‐ Unidad de Psicoterapia
Familiar y de Género (Institut
d’Assistència Sanitaria, Sta.
Coloma de Farners).
Programas en los
centros
penitenciarios y en
sus secciones abiertas
Se basan en el artículo 42.1 de la
LO 1/2004.
Son programas específicos
diseñados para internos que han
sido condenados por delitos
relacionados con la violencia de
género y que asisten a ellos
voluntariamente durante su
A nivel estatal, la Secretaría
General de Instituciones
13
Penitenciarias ha diseñado:
-‐ Programa de tratamiento en
prisión para agresores en el
14
ámbito familiar .
-‐ Violencia de género:
13
De acuerdo con la revisión realizado por Montero (2009), en 2008 Instituciones
Penitenciarias estaba desarrollando con recursos propios programas para maltratadores en
47 centros penitenciarios, tenía suscritos 50 convenios con diversos organismos e
instituciones para realizar este tipo de intervenciones y supervisaba otros 94 programas
desarrollados por diferentes organismos e instituciones. De acuerdo con esta revisión, los
recursos conveniados se ajustaban a parámetros o recomendaciones preestablecidas
(orientación cognitivo conductual; formato grupal semanal de en torno a 30 sesiones;
asunción de responsabilidad de los agresores; control de las emociones; entrenamientos en
habilidades de relación, comunicación, solución de problemas, educación sexual; y pautas
para favorecer el cambio y prevenir recaídas) pero para los recursos externos no
conveniados no había parámetros preestablecidos.
Dado el nivel de estandarización de la propuesta implementada, desde nuestro punto de
vista se ha considerado como un único programa el desarrollado por Instituciones
Penitenciarias en sus diferentes centros
14
SECRETARÍA GENERAL DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS, Programa de
tratamiento en prisión para agresores en el ámbito familiar. Madrid, Secretaria General de
Instituciones Penitenciarias , 2005.
285
|
estancia en prisión.
programa de intervención para
15
agresores .
Otros ejemplos de este tipo de
programas serían:
-‐ Programas de ámbito
penitenciario en Catalunya.
-‐ Experiencias piloto en los
centros penitenciarios de
Basauri, Nanclares de Oca,
Lugo o Jaén.
Programas como
medida penal
alternativa
Se basan en el artículo 35 de la
LO 1/2004 (que revisa los
artículos 83 y 88 del Código
Penal).
Suponen el cumplimiento de
penas alternativas para
maltratadores condenados a
menos de dos años, que no
ingresan en prisión, pero están
obligados judicialmente a seguir
un programa de reeducación.
Según los casos, son llevados a
cabo directamente por los
servicios sociales de
Instituciones Penitenciarias o
conveniados y/o gestionados
por otros organismos
(Universidades, Colegios de
Psicólogos, ONG’s,
asociaciones, ayuntamientos,
diputaciones,…).
Incluyen una gran diversidad
16
metodológica
-‐ Programa Galicia (Unidad de
Psicología Forense, Universidad
de Santiago de Compostela).
-‐ Programa Contexto
(Universidad de Valencia).
-‐ Programa psicoeducativo para
personas con delitos
relacionados con la violencia
doméstica (INTRESS,
Barcelona).
-‐ Programa de intervención
psicoeducativa destinado a
hombres que ejercen violencia
contra las mujeres (Associació
per a la Reeducació
Comunitaria, Sant Esteve Ses
Rovires).
-‐ Programa de intervención
psicosocial para la prevención y
tratamiento de violencia
(Universidad de Granada).
-‐ Programa en el ámbito
15
SECRETARÍA GENERAL DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS, Programa
de
intervención
para
agresores
(PRIA). Madrid, Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, 2010.
286
|
penitenciario (Centro de
Inserción Social de Instituciones
Penitenciarias de Salamanca).
-‐ Programa VIFA (Associació
BOKRA).
Además, de los mencionados, existen otros muchos programas en los que participan en
diferente proporción tanto hombres que vienen derivados del sistema judicial y/o de otras
17
instituciones y hombres que acuden voluntariamente .
En definitiva, cabe concluir que los programas identificados se caracterizan por un alto nivel de
heterogeneidad en cuanto a las características de los hombres que participan en ellos.
Un elemento importante en el análisis cualquier programa de intervención tiene que ver con su
eficacia y, en este caso, particularmente con el establecimiento de los criterios para determinar el
16
A principios de 2010 se puso en marcha un proyecto piloto para la armonización en
España de las intervenciones reeducativas como medidas penales alternativas a la prisión,
mediante convenios entre el Ministerio de Igualdad y los gobiernos de 8 Comunidades
Autónomas (Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña, Extremadura, Galicia, Islas Baleares y
País Vasco). Dicho convenio (cuyo texto se puede consultar en el BOE) incluía la realización
de las intervenciones y su evaluación de acuerdo con un protocolo común.
No ha sido posible obtener información sobre el estado actual de este proyecto.
17
Ejemplos de este tipo de programa con procedencia múltiple serían, por ejemplo, el
Programa de Atención y Reinserción para Hombres (ARHOM), de la Fundación AGI de
Barcelona; el Programa VIDO de la Associació Institut GENUS y el Departamento de
Justicia de la Generalitat de Catalunya; el Programa de Intervención para Hombres que
Ejercen Malos Tratos, de la Asociación Previo de Valencia; el Programa de intervención para
hombres que ejercen violencia de la Asociación AMIKECO del País Vasco; el Programa de
intervención terapéutico para hombres maltratadores de la Asociación Mensajeros de la
Paz de Canarias; el Programa formativo de reeducación para personas condenadas por
delitos relacionados con la violencia doméstica con suspensión de la ejecución de la pena de
la Audiencia Provincial de Alicante; el programa GAKOA, de la Asociación Gakoa del País
Vasco; el Programa cognitivo conductual de tratamiento psicológico para maltratadores de
la Universidad Complutense de Madrid; el Programa terapéutico para maltratadores
familiares del Instituto Navarro de Psicología Jurídica y el Servicio Social de Justicia del
Gobierno de Navarra; el Programa Vitrubio del Instituto de la Mujer y el Colegio Oficial de
Psicólogos de Castilla La Mancha; el programa Crisalide, del Institut Català de la Salut en
Lleida; el programa Gandhi, de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género de
Málaga; el programa Fénix, de la Dirección General de la Mujer y el Colegio Oficial de
Psicólogos de Castilla y León; el programa para hombres, del Centro de Estudios sobre la
Violencia Familiar y el Ayuntamiento de Leganés; o el proyecto Trébol de la Fundación
CALS – Proyecto Hombre; entre otros.
287
|
éxito de estas intervenciones y con las fuentes e instrumentos que han de tomarse en
18
consideración para evaluar dicho éxito .
Si atendemos a esta cuestión, un primer aspecto a destacar es el hecho de que sólo ha sido
posible acceder a información sobre el número de participantes en un 21.3% del total de programas
de intervención identificados. En el resto de casos, o bien la información disponible sobre el
programa y su desarrollo era escasa o incompleta(proveniente, por ejemplo, de fuentes
secundarias o divulgativas) o bien en el momento de recoger la información aún no habían sido
publicados resultados del mismo (como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso del programa Galicia
sobre cuyas características y desarrollo ha sido posible recoger mucha información dentro del
período analizado, si bien aún estaba disponible información sobre resultados).
Tal y como puede observarse en la Tabla 1, de la información recogida se desprende que en
torno a 6 de cada 10 maltratadores que han iniciado una intervención de este tipo la han
completado. Una vez finalizada ésta, los/as autores/as de los diferentes programas distinguen
entre el éxito de la intervención y la mejoría de los participantes. En ambos casos, las tasas
obtenidas están por debajo del 20% (en relación a quienes han finalizado la intervención, siendo,
lógicamente, mucho menores si establecemos la comparación con quienes la iniciaron) tanto para
el éxito como para la mejoría, y tanto en el post como en el seguimiento.
Tabla 1.-‐ Participación y éxito en las intervenciones con maltratadores realizadas en España.
Concepto
N
%
Inician el tratamiento
2.886
100
Finalizan el tratamiento
1.663
57.6%
Abandonan el tratamiento
473
16.4%
Recaídas
471
28.3%
Éxitos en el post – tratamiento
293
17.6%
Mejorías en el post – tratamiento
216
13.0%
Éxito en el seguimiento
217
13.0%
Mejoría en el seguimiento
189
11.4%
En definitiva, los datos disponibles nos indican, por una parte, la ausencia de información
contrastada sobre una parte importante de los programas que se han implementado. Es decir,
por el momento, se dispone de información sobre el número de participantes y las tasas de éxito
y abandono de los mismos sobre, aproximadamente, 1 de cada 5 programas de intervención
18
Ferrer, Victoria A., Bosch, Esperanza, Navarro, Capilla y Ferreiro, Virginia, «Programas
para la rehabilitación de maltratadores: algunas consideraciones críticas», en M. José,
Chivite, M. Belén Hernández y M. Eugenia Monzón (eds.), Frontera
y
género, Madrid, Plaza y
Valdés, pp. 389-‐400.
288
|
con maltratadores en casos de violencia de género que se han implementado en España hasta la
fecha. Por otra parte, estos datos muestran que unas tasas de abandono ciertamente
importantes. De hecho, si bien la tasa de abandono registrado se sitúa en torno al 16%, son
bastantes más los varones que por uno u otro motivo no finalizan los tratamientos (42.3%).
Finalmente, las tasas de éxito y mejoría aportadas son ciertamente bajas. Cabe esperar que, en
la medida en que transcurra el tiempo y vayan finalizando algunos de los programas
implementados sobre los que aún no hay información, esta pueda llegar a ser más completa e
ilustrativa.
Finalmente, una cuestión relevante a la que nos hemos referido ya anteriormente tiene que
ver con el modo de delimitar este éxito. En este sentido, es importante remarcar que, aunque en
32 de los programas identificados (68.1%) se incluyó como criterio de éxito la ausencia o
reducción de la violencia en la pareja, sólo en 18 de ellos (el 38.3%) se incluyó en la evaluación la
opinión de la esposa o la pareja, mientras que otros 18 (38.3%) se basaron exclusivamente en
autoinformes del maltratador y/o en informes de los profesionales y para otros 11 programas
(23.4%) no se dispone de información sobre las fuentes de información que emplean. Cabe pues
concluir que los programas analizados presentan una carencia en este sentido y en relación a
19
uno de los que se consideran como criterios de calidad para este tipo de programas .
CONCLUSIONES
Si bien en el momento actual aún nos hallamos en fase de análisis de la información y
documentación recogida, toda ella nos lleva a concluir que, tal y como ya señalaron Lila, García
20
y Lorenzo , “en nuestro país se están poniendo en marcha numerosas iniciativas y recursos
para atender esta creciente demanda (de intervención con maltratadores), aunque todavía no
existe un proyecto de evaluación generalizado que permita evaluar la eficacia de los programas”
(p. 18).
Se hace pues necesario continuar profundizando en el análisis de la información disponible,
con objeto de disponer de un análisis lo más completo y amplio posible que nos lleve no sólo a
obtener datos sobre los programas ya implementados, si no también a ser capaces de ofrecer
sugerencias que puedan ser de utilidad en la implementación futura de este tipo de
programas.
19
MONTERO, Andrés (Coord.) (2009). Informe sobre criterios comunes para programas de
intervención reeducativa con hombres agresores en violencia de género. Madrid, Ministerio
de Igualdad (2009, Manuscrito no publicado).
20
Lila, M., García, A. y Lorenzo, M. V. (2010). Manual
de
intervención
con
maltratadores.
Valencia: Universidad de Valencia.
289
|
PARTE
II:
ARTE,
LITERATURA,
SOCIEDAD
Y
GÉNERO
290
|
Cuestiones
emergentes
en
las
nuevas
agendas
de
investigación
291
|
ARTE
POSTPORNOGRÁFICO:
CUERPOS,
OBJETOS
SEXUALES
Y
ESTRATEGIAS
DEL
DESEO.
Carmen
Marina
Barreto
Vargas
INTRODUCCIÓN
A partir de las tres últimas décadas, la presencia de las mujeres en el arte se ha
intensificado. Una de las razones es la irrupción, dentro de la escena artística y del porno, de
nuevas formas de entender el placer y de representar el cuerpo femenino como una forma de
resistencia al discurso heteronormativo de la sexualidad, y como una intervención política de
la corporalidad. Estas nuevas producciones y representaciones se enmarcan ya en la
actualidad dentro de lo postpornográfico, al proponer una reelaboración de los códigos
pornográficos hegemónicos capaces de cuestionar los estereotipos sexuales y de género que,
desde el siglo XVIII hasta los años noventa, se reproducen en la pornografía.
Uno de los rasgos estructurales de la pornografía en las sociedades occidentales se basa
en el rechazo que ha sufrido a través de los códigos penales, políticas conservadoras,
fundamentalismos religiosos y feminismos radicales. Esta circunstancia ha propiciado desde
1
un principio un debate oscilante entre pornófilos y pornófobos (Barba y Montes, 2007). La
pornografía y la utilización del cuerpo femenino fueron parte de los debates feministas de la
década de los ochenta y parte de los noventa Este polémico debate se polarizó en torno al
colectivo “Woman against pornography”, fundado en 1979 y al que apoyaban autoras como
Andrea Doworkin y Catherine MacKinnon. Ambas definían la pornografía como responsable
de todas las variedades de explotación que las mujeres han soportado a lo largo de la
historia. Estas autoras no dudan en aliarse con la derecha americana más conservadora, en
ascenso durante los años ochenta, para conseguir la prohibición de la pornografía en algunos
estados americanos. Esta situación, sin embargo, lo que ha conseguido es impedir que las
mujeres disfruten de una visión erótica del cuerpo masculino a la vez que ha inhibido la
2
práctica de que las mujeres contemplen pornografía. Tal y como plantea Salaman (1998) ,
este debate sobre la censura deberíamos abandonarlo para iniciar un análisis de la
autocensura en términos de nuestras propias ideas políticas. Por otro lado, feministas como
Gayle Rubin, Carole S. Vance y Pat Califia se agrupan en torno a una postura anticensura y
proclaman la defensa de cualquier forma de sexualidad. Se plantean la necesidad de
1
BARBA, Andrés y MONTES, Javier, La
ceremonia
del
porno. Barcelona, Anagrama, 2007.
2
SALAMAN, Naomi, “¿Por qué no ha habido grandes pornógrafas?”, en DEEPWELL, Katy
(ed.), Nueva
crítica
feminista
de
arte, Madrid, Ediciones Cátedra, 1998, pp. 220.
292
|
establecer una línea de análisis y reflexión en el ámbito feminista que permita desculpabilizar
el placer. Estas autoras insisten en la importancia de reivindicar el deseo sexual de las
mujeres, explorando una sexualidad femenina más activa y diversa, considerando que la
denuncia de la violencia sexual no puede ser una excusa para la no reivindicación del deseo
sexual femenino. Se muestran contrarias a dictar normas o preceptos sobre lo correcto y lo
incorrecto en la sexualidad y exigen un respeto a la diferencia defendiendo la sexualidad
lesbiana, el sadomasoquismo, la disidencia sexual o el sexo practicado en lugares públicos
3
(Vance, 1989) . Además, señalan que la fuerza retórica del discurso antipornográfico,
normativiza el placer femenino sin tener en cuenta los contextos históricos, culturales y
políticos concretos donde las mujeres se desenvuelven. En definitiva, trabajan sobre dos
premisas básicas: la pornografía no es la causa directa de la violencia de género contra las
mujeres y cualquier mujer involucrada en la producción o consumo de pornografía no es una
víctima.
Es en la década de los noventa, cuando las nuevas perspectivas de la teoría feminista, la
teoría posmoderna, la crítica de la representación, la teoría queer y, sobre todo, el entrecruce
entre ellas, permiten romper con este debate entre detractores y defensores de la
pornografía, empeñados en impedir cualquier discusión que pretendiera ir más allá de los
términos de su derecho o no a existir. Para ver cómo se va redescubriendo el cuerpo, la
sexualidad y el género en las representaciones artísticas producidas por feministas
analizamos cómo se abordan estos temas y cuáles han sido sus contribuciones desde finales
de los años sesenta y principios de los setenta hasta la actualidad.
FEMINISMO
Y
ARTE
ESENCIALISTA
Las prácticas artísticas de finales de los años sesenta y principios de los setenta, estaban
influenciadas por el feminismo esencialista del momento. Las artistas denunciaban la
exclusión de las mujeres del mundo artístico dominado por el arte patriarcal de las
instituciones y sus gestores, y reivindicaban una sensibilidad y una estética basadas en la
diferencia y especificidad de lo femenino, a través de la sensibilidad, empatía, el instinto
maternal o la artesanía. Autoras como Eva Hesse, Judy Chicago, Louise Bourgeois, Mary
Kelly, Carolee Schneemann, Hannah Wilke, Valie Export y Annie Spinkle defienden según
4
5
Lucy Lippard (1973) y Linda Nochlin (1989) , canónicas de los estudios feministas del arte, las
experiencias de las mujeres con su cuerpo y más concretamente la reivindicación de la
materialización del placer a través del sexo femenino, la concavidad del útero, la vulva, el
coño y el clítoris. Nos presentan un sexo femenino nuevo, transformado y activo, que al igual
3
VANCE, Carole S., Placer
y
peligro:
explorando
la
sexualidad
femenina. Madrid, Ed.
Revolución, 1989.
4
LIPPARD, Lucy R., Six Years: The Dematerialization of the Art Object from 1966 to 1972.
Nueva York, Praeger Publishers, 1973.
5
NOCHLIN, Linda, Women,
Art
and
Power,
and
Other
Essays. London, Thames & Hudson,
1989.
293
|
que las “máquinas deseantes” de Deluze y Guattari, no se conforma con un sujeto pasivo del
deseo masculino alejándose así de cualquier idealización masculina de la mujer. Con ellas
comienza lo que podríamos llamar la pulsión corporal. Estas artistas luchan por recuperar el
cuerpo, son conscientes de que tienen una vagina y conocen todas las teorías, mitos y
leyendas que legitiman que esa parte del cuerpo femenino sea un tabú. En gran parte debido
al trabajo que en los años veinte difundieran los surrealistas. En sus manifiestos y discursos
sobre la creatividad femenina (instintiva, natural, automática), pensaron a las mujeres como
receptáculos de misterios y oscuros poderes de la madre naturaleza. Las mujeres
occidentales fueron, quizás más que en otros períodos históricos, identificadas con lo
primordial. Lo primordial entendido como la sexualidad perversa y mágica que, tanto los
surrealistas como los artistas del body
art de los años sesenta, esperaban encontrar en las
ready-‐made de Duchamp, las particiones de Rothko o las repeticiones modificadas de Warhol
6
(Chadwick, 2002) .
7
Las artistas, asumen en gran medida los postulados de Benjamin (2003) cuando realizan
sus obras y sus performances, intentando huir de la dimensión ritual y aurática de la obra de
arte frente a su capacidad de reproductibilidad técnica. Lo que supone que la obra artística
adquiere significado en tanto que es capaz de denunciar y combatir sociopolíticamente el
orden socio-‐sexual patriarcal que regula las relaciones entre mujeres y hombres. Valie Export
en Action
Pants:
Genital
Panic (1968) aparece sentada en un banco con las piernas abiertas,
vestida con una camisa negra y unos pantalones vaqueros cortados a la altura del pubis y con
una metralleta en las manos ofrece al público sus genitales femeninos, rompiendo todo el
fetichismo y la simbología erótica de la vagina. Por su parte, Judy Chicago en la litografía Red
Flag (1971) se quita un tampón rojo, para romper con los tabúes sobre la impureza femenina y
las fronteras de lo íntimo enfrentando al espectador con la sangre menstrual. La artista hace
tambalear uno de los que todavía hoy es un tabú en la mayoría de las religiones y la
pornografía, la menstruación. Más tarde en su Dinner
Party (1979) ofrece en una cena el sexo
femenino como un manjar en donde el hombre no es el comensal al que la mujer tiene que
preparar y servir la comida sino un mero espectador, las verdaderas invitadas son las
mujeres. En Interior
Scroll (1975), Carolee Schneemann, extrae en una coreografía ritual-‐
corporal un mensaje desde el interior de su vagina, como pronunciamiento de la propia
sexualidad y de su identidad como mujer. Esta propuesta representaba la culminación de una
serie de búsquedas de la artista acerca de la región vulvar y su simbología en culturas
antiguas. El texto que se extrae y lee durante la performance, formaba parte de su película
Kitch’s
Last
Meal, un último acto caníbal pero a la inversa, donde la energía interior irrumpía
como refuerzo espiritual de los sistemas inmunológicos externos y sociales de las mujeres. Se
coloca la creatividad artística en la vagina y la extrae como un cordón umbilical y menstrual,
6
CHADWICK, Whitney, Les
Femmes
dans
le
mouvement
surréaliste. París, Thames &
Hudson, 2002.
7
BENJAMIN, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. México,
Itaca, 2003.
294
|
en un acto chamanístico para que la puedan oír en público. Todas estas artistas ponen de
manifiesto a través de sus vaginas, las amnesias culturales del cuerpo femenino.
A partir de los años setenta, por un lado, se hace una crítica a la representación de la
sexualidad femenina como cómplice del pensamiento logocéntrico y falocéntrico occidental.
Como ha planteado Craig Owens, cuando las mujeres se habían representado a sí mismas
habían asumido una posición masculina, hasta el punto de ser esta la razón por la que se
suele asociar la feminidad con la mascarada, la falsa representación, la simulación y la
8
seducción (1985) . Artistas como Cindy Sherman, Jenny Holzer, Barbara Kruger o Silvia
Kolbowski, deconstruyen este estándar de representación reclamando el derecho a criticar
cualquier subjetividad concebida de forma estable. Sus obras permiten entender que las
mujeres han llegado a la representación no como sujetos, sino como objetos del deseo
masculino. Lo que explicaría, en gran medida, que en el orden ocularcentrista patriarcal la
mirada masculina privilegia la visión sobre los demás sentidos. Y, por otro lado, se articulan
las ideas sobre la pornografía vinculándolas al concepto de cultura. Así la pornografía, se
entiende como un discurso cultural de carácter histórico, fabricado por una compleja red de
regímenes discursivos producidos y consumidos por la sociedad muy alejada ya de cualquier
9
noción y necesidad biológica (Linda Williams, 1989) . En consecuencia, la pornografía es de
naturaleza social y existe en la medida en que es también socialmente compartida. Podemos
afirmar, pues, que dos aspectos decisivos en las producciones artísticas y en las reflexiones
teóricas sobre la representación de la sexualidad de las mujeres, en estas tres últimas
décadas, son el desplazamiento de lo propiamente artístico al campo más amplio de lo
cultural, tal y como proponen autores como Benjamin, Foucault, Foster, Bhabha o Spiva y, el
retorno del sujeto como reclaman Lacan, Deleuze y Guattari.
En este contexto, se redescubre el cuerpo paralelamente a la implantación comercial del
porno. La aproximación a la pornografía nos introduce en una lucha, aparentemente
insostenible, de agitación dicotómica (deseos y normas, tabúes y transgresiones, esfera
pública y esfera privada) y, en un dilema económico contemporáneo, ya que a pesar del
puritanismo hipócrita que rodea al porno, este se ha convertido en una industria que genera
más ingresos que la industria cinematográfica tradicional o los que generan el béisbol, el
10
fútbol americano y el baloncesto juntos en Estados Unidos (Barba y Montes, 2007) . Las
webs pornográficas, el YouPorn, el boom del porno gratuito rentabilizado a base de
publicidad o contenidos para móviles, los love hotel,
las productoras cinematográficas, la
publicación de novelas eróticas, las series de televisión en las cadenas de cable, los Porn
8
OWENS, Craig, “El discurso de los otros: las feministas y el posmodernismo”, en FOSTER,
Hal, La
posmodernidad, Barcelona, Kairós, 1985, pp. 96-‐97.
9
WILLIAMS, Linda, Hard
Core:
Power,
Pleasure,
and
the
“Frenzy
of
the
Visible”. California,
University of California Press, 1989.
10
BARBA, Andrés y MONTES, Javier: op.
cit.,
pp. 13.
295
|
Studies y los actuales discursos y trabajos que revelan las ambigüedades de los conceptos
arte-‐pornografía (Made
in
Heaven de Jeff Koons, 1991), han otorgado al tema una relevancia
que ha sobrepasado la clasificación clásica de las imágenes y representaciones de la
sexualidad y el cuerpo de las mujeres.
FEMINISMO
Y
ARTE
APROPIACIONISTA
Las reflexiones que se producen a finales de los años setenta y los ochenta, sobre los
avances realizados en lo social por las luchas feministas, las reivindicaciones de los sujetos
minorizados por su raza, su pertenencia étnica o su práctica sexual, y el eco alcanzado por las
teorías feminista que empiezan a criticar el excesivo esencialismo en las representaciones
artísticas de las artistas mencionadas, sirven para reconducir el activismo feminista y el
discurso crítico en el arte, alejándose ya de la imaginería vaginal. El argumento
11
antiesencialista, coincide, según Barry y Flitterman (2003) , con el planteado por Said para
los discursos nativistas, cuando los ponía de ejemplo como un obstáculo para el progreso de
los pueblos africanos y los países postcoloniales hacia la liberación. Ahora se reactivan temas
como la desaparición de los grandes relatos, la disolución del discurso único, la
intertextualidad, el perspectivismo posmoderno, la crítica de los mecanismos de la
representación de los “otros” y la diferencia. En este contexto, las artista feministas se
centran en la representación de las mujeres en el arte y los medios de masas, ya no les
interesa tanto lo que esas representaciones dicen de ellas, sino más bien lo que las
12
representaciones hacen de ellas. El sexo y el género, siguiendo a Judith Butler (2002) , se
conciben como una formulación que produce realidades e identidades performativamente.
El auge de la fotografía, el vídeo, las performances, el ordenador, las modas y la
publicidad, permiten fragmentar el cuerpo femenino desublimandolo. El arte feminista se
entiende como una fuerza apropiacionista, con un fuerte compromiso de transformación
muy alejado del canon moderno de originalidad e inspiración aurática. Las artistas proponen
a las mujeres resistirse al placer visual como reproductor del erotismo masculino y como
represión a la subjetividad femenina. Una de las estrategias que utilizaron para conseguirlo,
se basó en solicitar al espectador una actitud participativa en la obra de arte. De aquí, que
muchas de ellas trabajen analizando y apropiándose de imágenes ya existentes como hace
Barbara Kruger en Your
gaze
hits
the
side
of
my
face (1981), donde de manera provocativa
investiga sobre las voces que hay detrás de un busto femenino de los años cincuenta. O sus
llamamientos en contra de las masivas campañas de oposición al aborto en la era Reagan,
11
BARRY, Judith and FLITTERMAN-‐LEWIS, Sandy, “Textual Strategies: The Politics of Art-‐
Marking”, en JONES, Amelia (ed.), The
Feminism
and
Visual
Culture
Reader, London,
Routledge, 2003, pp. 53-‐60.
12
BUTLER, Judith, Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del
sexo. Barcelona, Paidós, 2002.
296
|
donde pone de manifiesto su activismo político y su forma de critica de representar a las
mujeres en las imágenes convirtiendo su Your
body
is
a
battleground
(1989) en toda una
declaración de principios.
Por su parte, Annette Messager nos hace interrogarnos en Mes
voeux (1992) sobre las
diferencias entre lo natural y lo antropomórfico, lo orgánico y lo artificial, lo humano y lo
posthumano, lo carnal y lo protésico, fragmentando el cuerpo en bocas, labios, dientes,
senos, orejas y vulvas que tanto recuerdan a los exvotos religiosos que cuelgan en las iglesias.
Instalaciones muy semejantes a las que realiza, por otra parte, Kiki Smith en A
man (1998).
De esta manera, Annette Messager ataca a las teorías que consideran la identidad femenina
y masculina como algo único y compacto. Para ella, al igual que para Judit Butler, estas
identidades son absolutamente fraccionables e intercambiables. Esta demostración
simboliza tanto la pérdida del centro definidor del género, que se buscaba en el esencialismo
de los años sesenta y setenta, como la pérdida de una probable estructura central que defina
las relaciones interhumanas en la sociedad contemporánea.
Por último, Cindy Sherman en la serie Sex
pictures (1992), hace una crítica a la identidad
femenina y a la categoría de arte elevado, al destapar los fetichismos eróticos y los atributos
del cuerpo femenino. Confecciona muñecos, adquiridos en sex
shop y miembros anatómicos
artificiales, a modo de prótesis médicas, para representar no una identidad definida, sino la
identidad como una construcción inestable y cambiable, siempre en peligro de convertirse en
un escenario de devastación. El cuerpo de la mujer pervierte el orden establecido, al crear
monstruos grotescos y abyectos con pubis, pies, pechos, cabezas y brazos intercambiables y
que se exponen en posiciones claramente pornográficas. Fragmentos corporales que, al igual
que los cadáveres, representan aquello que ha caído inexorablemente, símbolo de cloaca, del
13
residuo y del desecho en el sentido que nos propone Kristeva (1998) . En el trabajo de Cindy
Sherman el horror y el pavor se imponen al erotismo, eliminando el deseo mediante la
demonización del cuerpo sexuado. Critica que las mujeres sean concebidas desde el
conocimiento masculino como un auténtico rompecabezas, reduciéndolas a menudo solo a
sus genitales.
Con este collage metafórico crea complejas esceneografías de inequívocos significados
sexuales, que aluden tácitamente a una sociedad corrupta, que con falso pudor censura
14
aquello que es fácil y menos comprometido de censurar: la pornografía (Guasch, 2000) .
Además le sirve para desmontar los mecanismos kitsch y alienantes de la pornografía
comercial, al hablar de la mujer como objeto, como fetiche y mercancía. Al igual que en el
cine pornográfico, el material que nos propone Cindy Sherman, nos permite aludir a la
imaginación para crear la propia narración pornográfica a partir de los elementos absurdos, e
incluso aburridos, facilitados por la propia artista.
13
KRISTEVA, Julia, Poderes
de
la
perversión. Madrid, Siglo XXI, 1998.
14
GUASCH, Anna Maria, El
arte
último
del
siglo
XX.
Del
posminimalismo
a
lo
multicultural.
Madrid, Alianza Editorial, 2000, pp. 508-‐509.
297
|
Al igual que los primeros planos fijos y cortos de las fotografías de Cindy Sherman, la
pornografía necesita estar convencida de la veracidad física de la acción a través del meat
shot y la constatación de la penetración y del money
shot con la eyaculación como única
garantía del placer. Las imágenes de Cindy Sherman se exponen para provocar la excitación
que solo se resuelve apartando la mirada. De igual manera, el cuerpo pornográfico se
derrumba ante la mirada cuando se llega al orgasmo. En ambos casos convencidos de que las
imágenes son inverosímiles, imposibles, irreales. El tono obsceno de las misma no estaría en
la desnudez de los cuerpos como en la representación excesivamente frontal que se nos
ofrece, ya que no hay cuerpos obscenos sino percepciones obscenas de los cuerpos.
Tanto Annette Messager como Cindy Sherman, ilustran a través del arte una realidad
15
social que Baudrillard (1980) , en la década de los ochenta, vaticinó como definitorio de las
sociedades occidentales capitalistas: las apariencias, las ficciones, los artificios y los
simulacros. Se observa, en efecto, que la sociedad conforma un espacio donde se pierde la
noción de qué es verdaderamente real, un ámbito donde las imágenes creadas por las nuevas
tecnología invaden y fiscalizan la realidad.
Cindy Sherman con sus producciones artísticas se convierte en la autora más
pornográfica de las artistas señaladas. Su trabajo está muy próximo a la obra
cinematográfica de David Cronenberg (Scanners, 1980) y de Brian De Palma (Body
Double,
1984). Los tres de manera iconoclasta injertan el horror, la violencia y la pornografía,
subvirtiendo la idea de excitación de la pornografía comercial. El cuerpo es una combinación
de lo visceral y lo literal, impidiendo el placer al espectador frente al horror que producen los
genitales expuestos. En los tres trabajos, se experimenta con la idea de que los genitales
realmente están para rechazar el deseo sexual. Básicamente porque en los tres artistas los
planos de genitales y de las partes del cuerpo exhibidas, reproducen más ciertas
esceneografías médico-‐quirúrgicas que la fantasía utópica y el falso arquetipo sexual del
porno comercial, donde las mujeres siempre quieren follar y los hombres son infinitamente
viriles. En cualquier caso, todos ofrecen al espectador un elemento esencialmente porno, que
consiste en ofrece fragmentos corporales (labios, axilas, cabezas, caderas, dedos, pezones,
vaginas, falos) como si fueran cada uno de ellos un sexo, una totalidad sexual. Cada
fragmento contiene en sí mismo el sexo. Pero así y todo, rompen violentamente el paisaje
audiovisual del mainstream pornográfico. La pornografía, pues, se comienza a pensar como
algo híbrido y tecnológico que terminará por consolidarse en las relaciones que se establecen
entre el cuerpo y una sexualidad posthumana, cibernética, sin referencias, sin límites y
16
desidentificada (Baudrillard, 1991) .
POSTPORNOGRAFÍA
Y
ARTE
FEMINISTAPORNOPUNK
15
BAUDRILLARD, Jean, El
intercambio
simbólico
y
la
muerte. Barcelona, Luis Porcel, 1980.
16
BAUDRILLARD, Jean, “Two Essays”. Science
Fiction
Studies, vol. 18, nº 55, parte 3,
noviembre, pp. 313.
298
|
Con el ciberfeminismo de los años noventa, el cuerpo vuelve otra vez a ocupar un espacio
privilegiado, entre otras razones, porque podemos experimentar con un cuerpo sin órganos.
Un cuerpo sin órganos, que deja de ser un organismo biológico para transformarse en un
lugar mágico donde se pierde el sentido tradicional de la corporalidad (Deleuze-‐Guattari,
17
1995) . Muy lejos queda ya el maniquí de la Venus de los médicos (1781-‐1782) de Clemente
Susini, construido como un juguete científico relleno de órganos para ser tocados (Didi-‐
18
Huberman, 2005) . Ahora, observamos un cuerpo que ya no es cuerpo porque lo hemos
manipulado. Un claro ejemplo de esto que decimos es el trabajo de Marina Núñez
(Multiplicidades, 2006), donde indaga sobre la identidad del ser humano como construcción
19
social recogiendo la idea de cyborg (Haraway, 1995) , como metáfora visual de la condición
femenina en el mundo contemporáneo. En un rostro de mujer, unos ojos de forma aleatoria
van tomando forma y proliferando en un incesante fluir, dando lugar a una inestabilidad
turbadora, desagradable, que nos señala, a través de su misma disfuncionalidad la dificultad
20
de representarnos. Dentro de este discurso Sadie Plant (1997) , formula la feminización de la
cibernética. Cree que la tecnología puede aportar al feminismo algo que nunca tuvo a su
disposición: la posibilidad de borrar lo masculino de principio a fin. La propia estructura de un
ordenador es un espacio donde se anulan las diferencias de los géneros construidos. Habla,
en este sentido, no de la constitución de lo femenino sino más bien de la feminización como
metáfora de la desjerarquización. La organización de la matriz de la máquina constituye un
lugar de subversión, porque en ella se anulan las diferencias de los géneros construidos,
permitiendo la posibilidad de crear una red infinita de diferencias multiplicadas.
Pero, antes de la posibilidad cibernética de hacer desaparecer al cuerpo, aparece en el
panorama artístico las performances de Annie Sprinkle. Ella junto con otras artista porno,
habían formado en 1984 el colectivo de artistas feministas Carnival
Knowledge, en clara
referencia a la noción bajtiniana de lo carnavalesco. Las performances de esta artista
destacan porque realiza una exposición sexual absoluta: tangible, material y a la vista de
todos. En Public
Cervix
Announcement (1989), utilizó por primera vez la expresión
postpornografía para presentar su espectáculo, la anunciación pública del cuello del útero, en
la que invitaba al público a explorar el interior de su vagina con la ayuda de una linterna
eléctrica y un espéculo, para terminar con un prolongado orgasmo, por otra parte, tan
denostado en el porno. Así nació un nuevo género de representación del sexo, crítico tanto
con la imagen del sexo generada por la medicina y por los códigos de la pornografía
17
DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Félix, El
Anti
Edipo.
Capitalismo
y
esquizofrenia. Barcelona,
Paidós, 1995.
18
DIDI-‐HUBERMAN, Georges, Venus
rajada. Buenos Aires, Losada, 2005.
19
HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid,
Cátedra, 1995.
20
PLANT, Sadie, Ceros + Unos, Mujeres digitales + la nueva tecnología. Barcelona, Destino,
1997.
299
|
tradicional. A la “verdad del sexo” pornográfico, Annie Sprinkle oponía la producción teatral y
artística de diversas opciones del deseo lesbiano, bisexual y transexual.
Annie Sprinkle, adopta una posición crítica contra la consideración del cuerpo femenino
como objeto sexual y la idea de la vagina como un dispositivo exótico y peligroso. En su
performance, la artista sitúa a los espectadores como voyeurs. La mirada de cada espectador
penetra visualmente su vagina transformando la intimidad y el espacio privado en un
espectáculo, en un ritual al que ella se entrega incondicionalmente. Pretendía poner en
debate las cuestiones sociales y morales asociadas a la prostitución, romper los clichés de la
insaciabilidad sexual de las mujeres, de su autosuficiencia masturbatoria y la irrelevancia de
los hombres en el placer femenino. Ella, demuestra que, al contrario que los hombres, posee
un extenso repertorio de técnicas sexuales, desligadas de todo interés amoroso (Kauffman,
21
2000) .
La postura corporal que adquiere Annie Sprinkle, recuerda a la pintura de Gustav
Courbet El
origen
del
mundo (1866) y a la instalación constructiva de Marcel Duchamp Étant
donnes (1946-‐1966). En la primera vemos un cuerpo recortado por el encuadre y las ropas que
cubren la parte superior. No aparecen ni el rostro ni las extremidades. La mujer muestra el
pelo del pubis y las piernas abiertas, en el que parece inevitable el contacto sexual si la
analizamos bajo un referente estereoscópico. En la segunda obra, también una mujer ofrece
el sexo a un espectador-‐mirón que contempla la escena a través del agujero del portalón. La
diferencia de ambas con el pubis de Annie Sprinkle está en el hecho de que la artista porno
tenía cabeza y boca para anunciar públicamente la visibilidad del sexo invisible (Sanyal,
22
2012) . Ella propone con su performance
la abolición de la distancia entre el espectador
pasivo y el objeto de su mirada, para poder alcanzar finalmente espectáculo. La propuesta de
ellos, en cambio, no va mucho más allá de la mirada voyeuista del flâneur.
Este régimen político-‐estético dela mirada masculina, que quiere descubrir los secretos
del sexo femenino, tiene resonancias antropológicas y médicas si analizamos lo que fueron
durante los siglos XVI y principios del XX los zoo-‐humanos. Es decir, espectáculos étnicos
celebrados en circos, teatros, cabarets, ferias y desfiles callejeros, donde se exotizan las
nalgas y la vulva de mujeres como Saartje Baartman (Venus Hotentote), poniendo de
manifiesto las ideas sobre primitivismo, ciencia, voyeurismo, exhibicionismo, alteridad y
espectáculo del sistema colonial europeo. Los estudios sobre el tamaño de los labios
vaginales de esta mujer Khoisan, sirvieron para proclamar la inferioridad de las mujeres
negras a la vez que imponían los estereotipos sobre un sexo que consideraban atrofiado y,
por lo tanto, un signo de degeneración racial y moral. Por extensión, la mujer es observada
21
KAUFFMAN, Linda S., Malas
y
Perversos.
Fantasías
en
la
cultura
y
el
arte
contemporáneo.
Madrid, Cátedra/ Universitat de Valencia, 2000, pp. 87-‐88.
22
SANYAL, Mithu M., Vulva.
La
revelación
del
sexo
invisible. Barcelona, Anagrama, 2012, pp.
215.
300
|
como el lado salvaje, incontrolable y alborotador de la naturaleza, antogónica al proyecto
científico-‐médico asumido por la ciencia occidental de la época.
Annie Sprinkle, deconstruye la heteronormatividad y cualquier condición sexual
naturalizada. Nos hace pensar en el sexo como una categoría abierta para el uso y la
apropiación queer, más allá de cualquier victimización, censura o tabú. En este sentido, su
trabajo puede entenderse como una reflexión crítica sobre el discurso pornográfico (Llopis,
23
2010) , que al igual que el discurso médico ha dejado de funcionar como una forma de
24
pedagogía biopolítica que enseñaba cómo hacerse un cuerpo hetero (Preciado, 2005) .
De manera muy significativa, a partir de la irrupción en el mundo artístico de Annie
Sprinkle, las reconsideraciones teóricas sobre esferas y prácticas sociales especialmente
relacionadas con el sexo, el género y la sexualidad van a clasificarse como postpornografía. El
25
postporno lo define Salanova (2012) , como un movimiento artístico que propone el disfrute
de representaciones alternativas del cuerpo elaborando un imaginario en el que tengan
cabida sexualidades periféricas y disidentes, que la heteronormatividad y el porno clásico
marginaban. Sus prácticas performativas y activistas se sitúan dentro del transfeminismo.
La estrategia postpornográfica invierte el discurso de la medicina anatómica, la
psicología y la pornografía, con una nueva idea de lesbianismo que no se basa en las ficciones
heterosexuales a la hora de definir el lesbianismo como un sexo entre mujeres. Sino, más
26
bien , como plantea Monique Wittig (1977) , reivindicando la opción lésbica de que las
lesbianas no son mujeres y tampoco tienen vagina. En el marco hiperconstructivista y
posfeminista para pensar el cuerpo, esta propuesta ayuda a la deconstrucción del cuerpo
heterocentrado presente en la pornografía. Contra esta pornografía, entendida como
tecnología del cuerpo heterosexual, Wittig propone que el follar lesbiano cuando ya no es
sexo entre mujeres, se convierte en un proceso de desnaturalización, desterritorialización y
des-‐ontologización de las prácticas sexuales porque se recurre al uso de órganos, ápendices y
juguetes como los dildos y vibradores, donde antes se representaba el pene.
Las producciones artísticas postpornográficas y pro-‐sexo, generan escenas con una
discursividad mucho más gore-‐trash que la pornografía. A la vez, son tildadas como
excesivamente violentas como la novela de Violette Leduc “La
bastarda”o la película Fóllame
de Virgine Despentes y Coralie Trinh-‐Thi. Y, además, proponen alejarse de lo normativo bajo
la cobertura de la teoría y el activismo queer, por eso actrices, performancers, drags, intersex,
trans, cyborgs, híbridas, perras, negras, guarras, horizontales, marranas y gordas, las
reconocen como una posibilidad de su propia subversión, reclamando otras representaciones
23
LLOPIS, María, El
postporno
era
eso. Barcelona, Melusina, 2010.
24
PRECIADO, Beatriz, “Devenir bollo-‐lobo o cómo hacerse un cuerpo queer a partir de El
pensamiento
heterosexual”, en CÓRDOBA, David, SÁEZ, Javier y VIDARTE, Paco (eds.),
Teoría
Queer.
Políticas
bolleras,
maricas,
trans,
mestizas., Madrid, Editorial EGALES, 2005.
25
SALANOVA, Marisol, Postpornografía. Murcia, Pictografía Ediciones.
26
WITTIG, Monique, El
cuerpo
lesbiano. Valencia, Pre-‐Textos, 1977.
301
|
y otros placeres. Tal y como realiza, desde la práctica queer, Quimera Rosa en Baños
sexo-‐
plásticos (2008). Yan y Ceci en los baños del bar La Bata de Boatiné (Barcelona), transitan
todos los binomios posibles de sexo y género, se aman, se penetran, se adaptan, se mutan,
se desean, se buscan y se construyen de manera creativa. Requisito imprescindible en toda
27
esta representación, como plantea Ziga (2009) , es adquirir estereotipos que nos permitan
estafar el orden patriarcal. Esto además, permitirá abrir la posibilidad de creación de un
archivo de las micropolíticas sexuales de los últimos veinte años.
La obra de Shue Lea Cheang ataca los códigos de género, clase y raza que dominan en
las representaciones visuales. Cuestiona las relaciones entre cuerpo y tecnología y avanza
proposiciones inéditas de la representación de la sexualidad y el amor en las sociedades
contemporáneas. En I.K.U. (2000), una historia cyberporn, las mujeres replicantes
pertenecientes a la Corporación GENOM son enviadas a los alrededores de Tokio para
obtener información acerca de las diversas prácticas sexuales para generar con ello
microchips que se distribuyen en máquinas expendedoras, y que los usuarios pueden insertar
en sus dispositivos móviles para cumplir sus propios deseos sexuales. Las I.K.U. obtienen la
información a través del sexo. Sus manos se convierten en vibradores imposibles, su
versatilidad es apabullante, hay sexo heterosexual, lésbico y trans. A esta película, cuyo
eslogan es “esto no es amor, es sexo”, la artista le añade una segunda parte U.K.I. ahora con
el eslogan “amor sin sexo”. La historia plantea, a modo de hecatombe, la muerte de Internet.
El planeta se encuentra cubierto de basura tecnológica y una replicante I.K.U. es
reprogramada como retrovirus para recuperar los datos GENOM, que yacen esparcidos entre
los desechos.
Dentro del postporno la critica feministapornopunk, se cuestiona cómo se reconfiguran
las estrategias biopolíticas, heterosexuales, neoliberales y coloniales que nos determinan
como cuerpos vivos. Ahora las mujeres somos deseantes y replicantes. Escritos a menudo en
primera persona y desafiando la escisión entre teoría y ficción, como plantea Preciado
28
(2013) , los textos del feminismopornopunk construyen un nuevo lenguaje, emancipando
tanto la ortodoxia semántica como el feminismo ilustrado y liberal que han dominado el
contexto académico, las retóricas heterosexuales de la igualdad y de la diferencia y los
lenguajes desexualizados del feminismo de izquierdas.
Las acciones del feminismopornopunk se caracyerizan por un uso disidente del cuerpo
en el espacio urbano. Actuar para estas artistas es salir a la calle y poner el cuerpo en ellas,
exponiéndolo a las contradicciones entre una visión panóptica de la ciudad y la invisibilidad
impuesta al cuerpo sexual. Resultado de esta idea son como hemos visto los trabajos de
Quimera Rosa o los de PostOp. Este último colectivo surge del taller Tecnologías del Género
27
ZIGA, Itziar, Devenir
perra. Barcelona, Melusina, 2009.
28
PRECIADO, Beatriz, “”OCCUPY SEX. Notas desde la revolución feministapornopunk”, en
ALIAGA, Juan Vicente y MAYAYO, Patricia (eds.), Genealogías
feministas
en
el
arte
español:1960-‐2010, Junta de Castilla y León, MUSAC, 2013, pp. 265-‐282.
302
|
del MACBA que trabaja desde 2003. PostOp es un término que utiliza la institución médica
para designar a las personas transexuales después de pasar por las intervenciones quirúrgicas
de reasignación del sexo. Ellas lo utilizan para redesignarse ya que creen que todas las
mujeres estamos operadas por tecnologías sociales muy precisas que nos definen en
términos de género, clase social y raza. Trabajan con una fantasía estética donde se mezclan
lo cyborg, lo fetichista, lo glamuroso y lo bizarro. En una de sus performances
Dis-‐puta
coorporativa (2010), repartieron sus currículos de puta y ofrecieron sus servicios sexuales.
El colectivo PorNo PorSi en Chicas
de
la
26 (2011), llevaron a cabo una ocupación sexual
en la Avenida del Dorado (Bogotá), para denunciar la corrupción política, el clientelismo, el
sexismo, la homofobia, el racismo y la destrucción neocolonial del suelo americano,
utilizando una mezcla de códigos postpornográficos, trans-‐queer, manga, cyborgs y
elementos de una cultura latinoamericana mestiza (candomblé, cumbia, capoeira, carimbó).
En 2008 el grupo Femen, utiliza el topless para protestar contra el turismo sexual y
matrimonial de Ucrania que promociona al cuerpo como mercancía heterosexual. Las Pussy
Riot, en una acción de pornoasalto a los símbolos sagrados de Rusia, irrumpen en la iglesia
ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú y en una performance cantando y bailando de manera
endemoniada, denunciaron las relaciones de connivencia entre el poder político (Putin) y la
iglesia ortodoxa (el patriarca Kiril).
29
Diana J. Torres (2011) , realiza sus performance exponiendo el cuerpo con textos
poéticos-‐políticos, acciones sexuales terroristas por su marginalidad y humos. Así produce
pornoterror, utilizando tecnologías para escuchar los ruidos y los flujos corporales. Se
introduce micrófonos intravaginales y recurre al squirting, a las masturbaciones colectivas o
el fisting vaginal en sus representaciones. Técnicas pornoterrorista que utiliza, por ejemplo,
para criticar las políticas higienistas-‐neoliberales-‐turísitcas de Jordi Clos cuando en los años
noventa manifestaba a nivel nacional que ir sin camiseta y en bañador por las calles, no
contribuía en nada a reforzar a imagen de Barcelona como marca. Otros de sus trabajos fue
el asalto a la Basílica de San Pedro en el vaticano para hacer gemir de placer a la Virgen del
Santo Socorro y al cadáver de pío XII. Les colocó a cada uno una grabación que reproduce los
sonidos de un polvo que previamente había grabado con Chiara Schiavon.
Todas estas performances utilizan a través del spokenword mensajes que las vuelve a ellas
mismas muy vulnerables frente a los discursos dominantes, aunque contradictorios, de la
pornografía clásica y de la esceneografía religiosa, en tanto que ambos ponen de manifiesto
la complicidad heterorepresiva. Las prácticas feministaspornopunk mantienen una conexión
con la caza de brujas que en la historia moderna de occidente, es decir, durante la transición
medieval al capitalismo y la colonización de América, se impone como la manera más
efectiva de expropiar el cuerpo de las mujeres. Las brujas como las feministaspornopunk
poseen cuerpos rebeldes que hay que domesticar y, para ello, se utiliza la violencia. No
mueren en la hoguera torturadas, pero se les acusa de blasfemia, indecoro público, incitación
29
TORRES, Diana J., Pornoterrorismo. Nafarroa, Txalaparta, 2011.
303
|
al odio religioso, a la homosexualidad, a la bestialidad y a la inmoralidad. Además se intenta
devaluar su trabajo no introduciéndolo en los museos.
30
Desde esta perspectiva, Silvia Federici (2004) , plantea como la caza de brujas no acabó
en el siglo XVII, sino que continua funcionando hoy como una máquina persecutoria contra
toda forma de intervención de las mujeres y la minorías sexuales o raciales en los ámbitos del
31
poder político y económico. En este sentido Preciado (2013) , plantea que este cuerpo
represivo somete al cuerpo disidente al control económico y político estigmatizándolo a
través de acusaciones de brujería, blasfemia y profanación, en las que la vigilancia biopolítica
se ve recubierta por un discurso teológico.
En esta guerra contra los cuerpos se sigue empleando una violencia física, simbólica y
medial si se intenta romper con los códigos del sistema heteronormativo capitalista, que
sigue señalando el cuerpo masculino como fuerza de trabajo y el cuerpo femenino como
fuerza de reproducción sexual, donde el útero se perfila como la máquina de reproducción
del trabajo de las mujeres, muy alejado de cualquier intervención pornoterrorista. Tal vez, en
una loca paradoja, el cuerpo de las mujeres nunca ha estado diseñado para aportar
tranquilidad y plenitud.
CONCLUSIONES
La Postpornografía se puede utilizar como un metalenguaje a través del cual representar
no solo las contradicciones entre el cuerpo femenino y el cuerpo masculino, sino también
como una invasión biopolítica por parte de las mujeres del espacio público. Consideradas
como una amenaza para el espacio público, las artistas invierten la tradicional segregación de
géneros en esferas diferenciadas que defienden la feminidad como naturalmente interior y
doméstica y la masculinidad como tecnológica y predestinada al exterior y el intercambio
público.
El arte feminista desde el esencialismo hasta postpornográfico, nos demuestra que los
cuerpos de las mujeres siempre han sido posmodernos, porque siempre han conocido la
invasión de las retóricas culturales que se definen de acuerdo con los sistemas de poder. Los
cuerpos de las mujeres siempre han servido como un texto donde escribir los mitos
dominantes de la cultura heteronormativa. Mitos que definen sus cuerpos como el “otro”,
interpelado por las ideologías y discursivamente construidos como rebeldes, amenazantes e
incontrolable.
30
FEDERICI, Silvia, Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Madrid,
Traficantes de Sueños, 2004.
31
PRECIADO, Beatriz: op.
cit., p. 281.
304
|
REPRESENTANDO
LA
ORIENTACIÓN
SEXUAL
EN
LA
VERSIÓN
ORIGINAL
Y
DOBLADA
DE
LAS
SITCOMS
NORTEAMERICANAS
Idaira
Galván
Guanche
INTRODUCCIÓN
Las comedias de situación o sitcoms son “uno de los puntos más fuertes de la televisión
1
tanto comercial como pública norteamericana” , y frecuentemente han sido analizadas por la
2
manera en que reflejan los cambios que se producen en la sociedad . Sin embargo, no han
recibido tanta atención por parte del mundo académico como otros géneros considerados
3
“más serios” . Una definición operativa sobre este formato televisivo puede ser la ofrecida
por Grandío y Diego:
“El término sitcom es la abreviatura de situation
comedy y se refiere a una serie de media
hora de duración en la que los personajes se encuentran involucrados en una situación
cómica. Con esta explicación, se puede ya apuntar cómo lo más significativo de las
comedias de situación es observar cómo reaccionan los personajes ante los conflictos
que se les presentan. De hecho, los personajes intentan escapar de sus problemas
4
cotidianos, pero sus expectativas se ven continuamente frustradas” .
Los antecedentes del género se remontan hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando
seriales radiofónicos ayudaban a la población a evadirse de su crítica situación. Numerosas
comedias de situación hicieron en esa época la transición de la radio a la televisión y otras,
como la celebrada I
love
Lucy, hicieron su aparición directamente en este medio, sentando las
bases de las convenciones propias del género.
1
ÁLVAREZ DE ARMAS, Olga Margarita, La televisión en Estados Unidos. Organización,
modelos y programación. Aula de Cultura, Cabildo, 1989.
2
MILLS, Brett, Television
Sitcom. London: British Film Institute, 2005.
3
HARTLEY, John, «Situation Comedy, Part 1», en CREEBER, Glen y MILLER, Toby (eds) The
television
genre
book, London, British Film Institute, 2008, pp: 65-‐67.
4
GRANDÍO PÉREZ, MªM y DIEGO GONZÁLEZ, Patricia «La influencia de la sitcom
americana en la producción de comedias televisivas en España. El caso de Friends y 7
vidas». Ámbitos. núm 18 (2009), pp: 83-‐97
305
|
CARACTERÍSTICAS
DE
LAS
SITCOMS
I
love
Lucy
revoluciono tanto el mundo de las comedias de situación como el de la
televisión en general. Antes de esta serie, los programas de televisión se realizaban en Nueva
York y se retransmitían en directo de manera kinescopada o mediante líneas de cable. El
equipo de I
love
Lucy decidió realizar la grabación de la serie en California y enviar cada
episodio ya filmado a estaciones de televisión por todo el país. Así crearon episodios con una
5
alta calidad de imagen y presupuestos poco elevados ; y también las reposiciones, es decir, la
6
posibilidad de poder mostrar un programa varias veces . Cada episodio se grababa frente al
público que acudía al estudio —obteniendo así risas reales que se incluían en el episodio a
modo de “risa enlatada”— mediante un método multicámara que sigue siendo muy popular
hoy en día.
Otra de
las características principales de las sitcoms clásicas es que “suelen pivotar sobre
dos o tres personajes, estereotipados, a veces contrarios, sometidos a situaciones corrientes
de la vida diaria. Los personajes funcionan con características muy marcadas, si bien sus
7
virtudes y defectos no están expuestos de manera radical” . En cada escena de la comedia de
situación suele haber un gag de acción o de diálogo, es decir, un punto divertido que provoca
8
la risa instantáneamente . Sin embargo, una sitcom no consiste en una mera sucesión de
bromas, sino que necesita “una estructura dramática de cierta duración, fundamentada en
9
los conflictos entre los personajes y las situaciones que provocan” .
EVOLUCIÓN
REPRESENTACIONAL
La mayoría de las comedias de situación televisivas norteamericanas de los años 50
mostraban los valores familiares tradicionales: familias acomodadas y felices, de clase
media-‐alta en las que el padre era el cabeza de familia indiscutible, y la mujer se encargaba
exclusivamente de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos.
Posteriormente, durante los años de la Gran Depresión, el género entró en declive, pero
resurgió con fuerza a partir de la década de los 60 gracias a sitcoms
con una trama
argumental más diversa que se salían del molde del núcleo de familia tradicional. McHale’s
Navy
fue uno de los primeros productos televisivos en los que se trataba una situación bélica
5
CASCAJOSA, Concepción El espejo deformado. Versiones, secuelas y adaptaciones en
Hollywood. Sevilla: Universidad de Sevilla, 2006
6
TAFLINGER, Richard, (1996) «Sitcom: What It Is, How It Works»
<http://public.wsu.edu/~taflinge/sitcom.html> [14/09/13]
7
CORTÉS, José A., La estrategia de la seducción. La programación en la neotelevisión.
Pamplona: EUNSA, 1999.
8
PADILLA CASTILLO, Graciela y REQUEIJO REY, Paula, «La sitcom o comedia de situación:
orígenes, evolución y nuevas prácticas». Fonseca,
Journal
of
Communication, núm 1 (2010),
pp 187-‐218.
9
LÓPEZ, Natxo, Manual
de
guionista
de
comedias
televisivas. Madrid: T&B Editores, 2008.
306
|
10
con humor , y en otras sitcoms
se entremezclaban elementos fantásticos con la trama
argumental, como en el caso de Embrujada.
En los años 70 se produjo una importante renovación de contenidos que mostraban una
11
temática más innovadora . Los espectadores pudieron ser testigos de que una mujer con
más de 30 años podía estar soltera, tener una carrera profesional y ser feliz en The
Mary
Tyler
Moore
Show.
Además, la estrecha relación entre la protagonista de esta serie y sus
compañeros de trabajo mostraba por primera vez que un grupo de adultos podía formar un
modelo de “familia” fuera de su forma nuclear. All
in
the
family
introdujo en su argumento
nuevas y controvertidas cuestiones de gran impacto social, como la sexualidad o el racismo.
Por otro lado, Apartamento
para
tres ofrecía una mayor liberación sexual en sus contenidos,
pero mostraba a las mujeres como poco más que un mero objeto sexual.
Tras esta época de apogeo se sucedió otra de gran incertidumbre. Los costes de
realización de las comedias de situación en los Estados Unidos se habían encarecido y era
difícil permanecer en antena si no había un respaldo semanal por parte de los espectadores.
Esto cambiaría en 1984 con la aparición de The
Cosby
Show.
Los años 80 supusieron una dicotomía entre la vuelta a los valores familiares de la afable
sitcom
familiar de Bill Cosby y el humor políticamente incorrecto de Matrimonio
con
hijos. Las
sitcoms volvían a gozar de una gran popularidad, y a icónicas series como Cheers
le
sucedieron en los 90 otras tantas como Seinfeld, Frasier
y Friends. Durante esta década
surgieron sitcoms
con argumentos de lo más diverso (Seinfeld,
por ejemplo, se anunciaba
como una serie que iba “sobre nada”) y se plasmaban diferentes estilos de vida que se salían
completamente de los cánones impuestos en épocas anteriores.
Desde ese momento fue posible seguir las andanzas de estructuras familiares diversas,
así como de mujeres y hombres solteros, casados o divorciados, y de distinta orientación
sexual, raza y estatus social. Estos personajes se relacionaban de una manera que los
espectadores no estaban acostumbrados a ver, y se trataban temas como la crisis de
identidad, la masturbación o el consumo recreativo de drogas y alcohol, pero siempre con la
intención de producir una sonrisa (o carcajada) en el espectador.
Si hasta este momento se desdibujan los límites de la corrección política y se busca la
innovación argumental, a partir del año 2000 se produce una revolución en el formato de la
comedia de situación. Los gustos del público y la tecnología cambian, y se intenta hacer reír
12
mediante el realismo . Las sitcoms
comienzan a reflejar la nueva manera en la que el
10
11
TaflingeR, op.cit.
TAFLINGER, op.cit.
12
WICKHAM, Phil (2010) «Sitcom: ever-‐popular television genre»
<http://www.screenonline.org.uk/tv/id/445368/index.html>[14/09/13]
307
|
espectador experimenta los medios de comunicación: la televisión ya no tiene una posición
13
privilegiada, sino que parece formar parte de la vida diaria .
La crisis económica y la de ideas cinematográficas parece ser la base del resurgir de las
14
series . Las sitcoms cuentan con una gran aceptación por parte del público y crítica, y
ejemplos actuales como The
Big
Bang
Theory
o Modern
Family
copan los primeros puestos de
las listas de audiencia por todo el mundo. Puede que, como ya ha sucedido en otras épocas
de la historia contemporánea, el humor de las comedias de situación este ayudando al
público a evadirse, y esto también influya positivamente en su popularidad.
WILL
&
GRACE
La cadena ABC (American Broadcasting Company) canceló en 1997 la sitcom
Ellen
debido a las presiones ejercidas por algunos espectadores y las amenazas de grupos
religiosos conservadores que criticaban su supuesta “temática gay”. Ellen
logro un hito en la
historia de la televisión cuando su personaje principal salió del armario poco tiempo después
de que su creadora y protagonista, Ellen DeGeneres, lo hiciera en la vida real al declararse
lesbiana en el popular programa de televisión The
Oprah
Winfrey
Show.
Aunque el episodio en cuestión ganó numerosos premios y se convirtió en un fenómeno
cultural, muchos creían que tendría que pasar mucho tiempo antes de que otro personaje
15
queer
pudiera liderar una serie de televisión .
Un año después, y contra todo pronóstico, la NBC (National Broadcasting Company) dio
luz verde a la serie Will
&
Grace; y en sus ocho temporadas los espectadores pudieron ser
testigos de la vida y andanzas del abogado neoyorquino Will Truman y de su mejor amiga y
compañera de piso, la diseñadora de interiores Grace Adler. Ambos comparten gustos y
aficiones, pero las escenas de tensión sexual que podrían ser propiciadas al compartir
domicilio o la posibilidad de un romance entre ellos (temas tan comunes en este género
televisivo), se ven imposibilitadas, ya que a ella le gustan los hombres y a él también.
Will
&
Grace
fue la primera serie que se emitía en los Estados Unidos en la que su
principal protagonista masculino desafiaba la heteronormatividad televisiva. David Kohan, su
cocreador junto a Max Mutchnick, aseguró que lo que pretendía esta serie era “examinar la
relación entre un hombre y una mujer donde el sexo no es un factor, ya que en las sitcoms el
hombre y la mujer se suelen ver envueltos en un romance o, inevitablemente, la serie acaba
16
con el romance entre los dos. En Will
&
Grace
eso no puede suceder” .
13
Wickham,
op.cit.
14
PADILLA CASTILLO y REQUEIJO REY, op.cit. pág. 188
15
SULLIVAN, Robert D. (1998). «Dull and duller: After Ellen, gay characters are still a
novelty» <http://www.bostonphoenix.com/archive/1in10/98/12/TELEVISION.html>
[14/09/13]
16
COLUCCI, Jim, Will
&
Grace:
Fabulously
Uncensored.
Time Warner International, 2004.
308
|
1
Estreno
en
los
Estados
Unidos
Durante sus ocho años de emisión, fue una de las sitcoms
más vistas por la audiencia
estadounidense, lo que podría indicar que su narrativa resultaba atractiva no solo para el
“mercado gay” sino para el público en general, al haber sido creada dentro del reconocible
17
contexto de la cultura popular y de las convenciones del género de la comedia de situación .
Críticas iniciales opinaban que la serie reforzaba la visión estereotipada que se tenía
sobre el colectivo gay. Respecto a esto, Kohan declaró que su intención había sido producir
una serie que resultara atractiva para el mayor número de personas posibles y contar una
historia original sobre la relación entre un hombre gay
y una mujer heterosexual, y no la de
18
educar al público estadounidense sobre la vida del colectivo homosexual . Se podría
argumentar que la serie también ofrecía una mayor visibilidad de este colectivo, y una
representación positiva del mismo mediante hombres y mujeres que aceptaban su
orientación sexual de manera natural.
La serie gano numerosos premios, incluyendo 16 Premios Emmy, así como numerosos
Premios GLAAD concedidos por la Alianza Gay y Lésbica contra la difamación, una
organización estadounidense sin ánimo de lucro que vela por la representación objetiva del
Colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colectivo LGBT) en los medios de
comunicación.
2
El
humor
de
Will
&
Grace
Jane Feuer argumentó que la flexibilidad ideológica de las sitcoms
ha sido la clave de su
longevidad: son el formato perfecto para ilustrar los conflictos ideológicos de cada época
19
mientras que, a la vez, se entretiene a la audiencia . El humor de las comedias de situación
se forma y manifiesta como respuesta a los problemas que se crean dentro de la estructura
20
social ; ya que puede servir como arma de defensa para aquellos que forman parte de un
outsider
group
o minoría (sexual, étnica, etc.) a la hora de lidiar con los prejuicios y la
21
discriminación de la mayoría dominante .
17
BATTLES, Kathleen y HILTON-‐MORROW, Wendy «Gay Characters in Conventional
Spaces: Will and Grace and the Situation Comedy Genre», en Critical
Studies
in
Media
Communication, vol. 19, núm 1 (2002), pp: 87–105.
18
SVETKEY, Benjamin (2000) «Is Your TV Set Gay? »
<http://www.ew.com/ew/article/0,,277859,00.html> [14/09/13]
19
FEUER, Jane, «The 'Gay '& 'Queer' Sitcom (Will & Grace) », en CREEBER, Glen y MILLER,
Toby (eds) The
television
genre
book, London, British Film Institute, 2008, pp: 86-‐88.
20
QUIMBY, Karin. «Will & Grace: Negotiating (Gay) Marriage on Prime-‐Time Television».
The
Journal
of
Popular
Culture. Vol. 38, 2005. pp: 713-‐731.
21
COOPER, Evan «Decoding Will and Grace: mass audience reception of a popular network
situation comedy».
Sociological
Perspectives, vol. 46, núm 4. California: University of
California Press. (2003): pp: 513-‐533.
309
|
Cooper diferencia distintos estilos de humor creados por aquellos que pertenecen a una
minoría, como oposición al humor producido por la mayoría dominante que tiene como
22
objeto ridiculizar a las minorías y perpetuar los estereotipos negativos . Algunos de los tipos
de humor producidos por miembros de un outsider
group
que enumera son:
• Humor autodenigrante: creado por y dirigido hacia los miembros de una misma
cultura.
• Humor protesta: aquel que satiriza y parodia la cultura de la mayoría dominante,
particularmente los estereotipos reinantes sobre la minoría en cuestión.
• Humor asimilacionista: en el que se omite cualquier mención sobre la pertenencia a
una minoría y se evita utilizar expresiones comunes de una misma comunidad o grupo.
• Humor “íntimamente ligado a la cultura”: busca la inspiración cómica en las
costumbres y maneras propias de la cultura a la que se pertenece. Este estilo de humor
puede reafirmar o parodiar los estereotipos culturales.
Estas categorías no pueden considerarse como estilos excluyentes, ya que los
humoristas normalmente utilizan más de un estilo de humor. De manera similar, distinguir
entre el humor autodenigrante y aquel que está ligado a una cultura es, en numerosas
23
ocasiones, cuestión de interpretación personal .
Martinez Garcia sostiene que “el estudio de la comedia de situación se puede resumir en
el análisis de las significaciones, representaciones y contextos culturales y sociales creados en
24
las series” . Algunos ejemplos son los estudios sobre la representación de la comunidad
judía en series como Seinfeld,
o sobre la representación de una familia negra en The
Cosby
Show. La autora añade que “en este sentido, otro de los estudios que sigue este canon
analítico es el realizado en la comedia Will
&
Grace. De esta serie se investigo la noción del
25
humor gay
y su uso como herramienta para los grupos discriminados” .
Inicialmente, los estudios académicos sobre la existencia del humor gay
se centraron en
las transgresiones estéticas y políticas del concepto posestructuralista de lo camp. Lo camp
está definido como aquellos elementos de una persona, situación o actividad que están
26
expresados o creados por una “sensibilidad gay” . Según Babuscio, los cuatro rasgos
fundamentales de lo camp
son la ironía, el esteticismo, la teatralidad y el humor. Para el
autor, la “sensibilidad gay” es una energía creativa que refleja una conciencia diferente a la de
27
la corriente dominante, y que surge desde una situación de opresión social .El humor es una
22
COOPER, op.cit. pág. 514
23
COOPER, op.cit. pág. 514
24
MARTÍNEZ GARCÍA, Luisa «La contribucion del humor, de la comedia de situación, a la
identidad cultural catalana». Comunicacion
y
Sociedad. vol. 22, núm 1, 2009. pp: 223-‐242.
25
MARTÍNEZ GARCÍA, op.cit. pág. 225
26
BABUSCIO, Jack, «Camp and the Gay Sensibility», en BERGMAN, David (ed) Camp
Grounds:
Style
and
Homosexuality.
University of Massachusetts Press, 1993.
27
BABUSCIO, op.cit. pág. 20
310
|
de las “estrategias de lo camp”, ya que es una manera de relacionarse con un entorno hostil
28
que permite definir una identidad positiva .
La representación de la homosexualidad en Will
&
Grace
suele ser reconocida
positivamente o criticada según se considere: como una celebración de lo camp
o como un
29
reforzamiento de los estereotipos gay .
En el artículo “The Boys in the Writers' Room”, Kirby
30
sugiere que una nueva manera de “salir del armario” es escribir comedias de situación . Hoy
en día se están produciendo numerosos ejemplos de comedias para televisión con una
marcada “sensibilidad gay”, siguiendo el ejemplo del fenómeno producido hace unos años
por guionistas judíos en el mundo de la sitcoms. Estos guionistas escribían basándose en sus
propias experiencias personales como miembros de un grupo minoritario, y enmarcaban su
humor en situaciones que podían seguir siendo identificadas como “judías”, pero sin alienar a
31
la corriente dominante americana .
Al analizar el humor de Will
&
Grace, Jane Feurer comparo lo sucedido con algunas
sitcoms
de los 90, en los que “el humor judío” se termino convirtiendo simplemente en
“humor americano”, con el humor de Will
&
Grace
y su extendida aceptación por parte del
32
público mayoritario . Se ha sugerido que una de las diferencias entre Will
&
Grace
y otras
comedias de situación con protagonistas homosexuales, que en muchos casos no llegaron a
ganarse el favor del público mayoritario, es que en Will
&
Grace
sus protagonistas no
actuaban como “peces fuera del agua”, sino que vivían en un “mundo gay” casi sin rastro de
33
homofobia . En cuanto a líneas argumentales, ritmo, convenciones estilísticas, “sensibilidad
gay” y tipos de personajes, esta serie tiene mucho en común con otras comedias de situación
que giran en torno a las vivencias de protagonistas solteros, como Frasier
o Friends. Sin
embargo, Will
&
Grace
se diferencia de estas sitcoms
en que posee un estilo de humor mas
34
“íntimamente ligado a la cultura gay” : escenas cómicas en bares gay, referencias a películas
protagonizadas por personajes gay
o un mayor número de diálogos sobre personajes
mediáticos en general.
3
Categorización
binaria
de
la
homosexualidad
La personalidad de Will y Jack (los dos hombres homosexuales protagonistas) representa
una dicotomía típica en las convenciones de la comedia de situación. Jack ejemplifica el
28
BABUSCIO, op.cit. pág. 27
29
MILLS
op.cit. pág. 93
30
KIRBY, David (2001) «The Boys in the Writers' Room»
<http://www.nytimes.com/2001/06/17/arts/television-‐radio-‐the-‐boys-‐in-‐the-‐
writersroomhtml?pagewanted=all&src=pm>[14/09/13]
31
KIRBY
op.cit.
32
FEUER op.cit. pág. 87
33
COOPER, op.cit. pág. 517
34
COOPER, op.cit. pág. 517
311
|
estereotipo de hombre homosexual amanerado e histriónico, mientras que a Will se le ha
35
tachado de ser “poco gay” . Jack es promiscuo y se define a sí mismo como actor y bailarín,
aunque siempre está desempleado y su talento es cuestionable. Will, por otro lado, es un
responsable abogado y considera que no termina de encajar en el colectivo homosexual. A
pesar de esto, tanto uno como el otro son feminizados al convertirse en el blanco de bromas
36
cuando otros personajes heterosexuales dudan de la masculinidad de ambos .
Esta caracterización binaria sigue siendo aparente en sitcoms no heteronormativas
como Partners, The
New
Normal o Modern
Family. Dicha caracterización, sin embargo, tiende
a mostrar en la actualidad una mayor complejidad y multidimensionalidad. Por ejemplo, en el
noveno episodio de la primera temporada de Modern
Family, los espectadores pueden ver
una faceta distinta de Cam. Mitch y Cam son padres de una niña y forman una pareja estable
en Modern
Family. Cam suele exhibir una sensibilidad y determinadas formas de actuar que
se asocian estereotípicamente con la homosexualidad, pero también puede intimidar
físicamente a otros hombres si amenazan a su novio. El hecho de que en este episodio lo
haga vestido de payaso, de camino a una actuación, hace que la percepción previa que
37
teníamos del personaje no se erradique, sino que se complete .
4
El
doblaje
de
Will
&
Grace
Aunque la serie se emitió en más de 60 países y disfrutó de una gran popularidad y
reconocimiento en los Estados Unidos, no corrió la misma suerte en España. Esto pudo ser
debido a su argumento relacionado con la cultura gay, su peculiar sentido del humor, la
escasa promoción de la serie en los medios de comunicación o su traducción para el doblaje.
En las sitcoms, los personajes homosexuales se representan frecuentemente como
personas que muestran un gran interés por la cultura popular, como demuestran las
numerosas alusiones a cantantes o actores en Partners, The
New
Normal o Will
&
Grace. Por
tanto, un correcto tratamiento de los referentes culturales en la traducción de estas series es
importante para no entorpecer su visionado. Según Rosa Agost, “la mayor dificultad que
38
plantea la traducción de estos elementos es decidir si mantenerlos o hacer una adaptación” .
Es decir, sustituirlos o no por otros más conocidos por el publico receptor o equivalentes de la
cultura de llegada.
35
COOPER, op.cit. pág. 519
36
ASSAF, Alex. University of Michigan (2012) «You’re the Worst Gay Husband Ever!”
Progress and Concession in Gay Sitcom Representation»
.<http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/2027.42/91779/alexassa.pdf;jsessionid=7
9FDB115CEB3CED29A464916D86DB78A?sequence=1> [15/09/13]
37
ASSAF
op.cit. . pág. 22
38
AGOST, Rosa. Traducción y doblaje: palabras, voces e imágenes. Barcelona: Ariel, 1999.
312
|
La domesticación extrema o exagerada fue una de las estrategias de traducción más
39
utilizadas para el doblaje de las primeras temporadas Will
&
Grace . Consiste en convertir los
referentes culturales de la cultura origen en referentes de la cultura meta. El uso injustificado
de esta estrategia puede influir negativamente en el visionado de los textos audiovisuales, ya
40
que desplaza al espectador español del contexto americano en el que se desarrolla la serie .
La traducción de los referentes culturales en las series protagonizadas por personajes no
heteronormativos también puede actuar como refuerzo de la caracterización social de los
mismos. Esto se puede observar en el séptimo episodio de la primera temporada de Will
&
Grace; en el que la actriz Bárbara Eden, protagonista de la sitcom de los años 60 Mi
bella
genio, fue traducida al español como la cantante Mónica Naranjo, fácilmente identificable
como “icono gay”.
Otra técnica de traducción utilizada en el doblaje de Will
&
Grace para caracterizar
socialmente a sus personajes es la que Hurtado llama “variación”: el cambio de elementos
lingüísticos o paralingüísticos (entonación, gestos) que afectan a aspectos de la variación
41
lingüística: cambios de tono textual, estilo, dialecto o social . En el sexto episodio de la
primera temporada se produce un cambio en el dialecto social al traducir un “Oh my God!”,
exclamado por Will, como la interjección “Oing” para la versión doblada. Se pasa de un tono
de sorpresa a una entonación afectada, que no es habitual en el personaje en la versión
original de la serie. De esta manera, se apela a los “recursos interpretativos del espectador
42
para insinuar la orientación homosexual del personaje” . Los gestos, la forma de hablar
afectada del personaje y los eufemismos en los diálogos se convierten en símbolos que el
espectador interpreta dentro de un código extradiscursivo en el que determinadas formas de
43
actuar se asocian estereotípicamente con ser homosexual” .
CONCLUSIÓN
39
GALVÁN GUANCHE, Idaira. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (2012) «El
tratamiento de los referentes culturales en la traducción de las sitcoms norteamericanas.
Un caso práctico: Will Y Grace» <http://es.scribd.com/doc/136024845/El-‐tratamiento-‐de-‐
los-‐referentes-‐culturales-‐en-‐la-‐traduccion-‐de-‐las-‐sitcoms-‐norteamericanas-‐Un-‐caso-‐
practico-‐Will-‐Grace-‐Por-‐Idaira-‐Galvan> [15/09/13]
40
WHITMAN, Candace «Cloning Cultures: The Retum ofthe Movie Mutants», en CHAUME,
Frederic. y AGOST, Rosa (eds.) La
Traducción
en
los
Medios
Audiovisuales. Universidad
Jaume I. Coleccion "Estudios sobre la Traduccion", 2001, pp: 143-‐159
41
HURTADO, Amparo. Traducción y Traductología. Introducción a la Traductologia.
Madrid:Catedra, 2001.
42
GONZÁLEZ, Beatriz y ALFEO ÁLVAREZ, Juan C. (2010) «Negociación de la visibilidad
homosexual en la ficción televisiva española»
<http://eprints.ucm.es/14913/1/Juan_Carlos_Alfeo.pdf> [15/09/13]
43
GONZÁLEZ y ALFEO ÁLVAREZ,
op.cit. pág 2
313
|
El Vicepresidente de los EEUU hizo noticia el año pasado al expresar su apoyo al
matrimonio homosexual mientras declaraba que “Will
&
Grace hizo más que ninguna otra
cosa antes para educar al público americano”.
Esta sitcom terminaba de la misma manera que The
New
Normal y Modern
Family
comenzaban años después: con una pareja de hombres homosexuales con hijos. Esta nueva
representación del colectivo ha pasado a convertirse en un estereotipo social integrado en las
sitcoms, pero la categorización binaria de los personajes aún sigue latente.
Asimismo, falta un mayor espectro de representación, ya que cuatro de los cinco
protagonistas LGBT de las series de ficción emitidas en horario de maxima audiencia en
44
EEUU durante los años 2011-‐2012 fueron hombres blancos homosexuales , obviando o
relegando la perspectiva de hombres de otras etnias, lesbianas y personas transgénero.
44
ASSAF,
op.cit. pág 49
314
|
INTEGRACIÓN
FUNCIONAL
DE
RAZÓN
Y
DESEO
EN
EL
PRAGMATISMO
DE
JOHN
DEWEY
Y
SUS
CONSECUENCIAS
PARA
EL
FEMINISMO
Marta
Vaamonde
Gamo
INTRODUCCIÓN
Dewey afirmaba que su concepción de la democracia, central en su filosofía, era deudora
de la contribución de Jane Addams, amiga de Dewey e integrante del movimiento
1
sufragista . Además, el pensamiento deweyano se fue conformando a partir de las prácticas
docentes de su famosa Escuela
Laboratorio, en la que colaboraron mujeres. Su propia esposa,
Alice Chipman, miembro también del movimiento sufragista, trabajó como directora de la
Escuela. No resulta, por tanto, extraño encontrar afinidades entre el pragmatismo deweyano
2
y el feminismo. Una de las más importantes, como subraya Charlene Haddock Seigfried , es
la vinculación de teoría y práctica que ambos defienden. Dewey y el feminismo consideran
que los valores se originan en unas circunstancias sociales concretas; como consecuencia,
entienden que la teoría tiene como cometido práctico proyectar alternativas que permitan
guiar esas situaciones hacia fines reflexivamente asumidos; en concreto, hacia una sociedad
más justa e igualitaria. Esta tarea suponía, según Dewey, abandonar un concepto sustantivo
de Razón para orientar la reflexión a la dirección inteligente de la conducta.
En definitiva, suponía explicar la razón por referencia a la conducta y al resto de las
disposiciones que la componen, deseos, intereses, hábitos, etc. Dewey llevó a cabo una
interpretación de la conducta moral como resultado de la integración inteligente de las
disposiciones de la persona. Esta visión integrada permite abandonar la oposición entre
razón y deseos que ha servido tradicionalmente para justificar la subordinación de las
mujeres, al tiempo que ha limitado el alcance de la moral, compartimentando la experiencia
humana.
En la primera parte de la exposición, presentaré el análisis funcional deweyano de la
razón, el deseo, las emociones y la imaginación en la conducta, para concluir con las
1
Cf. SEIGFRIED, Charlene, H., Feminist
Interpretations
of
John
Dewey.
Pennsylvania, The
Pennsylvania State University Press, 2001, 65.
2
Seigfried es una de las representantes más destacadas del feminismo pragmatista
contemporáneo. Cf. BARDWELL-‐JONES, Celia y HAMINGTON, Maurice (eds.),
Contemporary
Feminist
Pragmatism. Londres y New York, Routledge, 2012, 2.
315
|
consecuencias que supone en la visión de la igualdad que debe presidir las relaciones entre
mujeres y varones.
INTEGRACIÓN
FUNCIONAL
DE
RAZÓN,
DESEO
E
IMAGINACIÓN
EN
EL
PRAGMATISMO
DE
JOHN
DEWEY.
Una de las críticas que Dewey comparte con el feminismo contemporáneo es el
3
desprecio de la emotividad por parte de la tradición racionalista Ilustrada . Un desprecio
heredado por algunas corrientes actuales neokantianas y que se manifiesta en su separación
entre el ámbito público de la dignidad moral ordenado por la justicia y el ámbito privado
regido por la afectividad. Benhabib y Young coinciden en su crítica al racionalismo de la ética
4
discursiva de Habermas que excluye del ámbito de la moralidad y la justicia, los aspectos
personales identificados como privados. La creencia que subyace a ese descrédito moral de
la sensibilidad es la idea de que la racionalidad del juicio moral depende de su imparcialidad,
es decir, de abstraerse de los intereses y necesidades para lograr un punto de vista universal.
Como Benhabib subraya, este planteamiento ha supuesto una ruptura social y personal de la
experiencia humana. Socialmente, acarrea la separación genérica de dos ámbitos, el público
y el privado; personalmente, la ruptura de las disposiciones personales, pues el individuo
5
tiene que reprimir sus sentimientos y pasiones para actuar dignamente .
El pragmatismo de Dewey permite salir del debate entre primar la atención racional por
los intereses universales o la atención emocional hacia las particularidades, porque, desde su
punto de vista, la racionalidad y la emotividad lejos de oponerse, guardan una relación
funcional, es decir, se desarrollan y refuerzan a través de su integración en la conducta.
Dewey se desvía así de la reducción de la igualdad a una identidad formal lograda a través de
una razón imparcial que se abstrae de los deseos y particulariades.
Dewey se anticipó a las críticas feministas a la separación entre reflexiones y deseos. Sin
embargo, no se centró en el análisis del carácter genérico de esta separación, sino en las
consecuencias sociales de aislar la moral, centrada en los contenidos de una conciencia
6
introspectiva, de la dirección reflexiva e inteligente de las prácticas . A pesar de que los
análisis psicológicos de Dewey no se relacionaban directamente con un interés feminista,
provee de una visión naturalista de las facultades humanas, de los deseos y la inteligencia,
que resulta útil al feminismo, pues permite eliminar el dualismo razón-‐ emoción, que ha
3
Cf. PAPPAS, Gregory, John
Dewey's
Ethics. Bloomington, Indiana University Press, 2008,
199.
4
Cf. YOUNG, Iris, M. Intersecting
Voices. Princeton, Princeton University Press, 1997, 49.
5
Cf. BENHABIB, Seyla, El
Ser
y
el
Otro
en
la
ética
contemporánea. Barcelona, Gedisa, 2006
(1ª ed. 1996), 182.
6
Cf. DEWEY, John, Reconstruction
in
Philosophy
(1948), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Later
Works
of
John
Dewey (1935-‐1953). Illinois, Southern Illinois University Press,
Carbondale, 1996 (1ª ed.1991), vol.12, pp. 258-‐259.
316
|
justificado la tradicional subordinación de las mujeres a los varones, al tiempo que sitúa a los
individuos en una encrucijada. Para ser identificados como seres justos, deben suprimir sus
intereses y afectos particulares y “emanciparse” del cuidado y la atención a los demás.
7
En uno de sus trabajos más reconocidos, Human
Nature
and
Conduct de 1922, Dewey
presenta una interpretación de todos los factores psicológicos del sujeto: instintos, impulsos,
afectos, inteligencia, hábitos, etc., como funciones de la conducta, es decir, de la transacción
del individuo con el medio. En esta obra, Dewey afirma que una de las mayores tragedias de
la teoría moral ha sido precisamente, separar la racionalidad de la emotividad con estas
palabras: “La separación entre la cálida emoción y la fría inteligencia es la gran tragedia
moral. Esta separación la perpetúan aquellos que rechazan la ciencia y la previsión a favor del
afecto, así como por quienes, en nombre de un ídolo llamado razón, quisieran sofocar la
8
pasión” .
Esta separación procede, de acuerdo con Dewey, de aislar el pensamiento de la
experiencia, dotando a la Razón de un carácter sustantivo y ubicándola en un terreno
trascendental. A este respecto, Dewey afirma:
El aislamiento de la disposición intelectual frente a los hechos concretos y empíricos del
impulso biológico y la formación de hábitos, entraña el desconocimiento de la continuidad
entre mente y naturaleza […] se dice que la conciencia es un oráculo sublime independiente
de la educación y de las influencias sociales. Todas estas concepciones son consecuencia
natural de una falta al no reconocer que todo conocimiento, juicio y creencia representan el
resultado obtenido por el funcionamiento de los impulsos naturales en relación con el medio
9
ambiente .
En última instancia, según Dewey, la separación moral de la conciencia y la emotividad
es el resultado de una psicología inadecuada, que interpreta el pensamiento como una
10
facultad aislada de la conducta ordinaria . Una de las consecuencias inmediatas de aislar el
pensamiento de la conducta concreta, es pensar que procede de una facultad humana
denominada conciencia que preexiste a los condicionantes biológicos y sociales de la acción.
Esta creencia supone, en primer lugar, que el sujeto preexiste a las circunstancias sociales en
las que vive; en segundo lugar, que está dotado de una facultad racional que le permite
comprenderse a sí mismo al margen de las circunstancias y, por último, que de esa conciencia
procede la conciencia moral, que identifica al sujeto y determina su conducta al margen del
11
contexto en el que se desenvuelve su vida y su experiencia . Dewey se mostró muy crítico
7
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct (1922), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Middle
Works
of
John
Dewey (1899-‐1924). Illinois, Southern Illinois University Press, Carbondale,
1996, (1ª ed.1991), vol. 14, pp. 3-‐230.
8
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 177.
9
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 130.
10
Cf. DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14,129.
11
Cf. DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 131.
317
|
con esta visión reificada y sustantiva del agente racional, de la que se deriva la reificación del
sujeto moral. A este respecto, afirmaba: “No hay un ser ya formado detrás de las actividades;
hay actitudes, hábitos e impulsos complejos, inestables y contradictorios, que gradualmente
12
se adaptan unos a otros, adquiriendo cierta coherencia en su configuración” .
Tanto Dewey como el feminismo contemporáneo subrayan que la creencia en un sujeto
reificado excluye de la crítica moral las circunstancias sociales de las que depende el
desarrollo efectivo de la conciencia y la acción. Además, esas definiciones esencializadas del
sujeto han jugado en contra de la mujer, cuya identidad ha sido definida como
complementaria y subordinada a la del hombre. Dewey denunciaba que la imagen
socialmente prevalente de la mujer procedía de la visión desapercibidamente egoísta del
13
hombre .
Desde el punto de vista del pragmatismo deweyano, esta visión de la razón como una
facultad trascendental hace difícilmente conciliables los ideales morales con las
14
circunstancias particulares , puesto que se definen precisamente como contrafácticos, y con
las emociones, pues la racionalidad se cifra en trascender los afectos para lograr un juicio
imparcial.
Este dilema ocurre, de acuerdo con Dewey, por una consideración inadecuada de la
razón, que se supone como causa antecedente de la conducta, en lugar de entenderla por
referencia a la acción. Según Dewey, la facultad racional no se justifica trascendentalmente
por sí misma, sino que es una disposición natural que resulta y se desarrolla con la práctica y
el ejercicio. Dewey señala: “La actitud racional es la disposición que resulta, no un
antecedente ya formado que puede ser invocado y puesto a funcionar a voluntad […] la
“razón” no es una fuerza antecedente que pueda usarse como panacea, es la obra laboriosa
15
del hábito y requiere que se la ejercite continuamente” .
Lo que caracteriza a la razón es, por tanto, su cometido práctico, que consiste en lograr,
16
en palabras de Dewey: “una armonía de funcionamiento entre los distintos deseos” . Por
eso, lejos de oponerse, la reflexión y el impulso se complementan.
La reflexión, según Dewey, tiene un papel directivo en la conducta, tras una deliberación
determina un curso de acción. Ahora bien, la reflexión comienza cuando se rompe el
automatismo de la conducta pasada, y esa ruptura viene marcada por el deseo, que, de este
modo, es el motor, el impulso de la reflexión. Dewey afirma: “La inteligencia se inspira
siempre en algún impulso. Hasta el más empedernido especialista científico y el filósofo más
12
13
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 96.
Cf. SEIGFRIED, Charlene, Feminist Interpretations of John Dewey, 65.
14
Cf. DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, pp. 178-‐179.
15
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, pp. 136/137.
16
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 136.
318
|
17
abstracto están movidos por alguna pasión” . El deseo no funciona como una fuerza
mecánica, sino orgánica. No hay una sucesión entre deseo y reflexión sino que, sin el
concurso del deseo, la reflexión se paralizaría. Incluso la supuesta dedicación a la más fría
reflexión se alimenta de un deseo, el temor. A este respecto, Dewey señala: “Podemos
interesarnos demasiado en el placer de la reflexión, sentir temor de asumir la responsabilidad
de una elección y acción decisivas […] podemos imaginarnos que estamos glorificando el
amor a la verdad por la verdad en sí, cuando solo nos estamos entregando a una ocupación
18
placentera y desatendiendo las exigencias de la situación inmediata” .
Puesto que las pasiones forman parte indispensable de la conducta, la función de la
reflexión no es reprimirlas, sino cultivarlas integrándolas en la acción. Precisamente, la
conducta moral es el resultado de la integración funcional de emociones y reflexión que
19
permite su culminación y así, el crecimiento de las disposiciones y relaciones personales.
Dewey subraya: “No es que la fase emocional y apasionada de la acción pueda o deba ser
eliminada en beneficio de una razón fría e impasible. Más “pasiones” y no menos es lo que se
necesita. Para frenar la influencia del odio debe haber simpatía, en tanto que para
racionalizar la simpatía se necesitan emociones de curiosidad, cautela, respeto por la libertad
20
de los demás” .
La racionalización de la simpatía a la que alude Dewey, supone la integración culminante
21
de inteligencia y afectividad que es lo que Dewey denomina buena voluntad . Esa
integración es posible por el concurso de la imaginación.
La referencia de Dewey a la simpatía
es constante en sus trabajos, en Ethics la define con
estas palabras: “la porción de la estructura psicológica de un hombre que le permite
22
identificar los fines de los otros con los suyos propios” . Se trata de una emoción que se
desarrolla y crece integrada con la imaginación. Afirma Dewey: “La simpatía es algo más que
mera sensación, es una imaginación cultivada por lo que los hombres tienen en común y una
23
rebelión contra todo lo que los divide innecesariamente” . La simpatía, por consiguiente, no
es un mero sentimiento de compasión benevolente hacia los demás. La mera benevolencia,
17
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 177-‐178.
18
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, MW (1929), vol. 14, 137.
19
Cf. DEWEY, John, “Intelligence and Morals” (1908), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Middle
Works
of
John
Dewey (1899-‐1924), vol.4, 44.
20
DEWEY, John, “Intelligence and Morals” (1908), MW (1908), vol.4,136.
21
DEWEY, John, Democracy
and
Education
(1916), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Middle
Works
of
John
Dewey (1899-‐1924), vol. 9, 129.
22
DEWEY, John, Ethics
(1908), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Middle
Works
of
John
Dewey (1899-‐1924), vol. 5, 128.
23
DEWEY, John, Ethics, MW (1908), vol.5, 9.
319
|
afirma Dewey, es una máscara inconsciente que esconde el deseo de dictar a los demás cuál
24
debería ser su fin, en lugar de procurar su liberación .
La imaginación posibilita el crecimiento de la simpatía. En primer lugar, porque amplía
su campo de aplicación, no solo nos permite identificarnos con los más próximos, sino con
toda la humanidad; en segundo lugar, permite reconstruir imaginativamente la acción, con el
fin de compartir experiencias. Para lograrlo, se precisa mirar imaginativamente al otro, lo que
25
significa no limitarse a lo que es, sino a sus posibilidades de interacción y comunicación .
Como apuntaban las palabras de Dewey, esta imaginación
simpática es indispensable para
26
fomentar la liberación del otro y ampliar su campo de acción, creando intereses comunes .
Esa acción integrada de la emoción y la imaginación es lo que procura a la reflexión su objeto,
los bienes a evaluar. Dewey se remite al poeta Percy Bysshe Shelley para afirmar que: “la
27
imaginación es el único instrumento del bien” .
Sin el concurso de la imaginación y de la simpatía, no tendríamos noticia de los aspectos
valiosos de la situación, ni seríamos capaces de proyectar idealmente cursos alternativos de
28
acción . La imaginación relaciona creativamente la experiencia presente con las pasadas,
ofreciendo las alternativas posibles a evaluar reflexivamente. De esta manera, la imaginación
abre de modo irrestricto las posibilidades de reflexión posibilitando así el crecimiento moral.
De la misma manera que sin imaginación no hay simpatía, sino un mero sentimiento
benevolente, sin imaginación no hay evaluación y reflexión moral, sino una mera obediencia
mecánica a normas previamente fijadas. Dewey, siguiendo a Shelley, denominaba amor a
esta apertura imaginativa de la comprensión que la imaginación simpática procura. En
palabras de Dewey citando a Shelley: “El gran secreto de la moral es el amor, o ir más allá de
nuestra naturaleza para identificarnos con la belleza que existe en el pensamiento, acción o
persona […] Para que un ser humano sea realmente bueno, tiene que imaginar intensamente
29
y comprensivamente” .
En última instancia, el crecimiento y la madurez moral no se logran por medio de una
razón fría e impasible, sino por medio del amor y la buena voluntad, que implican una mirada
comprensiva, imaginativa y simpática. En la medida en que la identificación simpática con los
demás fomenta el crecimiento moral, no anula, sino que potencia la propia individualidad. En
24
Cf. DEWEY, John, Democracy
and
Education, MW (1916), vol. 9, 129.
25
Naoko Saito explica cómo el ojo poético, que conjuga la simpatía y la imaginación, es
indispensable para que el profesor logre el desarrollo personal del alumno. Cf. SAITO,
Naoko, “Dewey's Idea Sympathy and the Development of the Ethical Self: A Japanese
Perspective”, Philosophy
of
Education, vol. 1(1996), pp. 389-‐396, 389.
26
Cf. Ibídem, 129.
27
DEWEY, John, Art
as
Experience
(1ª ed. 1934), en BOYDSTON, Ann J. (ed.), The
Later
Works
of
John
Dewey (1935-‐1953), vol.10, 350.
28
Cf. PAPPAS, Gregory, John
Dewey's
Ethics, 199.
29
DEWEY, John, Art
as
Experience, LW (1934), vol. 10, 351.
320
|
otras palabras, la imagen que tenemos de nosotros mismos y las posibilidades de nuestra
acción, están mediatizadas por las relaciones con los otros, por eso, la atención a los demás
potencia nuestro desarrollo, en lugar de empobrecerlo.
Frente a la visión formal de la razón, que nos impele a abstraernos de las emociones para
preservar la supuesta imparcialidad de la conciencia, Dewey considera que la imaginación y
simpatía cultivadas permiten ampliar y dar profundidad a la reflexión, de la que depende el
desarrollo progresivo de la conciencia. De resultas, la justicia, como característica de la
corrección y racionalidad de los juicios morales, no procede de su identidad con la ley
abstracta de una conciencia introspectiva, sino de la adecuación en la conducta de todos los
factores de la acción. A este respecto, señala Dewey:
Razón, como sustantivo, significa la feliz cooperación de una multitud de disposiciones
tales como simpatía, curiosidad, exploración, experimentación, franqueza, persistencia hasta
ver el final de las cosas, circunspección para examinar el contexto, etc., […] el hombre que
cultivara inteligentemente su mente, ampliaría y no reduciría su vida de fuertes impulsos
30
cuando tendieran a su feliz coincidencia en la operación .
El problema de aislar la pasión de la imaginación y de la reflexión es que se limita la
conducta, es decir, se empobrecen sus elementos. La pasión como única guía de la acción,
mueve impulsivamente la conducta, impidiendo la deliberación y la búsqueda imaginativa de
alternativas. Si se aísla la imaginación, sus ideas se convierten en ideales desconectados del
análisis de los hechos de la situación, que, o bien se imponen violentamente o bien resultan
ineficaces. La reflexión, aislada de la pasión y de la imaginación, se aferra a una deliberación
vacía de contenido y abstracta, como en el caso de la razón racionalista y de la posibilidad de
reajustar imaginativamente la situación, como en el caso de la razón positivista.
Esta visión integrada de las emociones, la imaginación y la reflexión resulta
especialmente interesante cuando Dewey trata la igualdad de género. En lugar de reducirlo a
un principio formal, lo concibe como un principio de acción que afecta e integra todas las
disposiciones de las personas, de mujeres y varones.
En primer lugar, la igualdad de género se asienta en lo que Dewey llama: “una simpatía
31
casi instintiva entre géneros” . Sin ciertas disposiciones afectivas como la curiosidad por el
punto de vista exclusivo del otro, la
simpatía, que nos empuja a escuchar sus propuestas y
considerar las consecuencias afectivas de nuestra acción sobre los otros, o el coraje de
cambiar nuestro punto de vista si la evaluación de la otra perspectiva lo requiere; y sin la
imaginación, que nos empuja a interpretar de modo creativo la perspectiva del otro y a
buscar intereses comunes, es imposible que la igualdad de género se traduzca en las
prácticas concretas que constituyen la vida de mujeres y varones. La asunción puramente
30
DEWEY, John, Human
Nature
and
Conduct, Mw (1929), vol.14, 136.
31
DEWEY, John, “Is Coeducation Injurious to Girls?”
(1911), en BOYDSTON, Ann J. (ed.),
The
Middle
Works
of
John
Dewey (1899-‐1924). vol. 4, 162.
321
|
legalista de este principio puede conducir a justificar consciente y constitucionalmente un
principio ajeno a las prácticas.
En segundo lugar, como guía de acción, la igualdad de género tiene un cometido
práctico, transformar reflexivamente las relaciones humanas. Desde este punto de vista,
supone idear imaginativamente cursos de conducta alternativos a la situación presente que
32
sirvan como planes de acción concretos que permitan su transformación . La pura utopía no
soluciona los problemas de las opresiones sociales de las mujeres, que requieren un análisis
concienzudo de los factores concretos de la situación que condicionan su conducta, con el fin
de transformarlos y ponerlos al servicio del desarrollo de unas interacciones reflexivas y
participativas.
En las líneas expuestas, he presentado la integración funcional de las disposiciones en la
conducta moral que defiende Dewey. Su interpretación práctica de la inteligencia no solo
supone abandonar la oposición entre razón y deseo, sino que permite redefinir el significado
de la igualdad como principio que guía las relaciones de mujeres y varones. Como guía de
acción, su cometido es integrar la conducta, potenciando las relaciones comunicativas entre
mujeres y varones de las que depende su crecimiento moral, así como el progreso social
democrático.
CONCLUSIONES
Desde su pragmatismo, Dewey desarrolla una interpretación funcional de las facultades
humanas, de los deseos, la imaginación y la razón que, lejos de oponerse, se refuerzan cuando
se integran reflexivamente en la conducta. Si se aísla uno de esos elementos considerándolo
como fundamento, se limitan. Los deseos se anulan oponiéndose entre sí, la imaginación se
evade de las circunstancias impidiendo su recreación y la razón se reduce a una imposición
formal. Como consecuencia, se compartimenta la experiencia humana en un ámbito personal
presidido por la afectividad, y otro público regido por la justicia. Se incapacita entonces a la
razón práctica para guiar los asuntos personales. La visión pragmática y funcional de Dewey
ofrece una perspectiva con la que disolver su oposición formal.
La integración de las disposiciones característica de la conducta moral se expresa,
según Dewey, en la simpatía, que debe presidir las relaciones de mujeres y varones. La
simpatía engloba un conjunto de disposiciones que potencian la comunicación, de la que
depende el crecimiento moral. Así, Dewey ofrece una visión de la igualdad dirigida a la
cooperación de mujeres y varones, de la que depende su crecimiento moral y el desarrollo
social democrático.
32
Dewey interpreta los valores como fines a la vista o proyectos con los que reajustar las
condiciones existentes a determinados intereses. Cf. DEWEY, John, Theory
of
Valuation
(1939), en BOYDSTON, Ann J. (ed.) The
Later
Works
of
John
Dewey (1935-‐1953), vol.13, 222.
322
|
CUERPOS
Y
OTRAS
METÁFORAS:
TERESA
DE
LA
PARRA
Y
SUSAN
SONTAG
Nieves
María
Concepción
Lorenzo
El dolor físico jamás ha sido para nosotros más que la quinta rueda en la carroza de la carne.
BRETON Y ELUARD
Las escritoras registran el cuerpo de distintas formas: desde la ficción de la sensualidad
hasta la autobiografía de la propia experiencia traumática de lo físico. Asimismo, razones
culturales, fisiológicas y psicológicas, hacen que las mujeres establezcan una relación
particular con la anatomía y, en concreto, con el cuerpo (también la dolencia, la pérdida y la
muerte). Hemos elegido para esta ocasión a dos escritoras: Teresa de la Parra (1889-‐1936),
venezolana nacida en París, y la niuyorquina Susan Sontag (1933-‐2004) y las distintas visiones
que estas dos autoras manifiestan acerca de la poética del cuerpo y la enfermedad.
De ascendencia canaria por la rama materna (en concreto de Tenerife), según datos que
1
aporta Louis Antoine Lemâitre , Teresa de la Parra es autora de dos novelas que se inscriben
en la modernidad literaria de las letras hispanoamericanas: Ifigenia (obra acusada de
“volteriana, pérfida y peligrosísima en manos de las señoritas contemporáneas”, 1924) y Las
2
memorias
de
Mamá
Blanca (1929) . Aunque es en fecha reciente cuando se les ha concedido
la importancia que merece en la producción de la escritora, también habría que destacar una
serie de relatos, “raros y originales” —unos publicados en la prensa francesa o venezolana,
3
otros curiosa y traviesamente inéditos tres décadas después de la muerte de la autora . No
menos importante, por el carácter de este Congreso, son las tres conferencias que Teresa de
la Parra imparte en las ciudades colombianas de Bogotá, Medellín, Cartagena y Barranquilla
1
LEMAÎTRE, Louis Antoine, Mujer
ingeniosa:
vida
de
Teresa
de
la
Parra, Madrid, Editorial La
Muralla, 1987, p. 257. Con este desafortunado e ingenioso título el estudioso
norteamericano afronta una de las biografías más exhaustivas de Teresa de la Parra. Así, el
trabajo es producto de la consulta de fuentes directas de apreciable solvencia: cartas,
documentos jurídicos y eclesiásticos, notas, fotografías, objetos, inmuebles y, por
supuesto, fuentes vivas, familiares, amigos o testigos, vinculados a la vida y la trayectoria
de la autora. Convendría aclarar también que este libro se publicó como edición no venal
“por generosidad del autor” y se distribuyó entre las bibliotecas hispánicas, todo según
consta en el propio libro.
2
Véase NIEMEYER, Katharina, Subway de los sueños, alucinamiento, libro abierto. La
novela vanguardista hispanoamericana, Madrid, Iberoamericana, 2004.
3
Pueden consultarse en la siguiente edición: BOSCH, Velia, ed., Teresa
de
la
Parra,
Obra.
(Narrativa,
ensayos,
cartas),
Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1982, pp. 407-‐425.
323
|
en 1930, tituladas conjuntamente “Influencia de la mujer en la formación del alma
4
americana” , en las que analiza el papel de las féminas en las distintas etapas de la historia
continental. El significado de una obra literaria renovadora y, además, una singular
personalidad extraña a su contexto, justifican el interés de la crítica en los diarios y en un
epistolario cada vez más extenso.
Tal vez nacida “bajo el signo de Saturno”, Susan Sontag ve la luz tres años antes de morir
la pionera Teresa de la Parra. Muy próxima a la cultura francesa (también de la Parra lo
5
estaba ), si algo define el talante de Sontag es un rabioso librepensamiento que —bien es
verdad— fue (trans)formándose con el propio tránsito vital y el curso de los acontecimientos
históricos. Activista polémica, arremetió duras críticas contra el gobierno de Estados Unidos
a raíz de los atentados del 11 de septiembre. A la hora de estudiar su obra, los diarios suponen
6
un documento de incalculable valor . Frente a ese acto de lúcida reflexión, del registro de las
experiencias personales (intelectuales o no), hay que aclarar que la pensadora no autorizó la
7
publicación de la biografía escrita por Carl Rollyson y Lisa Paddock . Ya desde una fecha muy
temprana se percató de la hibridez como principio definitorio de la cultura. Carlos Fuentes, a
quien le unió una sólida amistad, lo expresa de la siguiente manera: “Su gran aporte consistió
en revelar el valor de lo popular, la importancia de lo que parecía menos importante, el cine,
la moda, la cursilería, el camp, la relevancia de lo marginal, excéntrico, perecedero, las obras
8
del tiempo en su sentido más radical” . Sin olvidar su prolífica faceta de narradora (siempre
en primer lugar, según la conciencia de Sontag), nos ha legado títulos ensayísticos
imprescindibles, como Contra
la
interpretación (1966), Estilos
radicales (1969), Sobre
la
fotografía (1977), o el póstumo Al
mismo
tiempo
(2007), recopilación de sus últimos ensayos y
conferencias, que muestra una vez más un claro ejemplo de vitalismo y de valentía
inquebrantable.
4
Estas disertaciones fueron reunidas por primera vez bajo el título Tres
conferencias
inéditas
y, con prólogo de Arturo Uslar Pietri, fueron publicadas en Caracas, Ediciones Garrido, 1961.
Con todo, recomendamos para su consulta la edición de María Fernanda Palacios, “Tres
conferencias”, Obra
escogida, Tomo II, Caracas-‐México, Monte Ávila Editores-‐F.C.E., 1992,
pp.11-‐97.
5
Para las relaciones de la venezolana con Francia puede consultarse el trabajo de Paulette
Patout, “Teresa de la Parra, París y Las
memorias
de
Mamá
Blanca”, en Teresa de la Parra,
Las
memorias
de
mamá
Blanca, ed. crítica y coord. de Velia Bosch, Madrid, Colección
Archivos, 1988, pp. 151-‐173.
6
Constan de dos volúmenes: la primera traducción al español del tomo 1 es Renacida.
Diarios
tempranos,
1947-‐1963,
ed. y pról. de David Rieff, Barcelona, Mondadori, 2011 (la
edición inglesa había salido en 2008); el segundo tomo se titula As
consciousness
is
harnessed
to
flesh:
journals
and
notebooks,
1964-‐1980, ed. de David Rieff, Hardcover, 2012, y
no dispone todavía de versión en español.
7
ROLLYSON, Carl y PADDOCK, Lisa, Susan
Sontag.
La
creación
de
un
icono, trad. de Gian
Castelli, Barcelona, Circe Ediciones, 2002.
8
FUENTES, Carlos, “El lenguaje del valor”, El
País, 29 de diciembre de 2004.
324
|
Resultan evidentes las diferencias entre de la Parra y Sontag, pero, aparte del tema del
cuerpo, comparten la experiencia vital y ontológica de la enfermedad: la tuberculosis en
Teresa de la Parra y el cáncer en Susan Sontag. En ambos casos, pero con distintas poéticas,
esa vivencia queda transfigurada en texto: las cartas y el diario que escribe la autora
venezolana en los últimos años de su vida (Diario
de
Bellevue-‐Fuenfría-‐Madrid, 1931-‐1936); y, de parte de Sontag, el libro La
enfermedad
y
sus
metáforas (1978). A través de la historia, el cuerpo y la patología se han comportado como
distintas metáforas, pero resulta necesario afrontar la enfermedad desde perspectivas más
actuales y desmitificadoras. Si ya Pitágoras y Aristóteles establecieron los fundamentos de la
catarsis como poder curativo de la literatura y el arte —y en eso se parecen a la medicina—,
también la ebria lucidez del humor podría ser una herramienta para encarar la enfermedad,
tal vez para objetivarla y, como si fuera una fotografía, poseerla por primera vez. En este
aspecto habría que resaltar el libro Hacia
una
literatura
de
la
enfermedad, de reciente
aparición en español, de Anatole Broyard, en cuyas páginas trata estos temas desde una
óptica desacralizadora y hasta carnavalesca.
Desde el siglo XIX hasta el momento actual diversos pensadores, artistas y escritores han
prestado especial atención al cuerpo: Schopenhauer, Baudelaire, Nietzsche, Bataille, André
Breton, Salvador Dalí, Foucault, etc., cuya red de opiniones o representaciones se hace eco
del tránsito de la modernidad a la postmodernidad. A su vez, ese magisterio del cuerpo ha
ido ganando terreno a través de la evolución histórica, si bien su capacidad de provocación y
de impacto ha disminuido. En este sentido, se han desarrollado una serie de
transformaciones sociales que han repercutido en ese papel del cuerpo: “Estos cambios
incluyen el crecimiento de la cultura de consumo en el período de postguerra, el avance del
postmodernismo en las artes, el movimiento feminista y, finalmente, […] la “biopolítica” (en
la que incluiremos los cambios demográficos en la estructura de las poblaciones con el
9
envejecimiento de las sociedades industriales, la crisis del SIDA y la corrupción política)” .
En un estudio sobre la novela feminista(femenina) hispanoamericana, en el que también
se analizan las dos novelas de Teresa de la Parra, Francine Masiello advierte “una nueva
conciencia del cuerpo” de la mujer y subraya que, de hecho, las mujeres se definen “en
términos del cuerpo propio y la identidad que este produce”. Además, Masiello aclara que
estas nuevas cartografías constituyen “modos de producir una nueva identidad, de reclamar
el cuerpo de la mujer como territorio independiente”; una vez declarada la “independencia
del cuerpo”, las creadoras “empiezan a escribir”, a escribir(se) y el yo se transforma en
10
“objeto representable” . Por otra parte, Teresa de la Parra representa la imagen de la nueva
mujer de los años 20, y asimismo queda registrada en la iconografía de la autora que, incluso,
9
TURNER, Bryan S., “Los avances recientes en la teoría del cuerpo”, Reis, vol. 68 (1994), p.
25.
10
MASIELLO, Francine, “Texto, ley, transgresión: especulación sobre la novela (feminista)
de vanguardia”, Revista
Iberoamericana, núms. 132-‐133 (1985), p. 808 y ss.
325
|
11
ha dado origen a un curioso libro . Sirva de ejemplo una carta que la escritora le envía a su
amigo Rafael Carías, fechada en 1924, en la que insiste precisamente en esa “teología
cosmética”: “abuso un poco del baile en los dancings, de los tacones de 7 centímetros, de las
12
clouches muy ceñidas a la cabeza y de los vestidos fourreau” . Pero además, esa “superficie
con valor identitario” (en palabras de Rosario Castellanos) se repite en el personaje María
Eugenia Alonso, protagonista de la novela Ifigenia, en cierto sentido alter ego (ficcionalizado)
como la propia autora corrobora. De este modo la heroína se refiere a sí misma: “aquella
13
soltura, gracia y distinción adquirida en los días de mi vida parisiense” . Recién llegada de
Francia a la atrasada Caracas, María Eugenia se siente satisfecha porque —dice— “había
logrado imponer mi gusto moderno y algo atrevido, sobre el gusto rutinario, simétrico y
14
cobardísimo” . Podríamos pensar así que tanto el personaje María Eugenia Alonso como la
misma Teresa de la Parra ejemplifican perfectamente la idea de Bourdieu de que el status se
vincula en gran parte con el modo en que el cuerpo se (re)presenta en el espacio social: “El
gusto […] ayuda a dar forma a la clase del cuerpo. […] Ello lleva al cuerpo a ser la
15
materialización más indiscutible del gusto de clase” . Sin embargo, en relación a los
verdaderos paralelismos entre la protagonista de Ifigenia
y Teresa de la Parra, María
Fernanda Palacios apunta que no se trata de las similitudes de la propia historia, ni siquiera
de las ideas, sino del “juego de tensiones y de opuestos que va hilvanando la trama más
íntima de la vida: el instinto en pugna con el pensamiento, la lógica con la imaginación, el
16
recogimiento con la dispersión” .
Quizás por razones de salud, en cierto sentido por la muerte de su protectora Emilia
Barrios en 1924, o tal vez por la propia personalidad de la autora, o acaso porque vio
frustradas sus expectativas de ser
y de libertad, paralelamente a esa vida moderna y
transgresora, se muestra “otra” Teresa de la Parra, triste y melancólica. Ese “fastidio
profundo” parece asimilarse al spleen de fin de siglo y se acentúa una vez que le es
diagnosticada tuberculosis pulmonar en 1931.
Ataviada con una indumentaria de prendas amplias y frecuentemente oscuras y sobrias,
la imagen de Susan Sontag se identifica con un icono de la cultura ecléctica y heterodoxa que
11
BOSCH, Velia, Teresa
de
la
Parra
(Iconografía), Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1984. En su
estudio biográfico Lemaître aclara que la autoconciencia de la belleza genera en Teresa de
la Parra ese “goce de situarse frente a las cámaras de los fotógrafos”. (LEMAÎTRE, L.A., op.
cit., p. 11).
12
PARRA, Teresa de la, carta a Rafael Carías, París, 2 de marzo de 1924, Obra
escogida,
op.
cit., Tomo II, p. 108.
13
PARRA, Teresa de la, Ifigenia,
Obra
escogida, op.
cit., Tomo I, p. 39.
14
Ibid., p. 63.
15
BOURDIEU, Pierre, La
distinción.
Criterios
y
bases
sociales
del
gusto, Madrid, Taurus, 1988,
p. 170.
16
PALACIOS, Mª Fernanda, pról., en Teresa de la Parra, Ifigenia,
Obra
escogida, op.
cit.,
Tomo I, p. 11.
326
|
despunta en los años 60. Su reivindicación de la moda como una manifestación más de la
cultura la llevaron a vincularse a publicaciones como Vogue y Vanity
Fair, con la que no dudó
en colaborar con trabajos y artículos, y en la que fue portada de revista en el número de
octubre de 1983 (también lo fueron Ítalo Calvino, Philip Roth, Francine du Plessix Gray,
Woody Allen, etc.). Si por un lado la reflexión sobre lo corporal está diseminada a través de
toda su obra (el cuerpo como oposición al establishment), Sontag nos legó ensayos
visionarios y memorables como “Notas sobre lo camp” (1964), todo un desafío a la estética
elitista, o “La imaginación pornográfica” (1967), postura que más tarde revisó. Su idea del
cuerpo refuerza un posicionamiento feminista, en algunas etapas de su vida más ético que
militante-‐práctico. Ya en una fecha muy temprana, una joven Susan Sontag reconoce en su
diario que “el cuerpo de una mujer mayor, a diferencia del cuerpo de un hombre viejo, no
17
permite exhibición, ofrecimiento ni desvelamiento” . En la última etapa, en 1999, en la
introducción que escribe para el libro de fotografía Women, de su compañera Annie
Leibovitz, con un discurso directo, descarnado para el puritanismo más convencional, Sontag
se expresa con contundencia, realismo y libertad:
Ya sean famosas o desconocidas, cada una de las casi ciento setenta mujeres de este
álbum van a ser contempladas (especialmente por otras mujeres) como modelos: modelos de
belleza, de autoestima, de fuerza, victimismo, falsa conciencia, o buen envejecimiento. […]
Nadie ve un libro de fotografías de mujeres sin percatarse de si son atractivas o no […] las
mujeres son juzgadas por su aspecto, cosa que no se hace con los hombres, y se castiga más a
18
la mujer que al hombre por los cambios que conlleva el envejecimiento .
Esta reflexión de la pensadora “sobre la fotografía” concluye con lo que ella misma
definió como el “pacto con la vergüenza del envejecimiento”, que afecta más, sin duda, al
género femenino.
Una lucidez extraordinaria, acaso de resonancias nietzscheanas, lleva a Sontag a
entender la crítica de un modo diferente, a defender una contra-‐crítica, a posicionarse —
como anota otro de sus títulos— “contra la interpretación”. Y en este sentido se opone a la
crítica (tradicional), ofuscada en descubrir el significado de la obra, obsesionada en
interpretar la obra en función del contenido, de lo que el autor “había querido decir”. Da paso
así la hermenéutica a “una erótica del arte”, al placer que (nos) produce la obra. “Lo
importante ahora —decía— es recuperar nuestros sentidos. Debemos aprender a ver más,
19
escuchar más, sentir más…” .
17
Escribe en 1961, en su diario Renacida,
op.
cit.
18
SONTAG, Susan, “Introducción”, en Annie Leibovitz, Women, Nueva York, Random
House, 1999, pp. 20-‐23.
19
SONTAG,
Susan, Contra
la
interpretación, Barcelona, Seix Barral, 1984, p. 27. Turner
señala que la “respuesta sensual y erótica del cuerpo, más que una pregunta neutral de la
mente, fue el centro de toda experiencia artística” (TURNER, Bryan, art. cit., p. 21).
327
|
Dentro de los temas atípicos —de dudoso atractivo estético para los intelectuales— que
trató Susan Sontag (la estética camp, la ciencia-‐ficción, la moda, la tortura, etc.) destaca
particularmente la enfermedad. La explicación era simple: constituía una manifestación más
de su lucha “contra los estereotipos”, propósito que justifica en el preámbulo de La
20
enfermedad
y
sus
metáforas . Bien es verdad que, en este sentido, tuvo que afrontar varias
experiencias: el fallecimiento de su padre en China en 1938, a causa de la tuberculosis,
cuando ella contaba solo cinco años; un cáncer de mama que le diagnosticaron en 1976, un
sarcoma uterino en 1997 y una leucemia letal en 2003; sin olvidar el sida de uno de sus
mejores amigos.
Pero la autora niuyorquina siempre sintió especial predilección por la medicina, vocación
—por lo menos inquietud intelectual— que —pensamos— la acompañó en su tránsito vital;
entre sus amigos figuraban médicos, como Jonathan Miller y Oliver Sacks con los que debatía
21
sobre asuntos médicos y asistía a autopsias . Además, las experiencias vitales y clínicas
facilitaron la relación, a veces de amistad, con diversos facultativos oncológicos, como
22
Stephen Nimer o Jerome Groopmann .
Si por un lado Susan Sontag era muy cauta a la hora de hacer comentarios referidos a su
23
vida privada , la experiencia del cáncer y su sensibilidad por el tema de la enfermedad, el
dolor y el sufrimiento la llevaron a la escritura de La
enfermedad
y
sus
metáforas
(una de las
obras más originales de su producción), proyecto que completaría diez años más tarde con El
sida
y
sus
metáforas
(1988). En una entrevista, la escritora confiesa que afrontó este
acontecimiento traumático de la enfermedad con inteligencia, pero también,
evidentemente, con dolor y miedo:
Caer enferma, enfrentarme a la propia muerte, verme rodeada de personas que sufren
terriblemente —muriendo, muchos de ellos— durante años es, por supuesto, una experiencia
que te cambia la vida. Después de eso ya no eres la misma persona. […] Te encuentras al otro
lado de algo que modifica por completo tu relación con la vida, que te acerca a la muerte de
tal modo que no puedes volver después completamente igual. […] uno se da cuenta, de una
manera muy dolorosa, de su propia mortalidad y, una vez más, de la extensión de todo el
24
sufrimiento humano innecesario, algo que me enfurecía” .
20
SONTAG, Susan, La
enfermedad
y
sus
metáforas/El
sida
y
sus
metáforas, ed. de Aurelio
Major, Barcelona, Random House Mondadori, 2011.
21
BENEDICT, Helen, cit. por Elaine Showalter, en “Escribir bien. la mejor revancha”, Debate
Feminista, vol. 31, núm. 16 (abril de 2005), p. 181.
22
RIEFF, David, “Nadando en un mar de muerte” , Letras
Libres, núm. 86 (febrero de 2006),
pp. 48-‐54.
POGUE, Leland, ed., Conversations
with
Susan
Sontag, University Press of Mississippi,
Jackson, 1995.
23
24
RUAS, Charles, cit. por Elaine Showalter, art. cit., p. 184.
328
|
El ser humano establece relaciones por asociación entre distintas realidades, por tanto el
sistema cognitivo acude constantemente a la metáfora para organizar e interpretar
el mundo.
Pero en ocasiones esa actitud mental, perfectamente viable y lógica, utiliza la similitud como
un eufemismo con la finalidad de dispersar, derivar u ocultar la verdadera realidad. A los
catorce años, una precoz Susan Sontag tiene un significativo reencuentro con una
experiencia infantil de la mano de La
montaña
mágica, de Thomas Mann —autor a quien
llegará a conocer directamente. Así la lectura de la obra del autor alemán, centrada en la
tuberculosis que padece el joven Hans Castorp y su estancia en un balneario de la ciudad
suiza de Davos, hace caer en la cuenta a Sontag de que la enfermedad que había ocasionado
la muerte de su padre era “el paradigma mismo de una curiosidad intelectual y espiritual”.
Décadas más tarde, nuevamente seducida por la enfermedad —como lo estuvo Mann al
escribir La
montaña
mágica— se propone escribir una reflexión que desmitifique las
enfermedades (la tuberculosis y el cáncer principalmente), depurándolas de todas sus
metáforas que no hacen sino estigmatizar al enfermo y obstaculizar la investigación. En La
enfermedad
y
sus
metáforas el propósito estaba muy claro. No se trataba de abordar “la
enfermedad física” como patología, sino del “uso que de ella se hace como figura o
metáfora” y liberar de este modo al lenguaje de sus trampas y conceder la dignidad al
enfermo:
Lo que quiero demostrar es que la enfermedad no es una metáfora, y que el modo más
auténtico de encarar la enfermedad —y el modo más sano de estar enfermo— es el que
menos se presta y mejor resiste al pensamiento metafórico. Sin embargo, es casi imposible
residir en el reino de los enfermos sin dejarse influenciar por las siniestras metáforas con que
han pintado su paisaje. Aclarar estas metáforas y liberarnos de ellas es la finalidad a la que
25
consagro este trabajo .
A pesar de las diferentes posturas vitales a la hora de encarar la enfermedad y, asimismo,
de las diferentes estéticas, también Teresa de la Parra y Susan Sontag coinciden en concebir
la escritura como tabla de salvación. En una carta que la narradora venezolana escribe en
26
Suiza en 1932, incluso llega a valorar más el ejercicio de la escritura que la salud . En otra
misiva, esta vez escrita en 1935 a su regreso a París, después de años de ausencia mientras permanecía
ingresada en distintos sanatorios suizos y franceses, confiesa que los “años de juventud se confunden
27
con el entusiasmo ya apagado de la creación literaria” . La afección pulmonar había debilitado mucho
su cuerpo y sus facultades, atrás quedaba una firme convicción, a la que no acceden todos los
escritores: la escritura como vía de aprendizaje interior, que va haciendo al creador cada vez más libre
(de la obra, los personajes, la crítica, los elogios, la censura, la vanidad). Llegado este punto, así se lo
manifestó a Miguel de Unamuno en un documento epistolar: “tuve la sensación noble y reconfortante
25
SONTAG, Susan, La enfermedad y sus metáforas, op. cit., p. 11.
26
PARRA, Teresa de la, carta enviada a Carlos García Prada, Leysin, 29 de diciembre de
1932, en Teresa de la Parra, Obra
escogida, op.
cit.,
Tomo II, p. 244.
27
Carta a Ángel Ruiz, XXXVI, p. 882.
329
|
28
de haber escrito” . Si Susan Sontag reconoce en Estilos
radicales que el silenciamiento, “la estética del
silencio” (el adiós a la escritura literaria), constituye un gesto de provocación más del escritor, en el caso
de la venezolana se trata de un acto de silenciamiento impuesto, y esa negación la incapacita para el
proceso del desdoblamiento autorial. En los últimos cinco años de vida de Teresa de la Parra, la
debilidad y el dolor no le impiden mantenerse con una particular lucidez. Esa rica vida interior o
ensimismamiento, que la propia autora define como un “misticismo sin fe”, se canaliza sobre todo a
través de la lectura (filósofos estoicos, epicúreos, escolásticos, eclécticos, neoplatónicos, libros de
29
historia, budismo, ensayos biográficos, etc.) y la escritura de cartas y diarios .
En diciembre de 1961, Sontag escribe en su diario el siguiente testimonio: “Escribo para
definirme, un acto de autocreación, en un diálogo conmigo misma, con escritores que admiro, vivos y
muertos, con lectores ideales”. Sin duda, la experiencia de la enfermedad amplió significativamente su
idea de la escritura ya de por sí iconoclasta. El cáncer había despertado en Susan Sontag un “profundo
sentimiento de compasión hacia el sufrimiento humano”, y la propia autora confiesa que “no quería
escribir”, sino estar con la gente y hablar sobre la vida y la muerte. Pero un alto grado de conciencia de
la escritura hizo que continuara la trayectoria literaria (“Seguí trabajando, por propia dignidad”, aclara
Sontag). La muerte próxima generó en la escritora un decidido ejercicio de la libertad y un sólido
compromiso con las ideas (la igualdad, la justicia, el feminismo, etc.); una vez más había comprendido
30
que “escribir
bien es la mejor revancha” . Con todo, quedó pendiente la intención de Susan Sontag de
escribir un tercer libro “más autobiográfico” sobre la enfermedad.
CONCLUSIONES
La representaciones imaginarias y la reflexión sobre el cuerpo y la enfermedad permiten una
reconstrucción de la historia y del espacio social. Al respecto, las escritoras Teresa de la Parra y Susan
Sontag adoptaron soluciones diferentes: la sensualidad, la vida interior y un ars
moriendi, en el primer
caso; y las formas radicales y la escritura desafiante, en el segundo.
28
PARRA, Teresa de la, carta a Miguel de Unamuno, Leysin, 5 de abril de 1932, en Teresa de
la Parra, Obra
(Narrativa,
ensayos,
cartas),
op.
cit., p. 560.
29
PARRA, Teresa de la, “Diario de Bellevue-‐Fuenfría-‐Madrid (1931-‐1936)”, en BOSCH, Velia,
ed., Teresa
de
la
Parra,
Obra.
(Narrativa,
ensayos,
cartas),
op.
cit.,
pp. 447-‐469.
30
RUAS, Charles, cit. por Elaine Showalter, art. cit., p. 185.
330
|
SUBJETIVIDAD
FEMENINA
CORPOREIZADA
EN
LA
PELÍCULA
AUF
DER
ANDEREN
SEITE
(FATIH
AKIN,
2007)
Noemí
López
Álvarez
INTRODUCCIÓN
El cine de ficción desde sus inicios se ha constituido como uno de los discursos culturales
de las emociones; lo visual juega un papel importante en la producción de afectos mediante
la generación de intensas sensaciones corporales en el espectador —lo que se ha
1
denominado haptic
visuality — y
de
formas de identificación entre los sujetos espectadores y
los sujetos personajes. Como tendremos oportunidad de comprobar a lo largo del trabajo, la
filmografía de Fatih Akin, y en especial la película escogida, Auf
der
anderen
Seite, permite
este tipo de relaciones identificativas.
La focalización en las emociones como fundamento de análisis es relativamente reciente
debido a que tradicionalmente han sido consideradas como subordinadas a la razón, al igual
que lo corporal, al asociarse al ámbito de lo femenino. Sin embargo, ya Spinoza sostenía que
las emociones determinan y conforman lo que los cuerpos pueden hacer. Asimismo, la
teórica feminista Sara Ahmed desarrolla una política cultural de las emociones como crítica
tanto al psicologismo como al construccionismo social, puesto que pensar en las emociones
hace necesario reflexionar sobre la materialidad de los cuerpos y, en consecuencia, sobre la
2
dimensión corporal de las emociones . Ahmed parte de diversos discursos periodísticos y
políticos, lo cual consideramos extensible el ámbito de los discursos ficcionales, en tanto que
productos culturales que reflejan y crean emociones.
Situar nuestra investigación en el seno del pensamiento deleuziano, perteneciente a la
tradición spinozista, nos permite entender la feminidad, la subjetividad femenina y la
corporeidad como positivas, al tiempo que defendemos un concepto no oposicional de la
diferencia, siendo lo social y lo psicológico dimensiones interrelacionadas. Ahmed, por su
parte, critica la separación objetiva de lo individual y lo social, así como de lo interior y lo
1
SHAVIRO, Steven, Cinematic
Body
(Theory
out
of
Bounds). Minneapolis, University of
Minnesota Press, 1993.
2
El carácter social de las emociones se ha explicado según dos modelos: ‘inside out’ (las
emociones como estados psicológicos) y ‘outside in’ (las emociones como prácticas sociales
y culturales). Véase AHMED, Sara, The
Cultural
Politics
of
Emotion. Londres y Nueva York,
Routledge, 2004.
331
|
exterior, propuesta por las denominadas “economías afectivas”, y defiende que son
3
precisamente las emociones las que sirven para delimitar dichos ámbitos . Considera que
estas conllevan cuestionamientos críticos y públicos, lo cual puede llevarnos hacia nuevas
formas de conocimiento ya que, como Spinoza y Deleuze explicaron, las capacidades no
pertenecen a los individuos en tanto que tales, sino que remiten a la manera en que unos
cuerpos son afectados por otros. Ahmed combina así el modelo de la intencionalidad
emocional —las emociones están compuestas por formas afectivas de reorientación hacia un
4
5
objeto y por ello son intencionales— con el del afecto como contacto .
A estas consideraciones hemos de añadir las relecturas y reformulaciones que teóricas
feministas, como Elizabeth Grosz o Vivian Sobchack, han realizado de la obra de Merleau
Ponty, Michel de Certeau y Foucault, entre otros. Así, de la fenomenología del primero
tomamos la idea de que la mente (consciousness) viene definida por su carácter corpóreo,
siempre basada en relaciones sensoriales y corporales; de los últimos, la caracterización del
cuerpo como objeto social, como texto escrito por distintos regímenes de poder y, en
definitiva, como una entidad conformada por diversos discursos culturales.
La necesidad de centrar el trabajo investigador en el cuerpo viene dada por su crucial
importancia para entender la existencia, tanto física como social, de las mujeres, en tanto
que el cuerpo es una entidad política, cultural, social y discursiva; los cuerpos son construidos
por discursos de diversas maneras que pretenden constituir y validar las relaciones de poder
entre hombres y mujeres; sin embargo, los cuerpos también pueden funcionar como lugar de
protesta y reivindicación en distintas luchas. Si las prácticas discursivas no pueden separarse
de las relaciones de poder, entonces su análisis resulta necesario para comprender estas
últimas, lo cual explica la importancia de afrontar el estudio crítico de la producción fílmica y
de los cuerpos de mujeres que nos muestra, como veremos en los personajes femeninos
principales de Auf
der
anderen
Seite.
Antes de exponer el marco teórico y aplicarlo al análisis de Auf
der
anderen
Seite, en
concreto a Yeter y su hija Ayten y a Susanne y su hija Lotte, así como a las relaciones de base
emocional que se establecen entre ellas, me gustaría delinear brevemente algunos de los
aspectos básicos que conforman las ideas del cineasta y su producción.
3
Las “economías afectivas” se basan en el presupuesto de que los sentimientos son
resultado de la circulación de los afectos.
4
Otros modelos de relación entre emociones, sensaciones corporales y habilidades
cognitivas serían, por un lado, la posición defendida Descartes y Hume, entre otros, según
la cuál las emociones están principalmente relacionadas con las sensaciones corporales; por
otro lado, Aristóteles las relacionaba con la cognición.
5
AHMED, Sara, Queer
Phenomenologies:
Orientation,
Objects,
Others. Durham y Londres,
Duke University Press, pp.181-‐183
332
|
FATIH
AKIN
Y
AUF
DER
ANDEREN
SEITE
Fatih Akin, nacido en Hamburgo en 1973 en el seno de una familia turca, estudió
Comunicación Audiovisual y comenzó su carrera de la mano del cortometraje y de la
compañía Wüste Filmproduktion, con la que trabajaría hasta formar la suya propia, Corazón
Internacional. En 1998 dirigió su primer largometraje, Kurz
und
schmerzlos, seguido tan solo
dos años después por Im
Juli en el que aparece la road movie, un elemento de gran
importancia en la narrativa audiovisual de sus últimos filmes. Posteriormente, con Wir
haben
vergessen
züruckzukehren (2001), se adentra en el terreno documental, realizando un
reportaje en torno a sus padres, en el que el eje central es su condición de inmigrantes. Al año
siguiente, ya en la ficción, Solino nos muestra la historia de una familia inmigrante italiana en
Alemania.
A lo largo de esta época sienta las bases de su discurso y con Gegen
die
Wand (2004)
entra en la escena internacional, asombrando con un guión férreo y un montaje muy cuidado,
en el que la música actúa como “espejo de lo que sucede en el guión y pauta para la imagen”
6
y los personajes se caracterizan por ser extremos y desubicados . El quinto largometraje de
Akin, Auf
der
anderen
Seite (2007), es paradigmático de su manera de hacer cine con una
puesta en escena al servicio del discurso, razón que ha influido en su elección para este
trabajo. En ella nos ofrece el retrato de unas vidas cruzadas, destinadas a influirse y a no
encontrarse.
Un aspecto clave para comprender su filmografía es su concepto de “Heimat”, que asocia
al “sentir del nuevo viejo continente, el de las segundas generaciones de inmigrantes”; de
hecho, Akin no vuelve la vista a la Historia, sino que se centra en la intrahistoria, en lo
personal, en lo cercano. La inmediatez juega, asimismo, un papel clave a la hora de retratar
los sentimientos y estados de ánimo, especialmente en filmes como Gegen
die
Wand o Auf
7
der
anderen
Seite .
Fatih Akin se ha situado entre Estambul y Hamburgo, alejándose de los cánones del cine
turco y del alemán, tanto de la escena contemporánea, como de la denominada “escuela de
Berlín” y de la producción historicista que se desarrolló a partir de la década de los 90; sin
embargo, ha contribuido de forma decisiva a la renovación del cine germano, tomando
influencias tan diversas como Scorsese o Fassbinder, y nombres actuales como Mathieu
Kassovitz o Alejandro González Iñárritu.
En una entrevista concedida a Rüdiger Suchsland, Akin reconoce las rupturas estilísticas
que dominan su producción y las relaciona con el estado de ánimo en el que se halla cuando
6
KOVACSICS, Violeta, «Introducción. La nostalgia emancipada», en KOVACSICS, Violeta
(ed.), Fatih
Akin.
El
hogar
errante. Festival Internacional de Cine de Gijón, Gijón, 2009, pp. 9-‐
16, p.13
7
KOVACSICS, Violeta, «Introducción. La nostalgia emancipada», En KOVACSICS, Violeta
(ed.), Fatih
Akin.
El
hogar
errante. Festival Internacional de Cine de Gijón, Gijón, 2009, pp. 9-‐
16, p.15. Cursiva en el original.
333
|
dirige una determinada película; en el caso de Auf
der
anderen
Seite, destaca que se
8
encontraba pensativo . Asimismo explica cómo sus películas se estructuran en torno a la idea
del hogar, un hogar dinámico que se va conformando mediante viajes y movimientos en
9
conflicto, como es el caso de la película que nos ocupa .
Se han realizado diversas interpretaciones tanto de la producción de Akin en general
como de esta película en concreto, especialmente de tipo político, a pesar de que el propio
director rechaza la idea de crear con la meta de influir o reflejar cuestiones de esa índole. Así,
hay quien ha querido ver la filmografía de Akin como una “utopía emocional y geográfica”
que pretende guiarnos hacia una “epifanía de la reconciliación”, siendo Auf
der
anderen
Seite
una visión de una Europa plural que ha de solucionar las confrontaciones existentes antes de
volver a pensar en utopías. Se pretende interpretar el final de la película como una
“ceremonia de integración” entre Alemania y los inmigrantes turco-‐alemanes, encarnados en
10
Susanne y Nejat .
En esta contribución nos alejamos de una interpretación de índole simbólica y política
para ofrecer una visión en clave humana, con las emociones y las mujeres que las viven como
eje. Partiremos de las afirmaciones del propio director al calificar el filme como humanista,
pues está impregnado de fe en la bondad humana, algo que la crítica internacional consideró
11
impropio de un mundo marcado por el individualismo y el cinismo . El humanismo
constituiría el remedio para paliar el desarraigo cultural de los personajes, “un síntoma de
una dislocación espiritual mucho más profunda” que tendría como única solución posible “la
12
conexión forsteriana con otros seres humanos” . Asimismo, hay que tener presente la
contribución de Tim Bergfelder que en su artículo “Love beyond the nation: cosmopolitanism
and transnational desire in cinema” (2012) se aproxima a Auf
der
anderen
Seite desde el
concepto “vernacular cosmopolitanism”, el cual puede ofrecer un acercamiento más
13
productivo “to the emotional and ethical investment in transnational exchanges” . El
término, acuñado por Homi Bhabha, ha sido desarrollado por Mica Nava, quien lo considera
8
El carácter reflexivo del “sense of belonging” es algo propio de la modernidad como
sostiene Anthony Giddens en su obra de 1991 Modernity
and
Self
Identity. Cambridge, Polity
Press
9
SUCHSLAND, Rüdiger, «Entrevista con Faith Akin. “Soy el eterno estudiante de cine”».
Traducción de Luis Álvarez-‐Mayo. En KOVACSICS, Violeta (ed.), Fatih
Akin.
El
hogar
errante. Festival Internacional de Cine de Gijón, Gijón, 2009, pp. 17-‐43
10
LOSILLA, Carlos. «La fantasía de la reconciliación. Una cierta idea de Europa», en
KOVACSICS, Violeta (ed.), Fatih
Akin.
El
hogar
errante. Festival Internacional de Cine de
Gijón, Gijón, 2009, pp.47-‐64
11
Véase: Entrevista con el director en el documental Fatih
Akin.
Tagebuch
eines
Filmreisenden (2007), dirigido por Monique Akin.
12
WHEATLEY, Catherine, «Edge
of
Heaven». Sight&Sound, vol.18, núm. 3 (2008), pp. 62-‐64
13
BERGFELDER, Tim, «Love beyond the nation: cosmopolitanism and transnational desire
in cinema», en PASSERINI, Luisa, LABANYI, Jo y DIEHL, Karen (eds.), Europe
and
Love
in
Cinema. Bristol y Chicago, Intellect, 2012, pp.61-‐83, p.61
334
|
un conjunto de actitudes cotidianas que indican “a loosening of national identifications and a
14
positive engagement with difference” . Además, Nava introduce el concepto de “visceral
cosmopolitanism” en referencia a la otredad como objeto de identificación a un nivel
emocional, un primer paso en la educación emocional necesaria para alcanzar la
normalización de la diferencia.
Consideramos con Bergfelder que la película está estructurada en torno a las
interacciones emocionales de los personajes, reflejando el potencial transformativo del amor
y del intercambio cultural; además, podemos sostener que Fatih Akin “sides with a
pragmatic, everyday cosmopolitanism grounded in concrete affective relations and flexible
15
ethical choices that shares many similarities with the visceral cosmopolitanism” .
2.
PERTENENCIA
(BELONGING),
ÉTICA
DEL
CUIDADO
Y
CORPOREIDAD:
EJES
PARA
EL
ANÁLISIS
DE
LAS
MUJERES
EN
AUF
DER
ANDEREN
SEITE
(AKIN,
2007)
Nira Yuval-‐Davis reflexiona sobre la noción de pertenencia
—belonging— y la define
16
como “an emotional (or even ontological) attachment, about feeling ‘at home’” ; tales
sentimientos de pertenencia estarían condicionados por nuestros cuerpos y su posición en el
17
mundo y serían el elemento axial en torno al cual se estructura la identidad, ya que como ha
explicado Probyn, siguiendo a Deleuze, la identidad es siempre transicional, produciéndose
18
continuamente por medio de distintos “becoming, belonging and longing to belong” . Esta
definición de la identidad como siempre en proceso ha sido también defendida por Stuart
19
Hall, que la considera contingente, múltiple y nunca completa . En palabras de Yuval-‐Davis,
la construcción dialógica de la identidad es “both reflective and constitutive. It involves both
14
BERGFELDER, Tim, «Love beyond the nation: cosmopolitanism and transnational desire
in cinema», en PASSERINI, Luisa, LABANYI, Jo y DIEHL, Karen (eds.), Europe
and
Love
in
Cinema. Bristol y Chicago, Intellect, 2012, pp.61-‐83, p.63; véase también BHABHA, Homi,
«Unsatisfied: notes on vernacular cosmopolitanism», en GARCÍA MORENO, L., y PFEIFER,
P.C. (eds.), Text
and
Nation. Londres, Candem House, 1996, pp. 197-‐207 y NAVA, Mica,
Visceral
Cosmopolitanism. Oxford y Nueva York, Berg, 2007
15
BERGFELDER, Tim, «Love beyond the nation: cosmopolitanism and transnational desire
in cinema», en PASSERINI, Luisa, LABANYI, Jo y DIEHL, Karen (eds.), Europe
and
Love
in
Cinema. Bristol y Chicago, Intellect, 2012, pp.61-‐83, p.78
16
YUVAL-‐DAVIS, Nira, The
Politics
of
Belonging. Los Ángeles, Londres y Nueva Delhi, Sage,
2011, p.10
17
ROWE, A.C., «Be Longing: Towards a Feminist Politics of Relation», NWSA
Journal, vol.
17, núm. 2 (2005), pp. 15-‐46
18
PROBYN, E., Outside
Belongings. Londres, Routledge, 1996.
19
HALL, Stuart, «Who Needs Identity?», en HALL, Stuart y DU GAY, Paul, (eds.), Questions
of
Cultural
Identity. Londres, Sage, 1996, pp.1-‐17
335
|
the individual and the collective, in an in-‐between perpetual state of ‘becoming’, in which
20
processes of identity construction, authorization and contestation take place” .
El proyecto feminista de pertenencia que propone Yuval-‐Davis vendría definido por la
ética del cuidado, en la cual emociones como el amor o la preocupación por el prójimo
adquieren un papel central; plantea, asimismo, el posible influjo de dichas emociones si se
tuviesen en consideración en la escena política. La ética del cuidado surgió para configurar
una idea de pertenencia (belonging) en tanto que moralidad, incluyendo en ella “caring
21
emotions as guiding interpersonal, familial and community relations” . La ética del cuidado
como proyecto feminista se remonta al trabajo de la psicóloga Carol Gilligan quien, en su
obra In
a
Different
Voice:
Psychological
Theory
and
Women’s
Development
(1982), establece
una distinción entre la moralidad basada en la justicia —entendiendo que el carácter
supuestamente universal de esta es masculino— y la moralidad basada en el cuidado y en el
afecto.
Los entresijos que rigen el sistema de asilo en la Unión Europea, así como la posible
inclusión de Turquía en ella —y por extensión la problemática kurda—, quedan reflejados en
la película en la persona de Ayten, que pertenece al PKK o Partido de los Trabajadores del
22
Kurdistán . El momento en que a Ayten le deniegan asilo desencadena el resto de relaciones
emocionales de la película; la negativa es debida a una serie de asunciones —no basadas en la
realidad del país— según las cuales no debía temer por su libertad ya que a Turquía se le
presupone una determinada manera de hacer política interior debido a su pretensión de
entrar en la Unión Europea. Además, ese fragmento ilustra cómo el ejercicio de la política
incluyendo en él la ética del cuidado provocaría cambios de gran calado que afectarían tanto
a los individuos como a las comunidades.
La moralidad de la ética del cuidado se basa en la trascendencia de los vínculos familiares
23
en favor de un principio universal de relaciones interpersonales ; de su combinación con la
política transversal que propone Yuval-‐Davis en Gender
and
Nation y que desarrolla en The
Politics
of
Belonging, tenemos una teoría construida en torno a las relaciones interpersonales
basadas en la reciprocidad de la confianza y del respeto. La política transversal consiste en el
reconocimiento epistemológico de que cada posición produce un determinado conocimiento
situado; es una política dialógica organizada en torno a los principios de rooting y shifting, es
decir, una persona está centrada en sus propias experiencias al mismo tiempo que es capaz de
20
YUVAL-‐DAVIS, Nira, The
Politics
of
Belonging. Los Ángeles, Londres y Nueva Delhi, Sage,
2011, p.16
YUVAL-‐DAVIS, Nira, The
Politics
of
Belonging. Los Ángeles, Londres y Nueva Delhi, Sage,
2011, p.179
22
Hay que tener en cuenta que no hay referencias explícitas a la cuestión kurda ni a la
organización independentista y ultraizquierdista, que todavía hoy es ilegal en Turquía, por
expreso deseo de Nürgul Yesilçay, quien interpreta a Ayten. Véase la entrevista ya citada.
23
YUVAL-‐DAVIS, Nira, The
Politics
of
Belonging. Los Ángeles, Londres y Nueva Delhi, Sage,
2011, p.195
21
336
|
mostrar empatía hacia posicionamientos diferentes, posibilitando el establecimiento de un
diálogo sin homogeneizar a las partes.
A través de los personajes femeninos de la película de Fatih Akin podemos observar cómo
se establece este tipo de relaciones. Ayten mantiene una fe ciega en la organización en la que
milita, pero logra liberarse del extremismo y de la violencia que implica sin dejar de creer en la
causa, debido al dolor del duelo por la pérdida de Lotte y al ser capaz de comprender el
posicionamiento de Susanne. Esta, por su parte, tras el asesinato de su hija Lotte, transforma el
duelo —una emoción negativa— en algo constructivo y que tiene consecuencias positivas, tanto
para ella como para Ayten; la lectura del diario de su hija le permite comprenderla y eso la
induce a ayudar a Ayten, continuando así el propósito de Lotte. Tras el reencuentro entre ambas
mujeres, la reconciliación y el perdón dan paso al reconocimiento a nivel humano de las
necesidades emocionales de ambas, pues Susanne ha perdido a su hija, y Ayten a su madre, ya
que no la ha podido encontrar y el espectador sabe del fallecimiento de Yeter.
No solo se ponen en juego aquí los principios de rooting y shifting de la política transversal,
sino que podemos observar, igualmente, cómo si llevamos a un primer plano el cuidado y la
preocupación por los demás, las actuaciones se modifican. Las compañeras de prisión de Ayten
que pertenecen a la misma organización que ella dan muestras de un pensamiento autoritario y
jerárquico en el que la finalidad de la lucha y la organización en sí se hallan en un nivel superior a
los seres humanos que la integran, algo que no sucede en la relación que establece Ayten con
Susanne y Lotte. Las tres mujeres se relacionan a nivel emocional, interpersonal, lo que
demuestra el humanismo, basado en la bondad, del que hablaba el director al referirse a la
película.
Las emociones y la subjetividad vienen condicionadas por la existencia de un cuerpo a
través del cual se originan y se expresan; fijar la atención en la estructura corporal de ambas es
una de las estrategias que se emplean para des-‐occidentalizar el cine, esto es, para alejar la
24
producción fílmica del centro hegemónico blanco, masculino, heterosexual y occidental . Los
cuerpos son siempre sexualmente específicos y necesariamente interrelacionados con
particularidades raciales, culturales y de clase, como queda patente en diversas escenas del
filme. En primer lugar, debemos destacar el apartado que la narración fílmica dedica a Yeter y,
en segundo lugar, la vivencia y expresión de la sexualidad no normativa entre Lotte y Ayten.
El trabajo de Yeter como prostituta, en el cual adopta la identidad ficticia de Jessie, la
lleva a mantener relaciones sexuales con Ali, quien le propone vivir con él y mantener
relaciones solo con él. Ella acepta ese contrato por miedo a las represalias por parte de
hombres anónimos turcos, quienes al descubrir su origen y religión, se consideran dueños de
sus decisiones y guardianes de la comunidad a la que ella pertenece por nacimiento y fe. Ella
admite dicha pertenencia en una conversación con ellos y debido al miedo se muda a casa de
24
BÂ, Saër Maty y HIGBEE, Will, «Introduction: de-‐Westernizing film studies», en BÂ, Saër
Maty y HIGBEE, Will (eds.), De-‐Westernizing
Film
Studies. Abingdon y Nueva York,
Routledge, 2012, pp.1-‐15
337
|
Alí, pensando que allí se sentirá protegida; tras el infarto del hombre, se dedica a su cuidado,
pero él termina asesinándola en el transcurso de una discusión en la que afirma ser su dueño
y tener plena capacidad decisoria sobre su cuerpo y sus movimientos.
Respecto a la relación entre Lotte y Ayten, debemos destacar que la inclusión de
sexualidades no normativas en el discurso fílmico se erige en una forma más de contribuir a
des-‐occidentalizar el cine; a eso se añade el hecho de que la pareja que se forma sea
interracial. Las especificidades de las distintas existencias corporales ayudan a desestabilizar
el paradigma que se considera normativo y universal; la inclusión de tales identidades nos
permite ser conscientes de las diferencias que se dan en nuestras maneras de ser y estar en el
mundo y de percibirlo, maneras afectivas y corpóreas todas ellas, pero diversas. Así, se
incrementan las posibilidades de reconceptualizar las cuestiones relativas a la identificación,
abarcando las dimensiones corpóreas de la subjetividad. Estas ideas remiten al materialismo
vitalista propuesto en la teoría nómade de la filósofa Rosi Braidotti, lo que podemos
relacionar con la reinterpretación que del monismo de Spinoza han realizado las
25
investigadoras feministas Moira Gatens o Elizabeth Grosz . Estas nos ofrecen una visión del
cuerpo como un proceso productivo y creativo, que no puede ser conocido de forma
definitiva, ya que varía a lo largo del tiempo, razón por la cual el cuerpo se entiende como una
serie de procesos of
becoming, más que como un estado fijo de ser.
3.
CONCLUSIÓN
Como hemos tenido ocasión de comprobar gracias al filme Auf
der
anderen
Seite, la
inclusión de las emociones, bien a través de la política transversal, bien por medio de la ética
del cuidado, modifica las relaciones interpersonales y plantea la posibilidad de introducir
cambios a nivel institucional. Fatih Akin está postulando como fundamento de la moralidad
la bondad humana, la cual se manifiesta en la manera en que las personas modifican su
identidad y construyen un hogar dinámico a través de las emociones, entendidas como
sentimientos corporeizados. Las relaciones identificativas de índole emocional que tienen
lugar se deben a que “the desire for connection generates likeness at the same time that
26
likeness is read as a sign of connection” .
Debemos recordar que solo en virtud del lived
body
—entendido como “an objective
subject and a subjective object: a sentient, sensual, and sensible ensemble of materialized
25
Para una visión completa y actual del pensamiento de Rosi Braidotti, véase su obra
Nomadic
Theory.
The
Portable
Rosi
Braidotti. Nueva York, Columbia University Press, 2011.
Para cuestiones relativas a la corporeidad, véanse: GATENS, Moira, Imaginary
Bodies:
Ethics,
Power
and
Corporeality. Londres, Routledge, 1995 y GROSZ, Elizabeth, Volatile
Bodies:
Toward
a
Corporeal
Feminism. Bloomington, Indiana University Press, 1994
26
AHMED, Sara, Queer
Phenomenologies:
Orientation,
Objects,
Others. Durham y Londres,
Duke University Press, 2006, p.122
338
|
27
capacities and agency” — podemos relacionarnos con los demás, afectarlos y vernos
afectados por ellos, gracias al contacto y a la orientación de las emociones. Esto sucede tanto
entre los personajes del filme como entre estos y el espectador, pues el discurso cultural
cinematográfico genera visualmente “intersubjetive forms of attachment that can extend or
28
challenge the spectator’s sense of bounded identity”.
27
SOBCHACK, Vivian, Carnal
Thoughts:
Embodiment
and
Moving
Image
Culture. Los
Ángeles, Londres, Berkeley, University of California Press, 2004, p.2. Cursiva en el original.
28
«Introduction», en PASSERINI, Luisa, LABANYI, Jo y DIEHL, Karen (eds.), Europe
and
Love
in
Cinema. Bristol y Chicago, Intellect, 2012, pp.1-‐24
339
|
Representaciones
del
género
en
la
literatura
340
|
«NO
QUIERO
MARIDO,
NO»:
MUJERES
SIN
HOMBRES
(DE
MELIBEA
A
LA
SERRANA
GILA)
Carlos
Brito
Díaz
Mucho antes de que la mujer obtuviera estatuto de persona jurídica y reconocimiento de
su entidad con arreglo a derecho en el código socio-‐moral, la literatura española deslizó
valientes y precoces recreaciones del imaginario femenino durante el Siglo de Oro. Al
embozo de la ficción el paisaje antropológico de la diferencia
de sexos sorteó los escollos de
una sociedad y de una cultura nada proclives al desembarazo de la mujer que, en paradoja y
merced a las representaciones artísticas, obtiene la condición de sujeto y una dignidad que le
negaba la miopía de un universo a la medida del varón. Presumiblemente, el progresivo
ennoblecimiento de la mujer como paradigma literario fluya en consonancia con una
apreciable modificación del modelo sociocultural. En el ámbito de la cultura artística y,
especialmente literaria, la percepción del predominio del varón en la creación puede
interpretarse, al menos parcialmente, por un problema de visibilidad de la mujer y no por la
acreditación de su inexistencia: Nieves Baranda cita, en su búsqueda de escritoras del Siglo
1
de Oro, una nómina que no desciende de quinientos nombres .
El carácter extemporáneo de una selección de tipos femeninos de la literatura española
de los siglos XV, XVI y XVII contrarias o, al menos, ausentes de las convenciones morales y
sociales coetáneas (la desenvuelta Melibea de La
Celestina, la vitalista Aldonza-‐Lozana-‐
Vellida en La
Lozana
andaluza, la sensata pastora Marcela del Quijote y la indómita Gila en La
serrana
de
la
Vera, entre otras) perfila un paradigma heterodoxo de mujer ajeno a lo
consolidado en su tiempo y avisa de la creciente naturalización de una imagen femenina en
nada complaciente con lo que se esperaba de ella, según los modelos ideológicos acordes a la
moral o distraídos de ella, como es el caso de la prostituta. Todas trazan patrones que
anticipan el prototipo de la mujer contemporánea en su ejercicio de libertad, sentido común,
determinación, emancipación y transgresión de las pautas preestablecidas para su
comportamiento, pensamiento y posición. Aun describiendo casos aislados estas mujeres se
1
BARANDA, Nieves, «Las escritoras españolas en el siglo XVI: la ausencia de una tradición
literaria propia», en MONTEJO, Lucía y BARANDA, Nieves (coords.), Las
mujeres
escritoras
en
la
historia
de
la
Literatura
española.
Madrid, UNED, 2002, pp. 33-‐54. Una mirada
femenina aunque no feminista la aportan las dramaturgas María de Zayas, Feliciana
Enríquez de Guzmán y Leonor de la Cueva: véase la edición de sus piezas en Teatro
de
mujeres
en
el
Barroco.
Madrid, Asociación de Directores de Escena de España, 1994.
341
|
desvían de lo previsible y la divergencia
se define como un ideal y no sólo como un arquetipo
de contraste.
El Siglo de Oro ve convivir, como en el Medievo, tratados favorables a las condiciones de
las mujeres (Juan de Espinosa, Cristóbal de Acosta) con alegatos antifeministas amparados
en la ciencia (Huarte de San Juan) o el prejuicio literario (Castillejo); con todo, resultan
inquietantes aquellos testimonios partidarios de restringir a la mujer al universo doméstico
bajo el tamiz de la doctrina cristiana (fray Luis de León) o desde una posición erasmista
2
(Pedro de Luxán o Luis Vives) , que defiende el acceso de la mujer a las letras no sólo por
utilidad sino por necesidad, pero confina su actividad docente a la familia. Tal vez la paradoja
más flagrante sea la convivencia de actitudes nada proclives a la consideración de la mujer en
la prosa divulgativa o doctrinal con el culto neopetrarquista a la dama en la poesía o en los
otros géneros de ficción en prosa (con la excepción de la picaresca). La dama descrita en el
nuevo culto poético, la donna
angelicata, es una convención neutra y ajena que en nada
atiende a la controvertida casuística femenina de la época. El petrarquismo aísla a la mujer en
un microcosmos platónico donde se invisibiliza como sujeto, se anestesia como problema y
se invalida como discusión. El tempo
irreal de las madonne y la ucronía del mito petrarquista
propician, sarcásticamente, una desnaturalización de la mujer toda vez que propicia una
3
conceptualización de la misma como objeto y no como sujeto .
En esta consideración de lo femenino fluye otra vertiente de representación literaria: la
novela picaresca, la narrativa erótica, la comedia y otros géneros populares promueven una
realización de la mujer en las coordenadas de una realidad más ajustada, donde desbrozan su
propensión transgresora y su defensa de la libertad y del patrimonio. Las figuras de la
prostituta vocacional (Lozana), de las doncellas no sumisas a la voluntad paterna (Melibea) ni
a la de los enamorados (Marcela), de las damas que critican con sus criadas a sus maridos o
que se enfrentan a personajes masculinos por su derecho a la educación, de las que asisten
con alborozo a las comedias haciéndolas “tarea de todo el día”, como describe
2
Véase el panorama de OÑATE, María del Pilar, El
feminismo
en
la
literatura
española.
Madrid, Espasa-‐Calpe, 1938, especialmente pp. 88 y sigs. Como bien advierte CRUZ, Anne
J., «La búsqueda de la madre: Psicoanálisis y feminismo en la literatura del Siglo de Oro»,
en SAINT-‐SAËNS, Alain (dir.), Historia
silenciada
de
la
mujer.
La
mujer
española
desde
la
época
medieval
hasta
la
ocntemporánea.
Madrid, Editorial Complutense, 1996, pp. 39-‐64, los
tratados de Espinosa y de fray Luis de León “por mucho que apoyen a la mujer … revelan
que comparten la creencia prevaleciente en la inferioridad intelectual, moral y física de la
mujer” (p. 51).
3
PORRO HERRERA, María Josefa, Mujer
“sujeto”/
mujer
“objeto”
en
la
literatura
española
del
Siglo
de
Oro. Málaga, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Científico de la
Universidad de Málaga, 1995: «Surgió así la mujer inasible, irreal, etérea, pero siempre
objeto de deseo, objeto erótico, eso sí, sublimado con los velos del lenguaje cortés o del
neoplatonismo, pero en la que no se atisba ni un átomo de conflicto psicológico del
conflicto que la entretiene: el amor» (p. 88).
342
|
4
pintorescamente Juan de Zabaleta , o de las disfrazadas de varón en busca de la reparación
de su honor u honra agraviados están más cerca de la cotidianidad a pesar de estar
contaminadas de ficción. El rasgo común de estas mujeres, a pesar de ser creaciones
5
masculinas, es el de simular dar voz a la mujer misma .
En ambas centurias se repiten los temas de discusión feminista: el derecho a la cultura y
la libertad de elección amorosa. En el primer caso las mujeres son objeto de escarnio, como
corresponde a los estereotipos de las cultas
latiniparlas,
en expresión quevedesca, o de las
preciosas,
en su versión francesa: los dramaturgos se aplicaron a la sátira de las mujeres
instruidas, espejo risible de las damas eruditas de la época, que convirtieron por contraste en
idóneas a las mujeres con dedicación exclusiva al hogar. El acceso a la cultura se vincula a la
disposición de elección amorosa hasta el extremo de ser excluyentes: al dictado de muchas
voces coetáneas la mujer no precisaba ser discreta ni docta para ser amada y cuyos atributos
eran liviandad, ligereza, vanidad, maledicencia o fingimiento.
La pujanza de la mujer, desde la perspectiva de la ficción literaria, queda acreditada en la
gestión de la trama, cuya responsabilidad se le otorga a menudo en exclusiva: sin los modelos
de la dama intrigante y vengadora de sí, de la doncella escéptica, de la dueña astuta y
urdidora, de la campesina desconfiada y taimada, de la meretriz avezada o de la tercera
omnisciente, entre otras, no pueden entenderse géneros como la novela cortesana, la
comedia de enredo, las piezas de honor, la narrativa erótica, la tradición celestinesca, el linaje
entremesil y la mayor parte de la literatura satírica o moralista. Y ello sin olvidar el
6
efervescente horizonte de las criadas o graciosas y sus estimulantes variaciones . La rica
4
ZABALETA, Juan de, El
día
de
fiesta
por
la
mañana
y
por
la
tarde
[1654], CUEVAS, Cristóbal
(ed.).
Madrid, Castalia, 1983, p. 317.
5
Un sucinto pero no menos sugerente análisis nos ofrece BIRRIEL SALCEDO, Margarita
María, «Mujeres y género en la España del Siglo de Oro», en MARTÍNEZ BERBEL, Juan
Antonio y CASTILLA PÉREZ, Roberto (eds.), Las
mujeres
en
la
sociedad
española
del
Siglo
de
Oro:
ficción
teatral
y
realidad
histórica.
Universidad de Granada, Caja de Ahorros de
Granada, 1998, pp. 37-‐55: la historiografía crítica de la familia ha desbrozado vías de
conocimiento de la vida de las mujeres merced a la consulta de los libros sacramentales de
las parroquias, de los contratos de compraventa, de las cartas de soldada y de servicio, de
los arrendamientos, de las dotes, de las arras, de los testamentos, de las tutelas, de las
donaciones o de los padrones de alcabalas: el estudio de estos testimonios notariales,
demográficos o de los que obran en los archivos de protocolos ha expurgado sabrosas
noticias del trabajo de las mujeres, de su gestión del patrimonio, de la edad de acceso al
matrimonio, de la organización familiar, de la transmisión de los bienes, del consentimiento
paterno, de los bienes gananciales, de los derechos de herencia, del adulterio y de otros
tantos asuntos que consolidan un panorama más matizado de lo previsto.
6
A este tipo dramático se consagró un monográfico: GARCÍA LORENZO, Luciano (ed.), La
criada
en
el
teatro
español
del
Siglo
de
Oro.
Madrid, Fundamentos, 2008: para una visión de
conjunto véanse allí los trabajos de CANET José Luis, «La evolución de las criadas desde la
comedia humanística hasta el teatro profesional» (pp. 15-‐34), de PROFETI, Maria Grazia,
«Funciones teatrales y literarias de la graciosa» (pp. 57-‐71) y de RUIZ, Reina, «La criada en la
comedia del Siglo de Oro: ejemplos, variaciones y denominadores comunes» (pp. 113-‐124).
343
|
galería femenina del Siglo de Oro dinamiza la gestión narrativa y teatral de las piezas; baste
un ejemplo estadístico: el ardid escénico del disfraz varonil en las mujeres delata, bajo el
resorte escenográfico, no sólo la transferencia de roles sino el principio de que el travestismo
7
propicia la articulación del enredo en virtud de una estrategia femenina .
La primera de estas mujeres en el umbral de la modernidad no es otra que Melibea, la
heroína renacentista de La
Celestina: doncella de noble condición y estimable patrimonio es
paradigma de las féminas que contrarían los dictados de su clase sin verse forzada por
circunstancia alguna que manipule su decisión. Y en la miopía de su arrebato ignora la
viabilidad de institucionalizar su relación pues no parece existir obstáculo alguno en sellar su
vínculo al ser Calisto de pareja posición. Aunque se ha justificado esta elección insólita como
homenaje a las relaciones clandestinas presentes en los libros de caballerías, de quienes
parece beber, entre otras fuentes, la obra de Rojas, lo significante es el arrojo de la muchacha
concertando las citas nocturnas, disponiendo la intimidad, afiliando voluntades de sirvientes
y subrayando su razón de vida en el brío insobornable de amar y de ser correspondida. En un
acertado quid
por
quo
del Auto XVI Melibea y su criada Lucrecia asisten ocultas a la
conversación que Alisa y Pleberio, sus padres, mantienen sobre el futuro de la doncella y los
planes de matrimonio que maquinan. En un efecto de sarcástico contrapunto la ingenuidad
de los padres queda expuesta al creer virgen a la que “un mes ha” lleva aparejadas muchas
citas amorosas con Calisto. La inutilidad del esfuerzo paterno da pie a uno de los parlamentos
en defensa de la libertad femenina más valientes de la literatura del Siglo de Oro. En su
rechazo del vínculo matrimonial subyace un alegato en pro de la dignidad femenina basada
en la autonomía; Melibea, cuyo amor inaugura la conciencia renacentista en nuestras letras,
alcanza su más alto nivel de heroicidad, no ya en el suicidio final, sino en la entereza y en la
convicción de mujer emancipada:
Déjenme mis padres gozar dél si ellos quieren gozar de mí. No piensen en estas
vanidades ni en estos casamientos, que más
vale
ser
buena
amiga
que
mala
casada. Déjenme
gozar mi mocedad alegre si quieren gozar su vejez cansada; si no, presto podrán aparejar mi
perdición y su sepultura. No tengo otra lástima sino por el tiempo que perdí de no gozarle, de
7
TORREMOCHA HERNÁNDEZ, Margarita, «Mujeres en traje de varón», La
mujer
imaginada.
Visión
literaria
de
la
mujer
castellana
del
Barroco.
Badajoz, @becedario, 2010,
pp. 339 y sigs., así como la bibliografía allí citada. La mujer se yergue en la artífice del relato
y en el fundamento motriz de su evolución. Lope de Vega utiliza este recurso en 113 piezas,
Tirso en 21 y, si bien Calderón o Ruiz de Alarcón no prodigaron el equívoco de la mujer que
suplanta la identidad masculina, sí lo emplean en alguna ocasión, de igual suerte que
Cervantes tampoco fue ajeno a la moda. De las disfrazadas de hombre en la comedia tal vez
sea la doña Juana/ don Gil de Tirso de Molina la que mejor ofrezca en esencia los más
ingeniosos derroteros del recurso del travestismo: la protagonista de Don
Gil
de
las
calzas
verdes
no sólo logra atraer de nuevo al hombre que la abandonó sino que enamora también,
bajo apariencia masculina, a la mujer por la cual aquél huyó.
344
|
no conocerle, después que a mí me sé conocer. No
quiero
marido,
no
quiero
ensuciar
los
nudos
8
del
matrimonio,
ni
las
maritales
pisadas
de
ajeno
hombre
repisar .
La intervención de la desenvuelta muchacha desliza una perspicaz reflexión sobre el
conflicto generacional, un retrato de alta penetración psicológica del egoísmo adolescente
en su alienación hedonista y una significativa manifestación de la insubordinación femenina
contra las prerrogativas del sistema patriarcal. Melibea prefigura al ser humano
contemporáneo al postular la vocación consciente del placer y la naturalización del derecho
de elección amorosa por parte de la mujer sin injerencias masculinas. Esta decisión se obra en
9
la muchacha como resultado de una desfloración antes psicológica que física : Celestina ha
sabido estimular en la doncella el autoconocimiento («después que a mí me sé conocer») en
virtud de una hábil manipulación de su deseo.
De la transición entre el mundo celestinesco y picaresco, en la vertiente literaria, y entre
el sistema medieval y capitalista, en el ámbito económico y socio-‐moral, la protagonista de
una rara
novela, La
lozana
andaluza,
adelanta en nuestras letras al tipo literario del
superviviente profesional, en este caso bajo la identidad de una cortesana, primero prostituta
mientras se lo permitieron sus encantos, y luego alcahueta cuando la belleza dio paso a la
astucia. La progresiva onomasiología del personaje (primero Aldonza, en España; luego, Lozana,
en su plenitud romana y, por último, Vellida en su otoñal retiro en la isla de Lípari) dan noticia de la
evolución de una mujer que es retrato femenino y eco de una incipiente burguesía que exhibe su
fervor por el dinero y la vida. Lozana participa del nuevo código ético basado en la
profesionalización del placer y en la aspiración al éxito social. En un clima de absoluta
8
ROJAS, Fernando de, La
Celestina,
ed. LOBERA, Francisco, SERÉS, Guillermo, DÍAZ-‐MÁS,
Paloma, MOTA, Carlos, RUIZ, Íñigo y RICO, Francisco. Barcelona, Crítica, 2000, p. 296. La
cursiva es nuestra. Frente a este alegato en defensa de la libertad individual femenina en
detrimento del sistema patriarcal, la obra desliza algún parlamento en la dirección
contraria, de suerte tal que la perspectiva de Rojas se emboza en una ambigüedad
heterogénea asociable a la hibridez ideológica de la pieza. Recordemos la citada
intervención de Sempronio en el Auto I (ed. cit., pp. 38 y sigs.) donde argumenta la vileza de
las mujeres con el concurso de autoridades que escribieron contra ellas; esta
desacreditación de las féminas ha de relativizarse como terapia para contrarrestar la
encendida exaltación de Calisto y como un parlamento cuya vehemencia se atenúa por la
filiación intelectual de su misoginia con el concurso de las referencias clásicas. Existe cierto
efecto de inautenticidad al hacer portavoz a un criado de tan altas reflexiones, si bien lo
libresco no anula el antifeminismo secular, aun reconociendo «que muchas hobo y hay
santas, virtuosas y notables cuya resplandeciente corona quita el general vituperio» (p. 39).
9
Como arguye OTIS, Handy, «La desfloración psicológica y retórica de Melibea», en
LÓPEZ-‐RÍOS, Santiago (ed.), Estudios
sobre
La
Celestina.
Madrid, Istmo, 2001, pp. 381-‐393,
la seducción se obra merced al persuasivo discurso retórico de la tercera cuyos recursos «se
usan con la intención ―y el resultado será un éxito― de convencer a Melibea de que
renuncie a su concepción del honor y acepte el amor en el mundo real … Lo que ha quedado
demostrado es que ella no es una víctima, sino que participa de buena gana y con
vehemencia en el loco
amor» (p. 393): esta omnisciente colaboración de la muchacha
subraya su modernidad.
345
|
despreocupación moral la cortesana más celebrada de Roma consigue mantenerse a flote merced
a su ambición y a su sensualidad. Sin embargo, resulta interesante que el norte de su medro
personal se articula, como condición sine
qua
non,
sobre la independencia de los hombres:
Y como ella tenía gran ver e ingenio diabólico y gran conocer, y en ver un hombre sabía cuánto
valía, y qué tenía, y qué la podía dar, y qué le podía ella sacar. Y miraba también cómo hacían
aquellas [prostitutas] que entonces eran en la ciudad, y notaba lo que le parecía a ella que le había
10
de aprovechar, para
ser
siempre
libre
y
no
sujeta
a
ninguno .
Lozana aprende pronto su estrategia: se adapta al medio y procura su beneficio a costa de
quien sea. Nos importa resaltar su pragmatismo y su lucidez como atributos de una mujer, no solo
inmune a prejuicios y exenta de escrúpulos, sino que concibe el trato masculino exclusivamente
como un negocio lucrativo cuyos beneficios le avalan su celosa independencia. Ahí radica su
contemporaneidad: su condición de profesional retribuida la hace inmune a la dialéctica de
géneros; su visión mercantil, que adelanta en buen modo el contrato humano actual, le permite
salir airosa mientras/porque proliferan a su alrededor la marginación y la corruptela.
De los tipos femeninos del Quijote
es, inequívocamente, la pastora Marcela la que ha concitado
más interés crítico en lo relativo a la prefiguración de actitudes modernas
en la mujer.
Convertida a
su pesar en la enamorada del pastor Grisóstomo, por cuyos «celos, sospecha y ausencia» éste se
suicida, se ve obligada a excusar su responsabilidad ante los amigos que lo sepultaban en presencia
de don Quijote. Lo que se presentaba como una muerte por indiferencia de la dama Cervantes lo
transforma en uno de los pasajes más entrañables y lúcidos de la novela: trasmutada en el
desaliñado hábito de pastora, la que fue dama y huye de la compañía masculina entona uno de los
discursos más sensatos de la literatura española en defensa de la coherencia personal basada en la
honestidad y en el albedrío. Marcela conjuga una reflexión perspicaz y cabal sobre el derecho a la
existencia impar: la voluntaria soledad en virtud de su retiro del mundo y la libre renuncia al
ejercicio amoroso dan pie a una meditación sobre la dictadura de la belleza y sobre las erróneas
correspondencias a que obliga la admiración ajena: «Yo conozco, con el natural entendimiento que
Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable, mas no alcanzo que, por razón de ser amado,
11
esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama» . El aliño indumentario de la
zagala encubre un entendimiento sublime y penetrante de la psicología humana y,
particularmente, de la masculina, como corresponde al disfraz de bárbara o salvaje en la comedia.
Marcela, sin embargo, se revuelve contra el paradigma del amor bucólico e incluso contra la
convención petrarquista de la dama desdeñosa; sus palabras reclaman la libertad de juicio, la
independencia de criterio y la condición de célibe por natural elección, a sabiendas de que solo el
apartamiento del siglo hace viable la deliberada autonomía:
10
DELICADO, Francisco, La
lozana
andaluza,
JOSET, Jacques y GERNERT, Folke (eds.).
Barcelona, Galaxia Gutenberg-‐Círculo de Lectores, 2007, Mamotreto V, p. 26. La cursiva es
nuestra.
11
CERVANTES, Miguel de, Don
Quijote
de
la
Mancha,
RIQUER, Martín de (ed.). Barcelona,
Planeta, 1996, Parte I, cap. 14, pp. 141-‐142.
346
|
Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos … A los que he
enamorado con la vista he desengañado con las palabras … El cielo aún hasta ahora no ha querido
que yo ame por destino
y
el
pensar
que
tengo
de
amar
por
elección
es
escusado. Este general
desengaño sirva a cada uno de los que me solicitan de su particular provecho; y entiéndase de aquí
adelante que si alguno por mí muriere, no muere de celoso ni desdichado, porque quien a nadie
12
quiere, a ninguno debe dar celos; que los desengaños no se han de tomar en cuenta de desdenes .
Luis Vélez de Guevara procuró apartarse de la comedia homónima que Lope había escrito
sobre el personaje de La
serrana
de
la
Vera.
Sobre una refundición de motivos populares el discípulo
del Fénix presenta en su pieza un curioso caso de disfraz escénico: la villana seducida y engañada
por su huésped cobra la propia honra mudando su condición en la de bandolera y ajusticiando por
su mano al ofensor; la fusión del viejo motivo lírico de las mujeres asaltadoras de viajeros o
serranillas con el modelo dramático de la mujer vengadora de su propio honor generan una
comedia amarga y poco representada. La masculinidad de la villana quedan atestiguados en su
13
radical metamorfosis cuando se entrega a una existencia montaraz y agresiva : es obvio que Gila
mimetiza lo peor de la condición varonil pero en cierto modo su drástica resolución expone la
indefensión de la mujer en los casos de honra y la arbitrariedad de un sistema moral que ampara
exclusivamente la posición del hombre; los terribles juramentos que profiere la enajenada villana,
de sentido épico y filiación romanceril, alimentan la leyenda de la fiera y indómita bandida cuya ira
es rayana en la homofobia de una amazona mítica:
Y guárdense de mí todos
cuantos hombres tiene el suelo
si a mi enemigo no alcanzo,
que hasta
matarlo
no
pienso
dexar
hombre
con
la
vida;
y hago al zielo juramento
de no volver a poblado,
de no peinarme el cabello,
12
Ibidem,
pp. 142-‐143. La cursiva es nuestra.
13
Una de las variantes de la mujer varonil es la esquiva (véase MOCHÓN, Montserrat, «La
intelectual esquiva», El
intelecto
femenino
en
las
tablas
áureas:
contexto
y
escenificación.
Madrid, Iberoamericana, 2012, pp. 135 y sigs.): incrédula para el amor es hostil a los
hombres y enemiga del matrimonio. Un ejemplo es la Laura de La
vengadora
de
los
hombres
de Lope, que propone un torneo de pluma y espada entre sus pretendientes: aquel que
escriba el mejor memorial en defensa de las mujeres será su esposo. Tampoco está
sometida a la jerarquía masculina la oscilante Diana de El
perro
del
hortelano de Lope. Otras
féminas escépticas o remisas a la compañía masculina son la Tisbea tirsiana en El
Burlador
de
Sevilla,
aunque luego se vea manipulada por don Juan,
o la ávida lectora Leonarda de La
viuda
valenciana
de Lope, que renuncia al matrimonio pero no al disfrute de su deseo: es
sugerente el artículo sobre el amar a ciegas de TORRES, Milagros, «Trois masques pour
Leonarda: voir est toucher dans La
viuda
valenciana». Mélanges
de
la
Casa
de
Velázquez,
XXIX, 2 (1993), pp. 37-‐50.
347
|
de no dormir desarmada,
de comer siempre en el suelo
sin manteles, y de andar
siempre al agua, al sol y al viento,
sin que me acobarde el día
y sin que me venza el sueño,
y de no alzar, finalmente
los ojos a ver el cielo
14
hasta morir o vengarme .
La bárbara muchacha ha polarizado su sentido de la venganza hasta extenderlo a todo el
género masculino: esta radicalización de la hembría
lleva aparejada una condena paterna por los
desmanes cometidos como bandolera; sin embargo, no hay piedad ni comprensión en Giraldo
hacia la hija deshonrada; antes bien, puesta en el cadalso, la propia Gila traiciona su coherencia
apelando a la laxitud paternal como responsable de sus excesos: «Si tú usaras/ rigor conmigo al
principio/ de mi inclinación gallarda,/ yo no llegara a este extremo» (ed. cit., p. 203).
Aunque el imperio del amor termine frustrando, en la mayor parte de los casos, las
expectativas de soledad y de renuncia a la compañía masculina, el Siglo de Oro ofrece no pocos
ejemplos heterodoxos de mujeres fuera del siglo, a contracorriente y en clara disensión del
matrimonio y de sus forzosas encomiendas. En gran modo alentadas por la inversión social que
ofrece la comedia, estas féminas se instalan en el umbral de la mujer contemporánea expresando
paradójicamente el anhelo de la vieja canción de amiga:
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
14
VÉLEZ DE GUEVARA, Luis, La
serrana
de
la
Vera,
RODRÍGUEZ CEPEDA, Enrique (ed.).
Madrid, Cátedra, 1982, pp. 158-‐159. La cursiva es nuestra.
348
|
MUJER
Y
EROTISMO
EN
LA
LITERATURA,
REIVINDICACIÓN
DE
LA
LIBERTAD
Ernesto
Rodríguez
Abad
El propósito de estas líneas es el de abordar el tema del erotismo en la literatura escrita
por mujeres como un elemento liberador y de lucha usado por muchas escritoras desde la
antigüedad hasta nuestros días. Un recorrido por la historia de las letras demostrará de qué
manera muchas mujeres escritoras han roto esquemas y han quebrado la débil línea que
separa lo que una sociedad consideraba correcto o permitido a la mujer.
Lo erótico es lo inadvertido que súbitamente se hace presente. En el rapto, en la mirada
esquiva, en la sonrisa que brilla entre las sombras, en lo inquietante, en el vértigo, en el
peligro está oculto el erotismo; aunque a su vez es calificado como la dimensión del placer de
la sexualidad y de la creatividad. A través del erotismo el amor es elevación y apertura, es
placer y deseo. Esto ocurre porque entra en juego la imaginación que crea los referentes, la
imagen y las sensaciones a través de la palabra.
El arte conforma un lenguaje de signos que metaforizan los conceptos, haciéndolos
imperecederos, verdaderos y transmisores de las inquietudes, preocupaciones y quimeras.
De esta manera se universaliza la vida en tanto que toda obra de arte es una experiencia en la
que el artista se compromete consigo mismo y con la sociedad. Pero el arte también ha
estado sujeto a ideologías, conceptos morales y conveniencias del poder imperante. En la
época de las vanguardias artísticas los surrealistas propusieron una escritura automática, sin
dictados de la razón, la moral o las mismas normas culturales. Es un momento de liberación
de las ideas y de las palabras. Pero hasta llegar el siglo XX muchas autoras y artistas se vieron
sometidos a la incomprensión y a la intolerancia.
En las culturas dominadas por conceptos y premisas androcéntricas todas las actividades
producidas por mujeres o todos los referentes a un arte femenino ha sido subvalorado,
consciente o inconscientemente, ya que durante mucho tiempo ha existido un predominio de
un imaginario y unos presupuestos masculinos enfrentados erróneamente a lo femenino.
Esta forma de ver la realidad y esta cultura resulta marginadora y empobrece la sociedad. A
partir del siglo XX ha ido cambiando, felizmente, y con el paso del tiempo se ha reconocido el
valor y el trabajo de muchas mujeres que lucharon por ser profesionales del mundo del arte,
aunque aún queda mucho camino por recorrer. El erotismo desde un punto de vista femenino
nos adentra en otra realidad, nos lleva a símbolos y referentes desacostumbrados en la
producción de literatura sensual más conocida. La mirada cambia y convierte en universal
349
|
una visión de la vida. Vamos hacia la escritura como una forma de entrar y salir de los ámbitos
real y literario; es decir desde lo visceral hasta la ficción.
Desde la antigüedad se han producido textos eróticos y sensuales, mas siempre con
miedo a la palabra y a la imagen demasiado osada, y siempre coartados por las censuras de
editores, gestores o políticos. Pero con el tiempo en la literatura comenzó a aparecer el
cuerpo desnudo, se rompieron viejos patrones y la poesía erótica escrita por mujeres se
constituyó en un testimonio de vida, inmersa como estaba, en una sociedad que se
cimentaba en unas bases hipócritas y conservadoras, atadas a dogmas o a una moralidad
basada en la religión. En tanto comprendamos que comprometerse con la vida es ser capaces
de escucharnos desde adentro, podremos abrirnos a la diversidad y escribir sobre ello.
Muchas mujeres optaron por la lucha, se alejaron de la pasividad y no aceptaron lo
permitido a su sexo, llamado “débil” con intencionalidad. Lograron ser profesionales de la
literatura en un mundo eminentemente masculino. Fueron las arriesgadas literatas que,
además de atreverse a escribir, dejaron líneas polémicas llenas de ardor, de inquietantes
escenas o ideas peligrosas para la moral imperante o las costumbres de su época.
Las mujeres accedieron al mundo de los hombres y plasmaron en la literatura, en tiempos
en que estaba prohibido hablar, sus deseos, sus referentes eróticos o sus reivindicaciones.
Personajes femeninos capaces de decidir irrumpieron en escena, mirando de soslayo a las
damitas blanquecinas, que hablaban poco, no contradecían los deseos de sus amados y eran
especialistas en la espera paciente. Poco a poco fueron ganando un espacio y construyendo
un mundo con referencias femeninas. Mujeres como Cristina de Pisn, Sor Juana Inés de la
Cruz, Margarita de Navarra, Feliciana Enríquez de Guzmán o María de Zayas se revelan y
construyen un imaginario propio, una visión del placer y del amor desde sí mismas. Abren,
con ello, un espacio en el que, ya adentrándonos en el siglo XX, brillarán grandes autoras
como Silvina Ocampo, Delmira Agustini, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Ángeles
Mastreta, entre muchas otras. La obra de estas autoras y sus predecesoras es prueba de
valentía, ya que han podido, a través de la literatura erótica, perturbar las ensoñaciones de
muchos para acentuar el aliento transformador de su realidad y creatividad.
Las precursoras fueron las que abrieron un camino de libertad en el difícil ámbito de las
letras. Esta liberación del texto escrito por mujeres tiene su origen en la Edad Media y la
época Renacentista. Cristina de Pisán, que vivió entre 1363 y 1434, fue la primera literata,
historiadora y política profesional de Europa. Al morir el padre y el marido repentinamente,
ella decide mantener a sus hijos trabajando como escritora e historiadora. Luchó contra los
estereotipos misóginos que imperaban en la sociedad de su época, reivindicando el discurso
femenino y la igualdad intelectual de los sexos. Escribía además baladas de amor que
llamaban la atención de los ricos mecenas de la corte, intrigados por esta novedosa escritora,
a quien le pedían que escribiera baladas sobre sus conquistas amorosas. Fue osada en la
escritura y en las ideas. Poco a poco, abandonó el cultivo de la lírica por el mundo de la
filosofía y, luchando en una sociedad eminentemente masculina, logró sembrar la polémica e
iniciar lo que con el tiempo se llamaría la “querelle des dames”. Se trataba de un intenso
debate sobre las cualidades intelectuales, artísticas y sociales de las mujeres. El
libro
de
la
350
|
ciudad
de
las
damas
es su publicación más conocida. “La excelencia o la inferioridad de los
seres no residen en sus cuerpos según el sexo, sino en la perfección de sus conductas y
1
virtudes.”
Sus teorías calaron en muchas escritoras e intelectuales posteriores y las volvió a poner
en práctica Margarita de Navarra, nacida en el castillo de Angulema (Francia) en el año 1492.
Si nos adentramos en su obra y personalidad podemos comprobar que es una mujer de una
sólida formación humanística, igual a la que recibe su hermano, el futuro rey de Francia,
Francisco I. Fue esposa de Enrique Albert, monarca de Navarra. Actuó siempre como una
mujer comprometida con la cultura y con las ideas progresistas. Protegió a humanistas
perseguidos como herejes, dándoles refugio en sus castillos y enfrentándose a la cerrazón de
algunos poderosos mandatarios. Se acercó a las ideas del protestantismo y defendió la
heterodoxia, reavivando además “la querelle des dames”. Su obra literaria es extensa y
cultiva la poesía, el teatro y las narraciones. Tuvo mucho éxito en vida y dejó a su muerte una
importante cantidad de manuscritos conteniendo poesías de temática amorosa o espiritual y,
sobre todo, su obra más conocida, el Heptamerón. Es un libro osado para su época. Escrito al
final de su vida, recoge novelas de temática amorosa, sensual, pícara, incluso en algunas
aborda la crítica a la religión. La primera edición la podemos datar en 1558, con el título
Histoire
des
amans
fortunez. Contenía 67 novelas y se dio a conocer como texto anónimo,
aunque en el prólogo Pierre Boisteau (antiguo colaborador de la reina) apunta la autoría de
Margarita de Navarra. No contento con esta edición otro colaborador de la reina, Claude
Gruget, publica otra edición. La imprime con el título actual L’Heptaméron
des
Nouvelles
de
très
illustre
et
très
excellente
Princesse
Marguerite
de
Valois,
Royne
de
Navarre.
Datada en 1560,
deja clara la autoría.
Según apunta el profesor Miguel Zugasti en el prólogo, “La reina Margarita, la Boccaccio
de Navarra” las ediciones sufrieron los rigores de la censura: “En esta ocasión el libro
contiene las 72 novelas que hoy se conservan, aunque, igual que en el caso anterior, tanto
Boisteau como Gruget (este último a menor escala) intervienen en el texto de la reina
limando párrafos escabrosos para el gusto de la época, borrando nombres propios conocidos
2
en aquel entonces y tachando pasajes demasiado osados en materia religiosa.” La influencia
de Boccaccio queda patente desde el principio. El planeamiento narrativo y la construcción
de la obra parten de las mismas premisas y arquitectura literaria. En el Decamerón, Boccaccio
construye el corpus narrativo partiendo de la oralidad y de la necesidad de narrar para pasar
el rato. Diez personajes se aíslan en una finca florentina durante una temporada para huir de
la peste. Allí cada uno debe relatar historias para los demás hasta llegar a cien cuentos. En el
Heptamerón, la autora sigue la misma estructura que en el Decamerón.
El marco narrativo de
las termas de Cauterets reúne a un grupo de nobles en torno al ritual de los baños y la vida
1
PISÁN, Christine de, La
cité
des
Dames, Madrid, Siruela, 2013, pág. 123.
2
ZUGASTI, Miguel, "La reina Margarita, la Boccaccio de Navarra".Heptamerón, Biblioteca
Básica Navarra, Ediciones y libros S.A., Pamplona, 2002, pág. 10.
351
|
placentera. Unas intensas lluvias inundan los caminos y quedan aislados. Los cinco hombres y
las cinco mujeres contarán una historia cada día. Todo redunda en lo placentero. Los baños,
el prado ameno, la conversación bajo la arboleda, el placer de degustar la palabra rodean a
los personajes y sus historias. No solo Margarita usó las termas y el ambiente idealizado
como marco literario, sino que el ambiente descrito y todo lo que rodea a los personajes es
agradable, sensual, nos incita a degustar la vida. En este ambiente idealizado, un tópico locus
amoenus
convertido en marco del relato y la charla, surgen los temas que debaten los
personajes al terminar de escuchar el cuento. La religiosidad y la crítica a actitudes de los
religiosos, la virtud frente al goce de la carne, el placer desenfrenado o la rivalidad entre
hombres y mujeres son los temas y argumentos más frecuentes en los textos y en los
debates. Una de las características del relato oral es que surge en la conversación y
desencadena el diálogo. Esta característica la encontramos en nuestra autora, conocedora de
la literatura anónima y del deambular de los trovadores con sus palabras.
La reina de Navarra incorporó a su libro el esquema narrativo y las temáticas del
Decamerón, pero, si bien mantiene esta estructura similar, se aleja del autor italiano en el
tratamiento de algunos temas y sobre todo en la actitud de los personajes femeninos. La
mayoría de las mujeres del Heptamerón
son libres, luchan por tomar sus propias decisiones,
son ellas las que desencadenan el desenlace de la mayoría de los relatos y eligen cómo
quieren vivir.
No solo estos rasgos demuestran que la autora ha leído el Decamerón, sino que ella
misma admite ser lectora y admiradora de este libro, propiciando que se traduzca al francés
como queda claro en el prólogo de la edición de París hecha en 1545. Esta decisión
demuestra la actitud liberal y abierta de una mujer que no tiene miedo a hablar de sexo, de
amor y de libertad. Estas actitudes abiertas son criticadas aun en el siglo XX, como podemos
ver en ciertos manuales en los que lo ideológico prima sobre lo literario. Es el caso de Ramón
D. Perés, que dice, hablando de Boccaccio: “Una mancha pesa sobre él: la de la obscenidad;
pero no era ella grave en su época corrompida, refractaria al rubor, aun entre las más
3
encumbradas damas.”
Se demuestra en este tipo de publicaciones la manera de hacer historia y crítica literaria
desde conceptos pacatos, maniqueos, moralizantes y poco literarios. Ya entrado el siglo XX
sigue escandalizando un libro publicado en 1348. Una de estas encumbradas damas, puesta
en duda y tachada de inmoral por este ridículo manual, es una mujer que luchó por la
libertad, por la literatura sin tapujos y sin manipulaciones ideológicas.
En el Siglo de Oro español vuelve a encenderse la llama de la “la querelle des dames”.
Mujeres como Ana Caro, Feliciana Enríquez de Guzmán y María de Zayas reavivan el fuego
del debate. Todas crean y desean ser profesionales en el mundo del arte. Las tres se enfrentan
a un universo rígido, dominado por reglas masculinas que relegan a la mujer a un plano de
3
PERÉS, Ramón D.,
La
leyenda
y
el
cuento
populares
,
Barcelona, Ramón Sopena, 1973, pág.
450.
352
|
inferioridad. Ellas defienden, como lo había hecho Cristina de Pisán, el derecho de las niñas a
4
recibir una educación. La autora afirmaba en su libro La
ciudad
de
las
mujeres :
Si fuera costumbre mandar a las niñas a las escuelas e hiciéranles luego aprender las
ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las
sutilezas de todas las artes y ciencias por igual a ellos... pues... aunque en tanto que mujeres
tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos apto para hacer algunas
cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican. Ha llegado el
momento de que las severas leyes de los hombres dejen de impedirles a las mujeres el
estudio de las ciencias y otras disciplinas.
Me parece que aquellas de nosotras que puedan valerse de esta libertad, codiciada
durante tanto tiempo, deben estudiar para demostrarles a los hombres lo equivocados que
estaban al privarnos de este honor y beneficio.
Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que
no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o
anillos. Estas joyas son nuestras porque las usamos, pero el honor de la educación es
completamente nuestro.
Mas el enfrentamiento está servido. Muchos de los autores de la época ridiculizan la
postura de las literatas o mujeres intelectuales a través de personajes femeninos que desean
estudiar y leer y, como consecuencia, se convierten en ridículas sabiondas. Lope de Vega en
Los
melindres
de
Belisa
deja bien clara la postura de la sociedad que exige a la mujer recato y
humildad, prohibiéndole incluso caminar con la cabeza erguida y mirar de frente a los
hombres que encuentra por la calle; en otra comedia titulada La
mayor
victoria
intenta
demostrar que la mujer instruida pierde los encantos y donaires femeninos: “Siempre fui de
5
parecer / que naturaleza agravia / a la mujer que hace sabia / pues deja de ser mujer.” Otro
de los autores representativos de la escritura y el teatro de la época, Pedro Calderón de la
Barca, en No
hay
burlas
con
el
amor,
crea un personaje femenino que raya lo grotesco, pues
las excesivas lecturas deforman gravemente su lenguaje, hasta que un padre conservador e
indignado decreta en la casa la prohibición de que las mujeres lean, o pone en boca de los
personajes masculinos diálogos que reflejan un modelo determinado de esposa. “Don
Diego:
Porque el ingenio la sobra; / que yo no quisiera, es cierto, / que supiera mi mujer / mas que yo,
sino antes menos. Don
Luis: Pues ¿cuándo el saber es malo? Don
Diego: Cuando fue el saber
sin tiempo, / sepa un mujer hilar, coser y hacer un remiendo; / que no ha menester saber /
6
gramática ni hacer versos.” Mientras las autoras siguen luchando por abrirse camino, poetas
como Quevedo escriben versos como: “Muy discretas y muy feas, / mala cara y buen
4
PISÁN, Christine de, Ob. Cit., pág. 128.
PROFETI, María Grazia, “Mujer y escritura en la España del Siglo de Oro”. Breve
historia
feminista
de
la
literatura
española, tomo II, Barcelona, Anthropos, 1995, pág. 56.
5
6
CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro, No
hay
burlas
con
el
amor, en Comedias, Madrid,
Biblioteca de Autores Españoles, Tomo II, 1849, pág. 457.
353
|
lenguaje, / pidan cátedra y no coche, / tengan oyente y no amante. / No les den sino atención,
/ por más que pidan y garlen, / y las joyas y el dinero / para las tontas se guarde. / Al que sabia
7
y fea busca, / el Señor se la depare: / a malos conceptos muera, / malos equívocos pase.”
Si indagamos en la producción artística del Siglo de Oro encontramos una producción
literaria variada e interesante. No sólo se refleja la vida y costumbres de la sociedad española
de la época desde un punto de vista masculino, también hay mujeres que escriben y crean un
imaginario proprio. Ana Caro estrena teatro y escribe poesía, cobrando por alguna de sus
obras se convierte en la primera escritora profesional. En la comedia Valor,
agravio
y
mujer
ironiza sobre las costumbres sociales y sobre las reglas que rigen el mundo en el que le ha
tocado vivir. Llega incluso a ridiculizar algunas de las actitudes consideradas como valores
típicamente masculinos. No se conocen apenas datos biográficos y su obra ha sido olvidada
durante muchos años. Feliciana Enríquez de Guzmán, después de enviudar dos veces, desea
estudiar y se disfraza de hombre. Con el tiempo publica textos dramáticos y teoriza sobre el
teatro polemizando con Lope de Vega. En su obra La
gracias
mohosas
deforma la realidad y
nos traslada a la estética de lo grotesco, de lo arriesgado, polémico y satírico. Esta primera
dramaturga española nos ofrece un texto breve donde triunfa lo disparatado, lo burlesco, la
imagen de un mundo fuera de toda norma; otra vez una mujer vuelve a arriesgar, a plantear
un mundo que reivindica otros puntos de vista y valores, incidiendo en lo sensual deformado
y en lo placentero. Es una defensa, a través de lo carnavalesco, de la celebración y disfrute de
la carne, la grotesca danza de los desheredados del mundo y de los borrachos tullidos con sus
enmohecidas gracias sacan a la luz los verdaderos vicios y virtudes de la humanidad. María de
Zayas y Sotomayor se plantea trabajar el mundo de la novela y es una de las primeras
mujeres que cultiva este género. Esta autora, que no goza de la fama y valoración literaria
que merece, nos plantea unas novelas y un tratamiento del amor y el erotismo que
escandalizó a la sociedad de su época y que le propició el desprecio de algunos autores de
estudios de literatura. Mujeres libres que desprecian el matrimonio y que aman por placer
pueblan sus argumentos. En el siglo XIX, en un manual escrito por un autor alemán, se la
tacha de obscena e indecente.
Fernando Díaz-‐Plaja en un estudio sobre las costumbres amorosas del Barroco nos dice,
hablando de la violación y al amor carnal: “La más violenta en este sentido se presenta en una
novela corta en la que una dama de la aristocracia se enamora de un esclavo que, además, es
feo, negro. El uso y abuso que de él hace obliga al amante forzoso a protestar, en nombre de
8
la moral y de su salud física.”
María de Zayas no tiene miedo a plantear personajes femeninos que dan rienda suelta a
sus pasiones, alejándose de estereotipos creados desde una perspectiva masculina. Beatriz,
7
VILLALBA PÉREZ, Enrique, “Entre la ignorancia y la “bachillería”: imagen de la mujer y la
cultura en el Siglo de Oro”. Las sabias mujeres, Tomo II, Madrid, Col. Laia, (1995).
8
DÍAZ-‐PLAJA, Fernando, La
vida
amorosa
en
el
Siglo
de
Oro, Madrid, ED. Temas de hoy,
(1996), pág. 87.
354
|
uno de sus más logrados personajes, viola a su esclavo negro y lo convierte en objeto sexual,
ante los ojos escandalizados de su enamorado que presencia las declaraciones de su amada
sentada en la cama al lado de su esclavo.
En el caso, que en una cama, que estaba en esta parte que he dicho, estaba echado
un negro tan atezado que parecía hecho de un vocací su rostro, parecía en la edad de
hasta veinticinco o treinta años, mas tan feo y abominable, que no sé si fue la pasión o
si era la verdad, le pareció que el demonio no podía serlo tanto.
(...)
Estando en esto, abrió el negro los ojos, y mirando a su ama, con voz debilitada y flaca, le
dijo, apartándola con las manos el rostro que tenía junto al suyo:
-‐¿Qué me quieres, señora? ¡Déjame ya por Dios! ¿Qué es esto, que aun estando ya
acabando la vida me persigues? No basta que tu viciosa condición me tiene como estoy, sino
9
que quieres que cuando ya estoy en el fin de mi vida, acuda a cumplir tus viciosos apetitos.
Las tres volvieron a poner en boga la querella de las damas y lucharon por un puesto en el
mundo artístico. La polémica volvió a resurgir y muchos escritores pusieron en duda su
capacidad para crear. En sus textos se trasluce una sensualidad inusuales, un erotismo,
velado a veces, patente y descarado, otras, que hace que las veamos como revolucionarias ya
que lo que yace en el fondo de toda gran obra literaria de este género es una enorme carga
social, de lucha y reivindicación. Un trasfondo que hace visibles a las mujeres a través de la
expresión de sus deseos.
Otras también estuvieron en la lucha, aunque no trabajaron las temáticas que aquí nos
ocupan, escribieron y dejaron constancia de la intolerancia, tal es el caso de Sor Marcela de
San Félix, hija natural de Lope de Vega y la actriz Micaela de Luján, que escribió poesía, loas,
romances y comedias. Casi la totalidad de su obra fue destruida por orden de su confesor. Sor
Juana Inés de la Cruz escribe también amparada en su refugio del claustro y allí ven la luz sus
palabras. Pero como dice Andrés Peláez “Las mujeres de este momento escriben más para ser
10
leídas que para ser vistas, pues sus obras no consiguen ser representadas.
Recorrido largo han tenido los textos, ocultos muchas veces, menos conocidos que los
escritos por escritores. Pero las mujeres que han osado a escribir literatura erótica, tanto en
el pasado como en tiempos más modernos han albergado una actitud rebelde, de
inconformismo y de lucha por reivindicar un puesto entre el mundo de las letras y un lugar en
la sociedad. Los personajes femeninos se han caracterizado tradicionalmente por su
pasividad, sobre todo tal y como los pintan en el siglo XIX. Los personajes femeninos de las
escritoras que hemos tratado en nuestro estudio quieren ser libres, tener sus propios
9
DÍAZ-‐PLAJA, Fernando, op. cit. Pág. 87-‐88.
PÉLAEZ, Andrés, De
la
cazuela
a
la
escena, Almagro, Museo Nacional del teatro, 2008,
pág. 23.
10
355
|
conceptos de la vida y del placer. Mujeres que buscan una identidad y que se jactan de tener
una actitud activa.
CONCLUSIONES
La literatura erótica escrita por mujeres desde la Edad Media y el Renacimiento europeos
plantea un imaginario erótico propio de la mujer, que no se contrapone sino que
complementa al imaginario masculino. Las mujeres devienen en la literatura de musas u
objetos estáticos de deseo a sujetos que sienten y proponen una nueva estética que se
relaciona con un orden nuevo y diferente de la sociedad y de las relaciones. Son muchos los
nexos que igualan la sexualidad masculina a la femenina. Hombres y mujeres son seres
sexuados, con pulsión sexual y fantasías. Tanto hombres como mujeres han evolucionado
hacia un erotismo más libre, orientado a redescubrir el placer. La base de esta evolución la
encontramos en la lucha por la libertad a la hora de escribir y plasmar el placer.
La literatura erótica escrita por las pioneras es un ejemplo de búsqueda de la libertad en
un mundo intolerante y hostil.
356
|
CREACIÓN
Y
REFLEXIÓN:
UN
CONTRASTE
DE
LA
MUJER
AFRICANA
CON
LA
OCCIDENTAL
A
TRAVÉS
DE
LA
CREACIÓN
LITERARIA
DE
CECILIA
DOMÍNGUEZ
EN
LOS
NIÑOS
DE
LA
LATA
DE
TOMATE.
Ernesto
Gil
López
1
Ya desde los tiempos de Galdós, Clarín
o Emilia Pardo Bazán , uno de los temas que más
2
literatura crítica ha suscitado, y de manera muy abundante en los últimos tiempos , es el de
la proximidad o el entrecruzamiento de la
realidad
y
la
ficción. En otras palabras: dónde
empiezan y dónde terminan los límites de la realidad y la ficción literaria. Los textos de
algunos escritores de la actualidad, como por ejemplo Marina Mayoral, Javier Marías, Enrique
Vila-‐Matas, Clara Sánchez, Antonio Muñoz Molina o Javier Cercas, han sido y son objeto de
abundantes comentarios en los que se calibra hasta qué punto sus relatos comportan un
reflejo más o menos exacto, más o menos aproximado, del marco en el que transcurren sus
historias.
Centrándonos en el caso de la escritora tinerfeña Cecilia Domínguez Luis, conocida
autora de poemas y relatos, que ha sabido aunar su dilatada experiencia docente con una
atinada y prolífica creación literaria, por la que ha conseguido varios premios y de la que ya
3
nos hemos ocupado ya en alguna otra ocasión al hablar sobre su novela Mientras
maduran
4
las
naranjas ; no cabe duda de que el panorama de la realidad desplegado en dicho relato
1
MANDRELL, Jamnes, “Realism in Spain: Galdós, Pardo Bazán, Clarin and the Eruopean
Context”, Neohelicon,
XV (1988), pp. 83-‐112.
2
FELTEN, Hans y VALCÁRCEL, Amelia ( eds), La
dulce
mentira
de
la
ficción.
Ensayos
sobre
narrativa
española
actual.
Bonn, Romanistischer Verlag, 1995, y GULLÓN, Germán, “El
novelista como fabulador de la realidad: Mayoral, Merino, Guelbenzu” en LANDEIRA,
Ricardo y GONZÁLEZ del VALLE, Luis (eds), Nuevos
y
novísimos.
Algunas
perspectivas
críticas
sobre
la
narrativa
española
desde
la
década
de
los
sesenta.
Boulder, Colorado,
Society of Spanish and Spanish-‐American Studies, 1987.
3
Véase GIL LÓPEZ, Ernesto, “Luto, adversidad y mujeres valientes: una aproximación a
algunas novelas sobre la guerra civil española”, en HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Fremiot,
MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, Marcos y PINO CAMPOS, Luis Miguel, eds., SODALIVM
MVNERA,
Homenaje
a
Francisco
González
Luis.
Madrid, Ediciones Clásicas, pp. 203-‐212.
4
DOMÍNGUEZ LUIS, Cecilia, Mientras
maduran
las
naranjas.
Las Palmas de Gran Canaria,
Cam-‐PDS Editores, 2009.
357
|
sufría una evidente coloración subjetiva al presentarnos un mundo tan particularmente
trágico y pleno de dolorosas sensaciones como puede ser el de una localidad ubicada en el
norte de Tenerife, bajo las circunstancias de la poco grata memoria de la guerra civil. Es
evidente que la espeluznante imagen de la realidad resulta indudablemente atenuada y con
unos matices bastante menos agrios que los que vivieron los protagonistas de aquel
inolvidable momento histórico, al ser expuestos desde la perspectiva de una niña, si no
inocente, al menos bastante menos contaminada que la de los sufridos adultos, la cual, desde
los pocos años de su trayectoria vital, va refiriendo los sucesos que protagoniza una familia
media que piensa de modo diferente a los que vencieron en la contienda.
Sin prescindir de su actitud comprometida, que conlleva una denuncia de las injusticias
5
sociales, en su reciente novela que lleva por título Los
niños
de
la
lata
de tomate , vuelve
Cecilia Domínguez a enfrentar al lector con la candente realidad de un mundo que, pese a no
resultar excesivamente distante desde la perspectiva geográfica para los que vivimos en
Canarias, dada nuestra proximidad con África, al menos sí lo es en cuanto que, por motivos
económicos, políticos, sociales y culturales queda a una distancia bastante marcada de
nuestro contexto vital cotidiano.
Y ante la posible pregunta de por qué se ha elegido la novela de Los
niños
de
la
lata
de
tomate
para el presente trabajo, podríamos responder que comporta una serie de atractivos
que, a nuestro modo de ver, la hacen bastante particular, tanto por sus especiales
ingredientes técnicos, como por su contenido, de impactante actualidad, al tratar un tema
candente como puede ser la vida de un país emergente en el continente africano.
En cuanto a esas facetas técnicas tan novedosas a las que hacíamos referencia, no cabe
duda de que se trata de un relato poco común, en cuanto que consiste en una narración que
va conformándose ante la mirada atenta del lector, a lo largo de sus capítulos, de manera
que, tras una información previa sobre cuál fue el germen, o por llamarlo de otro modo, el
desencadenante que dio origen a esta historia (la conversación entre la autora del libro y su
amiga Patricia, quien, de regreso de Burkina Faso le muestra unas fotos), se intercalan una
6
serie de episodios que constituyen la historia central de la novela Una historia que, de vez en
cuando, sufre ciertas interrupciones para volver a recordarnos que nos hallamos ante un
relato en construcción, en el que se nos hace partícipes de las dudas, decisiones y otras
vicisitudes de la sucesiva elaboración de la historia, hasta llegar a su final. A este respecto,
son suficientemente esclarecedores los capítulos 6, 10 o 12, en los que la autora, con una
5
DOMÍNGUEZ LUIS, Cecilia, Los
niños
de
la
lata
de
tomate.
Madrid, Alfaguara, 2012.
6
Como es sabido, no es la primera vez que un escritor hace partícipe o cómplice al lector a
la hora de pergeñar su relato, ya que, entre otros, y con antecedentes tan notables como
Laurence Sterne en su Tristram
Shandy o de Unamuno en su conocida novela, Niebla,
contamos con los valiosos ejemplos de Cortázar en Rayuela
o Cabrera Infante, en Tres
tristes
tigres, en los que estos creadores no solo construyeron relatos fuera de lo común,
sino que invitaron a los lectores a intervenir en la realización del texto, ordenándolo a su
gusto y haciendo con él un objeto lúdico y de creación personal.
358
|
indudable honestidad, nos hace partícipes de sus dudas, de sus problemas creativos, de su
inseguridad en algún momento, y que, afortunadamente van siendo superados hasta la total
construcción del relato.
Por otra parte, tal vez no esté de más hacer un inciso para reflexionar sobre el original
título de esta obra, Los
niños
de
la
lata
de
tomate,
en relación al cual se aporta una expresiva
imagen en la portada del libro y que, tal como relataba Patricia a la autora al principio del
libro, fue una de las instantáneas que ella había captado en su visita a Burkina Faso, por
haberle llamado especialmente la atención. Se trataba de unos niños que llevaban colgadas
del cuello por un cordel unas latas que antes habían contenido tomate, seguramente en
salsa, y que ahora les servían tanto para transportar vituallas –se dice que llevaban alguna
fruta y medio bocadillo-‐, como para solicitar unas monedas a los turistas (p. 83).
El hecho de que esas latas de tomate aparezcan casi como un leitmotiv
o tema
recurrente, al principio (p.6), en medio de la obra – cuando el protagonista, Essein, relata que
su hermano Gurene les entregaba a él y a su amigo Tâleb una lata a cada uno y los llevaba al
mercado de la ciudad donde los dejaba todo el día para que pidieran dinero a los turistas,
hasta por la tarde, en que los volvía a recoger (pp. 81-‐83) -‐ , así como al final, cuando se habla
en el epílogo de un dibujo que representa a unos niños con unas latas de tomate (p.123)
proporciona a este relato una estructura
circular, de manera que el principio y el fin de la
misma quedan enlazados por medio de esta referencia al título, al modo de un aro
imaginario en perfecta circularidad.
En otro sentido cabe señalar que uno de los ingredientes más atractivos de esta novela
es la presencia en la misma de la literatura oral o de la oralidad como forma de transmisión
7
de historias , propia de aquellas culturas en las que la escritura no ha hecho aún acto de
presencia. En un momento determinado, el narrador alude de manera bien explícita a esto
cuando dice: “Por la noche, los más ancianos, entre ellos mis abuelos y los de Hakim, se
reunían en el centro de la aldea a contar leyendas de nuestros antepasados” (. 43). No es ésta,
por supuesto, una situación novedosa en el ámbito literario, ya que cabe evocar
antecedentes bien conocidos, desde El
conde
Lucanor, los famosos Cuentos
de
Canterbury o el
Decamerón, donde uno de los factores decisivos de la narración lo constituye el personaje
narrador de historias orales, el cual reaparece de vez en cuando en algunos relatos de la
literatura de los últimos tiempos como por ejemplo, por citar uno que dio bastante que
8
hablar en su momento, la novela
El hablador , de Mario Vargas Llosa, en la que el personaje
que da título al libro refería las historias de los indios machiguengas en la Amazonía peruana.
En coincidencia con esto, en la novela de Cecilia Domínguez hay que señalar una serie de
historias secundarias narradas por una serie de personajes, que se incorporan a la historia
7
Vid. ONG, Walter J., Oralidad
y
escritura.
Tecnologías
de
la
palabra.
México, D.F. Fondo de
Cultura Económica, 1996, y ARAGÓN PLAZA, Pablo Jesús, Sobre
oralidad,
Literatura
Oral
y
su
explotación
didáctica
en
E/LE,
en www.eduinnova.es/monografias09/literatura_oral.pdf.
8
VARGAS LLOSA, MARIO, El
hablador,
Barcelona. Seix Barral, 1987
359
|
principal de Essein y Ramala. Se trata de pequeños relatos, que, como se advierte en la obra,
han sido recibidos en su mayoría de los mayores y que constituyen, al parecer, auténticos
relatos épicos, que hablan de “grandes batallas y grandes jefes de la tribu”, de los que se dice
que eran, a la vez, reyes, cazadores, guerreros y brujos, que se cubrían con la piel de un
guepardo que habían cazado cuando aún eran unos niños; en una palabra: auténticos héroes
que conocían el lenguaje de los ríos, de las montañas y los árboles y que podían dominar el
fuego” (p. 44). Y hay, por otra parte, otras historias que se refieren de manera particular al
mundo de la naturaleza y a sus connotaciones sobrenaturales, en cuanto que, en dichas
narraciones, tanto animales como plantas se transforman por el arte mágico de la palabra en
auténticos personajes de ficción. Y así se explica, en base a una leyenda, el motivo por el cual
entre los componentes de la tribu el camaleón (p.28) y el cocodrilo (pp.31-‐32) son
considerados animales sagrados. Y también se dedica atención especial a un árbol, el
baobab, al que aparte de considerar un refugio y protección en momentos de peligro (pp. 37-‐
38), se atribuyen propiedades mágicas, y hasta se habla de un imaginario corazón (pp. 40-‐41),
sin que la autora deje de hacer referencia a su papel protagonista en una de las obras más
conocidas de la literatura francesa, El
Principito,
de Antoine de Saint-‐Exupéry (pp. 47-‐48). Por
otra parte, a estas historias recibidas y transmitidas cabría añadir otras, totalmente nuevas,
que comparten con las anteriores el hecho de que también sean referidas oralmente, y que,
por su carácter distinto a las tradicionales, ellos llamaban “las ocurrencias de Musik”, un
amigo de Essein, en cuyas fantasías hacían acto de presencia “fantasmas tontos que
tropezaban con los árboles, monos que hablaban con las hienas y las engañaban o árboles
cuyo fruto hacía de quien los probaba un adivino” (.p51). Así pues, se aúnan aquí dos tipos de
literatura oral, una, la tradicional, que es transmitida sin grandes modificaciones, y otra, la de
reciente creación, que se improvisa sobre la marcha, en el mismo acto de su relación. Vemos,
por tanto, cómo van confirmándose, a lo largo del análisis de la obra, esas innovaciones
introducidas sutilmente por Cecilia Domínguez en su relato, que, aparte del indudable
atractivo de su historia fundamental, ha sabido incorporar una serie de elementos técnicos
que contribuyen a enriquecer su relato, dotándolo de valiosos aspectos innovadores.
Y, centrándonos ya en la historia principal, hay que señalar que Los
niños
de
la
lata
de
tomate
cuenta ante todo una aventura, la de dos jóvenes de nuestros días, Essein y Ramala,
en un país africano real, Burkina Faso. Y es evidente que la decisión de optar por este espacio
concreto no ha sido un capricho baladí de la autora, sino que, conociéndola, pensamos que
optó por este escenario por algunas razones concretas. Vayamos pues, a las fuentes de
información y hagamos acopio de datos sobre esta nación africana.
Con una superficie de 274.200 kilómetros cuadrados y situada en el centro del continente
africano, carece de acceso directo al mar y está rodeada por países como Malí, Níger, Costa de
9
Marfil, Ghana, Togo y Benin. En julio de 2013 la Central
Intelligence
Agency calculaba que su
población ascendía a cerca de los 18 millones de habitantes, con una densidad de 46 habitantes
9
Véase su página web informativa sobre Burkina Faso.
360
|
por kilómetro cuadrado. La ONU considera que Burkina Faso, tras la República del Congo y
Tayikistan, es el tercer país más pobre del mundo. Se calcula que su renta anual per cápita es de
unos 1200 dólares. Se trata de un país sumamente plano, si bien atravesado por tres ríos: el
Nazinon (Volta Rojo), el Mouhoun (Volta Negro) y el Nakambé (Volta Blanco), lo que explica que
anteriormente se denominara Alto
Volta. (El actual nombre de Burkina
Faso, puesto por el
Presidente Thomas Sankara, significa “Patria de los hombres íntegros”). Por otra parte, su
proximidad al río Níger hace que parte de su territorio sea beneficiario de los recursos hídricos
del mismo. Dado su clima y ubicación, Burkina Faso alterna las etapas de sequía con las
inundaciones estacionales. Con una economía basada esencialmente en el sector primario, sus
mayores fuentes de recursos residen en la agricultura y la minería.
En cuanto a su historia política, al igual que otros países jóvenes del continente africano,
Burkina Faso fue una colonia que se independizó de Francia en 1960 y es en la actualidad una
república semipresidencialista, gobernada por Blaise Campaore y un Parlamento que éste
puede disolver cuando considera oportuno. Para acceder a la Presidencia dio un golpe de Estado
en 1987 el que fue asesinado el entonces gobernante y compañero suyo de armas Thomas
Sankara, circunstancias que sirvieron como material histórico a otro escritor del Archipiélago,
Antonio Lozano para escribir su novela documental El
caso
Sankara,
con la que obtuvo el I
10
Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona . Al encontrarse en el exilio desde
2004 los líderes de la oposición, Campaore ha logrado mantenerse en el poder hasta hoy.
Respecto a la población, que ya se ha dicho que ronda los 18 millones de habitantes, resulta
llamativo que en sus franjas por edades se perciba una acusada merma entre las personas entre
15 y 24 años, debido al brutal impacto de la epidemia del SIDA. La novela da cuenta explícita de
este azote brutal que en este caso acaba con la vida de uno de los amigos del protagonista,
Hakim, un muchacho del que se cuenta que “sus padres habían muerto de una enfermedad
desconocida en el lugar que se extendía como una plaga. (…) Se decía que la habían transmitido
unos monos, pero ahora se cebaba incluso con los niños. Hakim había nacido con el virus y las
medicinas de los blancos lo habían mantenido con vida” (p.19). A lo largo del relato, y sin que
esta circunstancia sea un impedimento en sus relaciones con los que lo rodean, asistiremos a su
vida en la tribu y con sus amigos, mientras va desencadenándose su progresivo deterioro, sin
que a última hora las medicinas de los blancos lleguen a tiempo para poder frenar su trágico
desenlace (p.69).
Pues bien, en este escenario particular hallaremos a Essein y Ramala, dos jóvenes que
deciden abandonar la
10
LOZANO, Antonio, El caso Sankara, Editorial Almurzara, s.l., 2006.
361
|
ERGA
GYNAIKEîA
VERSUS
STRATEÍA.
LA
POSICIÓN
DE
HERÓDOTO
ANTE
LA
MILITARIZACIÓN
FEMENINA
Guillermina
González
Almenara
En el trabajo que presentamos nos proponemos estudiar el posicionamiento de
Heródoto ante la participación de las mujeres en los asuntos militares. Hemos escogido el
género historiográfico para centrar este estudio porque la presencia femenina queda bien
enmarcada en su ámbito tradicional, el doméstico. Y hemos escogido a Heródoto de
Halicarnaso porque es considerado el primero de los grandes historiadores clásicos que puso
por escrito con rigor los sucesos históricos que no habían sido capaces de recopilar
logógrafos, atidógrafos y escritores de relatos costumbristas. Por tanto, la concepción del
relato historiográfico de Heródoto se distancia de la de sus predecesores al tratar de
presentar los acontecimientos tal y como habían sucedido. En su búsqueda de la claridad y la
objetividad, Heródoto acude a técnicas poco fiables para nuestros días, la autopsía
y el
1
contraste de datos . La primera consiste en la narración de aquellos sucesos que él había
2
visto con sus propios ojos . El contraste de datos, según su propia información, lo hacía
3
mediante preguntas directas a testigos de los sucesos que se disponía a narrar .
Pero nuestro historiador no siempre consigue dejar al margen de la narración sus juicios
personales, la moral de la época o las diferencias que él observaba entre los hombres y las
mujeres. Con ese planteamiento, no sólo presenta una visión de la historia tamizada por el
filtro de la moral ateniense sino que, faltando a su proyecto originario, incluye aclaraciones
1
La finalidad del contraste de datos era atenerse a la metodología histórica que había
establecido para la narración, a fin de diferenciarse de los escritores de relatos locales que le
habían precedido. No olvidemos que estamos ante el comienzo del género historiográfico y
que, hasta la llegada de Heródoto, no se contaba con una metodología histórica. Los
escritores se limitaban a narrar sin orden cronológico los sucesos locales de los que tenían
información. Muchos de esos relatos eran información transmitida oralmente sin constatar
su autenticidad.
2
Heródoto no aplicaba la autopsía a todos los acontecimientos, sólo a aquellos que le
resultaban llamativos o dignos de incluir en su obra porque eran diferentes de los sucesos,
costumbres y prácticas de la sociedad helénica.
3
La metodología empleada por los logógrafos que le precedían se llamaba opsis y consistía
en narrar únicamente lo que se había visto con los ojos. De esa manera, las limitaciones
espaciales y temporales eran muy grandes. Por eso tanto los logógrafos, como los
atidógrafos, restringían su campo de investigación al territorio en el que vivían y al tiempo
presente.
362
|
que considera necesarias para la comprensión de algunos comportamientos humanos, o del
propio relato.
Y como cabe esperar en una obra de historia, política y guerras, la posición de las
mujeres es claramente marginal, dado que la mayor parte de los relatos se ubican en el
ámbito de la guerra. Pero también porque los acontecimientos tienen lugar en la esfera de lo
público, que es donde el poder masculino estaba consolidado y las mujeres tenían restringido
el acceso. Por ese motivo la posición de Heródoto es la de un claro rechazo, tanto a la
militarización de las mujeres, como a su acercamiento al ámbito de la política. Las mujeres
4
deben ocuparse de "asuntos mujeriles" a los que él mismo denomina "erga
gynaikeîa" . Los
asuntos relativos al campo de batalla, a la militarización, a la política y a la disciplina militar,
"strateía", correspondían a los hombres. Esa idea se deja entrever en todo su relato histórico.
Unas veces, a modo de valoraciones personales que él mismo pone de relieve. Otras,
sirviéndose del relato para destacar los comportamientos de algunas mujeres ineptas para la
guerra y cobardes en los momentos decisivos.
Las diferencias que apunta Heródoto entre hombres y mujeres se observan desde varios
aspectos. Encontramos una primera diferencia en el espacio físico que ocupan unas y otros.
Para nuestro historiador, no es recomendable que la mujer esté en el campo de batalla, por
tanto hombres y mujeres no pueden compartir el mismo espacio físico. Heródoto, fiel a las
costumbres de su época, considera que el campo de batalla es un espacio masculino del que
5
la mujer tiene que ser apartada antes del comienzo de la contienda . Señala esta práctica
tanto en mujeres griegas como en mujeres no griegas, a quienes no duda en aplicarles lo que
ha venido a llamarse interpretatio
graeca, o lo que es lo mismo, la aplicación de moral y
6
costumbres griegas a sociedades que no lo eran . El hábito de alejar a las mujeres de la
guerra era muy frecuente. Heródoto nos dice que los foceos apartan de la guerra a sus hijos, a
7
8
sus mujeres y a sus bienes materiales para llevarlos en sus barcas a ciudades amigas . Esa
usanza llegó a ser tan habitual entre los griegos que se consideraba una prueba de amistad el
4
Cf. Hdt. IV 114.3-‐4
5
El alejamiento de las mujeres de la guerra era una práctica habitual en la época clásica que
también es recogida por otros historiadores, principalmente por Tucídides; vid. I 89.3; I
164.3; I 166.3; II 6.4; II 78.3; IV 123.4; VII 52.2; VIII 36.2; VIII 40.1; VIII 60β; VIII 142.4. La
práctica consistía en poner a salvo a mujeres, niños, ancianos, bienes y esclavos para
recuperarlos cuando terminara la guerra. El lugar que se escogía para dejar a las mujeres
debía ser seguro, estar suficientemente alejado del campo de batalla y ser una ciudad aliada
para garantizar la seguridad de las mujeres.
6
Al explicar la interpretatio
graeca, Heródoto presenta a la sociedad no griega como si en
realidad fuera una sociedad helénica. Por tanto, la juzga con los mismos parámetros de la
cultura griega y contrapone su modo de vida al modo de vida griego. Eso lo obliga a utilizar
léxico griego en contextos no griegos y a aplicar conceptos helénicos a pueblos extranjeros.
7
Cf. Hdt., I 164.3; I 166.3; VIII 36.2; VIII 40.1; VIII 60b.
8
Cf. Hdt., VIII 142.4
363
|
9
hecho de dejar a las mujeres, hijos y bienes en una ciudad aliada antes de emprender una
expedición militar. Heródoto aplica la misma separación de los espacios físicos a las mujeres
10
no griegas , para lo que vuelve a servirse de la interpretatio
graeca.
Desde la perspectiva griega, la presencia de las mujeres en el campo de batalla era un
acto irresponsable porque, ante una eventual derrota, su debilidad las haría caer en manos
11
12
del enemigo y serían reducidas a la esclavitud o dedicadas a la prostitución . Dado que las
13
14
mujeres representaban el honor familiar , una mujer ultrajada significaba un oîkos ultrajado
y una mancha que se transmitía a las generaciones posteriores. La mancha afectaba también
al marido, aunque hubiera tenido una conducta social, militar o política honrosa. Prueba de la
repercusión que tenía el honor femenino sobre el marido es que en las descripciones de los
alejamientos de las mujeres del campo de batalla, ellas son mencionadas después de los
hijos. Y sólo son mencionadas antes cuando son convertidas en esclavas o dedicadas a la
prostitución. En ambos casos, los esclavos y los bienes materiales son mencionados en
último lugar. Como puede observarse, el hombre muestra mayor interés por la protección de
su descendencia que por la de su esposa.
Los textos historiográficos y el propio Heródoto nos dan información acerca de la
presencia de mujeres griegas en el campo de batalla, pero no se trata de una transgresión del
espacio masculino, o de un planteamiento diferente por su parte. Es simplemente una
cuestión básica y natural: los soldados necesitaban alimentarse y los hombres griegos no
15
hacían la comida porque eso era asunto de mujeres ,
erga
gynaikeîa. Por consiguiente, la
9
Cf. Hdt., VII 52.2
10
Véase, con respecto a los tracios y peonios, Hdt., V 14.1; V 98.8. Con respecto a los
escitas, Hdt., IV 121.1.
11
Cf. Hdt., VI 19.3
12
Cuando la ciudad era derrotada por el enemigo también se producía una separación física
entre los sexos. Los hombres estaban destinados a morir, salvo excepciones. las mujeres sí
tenían cabida en la ciudad vencedora pero no como mujeres honrosas sino como
deshonradas. Eran reducidas a la esclavitud y a menudo llevadas a burdeles o convertidas
en flautistas o citaristas para los banquetes. Sobre el tratamiento que reciben las mujeres
en la guerra, véase SCHAPS, David, "The women of Greece in wartime". Classical
Philology,
vol. 77 (1987), pp.193-‐213.
13
Las esposas adquirían más honor y respeto cuando procreaban un heredero varón para
sus maridos. Sobre el honor y el respeto que adquirían las mujeres tras la maternidad, pero
en particular sobre el verdadero status que tenía la esposa en el oîkos y ante la ciudad, véase
SELTMAN, Charles, "The status of women in Athens". Greece
and
Rome, vol. 2 (1955),
pp.119-‐124.
14
El término oîkos se utilizaba en la Atenas clásica para designar el conjunto de las
posesiones familiares de un hombre: la mujer, los hijos, los esclavos, los animales
domésticos, los enseres y las tierras. Este conjunto funcionaba como un todo con
autonomía económica, jurídica, cultural y religiosa dentro de la ciudad.
15
Las tareas de las que debían encargarse las mujeres eran de dos tipos: las relacionadas
con la casa y las relacionadas con la procreación. La tarea más importante es la procreación
y el cuidado del niño en sus primeros años de vida, si era un varón, y hasta el matrimonio, si
364
|
presencia de las mujeres en el ámbito físico de las batallas tiene como única finalidad
16
garantizar el alimento de los soldados . Parece que esa costumbre era habitual pues es
17
mencionada por otros historiadores clásicos . Sin embargo, Heródoto sólo la presenta con
18
19
relación a sociedades no griegas como los persas o los egipcios .
Si la situación de la ciudad se volvía insostenible y se auguraba un final desgraciado, el
marido tenía el deber moral y social de matar a su mujer para evitarle la esclavitud o la
prostitución. El acto en sí era considerado una prueba de valor ante la sociedad, pues prefería
20
matar a la esposa y salvarle el honor antes de verla deshonrada por el enemigo.
Habitualmente, junto con la esposa se mataba a los niños. La muerte de las mujeres era
21
22
violenta, generalmente eran quemadas o degolladas . Pero cuando había una pequeña
posibilidad de salvación, no se mataba a todas las mujeres, sino que se dejaba un número
23
preciso a fin de garantizar el alimento . En los casos en que la ciudad estaba perdida y el
hombre había asesinado a su esposa y a sus hijos, solía finalizar su acto con el suicidio, que no
24
narra Heródoto con tanto detalle como hace con el asesinato femenino . Heródoto también
utiliza la interpretatio
graeca para explicar la permanencia de mujeres no griegas en el campo
25
de batalla, señalando que se quedan con los hombres para garantizar la procreación .
La segunda diferencia que establece Heródoto entre los géneros afecta a las capacidades
de unas y otros. En su opinión, los asuntos de las mujeres son los erga
gynaikeîa y los asuntos
de los hombres son los asuntos militares, strateía. Por eso, la mujer, que es definida social y
jurídicamente por sus erga
gynaikeîa, tampoco comparte el mismo ámbito intelectual y
se trataba de una niña. Las tareas relacionadas con la casa son la preparación del alimento,
el hilado y la custodia de la casa.
16
En las familias de condición social elevada, la esposa sólo se encargaba de la última fase
de la elaboración del pan, dejando la molienda del grano para las esclavas, ya que ése era un
trabajo fatigoso. Sólo en las familias pobres era donde la esposa debía encargarse
personalmente de todo. En situaciones de guerra y de asedio de la ciudad, las esposas
tenían que realizar el trabajo de las esclavas y encargarse por completo de la preparación
del grano, del tostado y de su cocción. Sobre este último aspecto, véase FIDIO, Pia de, "La
donna e il lavoro nella Grecia arcaica". Nuova
dwf, vols. 12-‐13 (1979), p. 197.
17
Tucídides señala esa práctica e indica el número de mujeres que permanecen en una
ciudad aliada, señalando la ratio de mujeres frente a hombres; vid. Tuc., II 78.3.
18
Cf. Hdt., VII 187.1.
19
Cf. Hdt., III 150.1; III 159.2.
20
Eso era lo que en sí mismas representaban las mujeres para la sociedad griega: cuerpos
físicos, receptores de la semilla masculina, y engendradores del futuro simiente de un oîkos,
que debía ser de género masculino.
21
Cf. Hdt., I 176.1.
22
Cf. Hdt., VII 107.2.
23
Cf. Hdt., III 150.2; III 159.2.
24
Cf. Hdt., I 176.1
25
Cf. Hdt., II 30.4.
365
|
racional que el hombre, porque la mujer tiene una naturaleza débil e inconstante. Con ese
planteamiento, Heródoto manifiesta su rechazo a la militarización femenina cada vez que
26
tiene oportunidad de hacerlo . Así, en el relato de la petición de un ejército por parte de
Feretima, la gobernadora regente de Cirene, Heródoto narra minuciosamente la respuesta
dada por Eveltón, que considera que a las mujeres no se les debe dar un ejército sino un huso
27
y una rueca para hilar . Ya que el huso y la rueca simbolizan la preparación de la lana para el
28
bordado y esa labor estaba dedicada a las esclavas y no a las esposas , la respuesta de
Eveltón no sólo establece distancias entre los géneros sino que comporta un determinado
grado de ofensa para Feretima.
La inferioridad de las mujeres en la guerra es señalada por Heródoto en numerosos
29
pasajes y sirve de argumento para incitar en la lucha a los soldados, comparándolos con
30
mujeres si muestran cobardía . Por esa inferioridad es por lo que Heródoto dice que los persas
no vengaban los raptos de sus mujeres, al considerarlos actos menores e inevitables en todos los
31
conflictos militares , añadiendo que los propios persas calificaban de insensatos a quienes
32
hacían caso a las artimañas femeninas . La inferioridad femenina era muy peligrosa en caso de
rendición o derrota porque las mujeres son cobardes y cuando caen en manos del enemigo se
33
vuelven manipulables y son utilizadas por éstos para chantajear a los soldados y obligarlos a
34
someterse .
A pesar de su rechazo a la militarización femenina, Heródoto admite la participación de las
mujeres en los asuntos bélicos, a modo de una pequeña colaboración acorde con su naturaleza y
26
27
Cf., Hdt., VIII 93.1.
Cf. Hdt., IV 162.2-‐3; IV 165.1-‐3; IV 167.2.
28
Aunque la hilandería era un trabajo femenino y considerado como representativo de la
esposa, la preparación de la lana con el huso y la rueca no lo era. La esposa de familia
acomodada no se encargaba de la preparación del hilo porque era un trabajo fatigoso que
debía realizarse de pie, dadas las dimensiones del telar griego, que era vertical. La labor de
las esposas de condición social elevada era el bordado de paños con el que mostraban sus
habilidades al marido. Para una mayor información sobre las características del telar griego,
véanse, entre otros, SAVALLI, Ivana. La
donna
nella
società
della
Grecia
antica. Bolonia,
1983, p. 83; HERFST, Pieter, Le
travail
de
la
femme
dans
la
Grèce
ancienne. Nueva york,
1979, pp.20-‐23.
29
Cf. Hdt., IV 121.2; VIII 68α.1-‐2.
30
Cf. Hdt., II 102.5
31
Esta afirmación de Heródoto ha sido objeto de estudio por parte de algunos
investigadores pues, tras ella se oculta la opinión personal del historiador y los prejuicios de
la época. Pero también porque puede adivinarse la creencia argumentada por la literatura
griega de corte misógino que basaba el adulterio femenino en la idea de que las mujeres
obtenían mayor placer sexual que los hombres. Para una información más detallada sobre
esa teoría, véase WALCOT, Peter, "Herodotus on rape". Arethusa, vol.11 (1978), pp.137-‐147.
32
Cf. Hdt., I 4.2.
33
Cf. Hdt., IX 76.1-‐3.
34
Cf. Hdt., III 45.4.
366
|
35
con sus artes mujeriles . Y son esas artes el argumento de Heródoto para explicar la entrada de
unas mujeres espartanas en las celdas de sus maridos para charlar con ellos. Las mujeres se
sirvieron de sus artes mujeriles para convencer a los carceleros. Su astucia las llevó a
intercambiarse las ropas con ellos y dejar que fueran sus maridos los que abandonaran las
36
celdas . Parece que los carceleros quedaron tan hipnotizados con las artes mujeriles de las
espartanas que no notaron las diferencias físicas en los rostros de los que abandonaron las
celdas.
Otra de las artes mujeriles que señala Heródoto es la capacidad de seducir mediante las
palabras y los gestos. Por eso, para nuestro historiador, muchas de las malas decisiones de los
hombres son el fruto del mal consejo de una mujer. Sirvan como ejemplo los errores cometidos
37
38
por Ciro, que Heródoto justifica por haber seguido los consejos de Atosa y Tomiris . También
39
culpa de los fracasos bélicos a todos los hombres que se dejan aconsejar por sus madres .
Los pasajes más claros del rechazo de Heródoto a la militarización femenina son también
fruto de su "interpretatio
graeca". Así, en uno de los combates entre Persia y Atenas, Heródoto
presenta el argumento de Artemisia como un testimonio poco creíble, cuando en realidad era
40
un argumento más inteligente que el defendido por Jerjes , ya que ella consideraba erróneo el
41
ataque por mar a Atenas, dada su fortaleza naval , y aconsejaba un ataque terrestre. Pero
Jerjes desatiende el consejo de Artemisia, en virtud de la ineptitud femenina para los asuntos
42
militares, y sigue el dictamen de la mayoría de sus generales . De ese modo, tienen lugar dos
batallas contra Atenas, la de Artemisia por tierra y la de Jerjes por mar.
Heródoto narra los acontecimientos de diferente modo. Sobre el combate marítimo de
Jerjes, que finalizó con una derrota, aporta escasos datos. Sobre el combate terrestre de
Artemisia, que también terminó en derrota, hace una narración exhaustiva, describiendo, con
toda clase de detalles, los errores cometidos por esta mujer. Heródoto señala que Artemisia
rompe pactos militares que no habría roto un hombre, así cuando se ve acorralada traiciona a
43
sus amigos y se pone del lado del enemigo, Atenas . Pero cuando es rescatada por los que
primeramente habían sido sus amigos, los persas, traiciona a los griegos y, para ocultar a los
35
Esa idea aparece también en la obra de Tucídides (II 4.2). La colaboración de las mujeres
en la guerra consistía en tirar tejas al enemigo, desde lo alto de las casas. Su colaboración
siempre era modesta y no aportaba grandes beneficios a la batalla pero era la única
colaboración que les permitía la sociedad griega.
36
Cf. Hdt., IV 146.3-‐4.
37
Cf. Hdt., III 134.1; VII 3.4.
38
Cf. Hdt., I 205.1; I 206.1-‐3; I 208.1; I 211.3.
39
Cf. Hdt., IV 43.1.
40
Heródoto narra una segunda consulta de Jerjes a Artemisia en la que acepta del consejo
de la mujer sólo porque coincidía con el suyo; cf., Hdt. VIII 101.1; VIII 102.1-‐3; VIII 103.1.
41
Cf. Hdt., VIII 68.1-‐68α.2; VIII 68β.1-‐2; VIII 68γ.1.
42
Cf. Hdt., VIII 69.2.
43
Cf. Hdt., VIII 87.1-‐2; VIII 87.4.
367
|
44
persas su anterior traición, finge una victoria sobre los atenienses . Artemisia, por tanto, es
inepta para los asuntos militares, traidora, cobarde y mentirosa. Y eso también eran habilidades
femeninas y, en buena medida, artes mujeriles. Con la narración que hace Heródoto del
episodio de Artemisia, el error cometido por Jerjes con anterioridad, queda convertido en una
leve equivocación.
Nos resulta singular que Jerjes, tras los episodios bélicos de Artemisia, decida poner a sus
hijos en manos a una mujer cobarde y traidora para sacarlos del campo de batalla y llevarlos
45
sanos y salvos a Éfeso . Por ello nos cuestionamos si ese episodio está narrado
exclusivamente desde la perspectiva de Heródoto, contraria a la militarización femenina, y
carece del rigor histórico que observamos en otras partes de su obra.
Al margen de la opinión personal de Heródoto, no debemos olvidar el carácter literario
de su obra. El género historiográfico pretendía contar sucesos históricos con aparente rigor y
Heródoto, como historiador, trata de parecer riguroso y objetivo ante sus contemporáneos.
Por ese motivo, creemos que incluye en su relato la información que conocía sobre mujeres
de pueblos bárbaros con costumbres, que no siempre aprobaba, pero que le permiten
simular rigor y objetividad.
La información sobre las mujeres de sociedades no griegas está incluida dentro de lo que
46
él denomina "hechos
sorprendentes", -‐zaumasía -‐, y que destacan por sí mismos debido a su
47
rareza y su carácter extraordinario . Se trata de relatos de mujeres que gobiernan
48
ciudades . Heródoto admite lo que no puede rechazar, el poder político de las mujeres, pero
49
rechaza su actuación . Así, de Feretima acepta su poder político en Cirene tras la expulsión
50
de su hijo , pero señala su ineptitud para los asuntos militares, como se desprende del
44
Cf. Hdt., VIII 88.1-‐3.
45
Cf. Hdt., VIII 107.1.
46
Cf. Hdt., I 93.1; II 35.1.
47
Vid. SCRADER, Carlos, "Tipología y orígenes de la historiografía griega" en LÓPEZ EIRE,
Antonio y SCHRADER, Carlos (eds.), Los
orígenes
de
la
oratoria
y
la
historiografía
en
la
Grecia
clásica, Zaragoza, Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de
Zaragoza, 1994, p. 133.
48
Véase, por ejemplo a Semíramis, cf., Hdt., I 184.1. También Nitocris, cf., Hdt., I 185.5; II
100.1-‐2.
49
Heródoto admite el poder político de las mujer pero siempre se trata de un poder que
está ligado a la mujer por su naturaleza sexual. La mujer accede al poder porque ha sido
esposa o hija del gobernante anterior pero también porque actúa de regente mientras su
hijo llega a la mayoría de edad, o en su destierro. Se trata siempre de un poder monárquico,
por lo que excluye el acceso de la mujer al poder a consecuencia de sus habilidades
políticas. Por tanto, el nexo entre la mujer y el poder es la procreación. Sobre la actitud de
Heródoto ante las mujeres que participan de la política, véase TORRAIX, Alexandre, "La
femme et le pouvoir chez Hérodote". Dialogues D'histoire Ancienne, vol.2, núm 1 (976),
pp.369-‐386.
50
Cf. Hdt., IV 165.1; IV 200.1.
368
|
51
episodio de Eveltón . De Artemisia acepta que gobierne en Halicarnaso, pero señala su
52
traición en el momento del combate . De Tomiris, la reina de los masagetas, señala su
incapacidad militar porque resuelve los problemas con sus "artes mujeriles": seducción y
53
coquetería .
Heródoto incluye, dentro de los episodios extraordinarios, los relatos de mujeres que
participan en la guerra. Esos relatos tienen en común el hecho de que las mujeres reciben el
tratamiento de un singular colectivo ya que, siendo anónimas y plurales, realizan una acción
54
55
conjunta: generalmente conducir los carros de combate , o ayudar a sus maridos Estas
colectividades de mujeres también pasan por el filtro de la opinión de Heródoto y por el de la
"interpretatio
graeca". Queremos situar en un lugar especial a un colectivo particular de
mujeres, las amazonas, puesto que la tradición literaria griega las presenta como mujeres
guerreras de gran valor y sobradas aptitudes militares. Es curioso que sobre esas mujeres
Heródoto evite pronunciarse, quizás porque la tradición las tenía en gran estima y un claro
rechazo hacia sus cualidades podría generar dudas sobre su rigor científico. Por eso se limita
a transmitir la fama que corría sobre ellas, tratando de no dejar entrever su opinión
56
personal .
Tras nuestro análisis, creemos que Heródoto defiende en su obra una postura de claro
rechazo a la militarización femenina y a la inclusión de la mujer en aquellos ámbitos públicos
en los que haya una posición de equidad con el hombre. Los erga
gynaikeîa pertenecen al
ámbito privado, a la esfera familiar y doméstica, ámbito tradicionalmente relacionado con las
mujeres. La strateía requiere una capacidad intelectual y física que Heródoto no reconoce en
las mujeres. Las habilidades que requiere la strateía bien podrían agruparse bajo la
denominación de "erga
andreîa", "asuntos de hombres". Esas habilidades son contempladas
por nuestro historiador como habilidades masculinas innatas para las que las mujeres
estaban impedidas por su naturaleza débil y cambiante.
51
Cf. Hdt., IV 162.2-‐3.
52
53
Cf. Hdt., VII 99.1-‐3; VIII 87.1-‐2; VIII 87.4; VIII 88.1-‐3.
Cf. Hdt. I 205.1; I 206.1-‐3; I 208.1; I 211.3.
54
55
Es el caso de las mujeres de los zaveces, cf., Hdt., IV 193.1.
Es el caso de las mujeres de los esclavos persas, cf., Hdt., VII 39.1.
56
Cf. Hdt., IV 110.1-‐2; IV 111.1; IV 112.1.
369
|
IMAGEN
Y
PODER
FEMENINO
EN
EL
ITINERARIO
DE
EGERIA
José
Antonio
González
Marrero
Carolina
Real
Torres
INTRODUCCIÓN.
De manera general, debido a necesidades académicas o a la comodidad, usamos una
concepción simplista y desfigurada de los últimos siglos del Imperio romano que, en realidad,
esconde una naturaleza polimórfica para cada una de las provincias que lo componían.
Aunque este vasto territorio que dominaban los romanos ofrece muchas realidades
comunes, en el intento de conseguir una visión más ajustada de sus saberes conviene
recordar que cada región compone su propio contexto.
Son pocas las voces femeninas que se abrieron camino en estos lugares, cuyos actos han
llegado hasta nuestros días. Y ello es normal en sociedades en las que los hombres
dominaban las letras, la religión, la política y el pensamiento. Estos saberes engloban no sólo
el conocimiento de la palabra y su divulgación intelectual, sino el desarrollo personal e
individual en una sociedad en la que la preparación y el talento no estaban destinados a la
figura femenina, salvo que gozaran de cierto estatus económico. Las mujeres que podían
alcanzar determinado reconocimiento a su actividad en estos ámbitos poseen una situación
social relativamente desahogada porque su identidad está unida a una familia. Ello nos hace
pensar que por imitación al varón ciertas mujeres pudientes ejercieron un fuerte poder
emancipador a finales del Imperio que les permitió desempeñar un papel dominante sin
1
prejuicios de otra índole . Como señalan Cotter-‐Lynch y Herzog, editores del Reading
Memory
and
Identity
in
the
Texts
of
Medieval
European
Holy
Women, la identidad femenina en
la Edad Media procede del triángulo memoria – imaginación – imitación, enmarcado
retóricamente en la producción de textos y representaciones discursivas que ayudan a definir
2
su género . Y esto es precisamente lo que debemos destacar de nuestra protagonista, una
mujer a la que consideramos de una clase acomodada capaz de acometer sola su viaje a
1
PASCUAL, Carlos, «La dama peregrina». Arbor, vol. CLXXX, núm 711-‐712 (marzo-‐abril
2005), pp. 451-‐464.
2
COTTER-‐LYNCH, Margaret – HERZOG, Brad (eds.), Reading
Memory
and
Identity
in
the
Texts
of
Medieval
European
Holy
Women. Nueva York, Palgrave Macmillan, 2012.
370
|
Tierra Santa, sin duda alguna encabezando la corriente de peregrinas hispanas que tanto
3
critican San Jerónimo y San Gregorio de Nisa .
No obstante, la clave para comprender la importancia que Egeria tiene en el panorama
cultural y religioso de las postrimerías del Imperio romano se deduce del contexto histórico
4
en el que vivió, la Galicia del siglo IV , una sociedad predominantemente masculina, en la que
la mujer ocupaba un lugar muy secundario y vivía confinada en un ámbito cerrado, como la
casa o el monasterio a expensas de un pater
familias
o de la autoridad eclesiástica masculina
5
correspondiente . Esta fuerte estructura patriarcal, que hunde sus raíces en el pensamiento
6
griego clásico y en la práctica social de la antigua Roma , se hace patente en la división social
aplicada a las mujeres (campesinas, religiosas y nobles). De estos tres estamentos, Egeria
debía pertenecer al grupo de nobles que desempeñan algún tipo de papel religioso a las que,
en palabras de Juan Félix Bellido, “se coloca en las órdenes y en los roles que para ellas define
7
la institución eclesiástica” .
Contrariamente a estas generalidades, nuestra protagonista, Egeria, rompe esquemas y
aporta una nueva visión de la historia femenina, que viene dada por el espacio propio que
debía tener como persona y, lo que es más relevante, por el acceso a la cultura. En esto
3
PASCUAL, Carlos, «art. cit.», p. 455: San Jerónimo dice de los Santos Lugares: “...Y es tal
la aglomeración de uno y otro sexo que, lo que en otro sitio pretendías evitar, no era sino
parte de todo lo que aquí tienes que aguantar”. Por su parte, San Gregorio de Nisa en su
Epístola
Segunda critica a las mujeres que se exponen al peligro: “Puesto que en aquellos
lugares de Oriente las posadas, las hospederías y las ciudades tienen mucho de licencioso y
de indiferente hacia el mal ¿cómo se puede conseguir que a quien anda entre humos no se
le irriten los ojos?”.
4
En general, la bibliografía actual tiende a consensuar Galicia como lugar de origen y
partida de Egeria. Vid., por ejemplo, ARCE, Agustín, Itinerario
de
la
Virgen
Egeria (381-‐384).
Madrid, Editorial Católica, 1980, pp.23-‐27; ALMAZÁN, Vicente, «De Santa Silvia a Egeria:
en busca da primeira escritora galega». Grial, 94 (1986), pp.399-‐410; ARMADA PITA, Xosé-‐
Lois, «El culto a Santa Eulalia y la cristianización de Gallaecia: Algunos testimonios
arqueológicos». Habis, 34 (2003), pp.365-‐388 (p. 365); BODELÓN, Serafín, «Nombres para
la historia hispana del siglo IV d.C.». Memorias
de
Historia
Antigua,
18 (1997), pp.299-‐317 (p.
310); LINAGE CONDE, José Antonio, «El monacato femenino entre la clausura y la
peregrinación: en torno a Egeria». Studia
monastica, 34, 1 (1992), pp.29-‐40 (pp.30-‐32).
5
BELLIDO, Juan Félix, La condición femenina en la Edad Media. Aproximación a la mujer
medieval y a las escritoras en un mundo tradicionalmente patriarcal. Córdoba, Ediciones El
Almendro, 2010, p.13; WADE LABARGE, Margaret, La mujer en la Edad Media. Madrid,
Nerea, 2003, p.13.
6
Aristóteles afirmaba que “el varón es más apto para la dirección que la hembra [...] No es
la misma templanza la de la mujer que la del hombre, ni la misma fortaleza, como creía
Sócrates, sino que la del hombre es una fortaleza para mandar; la de la mujer, para servir, y
lo mismo las demás virtudes”. Vid. ARISTÓTELES, Política. edición bilingüe y traducción de
Julián Marías y María Araujo, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1989, pp.22-‐25.
7
Cf. BELLIDO, Juan Félix, «art. cit.», p.16; CASAGRANDE, Carla, “La mujer custodiada”, en
KLAPISCH-‐ZUBER, Christiane (dir.), Historia
de
las
Mujeres:
La
Edad
Media, T. III, Madrid,
Taurus, 2000, p.113.
371
|
Egeria se adelanta a su tiempo al mostrar un bagaje cultural más propio de un hombre que de
una mujer y una libertad de acción que, sin duda, escandalizaría a cualquier pensador de
siglos posteriores.
LA OBRA DE EGERIA ENTRE LAS PEREGRINATIONES
MEDIEVALES.
En el panorama que hemos detallado para el siglo IV, hay que señalar también el
comienzo de un flujo constante, jamás interrumpido, de mujeres y hombres a los lugares
8
santos y a la tumba de Cristo . Son peregrinationes
pro
amore
dei. En este sentido, cien años
antes de la desmembración del Imperio romano de Occidente, en las provincias,
concretamente en Hispania, las mujeres de clase social alta debían gozar de cierta autonomía
que les permitiera desplazarse con total libertad por otros puntos del territorio romano. No
en vano, como ya hemos señalado, San Jerónimo se hace eco de estas hispanas que se
9
desplazaban a los lugares santos . Y para corroborar este germen de independencia
femenina, que para nosotros es un indicativo claro de los primeros pasos hacia la igualdad
que se verá truncada por las restricciones religiosas durante la Edad Media, disponemos de
una fuente directa, la obra de Egeria.
El Itinerarium
ad
loca sancta es un texto de valor único en la literatura hispana escrita por
mujeres. Egeria escribe en latín con un estilo llano y sencillo dentro de un sermo
cotidianus
deliberado, puesto que la erudición clásica pagana estaba mal vista, pero su ejemplo nos
proporciona la imagen del acceso de la mujer a la cultura y constituye, al mismo tiempo, un
10
ejemplo aislado y singular de su época .
En varias ocasiones, la narración se ha definido como un relato turístico-‐bíblico, para
cuya exposición y vivencias la autora elige la epístola. Aunque su carta va dirigida a unas
“dominae uenerabiles sorores”
(3.8 y 20.5), “dominae animae meae” (19.9) y “domnae,
8
La Iglesia aprovechó este movimiento popular que se había producido de manera
espontánea con fines evangelizadores. Vid. GONZÁLEZ LUIS, José, «Origen y espíritu de
las antiguas peregrinaciones ad
loca
sancta». Fortunatae, 3 (1992), pp.265-‐285 (p.281).
9
PASCUAL, Carlos, «art. cit.», p. 457 menciona a otras mujeres de origen hispano: Melania,
quien emprendió su viaje entre el 371 y 372 en compañía de Rufino de Aquileya y Poemenia,
que comenzó su recorrido el año en que finaliza Egeria su itinerario.
10
G. F. Gamurrini descubrió el manuscrito en 1884 en la biblioteca de la Fraternita dei Laici
de Arezzo y publicó la Editio
Princeps en 1887. Con posterioridad se han realizado varias
ediciones. Nuestras citas proceden del texto latino de la edición de HERAEUS, Wilhelm
(1908), Heidelberg, C. Winter, «Silviae vel potius Aetheriae peregrinatio», <http://www.hs-‐
augsburg.de/~harsch/Chronologia/Lspost04/Egeria/ege_it00.html> (22 de agosto de 2013).
La traducción castellana procede de DOMÍNGUEZ MERINO, Manuel, Biblioteca Cívica
Digital,
Mérida (2005), Itinerario
o
Peregrinación
de
Egeria
(siglo
IV)
<http://marianosalazar.
iespana.es> (30 de agosto de 2013).
372
|
11
lumen meum” (23.10), que habían quedado en su lugar de origen , con total probabilidad,
Egeria la escribía para darla a conocer y que fuera leída, como otros itinerarios de
peregrinación, en voz alta, puesto que su función era incitar al creyente a emprender su
12
misma peregrinación . El texto que conservamos está incompleto: no se ha preservado la
primera parte, para la que autores como E. Popeanga han propuesto una reconstrucción “de
13
laboratorio” a través del Petri
Diaconi
liber
de
locis
sanctis . En ésta, nuestra aventurera se
traslada desde la Gallaecia hasta el Monte Sinaí. El arranque de la segunda fase del viaje de
Egeria a su llegada al Sinaí es el que ha llegado a nosotros: después se dirige al monte Horeb
y, a continuación, tras atravesar el país de Gesen, regresa a Jerusalén. Luego continúa hasta
el Monte Nebó y Samaria: “Pasado un tiempo y por inspiración divina sentí nuevamente
deseos de ir a Arabia, esto es, al monte Nebó, donde Dios mandó subir a Moisés diciéndole:
‘Asciende al monte Arabó, monte Nebó, en tierras de Moab, frente a Jericó, y contempla la
tierra de Canán, que yo doy en posesión a los hijos de Israel, y muere en ese monte a dónde
14
vas a subir’” .
Sin embargo, cuando han pasado tres años desde el comienzo de su viaje, decide que es
hora de emprender el regreso a casa. Según los estudiosos, corría el año 384, por lo que las
15
fechas propuestas para la redacción del Itinerarium
oscilan entre el año 381 y el 384 ,
momento en el que escribe desde Constantinopla:
“Desde aquí, señoras mías, luz de mis ojos, mientras que escribía para vuestra caridad,
(os diré) que tenía el propósito de acercarme a Asia, en nombre de Cristo, Dios nuestro,
quiero decir a Éfeso, al sepulcro del santo y beato apóstol Juan, para hacer oración. Si,
después de todo esto, sigo viva, si logro conocer personalmente algunos lugares más y si
Dios se digna concedérmelo, procuraré contarlo a vuestra caridad, y os relataré tanto lo que
11
LINAGE CONDE, José Antonio, «art. cit.», p.33; PASCUAL, Carlos, «art. cit.», pp.451-‐452.
Pascual establece que “el hecho de que Egeria se dirija a unas dominae
et
sorores ha hecho
que se la identificara con una monja, pero que desde mucho antes de que naciera Egeria, la
expresión soror, empleada coloquialmente, tenía una mera connotación de afecto, ni
siquiera necesariamente de parentesco. Teniendo en cuenta esto, las dominae
et
sorores
serían unas «respetables amigas» o, incluso, «queridas amigas” (p. 452).
12
POPEANGA, Eugenia, «El viaje iniciático. Las peregrinaciones, itinerarios, guías y
relatos». Filología románica, Anejo 1 (1991), pp.28-‐29.
13
POPEANGA, Eugenia, «art. cit.», p.30.
Itin.
10. 1-‐2: “Item transacto aliquanto tempore et iubente Deo fuit denuo uoluntas
accedendi usque ad Arabiam, id est ad montem Nabau, in eo loco, in quo iussit Deus
ascendere Moysen dicens ad eum: ‘Ascende in montem Arabot, montem Nabau, qui est in
terra Moab contra faciem Iericho, et uide terram Chanaan, quam ego do filiis Israhel in
possessionem, et morere in monte ipso, in quem ascenderis’”.
14
15
LINAGE CONDE, José Antonio, «art. cit.», p.30; DEVOS, Paul, «La date du voyage
d’Egérie». Analecta
Bollandiana, 85 (1967), pp. 165-‐194; ibid. pp.381-‐400 y p.86 (1968), pp.
87-‐108.
373
|
conserve en la memoria, como lo que llevo escrito. Entretanto, vosotras, señoras, luz mía,
16
procurad acordaros de mí, tanto si estoy viva, como si estoy muerta” .
17
Después de esto se pierde su rastro, sin que tengamos constancia de su regreso . Hay
que tener en cuenta que la peregrinación medieval es un tipo de viaje hecho por la devoción
religiosa que implica una serie de rituales, entre los que podemos identificar un itinerario
concreto hacia un espacio sagrado cumpliendo siempre las etapas fijadas antes de
18
emprender el camino, pero, concluido el itinerario, nada asegura la vuelta . Las pretensiones
de Egeria están, como cualquier otro cristiano, en rezar y dar gracias a Dios: “causa
19
orationis”; “gratia orationis”
o “Deo nostro Iesu gratias agere”
-‐dice ella , pero también ver y
20
tocar, como sucede con los altares o templos . Sus razones primeras quedan de manifiesto a
su entrada a la ciudad de Edesa: “El santo obispo de aquella ciudad … me dijo: ‘Hija, como
veo que por amor a la religión te has tomado tan enorme trabajo de venir desde los más
lejanos confines hasta estas tierras, te digo que, si a bien lo tienes, te mostraremos con
mucho gusto todos estos lugares gratos a los cristianos’. Dando gracias a Dios en primer
21
lugar, le rogué muy encarecidamente que tuviera a bien hacer lo que me decía” .
LA IMAGEN DE EGERIA EN EL ITINERARIUM
AD
LOCA
SANCTA.
Hemos planteado ya que una mujer que viaja sola y sin marido en el siglo IV, aunque sea
en peregrinación y porque siente la llamada divina, debe ser adinerada y tener cierto poder
ante el estamento eclesiástico:
Egeria no dice su edad, aunque sí habla de la de otros, como del obispo de Arabia, de
quien indica que es de “avanzada edad”. Ella, en cambio, debe ser una mujer madura, pero no
muy mayor, de unos treinta años, de lo contrario no habría sido capaz de sobrellevar la
16
Itin.
29.10: “De quo loco, domnae, lumen meum, cum haec ad uestram affectionem
darem, iam propositi erat in nomine Christi Dei nostri ad Asiam accedendi, id est Efesum,
propter martyrium sancti et beati apostoli Iohannis gratia orationis. Si autem et post hoc in
corpore fuero, si qua praeterea loca cognoscere potuero, aut ipsa praesens, si Deus fuerit
praestare dignatus, uestrae affectioni referam aut certe, si aliud animo sederit, scriptis
nuntiabo. Vos tantum, dominae, lumen meum, memores mei esse dignamini, siue in
corpore siue iam extra corpus fuero”.
17
BRAVO BOSCH, María José, «La importancia de Egeria en el mundo tardorromano», en
JAIME DE PABLOS, María Elena (ed.) Identidades
femeninas
en
un
mundo
plural, Edición en
CD-‐ROM, Sevilla, Arcibel Editores, 2009, pp.85-‐86.
18
WHALEN, Brett Edward (ed.), Pilgrimage
in
the
Middle
Ages:
A
Reader.
Readings
in
Medieval
Civilizations
and
Cultures, 16. Toronto: University of Toronto Press, 2011, XI.
19
Itin. 13.1; 17.1; 23.3 y 23.9-‐10.
20
Vid. GONZÁLEZ LUIS, José, «art. cit.», pp.281-‐282.
Itin. 19.5: “Et quoniam sanctus episcopus ipsius ciuitatis… ait michi: ‘Quoniam uideo te,
filia, gratia religionis tam magnum laborem tibi imposuisse, ut de extremis porro terris
uenires ad haec loca, itaque ergo, si libenter habes, quaecumque loca sunt hic grata ad
uidendum Christianis, ostendimus tibi’: tunc ergo gratias agens Deo primum et sic ipsi
rogaui plurimum, ut dignaretur facere, quod dicebat”.
21
374
|
dureza del trayecto, de la que ella misma habla al subir al Monte Sinaí: “…se suben con
infinitos trabajos, porque no vas ascendiendo lentamente en círculo, o sea, en caracol, sino
todo en derecho hacia arriba, como por una pared y bajar por derecho cada uno de dichos
22
montes, hasta llegar a la raíz del que está en medio, que es propiamente el Sinaí” y más
adelante señala: “Así por la voluntad de Cristo Dios nuestro, ayudada por las oraciones de los
santos que nos acompañaban y con grandes trabajos me fue forzoso subir a pie, pues ni
siquiera podía ir en silla. Sin embargo, no se notaba el esfuerzo, (en este sentido se
superaban las dificultades, viendo cómo con la ayuda de Dios se iban cumpliendo mis
23
deseos)” .
Obviando el hecho de que posiblemente Egeria viajase en nombre de una comunidad
religiosa, descubrimos en ella un carácter devoto que se manifiesta en la lectura de pasajes
bíblicos y del salmo apropiado para cada ocasión. Suponemos, por tanto, que es una mujer
culta que leía y llevaba consigo una Biblia, lo cual significa adelantarse a su tiempo al menos
doscientos años, pues hasta el siglo VI no se les exige a las monjas saber leer y escribir, algo
que no era requisito para el común de las mujeres y tan sólo sería un complemento que la
mejoraría en otros objetivos. Egeria utiliza siempre la primera persona en sus cartas: decidí,
sentí deseos, expresiones todas que nos hablan de una personalidad fuerte, un espíritu
inquieto y ávido de conocimiento. Y es que sabemos que realiza su itinerario pro
amore
dei,
como cualquier otra persona que viaja, pero pasea, observa, reflexiona y se interesa por
pequeños detalles de árboles, huertos o construcciones. De este modo, en numerosas
ocasiones muestra su punto de vista. Así, dice: “Entonces yo, como soy tan curiosa, comencé
preguntándole qué valle era aquel en que el santo monje se había construido su monasterio,
24
porque yo pensaba que debería haber sido por alguna razón importante…” . O, en otro
momento, señala: “Partiendo de aquí, caminamos por los territorios de Jesé, siempre entre
viñas, que producen vino, y otras que dan bálsamo, y entre frutales muy bien cuidados y
muchos huertos, recorriendo todo el camino a lo largo de la ribera del río Nilo, con
numerosas fincas, que antiguamente fueran viviendas rurales de los hijos de Israel. ¿Y qué
25
más? Creo no haber visto jamás en ningún lugar tierra como la de Jesé” . E, incluso, opina
22
Itin. 3.1: “Qui montes cum infinito labore ascenduntur, quoniam non eos subis lente et
lente per girum, ut dicimus in cocleas, sed totum ad directum subis ac si per parietem et ad
directum descendi necesse est singulos ipsos montes, donec peruenias ad radicem
propriam illius mediani, qui est specialis Syna”.
23
Itin.3.2:
“Hac sic ergo iubente Christo Deo nostro adiuta orationibus sanctorum, qui
comitabantur, et sic cum grandi labore, quia pedibus me ascendere necesse erat, quia
prorsus nec in sella ascendi poterat, tamen ipse labor non sentiebatur, (ex ea parte autem
non sentiebatur labor, quia desiderium, quod habebam, iubente Deo uidebam compleri)”.
24
Itin. 16.3: “Tunc ego, ut sum satis curiosa, requirere coepi, quae esset haec uallis, ubi
sanctus monachus nunc monasterium sibi fecisset; non enim putabam hoc sine causa
esse”.
25
Itin. 9.4:
“Proficiscentes ergo inde totum per terram Gessen iter fecimus semper inter
uineas, quae dant uinum, et uineas, quae dant balsamum, et inter pomaria et agros
cultissimos et hortos p<lu>rimos iter habuimus totum super ripam fluminis Nili inter fundos
375
|
sobre la arquitectura de los santuarios: “Situado en mitad de una planicie hay un montículo
mediano, construido a manera de como suelen ser las tumbas, pero más grande. En lo alto
está situada la iglesia y en la parte más baja, rodeando el montículo, se pueden distinguir a su
26
alrededor grandes cimientos antiguos. Allí habitan algunas pocas personas” . Y “La iglesia
27
que allí hay es grande y bastante hermosa y de construcción moderna” . Y llega a bromear
también cuando describe el momento de adoración de la madera de la santa cruz: “El obispo,
sentado, aprieta bien con sus manos el sagrado madero, mientras que los diáconos situados
alrededor lo vigilan. Y lo custodian así porque cuentan que, en cierta ocasión, hubo alguien
que hincó los dientes y arrancó una astilla de la santa reliquia. Por eso ahora están atentos los
28
diáconos, no sea que alguno al pasar se atreva a hacer lo mismo” .
Por otro lado, el poder, tal como puede aplicarse a Egeria, es un concepto más amplio
que el que, de manera cotidiana, se refiere al campo político, aunque éste sea determinante a
29
la hora de concebirlo o ejercerlo : nuestra peregrina dispone de una situación acomodada,
cuyos recursos y privilegios se ponen de manifiesto cuando ha de ser recibida por obispos y
clérigos:
“Alcanzamos la montaña el sábado por la tarde y, llegando a ciertos monasterios, nos
recibieron con bastante humanidad los monjes que allí habitan, ofreciéndonos todos sus
servicios. Pues también hay allí presbítero y permanecimos aquella noche; desde allí,
temprano, al amanecer del domingo, empezamos a subir con el propio presbítero y los
30
monjes que con él moran cada una de las montañas…” ; “nos retuvo allí un par de días el
frequentissimos, quae fuerant quondam uillae filiorum Israhel. Et quid plura? pulchriorem
territorium puto me nusquam uidisse quam est terra Iessen”.
Itin. 13.3: “Nam in ea ualle uicus erat grandis, qui appellatur nunc Sedima. In eo ergo uico,
qui est in media planitie positus, in medio loco est monticulus non satis grandis, sed factus
sicut solent esse tumbae, sed grandes: ibi ergo in summo ecclesia est et deorsum per girum
ipsius colliculi parent fundamenta grandia antiqua, nunc autem in ipso uico turbae
aliquantae commanent”.
26
27
Itin. 19.3: “Ecclesia autem, ibi que est, ingens et ualde pulchra et noua dispositione...”.
Itin. 37.2: “Cum ergo positum fuerit in mensa, episcopus sedens de manibus suis
summitates de ligno sancto premet, diacones autem, qui in giro stant, custodent. Hoc
autem propterea sic custoditur, quia consuetudo est, ut unus et unus omnis populus
ueniens, tam fideles quam cathecumini, acclinant<es> se ad mensam osculentur sanctum
lignum et pertranseant. Et quoniam nescio quando dicitur quidam fixisse morsum et furasse
de sancto ligno, ideo nunc a diaconibus, qui in giro stant, sic custoditur, ne qui ueniens
audeat denuo sic facere”. La traducción de este texto puede verse en PASCUAL, Carlos,
«art. cit.», p.460.
28
29
NEVADO BUENO, Teresa, “Mujeres sabias en poder y toma de decisiones”, en PINYANA
GARÍ, Carme y SERRANO MAGDALENO, Pau (eds.), Mujeres
sabias:
entre
la
teoría
y
la
práctica, Castellón de la Plana, Publicacions de la Universitat Jaume I. Servei de
Comunicació i Publicacions, 2004, pp.80-‐84.
30
Itin. 3.1: “Nos ergo sabbato sera ingressi sumus montem, et peruenientes ad monasteria
quaedam susceperunt nos ibi satis humane monachi, qui ibi commorabantur, praebentes
nobis omnem humanitatem; nam et ecclesia ibi est cum presbytero. Ibi ergo mansimus in
376
|
santo obispo, un hombre de Dios verdadero santo, ya bastante conocido mío desde que
31
estuve en la Tebaida” .
O cuando se le concede escolta en los lugares peligrosos: “Habíamos despedido ya a los
soldados, que como escolta nos habían proporcionado, según la disciplina romana, mientras
estuvimos por sitios conflictivos. En vista de que existía una vía pública por Egipto, que,
pasando por la ciudad de Arabia, se dirige desde Tebaida a Pelusio, no nos era ya necesario
32
molestar a los soldados” .
CONCLUSIONES.
De nuestras líneas anteriores se deducen varias conclusiones que tienen que ver con tres
puntos esencialmente: Egeria, la mujer hispana del siglo IV y el propio texto latino:
Por lo que respecta a Egeria, la consideramos el prototipo de lo que Cicerón denominaba
mulier uirilis, esto es, una mujer que no se resigna al papel que le concede una sociedad, sino
que se involucra en su propia vida tomando decisiones y escribiendo con el deseo de informar
a otras mujeres, probablemente de una congregación a la que pertenece, y con un objetivo
claro, suscitar en ellas su carácter independiente y aventurero, aunque en este caso tuviera
una finalidad religiosa. Pero, además, Egeria es una mujer culta, capaz incluso de bromear
con sus lectoras y de proporcionarles información de lo que ve y de lo que disfruta en su viaje:
la agricultura de los campos o la arquitectura de los edificios, los criterios de construcción y la
función que tienen en el ámbito cristiano, etc.
Por otro lado, aunque tendemos a pensar que la historia se escribe de forma lineal y que
la mujer siempre ha estado sometida a la voluntad masculina, parece que el siglo IV en
Hispania muestra cómo varias mujeres se desplazaron en peregrinación hasta alcanzar los
lugares santos del mismo modo que debió hacerlo Egeria. Parece, pues, que estos ejemplos
indican que cien años antes de la desmembración del Imperio romano de Occidente, en las
provincias, concretamente en Hispania, las mujeres de clase social alta debían gozar de cierta
autonomía que les permitiera desplazarse con total libertad por otros puntos del territorio
romano.
Y en cuanto al texto latino que envuelve el relato, hemos de considerarlo un documento
único, una crónica de viajes estructurada de acuerdo a los lugares por los que va pasando
Egeria. Pero, además, es la explicación de una peregrinación con un eje narrativo en el que la
ea nocte, et inde maturius die dominica cum ipso presbytero et monachis, qui ibi
commorabantur, cepimus ascendere montes singulos”.
31
Itin. 9.1: “Ac sic ergo aliquo biduo ibi tenuit nos sanctus episcopus, sanctus et uere homo
Dei, notus mihi iam satis de eo tempore, a quo ad Thebaidam fueram”.
32
Itin. 9.3: “Nos autem inde iam remisimus milites, qui nobis pro disciplina Romana auxilia
praebuerant, quandiu per loca suspecta ambulaueramus; iam autem, quoniam ager
publicus erat per Egyptum, quod transiebat[ur] per Arabiam ciuitatem, id est quod mittit de
Thebaida in Pelusio: et ideo iam non fuit necesse uexare milites”.
377
|
autora hace valer la primera persona en la que escribe para hablar de la mujer como sujeto de
la literatura y sujeto de la historia y mostrar, al mismo tiempo, sus sentimientos a través de
minuciosos detalles que no pretenden otra cosa más allá que sus lectoras encuentren el
itinerario sencillo, ameno y lo suficientemente tentador como para apreciarlo o, si son
capaces de salirse de sus moldes, para ser partícipes de uno similar.
378
|
LA
SITUACIÓN
DE
LA
MUJER
EN
LAS
RELACIONES
AMOROSAS
EN
LA
NOVELA
DE
CANARIAS
(FIN
DE
SIGLOXIX)
Juan
José
Delgado
En la España de la Restauración asomaba un hombre nuevo que, en el caso de Canarias,
pertenecía a la burguesía rural o mercantil, a una clase media en la que, según expresara
1
Pérez Galdós , se asentaban las claves que movían los intereses, las relaciones y las pasiones
humanas. De ahí que a la novela
moderna
de
costumbres se le asignara el objetivo de ser la
expresión de cuanto moralmente aconteciera en la clase burguesa.
La filosofía y la estética krausistas conceden una importancia capital a la formación de
un hombre nuevo. De ahí que la nueva estética se interese por indagar en la región
íntima
del
ser humano. La principal innovación de la literatura moderna –apunta Francisco Giner de los
2
Ríos – acontece gracias al máximo valor que se le concede a la subjetividad; el individuo
adquiere mayor parcela respecto al todo. Cuando se trata del hombre y del arte hay que
contar con el mundo interior que es la fuente de la fantasía. El escritor, con esta facultad, se
abre al mundo de la imaginación creadora
El mal del siglo se extiende por Europa a finales del siglo XIX. El orden burgués se
encuentra en decadencia y va revelando la crisis de los valores existenciales y artísticos. Se
pone en cuestión las fórmulas del naturalismo que Emile Zola había impuesto. J.K.
3
Huysmans , en la novela de 1891, Allá
lejos, estima necesario mantener la veracidad del
realismo aunque vaticina la esterilidad de esta tendencia en el caso de que el novelista no se
convierta en un “buzo de almas”. Establece así el denominado naturalismo
espiritualista.
Pérez Galdós en un artículo de 1897, “La sociedad presente como materia novelable”
(1972), admite que la obra literaria la genera un autor que examina las condiciones del medio
social en que vive. Tal perspectiva lo acerca o lo incluye en la órbita del naturalismo. Pero
también le asigna al arte novelístico la función de manifestar “las almas y las fisonomías,
todo lo espiritual y físico que nos constituye y rodea”. Considera que en la novela deben
1
PÉREZ GALDÓS, Benito, “Observaciones sobre la novela contemporánea en España”, en
BONET, Laureano (Introducción y notas), Ensayos
de
crítica
y
literatura. Barcelona, Ed.
Península, 1972.
2
GINER DE LOS RÍOS, Francisco., “Consideraciones sobre el desarrollo de la literatura
moderna”, en LÓPEZ MORILLAS, Juan (ed.), Krausismo:
Estética
y
literatura
(Antología).
Barcelona, Editorial Labor, 1973.
3
HUYSMANS, Jois-‐ Karl, Allá
lejos. Barcelona, Editorial Bruguera, 1986, p. 15.
379
|
contemplarse dos porciones que se sueldan a la vida: la del alma y la del cuerpo. Son dos
vertientes que, una vez integradas, conforman el naturalismo
espiritualista.
4
En Canarias los hermanos Millares reciben la influencia de su paisano y conducen la
novela Nuestra
Señora (1898), que se toma como punto de referencia para este estudio,
por
la senda de un vago eclecticismo narrativo, en cercanía al naturalismo espiritualista
galdosiano. Sus páginas relatan y exhiben el espíritu de una época y la forma de vida burgués
en el ámbito de un regionalismo urbano. El protagonista Andrés Valerón, análogamente al
Juanito Santa Cruz galdosiano de Fortunata
y
Jacinta, exhibe una confusa vida interior,
representará la decadencia de la clase social burguesa y se manifestará supeditado a la
particular educación que se le proporciona a todo heredero que se halla destinado a
proseguir las responsabilidades sociales y políticas de una familia acomodada. Además de
estos ingredientes, interesa en este trabajo la muestra de cómo se plasma la diversidad de las
relaciones afectivas y erótico-‐amorosas.
La novela Nuestra
Señora
es un campo de pruebas por donde se extiende, sobre el fondo
realista de la literatura imperante, una provisión variada de tendencias. Esta obra se divide
en tres partes, espacial y temporalmente diferenciadas. El hilo conductor que confiere
unidad a la novela viene dado por la figura del protagonista, el cual manifestará una tipología
cambiante y de acuerdo con el ambiente y las situaciones que corresponden a cada uno de
los segmentos. Tales variaciones alcanzan y repercuten también en un motivo recurrente: la
relación erótico-‐amorosa. Es un factor amalgamador y, de acuerdo con la novela naturalista,
un generador de conflictos en el personaje, quien va exponiendo y desarrollando su
personalidad mediante las acciones y reflexiones que le suscita el tema amoroso-‐sexual.
5
Es probable que los hermanos Millares conocieran el libro de Jules Michelet, El
amor ,
que gozó de varias reediciones en España; Las distintos capítulos que lo componen van
desarrollando cómo ha de ser la relación que lleve al “contrato” matrimonial y, sobre todo,
cómo ha de comportarse el cónyuge femenino. La segunda parte de Nuestra
Señora noveliza
muchos de sus contenidos. Se va expresando, tal como lo recogiera el libro del erudito
francés, las diferentes opiniones que, en aquel tiempo, caracterizan a la figura femenina y la
vida matrimonial. En el libro de Michelet se indica que las clases sociales, al igual que las
familias, tienden a fundirse lentamente y van eliminando los prejuicios rancios que se pliegan
ante el amor, “el omnipotente mediador, soberano en igualdad”. En la novela de los Millares
4
MILLARES, Agustín. y Luis, en NUEZ, Sebastián de la (ed.), Obra
Escogida. Las Palmas de
Gran Canaria, Edirca, 1985. Los hermanos Luis (1861-‐1925) y Agustín Millares Cubas (1863-‐
1935) crean conjuntamente una obra narrativa que, iniciándola en 1894 con la recopilación
de cuentos De
la
tierra
canaria
(Escenas
y
paisajes), prosiguen su curso en 1898 con las
novelas Santiago
Bordón, Pepe
Santana
y Nuestra
señora; un año después publican la
novela dialogada La
deuda
del
comandante, además de Los
inertes. Entrado ya el siglo XX,
en 1907, aparece el libro de relatos San
Joseph
de
la
Colonia. La década del veinte se cierra
con los libros de cuentos Doña
Juana.
Cuentos
viejos (1921) y Canariadas
de
antaño (1926).
5
MICHELET, Jules, El
amor. Barcelona, Librería del El Plus Ultra, 1861
380
|
el ambiente se va paulatinamente ennegreciendo: la esposa debe acatar rigurosas normas; el
matrimonio representa la reclusión y el cautiverio; el lecho nupcial se ha convertido en
sepulcro.
Erotismo y sexualidad se rigen por un código establecido. El matrimonio se estima como
un paso y estado conveniente para el hombre y para la mujer. Bajo su techo se satisface la
sexualidad. Una vez que se ha integrado el personaje al estado matrimonial adquiere una
máscara de buen decoro. Cuando ese tema se traslada al territorio de la novela, algunas
actitudes se manifiestan de manera difusa y se sitúan en un ámbito ambiguo. Aparece
también el amancebamiento como tema nuclear en la novela. La sociedad parece tratar con
naturalidad y con cierta tolerancia las relaciones extramatrimoniales (pareciera que sólo
incumben a las conciencias de los protagonistas vivir ese tipo de la relación, o, cuando más,
únicamente interesaría y se constreñiría al ámbito familiar).
La relación del protagonista con la figura femenina desemboca en tres líneas muy
diferenciadas. En una primera parte se exhiben las vivencias eróticas realizadas antes del
matrimonio con una mujer libertina y en un marco de intensa sensualidad; prosigue la novela,
en una segunda parte, dando cuenta de cómo se inicia y se desarrolla una relación
matrimonial: se plantea la situación de la mujer en la familia burguesa, caracterizada por el
apoyo a su marido y la responsabilidad de la casa; y, por último, en la parte final de la novela,
se procede a relatar unas relaciones extramatrimoniales amorosas que, con el afán de dar un
sentido a la vida del protagonista, adquieren un vago misticismo religioso que, en cualquier
caso, ofende al puritanismo burgués.
La primera parte narra la vida estudiantil, en camaradería con un grupo de paisanos
canarios que se aventuran en su juventud por la cosmopolita ciudad de Barcelona. Sus
páginas van elaborando el comienzo de una personalidad perdida en el marasmo de una
existencia que se debate entre el cultivo del espíritu y un desmedido sensualismo. La figura
del varón se halla sometida al poder femenino. La sexualidad adquiere visos de una
idealización amorosa. El varón manifiesta algunas señales de un decadentismo que ya lo
6
había explorado también J-‐K Huysmans en su novela A
contrapelo (1884) . El personaje
asimila algunos de los rasgos decadentistas: un personaje en su etapa de estudiante, que se
muestra deseoso de rebelarse contra las normas sociales. y de sumergir su espíritu, tanto en
los placeres del arte, como en la iniciación de singulares experiencias eróticas bajo el dominio
de una mujer libertina, cuya atracción morbosa, envuelve al inexperto joven en un erotismo
enfermizo que lo arrastra al desafío de las buenas costumbres que rigen en la sociedad
burguesa.
La antagonista es una mujer madura, viuda, que traslada el acto erótico a un escenario
7
sobrecargado de motivos decadentes. Se muestra como un ídolo
de
la
perversidad . Usa el
6
HUYSMANS, Jois-‐Karl, A
contrapelo. Madrid, Ediciones Cátedra, 2004.
7
DIJSTRA, Bram, Ídolos de Perversidad. La imagen de la mujer en la cultura de fin de siglo.
Barcelona, Editorial Debate. 1994.
381
|
erotismo para transgredir los límites morales que se han impuesto en la sociedad. Una
sexualidad marginal que atrapa a un espíritu que, sin embargo, se mantiene en lucha con el
propósito de desatarse del servilismo del cuerpo.
Gabriele D’Annunzio había incorporado en su primera novela de 1889, El
placer, una
muestra de exaltación de la vida voluptuosa, tal como corresponderá a la primera parte de
Nuestra
Señora de los hermanos Millares. El novelista italiano se sentía un testigo de los
últimos espasmos del naturalismo, movimiento del que ahora reniega porque “en sus libros
ahora no hay ni el vivo análisis psicológico de las sensaciones externas ni, lo diré así, la
8
creación lógica de los estados interiores” . Se suma así al simbolismo novelístico aunque no
haya eliminado de la obra muchas adherencias de procedencia naturalista. Será Rubén Darío
quien, desde la orilla hispanoamericana, resalte “el verso de fuego de D’Annunzio”.
Hay otra aportación fundamental que se localiza en la primera parte de Nuestra
Señora:
la aparición de un personaje secundario, Guillermo Hartleit, que tendrá una ascendencia
notable sobre Andrés; influencia que se mantendrá más allá del ambiente de esta primera
parte, más allá del tiempo y más allá de la muerte. Reaparecerá, de
algún
modo, en la última
parte con que se cierra la novela. Cumple así una función de nexo entre los capítulos iniciales
y los finales.
La segunda parte de la novela rompe de manera abrupta con la anterior. Se localiza en
espacio muy distinto. Traslada al protagonista a la ciudad de Atlántica, espacio creado por los
Millares como trasunto o alter
locus de Las Palmas de Gran Canaria. El nuevo ambiente
determina a los personajes que lo habitan. La ciudad provincial se irá dibujando con rasgos
topográficos extraídos de la novela costumbrista. El protagonista entra en relación, más o
menos conflictiva, con el medio urbano en que se inscribe. Se va adentrando en el ambiente y
va confrontando su mentalidad con las convenciones sociales imperantes. Los breves
destellos de rebeldía y conflicto no impiden que, al cabo, Andrés se convierta en un criatura
sujeta a los convencionalismos sociales contra los que inicialmente arremetiera. El motivo
amoroso cumple aquí, también, el cometido de ofrecer la rebelde conciencia romántica del
protagonista. Rechaza el matrimonio que la sociedad burguesa espera que realice uno de los
de su clase.
La novela Nuestra
Señora, en esta segunda parte, pone en pie el noviazgo y matrimonio
entre el burgués, Andresito Valerón, y la joven del pueblo, María Pardilla. Andrés se decide
por “la hembra sensual, eterna soberana del hombre, la diosa omnipotente que desde el
9
principio del mundo preside con ademán orgulloso la fiesta universal de la carne” . Cruzan
por un noviazgo que, según se indica en la novela, “se desarrolló con arreglo al canon
10
uniforme e insulso de nuestros tiempos prosaicos y burgueses” . Será su esposa. La esposa a
la que, años más tarde, perdido ya el atractivo, Andrés, según se expresa en la novela,
8
9
D’ANNUNZIO, Gabriele, El
Placer. Madrid, Cátedra, 1991.
Nuestra
señora, op. cit., pág. 101.
10
Ib., p. 103.
382
|
intentará iniciarla “en los misterios deleitosos de la vida del espíritu. Convencido de la muerte
11
de las ilusiones, de la irrevocable extinción del amor sensual” . Como expresará más
adelante uno de los personajes: “Era necesario adaptarse al medio social... Esa era la
12
cuestión” .
Ese personaje femenino se acomodará a su papel de esposa: será “complaciente y
13
servicial con su marido” , cuidará a los hijos, de manera que su vida se reduce a mantener en
pacífico orden el hogar familiar en el que quedará asimilada y permanecerá invisible para el
espacio público. Esta figura de mujer casada dedica su existencia a favorecer la vida de los
integrantes familiares. Se la ve carente de la iniciativa necesaria como para tomar conciencia
de su propia subjetividad. Su abnegación y el desvivirse por su familia le negarán la
posibilidad de construir una identidad libre y autónoma. Se encuentra fatalmente
encadenada al papel que la sociedad le ha impuesto a su sexo.
Con el tiempo, en la vida matrimonial de Andrés se va creando un haz de
insatisfacciones. Desde la novela naturalista se ofrece un vivo marco de las relaciones entre
los sexos. Se ha manifestado al respecto que de este asunto pueden deducirse los
fundamentos ideológicos de la sociedad burguesa. Andrés, tras la etapa de insumisión en la
que se embarca, va siendo paulatinamente modelado por el ambiente y termina asimilado
por los valores que a la sociedad le convienen como, también, por su propia conveniencia
personal y material.
De manera crítica se relata el imperio de un régimen social controlado por la oligarquía y
manejado por los turbios intereses de la clase burguesa. Andrés Valerón se vuelve un
elemento más, una cristalización de una sociedad inmersa en el régimen de la Restauración,
hasta el punto de que el amor se subordina a otros objetivos, tales como alcanzar el bienestar
y la estima social. El matrimonio acaba por ser un mero contrato social. La individualidad se
pierde en el conjunto. Se llega a un punto de tipificación máxima, a una inmovilidad personal
que corre pareja con la inmovilidad social. Andrés se convierte en personaje genérico de su
clase; tan estático como el escenario inmovilizado en donde transcurren sus inútiles acciones.
La subjetividad se anula y queda completamente anegada por los valores convencionales. El
conflicto desaparece. No obstante, esta situación en la que el personaje nos muestra la
vertiente por donde va perdiendo su espíritu en tanto aumenta la influencia del entorno
sobre él, no se mantendrá, porque, aunque latentes, continúan vivos aquellos ideales
juveniles del protagonista.
La tercera parte de la novela los pondrá a flote. Introduce a un nuevo personaje, la joven
Hartleit que, huérfana, quedará bajo la protección de Andrés Valerón. Esta nueva figura
femenina constituirá otra variante de mujer: la hija de Hartleit, una adolescente en la que
percibirá su alma
gemela así como una insólita sensibilidad artística. Es dueña además de
11
Op. cit., p. 118.
12
13
Ib., p. 176.
Ib., p.. 118.
383
|
unas capacidades intelectuales, extrañas en la mujer. Y que, en aquel tiempo, se hallaban
14
asociadas al concepto de degeneración : una debilidad en el carácter de los individuos, que
repercute en lo colectivo y se propaga a las costumbres. El libro supone una crítica contra el
arte moderno. Según este autor los artistas padecen y muestran una serie de patologías
asociadas a un cierto desorden físico, mental y moral.
En el caso de la novela que nos ocupa, Nuestra
Señora, la pareja se refugia en la idílica
finca, que da título a la novela. Allí rompen con cualquier convención social, a la manera de
Las
afinidades
electivas de J. W. Goethe. El nuevo marco y las circunstancias del desenlace
propician la efusión lírica que, con resonancias becquerianas, liberan en Andrés Valerón una
conciencia que se siente inmersa y extática en aquel espacio. Una vez muerta la joven y
habiendo descartado el suicidio, el protagonista, “sintiendo la cobardía del hombre
miserable y débil, perdido como un insecto en la inmensidad enigmática del universo, el ansia
desesperada de continuar la vida, el horror al no ser, a la desaparición absoluta e
15
irrevocable” .
La novela ha llevado el tema existencial a su última página pero sin inclinarse
decididamente hacia un desenlace. ¿Optará por reincorporarse a la monotonía e inercia de la
ciudad Atlántica? ¿O por el contrario, realizará el viaje esperanzador y redentor hacia una
nueva tierra localizada en el continente americano? Son las opciones que determinan el
cronotopo de la insularidad: o permanecer en la isla y, con ello, sucumbir física y moralmente;
o bien, huir de ella para conseguir una liberación. Una vez que ha muerto la joven, Andrés
16
Valerón expone una batería de preguntas :
¿Cómo viviría en adelante? ¿Volvería a la existencia maquinal, imbécil de otros tiempos?
¿Pediría perdón a su mujer, se humillaría a los pies de la Brigadiera [su madre], implorando la
gracia de indulto por haber desertado del gran regimiento de la moral y de la religión? ¿Sería
en adelante un buen esposo, un honrado padre de familia?
No hay respuesta, salvo que consideremos unas pocas palabras que lo sitúan, en el final
de la novela, como un ser anímicamente miserable pero con “el ansia desesperada de
continuar la vida”.
En la novela Nuestra
Señora, tras los primeros momentos pasionales, a la esposa le
espera la postración y la enfermedad. Y ¿para el protagonista? Andrés ha ido mostrando la
vertiente por donde iba perdiendo su espíritu en el ambiente adormecido de la sociedad. Sin
embargo, aún se mantienen latentes las brasas de aquellos ideales de juventud.
17
En la tercera y última parte se advierte una cierta analogía con la novela Tristana
de
Pérez Galdós: la huérfana es acogida por un amigo de su padre, don Lope Garrido, quien, con
14
NORDAU, Max., Degeneración. Madrid, Librería de Fernando fe, 1902.
15
Op. cit., p. 210.
16
Op. cit., p. 208.
17
PÉREZ GALDÓS, Benito., Obras
Selectas. Barcelona, Carroggio, 1971.
384
|
el tiempo y el trato, supo producir en la joven “un estado de pasión falsificada” y establecer
18
en la relación una “situación semejante a la de los matrimonios” . Tal como se hallaba
constituida, no extraña la idea de Pérez Galdós al respecto cuando uno de los personajes de
Fortunata
y
Jacinta [Juan Pablo Rubín] la interpreta como “unión perpetua de los sexos” que
contraviene la ley de la Naturaleza. Hay una dicotomía entre actitud vital y norma social.
19
También en la novela Memorias
de
un
solterón ,
Emilia Pardo Bazán volverá a reproducir
la situación de la mujer desamparada cuyo porvenir en la sociedad burguesa de finales del
siglo XIX estaba predestinado: o convento, o prostitución o matrimonio de conveniencia. La
escritora, además, aporta diversos ensayos y promueve algunas publicaciones en donde se
muestra la inquietud por los derechos de la mujer en la sociedad española del último tercio
20
del siglo XIX .
En las novelas apuntadas de Pérez Galdós y de Pardo Bazán las protagonistas Tristana y
Feíta, espoleadas por los personajes masculinos, se declaran contrarias al matrimonio pues
en él subyace la sumisión absoluta de la mujer. En Tristana, los personajes masculinos que
mantienen una relación amorosa con la protagonista, tanto don Lope, como Horacio el
pintor, quieren situarla en su papel de esclava. No se permite la idea de superación y de
autonomía. No se desea a una mujer “imaginativa y razonante”, se la quiere “más doméstica,
más corriente y útil”. Se llega —como se sabe— a un final deplorable.
CONCLUSIÓN
Se ha puesto como título de esta intervención <<La situación de la mujer en las
relaciones amorosas en la novela de Canarias (Fin de Siglo XIX)>>. Tal situación se hallaba
condicionada por la pertenencia a una clase, que determinaba la misión y el carácter, tanto
del hombre como de la mujer. La acción quedaba reservada al hombre en tanto la mujer-‐
esposa se hallaba en el mundo para darle fuerza y empuje a un varón a quien se le había
encomendado protagonizar el avance histórico.
El matrimonio se ha puesto como uno de los ámbitos de referencia que da cobijo y forma
a las relaciones del hombre y de la mujer. Las novelas Tristana (1892), Memorias
de
un
solterón (1896)
y Nuestra
Señora (1898) son cumplidas muestras de lo que albergaba la
institución matrimonial.
Las instituciones políticas mantenían el equilibrio social e imponían una forma de vida en
la que no se contemplaba una ruptura violenta del orden como, tampoco, la mínima
alteración de las costumbres. En la clase media a la mujer se le prometía una buena posición
como esposa atenta y madre vigilante. El krausismo defiende sólo de palabra la necesaria
18
Op. cit., p. 33.
PARDO BAZÁN, Emilia, en AYALA, Mª Ángeles (ed.), Memorias
de
un
solterón. Madrid,
Ediciones Cátedra, 2004.
20
CHARQUES GÁMEZ, Rocío. Los artículos feministas en el Nuevo teatro crítico de Emilia
Pardo Bazán. Universidad de Alicante, 2003
19
385
|
educación de la mujer. Pero si observamos una obra, como El
amigo
Manso de Pérez Galdós,
tan declaradamente seguidora del sistema educativo krausista, se pone en evidencia que la
sociedad de aquel tiempo no aceptaba la educación igualitaria. Tal desigualdad la
garantizaba un sistema educativo que desahuciaba a la mujer y le impedía el acceso a la
enseñanza superior. La novela Tristana puede señalarse como un débil reflejo de tal asunto.
Galdós se ha ocupado de la cuestión feminista. Parte de la idea de que una mujer no
podrá enfrentarse a todo un régimen político y social. Se requiere un cambio y una reforma
que entierre los valores tradicionales de la sociedad burguesa de la Restauración. Son los
años finiseculares en los que ya comienza a asomar una conciencia feminista.
En el año 1886 Henry James perfilaba en su novela Las
bostonianas la diversa tipología
del compromiso feminista y el movimiento a favor del sufragio de las mujeres. Pardo Bazán
se interesa por la cuestión y la aborda desde consideraciones teórico-‐críticas y narrativas.
Esta autora reprueba la timidez con la que Pérez Galdós se aproxima al tema del feminismo.
No está conforme con el tratamiento que el autor canario le ha dado a tal asunto en la novela
Tristana. Advierte que ante los deseos de emancipación de la protagonista, Pérez Galdós no
profundiza en el tema sino que le contrapone un motivo amoroso. El asunto principal se
diluye. El relato concluye en un matrimonio aburguesado en donde Tristana se entrega a una
alienante beatería. La posición tradicional de la mujer sumisa se mantiene y prosigue en su
papel de figura atada al discurso del poder masculino.
En la novela Nuestra
Señora los hermanos Millares ofrecen un amplio panorama de
relaciones erótico-‐sentimentales: de amores libres, de soltería, matrimonio y adulterio.
Quedan de ese modo dibujados el papel y la situación del hombre y de la mujer en las
sucesivas etapas y edades. En la zona de cierre de la novela aparece la figura femenina de la
joven Hartletit, en análogo desamparo a los personajes antedichos de Tristana y Feíta.
También ella se muestra como una posesión, una pertenencia más que se ofrece para
complacencia del varón. El personaje femenino adquiere los rasgos propios de una heroína
romántica: un ser débil, enfermizo y propenso a ser víctima de una seducción. La joven queda
señalada por un vago misticismo y en la novela se afirma que no era la hembra pasional, sino
la mujer nacida de la obra artística, generada por un espíritu no utilitario, de nivel superior; un
espíritu que ansía una promesa indefinida e imposible. Como en el caso galdosiano, tampoco
se evidencia crítica alguna a la situación de la mujer y le concede a la novela un desenlace
claramente romántico, con facetas propias del espiritualismo predominante en los años
finales del XIX.
386
|
EL
PAPEL
DE
LA
MUJER
EN
LOS
CÓDICES
MEDIEVALES
María
del
Socorro
Pérez
Romero,
Para ningún medievalista resulta extraño hoy en día el relevante papel jugado por la
mujer, especialmente la consagrada a la vida religiosa, en el desarrollo intelectual de los
primeros siglos medievales, y son cada vez más los estudios que se dedican a la vida y obra
de estas singulares féminas que hicieron del estudio, la enseñanza y la escritura la razón de
sus vidas. La investigación actual no solo destaca las figuras de renombre que las crónicas y
uitae nos han transmitido, o aquellas cuyas obras han llegado hasta nuestros días, sino
también se ha ocupado de estudiar el entorno en el que estas mujeres desarrollaron su labor
y el equipo humano del que, sin duda, estaban rodeadas para poder llevar a cabo su tarea. En
este sentido, no solo es de crucial importancia conocer su contribución a la transmisión de la
cultura, sino también tratar de desentrañar con qué medios contaron para ello y en qué
medida intervinieron en la ingente empresa de la elaboración de manuscritos.
Siguiendo esta línea de trabajo nos proponemos destacar el papel de la mujer como
copista o iluminadora, esa mujer, en la mayor parte de los casos anónima, que con su
experta, cuidada y meticulosa caligrafía y con su buena mano para el dibujo formó parte de la
producción de libros durante la Edad Media, y no solo contribuyó a hacer accesibles a los
miembros de su propia comunidad, o a los de otras más alejadas, los libros más comunes que
se necesitaban para el estudio, la oración o los servicios litúrgicos cotidianos, sino también
fueron capaces de realizar importantísimas compilaciones del saber de la época, así como
códices de extraordinaria belleza y perfección, verdaderas obras de arte que pasaron a
formar parte del tesoro de las bibliotecas monásticas o cortesanas más importantes de
entonces.
El interés por la mujer copista y los scriptoria femeninos, tal como nos recuerda Therèse
de Hemptinne, se integra en la corriente historiográfica denominada “historia de las mujeres”
que en los años setenta del pasado siglo pretendía “hacer “visibles” a las mujeres, hasta
1
entonces ausentes de la historiografía y de la enseñanza de la historia” . En estos momentos
contamos con una amplia bibliografía centrada especialmente en épocas y lugares muy
concretos, pero que vista en su conjunto permite esbozar un mapa de los scriptoria
femeninos en el occidente europeo medieval, en unos siglos especialmente convulsos por sus
constantes cambios sociales, económicos, políticos y geográficos. Lo que me propongo aquí
1
HEMPTINNE DE, Therèse, «Mujeres escribas en los Países Bajos en la Edad Media (siglos
XIV-‐XV). Aproximaciones al fenómeno de la mujer letrada». Revista
chilena
de
Literatura,
vol. 61 (2002), p. 62.
387
|
es presentar de forma muy somera el estado de la cuestión, y reunir una serie de ejemplos en
los que nos sea posible identificar, sin género de duda, el nombre de una escriba o de una
iluminadora e, incluso, en unos pocos casos, mostrar una imagen de su persona.
Para la alta Edad Media, son muy escasos los datos que los propios escribas nos dejan
acerca de sí mismos en las obras que copian, ya que hasta el siglo XII no se generaliza la
costumbre de incluir en los colofones, e incluso en alguna parte del cuerpo del texto el nombre
de los amanuenses que en él han intervenido. Además, los intentos, por parte de algunos
estudiosos, de encontrar características particulares que señalen una mano femenina en la
escritura medieval han dado como resultado la constatación de que no existen diferencias entre
2
la mujer escriba y su colegas masculinos, ni en su competencia técnica ni en su nivel intelectual .
Son, por tanto, estas escasas referencias, ayudadas por los estudios paleográficos y
codicológicos, los que van a permitir la identificación de los scriptoria femeninos y la adscripción
a ellos de algunos de los manuscritos que todavía hoy se conservan en las bibliotecas europeas.
Identificar a una escriba en concreto todavía resulta más difícil, ya que, como veremos a lo largo
de este trabajo, son muy pocos los nombres que se nos han transmitido y muchos de ellos son
conocidos por referencias indirectas, como las crónicas de los monasterios, las listas
necrológicas de los conventos, en los que al lado del nombre de la difunta figuraba la tarea que
desempeñaba en vida, la correspondencia entre las monjas y sus benefactores o las personas
que les solicitaban la copia de una determinada obra, etc.
Uno de los más antiguos testimonios que conocemos de mujeres relacionadas con la
producción de libros nos lo ofrece la Vita
Bertilae
en la que se cuenta cómo Bertila (c. 700)
abadesa de Jouarre y más tarde de Chelles, dos monasterios situados en la cuenca del Sena,
3
envió manuscritos, reliquias y maestras a las recién establecidas abadías en Inglaterra , lo que
parece indicar que estos monasterios, ya desde su fundación, contaban con un centro de
producción de libros. Son muchos los datos que corroboran las relaciones entre los
monasterios franceses y los anglosajones, no solo a través del intercambio de personal
docente sino también porque muchas damas de la nobleza inglesa eran enviadas a Francia
como parte de su educación. Los estudios paleográficos y codicológicos revelan también las
estrechas conexiones entre el continente y el territorio insular, ya que, por ejemplo, en los
manuscritos atribuidos a la abadía de Jouarre, se han identificado determinados hábitos
2
McKITTERICK, Rosamond, «Les femmes, les arts et la culture en occident au IXe siècle» en
LEBECQ, Stéphane, DIERKENS, Alain, LE JAN, Régine y SANSTERRE, Jean-‐Marie (eds.),
Femmes
et
pouvoirs
des
femmes
à
Byzance
et
en
Occident
(VIe-‐XIe
siècles), Lille, Université
Charles de Gaulle, 1999, p. 150.
3
Son muchos los investigadores que se hacen eco de estas noticias, entre ellos
McKITTERICK, Rosamond, «Nun‘s Scriptoria in England and Francia in the Eighth Century».
Francia,
vol.
19/1 (1992), p. 1 y BEACH, Alison, Women
as
Scribes.
Book
Production
and
Monastic
Reform
in
Twelfth-‐Century
Bavaria,
Cambridge, 2004, p. 14.
388
|
insulares en la preparación del pergamino, así como el uso de trazos en las escrituras uncial y
4
semiuncial característicos de esa zona .
En el desarrollo y consolidación de la minúscula carolina a partir de finales del siglo VIII
tuvieron un papel relevante los monasterios masculinos de la cuenca del Sena, pero también
5
su contrapartida femenina, tal como apunta Patricia Ranft , podría haber participado
activamente en el proceso, y a ello apuntan, como veremos, muchas de las investigaciones
más recientes.
El monasterio de Chelles alcanzó un gran nivel intelectual bajo el reinado de
Carlomagno, que puso al frente del mismo como abadesa a su hermana Gisela (757-‐810) y
más tarde a su hija Rotruda. Ambas mujeres destacaron por su interés en el estudio y la
educación, puesta de manifiesto en la correspondencia que ambas intercambiaron con
Alcuino de York. En esta época, Chelles contaba con un activo scriptorium en el que se
copiaron y decoraron algunas de las principales obras patrísticas y de liturgia usadas en los
reinos francos durante el siglo VIII y principios del IX.
La existencia de este centro de producción de libros ha sido demostrada por las
6
investigaciones de Bernhard Bischoff a quien se debe el descubrimiento, además, de un tipo
de minúscula carolina propio de este scriptorium que él denominó ‘minúscula de las monjas’ y
que se desarrollaría entre el 750 y el 810, lo que le ha permitido datar y situar un importante
7
corpus de manuscritos . Entre los códices atribuidos a las monjas de Chelles se encuentran
8
tres ejemplares custodiados en la catedral arzobispal de Colonia (Hss. 63, 65 y 67) que
contienen las Enarrationes
in
psalmos
de San Agustín, y que destacamos aquí porque
constituyen el primer caso que hemos encontrado en el que se nos ha transmitido el nombre
de las copistas que en ellos trabajaron. Se trata de un grupo de religiosas identificadas al final
de las partes que les correspondía copiar. En el ms. 63 aparecen los nombres de Girbalda
(86v), Gislidis (174v) y Agelberta (263v); en el ms. 65 los nombres de Adruhic (73 v), Altildis
(151 v), Gisledrudis (224v) y Eusebia (289v), además otra mujer debió concluir la copia, pero
se ignora su nombre ya que faltan las hojas finales tras el folio 352; en el ms. 67 se encuentran
los nombres de Vera (105v) y Agnes (183v). Estos libros aportan también otra importante
información, pues las cubiertas que los envolvían llevan la marca de la biblioteca del
4
McKITTERICK, Rosamond, art.
cit. p. 1.
5
RANFT, Patricia, Women
in
Western
Intellectual
cultura,
600-‐1500, Palgrave McMillan,
2002, p. 37.
6
BISCHOFF, Bernhard, «Die Kölner Nonnenhhanschriften und das Skriptorium von
Chelles».
Mittelalterliche
Studien, vol. 1 (1965), pp. 17-‐35.
7
Sobre el corpus identificado por Bischoff, véase también McKITTERICK, Rosamond, art.
cit. pp. 2-‐4.
8
Sobre estos códices véase la nota anterior y además BARTOLOMÉ CRESPO, Donaciano
«Monjas copistas: la estética y la belleza en los códices»”. Documentación
de
las
ciencias
de
la
Información,
UCM (2006), p. 221.
389
|
arzobispo Hildebaldo (785-‐819) (codex
Sancti
Petri
sub
pio
patre
Hildebardo
scriptoris) lo que
constituye una prueba de que el trabajo de estas hermanas traspasó los muros de su
convento, ya que probablemente estos códices les fueron encargados por el citado
arzobispo.
Aunque el scriptorium de Chelles debió ser un caso excepcional, dado el nivel intelectual
de Gisela y su entorno, y la calidad de las obras copiadas en sus celdas, no fue un caso único.
Los estudios paleográficos y codicológicos han permitido la clasificación de diversos grupos
de códices que prueban la existencia de otros scriptoria femeninos a partir del siglo VII con
9
características particulares a lo largo de los territorios francos . Por un lado, nos encontramos
con los monasterios de la cuenca del Sena (Jouarre, Rebais, Brie, Andelys-‐sur Seine y otros)
fundados según las pautas marcadas por los monjes de Luxeuil, que introducirían en estas
nuevas instituciones la regla de Columbano y sus particulares formas de escritura. Entre
todos estos centros, además, se establecían relaciones muy estrechas, ya que las abadesas
nombradas para gobernar los sucesivos emplazamientos solían estar emparentadas con las
abadesas de los conventos de los que provenían, y las nuevas comunidades empezaban a
formarse con monjas traspasadas desde las casas madre.
Los contactos entre los distintos monasterios y las características de sus escritos
permiten enlazar este primer grupo con el de otras zonas del territorio franco, como Laon o
Picardía. En Laon debió existir un scriptorium que contaba con disciplinados y expertos
copistas, tal vez pertenecientes al doble monasterio de Santa María y San Juan fundado en el
tercer cuarto del siglo VII, por lo que es posible que tanto los monjes como las monjas
desempeñaran esta labor. De este lugar procede una obra datada en el siglo VIII en la que
también se recoge el nombre de la copista; se trata de un códice conservado en la biblioteca
10
municipal de Laon (Laon BM 423) que contiene el De
rerum
natura
de Isidoro escrito en la
minúscula az de Laon, y en el que al final del texto (fol. 79r) podemos leer una frase en cursiva
y con una tinta distinta a la del resto del manuscrito que nos informa de que Dulcia fue la
amanuense que trabajó en el mismo: Explicit
liber
premiorum.
Ego
dulcia
scripsi
et
susscripsi
istum
librum
rotarum.
En el este francés y en las zonas germanas del imperio también se sintió el impulso de la
cultura y se sabe que muchos de sus monasterios llegaron a contar con bibliotecas y scriptoria
importantes. En el 750 llegaron a Alemania procedentes del monasterio de Wimborne en
Inglaterra Lioba y Walburga para ayudar a Bonifacio en la evangelización de esos territorios.
Estas dos misioneras de reconocido prestigio intelectual constituyen el germen de las
comunidades femeninas que proliferarán en los siguientes siglos y se convertirán en
9
Para el estudio detallado de estos grupos véase McKITTERICK, Rosamond, art.
cit., pp. 1-‐
36.
10
Se puede acceder al texto a través de la página de la Biblioteca municipal de Laon:
http://biblio.ville-‐laon.fr/opacwebaloes/index.aspx
390
|
importantes centros de estudio equiparables a los de la Inglaterra anglosajona. Tal como nos
11
muestra Mckiterick , también los scriptoria femeninos jugaron un papel destacado en este
camino de ida y vuelta, de mutuas influencias, intercambios, relaciones familiares y viajes de
evangelización entre los monasterios de la cuenca del Sena, las abadías inglesas y las
fundaciones en las regiones germanas.
El gran desarrollo intelectual de la época carolingia oscureció durante mucho tiempo los
posibles logros en este campo de los siglos otonianos que, gracias al interés reciente de los
investigadores, comienzan a revelarse como una etapa no solo continuadora de la
precedente, sino también enormemente interesada por la cultura. Todo esto se pone de
manifiesto en la fundación de nuevos monasterios con importantes centros de estudio,
muchos de los cuales estaban dotados de scriptoria que se encargaban de la producción de
los textos que servían tanto para satisfacer las necesidades del propio centro, como las de
12
otros monasterios o iglesias . También aquí es posible rastrear la huella femenina, pues no
debemos olvidar la extraordinaria preparación intelectual de muchas abadesas y monjas del
siglo X y su contribución a la literatura como el caso, por ejemplo, de Hrotsvitha de
13
Gandersheim, considerada la creadora de los primeros dramas cristianos . No parece
posible, pues, imaginar el mundo de estas mujeres sin la existencia de talleres de escritura en
14
su entorno donde pudieran aprender y trabajar. McKiterick apunta la posibilidad, por
ejemplo, de que el monasterio femenino de Essen tuviera su propio scriptorium y que sus
monjas tuviesen una gran preparación intelectual, como atestiguan las anotaciones hechas
por las monjas en los libros de finales del siglo IX y principios del X provenientes de esta casa
y también por los títulos de estas obras que revelan unos intereses literarios equiparables a
los de los monasterios masculinos (teología, patrística y exégesis bíblica).
El establecimiento de comunidades femeninas se incrementa de tal manera en las
regiones germanas durante estos siglos que ya en el siglo XI su número es mayor que el de las
15
masculinas. Alison Beach , en su completo estudio sobre las escribas en el siglo XII resalta la
importancia de la alta aristocracia en este proceso, ya que, gracias a su protección, las nuevas
casas de monjas, contaron con los medios que les permitieron prosperar y convertirse en
importantes centros educativos en los que eran preparadas las hijas de los nobles. A estos
centros hay que sumar la fundación, también en aumento, de monasterios dobles, que,
favorecidos también por la nobleza y la corte, contaban sin duda con mejores bibliotecas al
11
McKITTERICK, Rosamond,
art.
cit.
12
McKITTERICK, Rosamond, «Continuity and Innovation in Tenth-‐Century Ottonian
Culture»” en SMITH, Lesley y WART, Benedicta (eds), Intellectual
Life
in
the
Middle
Ages,
Londres, 1992, pp. 15-‐24.
13
Sobre el destacado papel intelectual de la mujer en el renacimiento otoniano, véase
RANFT, Patricia, op. cit, pp. 23-‐34.
14
McKITTERICK, Rosamond, art.
cit., pp. 19-‐20.
15
Op. cit.
391
|
alcance de los intereses intelectuales tanto de los hombres como de las mujeres que en ellos
vivían.
Como ya indicamos más arriba, es a partir de esta época cuando los manuscritos
incluyen más datos sobre las personas que en ellos intervinieron. En los colofones y en otras
partes de la obra aparecen más a menudo los nombres de los hombres o mujeres encargados
de la copia, y hasta es posible encontrar un retrato o autorretrato del copista, como en los
casos con protagonistas femeninas que, a modo de ejemplo, señalamos a continuación.
El primer ejemplo que hemos elegido es el de un manuscrito inglés que Pamela
16
Robinson nos presenta como el más antiguo procedente de esta zona en el que se afirma
que fue una mujer la encargada de la copia, aunque no se revela su nombre. Se trata de un
códice escrito posiblemente hacia 1120 (Oxford, Bodelian Library, MS Bodley 451, SC 2401)
procedente de la abadía de Nunnanminster en Winchester que reúne varias obras, Diadema
monachorum
de Smaragdus de Saint Mihiel, un tratado moral anónimo y 14 sermones
diversos, la mayoría de los cuales se han identificado como pertenecientes a Cesáreo de
Arlés. Todo el texto, escrito en minúscula carolina inglesa, está copiado por una sola mano
que concluye su trabajo con un colofón que dice: Salua
e
incolomis
maneat
per
secula
scriptrix.
También de la primera mitad del siglo XII es el manuscrito procedente de la abadía
benedictina de Munsterbilsen, cerca de Maastricht que contiene las Etymologiae y De
natura
rerum
de Isidoro de Sevilla. En la copia de este volumen (London, BL, MS Harley 3099)
colaboraron ochos monjas cuyos nombres aparecen recogidos en el colofón (fol. 166): Hec
sunt
nomina
illarum
que
scripserunt
librum
istum.
Gertrut.
Sibilia.
Dierwic.
Walderat.
Hadewic.
17
Lugart.
Ota.
Cunigunt .
El caso más interesante quizás sea el de la monja Diemoth, porque sabemos
exactamente qué libros copió, al haberse conservado una lista con los títulos de las 45 obras
que manuscribió para la abadía benedictina de Wessobrunn en la Baviera germana. Este
convento había sido masculino desde su fundación a mediados del siglo VIII, pero pasó a ser
un monasterio doble hacia el 1100 y fue el escenario donde esta prolífica mujer desarrolló un
trabajo que dotó a su biblioteca de una sustancial colección de libros especialmente litúrgicos
18
y patrísticos, algunos de los cuales se conservan todavía hoy .
16
ROBINSON, Pamela, «A Twelfh-‐Century Scriptrix from Nunnaminster» en PARKES, M.
B., ROBINSON, P. y ZIM, R. (eds.), Of
the
Making
of
Books,
Medieval
Manuscripts,
Their
Scribes
and
Readers:
Essays
presented
to
M.
B.
Parkes, Scolar Press, 1997, pp. 73-‐94.
17
ROBINSON, Pamela, art.
cit. p. 88. Esta estudiosa recoge en este trabajo otros muchos
ejemplos de códices en los que las copistas pueden ser identificadas a través de los
colofones.
18
Idem,
p. 89. Véase también BEACH, Alison, «Diemut and the nun-‐scribes of
Wesobrunn», op.
cit., pp. 32-‐64.
392
|
Para terminar mostraremos también algunos ejemplos en los que además del nombre de
19
la copista o iluminadora nos ha llegado su imagen. Lesley Smith , intentando hacer un
trabajo que reuniera las miniaturas que mostraran a estas mujeres, se encontró con la
sorpresa de que no había ninguna, al menos no había nada de lo que estaba buscando, es
decir la figura de una mujer sentada ante un pupitre, trabajando en la copia o iluminación de
una obra cualquiera y rodeada de todos los útiles de su oficio, como es habitual encontrar
para el caso del escriba masculino en las representaciones estereotipadas y simbólicas que
del copista se recogen en los códices. No obstante, sí que existen imágenes de mujeres
escribiendo, pero en todos los casos queda claro que no se trata de amanuenses, sino de
escritoras que generalmente aparecen redactando los borradores de sus obras sobre tablillas
de cera, tal como puede verse, por ejemplo, en los retratos de Hildegarda de Bingen. Pero
también es posible encontrar algún retrato o autorretrato de las mujeres encargadas de la
copia, acompañadas en la mayor parte de los casos de un lema en el que se indica su calidad
de copistas o iluminadoras, tal como se ve en los tres ejemplos que hemos elegido para
concluir nuestro trabajo, los que se refieren a Guda, Claricia y Herralda de Hohenburg.
Guda, monja germana del siglo XII, copíó e iluminó un Homiliario de San Bartolomé, en una de
cuyas iniciales [D] insertó su autorretrato. En él aparece de pie mirando al frente y apoyando su
mano izquierda en la banda que la rodea, donde se lee el lema: Guda
peccatrix
mulier
scripsit
et
20
pinxit
hunc
librum (Deustche Nationalbibliotek Frankfurt, ms. Barth. 42, fol. 110v) .
A caballo entre los siglos XII y XIII en la región de Baviera debió trabajar Claricia de la que
nos ha llegado un Salterio en el que aparece también su autorretrato (Walter Ms. W 26
Claricia Psalter). Claricia se pintó asida a la capital Q (fol. 64r), como si estuviese
columpiándose y con su nombre escrito sobre sus hombros. Tal como aparece representada,
con la melena suelta y un largo vestido, se cree que no era monja sino tal vez una estudiante
del monasterio en el que vivía. Es posible que en este códice participaran otras manos
aunque nada sabemos de ellas ya que solo contamos con el retrato de otra mujer, esta vez
21
anónima, dentro de la capital D (fol. 115v) .
El último de nuestros ejemplos es el de Herralda de Hohenburg. Cuando Herralda asumió
el cargo de abadesa del monasterio de Hohenburg en 1176 tras la muerte de su anterior
abadesa Relinda, heredó también el proyecto de esta de elaborar una enciclopedia en la que
se reuniera todo el saber de la época. Herralda, en el scriptorium
de su monasterio y al frente
de un nutrido grupo de monjas copistas e iluminadoras, llevó a cabo el proyecto de su
19
SMITH, Lesley, «Scriba, Femina: Medieval Depictions of Women Writing», en L. Smith y
J.H.M. Taylor (eds.), Women
and
the
Book:
Assessing
the
Visual
Evidence, The British Library,
1997, pp. 21-‐44.
20
SMITH, Lesley, op.
cit., pp. 29-‐30. Puede verse el autorretrato de Guda en
https://gynarte.wikispaces.com/Guda+de+Weissfauen.
21
https://gynarte.wikispaces.com/Claricia+de+Baviera+(XII-‐XIII).
http://www.thedigitalwalters.org/Data/WaltersManuscripts/html/W26/description.html
393
|
antecesora, en un largo proceso de recopilación y realización que duró unos treinta años. El
22
Hortus
deliciarum
compila el saber teológico, histórico, filosófico y científico de la época
atendiendo a las más variadas fuentes. En esta obra, el texto y las miniaturas tienen igual
importancia para la interpretación de su contenido, apoyándose mutuamente como parte del
carácter pedagógico de la misma. Pero lo que nos interesa sobre todo es que esta intelectual
abadesa supo valorar el trabajo de sus amanuenses incluyendo al final del importante
manuscrito una miniatura en la que además de una imagen de su persona aparecen los
retratos y el nombre de las 60 monjas que llevaron a cabo la copia y la iluminación. Herralda
aparece de cuerpo entero en la esquina inferior derecha de la página sosteniendo una estela
en la que se hace referencia a su labor como compiladora y también como autora de alguno
23
de los textos reunidos en la obra, el resto de las hermanas son retratadas de medio cuerpo .
22
SEGURA AZCUNE, Leyre, «Hortus deliciarum Herralda de Horremburg. Análisis
iconográfico del manuscrito para el estudio de la Psicomaquia de Prudencio» en Fuentes
para la investigación. Máster universitario en métodos y técnicas avanzadas de
investigación histórica, artística y geográfica, UNED 2009-‐2010, 18 pp.
(http://www.youblisher.com/p/64939-‐Fuentes-‐Medievales-‐HORTUS-‐DELICIARUM/)
23
El ejemplar que se conserva de esta obra es una reconstrucción de 1979 que se hizo
teniendo en cuenta los apuntes y copias de historiadores del arte del siglo XIX, ya que el
original se perdió en el bombardeo de 1870 que destruyó la biblioteca de Estrasburgo donde
estaba depositada. GREEN, Rosalie, EVANS, Michael, BISCHOFF, Christine Bischoff y
CURSCHMANN Michael (eds.), The
Hortus
Deliciarum
of
Herrad
of
Hohenbourg
(Landsberg,
1176-‐96):
A
Reconstruction, (2 vol.) The Wartburg Institute, Londres, 1979.
394
|
Lenguaje,
sociedad
y
género
395
|
FARMACOLOGÍA
FEMENINA
EN
LA
ANTIGUA
ROMA:
UNA
MEDICINA
ALTERNATIVA
Carolina
Real
Torres
«Vengo
de
la
escuela
de
medicina
de
Heliópolis
y
estudié
en
la
escuela
de
mujeres
de
Sais,
donde
las
divinas
madres
me
enseñaron
a
curar
las
enfermedades».
Del Papiro médico Kahun (2500 a.C.)
INTRODUCCIÓN.
La historia de la medicina grecorromana ha sido objeto de estudio por parte de médicos
e historiadores, quienes se han centrado sobre todo en el saber profesional de los médicos
como protagonistas de la Historia, pero no ha ocurrido así con la historia de la medicina
ejercida por mujeres. Desde el patriarcado se ha tratado por todos los medios de desvincular
saber y mujer, impregnando este imperativo a sus mitos, creencias y mandatos. La ausencia
de mujeres a lo largo de la historia de la ciencia, aunque menor de lo que se suele pensar, se
ha debido, en parte, a la imposibilidad de que pudieran educarse en las instituciones o
trabajar en plano de igualdad con los hombres, y, en parte, al proceder androcéntrico de la
historiografía. Este mismo androcentrismo que impregna a la Antigüedad clásica, griega y
latina, mantuvo ocultas a las mujeres y quedan pocos y parciales testimonios de ellas. Sin
embargo, sería injusto no mencionar la presencia femenina en los inicios de la farmacología,
una ciencia que, en sus orígenes, era un universo prácticamente femenino.
Desde tiempos remotos, la mujer ha participado en la práctica de la medicina, pues ya las
tradiciones orales de las sociedades antiguas nos hablan de la mujer como recolectora y
descubridora de las propiedades medicinales de las plantas. Con la revolución agrícola debió
comenzar la observación de las plantas no comestibles que iban surgiendo en su entorno,
descubriendo así sus cualidades terapéuticas. En un principio, las plantas medicinales se
consideraron un regalo de los dioses y, por ello, las personas que conocían sus propiedades
fueron respetadas y también temidas. Las mujeres, encargadas de la recolección y
manipulación de alimentos, de reconocer y cultivar las plantas, fueron las descubridoras de
sus propiedades y aplicaciones. Esta circunstancia se traduce en la existencia de una
396
|
1
medicina popular basada en remedios naturales y ejercida por mujeres . A todas ellas
podemos considerarlas las primeras mujeres sabias de la historia.
Los inicios de la medicina naturalista arrancan en un estadio primitivo del pensamiento
2
mágico donde podemos hablar de una medicina mágica ligada a la religión y la superstición .
Magia y medicina corren paralelas en los primeros tiempos, compartiendo no sólo la finalidad
de sus métodos, sino también numerosos ingredientes que los antiguos llamaron "venenos".
Estos ingredientes, en su mayoría
sustancias vegetales obtenidas de raíces, hojas y cortezas de plantas, jugaron un papel
destacado en el ámbito social, religioso y médico, y su aplicación con fines terapéuticos se
registra ya en las escrituras de conocimiento médico más antiguas, donde se describe el uso
de plantas como el opio, la belladona, la mandrágora, la adormidera, el beleño y los hongos
3
venenosos . Su uso unido a la magia daría lugar a la medicina primitiva, pues como afirma
Josep Gódia, "tanto la medicina como la vida misma estaba dominada por las supersticiones,
4
los espíritus, las prácticas y convicciones religiosas" .
Este tipo de plantas que presentan sustancias psicotrópicas fueron de gran utilidad
médica en la Antigüedad clásica, ya que sirven para el tratamiento de problemas mentales y
para calmar el dolor, como, por ejemplo, el opio o la adormidera, de los cuales se extraerá
5
más adelante la morfina y la codeína . El opio, empleado para el alivio de toda clase de
6
dolores, el estreñimiento , la inducción del sueño y con fines eutanásicos, puede considerarse
un ejemplo perfecto de phármakon, término de origen griego que hace referencia tanto al
poder curativo como tóxico de las sustancias que se emplee, dependiendo del uso que se
1
Como apunta BEGUIRISTAIN, M. Teresa, «Mujeres sabias del arte occidental», en Mujeres
sabias:
entre
la
teoría
y
la
práctica, Castellón de la Plana, Publicacions de la Universitat
Jaume I. Servei de Comunicació i Publicacions, 2004, pp. 33-‐69 (p.39), "la imagen de la
mujer pasiva de las cuevas, esperando al cazador, ha dado paso a la imagen de la mujer
activa, recolectora, (de plantas, frutas y mariscos). Sus actividades, según esta nueva
interpretación, fueron la recolección, la caza de pequeños animales, la fabricación de
utensilios de piedra, el tejido y la cerámica. Mujer productiva, inventora, artista".
2
GIL, Luis, «Medicina, religión y magia en el mundo griego». Cuadernos
de
Filología
Clásica:
egi, 11 (2001), pp.179-‐198 (pp.185-‐186).
3
El papiro de Ebers (1500 a.C.), recopilación de textos médicos egipcios, que se conserva
actualmente en la Universidad de Leipzig, alberga referencias a unas 7.000 sustancias
medicinales. Vid. RODRÍGUEZ BADIOLA, M. Isabel, «Apuntes sobre el papiro de Ebers».
Boletín
de
la
Asociación
Española
de
Egiptología, núm 7 (1997), pp.43-‐56.
4
GÓDIA RIBES, Josep, «La farmacología y su florecimiento en las edades históricas. Los
orígenes y las fuentes de los fármacos», en Actas
del
XIV
Congreso
Nacional
y
V
Iberoamericano
de
Historia
de
la
Veterinaria, Santiago -‐ Lugo, 2008, pp.483-‐492 (p.484). Cf.
CANO CARMONA, Eusebio -‐ CANO ORTIZ, Antonio -‐ CANO ORTIZ, Ana, "Plantas
prohibidas o restringidas por su toxicidad: Flora psicotrópica". Boletín.
Instituto
de
Estudios
Giennenses, núm 200 (2009), pp.73-‐123 (pp.73-‐74).
5
CANO CARMONA, Eusebio «art.cit.», p.75. Cf. PLINIO EL VIEJO, Naturalis
Historia, XIX 38.
6
CANO CARMONA, Eusebio «art.cit.», p.81.
397
|
7
hiciera de las mismas . La adormidera (Papaver
Somniferum) o "planta del opio" de la familia
de las Papaveraceae, se caracteriza por la presencia de diferentes alcaloides con propiedades
8
analgésicas, antitusivas, sedativas e hipnóticas . En la Odisea Homero nos relata que Helena
de Troya había sido instruida por la egipcia Polidamna en el uso de la adormidera para disipar
9
el dolor y hacer olvidar todos los males :
«... ingeniosas y muy buenas, que dióle Ton, la esposa de Polidamna, en Egipto; allí
mucho las tierras de pan producen, y la mezcla de unas es buena, y la de otras nociva; allí
todos son médicos; nadie en el mundo es más sabio, porque allí del linaje de Peán todos
descienden»
La belladona, llamada en la Edad Media "planta de los hechiceros" en la creencia de que
brujas y hechiceros la utilizaban, junto con el opio y el beleño, para adquirir extraordinarios
poderes, se empleaba en la Antigüedad como una droga psicoterapéutica, mixturada con
10
brotes de álamo secos, hojas de adormidera y beleño para calmar los dolores . Esta última
(Hyoscyamus), una planta que presenta alcaloides tropánicos, tiene grandes virtudes
11
medicinales, destacando su marcada acción sedante y relajante muscular . Sus propiedades
alucinógenas hicieron del beleño la hierba de las brujas medievales, que, aplicándoselo en
forma de ungüento, sentían tal ingravidez que se imaginaban, en su escoba, volando por los
12
aires . El humo que surge de quemar sus hojas provoca un plácido sueño, por lo que se usó
contra el insomnio, de ahí el refrán medieval que reza así "Al que come beleño, no le faltará el
13
sueño" . También la mandrágora, una planta venenosa de la especie de las Solanaceae, de la
que se extrae la atropina, fue una planta importante en la farmacopea antigua, a la que se le
atribuían propiedades afrodisíacas y se creía que aumentaba la fertilidad en las mujeres, por
lo que se empleaba en varios remedios y las mujeres la llevaban en forma de amuleto contra
14
la esterilidad . Es citada por Plinio el Viejo (Naturalis
Historia, XIV 19, 8) y Celso (De
Medicina
15
V 25), destacando su valor narcótico en las intervenciones quirúrgicas . En cuanto a los
7
ESCOTADO, Antonio, Historia
de
las
drogas. Vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1999, pp.81-‐
83.
8
PLINIO EL VIEJO, Naturalis
Historia, XIX 53.
9
HOMERO, Odisea, IV 221 s. Introducción y notas de J. Alsian. Traducción de Fernando
Gutiérrez, Buenos Aires, Planeta, 2007.
10
MANTA, Daniele -‐ SEMOLI, Diego, Enciclopedia
de
las
plantas. Madrid, Círculo de amigos
de la historia, 1977, p.58.
11
CELSO, De
Medicina, III 18; FLAVIO JOSEFO, Antigüedades
judías, III 172; PLINIO EL
VIEJO, Naturalis
Historia, XXV 17.
12
HARRIS, Marvin, Vacas, cerdos, guerras y brujas: los enigmas de la cultura. Madrid,
Alianza, p.133-‐139.
13
GÓMEZ, Paloma, La rebotica de la Celestina: Antiguos remedios para las mujeres de hoy.
Sevilla, Ediciones Mairi, 2003, p.34.
14
CANO CARMONA, Eusebio, «art.cit.», p.89; ALBERTO GUERRINO, Antonio, «La
mandrágora». Medicina
e
Historia, 541(1969), pp.4-‐17 (p.4).
15
DEMÓSTENES, Filípicas IV; JENOFONTE, EL
Banquete, 2; PLATÓN, República, VI 488c.
398
|
hongos, su valor culinario era tan alto para los romanos que fueron identificados con la vida
ostentosa y placentera (Petronio, Satiricón, XXXVIII 4). La especie más peligrosa de hongos
por su poder alucinógeno era la Amanita
muscaria, un hongo crudo que, en palabras de
Robert Graves, produce "desenfrenos insensatos, visión profética, energía erótica y una
notable fuerza muscular". R. Graves opina que la ambrosía y el néctar de los dioses
probablemente procedían de este hongo intoxicante, que luego se convirtió en el elemento
16
secreto de los Mitos Eleusinos y Órficos, y de otros asociados con Dionisio .
Las diversas drogas vegetales mencionadas, en un primer momento, de uso
exclusivamente femenino, tenían en común su valor terapéutico y, curiosamente, efectos
psicotrópicos. Mujer, magia y medicina aparecen asociados en un principio.
INICIOS
DE
LA
MEDICINA
NATURALISTA
EN
GRECIA
Y
ROMA.
En un primer estadio de la medicina griega, observamos el uso de sustancias vegetales
similares en los asclepia griegos, templos dedicados a Asclepios, dios de la medicina, donde
se suministraban drogas a los enfermos que los inducían a un estado de somnolencia,
durante el cual el dios se les aparecía y los sanaba o bien les indicaba los remedios que debían
17
utilizar . La base de estas drogas se encuentra en las sustancias anteriormente citadas y su
uso también se halla presente en las prácticas médicas orientadas a la mujer. Desde los
primeros textos médicos de relieve, como es el Corpus
Hippocraticum
(siglos V-‐IV a.C.),
aparece una ginecología bastante desarrollada, como se ve en las obras De
morbis
18
muliebribus, De
sterilibus, De
uirginum
morbis, De
natura
muliebri,
De
generatione,
etc. La
ginecología de base hipocrática desarrollada un siglo después en la escuela alejandrina (siglos
IV-‐III a.C.) supuso un gran avance en el conocimiento de la anatomía femenina, al
reconocérsele también a la mujer la existencia de dos testículos productores de semen, los
19
ovarios . Esta concepción de la anatomía y de la fisiología femenina continúa en Roma en la
obra de Sorano y alcanza su esplendor con Galeno (De
usu
partium,
De
semine,
De
uteri
16
GRAVES, Robert, Los
mitos
griegos. Vol. I, Madrid, Alianza editorial, 1985, pp.6-‐7. Cf.
GORDON WASSON, R. et
alii, La
búsqueda
de
Perséfone.
Los
enteógenos
y
los
orígenes
de
la
religión. México, Fondo de cultura económica, 1996, pp.36-‐42, 85-‐87, 189-‐225.
17
RODRÍGUEZ IDÍGORAS, Begoña, "Juro por Apolo". Thamyris, núm s. 1 (2010), pp.85-‐97
(p.87).
18
GOUREVITCH, Danielle, Le
mal
d'être
femme.
La
femme
et
la
medicine
a
Rome. París,
1984, p.284; HERRERO INGELMO, Mª Cruz -‐ MONTERO CARTELLE, Enrique, "Concepción
y erotismo en la literatura médica medieval". Cuadernos
de
Filología
Clásica.
Estudios
Latinos, núm 32 (2012), pp.299-‐314.
19
HERRERO INGELMO, Mª Cruz, «art.cit.», pp.200-‐201.
399
|
20
dissectione,
De
foetus
formatione,
etc.) . Sin embargo, la transición de la medicina de origen
hipocrático a la medicina romana encuentra en principio lo que Luis Gil, en su estudio sobre la
medicina de herencia griega, ha denominado “una paradoja cultural, a saber, un proceso de
resistencia". El autor afirma que este rechazo no fue otra cosa que "un rasgo de primitivismo
21
presente en una buena parte del patriciado romano" . En efecto, la primera etapa de la
medicina romana fue de carácter pre-‐científico, en la cual la curación estaba muy ligada a la
22
superstición y la magia, por lo que podríamos calificarla como popular e instintiva . Ejemplo de
ello son las múltiples referencias a epidemias y épocas de hambruna que, en esa época,
23
aparecen ligadas a fenómenos mágicos, castigos divinos y, curiosamente, al mal
comportamiento de las mujeres. Así, entre el año 184 y el 180 se había desencadenado un Roma
una misteriosa epidemia y, tras investigar las autoridades el problema, se llegó a la conclusión
de que las mujeres eran una vez más las culpables. Tito Livio se hace eco en numerosos pasajes
de su historia de la frivolidad y la falta de castidad de las mujeres de Roma:
«Eodem anno Postumia virgo vestalis de incestu causam dixit, crimine innoxia, ab
suspicione propter cultum amoeniorem ingeniumque liberius quam virginem decet parum
abhorrens. Eam ampliatam, deinde absolutam pro collegii sententia pontifex maximus
abstinere iocis colique sancte potius quam scite iussit. Eodem anno a Campanis Cumae,
24
quam Graeci tum urbem tenebant, capiuntur»
Es claro que el pueblo romano exigía a sus mujeres una conducta intachable, por lo que
este tipo de transgresión era considerado un prodigium y como tal debía ser purificado para
25
establecer la armonía con los dioses .
20
HERRERO INGELMO, Mª Cruz, «art.cit.», p.301. Para un estado de la cuestión:
GOZALBES CRAVIOTO, Enrique -‐ GARCÍA GARCÍA, Inmaculada, "En torno a la medicina
romana". HISPANIA
ANTIQVA, núm XXXIII-‐XXXIV (2009-‐2010), pp. 323-‐336 (p.300).
21
GIL, Luis, “Arcagato, Plínio y los médicos”. Habis, 3, 1972, pp.87-‐101 (pp.88-‐89). Cf.
GOZALBES, art.cit., p.330.
22
REAL TORRES, Carolina, "El vino como alimento y medicina en la sociedad romana".
Fortunatae, 3 (1992), pp.305-‐314 (p.306). En Roma, como apunta Begoña Rodríguez
Idígoras, "la racionalización de la enfermedad llega ... casi con dos siglos de retraso,
mientras tanto quienes padecían enfermedades podían encomendarse a los dioses, que
competían con ciertos individuos marginales, pues si la ira divina no cesaba, la esperanza de
curación podían depositarse en los médicos callejeros, charlatanes que utilizaban la magia y
la superstición" («art.cit.», p.92).
23
Como apunta Enrique GOZALBEZ, "en cualquier caso, la pestilentia
reiterada de la Roma
republicana, en la que aparecía de forma casi cíclica, es interpretada por la mayor parte de
los investigadores con la malaria" («art.cit.», p.330). Tito Livio cita numerosos episodios: Ab
urbe
condita II 1.31, II 2.23, II 2.34, III 3.6, III 3.9, etc. Cf. RODRÍGUEZ IDÍGORAS, «art.cit.»,
p.93.
24
TITO LIVIO, Ab
urbe
condita, IV 44, XXXIX 15. Para los textos latinos hemos seguido la
versión ofrecida en The
Latin
Library <http://www.thelatinlibrary.com/.
25
GAGÉ, Jean, Matronalia, Bruselas, 1963, p.144.
400
|
LA
MEDICINA
NATURALISTA
COMO
SIGNO
EXTERNO
DE
FEMINIDAD.
En cuanto a la participación femenina en la medicina, podríamos decir que la mayoría de
las mujeres que la practicaban seguían ensuciándose cuando asistían a los partos. Por lo
general, la única ayuda con la que contaba la mujer a la hora de dar a luz era la comadrona,
oficio femenino por excelencia desarrollado desde los tiempos antiguos, tal vez por la
creencia de que sólo a la mujer correspondía ocuparse de estos menesteres, o tal vez por ese
medio ancestral que los hombres mostraban hacia la sangre femenina, tanto la de la
menstruación como la de los partos. Las mujeres tendrían que esperar hasta el siglo XI,
cuando son admitidas como alumnas en la Escuela de Salerno, siendo instruidas en medicina
26
general y no sólo en ginecología y obstetricia como era la práctica general hasta entonces .
No obstante, en el transcurso de Roma, el nombre de Fabiola, una patricia cristiana, pasó a la
historia unido a uno de los grandes logros de la medicina romana, la creación de hospitales.
Fabiola fue la fundadora en el año 394 d.C. de uno de los primeros valetudinaria, hospitales
27
militares que más tarde darían lugar a los hospitales civiles .
Fuera de estas labores humanitarias, centradas en los cuidados del parto o de la
asistencia a los enfermos, hallamos a la mujer romana inmersa en labores de farmacopea
vegetal y será en este campo donde va a encontrar un lugar donde desarrollar sus habilidades
como sanadoras y transmisoras de un saber popular.
En Roma esta labor se desarrolla principalmente en el cuto de Bona
Dea, diosa de la
fertilidad, castidad y la sanación, cuyo atributo es la serpiente, símbolo relacionado con la
medicina. De su templo se dice que era una verdadera farmacia, o parafarmacia, para ser más
exactos, ya que en él las sacerdotisas aprendían el arte de la curación por medio de remedios
naturales, en su mayoría, hierbas medicinales.
En cuanto a su nombre, Cicerón, en su obra De
Haruspicum
Responsis, nos dice que Bona
28
Dea es la diosa que no debe ser nombrada por los hombres . La esposa de Fauno, una deidad
rústica y profética, era una mujer tan virtuosa que, excepto su marido, ningún hombre la
29
había visto ni oído su nombre . Varrón (Divinae
Institutiones I 22, 10; Institutionum
Epitome
XVII 1) afirma que por esta razón las mujeres romanas la doraban en secreto y no
mencionaban su nombre. También Servio, en su comentario a la Eneida de Virgilio (In
Vergilii
Aeneidos
Librum
Octavum
Commentarius v.314), nos aclara que la hija de Fauno fue llamada
Bona
Dea desde que su nombre fue olvidado, ya que salta a la vista que Bona
Dea en sí no es
26
CANO, «art.cit.», p.75; Rodríguez Cabezas, Ángel et
alii., Mujeres
en
la
Medicina. Grupo
Editorial 33, Málaga, 2006, pp.35-‐38; Rodríguez
Idígoras, «art.cit.», p.95.
27
RODRÍGUEZ IDÍGORAS, «art.cit.», p.95.
CICERÓN, De
Haruspicum
Responsis XVII 37: «deae cuius ne nomen quidem viros scire fas
est, quam iste idcirco Bonam dicit quod in tanto sibi scelere ignoverit».
29
BROUWER, H.H.J., Bona
Dea.
The
sources
and
a
description
of
the
cult. Leiden, The
Netherlands, 1989, p.231.
28
401
|
un nombre. Macrobio (Saturnales I 21) nos aclara que la diosa, a la que iguala a la tierra, "es
invocada en los libros de los pontífices como Bona y Fauna, Ope y Fatua, porque es la causa
de todos los bienes para nuestra subsistencia; Fauna, porque favorece toda utilización de los
animales; Ope, porque la vida se mantiene con su ayuda; Fatua por hablar [=fando], ya que,
como dijimos arriba, los niños, en el momento del parto, no reciben la voz antes que hayan
tocado la tierra". Con respecto a este último apelativo, Macrobio alude a la capacidad de
predecir el futuro que, como esposa de Fauno
Fatuo, tenía la diosa. También Ovidio considera
que Diva
Bona forma parte de la misma Tierra y nos habla de "los templos que a los ojos
viriles aborrecían", aludiendo a su virginidad, en tanto que la diosa representaba todas las
virtudes de la mujer romana. Así, en sus Fasti (V 147-‐158), donde relata la fundación de su
templo, leemos:
« quo feror? Augustus mensis mihi carminis huius
ius dabit: interea Diva canenda Bona est.
est moles nativa, loco res nomina fecit:
appellant Saxum; pars bona montis ea est.
huic Remus institerat frustra, quo tempore fratr
prima Palatinae signa dedistis aves
templa patres illic oculos exosa viriles
leniter adclivi constituere iugo.
dedicat haec veteris Crassorum nominis heres,
virgineo nullum corpore passa virum»
Era, ante todo, una divinidad asociada a la feminidad -‐entre los griegos se la denomina
theós
gynaikeía [="diosa femenina"], pues su culto estaba reservado a las mujeres y la entrada
a los hombres estaba prohibida. Macrobio la llama "la diosa de la que los hombres se alejan
30
con horror" . Esta especie de androfobia por parte de Bona
Dea es mencionada por Cicerón
en una de sus cartas a Ático (Ad
Atticum I XIV 1-‐2), donde relata el escándalo acaecido
durante el festival de la diosa, cuando Clodio, un ciudadano y político romano, al no estarle
permitida la entrada, acude vestido de mujer a casa de César (diciembre 62 a.C:) -‐algo
31
ofensivo a los ojos de los romanos-‐ con el fin de averiguar los misterios de la diosa :
30
MACROBIO, Saturnalia, I 12: «Auctor est Cornelius Labeo huic Maiae, id est terrae,
aedem Kalendis Maiis dedicatam sub nomine Bonae Deae: et eandem esse Bonam Deam et
terram ex ipso ritu occultiore sacrorum doceri posse confirmat».
31
Sobre Bona
Dea: CICERÓN Ad
Atticum, I XV I10; II I 5; II IV 2: «Clodius ergo, ut ais, ad
Tigranem! velim +Sirpiae+ condicione; sed facile patior. accommodatius enim nobis est ad
liberam legationem tempus illud, cum et Quintus noster iam, ut speramus, in otio
consederit et iste sacerdos bonae deae cuius modi futurus sit scierimus. interea quidem
cum Musis nos delectabimus animo aequo, immo vero etiam gaudenti ac libenti, neque
mihi umquam veniet in mentem Crasso invidere neque paenitere quod a me ipse non
desciverim». Vid.
id. II VII 3.
402
|
«Vereor, ne putidum sit scribere ad te, quam sim occupatus, sed tamen ita distinebar, ut
huic vix tantulae epistulae tempus habuerim atque id ereptum e summis occupationibus.
Prima contio Pompei qualis fuisset, scripsi ad te antea, non iucunda miseris, inanis improbis,
beatis non grata, bonis non gravis; itaque frigebat. Tum Pisonis consulis impulsu levissimus
tribunus pl. Fufius in contionem producit Pompeium. Res agebatur in circo Flaminio, et erat
in eo ipso loco illo die nundinarum panegyris. Quaesivit ex eo, placeretne ei iudices a praetore
legi, quo consilio idem praetor uteretur. Id autem erat de Clodiana religione ab senatu
constitutum. Tum Pompeius mal aristokratikos locutus est senatusque auctoritatem sibi
omnibus in rebus maximam videri semperque visam esse respondit et id multis verbis. Postea
Messalla consul in senatu de Pompeio quaesivit, quid de religione et de promulgata
rogatione sentiret. Locutus ita est in senatu, ut omnia illius ordinis consulta genikos laudaret,
mihique, ut adsedit, dixit se putare satis ab se etiam "de istis rebus" esse responsum. Crassus
posteaquam vidit illum excepisse laudem ex eo, quod suspicarentur homines ei consulatum
meum placere, surrexit ornatissimeque de meo consulatu locutus est, cum ita diceret, "se,
quod esset senator, quod civis, quod liber, quod viveret, mihi acceptum referre; quotiens
coniugem, quotiens domum, quotiens patriam videret, totiens se beneficium meum videre».
Cicerón (De Haruspicum
Responsis V 8-‐9) acusa a Clodio de cometer stuprum
["pérdida de
32
la pudicitia"] .
«De religionibus sacris et caerimoniis est contionatus, patres conscripti, Clodius: Publius,
inquam, Clodius sacra et religiones neglegi violari pollui questus est! Non mirum si hoc vobis
ridiculum videtur: etiam sua contio risit hominem, quo modo ipse gloriari solet, ducentis
confixum senati consultis, quae sunt omnia contra illum pro religionibus facta, hominemque
eum qui pulvinaribus Bonae deae stuprum intulerit, eaque sacra quae viri oculis ne
imprudentis quidem aspici fas est non solum aspectu virili sed flagitio stuproque violarit, in
contione de religionibus neglectis conqueri. [9] Itaque nunc proxima contio eius exspectatur
de pudicitia. Quid enim interest utrum ab altaribus religiosissimis fugatus de sacris et
religionibus conqueratur, an ex sororum cubiculo egressus pudorem pudicitiamque
defendat? Responsum haruspicum hoc recens de fremitu in contione recitavit, in quo cum
aliis multis scriptum etiam illud est, id quod audistis, Loca sacra et religiosa profana haberi: in
33
ea causa esse dixit domum meam a religiosissimo sacerdote, P. Clodio, consecratam» .
32
Id., De
Haruspicum
Responsis, XXI 44: P.
«Clodius a crocota, a mitra, a muliebribus soleis
purpureisque fasceolis, a strophio, a psalterio, a flagitio, a stupro est factus repente
popularis. Nisi eum mulieres exornatum ita deprendissent, nisi ex eo loco quo eum adire fas
non fuerat ancillarum beneficio emissus esset, populari homine populus Romanus, res
publica cive tali careret». Vid. id. In
Pisonem XXIX 95.
33
Cf. SUETONIO, De
vita
Caesarum.
Divus
Iulius: «In Corneliae autem locum Pompeiam
duxit Quinti Pompei filiam, L. Sullae neptem; cum qua deinde diuortium fecit adulteratam
opinatus a Publio Clodio, quem inter publicas caerimonias penetrasse ad eam muliebri
ueste tam constans fama erat, ut senatus quaestionem de pollutis sacris decreuerit»
403
|
Por lo que fue llevado a juicio, pero consiguió salvarse sobornando al jurado (Cicerón,
Cartas
a
Ático I 16). Curiosamente, años más tarde, Clodio muere muy cerca del templo de la
diosa, lo que dio a Cicerón la ocasión de presentar su muerte como un castigo por su
sacrilegio en el pasado (Cicerón, Pro
Milone). Hasta tal punto eran preservados los secretos
de la diosa.
Tibulo, que también alude en sus poemas a la exclusión masculina de los ritos
(temeranda
virorum), añade el dato curioso de que el hombre que presencie los misterios será
34
castigado por la diosa con la ceguera (Elegías, I 6, 21-‐24):
«Exibit quam saepe, time, seu visere dicet
Sacra Bonae maribus non adeunda Deae.
At mihi si credas, illam sequar unus ad aras;
Tunc mihi non oculis sit timuisse meis»
Propercio (Elegiae IV 9, 21-‐70) y Macrobio (Saturnalia I 12 27-‐28) describen cómo las
mujeres expulsan a Hércules de las celebraciones, por lo que, en venganza, estableció el culto
35
a Ara
Maxima, reservado sólo a los hombres .
«Unde et mulieres in Italia sacro Herculis non licet interesse, quod Herculi, cum boues
Geryonis per agros Italiae duceret, sitienti respondit mulier aquam se non posse praestare,
quod feminarum deae celebraretur dies nec ex eo apparatu uiris gustare fas esset: propter
quod Hercules facturus sacrum detestatus est praesentiam feminarum, et Potitio ac Pinario
sacrorum custodibus iussit ne mulierem interesse permitterent. Ecce occasio nominis,
quoniam Maiam eandem esse et terram et Bonam Deam diximus, coegit nos de Bona Dea
quaecumque conperimus protulisse»
Ejemplos como éstos no hacen más que acentuar el carácter exclusivamente femenino
del culto, algo que preocupaba seriamente a los romanos.
La capacidad sanadora de la diosa es mencionada por Ovidio en su Ars
Amatoria cuando
aconseja que «la [mujer] que esté medio calva, ... vaya a componerse al templo de la diosa
36
Bona» , aludiendo, sin duda, a los remedios preparados para tal fin en el templo. En otro
pasaje (Ars
Amatoria III 633-‐638) se lamenta de la excesiva libertad de las mujeres que acuden
a este tipo de cultos donde los hombres "vigilantes de sus pasos" ya no pueden controlar lo
que hacen sus mujeres:
34
Un castigo similar sufre el adivino Tiresias al contemplar a Atenea bañándose desnuda.
Cf. LORAUX, Nicole, Las
experiencias
de
Tiresias.
Lo
masculino
y
lo
femenino
en
el
mundo
griego. Barcelona, Acantilado, 2004, p.444 s.
35
MARCOS CASQUERO, Manuel Antonio, "El exótico culto a Hércules en el Ara Máxima".
Revista
de
Estudios
Latinos, núm 2 (2002), pp.65-‐105 (p.82). Cf. MACROBIO, Saturnalia I,12,
27-‐28.
36
OVIDIO, Ars
Amatoria, III 243-‐344: «Quae male crinita est, custodem in limine ponat,/
Orneturve Bonae semper in aede deae».
404
|
«Quid faciat custos, cum sint tot in urbe theatra,
Cum spectet iunctos illa libenter equos,
Cum sedeat Phariae sistris operata iuvencae,
Quoque sui comites ire vetantur, eat,
Cum fuget a templis oculos Bona Diva virorum,
Praeterquam siquos illa venire iubet?»
También sabemos por el testimonio de los autores que a la diosa se hacían sacrificios de
37
animales, una cerda -‐género femenino-‐, y que sus ritos secretos tenían lugar por la noche, al
margen de la mirada de curiosos. En su lista de leyes sobre la religión, Cicerón especifica que
«las ceremonias nocturnas no serán celebradas por mujeres, excepto aquéllas que tienen
lugar para la gente de acuerdo al uso religioso, ni se iniciará a nadie excepto a los ritos
griegos de Ceres, de acuerdo con las reglas» ¿De qué reglas nos hablará? Sin duda sería
interesante saber qué hacían estas mujeres, al amparo de la oscuridad, y sin la presencia de
38
hombres .
Asimismo, nos consta que la festividad de la diosa se celebraba a expensas del pretor, lo
que indica la aceptación del culto por parte de las autoridades. Se trata, pues, de una
festividad oficial que se celebra anualmente, aunque se desconoce cuándo surge y la fecha
39
exacta en que deben celebrarse los ritos nocturnos . Sin embargo, el culto es descrito como
genuinamente romano y debe ser tan antiguo como la misma Roma, ya que la imagen de la
diosa aparece grabada en las primeras monedas. Bona
Dea, Diva
Bona o Fauna, juega un
importante papel en la historia antigua del Lacio y encaja en la genealogía de los reyes de la
40
región de tiempos prehistóricos . Representa, por tanto, un modelo de antigua tradición
41
romana o, según afirma Brouwer , bien podría ser un elemento censurable del paganismo.
No se tiene noticia de que este culto se celebrara en otro lugar fuera de Roma.
En resumen, la naturaleza oculta del culto, conocida sólo por las iniciadas, es un asunto
de estado, ya que sus celebraciones eran públicas, estaban subvencionadas por el pretor y su
festividad figuraba en el mes de diciembre del calendario religioso (Marcial 44). Bona
Dea era
garantía de la salud de Roma y sus ceremonias se celebraban pro
populo y pro
salute
populi.
Pese a tener un templo en el Aventino, sus ritos tenían lugar en casa del magistrado cum
imperio, ya fuera cónsul o pretor, cuya esposa era la encargada de dirigir la ceremonia en
representación de la comunidad y ayudada por las Vestales. Como diosa de la fertilidad y
como representante de la población femenina protegía a la comunidad, ya que la fertilidad
37
MACROBIO, Saturnalia I 23: «Eandem alii Proserpinam credunt, porcaque ei rem diuinam
fieri, qui segetem quam Ceres mortalibus tribuit porca depasta est».
38
CICERÓN, De
legibus II IX 21: «Nocturna mulierum sacrificia ne sunto praeter olla quae pro
populo rite fient. Neve quem initianto nisi ut adsolet Cereri Graeco sacro».
39
CICERÓN, Ad
Atticum V 21, 14: «Cum scies Romae intercalatum sit necne, velim ad me
scribas certum quo die mysteria futura sint».
40
BROUWER, op.cit., p.323.
41
BROUWER, op.cit., p.254.
405
|
tanto del campo, de la ganadería y de la mujer, era tanto un interés individual como de la
42
sociedad en su conjunto .
Por otro lado, la naturaleza estatal del culto no excluía manifestaciones de carácter
personal, ya que entre los adoradores de la diosa también se encuentran esclavos y hombres
libres. Se sabe muy poco sobre la ceremonia en sí, aunque se cree que en su origen estaba
relacionada con la agricultura y la flora, excepto con el mirto, porque según la leyenda su
esposo Fauno la había golpeado con una rama de esta planta hasta la muerte, tras haberla
encontrada borracha. Otra versión del mito, transmitida por Macrobio, hace a Bona
Dea
hija
de Fauno, quien la habría golpeado por haberse opuesto a sus deseos incestuosos y, bajo la
forma de una serpiente, habría conseguido violarla. Por esta razón, en su templo abundan las
43
serpientes sin que nadie las tema y no hay rastro de mirto, pero sí de vid; es más, se hacen
libaciones con vino en su honor, aunque lo llaman leche, y el vaso en el que se vierte se llama
44
melarium ["colmena"] .
Por último, Bona
Dea es llamada "la diosa de las mujeres" (Propercio 32), no sólo por
evitar el contacto con los hombres, o con cualquier animal u objeto masculino, sino también
por albergar en su templo la mayor farmacia de la Antigüedad. Macrobio cuenta que algunos
la identifican con Medea, "puesto que hay en su templo todo tipo de hierbas con las que las
45
sacerdotisas producen remedios" . Así pues, la farmacopea estaba ligada al culto de la diosa
y sus sacerdotisas ejercían la medicina apartadas de la ciencia oficial, sin título ni
reconocimiento. Durante mucho tiempo fueron las encargadas de atender con sus remedios
a las mujeres, por lo que nos encontramos con una medicina ejercida por mujeres y para
mujeres. Pero este espacio propio se ve pronto invadido por la ignorancia y el miedo al saber
de las mujeres que habían recurrido a sus conocimientos para hacer brebajes, pócimas,
ungüentos, pomadas, filtros de amor y otros preparados con los que, según la creencia
46
misógina y supersticiosa de la época, preparaban venenos y remedios abortivos . Por un
42
BROUWER, op.cit., p.398.
43
MACROBIO, Saturnalia I 27: «serpentesque in templo eius nec terrentes nec timentes
indifferenter appareant».
44
MACROBIO, Saturnalia I 24-‐26: «quod uinum in templum eius non suo nomine soleat
inferri, sed uas in quo uinum inditum est mellarium nominetur et uinum lac nuncupetur».
45
MACROBIO, Saturnalia 12 26: «Quidam Medeam putant, quod in aedem eius omne genus
herbarum sit ex quibus antistites dant plerumque medicinas».
46
PLINIO, Naturalis
Historia, XXVIII 67, 255: «Melancholicis fimum vituli in vino decocto
remedio est. — Lethargicos excitat asini lichen naribus inlitus ex aceto, caprini cornus nidor
aut pilorum, iocur aprinum; itaque et veternosis datur. — Phthisicis medentur iocur lupi ex
vino macro, suis feminae herbis pastae laridum, carnes asininae ex iure sumptae; hoc
genere maxime in Achaia curant id malum. fimi quoque aridi, sed pabulo viridi pasto bove,
fumum harundine haustum prodesse traduntur bubulive cornus mucronem exustum II
coclearium mensura addito melle pilulis devoratis». Texto tomado de LacusCurtius
http://penelope.uchicago.edu/Thayer/L/Roman/Texts/Pliny_the_Elder/28*.html.
406
|
lado, parece que la práctica de interrumpir voluntariamente los embarazos estaba muy
extendida, como lo demuestra el interés que tienen por el problema médicos, filósofos y
legisladores; por otro, el veneficium era un delito considerado por griegos y romanos como
típicamente femenino; de ahí a la acusación por magas y hechiceras sólo había un paso. En
ambos casos la pena era la muerte.
Teniendo en cuenta que las nociones que griegos y romanos tenían de farmacopea eran
básicamente experimentales y, a menudo, motivadas por supersticiones religiosas, no debe
extrañarnos que la nefasta costumbre de las mujeres de manejar venenos, en el amplio
sentido del término, ocasionara numerosos y escandalosos procesos (veneficia
matronarum)
por la creencia de que muchos de sus preparados eran más tóxicos que curativos, aunque, en
realidad, cualquier intromisión de la mujer en la práctica médica estaba castigada con la pena
de muerte.
Se cree que por entonces muchos personajes en la historia de Roma murieron por
envenenamiento. Sin ir más lejos, se dice que el emperador romano Claudio fue envenenado
por su esposa Agripina, quien se valió de un plato de setas (amanita
phalloides)
para lograr su
47
cometido . El historiador romano Tito Livio nos cuenta que, durante el consulado de M.
Claudio Marcelo y Tito Valerio (331 a.C.), se desató en Roma una terrible peste. Al final se
descubrió que la causa de la muerte de tantos hombres, entre los que se encontraban
importantes hombres de Estado, había sido el envenenamiento. Los venenos habían sido
preparados por las matronas romanas en sus casas y, tras un detallado registro, fueron
detenidas. Dos de ellas, Cornelia y Sergia, ambas miembros de casas patricias, sostuvieron
que las drogas eran preparados medicinales y, tras beber un poco para demostrar su
inocencia, cayeron víctimas de sus propios designios. Sus compañeras fueron
inmediatamente detenidas y denunciaron a un gran número de matronas como autoras del
mismo delito, de las cuales ciento setenta fueron declaradas culpables. Hasta ese momento
47
SUETONIO, Vida
de
los
doce
Césares.
Tiberio
Claudio
Druso, 44,2-‐45,1 «Et ueneno quidem
occisum conuenit; ubi autem et per quem dato, discrepat. Quidam tradunt epulanti in arce
cum sacerdotibus per Halotum spadonem praegustatorem; alii domestico conuiuio per
ipsam Agrippinam, quae boletum medicatum auidissimo ciborum talium optulerat. Etiam
de subsequentibus diuersa fama est. Multi statim hausto ueneno obmutuisse aiunt
excruciatumque doloribus nocte tota defecisse prope lucem. Nonnulli inter initia
consopitum, deinde cibo affluente euomuisse omnia, repetitumque toxico, incertum pultine
addito, cum uelut exhaustum refici cibo oporteret, an immisso per clystera[m], ut quasi
abundantia laboranti etiam hoc genere egestionis subueniretur. Mors eius celata est, donec
circa successorem omnia ordinarentur. Itaque et quasi pro aegro adhuc uota suscepta sunt
et inducti per simulationem comoedi, qui uelut desiderantem oblectarent. Excessit III. Id.
Octob. Asinio Marcello Acilio Auiola coss. sexagesimo quarto aetatis, imperii quarto decimo
anno, funeratusque est sollemni principum pompa et in numerum deorum relatus». Vid.
TÁCITO, Anales, XII 64, 66–67; PLINIO EL VIEJO, Naturalis
Historia, II 92, XI 189, XXII 92;
DION CASIO, Historia
romana, 61,24. Cf. VILLALBA ÁLVAREZ, Joaquín, "Boletum
medicatum. La seta que mató al emperador Claudio". Tejuelo, 5 (2009), pp.71-‐85 (p.77).
407
|
48
nunca se había investigado en Roma una acusación por envenenamiento . Como afirma Eva
Cantarela, éste fue un «episodio desconcertante que, como quiera que se interprete, muestra
evidentemente la existencia de un problema no pequeño en las relaciones entre los sexos,
49
claramente turbadas por una atmósfera de desconfianza y de sospecha» . El peligro social
era evidente. Se desata, entonces, una gran caza de brujas, en la que se condena y se ejecuta
a miles de mujeres acusadas de envenenar a sus maridos y cuanto hombre se interpusiera en
su camino. Las condenadas a muerte en un proceso público se entregaban a los familiares
50
para que éstos les diesen muerte de forma privada , dado que pater
familias tenía la
potestad de castigar los comportamientos ilícitos de los miembros de su familia (ius
vitae
ac
51
necis) . Sin duda, en el subconsciente colectivo estaba la bruja preparadora de bebedizos
letales.
Varios años y varios crímenes más tarde llevaron al Imperio a dictar las primeras leyes
antiveneno: la Lex
Cornelia
de
sicariis
et
veneficiis (81 a.C.) que castigaba tanto el homicidio
48
TITO LIVIO, Ab
urbe
condita, VIII 8,18,1 s.: «Foedus insequens annus seu intemperie caeli
seu humana fraude fuit, M. Claudio Marcello C. Valerio consulibus. Flaccum Potitumque
uarie in annalibus cognomen consulis inuenio; ceterum in eo parui refert quid ueri sit. illud
peruelim nec omnes auctores sunt proditum falso esse uenenis absumptos quorum mors
infamem annum pestilentia fecerit; sicut proditur tamen res, ne cui auctorum fidem
abrogauerim, exponenda est. cum primores ciuitatis similibus morbis eodemque ferme
omnes euentu morerentur, ancilla quaedam ad Q. Fabium Maximum aedilem curulem
indicaturam se causam publicae pestis professa est, si ab eo fides sibi data esset haud
futurum noxae indicium. Fabius confestim rem ad consules, consules ad senatum referunt
consensusque ordinis fides indici data. tum patefactum muliebri fraude ciuitatem premi
matronasque ea uenena coquere et, si sequi extemplo uelint, manifesto deprehendi posse.
secuti indicem et coquentes quasdam medicamenta et recondita alia inuenerunt; quibus in
forum delatis et ad uiginti matronis, apud quas deprehensa erant, per uiatorem accitis duae
ex eis, Cornelia ac Sergia, patriciae utraque gentis, cum ea medicamenta salubria esse
contenderent, ab confutante indice bibere iussae ut se falsum commentam arguerent,
spatio ad conloquendum sumpto, cum submoto populo [in conspectu omnium] rem ad
ceteras rettulissent, haud abnuentibus et illis bibere, epoto [in conspectu omnium]
medicamento suamet ipsae fraude omnes interierunt. comprehensae extemplo earum
comites magnum numerum matronarum indicauerunt; ex quibus ad centum septuaginta
damnatae; neque de ueneficiis ante eam diem Romae quaesitum est. prodigii ea res loco
habita captisque magis mentibus quam consceleratis similis uisa; itaque memoria ex
annalibus repetita in secessionibus quondam plebis clauum ab dictatore fixum
alienatas[que] discordia mentes hominum eo piaculo compotes sui fecisse, dictatorem claui
figendi causa creari placuit. creatus Cn. Quinctilius magistrum equitum L. Valerium dixit,
qui fixo clauo magistratu se abdicauerunt». Vid. PLINIO, Naturalis
Historia, XXXIII 6, 17.
49
CANTARELA, E., La
mujer
romana. Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones,
Universidad, 1991, p.30.
50
CANTARELLA, Eva, Los suplicios capitales de Grecia y Roma: orígenes y funciones de la
pena de muerte en la Antigüedad Clásica. Madrid, Akal, 1996, p.46.
REAL TORRES, Carolina, «art.cit.», pp.301-‐310.
51
408
|
52
como la intención , y afectaba a los comerciantes de afeites (pigmentarii) que hubieran
vendido, entre otros productos, cicuta (cicutam), acónito (aconitum) o mandrágora
(mandragoram), sustancias vegetales que se preparaban en forma de polvo o de líquidos para
beber. Se diría que introducir el veneno en las comidas parecía de lo más normal. Así cobra
sentido la frase de Apuleyo (Apol., 26) "quien acusa a un envenenador (qui
venenarium
accusat),
come más escrupulosamente (scrupulosius
cibatur)".
CONCLUSIONES
A pesar de que los datos históricos sobre las mujeres plantean una serie de problemas,
como el hecho de que los grupos más humildes y, por tanto, la mayoría de la población no
son objeto de reflexión de las fuentes literarias, y a pesar también de que los autores no
ofrecen, a menudo, informaciones directas, hemos intentado dar una visión general y
objetiva contemplando además las fuentes jurídicas.
Por otro lado, siendo la medicina vegetal, la más antigua, la de más solidez y
persistencia, nos ha parecido interesante analizar el papel que en su desarrollo jugaron las
mujeres. Su conocimiento de las plantas medicinales y su labor en el cuidado de la salud han
sido uno de los logros femeninos más antiguos y menos reconocido por la historia. Es difícil
saber con exactitud qué papel desempeñaron estas mujeres sabias, pioneras de la
farmacología, que recluidas en su espacio sagrado dedicaron sus vidas a la curación, aunque
sabemos que el uso de remedios caseros, muchas veces cercanos a la magia o la brujería, les
acarreó fama de envenenadoras (Seneca, De
Beneficiis
V, 13,4). En cuanto al culto a Bona
Dea, podíamos pensar que se trataba de una celebración pura y respetable, similar a las
virtudes de la diosa, pero, pese al carácter de castidad que la presidía, nos consta que, tras el
sacrificio animal, tenía lugar la fiesta donde se bebía y bailaba durante toda la noche,
imitando, tal vez, la embriaguez de la diosa sorprendida por su marido.
Alarmaba a la opinión masculina el peligro de digresión moral de las participantes,
temerosos de que el vino y la música despertaran los más bajos instintos de sus mujeres. Esta
falta de control femenino, unida a la superchería y misoginia del pueblo romano, fueron la
causa de que su capacidad sanadora y su dominio del saber médico de su tiempo no fueran
suficientes para lograr un reconocimiento social, más bien fue motivo de persecución y,
como hemos visto, en muchos casos la causa de su muerte. Las acusaciones reflejan la
existencia de una gran preocupación, por no decir de un considerable miedo por parte de los
52
«[Marcianus], pr. Lege
cornelia
de
sicariis
et
veneficis tenetur, qui hominem occiderit:
cuiusve dolo malo incendium factum erit: quive hominis occidendi furtive faciendi causa
cum telo ambulaverit : quive, cum magistratus esset publicove iudicio praeesset, operam
dedisset, quo quis falsum iudicium profiteretur, ut quis innocens conveniretur
condemnaretur. 1. Praeterea tenetur, qui hominis necandi causa venenum confecerit
dederit: quive falsum testimonium dolo malo dixerit, quo quis publico iudicio rei capitalis
damnaretur: quive magistratus iudexve quaestionis ob capitalem causam pecuniam
acceperit ut publica lege reus fieret» (D. 48,8,1 pr.-‐1. Mommsen & Krueger, Berlin, 1954 ).
409
|
hombres, respecto a conocimientos y capacidades específicamente femeninos y, por tanto,
peligrosos.
En la actualidad, la historia de las mujeres constituye uno de los campos más dinámicos
del feminismo académico. La investigación feminista ha proyectado luz sobre la historia de
las mujeres, sobre la desigualdad debida al sexo dictado por elecciones culturales en los
antiguos y rígidos sistemas patriarcales. El topos
de la fragilidad de la mujer, física y psíquica,
es férreo. Podemos decir, por tanto, que las relaciones de género fueron decisivas en los
inicios de la farmacología de la antigua Roma.
410
|
NUEVAS
APROXIMACIONES
A
LA
TRAYECTORIA
PROFESIONAL.
RELATOS
DE
GÉNERO
DESDE
ENTORNOS
Y
POSICIONES
EMINENTEMENTE
MASCULINAS
Clara
Selva
Olid
Anna
Vitores
González
Uno de los cambios más destacados de nuestra sociedad remite a la incorporación de la
mujer al mercado laboral. Las últimas décadas se han caracterizado por un aumento de los
años de vida laboral de la mujer y de su acceso progresivo a trabajos técnicos y profesionales
1
(Godoy y Mladinic, 2009) ; cambios que inevitablemente llevan a cuestionar los tradicionales
esquemas laborales, muchos de los cuales se relacionan con las asimetrías de la mujer,
respecto al hombre, en cuanto a posiciones profesionales ocupadas. Es una realidad,
estamos ante un fenómeno de plena vigencia (vislumbrado desde la actividad legislativa
hasta los medios de comunicación, sin obviar la actividad científica, abordado desde
disciplinas afines a las ciencias sociales) que encuentra en la contraposición mujer-‐hombre en
torno a la discriminación uno de sus principales ejes analíticos (Ramos, Barberá y Sarrio,
2
2003) . En los estudios revisados son centrales las preocupaciones derivadas de las barreras
que afrontan las mujeres en su desarrollo profesional, en especial en la promoción a puestos
3
de mayor responsabilidad de la jerarquía organizacional (Agut y Hernández, 2007) , los logros
4
laborales que dan sentido a su progresión (Traavik y Richardsen, 2010) , los principios de
estrategia emprendidos por la mujer en distintos momentos de su trayectoria o la gestión de
la diversidad y la acción positiva propuestos por distintas instituciones y organismos.
1
GODOY, Loren y MLADINIC, Antonio, «Estereotipos y Roles de Género en la Evaluación
Laboral y Personal de Hombres y Mujeres en Cargos de Dirección». Psykhe,
vol.
18
(2009),
pp. 51-‐64.
2
RAMOS, Amparo, Barberá, Ester y SARRIÓ, Maite, «Mujeres directivas, espacio de poder
y relaciones de género». Anuario
de
Psicologia,
vol.
34
(2003), pp. 267-‐278.
3
AGUT, Sonia y HERNÁNDEZ, Pilar, «Factores que dificultan el acceso de las mujeres a
puestos de responsabilidad: una revisión teórica». Apuntes
de
Psicología,
vol.
25
(2007), pp.
201-‐214.
4
TRAAVIK, Laura y RICHARDSEN, Astrid, «Career success for international professional
women in the land of the equal? Evidence from Norway». The
International
Journal
of
Human
Resource
Management,
vol.
21
(2010),
pp. 2798-‐2812.
411
|
A pesar del amplio espectro de estudios y de su diversidad de ejes analíticos, los
resultados son muy a menudo contradictorios y, desde luego, poco concluyentes en buena
medida. Convergen, eso sí, en dar relevancia a la noción de trayectoria profesional;
entendida como una secuencia de etapas sociales, profesionales y económicas por las que
transitamos desde los primeros momentos formativos en un área específica, hasta que nos
5
insertamos y desarrollamos en una actividad profesional (Boado, 1996) . Es decir, la
trayectoria profesional nos permite observar las actividades específicas que realizamos, su
localización, el uso dado al capital acumulado (social, cultural y patrimonial), el papel jugado
por instituciones y organizaciones con las que hemos interactuado y, cómo no, el destino
otorgado a nuestros ingresos. En suma, la trayectoria y las transiciones profesionales que la
conforman, nos permiten dar cuenta de la trama de condiciones que limitan o permiten, en
este caso, el acceso de la mujer a los cargos de responsabilidad. Quizá por ello sea un
fenómeno de tan candente y recurrente interés, estudiado desde diferentes ámbitos,
hipótesis de estudio y aproximaciones metodológicas, y determinado por un sinfín de
factores personales, sociales, profesionales y económicos.
Entre los distintos abordajes destaca aquel que toma el género como eje central,
entendiendo que las marcas sociales y culturales del sexo determinan buena parte de las
acciones, relaciones y reacciones que se tejen en nuestro ciclo vital y, como es previsible, en
el ámbito laboral. Son varios los trabajos que pretenden dar cuenta de ello desde su vertiente
más cuantitativa (a través de estudios empíricos basados en encuestas y técnicas de
correlación); de revisión (con artículos no empíricos que buscan examinar la bibliografía
publicada y situarla con cierta perspectiva), y cualitativos fenomenológicos (que pretenden
conocer la relación que hay entre los fenómenos y el ámbito en que se presentan a través del
uso de, entre otras, entrevistas). Sin embargo, a pesar de la amplia publicación que existe en
torno a la trayectoria profesional femenina, y específicamente dentro de la investigación
cualitativa, en la que se enmarca nuestra comunicación, los trabajos realizados hasta la fecha
se centran más en enumerar los factores que la explican que en abordar cómo se dan y/o
aparecen; reproduciéndose así en el plano de la intervención (Selva, Sahagún y Pallarès,
6
2011) . En esta comunicación, a través del relato de cinco mujeres que en la actualidad
ocupan puestos de responsabilidad, nos proponemos reflexionar, desde nuevas perspectivas,
la trayectoria profesional de la mujer. Específicamente pretendemos aproximarnos a nuevos
abordajes del fenómeno, en aras de incorporar nuevas ópticas en su estudio, más que
abordar en específico los resultados de dicha investigación. El estudio del fenómeno de la
trayectoria profesional presentado se realiza a través de un acercamiento tangencial al
método de historias de vida, concretamente a través de los relatos, siguiendo el
5
BOADO, Marcelo, «Movilidad ocupacional y mercado de trabajo: las caras ocultas del
empleo urbano en Montevideo».
Revista
de
Ciencias
Sociales,
vol.
12
(1996), pp. 23-‐35.
6
,
SELVA, Clara, SAHAGÚN, Miguel y PALLARÈS Susana, «Estudios sobre Trayectoria
Profesional y Acceso de la Mujer a Cargos Directivos: un Análisis Bibliométrico». Revista
de
Psicología
del
Trabajo
y
de
las
Organizaciones,
vol.
27,
núm
3 (2011), pp. 227-‐242.
412
|
procedimiento y/o las investigaciones previas realizadas por algunos expertos como Pujadas
7
8
(1992) o Goodson (2004) .
Las historias de vida son una forma de transmitir los eventos personales y sociales a
través de narraciones contextualizadas, reflejo de la propia identidad y fruto de un tiempo y
9
un espacio determinado (Prat, 2004) . Mediante algunos conceptos de este método pudimos
entender y participar de la cotidianeidad de las mujeres así como de las prácticas que
conforman su trayectoria profesional. Estas prácticas nos permitieron profundizar en sus
valores, subjetividades y representaciones, permitiendo, en última instancia, dar cuenta de
parte de un fenómeno social a través del análisis de relatos contextualizados. Las
protagonistas son cinco mujeres elegidas por ocupar todas ellas posiciones de
responsabilidad en profesiones eminentemente masculinas, léase con esto profesiones
vinculadas al sector de la informática y la electrónica, la política y la producción (pudiendo ser
estas de ámbito nacional o internacional). El estudio se basó en dos series de entrevistas
semi-‐estructuradas, sometidas a un análisis sistemático e interpretativo, enmarcado en un
enfoque fenomenológico y longitudinal. La perspectiva de análisis se orientó por los relatos,
a través de la enunciación que las mujeres hicieron de los últimos doce años de su trayectoria
profesional. Las entrevistas se centraron en los eventos y fases de su carrera, juntamente con
las expectativas que las habían acompañado; lo que permitió acercarnos a los aspectos de
género relevantes en su trayectoria así como a las expectativas de éxito y fracaso que
explican su devenir profesional. El análisis de los relatos vislumbró los elementos que han
caracterizado su trayectoria, la percepción que tienen de ellos y las estrategias que han
10
puesto en marcha para conseguir sus expectativas profesionales (Evetts, 2000) . Estas
últimas se ven claramente determinadas por los aspectos de género, por los que, en función
del sexo biológico, nos son social y culturalmente autoimpuestas una serie de aptitudes, roles
11
sociales y actitudes (y no otras) (De Babieri, 1993) . Estos hallazgos quedan sustentados, a su
vez, en otras investigaciones y estudios realizados en los que el género aparece como
12
variable central en la contraposición mujer-‐hombre (Sterrett, 1999) .
7
PUJADAS, Juan José, El método biográfico: El uso de las historias de vida en ciencias
sociales, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1992.
8
GOODSON, Ivor, Coord., Historias
de
vida
del
profesorado, Barcelona, Octaedro, 2004.
9
PRAT, Joan, I...
això
és
la
meva
vida. Temes
d’Etnologia
de
Catalunya, 9, Barcelona,
Generalitat de Catalunya, Departament de cultura, 2004.
10
EVETTS, Julia, «Analysing Change in Women’s Careers: Culture, Structure and Action
Dimensions». Gender,
Work
and
Organisation,
vol
7,
núm
1 (2000), pp. 57–67.
11
DE BABIERI, Teresita, «Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-‐
metodológica». Debates
en
Sociología, vol
18
(1993), pp. 1-‐18.
12
STERRETT, Emily, «A Comparison of Women's and Men's Career Transitions. Journal
of
Career
Development»,
vol
25,
núm
4 (1999), pp. 249-‐259.
413
|
Los relatos nos han permitido descubrir la subjetividad que recubre estos recorridos y
ahondar en cómo se dan y porqué; lo que entre otras cosas nos remite a cómo se relaciona y
promulga el trabajo con el género o cómo la particularidad se encuentra más ligada al
contexto social y normativo que a las diferencias de personalidad o entre personas. Así, la
lectura en clave de género como claro hilo conductor de la secuencia de eventos y períodos
de las cinco trayectorias, nos condujo a tres grandes categorías analíticas. Estas categorías
fueron emergentes de los relatos de las protagonistas y se vislumbraron como claros
condicionantes de su historia profesional. Las mismas categorías poco a poco, y con el
avance y recurrencias propias del quehacer cualitativo, fueron tomando forma y contenido.
Estamos hablando del entorno laboral, la experiencia vivida y los principios de estrategia
puestos en juego en su desarrollo profesional. Es importante señalar que no se trata de
nuevas categorías o descubrimientos, más bien el valor de los mismos reside en que apoyan
parte de lo que la literatura ya apuntaba respecto al tema pero incorporando a la vertiente
descriptiva ya investigada otra interpretativa-‐reflexiva-‐sistemática y crítica que permite un
conocimiento subjetivo de cómo interpretar cierto fenómeno en el plano más objetivo.
Como se anunciaba, la primera categoría remite al entorno laboral de la mujer; desde el
más inmediato y próximo a la organización y sus prácticas hasta el más marco, entendido
como contexto socioeconómico que ha caracterizado su devenir desarrollo. Los entornos
profesionales de las cinco mujeres son eminentemente masculinos, lo que puede constreñir
su progresión laboral, en términos de cultura organizativa; o favorecerla, proyectando su
carrera por el hecho de ser pocas en el sector y tener menor competencia. A lo que deben
sumarse las características sociales y económicas del contexto, que no dejan de ser un claro
catalizador de la trayectoria profesional, puesto que en épocas de expansión y crecimiento
económico es más fácil transitar por diferentes posiciones por la facilidad de que surjan
nuevos retos o proyectos profesionales, que en momentos de recesión.
La segunda categoría remite a la forma en que se ha vivido la trayectoria, es decir, la
experiencia que ha supuesto. En este caso nos acercamos a evaluaciones de la trayectoria
significadas por el aprendizaje, el conocimiento y la consistencia, y a expectativas de carrera
que giran en torno a la necesidad de desarrollar nuevos retos. Dichas evaluaciones y
expectativas explican que sus carreras se caractericen, principalmente, por la inquietud y la
persistencia en acumular nuevas experiencias y aprendizajes.
Por último, como tercera categoría se incluyen todos aquellas formas de actuar o
principios de estrategia mediante los cuales ellas han desarrollado sus trayectorias
profesionales. A pesar de tratarse de cinco recorridos profesionales diferentes y de estar en
etapas vitales distintas, los principios de estrategia desarrollados son recurrentes y giran en
torno a: a) estar preparadas y ser perseverantes en ello, a la espera de nuevos retos; b)
adaptarse a las situaciones y demandas y; c) reorganizar los espacios y re-‐significar el trabajo
en aras de lograr comodidad y satisfacción personal y profesional (y evitar juegos de poder).
Es decir, esperan que su trayectoria y expectativas profesionales se puedan lograr por su
inclinada actitud y perseverancia hacia el aprendizaje y la formación, sumada a la espera
414
|
respecto a la aparición de nuevos retos, oportunidades y/o personas que las inviten o
empujen a promocionar.
En suma, los resultados presentados nos aproximan a tres grandes categorías que
explican la trayectoria profesional y las transiciones de la mujer que en la actualidad ocupa
posiciones de responsabilidad, a la vez que nos aproximan a las decisiones, porqués y
temores que las han asaltado. Más propio de lo que antes mencionábamos el cómo que
únicamente el qué.
CONCLUSIONES
Aproximarnos a la trayectoria profesional desde el relato de las protagonistas y, desde
un enfoque longitudinal, nos posibilita dar cuenta de cómo se dan estos recorridos. No
solamente dónde se ha llegado o qué posiciones se han ocupado; sino que nos permite
conocer, a viva voz, los eventos, sentimientos y decisiones que recubren cada transición
experimentada. Por tanto, el valor que tiene abordar la trayectoria profesional desde un
enfoque cercano a las historias de vida reside en que nos aproxima a momentos diferentes de
sentir y representar narrativamente su desarrollo profesional. Estos relatos nos han
permitido conocer la realidad personal y profesional de la mujer, dejando entrever los
elementos más característicos (personales, sociales y organizativos), la percepción que
tienen de ellos y los principios de estrategia puestos en juego para conseguir sus
expectativas.
Apostar por nuevas formas de abordaje, como la propuesta, supone dar un paso más allá
en el estudio de los fenómenos sociales; no solo implica entender cómo se dan en un
contexto personal y social particular sino que permiten asentar ciertas bases teóricas sobre
los mismos. Sin ir más lejos, en el ejemplo presentado la especificidad sectorial y la mirada
longitudinal son condiciones imprescindibles para desarrollar teorías específicas que
posteriormente puedan ser articuladas en teorías más amplias, que den cuenta tanto de lo
general como de lo particular, al explicar por qué seguimos encontrándonos lejos del ideal de
no discriminación laboral por razones de género. Estas teorías deberán no solo tener en
cuenta estos hallazgos, sino vehicular estos relatos con acciones objetivas, justas y paritarias
desde organismos públicos y privados, que permitan acercarnos a una sociedad más plural y
diversa. De cara a futuros trabajos será interesante seguir en la línea presentada, eso sí,
atendiendo en su totalidad a las características particulares del método de historias de vida,
lo que implicará mayor número de encuentros con las protagonistas enhebrados, a su vez,
con textos más dialogados, favoreciendo así un texto más rico y próximo a la realidad
investigada.
415
|
APORTACIONES
DE
LA
TEORÍA
QUEER
AL
ESTUDIO
DE
LAS
RELACIONES
DE
PARENTESCO
Gloria
Álvarez
Bernardo
INTRODUCCIÓN
Las investigaciones antropológicas desarrolladas en el campo de las relaciones de
parentesco han tenido presente el género como una variable de estudio. Como variable, el
género permite analizar aspectos tales como los papeles diferenciados de mujeres y hombres
en el seno de este tipo de relaciones. Estudios tan significativos como el de Margaret Mead
en 1935: Sexo
y
temperamento
en
tres
sociedades
primitivas,
o Las
estructuras
elementales
del
parentesco de Lévi-‐Strauss en 1949 analizaron el parentesco a partir de la asignación de roles,
1
funciones, status, etc. basada en las diferencias existentes entre hombres y mujeres . Según
2
apunta Cucchiari , el género es el resultado inmediato del parentesco que se caracteriza por
ser un sistema de relaciones –de género-‐ diferenciadas y universales.
La emergencia de modelos familiares no sujetos a la norma heterosexual así como la
evolución del concepto género en el ámbito de la teoría feminista ha propiciado un nuevo
marco conceptual sobre el que aproximarse a este tipo de estudios. Es objeto de este trabajo
presentar el alcance y la influencia de los postulados teóricos Queer en la investigación
antropológica de las relaciones de parentesco. En particular, analizar cómo la dimensión
biológica, binaria y heteronormativa del sistema sexo-‐género afecta a la conceptualización
de esas relaciones.
1
Estas obras se sitúan en una etapa previa al desarrollo teórico del concepto género. No
obstante, su importancia radica en la preocupación por analizar las diferencias entre
hombres y mujeres en el ámbito del parentesco. Las
estructuras
elementales
del
parentesco
será rebatida por los postulados Queer debido a su enfoque estructuralista.
2
CUCCIARI, Salvatore, <<La revolución de género y la transición de la horda bisexual a la
banda patrilocal: los orígenes de la jerarquía de género >>, en LAMAS, Marta (ed.), El
género.
La
construcción
cultural
de
la
diferencia
sexual, México, Grupo Editorial Miguel Ángel
Porrúa, 2000, pp. 181-‐264.
416
|
PRECEDENTES
TEÓRICOS
QUEER:
DESPLAZAMIENTO
DE
LA
NORMA
HETEROSEXUAL
DEL
DISCURSO
DE
GÉNERO
La Teoría Queer emerge con carácter contestatario respecto al principio
heteronormativo que está presente en la conceptualización de las relaciones de género.
Según este principio, existen dos géneros sobre los que opera una mutua atracción que ha de
estar orientada a la reproducción biológica lo que condiciona la estructura de las relaciones
parentales. Por tanto, aquellas identidades que no se adecúan a la norma binaria o cuya
sexualidad no es procreativa abren un debate acerca del alcance del género en el ámbito del
parentesco.
En este sentido, la Teoría Queer se ha valido de ciertas reformulaciones suscitadas por
diversos/as autores/as en el campo de la antropología, la filosofía y la psicología, entre otros.
Estas aportaciones han puesto de manifiesto la centralidad del principio heterosexual,
entendido éste como una construcción social, al servicio de un sistema político específico.
Entre las aportaciones más significativas pueden encontrarse artículos como El
tráfico
de
3
mujeres:
notas
sobre
la
economía
política
del
sexo . En él, Gayle Rubin explica que la categoría
“sexo” es el producto social resultante de un sistema económico específico que se
caracteriza por una división y asignación diferenciada del trabajo entre hombres y mujeres. El
funcionamiento y la perpetuación de este sistema requieren la normatividad del deseo
heterosexual puesto que éste permite la reproducción tanto del sistema productivo como de
la población que lo sustenta.
4
Por su parte, Monique Wittig apunta que el régimen heterosexual, tratándose de un
régimen político-‐sexual, es el encargado de reproducir las categorías sexuales basadas en la
oposición entre mujeres y hombres, como si se tratase de dos categorías opuestas e
irreconciliables. En este régimen, el cuerpo de la mujer es naturalizado y condenado a la
reproducción, consecuencia última de su destino biológico.
Otro de los autores que han dejado su impronta en el ámbito Queer ha sido el filósofo
francés Michel Foucault. En su obra Historia
de
la
sexualidad.
La
voluntad
del
saber, plantea
cómo las sexualidades no normativas, es decir, aquellas que no están orientadas a la
reproducción, son objeto de condena y repulsa por parte del dispositivo de sexualidad. Este
dispositivo tiene como finalidad la sanción de las sexualidades no heterosexuales mediante
un control que se extiende más allá de la ley para incluir también aquellas otras normas que
emanan del ideario colectivo y que tienen un gran alcance a la hora de legitimar o no
determinadas prácticas y conductas. Junto al concepto de dispositivo
de
sexualidad, Foucault
3
GAYLE, Rubin, <<El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo>>.
Revista
Nueva
Antropología, vol. VIII, núm. 30 (1987), pp. 95-‐45.
4
WITTIG, Monique, El
pensamiento
heterosexual
y
otros
ensayos. Barcelona, Editorial
Egales, 2006.
417
|
desarrolla otra idea de especial interés para la Teoría Queer, esto es: la identidad sexual
como parte esencial que define la identidad personal:
“Es por el sexo, punto imaginario fijado por el dispositivo de sexualidad, por lo que cada
cual debe pasar para acceder a su propia inteligibilidad (puesto que es a la vez el elemento
encubierto y el principio productor de sentido), a la totalidad de su cuerpo (puesto que es una
parte real y amenazada de ese cuerpo y constituye simbólicamente el todo), a su identidad
5
(puesto que une a la fuerza de una pulsión la singularidad de una historia)” .
Esa centralidad de la sexualidad, en la definición de la identidad, no es universal sino que
es característica de ciertas sociedades lo que demuestra su carácter construido. La propia
6
interpretación del cuerpo, siguiendo a Butler , es el resultado de esa premisa normativa
heterosexual que postula una sexualidad orientada a la reproducción, y recrimina, en
consecuencia, tanto los cuerpos como las sexualidades no procreadoras. Autoras como
7
Valerie Lehr han referido que entre la población negra de Estados Unidos la identidad
personal se define en base a otras variables como pueden ser el origen racial o étnico ya que
estas variables tienen una mayor significación en lo que se refiere al sentimiento de
pertenencia dentro de la comunidad. En estos casos, la identidad sexual es interpretada de
un modo más laxo e inclusivo, es decir, no existe sanción hacia aquellas prácticas sexuales
que se escapan del esquema heteronormativo.
Con estos antecedentes teóricos, emerge a principios de los noventa la Teoría Queer
cuya representante más sobresaliente es la filósofa Judith Butler. Analiza cómo el sexo es
parte de un discurso cultural (político) que se centra en reafirmar la existencia de dos
categorías opuestas y universales que responden a un aparente proyecto natural
(equiparando natural a heterosexual) cuyo fin último es la reproducción biológica: “Esa
heterosexualidad institucional exige y crea la univocidad de cada uno de los términos de
género que determinan el límite de las posibilidades de los géneros dentro de un sistema de
8
género binario y opuesto” .
IMPLICACIONES
DE
LA
TEORÍA
QUEER
EN
EL
ESTUDIO
DE
LAS
RELACIONES
DE
PARENTESCO:
En Deshacer
el
género, Butler plantea las posibilidades que las identidades Queer ofrecen
al estudio e interpretación del género. En este sentido, desde lo Queer se desvela el origen
artificial y artificioso de las identidades de género normativas, es decir, aquellas que están
5
FOUCAULT, Michel,
Historia
de
la
sexualidad.
La
voluntad
del
saber. Madrid, Siglo XXI,
2006, p.165.
6
BUTLER, Judith, El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad.
Barcelona, Paidós, 2007.
7
LEHR, Valerie, Queer
family
values.
Debunking
the
myth
of
the
nuclear
family. Temple
University Press, Philadelphia, 1999.
8
BUTLER, Judith, op.
cit., p.80.
418
|
avaladas por el discurso político pero enmascaradas bajo la diferencia biológica. Este mismo
planteamiento puede hacerse extensivo a las diferencias establecidas entre la familia
“tradicional” y las familias no normativas, es decir, argumentando la naturalidad y normalidad
de las primeras en contraposición a la apariencia artificial y anti-‐natura de las segundas.
Como se ha expuesto, tanto la identidad de género como la familia normativa están
legitimadas por unas relaciones de poder específicas lo que permite la transformación de tal
orden. Sin embargo, la transgresión no es sencilla porque las normas que hay que traspasar son
9
las mismas que otorgan la identidad a quienes deben convertirse en agentes de cambio . El
recurso a la biología para justificar lo que es o no legítimo dota al discurso de una supuesta
naturalidad que dificulta el cambio del sistema normativo establecido.
En este debate entre el orden de lo social (construido) y el orden de lo natural (dado), la
Teoría Queer abre un campo de estudio con interesantes aportaciones respecto a los estudios
precedentes. Una de esas aportaciones es el análisis del matrimonio como generador de lazos
de parentesco. Valerie Lehr advierte de los efectos devastadores del matrimonio homosexual
puesto que éste no deja de ser una institución encargada de reproducir los roles de género
enmarcados en una economía de mercado liberal: “The family-‐household system exists and
works to reinforce a sex/gender system embedded in the family and the economic realm. Yet
the social functions served by the family-‐household system are denied through the ideological
10
assertion that this way of life is natural” .
De este modo, la aprobación del matrimonio homosexual limita tanto la libertad individual
como el reconocimiento de otro tipo de uniones familiares que no están sujetas al imperativo
legal. Reivindicar el matrimonio homosexual, continúa Lehr, es una forma de perpetuar el
sistema represor que coarta la capacidad de elección de las personas y las hace claudicar con un
orden socio-‐político específico en el que la concesión de privilegios pasa por la asimilación y
aproximación al modelo heteronormativo. El control institucional al que quedan expuestas las
uniones maritales, entre ellas las homosexuales, es una buena muestra de lo anterior:
“For those who choose to not be monogamous or who organize their private relationships
around a network of friends rather than or in addition to a lover or partner, the problem
remains. (…) Marriage rights may secure protection for some, but at the cost of ignoring
more comprehensive social changes that might provide real options and real freedom (…)
The extension of marriage might well make it harder for us to form the “families” that we
11
choose by extending the reach of family as defined and regulated currently” .
La idea de elección es otra de las aportaciones clave desde el ámbito Queer. En este
sentido, el parentesco, entendido como un acto de elección, privilegia aquellas relaciones
que no se basan en los lazos de sangre y que sí lo hacen en otros de tipo amistoso, afectivo o
9
SOLEY-‐BELTRÁN, Patricia, transexualidad y la matriz heterosexual. Un estudio crítico de
Judith Butler. Barcelona, Ediciones Bellaterra, 2009.
10
LEHR, Valerie, op.
cit., p.21.
11
LEHR, Valerie, op.
cit., p.33.
419
|
12
13
cooperativo . El trabajo de campo desarrollado por Kath Weston -‐con una comunidad
homosexual de San Francisco durante la década de los ochenta-‐ así como las reseñas
14
etnográficas a las que hace referencia Janet Carsten en su obra After
Kinship, permiten
relativizar el significado de los “lazos de sangre” como generadores de parentesco. Estos
lazos son, pues, una de las múltiples opciones que diferentes grupos humanos han adoptado
para crear redes familiares. Esa variabilidad socio-‐cultural demuestra, nuevamente, su
carácter construido.
Otro de los temas que brindan una posibilidad para ahondar en la dimensión social del
parentesco son las múltiples opciones que ofrecen las nuevas tecnologías de reproducción
asistida. Estas técnicas “producen” a los parientes en el laboratorio lo que no deja de ser,
paradójicamente, una práctica social. Asimismo, son el resultado de un avance en el campo
científico y vienen a dar respuesta a los problemas de infertilidad o gestación de las personas.
El énfasis de lo biológico es incuestionable puesto que se trata de hacer perdurar la “misma
sustancia” pero en un contexto alejado de la naturaleza. Tanto el conocimiento requerido
para desarrollar estas técnicas como el debate suscitado en torno a su uso permiten diluir los
límites entre estas dos esferas: la biológica y la social. Sólo hace falta pensar en la
artificialidad de este proceso (hormonación, selección de embriones, inseminación, etc.), en
apariencia, natural.
El debate al que se ha hecho referencia permite entrever la necesidad que los gobiernos
tienen de definir y regular qué factores han de ser tenidos en cuenta para designar quiénes
son parientes en un proceso en el que pueden llegar a intervenir múltiples cuerpos y
sustancias biológicas. Así, desde la maternidad subrogada hasta la elección de óvulos o
esperma para asegurar un origen racial compartido o unas características físicas específicas,
se abre un vasto campo de posibilidades que deja de estar regulado por las leyes naturales
15
para estarlo por otras de tipo simbólico o legal.
Pese a la extensión y visibilización de estos modelos familiares, todavía existe un
distanciamiento entre el plano simbólico y el político, es decir, los planteamientos teóricos
expuestos no encajan con las decisiones legales adoptadas por los gobiernos. El caso más
reciente es la medida propuesta por el Ministerio de Sanidad español que trata de excluir a
las lesbianas del acceso a las técnicas de reproducción asistida financiadas por el sistema
público de salud. En una comparecencia pública para justificar esta decisión, la Ministra de
12
BUTLER, Judith, op.
cit.
13
WESTON, Kath, Las
familias
que
elegimos.
Lesbianas,
gays
y
parentesco. Barcelona,
Edicions Bellaterra, 2003.
14
CARSTEN, Janet, After
kinship. Cambridge University Press, Cambridge, 2004.
15
STONE, Linda, <<Introducción>>, en PARKIN, Robert y STONE, Linda,
Antropología
del
parentesco
y
de
la
familia, Madrid, Editorial Universitaria Ramón Areces, 2008, pp. 545-‐558.
420
|
16
Sanidad, Ana Mato, afirmaba lo siguiente: “la falta de varón no es un problema médico” . De
lo anterior, puede deducirse que se trata de una medida ideológica que privilegia un tipo de
familia (el encabezado por hombre y mujer) en detrimento de aquellos cuya sexualidad está
desvinculada de la reproducción.
CONCLUSIONES:
El parentesco, entendido como un sistema de relaciones de género, está expuesto a la
norma heterosexual lo que implica la existencia de dos géneros (femenino y masculino) cuya
sexualidad debe estar orientada a la procreación. La necesidad de que exista esa continuidad
entre deseo sexual y reproducción hace que se cuestionen aquellas unidades familiares
compuestas por personas cuya identidad genérica rompe con dicha continuidad. Sin
embargo, desde un enfoque teórico Queer es posible analizar el carácter construido tanto de
la identidad de género como, por extensión, de las relaciones de parentesco. Un estudio
transcultural de la familia así como de las posibilidades ofrecidas por las nuevas técnicas de
reproducción asistida confirman la intervención de factores sociales en la definición de los
vínculos familiares. La sustitución de los lazos de sangre por otros que son definidos por los
mismos sujetos en la relación, hace que el parentesco se presente como una construcción
social que puede adoptar múltiples formas más allá de la pareja heterosexual reproductiva.
16
“Ana Mato, “La falta de varón no es un problema médico”, El
País,
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/07/23/actualidad/1374575386_841886.html
(23-‐07-‐
2013).
421
|
UNA
LECTURA
QUEER
DE
LA
PRIMERA
MODERNIDAD:
APLICACIÓN
DEL
CONCEPTO
DE
PORNOTOPÍA
AL
DISCURSO
DE
LA
CONQUISTA
DE
CANARIAS.
José
Antonio
Ramos
Arteaga
En una importante aportación a la discusión teórica sobre la validez de los estudios
postcoloniales en el contexto del discurso historiográfico, Stuart Hall define la palabra
1
“colonización” de la siguiente manera : “Creo que quiere denotar todo el proceso de
expansión, exploración, conquista, colonización y hegemonización imperial que constituyó la
‘cara externa’, el afuera constitutivo, de la modernidad europea y, más tarde, capitalista
occidental después de 1492”. Está claro que el punto de partida para Hall de la agenda
postcolonial es el descubrimiento de América. Sin embargo, en ese mismo contexto
atlántico, las Islas Canarias y su conquista suponen un caso anómalo tanto en su cronología
como en los procesos de implantación colonial que sufrieron. Esta anomalía proviene,
esencialmente, de las mediaciones que se producen en los sucesivos encuentros entre la
población aborigen y la colonizadora: si algunas responden a patrones continuadores de la
mentalidad bélica medieval, otras anuncian estrategias claramente imperiales que veremos
aplicarse en el escenario americano.
Este trabajo es la primera parte de una investigación sobre un aspecto de esa anomalía:
lo que podríamos llamar la mirada
retórica. Es abundante la bibliografía sobre las formas de
representación que articula el colonizador sobre el colonizado: los trasvases simbólicos e
instrumentales que realiza desde sus percepciones culturales sobre la nueva realidad. Son
traducciones que intentan “normalizar” la singularidad indígena con el fin de reglamentarla.
Menos abundante es la bibliografía que se ha ocupado de esas traducciones desde la
2
perspectiva del colonizado, especialmente en los primeros momentos del choque cultural .
Dentro de ese conjunto de intercambios e imposiciones que se dan en estos procesos, la
mirada retórica sería una relectura de la documentación testimonial existente con el fin de
desvelar la existencia de patrones retóricos en la construcción de la imagen del otro. No se
trata, como hace la historiografía tradicional, de señalar las fuentes eruditas o populares de la
literatura cronística o evangelizadora en el marco de las herencias medievales y clásicas de
1
HALL, Stuart, “¿Cuándo fue los postcolonial? Pensar el límite”. En Estudios
Postcoloniales.
Ensayos
fundamentales, Traficantes de Sueños, Madrid, 2008, pp. 121-‐144.
2
En relación a la percepción de los cuerpos es recomendable la selección de estudios
recientemente publicada por GUTIÉRREZ ESTÉVEZ, Manuel y PITCHARD, Pedro, Retóricas
del
cuerpo
amerindio. Iberoamericana-‐Vervuert, Madrid, 2010.
422
|
los discursos sobre el otro (su solapamiento en unos casos, su novedad en otro), ni siquiera
nos preocupa (en un primer momento, al menos) cotejar la documentación con la realidad
antropológica o de cultura material descrita por el texto; nuestro objetivo será analizar cada
relato viendo el lugar textual que ocupa ese cuerpo diferente, cómo es percibido y qué
cualidades se repiten en su concreción carnal y anímica por la lengua y, en última instancia, a
qué responde esta construcción lingüística dentro de la trama colonial. El resultado no es
idéntico en todos los casos y la intencionalidad autorial puede distorsionar algunos de los
elementos, sin embargo podemos encontrar pautas de construcción discursiva que se repiten
con mucha frecuencia. Una de esas pautas es la base de estas líneas: el solapamiento cuerpo-‐
territorio, es decir, una suerte de reificación del cuerpo colonizado y del espacio conquistado
en una sola realidad simbólica que ayuda a percibir ambos como una única entidad dispuesta
a ser ocupada. El término “pornotopía” con el que defino este procedimiento textual ha sido
3
usado recientemente por la teórica queer Beatriz Preciado en un ensayo sobre las relaciones
entre la arquitectura de la casa del mítico director de la revista Playboy, Hugh Hefner, y las
transformaciones de las prácticas sexuales en el siglo XX. En nuestro caso seguimos las
4
5
aportaciones que desde la historiografía postcolonial y desde los estudios queer se ha
hecho de esta estrategia retórica. Especialmente nos ha sido útil la reformulación
pornotópica hecha por Denise K. Filios del concepto de “somatopías” de Darby Lewes en su
estudio sobre la imaginería sexual victoriana en la empresa imperial. La aportación de Filios
reside en el carácter performativo que imprime al análisis pues se trata de ver cómo se dan
las interacciones entre la mentalidad feudal, el género, la clase y el sexo. En nuestro caso
estas interacciones se darán en el marco de una mentalidad híbrida de valores feudales y los
nuevos valores de expansión imperial (protocapitalismo), el racismo y el patriarcado.
Desgraciadamente no existe una literatura testimonial aborigen que nos permita cotejar y
descentrar la mirada retórica sobre un único corpus: en el caso de Canarias, la versión binaria
del llamado eufemísticamente “encuentro” es inevitable.
Los textos cronísticos que nos servirán para este primer acercamiento pertenecen al
primer momento de contacto cultural y cubren un arco temporal de poco más de un siglo: el
primero es una reelaboración latina de un testimonio romance escrito por Niccoloso da
Recco, segundo jefe de una expedición portuguesa-‐genovesa, reelaboración realizada por el
humanista italiano Giovanni Boccaccio en 1341 y titulada: De
Canaria
y
de
las
otras
islas
nuevamente
halladas
en
el
Océano
allende
España. La segunda fuente, de 1448, es la llamada
Crónica
del
descubrimiento
y
conquista
de
Guinea, escrita por el archivero de la corona
portuguesa Gomes Eanes da Zurara que dedica algunos capítulos a distintas estancias en las
Islas de las expediciones africanas. La tercera del comerciante veneciano Alvise Da Ca´Da
3
PRECIADO, Beatriz, Pornotopía. Editorial Anagrama, Barcelona, 2010.
4
LEWES, Darby, Nudes
from
Nowhere:
Utopian
Sexual
Landscapes. Lanham, MD: Rowman
and Littlefield, 2000.
5
FILIOS, Denise K., Performing
Women
in
the
Middle
Ages.
Sex,
Gender
and
the
Iberian
Lyric.
Palgrave/Macmillan, United States of America, 2005.
423
|
6
Mosto, en 1455 . Finalmente, las dos versiones cronísticas conocidas como Le
Canarien, de
gran importancia para desvelar los mecanismos y contradicciones del programa colonial en
sus primeros balbuceos. Son dos versiones (posiblemente a partir de una redacción original
de los capellanes de ambos capitanes) que narran los intentos de conquista y colonización de
las Islas entre 1402 y 1404 por parte de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle. Para los
7
editores de las dos versiones no solo estamos ante una pieza fundacional de la historiografía,
sino también ante “la primera muestra de las ‘crónicas atlánticas’, precedente de sus
homólogas portuguesas o castellanas, y, es, por tanto, el primer relato de un viaje a estas
islas escrito en lengua romance, al tiempo que es el primer texto de la expansión
transatlántica francesa”. Las crónicas castellanas de la conquista serán objeto de trabajos
8
posteriores pues plantean problemas de filiación textual que complican su estudio , además
de pertenecer cronológicamente ya a la esfera de la Primera Modernidad atlántica.
Uno de los problemas clave en este tipo de transmisión textual es que rara vez contamos
con manuscritos autógrafos y se nos han transmitido estos testimonios a través de copias.
Esto influye a la hora de establecer certezas de carácter arqueológico pero no tanto a la hora
de construir esa mirada retórica de la que hablábamos al principio. Cosa muy diferente es el
problema del emisor del texto. Gran parte del material cronístico responde a dos ansiedades:
1) la búsqueda de nuevas explotaciones económicas para la demanda europea de materia
primas o bienes de consumo (suntuario, en muchas ocasiones; 2) la legitimación de los
derechos bélicos de conquista sobre el territorio. En el primer caso, la mirada establece unas
prioridades sobre los cuerpos (tráfico de esclavos) y sobre los territorios (materia prima).
Sirva como gráfica ilustración el brusco cierre de las descripciones de las islas de Boccaccio:
“Solo parece que estas islas no son ricas, pues los marineros apenas pudieron recuperar los
gastos”. En el segundo caso, la recreación del coste humano de la empresa permite al
cronista una mirada mucho más totalizadora: se trata no tanto de documentar la realidad
encontrada como de refundar en clave señorial la propietario de los cuerpos (de ahí la
insistencia en las campañas evangelizadoras como mecanismo de sumisión al nuevo orden
frente al anterior) y los espacios (las tomas de posesión avaladas con la imaginería cristiana:
cruces, misas, establecimientos de edificios religiosos, etc.). En el caso de Canarias, la escasa
población aborigen, esquilmada por el tráfico de esclavos, y la falta de materias primas
deseables obliga a romper el esquema de explotación por el de colonización. Como afirma
6
Todas estas pequeñas referencias históricas han sido publicadas en un volumen de
conjunto sin título genérico (con otros relatos posteriores) por Manuel Hernández González
en J. A. D. L., La Orotava, 1998.
7
AZNAR, Eduardo (et
alii) Le
Canarien.
Retrato
de
dos
mundos. Institutos de Estudios
Canarios, La Laguna, 2007, p. 11.
8
BAUCELLS, Sergio, Crónicas, historias, relaciones y otros relatos. Las fuentes narrativas
del proceso de interacción cultura entre aborígenes canarios y europeos (siglos XIV a XVII).
Fundación Caja Rural de Canarias, Canarias, 2004.
424
|
9
Fernández Armesto : “Este número tan reducido de aborígenes canarios es importante por las
consecuencias que tendrá en la sociedad posterior de la conquista del archipiélago. Debido a esto,
la mano de obra de la que disponía los conquistadores y colonos era insuficiente. Después de las
bajas de la conquista, la necesiad de repoblar era urgente”. En Le
Canarien la mayor parte del texto
es una narración de los problemas internos entre los colonizadores (en especial de los dos
capitanes, Gadifer y Bethencourt) por la preeminencia en la conquista (el mundo aborigen queda
relegado a fondo de escena) exceptuando al final en el que se dan algunos datos sobre la población
autóctona. Como dato de interés estas crónicas incluyen una breve cartilla evangelizadora
redactada por el propio conquistador muy esclarecedora en cuanto a sus propósitos: “Esto es lo
que queremos enseñar a los canarios residentes en las regiones del Mediodía, que son infieles y no
reconocen a su creador y viven casi como animales, cuyas almas se van a condenar”.
Pese a que esta coyuntural división que hemos hecho, estos relatos tienen algunos elementos
análogos que responden a esa estrategia pornotópica que subyace en la articulación discursiva
colonial.
El primer dato que llama la atención es el escaso interés antropológico que sienten los
colonizadores por los aborígenes. Si tenemos en cuenta que estamos hablando del
“redescubrimiento” de un territorio límite y, por tanto, propenso a la “maravilla” tan habitual en los
libros de viaje medievales, sorprenden las escuetas y generalizantes descripciones de los cuerpos
10
11
indígenas y del espacio insular . Como afirma Bauman (citado en Sabido Ramos ): “Taxonomía,
clasificación, inventario, catálogo y estadística son las estrategias supremas de la práctica
moderna. El dominio moderno consiste en el poder de dividir, clasificar, distribuir –en el
pensamiento, en la práctica, en la práctica del pensamiento y en el pensamiento de la práctica”. Sin
embargo, nada de esa tradición descriptiva de las fronteras ecuménicas como territorios de lo
extraordinario (como podemos encontrar en los viajes hacia el Este u Oriente en estos mismos
12
años), ni tampoco la sorpresa y reelaboración profusa de las crónicas americanas aparecen en
nuestros testimonios. Solo la atomización territorial (las siete islas) permite al relator un somero
inventario taxonómico de sus habitantes. Así, es habitual encontrar referencias a las islas más
escarpadas y abruptas habitadas en clara correspondencia por gente aguerrida o traidora (ocurre
con La Gomera o La Palma). Sirva como ejemplo la descripción de La Gomera en la Crónica
de
Guinea: “Comen cosas repugnantes y sucias, como ratones, pulgas, piojos y garrapatas,
considerándolo buena comida. No tienen casas, sino que viven en cuevas y chozas”. Alguna vez se
alude a personas con características físicas excepcionales (generalmente gigantismo) como ocurre
en la crónica de Zurara: “Y así fue hecha en ese día una presa de XVII canarios, entre hombres y
9
FERNÁNDEZ ARMESTO, Felipe, Las
Islas
canarias
después
de
la
conquista. Ediciones del
Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1997, p. 37.
10
Exceptuando quizás el caso de las referencias al Pico del Teide.
SABIDO RAMOS, Olga, El cuerpo como recurso de sentido en la construcción del extraño.
Una perspectiva sociológica. UAM/ Ediciones Sequitur, Madrid, 2012.
12
GREENBLATT, Stephen, Maravillosas posesiones: el asombro ante el Nuevo Mundo.
Marbot, Barcelona, 2008.
11
425
|
mujeres, entre las que había una que era de disparatada grandeza para ser una mujer y de la que
decían que era reina de una parte de las isla”. Lo que sí atrae la mirada del colonizador es cómo se
presentan esos cuerpos en relación con la desnudez. También hay correlaciones entre el uso de la
vestimenta y el grado de resistencia al colonizador. En el texto de Boccaccio la primera isla que
visitan “es toda pedregosa, selvosa y abundante en cabras y otro ganado; que los hombres y
mujeres van desnudos y que estos, por sus usos y costumbres son salvajes. Añadió que en aquella
isla había tomado, con una de sus compañías, la mayor parte de las pieles, pero que no había
tenido el valor de penetrar en el interior”. Sin embargo, en la segunda, donde sus habitantes
mostraban “deseos de comerciar y de tener relaciones con ellos”, aunque muchos iban desnudos,
“Algunos, que parecían preeminentes, vestían pieles de cabra teñidas de amarillo y de rojo, las
cuales, según parecía de lejos, eran muy delicadas y primorosas y cosidas con mucho arte con
cuerdas de tripa, por lo que se podía deducir de sus actos, parecían tener un jefe”. El cuerpo
desnudo es uno de los elementos más definidores del grado civilizatorio puesto en marcha por la
empresa colonial: la inflexión radical que a finales de la Antigüedad provoca el cristianismo
estableciendo la ecuación entre continencia sexual y represión sensorial del cuerpo a través del
vestido será la pauta para clasificar en muchas ocasiones a los nuevos pueblos y una de las claves
13
del imaginario sexual colonial . Aunque algunos verán en ello la marca adánica de inocencia,
generalmente el cuerpo desnudo presupone por un lado la marca de la corrupción moral, por otro,
al igual que ocurre con el espacio que ocupan esos cuerpos, son territorios favorables para la
ocupación pues no están cultivados (o vestidos).
La sexualidad aborigen se convierte así en el epítome que engloba toda la realidad somática
del individuo. La poligamia (en sus versiones de poliandra y poliginia) y las consecuencias en los
linajes atraen a unos colonizadores marcados ideológicamente por los ideales ascéticos de la
contención conyugal, la castidad sexual y el pecado. Las llamadas “vergüenzas” y si se cubren o no
protagonizan muchas observaciones de los testimonios: “Van desnudos, sin ninguna cosa, de lo
que no sienten vergüenza. Se burlan de los vestidos, diciendo que no son otras cosa que sacos en
los que se meten los hombres”; “Las mujeres son casi comunes; y cuando uno va a visitar a otro,
luego le da la mujer como agasajo; y miran mal a quien haga lo contrario; y por eso, entre ellos no
heredan los hijos sino los sobrinos, los hijos de sus hermanas” (de la Crónica de Zurara). Y
refiriéndose a Tenerife (a la que califica de próspera en cultivos) continúa la misma crónica:
“Recogen interiormente su natura, tal como hacen los caballos, la que no extienden sino cuando
han de engendrar hijos a hacer aguas. Y se toman tan a mal ir de otra manera como nosotros nos lo
tomamos cuando los de aquí van sin paños menores”. De esta información de la que resulta
importante destacar el mecanismo de comparación analógica entre “nosotros” y ellos” tan habitual
en estos primeros discursos protoantroplógicos, termina diciendo que “tienen mujeres seguras, y
viven más como hombres que algunos de los otros; y pelean unos con otros, en lo que es todo su
principal cuidado, y creen que hay Dios”. Frente a los ejemplos anteriores referidos a la isla de La
Gomera, estas alusiones a Tenerife están cargadas de la lógica cristiana del matrimonio
13
ROUSSELLE, Aline, Porneia.
Del
dominio
del
cuerpo
a
la
privación
sensorial. Ediciones
Península, Barcelona 1989.
426
|
monógamo (la “mujer segura”) y está relacionado directamente con la percepción vergonzosa del
sexo entre los habitantes de Tenerife con la que abría el capítulo.
Algunas costumbres son destacadas: “Antes de desflorarlas, sus parientes las engordan tanto
que la piel se les surca, como hacen los higos; porque a la flaca no la consideran tan buena como a
la gorda, pues dicen que a esta se le alarga el vientre y puede engendrar hijos”. También las dotes
son objeto de interés para los colonizadores pero hay una práctica que parece llamar la atención, lo
que podríamos denominar al modo europeo el “derecho de pernada”. En la crónica de Valetim
Fernandes, tras comentar la existencia una división social entre los habitantes de Gran Canaria
(“reyes”, “duque” “villanos” y “caballeros” en la terminología del autor) leemos lo siguiente: “Estos
caballeros tiene que desflorar a todas la mozas vírgenes. Y después de ser desflorada, entonces la
puede casar su padre o con quien disponga ese caballero”. Pese a que la existencia o no práctica
(aunque sí simbólica) de un “derecho de pernada” feudal es un tema controvertido en la
historiografía jurídica, es evidente que las palabras de Fernandes establece nuevamente una clara
analogía entre su contexto cultural y el aborigen. La posesión señorial feudal no es solo física del
territorio heredado o conquistado, la masa de siervos que dependen de su autoridad también
puede ser ocupada. De esta forma, la interpretación de Fernandes naturaliza estas relaciones de
poder sexual y traduce la organización social indígena en la clave trifuncional de la teoría política
medieval de las clases sociales. Estas paradojas en las que unas costumbres sexuales sirven para
impugnar el modo de vida salvaje y otras legitiman la supuesta universalidad de las prácticas
“rectas” del conquistador son parte del juego epistémico colonial: por lado, se pretende someter
los cuerpos y, a su vez, asimilarlos (cubriéndolos de ropas, por ejemplo).
Estos breves apuntes pornotópicos podrían explicar también lo que referíamos arriba: ¿Por
qué recibe tan poco interés para la curiosidad medieval estas tierras y sus habitantes? ¿Es posible
que una sociedad prehistórica no genere un interés mayor en una Europa que está ansiosa de
noticias maravillosas sobre el mundo que pretende ocupar? Podríamos encontrar algunas razones
para este aparente desinterés: la eclosión americana que solapa este territorio de transición, la
desaparición de gran parte de la población indígena y la rápida colonización europea. Pero quizás
una de las claves la podamos encontrar en el mismo Le
Canarien cuando el redactor explica la
recepción de Bethencourt por el Papa. Las palabras del prelado, tras agradecerle la evangelización
de las islas conquistadas, fueron las siguientes: “Seréis causa y principio de que otros hijos hagan
adelante una conquista de mayor importancia, pues, según entiendo, las tierras del continente no
se encuentran lejos de allí: el país de Guinea y el país de Berbería distan menos de doce leguas”. En
otras palabras, las Islas fueron, dentro de la primera maquinaria colonial, consideradas como tierra
de tránsito hacia la empresa colonial africana previa a la americana. Esto quizás ayude a entender
ese vacío de la humanidad indígena que sorprende.
427
|
¿CONDICIONA
EL
GÉNERO
LA
SELECCIÓN
DE
LAS
FORMAS
DE
TRATAMIENTO?
Juana
Rodríguez
Mendoza
INTRODUCCIÓN
El significado de los pronombres de tratamiento tú/usted está estrechamente relacionado
con factores sociales, culturales y psicológicos. Por ello, los valores de estas unidades en el
discurso no son constantes, siendo redefinidos en función de las peculiaridades de cada
contexto de situación. El uso de tú no está restringido solo a los contextos de situación
informales y familiares, sino que también puede ser empleado para manifestar la ruptura en la
relación entre los interlocutores (por ejemplo, en las situaciones de enfado o desafección),
además de para indicar diferencias de estatus, mientras que usted suele ser la forma de trato
convencional no marcada en las interacciones con extraños o personas con las que se mantiene
poca relación, si bien puede ser utilizada en situaciones íntimas como muestra de cariño o
afecto.
Con este análisis se pretende comprobar si existen diferencias en el uso de estas formas
lingüísticas entre los hombres y las mujeres de la comunidad, según el contexto de situación en
1
que se desarrolla la interacción y el ámbito o escenario social en que se desarrolla esta . De esta
manera, el marco de análisis más adecuado parece ser el de la Sociolingüística correlacional o
estructural, aún cuando se tienen en cuenta determinadas propuestas provenientes de los
2
modelos interaccionales, especialmente de los estudios sobre cortesía y género .
1
Véanse RODRÍGUEZ MENDOZA, Juana, Lenguaje
y
sociedad:
la
alternancia
tú/usted
en
San
Sebastián
de
La
Gomera. La Laguna, Universidad de La Laguna, 2004; ALMEIDA,
Manuel y MENDOZA, Juana, «Deferencia, cortesía y género: a propósito del uso de las
formas pronominales de trato en San Sebastián de La Gomera». Témpora, Número
extraordinario. Homenaje a Marga León (2005), pp. 37-‐53.
2
Entre otros estudios destacan los siguientes: BRAUN, Friederike, Terms
of
address:
problems
of
patterns
and
usage
in
various
languages
and
cultures. Berlin, Mouton de
Gruyter, 1988; BRAUN, Penelope y LEVINSON, Stephen C., Politeness:
some
universals
in
language
use. Cambridge, Cambridge University Press, 1978/1987; Hwang, Juck-‐Ryoon,
«‘Deference’ versus ‘politeness’ in Korean speech». International
Journal
of
the
Sociology
of
Language, núm. 82 (1990), pp. 41-‐55; MILLS, Sara, Gender
and
politeness. Cambridge,
Cambridge University Press, 2003; SOLÉ, Yolanda R. «Sociocultural determinants of
symmetrical and asymmetrical addess forms in Spanish». Hispania, núm. 61, pp. 940-‐949;
WATTS, Richards, Politeness. Cambridge, Cambridge University Press, 2003.
428
|
Elegimos esta comunidad de habla por varias razones. En primer lugar, para contrastar los
datos obtenidos en investigaciones anteriores sobre tú/usted realizados en otras zonas del
Archipiélago ( Medina López 1993 en Buenavista del Norte (Tenerife) y Morín Rodríguez 2001 en
3
Las Palmas de Gran Canaria) con el fin de comprobar el alcance de las conclusiones obtenidas en
ellas. En segundo lugar, porque se esperaba que los cambios que se han producido en las últimas
décadas en la economía, la sociedad y la cultura de la capital gomera podrían haber afectado a un
sistema tan permeable a las transformaciones socioculturales como el de las formas pronominales
de tratamiento. En este sentido, San Sebastián representa a un tipo de comunidad que participa, al
mismo tiempo, de las características de las sociedades urbanas (en tanto que capital de la isla y
centro administrativo y político de la misma) y rurales, hecho este que permite la coexistencia de
una serie de normas y valores tradicionales junto a otros de corte más moderno. Estos últimos han
podido ser incorporados a la ciudad sobre todo a partir de los años 70, cuando se instala en la isla la
compañía Fred. Olsen, produciéndose una relativa movilidad y apertura de la isla hacia el exterior y
con ello la entrada de otras normas lingüísticas vigentes en las islas capitalinas.
4
En lo tocante a los aspectos teóricos, a partir del trabajo pionero de Brown y Gilman (1960) se
habla de tú
y usted relacionándolos con los conceptos de poder, distancia
social, cortesía,
deferencia
y solidaridad. Es el significado discursivo el que condiciona los valores de cada pronombre (tú
‘segunda persona’ vs. usted ‘tercera persona’, es decir, ‘persona más próxima al emisor’ vs. ‘persona
más alejada del emisor’), así como el tipo de organización sociocultural de las interacciones
verbales. Según Brown y Gilman, una persona tiene poder sobre otra cuando puede controlar su
comportamiento, lo que implica una relación asimétrica entre ambas. Las investigaciones
sociolingüísticas han evidenciado que son dos los factores determinantes del poder en las
interacciones verbales: la edad y el estatus social relativo de los interlocutores. En una situación
de habla también es asimétrico el poder semántico, dado que el individuo de menos poder emplea
usted y recibe tú. La distancia social y la solidaridad caracterizan las relaciones entre iguales,
hallándose marcada la primera por la formalidad y la deferencia, en tanto que la segunda se
caracteriza por la informalidad y el desarrollo de relaciones interpersonales; de ahí que los
interlocutores empleen el usted mutuo en el primer caso y el tú
mutuo en el segundo.
En esta breve explicación no queda reflejada la complejidad funcional que adquieren estos
pronombres en las interacciones cotidianas. De este modo, asumiendo que las interacciones se
rigen habitualmente por el principio
de
cooperación, existen situaciones de ruptura o suspensión
del principio: una pelea entre amigos, una reprimenda del padre al hijo, una discusión entre
3
MEDINA LÓPEZ, Javier, Sociolingüística
del
tratamiento
en
una
comunidad
rural
(Buenavista
del
Norte.
Tenerife). Santa Cruz de Tenerife, Ilmo. Ayuntamiento de Buenavista
del Norte y Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, 1993; MORÍN
RODRÍGUEZ, Adela. Las
formas
pronominales
de
tratamiento
en
el
español
de
Las
Palmas
de
Gran
Canaria:
variación
y
actitudes
lingüísticas. Granada, Método, 2001.
4
BROWN, Roger y Albert GILMAN, «The pronouns of power and solidarity», en Sebeok,
Thomas (ed.), Style
in
Language, Cambridge, The MIT Press, 1960, pp. 253-‐276.
429
|
desconocidos, etc. Dicha ruptura puede ser formalizada lingüísticamente por medio de una
inversión del uso del pronombre. Así, por ejemplo, si lo normal es que el padre trate al hijo de
tú,
en una situación de ruptura puede pasar a tratarlo de
usted, y si lo habitual es que entre
desconocidos el trato recíproco sea
usted, cuando falta la cooperación la forma de trato
seleccionada puede ser
tú. Tampoco recogemos toda la multiplicidad de manifestaciones y
sentidos que adquieren tú
y usted
en las diversas comunidades del mundo. En este sentido cabe
señalar que, si bien la solidaridad se marca con el uso recíproco de tú, en diversas regiones de
Sudamérica puede quedar marcada tanto por tú como por usted (esta última forma se usa sobre
5
todo entre miembros de la familia y amigos íntimos).
GÉNERO
Y
LENGUAJE6
Muchas investigaciones han afirmado que las mujeres emplean con más frecuencia que los
hombres formas lingüísticas consideradas correctas, prestigiosas o estándares. Los análisis
sobre cortesía y género han puesto de manifiesto que las mujeres emplean más estrategias
corteses que los hombres. Este comportamiento verbal femenino ha sido explicado desde
diferentes teorías. La teoría de la diferencia defiende que las mujeres han sido educadas para
adecuarse más que los hombres al tipo de comportamiento social que se considera estándar o
correcto en una comunidad. En lo concerniente al uso de las estrategias corteses, que lleva
aparejado habitualmente una consideración por la imagen social de los demás, se ha afirmado
que las mujeres han sido educadas para preocuparse más por los otros y, en general, para ser
más cooperativas durante los intercambios comunicativos. Desde la perspectiva del dominio se
plantea que el modo de hablar de las mujeres y de los hombres no es más que el reflejo de la
estructura patriarcal que caracteriza a nuestras sociedades. Sin embargo, las tesis
constructivistas y deconstruccionistas consideran que son más los rasgos lingüísticos que
comparten mujeres y hombres que los que los diferencian, o que existen muchas excepciones a
la anteriormente expuesta norma de género. Por consiguiente, no puede hablarse en absoluto
de un comportamiento característico de los hombres claramente diferenciado del de las
mujeres.
EL
CONTEXTO
DE
SITUACIÓN7
5
Véase UBER, Diane Ringer, «The dual function of usted: forms of addess in Bogotá,
Colombia». Hispania, núm. LVIII, pp. 388-‐392.
6
Para una visión más detallada del tema véanse ALMEIDA, Manuel, Sociolingüística. La
Laguna, Universidad de La Laguna, 1999/2003; HOLMES, Janet, Women,
men
and
politeness . New York, Longman, 1995; LAKOFF, Robin, Language
and
woman’s
place. New
York, Harper and Row, 1975, entre otros estudios.
430
|
La noción de contexto es una herramienta analítica fundamental para todas aquellas
disciplinas que investigan los usos lingüísticos. Constituye el eje central de los estudios
etnográficos, pragmáticos y discursivos, mientras que en la Sociolingüística ha ocupado,
generalmente, un lugar marginal.
Para el análisis sociolingüístico de las reglas de uso de las formas pronominales de
tratamiento es esencial el contexto de situación, pues el significado de estas formas lingüísticas
está fuertemente vinculado al entorno discursivo en el que son proferidas. Entre los hablantes
existe una conciencia sociolingüística que permite seleccionar unas variantes u otras
dependiendo de la situación comunicativa. Lo normal suele ser que las variantes consideradas
socialmente menos prestigiosas tiendan a ser eliminadas en los contextos más formales (ante
extraños o con personas de más edad o estatus), aunque las variantes formales también puedan
ser empleadas en contextos familiares o coloquiales. En líneas generales, se entiende por
contexto de situación el conjunto de factores socialmente relevantes de la situación de habla
que inciden en la selección lingüística (escenario social, tipo de interlocutores, relación entre los
mismos, etc.).
Varios suelen ser los problemas con los que se enfrenta el investigador al operar con el
contexto de situación. El primer inconveniente serio radica en los procedimientos empleados
para la obtención de distintos estilos de habla, que ha obligado a los investigadores, en muchas
ocasiones, a utilizar técnicas indirectas de observación como la entrevista con cuestionarios, en
los que se pide al informante que conteste sobre la forma lingüística que utilizaría en situaciones
hipotéticas, o a la creación de situaciones artificiales como el cambio de tema en el transcurso
de una entrevista. Esta información resultaría valiosa si fuese acompañada de la observación
directa del investigador, aunque este proceder no suele ser el habitual.
Tampoco existe acuerdo acerca de cómo debe ser interpretada la variación estilística. Para
la Sociolingüística estructural o correlacional se trata de un continuum entre dos extremos desde
la mayor a la menor formalidad. La Sociolingüística interaccional y la Etnografía del habla,
partiendo de la idea de que la lengua crea la estructura social y no la reproduce, tiene una visión
dinámica del contexto de situación, de modo que los estilos de habla son considerados
«entidades discretas y no necesariamente contrastivas».
Por otra parte, el evento conversacional no constituye un escenario cerrado donde los
hablantes interactúan de una manera constante, sino que, como defiende el interaccionismo, se
trata de un espacio abierto, una especie de contrato que se va negociando en la interacción
comunicativa, y, por tanto, en constante desarrollo.
Otra cuestión polémica es la conveniencia de incorporar o no los aspectos culturales en el
estudio del contexto de situación. Algunas investigaciones sociolingüísticas han puesto de
7
RODRÍGUEZ MENDOZA, Juana, Lenguaje
y
sociedad:
la
alternancia
tú/usted
en
San
Sebastián
de
La
Gomera. La Laguna, Universidad de La Laguna, 2004, pp., 20-‐32, da una
explicación más amplia sobre la importancia que la noción de contexto
de situación tiene en
la investigación de los pronombres de tratamiento.
431
|
manifiesto la importancia que poseen estos factores para poder llegar a comprender las pautas
generales del comportamiento lingüístico en las distintas comunidades.
Pese a todos estos inconvenientes, el contexto de situación es un procedimiento analítico
de gran importancia para conocer los aspectos sociales implicados en la interacción
comunicativa. El análisis de los pronombres de trato requiere necesariamente de los factores
contextuales, sin los cuales resultaría imposible explicar la selección y el significado social de los
mismos.
RESULTADOS
1
Variables
de
análisis
e
hipótesis8
Trabajamos con una variable dependiente, “Forma pronominal de trato”, que tiene dos
niveles: tú y
usted. Las variables independientes fueron el género
del
emisor (hombres/mujeres),
el estatus
de
los
interlocutores (con tres niveles: el receptor tiene menos/igual/más
estatus que el
emisor) y la intensidad
del
trato (ninguno/poco/mucho). En el análisis estadístico se realizaron dos
tipos de cruce: variable dependiente*estatus de los interlocutores*género y variable
dependiente*intensidad del trato*género. Tratamos de verificar si existen diferencias en el uso
de tú/usted
entre las mujeres y los hombres en dos tipos de contexto situacional (uno marcado
por el estatus de los interlocutores y otro por la frecuencia del trato) y en tres ámbitos o
escenarios sociales (familiar, laboral y social).
Atendiendo a lo expuesto más arriba, esperábamos que las mujeres utilizaran con más
intensidad que los hombres la forma de tratamiento deferente, respetuosa o de expresión de
distancia social, usted, en el trato con personas de más estatus y con interlocutores con los que
se mantiene poco o ningún trato, en tanto que emplearían más tú en el trato con iguales en
estatus y con personas con las que se mantiene un trato frecuente. En los contextos en los que el
interlocutor tiene menos estatus, donde lo normal es que el emisor emita tú
y reciba usted,
quizás la mujer mostraría también un comportamiento verbal más respetuoso o cortés,
aumentando las frecuencias de usted, que en este contexto podría ser entendida como más
deferente que tú. Es decir, puesto que se espera que la persona de menos estatus emplee usted
al dirigirse a la persona de más estatus, si esta devuelve usted y no tú estaría convirtiendo una
relación de poder en una relación entre iguales, aunque marcada por la distancia (es decir, tú-‐
usted>usted-‐usted).
2
Estatus
relativo
de
los
interlocutores
y
género
8
Por razones de espacio solo ofrecemos una síntesis de los resultados de nuestra
investigación. En ALMEIDA, Manuel y MENDOZA, Juana, op.cit., pp., 45-‐50 se ofrece una
explicación pormenorizada de los aspectos metodológicos, así como de los resultados de
nuestro análisis.
432
|
Partimos de la hipótesis de que las mujeres presentarían un comportamiento más
deferente que los hombres en los tres ámbitos analizados cuando el estatus del interlocutor es
mayor que el del receptor. Los datos, sin embargo, no corroboran nuestra hipótesis de partida.
Podemos observar que, si bien las mujeres presentan unos porcentajes de uso del pronombre
usted mayores que el de los hombres en los ámbitos laboral y social (75,7% vs. 72,1% y 68,1% vs.
63,5%, respectivamente) y menores en el ámbito familiar (56,3% vs.61%), las diferencias
registradas en los tres ámbitos estudiados no resultaron significativos.
Tampoco parece corroborarse la segunda hipótesis que apuntaba a que las mujeres serían
más solidarias que los hombres en el trato con personas de igual estatus, aumentando
considerablemente los porcentajes del pronombre tú. Los datos reflejan todo lo contrario. En el
ámbito familiar los hombres emplean de manera categórica tú (frente al 3,9% de uso del
pronombre usted por parte de las mujeres), mientras que en los otros dos ámbitos los hombres
usan usted
más que las mujeres (20,5% vs. 11,1% en el ámbito laboral y 58,9% vs. 54,2% en el
ámbito social).
Por último, en el trato con personas de menor estatus los resultados vuelven a ser variables.
En el ámbito familiar ningún grupo de género emplea usted, por lo que el trato de padres a hijos,
tíos a sobrinos, abuelos a nietos, etc., registra tú categórico. En el ámbito laboral las mujeres
emplean usted más que los hombres: 61,1% vs. 35,9%, con diferencias que resultan
significativas. En cambio, en el ámbito social los hombres se muestran más deferentes que las
mujeres (59,4% vs. 54,5%), no resultando significativas estas diferencias. Concluimos, por ello,
que sólo en el lugar de trabajo se verifica la hipótesis inicial que se refiere a un aumento de usted
por parte de las mujeres cuando son ellas el miembro de la díada social que tiene mayor estatus.
Por tanto, nuestra hipótesis que hablaba de una consideración diferente de los contextos
asimétricos por parte los hombres y de las mujeres se verificó en parcialmente.
3
Distancia
social
entre
los
interlocutores
y
género
Trabajamos con la hipótesis de que las mujeres emplean usted más que los hombres,
cuando los interlocutores no mantienen ningún tipo de trato previo (indicando una mayor
distancia social entre los mismos) Los datos ponen de manifiesto que en el ámbito familiar no
existen diferencias entre los dos grupos (21,7% de usted
en los hombres y 21,2% en las mujeres),
mientras que en los ámbitos laboral y social las mujeres emplean más que los hombres el
pronombre que expresa distancia social: 57,5% vs. 51,6% en el ámbito laboral y 94,5% vs. 83%
en el ámbito social. No obstante, únicamente resultaron significativas las diferencias en este
último. Podemos afirmar, pues, que solo en este tipo de ámbito quedó corroborada la hipótesis
de partida.
La misma hipótesis se planteó para los encuentros entre individuos que mantenían poco
trato. También en este caso los resultados fueron bastante variables: en el ámbito familiar no se
observan diferencias significativas entre hombres y mujeres (20,9% y 19,6%, respectivamente),
en el ámbito laboral las mujeres usan usted
más que los hombres (57,5% vs. 49%), en tanto que
en el ámbito social son los hombres quienes impulsan el empleo de usted (63,5% vs. 52,8%). Las
433
|
diferencias no resultaron significativas en los dos primeros contextos, pero fueron significativas
en el tercero, quedando rechazada la hipótesis inicial en los tres casos.
Por último, cuando los interlocutores mantienen mucho trato se reproducen las mismas
tendencias que en el caso anterior: no se aprecian diferencias significativas entre hombres y
mujeres en el escenario familiar (22,3% vs. 21,1%, respectivamente), incremento de usted
por
parte de las mujeres cuando la interacción se realiza en el lugar de trabajo (33,3% vs. 27,6%) y
aumento de usted en el grupo de los hombres cuando la interacción se lleva a cabo en el ámbito
social (35,4% vs. 28,7%). El hecho de que en todos los casos las diferencias no resultaran
significativas nos conduce a desechar la hipótesis de partida que hablaba de un aumento de las
estrategias de expresión de la solidaridad por parte de las mujeres.
CONCLUSIONES
Los resultados de la investigación dejan claro que el carácter más cortés y de mayor apego
a la norma social por parte de las mujeres quedó ratificado solo en casos concretos. Los
porcentajes demuestran que lo normal en la comunidad analizada es que los hombres y las
mujeres registren un comportamiento similar a la hora de expresar la deferencia, la distancia
social y la cortesía, hecho este que puede llevarnos a pensar que existen normas sociales de
alcance muy general, que afectan por igual a los hombres y a las mujeres y que ninguno de estos
dos grupos llega a manipular con el fin de transformarlas en marcadores o índices sociales de
género. Por consiguiente, las excepciones a esta norma son bastante raras, algo que ya había
observado Morín Rodríguez (2001) en su estudio del uso de estos pronombres entre hombres y
mujeres de Las Palmas de Gran Canaria.
Hombres y mujeres muestran el mismo grado de deferencia en todos los ámbitos sociales
estudiados, cuando se habla a alguien de estatus
superior, empleando mayoritariamente usted.
En el trato con individuos de menor
o
igual
estatus que el emisor, en cambio, el comportamiento
de las mujeres puede ser considerado más cortés que el de los hombres en los ámbitos familiar y
laboral, aunque este comportamiento femenino podría ser el residuo de algún tipo de norma
tradicional. El mayor uso de usted en el ámbito laboral por parte de las mujeres podría deberse a
que sientan como más agresiva para la imagen del interlocutor tratarlos de tú
(cuando ellas
reciben usted) que de usted; o lo que es lo mismo, que estimen más apropiado devolver el tipo
de pronombre que reciben.
En lo que concierne a la frecuencia de las interacciones, se comprueba que las mujeres
resultan significativamente más formales que los hombres en el trato con desconocidos y en el
ámbito“social”, caracterizado por la mayor formalidad de los encuentros. En los ámbitos
familiar y laboral, aunque no exista ningún trato entre los interlocutores, son conscientes de que
existen determinados vínculos y compromisos, quedando así minimizado el grado de
formalidad de la situación.
Por último, los gráficos siguientes ilustran todo lo expuesto anteriormente:
434
|
Gráfico 1. Distribución de uso de Usted en San Sebastián de La
Gomera según ámbitos, estatus relativo de los interlocutores y género
100,00
90,00
80,00
70,00
60,00
Hombres
50,00
Mujeres
40,00
30,00
20,00
10,00
Familiar
Laboral
Inferior
Igual
Superior
Inferior
Igual
Superior
Superior
Igual
Inferior
0,00
Social
Gráfico 2. Distribución de uso de Usted en San Sebastián de La
Gomera según ämbitos, tipo de trato y género del emisor
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Hombres
Familiar
Laboral
Mucho
Poco
Ninguno
Mucho
Poco
Ninguno
Mucho
Ninguno
Poco
Mujeres
Social
435
|
EL
TRABAJO
FEMENINO
EN
EL
ÁMBITO
RURAL
DEL
SUR
DE
TENERIFE:
EL
CASO
DE
LAS
JORNALERAS
DE
LA
ZAFRA
DE
ARONA.
María
Mercedes
Chinea
Oliva
INTRODUCCIÓN
Debemos comenzar con una excusa o una queja, porque no hemos podido acceder a las
fuentes directas donde contabilizar y analizar el número de mujeres que trabajaban en las
fincas de los tomates, su condición laboral, sus salarios, horarios o las tareas a las que se
dedicaban. Esta información, de existir, formará parte de los Archivos Privados de los
1
propietarios sureños que se dedicaron a la producción y exportación de tomates .
Los Padrones Municipales de Habitantes de Arona correspondientes a los años 1945,
1955 y 1965 constituyen el corpus fundamental de las fuentes escritas a la que hemos podido
tener acceso. Hemos escogido este marco temporal pues consideramos que estas fechas
suponen el cenit del proceso productor entre la llegada de agua canalizada (el Canal del Sur)
y el desarrollo turístico.
Como comprobaremos más adelante los Padrones Municipales no responden a la
realidad cuando contabilizan el número de las mujeres jornaleras pues no reconocen su
calidad de tales y se las engloba en la categoría socioprofesional de amas
de
casa. Sin
embargo, el hecho en sí mismo es significativo cuando conocemos ciertamente que esas
mujeres trabajaron en los tomateros desde temprana edad.
A través de los Padrones Municipales hemos podido elaborar un perfil de las mujeres de
Arona hasta la primera mitad del siglo utilizando los datos que ofrecen para el análisis de la
estructura de la población por edades, sexo, nivel sociocultural y categorías
socioprofesionales.
La inaccesibilidad de unos, los Archivos Privados, y el estado fragmetario de otros, los
Padrones Municipales, nos obliga a dirigir nuestra mirada hacia planteamientos
metodológicos de más reciente elaboración y consideración: las fuentes orales. Porque la
memoria es lo único que permanece, las llamadas historias de vida constituyen un recurso
metodológico importantísimo, pues, como hemos constatado, los documentos de los que
1
El trabajo de PÉREZ BARRIOS, Carmen Rosa, Los
Alfonso
Gorrín:
un
ejemplo
de
burguesía
agraria
en
el
Sur
de
Tenerife
en
el
tránsito
del
siglo
XIX
al
XX, La Laguna, 2000, elaborado a
partir de los Archivos Privados de la familia Alfonso Gorrín, ofrece una información
valiosísima sobre jornales, horarios y otras consideraciones sobre las actividades
económicas de esta familia y, concretamente sobre la producción de tomates.
436
|
suelen nutrirse las Ciencias Sociales o son muy escasos o no existen en este tipo de
2
investigaciones .
Para este menester recurrimos al estudio de historias de vida de mujeres de diferentes
edades y procedencia. Constituyeron el objeto de nuestras entrevistas mujeres nacidas en las
dos primeras décadas del siglo XX y mujeres nacidas en la década de los años treinta y
cuarenta. De esta forma, pudimos reconstruir las características de las mujeres que
trabajaron como asalariadas, fijas y eventuales, en los campos de tomates de Arona entre
principios del siglo XX y los años sesenta del mismo.
Las entrevistas no sólo supusieron el necesario contrapeso a la información fraccionada
que ofrecían los Padrones Municipales sino que también permitieron matizar aspectos,
indagar en nuevas posibilidades y, sobre todo, nos confirmaron la imperiosa necesidad de
conciliar nuestro pasado y nuestro presente. Recoger las palabras, en este caso la memoria
de las mujeres que trabajaron en los tomates, constituye una tarea urgente.
EL
ESPACIO
FÍSICO:
SUR
DE
TENERIFE
El extremo sur de Tenerife, abrigado del alisio, es seco y soleado. Las temperaturas se
caracterizan por sus pequeñas oscilaciones, estando comprendidas las medias entre los 17º y
los 25º C. Por lo tanto, podemos decir que las condiciones climáticas del sur de Tenerife son
excelentes en cuanto a la temperatura se refiere. Sin embargo, la marcadísima irregularidad
pluviométrica de esta zona hace necesario el riego. Así, aún teniendo un clima más favorable,
la carencia de aguas en el sur de la Isla hizo que hasta el año 1930 la mayor parte de los
tomates se produjeran en la vertiente norte de la misma.
Si bien las condiciones físicas –climáticas y edafológicas-‐ que ofrecía el sur de Tenerife
para el cultivo del tomate eran excepcionales, tuvieron que conjurarse otros ingredientes
para que se convirtiera en la principal fuente de riqueza y trabajo de gran parte de la
población de los municipios del Sur hasta la llegada del turismo.
Los factores que permitieron la implantación, desarrollo y expansión de los campos de
tomateros en el sur fueron la existencia de mano de obra susceptible de ser empleada con
bajos salarios y la configuración de la propiedad de la tierra en grandes extensiones con
escasa pendiente en la costa, cuyos propietarios se empeñaron en solucionar el problema del
agua necesaria para el riego.
3
Tomando como punto de partida importantes trabajos de investigación que ya han
puesto de manifiesto la relevancia que el cultivo del tomate tuvo en la configuración del
2
Conviene ver, en este sentido, el trabajo de BAYLINA FERRE, Mireia; CÀNOVES
VALIENTE, Gemma; GARCÍA RAMÓN, Mª Dolors; VILLARINO PÉREZ, Montserrat, “La
entrevista en profundidad como método de análisis en Geografía Rural: mujeres
agricultoras y relaciones de género en la costa gallega”, en Actas
del
VI
Coloquio
de
Geografía
Rural,
Madrid, 1991.
437
|
espacio agrario del Sur y, más concretamente de la costa aronera, podemos establecer, al
menos, dos etapas en su evolución:
La primera etapa podría situarse hacia principios del siglo XX hasta la llegada del Canal
del Sur.
Tras la caída de los precios de la cochinilla a finales de la segunda mitad del siglo XIX, se
establecieron diversas estrategias para su sustitución. La más acertada fue la del binomio de
exportación representada por el plátano y el tomate.
En Arona, ya se producían tomates en 1901, pues tenemos conocimiento de una plaga de
langosta que arrasó los campos donde se cultivaban y de principios del siglo XX era también
la finca El
Carmen
que Juan Bethencourt Alfonso dedicaba a los tomates. En 1910, con motivo
de la Exposición Universal de Bruselas, el folleto de la sección de Canarias recogía una lista de
4
los principales productores y exportadores de tomates . En dicha lista los domiciliados en
Arona eran Guadalupe Alfonso Gorrín y Aquilino Domínguez Alfonso, mientras que los
residentes en San Miguel de Abona, pero con propiedades en Arona, eran Casiano Alfonso
Hernández, Luciano Alfonso Feo, Antonio Alfonso Gorrín, Tomás Bello Gómez y los
Herederos de Serapio Feo. Una prueba de la paulatina consolidación de este cultivo en el Sur
es la relación de los principales exportadores que la Cámara Oficial de Comercio e Industria
de Canarias publicaba en 1920.
Adeje: Herederos de J. Curbelo y Rafael Melo Alayón.
Arico: Juan Delgado, Francisco R. Pomar, Pedro R. Pomar y Álvaro Delgado.
Arona: Antonio Domínguez Alfonso
Granadilla: Francisco Martín
Guía de Isora: Heliodoro Hernández, Manuel González Jordán y González y Hermanos.
San Miguel de Abona: Miguel Bello Rodríguez, Tomás Bello Gómez, Viuda e Hijos de
Luciano Alfonso, Antonio Alfonso Gorrín, José Bello Feo, Cándido Feo y José Delgado.
5
Como señala C. R. Pérez Barrios , los Alfonso Gorrín, que sembraban tomates en Arona y
en la costa de Granadilla en estas primeras décadas del siglo, poseían en Arona una finca
3
Nos referimos a las investigaciones de MARTÍN MARTÍN, Víctor Onésimo, Agua y
agricultura en Canarias: el sur de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1991 y de SABATÉ BEL,
Fernando, Burgados, tomates, turistas y espacios protegidos. Usos tradicionales y
transformaciones de un espacio litoral del sur de Tenerife: Guaza y Rasca (Arona).Santa
Cruz de Tenerife, 1993. El primero analiza el papel jugado por el Canal del Sur en la
transformación del espacio agrario del sur de Tenerife y el segundo se acerca desde una
perspectiva geográfica y antropológica al cultivo del tomate en un espacio concreto: Guaza
y Rasca en Arona.
4
BRITO MARTÍN, Marcos, Arona
en
el
recuerdo, Arona, 2001, p.65.
5
PÉREZ BARRIOS, Carmen Rosa, La
propiedad
de
la
tierra
en
la
comarca
de
Abona
en
el
Sur
de
Tenerife
durante
los
años
1850-‐1940. Llanoazur Ediciones. Véase el apartado que dedica a
la producción de tomates, pp. 1135-‐1210.
438
|
denominada “El Verodal” de 14 fanegadas de superficie. Además de naranjeros y tuneras
estaba preparada para cultivar entre 70 y 80.000 matas de tomateros. También contaba con
un molino de viento, una casa de labor dedicada al empaquetado de frutos y un depósito de
agua de 22.000 pipas. Y es que contar con agua para el riego resultaba fundamental para
afrontar con garantías la producción. La búsqueda de agua se concretó en distintas
estrategias:
-‐ La perforación de pozos, como el de Tomás Bello Gómez en Los Cristianos y que
llevaba agua hasta el Tagorito en Guaza.
-‐ El aprovechamiento de las aguas de escorrentía construyendo represas o tomaderos en
los barrancos. Así, de principios de siglo datan la charca de Barranco
Oscuro, la de Cabo
6
Blanco, propiedad de los Bello, la de don
Casiano o las Charcas
de
El
Monte, propiedad de la
familia Alfonso.
-‐ La canalización de aguas de los nacientes de la Cumbres de Vilaflor y la perforación de
galerías.
A pesar de la crisis generada después del Crack
del
29 la producción de tomates para la
exportación siguió siendo importante y prueba de ello son las Relaciones Juradas para
7
valoración de Utilidades de Arona de 1934 en torno a los tomates, en las que los siguientes
propietarios declaraban:
Antonio Domínguez Alfonso
Antonio Miguel Alfonso Alfonso
1,44
ptas
12
“
1,20
“
Balbina Frías González
0,96
“
Desiderio Feo Rodríguez
5,28
“
José Peña y José Bello
172,32
“
Herederos de Tomás Bello Gómez
130,08
“
0,96
“
Esteban Domínguez Alayón0
72
“
Eustiquio Bello0
72
“
Antonio Bello Cuesta
Cándido Delgado Toledo
Juan Bethencourt Herrera
8,40
“
Rosario Alfonso Gorrín
176,88
“
Eustiquio Bello
146,16
“
Teodomiro León Delgado
132,90
“
6
7
Don Casiano Alfonso Hernández, gran propietario.
Documentación varia, Archivo Municpal de Arona (AMA).
439
|
Antonio Cabeza Sierra
177,22
“
Rosario Alfonso Gorrín
133,68
“
José Peña y José Bello
333,12
“
Herederos de Tomás Bello Gómez
150,72
“
Teófilo Bello Rodríguez
297,8
“
Petra Bello Rodríguez
166,8
“
-‐La segunda, comprendería el período de tiempo que va desde la llegada del agua a
través del Canal del Sur hasta la primera mitad de los años sesenta, cuando el turismo
comienza a acaparar el suelo.
El impacto del largo período bélico en el que se sucedieron la Guerra Civil y la II Guerra
Mundial pasó una elevada factura a los propietarios y exportadores de tomates del sur de la
Isla. La puesta en regadío de los secanos del Sur a través de un gran canal colector se
convierte en imperativo. Como señala V. Martín Martín “…nunca
una
obra
de
esta
envergadura
tuvo
la
trascendencia
social
y
el
apoyo
generalizado
de
todos
los
sectores
sociales
que
podían
“beneficiarse”
de
la
misma
y
nunca
se
vio
tan
nítido
la
alianza
entre
la
burguesía
agroexportadora
(a
la
que
luego
quedarán
ligados
las
grandes
familias
propietarias
del
sur
de
8
Tenerife)
y
el
Estado,
vía
Mando
Económico” .
La construcción del Canal del Sur o Canal Altos de Fasnia-‐Fañabé, que inaugura la
segunda etapa de las que habíamos hablado, partirá del Barranco de Chifira en Fasnia a una
altura de 1.100 metros, y terminará en el Barranco de Fañabé, a una cota de 400 metros,
recorriendo 73.584,5 metros. Su trazado se alargaba desde el municipio de Fasnia al de
Adeje, pasando por Arico, Granadilla, San Miguel y Arona.
La puesta en funcionamiento del Canal también acarreó otras obras de infraestructura
necesarias para ampliar las superficies destinadas al regadío: nuevas roturaciones,
canalizaciones secundarias y desarrollo de la red viaria a través de pistas de servidumbre de
fincas y carreteras locales.
Del resultado de todos estos ingredientes resultan esclarecedores los siguientes cuadros:
Evolución de la superficie de tomate en Arona de 1940 a 1955
1940
1945
1955
8
MARTÍN MARTÍN, Víctor Onésimo, op,
cit,
p. 75.
440
|
81 Has.
22 Has.
626 Has.
9
Producción anual de los principales cultivos de Arona en 1956
Tomates: 10.000 toneladas
Plátanos: 4.000 “
Papas:
5.000 “
Tras el auge y fracaso de la cochinilla, los cambios espaciales y sociales que supuso la
agricultura de regadío, constituyen uno de los períodos más relevantes de la historia de los
municipios del sur, y por supuesto de Arona. En un informe elaborado en la segunda mitad de
los años cincuenta, el municipio da cuenta de su transformación:
“Hay
más
de
dos
terceras
partes del
terreno
sin
cultivar,
por
la
escasez
de
agua,
hallándose
actualmente
en
roturación
de
nuevos
terrenos
debido
al
aumento
del
caudal
de
agua
procedente
del
Canal
del
Sur.
El
terreno
pertenece
a
personas
particulares.
Existen
pocos
árboles,
predominando
naranjas
e
higueras
de
leche.
Abundan
los
nopales,
“tuneras”.
Los
cultivos
del
municipio
son
los
más
importantes:
tomates
a
lo
que
se
dedican
unas
1.800
fanegadas;
plátanos,
unas
400
fanegadas
y
papas,
unas
600
fanegadas.
Viña
es
muy
poca
y
la
producción
se
consume
en
su
mismo
fruto
sin
que
se
elabore
el
vino.
El
pasto
es
sólo
en
invierno.
No
existen
animales
salvajes.
Hay
caza
de
conejos
y
perdices,
pero
en
pequeña
cantidad.
Los
productos
que
se
obtienen
se
destinan
al
consumo
local
y
los
sobrantes
a
la
exportación.
Los
terrenos
que
por
su
situación
carecen
aguas
de
riegos
se
destinan
a
cereales
y
pastos,
hallándose
dedicado
a
estos
cultivos
una
tercera
parte
del
municipio.
Estos
cultivos
se
hacen
arándolos
con
animales,
siendo
éstos,
burros,
camellos,
vacas
y
mulos.
No
existen
máquinas
trilladoras,
si
bien
hay
tractores
para
la
roturación
de
tierras
cuando
se
destinan
a
plataneras
y
tomates.
Las
tierras
son
en
parte
profundas.
El
regadío
en
este
pueblo
comenzó
el
año
1942
al
alumbrar
aguas
la
Comunidad
“El
Milagro”,
aumentándose
al
llegar
el
Canal
del
Sur
en
el
año
1951.
Un
labrador
medio
tiene
unas
seis
u
ocho
fanegadas
de
terreno.
Es
costumbre
sembrar
tomates
en
un
terreno
y
al
terminar
sembrarle
maíz,
sucediendo
lo
mismo
con
las
papas
que
también
se
siembran
este
cereal
o
legumbres.
Esto
último
se
destina
al
consumo
del
mismo
labrador.
El
precio
de
una
hectárea
10
dedicada
a
pastos
es
de
2.000
pesetas” .
De este informe se deducen cosas muy importantes, entre ellas que la ampliación de
zonas roturadas y dedicadas ahora a la producción y exportación del tomate culminó en la
multiplicación de los beneficios pero también abrió la puerta a nuevos contingentes de mano
de obra para afrontar el trabajo en los nuevos campos.
LA
INVISIBILIDAD
DEL
TRABAJO
DE
LAS
MUJERES.
9
Informe
sobre
Arona
(1956). Documentación varia, AMA.
10
Documentación varia (1956), AMA.
441
|
11
La invisibilidad de la mujer es un concepto que tiene su razón en un conjunto de
mecanismos que ocultan su trabajo y su condición laboral, por un lado, o que valora de
distinta forma su trabajo en relación al realizado por los hombres. La invisibilidad del trabajo
de la mujer se configura en torno a una suma de discontinuidades de espacios, tiempos y
diversidad de tareas.
La ocultación estadística de la mujer en las fuentes oficiales –padrones y censos-‐
constituye, a nuestro parecer, la forma más relevante de invisibilidad de la mujer que trabajó
duramente en los campos de tomates de toda la costa de Arona.
Nos aproximaremos a esta invisibilidad del trabajo de la mujer a través del estudio de los
Padrones Municipales de Habitantes de Arona de 1945, 1955 y 1965, no sin antes recoger la
importancia de la mano de obra femenina en la producción de tomates. Esta premisa sirve
para desenmarañar uno de los mecanismos de la invisibilidad, esto es, la ocultación
estadística de la presencia de la mujer en los campos de tomates.
La incorporación de la mujer a la zafra del tomate significó una mayor explotación de la
mano de obra por parte de los propietarios. La razón de ello no estaría sólo en el hecho,
como veremos, de que su salario constituyese la mitad que el de los hombres o porque
significara una ayuda complementaria para las familias –en el caso de las niñas-‐, sino porque
la mujer representaba más de la mitad de la mano de obra – 75% del total, según Martín
12
Martín, hacia 1955 -‐ empleada en este cultivo. En Arona, esta importancia cuantitativa de la
mujer en el cultivo del tomate es un hecho que podemos documentar desde los inicios del
siglo XX, esto es, desde el propio inicio del cultivo en este municipio.
Bien avanzada la centuria se estimaba que la explotación de una hectárea requería para
la cosecha (cinco meses) unos 100 jornales de hombres y unos 350 de mujeres.
Resulta imposible hacer un balance cuantificador de las obreras o jornaleras agrícolas del
municipio de Arona, no obstante, los Padrones Municipales de Habitantes ofrecen datos que
nos permiten establecer matices y conclusiones en torno a estas mujeres: “La
parte
Norte
(de
Arona)
está
bastante
dividida
entre
pequeños
hacendados,
que
explotan
sus
fincas
con
obreros,
siendo
ésta
la
ocupación
principal
de
los
habitantes.
También
trabajan
algunos
terrenos
a
13
medias
con
estos
mismos
obreros,
pero
muy
pocos
casos” .
11
Vid. CABRERA SOCORRO, Gloria, “Las invisibles mujeres canarias de la costa: vendedoras
de pescado, mariscadoras, jornaleras, barqueras y amas de casa”, en XIII
Coloquio
de
Historia
Canario-‐Americana,
Las Palmas de Gran Canaria, 1998, pp.1470-‐1492; ASCANIO
SÁNCHEZ, Carmen., “La mujer en el medio rural grancanario” en XIV
Coloquio
de
Historia
Canario-‐Americana,
Las Palmas de Gran Canaria, 2002, pp.1779-‐1792; ROLDÁN
ARRÁSOLA, Nuria, Una
historia
de
silencio:
mujer,
familia
y
plataneras
(Arucas,
1950-‐1969),
Arucas, 1999; CÀNOVES VALIENTE, Gemma, “The invisible farmers, women in agricultural
production” Documents
d'
Anàlisi
Geogràfica
10 (1987).
12
MARTÍN MARTÍN, Víctor Onésimo , op.
cit., p.174.
13I
nforme
sobre
Arona
(1956). Documentación varia, AMA.
442
|
En este mismo sentido, para completar la información que suministramos más abajo
sobre los Padrones Municipales de Habitantes, conviene presentar un cuadro evolutivo de la
14
población de Arona durante un siglo, 1857-‐1960 , en el que se puede apreciar el menguado
crecimiento de la población hasta los años cincuenta y sesenta de 1900, en que comienzan a
llegar los contingentes de población, procedentes del norte de Tenerife y de otras islas,
fundamentalmente de La Gomera:
Años PoblaciónPoblación Tasa de de hecho de derecho crecimiento anual (%)
1857
2.069
2.014
-‐
1877
2.316
2.298
0’57
1887
1.831
1.962
-‐2’16
1900
1.971
2.029
0’44
1910
2.311
2.458
1’60
1920
2.523
2.896
0’88
1930
3.482
3.752
3’27
1940
3.611
3.752
0’36
1950
4.690
4.658
2’65
1960
6.469
6.331
3’27
MUJERES
DECLARADAS
JORNALERAS
EN
ARONA
EN
194515
En el Padrón de este año sólo encontramos documentación correspondiente a los pagos
de Arona, Túnez, Casas y Casitas, Montaña Fría, Vento, La Sabinita, El Mojón, Chayofa, Los
Cristianos y Las Galletas. Por lo tanto, no pudimos contar con la información de pagos tan
importantes del municipio como Valle de San Lorenzo, Cabo Blanco, Buzanada, Guaza y las
cuarterías de las fincas que se extendían desde en Guaza y Rasca.
Pago: Los
Cristianos
16
Nº de unidades domésticas : 63
14I
15
NE, Censos de población.
Padrón Municipal de Habitantes de Arona de 1945, AMA.
443
|
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
52
12
9
5
16
Pago: El
Mojón
Nº de unidades domésticas: 4
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
1
casadas
solteras
1
Pago: La
Sabinita
Nº de unidades domésticas: 24
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
7
1
1
5
Pago: Montaña
Fría
Nº de unidades domésticas: 9
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
2
1
1
Pago: Las
Galletas
Nº de unidades domésticas: 13
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
5
2
casadas
solteras
3
La lectura, aunque fragmentada, de este Padrón de Habitantes nos permite concluir que:
a)
Las mujeres que no se declaran jornaleras son “inevitablemente” amas de casa y
están vinculadas, tanto como esposas o como hijas, al cabeza de familia, el marido o padre,
que en un 82% de los casos se declara como jornalero.
b)
Las mujeres que se declaran jornaleras son en la mayoría de los casos – un 67%-‐
cabezas de familia, esto es, responsables de sus hijos tanto como viudas o como madres
solteras.
16
Cuando nos referimos a número de jornaleras, éstas coinciden en un 92% con una unidad
doméstica, a excepción de aquéllas en las que la madre y alguna o algunas de sus hijas se
declaran jornaleras.
444
|
c)
La relación entre las unidades domésticas y las mujeres jornaleras no puede ser
considerada fiel, ya que sabemos que la mayoría de las mujeres, declaradas o no jornaleras,
trabajaban como tales en los campos de tomates. La excepción, en este Padrón, está
representada por el pago de Los Cristianos en el que 52 mujeres de 63 unidades domésticas
se consideran jornaleras agrícolas.
17.
“Aquí
en
Los
Cristianos
se
vivía
de
la
pesca,
,
de
los
tomates
y
de
la
cal”
MUJERES
DECLARADAS
JORNALERAS
EN
ARONA
EN
195518
19
Pagos
Unidades domésticas
Asientos y Pilón
Altavista
10
9
El Pino
3
Barbuda
2
Mojonito y Montaña Fría
14
Cruz Alta y Las Hoyas
13
Calle El Sol
9
Calle Nueva
20
Calvario
12
Calle Duque de la Torre
10
Plaza de la Iglesia
Calle Domínguez Alfonso
4
9
Morro y Pasil
2
San Nicolás
7
La Hondura
Vento
4
42
Ni una sola mujer de estos pagos del municipio, que pueden considerarse de medianías y
medianías altas, se declaró jornalera. Todas ellas se declaran amas de casa y están vinculadas
a un cabeza de familia. No obstante, “las
de
Arona
iban
a
trabajar
a
las
fincas
de
los
Domínguez,
de
Don
Antonio
y
Don
Eugenio
que
vivían
en
Arona.
Al
proponer,
si
eran
de
Arona
17
DELGADO DORTA, Victoria, El
sur,
la
mirada
de
los
antiguos,
Arona, 2004, p. 55.
18
Padrón Municipal de Arona de 1955, Archivo Municipal de Arona.
Faltan en este Padrón los pagos de Chayofa, Mojón, Los Cristianos, Guaza y las fincas de
la costa.
19
445
|
iban
a
trabajar
a
La
Caldera
y
a
Las
Madrigueras
[finca de Antonio Domínguez Alfonso en Los
20
Cristianos].
Y
de
Arona
también
iban
las
que
trabajaban
con
el
Tavío
en
Chayofa” .
Pago: La
Sabinita
Nº de unidades domésticas: 14
Nº de jornaleras viudas
1
madres solteras
casadas
solteras
solteras
1
Pago: Las
Casas
y
Casitas
Nº de unidades domésticas: 11
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
1
1
Pago: Cabo
Blanco
Nº de unidades domésticas: 146
Nº de jornaleras viudas
60
8
madres solteras
casadas
solteras
13
23
16
Pago: Buzanada
Nº de unidades domésticas: 84
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
3
10
6
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
14
12
12
23
3
Pago: Las
Galletas
Nº de unidades domésticas: 55
Pago: Valle
de
San
Lorenzo
Nº de unidades domésticas: 327
20
Agradecemos la información a Doña Mercedes González González (13-‐XII-‐2004)
446
|
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
42
21
11
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
16
10
4
4
6
Pago: Parlamentos
Nº de unidades domésticas: 17
1
1
La información a la que pudimos acceder en este Padrón nos confirma la conclusión que
hicimos en el de 1945, referida a la engañosa distancia entre el número de unidades
familiares en las que el cabeza de familia es el esposo o padre jornalero y la mujer que se
dedica a sus labores y las mujeres realmente declaradas jornaleras. Así, en el pago de Valle de
San Lorenzo, uno de los más poblados del municipio, de 327 unidades domésticas sólo se
declaran 16 jornaleras. Sin embargo, éste, al igual que otros pagos de la zona de las
medianías bajas como Cabo Blanco y Buzanada, fueron desde el principio los principales
fondos de mano de obra para los campos de tomate.
“De ahí, de Cabo Blanco venían a trabajar, de Buzanada y del Valle venía la gente a
trabajar porque la zafra fuerte era en abril y en Guaza. P’arriba no había zafra. Ellas venían a
21
trabajar aquí y traían carne de cochino, comíamos en el campo…” .
Otro importante aspecto que debemos destacar de los datos extraídos de este Padrón es
la presencia de la población inmigrada desde el norte de Tenerife, de Gran Canaria y,
principalmente, de La Gomera. Las mujeres jornaleras en el Padrón, se establecían ya en los
pagos de Cabo Blanco y Buzanada, pero, sobre todo, son relevantes en Parlamentos,
una
finca situada cerca de Guargacho. En este pago todas las unidades domésticas, excepto la del
encargado, constan con mujeres declaradas jornaleras junto con sus padres o maridos –las
casadas y solteras-‐ o como cabezas de familia –las viudas y madres solteras-‐.
22
Mujeres declaradas jornaleras en arona en 1965
El estado actual del Padrón Municipal de Habitantes de Arona para el año de 1965 sólo
nos permitió contabilizar las mujeres jornaleras de los pagos de El Pino, Los Asientos, La
Mejora, Arona (casco), La Hondura, Las Hoyas, Los Cercaditos, Altavista, Buzanada, Las
Galletas, Campo D.
Virgilio, La Estrella, Bebederos, Fraile Nuevo, Fraile Viejo, Tagorito, La
Arenita, La Camella, Guargacho, Costa del Silencio-‐Tenbel, Valle de San Lorenzo, Cho, Los
Rodríguez y Los Parlamentos. Significa esto que pudimos acceder a la información de una
parte de las grandes fincas de tomates de la costa y a los principales pagos de las medianías
21
22
DELGADO DORTA, Victoria, op.
cit., pp. 55-‐56
Padrón Municipal de Habitantes de Arona, AMA.
447
|
altas y bajas. Sin embargo, en este Padrón no contamos con información de Los Cristianos,
La Sabinita o Cabo Blanco.
En los pagos de El Pino, Los Asientos, La Mejora, Arona casco, La Hondura, Las Hoyas,
Los Cercaditos y Altavista no aparece ninguna mujer considerada jornalera. El resto de los
pagos se distribuye de la siguiente manera:
Pago: Buzanada
Nº de unidades domésticas: 96
Nº de jornaleras viudas
1
madres solteras
casadas
solteras
madres solteras
casadas
solteras
2
1
Pago: Las
Galletas
Nº de unidades domésticas: 84
Nº de jornaleras viudas
2
Pago: Campo
D.
Virgilio
Nº de unidades domésticas: 22
Nº de jornaleras viudas
9
madres solteras
casadas
solteras
8
1
Pago: La
Estrella
Nº de unidades domésticas: 25
Nº de jornaleras viudas
madres solteras
casadas
solteras
4
2
1
1
Pago: Fraile
Nuevo
Nº de unidades domésticas: 39
Nº de jornaleras viudas
12
448
|
madres solteras
casadas
solteras
1
11
Pago: Bebederos
Nº de unidades domésticas: 29
Nº de jornaleras viudas
14
2
madres solteras
casadas
solteras
12
Pago: Fraile
Viejo
Nº de unidades domésticas: 78
Nº de jornaleras viudas
42
11
madres solteras
casadas
solteras
4
27
Pago: La
Arenita
Nº de unidades domésticas: 11
Nº de jornaleras viudas
10
1
madres solteras
casadas
solteras
8
1
Pago: La
Camella
Nº de unidades domésticas: 30
Nº de jornaleras viudas
4
madres solteras
casadas
solteras
4
Pago: Valle
San
Lorenzo
Nº de unidades domésticas: 342
Nº de jornaleras viudas
1
madres solteras
casadas
solteras
1
La tónica de los Padrones anteriores, de 1945 y 1955, se agudiza en el Padrón Municipal
de Habitantes de 1965. Las conclusiones son claras: las mujeres de los pagos de medianías no
se declaran jornaleras y se dedican a sus labores como amas de casa. Pero ¿sólo se dedican a
sus labores? Tanto la bibliografía como nuestras fuentes orales niegan esa dedicación única.
Los años que siguieron a la llegada del agua del Canal del Sur fueron tiempos en los que se
roturaron nuevos terrenos, se aumentó la producción y nuevas empresas se establecieron en
la zona, incluso en las medianías donde arrendaban suelos, producciones y salones de
empaquetados, como podemos observar en los testimonios orales: “Nosotras
estábamos
pendientes
para
poder
ir
a
trabajar.
Íbamos
a
los
salones
a
empaquetar
y
pasábamos
allí
la
449
|
noche.
Todas
las
chicas
de
mi
edad
querían
ir
a
trabajar.
Íbamos
a
La
Camella
y
también
aquí
en
23
Cabo
Blanco
se
trabajaba
en
la
zafra” .
La invisibilidad de su trabajo convertía a estas mujeres en jornaleras invisibles,
asalariadas invisibles y silenciosas. No estampaban su firma en un contrato y la mayoría de
ellas no ha podido percibir prestaciones sociales –merecidas tras muchos años de trabajo
duro-‐ debido a que nunca cotizaron oficialmente en las empresas para las que trabajaban. No
eran consignadas como trabajadoras en las estadísticas oficiales, como son los Padrones
Municipales de Habitantes, por lo que es muy difícil cuantificar con exactitud y certeza su
presencia en el trabajo de los tomates. Sólo las que eran responsables de su casa e hijos por
ser madres solteras o viudas podían hacer visible su condición de trabajadoras: “Cuando
mi
padre
murió,
ella
quedó
desvalida
y
empezó
a
amasar
pan
y
a
vender.
Ella
trabajaba
en
los
tomateros
y
cuando
llegaba
el
verano,
que
se
terminaba
la
zafra,
entonces
hacía
pan
y
vendía
24
pan
y
pescado” .
Estos datos que hemos ido desgranando nos permiten concluir que los trabajos
realizados por las mujeres suelen hacerse invisibles y son considerados de ayuda familiar, a
pesar de que algunos han supuesto una fuerte especialización, una amplia jornada laboral y el
principal aporte económico para la familia. Las tareas más duras de las mujeres han sido
realizadas fuera del grupo doméstico, en general como asalariadas en alguno de los
monocultivos recientes.
LA
DIVISIÓN
SEXUAL
DEL
TRABAJO
“Que el vecindario de este término municipal está integrado, según el Censo de 1950,
recientemente aprobado, por 4.690 habitantes, de los cuales el setenta por ciento al
menos son productores asalariados, dedicados a las faenas agrícolas. La citada población
25
está diseminada en los nueve barrios con que cuenta este municipio. Dichos barrios se
hallan, además, notablemente distanciados entre sí, siendo, como a V.I. consta, muy
extenso el territorio de este término municipal. La existencia de más de treinta empresas
agrícolas organizadas, dedicadas especialmente al cultivo y empaquetado del tomate
para su exportación al extranjero, obliga, de otra parte, a gran número de productores a
permanecer el día entero en sus lugares de trabajo y, por tanto, alejados del casco del
pueblo, en donde se hallan naturalmente los principales establecimientos de venta de
víveres, vestidos, etc. así como los molinos a los que aquellos llevan el trigo para su
molturación y obtención del gofio. Huelga advertir que la población
femenina participa,
23
Agradecemos la información a Dña. Juana Oliva Toledo y a Dña. Eufrosina Reverón
González (16-‐XII-‐ 2004).
24
DELGADO DORTA, Victoria, op
cit.,
p.52.
25
Arona (casco), La Sabinita, Túnez, Valle de San Lorenzo, Cabo Blanco, Buzanada, Las
Galletas, Los Cristianos y Guaza.
450
|
tan activamente como el hombre, en las labores del campo y de empaquetado de
26
frutos” .
Es notoria la distinta valoración de la participación masculina y femenina en diferentes
fases del proceso de producción. Esto sucede con el cultivo del plátano y el tomate, donde se
acepta que las mujeres han trabajado en la fase del empaquetado y almacén pero se niega su
participación en otras fases y/o tareas que suelen clasificarse de “más duras” y que, por tanto,
tienen diferente valoración.
“Estuvimos
doce
años
en
la
Cañada
Verde
hasta
que
nos
fuimos
a
vivir
a
Cabo
Blanco.
Hacíamos
todo
tipo
de
trabajos,
igual
que
un
hombre.
Sembraba,
sachaba,
ponía
estacones,
azufraba,
amarraba,
cogía
los
tomates
y
por
la
noche
al
salón,
a
empaquetar
toda
la
27
noche.
Si
podíamos
dormir
algunas
horas
y
después
otra
vez
a
los
campos
a
coger ”
El amplio repertorio de trabajos que acogía una explotación de tomates se puede
organizar de la siguiente forma:
-
preparar el terreno: sorribar, despedregar y asocar
la siembra y el cuidado de la planta hasta que llega al empaquetado: sembrar,
sachar, abonar, regar, tender la caña, poner estacones, atar, despimpollar, deshojar, raspar
azufrar, coger.
-
en el empaquetado: escoger, colorar, clasificar, empaquetar, punchar o clavar.
Contrariamente a la consideración general que establece que las mujeres realizaban
unas determinadas tareas en las fincas y en los empaquetados directamente relacionadas
con su inferior capacidad física respecto al hombre y con ciertas pericias asociadas al sexo
femenino, hemos de señalar que la información que hemos obtenido de las entrevistas
convienen en que las mujeres podían trabajar en cualquiera de las múltiples labores que se
desarrollaban. Y esto era así, tanto en períodos de escasez de mano de obra masculina como
sin ella.
“Cuando
se
terminaba
el
Canal
del
Sur
la
mayoría
de
los
hombres
de
las
fincas
se
fueron
a
trabajar
al
Canal
y
las
mujeres
hacíamos
todo
lo
que
hacían
los
hombres,
todos
los
trabajos
28
porque
no
había
hombres ”.
LA
PLURIACTIVIDAD
26
Solicitud que dirige el Alcalde de Arona, juan Reverón Sierra al Delegado del Trabajo de
Santa Cruz de Tenerife (9-‐V-‐1952). Documentación varia, A. M. A.
27
Agradecemos esta información a Dña. Pura Chinea Chinea (28-‐I-‐2005)
Cf. nota 14.
28
451
|
La pluriactividad doméstica era una estrategia dominante en la mayoría de los hogares
rurales. Muchas mujeres –madres e hijas-‐ se encargaban, en exclusiva, de la finca familiar y
trabajaban en los tomates como jornaleras en épocas álgidas como era la zafra. Pero
también alargaban el día para conseguir que cuadraran las cuentas de la familia. Como
costureras o marchantas de pescado; sacando calladillo, reuniendo moñigas para vender
como estiércol, haciendo pan o cultivando en las fincas que eran propiedad de la familia.
“Mi
madre
sacaba
calladillo
por
2
pesetas
y
media
haciendo
los
cimientos
de
los
salones
aquellos
que
están
por
el
porís.
Y
después
cuando
don
Casiano
[Alfonso
Hernández]
empezó
29
a
dar
un
poquito
de
trabajo
espedregando
y
en
los
tomates” .
“Como
jornalera
en
los
tomates
comenzó
a
temprana
edad,
con
Casiano
Alfonso.
También
lo
ejerció
en
otras
propiedades
de
la
zona,
traslados
que
aprovechaba
para
vender
algún
pescado
cuando
iba
a
Los
Bebederos,
llevaba
pescdo
así,
caballas
que
mi
padre
cogía
y
30
llevaba
de
camino,
las
vendía
“Se
trasladaba
en
el
camión
de
Juan
Martín
desde
Los
Cristianos,
cuando
éste
subía
a
Arona
a
buscar
a
los
jornaleros
que
trabajaban
en
Chayofa,
en
la
propiedad
de
José
Antonio
Tavío.
Iba
a
buscar
el
personal
pa
empezar
a
trabajar,
iba
a
buscar
el
personal
a
Arona,
y
yo
por
allí
mismo
echaba
parriba,
pues
a
las
diez
estaba
ya
en
Arona;
a
las
diez
de
la
mañana,
una
vez
31
que
había
vendido
el
pescado,
se
desplazaba
para
comenzar
la
jornada
en
los
tomates .
“Trabajé
mucho.
Ya
de
casada
y
con
los
hijos
sembré
tabaco,
algodón,
tomates
a
medias,
32
cargué
leña.
Trabajé
mucho ”.
Todos estos trabajos se consideraban de ayuda familiar, ya que eran realizados por las
mujeres, tanto la madre como las hijas de la familia. También fueron muchos los casos en
que los jornales de madres e hijas resultaron imprescindibles para afrontar los gastos del viaje
y primeros tiempos en Venezuela.
33
“Con
el
tiempo,
mis
hermanos
pudieron
emigrar
a
Venezuela” .
CONCLUSIONES
La reflexión y conceptualización sobre el término ‘género’ representa seguramente uno
de los logros teóricos más fructíferos para el estudio de la posición de la mujer en el mundo
rural y para comprender el resultado de las relaciones de género en la sociedad en sentido
amplio. La temática más recurrente en la bibliografía especializada se centra en:
-
La invisibilidad del trabajo de las mujeres y la insuficiencia de datos estadísticos
29
30
DELGADO DORTA, Victoria, op.
cit.
p. 56
BRITO MARTÍN, Marcos, Marchantas
o
pescadoras
en
Arona, Arona, 2004, p. 41.
31
BRITO MARTÍN, Marcos, op.
cit., p.49.
32
Agradecemos esta información a Doña Pura Chinea Chinea (20-‐I-‐2005).
33
Cf. nota 22.
452
|
sobre el trabajo femenino, tanto en la esfera productiva como reproductiva.
-
La división sexual del trabajo
La pluriactividad y el trabajo fuera de la explotación: las mujeres que, aparte de su
trabajo en la explotación agraria, realizan otra actividad fuera de la misma tienen
prácticamente el mismo trabajo doméstico que otras mujeres.
La vida potencialmente activa de las mujeres a nivel laboral en el mundo rural es aquella
época que transcurre antes del matrimonio. A parir de este momento, las obligaciones
domésticas y toda una serie de sanciones morales se combinan para aislar a la mujer de su
34
entorno social y, lógicamente, del laboral . Su función reproductiva y de mantenedora del
ámbito doméstico no son compatibles con la vida laboral.
Estas aseveraciones, que, sin duda, tienen sentido en muchas situaciones, se nos antojan
poco representativas en el estudio que hemos desarrollado tanto a través de la cuantificación
de los Padrones Municipales de Arona como de las entrevistas con las protagonistas de esta
actividad, como bien podemos recoger: “Estuve
trabajando
hasta
que
nació
mi
primer
hijo
y,
35
después,
también
fui
durante
un
tiempo,
pero
sólo
a
la
zafra” .
34
Vid. SAMPEDRO GALLEGO, Rosario, Género y ruralidad.. Las mujeres ante el reto de la
desagrarización, Madrid.
Agradecemos el testimonio de Dña. Mercedes González González, 13. XII. 2004
35
453
|
DESIGUALDADES
ENTRE
MUJERES
Y
HOMBRES
EN
LA
AGRICULTURA:
TITULARIDAD
Y
PRODUCCIÓN.
Rosa
María
Henríquez
Rodríguez
Ana
Sicilia
de
Ganzo
INTRODUCCIÓN
El trabajo de la mujer en la agricultura familiar ha estado tradicionalmente
desvalorizado, cuando no invisibilizado. El carácter familiar de las explotaciones ha
colaborado en este sentido. La categorización, a efectos estadísticos, de quienes realizan su
ocupación en el ámbito familiar y no son titulares de la empresa como “ayudas familiares” es
un claro exponente de dicha desvalorización. El uso del término ayuda elude la realidad de su
contribución al trabajo necesario para obtener la producción y, por lo tanto, la supervivencia
de la empresa.
De hecho, si observamos los datos de la Encuesta de la Población Activa (EPA), referida
al cuarto trimestre de 2012, el 6% de las mujeres ocupadas en la agricultura se corresponden
con la categoría de “ayudas familiares” (trabajadores familiares no remunerados). Si bien
puede parecernos a priori que la cifra es pequeña, no lo es si tenemos en cuenta que el
porcentaje de ayudas familiares para el conjunto de sectores es de 0.66% y que su
incremento en el sector agrícola a 3,72 se basa principalmente en el trabajo desarrollado por
mujeres (aunque también en el caso de los varones sea más elevada, el 2,93).
De otro lado, la asunción por parte de las agricultoras de la cultura patriarcal que reserva
el papel activo económicamente al varón, ha originado que cedan el papel representativo de
la explotación a los varones.
Según el Censo Agrario (año 2009) las mujeres titulares de explotación escasamente
representan un tercio del total de personas físicas, exactamente el 30,47%. Canarias presenta
la cifra de 29,12 algo inferior a la media del Estado.
La inexistencia de estadísticas desagregadas por sexo en el Censo Agrario de 1999 no
nos permite observar la evolución del dato, aunque probablemente sería menor, ya que los
datos de la EPA de IV trimestre de 1999 nos devela que el 24% de las mujeres ocupadas en la
agricultura lo eran en calidad de ayuda familiar.
La Ley 35/2011 del 4 de octubre sobre titularidad compartida de las explotaciones
agrarias se hace eco de esta situación.
“La titularidad compartida está llamada a constituir un factor de cambio de las
estructuras agrarias de modo que las mujeres del mundo rural gocen de una igualdad de
derechos efectiva respecto de los hombres. Ello permitirá la supresión de barreras formales y
454
|
sustantivas, así como la potenciación de ciertos valores en las mujeres del mundo rural, tales
como la confianza, la igualdad y la no discriminación, la visibilidad y, por tanto el desarrollo
sostenible”. (Preámbulo a la Ley 35/2011).
En esta comunicación analizaremos las dificultades para obtener información estadística
sobre las desigualdades de género presentes en la agricultura y en la ganadería,
centrándonos en la titularidad de las explotaciones y en el tipo de cultivo. Ante las
limitaciones presentamos como alternativa generar nuestra propia información estadística.
En este sentido, presentamos un análisis basado en el tratamiento estadístico de las ayudas
del POSEI para la agricultura y la ganadería en Canarias.
LAS
FUENTES
ESTADÍSTICAS.
En el apartado anterior hemos plasmado la principal dificultad que nos encontramos
para acceder a datos estadísticos que nos informen de la situación de las agriculturas: la
inexistencia de datos sobre titularidad de las explotaciones agrícolas desagregados por sexo.
(Sólo hemos podido acceder a dicha información para el año 2009.
En este sentido es de resaltar cómo gran parte de las estadísticas realizadas con el
objetivo de conocer los datos sobre la actividad económica de las empresas presentan la
misma carencia.
Otra de las limitaciones de las estadísticas existentes es la periodicidad: el Censo agrario
recoge información cada diez años, lo que implica que si bien permitiría un análisis a largo
plazo supone una dificultad para intentar concluir sobre cómo determinas políticas agrarias
afectan a la estructura de la propiedad. De otro lado, la Encuesta de estructura de las
explotaciones agrarias, si bien se pretendía inicialmente bienal (su primera publicación fue en
2003), tiene como últimos datos públicos los referidos a 2007.
Estos inconvenientes de la información estadística a nivel nacional se multiplican
cuando pretendemos acceder a ámbitos administrativos menores como comunidades
autónomas, provincias…
En Canarias la producción estadística sobre el sector agrícola es un claro exponente de la
consideración de la agricultura como un sector exclusivamente productivo pero del cual no
parece interesar las características de la estructura de la propiedad de la tierra, y, mucho
menos las desigualdades de género presentes en el sector. La información estadística
recogida en el portal web del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) nos presenta las
cuestiones que se consideran importantes: Estadística de Precios Agrícolas (se renuevan cada
dos semanas), Estadística de exportación de productos agrarios. Estadística agraria de
Canarias (anual) que se limita a información sobre la superficie cultivada y producción
agrícola y los datos extraídos del Censo Agrario.
455
|
EL
REPARTO
DE
LAS
AYUDAS
POSEI:
FUENTE
PARA
UN
ANÁLISIS
DE
GÉNERO
Canarias es considerada por la Unión Europea como una región ultraperiférica (RUP).
Una consideración que también reconoce a los departamentos franceses de ultramar de
Martinica, Guadalupe, Reunión, Guayana francesa y San Martín, así como las regiones
autónomas portuguesas de Madeira y Azores. El artículo 349 del Tratado de Funcionamiento
de la Unión Europea (TFUE) reconoce que las especificidades de las RUP, en comparación
con el resto de la Unión Europea, pueden afectar negativamente a su desarrollo económico y
social: el alejamiento, la insularidad, la orografía y un clima adversos, la dependencia
respecto a unas pocas producciones locales, etc, por lo que ha sido necesario aprobar
acciones específicas adaptadas a su realidad, siempre dentro del marco de los Tratados
europeos, teniendo en cuenta sus características y condicionamientos propios.
Para el caso de Canarias, el programa POSEI (acrónimo de Programa de Acciones
Específicas para la Lejanía e Insularidad), establecido por la Decisión del Consejo 91/314/CEE,
señala la necesidad de aplicar un conjunto de medidas específicas referentes a la actividad
agrícola, pesquera y comercial, a la vez que salvaguardar determinados aspectos aduaneros y
fiscales que han caracterizado la historia económica del archipiélago.
Por medio del programa POSEI se busca incrementar la participación del sector primario
local en la cobertura de las necesidades alimentarias a través de subvenciones a la
producción y comercialización. Así, en frutas y hortalizas se establece una ayuda por kilo
obtenido para los agricultores que presenten un programa de producción y comercialización
en el mercado local. El cultivo de papas recibe subvención, tanto por hectárea como por
producción comercializada. Por otro lado, se establece una ayuda por hectárea para
mantener el cultivo de las vides destinadas a la producción de vinos con denominación de
origen protegida, a lo que se suma otra a la transformación y embotellado de los mismos. En
cuanto a los productos ganaderos, se subvenciona la importación de reproductores, el
nacimiento y sacrificio de terneros, el mantenimiento del censo caprino y ovino, así como la
comercialización de la leche, carne y huevos obtenidos en las granjas de las Islas.
Aunque desde 2010 se puede encontrar en el Boletín Oficial de Canarias la resolución
definitiva de algunos de los repartos de las ayudas POSEI, no será obligatoria su publicación
hasta 2013, con las correspondientes al ejercicio 2012. En esas resoluciones podemos
encontrar el nombre y NIF/CIF de las personas físicas y jurídicas que reciben estas ayudas,
especificando qué actividad agraria realizan, así como el tamaño de su explotación o la
producción obtenida. Esta información es la que nos sirve de base para conocer cuál es el
peso de las mujeres titulares de explotaciones en la agricultura y ganadería de las Islas.
Se han procesado 16.525 referencias de las siguientes líneas de ayuda:
-‐ Acción I.3. Ayuda por hectárea para el mantenimiento del cultivo de vides destinadas
a la producción de vinos con denominación de origen protegida (DOP).
-‐
Acción I.4. Ayuda por hectárea para el cultivo de la papa de mesa.
456
|
-‐
Acción I.5. Ayuda a los productores de tomate de exportación.
-‐
Medida II. Ayuda a los productores de plátanos.
-‐
En la Acción III.2 Apoyo al sector vacuno
o Subacción III.2.1. Prima a los terneros nacidos de vaca nodriza.
o Subacción III.2.2. Prima a los terneros nacidos de otros vacunos.
o Subacción III.2.3. Prima por sacrificio de vacuno.
-‐
Acción III.3. Apoyo al sector caprino y ovino.
Este conjunto de ayudas al cultivo de viñedo, papa, tomate y plátano, y a la cría de
vacuno, caprino y ovino representan el 80% del presupuesto del programa POSEI en Canarias
1
para 2012 . Por otra parte, en cuanto a su importancia en la agricultura y ganadería del
Archipiélago, podemos observar que en 2010 -‐último año para el que se dispone de la
Estadística Agraria de Canarias elaborada por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca
y Aguas del Gobierno autónomo-‐, la superficie destinada al cultivo del plátano, tomate, papa
y viñedo representaban el 63% del conjunto, excluidos los pastizales. En cuanto al ganado
según el Censo agrario (2009), las explotaciones de ganado vacuno, caprino y ovino implica
el 61% de las ganaderas.
A continuación se van a presentar los resultados obtenidos para cada una de las
acciones.
ACCIÓN
I.3
“Ayuda
por
hectárea
para
el
mantenimiento
del
cultivo
de
vides
destinadas
a
la
producción
de
vinos
con
denominación
de
origen
protegida
(DOP)”
del
Programa
Comunitario
de
Apoyo
a
las
Producciones
Agrarias
de
Canarias,
campaña
2012.
El total de quienes han recibido ayuda en Canarias para el cultivo de viñas es de 4.183,
ocupando 3.784 hectáreas. El tamaño medio de las explotaciones es 9.045 metros cuadrados,
si bien el 50% no supera los 5.000 metros; son 2.112.
En el sector vitícola escasean las empresas productoras, suponen escasamente el 4%, sin
embargo, tienen las explotaciones de mayor tamaño, de manera que representan un veinte
por ciento de las ayudas recibidas. Entre las empresas, destacan las 36 hectáreas cultivadas
por la Cooperativa Agrícola Ciguaña, las 19,5 de Viñedos Angola, S.L. o las 18,7 de la S.A.T.
Cumbres de Abona.
1
Boletín Oficial de Canarias 237/2012
457
|
beneficiari@s
Gráfico1.Distribución de perceptoras según tamaño de la explotación en el cultivo de vides.
2500
2250
2000
1750
1500
1250
1000
750
500
250
0
empresas
hombres
mujeres
1-‐5.000
5.001-‐10.000 10.001-‐50.000 +
de
50.000
metros
cuadrados
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 128-‐2013. Elaboración propia.
El total de personas físicas que reciben ayuda es de 3.976, de los cuales el 33% son
mujeres. Disminuyendo su porcentaje a medida que se incrementa el rango de superficie
cultivada. En el cultivo de la vid, por tanto se refleja el desigual acceso de las mujeres a la
titularidad de las explotaciones que se ponía de manifiesto en los datos del Censo Agrario.
Cuadro 1.Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
al cultivo de viñedo
Rango superficie
Beneficiarias
Metros cuadrados
1-‐5.000
34,73
34,46
5.001-‐10.000
33,15
33,20
10.001-‐50.000
29,39
30,00
+ de 50.001
27,78
30,72
Total
33,17
31,68
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 128-‐2013. Elaboración propia.
ACCIÓN I.4 “Ayuda por hectárea para el cultivo de papa de mesa” del Programa
Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias, campaña 2012.
Un total de 2.392 personas físicas o jurídicas han recibido ayuda en Canarias para el
cultivo de papas, ocupando 1.811 hectáreas. La superficie media de las explotaciones es de
458
|
5.261 metros cuadrados, predominando las menores de media hectárea, que representan el
62% del total.
En este cultivo, el papel de las empresas es escaso, ya que solamente representan el 2%
y significan el 9% de la superficie subvencionada. Las principales empresas son la S.A.T. nº
9546 Agro Canarias, con 22,8 hectáreas y Papas del País, S.L. con 20,5.
Gráfico 2. Distribución de perceptoras según tamaño de la explotación en el cultivo de papa
1500
beneficiari@s
1250
empresas
hombres
mujeres
1000
750
500
250
0
1-‐5.000
5.001-‐10.000 10.001-‐50.000 +
de
50.000
metros
cuadrados
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 58-‐2013. Elaboración propia.
2.346 personas físicas percibieron ayuda para el cultivo de papas, de las que 982 son
mujeres -‐el 42%-‐, y cuyas parcelas representan el 32% de los metros cuadrados. Aunque
representen un porcentaje importante y lleguen casi a la paridad con los varones, la realidad
refleja de nuevo que sus fincas son sensiblemente más pequeñas. De hecho, el tamaño medio
de las fincas de las mujeres es de 5.431 metros cuadrados, mientras que las de los hombres
ocupan 8.128 metros cuadrados.
Cuadro 2. Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
al cultivo de papas según superficie cultivada
Rango superficie
Beneficiarias
Metros cuadrados
1-‐5.000
45,11
45,99
5.001-‐10.000
42,80
42,72
10.001-‐50.000
29,36
26,11
+ de 50.001
18,75
19,13
Total
41,86
32,48
459
|
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 58-‐2013. Elaboración propia.
Cabe destacar la importancia que tiene el cultivo de la papa en la cultura canaria, que va
más allá de su papel en la gastronomía. Es el cultivo de subsistencia por antonomasia, ha sido
durante muchos años el alimento de referencia. No era un cultivo generador de renta sino de
producción de subsistencia, como elemento garante de la reproducción familiar. Ésta podría
ser una explicación de por qué la mayor representatividad femenina en cuanto al número de
perceptores de ayudas. Ahora bien, pese a lo anterior, y como ocurre en todos los
subsectores analizados, las fincas de las mujeres son más pequeñas, de manera que en sus
manos sólo está un tercio de la superficie.
ACCIÓN
I.5.
“Ayuda
a
los
productores
de
tomate
de
exportación”
del
Programa
Comunitario
de
Apoyo
a
las
Producciones
Agrarias
de
Canarias,
campaña
2012.
Al igual que en las dos acciones ya analizadas, en este caso se trata de una ayuda por
hectárea cultivada de tomate destinado a la exportación. Ha sido recibida por un total de 345
personas físicas o jurídicas, ocupando 1.027 hectáreas. El tamaño medio de las
explotaciones es 29.780 metros cuadrados, y predominan quienes solicitan ayuda para una
superficie inferior a 5.000 metros; son 120, lo que representa un tercio del total.
En el sector tomatero existe una alta concentración de la superficie cultivada, de ahí que
la presencia de empresas sea más importante que en el resto de cultivos, implicando al 22% ,
y percibiendo el 72 % de las ayudas concedidas en este concepto. El caso más relevante lo
representa la empresa Juliano Bonny Gómez, S.L., que con 258 hectáreas significa la cuarta
parte de toda la superficie cultivada de tomate de exportación en Canarias.
460
|
beneficiari@s
Gráfico
3.
Distribución
de
perceptoras
según
tamaño
de
la
explotación
en
el
cultivo
de
tomate
150
135
120
105
90
75
60
45
30
15
0
empresas
hombres
mujeres
1-‐5.000
5.001-‐10.000 10.001-‐50.000 +
de
50.000
metros
cuadrados
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 128-‐2013. Elaboración propia.
El total de personas físicas que reciben ayuda son 266, pero se reparten tan solo el 28%
de la superficie cultivada. Es importante tener en cuenta este dato, porque el análisis por
sexo podría estar mediatizado por este hecho. A simple vista podría parecer que en el cultivo
del tomate las diferencias por género no son tan pronunciadas, ya que las mujeres
representan casi la mitad, sin embargo, solamente tienen el 39% de la superficie y también
difieren negativamente en el tamaño medio de las explotaciones, mientras que la superficie
media de las explotaciones cuyos titulares son hombres se aproxima a los 12.000 metros
cuadrados, para las mujeres es únicamente de 9.000.
Cuadro 3. Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
al cultivo de tomate de exportación y rango de superficie
Rango superficie
Beneficiarias
Metros cuadrados
1-‐5.000
51,75
54,07
5.001-‐10.000
38,27
40,19
10.001-‐50.000
46,67
44,80
+ de 50.001
27,27
26,17
Total
45,49
39,24
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 128-‐2013. Elaboración propia.
461
|
MEDIDA
II.
“Ayuda
a
los
productores
de
plátanos”
del
Programa
Comunitario
de
Apoyo
a
las
Producciones
Agrarias
de
Canarias,
campaña
2012.
En el caso de esta medida de apoyo al sector platanero de las Islas, la ayuda se percibe por dos
conceptos, por la superficie cultivada al aire libre y por los kilos comercializados. Dado que hay
productores con toda su explotación bajo invernadero, se ha empleado el criterio del volumen
comercializado para realizar el análisis. El total de personas físicas o jurídicas que ha recibido ayuda
en Canarias para el cultivo de plataneras es 7.706, que produce 387.458.718 kilos. La producción
media de las explotaciones es de 50.280 kilos, si bien predominan las producciones de menos de
40.000 kilos, que representan el 75 por ciento del total.
El papel de las empresas es muy importante, como el caso de los tomateros, teniendo las
fincas con más kilos. Representan el 9% de los perceptores, sin embargo significan el 48% de los
kilos. Destacan sobremanera Conagrican, S.L. con 10.469 toneladas, Bonnysa Agroalimentación,
S.A. con 4.737 toneladas o El Agricultor Galdense, S.L. con 3.563 toneladas.
Gráfico 4. Distribución de las personas físicas o jurídicas perceptoras de ayuda según
kilos producidos en el cultivo de plátano
6000
beneficiari@s
5000
empresas
hombres
mujeres
4000
3000
2000
1000
0
1-‐40
40-‐200
200-‐500
toneladas
producidas
+
de
500
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 113-‐2013. Elaboración propia.
De las 6.959 personas físicas que percibieron ayuda para el cultivo de plataneras, 3.040
son mujeres, el 44%. Aunque pudiera parecer que se aproxima a la paridad, esa apariencia se
diluye cuando se comprueba que su producción solamente representa el 36% de la obtenida
462
|
por las personas físicas, demostrando de nuevo que las fincas de las mujeres son más
pequeñas que la de los hombres. Mientras el promedio de producción en las fincas cuyas
titulares son mujeres es de 24.113 kilos, en el caso de los hombres asciende a 32.835.
Cuadro 4. Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
a la producción de plátano según rango de producción.
Rango producción
Beneficiarias
Kilos producidos
1-‐40.000
45,81
43,87
40.001-‐200.000
35,54
35,77
200.001-‐500.000
23,08
24,55
+ de 500.000
18,75
20,03
Total
43,68
36,26
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 113-‐2013. Elaboración propia.
ACCIÓN
III.2
“Apoyo
al
sector
vacuno”
del
Programa
Comunitario
de
Apoyo
a
las
Producciones
Agrarias
de
Canarias,
campaña
2012.
De las cinco subacciones que incluye la Acción III.2 de apoyo al sector vacuno,
únicamente están disponibles los datos correspondientes a las primas por nacimiento de
terneros (subacciones III.2.1 y III.2.2) y primas por sacrificio (subacción III.2.3). Estas primas
persiguen frenar la evolución negativa del censo vacuno, aumentar la tasa de
autoabastecimiento en carne de vacuno, así como ayudar al mantenimiento de las razas
autóctonas de las Islas. Dado que la publicación de la resolución definitiva del reparto de
estas ayudas se ha realizado de manera conjunta, no se puede distinguir cuántas primas
fueron por nacimiento y cuántas por sacrificio, así que a la hora del análisis hemos igualado
primas a animales, de manera que entendemos que quienes hayan resultado con más primas
aprobadas son quienes poseen rebaños mayores.
El total de personas físicas o jurídicas que ha recibido ayuda en Canarias para el sector
vacuno son 749 y el número de animales se eleva a 13.141. El tamaño medio de los rebaños es
de 17,54 vacas por subvención, son tan pequeños porque predominan quienes han obtenido
subvención con menos de 5 animales, son 430, lo que representa el 57% del total.
Las empresas representan el 6% de las personas físicas o jurídicas beneficiarias y poseen
el 27% de los animales. La empresa más importante es Explotaciones Ganaderas Torresanta,
S.L., con 607 animales, sin embargo ocupa el tercer lugar en cuanto a dimensión, superada
por dos beneficiarios varones, con 662 y 618 animales.
Gráfico 5. Distribución de las personas físicas o jurídicas perceptoras según número de
animales bovinos
463
|
beneficiari@s
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
empresas
hombres
mujeres
1-‐5
6-‐20
animales
21-‐50
+
de
50
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 133-‐2013. Elaboración propia.
El sector vacuno es claramente el más masculinizado, ya que si tenemos sólo en cuenta a
las personas físicas nos encontramos que de las 702 escasamente 143 son mujeres, que se
corresponde con el 20% y que poseen el 14% de los animales.
Cuadro 5. Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
al vacuno
Rango animales
Beneficiarias
Animales
1-‐5
20,76
22,73
6-‐20
22,04
22,17
21-‐50
16,13
16,98
+ de 50
14,29
7,80
Total
20,37
13,95
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 133-‐2013. Elaboración propia.
ACCION III.3 “Apoyo al sector de caprino y ovino” del Programa Comunitario de
Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias, campaña 2012.
En esta acción se establece una prima a las hembras de caprino y ovino de más de un año
de vida o que hayan parido. El total de quienes han recibido ayuda en Canarias para el sector
caprino y ovino son 1.150 personas físicas o jurídicas, y el número de animales se eleva a
464
|
180.165. El tamaño medio de los rebaños es de 156 cabras u ovejas, son tan pequeños porque
predominan quienes poseen menos de 100 animales, son 676, y representa el 59% del total.
Respecto a las empresas, podemos ver que aunque sean pocas -‐6%-‐, tienen las
explotaciones de mayor tamaño, de manera que representan una sexta parte de las ayudas
recibidas. En este grupo destacan empresas como Ganadería La Pared, S.L. y Grupo
Ganaderos de Fuerteventura, S.L., que cuentan con cabañas superiores a los 2.000 animales.
Gráfico 6. Distribución de las personas físicas o jurídicas que son perceptoras según
tamaño del rebaño caprino y ovino
700
beneficiari@s
600
500
empresas
hombres
mujeres
400
300
200
100
0
1-‐100
101-‐250
251-‐500
animales
+
de
500
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 74-‐2013. Elaboración propia.
Si analizamos la distribución por sexo, nos encontramos una diferencia importante, ya
que los hombres perceptores de ayuda son más del doble que las mujeres, y tienen rebaños
de mayor tamaño. Como podemos observar en la tabla, el 32% de las personas beneficiarias
son mujeres y escasamente reúnen el 24% de los animales. A medida que el tamaño de la
explotación aumenta, el número de mujeres titulares disminuye.
465
|
Cuadro 6. Porcentaje de mujeres sobre el total de personas físicas perceptoras de ayudas
al sector caprino y ovino
Rango animales
Beneficiarias
Cabras y ovejas
1-‐100
37,31
37,31
101-‐250
26,09
26,00
251-‐500
16,83
17,42
+ de 501
22,22
19,08
Total
31,88
23,78
Fuente: Boletín Oficial de Canarias, 74-‐2013. Elaboración propia.
CONCLUSIONES
Las limitaciones de las estadísticas oficiales para contribuir al análisis de la presencia y
evolución de la desigualdad de género en la estructura de las explotaciones agrarias y
ganaderas: escasa regularidad en sus publicaciones y prácticamente nula desagregación por
sexos (limitada al número de explotaciones y superficie) nos obliga a quienes pretendemos
realizar investigación en ese campo a generar nuestras propias estadísticas.
En este sentido se hace necesario que los organismos públicos generadores de
información estadística aporten soluciones para superar dichas dificultades.
En nuestra investigación hemos generado la información estadística a partir de las
resoluciones de ayudas del POSEI.
En los datos analizados podemos observar cómo la distribución de la titularidad de las
explotaciones agrícolas y ganaderas entre hombres y mujeres es desigual. En la agricultura
las mujeres son titulares de menos explotaciones y la superficie media destinada a la
producción es sensiblemente menor. Esta relación está presente en los diferentes cultivos
analizados: el tomate, el plátano, la vid o la papa.
En la ganadería la participación de las mujeres es aún menor que en la agricultura,
encontrándonos ante una división genérica del trabajo rural: la mayor vinculación de las
mujeres al trabajo agrícola y de los hombres al ganado. En este sector también se reproduce
la desigualdad observada en la agricultura: menor número de explotaciones y menor tamaño
del ganado. Destaca por su masculinización la propiedad de ganado vacuno, las mujeres
propietarias suponen escasamente el 20%.
466
|
ESTILO
DE
APEGO,
SATISFACCIÓN
CON
LA
PAREJA
Y
BIENESTAR
EN
FUNCIÓN
DEL
GÉNERO
Rosario
J.
Marrero
Quevedo
Pedro
Blanco
Hernández
INTRODUCCIÓN
Aunque existe diversa literatura que analiza los estilos de apego de los individuos y cómo
1
determinan la calidad de las relaciones en la edad adulta , apenas ha sido estudiado su papel
en el bienestar de los individuos. Las primeras teorías acerca del apego surgen en los años 70
2
con Bowlby que define este constructo como el vínculo que se crea entre el niño y el
cuidador, señalando las consecuencias que tiene este para el concepto de sí mismo, el
desarrollo social y la personalidad. Se han identificado tres patrones o estilos de apego:
cercano, ansioso-‐evitativo y ansioso-‐ambivalente, que van a ser definidos en función de la
calidez y capacidad de respuesta del cuidador, o de la “sensación
de
seguridad” que este
3
4
proporcione . Según Collins y Read a las personas ansiosas ambivalentes les preocupa ser
abandonadas o no queridas por lo que buscan la cercanía y conseguir la aprobación y las
evitativas suelen evitar toda información que active el sistema de apego, es decir que están
incómodas estableciendo vínculos con los otros. Ambos estilos coinciden en la falta de
1
Véase COLLINS, Nancy L., y READ, Stephen J., «Adult attachment, working models, and
relationship quality in dating couples». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 58,
núm 4 (1990), pp. 644-‐663.
2
Véase BOWLBY, John, Attachment
and
loss,
Vol.
2:
Separation. Nueva York, Basic Books,
1973; BOWLBY, John. Attachment
and
loss,
Vol.
3:
Loss,
sadness
and
depression. Nueva
York, Basic Books, 1980; BOWLBY, John. «Attachment and loss: Retrospect and prospect ».
American
Journal
of
Orthopsychiatry, vol. 52, núm 4 (1982), pp. 664-‐678.
3
Ver AINSWORTH, Mary D. Salter, BLEHAR, Mary C., WATERS, Everett y WALL, Sally,
Patterns
of
attachment:
A
psychological
study
of
the
strange
situation.
New Jersey: Lawrence
Erlbaum Associates, Inc., 1978; BISCHOF, Norbert., «A systems approach toward the
functional connections of attachment and fear». Child
Development, vol. 46 (1975), pp. 801-‐
817; BRETHERTON, Inge., «Attachment theory: Retrospect and prospect ». Monographs
of
the
Society
for
Research
in
Child
development, vol.1 (1985), pp. 3-‐35.
4
Ver COLLINS, Nancy L. y READ, Stephen J., «Adult attachment, working models, and
relationship quality in dating couples». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 58,
núm 4 (1990), pp. 644-‐663; COLLINS, Nancy L. y READ, Stephen J., «Cognitive
representations of attachment: The structure and function of working models», en
BARTHOLOMEW, Kim y PERLMAN, Daniel (eds.), Attachment
processes
in
adulthood,
London, Jessica Kingsley, 1994, pp. 53-‐92.
467
|
confianza en los otros y en obviar las consecuencias positivas que puede tener la interacción
5
social . Sin embargo, las personas seguras o cercanas tienden a pensar que la gente es
altruista, confiando en las muestras de cariño, deseos de unión y capacidad de respuesta de
sus parejas. El apego cercano, por tanto, se asocia con emocionalidad positiva, mejor
identificación e interpretación de las emociones de los demás, manejo de las propias
emociones o necesidades y búsqueda activa de apoyo en personas cercanas cuando se
6
necesita .
El bienestar, por su parte, ha sido un constructo que ha cobrado un especial interés en
los últimos 30 años. El foco de atención recae en comprender y explicar de qué manera y por
medio de qué mecanismos, aún ante circunstancias de máximo estrés, muchas personas son
capaces de desarrollar emociones positivas, recursos de afrontamiento eficaces, proyectos
7
de vida productivos y fortalezas diversas. Ryan y Deci han propuesto una organización de los
diferentes estudios sobre bienestar en función de dos grandes tradiciones: una relacionada
fundamentalmente con la felicidad (bienestar subjetivo o hedónico), y otra ligada al
desarrollo del potencial humano (bienestar psicológico o eudaimónico).
El bienestar subjetivo se ha conceptualizado en base a un componente emocional y a un
componente cognitivo. A nivel emocional se refiere al predominio de emociones positivas
8
frente a las negativas o lo que tradicionalmente se ha descrito como felicidad ; mientras que
a nivel cognitivo se analiza la satisfacción con la vida que se refiere al juicio global que las
personas hacen de su vida en función de los logros alcanzados y tomando como referencia
9
estándares personales .
5
Ver BALDWIN, Mark W., FEHR, Beverley, KEEDIAN, Erin, SEIDEL, Mariena y THOMSON,
David W., «An exploration of the relational schemata underlying attachment styles: Self-‐
report and lexical decision approaches». Personality
and
Social
Psychology
Bulletin, vol. 19,
núm 6 (1993), pp. 746-‐754.
6
Ver ÖZTÜRK, Abdülkadir y MUTLU, Tansu, «The relationship between attachment style,
subjective well-‐being, happiness and social anxiety among university students». Procedia-‐
Social
and
Behavioral
Sciences, vol. 9 (2010), pp. 1772-‐1776.
7
Ver RYAN, Richard M. y DECI, Edward L., «On happiness and human potentials: A review
of research on hedonic and eudaimonic well-‐being». Annual
Review
of
Psychology, vol. 52,
núm 1 (2001), pp. 141-‐166.
8
Véase ARGYLE, Michael, «Benefits produced by supportive social relationships», en
VEIELl, Hans O. F. y BAUMANN, Urs (eds.), (1992), The
meaning
and
measurement
of
social
support.
The
series
in
clinical
and
community
psychology, Washington, DC, US, Hemisphere
Publishing Corp, 1992, pp. 13-‐32; BRADBURN, Norman, The
structure
of
psychological
well-‐
being. Chicago, Aldine, 1969.
9
Véase DIENER, Ed., «Assessing subjective well-‐being: Progress and opportunities». Social
Indicators
Research, vol. 31, núm 2 (1994), pp. 103-‐157.
468
|
Por su parte, el bienestar psicológico se centra en el desarrollo de las capacidades, de las
10
potencialidades y en el crecimiento personal. Ryff buscando los puntos de convergencia
entre formulaciones previas acerca de la auto-‐actualización, el funcionamiento pleno o la
11
madurez , sugirió un modelo multidimensional de bienestar psicológico compuesto por seis
dimensiones. Las relaciones
positivas
con
los
otros
se refiere a mantener relaciones sociales
estables y tener amigos en los que se pueda confiar. La autonomía
consiste en sostener la
12
propia individualidad o convicciones en diferentes contextos sociales . El dominio
del
entorno
se refiere a la habilidad personal para elegir o crear entornos favorables para satisfacer los
deseos y necesidades propias. Tener un propósito
en
la
vida implica marcarse metas, definir
una serie de objetivos que permitan dotar a la vida de un cierto sentido. Y por último, el
crecimiento
personal que se refiere al empeño de la persona por desarrollar sus
13
potencialidades, por seguir creciendo y llevar al máximo sus capacidades .
14
Aunque se ha estudiado la influencia de distintos rasgos de personalidad en el bienestar
y por otra parte se ha analizado la repercusión que tienen los estilos de apego en la
construcción de un modelo mental sobre uno mismo y los demás, son escasos los trabajos
que hayan analizado la relación entre apego y bienestar conjuntamente. La Guardia, Ryan,
15
Couchman y Deci encontraron que las necesidades de relación con los otros, de autonomía
y de competencia, en ese mismo orden, predecían el apego seguro de hombres y mujeres.
10
Véase RYFF, Carol D., «Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of
psychological well-‐being». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 57, núm 6
(1989), pp. 1069-‐1081.
11
Véase ALLPORT, Gordon W., Pattern
and
growth
in
personality. Oxford, England, Holt,
Reinhart & Winston, 1961; MASLOW, Abraham Harold y LOWRY, Richard. Toward
a
psychology
of
being. Oxford, England, Van Nostrand, 1968; ROGERS, Carl R., On
becoming
a
person:
A
therapist’s
view
of
Psychotherapy. Nueva York: Mariner Book, 1961; ROSENBERG,
Milton J., «When dissonance fails: On eliminating evaluation apprehension from attitude
measurement». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 1, núm 1 (1965), pp. 28-‐42.
12
Véase RYFF, Carol D. y KEYES, Corey Lee M., «The structure of psychological well-‐being
revisited». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 69, núm 4 (1995), pp. 719-‐727.
13
Véase KEYES, Corey Lee M., SHMOTKIN, Dov y RYFF, Carol D., «Optimizing well-‐being:
the empirical encounter of two traditions». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol.
82, núm 6 (2002), pp. 1007-‐1022.
14
Véase DENEVE, Kristina M. y COOPER, Harris., «The happy personality: a meta-‐analysis
of 137 personality traits and subjective well-‐being». Psychological
Bulletin, vol. 124, núm 2
(1998), pp. 197-‐229; MARRERO, Rosario J. y CARBALLEIRA, Mónica., «Well-‐being and
personality: Facet-‐level analyses». Personality
and
Individual
Differences, vol. 50, núm 2
(2011), pp. 206-‐211; STEEL, Piers, SCHMIDT, Joseph y SHULTZ, Jonas., «Refining the
relationship between personality and subjective well-‐being». Psychological
Bulletin, vol.
134, núm 1 (2008), pp. 138-‐161.
15
Ver LA GUARDIA, Jennifer G., RYAN, Richard M., COUCHMAN, Charles E. y DECI,
Edward L., «Within-‐person variation in security of attachment: a self-‐determination theory
perspective on attachment, need fulfillment, and well-‐being». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 79, núm 3 (2000), pp. 367-‐385.
469
|
Por otra parte, en un estudio con adolescentes se encontró una relación positiva entre apego
16
con los padres y con los iguales y satisfacción vital . Recientemente, Kim, Carver, Deci y
17
Kasser encontraron que tanto hombres como mujeres, que estaban cuidando a su pareja
con cáncer, mostraban una motivación autónoma, mayor satisfacción con la vida e
informaban de más beneficios del cuidado cuando presentaban un estilo de apego seguro;
mientras que informaban de motivos implícitos y mayor depresión cuando el estilo de apego
era ansioso, además las mujeres con este estilo de apego mostraban menor satisfacción vital.
De modo que algunos investigadores han encontrado diferencias de género en el estilo
18
19
de apego , mientras que otros no coinciden en este tipo de resultados . Guzman, Rovella y
20
Rivarola encontraron que las mujeres mostraban un estilo de apego ansioso en sus
relaciones de pareja en mayor medida que los hombres. Por otra parte, los hombres
presentaban un estilo de apego evitativo en sus relaciones románticas en mayor medida que
21
las mujeres .
Teniendo en cuenta que la investigación previa no es consistente en cuanto a la relación
entre apego y bienestar en función del género, en este estudio los objetivos que se han
planteado son: 1. Analizar las diferencias en el estilo de apego de hombres y mujeres; 2.
Analizar si el estilo de apego incide en el establecimiento de relaciones afectivas y en la
satisfacción con esa relación; 3. Examinar si la relación sentimental y la satisfacción con la
16
Ver MA, Claudia Q., y HUEBNER, E. Scott, «Attachment relationships and adolescents'
life satisfaction: Some relationships matter more to girls than boys». Psychology
in
the
Schools, vol. 45, núm 2 (2008), pp. 177-‐190.
17
Ver KIM, Youngmee, CARVER, Charles S., DECI, Edward L. y KASSER, Tim,
«Adult attachment and psychological well-‐being in cancer caregivers: the mediational role
of spouses' motives for caregiving». Health
Psychology, vol. 27, núm 2S (2008), pp. 144-‐154.
18
Ver BORNSTEIN, Robert F., BOWERS, K. Shannon y BONNER, Susannah, «Relationships
of objective and projective dependency scores to sex role orientation in college student
participants». Journal
of
Personality
Assessment, vol. 66, núm 3 (1996), pp. 555-‐568; KASS,
Frederic, SPITZER, Robert L. y WILLIAMS, Janet B., «An empirical study of the issue of sex
bias in the diagnostic criteria of DSM-‐III Axis II Personality Disorders». American
Psychologist, vol. 38, núm 7 (1983), pp. 799-‐801.
19
Ver HIRSCHFELD, Robert MA, KLERMAN, Gerald L., GOUCH, Harrison G., BARRETT,
James, KORCHIN, Sheldon J. y CHODOFF, Paul, «A measure of interpersonal dependency».
Journal
of
Personality
Assessment, vol. 41, núm 6 (1977), pp. 610-‐618; REICH, James,
NDUAGUBA, Mary y YATES, William, «Age and sex distribution of DSM-‐III personality
cluster traits in a community population». Comprehensive
Psychiatry, vol. 29, núm 3 (1988),
pp. 298-‐303.
20
Ver GUZMAN, J., ROVELLA, A. y RIVAROLA, M., «La relación de apego y bienestar
psicológico en adultos». Revista
Diálogos, vol. 3, núm 2 (2012), pp. 87-‐99.
21
Ver BRENNAN, Kelly A., CLARK, Catherine L. y SHAVER, Phillip R., «Self-‐report
measurement of adult attachment», en SIMPSON, Jeffrey A. y RHOLES, W. Steven (eds.),
Attachment
theory
and
close
relationships. Nueva York, The Guilford Press, 1998, pp. 46-‐76;
SCHARFE, Elaine y BARTHOLOMEW, Kim, «Reliability and stability of adult attachment
patterns». Personal
Relationships, vol. 1, núm 1 (1994), pp. 23-‐43.
470
|
misma presenta un patrón diferencial para cada estilo de apego en función del género; 4.
Estudiar cómo cada estilo de apego de hombres y mujeres repercute en el bienestar subjetivo
y psicológico.
MÉTODO
Participantes
La muestra estuvo formada inicialmente por 1403 adultos con los que se contactó a
través de estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna. De estas
personas, 661 eran mujeres y 742 hombres, con una edad media de 37,2 (D.T.= 13,9). La
mayoría de la muestra tenía un nivel educativo equivalente a bachiller o formación
profesional (55%) y casi una cuarta parte contaba con educación universitaria (21%). Al
considerar la variable apego la muestra quedó reducida a 825 personas, de las cuales el 48%
fueron hombres y el 52% mujeres. La edad oscilaba entre los 17 y 78 años, con una media de
36,70 (D.T.= 13,76). El 58,4% tenía estudios medios, el 21% estudios universitarios, el 17,7%
estudios primarios y el 2,9% sólo sabía leer y escribir. Del total de participantes, el 76,3%
tenía pareja estable en el momento de la entrevista.
Instrumentos
22
-‐ Satisfaction
with
Life
Scale
–SWLS-‐ . Se centra en el componente cognitivo del
bienestar subjetivo. Concretamente, evalúa a través de 5 ítems, el juicio cognitivo del
individuo acerca de la satisfacción global con su propia vida, comparando sus circunstancias
vitales con un estándar particular. Cada ítem se responde en una escala de 1 (nada
satisfecho)
a 7 (muy
satisfecho). El rango de puntuación va de 5 a 35 puntos. La consistencia interna de la
escala original es de 0,87 y la fiabilidad test-‐retest 0,82. En este trabajo se emplea la escala
traducida por el equipo de investigación y muestra una consistencia interna de 0,85.
23
-‐ Positive
and
Negative
Affect
Schedules
–PANAS-‐ . Evalúa, en una escala de 0 a 7
puntos, el componente afectivo del bienestar subjetivo, indagando acerca de las emociones
positivas y las emociones negativas presentes en el momento de contestar la prueba. Consta
de 20 calificativos, 10 positivos y otros 10 negativos, por lo que la puntuación total en cada
escala oscilará entre 0 y 70 puntos. La fiabilidad de la escala original oscila, en función de las
muestras estudiadas y del modo de aplicación de la escala, de 0,83 a 0,90 para la escala de
emociones positivas y entre 0,85 y 0,91 para emociones negativas. En este estudio ambas
22
Ver DIENER, Ed, EMMONS, Robert A., LARSEN, Randy J.y GRIFFIN, Sharon, «The
satisfaction with life scale». Journal
of
Personality
Assessment, vol. 49, núm 1 (1985), pp. 71-‐
75.
23
Ver WATSON, David, CLARK, Lee A. y TELLEGEN, Auke, «Development and validation of
brief measures of positive and negative affect: the PANAS scales». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 54, núm 6 (1988), pp. 1063-‐1076.
471
|
escalas muestran una fiabilidad adecuada, 0,86 para las emociones positivas y 0,86 para las
negativas.
24
-‐ Psychological
Well-‐being
Scales . A través de una medida de autoinforme se evalúan las
6 escalas de funcionamiento psicológico positivo o bienestar psicológico descritas
anteriormente. La prueba consta de 84 ítems y se responde en una escala de 1 a 6. En cada
dimensión evaluada el rango de puntuación va de 14 a 84 puntos. La consistencia interna de
las escalas oscila entre 0,86 y 0,93 y la fiabilidad test-‐retest, tras un período de seis semanas,
se sitúa entre 0,81 y 0,88. En este estudio también se empleó una versión española del
cuestionario traducida por el equipo de investigación. La consistencia interna de las escalas
es de 0,82 para autonomía, 0,77 para dominio ambiental, 0,78 para crecimiento personal,
0,86 para relaciones con los otros, 0,82 para propósito en la vida y 0,88 para la escala de
auto-‐aceptación.
25
-‐
Adult
Attachment
Scale . Este cuestionario mide estilo de apego y consta de 18 ítems
divididos en tres dimensiones: dependiente, ansioso y cercano. Cada ítem tiene siete
opciones de respuesta, desde totalmente en desacuerdo hasta totalmente de acuerdo, por lo
que en cada dimensión se puede obtener una puntuación máxima de 42. La consistencia
interna de las escalas oscila desde 0,69 a 0,75. En este estudio se empleó una versión
traducida y factorizada por el equipo de investigación. Se obtuvieron cinco factores de los
cuales sólo 3 mostraron coherencia teórica y un valor propio superior a 2. Estos tres factores
fueron los mismos de la escala original aunque con un menor número de ítems. El factor
dependiente-‐evitativo quedó constituido por 3 ítems con una consistencia interna de 0,77; el
factor de apego seguro o cercano consta de 4 ítems y muestra una consistencia interna de
0,77 y el apego ansioso-‐temeroso, formado por otros 4 ítems, muestra una consistencia de 0,
71.
Los participantes también proporcionaron información sociodemográfica con una
entrevista estructurada, donde se registró el género, la edad, el nivel educativo y otras
características contextuales y culturales. Así como, si mantienen en la actualidad alguna
relación sentimental y la satisfacción con dicha relación que fue evaluada en una escala tipo
Likert de cinco puntos desde nada
satisfecho hasta muy
satisfecho.
24
Véase RYFF, Carol D. y KEYES, Corey Lee M., «The structure of psychological well-‐being
revisited». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 69, núm 4 (1995), pp. 719-‐729.
25
Véase COLLINS, Nancy L. y READ, Stephen J., «Adult attachment, working models, and
relationship quality in dating couples». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 58,
núm 4 (1990), pp. 644-‐657.
472
|
Procedimiento
Los participantes fueron informados sobre el objetivo de la investigación, el anonimato y
la confidencialidad de la información suministrada, decidiendo participar voluntariamente y
dando su consentimiento para utilizar tal información con fines investigadores. Los
cuestionarios se completaron en un período de aproximadamente dos semanas.
Para el análisis de los datos se empleó el programa SPSS (versión 21.0). Se aplicó un
análisis de frecuencias para identificar a las personas que tenían un perfil claro en cada uno
de los tres estilos de apego, seleccionando para cada tipo de apego a las que se situaban en el
percentil 75. Seguidamente, se analizó la homogeneidad de los tres grupos de apego en
función del género y de tener o no pareja. A continuación, se aplicó un MANOVA en el que se
consideró el género como variable independiente y el apego como variable dependiente.
Posteriormente, se llevó a cabo otro MANOVA con los tres estilos de apego como variable
independiente y como variable dependiente se incluyó el tener pareja y la satisfacción con la
relación sentimental. Este mismo análisis fue efectuado nuevamente pero distinguiendo a la
muestra en función del género, de modo que se realizó un MANOVA para el grupo de
hombres y otro para el grupo de mujeres. Por último, teniendo en cuenta que los hombres y
mujeres tenían estilos de apego distintos, y que este parecía incidir en sus relaciones de
pareja se aplicaron MANOVAs para cada estilo de apego por separado, considerando los
distintos indicadores de bienestar como variables dependientes y el género como variable
independiente.
RESULTADOS
A través de un análisis de frecuencias se seleccionaron a las personas que mostraban un
patrón claro de apego seguro, dependiente y ansioso. El criterio empleado fue escoger a
aquellos participantes que se situaban por encima del percentil 75 en cada estilo de apego:
puntuación mayor a 22 para el apego seguro; puntuación mayor a 12 para el apego
dependiente y puntuación mayor a 17 para el apego ansioso. De modo que del total de la
muestra (N= 1403) quedaron 825 personas, de los cuales el 35,4% mostraba apego seguro, el
25,3% apego dependiente y el 39,3% apego ansioso. Tal y como se puede observar en el
gráfico 1, el 18,42% de los hombres presentaban apego seguro frente al 16,97% de las
mujeres. Un porcentaje similar (alrededor del 13%) de hombres y mujeres mostraban apego
dependiente. Y las mujeres se caracterizaban por un mayor apego ansioso (22,81%) que los
hombres (16,5%).
473
|
Gráfico 1: Porcentaje de hombres y mujeres en función del estilo de apego
.
Los tres grupos de apego no resultaron homogéneos en función de la variable género
2
2
(χ (2)= 7,77; p= 0,021), ni en función de tener pareja (χ (2)= 7,91; p= 0,019). De ahí que en un
primer momento se hayan analizado las diferencias entre hombres y mujeres en los tres
estilos de apego. Los resultados del MANOVA, tomando como variable dependiente los
estilos de apego y como independiente el género, muestran un efecto principal significativo
(Lambda de Wilks= 0,013; p=0,001). Aunque en los efectos simples únicamente aparecen
diferencias significativas para el apego ansioso, puntuando más alto las mujeres que los
hombres [F(1,791)= 3,85; p<0,05; η= 0,005].
Por otra parte, se aplicó un MANOVA considerando los estilos de apego como variable
independiente y las variables tener pareja y la satisfacción con la misma como dependientes,
encontrando un efecto principal significativo (Lambda de Wilks=0,029; p=0,001). Al analizar
los efectos simples únicamente se encuentran diferencias significativas entre el grupo de
apego ansioso y el dependiente, estando más en pareja este último [F(2, 781)= 3,47; p<0,05;
η= 0,009]. En cuanto a la satisfacción con la pareja, el grupo de apego seguro informa de
mayor satisfacción que los otros dos grupos [F(2, 781)=17,59; p<0,001; η= 0,04]. No aparecen
diferencias significativas en satisfacción con la pareja entre los dos grupos de apego
inseguro.
474
|
Al aplicar un MANOVA tomando como variables dependientes tener pareja y la
satisfacción con la relación sentimental, y como variable independiente los estilos de apego,
considerando a hombres y mujeres por separado, se observa un patrón diferencial en los
resultados. En el caso de las mujeres aparecen diferencias significativas en satisfacción con la
pareja [F(2,401)= 4,08; p<0,05; η= 0,02], mostrando las mujeres con apego seguro mayor
satisfacción con la pareja que las de apego ansioso pero no hay diferencias en tener o no
pareja en cada estilo de apego. En el caso de los hombres hay diferencias significativas tanto
en tener o no pareja [F(2,379)= 5,83; p<0,01; η= 0,03] como en la satisfacción con la relación
sentimental [F(2,379)= 15,12; p<0,001; η= 0,07], mostrando los hombres con apego seguro
más satisfacción con la pareja que los de apego dependiente y ansioso; y los hombres con
apego ansioso tienen menos relaciones de pareja que los de apego dependiente y seguro.
Gráfico 2: Medias hombres-‐mujeres en satisfacción con la pareja en los tres estilos de apego.
4,0
3,5
3,0
2,5
Hombres
2,0
Mujeres
1,5
1,0
0,5
0,0
Apego
Seguro
Apego
dependiente
Apego
ansioso
En un segundo momento se analizaron las diferencias entre hombres y mujeres en
bienestar considerando cada estilo de apego por separado.
Los resultados del MANOVA tomando como variables dependientes las medidas de
bienestar y como variable independiente el género para el grupo de apego seguro resultaron
significativos (Lambda de Wilks= 0,871; p= 0,002). En el gráfico 3 se presentan las medias de
hombres y mujeres para cada una de las dimensiones de bienestar considerando dicho estilo
de apego. Los efectos simples intersujetos indican que existe diferencias significativas en
475
|
crecimiento personal [F(1, 193)=6,69; p<0,01; η= 0,03] y emociones negativas [F(1, 193)=6,42;
p<0,01; η= 0,03], puntuando más alto las mujeres en ambas medidas de bienestar.
Gráfico 3: Medias hombres-‐mujeres en apego seguro
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Hombres
Mujeres
En
el
MANOVA
llevado
a
cabo
para
el
apego
dependiente,
tal
y
como
se
puede
observar
en
el
gráfico
4,
no
aparecen
diferencias
significativas
entre
hombres
y
mujeres
en
ninguna
de
las
medidas
de
bienestar
(Lambda
de
Wilks=
0,947;
p=
0,72).
Gráfico 4: Medias hombres-‐mujeres en apego dependiente
70
60
50
40
30
20
10
0
Hombres
Mujeres
Por último, el MANOVA efectuado para el estilo de apego ansioso (gráfico 5), muestra
que aunque inicialmente no aparecen diferencias significativas a nivel global (Lambda de
476
|
Wilks= 0,93; p= 0,14), los efectos simples indican diferencias entre hombres y mujeres en
emociones positivas [F(1, 200)=5,54; p<0,05; η= 0,03] y satisfacción vital [F(1, 200)=5,99;
p<0,01; η= 0,03], mostrando mayores puntuaciones los hombres.
Gráfico 5: Medias hombres-‐mujeres en apego ansioso
70
60
50
40
30
20
10
Hombres
0
Mujeres
CONCLUSIONES
En este estudio se analiza la posible repercusión del estilo de apego en las relaciones de
pareja y en la satisfacción con la misma, así como si el apego incide en el bienestar de
hombres y mujeres. Los resultados indican que las mujeres muestran mayor apego ansioso
que los hombres y estos parecen ser más dependientes-‐evitativos, aunque esta última
diferencia no resultó estadísticamente significativa. Este hallazgo es consistente con la
investigación previa que apunta un mayor apego ansioso en las mujeres y un apego evitativo
26
en el caso de los hombres . Además va en la línea de los resultados encontrados en relación
a la mayor prevalencia de trastornos afectivos, tales como ansiedad y depresión, en mujeres
27
que en hombres . No obstante, este tipo de hallazgos hay que tomarlos con cautela puesto
26
Véase BRENNAN, Kelly A., CLARK, Catherine L. y SHAVER, Phillip R., «Self-‐report
measurement of adult attachment», en SIMPSON, Jeffrey A. y RHOLES, W. Steven (eds.),
Attachment
theory
and
close
relationships. Nueva York, The Guilford Press, 1998, pp. 46-‐76;
GUZMAN, J., ROVELLA, A., RIVAROLA, M., «La relación de apego y bienestar psicológico
en adultos».
Revista
Diálogos,
vol. 3, núm 2 (2012), pp. 87-‐99.
27
Véase FREDRICKS, Jennifer A. y ECCLES, Jacquelynne S., «Participation in extracurricular
activities in the middle school years: Are there developmental benefits for African American
477
|
que podrían atribuirse a la diferente socialización de hombres y mujeres. Así, la expresión de
ansiedad no resulta coherente con las conductas prescritas para el género masculino al que
se atribuye una mayor autonomía, competencia, confianza en sí mismo, menos
28
emocionalidad y una mayor posición de poder ; frente a la mujer de la que se espera esa
mayor emocionalidad, una posición más subordinada y centrada más en el cuidado y en las
29
relaciones interpersonales .
Además, este estudio revela que el establecimiento de una relación sentimental puede
verse influido por el estilo de apego. La proporción de personas con pareja era menor entre
los que se caracterizaban por un estilo de apego ansioso frente a los que tenían un apego
evitativo. Sin embargo, el mostrar un apego seguro no parece incidir en el establecimiento de
relaciones sentimentales, aunque repercute en una mayor satisfacción con la pareja frente a
los dos estilos de apego inseguro. Posiblemente, las personas ansiosas al estar tan
preocupadas por su relación y por no ser abandonadas están en un estado de hipervigilancia
y al mismo tiempo no se abren a su pareja, lo que puede estar contribuyendo a que se
cumplan esas expectativas de ser rechazadas por el otro/a. Este patrón de resultados
apareció de forma más clara en los hombres que en las mujeres. Los hombres con apego
ansioso estaban en menor medida en pareja que los evitativos y los seguros. Tanto los
hombres como las mujeres con apego seguro mostraron mayor satisfacción con la pareja que
los otros tipos de apego inseguros. Las expectativas que desarrollan las personas seguras
acerca de los otros, que los ven como personas en las que confiar y con las que compartir
muestras de afecto, parece incidir positivamente en la satisfacción con su relación.
En cuanto al vínculo entre apego y bienestar en función del género, los resultados
muestran que las mujeres con apego seguro presentan un mayor crecimiento personal
aunque también informan de más emociones negativas que los hombres. Los estudios
previos encuentran una mayor experimentación de emociones negativas en las mujeres,
sobre todo de tristeza, miedo o culpa, frente a los hombres que muestran más emociones
30
31
hostiles . Sin embargo, los niveles de felicidad parecen ser similares en ambos géneros . En
and European American youth? ». Journal
of
Youth
and
Adolescence, vol. 37, núm 9 (2008),
pp. 1029-‐1043; KESSLER, Ronald C., y cols., «Lifetime and 12-‐month prevalence of DSM-‐III-‐
R psychiatric disorders in the United States: results from the National Comorbidity Survey».
Archives
of
General
Psychiatry, vol. 51, núm 1 (1994), pp. 8-‐22.
28
Véase GEARY, David C., Male,
female:
The
evolution
of
human
sex
differences.
Washington, DC, US, American Psychological Association, 1998; MATUD, M. Pilar,
RODRÍGUEZ, Carmen, MARRERO, Rosario J. y CARBALLEIRA, Mónica,
Psicología
del
género:
implicaciones
en
la
vida
cotidiana. Madrid, Biblioteca Nueva, 2002.
29
Véase GEIS, Florence L., «Self-‐fulfilling prophecies: A social psychological view of
gender», en BEALL, Anne E. y STERNBERG, Robert J., The
psychology
of
gender, Nueva
York, The Guilford Press, 1993, pp. 9-‐54.
30
Ver FISCHER, Agneta H., RODRIGUEZ MOSQUERA, Patricia M., VAN VIANEN, Annelies
E. M. y MANSTEAD, Antony S., «Gender and culture differences in emotion». Emotion, vol.
4, núm 1 (2004), pp. 87-‐102; LUCAS, Richard E. y GOHM, Carol L., «Age and sex differences
478
|
cierto modo, el estilo de apego seguro no parece estar protegiendo a la mujer de esa mayor
32
emocionalidad negativa que avalan distintas investigaciones . Sin embargo, parece que la
mujer con apego seguro, más allá de experimentar esas emociones negativas, está
mostrando una evolución personal mayor que los hombres, posiblemente gracias a la
incorporación a distintos ámbitos educativos, sociales y laborales que se ha producido en las
últimas décadas, lo que está promoviendo el empoderamiento de la misma.
Por otro lado, el estilo de apego evitativo no parece distinguir a hombres y mujeres en su
nivel de bienestar; mientras que en el caso del apego ansioso los hombres mostraban más
emociones positivas y satisfacción vital que las mujeres. De alguna manera la ansiedad
parece repercutir más negativamente en el bienestar de las mujeres que de los hombres. Hay
que tener en cuenta que este estilo de apego predominaba en las mujeres. Tal y como apunta
la investigación previa, esta mayor ansiedad puede haberse originado por diversos factores
etiológicos, desde factores biológicos a factores de socialización, que hacen más vulnerable,
más sensible a los estímulos amenazantes, así como más aceptada socialmente la expresión
33
emocional de mujeres que de hombres .
En suma, los resultados apuntan la relevancia de establecer relaciones de apego seguro
para en la etapa adulta no sólo tener relaciones afectivas más satisfactorias sino tener un
mayor bienestar personal. Las mujeres seguras van a beneficiarse, a su vez, de un mayor
crecimiento personal. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones prácticas en el modo
en que se educan y se establecen los vínculos afectivos de hombres y mujeres en la infancia y
a lo largo del ciclo vital.
in subjective well-‐being across cultures», en DIENER, Ed y SUH, Eunkook (eds.), Culture
and
Subjective
Well-‐being, Cambridge, USA, The MIT Press, 2000, pp. 291-‐317.
31
Ver FUJITA, Frank, DIENER, Ed y SANDVIK, Ed., «Gender differences in negative affect
and well-‐being: the case for emotional intensity». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 61, núm 3 (1991), pp. 427-‐441.
32
Ver COSTA JR, Paul, TERRACCIANO, Antonio y MCCRAE, Robert R., «Gender differences
in personality traits across cultures: robust and surprising findings». Journal
of
Personality
and
Social
Psychology, vol. 81, núm 2 (2001), pp. 322-‐334; CRASKE, Michelle G., Origins
of
phobias
and
anxiety
disorders:
Why
more
women
than
men? Oxford, UK, Elsevier, 2003.
33
Ver MCLEAN, Carmen P. y ANDERSON, Emily R., «Brave men and timid women? A
review of the gender differences in fear and anxiety». Clinical
Psychology
Review, vol. 29,
núm 6 (2009), pp. 496-‐505.
479
|
Construcción
de
redes
y
cooperación
en
igualdad
480
|
MARCO
ESTRATÉGICO
DE
ACTUACIONES
EN
POLÍTICAS
DE
IGUALDAD
DE
GÉNERO
“TENERIFE
VIOLETA”
2012-‐2017
Ana
Peña
Méndez
Mónica
Dios
Rodríguez
Belén
Gil
Lluesma
ANTECEDENTES
El Cabildo de Tenerife fue la primera institución insular de todo el territorio nacional en
poner en marcha un Plan de Igualdad de Oportunidades (Plan de Igualdad de Oportunidades
de las Mujeres de Tenerife, PIOMT), cuya ejecución se llevó a cabo en el período 2007-‐2012.
Una vez finalizado el PIOMT se realizó una evaluación en la cual los agentes sociales a los
que se les consultó resaltan:
Como debilidad, la “ESCASA COORDINACIÓN INTRA E INTERINSTITUCIONAL, lo
que genera que no se unan esfuerzos para la consecución de objetivos comunes, se
realicen acciones similares o iguales desde diferentes entidades y no se optimice los
recursos tanto económicos, como materiales y humanos existentes para las políticas de
igualdad”.
Como demanda y propuesta, “CONFIGURAR ESTRATEGIAS, PROTOCOLOS DE
COORDINACIÓN ENTRE LAS DISTINTAS ADMINISTRACIONES Y ENTIDADES con
objeto de desarrollar potentes redes de trabajo que redunden en unos resultados más
efectivos y que promuevan en términos de rentabilidad política la importancia y
necesidad de las políticas de igualdad. Adicionalmente emplear las redes sociales como
soporte para conseguir una mayor coordinación entre las redes en materia de igualdad”.
Una de las líneas estratégicas más importantes y donde más se concentraron las
acciones fue la que abordaba la colaboración y coordinación para integrar el enfoque de
género en las actuaciones que emanaran de las instituciones públicas y organizaciones
sociales y económicas de manera participativa y colaborativa. Si esto había sido así y surge
como debilidad la “escasa coordinación intra e interinstitucional” estaba claro que el modelo
no respondía al objetivo a conseguir. La intervención de políticas públicas en materia de
igualdad de género con otras entidades no había tenido la respuesta deseada en el ámbito
local, por dos motivos fundamentales:
1 Porque estas políticas no son percibidas en los centros decisorios (representación
masculinizada), como prioritarias en el conjunto de su actividad, por lo que los
481
|
compromisos adquiridos son más declaración de intenciones que puesta en práctica de
actuaciones que realmente favorezcan la igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres.
2 Y porque teniendo en cuenta esta realidad, las administraciones locales no han
logrado comprometer de manera activa a la mayoría de las entidades que actúan en el
territorio.
Para intervenir en estas materias se hace necesario que el conjunto de actores, actrices y
agentes con poder en la toma de decisiones se sensibilicen y tomen conciencia de que
existen desigualdades entre mujeres y hombres y que está (también) en su quehacer dar
respuesta a esta injusta realidad. Uno de los instrumentos que facilitaría esta labor es el
contar con un conjunto ordenado de actuaciones que incidan sobre esas desigualdades
visualizadas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
Es por ello, que el Cabildo de Tenerife ha optado por una nueva estrategia orientada a la
información, la coparticipación y el compromiso activo a través de mecanismos que
favorezcan el diálogo social mediante la reflexión, la retroalimentación y la puesta en marcha
de actuaciones integrales e integradas en la isla de Tenerife, bajo la denominación MARCO
ESTRATÉGICO DE ACTUACIONES EN POLÍTICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO “TENERIFE
VIOLETA” 2012-‐2017 (en adelante METV).
PROCESO
METODOLÓGICO
La organización metodológica ha seguido dos líneas de actuaciones que aunque
complementarias y paralelas se podrían distinguir:
1 De un lado, el METV, como el escenario teórico práctico donde se sustenta el
conjunto de actuaciones en políticas de igualdad a poner en marcha durante los
próximos cuatro años en la isla de Tenerife.
2 De otro, la Red Insular de entidades públicas y privadas para el establecimiento de
alianzas y consensos en políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres.
Esta metodología pretende no solo elaborar un Marco Estratégico para la Igualdad, sino
conseguir que en el proceso se generen formas de trabajo conjuntas y alianzas que puedan
seguir activas en la implementación, seguimiento y evaluación del mismo. Se trata ni más ni
menos de promover canales de democracia participativa en una materia controvertida y no
siempre con el consenso social deseado, pero que es ineludible para lograr una sociedad justa
y solidaria, libre de desigualdades y discriminación en los ámbitos políticos, económicos y
sociales.
482
|
Principios
generales:
1
2
3
4
5
Conocimiento de la situación y posición de las mujeres y hombres de Tenerife.
Ninguna propuesta de actuación se debe iniciar si no se tiene un amplio
conocimiento de la realidad sobre la que se pretende intervenir que permita
analizar y comprender las desigualdades, para promover actuaciones acordes a la
realidad estudiada.
La sensibilización y formación como proceso de cambio para la igualdad de
oportunidades entre mujeres y hombres. En definitiva desde la conciencia subjetiva
al imaginario colectivo.
Información como herramienta de participación. La información, además de un
derecho ciudadano, es clave en este proceso, y atiende a su vez a los dos principios
anteriores: conocimiento y sensibilización. Partimos de que, a mayor conocimiento
de un problema, mayor sensibilización sobre el mismo. Por otra parte, la
información es bidireccional: desde la Administración Insular a las entidades
participantes (las que aportan las estadísticas sobre la problemática, los informes,
documentos elaborados, propuestas de actuaciones) y la que aportan los agentes
sociales organizados o no a través de la retroalimentación.
Acciones que aborden la situación sobre la que pretenden intervenir de forma
integral. La integralidad de las acciones es uno de los elementos más relevantes a la
hora de iniciar la elaboración de un marco estratégico. Los hechos sociales son
multidimensionales y es necesario actuar sobre las distintas dimensiones de los
mismos si lo que se pretende es modificar e influir en el cambio social y en la
transformación de actitudes y valores sociales.
Carácter transversal. El principio de integralidad está estrechamente vinculado con
el de transversalidad: reconocer el carácter multidimensional de los hechos sociales
y querer actuar integralmente, implica diálogo, coordinación y colaboración entre
las distintas áreas de la entidad local y entre las distintas entidades de carácter
político, económico y social para intervenir con la mayor eficacia y eficiencia
posible.
Desarrollo:
Para la organización del conjunto de la estrategia se ha dividido en tres fases, cada una
de ellas atendiendo tanto al METV como a la Red Insular de forma paralela.
483
|
FASE 1:
En relación al METV:
a. Definición ideológica:
> Misión y Visión.
Misión: Ser el instrumento para articular y definir las prioridades en materia de
igualdad entre mujeres y hombres para los próximos 4 años que se gestionarán
desde el Cabildo Insular; ofreciendo un proceso de diálogo social y dinamización
ciudadana que permita la inclusión en todas las fases de la planificación de los
actores sociales implicados en los diferentes ámbitos de intervención.
Visión: El METV quiere ser un modelo de Gobierno Abierto para las políticas
locales de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres participativo y
transparente, con un reparto de poderes entre actores y centros decisorios
públicos y privados. Que refuerce las capacidades organizativas, de gestión y
explotación, y de la utilización sostenible de los recursos territoriales y sectoriales
existentes garantizando la incorporación del Enfoque Integrado de Género (EIG).
> Principios.
Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Transversalidad.
Transparencia.
Empoderamiento.
Participación ciudadana.
Atención a la diversidad.
Cambio e innovación.
Trabajo en red.
>
Elección de las esferas.
La consecución de la igualdad de oportunidades requiere de una transformación
de la sociedad que implique a todos los niveles y todos los actores, actrices y
agentes que conforman las distintas esferas que integran la estructura social
capitalista y heteropatriarcal. En este proceso, los componentes de cada una de
aquéllas son:
1.
Estado:
Administraciones públicas: Gobierno de Canarias (Instituto Canario de
Igualdad), Universidad de La Laguna (Unidad de Igualdad e Instituto
Universitario de Estudios de las Mujeres) Cabildo Insular de Tenerife
484
|
(Comisión Interdepartamental y Consejo Insular de la Mujer) y
Ayuntamientos.
2.
Mercado:
Organizaciones empresariales.
Empresas de más de 250 trabajadoras/es.
3.
Organizaciones de la sociedad civil y ciudadanía:
Asociaciones de mujeres.
Asociaciones de carácter social.
Colegios profesionales.
Fundaciones.
ONGs.
Organizaciones sindicales.
Partidos políticos.
Cabe destacar como carácter innovador en el proceso de diseño de las políticas de
igualdad la participación y la presencia de entidades que trascienden de lo que se ha venido
definiendo dentro de cada una de las esferas. Por un lado, se ha invitado a empresas de más
de 250 trabajadoras/es como estrategia en el proceso del diálogo y del consenso para la
implementación de políticas de igualdad entre ambos sexos, ya que éstas legalmente tienen
la obligación de negociar un plan de igualdad; y por otro, a partidos políticos con
representación institucional, ya que tal y como se ha venido definiendo el proceso responde a
criterios de transparencia, participación y democracia.
b. Acciones desarrolladas.
> Invitación formal a las entidades públicas y privadas.
Celebración de reuniones informativas con aquellas entidades públicas y privadas
susceptibles de participar en el METV, presididas por el Consejero Insular de Educación,
Juventud e Igualdad para explicar en qué consiste el mismo y el proceso a seguir.
Resultados de las reuniones:
> Nº de reuniones de información realizadas: 10.
> Nº de asistentes a las reuniones informativas: 95 (73 mujeres y 12 hombres).
> Nº de invitaciones realizadas a entidades: 97.
> Realización de un estudio de carácter cuantitativo y cualitativo.
485
|
Informe de Situación de Partida.
El estudio de carácter cuantitativo consta de dos documentos:
Uno, que parte de datos de tipo estadísticos disponibles sobre la realidad de las
mujeres y hombres en distintos ámbitos. En cuanto a la definición de los ámbitos de
estudio, se ha tenido en cuenta aquellos en los que el Cabildo de Tenerife puede
intervenir de manera directa, alejándonos de aquellos cuyos cambios y/o competencias
son de administraciones jerárquicamente superiores, tales como la Comunidad
Autónoma de Canarias o la Administración General del Estado. Los ámbitos elegidos
son: 1) Mercado de trabajo, 2) Educación, enseñanza y formación, 3) Cultura, 4) Violencia
de género y 5) Representación.
Otro, que se centra en el análisis de la repercusión de la normativa en las políticas
locales de igualdad en las Administraciones Locales de la Isla.
El de carácter cualitativo trata de conocer, la percepción y pertinencia de las
políticas locales de igualdad, por un lado de los y las agentes claves a quienes se les
solicita participación de manera activa en todo el proceso y, por otro de la ciudadanía de
la Isla a través de un enlace Web a la página oficial del Cabildo Insular de Tenerife.
Las conclusiones obtenidas del Informe de Situación de Partida han dado lugar a
la identificación de una batería de problemas a resolver, apoyados por un argumentario
jurídico de igualdad y un análisis desde la categoría de género.
> Encuentro Insular del METV.
Como acción final de esta fase, se celebra un Encuentro presencial con el conjunto de
entidades comprometidas y aquellas otras que se consideran importantes su asistencia,
al objeto no sólo de informar de la Situación de Partida, sino de analizar de manera
conjunta a través de la celebración de Mesas de Trabajo los problemas detectados y
proponer actuaciones encaminadas a la eliminación de desigualdades de género para
cada uno de los mismos.
Resultados:
Nº de personas inscritas al Encuentro: 167 (145 mujeres y 22 hombres).
Nº de personas asistentes al Encuentro: 142 (132 mujeres y 10 hombres).
> En relación a la Red Insular:
> Invitación y captación de las entidades.
Como primera medida para la configuración de la Red Insular, se invitó a las entidades a
través de las reuniones informativas, a formar parte de una red de trabajo
fundamentalmente de carácter presencial y virtual, estable y permanente a lo largo de la
implementación del METV.
> Establecimiento de mecanismos de participación.
486
|
El
poder
en
la
toma
de
decisiones
y
compromiso. Básico, para ofrecer un marco de
actuación corresponsable. Se estableció como instrumento la firma de una carta donde
la entidad manifiesta su deseo de participar nombrando además a una persona adscrita
al METV bajo la denominación de “agente clave”.
Resultados:
> Nº de entidades con compromiso firmado con el METV: 74.
> Nº de agentes clave: 96 (86 mujeres y 10 hombres).
Plataformas
virtuales.
Como medio de superar obstáculos a la participación presencial y
facilitar el trabajo colaborativo en red, se pone a disposición de las entidades una
plataforma virtual (recogida como demanda en la evaluación del PIIOMT).
Información
y
retroalimentación.
> Plataforma Virtual. Para una mejora en el acceso y la coordinación entre entidades,
en ella se configuran grupos de trabajo por centros de interés, en cada uno de los cuales
se abren foros para la discusión y reflexión. Se incluyen materiales y toda la
documentación e informes que se han ido generando a lo largo del desarrollo de la Fase
1. Así mismo, los cuestionarios a cumplimentar por los y las agentes clave,
indispensables para los estudios cuantitativos y cualitativos se habilitan en la plataforma.
> Correos electrónicos. Para aquellas entidades que presentan mayor dificultad para el
acceso a la plataforma virtual.
> I Encuentro Insular. Como espacio de conocimiento mutuo del conjunto de entidades
y agentes clave. Además de devolución de la información, es un espacio para la
discusión, reflexión, retroalimentación y propuesta de actuaciones de manera
colaborativa.
FASE 2:
En relación al METV:
>
Formación a agentes clave para el uso del espacio virtual del METV.
Una de las valoraciones que se hace de la participación vía digital en la primera
fase, es el escaso uso que hacen de ella los y las agentes clave. Por lo tanto, en la
línea de ir eliminando los obstáculos que puedan estar dificultando la participación
de las entidades en el trabajo colaborativo, se imparte un curso básico para el
manejo de la plataforma digital.
Resultados:
>
Nº de sesiones realizadas: 3.
487
|
>
Nº de agentes clave asistentes: 37 (34 mujeres y 3 hombres).
>
Redacción y presentación.
Como parte del proceso de retroalimentación se va redactando el documento que
será el definitivo tanto para el marco teórico en el que se asienta como para el
marco práctico en el que se va a intervenir.
En un primer momento, se invita a las entidades que participan a que propongan
otros problemas que no se han detectado en el transcurso de la investigación de
campo. Se trata pues, de problemas que se traducen en necesidades sentidas por
parte de los y las agentes claves que conforman la Red Insular.
En un segundo momento, se les presenta la propuesta del conjunto de acciones
para que realicen alegaciones o aportaciones a los problemas detectados. Se
crean para ello distintos instrumentos como por ejemplo la Ficha de Planificación
de Acciones por Problema que contiene: la denominación del problema, las causas
que lo producen y los efectos que genera, normativa que justifica la intervención,
los objetivos de intervención, los impactos deseados y la relación de acciones
estratégicas, para las que se definen objetivos, entidades participantes y
población/entidad destinatarias.
Los esfuerzos deben centrarse en elaborar un Plan de Actuaciones (en adelante
PA) que sea útil y eficaz, que atienda a problemas concretos y que las acciones
sean, además de coherentes, complementarias y transferibles a otros entornos.
Este PA irá acompañado de un Plan de Comunicación (en adelante PC) y un Plan
de Seguimiento y Evaluación (en adelante PSE).
>
II Encuentro Insular.
Esta será la última acción de la Fase 2. Se trata, por un lado, de devolver toda la
información recogida, y seguir creando espacios para compartir y reflexionar de
manera conjunta. Se presentará el documento final del METV producto del
proceso colaborativo, no solo a agentes clave sino también a otras entidades
interesadas; además se propondrá el trabajo a seguir en la Fase 3.
>
En relación a la Red Insular:
>
Invitación a las entidades.
En la Fase 2, se sigue manteniendo contactos con otras entidades invitándolas a
participar del proceso, sobre todo aquellas cuyos objetivos y actuaciones son
compartidos con las del METV y aportarían experiencia dentro de su ámbito de
intervención.
488
|
>
Refuerzo a los mecanismos de participación.
El
poder
en
la
toma
de
decisiones
y
compromiso. Se está definiendo un Sistema de
Participación con el objetivo de que las entidades decidan el nivel de compromiso
que deseen adquirir (Colaboración, Cooperación y Corresponsabilidad).
Información
y
retroalimentación.
> Plataforma Virtual. Se han creado foros de discusión generales y por grupos,
se han abierto encuestas y consultas, una de las cuales ha sido para la elección del
nombre de la Red Insular.
> Correos electrónicos. Se informa del material nuevo expuesto en la
plataforma y se cursa invitación para el acceso a la misma.
> II Encuentro Insular. Como espacio de devolución de la información y
priorización de problemas y actuaciones. Además se informará del PC y del PSE.
FASE 3:
En relación al METV:
El trabajo previsto a realizar desde el METV hasta 2017, puede resumirse en los
siguientes puntos:
>
Planificación de las actuaciones, planificación presupuestaria y
ejecución del PA, PC y PSE.
Programación de las acciones anuales.
>
Seguimiento y Evaluación del PA, PC y PSE.
>
Encuentro Insular del METV de carácter anual.
>
>
En relación a la Red Insular:
>
Invitación a nuevas entidades
En la Fase 3, se pretende generar un efecto multiplicador de tal manera que las
propias entidades que conforman la Red Insular sean las que propongan e inviten a
nuevas entidades a formar parte de la misma.
>
Refuerzo a los mecanismos de participación.
El
poder
en
la
toma
de
decisiones
y
compromiso. Se pondrá en marcha el Sistema de
Participación con la planificación, programación y ejecución de las acciones. De
489
|
esta manera las relaciones entre las entidades, representadas por agentes clave,
pasarían de ser un conjunto de organizaciones que forman parte de la Red Insular
a un conjunto de organizaciones que trabajan de manera colaborativa para
conseguir un mismo objetivo.
Información
y
retroalimentación.
> Plataforma Virtual. Está en proceso de creación una página web de la Red
Insular que contiene dos espacios:
Uno público al que podrá acceder la ciudadanía que contendrá información
general y donde podrá participar abiertamente a través de consultas.
Y otro privado para el uso exclusivo de agentes clave donde se abrirán foros y
grupos de discusión y reflexión, entre otros.
> Correos electrónicos. Se seguirá informando a las personas que conforman la
Red Insular sobre los movimientos que se vayan generando en la página web.
> Redes Sociales. Las entidades de la Red Insular incluirán en sus perfiles de las
distintas redes sociales información sobre el METV.
> Encuentros Insulares Anuales. Como espacio de devolución de la información
de seguimiento y evaluación, tanto de las acciones como del PC. Así mismo se
realizará la priorización de las próximas actuaciones.
CONCLUSIONES
El METV es una iniciativa innovadora en todo el territorio estatal, que abre nuevas
fórmulas al establecimiento de redes estables de colaboración y cooperación para la
implementación de políticas de igualdad de género. Si bien la participación de entidades en
la formulación de estas políticas no es nueva, sí es la estrategia de desarrollo por varios
motivos:
Se están dando cauces de participación en todo el proceso: diagnóstico,
propuestas de acciones, ejecución, seguimiento y evaluación y no sólo de alimentación
para los estudios cualitativos.
La formulación de problemas se enumeran por ámbitos de actuación de manera
clara y objetiva a partir del análisis de los distintos estudios realizados.
Se devuelve la información por distintas vías (prensa, redes sociales, Web,
plataforma digital) de todos los resultados obtenidos en las distintas fases.
Se invitan y están participando partidos políticos con y sin representación en el
Gobierno Insular.
490
|
Capacidad real y efectiva en la toma de decisiones por parte de las entidades y
organizaciones que forman parte de la Red Insular (posibilidad de presupuestos
participativos).
Se consigue desde la primera actuación el compromiso formal durante cuatro
años mediante documento firmado de 76 entidades de distinta naturaleza,
administraciones públicas, empresas y asociaciones empresariales, organizaciones
sociales, fundaciones y organizaciones de mujeres.
Reconocimiento de las entidades al modelo propuesto considerándolo como
innovador.
Efecto multiplicador a partir del desarrollo de la intervención:
a)
Incremento de entidades comprometidas.
b)
Incremento de agentes clave. No sólo como representación de las nuevas
entidades, sino que las que ya están participando solicitan incorporar nuevos/as
miembros, pasando de los 86 en la primera convocatoria a 108.
c)
Incremento de espacios de difusión a través de las redes sociales y las
páginas web de todas las entidades.
d)
Coordinación interna de las unidades de igualdad de las administraciones
locales, con otros departamentos para hacer análisis y propuestas conjuntas desde
distintos ámbitos.
> Comisión de desarrollo, seguimiento y evaluación de cada una de las acciones
formada por las entidades vinculadas a su desarrollo.
RETOS:
Mantener y consolidar la Red Insular, de tal manera que las entidades comprendan
los beneficios que comporta su adscripción a la misma, asuman la necesidad de cooperar
para retroalimentarse y se conciencien que las políticas de igualdad competen a todos
los sectores y a todas las administraciones y organizaciones. El trabajo colaborativo,
además, optimiza los recursos, aumenta la eficacia y ejerce un impacto en la mejora de la
calidad de vida del conjunto de la población.
Ampliar la Red Insular, no solo a través de la invitación expresa a las entidades sino
también a través de la demanda explícita de éstas.
Elevar la participación y el nivel de compromiso de las entidades al máximo (nivel de
Corresponsabilidad).
Crear un protocolo de actuaciones en materia de igualdad de oportunidades entre
ambos sexos que sea firmado por todas las entidades participantes en la Red Insular.
La continuidad de la Red Insular más allá del plazo de vigencia del METV.
“La
igualdad
de
las
mujeres
debe
ser
un
componente
central
en
cualquier
intento
para
resolver
los
problemas
sociales,
económicos
y
políticos”.
Kofi Annan. Premio Nobel de la Paz de 2001
491
|
REDES
Y
ESTRUCTURAS
ORGANIZATIVAS
PARA
LA
PROMOCIÓN
DE
LA
IGUALDAD
DE
GÉNERO
EN
LAS
UNIVERSIDADES
EUROPEAS,
AMERICANAS
Y
AFRICANAS
Lydia
C.
González
Orta
Ana
Puy
Rodríguez
Sara
García
Cuesta
Si
no
actuamos
y
estimulamos
a
otras
a
participar,
algunas
generaciones
más
de
mujeres
investigadoras
y
tecnólogas
verán
sus
carreras
enlentecidas,
serán
injustamente
tratadas
o,
1
simplemente,
valiosas
mujeres
se
perderán
del
todo
para
la
Ciencia (AMIT)
JUSTIFICACIÓN
Y
MARCO
TEÓRICO
Este trabajo presenta resultados del diagnóstico realizado por la Unidad de Igualdad de
Género de la Universidad de La Laguna (en adelante, UIG-‐ULL) en el marco del proyecto
22/UI5 “Desarrollo y participación en redes para la cooperación en la promoción de la
igualdad de género en ciencia entre universidades canarias, españolas, europeas,
latinoamericanas y africanas,” subvencionado en la convocatoria PACUI 2012 por el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y el Fondo Social Europeo.
Este proyecto pretende mejorar el desarrollo, funcionamiento y participación en redes
para la cooperación en la promoción de la igualdad de género en ciencia entre universidades,
europeas, latinoamericanas y africanas. En concreto:
1) Facilitar la formación de vínculos, coordinación y cooperación entre unidades de
igualdad de género o estructuras equivalentes de las universidades y otras entidades y redes
orientadas a la promoción de la igualdad de género en la ciencia.
2) Dar a conocer las redes y estructuras organizativas para la promoción de la igualdad
de género en las universidades.
3) Incrementar la vinculación y participación activa de la ULL y de las universidades
involucradas en las redes nacionales e internacionales existentes, facilitando asimismo la
creación de nuevas redes intercontinentales de cooperación.
1
Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas: www.amit-‐es.org [10/09/2013]
492
|
1.
La
desigualdad
de
género
en
ciencia
y
la
necesidad
de
coordinación
en
red
2
Según los datos del She
Figures
2012 , solo el 33% de las personas científicas e
investigadoras son mujeres en la Unión Europea (CE, 2013: 31). Además, la segregación
horizontal de género en el sistema educativo sigue siendo una realidad, encontrando mayor
sobrerrepresentación de las mujeres en las carreras relacionadas con la educación, la salud y
las humanidades, y la consiguiente infrarrepresentación en ciencias exactas e ingenierías (CE,
2013: 52).
En cuanto a la segregación vertical que sufren las científicas en sus carreras, resulta
sorprendente que las mujeres tengan mejor rendimiento académico que los hombres,
superen a sus compañeros en número de licenciadas, pero ellos continúen obteniendo más
doctorados (por el desequilibrio existente en ciencias exactas e ingenierías) y una mayor
representación en el personal investigador de las universidades, especialmente del sector
privado (CE, 2013: 7). Esto da como resultado el famoso “gráfico de tijera” que muestra el
descenso del número de mujeres a medida que se asciende en la carrera académica desde
licenciadas hasta catedráticas (y el ascenso del número de hombres, inferior en el nivel más
bajo). En el caso de las ciencias exactas e ingenierías, las “tijeras” no llegan siquiera a cruzarse
al inicio, es decir, el número de licenciadas no alcanza al de licenciados (CE, 2013: 90).
La culminación de la posición desigual en la ciencia se refleja en el hecho de que en 2010
solo el 10% de las universidades europeas tenía una rectora y que solo el 36% de altos cargos
científicos son mujeres (CE, 2013: 7). Pero además del “techo de cristal”, existe un “muro de
la maternidad” contra el que chocan las investigadoras al tener descendencia, pues la
ausencia de corresponsabilidad y de medidas de conciliación en las universidades dificulta
aún más la evolución de su carrera profesional, como ocurre en el mercado de trabajo
considerado globalmente.
Es propósito de la UIG-‐ULL poder ampliar este análisis a otras regiones globales en
futuros desarrollos de este trabajo.
Las causas de la segregación horizontal se encuentran en los estereotipos de género y
expectativas diferenciadas de agentes educativos y sociales, incluidas las familias, que hacen
que chicas y chicos se inclinen por carreras supuestamente “femeninas” y “masculinas”,
respectivamente. Ello tiene consecuencias a largo plazo, pues las carreras consideradas
“masculinas” ofrecen más y mejores oportunidades laborales. En el caso de la segregación
vertical, la discriminación indirecta e incluso la menos sutil “cooptación progresiva por
3
género” entran en juego a medida que los altos puestos se reducen . La consecuencia es la
2
Comisión Europea (2013): «She Figures 2012», <http://ec.europa.eu/research/science-‐
society/document_library/pdf_06/she-‐figures-‐2012_en.pdf> [10/09/2013]
3
DÍAZ, Capitolina (2013): «¿Aman la ciencia las mujeres de comienzos del siglo XXI? ¿Ama
el sistema de ciencia a las mujeres?»,
493
|
situación reflejada por la famosa analogía de la “cañería que gotea” simbolizando los
4
agujeros por los que se van perdiendo mujeres a lo largo de la carrera científica . Estudios
recientes sugieren que buena parte de las que desaparecen del ámbito académico van a
reaparecer luego en el ámbito emergente de los usos económicos y sociales de la tecnología,
5
como en una “caja mágica de desaparición” .
Algunas autoras han llamado a este fenómeno de persistente desigualdad de género en
la ciencia “histéresis social”, que se refiere a las creencias ancestrales sobre la incompetencia
epistémica y profesional de las mujeres o “causas fantasmas” que siguen produciendo
efectos en la realidad a pesar de que las mujeres demuestren sobradamente su competencia
6
con su rendimiento académico y excelencia científica .
Desde la Conferencia de Beijing en 1995, la desigualdad de género en ciencia ha dejado
de ser un problema exclusivo de las académicas y la política científica, toda vez que se
cuestiona el escaso efecto de una política de igualdad concreta si no está acompañada de
acciones coherentes en otras áreas mediante el mainstreaming
o transversalidad de género.
Dado que la transversalidad de género requiere mecanismos de coordinación entre
7
diferentes entidades sociales , la UIG-‐ULL pretende con este proyecto potenciar la
cooperación entre organismos universitarios, otras instituciones del sector público y privado,
y organizaciones pertenecientes al Tercer Sector. Una de las dimensiones claras del
mainstreaming de género en ciencia es la implicación de los hombres. En otras palabras, ha
8
habido también una evolución desde el marco “mujeres y ciencia” a “género y ciencia” . Este
es uno de los retos que se plantea también el movimiento feminista en las últimas décadas, lo
<http://www.sebbm.com/revista/articulo.asp?id=4836&catgrupo=261&tipocom=29>,
[10/09/2013]
4
La metáfora de la “cañería que gotea” o “leaky pipeline” fue acuñada por BERRYMAN, S,
Who
will
do
Science?
Minority
and
female
attainment
of
Science
and
Mathematics
degrees:
Trends
and
causes, Nueva York, Rockefeller Foundation, 1983.
5
Ver la explicación de este fenómeno y sus implicaciones en PERDOMO , Inmaculada y
PUY, Ana, «Igualdad de género, democracia y búsqueda del bien común como retos de la
ciencia», en PERDOMO, Inmaculada y PUY, Ana (eds), Género,
conocimiento
e
investigación, Madrid, Plaza y Valdés, 2012, pp. 169-‐186.
6
DÍAZ, Capitolina, «¿Por qué es tan lento el progreso de las mujeres en la ciencia? »,
Simposio “Mujeres en Física 2013”, Reunión Bienal de la Real Sociedad Española de Física,
2013.
7
BIENCINTO, Natalia y GONZÁLEZ, Ángeles, LIKaDI, Instituto Andaluz de la Mujer (2010):
«La Transversalidad de Género: Métodos y técnicas»,
<http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/ugen/lista_documentos/157>
[09/09/2013].
8
Ver la crítica al enfoque centrado en “corregir a las mujeres” en la ciencia, por parte de
SCHIEBINGER, Londa y SCHRAUDNER, Martina, «Innovaciones de género en ciencia,
medicina e ingeniería: enfoques interdisciplinares para su consecución», en PERDOMO,
Inmaculada y PUY, Ana (eds) Op.
Cit., pp.19-‐40.
494
|
cual permite ver paralelismos en la lucha contra la discriminación en la sociedad, y en la
ciencia en concreto.
La necesidad de fomentar acciones de cooperación se recogía ya en la Resolución del
9
Parlamento Europeo, de 21 de mayo de 2008, sobre la mujer y la ciencia (2007/2206(INI)) ,
donde se solicita a la Comisión Europea y a los Estados miembros “[…]
que
refuercen
las
redes
de
contacto
entre
las
mujeres
científicas
a
escala
nacional,
regional
y
de
la
UE,
puesto
que
se
trata
de
un
medio
esencial
para
potenciar
a
las
mujeres,
atraer
a
un
mayor
número
de
mujeres
a
las
carreras
científicas
e
incitarles
a
participar
en
el
debate
político
y
mejorar
su
evolución
profesional.”
Este era también uno de los objetivos que la Universidad de La Laguna (ULL) incluía,
junto con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en su propuesta de Campus
Atlántico Tricontinental, de 2010. La situación estratégica de Canarias como puente entre los
continentes europeo, africano y americano, ha contribuido a determinar las regiones
globales incluidas en este proyecto.
Por último, en esta misma línea de promoción de redes entre la ULL y otras entidades
que trabajan por la igualdad de género, se sitúa el I Plan de Igualdad de la ULL, bajo
negociación, cuando alude a la participación en y difusión de acciones de igualdad.
2.
Las
asociaciones
de
mujeres
y
las
redes
feministas
2.0
Ante la situación de las mujeres en la ciencia en nuestra región global, desde la década
de los ochenta se han creado desde el ámbito público numerosos centros de información e
investigación centrados en el logro de una representación más equilibrada en este ámbito de
la sociedad, destacando la labor pionera de la Fundación Nacional para las Ciencias de
Estados Unidos. Las instancias supranacionales, como la Unión Europea, pronto se sumaron
a las iniciativas de los países nórdicos. La creación en 1999 del “Grupo de Helsinki” que habría
de analizar la situación de las mujeres en la ciencia en los países de la Comunidad Europea es
10
un buen ejemplo de esta tendencia .
De forma paralela a las iniciativas oficiales, las académicas concienciadas con la situación
de desigualdad en la profesión se han organizado para luchar contra la discriminación desde
los años 70 y 80, al calor de la “segunda ola” del feminismo, con la creación de asociaciones
de científicas. Durante esta primera fase hubo un gran protagonismo de las académicas
occidentales, siendo máximo exponente de este tipo de organización la pionera
estadounidense Association
for
Women
in
Science, creada en 1971. Este tipo de asociaciones
ha llevado a cabo una doble labor de “lobby” por un lado, asesorando y presionando a
9
Parlamento Europeo (2008): «Resolución sobre la mujer y la ciencia», <http://eur-‐
lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2009:279E:SOM:es:HTML>
[09/09/2013].
10
Ver el recorrido histórico de las políticas públicas para “corregir” el número de mujeres en
ciencia, medicina e ingeniería de SCHIEBINGER, Londa y SCHRAUDNER, Martina, Op.
Cit.,
pp.19-‐40.
495
|
instituciones científicas y gubernamentales para la consecución de objetivos en la
representación de mujeres en la ciencia, y de red de apoyo entre académicas y científicas
comprometidas con la igualdad, por otro.
El tejido asociativo de científicas fue desarrollándose y extendiéndose en las décadas
siguientes, compartiendo en este proceso varias de las características de la evolución de los
movimientos feministas: a) la especialización de las organizaciones en objetivos clave, pues
se han creado numerosas organizaciones específicas de una profesión o sector de actividad
concreto; b) la proliferación de asociaciones de científicas en todas las regiones del Sur
Global, aunque exista un mayor desconocimiento de las mismas; c) la apuesta por la
internacionalización para lograr sus objetivos, estableciendo redes de organizaciones
transnacionales a nivel regional e incluso global; d) y por último, el uso decidido de las
tecnologías de la información y la comunicación (en adelante, TICs) como forma de
cooperación y activismo, desde que en la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres de Beijing
(1995) se planteara la importancia de la comunicación para el empoderamiento de las
mujeres.
Todo ello ha dado como resultado un movimiento asociativo para la igualdad de género
en ciencia más especializado, más global y representativo de las diferencias entre las
científicas alrededor del mundo, y sobre todo, un movimiento asociativo que apuesta por las
TICs como forma de empoderamiento y trabajo en red, lo cual permite una mayor
horizontalidad. Esta es también una característica fundamental del movimiento feminista
transnacional del siglo XXI, que rechaza las jerarquías, la delegación representativa y trata de
diseñar proyectos feministas situados en plena sociedad global, a través de redes feministas
transnacionales.
Por ello, las redes 2.0, como herederas de las primeras redes de apoyo de científicas, son
clave en el futuro de la lucha por la igualdad de género en ciencia. Las TICs permiten que
instituciones con dicho objetivo establezcan contactos y puedan cooperar con
organizaciones que operan en otros puntos del globo, fortaleciendo lazos y haciendo una
presión más efectiva en la consecución de objetivos compartidos. No obstante, para que se
puedan tejer redes es necesario que la información esté reunida, ordenada, clasificada y
ubicada en un mismo punto web. Este es el propósito de la base de datos que ha realizado la
UIG-‐ULL sobre instituciones europeas, latinoamericanas, norteamericanas y africanas que
trabajan por la igualdad de género en ciencia.
METODOLOGÍA
La UIG-‐ULL ha seguido una metodología propia de la intervención social, inspirada en la
filosofía del estudio sobre redes de igualdad en salud realizado por la red “European
Women’s Health Network”:
For EWHNET it makes sense to collect information about network structures in the
member countries in order to make lobbying more effective. If a single NGO (non
governmental organisation) from one country alone promotes an important issue on a
496
|
political level it may be effective, but if many NGOs or networks, which means NGOs joined
together, from different countries will formulate a common point of view, the action will be
11
of greater impact.
Durante abril de 2013 se pusieron las bases para la captación de redes y estructuras
organizativas que promueven la igualdad de género mediante la elaboración de los
protocolos necesarios que permitieran realizar una invitación formal, a la vez que informar
sobre el proyecto de la UIG-‐ULL. De forma paralela, se diseñó un formulario on-‐line, en
versión española e inglesa, disponible durante todo el periodo de ejecución del proyecto y
que permitiera a la UIG-‐ULL recopilar la información on-‐line de forma práctica y segura. Este
formulario constaba de cuatro apartados:
1 Datos de identificación y contacto, tipo de institución, región global de actuación y
presencia en internet.
2 Ámbitos de actuación, funciones, áreas de especialización en igualdad, proyectos
ejecutados, etc.
3 Características organizativa (historia, organigrama, pertenencia a redes, etc.).
Datos sobre intenciones o disponibilidad de la entidad para cooperar en red (según
regiones, ámbitos, o idiomas).
La captación de entidades potencialmente interesadas en cooperar en el proyecto se
llevó a cabo entre abril, mayo y junio de 2013. Se estableció contacto estandarizado por mail
con las entidades localizadas en internet para informarles del proyecto y formulario
disponible, así como contacto directo, espontáneo y personalizado con muchas de ellas, a fin
de resolver dudas y estimular la participación.
Se fue construyendo un fichero de registro de envíos de la invitación a participar en el
proyecto, que permitiera sistematizar el trabajo y calcular la tasa de respuestas. Tres criterios
adoptados para localizar y contactar entidades son: 1) ser una institución/red europea,
12
americana o africana; 2) tener como misión contribuir a la igualdad de género; y 3) contar
con algún tipo de experiencia en la docencia, investigación, producción de recursos y
material didáctico, etc. En otras palabras, la UIG-‐ULL ha tratado de involucrar también en los
objetivos del proyecto a entidades no exclusivamente dedicadas a la igualdad de género en
ciencia, en la línea con la estrategia del mainstreaming de género. La base de datos creada
sirve también para visibilizar de una manera más escueta aquellas instituciones que, por
11
European Women’s Health Network (2001): «Guide through Network Structures and
Knowledge about Key
Persons for Policy Activities»,
<http://ec.europa.eu/justice_home/daphnetoolkit/files/projects/2004_2_069/int_womens_
health_network_guide_key_persons_for_policy_activities.pdf>, p.4. [09/09/2013]
12
Aunque el proyecto preveía la cooperación con instituciones de América Latina y el
Caribe, el gran volumen y la visibilidad y accesibilidad de las entidades norteamericanas, ha
llevado a la inclusión de muchas de ellas en nuestro proyecto.
497
|
diversos motivos, no han podido participar en el proyecto y de las cuales la UIG-‐ULL tiene
una información muy limitada.
Los plazos de ejecución del proyecto llevaron a establecer como máximo tres meses para
la fase de captación. Por ello, no se ha llegado al punto de saturación en la búsqueda y
captación de entidades en los tres continentes abordados.
A comienzos de julio, la UIG-‐ULL había contactado con más de 1200 entidades
comprometidas con la igualdad de género en ciencia alrededor del mundo (ver Gráfico 1), de
las cuales 154 han participado activamente en el proyecto. 479 de las entidades contactadas
son centros de investigación de estudios de género o unidades de igualdad universitarias;
más de 200 son instituciones gubernamentales no universitarias dedicadas a la
implementación de políticas de igualdad y/o financiación de proyectos de investigación; 532
son asociaciones y organizaciones pertenecientes al Tercer Sector; 45 son redes y 17
pertenecen al sector privado.
Finalmente, en julio y agosto las tareas se centraron en coordinar el diseño de la base de
datos con el trabajo informático de creación de filtros de búsqueda, elaborar las 154 fichas
personalizadas con la información ofrecida por cada entidad participante, alojar la base de
datos en la página web de la UIG-‐ULL, así como analizar cuantitativa y cualitativamente los
datos obtenidos para la elaboración del presente diagnóstico.
Gráfico 1. Tejiendo redes: entidades contactadas
498
|
DIAGNÓSTICO
1.
Entidades
contactadas
La fase de localización y contacto llevó a extraer una idea preliminar clara: la visibilidad y
accesibilidad en internet de organizaciones y redes para la igualdad de género en ciencia es
mucho mayor en los países del “Norte Global” que en los países del “Sur Global”, en este
caso, América Latina y África. Este es el motivo por el que la UIG-‐ULL, en pleno proceso de
captación de organizaciones y teniendo en cuenta que más del 80% de las organizaciones
pertenecían a países occidentales, redefinió sus prioridades y redirigió los esfuerzos hacia
una representación más equilibrada del Sur Global, donde se procedió a realizar una
búsqueda en la web país por país. Como resultado, se ha contactado con 237 instituciones de
América del Norte y 581 de Europa, mientras que 217 son latinoamericanas y 248 africanas,
por lo que el 64% representa al Norte Global y el 36% al Sur Global (ver Gráfico 2).
Gráfico 2. Entidades contactadas: distribución regional
600
400
200
0
Europa
América
del
América
Norte
Laxna
y
Caribe
África
Respecto a las entidades dedicadas específicamente a la igualdad de género en ciencia,
aunque no podamos profundizar en sus características organizativas, es importante destacar
por un lado, el nivel de redes y estructuras organizativas visibles en internet alcanzado por las
científicas europeas, y por otro, el incipiente desarrollo de dichas estructuras por parte de las
científicas africanas, aunque su visibilidad es mucho menor. Ejemplos de estas últimas son
Femmes
Togolaises
pour
la
Promotion
de
la
Science
et
de
la
Technologie
(FTPS&T);
African
Association
of
Women
in
Geosciences;
Association
des
Femmes
Ingénieurs
et
Scientifiques
du
Cameroun
(AFISC);
Association
of
Professional
Women
Engineers
of
Nigeria;
Association
of
South
African
Women
in
Science
and
Engineering;
Association
of
Women
Engineers,
Technicians
and
Scientists
in
Uganda;
Science,
Technology
and
Innovation
for
Women
in
Tanzania
(STI4WT);
Women
in
Science
in
Morocco
Association;
Zambia
Association
for
Women
in
Science
and
Technology, entre otras. Por su parte, destacan las organizaciones transnacionales
latinoamericanas Red
Iberoamericana
de
Ciencia,
Tecnología
y
Género
y Mujeres
Científicas
en
Latinoamérica
y
el
Caribe. La tendencia hacia una mayor representación de las
499
|
particularidades de las académicas y científicas del Sur Global ha sido uno de los hallazgos
más importantes de este proyecto. Los datos de estas y otras redes transnacionales para la
igualdad de género en ciencia en el Sur Global, como Organization
for
Women
in
Science
for
the
Developing
World,
estarán accesibles en breve en la base de datos on
line
elaborada por la
UIG-‐ULL (www.igualdad.ull.es).
2.
Entidades
participantes
Durante el periodo de ejecución del proyecto ha habido un lento pero continuo aumento
del número de entidades contactadas que han decidido participar en el mismo y que se
encuentran ya incluidas en la base de datos de la UIG-‐ULL arriba mencionada. En el
momento de finalización de la primera edición del proyecto, han manifestado su intención de
cooperar en red para la igualdad de género en ciencia 154 entidades (tasa de respuesta del
12%). El propósito de la UIG-‐ULL es ampliar en futuros proyectos dicha base de datos,
haciendo especial hincapié en el fortalecimiento de redes entre la ULL e instituciones del Sur
Global, en el marco de la estrategia “Campus Atlántico Tricontinental”. La representación
geográfica de las entidades participantes es la siguiente: 58 españolas; 54 del resto de
Europa; 8 de América del Norte; 22 de América Latina y el Caribe; y 12 de África
(ver Gráfico 3).
Gráfico 3. Entidades participantes: procedencia regional
Los datos ofrecidos por nuestras entidades del Sur Global permiten sostener la hipótesis
del creciente interés – y consecuente creación de organizaciones y redes -‐ por la igualdad de
género en ciencia a partir de la década de los noventa. El 77% de nuestras participantes de
500
|
América Latina y el Caribe fueron establecidas a partir de 1990, así como el 92% de nuestra
muestra de entidades africanas. Esto nos da como resultado que el 83% de las entidades
participantes del Sur Global ha surgido en las últimas dos décadas, siendo organizaciones
jóvenes.
Algo más del 50% de las entidades participantes son organismos universitarios de
diferentes regiones globales: 56 de las entidades participantes son centros de estudios de
género (algunos pertenecientes al Tercer Sector) o similares, y 27 son unidades de igualdad u
observatorios análogos de universidades españolas. También están dispuestas a cooperar 29
instituciones gubernamentales encargadas de políticas y proyectos de igualdad: 25
nacionales y 4 supranacionales. Por su parte, 36 entidades pertenecen al movimiento
asociativo de mujeres: 10 son asociaciones de mujeres en ciencia y tecnología y 27 son ONGs
y diversos colectivos del movimiento feminista. Por último, participan otras 5 entidades
diversas pertenecientes al sector privado.
Actualmente, el ámbito
geográfico
de
actuación de algo más de la mitad de nuestras
entidades es predominantemente nacional, incluyendo aquellas que actúan solo a nivel local
o regional. Más del 40% de ellas tiene experiencia de actuación internacional, siendo el
ámbito más repetido Europa (46%), seguido de América Latina y el Caribe, África y América
del Norte.
Todas nuestras entidades tienen presencia
en
internet a través de blog o página web,
salvo contadas excepciones en el Sur Global, lo cual indica una apuesta clara por hacer su
trabajo visible en la red. Además, algo más de la mitad tiene presencia en alguna red social,
una tendencia en línea con el papel clave que juegan ya las redes sociales en el movimiento
feminista, como se ha indicado anteriormente. Facebook es la red social preferida de
nuestras entidades, seguida de cerca por Twitter, y de lejos por la red profesional Linkedin.
En cuanto a los ámbitos
de
actuación
en
igualdad
de
género, las áreas más repetidas son,
por orden, políticas de igualdad; formación y docencia; género y ciencia; violencia de género,
acoso y actitudes sexistas; representatividad, promoción y desarrollo; comunicación, imagen
y lenguaje; y corresponsabilidad y conciliación. La población
destinataria
de sus servicios, en
coherencia con la naturaleza de las entidades participantes, comprende en su mayor parte a
los diversos tipos de colectivos de las universidades, como alumnado y personal investigador
y académico, que juntos suponen más del 60% de los posibles colectivos beneficiarios.
Para cumplir con sus objetivos, 98 de las 154 organizaciones (el 64%) han recibido algún
tipo de financiación para la ejecución
de
sus
proyectos en el periodo 2010-‐2013, pero solo 48
entidades (el 31%) han tenido capacidad para publicar algún tipo de convocatoria (ofertas de
trabajo, premios de investigación, becas, etc.) en el mismo periodo. Es más abundante la
producción
de
recursos, ya que 108 entidades (el 70%) publican de forma abierta diverso
material didáctico, informes o investigaciones relacionados con la igualdad de género. Pese a
la correlación positiva entre presencia en internet (web y redes sociales) y desarrollo de
proyectos subvencionados, la brecha entre entidades con fuerte vs.
escasa presencia en
internet es pequeña (68% y 60%, respectivamente, ejecutan proyectos subvencionados).
501
|
Por lo que se refiere al tamaño
de
las
instituciones, se puede afirmar que, salvo los
Ministerios u organismos análogos que hacen subir la media del personal a 50, estamos
hablando de instituciones pequeñas en las que la moda es 2 personas. Teniendo en cuenta
que existe una sobrerrepresentación de mujeres tanto en los estudios de género como en el
trabajo técnico de igualdad entre hombres y mujeres, no es de extrañar que la inmensa
mayoría del personal contratado, y de las personas asociadas en el caso de ONGs, sean
mujeres. El mismo análisis se puede hacer respecto al número de mujeres en cargos
directivos. El perfil
profesional
más
representativo de su personal, o de las personas asociadas
en el caso de ONGs, es el de Humanidades, Educación y Ciencias Sociales, que juntos
suponen el 71% de los perfiles. Por tanto, las ciencias de la salud, experimentales, agrónomas
y las ingenierías están infrarrepresentadas en las entidades participantes en el proyecto.
La existencia
de
plan
de
igualdad en las entidades participantes ha sido otro dato de
interés para la UIG-‐ULL, sobre todo en el ámbito universitario. 69 de ellas cuentan con plan
de igualdad vigente, 22 están en fase de negociación para su adopción, y 63 entidades no
disponen de plan de igualdad.
Dado que este es un proyecto para el fomento de redes, también se ha recabado
información sobre las conexiones de nuestras entidades con otras organizaciones: 16 de ellas
(el 10%) cuentan con distintos tipos de organizaciones adscritas, y 115 (el 75%) pertenecen a
alguna o a varias redes. Esto nos da una pista sobre el nivel de sofisticación que ha alcanzado
el trabajo en red para la igualdad de género. Y apunta a una cierta inercia existente en el
trabajo en red dentro del movimiento asociativo feminista: las entidades que más trabajan en
red son las que están más dispuestas a establecer nuevos contactos para la cooperación en
red.
Especial mención requiere la información que nuestras entidades expresan sobre sus
intenciones/proyectos
para
futuras
cooperaciones
en
red. En este sentido, existe una buena
disposición para cooperar, ya que el 80’5% ha indicado una disponibilidad media o alta. La
alta disponibilidad del Sur Global supera ligeramente (más del 80% de las entidades) a las del
Norte Global (menos del 80%). 124 (el 80,5%) tienen vocación de cooperación a nivel
internacional, característica que destacábamos arriba como propia de este estadio del
150
100
50
0
502
|
movimiento feminista. Las regiones globales más destacadas para ello son Europa, seguida
de América Latina y el Caribe, América del Norte y África (ver Gráfico 4). Respecto a las
materias
en las que indican intención de cooperar, la mayoría coincide con las que han
manifestado como sus ámbitos de actuación. Es decir, los ámbitos más repetidos vuelven a
ser políticas de igualdad; formación y docencia en igualdad; género y ciencia; violencia de
género, acoso y actitudes sexistas; representatividad, promoción y desarrollo; comunicación,
imagen y lenguaje; y en último lugar, corresponsabilidad y conciliación (ver Gráfico 5). Ello
sugiere que existe otra inercia en el trabajo en red, esta vez a cooperar en aquellos ámbitos
en los que las entidades tienen ya experiencia. Por último, nuestras entidades desean
cooperar sobre todo en inglés y español, idiomas en que se ha desarrollado este proyecto,
pero también existe disponibilidad para cooperar en francés, italiano, alemán y portugués.
Gráfico 4. Entidades participantes: ámbitos geográficos deseados para cooperar
Gráfico 5. Entidades participantes: ámbitos deseados para la cooperación en igualdad
Políxcas
de
igualdad
Género
y
ciencia
Comunicación
y
lenguaje
Representaxvidad
y
promoción
Violencia
de
género
CONCLUSIONES
La UIG-‐ULL ha realizado un proyecto de fomento de redes para la igualdad de género en
ciencia. Para ello, ha contactado con más de 1200 redes y estructuras organizativas de los
continentes europeo, americano y africano, de las cuales ha recabado datos en profundidad
de 154 entidades que han accedido a participar en el proyecto. Dicha información ha
permitido elaborar un diagnóstico sobre redes y estructuras por la igualdad de género en
ciencia, y construir una base de datos accesible desde la página web de la UIG-‐ULL que
pretende ser el punto de partida de futuros trabajos en red.
503
|
Nuevas ediciones de este y otros proyectos que fortalezcan los contactos a nivel global
son necesarios, toda vez que constatamos que la situación de desigualdad de género en la
ciencia no desaparecerá espontáneamente. Se han hecho avances en nuestra región global,
pero la segregación horizontal marcada por los estereotipos de género, así como el “techo de
cristal”, el “muro de la maternidad”, la “cañería que gotea” y la “caja mágica de desaparición”
en las carreras de las científicas continúan infravalorando epistémicamente a las mujeres y
como consecuencia, perdiendo talentos para la ciencia.
El movimiento asociativo de académicas y científicas que empezara en los países
occidentales durante la “segunda ola” poco tiene que ver con el perfil de las redes y
estructuras organizativas del siglo XXI. Estos cambios tienen que ver con una mayor
especialización de las asociaciones de científicas tanto en el Norte como en el Sur Global y
con la puesta por procesos menos jerárquicos mediante el trabajo en red a nivel
transnacional, haciendo uso de las TICs. Podemos afirmar que permanece la tradicional doble
función de lobby y de red de apoyo de mujeres.
Las entidades participantes en este proyecto constituyen una muestra bastante
representativa de las características del movimiento feminista actual. Cuentan con una gran
experiencia en la lucha contra la desigualdad de género en ciencia y en otros ámbitos, pues
han llevado a cabo numerosos proyectos y el nivel de cooperación en red ha alcanzado un
alto grado de sofisticación. Tienen una buena disposición para el establecimiento de nuevos
contactos y trabajo en red, con una vocación claramente transnacional. Su presencia en
internet y redes sociales se va consolidando hacia un mayor protagonismo de las redes 2.0 en
el trabajo por la igualdad en la ciencia. Por último, se ha detectado un aumento en el número
de organizaciones y redes para la igualdad de género en ciencia en América Latina y África
desde los noventa. En otras palabras, el momento de las académicas y científicas del Sur
Global ha llegado ya, y con él, un movimiento asociativo por la igualdad de género en ciencia
más global y más plural.
AGRADECIMIENTOS: La UIG-‐ULL está muy agradecida a todas las participantes en este
proyecto por su dedicación y entusiasmo por la cooperación en red para la igualdad de
género en ciencia.
504
|
PARTE
III:
CIENCIA,
TECNOLOGÍA
Y
GÉNERO
505
|
Políticas
de
la
ciencia
506
|
¿CUÁNTO
DE
COMPROMISO?
¿CUÁNTO
DE
IGUALDAD?
UN
ANÁLISIS
INTERDISCIPLINAR
SOBRE
LAS
MUJERES
UNIVERSITARIAS
DURANTE
EL
FRANQUISMO
Y
SU
INFLUENCIA
EN
LA
DEMOCRACIA
Ángel
Rodríguez
Gallardo
María
Victoria
Martins
Rodríguez
INTRODUCCIÓN:
EL
PARADIGMA
DE
LAS
UNIVERSITARIAS
PIONERAS
Por «mujeres universitarias pioneras» entendemos aquellas que inician la consolidación de
la mujer en la carrera profesional dentro de la universidad. Este «paradigma de pioneras» se ve
afectado por ciertos factores académicos y/o profesionales.
Un primer tipo de mujeres universitarias pioneras se compone de aquellas que inician y
desarrollan una trayectoria académica como docentes y/o investigadoras, dentro de una
disciplina universitaria.
Un segundo tipo de universitarias pioneras tiene que ver con aquellas que fueron
exclusivamente estudiantes en disciplinas con nula o escasa presencia femenina.
El concepto de universitaria pionera se vincula tradicionalmente con disciplinas científicas
1
«masculinizadas». No obstante, los estudios de García de León cuestionan en parte esta
asignación. Aunque está extendida la idea de que las mujeres estudiaban más carreras de
2
letras, se registran proporcionalmente más docentes en el ámbito de las ciencias .
Hacer una carrera académica convierte a una mujer en una pionera, dentro del contexto
represivo propio de la educación franquista. Desarrollar una trayectoria profesional en el
ámbito universitario suponía enfrentarse al entramado masculinizado franquista. Aquellas
mujeres que lo consiguieron han tardado en ser identificadas, singularizadas y raramente
biografiadas. Apenas tenemos datos de las primeras docentes y/o investigadoras
1
GARCÍA DE LEÓN, María Antonia, «Trayectorias bioprofesionales (análisis a través de las
entrevistas en profundidad)», en GARCÍA DE LEÓN, María Antonia y GARCÍA DE
CORTÁZAR, Marisa (codir.), Las
académicas
(Profesorado
universitario
y
género), Madrid,
Instituto de la Mujer, 2001, pp. 427-‐499.
2
Vid. BARRERA PEÑA, María Luisa y LÓPEZ PEÑA, Ana, Sociología
de
la
mujer
en
la
universidad:
Análisis
histórico-‐comparativo.
Galicia-‐España
1900-‐1981, Universidad de
Santiago de Compostela, 1983.
507
|
universitarias gallegas en la Historia, la Filosofía o la Filología. En cambio, contamos con más
datos sobre las primeras científicas. Este hecho tiene que ver con la mayor consideración de
las ciencias y con la indiferencia social al poso intelectual de las mujeres humanistas.
Aunque el régimen franquista promovió apartar a la mujer de los estudios superiores, no
les negó directamente la entrada a ellos. Las mujeres que adoptaron la decisión de acceder a
la universidad lo hicieron sabiendo que iban a compartir por primera vez espacio académico
3
con los varones . Esta convivencia mixta en las aulas universitarias –también con los docentes
varones– comportó que muchas mujeres se viesen capaces no solo de competir con el nivel
académico de sus compañeros varones sino también de superarlo, tanto como para aspirar a
obtener un puesto académico, como docente o investigadora. Ese autoreconocimiento de su
valía intelectual es un germen de una conducta comprometida y de una condición igualitaria
en el terreno profesional.
¿Cuándo pasan las mujeres universitarias de aspirar únicamente a ser docentes en
niveles no universitarios a querer serlo en la enseñanza superior o a afanarse en ser
investigadoras? En estas variaciones existe un proceso psicosocial de pioneras y una decisión
que contenía una demanda de igualdad profesional para modificar espacios controlados y
4
dominados exclusivamente por hombres .
Este paradigma de pioneras en el ámbito universitario es una muestra de
protoconciencia de igualdad y de compromiso que nutrió otras vías de desarrollo de paridad
y responsabilidad social que acabaron conformándose décadas después en forma de
movimientos sociopolíticos, culturales o asociativos dentro de contextos democráticos.
Están poco estudiadas las relaciones entre los deseos de igualdad de aquellas mujeres
universitarias pioneras y la idea de compromiso e igualdad que late en muchos de los ámbitos
5
académicos, profesionales y sociales que compartimos hombres y mujeres en la actualidad .
3
Algunas compartieron ya espacio con varones en institutos mixtos, apartándose así de la
segregación educativa habitual en el franquismo.
4
En 1974 solo el 56% de las licenciadas ejercían profesionalmente su carrera y solo el 9,6%
de los técnicos superiores eran mujeres, vid. ROBLES, Victoria y ANGUITA, Rocío, «La
universidad española desde la perspectiva de la incorporación de las alumnas: el pasado y el
presente de una desigualdad de género», en SANZ, Carmela (ed.) Seminario
Internacional
“Género
y
Trayectoria
profesional
del
profesorado
universitario”, Madrid, Instituto
Universitario de Investigaciones Feministas, 1995, pp. 51-‐62.
5
Sabemos poco de la influencia de estas pioneras en la entrada de mujeres en el sector
docente, investigador y de gestión, o en la reciente aprobación de leyes de igualdad en las
universidades. Así mismo, desconocemos los obstáculos en lograr una efectiva igualdad en
el mundo universitario provenientes de prejuicios, discriminaciones directas e indirectas,
costumbres y malas prácticas que tienen su origen en la época de las pioneras. Vid. LÓPEZ
DE LA VIEJA DE LA TORRE, Mª Teresa, «Construir la Igualdad», en PERDOMO REYES,
Inmaculada y PUY RODRÍGUEZ, Ana (eds.), Género,
conocimiento
e
investigación, Madrid,
Plaza y Valdés Editores, 2012, pp. 41-‐55.
508
|
¿Cuánto hay en aquella decisión de las mujeres universitarias pioneras de compromiso? ¿Y
cuánto de igualdad?
Las respuestas a estas preguntas entrañan un análisis de categorías y métodos de varias
disciplinas. En ellas hay que incluir no solo un componente vital y psicológico de carácter
individual sino también un análisis del ámbito sociohistórico del franquismo y de la
democracia desde el punto de vista de la historiografía de la educación, que en nuestro caso
se fusiona con las historias de vida audiovisual y como fuente del análisis crítico del discurso.
Tarsy Carballas, una mujer formada en Química y Farmacia, quien consiguió forjar una
dilatada carrera profesional como investigadora de élite en el CSIC, recuerda que a su llegada
a la Universidad a principios de los años 50 no se consideró intelectualmente inferior al
hombre, pero sí hubo de luchar, como otras tantas mujeres, contra el desaire de los
docentes, quienes las obligaban a demostrar “cada día” que poseían los mismos o mejores
conocimientos que se le suponían per
se a los hombres.
La idea de que el saber estaba asociado al sexo masculino caló de modo desigual y
profundo en muchas de las jóvenes que demostraban capacidad para construirse una carrera
académica. La propia Tarsy Carballas revela que las dificultades a las que se enfrentaban las
mujeres provenían ya del periodo no universitario, como relata en el suceso en que un
profesor de matemáticas del instituto masculino y femenino de Lugo consideró oportuno
llevar a las mejores alumnas del instituto femenino para solventar los errores que los alumnos
varones cometían en la resolución de los ejercicios de clase. La narración está sustentada en
la valoración que hace sobre la decisión del profesor (“idea horrible”, “peregrina idea”), en el
desequilibrio intelectual entre chicos (“los chicos no estudiaban”) y chicas (“íbamos mucho
más adelantadas”) y en la confianza intelectual que estas despertaban en ciertos docentes.
Las consecuencias de tal desafío intelectual acabaron en una manifestación de violencia
contextualizable en la tradicional educación aplicada a los hombres (“habían formado un
corrillo y a poco más nos pegan”, “cuando íbamos por el paseo nos insultaban”).
Este paradigma de pioneras se vincula a un patrón de «mujer buena estudiante». En
muchas de las entrevistas realizadas, estas mujeres se revelan ya desde temprana edad
convencidas de tener una vocación profesional y de mostrarse interesadas por el estudio, por
el crecimiento personal y, finalmente, por ser capaz de discernir desde jóvenes un objetivo de
vida apoyado en esos valores, estimulados por los sacrificios económicos que realizaban sus
padres.
Como seres humanos, las constituyó la idea de compromiso con sus intereses y con su
vocación profesional, porque en cierto modo esas vocaciones tenían mucho que ver con esa
conciencia de pioneras, de estar transitando nuevos caminos para las mujeres de su
generación.
Ciertas consecuencias producidas por este paradigma de pionera se manifestaron
posteriormente en el contexto familiar –con sacrificios, con rupturas, con transformaciones–
y en sus trayectorias profesionales, como estímulos para superar los obstáculos, las
dificultades y las limitaciones que revelan los relatos de sus vidas profesionales. La decisión
de iniciar y desarrollar una carrera como docente o como investigadora en la universidad
509
|
franquista era tipificada discursivamente como una “locura”, mucho más si quien tomaba tal
decisión era una mujer, como así lo revela la catedrática de Química Inmaculada Paz
Andrade, quien llegó a sufrir una depresión ante el acoso laboral de los catedráticos varones,
por celos de otros profesionales y por los obstáculos para conseguir una plaza universitaria
estable (llegó a ser acusada de “roja”).
Su relato revela en primer lugar que el entramado clientelar universitario propio del
franquismo perjudicaba siempre a las mujeres, quienes sufrían los recelos de los docentes
masculinos –y de la institucionalización androcéntrica–, capaces de emplear cualquier
acusación contra ellas con tal de no verse superados profesionalmente. En segundo lugar, la
narración de los obstáculos sufridos por estas mujeres universitarias están articulados en
torno a un hecho «fundacional» perjudicial o dañino para el desarrollo de sus trayectorias
profesionales. Ese hecho inaugural nocivo provocó modificaciones significativas en sus
rumbos académicos, en la mayoría de los casos tras superar una disfunción de carácter
emocional, que tiene además consecuencias reveladoras para comprender de modo
específico el conjunto de su trayectoria. Ambos factores, la hostilidad del hecho institucional
androcéntrico y la superación de un trauma fundacional articulan este paradigma de
pioneras.
Cuando hablamos de «trauma fundacional» aludimos a sucesos en que las mujeres se
enfrentaban a situaciones conflictivas en espacios discursivos y sociales reservados para
hombres. Tal realidad las convertía en fundadoras de una tradición. Para oponerse a las
adversas condiciones que suponía situarse en esos espacios no femeninos, se optaba por
recurrir a lo que Scott ha denominado infrapolítica, es decir, acciones diversas como la
6
inacción, el disimulo, el absentismo o la huida . Nos lo ha relatado así la médica Carmen
Porto, quien empleó formas propias de las «armas de los débiles» (en este caso, modificar su
horario de trabajo para que ciertos profesionales misóginos no la viesen trabajar en el
despacho) para luchar contra el rechazo de los médicos varones a la presencia de mujeres en
su departamento universitario.
La narrativa de Carmen Porto alude además a que las trayectorias profesionales en el
contexto universitario están organizadas en torno al hecho del pupilaje, de modo que
construir una carrera académica ha tenido mucho que ver con contar con un docente que
amparase el recorrido de su discípula. En determinadas áreas de conocimiento, la difícil
incorporación de mujeres se relaciona en parte con el hecho de que no hubiese docentes o
investigadores masculinos dispuestos a acogerlas como pupilas. Lo ha contado con especial
crudeza la doctora en Químicas Mercedes Álvarez Lires. En su promoción universitaria,
recuerda que el Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Santiago se resistía
a aceptar mujeres en su seno. Para conseguir el acceso a tal departamento, Lires asumió una
condición de “pionera”, inspirada por la figura de Marie Curie, y aceptó la condición de que
para entrar había de obtener matrícula de honor en la materia del catedrático, aunque
6
SCOTT, James C., Two
Cheers
for
Anarchism, Princeton University Press, 2012.
510
|
después le hicieron la vida imposible en el departamento al encargarle las funciones que
nadie quería hacer.
De nuevo funciona en este paradigma de pionera la aparición de una mujer en un
contexto controlado por hombres (un departamento universitario), el criterio de excelencia
(obtener la máxima calificación para conseguir el acceso) y la asignación de funciones
puramente subalternas impropias para un hombre. Todo ello configura un trauma
fundacional que se verbaliza en la expresión “me hizo la vida imposible”, emitida por la
entrevistada.
Un segundo grupo de pioneras está formado por mujeres que iniciaron y desarrollaron
estudios con escasa presencia femenina. Son mujeres que se deciden por continuar
vocaciones presentes en la tradición familiar. Así, habrá mujeres que optan por estudiar
Derecho por ser hijas de abogados o procuradores, o Arquitectura o Ingeniería por haberlo
hecho también sus padres. Hemos comprobado que son mujeres que no refieren obstáculos,
problemas o hechos “fundacionales” perjudiciales durante su periodo de estudiantes. Su
situación cambia cuando se incorporan al mundo profesional, donde se encuentran un
entorno hostil que minusvalora sus capacidades intelectuales o las endilga comportamientos
“desviados”. La arquitecta Milagro Rey Hombre revela las acusaciones de lesbiana con las
que trataban de denigrarla dentro de su ámbito profesional. Este hecho demuestra la onda
larga en la permanencia de los estereotipos que funcionaban desde el siglo XIX para referirse
7
a las primeras universitarias .
PARADIGMA
CONFLICTO
DE
LAS
CARGAS
FAMILIARES
Y/O
DESARROLLO
PROFESIONAL,
EN
RELACIÓN
CON
LA
DIALÉCTICA
SOLTERÍA/EXCELENCIA
PROFESIONAL
El compromiso con una carrera académica y profesional condiciona asumir cargas
familiares, tanto como para establecer un paradigma de análisis al convertirse tales cargas en
un conflicto. Ese compromiso desemboca en no pocos casos en la decisión de no formar una
familia, como un patrón de opción vital con cierta continuidad en mujeres académicas. Son
varias de ellas las que introducen la clave de la desigualdad en el ámbito doméstico como un
factor desincentivador de la opción de asumir cargas familiares por la limitación que
establecía para la excelencia profesional. La catedrática de Química Inmaculada Paz Andrade
renunció a casarse y a convertirse en madre de familia cuando su novio de toda la vida le
pidió que no ejerciese la carrera que estaba terminando.
En muchas universitarias no existió ninguna pulsión por casarse y/o tener hijos. En
ciertos casos porque no encontraron una pareja que asumiese sus inquietudes profesionales,
lo cual podía desembocar en desavenencias y ruptura. Eso le ocurrió a la médica Carmen
Porto, casada con un técnico especialista de Telefónica, con el que le terminaron de separar
7
FLECHA, Consuelo, Las
primeras
universitarias
en
España. Madrid, Narcea, 1996.
511
|
el diferente estatus profesional y social, el reparto de las responsabilidades familiares y,
sobre todo, las necesidades de espacio y movilidad profesional, vistos con reparo por su
marido.
Suelen ser ellas quienes asumen el control y la gestión de las tareas domésticas y el
cuidado de los hijos, contando con frecuencia con ayuda de sus madres o de servicio
doméstico. No obstante, la educación franquista funcionó como inductora para que, pese a ir
ocupando espacios profesionales propios de los hombres, siguiesen responsabilizándose de
las funciones domésticas. Este hecho ralentizó sus carreras académicas y profesionales,
relegando, por no ser tan prioritario como la familia, su presencia en puestos de
responsabilidad y de gestión. De las mujeres universitarias entrevistadas son las nacidas
alrededor de los años 50 las que más renuncian a tener hijos.
Es también esa generación de los 50 la que más tiende a casarse con compañeros de
estudios universitarios o de los colectivos sociopolíticos y culturales en los que ellas
participaron. Con el tiempo la convivencia en pareja y la asunción de una ideología igualitaria
de género por parte de la mujer dará lugar a separaciones matrimoniales y al inicio, en la
mayoría de los casos, de una militancia dentro de la lucha por las reivindicaciones
8
feministas .
En cierto modo, este paradigma subraya el nivel de compromiso de las mujeres
universitarias con su carrera profesional, pero cuestiona las dificultades en la lucha por la
igualdad social entre hombres y mujeres, que se hallaba en un estado sumamente
embrionario.
PARADIGMA
DE
LA
INVISIBILIDAD
DE
CIERTOS
CAMBIOS
DESDE
PERSPECTIVAS
NO
ESTRICTAMENTE
FEMINISTAS
Es posible establecer un paradigma de mujeres universitarias que imponen una dinámica
de transformación en ciertos ámbitos fuera de los tradicionales movimientos sociales y
feministas. Hay una generación de mujeres invisibles que luchan en soledad por la igualdad e
incluso a veces en contra del sentir de su propia familia. Son mujeres capaces, con
inquietudes por el conocimiento y con una férrea insistencia en construirse como
profesionales en su rama del saber. Mujeres buenas estudiantes, vocacionales, a veces
incomprendidas, que consiguen modificar con su práctica la percepción conservadora de que
las mujeres no sirven para estudiar ni para obtener buenos resultados académicos y/o
profesionales.
Este paradigma de la invisibilidad explica que hayan llenado sus vidas con una profesión,
que no hayan tenido ansias por casarse ni por formar una familia porque las han colmado con
8
Entre nuestras entrevistadas, las más comprometidas fueron la filósofa Purificación
Mayobre, la química Mercedes Álvarez Lires, la historiadora María Xosé Rodríguez.Galdo, la
periodista Margarita Ledo, la filóloga Camiño Noia, la pedagoga Mercedes Suarez, la
filósofa Pilar Allegue o la economista Carme García Negro.
512
|
su vocación y con su trabajo. Muchas de ellas han permanecido en la universidad como
docentes e investigadoras, han sentido la ambición de alcanzar el máximo nivel en su
profesión, tanto en titulación académica como en inserción en su comunidad científica a nivel
nacional e internacional.
El paradigma de la invisibilidad se hace evidente cuando la capacitación profesional las
ha llevado a enfrentarse a situaciones de control y rechazo androcéntrico en contextos
profesionales propios de la empresa privada o de la universidad. De nuevo, una dinámica de
oposición infrapolítica produjo cambios en esos ámbitos controlados de modo exhaustivo por
hombres, de modo que también han servido para presionar y producir cambios legislativos
en forma de políticas de igualdad. Aparece en ellas una conciencia de compromiso con su
profesión, con su autorrealización personal y con su entorno más próximo, especialmente
con su familia (y, en especial, con sus madres, como agente representativo del sacrificio
económico familiar).
No se percibe en ellas un discurso sobre la igualdad, puesto que el contexto histórico que
hubieron de vivir hurtó tal categoría de su práctica discursiva y social. Cuando se inician y
visibilizan las luchas sociales durante los años 60, cada sexo ocupa su lugar: los hombres
asumen una posición de liderazgo; mientras que las mujeres ocupan una situación
secundaria. Ni siquiera en ese contexto de movimientos antifranquistas de finales de la
dictadura logran aparecer en el debate las cuestiones de género. Para ello habrá que esperar
ya a los años 70 y a las primeras lecturas sobre estas cuestiones que realizan algunas de estas
mujeres universitarias.
PARADIGMA
DE
LA
SUPERESTRUCTURA
FAMILIAR
Y
EDUCATIVA
COMO
CONDICIONANTE
DE
LA
ELECCIÓN
VOCACIONAL
Las recomendaciones y las influencias familiares condicionan las elecciones vocacionales
de muchas mujeres universitarias. Además, el contexto educativo limitaba estas decisiones.
Muchas de estas mujeres accedieron a la universidad porque pertenecían a familias que
consideraban el estudio una forma de progreso personal y social. Ninguna entrevistada alude
a la práctica de “conseguir marido” como factor de entrada en la universidad. Estudian por
interés personal, para mejorar su situación socioprofesional, para conseguir autonomía y,
mayoritariamente, aconsejadas por sus madres, agentes familiares en el proceso de toma de
elección.
Lo habitual es que la superestructura familiar recomendase a sus hijas que estudiasen
Magisterio. De las veinticinco entrevistadas, cinco lo hicieron, aunque posteriormente
realizaron otros estudios para completar su vocación. Combinan así el compromiso con la
superestructura familiar y con su propia vocación.
En cambio, los hombres podían elegir sus estudios sin las mismas presiones que las
mujeres, poniendo de relieve la desigualdad entre unas y otros. Cuando la pedagoga Antía
Cal pretendió estudiar Filosofía y Letras lo hubo de consultar con su padre, no así su
hermano.
513
|
Funcionaba además una superestructura psicosocial y educativa a partir de la cual los
estudios recibían una consideración «feminizada» (Magisterio, Enfermería), que ejercía una
importante presión sobre las decisiones de las jóvenes y de sus familias.
Los estudios de Medicina interesaban históricamente a las mujeres, pero el franquismo
abortó tal interés. Tarsy Carballas recuerda que en esa facultad “recibían de uñas” a las
mujeres y las familias presionaban a sus hijas para que no fuesen médicas. Carmen Porto
recuerda que su padre se negaba a que estudiase Medicina porque eran estudios para
mujeres “marimachos”. Gracias a la complicidad de su madre, Porto consiguió “burlar” la
oposición de su padre, a quien “engañó” durante varios años haciéndole creer que estaba
estudiando Farmacia. En 1968 se convirtió en la primera docente de la Facultad de Medicina,
haciéndose un hueco en el campo de estudio de la Radiología, al que poco a poco se
sumarían otras mujeres.
Las “armas de los débiles” fueron empleadas también por Carmen Parada, quien acabó
estudiando clandestinamente Periodismo pese a la oposición de su familia. En esos estudios
encontraba un sentido de “aventura” que la alejaban de estudios más clásicos, pero además
estudiar Periodismo era una manera de enfrentarse a la vida rutinaria, patriarcal y tradicional
que se les proponía a las mujeres. En su decisión influyó la cultura cinematográfica
americana, donde visibilizó la figura de las mujeres periodistas independientes y vestidas con
pantalones. Esa representación femenina funcionó para ella como un referente para construir
su vocación.
CONCLUSIONES
Los paradigmas analizados revelan la importancia de las mujeres universitarias en la
construcción de un compromiso por la igualdad, sobre todo en el ámbito universitario, a
través de la creación de programas y actividades docentes con el objetivo de visibilizar la
presencia de las mujeres en la gestión y docencia universitaria. En esa dinámica, se
aprovecharon de las reivindicaciones de los movimientos estudiantiles y sociales del
tardofranquismo, de la Transición y de la primera etapa de la democracia. También
influyeron en sus profesiones o en la vida familiar, poniendo en entredicho la discriminación
de género.
Al hablar de compromiso e igualdad, lo hacemos pensando en la capacidad reflexiva y
crítica de las mujeres universitarias para cuestionar la tradicional posición de la mujer en la
sociedad. No era solo acceder a ciertos estudios sino también obtener un reconocimiento de
derechos a la hora de compartir y gestionar espacios públicos, secularmente masculinos.
Se han dado pasos en las últimas décadas en la creación de centros de investigación de
género (Centro Interdisciplinario de Investigacións Feministas e de Estudos de Xénero,
Universidade de Santiago; Seminario Interdisciplinar de Estudos Feministas o Centro de
Estudios de Género y Feministas, Universidade da Coruña; Cátedra Caixanova de Estudios
514
|
Feministas y Seminario Interdisciplinario de Estudios de Género, Universidade de Vigo) y de
9
oficinas y unidades de igualdad en las universidades gallegas . Además, desde 2013 se
organizan unas jornadas universitarias gallegas de género como un espacio público de
discusión sobre la igualdad.
Con todo, en todos estos espacios de igualdad y de empoderamiento femenino se
detecta una cierta pasividad en relación a las cuestiones de género, como si la obtención de
logros a nivel legislativo hubiese paralizado el progreso en la visibilización de la mujer en el
ámbito académico y profesional y, por tanto, en la consecución de una universidad y,
también, de una sociedad más democráticas.
9
BALLARÍN, Pilar; GALLEGO, María Teresa; y MARTÍNEZ, Isabel, Los
estudios
de
las
mujeres
en
las
Universidades
españolas,
1975-‐1991. Madrid, Instituto de la Mujer, 1995.
515
|
¿TIENEN
GÉNERO
LAS
TRAYECTORIAS
EDUCATIVAS
Y
PROFESIONALES?
DIFICULTADES
Y
RETOS
EN
EL
ESTUDIO
DE
TRAYECTORIAS
Anna
Vitores
González
Clara
Selva
Olid
La trayectoria suele entenderse como una secuencia de etapas que configura el
desarrollo educativo y profesional. En el ámbito educativo, se refiere a la sucesión de
estudios formales e informales por los que pasamos y que tienen repercusión en nuestro
desarrollo profesional, mientras que en el ámbito profesional, se trata de los distintos
puestos de trabajo y actividades laborales derivadas de la formación recibida y de la
combinación de factores micro y macrosociales (como los antecedentes familiares, las
relaciones personales, el género, el momento social del egreso, o las condiciones del
mercado de trabajo).
El estudio del papel del género en el desarrollo de estas trayectorias es central para
entender porqué determinadas profesiones y determinadas posiciones dentro de ellas siguen
estando dominadas por hombres. Por poner un ejemplo, pese a los resultados semejantes en
matemáticas de niñas y niños hasta los diez años (incluso contando ellas con percepciones de
desempeño superior), al llegar a la educación media ellas siguen eligiendo mayoritariamente
las ciencias sociales. Lo que sigue reproduciéndose en el plano universitario. A pesar de su
ingreso masivo a las aulas, de ser mayoría en ellas y de haber diversificado sus opciones, las
carreras elegidas (en su gran mayoría ciencias de la salud, humanas, sociales y
experimentales) siguen existiendo una brecha de género importante (respecto a las
ingenierías y las ciencias técnicas). Claramente las carreras típicamente femeninas se
orientan a profesiones asistenciales o educativas, mientras que las más masculinizadas se
orientan a aspectos más instrumentales.
Los estudios de género señalan de forma recurrente la existencia de cierto tipo de
barreras o limitaciones en la trayectoria profesional de la mujer; fenómenos como el
tradicional glass
ceiling (metafóricamente un techo que limita su carrera profesional, difícil de
traspasar y que les impide seguir avanzando), ampliado por el glass
wall (que recoge los
obstáculos que la mujer encuentra para ser seleccionada para posiciones expatriadas; siendo
éstas últimas cada vez más una parte integral del desarrollo de la carrera de las potenciales
directivas) y completado por el sticky
floor (conformado por las responsabilidades de cuidado
del hogar y la familia; dónde el trabajo del hogar se convierte en el sticky
floor que frena su
516
|
desarrollo laboral, atrapándolas en el ámbito privado) han sido abordadas para comprender,
de forma diferencial, cómo se desarrollan las trayectorias femeninas.
Limitaciones como las citadas explican que la trayectoria de la mujer se represente
gráficamente como un laberinto, dónde más que una obstrucción trasparente, invisible o
sutil, ubicada en un nivel concreto de la organización, próximo a las posiciones más altas, los
obstáculos son múltiples, aparecen en diferentes momentos de la trayectoria profesional y
no siempre son invisibles para ellas. Estos fenómenos subrayan la necesidad de estudiar las
trayectorias profesionales en clave de género, dada la especificidad de barreras y
limitaciones presentes en los recorridos femeninos, así como ponen de relieve la necesidad
de atender no sólo a los argumentos institucionales o discriminaciones visibles, sino también
a los procesos sociales y culturales en los que se generan identidades, preferencias y
expectativas específicas según el género. En definitiva, la investigación sobre la toma de
decisiones acerca del futuro, sobre las decisiones ya tomadas y sobre la vivencia de la
trayectoria de forma retrospectiva, resulta central para visibilizar cómo estos recorridos y
elecciones se encuentran críticamente marcadas tanto por al acceso a unos determinados
recursos sociales, culturales y económicos como por el hecho de ser miembros de una
sociedad que confiere expectativas diferentes para mujeres y hombres. En esta
comunicación revisamos de forma crítica una de las herramientas conceptuales utilizadas en
este tipo de investigación. Especialmente atendiendo al reto que supone investigar las
trayectorias de género y las opciones de carrera sin naturalizar en ellas una verdad
subyacente de género.
Por un lado, es necesario combatir el poder del discurso individualista en nuestras
sociedades, es decir, la idea de que, al final, las personas alcanzan una carrera o una
trayectoria en la vida “en base a sus propios méritos, intereses y compromisos hace que sea
difícil ver que estos logros también se ven restringidos y marcados al pertenecer a una
sociedad que tiene expectativas diferentes para hombres y mujeres” (Rommes et al, 2007:
1
304) . Por el otro, este discurso combinado con la creencia sobre “la igualdad de género” (es
decir, la idea de que, en general, vivimos en una sociedad que ha alcanzado la igualdad entre
hombres y mujeres), refuerzan la percepción social de que no existe problema alguno
respecto a la escasa representación de las mujeres en determinados trabajos. Simplemente,
no les gusta. Por supuesto, esto significa que sigue siendo importante “contar” cuerpos
dentro de espacios: producir y ofrecer datos diferenciados por sexo para ilustrar la
segregación jerárquica y vertical de las mujeres en todos los trabajos y puestos. Es necesario,
pero no suficiente. Es importante producir y difundir el conocimiento sobre aquellos procesos
sociales y culturales en los cuales se generan identidades, expectativas y preferencias
específicas de género. Sin embargo, reforzar los estereotipos y esencialismos del género a
través de la investigación no parece ser una opción demasiado reveladora. Así, el género,
1
ROMMES, Els, OVERBEEK, Geertjan , SCHOLTE, Ron , ENGELS, Rutger and DE KEMP,
Raymond «''I'm not interested in computers': Gender-‐based occupational choices of
adolescents». Information,
Communication
&
Society, vol. 10, núm 3 (2007), pp. 299-‐319
517
|
incluso cuando se discute como una construcción social y cultural, es tratado como una
construcción real y evidente.
En este contexto, y a nivel conceptual, este esencialismo es desestabilizado por aquellos
estudios que sitúan los discursos y posicionamientos con respecto a las carreras en el
contexto de la “doing gender”. Sin duda alguna, el punto de vista del género como algo que
tiene que “hacemos”, algo que debe ser “performado” ha implicado un cambio importante
cuando se piensa en las relaciones de género.
Usar este enfoque (Doing
Gender) reclama un cambio que implica pasar de ver a
“hombres” y “mujeres” como categorías autoevidentes a considerar el género como una
2
práctica social (West y Zimmerman, 1987) . Como argumentaron West y Zimmerman, el
género no es algo que somos, sino algo que hacemos. El género debe reconstruirse
socialmente de forma continua a la luz de las “concepciones normativas” sobre hombres y
mujeres. La gente actúa con la conciencia de que serán juzgados de acuerdo a lo que se
considera un comportamiento femenino o masculino apropiado. Tales concepciones
normativas varían a través del tiempo, los grupos étnicos, y las situaciones sociales, pero la
oportunidad omnipresente. Por ello, el género es un aspecto emergente en curso de la
interacción social. Aproximarnos al género como algo que tiene que hacerse, implica no dar
por sentado expresiones de diferencia que, aunque parezcan naturales, no lo son. Estas
diferencias deben ser reconstruidas continuamente para mantener la apariencia de
naturalidad. Desde esta perspectiva, se hace hincapié en la necesidad de estudiar cómo se
produce, reproduce y subvierte el género en diferentes ámbitos sociales. Se asume entonces
que el género debe ser abordado como una forma de examinar las actividades diarias a
través de las cuales las personas reproducen y representan el género con el fin de
comprendernos a nosotros mismos y entender a los que nos rodean. Y, desde luego, entre
estas actividades a través de las que hacemos el género, encontramos los intereses, las
motivaciones y las expectativas sobre el empleo y la vida profesional.
En cuanto a la comprensión de las trayectorias de carrera, la aproximación al género
como práctica social ha sido especialmente útil para el estudio de dos temas relacionados: a)
las opciones de las mujeres jóvenes en relación a los estudios y/o carreras dominados por
hombres; b) las prácticas de género en las culturas organizacionales o la investigación sobre
las mujeres que hacen carrera dentro de las ocupaciones dominadas por hombres. En el
primer caso, por ejemplo, encontramos estudios que nos ayudan a comprender que expresar
preferencias por determinados tipos de actividades (videojuegos, construcción de
artefactos…), “divertirse” con algún tipo de actividad y no otra y, elegir algunas materias a
estudiar (matemáticas, informática, ingeniería o campos relacionados con la tecnología), es
un medio activo de mostrar, hacer, la identidad propia de un género. En el segundo tipo de
investigaciones, nos encontramos con estudios que muestran las dificultades, paradojas y
2
WEST, Candace; ZIMMERMAN, Don H. «Doing Gender». Gender & Society. Vol. 1, núm 2
(1987): 125–151.
518
|
efectos de las mujeres que estudian o trabajan en entornos eminentemente masculinos. Por
lo general, se presenta como el conflicto de mostrar dos supuestos hechos “incompatibles”:
ser mujer y... ser ingeniero, ser jefe, ser trabajador de TI, etc...
Un ejemplo: Powell, Bagilhole y Dainty (2009) exploraron las experiencias de mujeres
estudiantes de ingeniería en su lugar de trabajo, un ambiente dominado por hombres, e hicieron
uso del enfoque de doing
gender para explicar su comportamiento y actitudes. Al hacerlo, nos
muestran que habían descubierto que, las mujeres estudiantes de ingeniería estaban haciendo o
realizando género para enfrentarse a dicho entorno (dominado por hombres), comportándose
en algunas ocasiones de forma femenina, mientras que en otras actuando como “uno de los
chicos”, o incluso adoptando un “rol anti-‐femenino”. Veamos una cita:
“It shows how women’s enculturation or professionalization into engineering results in their
doing gender in a particular way in order to be accepted as fitting into the life they have
chosen as engineers. However, this simultaneously results in women’s implicit and explicit
devaluing and rejection of femaleness. In doing engineering, women have undone their
gender, failing to challenge the gendered culture of engineering and in many ways
3
upholding an environment which is hostile to women” (Powell et al.; 2009: 426).
Un segundo ejemplo. Laura A. Rhoton (2011), en su trabajo realizando entrevistas a
mujeres en campos académicos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas se
propuso estudiar las barreras de género para el avance de las mujeres en estas disciplinas
(prácticas, estereotipos y culturas ocupacionales de género). Sus conclusiones fueron que las
mujeres entrevistadas, al dar sentido a sus trabajos, participaban de prácticas que las
distinguían de otras mujeres o de prácticas y rasgos comúnmente asociados con las mujeres
o la feminidad. Veamos una cita:
“This study has used the gender practices framework as a lens through which to
understand how women scientists may also contribute to gendered barriers in their
understandings of and interactions with other women. (…)Women scientists’ distancing
practices not only support and reproduce gendered structures and cultures that
contribute to gendered barriers for women in STEM disciplines but they also have
implications for efforts to dismantle these barriers. Women’s distancing practices
reproduce gender inequalities in STEM fields by devaluing femininity and supporting
occupational ideals that obscure structures, cultures and practices that frame women as
4
outsiders and impede their success” (Rhoton, 2011:711).
3
POWELL, Abigail, BAGILHOLE, Barbara; DAINTY, Andrew « How women engineers do
and undo gender: consequences for gender equality ». Gender,
Work
&
Organization, vol. 16,
núm 4 (2009), pp. 411–428.
4
RHOTON, Laura A. «Distancing as a Gendered Barrier Understanding Women Scientists.
Gender Practices.» Gender
&
Society, vol. 25, núm 6 (2010) , pp. 696–716.
519
|
Estos ejemplos muestran las dificultades a las que podemos enfrentarnos con el enfoque
de doing
gender. Aunque los tres trabajos señalan hallazgos importantes, también señalan la
dificultad de tomar en serio lo del hacer género como algo que implique “hacer”. En cierto
modo, en estos ejemplos, la feminidad se trata como algo que las mujeres “tienen” y escogen
estratégicamente no expresar. Por lo tanto, de manera tácita, actuar de forma diferente a la
“feminidad normativa” se entiende como si fuera algo menos “natural” que actuar de forma
“femenina”. Parece que un cuerpo discursivamente marcado como femenino no puede
“verdaderamente” expresar actitudes marcadas discursivamente como masculinas. Se trata
como un error de identificación. Por otra parte, también implica “culpar” a esas mujeres por
no defender a “su” grupo. En cierto sentido tenemos la sensación de que, a pesar de que el
enfoque del doing
gender no trata de esencias, sino de prácticas, continuamos “culpando” a
un sujeto (y, de nuevo, culpamos a “mujeres”) por ejemplo, por contribuir a reproducir las
5
culturas de género en el trabajo. Tal vez esta es la razón por la que Francine Deutsch (2007)
señala que, “irónicamente, el “doing gender”, ha sido utilizado para mostrar cómo se
mantienen las relaciones de género e incluso para argumentar que, cuanto más cambian las
cosas, más permanecen igual”, concluyendo que “hacer género se ha convertido en una
teoría de la conformidad y el convencionalismo del género. En dicho artículo, Deutsch
plantea la necesidad de reformular las preguntas y preguntarse cómo y cuándo se “deshace”
el género. Más específicamente, afirma que la investigación debería centrarse, por ejemplo,
en visibilizar aquellas situaciones sociales en las que el género es menos relevante. En este
sentido, los casos que involucraban interacciones de mujeres y/en ocupaciones no
tradicionales para ellas han sido interpretados como situaciones en las que el género se
vuelve cada vez menos relevante.
6
Quizás, como argumenta Kelan (2010) , negar “el género” es también hacer género. Sin
embargo, no es una cuestión de “negar un género”, es decir: cuando las mujeres no se
definen a sí mismas como “mujeres femeninas” o se visten como “hombres” no están
“negando su género”, sino distanciándose de la feminidad normativa. Y, por lo tanto, están
haciendo género. Nos demuestran que el género es algo que hacemos, no algo que somos.
Tal vez no sea una cuestión de buscar cómo “deshacer” un género si esto significa buscar y
desear situaciones en las que el género ya no es relevante. No podemos imaginar, al menos
por el momento, una sociedad “post-‐género”. El género importa en múltiples situaciones, y
también en nuestras biografías. Estamos posicionados como sujetos generizados. A veces
con dolor, a veces con placer, nos identificamos y pedimos ser identificadas a través del
género. La cuestión aquí es cómo denunciar el género como un mecanismo que implica una
situación de dominación.
5
DEUTSCH, Francine M. «Undoing Gender». Gender
and
Society, vol.21, núm 1 (2007), pp.
106-‐127
6
KELAN, Elisabeth K «Gender logic and (un)doing gender at work». Gender, Work &
Organization, vol. 17, núm. 2 (210), pp. 174–194
520
|
Las relaciones de género son relaciones de poder. Y como nos enseñó Foucault, el
peligro no está en las relaciones de poder en sí mismas, sino aquello que hace que las
relaciones de poder se vuelvan fijas e irreversibles. Cuando, por medio de la violencia, la
marginación o la naturalización, se fija un ejercicio reversible de poder entre dos entidades,
todos los movimientos ya están previstos y una parte gana, entonces estamos frente a una
situación de dominación. Por lo tanto, si queremos luchar contra las relaciones de género
como una dominación determinante, deberíamos luchar contra aquellos mecanismos que
naturalizan el género binario y su contenido. Es necesario centrar y hacer visibles las
prácticas que ayudan a demostrar que nuestras suposiciones sobre lo que es considerado
“femenino” o “masculino” y sobre la necesidad ser una mujer o un hombre “adecuado”, son
una actividad, un campo de batalla,. No existe una entidad supra humana (naturaleza, dios, o
cualquier otro ente des-‐agenciador como podría ser el mercado) que determine los
significados y formas de ser mujer u hombre (o la necesidad de tener género). El problema es
lo que se construye como “natural” (y, por tanto, como una “obligación” si se quiere ser
considerado “normal”) para mujeres y los hombres. Qué es lo que una mujer supuestamente
quiere, dice y aprecia. Y lo que un hombre supuestamente quiere, dice y aprecia. No es una
pregunta acerca de lo que les gusta (lo que nos gusta), sino de cómo se fijan esos supuestos
como “naturales”. Cuando estos supuestos se naturalizan, ya no se trata de relaciones de
poder, sino de una situación de dominación. No hay otra posibilidad natural para la entidad:
ser hombre o mujer. Y si soy una mujer, de forma natural, normal, me tienen que gustar
algunas cosas y no otras.
Al mismo tiempo pensamos que otro foco de trabajo debería tratar las jerarquías de
valores asociados a lo que usualmente se considera femenino y lo que se suele considerar
masculino. Es una tarea diferente, pero complementaria si nuestro objetivo es cuestionar las
relaciones de género como relaciones de dominación. Si los trabajos citados son
importantes, aunque critiquemos que de alguna manera materializan un género “natural”, se
debe a que denuncian la devaluación de los conjuntos de valores considerados como
femeninos y por lo general vinculados a unos cuerpos. Por lo tanto, creemos que también es
importante desmantelar la jerarquía entre esos valores.
521
|
PIEDAD
DE
LA
CIERVA
(1913-‐2007),
PIONERA
EN
LA
INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
Inmaculada
Alva
Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Piedad de la Cierva (1913-‐2007) ha sido una figura muy poco estudiada. Fue una de las
primeras mujeres con una carrera científica a la que se dedicó profesionalmente que se abrió
camino en un mundo preferentemente masculino. En su trayectoria profesional se encontró
con hombres que supieron valorar sus aptitudes científicas y la apoyaron en su trabajo, como
Julio Palacios o José María Otero Navascués. En otras ocasiones tuvo que hacer frente a los
prejuicios de quienes no eran partidarios de que una mujer desempeñara esa labor. Sin
embargo, el balance de esta murciana emprendedora era positivo. Licenciada en Ciencias
Químicas en 1932, becaria de doctorado del Instituto Rockefeller en Madrid, desarrolló un
trabajo destacado que le permitió obtener una beca para investigar en uno de los centros
más prestigiosos del momento, el luego llamado Instituto Niels
Böhr en Copenhague. Allí
pudo trabajar con destacados científicos -‐-‐algunos ya eran o serían Permios Nobel-‐-‐ que
desarrollarían la física atómica. Piedad de la Cierva participa activamente en congresos y
reuniones científicas con un alto nivel de producción y un ritmo constante de publicaciones.
Los conocimientos adquiridos en el Niels
Böhr le serían luego de gran utilidad en sus trabajos
sobre el vidrio óptico en el Instituto de Óptica a partir de 1940. Fue ella quien puso en marcha
la industrialización en España de este material indispensable para la fabricación de
instrumentos ópticos.
Sin embargo, su trabajo como pionera es poco conocido y no ha sido objeto de
monografías o estudios más específicos, aunque se la mencione y se destaque su importancia
en trabajos como el de Carmen Magallón sobre las pioneras científicas. Este trabajo quiere
ser un primer acercamiento a su biografía científica a partir de los datos que aporta la
bibliografía y de unas breves páginas autobiográficas inéditas que Piedad de la Cierva
1
escribió en 1993 cuando empezó a darse cuenta que la memoria le fallaba . Quería dejar
1
Los trabajos que me han servido de punto de partida son los siguientes: MAGALLÓN
PORTOLES, Carmen, Pioneras
españolas
en
las
ciencias.
Las
mujeres
del
Instituto
Nacional
de
Física
y
Química, Madrid, CSIC, 2004, 405 pp.-‐ MONTERO, Mercedes, La
conquista
del
espacio
público.
Mujeres
españolas
en
la
universidad
(1910-‐1936), Madrid, Minerva ediciones,
2009, 282 pp.-‐ PUIG-‐SAMPER MOLERO, M. A., Tiempos
de
investigación
JAE-‐CSIC,
cien
años
de
investigación
en
España, CSIC, Madrid, 2007,
482.-‐ La mayor parte de los datos han
522
|
constancia de su trabajo en una época especial en que la mujer se estaba abriendo camino en
campos hasta entonces vedados.
INFANCIA
Y
PRIMEROS
ESTUDIOS
La familia de Piedad de la Cierva está llena de nombres ilustres. Su padre, Juan de la
Cierva López, era sobrino del político Juan de la Cierva Peñafiel, ministro durante el reinado
de Alfonso XIII. Uno de los hijos de este era Juan de la Cierva Codorniú el conocido inventor
del autogiro, fallecido prematuramente en un accidente de aviación en Croydon en el año
1936. La madre de Piedad, Serafina Viudes Guardiola, era alicantina, nieta del marqués de
Rioflorido, aunque la familia procedía del Pirineo aragonés.
Piedad de la Cierva nació en Murcia el 1 de junio de 1913. Su padre, un hombre exigente y
severo, abogado y profesor de Economía y Hacienda de la Facultad de Derecho, fue también
Secretario General de la Universidad de Murcia. El ambiente culto e ilustrado en que se
desenvolvía la vida familiar beneficiaba por igual a Piedad como a sus otros tres hermanos,
pues el cabeza de familia presentía que se avecinaban nuevos tiempos para las mujeres y se
preocupó de que su única hija –que además era la mayor-‐ gozara de la misma esmerada
educación que sus hijos varones. Piedad empezó a preparar el primer curso de bachillerato en
el colegio de Jesús María de Murcia, pero los dos cursos siguientes los continuó en casa bajo
la dirección de dos profesores. El cambio de plan de estudios en 1926, que dividía 6º de
Bachillerato en Ciencias y en Letras, propició que se matriculara como alumna oficial en el
Instituto para poder acceder a las prácticas de laboratorio pues la intención de Don Juan de la
Cierva era que su hija estudiara Farmacia. Piedad de la Cierva cumplió las expectativas
paternas y terminó brillantemente el bachillerato en 1928, obteniendo además el Premio
Extraordinario. Se abría para ella una nueva etapa donde podría hacer realidad su vocación
2
científica .
AÑOS
UNIVERSITARIOS
Aunque Piedad estaba conforme en empezar sus estudios universitarios, no lo estaba
tanto en la elección de carrera. Don Juan estaba empeñado en que su hija estudiara
Farmacia. Tal vez porque era lo más acorde con las propias aptitudes e inclinaciones de
Piedad, sin olvidar que en el ambiente general de la época se consideraba esta carrera más
adecuada para las mujeres pues la atención de una farmacia se concebía como una extensión
3
de las tareas domésticas . Sin embargo, Piedad se opuso tajantemente a su padre. “No
sido obtenidos de las memorias inéditas de Piedad de la Cierva Viudes, Madrid, 24 de
octubre de 1993 y 19 de marzo de 1995 que se conservan en el Archivo General de la
Prelatura del Opus Dei, AGP, Series U.1.4. En adelante lo citaré como Memorias
de
Piedad
de
la
Cierva
Viudes con la fecha del documento correspondiente.
2
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, pp. 2-‐3.
Cfr. MONTERO, Mercedes, La conquista del espacio público. Mujeres españolas en la
universidad (1910-‐1936), Madrid, Minerva ediciones, 2009, pp. 116-‐118.
3
523
|
4
quería estudiar tanto para finalmente poner una tienda” , recuerda que comentó cuando
planteó a su padre estudiar Ciencias Químicas. Fue esta su primera victoria aunque también
tuvo que ceder y examinarse de las asignaturas de Labores, Música y Pedagogía, que
permitía obtener el título de Magisterio. El primer año de Químicas lo cursó en la Universidad
de Murcia, un curso preparatorio de Ciencias compuesto de cuatro asignaturas básicas
común a las carreras de Farmacia, Medicina y Ciencias. El curso siguiente se trasladó a la
Universidad de Valencia para continuar allí la carrera.
Piedad vio una oportunidad de salir del asfixiante hogar familiar y de romper con la
monotonía de su vida en Murcia. Todo era novedad. Desde el ambiente en que se movía,
pues era la única chica de su clase -‐-‐como también le había ocurrido en Murcia-‐-‐ y solo había
cuatro mujeres más en toda la facultad. El aire de libertad que respiraba en las aulas le dio las
fuerzas necesarias para convencer a su padre de que la dejara viajar sola en tren y acudir a
clase sin la señora de compañía que le había buscado.
Terminó la carrera en 1932 con diecinueve años y obtuvo el Premio Extraordinario de
Licenciatura. Uno de sus profesores, el catedrático de Química Antonio Ipiens, la animó a
hacer el doctorado en Madrid. Él mismo se encargó de escribir una carta de recomendación a
Julio Palacios, catedrático de Física de la Universidad Complutense y Jefe de la Sección de
Rayos X del Instituto Rockefeller, que se había inaugurado ese mismo año.
INVESTIGACIÓN
EN
EL
INSTITUTO
DE
FÍSICA
Y
QUÍMICA
Y
EN
EL
NIELS
BÖHR
Piedad marchó a Madrid en septiembre de 1932. El profesor Julio Palacios le dispensó
una cálida acogida y diseñó con ella su plan de estudios. Simultanearía las asignaturas de
doctorado en la Facultad de Ciencias de la Complutense con el trabajo en el laboratorio del
Instituto para aprender las técnicas de Rayos X necesarias para la investigación sobre
estructuras cristalinas, tema de su futura tesis doctoral. Además consiguió un trabajo de
profesora de Física y Química en el Colegio del Sagrado Corazón en Chamartín para ayudar a
la economía familiar. Su tarea era preparar en esa materia a cuatro o cinco chicas que iban a
acceder al bachillerato.
El Instituto de Física y Química, popularmente conocido como el Rockefeller, se había
inaugurado en febrero de 1932. Piedad de la Cierva recuerda el deslumbramiento que le
produjo la entrada en el moderno edificio equipado con las mejores instalaciones del
5
momento . Su estancia en el Rockefeller fue muy fructífera pues el ambiente selecto y
cultivado que se respiraba aumentó aún más su amor a la ciencia y le dio la oportunidad de
4
5
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, pp. 4-‐5.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, pp. 8-‐9.
524
|
conocer a los más prestigiosos científicos del momento que acudieron a dictar conferencias,
6
intercambiar técnicas y trabajos, etc., como Marie Curie o Albert Einstein .
La sección de Rayos X estaba dirigida por Julio Palacios con la colaboración de Rafael
Salvia. Contaban con tres becarios y catorce colaboradores, entre los que se encontraba
Piedad de la Cierva. Según señala Carmen Magallón “será -‐entre las investigadoras de esta
7
sección-‐ la que realizará una aportación más relevante y continuada” . Sus trabajos darían
lugar a la tesis doctoral Los
factores
atómicos
del
azufre
y
del
plomo
y a siete artículos que se
publicarían en los Anales
de
la
Sociedad
Española
de
Física
y
Química, algunos de ellos en
colaboración con Julio Palacios o con otros investigadores que trabajaban en la Sección de
8
Rayos X .
Participó también en la Sociedad Española de Física y Química y en 1934 intervino en el
IX Congreso Internacional de Química Pura y aplicada que reunió a especialistas de todo el
mundo. Ese mismo año fue nombrada ayudante de clases prácticas de Química Orgánica por
9
el profesor Luis Bermejo .
Acabada la tesis en 1935, Palacios le propuso solicitar una beca de ampliación de
estudios en el extranjero. Magallón ha documentado que en principio la solicitó para trabajar
con el profesor Mark en Viena, pero finalmente marchó a Copenhague al prestigioso
10
Universitetes Institut for Teoretish Fysik, que dirigía el Profesor Bohr .
De la Cierva era consciente de que, como comenta en sus memorias, “a lo largo de mi
vida he ido recorriendo etapas que, cada vez, me llevaban a ambientes más elevados cultural
11
y socialmente” . El centro de investigación al que acudía en mayo de 1935 había sido creado
por la Academia Real Danesa de Ciencias para que el premio Nobel Niels Böhr pudiese
6
Cfr. Sánchez Ron, J. M, “Las ciencias físicas y químicas en la JAE”, en Puig-‐Samper Molero,
M. A., Tiempos
de
investigación
JAE-‐CSIC,
cien
años
de
investigación
en
España, CSIC,
Madrid, 2007,
pp. 112-‐113.
7
MAGALLÓN PORTOLES, C., Pioneras españolas en las ciencias. Las mujeres del Instituto
Nacional de Física y Química, Madrid, CSIC, 2004, pp. 240-‐241.
8
Cfr. Ibídem, p. 241: esos artículos eran CIERVA VIUDES, Piedad de la – LOSADA, J.,
“Medidas fotométricas de la reflexión de los Rayos X”, Anales
de
la
SEFQ 31 (1933) 607;
CIERVA VIUDES, P. – PALACIOS, J., “ Medidas fotométricas de la reflexión de los Rayos X”,
Anales
de
la
SEFQ, 32 (1934) 391; CIERVA VIUDES, P. – PALACIOS, J, “Factores atómicos
absolutos del azufre y del plomo”, Anales
de
la
SEFQ, 33 (1935) 34-‐38; CIERVA VIUDES, P.,
“Emisión de neutrones por minerales”, Anales
de
la
SEFQ, 33 (1936) 766-‐769; PALACIOS, J. –
RIVOIR, L. – CIERVA VIUDES, P., “Medidas fotométricas de la reflexión de los Rayos X. IV.
Comparación de intensidades muy diferentes”, Anales
de
la
SEFQ, 34 (1936) 743-‐747;
CIERVA VIUDES, P. – RIVOIR, L., “Análisis químico por Rayos X”, Anales
de
la
SEFQ, 34
(1936) 770-‐778.
9
Cfr. MAGALLÓN PORTOLES, C., Pioneras
españolas, p. 241.-‐ Memorias
de
Piedad
de
la
Cierva
Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 10.
10
Cfr. MAGALLÓN PORTOLES, C., “La JAE y las pioneras españolas en las ciencias”, en
PUIG-‐SAMPER, Tiempos
de
investigación, p. 227.
11
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 7.
525
|
construir su propio instituto de estudios atómicos concediendo becas a jóvenes científicos de
todo el mundo que quisiesen trabajar con él. El Instituto se convirtió en el centro mundial de
la física cuántica que reunía a brillantes investigadores, algunos de los cuales llegarían a ser
12
premios Nobel de Química o de Física . Uno de ellos fue el profesor Georges von Hevesy que
dirigió los trabajos de Piedad en el Niels
Böhr y recibió en 1943 el Premio Nobel de Química
por el descubrimiento del hafnio junto con Dirk Coster. Von Hevesy le enseñó las técnicas de
desintegración artificial del átomo y le orientó en la bibliografía sobre física nuclear. Fruto de
sus investigaciones en el Instituto serían dos trabajos de investigación, “Transmutación del
aluminio por bombardeo con neutrones rápidos”, que se publicó luego en los Anales de la
Sociedad Española de Física y Química con el título “Bifurcación en la transmutación del
13
aluminio por la acción de los neutrones rápidos” , y “Separación sobre isótopos del Bromo”,
este último en colaboración con Hevesy y otros dos ilustres físicos Otto Frisch y Johannes
Bröndsted.
Con ocasión de dos viajes a España, uno en las vacaciones de Navidad, el otro el de la
vuelta definitiva porque se acaba el período de disfrute de su beca, aprovechó para conocer
centros de investigación de otros países, como le había recomendado von Hevesy, con el fin
de completar su conocimiento de las técnicas de radioactividad. Fue así como conoció el
Instituto de Radio de París -‐-‐donde fue atendida por Irene Joliot-‐-‐, el Kaiser Wilhelm Institut
für Chemie en Berlín y el Institut für Pleistische Chemie en Friburgo. Su objetivo era iniciar los
14
trabajos para pilotar la implantación de los estudios sobre radioactividad en España .
Sin embargo, la guerra civil interrumpió bruscamente todos esos sueños y gran parte de
estos recuerdos quedaron como sepultados bajo una losa que no volvería a levantarse hasta
15
que empezó a ponerlos por escrito en 1993 . Piedad pasó gran parte de la guerra en Osuna,
donde se ganaba la vida como profesora de Física y Química en el Instituto, además de
ayudar como enfermera en el Hospital Militar de Segunda Línea instalado en el pueblo.
Cuando por fin regresa a Madrid, acabada la guerra en 1939, empieza una nueva etapa
en la que desplegaría una diferente proyección profesional.
EL
INSTITUTO
DE
ÓPTICA
Y
LA
INDUSTRIALIZACIÓN
DEL
VIDRIO
ÓPTICO
De vuelta en Madrid, Piedad de la Cierva intentó retomar su actividad científica pero la
situación ha cambiado drásticamente. Aunque Julio Palacios continuaba en el Rockefeller, la
12
GAMOW, G., Treinta años que conmovieron la física. La historia de la teoría cuántica,
Buenos Aires, EUDEBA, 1971, pp. 72-‐87.
13
CIERVA VIUDES, P., “Bifurcación en la transmutación del aluminio por la acción de los
neutrones rápidos”, Anales
de
la
SEFQ, 33 (1936) 541-‐588.
14
15
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 17.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 18.
526
|
Sección de Rayos X no había empezado a funcionar ni había proyectos en la universidad para
el próximo curso.
En octubre de 1939 se le presentó una nueva oportunidad cuando José María Otero
Navascués, al que había conocido el tiempo que había estado refugiada como él en la
Embajada de Noruega, le ofreció trabajar en su proyecto de creación de una sección de
16
óptica para impulsar la investigación y fabricación de instrumentos ópticos para la Marina .
Es así como empezó a formar parte del equipo que sería el germen del Instituto de Óptica y
que se instaló provisionalmente en la antigua sala de té del Rockefeller.
Recibió al mismo tiempo el nombramiento de auxiliar de Cátedra de “Estructura
atómico-‐molecular y espectroscopia” que se impartía en los cursos de doctorado de la
17
Facultad de Ciencias. La cátedra había sido creada años atrás para Miguel Catalán . De la
Cierva aceptó el nuevo reto porque se sentía capacitada por la materia de su investigación en
el Niels
Böhr y consideraba que le sería de gran ayuda la orientación de Miguel Catalán. Sin
embargo, la política de depuración apartó a Catalán de la enseñanza en la facultad y Piedad
de la Cierva tuvo que hacerse cargo también de las clases teóricas, al menos hasta que la
situación se arreglara. Esto le exigió largas horas de preparación y de trabajo siempre con la
esperanza de que fuera una situación provisional. Finalmente, abandonó estas clases en el
curso 41-‐42, al ver que el expediente del profesor no se solucionaba. Además el trabajo en el
18
Instituto de Óptica era cada vez más absorbente y le resultaba más gratificante .
Un paréntesis en su actividad científica tuvo lugar en 1941. Con cierta renuencia se
dedicó a preparar las oposiciones a cátedra de Física y Química convocadas para la
Universidad de Sevilla, Madrid y Murcia, ante la insistencia de su padre, ilusionado con que su
hija fuera la primera mujer catedrática de Universidad. Junto a ella se presentaba otra mujer,
Teresa Salazar, a la que conocía de los años de colaboración con el Rockefeller. Ninguna de
ellas la sacó.
Según cuenta en sus recuerdos, el día anterior al examen el ministro Ibáñez Martín había
comentado a su padre que había un acuerdo previo de los tribunales para que no saliera
ninguna mujer. No querían por el momento mujeres catedráticas de universidad. En
cualquier caso, Ibáñez Martín aconsejó a su padre que se presentara a cátedra de instituto,
porque ahí no habría ningún problema. Efectivamente, la plaza de Murcia quedó desierta y la
19
de Madrid y Sevilla fueron ocupadas por los dos de los candidatos masculinos . Fue el fin de
su aventura universitaria porque abandonó también las clases en la Complutense y se metió
de lleno en el Instituto de Óptica donde el trabajo le resultaba más interesante. El malestar
16
PÉREZ FERNÁNDEZ-‐TURÉGANO, Carlos, José María Otero Navascués. Ciencia y Armada
en la España del siglo XX, Madrid, CSIC, 2012, pp. 75-‐85.
17
SÁNCHEZ RON, José Manuel, Miguel
Catalán.
Su
obra
y
su
mundo. Madrid, CSIC, 1994,
560 pp.
18
19
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 24-‐26.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 25.
527
|
que le produjo el conocimiento de esos compromisos bajo cuerda en las cátedras le
escarmentó de intentar otras oposiciones, ni siquiera las de instituto.
En el Instituto de Óptica trabaja en la preparación de espejos de aluminio por
evaporación al vacío. Durante la década de los cuarenta, Otero Navascués había
simultaneado la dirección del Instituto de Óptica con la creación de un Centro, el llamado
Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Marina (LTIEMA), donde se iba a
intentar por vez primera en España la fabricación de prismáticos. Otero planteó a Piedad
trabajar en este nuevo centro. La respuesta afirmativa de De la Cierva supuso el final de su
colaboración con el Rockefeller. Se trasladó a un edificio de la Marina en la calle Arturo Soria
20
y en 1943 sería contratada como personal técnico civil contratado por la Marina .
El trabajo de Piedad consistía en la instalación y dirección del laboratorio de química
donde tendría que llevar a cabo la puesta a punto para la preparación de espejos de aluminio,
necesarios para la fabricación de los instrumentos ópticos. Ante el éxito de estos
procedimientos Otero Navascués encomendó a Piedad de la Cierva el estudio y puesta en
práctica de las técnicas utilizadas exitosamente por Alemania para hacer más luminosos esos
instrumentos. Esa técnica estaba empezando a ser estudiada en Estados Unidos y Otero
quería que en España también se avanzara por ese camino.
Era una tarea difícil puesto que existía poca bibliografía sobre las técnicas y fue necesario
realizar muchos ensayos hasta conseguirlo. Pero finalmente a partir de 1945 pudo aplicarse
ese procedimiento a los prismáticos que se fabricaban en el LTIEMA. Piedad de la Cierva
presentó la Memoria de los trabajos realizados a la Academia de las Ciencias en 1946. Esa
Memoria recibió el Primer Premio de la Academia de Ciencias para trabajos de investigación.
21
Era la primera mujer que recibía un reconocimiento de este grado .
Siguió investigando sobre las superficies pulidas del vidrio y participó activamente en
diversas reuniones científicas además de en las sesiones de la Sociedad Española de Física y
Química. Su conocimiento de las calidades del vidrio sería la base de trabajo para lo que sería
su mayor logro, la industrialización del vidrio óptico.
LA
AVENTURA
AMERICANA
Y
LA
INDUSTRIALIZACIÓN
DEL
VIDRIO
ÓPTICO
El vidrio óptico era la materia prima fundamental para la fabricación de instrumentos. Era
un procedimiento muy costoso pero cada vez más necesario no solo por su utilidad militar, sino
también por su uso en la fabricación de cámaras fotográficas y de cine, microscopios, etc.
Precisamente por las dificultades de fabricación había varias empresas europeas que hasta 1914
proveían de este vidrio a la industria óptica mundial, la Schott
und
Genossen de Jena, la Parra
Mantois de París y la Chance
Brothers en Inglaterra. En 1914, Estados Unidos inició la fabricación
20
21
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 27.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, p. 28.
528
|
del vidrio óptico para independizarse de Europa. Años más tarde, empezarían a hacerlo Italia,
Rusia y Japón. En 1947, la calidad de los prototipos de instrumentos ópticos fabricados en el
LTIEMA planteó la posibilidad de empezar a producirlos en serie. Para esto era necesario
22
empezar también con la fabricación del vidrio óptico .
Era en Estados Unidos donde esas técnicas de fabricación del vidrio óptico estaban más
avanzadas, por lo que Otero decidió envía a Piedad a Washington con una beca de la Marina
para que trabajara en el National Bureau of Standards y aprendiera todos los procedimientos de
fabricación. En 1948, instalada ya en Washington fue visitando cada una de las secciones.
En primer lugar, la sección dedicada al análisis de materias primas; después estuvo en el
departamento encargado de estudiar las propiedades físicas del vidrio y en el de fabricación de
crisoles. Finalmente pudo concentrar sus esfuerzos en las técnicas de fabricación del vidrio,
objetivo último de su estancia en Estados Unidos. Para completar esos conocimientos viajó en
febrero de 1949 a la Facultad de Ingeniería de Vidrio de la Universidad de Toledo (Ohio) y a otras
fábricas de vidrio óptico, como la Libby Owens, especializada en la fabricación del vidrio
irrompible por entonces desconocido en España; la Bausch and Jomb Optical y la Kodak en
Rochester (Nueva York). Proyectó también allí el cuadro del personal imprescindible para la
futura fábrica y compró diversas muestras y materiales como caolines, arenas, vidrios y trozos
23
de cristal que le servirían de modelo en la fabricación del vidrio .
Ya de vuelta en España e incorporada al trabajo, realizó otro viaje en enero de 1950 a
Balzers (Lichstenstein) para aprender el manejo de las máquinas que el LTIEMA había comprado
allí para la preparación de láminas antireflectoras. Era una máquina cuyo fundamento ya
conocía Piedad porque había trabajado en el prototipo. En 1954 se consiguió fabricar el primer
ensayo de vidrio óptico. La Memoria se presentó a un Concurso del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, con el título “Ensayos de fabricación de vidrio óptico”. Fue premiada
con el 1º Premio de Investigación técnica “Juan de la Cierva” en 1955 y publicada por el Consejo
24
Superior de Investigaciones Científicas .
Poco tiempo después el ministro de Educación y Ciencia, Joaquín Ruiz Jiménez, le concedía
la Encomienda de Alfonso X el Sabio.
Ese mismo año de 1955 consiguió una beca para ir a París a un congreso sobre “Naturaleza
de las superficies pulidas de vidrio” organizado por la Union Scientifique Continental du Verre.
Aprovechó este viaje para conocer las fábricas europeas que habían comenzado a principio de
25
siglo con la fabricación del vidrio óptico, la Parra
Mantois de París y la Schott en Maguncia .
22
Cfr. CIERVA VIUDES, P., Ensayos
de
fabricación
de
vidrio
óptico. Madrid, CSIC, 1955, pp.
VII-‐VIII.
23
24
25
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 24 de octubre de 1993, pp. 30-‐33.
CIERVA VIUDES, P., Ensayos
de
fabricación
de
vidrio
óptico. Madrid, CSIC, 1955, 132 pp.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 19 de marzo de 1995, p. 9.
529
|
Durante los años 1956 a 1959 siguió especializándose en la fabricación los vidrios y crisoles y
publicando los trabajos relacionados con esas materias, como “Influencia de electrolitos en el
colado de crisoles” y “Atacabilidad de crisoles por el vidrio fundido”.
Serían sus últimos trabajos sobre este tema porque la Marina había decidido interrumpir la
fabricación del vidrio óptico. Piedad dio un nuevo giro a su trabajo y empezó a investigar sobre
26
la cascarilla de arroz y su aplicación para la fabricación de ladrillos refractarios y aislantes . En
1966 presentó la memoria de investigación de estos trabajos para optar al Premio “Juan de la
Cierva” en el apartado “Investigación Técnica” que volvió a ganar, como había ocurrido en 1954.
Continuó con estos trabajos hasta 1976 en que cambió la dirección del LTIEMA. Las nuevas
directrices fueron dejando de lado la investigación y Piedad se sentía cada vez más relegada. Su
trabajo quedó reducido al análisis de aceros y terminó solicitando la jubilación anticipada con 63
27
años . Era el final de una brillante carrera investigadora que no ha tenido aún el reconocimiento
que merece.
CONCLUSIONES
La aportación de Piedad de la Cierva fue amplia y rica en unos momentos en que la
investigación científica rara vez era desarrollada por mujeres. Fue por eso en este ámbito una
auténtica pionera cuyos trabajos tuvieron además una importante aplicación industrial.
Podemos resumir en tres sus logros científicos: el desarrollo de las láminas antirreflectoras, la
industrialización del vidrio óptico y la fabricación de los ladrillos refractarios aislantes.
Si bien su trabajo en el Rockefeller es citado y conocido en las publicaciones académicas,
su labor en el LTIEMA ha pasado más desapercibida. Es un trabajo que aún está pendiente y
del que este artículo no es más que un esbozo.
26
27
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 19 de marzo de 1995, p. 20.
Memorias de Piedad de la Cierva Viudes, 19 de marzo de 1995, p. 21.
530
|
MIGUEL
ROMERA-‐NAVARRO
Y
LA
CAPACIDAD
INTELECTUAL
DE
LA
MUJER.
UNA
REFUTACIÓN
A
LA
CIENCIA
ANDROCÉNTRICA
A
PRINCIPIOS
DEL
SIGLO
XX
Jesús
Espinosa
Gutiérrez
El famoso escrito del médico alemán P. J. Moebius La
inferioridad
mental
de
la
mujer
(1900), en el que intentó demostrar la frivolidad innata de la mujer y su incapacidad para la
concentración intelectual, tuvo una célebre acogida y una extensa divulgación en la Europa
de inicios del siglo XX. A partir de las ideas de Lamarck y Darwin, este autor concluía que la
actividad intelectual de la mujer estudiosa crearía un estado de masculinización del sexo
femenino, y como consecuencia, la degeneración y extinción de la raza. La frenología y la
craneología del momento fueron cruciales en el desarrollo y consolidación de estos
argumentos misóginos. Autores extranjeros tales como Herbert Spencer, Theodor L. W.
Bischoff, Franz Joseph Gallo o el propio Moebius, desde la fisiología y la medicina, fueron
quienes armaron de argumentos a la abundante literatura pseudocientífica y antifeminista
española de la época, representada principalmente por Edmundo González Blanco, Roberto
Novoa Santos, Vital Azal, y un largo etcétera.
Fue el filólogo, historiador y abogado Miguel Romera-‐Navarro (1888-‐1954) quien publicó
en 1909, a la edad de 23 años, un libro titulado Ensayo
de
una
filosofía
feminista.
Refutación
a
Moebius
(prologado por Segismundo Moret, quien fuera presidente del gobierno en varias
ocasiones). Se trata de una especie de impugnación detallada y rigurosa en oposición al
1
famoso y violento tratado de Moebius sobre la mujer . En esta obra, en Feminismo
jurídico
(1910) y en otros escritos (que por desgracia, y por motivos que desconocemos, nunca
2
llegaron a ver la luz) , Romera-‐Navarro llevó a cabo una lucha contra los argumentos
1
Hay que tener en cuenta la enorme influencia y aceptación que las ideas de Moebius
tuvieron en Europa, y concretamente en España, donde su tratado sobre la deficiencia
intelectual femenina fue editado numerosísimas veces. En Alemania, en concreto, tuvo 9
ediciones hasta 1920. El libro del neuropatólogo y psiquiatra alemán fue traducido en
España por primera vez por la feminista Carmen de Burgos Seguí.
2
ROMERA-‐NAVARRO, Miguel, Feminismo
Jurídico:
Derechos
civiles
de
la
mujer,
delincuencia
femenina,
sus
derechos
políticos.
F. Fé (Impr. Española), 1910. A otros escritos nos referimos
a El
problema
feminista. Folleto.-‐Conferencia en el Ateneo de Madrid (24 abril, 1908) -‐esta
conferencia fue anunciada en El
Imparcial, 24 de abril de 1908, y en El
liberal, p. 3, 24 de abril
de 1908-‐; El
feminismo
moderno
desde
el
punto
de
vista
económico.-‐ Obra premiada en el
Concurso interanual de Málaga (22 Agosto, 1908); y Feminismo
jurídico-‐penal.-‐Ídem en el
Concurso de Almería (28 Agosto, 1908).
531
|
antifeministas y los discursos de la domesticidad que negaban la igualdad entre los sexos y
justificaban la inferioridad intelectual de las mujeres. Por desgracia, varias de estas obras
parecen descatalogadas y tal vez no hayan sido publicadas. Pero lo que es muy probable es
que su contenido esté muy presente en las obras citadas de 1909 y 1910, objeto de análisis
del presente artículo.
En la prensa, Romera-‐Navarro ya había dejado también sus impresiones favorables al
feminismo en artículos como “La moral y el delito”, “Los derechos políticos de la mujer”,
“Paradojas sociales”, “La delincuencia femenina”, etc. Además, aunque no llegarían a ver la
luz, tuvo como proyecto la publicación de dos libros bajo los títulos El
amor
libre y Apuntes
para
una
Historia
del
movimiento
feminista. Antes del prólogo a la obra de Ensayo
de
una
filosofía
feminista, se nos detalla la existencia de estas publicaciones de juventud, artículos y
proyectos. Por lo tanto, Romera-‐Navarro en su época no solo fue un eruditísimo y prestigioso
filólogo, sino que a su vez fue un firme defensor de la igualdad entre hombres y mujeres. Sin
embargo, a pesar de esta singularidad, el discurso feminista del autor ha sido
incomprensiblemente olvidado, o poco estudiado en el mejor de los casos. Esta ausencia se
3
repite tanto en la historiografía de la literatura como en la de género .
Durante su juventud se formó en el entorno de la Institución Libre de Enseñanza, y
4
solicitó iniciación en la masonería del Grande Oriente Español , antes de desarrollar su
carrera académica principalmente en EEUU como catedrático de Literatura Española en la
5
Universidad de Pensilvania (Filadelfia) . Algunas de sus obras más importantes fueron
Historia
de
España (1923), Historia
de
la
literatura
española (1928) –una de las primeras
historias de la literatura española-‐, El
hispanismo
en
Norte
América:
exposición
y
crítica
de
su
3
Únicamente la historiadora Nerea Aresti ha hecho mención a las obras de Romera-‐
Navarro y su contribución feminista. Véase el primer capítulo de ARESTI, Nerea, Médicos,
donjuanes,
y
mujeres
modernas. Universidad del País Vasco, Servicio Editorial, 2001.
4
Su formación en la ILE la afirma Nerea Aresti en Ibídem, p. 50. Sobre su masonería, hemos
encontrado que solicitó iniciación en el Grande
Oriente
Español, en la logia Ibérica, núm. 7,
de los Wall. Véase a este respecto Boletín
Oficial
del
Gran
Oriente
Español, 27 de abril de
1910, p. 8.
5
Según los datos ofrecidos por el Ayuntamiento de Canjáyar, Miguel Gerónimo de la Santa
Cruz Romera Navarro nació en Canjáyar (Almería) el 2 de octubre de 1885. Hijo de Federico
Romera Martínez, natural de Alhabia, propietario y comerciante, y de María del Carmen
Navarro Esteban, natural de Canjáyar. Ciudadano estadounidense desde 1927, su atracción
por la cultura americana le hizo trasladarse a Nueva York en 1912. Sus primeros contactos
con los hispanistas norteamericanos lo llevaron a la Universidad de Pennsylvania, donde fue
profesor y posteriormente catedrático de Literatura y Lengua Española. Fue en 1947
cuando se trasladó a Texas para ser profesor de literatura española en la Universidad de
Austin hasta su muerte el 3 de mayo de 1954.Fue miembro de la Real Academia Hispano-‐
Americana, de la Real Academia de Ciencias Históricas de Toledo, de la Academia Nacional
de Artes y Letras de Cuba, de la Academia Argentina de Letras, de la Hispanic Society of
America y de la Real Academia Española. Sobre su vida académica véase “Miguel Romera-‐
Navarro (1888-‐1954)”. Hispanic
Review, Vol. 22, núm 4, [1954], pp. 306-‐308.
532
|
aspecto
literario (1917) y América
Española (1918). Asimismo, llegó a ser el máximo
especialista a nivel mundial de la obra del escritor del Siglo de Oro Baltasar Gracián. De este
escritor editó El
Criticón y Oráculo
manual
y
arte
de
prudencia, y realizó un estudio exhaustivo
de El
Héroe, publicando en 1950 sus Estudios
sobre
Gracián. También como especialista en
otros campos literarios analizó la obra de escritores tales como Lope de Vega, Cervantes y
Unamuno. En 1937 se trasladó como profesor de literatura española a la Universidad de
Austin (Texas).
6
La unicidad del espíritu humano, una idea esencial en la filosofía krausista , es una de las
bases que estableció en su refutación de la obra antifeminista de Moebius. Aunque para
Navarro existieran ligeras diferencias entre hombres y mujeres, llegó a la conclusión
fundamental de que la diferencia sexual no debía ser la base legitimadora para la justificación
de una injusta desigualdad de derechos entre los sexos.
Desde los planteamientos misóginos de P. J. Moebius, la inferioridad mental fisiológica
de la mujer derivaba de su función procreadora. Su naturaleza determinaba aquella
deficiencia intelectual, siendo natural de la mujer su incapacidad para la profundidad de
pensamiento, la invención y la concentración mental prolongada. Moebius, por lo tanto,
estaba radicalmente en contra de que al sexo femenino se le permitiera acceder a los
estudios superiores y a las profesiones. Las consecuencias descritas por el médico alemán
basadas en que dichas actividades intelectuales en el sexo femenino crearían una
masculinización de su sexo, transmitiéndose a su prole, con la consecución de la
degeneración evolutiva de la raza y su extinción, no pueden ser más hilarantes desde la
óptica actual. Pero estas apreciaciones, a las que Navarro se opone radicalmente, eran
ampliamente compartidas en la sociedad europea de principios de siglo y respaldadas sobre
7
todo desde el campo de la medicina .
6
La influencia de la filosofía de Krause es importante dentro de su defensa de los derechos
de la mujer. También lo era en Adolfo González Posada, ya citado con anterioridad, y en
muchos de los krauso-‐institucionistas españoles. Véase sobre esta cuestión ESPINOSA,
Jesús, Discursos
masculinos
de
la
igualdad:
progresistas,
igualitarios
y
profeministas
en
España
(1868-‐1936). Trabajo fin de Máster, bajo la dirección de María Jesús González
Hernández, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Cantabria. Santander, 2012.
7
Sobre el sexismo y la misoginia de la ciencia médica de la época véase SÁNCHEZ, Dolores,
El discurso médico de finales del siglo XIX en España y la construcción del género. Análisis
de la construcción discursiva de la categoría la mujer. Tesis doctoral dirigida por Teresa
Ortiz Gómez, Granada, [2003]; FLECHA GRACIA, Consuelo, “La Mujer en los Discursos
Médicos del Siglo XIX” y ORTIZ GOMEZ, Teresa, “El discurso médico sobre las mujeres en la
España del primer tercio del siglo XX”, en BELTRAN LÓPEZ, María Teresa [ed.], Las
mujeres en Andalucía: II Encuentro Interdisciplinar de Estudios de la Mujer en Andalucía,
Málaga, Diputación Provincial, vol. I, 1993, pp. 189-‐202 y pp. 107-‐138.Como detractor de las
teorías de inferioridad intelectual de la mujer y en concreto como crítico de la obra de
Moebius tenemos al médico sevillano Javier Lasso de la Vega y Cortezo. Véase CARRILLO-‐
LINARES, Alberto, “Mujer y feminismo en la obra de Javier Lasso de la Vega y Cortezo
(1855-‐1911)” en DOLORES RAMOS, María y VERA, María Teresa [coords.], Discursos,
533
|
En su libro
Feminismo
jurídico, Romera-‐Navarro llevó a cabo un desarrollo más profundo
del “feminismo jurídico” esbozado por Adolfo González Posada y Rafael María de Labra años
antes. En la línea de feministas de la talla de Concepción Arenal, Clara Campoamor o Victoria
Kent, Romera-‐Navarro denunció los escasos derechos jurídicos de la mujer, y el trato injusto
que sufría, al ser castigada en algunos casos con mayor severidad que el hombre. Un ejemplo
más en el que muestra su rechazo de aquellas injustas diferenciaciones patriarcales,
contempladas en el propio código penal, fue el trato indulgente con el que se penaba el
adulterio masculino frente al femenino.
Romera-‐Navarro en este libro llevó a cabo interesantes indagaciones históricas con
respecto a la historia jurídica de la mujer, desde el derecho romano, pasando por el germano,
y el de otras culturas antiguas. En los códigos jurídicos de su época, y en especial en el
español, veía reminiscencias de aquellos antiguos códigos latinos con respecto al trato que
recibía la mujer. En los códigos civil, mercantil, penal y constitucional Navarro resaltaba el
trato de vejación, inseguridad e inferioridad a la que la mujer estaba sometida. Denunció que
la legislación de su época tratase de representar las leyes que subordinaban la condición
femenina como dictados del interés social, afirmando que “en el verdadero sentido de estas
palabras puede descubrirse que el denominado interés social no es cosa distinta del interés
8
masculino” .
Las injusticias que sufría la mujer eran para él producto del egoísmo del sexo masculino.
Es por eso que en Romera-‐Navarro el reconocimiento de los derechos de la mujer coexistía
con la idea de que por parte de los hombres había una responsabilidad ante aquella injusticia.
Su conclusión al respecto es que “la restricción de su personalidad civil (la de la mujer) debía
trasplantarse al código penal bajo la forma de una responsabilidad menor, ya que los motivos
9
en que fundan aquella son los mismos que justifican esta atenuación” . Cuando la igualdad
feminista jurídica fuera efectiva, entonces propuso Navarro, la sanción penal sería de la
misma manera para ambos sexos.
Romera-‐Navarro en este libro concretó su visión y su modelo de familia ideal. Denunció
que subsistiera en el ámbito familiar aquella concepción monárquica y autoritaria ostentada
por el poder masculino. Por eso defendió la idea de que la mujer no fuera ni tutelada ni
esclavizada por su marido. Para ello exigía que debiera de existir una igualdad conyugal y una
concepción democrática dentro de la propia familia. Además, denunciaba el hecho de que se
le negase la patria potestad a la madre, su derecho a administrar y disponer de sus bienes, y
su indefensión jurídica. Ante esta situación expuso sin tapujos las ventajas del derecho al
realidades, utopías: la construcción del sujeto femenino en los siglos XIX-‐XX, Barcelona,
Anthropos, 2002, pp. 79-‐121.
8
ROMERA-‐NAVARRO, M., Feminismo jurídico…, Op. cit., p. 15.
9
ROMERA-‐NAVARRO, Miguel, Ensayo
de
una
filosofía
feminista. Madrid, Revista Técnica
de Infantería y Caballería, 1909, p. 140.
534
|
divorcio y sus críticas a la imposición de la indisolubilidad del vínculo matrimonial por parte
de la iglesia católica.
Sostenía que el matrimonio no podía apoyarse en una relación de dependencia de la
esposa con respecto al marido, sino en una verdadera unión, en una razonable alianza para
cumplir dentro de la armonía y de la libertad humana, los fines del matrimonio y de la familia,
siempre bajo la idea de la equidad sexual. A este respecto el uso de conceptos tales como
“alianza”, “armonía”, “libertad”, sus citas a Krause en diversas ocasiones y a Ahrens, y su
concepción de la familia, hacen ver la impronta krausista en el discurso de género de
Romera-‐Navarro. A tenor de esa influencia afirmaba que “los intereses de la civilización y los
altos intereses de la humanidad reclaman la colaboración femenina en las obras del
10
progreso” .
En cuanto a los derechos políticos Navarro era un firme defensor del sufragio femenino
sin restricciones de ningún tipo, ya que la mujer no era inferior en ningún sentido con
respecto al sexo masculino. Reivindicaba la concurrencia de las mujeres a la regencia y el
11
derecho a votar y ser votadas en iguales condiciones que los hombres .
Quizás, sin ser consciente del fuerte trasfondo socio-‐cultural que hay detrás de
determinadas afirmaciones, para Navarro la mujer es más sensible e imaginativa por
naturaleza. A pesar de ello, cabe recordar que Navarro supera muchos obstáculos impuestos
por las concepciones fuertemente patriarcales instaladas en el imaginario social en el que
vive, aunque no sea capaz de desterrar los relativos a los ideales de género diferenciadores,
que aún incluso predominan en la sociedad actual en la que vivimos.
Otro lugar común sostenido por algunas/os feministas de la época era la idea de que la
mujer es por naturaleza más virtuosa éticamente. Romera-‐Navarro comparte esta idea,
apreciando en ellas una mayor capacidad afectiva y sentimental con respecto al hombre.
Para él la mujer tiene mayor sentido de la justicia y delinque con menor frecuencia a causa de
su mayor naturaleza moral. La mayoría de los delitos de la mujer se producían, según él, por
la irresponsabilidad del seductor, aquel hombre que seduce mujeres para posteriormente
abandonarlas. Esto está unido a aquella concepción, manifestada en la propia realidad, del
marido como bebedor, jugador e irresponsable familiarmente. Este es uno de los arquetipos
más utilizados por los defensores de los derechos de las mujeres, lo cual es reflejo de un
cambio de los ideales de masculinidad. El donjuán deja de formar parte de ese ideal de
hombre seductor, para convertirse en un tipo de hombre perjudicial para la familia y la
sociedad. Ante aquella irresponsabilidad manifiesta en muchos hombres y su talante
seductor, Navarro también defendía la investigación de la paternidad y su inclusión en el
código penal, tal como hiciera con gran dedicación, tanto en el ámbito profesional de la
abogacía como en el político, la ilustre Clara Campoamor.
10
11
Ibídem.,
p. 210.
Ibídem.,
p. 209.
535
|
Pero en el discurso de Romera, aun estando muy alejado del discurso tradicional, se
presentan ciertos puntos coincidentes con el ideal de domesticidad femenino. Para nuestro
autor la mujer tiene una labor primordial: “No olvidando la función esencial que la mujer está
12
llamada a desempeñar en el seno de la familia” que es la educación de los hijos. Además,
hacía distinciones entre oficios genuinamente femeninos que habían sido llevados a cabo por
hombres, declarando que no había “nada tan humillante como el que un hombre fuerte y
vigoroso se pase el tiempo plegando y desplegando telas delicadas, en peinar y formar
13
tirabuzones” .
Sin embargo, en contradicción con esta visión parcialmente diferenciadora, Navarro
afirmaba que lo que se entendía comúnmente como diferencias naturales de los sexos, eran
realmente diferencias construidas socialmente. A este respecto, Navarro entendía que la
mujer no es conservadora por naturaleza, y para demostrarlo se embarca en incursiones
históricas, destacando aquellos ejemplos en los que el sexo femenino llevó a cabo, a través
de su propia iniciativa, reivindicaciones progresistas (el abolicionismo, el propio feminismo,
su papel en la revolución francesa, etc.). También hacía hincapié, en la línea que había
mantenido ya Mary Wollstonecraft, que los atributos tradicionalmente asignados a lo
femenino, como son la frivolidad, la beatería, o la coquetería, son producto de su educación y
no de su naturaleza.
Por otro lado, y recordando que para Navarro la mujer era portadora por naturaleza de
una sensibilidad especial “que le hace la pena más dolorosa que si fuese aplicada a individuos
del otro sexo”, y “que a la hora de delinquir en la mujer concurre, en la generalidad de los
casos, motivos nacidos de las peculiares condiciones de su sexo y de las circunstancias
14
sociales en que vive” , sostenía de este modo la idea de que la proporción del delito y la pena
en los casos de la delincuencia femenina debían de conllevar a una reforma en el código
penal que atemperase los castigos a la mujer por determinados actos. En contra de lo que se
defendía habitualmente, algunos delitos (como eran el aborto, el infanticidio, o la
prostitución) no se producían, según nuestro autor, por total voluntad de la mujer. Por eso
Navarro afirmaba que “si la sociedad mira como un oprobio y como un escándalo el
nacimiento del hijo ilegítimo, si lo condena y lo degrada ¿por qué no estima el aborto como
15
un verdadero derecho de la madre?” . Sin propugnar directamente por el derecho al aborto,
algo prácticamente impensable en la sociedad española de principios de siglo, afirmó que era
una acción desesperada de las mujeres ante un contexto desfavorable, por lo que la
legislación debía de ser más indulgente con dichos actos.
En otro de sus intentos de desnaturalizar algunos atributos señalados como femeninos,
pone sobre la mesa una serie de comparaciones entre las sociedades de cazadores–
12
13
14
15
Ibídem., p. 73.
Ibídem, p. 158.
Ibídem,
pp.18-‐19.
ROMERA-‐NAVARRO, M., Feminismo jurídico… Op. cit., p. 135.
536
|
recolectores actuales y las primitivas, que hoy en día la Antropología ha desechado como
válidas. Entre algunas de estas ideas tenemos la de que la esclavitud femenina tuvo su origen
en la fuerza física del hombre, una explicación que aporta Navarro, y que estaba muy
extendida dentro de las tesis del origen del patriarcado en aquella época. Pero lo realmente
destacable es que en el argumentario de desnaturalización de lo social empleado por
Romera-‐Navarro, se aprecia una incipiente influencia e irrupción de las ciencias sociales
como modelo de explicación de los fenómenos sociales, y en este caso de las relaciones de
género.
La sociología comenzaba a demandar tímidamente un espacio de autoridad intelectual,
y a revelarse tímidamente ante el monopolio positivista de las ciencias naturales. Este
16
fenómeno también se da en la polémica entre feministas y antifeministas . La naciente
sociología (androcéntrica también en aquel momento como disciplina) tenía la batalla
perdida en la polémica de los sexos, y más la muy minoritaria tendencia feminista. Los
argumentos pseudocientíficos de Moebius, y los de la legión de médicos y evolucionistas de
la época, estaban amparados por el prestigio en aquel momento del positivismo y las ciencias
naturales, por lo que su poder en el debate era prácticamente inexpugnable. En aquel
contexto cultural, estructuralmente patriarcal, se asimilaba y otorgaba mayor validez a
cualquier tipo de esencialismo en cuestión de sexos, que a aseveraciones desnaturalizadores
a través de razonamientos de carácter sociológico y profeminista.
CONCLUSIONES
A raíz de esta última reflexión, cabe situar a Romera-‐Navarro en los albores de la
sociología española, como consecuencia, en parte, de las aportaciones intelectuales de los
krausistas, y del conflicto entre ciencias naturales y sociales. A este respecto son reveladoras
las palabras del propio Romera-‐Navarro, tanto en su crítica a la ciencia androcéntrica, aquella
“ciencia que los hombres han convertido en aduladora de su despotismo”, como por su
optimismo en el futuro, al recordar que la propia ciencia “no podrá olvidar nunca que todos
17
nuestros grandes progresos tienen por base la libertad” . En el fondo en estos mensajes lo
que nos encontramos es con su concepción crítica con la ciencia legitimadora de las
desigualdades sociales, políticas, y en este caso de los sexos. Su defensa, en definitiva, de la
libertad y la igualdad (conceptos fuertemente enraizados en la filosofía krauso-‐institucionista
y en gran parte de la masonería) tiene su sentido a tenor de estos círculos de sociabilidad en
los que se formó intelectualmente durante su juventud.
Miguel Romera-‐Navarro, como librepensador y autor de gran sensibilidad social, fue un
defensor de la causa feminista y uno de los pocos varones que se enfrentaron a aquellos
16
Un ejemplo de este conflicto es el recogido en POSADA, Adolfo y GONZÁLEZ
SERRANO, Urbano, La
amistad
y
el
sexo.
Cartas
sobre
la
educación
de
la
mujer. Madrid,
1893.
17
ROMERA-‐NAVARRO, M., Ensayo
de
una
filosofía… p. 170.
537
|
postulados pseudocientíficos sustentadores de la inferioridad intelectual femenina y
legitimadores de su subordinación.
Su emigración a tan pronta edad a los Estados Unidos y el hecho de que desarrollara su
actividad intelectual y académica fuera de España, han podido ser condicionantes
importantes a la hora de que su figura haya sido sometida a un parcial olvido. Es una pena
que no se conserven algunas de sus publicaciones, y que no llegaran a ver la luz los ya citados
proyectos con títulos tan sugerentes como El
amor
libre o Apuntes
para
una
Historia
del
movimiento
feminista. Solo cabe especular sobre el contenido de dichos libros a partir del
discurso feminista analizado, y sobre lo que su figura hubiera podido haber significado para el
feminismo histórico español.
538
|
IMPLICACIONES
ENTRE
CIENCIA
Y
POLÍTICA.
ACERCA
DE
LA
INFERIORIDAD
FEMENINA
Mª
José
Tacoronte
Domínguez
INTRODUCCIÓN
La ciencia se ha considerado desde la modernidad como una esfera de actividad
intelectual caracterizada por su neutralidad y objetividad. Esta visión ha sido puesta en
entredicho por los enfoques historicistas y los estudios sociales de la ciencia desde los años
1
sesenta y setenta. Bajo este paraguas comenzaron a tomar relevancia los estudios
feministas de la ciencia, que han llevado a cabo diferentes líneas de investigación para
2
esclarecer la situación desigual de la mujer en los ámbitos del saber.
A grandes rasgos, es posible destacar tres líneas de investigación principales en los
3
estudios feministas de la ciencia. En primer lugar, encontramos los estudios socio-‐históricos
que versan sobre la escasa presencia de las mujeres en las diferentes ciencias. La segunda
línea de investigación se orienta a los análisis de los sesgos de género y se puede resumirse
como el planteamiento crítico sobre el tratamiento que la ciencia hace de la naturaleza de las
mujeres. Una tercera línea ha desarrollado la reflexión epistemológica, que se encamina
hacia una revisión en profundidad de los cimientos metodológicos y epistémicos de la ciencia
para buscar alternativas a la tradicional ciencia androcéntrica.
Este trabajo se inserta en la segunda línea de investigación y aborda la temática de las
ciencias biológicas y médicas como ejemplos de sesgos androcéntricos en el tratamiento de
1
Kuhn, Thomas, S, La
estructura
de
las
revoluciones
científicas. México, FCE, 1971. Una
clarificadora explicación la encontramos en Echeverría, Javier, Filosofía
de
la
ciencia.
Madrid, Akal, 1995.
2
Para una aproximación a esta interesante cuestión véase, a modo d ejemplo, Haraway,
Donna J, Ciencia,
cyborgs
y
mujeres.
La
reinvención
de
la
naturaleza. Madrid, Cátedra, 1995.;
Longino , Helen <<Cognitive an Non-‐cognitive values in science: rethinking the
dichotomy>> en Nelson L. H. Y Nelson, J.(eds) Feminism,
science
and
philosophy
of
science,
Kluver academic publisher, 1996, pp-‐39-‐58.; Bleier, Ruth Feminist
approaches
to
science.
New York, Pergamon Press, 1986. ; Pérez Sedeño, Eulalia <<Institucionalización de la
ciencia, valores epistémicos y contextuales: un caso ejemplar>>. Cuadernos
Pagu, 15,
(2000). Versión electrónica
3
Una clara exposición la podemos encontrar en Gómez Rodríguez, Amparo, La
estirpe
Maldita.
La
construcción
científica
de
lo
femenino. Madrid, Minerva Ediciones, 2004, pp. 15 y
ss.
539
|
la naturaleza humana. Estas doctrinas supeditaban a la mujer a una situación de inferioridad
permanente al recurrir a las diferencias fisiológicas, mentales o anatómicas.
Así pues, presentamos un caso de estudio contextualizado en España, y que se
desarrollará bajo la influencia de las teorías positivistas y evolucionistas de finales del siglo
XIX y los primeros años del siglo XX. Estas disciplinas dan lugar a una connivencia entre
medicina y poder que creó una realidad desigual para ambos sexos.
Se prestará atención al discurso biopolítico de un médico español, Roberto Novoa
Santos, quien fue catedrático de patología general en Santiago de Compostela y Madrid;
pero también diputado en las cortes constituyentes de la II República por Galicia.
La aproximación a esta figura nos ayudará a mostrar cómo la ciencia sirvió de pilar
fundamental a la hora de apoyar políticas misóginas, que apoyaron el Status Quo favorable a
los varones.
EL
EJEMPLO
CIENTIFICISTA
ESPAÑOL:
EL
CASO
NOVOA
SANTOS
El contexto científico español de los primero años del siglo XX estuvo caracterizado por
el importante influjo de las corrientes evolucionistas y positivistas. La ciencia toma el relevo
de la fe para mostrar las verdades del mundo; los científicos españoles querían emular los
desarrollos y avances que se estaban dando en territorios limítrofes.
En esta línea, Roberto Novoa Santos llevará a cabo un férreo activismo político-‐
cientificista contra las mujeres, un activismo que le servirá como punto de apoyo para
4
justificar sus argumentaciones misóginas en las Cortes. Parte de las tesis de otros científicos
5
misóginos, como Moebius, Lombroso, Gall, Weininger, Ferrero, Broca o Nordau , entre otros,
y toma como base la craneología, la fisiología, la antropología diferencial, y todos los
6
desarrollos provenientes de Europa. A partir de ellas, la finalidad era demostrar la ida
preconcebida de que las mujeres eran inferiores en la escala evolutiva y que, además,
estaban determinadas por su naturaleza a realizar unas funciones concretas: crianza y la
perpetuación de la especie.
4
Además de Roberto Novoa Santos, otro adalid de las teorías evolucionistas y positivistas
fue su contemporáneo Edmundo González Blanco. Véase, por ejemplo, su obra de 1903, El
feminismo
en
las
sociedades
modernas.
5
A modo de ejemplo, Moebius, Paul Julius, La
inferioridad
mental
de
la
mujer. Valencia,
Impresiones de El Pueblo, 1990. ; Ferrero, Guglielmo, <<The problem of woman from a bio-‐
sociological point of view>>. The
monist, 4. pp. 262-‐271.; Weininger, Otto, Sexo
y
Carácter.
Barcelona, Península, 1985. (1ª Ed. 1903); Nordau, Max, Psico-‐fisiología
del
genio
y
del
talento. Madrid, 1901.
6
Para un acercamiento más exhaustivo a esta cuestión, véase Gómez Rodríguez, Amparo,
Filosofía
y
metodología
de
las
ciencias
sociales. Madrid, Alianza Editorial, 2003. Y Gómez La
estirpe
maldita...,Cap.3.
540
|
Las razones científico-‐naturales; cómo son las mujeres según su fisionomía y anatomía,
se extrapolan al análisis social para justificar una forma de estar en el mundo predeterminada
y sesgada.
Como recurso probatorio de lo biológico, la craneología es imprescindible, algo que el
propio Novoa Santos destaca a lo largo de toda su carrera científica, por ejemplo, en su libro
7
La
indigencia
espiritual
del
sexo
femenino escrito en 1908; y también en otro libro posterior,
8
de 1929, La
mujer,
nuestro
sexto
sentido
y
otros
esbozos. El peso del cerebro y su forma
constituyeron un fuerte argumento en detrimento de la inteligencia femenina y de otros
pueblos considerados inferiores en la escala evolutiva.
Se trajo a colación la relación entre la función sexual y la actividad cerebral. El aparato
genital representa una función primordial en el organismo femenino, su naturaleza está
encaminada a la concepción y a la generación de la especie.
Según los evolucionistas, el desarrollo de las facultades intelectuales en la mujer era
peligroso para la especie, porque producía la degeneración de la raza: debido a que las
mujeres malemplean sus energías en funciones que no le son propias por naturaleza, nacen
descendientes débiles. El macho es un ser complejo y progresivo, mientras que la hembra
9
resulta ser un organismo simple y de tendencia conservadora. Por estas razones, las
aspiraciones feministas de libertad e igualdad eran consideradas, acciones contranatura:
"Cuando decimos de una mujer que tiene una talento macho, indicamos que le falta algo de
mujer y que posee, en cambio, un cierto carácter propio del sexo opuesto. Y es que el
10
carácter y la mentalidad de la mujer defínanse por los rasgos histeroides".
Por tanto:
"Si
la
originalidad
puede
ser
considerada
en
el
hombre
como
una
ventaja
natural,
no
pasa
lo
mismo
con
la
mujer:
en
ésta
el
predominio
de
sus
funciones
psíquicas,
su
inteligencia
superior
a
la
media
del
sexo
realiza
justamente
una
desventaja
[...]
La
respuesta
se
adivina
si
se
tiene
presente
la
oposición
que
existe
entre
las
funciones
del
cerebro
y
del
aparato
generador;
la
fuerza
del
espíritu
se
desarrolla
a
expensas
de
la
fecundidad,
la
mujer
sabia
está
fatalmente
condena,
o
a
la
esterilidad,
o
a
echar
al
mundo
seres
enfermizos[...]
La
originalidad,
siempre
morbosa,
de
la
hembra,
supone
una
desventaja,
en
tanto
que
ella
es
11
la
encargada
de
nutrir
al
nuevo
ser".
7
Novoa Santos, Roberto La indigencia espiritual del sexo femenino. Las pruebas
anatómicas, fisiológicas y psicológicas de la pobreza mental de la mujer. Su explicación
biológica. Madrid, Sempere y compañía Ed. 1908.
8
Novoa Santos, Roberto La
mujer,
nuestro
sexto
sentido
y
otros
esbozos. Madrid, Biblioteca
Nueva, 1929.
9
Novoa La mujer, nuestro sexto sentido y otros esbozos. ...p.43.
Novoa La mujer, nuestro sexto sentido...p.51.
11
Novoa La
indigencia
espiritual...,pp.119-‐120.
10
541
|
Otra teorización, de lo que puede denominarse la progresión
científica
de
la
misoginia, fue
la teoría de la recapitulación. Según esta teorización, todo organismo individual reproduce
durante su vida la historia de su especie. El mundo y su historia se repiten en el nacimiento y
desarrollo de cada nuevo individuo: la ontogénesis recapitula la filogénesis. La raza y el
género se convierten en las variables más destacadas que, unidas a la también pujante idea
del atavismo y la degeneración, postula a las mujeres, como representantes de los estadios
más primitivos de la evolución humana. Por ello se encuentran en los escritos de Novoa
afirmaciones del tipo, el cerebro de la mujer se parece más que el del hombre al cerebro de
12
los monos superiores. O se propone a la mujer como un infante que alcanza la madurez
sexual:
"[...]
ocupa
la
mujer
un
plano
intermedio
entre
el
hombre
adulto
y
el
niño.
Y
ciertamente,
en
lo
tocante
a
la
total
morfología
y
fisiología
del
soma,
la
mujer
adulta
se
comporta
como
un
ser
infantilizado[...]
los
caracteres
tipológicos
y
fisiológicos
del
hombre
adulto
normal,
prueban
que
la
mujer
es
un
organismo
retenido
en
un
estado
de
permanente
13
infantilización".
La diferencia de dotación era debida a que las mujeres habían evolucionado a partir de su
única función, la procreación. En cambio, los varones no estaban anclados a una única
ocupación, sino que, desarrollaban diferentes funciones intelectuales y sociales, lo cual les
hacía progresar en términos evolutivos.
En el contexto de las teorías que explicitan la pobreza mental y física de la mujer, hay que
mencionar la teoría de la mayor variabilidad masculina, que, a grandes rasgos, se define por
la mediocridad general de la mujer y la mayor variabilidad masculina entre los intervalos de
subnormalidad y genialidad.
En otras palabras, el número de mujeres subnormales y geniales era inferior al número
14
de hombres con estas características. La característica femenina en este aspecto era la
mediocridad, porque, en palabras de Novoa Santos -‐citando a Birchoff-‐, todos los caracteres
15
de la mujer dependían del ovario.
La genialidad era privilegio de los varones, y eso era muestra inconfundible de su
evolución. Si una mujer pasaba el umbral de la mediocridad, era considerada una desviación,
una tara. Como señala Novoa Santos:
"[...]
hay
que
reconocer
que,
entre
las
mismas
mujeres,
existen
espíritus
bien
dotados,
dueños
de
un
brillante
capital,
de
tesoros
jamás
poseídos
por
una
gran
mayoría
de
12
Novoa La indigencia espiritual...,p.57.
13
Novoa La mujer, nuestro sexto sentido...,pp.32-‐33.
14
Para una explicación en profundidad véase Havelock, Ellis, Man
and
woman:
A
study
of
human
secondary
sexual
characteristics. Londres, 1984. Y en el caso español, Novoa La
indigencia
espiritual...
15
Novoa La indigencia espiritual...p. 111
542
|
hombres;
pero
¿no
está,
en
estos
casos,
desvirtuando
el
carácter
sexual?
¿Se
trata
de
una
mujer
o
de
un
marimacho?
Esto
último
es
lo
cierto.
Los
caracteres
sexuales
han
sido
violentados,
torcidos;
una
insana
presión,
nacida
al
calor
de
erróneos
prejuicios,
de
grandes
vanidades
o
de
ciertas
miras
económicas,
ha
derrumbado
parte
del
bello
edificio,
dejando
16
un
monstruo
a
nuestra
vista".
Durante la primera mitad del siglo XX se prosiguió en la búsqueda de mayores
diferencias entre los sexos. En este punto la endocrinología y la bioquímica dieron lugar a
mayores cotas de inferioridad. El estudio del tiroides y de los principios arsenicales justificó la
idea de que el organismo humano tenía una cantidad limitada de energía, que en la mujer se
emplea en los procesos menstruales y de reproducción, mientras que en el hombre influían
en la actividad cerebral. Esto remarca la dicotomía de la teoría de las dos esferas, público/
privada, tan teorizada desde el campo feminista, y con importantísima vigencia aún en
nuestros días.
LA
JUSTIFICACIÓN
CIENTÍFICA
PUESTA
AL
SERVICIO
DE
LA
POLÍTICA:
LA
MUJER
ESPAÑOLA
Y
EL
VOTO
La vertiente política de Novoa Santos se desarrolló durante la primera treintena del siglo
XX. Su trayectoria personal como diputado, primero durante la dictadura de Primo de Rivera,
y luego como portavoz de la Federación Republicana Gallega, nos deja una estela interesante
a investigar en tanto que sujeto de ciencia y hombre de política. En concreto se destaca la
defensa de estas tesis biologicistas durante su actuación como diputado, periodo en el que
defendió fehacientemente la incompatibilidad entre mujer y derechos políticos.
La cuestión del voto femenino, tema fundamental en la búsqueda de la democracia en la
Segunda República, constituye un escenario privilegiado en el que se muestra la imbricación
de prejuicios en la política. En este escenario también estuvo presente Novoa Santos o, tal
17
como lo describió Clara Campoamor, Moebius
redivido
y
apasionado,
"¿Por
qué
hemos
de
conceder
a
la
mujer
los
mismo
títulos
y
los
mismo
derechos
políticos
que
al
hombre?
¿Son
acaso
organismo
iguales?
¿Son
organismos
igualmente
capacitados?
Por
mi
parte,
creo
que
podría
concederse
en
el
régimen
electoral
que
la
mujer
fuese
siempre
18
elegible
por
los
hombres;
pero,
en
cambio,
que
la
mujer
no
fuese
electora".
16
Novoa La indigencia espiritual...p. 162
Campoamor, Clara, Mi
pecado
mortal.
El
voto
femenino
y
yo. Barcelona. LaSal. Edicions de
les dones, 1981, p. 75. La cursiva es mía. Discurso pronunciado por Novoa Santos el 2 de
septiembre de 1931. Diario
de
Sesiones
de
las
Cortes
Constituyentes
de
la
República
Española.
17
18
Campoamor Mi
pecado
mortal..., pp.75-‐76.
543
|
La mujer, como se infiere de estas palabras, no puede ser un sujeto activo en la esfera política,
lo que lleva, a su vez, a su falta de autonomía. La mujer tiene que estar supeditada al hombre
19
porque su destino la obliga a la función de la maternidad.
Podría argumentase que el rechazo de Novoa Santos a conceder el derecho al voto a las
mujeres obedece, más que a sus ideas y teoría como médico, a su anticlericalismo, que fue un
denominador común en las filas republicanas. Y en efecto, él mismo comenta:
"¿Qué
ocurriría
o
cual
sería
la
trayectoria
que,
por
ejemplo,
seguiría
nuestro
régimen
parlamentario,
[...]
si
las
mujeres
pudiesen
disponer
también
del
voto?
De
momento,
en
los
instantes
presentes
y
dentro
de
un
futuro
próximo,
esto
tendería
a
convertirse
quizá
en
un
Estado
conservador
o
teocrático.
Es
posible
o
es
seguro
que
hoy
la
mujer
española,
está
bajo
la
presión
de
las
instituciones
religiosas;
es
seguro
que
hay
una
fuerza
incoercible,
para
que
la
mujer
siga
una
cierta
trayectoria
en
el
concierto
vital,
y
yo
pregunto:
¿
Cuál
sería
el
destino
de
la
República
si
en
un
futuro
próximo,
hubiésemos
de
conceder
el
voto
a
las
mujeres?
Seguramente
una
reversión,
un
20
salto
atrás".
Los ideales republicanos y de izquierdas que profesaba Novoa Santos, lo hicieron posicionarse
21
frente al ideario de la religión católica. Este tipo de pensamientos asociaba a la mujer con la moral
católica, haciéndola doblemente "peligrosa", ya que, además de ser inferior en términos biológico-‐
naturales, estaría bajo el yugo del confesionario y de los curas. Esta última afirmación era
compartida por muchos diputados de las Cortes. Entre ellos destacaron José Álvarez Buylla,
representante del partido Republicano Radical, o Victoria Kent, del partido Radical Socialista. Pero
la diferencia entre estos tres diputados es que si bien par a Buylla y Kent el voto a la mujer debería
ser retrasado hasta que la República estuviera más asentada, y la mujer más instruida y lejos del
confesionario; para Novoa Santos la mujer, además de estar bajo el control de la iglesia, era por
naturaleza inferior, lo que la imposibilitaba para ejercer el derecho de voto.
"Y
es
que
a
la
mujer
no
la
dominan
la
reflexión
y
el
espíritu
crítico;
la
mujer
se
deja
llevar
siempre
de
la
emoción,
de
todo
aquello
que
habla
a
sus
sentimientos,
pero
en
mínima
escala
de
la
verdadera
reflexión
crítica
[...]
El
histerismo
no
es
una
enfermedad,
es
la
propia
estructura
de
la
mujer;
la
mujer
es
eso:
histerismo;
y
por
ello
es
voluble,
versátil,
es
sensibilidad
de
espíritu
y
19
Novoa La mujer, nuestro sexto sentido...,p.57.
20
Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española. 2 de
Septiembre de 1931. La cursiva es mía.
21
Desde sus escritos de juventud, Novoa Santos deja claro su negación ante la existencia de
Dios. Para ello véase el nº 149 de La
Revista
Blanca, 1 de septiembre de 1904. También
Ponte Hernando, Fernando J. y Del Valle-‐Inclán Alsina, Javier, Roberto
Novoa
Santos.
Las
primeras
páginas. Santiago de Compostela, AUGA, 2011...,p.77 y ss.
544
|
emoción.
Esto
es
la
mujer.
Y
yo
pregunto:
¿
en
qué
despeñadero
nos
hubiéramos
metido
si
en
un
22
momento
próximo
hubiéramos
concedido
el
voto
a
la
mujer?"
Se observa, cómo se niega la categoría de individuo libre y autónomo a la mujer. Mientras
tanto, en el plano científico, las diversas teorías que se estaban desarrollando ayudaron a dar
carácter de validez a estos prejuicios ideológicos.
El proyecto iniciado en el siglo XX con la intención de reducir a lo biológico las diferencias
sociales entre los géneros se mantuvo en las tesis médicas de los hombres de ciencia del siglo XX.
Pero lo que queremos subrayar, es que la idea de progreso social se mantuvo paralela y fiel a
un orden patriarcal que imponía la división de esferas. El cuerpo de la mujer, asumía, de forma
impuesta, los significados culturales de género.
Los discursos de Novoa Santos, obtienen fundamentación y autoridad al amparo de teorías
científicas que vienen a avalar y justificar un posicionamiento político que aspiraba a imposibilitar
la igualdad real entre los sexos. El discurso científico médico en este caso, quiere legitimar una
cierta política respecto a las mujeres. Creemos, por tanto, que al menos en este caso, la ecuación
ciencia-‐ política parece indiscutible.
22
Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes de la República Española. 2 de
Septiembre de 1931.
545
|
LAS
EPISTEMOLOGÍAS
FEMINISTAS
COMO
EPISTEMOLOGÍAS
POLÍTICAS:
¿DÓNDE
SITUAMOS
LAS
EPISTEMOLOGÍAS
DE
LA
AUSENCIA
(O
SUBALTERNAS)?
Pamela
Caruncho
Franco
INTRODUCCIÓN
En la tradición filosófica occidental, la epistemología hace referencia a ese saber de
segundo orden, en la tradición filosófica occidental, que pregunta acerca del conocimiento.
¿Qué se conoce? ¿Cómo se conoce? ¿Quién conoce? Esto apunta principalmente a la ciencia.
1
El término epistemologías
feministas lo encontramos en diversas investigaciones
realizadas principalmente por investigadoras mujeres que donde abordan aquello que se
entiende por epistemología y lo que entendemos por feminismo, se aplica también a una
diversidad de posturas, tanto en lo que concierne a la epistemología como al feminismo.
¿Hacia dónde apunta la epistemología feminista? Principalmente esta corriente de
pensamiento radica en poner en tela de juicio ciertas presuposiciones básicas de la
epistemología tradicional, donde el sujeto cognoscente es una abstracción con facultades
universales e incontaminadas de razonamiento y subjetividad. Las epistemólogas feministas
justamente lo que hacen es cuestionar una teoría general del conocimiento en tanto la
epistemología tradicional ignora el contexto social del sujeto cognoscente. Las
investigadoras defenderán que el sujeto del conocimiento es un individuo histórico particular
cuyo cuerpo, intereses, emociones y razón están constituidos por su contexto histórico
concreto y son especialmente importantes para la epistemología.
La importancia del sujeto cognoscente implica que este conocimiento es siempre
situado (Haraway 1991), es decir, que está condicionado por el sujeto y su situación particular
(espacio temporal, histórica, cultural y social) y que los estándares de justificación son
siempre contextuales. Del carácter situado se deriva la conexión entre conocimiento y poder.
El compromiso político con el cambio social es uno de los principales rasgos constitutivos
de las epistemologías feministas y también una de las características principales que las
distinguen de otros tipos de teorías del conocimiento. La tarea principal de las epistemólogas
feministas es transformar las perspectivas tradicionales de pensar la producción de
conocimiento y, principalmente, cuestionar la relación entre el sujeto de conocimiento y el
1
Haraway, Harding, Hartsock, Hekman, Keller, Longino, Nelson, Nicholson, Alcoff, Potter,
Rose, Tanesini, Tuana, entre las más reconocidas.
546
|
objeto a conocer como una cuestión valorativamente neutra, por lo tanto, exenta de sesgos
androcéntricos potencialmente perjudiciales para las mujeres, las minorías étnicas y todo
aquel sujeto que se encuentre “fuera” de aquellos valores canónicos.
La reflexión desde el feminismo sobre la ciencia, como señala Pérez Sedeño (2011), se
puede ver desde dos aspectos; el primero sociológico, relacionado con los cambios que se
han producido en la comunidad científica; y el segundo epistemológico, que se refiere a los
cambios que se han producido en los contenidos de las disciplinas. O bien una reflexión de
segundo orden que es pensar sobre la ciencia misma, es decir, analizar los contenidos que ha
producido el feminismo sobre la concepción de la ciencia, esa concepción clásica, tradicional,
objetiva, neutral con respecto a los valores políticos que la circundan, y que hoy en día no se
sostienen.
LAS
EPISTEMOLOGÍAS
FEMINISTAS
COMO
EPISTEMOLOGÍAS
POLÍTICAS
Cuando trazamos la línea discursiva sobre epistemología, observamos que el edificio en
donde se sostiene aquella construcción está atravesado por las demandas del poder, de
manera que podemos vislumbrar una estrecha relación entre conocimiento y poder. En
función de ello, corresponde preguntarse por la modalidad de las indagaciones sobre
políticas de la vida, pues resulta paradójico que la investigación científica en lugar de
modularse según las nuevas y siempre cambiantes realidades a ser estudiadas, se aferre al
presunto método único de la ciencia.
Esta modulación se hace presente en investigaciones realizadas por las feministas en
tanto observan que no es posible aplicar “el método científico” a la realidad estudiada, ya que
lo que se critica es precisamente esa supuesta neutralidad que tiene implicaciones políticas
en la propia investigación.
Como ya se sabe, la gramática no es inocente y las epistemólogas feministas han
sospechado primero del lenguaje con el que se dice tal o cual “teoría científica” que se
comunica a la sociedad, con las connotaciones políticas que implica. Las feministas lo
denunciamos cuestionando presupuestos que se han tomado como base para el estudio de
disciplinas como, por ejemplo en la arqueología, donde se estableció que las mujeres del
paleolítico no eran cazadoras, o en la biología desde la que se transmitió una concepción de
la función del óvulo en el acto de la reproducción era pasiva.
Al parecer toda palabra, aun la científica, es una metáfora para referirse a algo que no es
ella, es decir, se trata de una creación devenida en conocimiento que sustenta una
determinada política. No olvidemos que en la génesis del lenguaje operan fuerzas
estratégicas.
547
|
¿LAS
EPISTEMOLOGÍAS
DE
LA
AUSENCIA
O
SUBALTERNAS?
Para situarnos en la discusión acerca de las epistemologías de la ausencia o subalternas,
tomamos como referencia el texto Para
descolonizar
Occidente del portugués Boaventura de
2
Sousa Santos , donde nos habla de un concepto que él ha definido como pensamiento
abismal, , “éste
consiste
en
un
sistema
de
distinciones
visibles
e
invisibles,
las
invisibles
constituyen
el
fundamento
de
lo
visible.
Las
distinciones
invisibles
son
establecidas
a
través
de
líneas
radicales
que
dividen
la
realidad
social
en
dos
universos,
el
universo
de
este
lado
de
la
línea
y
el
universo
del
otro
lado
de
la
línea.
La
división
es
tal
que
el
otro
lado
de
la
línea
desaparece
como
realidad,
se
convierte
en
no
existente,
y
de
hecho
es
producido
como
no
existente.
No
existente
significa
no
existir
en
ninguna
forma
relevante
o
comprensible
de
ser” (de
Sousa Santos, 2010: 12). Debemos aclarar, de la mano de Boaventura de Sousa Santos, que
el pensamiento occidental moderno es todo aquello que trazó la diferencia entre el viejo
3
mundo y el nuevo mundo, tras el tratado de Tordesillas (1494) .
Se estableció entonces aquello que Sousa Santos llama, el pensamiento abismal; la zona
visible entre aquel saber prominentemente científico y aquello que no lo es.
4
Si atentemos a la definición que Sousa Santos hace sobre el
pensamiento
abismal
moderno nos damos cuenta que realiza una crítica frontal a aquel pensamiento que se
2
Doctor en sociología del derecho por la Universidad de Yale. Profesor y director del Centro
de Estudios Sociales de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra. Y profesor
visitante de la Universidad de Wisconsin-‐Madison, San Pablo, Los Andes y de la London
School of Economics.
3
El Tratado de Tordesillas fue el compromiso suscrito en la localidad de Tordesillas —
actualmente situada en la provincia de Valladolid, en España—, el 7 de junio de 1494, entre
los representantes de Isabel y Fernando, reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y los
del rey Juan II de Portugal, por la otra, en virtud del cual se estableció un reparto de las
zonas de navegación y conquista del Océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un
meridiano situado 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde a fin de evitar conflictos de
intereses entre la Monarquía Hispánica y el reino de Portugal.
4
No son pocas las evidencias teóricas y el menú de opciones de pensadores que entran
dentro de estos marcos. Así, por ejemplo, sin nombrar históricamente a todos los que son,
en el caso latinoamericano tenemos en esta dirección a José Carlos Mariátegui, Rodolfo
Kusch, Paulo Freire, Leopoldo Zea, Enrique Dussel, Edgardo Lander, Theotonio dos Santos,
Florestán Fernández, Oswaldo Sunkel, Orlando Fals Borda, Bolívar Echeverría, Álvaro
García Linera, Jesús Martín Barbero, Guillermo Bonfil Batalla, Walter Mignolo, Aníbal
Quijano, Arturo Escobar, entre otros. Con ellos, surgen también formas de pensamiento
propias como la teología y la filosofía de la liberación, el pensamiento social
latinoamericano, el pensamiento social indígena, la teoría de la dependencia, las teorías de
la comunicación desde y sobre el sur, los estudios culturales y subalternos, la epistemología
del sur, las antropologías y sociologías del sur y el programa de investigación
modernidad/colonialidad. Y si ampliamos más la mirada, como de hecho debe hacerse para
evitar caer en falacias localistas y reducir el amplio espectro de la globalidad del Sur,
encontraremos diversos conocimientos y pensadores situados en el subcontinente indio,
África, en el mundo asiático y en el mundo árabe. Basta mencionar, por ejemplo a Gayatri
548
|
pretende único y hegemónico sobre todo en lo que respecta al conocimiento y al derecho
moderno, ya que ambos, a nuestro juicio, representan las más consumadas manifestaciones
del pensamiento abismal: “En
el
campo
del
conocimiento,
el
pensamiento
abismal
consiste
en
conceder
a
la
ciencia
moderna
el
monopolio
de
la
distinción
universal
entre
lo
verdadero
y
lo
falso,
en
detrimento
de
dos
cuerpos
alternativos
de
conocimiento:
la
filosofía
y
la
teología.
El
carácter
exclusivista
de
este
monopolio
se
encuentra
en
el
centro
de
las
disputas
epistemológicas
modernas
entre
formas
de
verdad
científicas
y
no
científicas.
Puesto
que
la
validez
universal
de
una
verdad
científica
es
obviamente
siempre
muy
relativa,
dado
que
puede
ser
comprobada
solamente
en
lo
referente
a
ciertas
clases
de
objetos
bajo
determinadas
circunstancias
y
establecida
por
ciertos
métodos” (de Sousa Santos, 2010:13). Nos
encontramos entonces en un paradigma que claramente deja afuera otras posibles verdades
que puedan demandar un estatus mayor pero que no son posibles de demostrar según el
5
canon científico imperante .
Todas estas tensiones tienen lugar en “este lado de la línea”. Es decir, su
6
visibilidad se erige sobre la invisibilidad de otras formas de conocimiento . Éstas
desaparecen como conocimientos relevantes porque se encuentran más allá de las
dicotomías imperantes.
Para Sousa Santos no sólo el paradigma positivista, sino también sus críticas europeas —
fenomenología, marxismo— abren vías para alguna de estas posiciones dicotómicas y su
consecuente transmisión: el saber universitario. La forma en que opera este paradigma en la
institución universitaria muestra su máxima expresión en la división disciplinaria. Aquí
encontramos la arcaica separación entre ciencias naturales y ciencias sociales, donde la
primera tiene mayor peso, de manera que establece fronteras infranqueables entre una y
otra forma de entender la realidad. Observamos que el concepto de realidad para Sousa
Santos, no es solamente el dato fáctico; la realidad es también lo imaginado y lo emergente.
Spivak, Homi K. Bhabha, Veena Das, Chandra Mohanty, Valentin Mudimbe, Edward Said,
Aijaz Ahmad, Ngugi Wa Thiong’o, Odera Oruka, Syed Farid Alatas o Deng Zhenglai (Cfr.
Unesco, 2010; Carvalho, 2002 ; Escobar, 1996). También hay que mencionar tradiciones
innovadoras como la filosofía de la sagacidad africana o como los estudios de subalternidad
india (Santos, 2011) A partir de lo anterior podemos asumir tentativamente que el Sur
global condensa una plétora de representaciones que cuestionan, no solo el alcance de eso
que se ha denominado la sociedad global, sino que también problematizan el lugar de
muchos en el proyecto moderno. De todas formas, en tanto horizonte de significación, el
Sur global es un territorio aún indeterminado, tanto en el sentido geográfico como en su
plenitud simbólica.
5
En la historia de la filosofía occidental podemos decir que hay al menos tres filósofos que
exploraron esta cuestión; Pascal, Kierkegaard y Nietzsche. Todos vivieron las antinomias
contenidas en esta cuestión. Más recientemente podemos mencionar a Karl Jaspers ( de
Sousa Santos en Para
descolonizar
Occidente, 2010, ed Prometeo Libros , Buenos Aires.
Argentina)
6
Aquí se hace referencia a conocimientos populares, laicos, plebeyos, campesinos e
indígenas al otro lado de la línea.
549
|
Así, el paradigma científico dominante tiene su base en lo que Sousa Santos llama un
epistemicidio, esto es, su carácter hegemónico descansaría en la destrucción o apropiación
de otras formas de conocimiento. A estas otras formas de conocimiento se las denomina
“epistemes de las ausencias” o subalternas, es decir, aquellos conocimientos que no cumplen
con el canon de verificación del paradigma dominante.
Desde una lectura feminista, esta posición es completamente precisa, puesto que ¿en
quiénes ha recaído siempre el saber del oikos
(casa), la administración, el cuidado de los
niños, ancianos y los enfermos, el nacimiento y la muerte?
Asistimos así a un momento de transición paradigmática, donde se está generando otra
forma de construir la racionalidad científica. Se trataría entonces de construir lo que Sousa
Santos llama una episteme de las ausencias basada en las alternativas de conocimiento que
nunca llegaron a ocurrir, o en todos esos silencios y aspiraciones que el paradigma dominante
ha prohibido por considerarlos saberes abyectos como la magia, superstición, o simples
creencias.
LAS
EPISTEMOLOGÍAS
DE
LA
AUSENCIA
O
SUBALTERNAS
COMO
ARTICULADORAS
DE
UN
CUERPO
DE
CONOCIMIENTOS
DESDE
EL
FEMINISMO
HACIA
LA
POLÍTICA.
Las epistemologías de la ausencia tal como lo hemos esbozado, hace referencia a la
transformación de nuestros conceptos tradicionales de saber e ignorancia, conceptos que
para Sousa Santos no son absolutos pues siempre están referidos a una particularidad, dado
que la diversidad del mundo es inagotable y esa diversidad todavía carece de una adecuada
epistemología. Es decir, la diversidad epistemológica del mundo todavía está por construir. Y
es aquí donde el conocimiento de las mujeres en particular, tiene mucho que visibilizar.
Entonces a partir de estas nuevas formas de hacer operativo el conocimiento, que sólo serán
posibles si nos implicamos todas y todos, es posible asediar las diversas formas de la
totalidad del conocimiento, hasta ahora patriarcal y racista.
El contexto socio/político en que se dan las epistemes de la ausencia o subalternas es
paradójico, en tanto la idea de “diversidad socio/cultural” y la acción política de los diversos
grupos sociales han ido ganando aceptación en las últimas décadas. Pero esto sólo asegura el
reconocimiento de la diversidad epistemológica y la pluralidad como una de sus
dimensiones, falta reconocimiento en la academia.
Todas las epistemologías comparten las premisas culturales y políticas de su tiempo.
Estas son ideas y creencias, las ideas en este lado de la línea, vienen desde fuera y arrancan
de la incertidumbre. Las creencias por su parte se originan desde la ausencia de la duda y son
parte de la identidad de cada ser.
Pero la ciencia moderna de nuestro tiempo pertenece a ambos reinos, al de la creencia y
al de las ideas. La relativa pérdida de confianza epistémica en la ciencia que impregnó la
segunda mitad del siglo XX, coincide con el auge de la creencia popular en la ciencia. La
relación entre las creencias e ideas con respecto a la ciencia, ya no es una relación entre dos
550
|
entidades distintas sino que es una relación entre dos modos de experimentar socialmente la
ciencia.
En este contexto las epistemologías de la ausencia o subalternas surgen como una
contra-‐epistemología, y el ímpetu básico que sostiene esta idea es la nueva emergencia
política de agentes y visiones del mundo que se encuentran al otro lado de la línea abismal y
se sitúan como compañeros de resistencia global al capitalismo, al mercado y al patriarcado.
CONCLUSIÓN
Las epistemologías de la ausencia o subalternas no son sólo un intento para poder
pensar otra historia a partir del oprimido, del que ha sufrido las injusticias del colonialismo,
del patriarcado, del mercado, sino que es el reclamo de la validez de otros conocimientos
elaborados más allá del conocimiento científico eurocéntrico desde la perspectiva de los que
han sufrido las injusticias del mercado, el patriarcado y el colonialismo. Y aquí la referencia a
la teoría feminista del punto de vista (feminist
standpoint
theory) es clara, dado que señala el
posicionamiento estratégico de las mujeres en tanto excluidas de la visión hegemónica del
conocimiento poseen al mismo tiempo un lugar privilegiado del conocimiento, esto último
significa, bajo el presupuesto marxista, que debido al lugar marginal y dominado en las
estructuras jerárquicas sociales, las mujeres poseemos un “privilegio epistemológico”
(Harding, 1996).
Esta dimensión es lo que Sousa Santos llamará “epistemología posabismal”. Ésta, nos
dirá “no implica desacreditar el conocimiento científico. Simplemente implica su uso
contrahegemónico. Y este uso consiste, por un lado, en explorar la pluralidad interna de la
ciencia, esto es, prácticas científicas alternativas que han sido hechas visibles por las
epistemólogas feministas y poscoloniales” (De Sousa Santos, 2010: 35-‐36).
Bibliografía:
DE SANTOS SOUZA, B. (2010). Para
descolonizar
Occidente. Prometeo libros,
Buenos Aires.
HARAWAY, Donna (1991). Simions,
Cyborgs,
and
Women:
The
Reinvention
of
Nature,
Rotledge, New York.
HARDING, Sandra (1986). Science
Question
in
Feminism, Ithaca, Cornell University
Press. 1986. En edición española, Ciencia
y
feminismo, ed Morata.
PÉREZ SEDEÑO, Eulalia (2011).
Jornadas
por
la
coeducación,
Gijón.
551
|
EPISTEMOLOGÍA
DE
LOS
CONOCIMIENTOS
SITUADOS:
CREACIÓN
DE
CONOCIMIENTO
COLECTIVO
COMO
TRANSFORMACIÓN
SOCIO-‐PERSONAL
Y
POLÍTICA
Pilar
Domínguez
Castillo
Amparo
Bonilla
Campos
INTRODUCCIÓN
Presentamos esta comunicación con el interés de compartir con compañeras y
compañeros las inquietudes, cuestionamientos e interrogantes que junto a las motivaciones,
1
han precedido y acompañado a la Intervención-‐Investigación que hemos realizado y que sin
duda, han posibilitado la búsqueda de epistemologías, metodologías y métodos coherentes
con el carácter transformador (social y políticamente) que le demandamos a la ciencia como
feministas.
Nuestra apuesta investigadora forma parte de nuestro compromiso como feministas y
nos identificamos por tanto con el propósito de la Investigación Feminista:
Posibilitar
la
comprensión,
explicación,
interpretación
y
cuestionamiento
de
los
conocimientos
que
han
sustentado
el
androcentrismo
en
la
ciencia.
Apostar
por
una
manera
de
conocer
y
producir
conocimientos
caracterizada
por
su
interés
en
que
éstos
contribuyan
a
erradicar
la
desigualdad
de
género
que
marca
las
relaciones
y
las
posiciones
de
las
mujeres
2
respecto
a
los
hombres .
Investigación feminista que se encuentra claramente orientada por el carácter
emancipatorio de las mujeres, por lo que pretendemos realizar investigaciones de, con y
para las mujeres.
De este modo, cuando recibimos una propuesta para realizar una intervención grupal
con mujeres comenzamos a soñar con vincular intervención e investigación y poder así dar
respuesta a las necesidades de mujeres que deseaban alcanzar un mayor bienestar a través
de sus transformaciones personales. Imaginábamos igualmente transformaciones que se
relacionaban con la posibilidad de crear conocimiento desde este grupo de mujeres (que
generara la propia transformación) pero igualmente fuera un conocimiento que articulara
1
Metodología desarrollada en el Trabajo Fin de Máster de Estudios de Género de Pilar
Domínguez Castillo y dirigido por Amparo Bonilla.
2
CASTAÑEDA, Martha P., Metodología
de
la
investigación
feminista.
Guatemala, Fundación
Guatemala, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, 2008.
552
|
aperturas y transformaciones sociopolíticas al constituirse desde una investigación más allá
del paradigma positivista: Desde epistemologías que en la actualidad están generando
espacios (políticos, sociales, personales, estructurales, mentales) de aperturas y conexiones
emancipatorias para los procesos sociales transformadores hacia una igualdad.
A través de estas líneas, compartimos los retos, dificultades y aprendizajes del proceso
de Intervención-‐Investigación que ha permitido que podamos presentar el presente trabajo:
Narrativas sobre la culpa desde la “costura” colectiva de un grupo de mujeres
Nuestras inquietudes y sueños necesitaban fundamentar el porqué de nuestra
separación de la epistemología positivista, revisar el carácter político que se desprende de la
ciencia generada desde ella así como conocer los mecanismos de poder que implícita (y
perversamente) se establecen cuando formamos parte de la maquinaria patentadora de
conocimiento desde esta epistemología. Algunos interrogantes que nos han servido para
acercarnos crítica y reflexivamente al modelo epistemológico positivista son:
¿Cómo se constituyen los “objetos” y “sujetos” de investigación?
¿Quién accede al conocimiento, cómo se legitima y divulga?
IMPLICACIONES
DE
LA
EPISTEMOLOGÍA
POSITIVISTA
EN
RELACIÓN
A
LAS
INVESTIGACIONES
FEMINISTAS
Y
ARTICULACIONES
POLÍTICAS
TRANSFORMADORAS
La epistemología positivista parte de considerar que la realidad está “totalmente hecha,
3
acabada y es plenamente externa y objetiva ”. El conocimiento científico será por tanto aquel
que desvela y describe la
realidad
tal
cual es (la realidad objetiva) a través de sus rigurosos
procedimientos de investigación que han de ser igualmente “objetivos” para que lleguemos
4
“conocer el porqué de las cosas y a prever su funcionamiento en el futuro ”.
La objetividad de este modo no sólo es una característica de la realidad y un requisito de
los procedimientos científicos para que la realidad pueda aprehenderse, sino que es también
la demanda que se realiza a la persona investigadora: “La objetividad será igualmente
condición imprescindible de la tarea de un buen científico o científica, quien ha de prescindir
5
de sí para observar y analizar la realidad sin prejuicios y poder así desvelarla ”.
La persona investigadora mediante el método científico positivista accederá por tanto al
mundo y realidad (cuya existencia propia es independiente de la persona que lo estudia) y
3
RADAMÉS, G., «El ocaso de la objetividad en la investigación científica». Revista ciencias
de la educación, vol 19, núm 33 (2009), pp. 201-‐211.
4
Ibíd, (p.55).
BIGLIA, Bárbara, «Narrativas de mujeres sobre las relaciones de género en los
movimientos sociales»,
<http://www.academia.edu/313091/Narrativas_de_mujeres_sobre_las_relaciones_de_gene
ro_en_los_movimientos_sociales>, Tesis doctoral de la Universidad de Barcelona, 2005.
5
553
|
podrá entender, explicar y universalizar las leyes explicativas que deduzca y obtenga
mediante sus procedimientos científicos.
Estos métodos y procedimientos objetivos de la ciencia positivista necesitan de los
contextos
apropiados para poder operar en ellos y descubrir las relaciones “causas-‐
consecuencias”. Estos contextos son las situaciones controladas que permiten simplificar la
realidad y tener un campo de análisis delimitado y puesto “en laboratorio” para poder ser
analizado.
De este modo, las Ciencias Sociales para adquirir el estatus de ciencia positivista han de
aislar variables cuantificables que explican los acontecimientos que se pretenden investigar y
,desde las consecuencias que éstas variables producen, se determinará la realidad objetiva.
Se establecen así las relaciones de “causa-‐efecto” como legitimación de la universalización
del conocimiento.
El positivismo desde su maquinaria de universalizar la realidad desvelada por el método
científico occidental, asegura el representacionismo y se generalizan así las leyes causales y
explicativas descubiertas. Este afán de representacionismo conecta y se explica por la mirada
del Hombre Blanco que desde el poder que ejerce, “esencializa” a su medida la realidad:
El
impulso
que
ha
pervertido
toda
comprensión
a
través
de
nuestra
historia
(la
historia
de
Occidente,
escrita
por
la
voz
única
y
omnívora
del
Hombre
Blanco
que
incluye
nuestro
tiempo
y
espacio):
el
impulso
para
esencializar,
para
transformar
toda
cosa
en
la
imagen
de
6
uno
mismo .
Desde la ciencia positivista, la realidad objetiva ha hablado por sí misma y por tanto las
vivencias no patentadas desde este paradigma quedan deslegitimadas. Las realidades
puestas de manifiesto más allá de un laboratorio (que supone descubrir relaciones causales
desde la medición de determinadas variables cuantificables seleccionadas por la persona
investigadora) no son reconocidas como válidas, no son ciencia.
La realidad positivista, con su carácter de única y objetiva verdad, no admite
cuestionamientos y la producción de conocimiento se convierte tan sólo en la constatación
de hechos mediante la especificación de ciertas reglas causales que generan la realidad.
Nos encontramos por tanto que las investigaciones desde el feminismo y otros
movimientos de emancipación socio-‐política que no están interesadas en la universalización,
ni en la predicción, ni en la imposición de vivencias constatadas por la determinación de
relaciones de causas-‐consecuencias en
laboratorios, han sido deslegitimadas por la Ciencia
Positivista.
6
ARDITI, Jorge, «Prólogo a la edición española», en HARAWAY, Donna, Ciencia,
Cyborgs
y
mujeres.
La
reinvención
de
la
naturaleza, Madrid, Cátedra, 1995, pp. 8-‐19, p. 14.
554
|
Hacemos referencia a investigaciones de personas investigadoras que no comparten las
siguientes separaciones que el método científico positivista demanda (para asegurar la
objetividad del mismo):
- El conocimiento científico de los intereses humanos.
- Los objetos de los sujetos de investigación
- La separación que las personas investigadoras han de realizar de su subjetividad a
través de mecanismos que aseguren la neutralidad de su mirada.
La Ciencia Positivista privilegia la desaparición del sujeto en pro del objeto para que la
7
realidad objetiva sea capaz de hablar por sí misma . Para el Feminismo, esta desaparición del
sujeto de investigación deja tras de sí una renuncia del carácter responsable como personas
investigadoras ante la realidad, ante la investigación, ante el conocimiento.
Desde el feminismo y otras perspectivas de análisis crítico sobre las relaciones y
estructuras que generan y mantienen el poder androcéntrico y patriarcal de la ciencia,
observamos cómo las categorías, axiomas y principios relacionados con la epistemología
positivista se articulan desde dimensiones de verticalidad y poder:
El método científico implica posicionarse como sujetos
de
investigación, que
herméticamente guardan en secreto el objetivo de investigación ante unos objetos
de
investigación que son depositarios de la información (que aportan al desvelamiento de la
realidad) pero sin embargo no son poseedores de conocimiento. La ironía queda
establecida. Las estrategias de control del conocimiento y de legitimación de la realidad
quedan estructuradas mediante el poder positivista que establece el mecanismo de creación
de conocimiento y la posibilidad de ser sujeto
creador del mismo.
Nos interpelamos sobre los efectos de los discursos de la ciencia positivista en las
subjetividades contemporáneas, al determinarse la infranqueable posibilidad de generar
conocimiento desde las experiencias de las personas, desde sus miradas y aprendizajes.
Las prodcciones teóricas de investigadoras feministas, de ciudadanía comprometida, de
movimientos sociales emancipatorios, étc., que pretenden articular conocimiento desde el
análisis de la contingencia histórica y social; así como generar posibilidades y canales de
transformación, quedan deslegitimadas puesto que es obligatoriedad para el positivismo el
despojarse del carácter de compromiso y transformación que todo acercamiento a la
realidad, intrínsecamente, posee.
7
RADAMÉS, G., op.
cit.
555
|
INVESTIGACIONES
FEMINISTAS
Y
LA
OBJETIVIDAD
COMPROMETIDA,
ENCARNADA
Y
SITUADA:
HORIZONTE
DE
CONOCIMIENTO
TRANSFORMADOR
Las recientes posiciones epistemológicas de la ciencia enfatizan que el
conocer está
siempre insertado en una historia y en un contexto cultural y social. “Desde este punto de
vista la epistemología construccionista rechaza la idea de que exista una verdad objetiva
esperando ser descubierta. La verdad, el significado, emerge a partir de nuestra interacción
con la realidad y no existe el significado sin una mente, por consiguiente el significado no se
8
descubre sino que se construye ”.
Hablamos de epistemologías conscientes de que las miradas de quienes investigan y se
acercan a la realidad están constituidas por categorías y “maneras específicas de ver que son
9
parciales y activas ”. Posiciones y localizaciones que consideramos que caracterizan no sólo
los procesos de construcción de la subjetividad individual sino todo ejercicio de conocer y de
construcción de conocimiento.
Hablamos del carácter comprometido de la ciencia empieza a emerger, la nueva
narratividad científica rechaza el presupuesto de objetividad (sujeto separado del objeto) y
propone el de reflexibilidad (objeto como producto de la actividad interpretativa del sujeto).
Entendemos por tanto la reflexividad como parte de asumir nuestra responsabilidad, dando
cuenta y expresando la posición de nuestra mirada como mujeres investigadoras.
De este modo, frente a las prácticas esencializadoras del positivismo dominante, las
nuevas corrientes epistemológicas muestran un rechazo a la objetividad de un punto de vista,
10
de una en una 'verdad' válida para todos, en una para todos y todas ”.
La estrategia de la parcialidad (de conocimientos situados y localizables y de
objetividades encarnadas) se constituye como un sendero epistemológico que nos permite
apostar por una objetividad
feminista: Aquella que reconoce la parcialidad de las miradas de
cada sujeto y reivindica la propia mirada situada como una de las posibles y con valor
11
“equipolente” a las otras.
De este modo, “la objetividad dejará de referirse a la falsa visión que promete
trascendencia de todos los límites y responsabilidades, para dedicarse a una encarnación
12
particular y específica ”.
8
RADAMÉS, G., op.
cit., p. 209.
9
HARAWAY, Donna, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid,
Cátedra, 1995,p. 327.
10
ARITI, Jorge, op.cit., p. 15.
Expresión que hace referencia a igual
valor y que Bárbara Biglia introduce en su tesis
doctoral: BIGLIA, Bárbara, op.cit.
12
HARAWAY, Donna, op.cit., p.326.
11
556
|
Nos sumamos al deseo de Donna Haraway de “luchar por una doctrina y una práctica de
la objetividad que favorezca la contestación, la deconstrucción, la construcción apasionada,
las conexiones entrelazadas y que trate de transformar los sistemas del conocimiento y las
maneras de mirar en un poderoso conocimiento para construir mundos menos organizados
13
en torno a ejes de dominación ”.
Nuestro compromiso con el feminismo necesitaba de estas epistemologías encarnadas
del conocimiento que:
-‐ Nos permitiera entender las causas y procesos estructurales de las desigualdades y
desventajas de las mujeres en la vida sociopolítica y en la ciencia actualmente androcéntrica
(invisibilización de las mujeres en la ciencia como creadoras de conocimiento).
-‐ Nos facilitara la comprensión de cómo los procesos de subjetivación de las mujeres son
el resultado de las interrelaciones entre los contextos socio-‐histórico-‐económico-‐político
patriarcal.
-‐ Nos proporcionara, desde el análisis y conocimiento crítico, posibilidades de
articulación para la transformación socio-‐política de las mujeres, del feminismo y de la
ciencia al crear conocimiento que cuestiona y transgrede los principios científicos que
albergan las limitaciones anteriormente citadas.
EPISTEMOLOGÍA
DE
LOS
CONOCIMIENTOS
SITUADOS:
POSIBILIDADES
DE
TRANSFORMACIONES
PERSONALES
Y
SOCIOPOLÍTICAS
No podemos, ni queremos, obviar la capacidad que tenemos de crear conocimiento al
elegir el lugar en
el
que
nos
situamos.
Somos conscientes de que el punto desde el cual miramos no es neutro sino que más
bien la visión es siempre una cuestión del poder
ver. De este modo, apostamos por generar
ciencia desde las articulaciones parciales de las mujeres en el marco del planteamiento
epistemológico de LOS CONOCIMIENTOS SITUADOS (CS) de Donna Haraway.
Pretendemos dar agencia a las mujeres, romper con la dicotomía investigadora
y
objetos
de
investigación, cuestionar la verticalidad tanto en la producción de ciencia como en la
difusión y socialización de ésta. Apostamos por tanto por respetar, visibilizar y poner de
manifiesto la dimensión ética y política que todo proceso de investigación, que toda
elaboración de saberes y conocimientos, genera.
En el presupuesto de objetividad en el que nos situamos, se legitima el conocimiento que
producimos por el carácter localizado del mismo puesto que ha sido posible por “la conexión
13
HARAWAY, Donna, op.cit., p.329.
557
|
14
con otras posiciones y objetividades ”. Así vamos generando conocimiento, gracias al
15
continuo cambio por las conexiones y articulaciones con otras posiciones y miradas .
Los CS nos permite integrar la “necesidad de vincular la teoría con las necesidades
16
prácticas y estratégicas de las mujeres en cada contexto y momento ” y poder aspirar a
“conocimientos parciales, localizables y críticos, que admiten la posibilidad de conexiones
17
llamadas solidaridad en la política y conversaciones compartidas en la epistemología ”.
La riqueza de los conocimientos parciales y situados radica en que derivan del sujeto, de
18
su cuerpo y del proceso histórico, cultural y semiótico que lo ha generado por lo que la
“posibilidad de generar una praxis transformativa fiel a la parcialidad es nuestra mejor
19
esperanza ”.
El resultado de los conocimientos situados serán versiones fidedignas de un mundo real,
que nos permiten igualmente horizontes de prácticas emancipatorias:
- Al ofrecer respuestas a las necesidades de conocimiento que plantea la vida de las
mujeres en una circunstancia específica: Contribuir a la producción de los conocimientos que
20
las mujeres quieren y necesitan .
- Al crear conocimiento junto con las mujeres desde sus propias localizaciones y sus
miradas situadas que se articulan con nuestras motivaciones, localizaciones y miradas
situadas para generar un conocimiento colectivo y situado como versión del mundo, vivencia
y experiencia.
-‐ Al posibilitar conocimientos situados, equipolentes con otros conocimientos
científicos, que facilitarán cambios en las posiciones subjetivas de las mujeres al romperse la
dicotomía objeto
vs
sujeto
investigación.
Al posibilitar investigaciones que permitan tomar conciencia de cómo “la conformación
21
de experiencias vitales siempre están significadas por el poder ”. Este proceso personal de
toma de conciencia sobre cómo nuestras vivencias se encuentran significadas por un
14
FIC: Fractalitats en Investigació Crítica, «Investigación Crítica: Desafíos y Posibilidades».
Athenea
Digital, vol. 8 (2005), pp. 129-‐144, p. 134.
15
GÓMEZ, Lucia, «Procesos de subjetivación y movimiento feminista. Una aproximación
política al análisis psicosocial de la identidad contemporánea» (Tesis Doctoral), Universitat
de València, 2002.
16
Bonder, Gloria, 1998; «Género y subjetividad: Avatares de una relación no evidente»,
<http://www.iin.oea.org/iin/cad/actualizacion/pdf/Explotacion/genero_y_subjetividad_bon
der.pdf>.
17
HARAWAY, Donna, op.cit. p. 329.
CASTAÑEDA, Martha P., op. cit.
18
19
ARITI, Jorge, op. cit., p. 15.
HARDING, Sandra, «¿Existe un método feminista?», en BARTRA, E. Bartra. (eds.),
Debates
en
torno
a
una
metodología
feminista, México UAM, 1998.
20
21
CASTAÑEDA, Martha P., op. cit., p. 15.
558
|
entramado producto de las estructuras de poder socio-‐históricas, permitirán desarrollar
habilidades y recursos personales para el cambio personal y social.
- Al romper las jerarquías en la creación, difusión y legitimación del conocimiento que
la epistemología positivista impone.
INVESTIGACIÓN-‐INTERVENCIÓN
DESDE
LOS
CONOCIMIENTOS
SITUADOS
CON
UN
GRUPO
DE
APOYO
MUTUO
DE
MUJERES
COMO
COMPROMISO
SOCIOPOLÍTICO
CON
EL
FEMINISMO
Narrativas
grupales
sobre
el
sentimiento
de
culpabilidad
desde
un
grupo
de
mujeres
cuidadoras nos ha permitido crear y realizar una Intervención-‐Investigación como
metodología en coherencia con nuestro compromiso transformador que se enmarca en la
epistemología de los Conocimientos Situados.
El inicio de esta experiencia se encuentran cuando dos mujeres que trabajan como
técnicas en el área de trabajo de la Ley de la Promoción de la Autonomía Personal y Atención
a las Personas en situación de Dependencia (LAAD) de los Servicios Sociales de Requena
(Valencia) nos propusieron realizar una intervención grupal con mujeres cuidadoras de
familiares dependientes, para dar así respuesta a la demanda expresada por éstas.
Estas mujeres, cuyo rol principal es el de cuidadoras de familiares dependientes de
Requena, sentían la necesidad de participar en un grupo de apoyo mutuo con el objetivo de
mejorar su calidad de vida y bienestar.
Desde nuestras posiciones (Amparo como Profesora Titular de Psicología, docente en el
Máster de Género y Pilar como psicóloga y estudiante del Máster de Género en la fase de
realización del Trabajo fin del citado Máster) y con los compromisos epistemológicos y
políticos anteriormente citados, nos ilusionamos con producir conocimiento desde
las
posiciones
de
las
mujeres,
desde
cada
una
de
nosotras,
para
conjuntamente
ofrecer
procesos
de
transformación,
personales
y
sociales.
Necesitábamos entonces una Metodología en coherencia con los Conocimientos
Situados y que respondiera a nuestros compromisos. De este modo, surge la Intervención-‐
Investigación al articular las diferentes motivaciones e inquietudes de los Servicios Sociales
de Requena (Valencia), del grupo de mujeres cuidadoras y las nuestras. Las conexiones entre
todas ellas consiguieron unir, como un bucle que se retroalimenta, la Intervención (en el
Grupo de Apoyo Mutuo) con la Investigación (feminista transformadora).
Entendemos así
intervención-‐Investigación que nos permite:
- Unir (para que pudiera enriquecerse de manera recíproca) el proceso de intervención
grupal con una investigación desde los Conocimientos Situados, puesto que nos permitía ir
más allá de la dicotomía Investigación o Intervención apoyada en la premisa positivista sobre
la objetividad en la ciencia.
- Realizar Intervención en un espacio de apoyo mutuo de un grupo de mujeres
cuidadoras que articulan conocimientos al realizarse conexiones parciales desde sus
559
|
vivencias. Este conocimiento situado posibilitará procesos de toma de conciencia socio-‐
personales como la Intervención gracias al proceso en bucle que se enriquece mutuamente.
- Romper la separación mujeres “investigadoras-‐sujetos de investigación” vs mujeres
“objetos de investigación”, puesto que el conocimiento emerge gracias a la objetividad
localizada y legitimada de cada una al articularse conexiones parciales.
Explicamos a continuación de manera sintética las aportaciones de esta Metodología en
bucle donde la Intervención-‐Investigación se retroalimenta de manera recíproca y continua:
- Construcción colectiva de la formulación del problema: Las mujeres cuidadoras,
mediante dinámicas y conversaciones grupales, aislaron su principal preocupación en
relación a su vivencia y aquello que deseaban abordar en el grupo: El sentimiento de
culpabilidad en su trabajo de cuidadoras.
- El trabajo de apoyo mutuo que las mujeres deseaban realizar, estaba caracterizado
por las enunciaciones puesto que mediante éstas se va accediendo a la conciencia reflexiva a
través de la palabra narrada, las experiencias compartidas y el relato construido
22
colectivamente . Por ello, buscamos una metodología que fuera creando, de manera
colectiva, narraciones que accedieran a la conciencia y encontramos la Producción de
23
Narrativas (PN) que se caracteriza por:
“posibilidad
de
conexiones
parciales
con
personas
que
están
cerca
del
fenómeno
a
estudiar.
El
equipo
investigador
se
articula
con
estas
posiciones
a
través
de
varias
sesiones
en
las
que
se
construye
un
texto
híbrido
que
expresa
cierta
manera
de
entender
el
fenómeno,
24
garantizando
la
agencia
de
quien
participa,
sobre
el
texto
producido ”.
- Por la riqueza de la metodología Intervención-‐Investigación, la PN permitió
entretejer todo el proceso y se integró en la formulación del problema (que recogía las
primeras conexiones grupales de conocimiento):
¿La
producción
de
narrativas
colectivas
sobre
el
sentimiento
de
culpabilidad
nos
permite
acercarnos
a
la
comprensión
de
nuestro
malestar,
nuestras
vivencias
y
experiencias
como
cuidadoras
de
familiares
dependientes,
así
como
entender
la
relación
de
la
culpa
con
los
procesos
de
subjetivación
como
mujeres,
con
los
modelos
ideales
de
mujer
y
descubrir
las
relaciones
determinados
por
ellos?
El proceso
de
costura aparecía como una metáfora que podía dar cuenta de este trabajo
de mujeres de Intervención-‐Investigación, por lo que decidimos incorporarla tal como
muestra el cuadro 1.
22
FIC, op. cit.
23
BALASCH, M. y MONTENEGRO, M., «Una propuesta metodológica desde la
epistemología de los conocimientos situados: Las producciones narrativas». Encuentros
en
Psicología
Social,
vol. 1, núm 3, 44-‐48.
24
Ibíd, (p. 44).
560
|
A lo largo de diferentes sesiones, las mujeres que formábamos el grupo nos dedicamos a
dialogar y reflexionar acerca de todas las dimensiones y experiencias que daban cuenta de la
experiencia del sentimiento de culpabilidad en el día a día como mujeres cuidadoras.
Seguimos con la metáfora de la
costura reflejar el proceso (como muestra el cuadro 2). El
trabajo entre las sesiones corresponde a mi labor de textualización de las narraciones
producidas en las sesiones para seguir reflexionando en torno a ellas.
Desde el proceso de costura de las Producciones Narrativas, generamos un tejido
colectivo
de
conocimientos
situados
sobre
el
sentimiento
de
culpabilidad
(cuadro 3)
formado por
12 retales que representan conocimientos situados sobre el sentimiento de culpabilidad de
nuestro grupo de mujeres cuidadoras.
- Esta articulación de conocimientos situados ha permitido el cambio de las posiciones
subjetivas de las mujeres al sentirse creadoras de un conocimiento que ha dialogado con el
conocimiento teórico de la academia (fase de Diálogo de saberes como aparece en el cuadro 1).
- En la actualidad, las mujeres que forman el grupo están llevando a cabo diferentes
acciones formativas en los Servicios Sociales de Requena desde
sus
nuevas
posiciones
de
mujeres
creadoras
de
conocimiento.
Cuadro 1: Metáfora del proceso de costura colectiva de conocimientos
situados que hemos realizado.
561
|
Cuadro 2: Proceso de costura de la Intervención-‐Investigación
Momento
Fase en el proceso
1ª Sesión costura grupal El primer diseño del tejido
Entre 1ª y 2ª sesión
costura
Hilvanadas entre 1ª y 2ª
sesión
Objetivo sesión
- Crear un espacio de conversación amplio y abierto
donde pudieran emerger problemáticas, reflexiones y
experiencias en relación a la vivencia del sentimiento de
culpabilidad.
- Determinar las dimensiones del sentimiento de
culpabilidad en las que se integren las diferentes
experiencias narradas por el grupo en la anterior sesión.
- Articular un primer documento que posibilitan
reflexiones y articulación de posiciones en la segunda
sesión de costura.
2ª Sesión costura grupal Tejiendo nuestros hilos y
vivencias.
Continuación del proceso de creación colectiva
conocimiento profundizando en las experiencias y
problemáticas que habían sido aisladas.
Entre 2ª y 3ª sesión
costura
Hilvanadas entre 2ª y 3ª
sesión
Creación de los retales
hilvanados
que volverán al grupo
de mujeres para desde ellos volver a articular
conocimiento.
3ª sesión costura grupal
Corregir, ampliar, problematizar, profundizar los retales
Cosiendo retales de nuestro
hilvanados para concretarlos y definirlos y ultimar la
tejido colectivo
costura grupalmente.
El tejido, formado por retales que dan cuenta del
Creación del tejido tras la Ultimar costura de retales y conocimiento construido, se ultima y remata con la
3ª sesión costura grupal creación del tejido
incorporación de una explicación que expone el proceso
grupal por el que lo hemos construido.
562
|
Cuadro 3: Tejido colectivo sobre el sentimiento de culpabilidad
563
|
QUEER
TOPICS
IN
THE
DEBATES
ABOUT
SCIENTIFIC
KNOWLEDGE:
GENDER
PERFORMATIVITY
AND
–
PERFORMANCE
Victoria
Mateos
de
Manuel
Gender performativity and gender performance are two terms that were introduced two
decades ago within the feminist framework, although their respective origins are prior and
unrelated to gender studies.
Firstly, performativity is a concept that arises in the context of philosophy of language. In
Austin´s 1962 book How
to
do
things
with
words, performativity is used to define those
1
speech acts which are capable of constituting what they apparently only state . The ability of
those statements to generate reality made the term “performativity” an ideal concept to
rethink the issue of identity within feminism, because it questions the alleged biological truth
that the bodies would simply show and the language would just formulate.
Secondly, performance is a term with a longer history than that of the term
2
performativity . It was firstly used in the nineteenth century to describe the result of a horse
in a race or that of an athlete at a sporting event. In the twentieth century the term used to
mean an experiment in the field of psychology or statistics. Furthermore, in the middle of the
twentieth century, the term performance came to define very different types of
representations in the scenic arts field. From this theatrical perspective there were two key
moments in the development of the term performance: Alfred Jarry’s play King
Ubu in 1896,
although the term performance was not still used in the context of scenic arts, and Yves Klein’s
3
performances in the 60s . Finally, the term performance was to designate a cultural or theoretical
4
category differing from its use as theatrical category that refers to the staging act .
Performance, mainly through its relation to scenic arts, became a suitable concept to
thematize the sex-‐gender-‐sexuality relation for different reasons: it focuses on the
1
st
AUSTIN, John Langshaw, How
to
Do
Things
with
Words. Oxford, Clarendon Press, 1975 (1
edited in 1962).
2
SOURIAU, Étienne, «Performance», in SOURIAU, Étienne (ed.), Diccionario
Akal
De
Estética, Madrid, Akal, 1998, pp. 873-‐874.
3
See GOLDBERG, Roselee, Performance:
Live
Art
1909
to
the
Present. London, Thames &
Hudson, 1979.
4
See SNOW, Peter, «Performing Society». Thesis
Eleven vol. 103, no. 78 (2010), pp. 78-‐87.
564
|
physicality of the body beyond the narrative thread of the text, it gives autonomy to the
interpretive act as such out of temporal local context, it breaks the classic model of linear
narrative «introduction-‐climax-‐ending» in favor of a more segmented and heterogeneous
perspective of the actions, and it explores the intersubjectivity of the staging act because it
involves the public more strongly.
Connecting the different contexts of emergence of the terms performativity and
performance to their etymological roots, it is rather challenging to outline how these two
concepts are used in the field of gender studies and what their relation is with scientific
knowledge. Both terms come from the verb "to perform", which means to do, to execute or
5
to act and it happens that they sometimes overlap or are even used interchangeably . This
abundance of meanings and uses gives them a very wide potential as analysis categories of
other phenomena but it also generates an instability that hinders the rigorous use of the
terms and provokes the constant transmutation of their referents.
The inclusion of both terms in the field of gender studies is marked by the publication of
Butler's Gender
Trouble in 1990, a book where the so-‐called «theory of gender
performativity» was developed and which marked a turning point in the argumentation
about the sex-‐gender system and the political perspectives of feminist theory. Nevertheless
6
7
it is important to point out that other authors such as Monique Wittig , Teresa de Lauretis ,
8
9
10
Gayle Rubin , Foucault or Lacan already anticipated or analyzed the assumed theory of sex
as unquestionable biological place, the mediation of sex through gender and the importance
of sexual practices by questioning the prediscursive positioning of materiality.
In their context of appearance the main purpose of the concepts of gender
performativity and gender performance was the internal criticism within the feminist
5
See SNOW, Peter, «Performing Society». Thesis
Eleven vol. 103, no. 78 (2010), pp. 78-‐87;
PARKER, Andrew/ KOSOFSKY SEDGWICK, Eve, «Introduction: Performativity and
Performance», in PARKER, Andrew/ KOSOFSKY SEDGWICK, Eve (eds.),
Performativity
and
Performance, New York and London, Routledge, 1995, pp. 1-‐18; LOXLEY, James,
Performativity.
The
New
Critical
Idiom, New York, Routlegde, 2007; ŞIRAY, Mehmet,
Performance
and
Performativity, Frankfurt am Main, Internationaler Verlag der
Wissenschaften, 2009.
6
WITTIG, Monique, El
Pensamiento
Heterosexual, Madrid, Egales, 2005 (1st edited in 1980).
7
DE LAURETIS, Teresa,
Technologies
of
Gender:
Essays
on
Theory,
Film
and
Fiction,
Bloomington, Indiana University Press, 1984.
8
RUBIN, Gayle, «El tráfico de las mujeres. Notas sobre una economía política del sexo».
Revista Nueva Antropología, vol. 8, no. 30 (1986), pp. 95-‐145.
9
FOUCAULT, Michel, Historia De La Sexualidad, 1. La Voluntad De Saber, Madrid, Siglo
XXI, 1992.
10
MILLER, Jacques-‐Alain/ RABINOVICH, Dian, El
Seminario
De
Jacques
Lacan.
Libro
3.
La
Psicosis
1955-‐1956, Buenos Aires-‐Barcelona-‐México, Paidós, 1981.
565
|
argumentation, although in an indirect way they were also criticizing the nature-‐based
legitimacy of scientific knowledge. Both concepts put into question the stability of the
category “woman”, whose biological prediscursive basis is set through scientific discourses
which are operating from a standpoint of objectivity.
For example it must be considered that terms such as gender (Money 1947), feminism
(Faneu de la Cour 1871), transsexualism (Hirschfeld 1931/ Clauldwell 1950/ Benjamin 1953) or
homosexuality (Westphal 1869), which can be critical concepts against hegemonic
11
discourses, actually emerged as pathological categories , which were later redefined in
different political contexts. The development of gender political trends in twentieth century
arises in a context closely linked to the production of medical discourses on the body, which
had created specific typologies of bodies and fixed identities (for example the hysterical
woman or the homosexual) and, at the same time, had presented the identities’ malleability
(for example, the origin of the gender concept in Money´s studies about intersexual children).
From another point of view the problematic relationship between science and gender
12
13
was already set out by authors like Sandra Harding or Evelyn Fox Keller , whose work
revolves around two different questions of analysis.
Firstly, the situation of women in science, which focuses on the asymmetric
presence of women and men in this field.
Secondly, the science question in feminism, which centres on a critical analysis of
the epistemological assumptions and categories that are involved in the production of
scientific knowledge. The main purpose of this second question would be the problem of
objectivity: what is the connection between scientific knowledge and reality and what can
feminism tell us about this connection?
The discourse analysis of these two questions helps us to situate the concepts of gender
performativity and performance within the debates about science, technology and society
for the following reasons.
Considering Harding´s second question, it is important to point out that science and
gender studies find themselves facing the same epistemological problem: the type of
relation between knowledge and reality and, for this reason, the position in the debates
between realism/essentialism and constructivism.
11
See DE LA HERMOSA, Marina (2012), “Apuntes para una genealogía crítica de la disforia”
(conference). Workshop under the direction of Beatriz Preciado “Somateca. Formación en
Prácticas Críticas”. MNCARS. [Unpublished Work.]
12
HARDING, Sandra, The
Science
Question
in
Feminism, Ithaca, Cornell University Press,
1986.
13
FOX KELLER, Evelyn, Reflections
on
Gender
and
Science, Yale, Yale University Press,
1985.
566
|
14
In the case of science, technology and society studies, Bruno Latour´s Pandora´s
Hope
is particularly relevant to describe the issue. According to Latour, the adaequatio
between
words and things is not the pillar of realism. On the contrary, adaequatio would be far away
from the scientific reality from which knowledge is being produced. This means that in the
production of scientific knowledge, while there is a continuity, i.e. the referentiality between
scientific knowledge and reality, there is also a discontinuity because the referentiality
between words (in this case, the results of the research in science) and things (the
investigated reality) is not based on a correspondence, but rather made through a process of
"transformation, transmutation and translation". Bringing material bodies to the paper
would then be possible, but this scientific journey would bring them fragmented, translated
15
and transformed .
In the case of gender studies, the debate between reality and knowledge has been
focused on the field of identities and, therefore, the strategies that a feminist politic should
develop. Using the words of Gayle Rubin there is an «infinite variety» but also a
16
«monotonous similarity» in the forms of thinking gendered oppression . For example, there
is a de
facto oppression against women as social group, but in fact there is no such group of
women in an orthodox way, because “woman” is not a given but a constructed category,
which moreover intersects with many other constructed categories as migration, race, sexual
orientation, etc.
The identity question can be better outlined if we consider the separation between the
two questions asked by Harding: the question of women in science and the science question
in feminism. Both questions address the topic of the relation between gender and science
and are thus connected. Nevertheless they are different and not necessarily causally related.
The gap between these two matters presupposes a distinction between the category
«woman» and the political subject of feminist theory, a distinction that has produced an
intense internal debate within equality and difference feminism and queer theory.
Gender performativity and performance are two relevant concepts in the argumentative
framework for displacing the concept woman as political subject of feminism and could be
14
LATOUR, Bruno La Esperanza De Pandora. Ensayos Sobre La Realidad De Los Estudios
De La Ciencia. Barcelona: Gedisa, 2001.
15
Here it would be interesting to analyze the differences and maybe incompatibilities
between Butler´s and Latour´s perspectives about this transforming act of knowledge.
Bruno Latour thinks that this transformation is possible because form and matter can be
separated and form is what stays all throughout the process from reality to knowledge. On
the other hand, form and matter appear as indivisible in Butler´s work (see BUTLER, Judith,
Cuerpos
que
importan. El límite discursive del sexo, México, Paidós, 2002, pp. 53-‐94.).
16
RUBIN, Gayle, «El tráfico de las mujeres. Notas sobre una economía política del sexo».
Revista Nueva Antropología, vol. 8, no. 30 (1986), pp. 95-‐145.
567
|
integrated in what Sandra Harding calls the «postmodernist scepticism about scientific
reality».
What came first, sex or gender? For Butler this question is a sort of paradox because the
fiction of sex as the cause of gender would be generated through the opposite construction –
sex as the consequence from gender. The place of sex as a prediscursive category would then
be the effect of the social construction of gender and not its root. Gender performativity
would then state that the relationship between meaning (gender) and body (sex) is not
mimetic, but productive and constitutive:
“Corollary: There is no gender identity behind the expressions of gender; that identity is
17
performatively constituted by the very “expressions” that are said to be its results.” .
“The body posited as prior to the sign, is always posited or signified as prior. This
signification produces as an effect of its own procedure the very body that it nevertheless and
18
simultaneously claims to discover as that which precedes its own action.”
Nevertheless, understanding sex as an effect of gender does not mean to refuse the
materiality of the body, which would be put into question but not strictly refused. It does not
mean either some sort of gender voluntarism (that we could perform the representation of
our bodies on our free will). These have been the two main criticisms levelled against gender
performativity but these are not effective for the following reason. As Donna Haraway in her
19
HIV-‐AIDS example expressed in her article «The promises of monsters» , it has not been said
that HIV-‐AIDS does not exist, it is just being said that it does not exist in the form of an
objective ontological truth understood as correspondence, as it has been introduced and
divulgated through scientific discourses. HIV, in the case of Donna Haraway, or gendered sex
in the case of performativity theory, would not be "ghostly fantasies", but rather "tricksters".
Another important point is that gender performativity should be understood within the
20
framework of a double theory of power as Allen proposes . Gender understood as
performative analyses simultaneously gender like a domination system on bodies (based on
the social pillars of gender binarism and heteronormativity) and the possibility of subverting
this domination.
The possibility of subverting the domination form introduces the notion of gender
performance within performativity discourse as a political category. The subversive gender
17
BUTLER, Judith, Gender
Trouble.
Feminism
and
the
Subversion
of
Identity, New York and
London, Routledge, 1999, p. 25.
18
BUTLER, Judith, Bodies
that
Matter:
The
Discursive
Limits
of
'Sex', London, Routledge,
1993, p. 30.
19
HARAWAY, Donna, «The Promises of Monsters: A Regenerative Politics for
Inappropiated Others», in GROSSBERG, Lawrence/ NELSON, Cary/ TREICHLER, Paula A.
(eds.), Cultural
Studies, Nueva York, Routlegde, 2000, pp. 295-‐337.
20
See ALLEN, Amy, «Power Trouble: Performativity as Critical Theory», Constellations, vol.
5, no. 4 (1998), pp. 456-‐71.
568
|
performance would be a practice that manages to show the domination rule, because,
whereas it is produced within the margins of the hegemonic discourses, it supposes an excess
within the norm’s framework. For example, a drag king performance would not just be a
metaphorical or theatrical act, but rather a political act of the norm’s resignification: not just
a representation, but a construction. The parody would show the norm not as a legitimate
reality but just as another performance, which is not imitated but transformed. Moreover, it
says something about a society that we do not still have, because it imagines at the same
time old but new embodiment structures, and thereon works towards the political subject of
feminism, which in words of Teresa de Lauretis is not the allegorical subject «Woman», is not
the concrete subjects «women», but is «a subject whose definition or conception is in
21
progress» .
If we just take into account these aspects, it can be said that the project of gender
performativity and performance has a considerable analytical potential. Nevertheless, after
an in-‐depth analysis of both terms as used in books from different authors, I also arrived to
the conclusion that the conceptual situation and the political possibilities of both concepts
are much more complex, diverse and confusing.
I have chosen three books which were published over a 20-‐year interval in order to show
the meaning alterations in both terms in this period of time. The books considered and
22
23
compared are: Butler´s Gender
Trouble , Halberstam´s Female
Masculinity and Preciado´s
24
Testo
Yonqui . The results of the hermeneutical close reading and comparison of the three
books are described in the following table.
21
DE LAURETIS, Teresa,
Technologies
of
Gender:
Essays
on
Theory,
Film
and
Fiction,
Bloomington, Indiana University Press, 1984, p.10.
22
BUTLER, Judith, Gender
Trouble.
Feminism
and
the
Subversion
of
Identity, New York and
London, Routledge, 1999.
23
HALBERSTAM, Judith, Female
Masculinity, Durham and London, Duke University Press,
1998.
24
PRECIADO, Beatriz, Testo
Yonqui, Madrid, Espasa, 2008.
569
|
Firstly, one can see an evolution between the relation of the two terms, which appear in
Gender
Trouble as similar terms, in Female
masculinity as synonymous and, on the contrary, in
Testo
Yonqui as clearly different to such an extent that the term performance has been
thrown away from a theory of gender performativity.
Secondly, considering gender performance and performativity separately, the two terms
have a wide variety of meanings in these authors’ works.
In the case of gender performativity, I consider that this variety among the uses of the
term by each author is an extension and correction of its uses. Butler focuses on it as a double
theory of power. Halberstam introduces two new notions, which shape more precisely the
concept of gender performativity, namely its asymmetry and the concept of
nonperformativity. In the case of Preciado´s Testo
Yonqui, performativity begins to be just an
indirect feature of gender, but a direct feature of science and technology. Gender is
570
|
performative so long as it has turned into a technogender and cannot be thought any longer
25
as a purely biological object, for example, through the pill, dildos or prosthesis .
Maybe this last approach is the most interesting in order to relate scientific knowledge
with the terms of performance and performativity, because the connection between the
three terms seems clearer. Moreover, this last discourse between performativity and
technogender has produced the rejection of the term performance to approach the relation
between science and a non-‐mimetic notion of gender. Preciado denies that gender is a
performance, because it does not have a theatrical but a scientific and technological
legitimization. This theatrical basis which, on the contrary, brings Halberstam and Butler to
associate the concept of performativity to the one of performance, is what brings Preciado to
deny this association. But beyond this crucial difference among the three texts, their
approaches have in common that they associate performance to theater in a quite loose
manner.
Butler gives no definition of the term performance or how she is using it from the
perspective of scenic arts. Halberstam and Preciado do not give neither an explicit definition
of the term, but at least we can find some tracks along the text that allow us to understand
what they mean with this word: show, staging act, theatricality, esthetic representation,
character, social role, body style, etc.
The absence of a strong theoretical commitment of gender performance with the scenic
26
arts has created empty references , which make difficult the internal coherence of the
relation of gender performativity and performance and the rigor of the approach. Are they
27
meaning with performance a representation or a presentation ? Are they meaning with
character the actor´s role or a scenic person? Is the public co-‐maker of the meaning of a
28
gender performance ?
Finally, there is no only heterogeneity in the gender performativity and performance
definitions, but also in their application objects: sometimes they are applied to gender
29
understood as the general construction of gender system , other times they are applied to
the different aspects of gender-‐system: gender, sex or sexuality. Moreover, if we consider
25
See also PRECIADO, Beatriz, Manifeste
contre-‐sexuel, París, Balard, 2000.
26
As examples of the problem of empty references of the term gender performance see
EIERMANN, André, Postspektakuläres
Theater.
Die
Alterität
der
Aufführung
und
die
Entgrenzung
der
Künste, Bielefeld, Transcript, 2009, p. 59; REINELT, Janelle G./ ROACH,
Joseph R., Critical
Theory
and
Performance, Michigan, University of Michigan Press, 2007, p.
312.
27
To point out the distinction between the terms of presentation and representation see
SUÁREZ ÁLVAREZ, Jorge Iván, Realidad
virtual.
Escenografía
y
transformación.
Nuevas
concepciones
del
espacio
escénico
en
el
teatro
actual, Madrid, BUCM, 2006, pp. 148ff.
28
RANCIÈRE, Jacques, Le
spectateur
émancipé, Paris, La Fabrique, 2008.
29
JAGOSE, Annamarie, Queer.
Theory.
Eine
Einführung, Berlin, Querverlag, 2001, p.11.
571
|
gender as a complex production of social life with different levels like symbolism, structure of
30
social life and individual gender as Harding exposes , it becomes very difficult to delineate
the application field of performativity and performance, and both terms run the risk of
turning into umbrella concepts or, even more, empty names that just refer to the possibility
of creating something new or to bodies’ malleability in general.
With these different critics to both concepts, could gender performativity and
performance still be found useful to approach questions related to scientific knowledge? I do
think that they are still operative terms that can help to analyze the production of science
and its consequences in the configuration of subjectivity.
Firstly, the different ways of understanding gender performativity and performance
within queer discourses reveals us a new place of techno-‐scientific discourses within
feminism: the possibility of thinking biomedical discourses and technology advances on the
body not only as ideological enemy that pathologizes certain identities, but as an
argumentative ally that reveals the constructive possibilities of materiality. As the term
techno-‐gender shows, science reconfigures completely the notions of nature and society
towards a more hybrid conception of knowledge and embodiment.
Secondly, gender performativity manages to change the meaning and political
repercussion of the cases that were understood through scientific hegemonic discourses as
marginal. Queer theory, in its wide and heterogeneous spectrum, brings on the table the
question about gender limits. The dualist taxonomy woman-‐man is read critically through a
transgender perspective, that of the people «who do not conform to prevailing expectations
about gender by presenting genders that were not assigned to them at birth or by presenting
and living genders in ways that may not be readily intelligible in terms of more traditional
31
conceptions of gender» . This means a relevant change of perspective because the cases
which were considered before as exception are now understood as key cases to delimit the
framework where gender legitimating discourses are being produced and to expand the
32
strategies of a feminist theory .
Finally, performance can also stay as a useful term, although it needs to be refined with a
closer work between gender, science and scenic arts studies. For example, the analysis of the
30
HARDING, Sandra, The
Science
Question
in
Feminism, Ithaca, Cornell University Press,
1986, p.11.
31
BETTCHER, Talia, (26/09/2009) «Feminist Perspectives on Trans Issues», in Standford
Encyclopedia
of
Philosophy, http://plato.standford.edu/entries/feminism-‐trans/, [Accessed:
11/05/2011].
32
See BUTLER, Judith, Gender
Trouble.
Feminism
and
the
Subversion
of
Identity, New York
and London, Routledge, 1999, pp. 27-‐28; HALBERSTAM, Judith, Female
Masculinity,
Durham and London, Duke University Press, 1998, p.182; DESPENTES, Virginie, Teoría
King
Kong, Santa Cruz de Tenerife, Melusina, 2007, pp. 93-‐94; PRECIADO, Beatriz, Testo
Yonqui,
Madrid, Espasa, 2008, p. 235.
572
|
divulgation of scientific results as public performances which have been acted out as
«instantiations of political power» or thinking science «as a result of doing with bodily
33
engagements rather than writing» . Performance has a privileged place between fact and
fiction, which can be very useful for feminist critical theory, as the subject of feminism moves
constantly between the historical representations of gender and the imagination of a subject
and a society that are constantly being constructed.
33
RHYS MORUS, Iwan, «Placing Performance», in Isis, vol.101, no. 4, December 2010,
pp.775-‐778.
573
|
MUJERES
Y
PEDAGOGÍA
ACADÉMICA
EN
LA
POSGUERRA1
Yasmina
Álvarez
González
INTRODUCCIÓN
Esta comunicación aborda el estudio de la historia del Instituto San José de Calasanz y de
las mujeres que estuvieron vinculadas a él en sus primeros años de existencia. Se pretende
estudiar qué posiciones ocuparon dentro de la organización del centro y qué actividades o
publicaciones realizaron a lo largo de su vida.
Para comprender mejor el Instituto San José de Calasanz, deben tenerse en cuenta sus
antecedentes y el contexto en el que surgió. A finales del siglo XIX, la pedagogía española
tuvo un avance significativo en gran medida propiciado por el desarrollo y trabajo de algunas
instituciones como el Museo Pedagógico Nacional. El Museo Pedagógico Nacional abrió sus
puertas a través de un Decreto, del 6 de Mayo de 1882. La labor que debía desarrollar el
Museo estaba clara, tal y como especificaba Manuel Bartolomé Cossío, su director: “El Museo
es esencialmente un Museo Pedagógico, no un Museo escolar: quiero decir con esto que está
llamado a servir a la educación de los maestros más que a la de los niños. [... ] Ante todo, el
Museo debe ayudar a la formación de los educadores, siendo centro y exposición
2
permanente y viva del estado de nuestras escuelas” .
Por ello, era más que un museo escolar. El Museo Pedagógico se convirtió en el centro de
la investigación y, en palabras del propio Cossío, de la formación de los educadores.
Otra de las instituciones que influyó en el desarrollo de la pedagogía fue la Junta para la
Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. La JAE no siguió solo una línea de
actuación, sino que actuó en diversos frentes. Por un lado, proporcionó pensiones que
servían para continuar o ampliar estudios en el extranjero, de las que, como explica Teresa
1
Este trabajo se ha realizado con la beca CajaCanarias para posgraduados y en el marco del
proyecto Política de la ciencia, institucionalización y epistemología en la constitución de un
contrato social para la ciencia en España, 1900-‐1968. FFI2012-‐33998.
2
VALVERDE, Alfredo,: «La biblioteca y el archivo del Museo Pedagógico Nacional (1882-‐
1942)», <http://www.residencia.csic.es/bol/num8/mpedagogico.htm>, [5/01/2012].
574
|
3
Marín, aproximadamente un tercio se concedieron para temas educativos . Por otro lado,
otra de las acciones que pusieron en práctica fueron las experiencias pedagógicas que fueron
4
desarrolladas en el Instituto Escuela .
Otra institución de gran trascendencia fue la Revista
de
Pedagogía.
Editada por el
pedagogo Lorenzo Luzuriaga, esta revista consiguió consolidar una comunidad de
5
investigadores en pedagogía y un público interesado en lo que en ella veía la luz . Otro de los
hitos que marcó el desarrollo de la pedagogía fue la creación de la Sección de Pedagogía en
la Universidad de Madrid, de la que se ocupó Fernando de los Ríos, que posteriormente
6
también ocuparía el ministerio de Instrucción Pública .
Estas instituciones eran totalmente independientes de la Institución Libre de Enseñanza.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estaban dirigidas por hombres que sí estaban
relacionados con la ILE. En sus actividades, por tanto, compartían el espíritu institucionalista.
7
A esta influencia se la ha denominado “institución difusa” o “institución-‐movimiento” .
Al finalizar la Guerra Civil, los ganadores rechazaban cualquier planteamiento que
8
recordara a la ILE y todo lo que esta institución significaba . Esto se tradujo en su intención
de eliminar toda la herencia institucionalista que pudiera haber. En 1938 la JAE fue disuelta y
todas sus instalaciones y funciones fueron transferidas al Instituto de España y después, al
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ambos fueron creados con el fin de
organizar y desarrollar la nueva ciencia que se pretendió. Incluso se intentó borrar el rastro
3
MARÍN, Teresa, La renovación pedagógica en España (1907-‐1936). Los pensionados en
Pedagogía por la Junta de Ampliación de Estudios, Madrid, CSIC, 1991.
4
CANALES, Antonio, y CORRALES, Capi, «El campus que nunca fue», en ALCALÁ,
Paloma, CORRALES, Capi y LÓPEZ, Julia, Ni tontas, ni locas. Las intelectuales en el Madrid
del primer tercio del siglo XX, Madrid, FECYT, 2009, p. 109 y VIÑAO, Antonio, «Reformas e
innovaciones educativas en la España del primer tercio del siglo XX». Revista de Educación
n.ext., (2006), p. 26.
5
CASADO, Ángel, «Filosofía y Educación en España: Luzuriaga y la Revista de Pedagogía».
Bajo Palabra. Revista de Filosofía. II Época, Nº 6, (2011), p. 57.
6
DIAZ, María Teresa, “La Orientación en los Planes de Estudios de Pedagogía.” Revista
Complutense de Educación, Vol. 1(3). Madrid, Edit. Univ. Complutense, (1990), p. 401.
7
El primer término fue acuñado por Luís Zulueta en 1915. «Lo que nos deja D. Francisco».
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Nº 39, pp. 48-‐56. Sin embargo, Ruiz Berrio
opta por el segundo en RUIZ, Julio, «Francisco Giner de los Rios (1839-‐1915) ». Perspectivas:
revista trimestral de educación
comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, n 3-‐4,
(1993),pp. 808-‐821.
8
GÓMEZ, Amparo y CANALES, Antonio, «The rebels and the new Spanish scientific
culture». Journal of War and Cultural Studies, 2, (3), (2009), p. 322.
575
|
físico de la JAE a través de la construcción de un nuevo campus sobre los edificios de la
9
institución .
La pedagogía que es el área que interesa a esta comunicación no estaba presente en los
inicios en el CSIC. Sin embargo, esto no quiere decir que las nuevas autoridades franquistas
no se dieran cuenta de la oportunidad que tenían para crear una pedagogía que recogiera los
pensamientos y valores que el régimen pretendía enseñar. Para lograr esto, en 1941 se creó
el Instituto San José de Calasanz, que reclamaba una pedagogía basada en el santo español
como nueva base para el modelo educativo.
Esta nueva pedagogía fue defendida por el ministro Ibáñez Martín que contraponía la
pedagogía exótica anterior a la calasancia; “significó una auténtica revolución docente en las
horas inmortales de nuestro Siglo de Oro. Contra las supuestas novedades educativas con
títulos y etiquetas exóticas, la pedagogía calasancia fue la genial anticipación de nuestra
Patria a la más pura forma del humanismo docente y al más audaz ensayo de pedagogía
10
social de los tiempos modernos” .
Como explica A. Gómez, “Ibáñez mostró pronto su oposición al modelo cultural y
científico que el Instituto de España implicaba, introduciendo radicales innovaciones en la
ciencia. Ámbito en el que el Instituto de España se mostraba mucho más timorato y
11
continuista” .
El Museo Pedagógico Nacional y el Instituto Escuela de JAE tuvieron el mismo final,
fueron absorbidos por el Instituto San José de Calasanz. El primero de ellos, cedió sus
funciones y fondos al Instituto y el segundo fue reconvertido en Instituto Ramiro de Maeztu,
que durante el régimen se convirtió en centro de renovación y experimentación de la nueva
pedagogía que se perseguía.
Una persona que estuvo ligada al Instituto desde sus inicios fue Víctor García Hoz, quien
figuraba como secretario del mismo en el periodo en que el director era Manuel Barbado
Viejo. García Hoz comenzó en el Instituto su ascenso como una relevante figura para la nueva
Pedagogía española.
9
CANALES, Antonio, « A new space for a new science: the transformation of the JAE
Campus after the Spanish civil war». History of Education, 41, 5, (2012), pp. 657-‐674.
10
IBÁNEZ, José, «La escuela bajo el signo de Franco». Discurso de clausura del Primer
Congreso Nacional del S.E.M., p.8, en NEGRÍN, O., Historia de la Educación Española,
Madrid, UNED, 2006, p. 430
11
GÓMEZ, Amparo, «Ciencia y franquismo: tres proyectos de ciencia», en ALCOLEA, Jesús,
IRANZO, Valeriano, SANCHÉZ, Ana y VALOR, Jordi (eds.), Sociedad de Lógica Metodología
y Filosofía de la Ciencia en España, Valencia, 2009, p.673.
576
|
MUJERES EN EL INSTITUTO SAN JOSÉ DE CALASANZ
Las fuentes disponibles no reseñan la presencia femenina en el primer año de
funcionamiento del Instituto San José de Calasanz, pero esta situación cambió muy pronto.
En su segundo año, 1942, Julia Ochoa Vicente pasó a ocupar el puesto de vicesecretaria. Dos
años después, en 1944, se incorporó Maravillas Segura Lacomba para hacerse cargo de las
Misiones Pedagógicas y, junto a ella, Gloria Higuera que se encargó de la Biblioteca de estas
Misiones. Otra mujer, Francisca Montilla Tirado, asumió en 1948 la responsabilidad de la
Sección de Primaria.
En 1946 el Instituto editó el libro de Rosa Marín Cabrero Pedagogía
del
evangelio. Rosa
Marín Cabrero y Mª Ángeles Galino Carrillo trabajaban desde 1942 en el grupo escolar
Zumalacárregi vinculado al Instituto y aparecerían más tarde en la plantilla del centro de
12
investigación como colaboradoras . Diferentes indicios señalan que Mª Ángeles Galino
13
colaboraba con el Instituto prácticamente desde su fundación .
Desde 1946 las memorias del Instituto hacen referencia a los trabajos realizados en
Barcelona en el Laboratorio Psicotécnico del Tribunal Tutelar de Menores por María Mullerat,
María Jesús Pertejo y Concepción Sainz Amor.
Todos estos datos han sido extraídos de las memorias del Instituto, pero la más
relevante para realizar la localización de las mujeres que formaron parte del mismo es la
memoria del bienio 1952-‐1954, porque en ella aparece por primera vez la plantilla completa
que conformaba el Instituto. Como ya se adelantó, aparece Julia Ochoa Vicente como
vicesecretaria y como colaboradoras Mª Ángeles Galino Carrillo, Rosa Marín Cabrero,
Maravilla Segura Lacomba, Francisca Montilla Tirado, Julia García Fernández-‐Castañon,
Raquel Paya Ibars y Jenara Vicente Arnal Yarza.
12
MAINER, Juan, La forja de un campo profesional. Pedagogía y didáctica de las Ciencias
sociales en España (1900-‐1970). CSIC, Madrid, 2009, p. 531.
13
GALINO, Ángeles, «Vivencias y datos para la reflexión. Centenario de los Estudios de
Pedagogía en la Universidad», en RUIZ, Julio (ed.), Pedagogía y Educación ante el Siglo XXI.
Madrid, Departamento de Teoría e Historia de la Educación, Universidad Complutense de
Madrid, 2005, pp. 19-‐20.
577
|
MUJERES EN EL INSTITUTO SAN JOSE DE CALASANZ DEL CSIC – Tabla comparativa
Nombre
Julia Ochoa
Vicente
Jenara
Vicenta
Arnal Yarza
Mª Ángeles
Galino
Carrillo
Fecha y lugar de
nacimiento
Estudios y trayectoria
profesional y académica
Puestos en el San José
de Calasanz
Publicaciones
1881, Navarra
Fue Maestra, en 1919
ganó por oposición una
plaza como profesora
numeraria de Escuela
Normal1.
Sí, en el año 1942
aparece como
vicesecretaria. De 1941
a 1961 trabajo en la
Sección de Bibliografía
Pedagógica2.
Sí, su obra
fundamental es
Bibliografía
Pedagógica de las
Obras publicadas en
los años 1930-1935.
Relación
con la
Institución
Teresiana
Sí, visitaba
su
residencia y
ocupó varios
cargos de
relevancia.
1902, Zaragoza
Obtuvo su título de
maestra en 1921.
Se matriculó en Ciencias
Químicas en 1927 con
premio extraordinario3. En
1929, se convirtió en la
primera doctora española
en ciencias4.
1930 por oposición se
convirtió en la 11ª
catedrática de instituto y la
2ª en Ciencias5.
Sí, aparece como
colaboradora a principio
de la década de los
cincuenta.
Sí, tiene
publicaciones6.
-
1960,
Madrid
1915, Barcelona
Estudió Magisterio,
Pedagogía y Filosofía y
Letras.
Sí, estuvo vinculada a
él desde sus comienzos
y en 1946 pasó a dirigir
la Sección de la Historia
de la Educación7.
Sí, llegó a
ser su
directora8.
-
Sí, tiene
publicaciones
destacar entre otras:
Los Tratados sobre
la Educación de los
1
Institución Teresiana: « Julia Ochoa Vicente», <
http://www.institucionteresiana.com/index.php?option=com_content&view=article&id=19
8:julia-‐ochoa-‐vicente&catid=165:mujeresdestacadas&Itemid=192&lang=es>, [7/01/2012].
2
Institución Teresiana: « Julia Ochoa Vicente»,
<http://www.institucionteresiana.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1
98%3Ajulia-‐ochoa&catid=128%3Ajulia-‐ochoa&Itemid=192&lang=es>, [3/01/2012].
3
ARAQUE, Natividad, «Jenara Vicenta Arnal Yarza: una científica y catedrática pionera en
España». Faísca, vol. 13, n°15 (2008).
4
ALCALÁ, Paloma, CORRALES, Capi y LÓPEZ, Julia, Ni tontas, ni locas. Las intelectuales
en el Madrid del primer tercio del siglo XX. Madrid, FECYT, 2009, p.218
5
ARAQUE, Natividad, « Jenara Vicenta Arnal Yarza: una científica y catedrática pionera en
España». Faísca, vol. 13 n°15 (2008).
6
Para ampliar este punto mirar ARAQUE, Natividad, « Jenara Vicenta Arnal Yarza: una
científica y catedrática pionera en España». Faísca, vol. 13 n°15 (2008).
7
CRESPO, Senén. y DEL AMO, Mª Cruz, «Patrimonio en la escuela. Reconocimiento a Mª
Ángeles Galino: docente, investigadora y gestora educativa». CEE Participación Educativa,
11, (2009), p. 177.
578
|
Fecha y
lugar de
defunción
1977,
Roma
príncipes (siglos XVI
y XVII).
En 1942 en el centro
Zumalacárregui ejerció de
maestra.
En 1945 se doctoró.
En 1972 firmaba como
Regente de Aneja de
Escuela Normal sus
publicaciones.
Se formó como maestra
en Valencia finalizando la
carrera en 1938. En 1940
terminó Filosofía y Letras,
además cursó psicología
pedagógica. En 1952 se
doctoró en Pedagogía.
Fue catedrática de
Escuela Normal a la vez
que daba clases en la
universidad en diversas
asignaturas10 .
Cursó estudios de
magisterio. En 1936 ejercía
como inspectora en
Huelva.
Durante la Guerra Civil se
encargo del expurgo de las
bibliotecas escolares12 .
En 1959 era inspectora de
primera enseñanza de
Madrid13.
Rosa Marín
Cabrero
Raquel
Payá Ibars
Francisca
Montilla
Tirado
1918, Valencia.
-
El centro
Zumalacárregui era
dependiente del
Instituto.
Sí, tiene diversas
publicaciones,
destacar entre otras:
Pedagogía del
Evangelio.
Sí, estuvo
vinculada
con la
Institución
Teresiana9.
Sí, en la memoria
1952-1954 aparece
como colaboradora y se
encargaba de la
Sección de la
Pedagogía Social.
Sí, tiene un gran
número de
publicaciones11.
-
1972,
Valencia
Sí, en la memoria que
abarca de 1952-1954
aparece como
colaboradora del
Instituto, además
aparece desde 1948
como la responsable de
la Sección de Primaria.
Sí, cabe destacar en
1954 Selección de
libros escolares de
lectura.
-
-
8
MORENO, Laura: « Homenaje a Ángeles Galino»,
<http://www.institucionteresiana.com/index.php?option=com_content&view=article&id=4
94&Itemid=76&lang=es>, [4/09/2013].
9
MAINER, Juan, La forja de un campo profesional. Pedagogía y didáctica de las Ciencias
sociales en España (1900-‐1970). CSIC, Madrid, 2009.
10
AGULLÓ, Carme: « María Raquel Payá Ibars »,
<http://www.dbd.cat/index.php?option=com_biografies&view=biografia&id=861>,
[5/01/2012].
11
Para ampliar estos datos consultar Agulló Díaz, Carme: « María Raquel Payá Ibars »,
<http://www.dbd.cat/index.php?option=com_biografies&view=biografia&id=861>,
[5/01/2012].
12
MORENTE, Manuel, “La mala semilla. Depuración de libros y bibliotecas en Córdoba”. e-‐
CO Revista digital de Educación y Formación del Profesorado. Nº8. (2011).
13
ABC, 7/11/1959, p. 74
579
|
Julia García
FernándezCastañon
Maravillas
Segura
Lacomba
Realizó sus estudios en la
Escuela Superiores del
Magisterio, y
posteriormente fue
catedrática de Escuela
Normal. Después de la
guerra dirigió la Escuela
Normal femenina de
Madrid14.
En 1952 era Consejera
Nacional de Educación y
responsable de la
aprobación de los libros de
texto de primaria junto con
Alfonso Iniesta15.
En 1925 obtuvo una plaza
como profesora numeraria
de labores y economía
doméstica de la Escuela
Normal de Maestras de
Burgos17 .
Asimismo, fue inspectora
central de escuelas de
magisterio y consejera
nacional de educación.
Dirigió el Museo
Pedagógico Textil18 .
1892, Asturias.
1888
Sí, aparece como
colaboradora en la
memoria de 1952-1954.
Sí, tiene
publicaciones, cabe
destacar entre otras
Flores de Santidad:
vidas de los santos…
dedicadas a los
niños.
Sus publicaciones
tuvieron un cariz
religioso.
Sí fue una
de sus
primeras
alumnas16 .
-
Sí, en la memoria de
1952-1954 aparece
como colaboradora y
como jefa de la Sección
de Labores.
Sí tiene
publicaciones entre
otras: Bordados
populares españoles
y Labores: su
metodología
-
1978
14
GALLEGO, Cristina y MÉNDEZ, Juan Antonio (coords.), Historia de la biblioteca de la
Universidad Complutense de Madrid. Madrid, Editorial Complutense, 2007, p. 244.
15
SÁNCHEZ-‐ REBOLLEDO, Carlos, Leer en la escuela bajo el franquismo. Cuenca,
Ediciones de la Universidad de Castilla –La Mancha, 2004, p. 77.
16
17
PAZ, Flavia, Sal de tu tierra. Madrid, Narcea, 2002, p. 20.
ABC, 29/10/1925, p. 17
18
Colección Pedagógica Textil de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid, Consejo
Social de la Universidad Complutense de Madrid, 1994, p. 146.
580
|
CONCLUSIONES
A continuación a través de una serie de preguntas se intentará descubrir las trayectorias
profesionales y aportaciones de estas mujeres. Las preguntas planteadas son: ¿Qué estudios
cursaron y qué trayectoria profesional y académica tuvieron?, ¿Qué relación tenían estas
mujeres con el Instituto San José de Calasanz? ¿Qué puesto ocuparon y si tuvieron a su cargo
alguna sección?, ¿Realizaron alguna publicación? y, por último, ¿Existió una relación con la
Institución Teresiana?.
La primera pregunta planteada es qué estudios cursaron y la respuesta es que, como se
puede comprobar en la tabla, todas cursaron estudios de magisterio, incluso aquellas que
posteriormente cursaron otras carreras. Aunque si se profundiza un poco comienzan a
hacerse evidentes las diferencias, por ejemplo, cuatro de ellas trabajaron como profesoras de
escuelas normal, dos de ellas trabajaron como Inspectoras, solamente una de ellas tuvo una
trayectoria universitaria, Mª Ángeles Galino, aunque Raquel Payá también colaboró con la
docencia universitaria. Mª Ángeles Galino tuvo una carrera plenamente universitaria y
brillante; en 1952 era la primera catedrática española.
La segunda pregunta es qué relación tenían estas mujeres con el Instituto San José de
Calasanz. Todas ellas aparecen en la memoria de 1952-‐1954 como colaboradoras, excepto
Julia Ochoa que aparece como Vicesecretaria. Las mujeres eran más del 50% de los
miembros del Instituto, lo que supone una alta presencia femenina a principio de los años 50.
Esto también se repetía en el rango de colaboradoras, ya que eran más del 60%,
concretamente eran 7 de 11. El contrapunto de esto eran los cargos directivos, existían 6 de
los cuales sólo 1 era ocupado por una mujer.
La tercera de las preguntas refiere a las publicaciones que estas mujeres tenían. De
manera general puede afirmarse que publicaban y que algunas de ellas tenían una cantidad
notable de publicaciones.
La cuarta de las preguntas es si estas mujeres tuvieron una relación con la Institución
Teresiana. La respuesta es sí y además puede observarse que concretamente son cuatro de
las ocho. Además, de la esquela de Maravillas Segura puede deducirse que también era
religiosa. Si esto se confirmara serían cinco mujeres las que tendrían alguna relación con
instituciones religiosas.
Como conclusión puede destacarse que existen unos perfiles claramente diferenciados
entre estas mujeres. El primer grupo estaría compuesto por Julia Ochoa Vicente, Francisca
Montilla Tirado, Julia García Fernández-‐ Castañón, y Maravillas Segura Lacomba, que tenían
más edad al acabar la Guerra Civil, por encima de 50 años, y de las cuales, ninguna habría
cursado licenciaturas universitarias, ni tesis doctorales. El segundo grupo lo compondrían Mª
Ángeles Galino Carrillo, Raquel Payá Ibars y Rosa Marín Cabrero más jóvenes que las
anteriores, y que sí se doctoraron.
581
|
Este contraste, marcado en gran medida por la edad de las mujeres, nos da la clave para
comprender el importante salto cualitativo que se dio en la pedagogía de posguerra hacia la
consolidación académica.
No se ha mencionada hasta el momento a Jenara Vicenta Arnal que supone un caso
especial. Teniendo en cuenta la primera diferencia entre los dos grupos, es decir, la edad, ella
es una excepción en ambos grupos, ya que contaba con 34 años al finalizar la Guerra Civil. Su
trayectoria también está alejada de ambos grupos. Era doctora, pero en química, y
catedrática de instituto, además de tener una notable investigación científica. Pertenecer al
Instituto o formar parte de él no venía dado por su trayectoria investigadora, sino más bien
como resultado de su actividad profesional y su puesto como directora de instituto.
A pesar de este análisis no debe perderse de vista que la Pedagogía era una disciplina
que en estos momentos estaba consolidándose y que existían muy pocas cátedras ligadas a
ella. Asimismo, esta investigación deberá avanzar estudiando a los doctores y profesores
universitarios no catedráticos para realizar un mapa más amplio y concreto de la situación de
las mujeres en la pedagogía.
582
|
Tecnologías
e
innovación
583
|
AUTECNOMÍA:
EL
PAPEL
DE
LAS
TECNOLOGÍAS
EN
EL
AVANCE
EN
AUTONOMÍA
Ana
Rodríguez
Ruano
INTRODUCCIÓN
Presento una reflexión del papel que juegan las “tecnologías de apoyo” en la
reconstrucción y/o reproducción de los modelos de cuidados y género. Entiendo por éstas
aquellos productos y servicios tecnológicos diseñados para apoyar a personas con diversidad
funcional, o a personas cuidadoras de éstas, a desarrollar las tareas cotidianas de cuidado
(propio o ajeno).
Mi análisis se basa en la trayectoria investigadora. Trayectoria en la que comienzo a
preguntarme por las estrategias de cuidados a personas dependientes y cómo éstas afectan a
los modelos de género. Continúa cuando sigo indagando en las formas en las que las
relaciones de ayuda afectan a los sistemas de género, y actualmente culmina
preguntándome cómo afecta también al concepto de autonomía ¿quiénes son considerados
autónomos-‐as y bajo qué circunstancias?
No pretendo discutir que los avances tecnológicos, en general, sean un avance para la
humanidad, y más para cierto tipo de situaciones, ni tampoco pretendo cuestionar los
avances sociales que suponen los recursos de los proyectos en los que me baso para hacer
este análisis, el trabajo desarrollado por los equipos humanos que los conforman, y mucho
menos el avance que habrá supuesto para las personas beneficiarias de dichos recursos. Lo
que pretendo es dar claves tanto para mejorar en esas intervenciones como en futuras, y
plantear o problematizar ciertas ideas que hoy por hoy se dan casi como dogmas, como que
la tecnología es una solución per
sé. La tecnología puede ser y muchas veces es una gran
solución, pero cuando es pensada de forma coherente a las personas que las emplean.
ENFOQUE
Mis inquietudes parten de una serie de interrogantes orientados a conocer con mayor
profundidad la realidad de las personas con diversidad funcional desde una perspectiva de
género, la configuración de sus necesidades cotidianas, y las formas en que se dan respuesta
implementando relaciones de apoyo, en ocasiones, empleando tecnología.
Mi perspectiva de análisis es (y debe ser) de género. Parto de que la diversidad funcional
afecta de forma diferente a mujeres y a hombres. Pero también, de que en base a la
construcción social de la ciudadanía androcéntrica, que configura al “ciudadano ideal” como
varón, adulto, con empleo, sano, y autónomo, las personas (mujeres y hombres) con
584
|
diversidad funcional quedan excluidas de tal condición ciudadana. Son configuradas
socialmente como seres “a-‐normales” a las que les son restringidos ciertos derechos, como la
capacidad de tomar ciertas decisiones sobre sus propias vidas (aunque logren ejecutar ciertas
tareas por sí mismos-‐as o con mínima ayuda). Asimismo, las personas que desarrollan
habitualmente el cuidado, también quedan al margen de la ciudadanía, ya que el sistema
sociosanitario no está configurado para apoyarlas, y potenciar a la vez la autonomía de las
persona “cuidadoras” y de las “cuidadas”.
Me baso en un concepto complejo de autonomía, heredado de los análisis feministas,
que establece que la idea de ciudadanía actual responde a una imagen falsa, a la que sólo
responden los ciudadanos varones, blancos, jóvenes, con empleo, y sin discapacidad. Si a ello
unimos el enfoque antropológico, entendemos que las formas que buscan “proveer de
autonomía” a una persona responden a construcciones culturales que, entre otros, indican
cuándo y cómo un grupo social considera a una persona autónoma.
Bajo este paradigma, se ha estipulado socialmente que las tecnologías son la base de la
autonomía, puesto que “permiten hacer cosas” por sí mismo-‐a, minimizando la ayuda
externa. Si bien este es un avance importante, lo que vengo a decir es que muchas veces se
obvia el contexto en el que esa tecnología es empleada, las relaciones que se dan entre la
persona que dota o que acompaña el uso tecnológico, y la persona a la que se destina esta
tecnología. En esencia, es afirmar que las tecnologías pueden ser apoyos importantes para la
autonomía, pero la base debe estar en la capacidad de decisión sobre determinados aspectos
de la propia vida, y en el posibilitar el desarrollo de esas decisiones.
1
Tampoco puedo olvidar la aportación específica que hace la antropología del cuerpo ,
que implica reconocer que la práctica totalidad de lo que implica la vida humana, todo lo que
implica estar en el mundo, son actividades corpóreas, es decir, no se desarrollan sin el
cuerpo. Y que este cuerpo es, además, producto de la construcción cultural dentro de un
contexto espaciotemporal. Las aportaciones feministas nos han mostrado ampliamente que
no significa es lo mismo nacer en un cuerpo de hombre que de mujer. A la configuración
biológica le es asignada una significación social y simbólica. Y lo más importante es que esas
construcciones están basadas en jerarquías, privilegiando, por ejemplo, los cuerpos
“occidentalizados”, los que están dentro de los cánones estéticos, y por supuesto, los cuerpos
“no diversos”.
Entender la llamada discapacidad como un constructo social no pretende negar la
existencia de cuerpos que, por nacimiento, enfermedad, o devenir vital, pueden tener ciertas
diferencias en su movilidad, en sus sentidos, en su psique... Sin embargo, la interpretación
que desde la sociedad se hace de esas diferencias, cómo se configuran socialmente esos
cuerpos, qué valor se les da, sí que son construcciones humanas, y como tal, son modificables
1
Ver, entre otros, ESTEBAN, Mariluz «Antropología encarnada. Antropología desde una
misma»
Papeles
del
CEIC, Nº. 12 (2004) pp.1-‐21.
585
|
Hasta ahora, cuando desde los feminismos se hablaba de las relaciones de cuidado, la
mayor parte del discurso se ha centrado en el “eje cuidador”, al ser un trabajo asignado a la
esfera femenina, doméstica, falta de reconocimiento. Sin embargo, si atendemos a las
formas de cuidar, podemos desvelar relaciones de poder que se dan entre el eje cuidador y el
cuidado, entendiendo por el primero no sólo a la persona que presta directamente la
atención, sino al equipo que está detrás decidiendo qué medidas tomar, a la institución que
dirige la política de atención, y a las instancias que deciden quiénes, cuándo y cómo son
susceptibles de recibir esa atención. Y concretamente, podemos analizar el papel que
desarrollan las tecnologías de apoyo en esto.
Entiendo la diversidad funcional como una realidad compleja y variada. Y como
consecuencia, no podemos abordarlo sin tener en cuenta las diferentes variables sociales que
contribuyen a sufrir una mayor discriminación, principalmente el factor de género. Muchas
aportaciones han demostrado que las mujeres con discapacidad se enfrentan a una doble
discriminación, por ser mujeres y diversas funcionales, afrontando una realidad más dura que
2
la de los hombres. Como dice Iañez , se sigue dando una desigual construcción de la
discapacidad femenina que de la masculina, y se responsabiliza más a esas mujeres del
cuidado de otras personas o de la casa, que a esos hombres. La vivencia difiere porque la
construcción social de género continúa operativa para las personas con diversidad funcional,
cosa que, si bien parece evidente, ha sido olvidada en muchos tratamientos sobre el tema,
tendiendo nuevamente a la homogeneización del colectivo.
DIGNIDAD
Y
DIGNIDADES
En nuestras sociedades, coherentemente con el modelo de ciudadanía androcéntrico, la
dignidad de la vida está muy estrechamente ligada al ejercicio de las capacidades corporales
(comprendiendo físicas y/o mentales), se suele unir al papel activo que el individuo desarrolla
en la sociedad. Esta configuración de ciudadanía ideal ha dejado al margen de la
“normalidad” y lo “deseable” a toda persona que no cumpliera con esos requisitos (una
3
enorme mayoría, por cierto). Como explica Allué : “La idea de capacidad sirve en la medida
en que los individuos son «útiles» para la sociedad y la comunidad, en la medida en que es
posible obtener ciertos frutos sociales desde la actuación de las personas”. En virtud de esta
dinámica, a las personas con discapacidad se les da por supuesta una incapacidad de acción,
de participación “útil”, más allá de que ello responda a la realidad, y se considera una vida
“menos digna”, independientemente de cómo esa persona se posicione frente a su realidad.
Esta construcción oculta que la diversidad humana implica diversidad de
funcionalidades, y que es el entorno el que precisa adaptarse a esa diversidad. Bajo esta
2
IÁNEZ, Antonio, Prisioneros del cuerpo. La construcción social de la diversidad funcional.
Santiago de Compostela, Diversitas, 2010.
3
ALLUÉ, Marta , «El etnógrafo discapacitado: algunos apuntes sobre la observación de las
conductas frente a la discapacidad », Acciones
e
investigaciones
sociales, Nº 15 (2002), pp.
57-‐70.
586
|
perspectiva, “la discapacidad es producto de la manera en la que hemos construido el
entorno, los productos y los servicios e, incluso, de la manera en la que hemos concebido al
4
propio ser humano” . Se trata de “entornos discapacitantes”, y no de “personas
discapacitadas”.
Hay que reconocer que se han producido avances orientados a equiparar condiciones
entre diferentes personas, avances en el diseño de los espacios, de los objetos, en el acceso al
empleo y formación, etc., que buscan que las personas, por muy diversas que sean, avancen
en autonomía. Dentro de esos avances, las tecnologías de apoyo suponen un importante
paso en esa consecución. Pero más que la tecnología, es más importante cómo se emplea,
quién está detrás de esa tecnología, cómo se ha diseñado, cómo se inserta en la vida de la
persona, cómo accede la persona a esa tecnología, y sobre todo, si la persona destinataria ha
5
elegido si quiere emplear esa tecnología, y cómo. Porque, tal y como afirma Durán , la
historia demuestra lo muy entrelazados que van siempre las ideas y los valores, el avance
tecnológico y la organización social.
Así como se ha mostrado en varios estudios que los espacios responden a un modelo
6
discriminatorio , y es necesario replantearse bien cómo diseñamos los espacios por los que
transitamos, las tecnologías en general, y las de apoyo en particular, también pueden
responder a esas ideas excluyentes basadas en los modelos culturales de discapacidad,
diferencia, género, de los que vengo hablando, aun cuando estén pensadas para avanzar en
autonomía.
TECNOLOGÍAS
Y
DIVERSIDADES
7
Allué explica que cuando hablamos de relaciones entre personas con diversidad
funcional y otras personas no diversas, “el handicap que tenga la persona se va a interponer
en sus relaciones, y más si es visible”. Las relaciones con las personas con las que se
relacionan cotidianamente, en general con aquéllas que desempeñan algún cuidado, pueden
estar marcadas o por la sobreprotección o por su antítesis, la exigencia constante y
desproporcionada de independencia, bajo el argumento de que es siempre el hándicap el que
determina sus conductas.
Comparto su idea de que “lo interesante no son tanto las vidas de las personas con
8
discapacidad, sino la de los válidos actuando torpemente frente a la diferencia” . Y por ello,
me interesa ver cómo interactúan unas personas con otras, y cómo las tecnologías
mediatizan esas relaciones.
4
Iáñez, Op.cit.
5
DURÁN, Mª Ángeles, El valor del tiempo. ¿Cuántas horas te faltan al día?,Madrid, Espasa,
2007.
6
Desde la antropología, por ejemplo, con las aportaciones de Teresa del Valle.
7
Allué,Op.cit.
Allué,Op.cit.
8
587
|
El concepto de tecnología actual deriva de una idea evolucionista. La idea es que la
tecnología va de menos a más, y que por tanto, la resolución de necesidades también va in
crescendo, y son las esferas profesionalizadas las que tienen el máximo saber y la facultad
9
para decir cómo deben ser esas tecnologías .
Por otro lado, el sistema de mercado actual, de corte ferozmente liberal y depredador,
busca nuevos nichos en los que insertarse y desarrollar mercado. En un contexto de escasez
económica como el occidental, el cuerpo de las personas se convierte en un potencial
10
catalizador de marcas, y por tanto, en objeto de deseo del mercado .
Este concepto evolucionista, unido a la economía de mercado, bajo el que se han
desarrollado las tecnologías ha dirigido la innovación hacia la idea de la mayor
individualización del uso tecnológico. Cada persona debe ser un ciborg con múltiples gadgets
que le permitan acceder a todas las actividades, toda la información. En estos tiempos de
11
creciente SoLoMo tecnologías como el móvil o la tablet se ha convertido en extensiones
protésicas del cuerpo, transformando tanto los comportamientos individuales como la
estructura social general. Centrándonos en las tecnologías de apoyo, existen sistemas de
sensores inteligentes, capaces de monitorizar la salud y hábitos de vida de las personas y que
12
sutilmente van extendiendo la cultura protésica y biomecánica .
La mercantilización y mecanización del individuo, hace que las tecnologías de apoyo
13
provean de autonomía, pero que ésta sobre todo sea física . Es decir, se dirigen
eminentemente a permitir “hacer cosas” por sí mismo-‐a, o con el mínimo apoyo, pero se ha
dejado en un lugar secundario la capacidad de gestión sobre las pequeñas o grandes
decisiones de la vida cotidiana, entre ellas, el decidir bajo qué condiciones emplearlas. Las
tecnologías están pensadas para aligerar tareas físicas, de tal forma que la persona responda
a ese modelo de ciudadano activo, “que hace cosas por sí mismo”, y por ejemplo, están
9
Frente a ello, como afirman Merlino y Rabey, encontramos alternativas como la
“tecnología apropiada”, que busca crear sistemas de construcción tecnológica diferentes,
basados en el conocimiento de las personas de la comunidad, y apoyándose en sus
experiencias. MERLINO y RABEY «Antropología Aplicada y Tecnología Apropiada ».
Publicaciones
del
Instituto
de
Antropología, Nº.37 (1981), pp.7-‐21.
10
Así lo demuestran el caso de Jack Twachtman, el ciudadano estadounidense que alquiló
su barba para anunciar productos
<http://www.elperiodico.com/es/noticias/curiosidades/estadounidense-‐alquila-‐barba-‐
como-‐valla-‐publicitaria-‐2542032>.
11
Concepto formado de la unión de SOcial, LOcation y MObile. Fue acuñado por Matt Cutts
en 2011.
12
Algunos ejemplos son como el sistema Fitbit o el Jawbone Up.
http://antrial.wordpress.com/2013/06/02/neuromarketing-‐ciborgs-‐y-‐la-‐ley-‐de-‐la-‐expansion-‐
del-‐marketing/
13
Siguiendo la terminología del Movimiento de Vida Independiente que diferencia la
autonomía física (la capacidad de hacer cosas por uno-‐a mismo-‐a) de la autonomía moral (la
capacidad de tomar decisiones sobre la propia vida).
588
|
pensadas para que la persona pueda abrir una puerta, pero no están pensadas para
acompañar en la decisión de a dónde ir cuando abre esa puerta.
El que una persona con diversidad funcional gane en autonomía no depende sólo de la
tecnología. Precisamente por esto quiero apuntar que quizás se ha sobredimensionado su
importancia en la consecución de autonomía, obviando otros procesos que son igual o más
importantes en la adquisición de autogestión y de capacidad de trazar la propia vida. Se han
obviado otros procesos más integrales de desarrollo personal, que posibilitan el acceso a
oportunidades que se les siguen vetando, y para los cuales es imprescindible contar con
servicios, no sólo con productos (tecnológicos). Se han perdido oportunidades de
implementar servicios coordinados e integrales de autonomía, a favor de fomentar una
“burbuja tecnológica”, sin pensar en los modos en que afectan a la vida de las personas.
Estas dinámicas de desarrollo tecnológico han posibilitado ciertas cotas de
independencia al realizar actividades, y esto es importante resaltarlo. Hay ciertas tareas en
las que contar con una mayor autonomía física conduce casi automáticamente a una mayor
autonomía moral, como ejemplifica el testimonio de esta participante en uno de nuestros
14
proyectos :
“la
silla
eléctrica,
me
ha
ayudado
algo
en
ese
sentido.
Cuando
he
ido
sola,
no
me
he
visto
como
resignada
a
aceptar
las
decisiones
de
los
demás
sin
discutir.
Si
no
he
estado
de
acuerdo
muchas
veces
con
a
dónde
me
llevaban,
lo
que
hacía
era
acatar,
resignarte
pero
sin
convencimiento
alguno.
Es...
como
dejarse
llevar
(nunca
mejor
dicho).
En
cambio,
yendo
tú
sola,
no
hay
presiones,
condicionamientos
por
parte
de
otras
personas,
tienes
que
tomar
decisiones,
quizá
muy
simples
a
veces,
pero
muchas
o
muy
seguidas,
y
en
cuestión
de
segundos,
entonces
tal
vez,
es
como
si
una
parte
en
algún
lugar
de
tu
cerebro,
se
“enchufara
por
fin”,
y
descubres
que
eres,
o
te
has
vuelto
rápidamente,
más
decidida,
aunque
en
el
fondo,
intuyeras
que
esa
parte
siempre
había
estado
allí,
pero
sin
saber
cómo
se
“activaba”
hasta
ahora.
Y
se
nota
una
sensación
de
LIBERTAD,
que
es
realmente
15
fabulosa” .
Enlazando con el papel en los modelos de género y de cuidados, y en las forma de
entender la autonomía, podemos decir que las tecnologías en general, y las de apoyo en
particular, tienen claras ventajas.
En primer lugar, permiten “delegar” el cuidado, como comenta esta entrevistada, madre
de una mujer con diversidad funcional psíquica, sobre la importancia del móvil:
“Hace
años
que
tiene
el
móvil,
para
mí
es
básico
que
ella
lo
tenga.
Porque
las
guaguas
se
retrasan…,
ayer
o
antesdeayer
se
retrasó,
y
si
no
yo
es
que
puedo
vivir
en
un
16
desasosiego
continuo” .
14
Se trata de un testimonio escrito.
15
El subrayado es mío.
16
El subrayado es mío.
589
|
Y es que en caso de necesidad, permiten pedir ayuda y comunicarse. Como el mismo
17
caso del móvil, o servicios como la teleasistencia domiciliaria , que permite contactar con
recursos de atención sociosanitaria en caso de necesidad, desde cualquier lugar de la casa.
Por otro lado, para las personas que desempeñan tareas cotidianas de atención, suponen
menos riesgos y daños físicos, y un cierto aligeramiento de la responsabilidad que supone el
cuidado. E incluso tienen potencial de subvertir las relaciones de cuidados, permitiendo que
las personas cuidadas enseñen cómo manejar la tecnología a las cuidadoras, que en
ocasiones son personas más mayores con poca familiarización tecnológica.
Para algunas personas llegan a ser extensión del cuerpo, supone dotar de
funcionalidades al cuerpo que antes no podía desarrollar.
“Es
una
lucha
constante
(…)
el
control
del
cuerpo.
Los
aparatos,
la
grúa,
hacen
que
puedan
controlar
su
cuerpo.
Y
una
me
dijo:
¿tú
sabes
lo
que
es
que
te
falle
la
silla
eléctrica?
Pues
no
me
lo
puedo
imaginar.
No
tiene
ninguna
comparación,
pero
a
mí
me
falla
internet
y
me
18
da
algo
[risas].
A
Elena
le
pasó,
le
dijeron
que
no
podía
llevar
silla
eléctrica.
Le
pusieron
una
manual,
pero
una
que
no
podía
manejar,
bajitas,
con
ruedas
pequeñas,
que
lo
tiene
como
un
trauma.
Que
lloraba
que
se
las
pelaba:
no
puedo
moverme...
Ella
no
poder
19
moverse,
horroroso.
Es
que
no
puedes
controlar
tu
cuerpo,
una
impotencia” .
Pero cuando planteo que un el contexto sociocultural afecta a la forma en que la
tecnología es empleada y asimilada por las personas, es porque encuentro que la tecnología
por sí misma puede ser una potente aliada, pero también un obstáculo en la consecución de
autonomía. El desarrollo de tecnologías, unido al modelo de mercado, busca la continua
innovación, y en ese proceso puede llegar a “robar” autonomía a las personas usuarias. Y eso
20
es un fenómeno que nos afecta a todas las personas .
Gran parte del problema, y a su vez de la solución, radica en la forma en que se diseña la
tecnología desde el comienzo, pero también en las formas que las tecnologías existentes son
insertadas en la vida de las personas usuarias (directas o indirectas). Así, las tecnologías
deben estar implementadas dentro de un servicio orientado hacia el valor de la autonomía
moral de las personas usuarias en primer lugar, y en segundo, de las personas que las asisten.
No pensar en estos términos puede dar lugar a errores que finalmente provoquen la
aparición de dependencias nuevas e indeseadas, o que aumente la sensación de estar siendo
controlado-‐a.
17
La teleasistencia domiciliaria es precisamente un buen ejemplo de tecnología empleada
en un servicio coordinado.
18
19
Los nombres han sido modificados.
El subrayado es mío.
20
Por ejemplo, con las TIC, el uso de google, o de facebook, netflix…, que personaliza
contenidos sin dar a elegir o ni siquiera informar de los filtros empleados, formándose lo
que algunos han llamado “burbuja de filtros”. Al respecto, ver la charla TED de Eli Pariser:
http://www.ted.com/talks/eli_pariser_beware_online_filter_bubbles.html?source=linkedin
590
|
En nuestra experiencia, hemos asistido a casos de cierta imposición tecnológica, debida
en gran parte a la ya citada “burbuja tecnológica” o también a otro fenómeno, la
“obnubilación tecnológica”, o siguiendo a Rodríguez, la “tecnolatría”. Es decir, creer que
todas las respuestas las tiene la tecnología. Tal y como explica, “lo que caracteriza a los
tecnólatras no es simplemente estar a favor de la innovación tecnológica, sino la creencia de
que ésta es intrínsecamente beneficiosa siempre. Todo cambio tecnológico es positivo para
ellos. (…) En efecto las máquinas tenían ese potencial. Pero
lo
que
efectivamente
ocurra
no
depende
de
las
máquinas
sino
de
la
sociedad
que
las
usa.
Y
una
sociedad
desigual
usa
las
21
máquinas
para
profundizar
la
desigualdad” .
Así, hemos visto cómo se proveían de dispositivos multifuncionales a personas que no
necesitaban esos complejos aparatos, y que manifestaban “no saber para qué necesitarlos”, ya
que eran perfectamente capaces de realizar las actividades. Lo que sí ocurría era que
haciéndolas por ellos-‐as mismos-‐as, tardaban más, o lo hacían de forma menos “correcta”. La
respuesta que se les daba desde los entes proveedores del dispositivo, era que iban a poder
hacer las tareas “mejor y más rápido”. Frases como “¿para qué esforzarse si puedes hacerlo
así?”, “con lo que tardas, ¿para qué vas a hacerlo tú solo?”, o incluso “ya me gustaría a mí tener
un aparatito de ésos que me hiciera todo desde la cama”, son algunos de los argumentos que
llegamos a escuchar. La imposición del uso de la tecnología, en estos casos, era evidente, y la
autonomía lograda no era moral, si bien sí suponía algo más de autonomía física.
¿Pero era ésa la autonomía que precisaba la persona en ese aspecto de su vida?, ¿no
hubiera supuesto una mayor autonomía poder decidir si quiere emplear la tecnología, qué
funciones desea que desempeñe, y para qué tareas, en definitiva, cooperar en el diseño y el uso?
¿Es éste el modelo de autonomía que queremos? Personalmente opino que es un
modelo paternalista, heredero de modelos patriarcales, en el que terceros agentes, ubicados
habitualmente en esferas de cierto poder e influencia (instituciones públicas, recursos de
atención, y también grupos informales-‐familiares) son las que deciden sobre las formas de
hacer, en vez de acompañar a la persona para detectar qué tecnologías y de qué formas
responden a sus requerimientos. Hemos de hablar de requerimientos, y ya no sólo de
necesidades, puesto que las personas con diversidad funcional pueden expresar sus deseos y
condiciones, y la atención y el apoyo tecnológico deben ir orientados a acompañarles en
esto, respetando incluso su derecho a equivocarse, como ocurre en el resto de vidas.
Frente al “puedes hacer mejor y más rápido” habría que plantearse cómo quiere hacerlo
la persona, y si desea hacerlo por sus propios medios. El reto debe ser adaptar los tiempos,
los espacios y las formas a las posibilidades de las personas, y no estandarizar los logros a
conseguir por un mismo patrón discriminatorio.
21
RODRIGUEZ, Pablo, « Actitudes hacia la tecnología »
http://pablogrodriguez.blogspot.com.ar/2012/09/actitudes-‐hacia-‐la-‐
tecnologia.html#sthash.NtTcadO0.dpuf [27-‐07-‐2013]. El subrayado es mío.
591
|
Por otro lado, en la idea de que las tecnologías mal planteadas pueden generar nuevas
dependencias, hay que decir que para ciertas personas con diversidad funcional, delegar
ciertas funciones en un aparato genera recelo, principalmente porque “la tecnología falla”.
Efectivamente, estas tecnologías requieren un mantenimiento ágil y efectivo, puesto que no
es lo mismo que se rompa un ascensor en la casa de alguien sin diversidad funcional, a que lo
haga en la de alguien con ésta.
Cuando hablamos de que la tecnología conlleva un diseño de servicio apropiado,
hablamos también de darle una prioridad a las averías, a que el personal que lo repare sea
consciente de las implicaciones que conlleva. En definitiva, es necesario que todo el personal,
de forma transversal, desde las personas que atienden directamente a las que están en la
gestión tecnológica, estén formados no sólo en conocimientos profesionales de sus
funciones, sino en habilidades humanas para atender a esas realidades. Habilidades
orientadas hacia la importancia de las labores que desarrollan, labores de cuidado en última
instancia. Y enlazar estas reflexiones con las aportaciones de la ética del cuidado, y la
conexión entre trabajos reproductivos y productivos. Es necesario visibilizar y poner en el
centro del discurso la importancia de estas actividades para el bienestar de las personas
destinatarias.
Debe haber participación horizontal en las formas de diseñar la tecnología, pero también
de implantarla, y para ello, se debe generar ambiente de confianza para la comunicación, y
también para la discusión o el desacuerdo. En ocasiones la tecnología ha supuesto un
empeoramiento de las condiciones de las personas, puesto que al haberse quejado de ellas,
se les pasa a considerar “desagradecidas” o “inconformistas”. “No valoras lo que tienes”, “ya
vendrás luego pidiendo…”, son otras de las valoraciones que hemos encontrado desde
algunos agentes que implantan estas soluciones. Con lo que la situación final de la persona
ha empeorado respecto al comienzo.
En varios casos encontramos un discurso en el que se valora mucho la opinión de las
personas usuarias, pero en la práctica encontrábamos que no se habilitaban espacios ni
dinámicas de confianza para la comunicación fluida. Cuando no hay problemas, la
comunicación es sencilla, pero las dificultades vienen cuando hay desacuerdos, y es ahí
donde también un servicio bien pensado debe incidir.
Por último, resaltar que las adaptaciones tecnológicas pueden ser igualmente
discriminatorias si no ha habido un aprendizaje previo o simultáneo. Por ejemplo, si
hablamos de adaptaciones para la cocina, hay personas que no pueden cocinar o que no
saben porque nunca les han enseñado, puesto que por los modelos de atención tradicionales,
era la familia, las mujeres adultas y no discapacitadas de la familia, las encargadas de todo.
Por tanto, no se trata sólo de habilitar de tecnologías, sino de conocimientos o de recursos
22
humanos para poder desarrollar la tarea .
22
Por ejemplo, una persona con tetraplejia podría cocinar, pero para ello no necesita una
cocina adaptada, no la puede usar. Lo que necesitaría son actividades formativas para
592
|
CONCLUSIONES
Muchas veces se dice que la solución a los problemas de dependencia es un super-‐robot
que lo pueda hacer todo. Yo digo que podríamos hacer un super-‐robot multitarea, tan fuerte
como para mover a todo tipo de personas, irrompible… Pero ese super-‐robot debería estar
programado para que lo primordial fuera mantener la autonomía moral de las personas
atendidas, y el modelo que debería seguir debería estar orientado a eliminar las relaciones de
poder, acompañando en los procesos y tareas. Esa programación, al igual que el resto del
robot, deberá estar hecha por personas, y por tanto habrá que haber diseñado ese modelo.
Los desarrollos tecnológicos responden a la idea de que se es “ciudadano autónomo”
porque hace cosas, pero no se preocupa por que se decida cómo hacerlas. La falsa idea de
autonomía androcéntrica, apoyada por el desarrollo tecnológico individualista, oculta la
interdependencia humana. Aunque se han logrado importantes avances, hay que seguir
buscando y construyendo la autonomía personal, y una premisa fundamental a mi juicio es
reconocer que la autonomía personal pasa por ser cooperativa.
Es necesario integrar dentro de las posibilidades de la vida la merma o pérdida de
facultades psicofísicas, y desde esa comprensión sincera, rediseñar las construcciones
simbólicas de lo que es diversidad funcional, y reorganizar materialmente la sociedad, de
forma que la contemple. Es preciso entender que la “discapacidad” no está en la persona,
sino en la sociedad, tal y como está actualmente configurada.
aprender cómo se hacen las recetas, y una persona que siguiera sus indicaciones para
realizarla. La usuaria dirige, y la profesional ejecuta los pasos.
593
|
MUJERES
E
INFORMÁTICA:
DESMONTANDO
LA
“CAÑERÍA
QUE
GOTEA”
COMO
DISPOSITIVO
DE
INVESTIGACIÓN
Anna
Vitores
González
INTRODUCCIÓN
En esta comunicación me gustaría sistematizar algunas de las críticas al dispositivo de
investigación que se ha construido en torno al tema “mujer e informática”. Al empezar a
revisar la literatura existente en éste ámbito, además de desbordarme el volumen de
estudios existentes, se me quedó una sensación de estatismo y desaliento. La sensación de
estatismo la puedo concretar con una pequeña muestra de los interrogantes que han
marcado la agenda de investigación en los últimos años: “Why are There so Few Female
1
Computer Scientists?” (Spertus, 1991) ; “Why we are losing women in the CS field “(Gürer &
2
Camp, 2002) ; “Why so few girls and women study computer science” (Margolis & Fisher,
3
4
2002) ; “Why do so few women major in computer science?” (Beyer et al., 2006) ; “Computer
5
Science: Where (and why) have all the women gone?” (Ross, 2010) ; Why so few women
6
7
enroll in computing? (Varma, 2010) ; “Why women are leaving computing”? (Misa, 2010) ;
Así, más que variados interrogantes, nos encontramos en lo esencial con “una” pregunta de
investigación (“¿por qué hay tan pocas mujeres en Informática?”) que se ha convertido en un
ámbito de estudios con entidad propia.
1
SPERTUS, Ellen «Why Are There So Few Female Computer Scientists?», MIT Artificial
Intelligence Laboratory Technical Report number 1315 <ftp://publications.ai.mit.edu/ai-‐
publications/pdf/AITR-‐1315.pdf>, [24 de marzo del 2011]
2
GÜRER, Denise; CAMP, Tracy «An ACM-‐W Literature Review on Women in Computing».
SIGSCE
Bulletin, vol. 34, núm 2 (2002), pp.121-‐127.
3
MARGOLIS, Jane; FISHER, Allan, Unlocking
the
Clubhouse.
Women
in
Computing.
Cambridge, MIT Press, 2002.
4
Sylvia Beyer, Kristina Rynes, Michelle Chavez, Kelly Hay, Julie Perrault (2002): «Why are so
few women in computer science ». <http://www.eric.ed.gov/PDFS/ED479756.pdf>[14 de
febrero del 2010]
5
ROSS, Lynda R (2010): «Computer Science: Where (and why) have all the women
gone?»<http://auspace.athabascau.ca:8080/dspace/bitstream/2149/2551/1/Lynda%20Ross
_paper.rtf> [30 marzo del 2011]
6
VARMA, Roli «Why so few women enroll in computing? Gender and ethnic differences in
students’ perception» Computer
Science
Education, vol. 20, núm. 4 (2010), pp. 301–316.
7
MISA, Thomas J, Gender
Codes:
Women
and
Men
in
the
Computing
Professions. New Jersey,
Wiley IEEE Computer Society, 2010.
594
|
El contexto en el que esta pregunta se ha establecido como ámbito de investigación, es
el la preocupación general por la persistente infrarrepresentación de las mujeres en el sector
tecnológico, en el de las TIC, las llamada nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC). Que sea ese el contexto de preocupación es lo que explica, en parte,
que la pregunta se vuelva más relevante año tras año ya que nos encontramos un panorama
aparentemente paradójico. Así, aunque podemos encontrar distintos estudios que reportan
que la brecha digital de género aún persiste en términos de posesión y algunos tipos de usos
de las TIC, también esos mismos estudios van perfilando una tendencia general en la que,
esa brecha concreta, se vaya cerrando. Es decir, son numerosos los trabajos que hablan de
incremento en el número de mujeres que acceden a las TIC y que las usan. Sin embargo, esto
no ha ido acompañado de una incorporación efectiva de las mujeres al mundo académico y
profesional vinculado a esas nuevas tecnologías. Dicho de otro modo, las investigaciones
revisadas coinciden en señalar que las mujeres “acceden” cada vez más a las TIC (son incluso
grandes usuarias de algunas de ellas) y, sin embargo, ni diseñan ni “crean” esas tecnologías.
Ahí, se concreta la sensación de desaliento: la pregunta no cambia porqué, al parecer, el
paisaje no mejora significativamente. Para resumirlo en una cita de Faulkner y Lie:
“the overall picture is a contradictory one: optimistic with respect to what we call
women and ICT (that is, women as users) and pessimistic with respect to women in ICT
8
(that is, women within the ICT professions)” (Faulkner and Lie, 2007: 158).
Este escenario pesimista referido a las “mujeres en las TIC” y, en general, sobre “mujeres
en tecnología” se ha convertido en especialmente paradójico e insidioso en con lo referente a
“las mujeres en informática”. En este caso, los trabajos revisados sugieren que en las últimas
dos décadas no sólo no ha habido un incremento del número de mujeres estudiando
informática, sino que se ha dado incluso un descenso. Un descenso que se hace más
llamativo si tenemos presente que ha estado acompañado, cuando no precedido, de años de
intervención específicamente dirigidos a aumentar la participación de las niñas y las mujeres
en informática. De nuevo destaco dos citas llamativas al respecto:
9
“we have to face the fact that twentyfive years of interventions have not worked”
(Cohoon and Aspray, 2006: ix).
”If this trend were to continue at the rate experienced from 1986 to 2006, there will be
10
no women bachelor degree graduates in computer science by 2032” (Hayes, 2010:27).
8
FAULKNER, Wendy; LIE, Merete «Gender in the Information Society: Strategies of
Inclusion». Gender,
Technology
and
Development, vol. 11, núm. 2 (2007), pp. 157-‐177.
9
COHOON, McGrath; ASPRAY, William, Women
and
Information
Technology:
Research
on
Underrepresentation. Cambridge, MIT Press, 2006.
595
|
El paisaje, visto así, es desolador. Tiene un punto de inexorabilidad, de fatalidad, que
espanta. Quizás por eso, pensé, como hilo conductor de esta para organizar la información
que recojo en esta presentación, en rescatar la famosa máxima proustiana, que me ha
acompañada en muchos periodos de investigación: “el verdadero viaje de descubrimiento no
consiste en consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos”.
Con esta máxima quiero entonces sugerir que, en parte, nuestra formar de incidir en un
cambio de paisaje, pasará por reflexionar y mejorar nuestro dispositivo de investigación
sobre esta fenómeno. Es decir, en buscar nuevos ojos.
NUESTROS
OJOS:
LA
“CAÑERÍA
QUE
GOTEA”
Nuestros ojos actuales, nuestro dispositivo de investigación, se encuentran marcados
por una metáfora que condensa y explica qué estudiamos y cómo lo estudiamos. Me refiero,
a la metáfora de cañería que gotea, o a la de una “tubería" que se "estrecha" o "que pierde”
(“shrinking pipeline” o “leaky pipeline”). La figura de una tubería se utiliza para describir la
trayectoria que idealmente conduce desde la escuela hasta las últimas etapas de una carrera
profesional, en este caso, en el campo de la informática. La mayoría de los estudios destacan
que estamos ante una tubería que pierde gente a lo largo de las distintas etapas de vida
formativa y profesional de las mujeres de este campo y, además, a lo largo de los años:
refiriéndose con esta imagen al hecho de que a medida que ellas se internan en este terreno
se multiplican las ocasiones para abandonarlo. De hecho a medida que el sector se
profesionaliza y se especializa cada vez hay menos presencia de mujeres. En definitiva,
entran pocas y van “cayendo” de la tubería.
Como he señalado, esta metáfora marca las preguntas y sub-‐preguntas fundamentales
que nos formulamos en este campo. Así, por ejemplo, los interrogantes más frecuentes que
nos encontramos son por qué las chicas no escogen materias tecnológicas en la educación
secundaria, porqué no escogen estudios universitarios en informática o ingeniera informática
o por qué no desarrollan (o abandonan) carreras investigadoras o profesionales en esta área.
En términos de respuestas, aunque lamentablemente persisten algunos estudios de
corte biologicista, el grueso de los estudios coinciden en plantear que para comprender
porqué hay tan pocas niñas y mujeres “en” informática debemos buscar las causas en los
condicionantes sociales y educativos vinculados a la socialización de género. A través de la
socialización diferencial de género, hombres y mujeres interiorizamos normas, valores y
formas de hacer y decir adecuadas a nuestro sexo en función de la sociedad en la que
nacemos. Y, entre estas, aprendemos normas, valores y formas diferenciadas de
relacionarnos relativas al ámbito tecnológico. En este sentido, la falta de interés hacia las
10
HAYES, Carloine C. «Computer Science. The Incredible Shrinking Woman», en Thomas J.
Misa (eds), Gender
Codes.
Why
Women
Are
Leaving
Computing, New Jersey, Wiley-‐IEEE
Computer Society Press, 2010, pp. 25-‐50.
596
|
tecnologías por parte de las mujeres estaría vinculada a la construcción sociocultural de la
tecnología como un ámbito y una actividad adecuada para los hombres. Así, por ejemplo,
para la “entrada” de la tubería se nos explica que las chicas no escogen estudios y materias
informáticas porqué la imagen de esta actividad y de la profesión es conflictiva con los
estereotipos femeninos. De este modo, a los 13-‐14 años según algunos estudios, ya desde los
8 según otros, las niñas, al ir aprendiendo a ser “chicas”, aprenden también a desarrollar
desafecto por los intereses y habilidades propias de los “chicos”, como serían el gusto por el
cacharreo y por un uso intensivo y/o experto de las tecnologías informáticas. Al respecto,
posemos en la actualidad un gran volumen de trabajos sobre cómo diferentes factores
(escuela, profesores, familia, grupos de iguales, estereotipos sobre la profesión o imágenes
que circulan en los medios de comunicación, o el tipo de usos y relaciones con artefactos
informáticos potenciados para chicos y chicas) inciden en el desarrollo de competencias y
afectos por lo informático diferenciados.
CRÍTICAS
AL
MODELO
El modelo de la tubería que gotea ha recibido numerosas críticas, en casi cada una de sus
dimensiones y características (aunque esas críticas no han tenido en muchos casos efectos
en la conducción de la investigación dominante). De entre las numerosas críticas, me gustaría
destacar dos por su importancia a esa tarea esa de construir nuevos “ojos”, es decir, por el
impacto que han tenido la mejora del dispositivo de investigación y en las preguntas que nos
formulamos sobre el problema.
En primer lugar, la crítica al modelo lineal y homogeneizador que presupone la “tubería”.
Así, se ha criticado la secuencia ininterrumpida y unidireccional de pasos descrita para la
tubería, que no sólo presupone que el acceso a cada etapa ocurre en el vacío social, sino que
establece como norma el modelo de trayectoria más típicamente descrita para “hombres”.
Este tipo de trabajos han resultado importantes porqué nos han permitido cambiar un poco
las preguntas, e interrogar, por ejemplo, por las rutas específicas y concretas que siguen las
chicas y las mujeres en el desarrollo de la profesión informática.
Relacionada con esta crítica, esta el cuestionamiento del modelo de la “exclusión” que
subyace a la investigación en torno a las pérdidas de la tubería. La investigación dominante
nos proporciona numerosos datos sobre aquellos factores que alejan o excluyen a las mujeres
de la informática, asumiendo que lo que las incluirá será el reverso, la imagen invertida de
estos factores. Sin embargo, ha sido mucho más escasa la producción en torno a los factores
que inciden directamente en la inclusión, es decir, aquello que influencia que se opte por
estudiar, trabajar y gustar de esta actividad o profesión.
A pesar de que ambas críticas han permitido generar nuevas preguntas y conocimientos
sobre las mujeres que estudian sí estudian informática, y algunas a través de rutas distintas a
las descritas por una tubería, lo cierto es que el dispositivo de investigación que la metáfora
condensa, nuestros ojos, permanecen como la opción fundamental para enmarcar la
investigación. No cesamos de producir datos que alimentan y fortalecen el dispositivo de
597
|
investigación, sin tener la sensación de que sirvan para alterar significativamente el paisaje
que motiva las preguntas.
Desde luego, no tengo ni traigo aquí una propuesta con nuevos ojos. Sin embargo, la
sensación de inexorabilidad, estatismo y desolación, así como la posibilidad de encontrar
pistas para problematizar y enriquecer el andamio que utilizamos en este campo, se abren,
curiosamente, al observador “nuevos paisajes”. Otros paisajes. De acuerdo a las limitaciones
de tiempo, me voy a referir aquí a tres tipos de paisajes concretos.
OTROS
PAISAJES
El primer paisaje es nuevo por olvidado. Son los trabajos de recuperación de las
aportaciones de las mujeres en la historia de informática. Contribuciones y nombres propios
que han sido silenciados en la historiografía wiggish de la computación. Son estudios que
sobresalen al ofrecernos paisajes dónde hay mujeres haciendo y creando en Informática sin
aroma de excepcionalidad. En este campo, son especialmente importantes aquellos trabajos
que asumen que para cuestionar la naturalización de la informática como un dominio
masculino, no basta con añadir mujeres a la historia de la informática. Los trabajos más
estimulantes lo que hacen es preguntarse por el cómo de la de la progresiva masculinización
de la Informática, poniendo en jaque los supuestos que manejamos actualmente, no sólo
sobre qué es o no “propio” de las mujeres o de los hombres, sino sobre qué es la Informática,
cuáles son sus componentes, tareas y actividades centrales y/o accesorias y quién tiene
11
12
capacidades y/o habilidades para practicarla (Abbate, 2012 ; Ensmenger, 2010 ). El estudio
de la conformación de las identidades profesionales vinculadas a la informática o al la
programación, nos muestran no sólo que había mujeres creando las máquinas informática,
sino que algunas tareas y actividades “informáticas” se definieron, una vez, como tareas
femeninas. En definitiva, gracias a este tipo de estudios podemos ver que la informática no
sólo no “nació” masculina, y no se ha codificado como masculina a través de ningún
mecanismo natural u obvio, sino a través de distintos procesos sociales y culturales que han
dado una determinado significado y una determinada forma a actividades, habilidades e
identidades. En este caso, la pregunta a formular cambia, y en vez de preguntarnos por qué
hay tan pocas mujeres informáticas, se nos invita a preguntarnos, cómo se ha convertido “en
cosa de chicos”, y a incorporar las reflexiones sobre esos hallazgos en nuestras formas de
abordar el problema.
El segundo grupo de paisajes que quiero traer aquí, tiene que ver con el sesgo occidental
de la investigación dominantes. Aunque la preocupante baja proporción de mujeres en el
campo de la informática se encuentra bastante generalizada, no estamos ante un fenómeno
11
ABBATE, Janet, Recoding Gender: Women's Changing Participation in Computing.
London, MIT Press, 2012.
12
ENSMENGER, Nathan L. «Making Programming Masculine», en Thomas J Misa (ed)
Gender
Codes:
Why
Women
Are
Leaving
Computing, New Jersey, Wiley-‐IEEE Computer
Society Press, 2010, pp. 115-‐142.
598
|
universal ni globalizado. En este sentido, son especialmente citados los estudios conducidos
13
14
15
en países como Malaysia (Lagesen, 2008 ; Mellström, 2009 ) o India (Gupta, 2012 ; Varma,
16
2011 ), en el que, la informática, parece ser cosa de chicas (obligándonos a preguntarnos,
entonces, por qué hay tantas mujeres “en” Informática en otros contextos). Al examinar de
cerca estos estudios, nos encontramos que las definiciones sobre lo que es apropiado o no
para las mujeres, así como la definición de lo que implica estudiar y trabajar en Informática
está estrechamente vinculado a contextos y prácticas sociales y económicas concretas.
Asimismo, estos trabajos subrayan cómo dimensiones como la raza, la clase social, la
sexualidad o la edad, modulan y conforman lo que es el género y la informática y, que, por lo
tanto, deberían ser dimensiones a tener presentes. No me refiero, claro, a tomar estas
categorías como variables de estratificación para desagregar o cruzar los datos de las
personas que pasan por la tubería. No se trata de añadir más variables a la ecuación, sino de
preguntarse por aquellas prácticas y categorías sociales que conforman los intereses y la
valoración que se hace de la informática y de sus actividades, así como por aquellas prácticas
que conforman lo que significa “ser mujer” o realizar una actividad apropiada para mujeres.
El último paisaje que quiero destacar, son otros contextos educativos y profesionales en
los que encontramos mujeres estudiando y haciendo informática, aunque no sea a través de
17
un título en Engiriera Informática o Ciencia Computacional (Corneliussen, 2012 ; Vergés,
18
2012 ). En nuestras investigaciones, asimilamos muy fácilmente la informática (incluso la
programación) con aquello restringido a las ingenieras computacionales, obviando la
transversalidad de la informática y de las TIC en la sociedad actual. Las estadísticas oficiales
tienden a no contabilizar como formación en informática, aquellos contextos educativos en
el marco de las ciencias humanas y sociales en los que, de facto, se enseña, desarrolla y/o se
investiga sobre y con contenidos y aplicaciones informáticas. Más aún, la presencia de
mujeres como estudiantes o trabajadoras en ámbitos de intersección de la informática, como
el diseño, el arte, la gestión, la documentación, la lingüística computacional o la producción
13
LAGESEN, Vivian «A cyberfeminist Utopia? Perception of Gender and computer science
among Malysian women computer science students and faculty». Science,
Technology
and
Human
values, vol. 33, núm 1 (2008), pp. 5-‐27
14
MELLSTRÖM, Ulf «The Intersection of Gender, Race and Cultural Boundaries, or Why is
Computer Science in Malaysia Dominated by Women? » Social
Studies
of
Science, vol 39
(2009), pp. 885-‐907
15
Gupta Namrata «Women Undergraduates in Engineering Education in India: A Study of
Growing Participation». Gender,
Technology
and
Development, vol. 16, núm. 2 (2012), pp.
153-‐176.
16
Varma, Roli «Indian Women and Mathematics for Computer Science». Technology
and
Society
Magazine
IEEE, vol. 30, núm. 1 (2011), pp.39-‐46.
17
CORNELIUSSEN, Hilde, Gender-‐Technology
Relations:
Exploring
Stability
and
Change.
Hampshire: Palgrave Macmillan, 2012.
18
VERGÉS, Nuria, Gender and ICT: The self-‐inclusion process of women in ICT. An aproach
from artistic technologists and computer technologists. Phd Thesis, Barcelona, Universitat
Oberta de Catalunya, 2012.
599
|
audiovisual no se suelen tener presente cuando se habla de “mujeres o informática” (y, a
menudo, tampoco cuando se aboga por la “Informática” o por las TIC como algo clave en el
desarrollo de la sociedad del futuro).
CONCLUSIONES
La mirada hacia estos paisajes no resuelve en sí mismo nada: ni nos exime de seguir
documentando la infrarrepresentación de las mujeres en este ámbito concreto ni, desde
luego, relativizan lo preocupante de esa situación. Sin embargo, el enfoque y las preguntas
que nos ofrecen sí pueden considerarse una invitación a observar nuevos paisajes para
construir nuevos ojos. Atender a esos paisajes, no sólo para hablar de lo que tienen de
excepcional o novedoso, sino también para atravesar la densidad de lo ya visto, de aquello a
lo que estamos acostumbrados/as y combatir el desencanto de lo ya sabido. Todo ello con el
fin de conseguir esos otros ojos; una mirada que permita desnaturalizar la asunción de que
“la informática es cosa de chicos”, cuestionando al mismo tiempo aquello que damos por
descontado al hablar de “mujeres” e “informática”. Es decir, unos ojos que asuman como
parte central del preguntar y del observar, la problematización constante de lo que
entendemos por género y por tecnología. Más aún, los trabajos sobre esos otros paisajes,
nos debería llevar a tomarnos en serio, muy en serio, eso que los estudios feministas de la
tecnociencia llevan ya diciendo más de dos décadas sin que haya tenido mucho impacto en
cómo pensamos la “tubería que pierde”: género y tecnología se co-‐construyen.
600
|
GÉNERO
EN
LA
SOCIEDAD
DE
LA
INFORMACIÓN:
EL
CASO
DE
FACEBOOK
Beatriz
Revelles-‐Benavente
INTRODUCCIÓN.
GÉNERO:
¿UNA
CATEGORÍA
DE
ANÁLISIS
ÚTIL?
La presente comunicación se presenta como una apuesta teórica de una lectura
afirmativa del concepto de género situándolo en un contexto digital como el de las redes
sociales. En concreto, aboga por el entendimiento del “género” y la red social de Facebook
como un continuo relacional en el que lo masculino y lo femenino y lo virtual y lo real se
difuminan para crear espacios agenciales (como veremos a continuación son contextos en los
que la agencia no se deposita en sujetos particulares) que fomentan la agitación política. Para
ello, utilizaré el marco teórico conocido como Nuevo Materialismo (Dolphijn & van der Tuin,
1
2012 ). La corriente nuevo materialista se ha presentado como parte de la epistemología del
2
feminismo de la tercera ola (van der Tuin, 2009 ). Se trata de una perspectiva interdisciplinar
que se sustenta mediante lecturas afirmativas de la historiografía feminista y de las
corrientes filosóficas minoritarias que apostaban por un pensamiento unívoco de la relación
3
entre cuerpo y mente (van der Tuin & Dolphijn, 2010 ).
Así pues, esta corriente invita a difuminar opuestos dicotómicos como el que se presenta
en una conceptualización del género desde la heterosexualidad normativa, la división entre
cuerpo y mente, o la dicotomía que presenta la corriente post-‐estructuralista entre cultura y
naturaleza. Estas estructuras dicotómicas presentan una organización del pensamiento
4
dividida entre lo real y lo representado (Barad, 2003 ), desde una visión androcéntrica que
requiere entender dichos términos como activos o pasivos respectivamente, una estructura
muy familiar a la jerarquía patriarcal presente en la sociedad. Dicha corriente podría
1
DOLPHIJN, Rick & VAN DER TUIN, Iris. New
Materialism:
Interviews
&
Cartographies. Open
Humanities MPublishing, University of Michigan Library, 2012
http://quod.lib.umich.edu/cgi/t/text/text-‐idx?c=ohp;idno=11515701.0001.001
2
VAN DER TUIN, Iris. «Jumping Generations: On Second-‐ and Third-‐Wave Feminist
Epistemology». Australian
Feminist
Studies, vol. 24, núm. 59 (2009), pp. 17-‐31
3
VAN DER TUIN, Iris, & DOLPHIJN, Rick. «The Transversality of New Materialism». Women:
A
Cultural
Review, vol. 21, núm. 2 (2010), pp. 153-‐171.
4
BARAD, Karen . «Posthumanist Performativity: Toward an Understanding of How Matter
Comes to Matter». Signs:
Journal
of
Women
in
Culture
and
Society, vol.
28, núm. 3 (2003),
pp. 801-‐ 831
601
|
englobarse dentro del “empirismo feminista crítico y contextual”, en el debate
5 6
epistemológico sostenido en el campo de género y tecnología (Perdomo, 2010 ) . Esto es
debido al sustento teórico que ofrece Donna Haraway a dicha corriente filosófica. Sin
embargo, sería difícil de encasillar ya que al mismo tiempo el Nuevo Materialismo feminista
es aliado de las teorías de la “diferencia sexual” (“sexual difference”) de Elizabeth Grosz o
Rosi Braidotti, por lo tanto se aleja de teorías contemporáneas del concepto de género, por
7
considerarlo lingüísticamente construido (Dolphijn & van der Tuin, 2013 ).
A pesar de las reticencias que muestra esta teoría con respecto al concepto género,
desecharlo completamente puede resultar problemático a la hora de poner en práctica
8
políticas subversivas feministas (Witt, 2011 ). La categoría “género” continua siendo una
variable con muchísima fuerza en estudios empíricos como es el caso de los estudios de
9
10
género en el ámbito de las TIC (Castaño, (dir), 2008 ; Sáinz, 2013 ) o la estereotipación de
11
12
género en las redes sociales (Zywica & Danowski, 2008 ; García-‐Gómez, 2011 ). Dicha
variable también sirve, entre muchos otros, para explicar diferencias en patrones
13
demográficos como la emigración de personal altamente cualificado (González, 2012 ) o la
14
emigración de menores (Torrado, 2012 ); así como (en el terreno ya de la comunicación)
5
PERDOMO, Inmaculada. «Reflexiones sobre los estudios de ciencia. Tecnología y género».
Revista
Laguna,
vol. 26, marzo (2010), pp. 79-‐93
6
Más apropiadas son las clasificaciones epistemológicas llevadas a cabo por Cecilia Castaño
(2006) o Judy Wacjman (2004) que situarían esta corriente dentro del feminismo
postmoderno. Sin embargo el argumento que trato de desarrollar es una aplicación
empírica de esta corriente y por lo tanto una clasificación empírica parece más productiva
en esta situación.
7
DOLPHIJN, Rick & VAN DER TUIN, Iris. «A Thousand Tiny Intersections: Linguisticism,
Feminism, Racism and Deleuzian Becomings», en SALDANHA, Arun y ADAMS, Jason
(eds.), Deleuze
and
Race, Edinburgh: Edinburgh University Press, 2013, pp. 129 – 143.
8
WITT, Charlotte. The
Metaphysics
of
Gender.
Oxford & New York: Oxford University Press,
2011
9
CASTAÑO, Cecilia (dir). La
segunda
brecha
digital Madrid: Edición Cátedra, 2008
10
SÁINZ, Milagros. «El uso de las TIC en el ámbito educativo con perspectiva de género:
actitudes del profesorado y alumnado». TELOS, núm. 95, (2013), pp. 116-‐124.
11
ZYWICA, Jolene, and DANOWSKI, James. «The Faces of Facebookers: Investigating
Social Enhancement and Social Compensation Hypotheses; Predicting Facebook™ and
Offline Popularity from Sociability and Self-‐Esteem, and Mapping the Meanings of
Popularity with Semantic Networks». Journal
of
Computer-‐Mediated
Communication, vol.
14, núm. 1 (2008), pp. 1-‐34.
12
GARCÍA-‐GÓMEZ, Antonio. «Regulating girlhood: evaluative language, discourses of
gender socialization and relational aggression». European
Journal
of
Women
Studies,
vol.
18,
núm. 3 (2011), pp. 243 -‐ 264
13
GÓNZALEZ, Ana. «¿Camuflaje o transformación? Estrategia profesional de las mujeres
en carreras tecnológicas altamente masculinizadas».Educar
(2012).
602
|
identificar diferencias en cuanto a actitudes y patrones de comunicación entre hombres y
15
mujeres (Litosseliti, 2006 ). Todo esto constituye el concepto género como un factor
imprescindible para desmontar y construir los tejidos que conforman la sociedad actual de
información y comunicación.
El concepto de género sigue siendo clave para la teoría y política feminista (Colman y
16
Revelles-‐Benavente, bajo edición ), mientras que las redes sociales se han convertido en un
17
instrumento clave para la lucha política en general (Castells, 2012 ). Es por ello que una
conceptualización del género alejada de supuestos dicotómicos es necesaria para entender el
desarrollo del mismo en las redes sociales. A pesar de que el nuevo materialismo se aleja de
dicho concepto, postularse como una teoría de la afirmación exigiría por tanto que también
se pudiesen producir lecturas afirmativas de este concepto, las cuales han de partir de un
pensamiento unívoco que no divida al género en dos partes claramente diferenciadas. Al
18
respecto, Guerra (2011: 28 ) advierte: “[l]a dicotomía no es igualitaria sino que mientras uno
de sus términos ostenta el valor, el correlativo representa lo que ella denomina “el disvalor”.
Esto se traduce en términos jerárquicos como justificación de la superioridad frente a la
subordinación.”
De tal manera, y teniendo en cuenta los grandes avances que han supuesto algunas
corrientes filosóficas como el post-‐modernismo, el ciberfeminismo, e incluso el post-‐
estructuralismo para las teorías feministas; creo que intentar situar el “género” dentro de
este contexto digital puede resultar en una lectura afirmativa que nos ayude a entender el
género como un comportamiento relacional entre sujetos, es decir personas en contextos
determinados, basado en la complejidad y la multiplicidad que exige la sociedad de la
información en la que nos encontramos. Es decir, el género se conceptualizaría como las
relaciones en sí entre diferentes sujetos. Puede ser que esos resultados muestren que el
género se ha transformado en algo diferente a una categoría estática identitaria, pero
definitivamente sigue siendo útil para entender, detectar y alterar mecanismos opresivos en
el sistema androcéntrico en el que nos desarrollamos.
14
TORRADO, Esther. «Las migraciones de menores no acompañados desde una
perspectiva de género». Dilemata.
Revista
Internacional
de
éticas
aplicadas,
núm. 10 (2012),
pp. 65 -‐ 84
15
LITOSSELITI, Lia. Gender
and
language.
Theory
and
practice London & New York: Hodder
Arnold, 2006
16
COLMAN, Felicity & REVELLES-‐BENAVENTE, Beatriz. «The Political Matter of Gender:
Third Wave Feminist Epistemology». Women:
A
cultural
review, bajo edición.
17
CASTELLS, Manuel. Redes de indignación y esperanza: los movimientos sociales en la era
de internet. Madrid: Alianza editorial, 2012
18
GUERRA, María José. «La (des)conexión mujeres y naturaleza: propuestas eco y/o ciber-‐
feministas». Icono
14,
año 9, vol. 1 (2011), pp. 21-‐38
603
|
LAS
REDES
SOCIALES:
EXPLORANDO
EL
CONTINUO
POLÍTICO.
19
Según explican González y Vergés (2011 ), el sector de las tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) es uno de los motores más importantes de la sociedad
contemporánea y uno donde las desigualdades son más evidentes. Estas tecnologías
atraviesan transversalmente la cotidianeidad a nivel individual y colectivo, así como también
local y global. Teniendo en cuenta que el género es también pertinente transversalmente,
parece casi automático que una relación entre ambos conceptos – género y TIC -‐ se produzca
retroactivamente.
Las TIC abarcan prácticamente cualquier uso de la información que conlleve una
transmisión tecnológica y vice-‐versa; es decir, también engloban cualquier herramienta
tecnológica que pueda ser aplicada a la diseminación de información a nivel global. No
obstante, en esta comunicación he decidido enfocar las tecnologías de la información y la
comunicación en una herramienta muy concreta como son las redes sociales. En este
sentido, las redes sociales aparecen como un híbrido entre esta necesidad de comunicar e
informar y compartir tiempo de ocio y diversión. Lo más importante del papel de las redes
sociales en la actual sociedad de información y del conocimiento es el papel activo que le dan
20
a la sociedad en general (Gallego, 2013 ).
Según Francisco Gallego (2013: 69), “con la aparición de nuevos sistemas de
comunicación (como las actuales redes sociales) se ha iniciado un proceso en el cual se ha
producido un verdadero cambio en las relaciones de poder.”
Las redes sociales son “estructuras sociales o comunidades dentro del mundo virtual,
[que conectan] online a las personas tomando como base uno o varios tipos de relaciones,
como la amistad, el amor, intereses comunes, afinidades o el deseo de compartir
21
conocimientos.” (Rodríguez y Santamaría, 2012: 237 ). Así pues, se podría decir que atañen
el establecimiento de contactos con diferentes fines, ya sean amistosos o profesionales
(Sáinz, 2013).
Pero sin duda en ambos casos aportan un continuo a la realidad experimentada por sus
participantes, más que un opuesto a la virtualidad en la que emergen, entendiendo la
virtualidad en esta comunicación en su sentido más comúnmente aceptado: un espacio
imaginario alternativo creado en el interior de un ordenador. Las redes sociales son el
19
GONZÁLEZ, Ana y VERGÉS, Núria. «Moving for what? International mobility strategies
of women in ICT careers». International
Journal
of
Gender,
Science
and
Technology,
vol. 3,
núm. 2 (2011), pp. 501 -‐ 516
20
GALLEGO, Francisco. «Twitter y televisión. El papel de la gestión analítica de las
audiencias sociales». Telos,
vol. 95,, núm. Junio-‐Septiembre (2013), pp. 68 -‐76.
21
RODRÍGUEZ, Antonio y SANTAMARÍA, Patricia. «Análisis del uso de las redes sociales en
internet. Facebook y Twitter en las universidades españolas. » Icono
14, Vol 10, núm. 2
(2012), pp. 228 -‐ 246
604
|
22
encuentro cibernético par
excellence
en la sociedad contemporánea (McNeil, 2013 ). Estas
plataformas sostienen diversas formas de comunicación que combinan y transforman
antiguos vehículos de comunicación, así como también la comunicación en sí misma (ibid).
En esta presentación, he decidido centrarme en Facebook porque se sigue considerando
como una de las herramientas más importantes dentro de las redes sociales, siendo
contemporáneamente la red social que cuenta con mayor número de seguidores (Rodríguez
y Santamaría, 2012; McNeil, 2013). Facebook se auto-‐define como una “herramienta social
que ayuda a comunicar más eficientemente con amigos, familiares y compañeros de
trabajo.” (Rodríguez y Santamaría, 2012: 38). A primera vista, Facebook se convierte en la
erosión de dos espacios que han sido claramente separados y refutados sobre todo por la
teoría feminista de la segunda ola: lo público y lo privado. Asimismo, Facebook se convierte
en agente que transforma las relaciones sociales privadas en públicas globalmente con
consecuencias tanto positivas como negativas. Según nos explica McNeil (2013: 45-‐6) “estos
espacios cibernéticos están impulsando nuevas formas de socialización a distancia y ofrecen
herramientas distintivas para la construcción y proyección de la identidad […] así como
23
también temas relacionados con género ”.
A pesar de que esta comunicación no está interesada en tratar la problemática del
concepto de identidad (véase Guerra, 2011), es importante reconocer las transformaciones
que Facebook podría implicar en el concepto género. En este sentido, la proyección de un
sujeto puede variar de una forma u otra, ya que la expresión que se produce en la red no tiene
que corresponder siempre con la realidad. Sin embargo, como veremos más adelante, esto
no es producto de una separación entre realidad y virtualidad, sino producto de una
necesidad de explorar a los sujetos más allá de una distinción masculina o femenina en la co-‐
dependencia con esta red social.
Concretamente, propongo estudiar la página de Facebook como un “agente” de cambio
24
social. Para ello, es necesario comprender el concepto de “agencia” de Karen Barad (2007 ),
situada dentro del marco teórico del nuevo materialismo. Este concepto podría resumirse
brevemente como la creación de un espacio material donde se facilitan posibilidades de
cambio, es decir, un espacio de posibilidades. Espacio es entendido como algo tangible e
intangible a la vez puesto que no se podría concretizar en algo finito, pero es tangible en
tanto en cuanto es capaz de producir cambios políticos. Así, determinadas páginas oficiales
de Facebook se convierten en sitios de agitación política por medio de las intervenciones de
numerosos seguidores y seguidoras. Por lo tanto, y siguiendo parte de la teoría feminista
22
McNEIL, Maureen. «Cyberspace», en EVANS, Mary y WILLIAMS Carolyn (eds.), Gender:
The
Key
Concepts.
Routledge: Oxon & New York, 2013, pp. 41 -‐ 48
23
“Such sites enable and encourage new forms of sociality at a distance and they offer
distinctive tools for identity construction and projection. Gender issues loo, large in this
growing digital domain.”
24
BARAD, Karen. Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement
of Matter and Meaning. Durham, NC: Duke University Press, 2007
605
|
contemporánea, la “agencia” no se limita a dividir a los sujetos entre activos o pasivos, sino
que se comparte y se constituye a través de varios elementos humanos y no-‐humanos. Esto
formaría parte de la propuesta de varias feministas enmarcadas dentro del post-‐modernismo
25
26
como Haraway (2008 ), Guerra (2011) o Plant (1998 ).
GÉNERO
Y
REDES
SOCIALES:
UNA
PERSPECTIVA
NUEVO
MATERIALISTA
Empíricamente hablando, se consigue a través de un estudio minucioso de la propia
construcción de la página de Facebook de Toni Morrison. Desde la visualización de las
fotografías que aparecen publicadas en dicha página hasta un análisis crítico del discurso
producido dentro de la página. La propia estructura de Facebook permite a sus participantes
a expresar sus opiniones a cerca de cualquier tema por medio de comentarios y respuestas a
dichos comentarios. La estructura limita el tipo de comentarios, pero también refuerza que
esos comentarios conecten a la gente desde sus domicilios particulares (local) dentro de una
comunidad global que se desarrolla en el amplio tejido cibernético. No es sorprendente
observar como las redes sociales han movilizado a diferentes movimientos políticos no-‐
gubernamentales, como es el caso del 15M (Castells, 2012), y reforzado la movilización
política.
Sin embargo, para estudiar la transformación del género, o el género como diferencia
ontológica de opresión en estos contextos, algo más que un análisis de contenido de los
comentarios es necesario. Siguiendo lo expuesto en el epígrafe anterior, esta comunicación
aboga por un entendimiento del género como algo relacional y no dicotómico. De tal
manera, un análisis empírico se complica. Habría que visibilizar lo que no está por medio del
estudio de la relación entre participantes en determinados contextos. Es decir, se estudiarían
los lazos invisibles pero materiales que unen a los participantes de esta red social al mostrar
una afinidad con el tema de la página a tratar. Dichos lazos invisibles pero materiales son los
27
“afectos” (Clough, 2009 ), diferentes sentimientos que estructuran y relacionan la materia y
los cuerpos. Así pues, teniendo en cuenta que uno de los conceptos claves para entender las
redes sociales es la “afinidad”, parece casi automático que el hecho de entender los afectos
como relaciones es parte de la estructura de las redes sociales y, por tanto, del concepto de
género en este caso. ¿Qué tipo de sentimientos, o afectos, unen y desunen a las personas
usuarias de las redes sociales son claves a la hora de entender el tipo de relaciones que se
producen en esta comunidad? Lo virtual se materializa en el momento en el que dichas
relaciones estructuran, visualizan e invisibilizan mecanismos opresivos en estructuras de
25
HARAWAY, Donna. When
Species
Meet Minneapolis: University of Minessota Press, 2008
26
PLANT, Sylvia. Ceros+Unos. Mujeres digitales+la nueva tecnocultura, Barcelona: Destino,
1998
27
CLOUGH, Patricia. «The new empiricism. Affect and Sociological method». European
Journal
of
Social
Theory,
vol. 12, núm. 1 (2009), pp. 43 – 61
606
|
poder asimétricas. Es decir, redes sociales y género se constituyen a través de la relación y no
antes. Barad denomina a este proceso intra-‐acción (Barad, 2007).
28
Ya en los ochenta, Sheyla Benhavib (1987 ) explicaba que las subjetividades se creaban
a través del uno y del otro, que era inconcebible reconocer una separación entre ambos, y
que de tal manera, sería mejor abogar por una teoría de las inter-‐relaciones que explicase
como se desarrollaban individualmente los seres humanos antes que una división
dicotómica. Así pues, podríamos considerar a esta autora como una de las primeras
representantes de una estructura ontológica de los sujetos como relacional y no dicotómica.
Aunque gran parte de la teoría feminista contemporánea apuesta por esta concepción, no
resulta sencilla aplicarla en casos sociológicos empíricos como es la inter-‐acción de una
herramienta de comunicación tan importante como son las redes sociales con el concepto de
género. En el segundo epígrafe ya se relataba cómo a pesar de que las redes sociales y
Facebook son el foco de un gran corpus de trabajo de investigación, la mayor parte de dicho
trabajose centraba en el análisis de la estereotipación de género basada en supuestos
femeninos y masculinos. No obstante, este supuesto ha sido tachado de contraproducente
para entender los mecanismos de opresión que se pueden producir en este ámbito (Van
29
House, 2011 ). Van House (2011) explica que ni el género ni las redes sociales se pueden
entender bajo la lógica patriarcal de uno y otro, masculino y femenino y real y virtual, ya que
son un continuo en el espacio y el tiempo, el género también es un término relacional
30
(Shotwell & Sangrey, 2009 ). Así pues, en mi actual investigación propongo estudiar los
patrones por los cuales el género se visibiliza o invisibiliza en estos contextos digitales. Esto
se articula metodológicamente hablando a través de un análisis de los comentarios
producidos por el o la propietaria de la página, las respuestas de los y las participantes, la
estructura y organización de esos comentarios, las imágenes que lo acompañan, es decir, el
contexto social en el que se encuentran y las relaciones que se producen entre todos estos
elementos. De tal manera, alteraríamos la concepción del género como una relación afectiva
entre sujetos que producen o alteran estructuras de poder jerárquicas.
Como señala Guerra (2011: 27), “[l]a tarea es objetar el mapa de las categorías y volver a
cartografiarlo de nuevo desde nuevas coordenadas que desactiven los vectores de opresión.”
Por lo tanto, en el momento en el que “situamos” (Haraway, 1991) el concepto de género en
31
las realidades virtuales de las redes sociales, la “pantalla” (Colman, 2009 ) se convierte en un
28
BENHABIB, Sheyla. 1987. «The Generalized and the Concrete Other: The Kolberg-‐
Gilligan Controversy and Feminist Theory». En CORNELL, Drucilla y BENHABIB, Sheyla
(eds.) Feminism
as
a
Critique,
Minneapolis: University of Minnesota Press, 1987, pp. 77 – 95.
29
VAN HOUSE, Nancy. «Feminist HCI Meets Facebook: Performativity and Social
Networking Sites». Interacting
with
Computers,
vol. 23, num. 5 (2011), pp. 422 – 428.
30
SHOTWELL, Alexis, and SANGREY, Trevor. «Resisting Definition: Gendering through
Interaction and Relational Selfhood». Hypatia,
vol. 24, núm. 3 (2009), pp. 56–76
31
COLMAN, Felicity. «Affective Imagery: Screen Militarism», en HOLLAND, Eugene (eds),
Gilles
Deleuze:
Image
and
Text, London: Continuum, 2009, pp. 143 -‐ 159
607
|
lazo material en el que dos tipos de discursos supuestamente diferentes (lo real y lo virtual)
se convierten en mutuamente co-‐dependientes. Las redes sociales proporcionan un contexto
situado que promueven una comunicación activa y horizontal dentro de dicho continuo entre
virtualidad y realidad. La pantalla del ordenador, por tanto, se entendería como una puerta y
no como una ventana o una pared. No sería ni una pared que protege de estereotipos
identitarios que oprimen a los sujetos, ni tampoco sería una ventana desde la cual mirar al
exterior. Se trataría de un mecanismo de paso en el que los sujetos se constituyen de manera
relacional a través de una comunicación horizontal que abre nuevas cartografías (como
indicaba Guerra más arriba) de agitación política feminista. Siguiendo a Guerra (2011: 35),
creo que “[e]s la hora de destacar el papel de las multiplicidades complejas que desafían la
limitación dual y binaria.”
Entender el género en este contexto activo de comunicación múltiple -‐como el de las
redes sociales-‐, permite alejar el feminismo de paradojas binarias en las que oprimido y
opresor son los motores de la sociedad. En palabras de McNeil (2013), el ciberespacio ha
consolidado la transformación del género. Esto implica que el género no dividiría a los
sujetos entre masculino y femenino, sino que los relacionaría por medio de afinidades y
afectos. De tal manera, los sujetos serían incapaces de auto-‐definirse individualmente
(rechazando así una agencia androcéntrica), mientras que al mismo modo no necesitan
definirse mediante estructuras binarias en las que uno refleja lo positivo y el otro lo negativo.
La red social de Facebook, puesta aquí como ejemplo, sirve para materializar
discursivamente la multiplicidad de relaciones que unen a los sujetos en la sociedad de la
información. Pone de manifiesto cuáles son las estrategias voluntarias e involuntarias de sus
participantes para relacionarse y movilizarse. De este modo, estructuras cibernéticas y
sujetos se vuelven mutuamente dependientes en la lucha de un mundo sostenible para todo,
todos, y todas.
Centrar un análisis empírico con una estrategia metodológica clara es posible dentro de
la red social de Facebook que identifique la construcción y el desarrollo de género. Se pueden
conocer estrategias políticas de acción y diversas modificaciones de acciones que no son
solamente prácticas neo-‐liberales globalizadoras, sino pequeñas intervenciones sociales que
desestructuran el tejido patriarcal de la sociedad. En mi investigación realizo un seguimiento
de las conversaciones que producen los y las participantes de la página oficial de Facebook de
la escritora contemporánea norteamericana Toni Morrison.
Facebook difumina espacios geográficos y temporalidades lineales, al mismo tiempo que
almacena diferentes significados a opresiones actuales como la masacre producida en Nueva
Delhi (véase Colman y Revelles-‐Benavente, 2013). Atravesando barreras duales entre virtual
y real, en esta sociedad de la información, las redes sociales se convierten en un nuevo
espacio cartográfico donde la agitación política es creada, al mismo tiempo que las
opresiones pueden ser perpetuadas. Las redes sociales se materializan por medio de
afinidades, sentimientos y afectos. El hecho de enfocar el objeto de estudio en los afectos
que relacionan a los sujetos nos permite concebir estos espacios de reivindicación, así como
situar el género como algo empíricamente relacional.
608
|
REIVINDICACIONES
EN
LA
PRODUCCIÓN
CULTURAL
DE
LAS
MUJERES
EGIPCIAS.
BLOGS
Y
GRAFFITI.
Elia
Romo
Terol
INTRODUCCIÓN
En la primera década del siglo XXI, los cambios sufridos en Egipto no han sido solamente
políticos. Ya sea directa o indirectamente, los cambios sociales (o la ausencia de ellos en
algunos aspectos) han influido en la producción artística del país de los últimos años. El papel
de las mujeres no ha sido, en absoluto, menospreciable y las protestas de principios de 2011
han demostrado la capacidad de estas como agentes activos de cambio, de sus propias vidas
1
y de las de los demás . Tal y como pretendemos demostrar en esta comunicación, el blog y el
graffiti son dos expresiones culturales en las que las mujeres han encontrado un lugar
relevante y, a la vez, para su provecho.
La producción y proliferación de blogs tuvo su punto álgido unos años antes de las
revueltas que acabaron con la dimisión del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero de
2011. Los graffiti, por otro lado, con un claro contenido político, han ido de la mano de las
revueltas y las campañas políticas que están formando parte de la revolución egipcia. Bajo el
gobierno de Mubarak, donde los espacios públicos estaban totalmente controlados gracias a
una estricta política de estado, el arte en la calle era ilegal y el hecho de ver que, poco
después de su caída, los muros de la capital se llenaban de imágenes fue uno de los indicios
de que realmente alguna cosa estaba cambiando en el país y no solo políticamente.
En esta ponencia nos centraremos en tres blogs literarios escritos por tres mujeres
egipcias que vieron la luz en papel el año 2008 y en la producción de graffiti a partir del 2011,
que se ha usado en las campañas de reivindicación de los derechos de las mujeres que se
están produciendo actualmente.
1
LEWIS, Leslie, «Convergences and Divergences: Egyptian Women’s Activisms over the
Last Century», en ARENFELDT, Pernille y GOLLEY, Nawar Al-‐Hassan (eds.), Mapping
Arab
Women’s
Movements:
A
Century
of
Transformations
from
Within, Cairo y Nueva York, The
American University in Cairo Press, 2012, pp. 43-‐63.
609
|
EXPRESIONES
CULTURALES
DE
LAS
MUJERES
EGIPCIAS:
BLOGS
Y
GRAFFITI
El fenómeno social de internet y el fenómeno político de las revueltas árabes han
marcado un antes y un después en las vías de expresión cultural de las mujeres árabes, en
general, y egipcias, en particular. El primero ha incidido en el mundo literario y ha propiciado
la aparición de una literatura electrónica escrita y protagonizada por mujeres. En este marco
aparecen las escritoras Rehab Bassam, Ghada Abdel Aal y Ghada Mohamed Mahmoud, tres
blogueras egipcias que vieron sus escritos publicados en 2008 por la editorial Dar al-‐Shorouk.
La mayor parte de la blogosfera árabe se ha centrado en temas políticos pero, en el caso de
las mujeres, ha habido también un gran impacto social por el hecho de haber servido para dar
a conocer a un amplio público un mundo hasta ahora reservado al espacio privado. Así han
aparecido numerosos blogs de autoría femenina donde se habla de sexo, de matrimonio o de
los problemas cotidianos de las mujeres. Y es que son las mujeres las que han llevado a cabo
una mejor gestión de la transmisión de su intimidad, ya que a ellas se ha reservado siempre el
espacio privado en el mundo árabe, donde la batalla por la presencia de la mujer en la vida
2
pública tiene una larga tradición .
Paralelamente a las revueltas en Egipto, los graffiti empezaron a aparecer en las calles de
3
El Cairo. Las demandas de “pan, libertad, justicia social y dignidad humana” que se gritaban
en las manifestaciones empezaron a aparecer en los muros de la capital y a atraer las miradas
4
de todo el mundo como testigos de lo que estaba pasando en el país . Ya desde el principio
de las protestas la voz de las mujeres se hizo oír y el tema latente del acoso sexual en el país
cobró un especial protagonismo a raíz del aumento de las agresiones sexuales que se
produjeron en las manifestaciones.
A pesar de que pueda parecer que estos dos tipos de expresiones culturales están muy
alejados el uno del otro, tanto por contenido (no político vs. político) como por forma (textual
vs. visual), los elementos en común son significativos y el hecho de exponerlos en paralelo
nos puede ayudar a tener una visión más amplia de cómo están negociando su espacio,
desde diferentes perspectivas, las mujeres egipcias que viven en el contexto cambiante del
Egipto del s. XXI.
2
KHALDI, Boutheina, Egypt
Awakening
in
the
Early
Twentieth
Century. Nueva York,
Palgrave Macmillan, 2012.
3
“Pan, libertad, justicia social y dignidad humana” fue el lema principal que gritaban los
manifestantes en las revueltas de 2011 y que volvieron a usar en las manifestaciones de
junio de 2013.
4
GRÖNDAHL, Mia, Revolution
Graffiti:
Street
Art
of
the
New
Egypt. London, Thames &
Hudson, 2013.
610
|
LA
BLOGOSFERA
ÁRABE
5
En el estudio de 2009 Mapping
the
Arabic
Blogosphere:
Politics,
Culture,
and
Dissent
se
6
destaca Egipto como el mayor grupo de la blogosfera árabe . También se indica que el perfil
predominante de los blogueros árabes sería el de joven (tres cuartas partes de los blogueros
tendrían menos de 35 años) y hombre (el 34% serían mujeres). Sobre la temática, el estudio
señala que los temas predominantes son la vida personal y los asuntos locales, incluyendo los
de contenido político. Desde Egipto escriben algunos de los blogueros políticamente más
activos de la esfera pública árabe; ya años antes de las revueltas había un gran número de
bitácoras críticas con el presidente Hosni Mubarak y su gobierno.
Según el estudio, de entre el grupo de “blogueros jóvenes” egipcios casi la mitad serían
mujeres, uno de los mayores porcentajes de mujeres blogueras de toda la blogosfera árabe y
los contenidos de sus blogs tratarían principalmente sobre la vida diaria y la vida familiar
(también encontramos un gran apoyo a la causa palestina y discusiones sobre poesía,
literatura y arte, así como sobre derechos humanos –libertad de expresión, de reunión, etc.).
En este nivel del espectro de la blogosfera árabe es también donde encontramos una mayor
presencia de los asuntos relacionados con el género y las mujeres (derechos, estatus,
feminismo, hiyab, etc.) así como un apoyo a la cultura occidental y sus valores. La principal
diferencia entre mujeres y hombres de la blogosfera árabe no sería tanto en el contenido de
los blogs (aunque las mujeres tienden a hablar más de literatura y arte, de la vida diaria y
familiar o de los temas relacionados con el género) como en la forma, y es que las mujeres
tienden a bloguear en el anonimato o con un pseudónimo más que los hombres (un 42% de
las mujeres frente a un 29% de los hombres).
Como comenta Lali Sandiumenge en su obra Guerrillers
del
teclat, “los blogs se
7
convirtieron en poco tiempo en la herramienta favorita de los jóvenes para hacer oír su voz” .
Según los datos que presenta Sandiumenge, los blogs en el mundo árabe arrancaron con
fuerza en 2003, con la invasión de Iraq, aunque en 1999 encontramos ya la primera entrada
del bloguero jordano-‐palestino Haitham Sabbah. Una de las primeras mujeres blogueras en
el mundo árabe fue Rehab Bassam, que en el año 2000 ya colgó algunas entradas en inglés
en su blog Hadouta, aunque su actividad relevante llegaría el 2004 y en lengua árabe. Y es
que no sería hasta 2004 y a partir de 2005, cuando se solventaron los problemas técnicos con
la lengua árabe, que empezaron a proliferar los blogs en el mundo árabe llegando a los
40.000 en 2006.
5
ETLING, Bruce, KELLY, John, FARIS, Robert y PALFREY, John, Mapping
the
Arabic
Blogosphere:
Politics,
Culture,
and
Dissent. Berkman Center Research Publication, No. 2009-‐
06.
6
También hay que tener en cuenta que Egipto es el país árabe con mayor población (con
más de 84 millones de habitantes en 2013 y el decimoquinto con más población del mundo).
7
SANDIUMENGE, Lali, Guerrillers
del
teclat. Barcelona, La Magrana, 2012. Cita traducida
por la autora.
611
|
La facilidad con la que se abre y mantiene un blog y la posibilidad del anonimato son dos
de los elementos clave que facilitaron la participación de las mujeres en la blogosfera árabe y,
consecuentemente, en el espacio público. Loubna H. Skalli defendía y mostraba en su
artículo «Comunicating Gender in the Public Sphere: Women and Information Technologies
8
in the MENA Region» cuál era el papel de las mujeres en la conformación, el impacto y la
redefinición de la esfera pública con su producción de discursos e imágenes alternativos
sobre la condición de ser mujer, la ciudadanía y la participación política de estas en sus
sociedades. Con su actividad y uso de las nuevas tecnologías, las mujeres en el mundo árabe
están redefiniendo los roles patriarcales y poniendo en cuestión las instituciones que
sociocultural, económica y políticamente los sustentan.
TRES
BLOGUERAS
EGIPCIAS
9
Como explica Tarek El-‐Ariss :
“In
this
cultural
landscape,
a
new
generation
is
looking
for
a
literary
voice,
an
articulation
of
a
cultural
experience
that
can
no
longer
be
understood
in
terms
of
neatly
organized
binary
oppositions
of
resistance
and
imperialism,
East
and
West,
and
tradition
and
modernity.
Facebook,
MySpace,
and
Twitter,
cellular
phones
and
text
messaging
have
allowed
Arab
writers
to
articulate
new
identities
and
experiences,
as
they
mix
languages,
address
the
reader,
and
blur
the
distinction
between
traditional
genres.”
(pg.
534)
Las blogueras que aquí tratamos, Rehab Bassam, Ghada Abdel Aal y Ghada Mohamed
Mahmoud, no forman parte de la potente blogosfera política que centra la atención de la
mayoría de estudios e investigaciones, sino que forman parte de una nueva generación de
escritores, más o menos representativos de la literatura contemporánea egipcia, y que
encarnan en sus textos los efectos de las nuevas tecnologías intercalados con el contexto
sociopolítico egipcio.
Rehab Bassam, Ghada Abdel Aal y Ghada Mohamed Mahmoud entraron a formar parte
10
de la blogosfera árabe entre 2004 y 2006 , comenzando a escribir de una manera no
profesional para expresar sus pensamientos y su personalidad en un mundo digital que ha
ofrecido a los jóvenes egipcios, durante los últimos años, una puerta a su libertad de
expresión. En el año 2008, la editorial Dar al-‐Shorouk, que predominantemente (re)publica
8
SKALLI, Loubna H., «Communicating Gender in the Public Sphere: Women and
Information Technologies in the MENA Region». Journal
of
Middle
East
Women’s
Studies,
vol. 2, núm 2 (2006), pp. 35-‐59.
9
EL-‐ARISS, Tarek, «Hacking the Modern: Arabic Writing in the Virtual Age». Comparative
Literature
Studies, vol. 47, núm 4 (2010), pp. 533-‐548.
10
Como hemos indicado más arriba, Rehab Bassam habría empezado en el año 2000 a
escribir un blog, pero lo hizo en inglés y de manera poco frecuente, no fue hasta 2004
cuando empezó a escribir en árabe y con regularidad.
612
|
clásicos de la literatura árabe y no tiene la consideración de editorial vanguardista, decidió
publicar los blogs de estas tres autoras que habían tenido un gran éxito en la red. Y cabe
11
destacar, como señala Hoda Elsadda , que “algunos de los temas que se tratan a penas
12
pueden ser considerados como “alta” literatura por el establishment literario árabe” (pg.
315). La consideración de estos textos, sin contenido político y fuera del canon de la literatura
árabe, recae en el hecho de la repercusión que han llegado a tener, pues todos ellos llevan
varias ediciones e incluso alguno ha sido traducido a otros idiomas y convertido en una serie
de televisión.
13
Arroz
con
leche
para
dos , de Rehab Bassam, es una recopilación de cuentos cortos, uno
de los géneros literarios por excelencia de la literatura árabe. Sus narraciones breves son
ágiles e incisivas, llenas de humor y cargadas de una reflexión social y personal sobre la
situación de la mujer egipcia de clase media y que ronda los treinta años de edad. Esta
reflexión se debe enmarcar en un país y en una época, pero no se puede ignorar su tono
14
universalista debido al elemento del género. En la obra Me
quiero
casar! , Ghada Abdel Aal
explica, haciendo uso del dialecto egipcio y con gran sentido del humor, varios casos de
propuestas de matrimonio frustradas intercalados con quejas y críticas por las presiones que
sufren las jóvenes egipcias para que encuentren un buen pretendiente y se casen. En Este
es
15
mi
baile , Ghada Mohamed Mahmoud escribe en primera persona sobre sus anhelos y la
constante búsqueda de la felicidad en las cosas cotidianas.
A pesar de no ser obras políticas, no podemos quedarnos con la idea de que son meras
obras literarias pues, en estos tres casos en particular y en los blogs literarios árabes en
general, el encuentro entre la literatura árabe y el blog lleva a un nuevo género situado en la
intersección entre lo local y lo global, y es importante moverse más allá de los debates entre
modernismo y postmodernismo para reconocer el tipo de negociaciones e innovaciones que
se están formando en estos nuevos trabajos (El-‐Ariss, 2010:544). El principal interés del
fenómeno de las escritoras egipcias 2.0 recae en la estrecha relación entre las
reivindicaciones implícitas en los textos y el público consumidor que ha hecho que estas
obras hayan tenido una gran difusión. Sin contenido inicialmente o aparentemente político,
la identificación de un gran público con las manifestaciones de estas autoras han conseguido
una repercusión social que posiblemente no se hubiera conseguido por otra vía con la misma
11
ELSADDA, Hoda, «Arab Women Bloggers: The Emergence of Literary Counterpublics».
Middle
East
Journal
of
Culture
and
Communication, vol. 3 (2010), pp. 312-‐332.
12
Cita traducida por la autora.
Título traducido por la autora del original árabe Urz
bil-‐laban
li-‐shakhsayn. En julio de 2012
la obra se encontraba en su séptima edición.
14
Título traducido por la autora del original árabe ‘Ayza
atagawiz. En agosto de 2010 el libro
había llegado a la novena edición en árabe y, hasta septiembre de 2013, ha sido traducido a
varios idiomas (inglés, italiano, alemán y neerlandés). En 2010 fue convertido en una serie
de televisión.
15
Título traducido por la autora del original árabe Ama
hathihi
fa
raqsati
ana. En enero de
2009 el libro había llegado a la tercera edición.
13
613
|
naturalidad (como una campaña política o un movimiento reivindicativo): la difusión en la
esfera pública de temas como el matrimonio o las reivindicaciones vitales de una treintañera
cairota.
ACTIVISMO
DE
MUJERES
Y
GRAFFITI
EN
EGIPTO
La autora de Revolution
Graffiti, Mia Gröndahl, señala que aunque los graffiti empezaron
como una rama de las protestas políticas contra Mubarak, ese ya no es el caso y ahora vemos
que se trasladan del ámbito solamente político a los temas sociales a los que se enfrentan los
16
egipcios actualmente . La respuesta a un régimen cuya política de estado controlaba los
espacios públicos y hacía prácticamente imposible el arte en la calle (principalmente en la
capital) es también ahora una expresión de reivindicación y muestra de la preocupación por
los problemas sociales que han llevado al país a la situación actual. Es en este contexto donde
las protestas por la situación social de la mujer encuentran su lugar y una importante arma en
su favor.
Una gran parte de la producción de graffiti hecha por mujeres en los últimos dos años en
Egipto, ha ido ligada a las campañas de reivindicación de derechos de las mujeres que han
ganado especial fuerza en el país a partir de las revueltas. Numerosos grupos, asociaciones e
institutos marcan la historia de la lucha por los derechos de la mujer en este país (que tiene
17
una larga tradición de reivindicación y activismo y es cuna del feminismo árabe ) y con las
revueltas de la Primavera Árabe han visto la oportunidad de conseguir los cambios deseados.
Como reacción a los acontecimientos de la zona y frente a la posibilidad de ver abortada la
revolución, surgió la campaña The Uprising of Women in the Arab World, promovida por
numerosos activistas de todo el mundo árabe y con una especial relevancia en Egipto. Esta
ha sido muy visual desde sus inicios y se ha servido de la imagen para conseguir un impacto
inmediato, directo y transnacional. Uno de sus focos principales ha sido la lucha en contra del
acoso sexual, el problema endémico de Egipto, que se ha intensificado con las revueltas.
Los datos de las encuestas del 2008 que realizó el Egyptian Center for Women’s Rights, y
que aun hoy en día se usan para tratar el tema, pusieron de relieve uno de los problemas
sociales que más afectan a las mujeres egipcias ya que el 83% de ellas ha sufrido acoso sexual
por la calle al menos una vez en su vida y casi la mitad de ellas lo sufre a diario. De las
extranjeras entrevistadas, un 98% de ellas había sufrido algún tipo de acoso sexual estando
en Egipto. Y el 62% de los hombres admitió haber acosado a una mujer alguna vez. En el
contexto de las manifestaciones contra el gobierno desde 2011, tanto antes como después de
la caída de Mubarak, las agresiones sexuales han aumentado y se han intensificado. Se han
conocido numerosas noticias y denuncias sobre las violaciones y los test de virginidad
16
CASEY, Nicholas, «Graffiti is Redefining Public Spaces in Post-‐Revolutionary Cairo»,
http://blogs.wsj.com/middleeast/2013/05/26/graffiti-‐is-‐redefining-‐public-‐spaces-‐in-‐post-‐
revolutionary-‐cairo/, 26/05/2013.
17
PEPICELLI, Renata, Femminismo islamico: Corano, diritti, riforme. Roma, Carocci, 2010.
614
|
sufridos por las manifestantes en la plaza Tahrir y sus alrededores. Frente a este problema ha
nacido la iniciativa de Harassmap, para poner en un mapa los casos de violencia sexual contra
18
las mujeres, ofrecer números de ayuda y prevenir más ataques en los días de protesta .
Los dos movimientos citados, tanto The Uprising of Women in the Arab World como
Harassmap, han producido y promovido numerosas imágenes para difundir su lucha y los
muros del Cairo se han visto llenos de estas: el propio emblema de The Uprising
representado por la cara de una mujer y el mapa de los países árabes como pelo, la imagen
de Nefertiti con una máscara de gas o el sujetador azul que recuerda el ataque cerca de Tahrir
de una manifestante, fotografía que tuvo una gran difusión. Utilizando plantillas, estas
imágenes han propagado su estampa tanto en paredes, como en pancartas o camisetas y su
mensaje universal ha sido transmitido.
Por otro lado, el grupo artístico NooNeswa (formado por hombres y mujeres) y su
proyecto Graffiti Harimi también han enfocado gran parte de su lucha contra el acoso sexual
de las mujeres. Además, su producción se ha servido de mujeres famosas de la cultura
egipcia (sobre todo, actrices y cantantes) a las que han pintado con mensajes políticos
provocadores. La reclamación del espacio público para las mujeres ha sido y es el principal
motor ideológico de este grupo de artistas.
También encontramos el proyecto Women on Walls (WOW) creado por la arriba citada
Mia Gröndahl y Angie Balata. Nacido como una campaña para promover el empoderamiento
de la mujer, ha crecido hasta convertirse en una plataforma artística experimental en la que
participan alrededor de unos 60 artistas. La idea inicial fue crear un proyecto en el que se
combinaran la creatividad de los graffiti y el arte de la calle egipcios con el tema del
empoderamiento de la mujer. La primera fase, que se llevó a cabo de marzo a mayo de 2013,
consistió en escoger un garaje que los artistas pintaron, sin normas ni restricciones. Entre
otros temas, se trató el acoso sexual, el papel de la mujer en la sociedad y en la cultura y la
violencia contra las mujeres. Debido al éxito y la repercusión que tuvo, el proyecto ha seguido
desarrollándose y ha traspasado fronteras (a principio de septiembre de 2013, el proyecto se
ha llevado a Dinamarca).
REIVINDICACIONES
Estas dos expresiones culturales representan una emergencia de la subjetividad de las
mujeres, con un gran contenido sociopolítico. Las tres blogueras tratadas tienen deseo de
escritura y, a la vez, también defienden sus derechos y aspiran a transformar el mundo desde
su experiencia, quieren ser tenidas en cuenta como sujetos y como ciudadanas. Las blogueras
no se autodefinen como feministas en sus blogs y esto nos llevaría a preguntarnos si
podemos considerarlos políticos o no. Si hacemos esta interpretación de sus escritos, como
transformadoras del mundo desde la experiencia, sus blogs también son escritura política, de
una acción política para favorecer a las mujeres. Una lectura crítica del texto nos lleva a estar
18
http://harassmap.org/en/
615
|
identificando unas reivindicaciones sociales constantes pero, a pesar de ello, no podemos
considerar las autoras como activistas y, posiblemente, alguna de ellas nunca habría escrito si
internet y la estructura de los blogs no se lo hubiera permitido.
Blogs y graffiti parten de una intención autorial distinta, siendo la del segundo
claramente política y social, pero los aspectos reivindicativos los encontramos en los dos
casos. La intención autorial en los dos formatos es artística y es aquí donde encontramos su
valor como expresión cultural, es el papel de las mujeres redefiniendo espacios culturales. El
hecho que los dos tipos de expresiones se sirvan de formas que transgreden las formas del
arte y la literatura establecidos (del cultural
establishment) nos lleva a identificar la propia
forma como una reivindicación. ¿Por qué las mujeres utilizan estas formas de expresión?
Podríamos entender que como el establishment
actual no las contempla, ellas no contemplan
las “formas establecidas” en su producción cultural.
19
Las dos son expresiones innovadoras y destinadas al gran público. Son formatos
actuales, más contundentes y más directos en su relación con el público (especialmente el
graffiti), sin intermediarios y con la autocensura como único tipo de censura. Estamos
delante de formas de cultura popular. Estas escritoras y artistas no están jugando a ser
aceptadas por el establishment actual y se sirven de formas de cultura popular para llegar a
un público más amplio y así lanzar un mensaje más directo. Sus objetivos de comunicación y
activismo van de la mano de las formas artística y literaria elegidas. En los dos casos tenemos
un destinatario común: el gran público. Ni blogueras ni artistas pretenden lanzar su mensaje
exclusivamente a las mujeres.
Una de las principales diferencias entre estas dos expresiones culturales viene
directamente condicionada por el contexto: Egipto. En general, el acceso a internet es,
obviamente, siempre más limitado que el “acceso a la calle” pero, especialmente, en este
país, donde una gran parte de la población no tiene conexión a la red, el graffiti puede tener
una mayor repercusión. Hay también que tener en cuenta que los tres blogs aquí tratados
fueron publicados en papel y es que mientras en Occidente, hoy en día, mantenemos el
debate de si el libro en papel se perderá a favor de la literatura electrónica, en Egipto, aun
actualmente, si se quiere llegar al gran público, se debe publicar en papel. Es decir, el gran
paso de difusión de estas tres autoras fue el del blog al libro.
Otra diferencia la veríamos en el proceso de creación. El blog es una escritura solitaria, que
implica un cierto grado de intimidad, a pesar de que luego esta pueda quedar expuesta al gran
público. El graffiti, por el contrario, se trata de una escritura pública.
Si hay algo que transmiten tanto artistas como blogueras es el hecho de que lo importante
es el mensaje o el texto y no sus autoras. En el caso de los graffiti (la mayoría consisten en una
imagen y una palabra o frase de contenido político) puede resultarnos más clara esta idea, pero
19
A pesar de que el graffiti tiene su origen en los años 20, aquí lo consideramos innovador
ya que sigue siendo considerado fuera de las formas del arte establecido.
616
|
el formato blog, precisamente, ofrece esa distinción respecto del libro y el hecho de que las
blogueras aquí estudiadas usaran inicialmente pseudónimos, refuerza esta tesis.
A pesar de que las mujeres, como protagonistas de estas dos expresiones culturales, juegan
roles distintos (en el caso de los graffiti son víctimas y luchadoras contra las agresiones sexuales
o activistas políticas por sus derechos, mientras que en los blogs literarios son protagonistas que
explican su día a día y las “dificultades” con las que se encuentran), vemos similitudes como es la
representación del cuerpo de la mujer. Por ejemplo, en la imagen de Mira Shihadeh en la que
una mujer asusta a los hombres con spray como si fueran insectos, la mujer va vestida con ropa
arrapada, maquillada y con hiyab, imagen que hace referencia a la hipocresía de la sociedad
árabe, y egipcia en particular, con respecto a la imagen de la mujer. Esta misma imagen, junto
con la crítica a la sociedad, nos la describe Ghada Abdel Aal en su blog cuando relata cómo se
preparan las chicas cuando van a conocer a su pretendiente: se ponen sus mejores vestidos y
usan mucho maquillaje, pero deben quedarse calladas y sonreír, encajar en el papel de mujeres
que necesitan a un hombre que las proteja. La crítica de esta bloguera la encontramos siempre
acompañada de grandes dosis de humor y parodia. Y así también nos describe Rehab Bassam
varias situaciones de la vida cotidiana de su protagonista, aunque el tono se vuelve más serio
cuando describe imágenes que se puede identificar con el acoso sexual a las mujeres. También
con sentido del humor leemos a Ghada Mohamed Mahmoud cuando dice que, para hacerle un
sitio a la felicidad, se quita de los pies los boletines de noticias y la “tristeza árabe” como si
fueran calcetines sucios, transmitiéndonos la conciencia de la situación en el mundo árabe con
esa expresión.
CONCLUSIONES
Como ya hemos comentado, a pesar de que la intención autorial de blogueras y la de
artistas sean bastante distintas y alejadas, la reivindicación de un espacio de expresión se
manifiesta en los dos formatos. Lo que tienen en común estos dos tipos de expresiones
culturales llevados a cabo por mujeres es la demanda de su lugar en el espacio público por vías
que se encuentran fuera del establishment cultural. Nos demuestran que la forma sí que importa
y cómo a través de ella se intenta concienciar a la población.
La producción cultural de las mujeres egipcias de principios del siglo XXI lo tiene difícil para
quedarse al margen del contexto sociopolítico del país y, directa o indirectamente, interviene en
la conformación de este. Estamos delante de una nueva forma de negociación del terreno en la
esfera pública, donde las mujeres tienen armas suficientes para hacerse ver y oír y medios para
llegar a todas partes.
617
|
LA
BRECHA
DIGITAL
DE
GÉNERO
EN
EL
ACCESO
A
INTERNET:
RESULTADOS
DE
ESPAÑA
EN
EL
CONTEXTO
EUROPEO
José
Luis
Martínez
Cantos
INTRODUCCIÓN
En la última década hemos asistido a una expansión apreciable del uso de las tecnologías
de la información y la comunicación (TIC), con especial protagonismo de Internet. Poniendo
como ejemplo el caso de España, entre 2004 y 2011 la proporción de hogares con conexión
de banda ancha pasó del 14,7% al 61,9% y la de personas de 16 a 74 años que usan Internet de
1
forma regular (al menos una vez por semana) creció desde un 31,0% hasta un 61,8% .
Las autoridades de prácticamente todos los países, sobre todo los más desarrollados,
han considerado positivos los efectos del proceso de expansión de las TIC. Pero, al mismo
tiempo, han mostrado una preocupación
por
las
nuevas
desigualdades
que
pueda
provocar
su
2
difusión
no
uniforme
entre
los
diferentes
colectivos
sociales . Este fenómeno adverso ha
recibido muchos nombres: brecha digital, desigualdad digital o exclusión digital (como
contrario de la e-‐inclusión), entre otros. La idea que subyace en todas esas nomenclaturas es
que si de las ventajas que se atribuyen a las TIC (mejoras en productividad, disponibilidad de
información, participación social y conocimiento) se benefician en mayor medida quienes por
su situación socioeconómica tienen más facilidades para acceder a estas tecnologías, es
posible que aumenten las distancias entre quienes tienen una posición privilegiada y quienes
no. Toda esta problemática es la que ha impulsado, en términos políticos, multitud de
iniciativas institucionales –por ejemplo, en las estrategias de la Unión Europea para la
3
Sociedad de la Información – y, en términos académicos, la proliferación de un número
importante de investigaciones.
1
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, 2011: «Encuesta sobre Equipamiento y Uso de
Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Año 2011»,
http://www.ine.es/prensa/np678.pdf [28 de Diciembre de 2011]
2
NTIA, 1998: «Falling through the Net II: New Data on the Digital Divide»,
http://www.ntia.doc.gov/files/ntia/publications/falling-‐through-‐net-‐ii.pdf [28 de Diciembre
de 2011]. NTIA, 1999: «Falling Through the Net: Defining the Digital Divide»,
http://www.ntia.doc.gov/legacy/ntiahome/fttn99/contents.html [28 de Diciembre de 2011].
GUNKEL, David J., «Second Thoughts: Toward a Critique of the Digital Divide». New
Media
&
Society, vol. 5, núm 4 (2003), pp. 499-‐522.
3
EUROPEAN COMMISSION, 2005: «i2010 -‐ A European Information Society for growth and
employment»,
http://eur-‐
618
|
El presente trabajo se sitúa en este contexto, pero centrándose en una brecha digital
concreta: la de género. ¿De dónde proviene el interés por la “brecha digital de género”? Se ha
observado que históricamente las mujeres (entre otros grupos sociales) han sufrido una
4
significativa exclusión en cuanto a la utilización y el control de las tecnologías , por lo que era
posible que sucediese algo similar con la evolución de Internet. La perspectiva de género ha
tenido, en consecuencia, su propio hueco de atención dentro del tratamiento de este
5
fenómeno y la pregunta de fondo ha sido: ¿Existe
desigualdad
entre
hombres
y
mujeres
en
el
acceso
a
las
TIC
y
en
los
beneficios
de
su
uso?
Algunos informes oficiales han tratado esta cuestión con un escaso número de
indicadores: principalmente con la diferencia entre hombres y mujeres en el uso “regular” de
Internet (como la nota de prensa antes indicada del INE, 2011: 5). Siguiendo sólo unas pocas
variables como esa puede parecer que la desigualdad de género existió en un momento
inicial de la aparición de Internet, pero que ahora se va cerrando de una forma “natural” a
medida que su presencia se extiende a nivel doméstico. No obstante, ante esa tentación de
zanjar el asunto con una rápida respuesta se deben señalar, al menos, las siguientes
objeciones o advertencias.
1.
Dimensiones
de
la
brecha
digital
y
habilidades
digitales
En primer lugar, la brecha o desigualdad digital no se limita únicamente a un indicador
como el citado. Las TIC, y en particular Internet, son tecnologías multifuncionales y
complejas. Por lo tanto, para analizar el acceso a ellas hay que fijarse en cómo se usan y qué
6
resultados se obtienen . Es decir, hay
una
serie
de
dimensiones
donde
dirigir
la
atención
si
se
lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2005:0229:FIN:EN:PDF [15 de febrero
de 2012]
4
COCKBURN, Cynthia, Brothers:
Male
Dominance
and
Technological
Change. London: Pluto
Press, 1983. JACOBS, Jerry A. y LIM, Suet T., «Trends in occupational and industrial sex
segregation in 56 countries, 1960-‐1980». Special Issue: Sex segregation and gender
stratification. Work
and
Occupations, vol. 19 no.4 (1992), pp. 450-‐486. SHAVIT, Yossi,
MÜLLER, Walter y CLARE, Tame (Edits.), From
School
to
Work:
a
Comparative
Study
of
Educational
Qualifications
and
Occupational
Destinations. Oxford: Clarendon Press, 1998.
WAJCMAN, Judy, Techno
feminism. Cambridge: Polity, 2004.
5
BIMBER, Bruce, «Measuring the gender gap on the Internet». Social
Science
Quarterly, vol.
81, núm 3 (2000), pp. 1-‐10. KENNEDY, Tracy, WELLMAN, Barry, y KLEMENT, Kristine,
«Gendering the Digital Divide». IT
&
Society, vol. 1, núm 5 (2003), pp. 72-‐96. ONO, Hiroshi, y
ZAVODNY, Madeline, «Gender and the Internet». Social
Science
Quarterly, vol. 84, núm 1
(2003), pp. 111-‐121. DHOLAKIA, Ruby R., DHOLAKIA, Nikhilesh y KSHETRI, Nir, «Gender
and the Internet Usage», en BIDGOLI, Hossein (Ed.), The
Internet
Encyclopedia (vol. 2). New
York: John Wiley & Sons, 2004, pp. 12-‐20.
6
DIMAGGIO, Paul y HARGITTAI, Eszter, «From the 'Digital Divide' to 'Digital Inequality':
Studying Internet Use as Penetration Increases». Princeton
Center
for
Arts
and
Cultural
Policy
Studies,
Working
Paper,
15, 2001. WARSCHAUER, Mark, Technology
and
Social
Inclusion.
Rethinking
the
Digital
Divide. Cambridge: MIT Press, 2003. VAN DIJK, Jan, The
619
|
quiere
comprender
mejor
el
fenómeno
de
la
desigualdad
en
el
aprovechamiento
de
las
nuevas
TIC, como por ejemplo la
calidad
de
acceso
a
Internet,
los
lugares
y
dispositivos
de
conexión,
las
e-‐habilidades
o
los
patrones
de
usos. Esta multidimensionalidad y la distinta intensidad en
unas u otras áreas dan lugar, asimismo, a una variedad
de
perfiles
de
personas
usuarias
de
Internet.
De entre todas las dimensiones que conforman el acceso a las TIC, en este trabajo nos
centraremos en el acceso
material, es decir, en la disponibilidad y el uso no esporádico del
equipamiento necesario para un aprovechamiento pleno de las posibilidades de Internet.
2.
La
perspectiva
dinámica
de
la
brecha
digital
En segundo lugar, hablar
de
Internet
no
es
hablar
de
una
tecnología
estática, sino que se
7
trata de una realidad en continuo cambio. Al igual que otras tecnologías , la difusión de
Internet ha pasado por una serie de fases que han sido analizadas en relación con las brechas
digitales surgidas en cada momento: primero, entre usuarios y no usuarios y,
8
posteriormente, entre los propios usuarios . Estos temas han sido centrales en la evolución
de los estudios al respecto de la brecha digital y han llevado a considerarla,
9
indefectiblemente, un fenómeno
dinámico
complejo o moving
target . Pero también hay que
considerar que Internet
se
reconfigura
sucesivamente
con
nuevas
aplicaciones
y
el
desarrollo
de
nuevas
posibilidades
de
acceso.
10
En la actualidad, habiéndose alcanzado una considerable expansión de la banda ancha ,
se hace notable el incremento del número de personas que se conectan en todo momento y
lugar mediante múltiples dispositivos móviles-‐portátiles a las redes inalámbricas (3G, Wi-‐Fi o
de otro tipo). Concretamente en España, el porcentaje de población internauta (usuaria en
los últimos tres meses) que había empleado un teléfono móvil de banda ancha para
Deepening
Divide.
Inequality
in
the
Information
Society. Thousand Oaks, CA: Sage
Publications, 2005.
7
ROGERS, Everett M., «The Digital Divide». Convergence:
The
International
Journal
of
Research
into
New
Media
Technologies, vol. 7, núm 4 (2001), pp. 96-‐111.
8
MOLNÁR, Szilárd, 2003, «The explanation frame of the digital divide».
http://tatk.academia.edu/SzilardMolnar/Papers/1347373/The_explanation_frame_of_the_di
gital_divide [15 de febrero de 2012]
9
COMPAINE, Benjamin M. (Ed.), The
Digital
Divide.
Faicing
a
Crisis
or
Creating
a
Myth?
Cambridge, MA: MIT Press, 2001. VAN DIJK, Jan y HACKER, Ken, «The digital divide as a
complex and dynamic phenomenon». The
Information
Society, 2003, pp. 315-‐326.
10
EUROSTAT, 2011, «Internet use in households and by individuals in 2011». Statistics in
focus, 66/2011. http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_OFFPUB/KS-‐SF-‐11-‐066/EN/KS-‐
SF-‐11-‐066-‐EN.PDF [15 de febrero de 2012]
620
|
conectarse llegó al 20,3% en 2010, acercándose al 24,3% que ya lo hacía con un ordenador
11
portátil .
Los nuevos dispositivos aumentan las oportunidades que ofrece Internet, pero también
requieren, como es habitual, inversión económica, predisposición y ciertas habilidades por
parte de quienes los adoptan. Llegamos aquí a una cuestión clave en nuestra investigación y
que hace necesario replantear algunas preguntas relativas a las diferencias de inclusión
digital desde la perspectiva de género: ¿Vuelve a aparecer otra brecha entre hombres y
mujeres en el uso de Internet móvil, siendo de nuevo ellos quienes lo adoptan relativamente
antes y se apropian ventajosamente de sus utilidades? En España, algunos informes y
12
estudios parecen indicar que la respuesta puede ser afirmativa . La confirmación de este
fenómeno provocaría otra reflexión: ¿La brecha digital de género se “reproduce” cada vez
que surge un nuevo dispositivo o un nuevo servicio on-‐line, que en sí mismos podrían
considerarse una nueva tecnología?
PREGUNTAS
E
HIPÓTESIS
DE
INVESTIGACIÓN
Una vez expuestas las cuestiones de fondo que surgen al abordar la brecha
de
género
en
acceso
material, este trabajo se propone concretamente conocer su evolución en España y
Europa entre los años 2006 y 2010. Para ordenar los distintos elementos a tratar dentro de
este objetivo general, se plantean una serie de preguntas e hipótesis de investigación a
responder y contrastar:
- Pregunta 1:¿Se han reducido las desigualdades de género en términos de acceso
material?
- Pregunta 2:Ante la aparición de nuevos dispositivos para conectarse, ¿están
reproduciéndose las brechas digitales de género?
H1:Las brechas digitales de género se cierran progresivamente desde una “perspectiva
estática” en acceso a Internet, en términos generales.
H2:Desde una “perspectiva dinámica”, vuelven a aparecer disparidades de género en la
adopción de dispositivos con Internet móvil.
- Pregunta 3:¿Existe, en el conjunto de países europeos, una relación directa entre el
grado de adopción de las TIC y la magnitud de la brecha de género?
11
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, 2010, «Encuesta sobre Equipamiento y Uso de
Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Año 2010».
http://www.ine.es/prensa/np620.pdf [15 de febrero de 2012]
12
FUNDACIÓN ORANGE, 2011, «eEspaña 2011. Informe anual sobre el desarrollo de la
sociedad de la información en España». http://www.informeeespana.es/docs/eE2011.pdf
[15 de febrero de 2012]. FUNDACIÓN TELEFÓNICA, 2012, « La Sociedad de la Información
en España 2011». http://e-‐
libros.fundacion.telefonica.com/sie11/aplicacion_sie/ParteA/pdf/SiE_2011.pdf [15 de
febrero de 2012]. VICENTE CUERVO, María R., «Análisis de la difusión de la internet móvil
en España». Cuadernos
económicos
de
ICE, núm 81 (2011), 155-‐176.
621
|
- Pregunta 4:¿La evolución de la brecha de género en acceso material ha sido igual en
todos los países de Europa?
H3:Las brechas de género en acceso material no tienen una relación lineal directa con el
nivel de penetración de las TIC en un país.
H4:La evolución de las brechas digitales de género no tiene el mismo ritmo ni la misma
tendencia en todos los lugares.
H5:Los fenómenos de nuevas brechas digitales de género están bastante generalizados,
sucediendo incluso en países con niveles distintos de penetración de Internet y otras TIC
relacionadas.
METODOLOGÍA
Este trabajo, por tanto, se centrará en el análisis de las disparidades de género en acceso
material a Internet. Sin conllevar ninguna incompatibilidad de conexión y colaboración con
otras investigaciones cualitativas en el mismo campo, esta investigación se delimita en un
enfoque
metodológico
cuantitativo.
1.
Fuente
estadística
Para desarrollar esta línea se recurrirá a una herramienta que, en principio, resulta muy
útil para analizar los puntos expuestos anteriormente: la Community
Survey
on
ICT
usage
in
13
households
and
by
individuals
de Eurostat . Se trata de un instrumento que coordina los
contenidos mínimos y recopila en una base de datos los principales resultados de las
encuestas relativas a uso de TIC que se realizan en los distintos países miembros de la Unión
14
Europea y su entorno . Se trabaja, por tanto, con una fuente
secundaria integrada en las
estrategias de la Unión Europea para el desarrollo de la Sociedad de la Información. Con esta
información estadística la UE busca conocer mejor la situación en este ámbito y supervisar la
evolución de los objetivos políticos mediante indicadores.
Para que los datos sean comparables a nivel transnacional es necesario un esfuerzo de
armonización, estableciendo los criterios de la regulación comunitaria y los benchmarking
15
frameworks
en la materia . Las oficinas estadísticas nacionales recogen la información
13
Sitio web de la encuesta dentro de la página de Eurostat (acceso disponible a 28-‐12-‐2012):
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/information_society/introduction/
14
Por ejemplo, los datos de España comentados en una sección anterior corresponden a la
Encuesta
sobre
equipamiento
y
uso
de
las
tecnologías
de
la
información
en
los
hogares del INE
(http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t25/p450&file=inebase&L=0, a 15 de
febrero de 2012), que sigue las indicaciones de Eurostat.
15
i2010 HIGH LEVEL GROUP, 2009, «Benchmarking Digital Europe 2011-‐2015 – a
conceptual framework»,
http://ec.europa.eu/information_society/eeurope/i2010/docs/benchmarking/benchmarking
_digital_europe_2011-‐2015.pdf [15 de febrero de 2012]
622
|
solicitada a través de entrevistas por muestreo y cuestionarios definidos sobre los
equipamientos tecnológicos de los hogares, las habilidades digitales, los usos de Internet,
etc. En algunos casos se introducen preguntas o apartados complementarios, pero se respeta
un cuerpo básico de preguntas. Posteriormente, estas oficinas remiten anualmente los
resultados (resumidos y agregados en indicadores) a Eurostat, y ésta los centraliza en una
base de datos común.
Como consecuencia de todo este proceso tenemos disponible una base de datos
16
agregados de todos los países participantes. A ella que se puede acceder on-‐line (con
aplicaciones de tablas y gráficos personalizables) o descargarse en formato de Microsoft
17
Access . Ha sufrido modificaciones desde sus inicios en 2002 hasta la actualidad, pero se han
mantenido sus características básicas: incluye indicadores extraídos de las encuestas
nacionales realizadas durante el primer cuatrimestre de cada año, abarcando la población de
16 a 74 años y los hogares que tengan al menos un miembro en ese intervalo de edad. En
definitiva, se trata de una base que permite comparar los resultados de un amplio conjunto
de países, aunque reúne sólo datos resumidos en estadísticos (no la información de las
muestras originales).
2.
Indicadores
y
análisis
de
la
brecha
de
género
Las variables objetivo o dependientes serán en este caso las que pueden utilizarse para
estimar el nivel de acceso material, así como las brechas entre hombres y mujeres en este
ámbito. Tenemos esencialmente tres bloques de variables que permitirán estimar la
situación de la brecha digital de género en esta dimensión: 1) “uso alguna vez” y “uso de
Internet en los últimos 3 meses” de Internet; 2) “lugar de conexión a Internet en los últimos 3
18
meses”, centrándonos en el propio hogar ; 3) “uso de dispositivos móviles para conectarse a
Internet en los últimos 3 meses”.
16
Son agregados porque presentan una selección y una agrupación concretas de las
variables (demográficas y socioeconómicas, por ejemplo) que contienen una información
que se encuentra más detallada en su origen. También, porque se refieren a estadísticos
resultantes del procesamiento de los datos (normalmente, los porcentajes de la población o
grupos de población que responden a las categorías de las variables objetivo, ya que éstas
suelen ser de tipo cualitativo).
17
Respectivamente, a través de los apartados “Database” y “Comprehensive databases” del
portal web:
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/information_society/introduction
18
El análisis de las ubicaciones donde se conecta la población se centrará en el hogar por
motivos de síntesis, pero también por su valor estratégico en la investigación: a) permite
analizar la evolución de Internet en lo referente a su expansión como tecnología doméstica,
pudiendo después compararse con el uso creciente de las redes inalámbricas y los
dispositivos móviles que suponen un paso más en el proceso de desarrollo de las TIC; b)
como señalan ciertos autores (por ejemplo, DIMAGGIO, Paul y HARGITTAI, Eszter, op. cit.),
el lugar donde probablemente se consigue mayor autonomía es en el propio hogar, puesto
que en otros sitios (puesto de trabajo, escuela, bibliotecas, etc.) se limitan los contenidos a
623
|
El análisis de los datos será básicamente descriptivo, pero aportando algunos elementos
novedosos a la estimación de la brecha de género. Se pretende conocer tanto el recorrido
(entre 2006 y 2010) de los indicadores de acceso material como la convergencia o divergencia
con el paso del tiempo entre los respectivos valores de mujeres y de hombres. Para analizar
mejor el segundo aspecto se utilizan las brechas
de
género, que son elaboraciones propias a
partir de los datos originales. La idea es enfrentar los porcentajes de hombres (Ph) y de
mujeres (Pm), pero hay varias formas de hacerlo. La primera y más sencilla sería restar ambas
proporciones para obtener una diferencia de puntos porcentuales. Sin embargo, siguiendo
los criterios de tamaño
del
efecto y potencia
estadística, atenderemos a la propuesta de Jacob
Cohen a la hora de estimar diferencias entre proporciones:
“If we were to define j = P1 – P2, and try to use j as our ES [effect size], we would soon
discover that the detectability of some given value of j, under given fixed conditions of a
[significance criterion] and n [sample size], would not be constant, but would vary depending
upon where along the scale of P between zero and one the value j occurred. Concretely,
when
1. P1 = .65 and P2 = .45, j = .65 -‐ .45 = .20; and when
2. P1 = .25 and P2 = .05, j = .25 -‐ .05 = .20 also.
But for these two equal differences of j = .20, given a2 = .05 and n = 46 (for example), the
power to detect the first difference (.65 -‐ .45) is .48, while the power for the second (.25 -‐ .05)
is .82. Thus, P does not provide a scale of equal units of detectability, hence the difference
between P’s is not an appropriate ES index.
[…] a nonlinear transformation of P provides a solution to the problem. When P’s are
transformed by the relationship.
Φ = 2 arcsin √P,
equal differences between Φ‘s are equally detectable. Thus, we define as the ES index
for a difference in proportions
h = Φ1 – Φ2 (directional)
[…]
Thus, unlike P1 – P2,
Φ1 – Φ2 = h gives values whose detectability does not depend on
whether the
Φ‘s (and hence the P’s) fall around the middle or on one side of their possible
19
range” .
los que se tiene acceso o el tiempo de uso, y tampoco se dispone de la privacidad a veces
deseable; c) analizar otros lugares de conexión, como el trabajo o el centro de estudios,
exigen un control de la situación laboral o formativa de las personas encuestadas si se desea
extraer conclusiones rigurosas.
19
COHEN, Jacob, Statistical Power Analysis for the Behavioral Sciences. New York:
Academic Press, 1997.
624
|
La diferencia en puntos porcentuales no parece, por tanto, tan conveniente como el
efecto
h de Cohen si lo que se busca es saber qué combinaciones de pares de proporciones
arrojan diferencias igualmente detectables (o igualmente importantes) para una potencia
estadística dada. El cálculo en cada caso sería:
Brecha de género = 2 arcsin (√Pm) -‐ 2 arcsin (√Ph)
El resultado de esta ecuación nos dará la distancia entre proporciones de hombres y
mujeres que han respondido afirmativamente a un ítem concreto de la encuesta o que
cumplen las condiciones de un indicador construido. Para identificar el sentido de la brecha
ha de tenerse en cuenta que
el
signo
negativo
indica
la
presencia
de
mayores
valores
en
los
hombres
respecto
a
las
mujeres,
y
el
signo
positivo
todo
lo
contrario. Tenemos un índice que
nos señala igualdad cuando es cero y desigualdad en los demás valores positivos o negativos,
que será mayor cuanto más alto sea el número.
Pero queda una cuestión por aclarar: ¿Cuál podemos considerar un tamaño de brecha
suficiente para decir que hay desigualdad relevante? Cohen ofrece unas orientaciones sobre
las que se puede comenzar a determinar el nivel óptimo en esta investigación. En el caso de
20
las diferencias entre proporciones, define tres niveles de tamaño del efecto :
- “Pequeño” si h = 0,2. Corresponde con la diferencia, por ejemplo, entre las siguientes
combinaciones de proporciones: 5% y 10%; 20% y 29%; 40% y 50%; 60% y 70%; 80% y 87%;
o 90% y 95%.
- “Mediano” si h = 0,5. Diferencia en casos como: 5% frente a 21%; 20% y 43%; 40% y
65%; 60% y 82%; 80% y 96%.
- “Grande” si h = 0,8. Sería la diferencia resultante entre pares de porcentajes como: 5%
y 34%; 20% y 58%; 40% y 78%; 60% y 92%; 80% y 96,6%.
En este trabajo, el umbral
de
desigualdad
se
situará
en
+/-‐0,2
puntos
de
efecto
h
o
de
brecha
de
género. Ello permite tener suficiente seguridad en que se puedan detectar
diferencias incluso “pequeñas” y poder así afirmar que las disparidades son significativas en
casos como el de diferencias de 10 puntos porcentuales cuando los valores se encuentran en
la mitad de la escala entre 0% y 100%. Valores que sobrepasen dicha horquilla serán
considerados indicios de asimetría entre hombres y mujeres, o incluso confirmaciones de
grandes diferencias si los valores se acercan a los siguientes peldaños de la escala.
RESULTADOS
En primer lugar analizaremos la evolución del acceso material y la brecha de género, a
partir del porcentaje
de
personas
que
han
usado
alguna
vez
Internet. Este primer indicador
presenta un incremento generalizado, esto es, una expansión progresiva de Internet en las
20
COHEN, Jacob, op.
cit.: 184-‐185.
625
|
sociedades actuales del continente. La población europea que había usado alguna vez
Internet pasó de ser un 57% en 2006 hasta un 73% en 2010 (Tabla 1)El uso de Internet se ha
extendido tanto entre hombres como entre mujeres, sin grandes brechas de género entre
2006 y 2010, aunque hay una pequeña desventaja femenina.
Tabla
1.
Uso
de
Internet
alguna
vez
(porcentajes
sobre
total
de
la
población
y
brecha
de
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat
All
EU-27
Euro Area
Iceland
Norway
Sweden
Luxembourg
Netherlands
Denmark
Finland
United King.
Germany
Slovakia
Belgium
France
Estonia
Austria
Ireland
Czech Rep.
Slovenia
Latvia
Spain
Hungary
Lithuania
Poland
Malta
Croatia
:
Italy
Macedonia
Cyprus
Portugal
Bulgaria
Greece
Romania
Turkey
:
Males
57
58
91
83
90
73
84
90
82
71 :
74
59
66
54
66
66
58
51
57
55
53
48
46
48
42
:
38
31
38
40
29
35
26
:
2006
Females Gender Gap
61
62
92
86
91
82
87
91
84
54
54
90
81
89
64
81
88
81
67
70
57
63
51
65
62
58
49
52
54
50
48
45
46
40
77
62
70
58
67
71
59
53
61
57
56
49
47
50
44
:
43
36
41
43
30
39
28
33
26
36
37
28
31
24
:
-0,142
-0,162
-0,070 :
-0,135
-0,067
-0,411
-0,164
-0,098
-0,079
-0,159
-0,102
-0,148
-0,141
-0,042
-0,191
-0,020
-0,080
-0,182
-0,060
-0,120
-0,020
-0,040
-0,080
-0,081
-0,206
-0,217
-0,103
-0,123
-0,044
-0,168
-0,091
-
All
Males
73
73
2010
Females Gender Gap
76
77
:
94
93
92
92
90
89
87
83
83
81
80
78
77
73
72
72
71
68
68
65
65
64
58
56
56
55
54
49
48
43
42
70
70
:
96
94
95
94
91
90
89
87
86
85
81
78
82
71
75
74
72
71
69
65
67
69
67
62
59
57
59
50
52
45
52
93
93
89
90
89
89
86
80
79
78
78
78
72
74
69
69
70
66
67
64
63
60
50
51
52
53
50
48
43
41
32
-0,135
-0,159
-0,133
-0,041
-0,225
-0,149
-0,067
-0,033
-0,091
-0,190
-0,185
-0,181
-0,074
0,000
-0,239
0,067
-0,134
-0,111
-0,044
-0,108
-0,043
-0,021
-0,084
-0,188
-0,347
-0,222
-0,141
-0,080
-0,181
-0,040
-0,180
-0,081
-0,408
Correlation All-Gender Gap
-0,067 Correlation All-Gender Gap
0,254
España se sitúa ligeramente por debajo de la media europea en cuanto a adopción de
Internet y considerablemente alejada de los primeros puestos del ranking. Por otro lado, sus
niveles de brecha de género se encuentran en torno a la media de la UE-‐27, con algo más de
igualdad si cabe.
Los países a la cabeza en adopción son principalmente los nórdicos (junto con
Luxemburgo, Holanda o Reino Unido, por ejemplo). Destaca el hecho de que estos países no
626
|
sólo muestran grandes porcentajes de población que ha usado Internet (en torno al 90%) sino
también altos niveles de igualdad de género (es decir, brechas reducidas).
Respecto al uso
de
Internet
en
los
últimos
3
meses (Tabla 2) los resultados son muy
parecidos a los anteriores: el porcentaje de población en la UE-‐27 pasó del 52% al 69% entre
2006 y 2010. Por tanto, si tomamos este indicador como una aproximación al “acceso
efectivo”, los datos señalan que es muy reducida la tasa de personas que han utilizado alguna
vez Internet y después no mantienen un uso “habitual” o “actualizado”. Por otro lado, se
observa una asimetría entre mujeres y hombres, pero los niveles no llegan al umbral de
significatividad.
Tabla
2.
Uso
de
Internet
en
los
últimos
3
meses
(porcentajes
sobre
total
de
la
población
y
brecha
de
género)
All
EU-27
Euro area
Iceland
Norway
Sweden
Luxembourg
Netherlands
Denmark
Finland
United King.
Germany
Belgium
Slovakia
France
Estonia
Austria
Slovenia
Ireland
Czech Rep.
Latvia
Spain
Hungary
Malta
Lithuania
Poland
Croatia
:
Cyprus
Macedonia
Italy
Portugal
Greece
Bulgaria
Turkey
:
Romania
Males
52
53
88
81
86
71
81
83
77
66
69
62
50
47
61
61
51
51
44
50
48
45
38
42
40
2006
Females
56
57
89
84
88
81
85
85
79
70
73
66
53
50
62
67
55
52
46
52
52
46
41
43
42
:
34
25
36
36
29
24
:
36
30
42
39
34
25
:
21
48
49
87
78
84
61
77
81
76
61
65
58
47
44
61
56
47
50
42
49
44
44
35
41
38
32
20
31
32
24
24
:
23
Correlation All-Gender Gap
19
Gender Gap
-0,160
-0,160
-0,062
-0,153
-0,116
-0,447
-0,205
-0,107
-0,072
-0,190
-0,173
-0,165
-0,120
-0,120
-0,021
-0,227
-0,160
-0,040
-0,081
-0,060
-0,160
-0,040
-0,124
-0,041
-0,082
-0,084
-0,232
-0,229
-0,146
-0,221
-0,023
-0,098
All
Males
69
69
93
93
91
90
90
88
86
83
80
78
76
75
74
74
68
67
66
66
64
62
62
60
59
54
52
52
51
51
44
43
38
36
627
|
71
73
95
95
91
93
93
88
87
84
84
82
79
76
74
79
70
66
69
68
67
64
66
61
61
64
54
55
57
56
49
44
47
38
-0,125 Correlation All-Gender Gap
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat
2010
Females
66
66
92
90
90
86
88
87
85
82
76
74
73
75
75
70
66
69
63
65
61
60
58
60
57
46
51
49
46
46
40
43
28
35
Gender Gap
-0,108
-0,152
-0,122
-0,192
-0,034
-0,231
-0,172
-0,030
-0,058
-0,053
-0,201
-0,194
-0,141
-0,023
0,023
-0,207
-0,086
0,064
-0,127
-0,064
-0,125
-0,082
-0,165
-0,020
-0,081
-0,364
-0,060
-0,120
-0,221
-0,200
-0,181
-0,020
-0,396
-0,062
0,172
España se ha mantenido ligeramente por debajo de la media europea en cuanto a proporción
de la población y prácticamente a la par en brecha de género. De nuevo son los países nórdicos
quienes se sitúan a la cabeza del ranking (acompañados por Luxemburgo, Holanda y Reino Unido)
y en la mayoría de casos muestran bajos niveles de desigualdad de género (Noruega es el único que
queda cerca del umbral de significatividad de brecha con -‐0,192).
Vistos los niveles de adopción “efectiva” de Internet, podemos analizar la
proporción
de
quienes
se
conectan
desde
el
hogar (Tabla 3). Observamos que en la Unión Europea se ha producido un
crecimiento considerable de la población que se conecta en su propia vivienda: de un 41% en 2006
a un 63% en 2010. Esta expansión ha estado acompañada por una suave reducción de la
desigualdad de género, la cual tampoco presenta una magnitud relevante en este intervalo
temporal.
All
EU-27
Euro Area
Iceland
Netherlands
Norway
Luxembourg
Sweden
Denmark
Finland
United King.
Germany
Belgium
France
Estonia
Austria
Slovakia
Slovenia
Czech Rep.
Ireland
Malta
Latvia
Hungary
Spain
Lithuania
Poland
Croatia
:
Portugal
Macedonia
Italy
Cyprus
Bulgaria
Greece
Romania
Turkey
:
Males
41
42
80
77
73
65
77
77
65
55
61
53
35
46
47
24
41
31
36
32
31
29
33
29
26
2006
Females
45
47
81
81
77
73
81
78
68
61
66
57
38
48
51
29
44
33
37
34
34
30
36
32
28
:
23
8
27
24
14
18
11
37
38
79
73
69
57
73
76
63
51
56
49
31
44
42
19
38
29
35
30
30
27
29
27
24
:
26
10
31
26
14
22
12
:
20
7
22
21
13
14
10
:
Gender Gap
-0,163
-0,182
-0,050
-0,191
-0,181
-0,338
-0,191
-0,048
-0,105
-0,202
-0,205
-0,160
-0,147
-0,080
-0,181
-0,235
-0,122
-0,087
-0,042
-0,086
-0,086
-0,066
-0,150
-0,110
-0,091
-0,143
-0,108
-0,205
-0,118
-0,029
-0,209
-0,064
-
All
Males
63
64
91
89
89
88
88
84
82
79
75
73
71
68
68
67
62
61
61
59
57
57
54
54
54
48
45
45
44
44
39
38
31
24
2010
Females
66
67
93
91
91
92
88
85
84
81
79
78
72
69
73
71
64
64
60
64
58
59
57
55
56
57
50
45
49
46
40
42
32
27
60
60
89
87
88
84
87
84
81
77
71
69
70
68
63
63
60
58
63
54
56
55
52
54
52
41
41
44
40
43
38
34
30
20
Gender Gap
-0,124
-0,146
-0,141
-0,128
-0,098
-0,250
-0,030
-0,028
-0,079
-0,098
-0,185
-0,205
-0,044
-0,022
-0,215
-0,170
-0,082
-0,123
0,062
-0,204
-0,040
-0,081
-0,100
-0,020
-0,080
-0,321
-0,181
-0,020
-0,181
-0,060
-0,041
-0,165
-0,043
-0,166
-0,249 Correlation All-Gender Gap
-0,009
Tabla
3.
Conexión
a
Internet
desde
el
hogar
en
los
últimos
3
meses
(porcentajes
sobre
total
de
la
población
y
brecha
de
género)
Correlation All-Gender Gap
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Euros
628
|
En porcentaje de población que se conecta desde el hogar España se encuentra algo más
rezagada respecto a la media europea (33% en 2006 y 54% en 2010), ocupando puestos en la
mitad baja de la tabla. Muy al contrario, en las primeras posiciones encontramos a los países
nórdicos (otra vez con Holanda, Luxemburgo y Reino Unido), que se acercan a la saturación
con porcentajes entre el 80% y el 90%.
Respecto a la brecha de género, ésta es menor en España que en la UE-‐27, pero no por
mucha diferencia. Los países nórdicos tampoco muestran asimetrías relevantes entre
hombres y mujeres, e incluso la situación se aproxima considerablemente a la plena igualdad
en los casos de Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega.
En los datos analizados hasta este punto se observa una reducción de las desigualdades
de género en acceso material a Internet. Sin embargo, en el campo de los dispositivos con
conexión móvil encontramos patrones distintos. Nos centraremos en el uso
del
teléfono
móvil
con
conexión
de
banda
ancha (Tabla 4) que ha experimentado en la Unión Europea una
expansión relativamente importante en estos años: del 1% al 8% entre 2006 y 2010. En todos
los países se detectan incrementos de esa magnitud e incluso mayores, específicamente en
los países nórdicos, Luxemburgo, Holanda y, en esta ocasión de forma destacada, España.
Tabla
4.
Conexión
a
Internet
mediante
teléfono
móvil
de
banda
ancha
(porcentajes
sobre
total
de
la
población
y
brecha
de
género)
629
|
All
Males
EU-27
Euro Area
Iceland
Luxembourg
Sweden
Norway
Denmark
Netherlands
Spain
:
France
:
Austria
United King.
Slovenia
Slovakia
Croatia
:
Germany
Italy
Belgium
Portugal
Czech Rep.
Estonia
Ireland
Cyprus
Malta
Poland
Greece
Latvia
Lithuania
Hungary
Bulgaria
Romania
1
1
1
1
5
0
1
1
2006
Females Gender Gap
2
2
1
3
7
0
1
1
1
1
0
0
3
0
0
0
:
:
:
:
:
1
2
1
1
1
1:
1
0
0
0
0
0
0
1
0
0
2
3:
4
1
:
2:
3
1
2
2
:
1
0
0
1
1
0
0
1
0
0:
1
2
3
0
Correlation All-Gender Gap
1
1
0
1
1
1
1
1
0
0
0
0
0
0
1
0
-0,083
-0,083
-0,200
-0,348
-0,187
0,000
-0,200
-0,200
-0,083
-0,202
-0,200
-0,148
0,000
-0,083
-0,083
0,000
0,000
0,000
-0,200
-0,200
0,000
0,000
0,000
0,000
-
All
Males
8
8
23
20
20
19
15
15
13
12
12
10
9
9
7
6
5
4
4
3
3
3
3
3
3
2
2
2
2
1
1
2010
Females Gender Gap
10
11
26
25
26
27
20
22
17
15
16
13
11
12
10
9
7
6
6
4
4
5
5
4
5
3
3
3
3
2
1
-0,347 Correlation All-Gender Gap
5
5
19
16
14
10
10
9
10
8
8
7
8
6
3
3
3
2
3
2
2
2
2
2
2
2
1
1
2
1
0
-0,192
-0,225
-0,168
-0,224
-0,303
-0,449
-0,284
-0,367
-0,206
-0,222
-0,250
-0,202
-0,103
-0,213
-0,295
-0,261
-0,187
-0,211
-0,147
-0,119
-0,119
-0,167
-0,167
-0,119
-0,167
-0,064
-0,148
-0,148
-0,064
-0,083
-0,200
-0,646
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat
Pero el hecho de que se extienda una innovación relacionada con Internet no es lo que
marca la diferencia que aquí queremos resaltar. Los matices se encuentran en el lado de la
brecha de género:
1) En 2010 se observa que la intensidad de la desigualdad entre mujeres y hombres es
mayor que en los indicadores anteriores. El incremento generalizado se traduce en medias de
brecha de género sobre el umbral de significatividad: -‐0,192 en la UE-‐27 y -‐0,225 en la Zona
Euro.
2) Analizando el detalle de los países se percibe un patrón que no existía en otros
indicadores con tanta claridad y que muestra una correlación entre nivel de adopción y
630
|
desigualdad de género. El valor del coeficiente es de -‐0,646 en 2010, cuando en otras tablas
no se alcanzaban correlaciones más amplias de +/-‐0,250.
3) La explicación del segundo punto se ejemplifica claramente con lo sucedido en el
grupo de los países nórdicos y alguno más como Holanda. Veíamos que ellos mostraban los
más altos niveles de adopción de Internet y en muchas ocasiones grados de desigualdad de
género por debajo de la media. Ello daba lugar incluso a una pequeña correlación positiva,
puesto que las brechas aumentaban ligeramente en los países al final del ranking. Sin
embargo, en el uso del teléfono móvil de banda ancha aparecen marcadas asimetrías entre
hombres y mujeres de Noruega (-‐0,449), Holanda (-‐0,367), Suecia (-‐0,303) o Dinamarca (-‐
0,284), muy por encima de la media del conjunto de la muestra.
CONCLUSIONES
Y
DISCUSIÓN
Los principales resultados, siguiendo el orden de las hipótesis planteadas, han sido:
H1
-‐
Las
brechas
digitales
de
género
se
cierran
progresivamente
desde
una
“perspectiva
estática”
en
acceso
a
Internet,
en
términos
generales.
En términos generales, se ha cerrado la brecha de uso “alguna vez” de Internet y “en los
últimos 3 meses”, así como la relativa a conexión desde el hogar.
H2
-‐
Desde
una
“perspectiva
dinámica”,
vuelven
a
aparecer
disparidades
de
género
en
la
adopción
de
dispositivos
con
Internet
móvil.
Con la difusión de los teléfonos móviles de banda ancha surgen nuevas brechas de
género que se han mantenido al menos durante 4-‐5 años.
H3
-‐
Las
brechas
de
género
en
acceso
material
no
tienen
una
relación
lineal
directa
con
el
nivel
de
penetración
de
las
TIC
en
un
país.
No se detecta fuerte relación entre las brechas de género (como tamaño del efecto
h
de
Cohen) y los niveles de adopción de Internet en la muestra de países.
H4
-‐
La
evolución
de
las
brechas
digitales
de
género
no
tiene
el
mismo
ritmo
ni
la
misma
tendencia
en
todos
los
lugares.
En los países nórdicos y Holanda las brechas en uso “alguna vez” y “en los últimos 3
meses” de Internet son reducidas, incluso entre la población de mayor edad y menor nivel de
formación.
H5
-‐
Los
fenómenos
de
nuevas
brechas
digitales
de
género
están
bastante
generalizados,
sucediendo
incluso
en
países
con
niveles
distintos
de
penetración
de
Internet
y
otras
TIC
relacionadas.
Las brechas en adopción de dispositivos móviles también aparecen, e incluso parecen
más acusadas, en algunos países con mayor penetración de Internet y mucho uso de móvil
3G (países nórdicos y Holanda).
En la investigación académica sobre la brecha digital, el debate sobre la desigualdad en
acceso material ha sido central. En muchas ocasiones, con cierto exceso de determinismo
631
|
21
tecnológico, ha sido la única dimensión considerada . Esa visión estática o reduccionista
parecía ignorar la gran capacidad de las actuales TIC para desarrollarse y cambiar sus formas
y funcionalidades. Mantener esas perspectivas puede llevar a conformarse con conclusiones
como la siguiente en el plano concreto de la brecha de género:
“The only good news, from a equity and emancipation point of view, is the narrowing
gender gap between 1985 and 2000. In the United States, physical access for both sexes was
equalized by the end of the 1990s […]
Girls and women mainly take advantage of the possession of computers and Internet
connections in the households they are living in. In school, they will be most likely be treated
on an equal basis with boys and young men in regard to physical access to the scarcity of
computers and Internet connections. At work, they have a better chance of working with
computers than do their male colleagues. Currently the majority of computer work is done by
females in the United States and some other developed countries […]. In these countries, the
main remaining physical gap is for older women who live alone and have no job or other
22
activity requiring computer work” .
Los datos de esta investigación confirman que las disparidades entre mujeres y hombres
en cuanto a acceso básico a Internet ya no son significativas en España ni en la mayoría de los
países europeos. No obstante, hay que tener en cuenta que la brecha en acceso material
puede mantener su importancia a medida que aparezcan nuevos desarrollos tecnológicos
digitales: “[…] For the next innovation, the introduction of broadband, the whole story starts
anew. Once again, the highest social classes in terms of occupation, income, and education;
23
family households with children; and male users are the first to adopt this innovation” .
Los resultados muestran que las conexiones de banda ancha se han generalizado en los
hogares de nuestro país y de gran parte de los europeos. Además, su disponibilidad tiene
fuerte vinculación con elementos algo más allá de lo personal, como la renta familiar o las
infraestructuras y las dotaciones públicas en cada zona. Pero la expansión progresiva de
dispositivos móviles, especialmente los teléfonos de banda ancha, ha renovado el interés por
el nivel de acceso material, tanto por la nuevas oportunidades de autonomía y ubicuidad,
como por las implicaciones que pueda tener a la hora de abrir nuevas brechas digitales. Parte
importante del interés de esta investigación ha surgido en este punto y la introducción de
esos dispositivos en el análisis del acceso material ha mostrado la recurrencia de disparidades
(relativas) entre mujeres y hombres, incluso en países con altos niveles de adopción de
Internet. Este escenario avala la idoneidad/validez de la perspectiva dinámica aplicada en
este trabajo, al tiempo que amplía los horizontes del estudio de la brecha digital de género.
Para terminar la discusión en torno a los resultados de esta investigación nos gustaría
retomar unas afirmaciones discutibles:
21
GUNKEL, David J., op. cit.; VAN DIJK, Jan, op. cit.
22
VAN DIJK, Jan, op. cit.: 59-‐60.
23
VAN DIJK, Jan, op. cit.: 67-‐68.
632
|
“The thesis here is that men do not use technology more than women but simply sooner.
They are, in diffusion terms, early adopters, but women always catch up. All domestic
leisure technologies reach saturation point in the population, by which time gender is
insignificant. […]
[…] While the male advantage in innovation might be consistent, it need not be
fundamental in differentiating behaviour in the long or even medium term.
Measuring technological engagement at any point in time appears to give men the
advantage, measuring it longitudinally renders the advantage nugatory. Perhaps the sum of
the differences across technological cycles is important in its social effect, but this still means
there is no fundamental difference in the technological engagement of men and women.
Women’s lesser engagement with computer technology is the result not of different
technology attitudes but of differential experience with technology in employment.
24
Experience, whether derived from home or work, drives attitudes” .
Desde nuestro punto de vista, estas afirmaciones son, como mínimo, confusas: ¿Qué
quiere decir que los hombres usan la tecnología “no más sino simplemente antes”? ¿No es
relevante el hecho de que los hombres mantengan una “ventaja en innovación”? ¿Por qué
relativizan el papel de “la suma de diferencias a lo largo de los ciclos tecnológicos”, si al
mismo tiempo reconocen que puede tener efectos sociales importantes? Pensamos que
estos planteamientos adolecen de una perspectiva “estática” criticable, también en su
consideración sobre la desaparición de la ventaja de los hombres en cuanto se analiza
longitudinalmente.
De hecho, investigaciones como la presente ponen de relieve que es posible que la
brecha digital de género de fondo sea la reproducción continua de asimetrías relativas en
acceso, control y aprovechamiento de las TIC. No se trata de diferencias en la adopción, el
conocimiento y el uso de aparatos concretos, porque se ha comprobado que éstas
habitualmente desaparecen si la tecnología se difunde de manera generalizada. Por el
contrario, una perspectiva “dinámica” nos advierte que puede ser la reaparición de
disparidades con cada nuevo dispositivo y cada nueva aplicación el fenómeno que persiste de
forma más estructural.
¿Es ésta una problemática que irá remitiendo con las nuevas generaciones,
supuestamente más familiarizadas con las nuevas tecnologías? ¿Es un simple reflejo de
desigualdades en titulación educativa, situación laboral o nivel de renta? Hay una serie de
elementos centrales en la relación género-‐cultura-‐tecnología, entre los que se podrían
destacar las diferencias en actitudes frente a las TIC, la innovación y el riesgo, así como los
24
BRYNIN, Malcolm, RABAN, Yoel y SOFFER, Tal, 2004, «Chapter 5: The New ICTs: Age ,
Gender and the Family». e-‐Living: Life in a Digital Europe, http://archive.eurescom.eu/e-‐
living/deliverables/e-‐liv-‐D14-‐Ch5-‐Family.pdf [15 de febrero de 2012]
633
|
25
procesos socioeconómicos de decisión sobre el control y el desarrollo tecnológicos . La
investigación con perspectiva de género debe seguir indagando en estos factores para
obtener explicaciones verosímiles del fenómeno.
La línea de investigación que proponemos requiere mayor profundización en todos los
niveles del acceso a las TIC, esto es, no sólo en lo relativo a adopción sino también en cuanto
a las habilidades necesarias para su manejo y a sus usos específicos. Nuestros esfuerzos
futuros se dirigirán a la ampliación a esas otras dimensiones de la perspectiva de análisis aquí
empleada.
25
Como han señalado por ejemplo DHOLAKIA, Ruby R., DHOLAKIA, Nikhilesh y KSHETRI,
Nir, op. cit.
634
|
GÉNERO
Y
TIC
DESDE
UNA
PERSPECTIVA
SOCIOLÓGICA
Leticia
Fajardo
Perera
INTRODUCCIÓN
En la sociedad actual, nos encontramos con que el conocimiento científico y tecnológico es el
factor principal de producción y de cambio social. Por tanto, se puede estimar que el nivel de
desarrollo de un país se encuentra en relación funcional con la propia capacidad científica y
tecnológica, desembocando de esta manera en lo que se ha denominado la sociedad del
conocimiento. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han supuesto un
revulsivo en la sociedad de la información, pero junto con sus beneficios también ha aparecido una
nueva fuente de desigualdad, que tiene lugar cuando algunas personas quedan excluidas de este
desarrollo tecnocientífico. Las reflexiones acerca de este tema se sitúan en lo que se denomina la
brecha
digital, concepto que hace referencia a los colectivos de la población incluidos o excluidos de
1
la sociedad de la información , esto es, el acceso desigual de las personas a las TIC. De la misma
manera, ha surgido el concepto de segunda
brecha
digital
que ha ampliado el análisis del acceso a
los usos. Aquí las diferencias aparecen en términos del uso que se hace de las TIC, ya que los usos
que realizan las mujeres de las TIC son más restringidos y requieren de menos destrezas
tecnológicas.
Los antecedentes del cuestionamiento de la relación entre tecnología, ciencia y sociedad
surgen en la década de los sesenta con el comienzo de la revisión crítica de la imagen tradicional de
la ciencia y la tecnología. Hasta este momento, la visión que predominaba afirmaba la autonomía,
neutralidad y el progreso lineal de estos ámbitos.
Desde los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, la ciencia va a perder su autonomía
cultural, y pasa a ser concebida como un producto de circunstancias históricas y personales.
Por su parte, la literatura feminista y los movimientos de mujeres han considerado la
tecnología, al igual que la ciencia, un ámbito dominado por los hombres, que en todo momento
han excluido a las mujeres. Además, la limitación en el acceso al saber y al consiguiente poder que
ello supone ha sido una de las prohibiciones más fuertes que la historia y que la cultura patriarcal ha
impuesto a las mujeres.
El propósito de esta comunicación es intentar mostrar los estereotipos de género y roles
sociales que asumimos a través de los agentes socializadores, y que a su vez, afectan a la presencia
de las mujeres en el ámbito de la tecnología y al uso que éstas hacen de este ámbito. Los roles y las
relaciones de género socialmente construidas juegan un papel muy importante, que atraviesa la
manera en que se determina la capacidad de las mujeres y de los hombres para participar
equitativamente en la sociedad de la información.
1
CASTAÑO, Cecilia,
La
segunda
brecha
digital.
Ed. Cátedra. Madrid, 2008. p.16
635
|
Las perspectivas desde las que plantearé la incorporación y las razones de la ausencia de las
mujeres en las TIC, van a ser la teoría de las capacidades y el modelo de expectativas de logro. La
primera, hace referencia a un concepto universal de sujeto, admitiendo unos mínimos comunes a
todos los individuos independientemente del sexo. La segunda hace hincapié en que la
socialización de género influye sobre las elecciones posteriores que las personas realizamos y sobre
lo que consideramos importante en nuestra vida.
Se trata de hacer visible que las mujeres pueden utilizar las tecnologías al mismo nivel y con la
misma destreza que los hombres, el problema es que la asignación de unos determinados roles y
estereotipos en función del sexo, no permiten a los individuos elegir libremente su propio proyecto
de vida.
MUJERES,
CIENCIA
Y
TECNOLOGÍA:
BARRERAS
U
OBSTÁCULOS
A lo largo de la historia numerosos pensadores han argumentado a favor de la diferenciación y
la desigualdad de mujeres y hombres, en la que rara es la defensa de un ser humano con
características comunes. La mujer ha sido definida como un ser pasivo cuyas características y
funciones han sido definidas de manera exclusiva en relación al hombre.
Desde los trabajos de las teóricas feministas en la historiografía de la ciencia se ha intentado
desvelar y explicar los procesos de invisibilización del saber científico femenino y el alejamiento de
las mujeres de este ámbito. Además, se ha intentado dilucidar la cancelación de la autoría
femenina, y se ha criticado la propuesta de teorías que predeterminan la inferioridad intelectual de
las mujeres en base a supuestos biológicos.
Hay diversos mecanismos de exclusión que han permitido que las mujeres fueran tan pocas en
los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Estos mecanismos de exclusión son de tres tipos, explícitos
2
o formales, ideológicos e implícitos e informales .
Los mecanismos explícitos o formales son los que aluden a discriminaciones directas que se
han dado históricamente, como el hecho de que las mujeres no pudieran acceder a la educación en
general y específicamente, a la formación de conocimientos científicos y tecnológicos, así como la
denegación de acceso a sociedades y a grupos de personas que se dedicarán a la ciencia y a la
tecnología.
Estos mecanismos explícitos de discriminación hacia las mujeres están estrechamente
relacionados con los mecanismos ideológicos que justifican la segregación institucional de la mujer
por teorías que se encuentran bajo una supuesta base científica. Es decir, estás teorías científicas
legitimaban el punto de vista social acerca de las mujeres, y fundamentan científicamente los
estereotipos de género construidos culturalmente que suponen en definitiva, los mecanismos de
exclusión ideológicos presentes en la ciencia.
El tercer tipo de obstáculos nombrado es el de los mecanismos implícitos o informales. Estos
están constituidos por unos mecanismos más sutiles y difíciles de ver, pero que a su vez,
contribuyen a mantener y legitimar la segregación de la mujer. Nos encontramos en una sociedad
en la que los estereotipos y roles sociales asignados a cada sexo influyen en la demarcación de
2
GONZÁLEZ, Marta; PÉREZ, Eulalia. <<Ciencia, Tecnología y Género>>.
En revista de
OEI.
Nº2.Enero-‐Abril. 2002.
636
|
prototipos profesionales masculinos o femeninos, que afectan tanto a las personas como a las
instituciones.
La socialización es un proceso en el que tanto hombres como mujeres van aprender lo que la
sociedad espera de ellos. Los agentes socializadores (escuela, familia, empleo) son vehículos y
canales muy importantes en las que se moldea las actitudes y comportamientos asociados a cada
sexo.
RELACIONES
COMPLEJAS
ENTRE
GÉNERO
Y
TECNOLOGÍA
El impacto de la tecnología no ha sido ajeno a las relaciones asimétricas de género, y ha
afectado de diferente manera a hombres y a mujeres. En el ámbito de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación (TIC), los estereotipos de género giran en torno a la baja
competencia de las mujeres para dominar y utilizar las tecnologías, lo cual contribuye a
3
desanimarlas a la hora de elegir estudios y profesiones relacionadas con ellas .
Además, dentro de las culturas TIC hay una impermeabilidad o ceguera a los problemas de
género. La escasa presencia femenina tanto en los estudios como en las carreras docentes e
investigadoras no se considera sino una cuestión de gustos, que no tiene nada que ver con la
cultura imperante en el ámbito de la informática o la telecomunicaciones.
Para intentar zanjar este tipo de discurso, Charles y Bradley (2006) argumentan que hay
formas de desigualdad que la sociedad acepta con la excusa de que responden a preferencias
personales, sin tener en cuenta el papel determinante de la socialización y las diferencias de poder
4
a la hora de generar gustos .
Para analizar la relación compleja de las mujeres con la tecnología es importante hacer
referencia a la brecha digital de género. Cuando se habla de brecha digital hay que tener en cuenta
que, no sólo la capacidad de los usuarios/as dependerá de la infraestructura, sino también de su
experiencia, conocimientos, cualificación, de la adaptabilidad de sus costumbres o su bagaje
cultural y lingüístico.
De alguna manera, la observación no debe limitarse al análisis del acceso a internet, sino que
debe involucrarse en el análisis y la determinación de los usos, su intensidad y las habilidades para
ello. Por esta razón, se hace especial hincapié en la segunda brecha digital.
1
Segunda
brecha
digital
La segunda brecha digital de género no sólo es cuantitativa -‐determinada por la proporción de
personas que acceden a las TIC-‐ sino, también y sobre todo cualitativa, pues viene marcada por las
diferencias en habilidades tecnológicas (qué se sabe hacer), en la intensidad (cuánto se hace) y el
tipo de uso (qué se hace). En el proceso de adquisición de estas capacidades y habilidades un factor
importante es la socialización, ya que las diferencias de uso que existen entre uno y otro sexo, no
son naturales sino que son creadas y construidas a través de ésta.
3
CASTAÑO, Cecilia. Género
y
TIC.
Barcelona.UOC Ediciones. 2010. p.150.
4
Ibíd. p.245.
637
|
Esta situación supone una de las barreras más importante de cara a la incorporación efectiva (o
e-‐inclusión) de más mujeres a Internet y, por tanto, del aprovechamiento de su potencial en
términos de capital humano y social.
Una de las características de las innovaciones que nos traen los ordenadores e internet es que
requieren de unas habilidades específicas, con las que no contamos todos por igual. En relación a
estas habilidades surge el término digital
literacy (alfabetización digital) acuñado por Gilster (1997)
que define la capacidad de las personas para adaptarse a las nuevas tecnologías de la información y
la comunicación. Desde entonces se ha utilizado para definir todo el conjunto de habilidades
técnicas, cognitivas y sociales para desempeñar tareas en entornos digitales. Otras definiciones
hablan de fluency (soltura) y se refieren a las capacidades para la adquisición de destrezas prácticas
5
en las tecnologías de la información necesarias para el trabajo y la vida cotidiana .
Por tanto, estos estereotipos y prácticas sociales obstaculizan la incorporación de la mujer a la
sociedad de la información, ya que de alguna manera con ello adquieren diferentes maneras de
pensar, de relacionarse, de hacer las cosas, de sentir, de estar en el mundo.
2
La
mujer
y
las
tecnologías
en
datos
La finalidad de este apartado es visibilizar la brecha digital de género, y los usos que se dan del
ordenador e Internet por parte de las mujeres y los hombres. Para la realización de este punto voy a
tener en cuenta los datos provenientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), más
concretamente de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y
Comunicación en los Hogares de 2010 y 2012.
Como observaremos en la siguiente tabla, la brecha
digital
de
género se reduce en el año 2010 en los
indicadores analizados, uso de ordenador, uso de Internet y uso frecuente de Internet, respecto a
los años anteriores.
5
Ibíd. p.34.
638
|
Aunque ya en datos del INE para el año 2012 la brecha digital es menor:
Para tener un análisis más completo sobre las diferencias entre los usos de los ordenadores e
internet, voy a tener en cuenta los datos por grupos de edad y sexo para el año 2010.
639
|
Si tenemos en cuenta la variable sexo en estos datos, podemos observar que desde los
35 años a los 74 años el uso de los ordenadores por parte de las mujeres es menor que el de
los hombres. Por otro lado, se podría afirmar que la generación joven de mujeres, de los 16-‐
34 años, rompe con la idea generalizada de que las mujeres rechazan la tecnología, aunque
como he comentado anteriormente a partir de los 35 su participación en el uso de los
ordenadores va siendo menor en comparación con los hombres.
En el caso del uso de Internet, los datos son los siguientes:
En el uso de Internet podemos observar que al igual que ocurre con el uso del ordenador
a partir de los 35 años el porcentaje de mujeres que usan Internet va disminuyendo en
comparación con los hombres.
Según los datos del INE, en España la brecha
digital
de
género aún persiste, aunque ha ido
disminuyendo con los años y ya para el año 2012 es menor, y en el caso de la población joven
parece que se está invirtiendo.
En definitiva, ya en el año 2010 se está logrando la equiparación en el uso de
ordenadores e internet por parte de las mujeres, en los grupos de edad de 16 a 34 años, e
incluso en algunos casos es mayor que el porcentaje de los hombres en determinadas
edades, pero la
brecha
digital sigue estando ahí a partir de los 35 años.
Para el año 2012 la fotografía de la brecha digital de género es la siguiente:
640
|
ENTRE
LA
INCORPORACIÓN
Y
LA
AUSENCIA
DE
LAS
MUJERES
EN
LAS
TIC
Para intentar dar una justificación a la incorporación o la ausencia de las mujeres a las
TIC, se va a seguir la línea marcada por la teoría de las capacidades y el modelo de
expectativas de logro. La primera, hace referencia a un concepto universal de sujeto,
admitiendo unos mínimos comunes a todos los individuos independientemente del sexo. La
segunda hace hincapié en que la socialización de género influye sobre las elecciones
posteriores que las personas realizamos y sobre lo que consideramos importante en nuestra
vida.
1.
La
teoría
de
las
capacidades
La teoría de las capacidades de Sen y Nussbaum se lleva a cabo a través de la noción de
sujeto como <<ser humano universal>>. Esta noción de ser humano como sujeto de
capacidades y funcionamientos da lugar a una teoría de la justicia que permite evaluar mejor
la igualdad social y las diferencias.
Dentro de este enfoque se lucha por la creación de un concepto universal del ser humano
que no es ajeno a las diferencias, y que se construye a sí mismo en relación a unos
constituyentes mínimos esenciales y comunes, y en relación a sus propias circunstancias
personales y sociales.
641
|
Para poder definir las capacidades Sen va a partir del enfoque de las habilitaciones.
Éstas, son las que nos van a informar de las capacidades. En una sociedad pueden existir
recursos suficientes y, a la vez, que haya alguien que no esté habilitado para ellos, y por
tanto, que no tenga la capacidad para realizar lo que sea necesario con esos recursos. Desde
este punto de vista, el problema de las mujeres podría ser una cuestión de falta de
<<habilitaciones>>. Aunque haya recursos, las mujeres no están habilitadas por razones
culturales de discriminación para disponer de ellos adecuadamente, y, por ejemplo,
participar en la esfera pública.
Por su parte Nussbaum, comienza con la defensa de un <<ser humano>> con
capacidades y necesidades comunes a todos independientemente del género, la clase, la
raza o la nacionalidad. Todos los individuos en general y las mujeres en particular son, como
diría Kant, fines
en
sí
mismos y no instrumentos para otros (no son meras reproductoras,
6
encargadas de los cuidados familiares, ni objetos de descarga sexual) .
Por tanto, las mujeres como seres humanos tienen la capacidad de decidir sobre su
propio proyecto de vida buena. Se trata de una cuestión de justicia. El problema es que no
siempre se ha considerado a la mujer un <<ser humano>> con las mismas características que
el hombre. Se ha dicho que las mujeres y hombres tienen naturalezas distintas en base a las
cuales se han distinguido los roles sociales.
2.
Modelo
de
expectativas
de
logro
El modelo de expectativas de logro de Jacqueline Eccles surge en la década de los 80,
hace hincapié en la forma con la que la socialización de género influye sobre las elecciones
posteriores que las personas realizamos, y sobre lo que consideramos importante en nuestra
vida, en función de si somos mujeres u hombres. Para esta autora y su equipo de
investigación, las expectativas de éxito y la valoración de las tareas explican los motivos por
los que las personas llevan a cabo determinado tipo de elecciones. Pero las expectativas de
éxito y la valoración no están libres del influjo de los roles de género y de las presiones
sociales y culturales que prevalecen en toda sociedad, aspectos que en conjunto contribuyen
7
a la configuración de la identidad personal y social de cada individuo .
En definitiva, el modelo de elección de logro tiene dos componentes básicos: el que hace
referencia al proceso de socialización (factores socioculturales) y el propiamente psicológico
(factores psicosociales). Con respecto al proceso de socialización, un cúmulo de factores,
incluidas las experiencias pasadas, relacionadas con las actitudes y el comportamiento de los
principales agentes socializadores, así como las normas culturales, condicionan las creencias
de competencia hacia un dominio específico, así como el valor que se asigna a las tareas
6
MORENO, Cristina.
Desigualdades
de
género
y
capacidades
humanas.
Granada.
Ed.
Comares.2010.p.77.
7
SAINZ, Milagros. Aspectos psicosociales de las diferencias de género en las actitudes hacia
las nuevas tecnología en adolescentes. Premio Injuve 2007 para tesis doctorales. p.34
642
|
vinculadas a ese dominio. Por otro lado, el componente psicológico, en el que se encuentra el
autoconcepto de habilidad respecto a una determinada tarea, los esquemas del yo, las
valoraciones o actitudes que las personas tienen hacia distintas actividades, las motivaciones
8
académicas y profesionales, las expectativas de éxito y al valor que se asigna a dicha tarea .
3.
Aplicación
de
ambas
teorías
al
ámbito
género
y
TIC
Por un lado, si tenemos en cuenta el espacio social, la teoría de las capacidades tiene en
cuenta las circunstancias personales (edad, sexo, salud, etc.) y los factores socio-‐culturales
(educación, relaciones sociales, cultura de origen, etc.) que hacen que dos personas no
tengan la “capacidad” de acceso en igualdad de condiciones a algo, en este caso, a las TIC.
La aplicación de esta teoría a la ausencia de las mujeres en el uso de los ordenadores e
internet a partir de los 35 años, viene determinada por la capacidad que tiene cada individuo
de escoger algo, que a su vez se ve influenciado por la propia experiencia personal y el
entorno social en que se vive.
Si quisiéramos analizar el uso de ordenadores e internet por parte de las mujeres desde la
teoría de las capacidades, podríamos establecer el siguiente supuesto;Teniendo en cuenta
que:
Entonces estableciendo como capacidad el uso de Internet y los ordenadores por parte
de las mujeres:
8
Ibíd. p. 35.
643
|
Capacidad:
Uso
de
Internet
y
de
los
ordenadores
de
cada
individuo
Habilitación:
Cuando
una
persona
xene
la
libertad,
las
cualidades
o
conocimient
os
para
hacer
uso
de
Internet
o
del
ordenador.N
o
está
igualmente
capacitada
una
persona
en
función
de
su
edad
y
su
sexo,
si
se
encuentra
en
el
ámbito
de
lo
privado
(hogar),
que
en
el
ámbito
público.
Funcionamie
nto:
Si
la
persona
no
está
habilitada
o
capacitada
para
el
uso
de
internet
o
el
ordenador,
entonces
no
xene
libertad
real
de
poder
hacer
uso
de
ella.
Por su parte, el modelo de expectativa de logro nos recuerda, que las diferencias de
elección en los estudios relacionados con la tecnología se deben a la influencia de factores
socioculturales y psicosociales. Los individuos se encuentran influenciados por los agentes
socializadores que tienen diferentes expectativas en función de si eres chico o chica.
Los agentes de socialización desempeñan un papel fundamental en la perpetuación de
los estereotipos. El entorno familiar y escolar participa de alguna manera en la consolidación
de estereotipos de género y en la activación de las creencias o profecías que se autocumplen.
CONCLUSIONES
644
|
Del análisis sobre la situación de las mujeres en relación a las TIC se puede sacar una cara
positiva y otra negativa. La cara positiva es que el número de mujeres usuarias de internet
aumenta sin cesar en todo el mundo, y en el caso de España es mayor que el porcentaje de
9
hombres que lo utilizan, para la población de 16 a 34 años en el año 2010 . Incluso, el
porcentaje es mayor o se iguala con los hombres en el uso de ordenador para esa misma
fecha. La cara negativa es que esta mejora en el uso de internet y del ordenador no se ve
reflejada a partir de los 35 años de edad, donde el porcentaje de hombres usuarios, tanto
para internet como para el uso del ordenador, es mayor que el de mujeres.
Estas brechas digitales aunque parecen tecnológicas, son más bien brechas sociales.
Para darle significado a estas brechas digitales hay que tener en cuenta otros factores de
exclusión, como son la capacidad económica, la disponibilidad del tiempo, los
10
conocimientos, habilidades, experiencias, y el bagaje cultural y lingüístico .
En el entorno social es necesario que los agentes de socialización apoyen la adquisición
de info-‐habilidades (uso del ordenador) y de e-‐ habilidades (uso de internet) por parte de las
niñas y las mujeres. De hecho, hoy día, la mayoría de los niños, niñas y jóvenes tienen
habilidades informáticas, conocen los diferentes soportes y cómo manejarlos sin manifestar
desconocimiento, rechazo o miedo a usarlos. La cuestión es la pérdida de esas niñas y
mujeres cuando cumplen 35 años.
A efectos de transformación del espacio social y del aumento de la participación de las
mujeres en este ámbito en primer lugar, se debería promover la capacidad de las mujeres
para que elijan su propio proyecto de vida incentivando su participación en la esfera pública.
En segundo lugar, se ha de actuar para llevar a cabo los cambios necesarios en los diferentes
agentes socializadores (familia, escuela, etc.) proponiendo un nuevo modelo que concluya
con la división de los estereotipos y los roles tradicionalmente asignados a los sexos.
Además, es cierto que los datos del INE corroboran que las mujeres en el rango de edad
de 24 a 34 años son mayores usuarias de internet que los hombres e incluso igualan el
porcentaje del uso del ordenador. Pero, habría que ver cuál es ese uso, es decir, para qué
utilizan el ordenador y qué contenidos consultan en internet, ya que el que usen más estas
tecnologías no significa que no estén reproduciendo los roles y estereotipos sociales
establecidos para cada sexo.
Finalmente, habría que desarrollar diferentes estrategias de análisis e intervención
social, con una mayor profundización en las teorías sociales, que nos permitirán romper con
los estereotipos y los roles tradicionales. Ya que como afirma Cecilia Castaño:
“Parece
obvio
11
que,
aunque
la
tecnología
no
sea
discriminatoria,
la
voluntad
humana
lo
es”
9
Datos de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y
Comunicación en los Hogares de 2010.
10
CASTAÑO, Cecilia. Opus cit. p.17.
CASTAÑO, Cecilia. Las mujeres y las tecnologías de la información. Internet y la trama de
nuestra vida. Madrid. Ed. Alianza. 2005. p.21.
11
645
|
MOVILIDAD
GEOGRÁFICA
EN
CIENCIA
Y
TECNOLOGÍA,
USO
DE
TICS
Y
CONCILIACIÓN
FAMILIAR.
UN
ESTUDIO
DE
CASO
EN
EL
INSTITUTO
DE
ASTROFÍSICA
DE
CANARIAS.
Nuria
Esther
Hernández
Hernández
INTRODUCCIÓN
La alta movilidad del personal investigador conlleva a una mejor calidad en los
resultados científicos así como el fortalecimiento de sus carreras científicas. Pero ¿y desde un
punto de vista personal?, ¿qué ventajas o desventajas tiene esta alta movilidad?. En este
estudio se analiza en qué medida las TICs ayudan a favorecer o agilizar la movilidad
geográfica en este grupo de personas. En este sentido se analiza el efecto de las TICs en la
conciliación familiar, particularmente, para el personal investigador con hijos/as o personas a
su cargo, quienes en principio pueden sufrir mayores impedimentos para poder realizar
desplazamientos de larga duración.
Para poder responder a estas preguntas se ha realizado un estudio de caso en un
importante Organismo Públicos de Investigación con una alta internacionalización: el
Instituto de Astrofísica de Canarias (en adelante IAC). El reconocimiento internacional del
IAC está vinculado a una elevadísima movilidad tanto de su personal investigador como en la
recepción de investigadores extranjeros.
El objetivo de este proyecto es analizar el papel que juegan o pueden jugar las TICs en la
conciliación familiar del personal en ciencia y tecnología, si existen diferencias según género,
especialmente si tienen familia o hijos/as a su cargo.
LA
MOVILIDAD
GEOGRÁFICA
EN
CIENCIA
Y
TECNOLOGÍA.
El incremento de la movilidad en el siglo XXI se ha convertido en un eje central para
1 2 3
interpretar las transformaciones de la sociedad . Entre los tipos de movilidad se ha
1
BAUMAN, Zigmunt, Liquid
Modernity. Cambridge, Polity Press, 2000.
2
KAUFMANN, Vicent, Re-‐thinking
Mobility. Contemporary
Sociology. Aldershot, Burlington:
Ashgate, 2002.
646
|
incrementado la realizada por el personal investigador en ciencia y tecnología. La búsqueda
de capital humano cualificado y de excelencia es prioritaria para el desarrollo económico de
las sociedades, de tal forma que, muchos países desarrollan políticas encaminadas a la
4
atracción de este tipo de capital humano altamente cualificado .
De manera general, la movilidad geográfica por razones laborales implica también una
serie de transformaciones en el ámbito familiar. En diciembre de 2008 se publicaron los
resultados del proyecto “Job mobility and family lives in Europe”, donde se señalan algunas
dimensiones de cambio que la movilidad laboral genera en las trayectorias individual y
familiar de las personas involucradas. En este estudio se establecen tres riesgos importantes
5
relacionados con la igualdad de género y el crecimiento demográfico :
1
.La movilidad es muy difícil de combinar con ser madre/padre activo/a.
2. El aumento de la movilidad retrasa la creación de la familia (especialmente para las
mujeres) y puede disminuir la tasa de fecundidad.
3. Se refuerza la división tradicional del trabajo entre el trabajo remunerado y no
remunerado entre las parejas, especialmente cuando hay niños/as. Este hecho conlleva a un
conflicto de intereses entre el aumento de la movilidad por razones promocionales y la
promoción de la igualdad de género.
LAS
TICs
Y
LA
INVESTIGACIÓN
En las últimas décadas del siglo XX se han producido grandes transformaciones en las
sociedades desarrolladas con la transición a la denominada sociedad del conocimiento. De
6
acuerdo con Castells las sociedades desarrolladas actuales se caracterizan por su carácter
“informacional”.
Sin duda alguna las TICs han formado parte en este proceso de transformación. La
extensión de su uso ha promovido numerosos cambios en diferentes ámbitos de la vida
cotidiana de las personas de las sociedades desarrolladas. En el ámbito laboral, las TICs han
creado nuevas tendencias en la organización del trabajo, así han surgido conceptos como
“just in time”, “eventualidad”, “objetivos”, “flexibilidad”, “individualización”,
3
CASTELLS, Manuel. La
era
de
la
información:
economía
sociedad
y
cultura. Madrid, Editorial
Alianza, 1996.
4
IREDALE, Robyn, Gender, immigration policies and accreditation: valuing the skills of
professional women migrants. Geoforum,
(36) (2005), pp 155-‐166.
5
SCHNEIDER, Norbert (project coord.). Job
Mobilities
and
Family
Lives
in
Europe.
Modern
Mobile
Living
and
its
Relation
to
Quality
of
Life. European Commission, Sixth Framework
Programme for research and technological development, 2008.
6
CASTELLS, Manuel, La
era
de
la
información:
economía
sociedad
y
cultura. Madrid.
Editorial Alianza, 1996.
647
|
7
“especialización”, “agilidad”, “cultura de red”, “interconexión”, “externalización” . Un
ejemplo de esta nueva forma de organización del trabajo es el teletrabajo, un tipo de trabajo
que ha implicado cambios desde el puesto de trabajo, en la demanda de la mano de obra, de
8
horas trabajada o en la remuneración por horas . De igual forma ha dado la oportunidad de
reorganizar la vida cotidiana de muchas personas ya que ha favorecido en multitud de
aspectos por la libertad de la organización del trabajo, la conciliación de la vida profesional y
9
laboral, oportunidades de empleo para personas con unas características específicas . Sin
embargo, esta nueva forma de trabajo puede conllevar a que el trabajador no diferencie
entre la vida laboral y la personal y, no sea una opción de trabajo buena para los trabajadores
10
que necesiten horarios .
En el ámbito científico la aparición y uso generalizado de las TICs han supuesto una serie
11
de cambios en el sistema de ciencia . Entre sus ventajas se destaca la aparición de
herramientas que han empezado a formar parte de su vida diaria y han permitido elaborar
proyectos de investigación que sin las TICs no habrían sido posibles en el pasado: acceso a
instrumentos científicos, comunicaciones informales entre científicos y la difusión formal de
12
resultados de la investigación en la mayoría de los campos y países .
13
La investigación de Gaston Heimeriks y Eleftheria Vasileiadou analiza los cambios en la
ciencia con la aparición de las TICs en tres niveles “researching”, “scientizing” y “politicking”.
De acuerdo a su clasificación, la ciencia ha cambiado con la aparición de las TICs en estos tres
niveles:
Cuadro 1. Niveles de cambio en la ciencia con la aparición de las TICs
Prácticas básicas para los procesos de producción de conocimiento, nuevas
ideas, conceptos, métodos.
Reseaching
7
CARNOY, Martin, El
trabajo
flexible
en
la
era
de
la
información. Alianza Ensayo. Madrid,
España, 2001.
8
FREEMAN, Richard, The
labour
market
in
the
new
information
economy. Centre for
Economic, Performance. London School of Economics and Political Science. Houghton
Street, 2002.
9
ARNAL, Elena; OK, Wooseok; TORRES, Raymond, Knowledge,
Work
Organization
and
Economic
Growth,
Labour
Market
and
Social
Policy. OECD Occasional Papers No. 50, Paris,
2001.
10
ARNAL, Elena; OK, Wooseok; TORRES, Raymond, Knowledge,
Work
Organization
and
Economic
Growth,
Labour
Market
and
Social
Policy. OECD Occasional Papers No. 50, Paris,
2001.
11
HEIMERIKS, Gaston; VASILEIDAU, Eleftheria, Changes or transition? Analysing the use of
ICTs in the sciences. Social
Science
Information, (2008) Vol 47:5.
12
OCDE, Maximising the Benefits of Information Technology for Science: Overview and
Major Issues. OECD, Paris, 1999.
13
HEIMERIKS, Gaston; VASILEIDAU, Eleftheria, Changes or transition? Analysing the use of
ICTs in the sciences. Social
Science
Information, (2008) Vol 47:5
648
|
Scientizing
Actividades de comunicación de los científicos dan lugar a diferentes líneas
de conocimiento.
Politicking
Procesos de interacción entre ciencia y sociedad
Fuente: HEIMERIKS, Gaston; VASILEIDAU, Eleftheria, Changes or transition? Analysing
the use of ICTs in the sciences. Social
Science
Information, (2008) Vol 47: 5
Los autores sostienen que las diferentes formas de producción de conocimiento y las
TICs han evolucionado conjuntamente en la sociedad de la información. Los tres niveles
resumidos en el cuadro anterior reflejan las transiciones actuales en la producción y difusión
de conocimiento. En cada uno de los niveles, el incremento de uso de las TIC ha añadido
variedad y heterogeneidad de los modos de comunicación, a los tipos de colaboración,
dependiendo de los usuarios e instituciones involucradas.
Aunque no hay muchos estudios que analicen los cambios producidos en el ámbito
personal de los recursos humanos en ciencia y tecnología, se pueden tener en cuenta las
ventajas de las TICs en el plano profesional de manera genérica, así anteriormente vimos el
ejemplo del teletrabajo que entre sus ventajas se destaca la posibilidad de la conciliación
14
familiar . Las TICs pueden ser útiles para solventar los problemas de este ámbito ya que
elimina dos problemas, el tiempo y la distancia y pueden ayudar a corregir desequilibrios y
15
elevar la participación de las mujeres en todos los ámbitos
ALGUNOS
DATOS
DE
GÉNERO
EN
CIENCIA
Y
TECNOLOGÍA
Los datos indican que cada vez hay más mujeres empleadas en ciencia y tecnología, sin
embargo su posición en la carrera profesional, ni su distribución en las diferentes áreas es
16
igual . El Libro Blanco sobre la situación de las Mujeres en la Ciencia Española publica
algunos datos de interés en este sentido. La tasa de abandono del doctorado no sigue la
misma tendencia que la de la educación superior. En este periodo, la tasa de abandono de los
17
estudios de doctorado es superior en las mujeres que en los hombres .
14
ARNAL, Elena; OK, Wooseok; TORRES, Raymond, Knowledge,
Work
Organization
and
Economic
Growth,
Labour
Market
and
Social
Policy. OECD Occasional Papers No. 50, Paris,
2001.
15
PÉREZ SÁNCHEZ, Carmen; GÁLVEZ MOZO, Ana María, Teletrabajo y vida cotidiana:
Ventajas y dificultades para la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. Athenea
Digital,
2009,
nº15: 57-‐79
16
GONZÁLEZ RAMOS, Ana María, La carrera profesional de las investigadoras jóvenes: un
camino lleno de posibilidades. Revista
CTS (2009) nº 12, vol 4.
17
SANCHEZ DE MADARIAGA, Inés; DE LA RICA, Sara; DOLADO, Juan José, Libro
Blanco
sobre
la
situación
de
las
Mujeres
en
la
Ciencia
Española. llet-‐131-‐
198.uab.es/catedra/images/materials/libro_blanco_texto_completo_9%20de%20agosto.pd
f. 2001.
649
|
También podemos observar los datos de la Encuesta de Recursos Humanos del INE
sobre el conflicto que supone para las mujeres científicas compatibilizar una carrera
profesional con la familia. Tan sólo un 38% de las catedráticas tienen hijos/as y un 21% son
solteras. En el caso de los hombres el 63% de los catedráticos tienen hijos/as y un 15% son
18
solteros .
19
La distribución de de mujeres y hombres a lo largo de la carrera académica representa
no sólo la brecha entre las tasas de progresión profesional de hombre y mujeres, sino
también el mínimo aumento de la presencia de las mujeres en los altos cargos científicos
desde 1986 a 2005.
INVESTIGADORAS
E
INVESTIGADORES
EN
EL
INSTITUTO
DE
ASTROFÍSICA
DE
CANARIAS.
La investigación del IAC tiene una proyección mundial, pertenece a varias Redes
Internacionales de Investigación y participa en proyectos internacionales alrededor de todo el
mundo. Esta estrategia de proyección global facilita y fomenta la movilidad de sus
investigadores/as. Los proyectos se desarrollan tanto en investigación astrofísica como de
desarrollo tecnológico. De igual forma, se sitúa entre los centros de mayor relevancia en
cuanto al número y calidad de la producción científica en España. El impacto normalizado
supera de manera considerable la media de toda la producción científica española.
El personal del Instituto está formado por tres grandes grupos, investigación, enseñanza e
instrumentación. De acuerdo a la distribución de género, la composición de hombres y mujeres
es diferente en cada uno de los grupos. El primero de ellos, el de investigación, y más numeroso,
está compuesto por un 80% por investigadores frente a un 20% de investigadoras. No se da una
diferencia tan acusada en el grupo de enseñanza o doctorandos, compuesto por un 56,52% de
investigadores en formación y un 43,48% de investigadoras en formación. Sin embargo, el área
más segregada es el área de instrumentación, notablemente más masculinizado, en el cual los
hombres representan un 81,82% del personal total de esta área.
Se encuentran diferencias también en cuanto al tipo de contrato. Gracias al estudio de
20
Calero-‐Hernández tenemos los datos de distribución por género y tipo de contrato.
Destacan los datos del bajo número de mujeres funcionarias y el alto porcentaje de mujeres
en formación.
18
SANCHEZ DE MADARIAGA, Inés; DE LA RICA, Sara; DOLADO, Juan José, Libro
Blanco
sobre
la
situación
de
las
Mujeres
en
la
Ciencia
Española. llet-‐131-‐
198.uab.es/catedra/images/materials/libro_blanco_texto_completo_9%20de%20agosto.pd
f. 2001
19
FECYT, Mujer y Ciencia. La situación de las mujeres investigadoras en el sistema español
de ciencia y tecnología , 2007.
20
CALERO HERNÁNDEZ, Laura, Género y astrofísica: El caso del Instituto de Astrofísica de
Canarias (IAC). En Inmaculada Perdomo Reyes y Ana Puy Rodríguez (eds) “Género,
Conocimiento
e
Investigación”.
Plaza y Valdés Editores, Madrid. 2012.
650
|
Gráfico 2. Distribución por género y tipo de contrato
Funcionarios
Formación
90,6
9,4
44,7
55,3
Laboral Temporal
68,6
31,4
Laboral Fijo
67,8
32,2
Hombres
Mujeres
21
Fuente: Elaboración propia a partir de Calero-‐Hernández
La movilidad geográfica que realiza su personal es muy activa, teniendo movilidades
predoc, postdoc, larga duración, de asistencia a reuniones de trabajo, movilidad para
comunicar resultados en eventos científicos, de divulgación científica, entre otras. El tipo de
movilidad geográfica más identificativa de esta área científica es la movilidad de
observación, consistente en el desplazamiento a los distintos observatorios nacionales y de
otros países, para realizar tareas de observación.
METODOLOGÍA
Para llevar a cabo este estudio, se realizaron 12 entrevistas a un grupo de
investigadores/as del personal de ciencia y tecnología del IAC. La selección se distribuyó
principalmente respecto al género y al hecho de que tuvieran o no hijos/as o personas a su
cargo. La distribución de las entrevistas, en función de los objetivos planteados, se estructuró
de la siguiente manera:
21
CALERO HERNÁNDEZ, Laura, Género y astrofísica: El caso del Instituto de Astrofísica de
Canarias (IAC). En Inmaculada Perdomo Reyes y Ana Puy Rodríguez (eds) “Género,
Conocimiento
e
Investigación”.
Plaza y Valdés Editores, Madrid. 2012
651
|
Cuadro 2. Distribución de las entrevistas.
TO
TAL
HOMBRES
MUJERES
Con hijos/as o personas a su cargo
3
3
6
Sin hijos/as o personas a su cargo
3
3
6
Total
6
6
12
Los resultados que se presentan en este apartado han sido extraídos de la información
suministrada por los investigadores e investigadoras con y sin hijos/as o personas a su cargo,
durante las entrevistas. Las respuestas se han codificado en función a los objetivos de la
investigación.
Cuadro 3. Codificación entrevistas
Grupo
Codificación
Mujeres
Hombres
Con hijos /as o personas a su cargo
1.1 (+ nº de entrevista)
Sin hijos /as o personas a su cargo
1.2.(+ nº de entrevista)
Con hijos /as o personas a su cargo
2.1 (+ nº de entrevista)
Sin hijos /as o personas a su cargo
2.2 (+ nº de entrevista)
RESULTADOS
En primer lugar destacar que la movilidad del personal de esta área de investigación
tiende a ser mayoritariamente internacional, las investigaciones suelen ser de ámbito global
por lo que en muchos de los casos los desplazamientos realizados son a otros países. La
Figura 2 resume los principales tipos de movilidad indicados por los entrevistados.
En el caso del personal con hijos/as las estancias de investigación largas disminuyen
considerablemente o no son practicadas sobre todo cuando éstos son menores. Los
problemas suelen deberse al tiempo de dedicación y cuidados que necesitan los hijos/as
cuando son muy pequeños. Este cuidado suele solventarse en el lugar de residencia con el
apoyo familiar, apoyo del que suelen carecer en las estancias largas de investigación. De la
misma manera, para que los/as investigadores/as con carga familiar puedan realizar este tipo
de movilidad tienen que realizar una planificación a largo plazo con los horarios y trabajos de
la pareja, siendo en muchos casos imposible de llevarla a cabo. Para solventar esta
problemática algunos investigadores/as con hijos/as eligen las estancias de larga duración, a
lugares donde pueden recibir un apoyo familiar, como es el caso del personal investigador
extranjeros que se organizar para realizar estancias en lugares cercanos a sus familias para
poder conciliar su trabajo y vida familiar.
652
|
Figura 1. Tipos de movilidad geográfica del área
Fuente: Elaboración propia a partir de las entrevistas realizadas
Algunos informantes indican que retomaron las estancias largas cuando sus hijos/as
crecieron, y otros están a la espera de ese momento para poder para continuar o iniciar
proyectos que comprenden movilidad de larga duración a otros países.
Las estancias largas de investigación disminuyen o desaparecen cuando se tienen
hijos/as pequeños/as a su cargo, independientemente de si es investigadora o investigador.
Tampoco se han mencionado diferencias en la reducción de las estancias largas de
investigación en función de la distancia de la movilidad, es decir, lo determinante parece ser
el tener hijos/as pequeños, no la distancia de la movilidad geográfica.
Las estancias cortas como la asistencia a congresos, es un tipo de movilidad que de
manera general no se ve afectada por la carga familiar, sin embargo, algunos de los/las
entrevistados/as necesitaban algún tipo de apoyo en el cuidado de sus hijos/as para
realizarlas.
El personal entrevistado con hijos/as describe cómo disminuyen las estancias para
realizar observaciones cuando éstos son pequeños. Además se trata de un tipo de movilidad
no recomendado para embarazadas debido a la presión por la altitud y otros factores de
riesgo. Por tanto, la disminución de esta movilidad para este grupo está condicionada a los
periodos de maternidad.
Al preguntarles sobre los problemas de la carrera científica, los primeros problemas que
surgen en el discurso de los/as investigadores/as son la alta movilidad geográfica y la falta de
653
|
estabilidad laboral, los cuales conllevan a una inestabilidad personal. Estas dificultades son
citadas incluso por el personal estable del centro, que reconoce que en el presente, son un
obstáculo para la progresión de las nuevas generaciones en mayor medida que en el pasado.
En cuanto a la promoción de la carrera científica, en esta área de investigación también se
representa la famosa “tijera”.
“Entran
chicas
en
la
carrera
científica
con
una
postdoc
y
la
que
finalmente
consiguen
una
plaza,
es
increíble,
hay
promociones
en
las
que
entran
más
mujeres
para
hacer
la
tesis
y
luego
ves
que
cuando
les
correspondería
conseguir
una
plaza,
en
torno
a
eso
ya
quedan
dos
a
lo
mejor,
empiezan
20.
No
es
sólo
por
tener
familia,
sino
porque
la
vida
te
lleva
a
eso
y
la
vida
es
la
familia
al
fin
y
al
cabo”
(1.1.3)
Los problemas se acentúan si se tiene hijos/as porque no sólo aumentan los costes
económicos del desplazamiento y traslado de toda la familia a otro país, sino que además, suponen
un problema de agenda para la educación de los hijos/as, pues hay que llevarlos a nuevos colegios,
pensar en la manera de cuidarlos cuando no están en la escuela, etc.
“O,
ver
a
mi
familia,
durante
muchos
años
he
mantenido
el
contacto
con
la
gente
de
mi
universidad
de
origen,
no
sé
un
seminario
etc
y
aprovechaba
para
ver
a
la
familia.
O,
si
iba
a
un
congreso
pasaba
por…
y
dejaba
a
los
niños,
iba
al
congreso
y
volvía.
En
la
ecuación
siempre
tenían
que
entrar
los
niños
a
la
fuerza
porque
algo
tenía
que
hacer
con
ellos”
(1.1.1)
“Me
llevo
a
mi
hijo,
yo
creo
que
eso
le
aporta
muchísimo,
conocer
sitios
nuevos,
gente
nueva,
gente
que
habla
de
otras
cosas,
yo
creo
que
eso
les
aporta
mucho,
sobre
todo
a
estas
edades
que
son
esponjas.
Pero
si
que
he
tenido
que
estar
un
mes
fuera
sin
que
ellos
pudieran
venir
porque
coincidía
con
el
cole
o
con
otras
cosas,
pues
por
ejemplo,
mi
marido
tenía
otras
obligaciones
y
no
le
permitían
el
desplazarse
o
lo
que
fuera”
(1.1.3)
En el caso de las investigadoras se ha mencionado las dificultades de formar una familia por la
falta de estabilidad y el continuo traslado a otros países. Se mencionan casos de investigadoras que
renuncian a la carrera científica para formar una familia.
“Yo
tengo
muchas
compañeras
pues
que
su
vida
personal
ha
estado
un
poco
cortada
por
el
tema
de
la
investigación.
O
dejas
la
investigación
y
te
decides
por
la
familia,
o
cambias
de
profesión,
o
no
tienes
vida.
A
los
chicos
su
familia
les
sigue,
mientras
que
a
las
chicas,
no
(…).
Pero
si
tu
pareja
no
es
del
mundo
de
la
investigación
es
muchísimo
más
complicado.
En
general,
las
mujeres
se
encuentran
con
ese
problema”
(1.1.3)
La Figura 2 dibuja el resumen y relaciona el listado de ventajas en el ámbito personal y
profesional del uso de TICs en la investigación y en los procesos de movilidad geográfica del
personal investigador. Las ventajas subrayadas en color rojo son las que coinciden con una ventaja
tanto en el ámbito personal como el profesional y, a su vez se etiquetan en ventajas para la
movilidad geográfica en la investigación
654
|
En relación a la aparición de las TICs y su relación con la conciliación familiar, se destacan las
siguientes ventajas:
- Posibilidad de trabajar en el hogar
- Mantenimiento del contacto con la familia cuando realizan movilidad geográfica.
- Reducción del número de desplazamientos
La aparición de las TICs y su relación con la conciliación familiar se basa, sobre todo, en poder
evitar los desplazamientos. Con estas herramientas se pueden mantener el contacto con colegas o
con la familia mientras se trabaja desde otros lugares, principalmente desde el propio hogar, pero
también cuando se está de viaje.
“En
mi
caso
lo
que
me
permite
conciliar
en
relación
a
las
TICs
es
el
hecho
de
que
puedo
trabajar
en
casa
de
manera
que,
por
ejemplo,
mi
hija
duerme
hasta
“equis”
horas
de
la
mañana
y
yo
puedo
trabajar
tres
o
cuatro
horas
por
la
mañana
gracias
a
que
existe
el
mail,
a
que
si
necesito
hablar
puedo
usar
el
skype
o
que
puedo
llamar
por
teléfono…
Pero
no
me
han
animado
a
tomar
la
decisión
de
moverme
y
creo
que
no
me
ayudarían
porque
no
pueden
suplir
el
contacto
diario,
ni
las
tareas
de
la
casa
ni
nada
por
el
estilo,
es
decir,
a
mi
no
me
ayudarían
a
moverme
más,
yo
creo
que
ayudan
a
moverse
menos
y
que
deberían
ayudar
a
moverse
menos,
que
no
sea
necesario
irme
a
una
colaboración
a
Alemania
porque
yo
me
puedo
comunicar
con
esa
persona
por
skype
una
hora
al
día
todos
los
días,
entonces
no
es
necesario
estar
físicamente
sentado
en
el
despacho,
yo
creo
que
más
bien
a
mi
me
ayudarían
realmente
a
moverme
menos”
(1.1.2)
Cuando la movilidad geográfica es inevitable, las TICs favorecen el mantenimiento de
contacto con la familia. La posibilidad de poder verse en el skype hace que los problemas asociados
con el desplazamiento disminuyan, poder comunicarse, incluso poder ayudar a sus hijos/as con las
tareas.
“En
cambio
yo
ahora,
con
mi
hijo,
yo
me
fui
a…
el
año
pasado
pues
15
días
y
todos
los
días
hablábamos
por
skype
y
allí
nos
veíamos.
No
es
como
estar
ahí
evidentemente,
además
los
niños
cuando
son
pequeños
es
como:
‘ah
pues
si
no
estás
aquí
tampoco
no
voy
a
hablar
mucho
contigo”.
Después
cuando
crecen
me
imagino
que
será
distinto.
Ahora
tiene
una
fase
así
como
‘ah,
hola
mami
cómo
estás,
bueno
me
voy
a
jugar’.
Pero
por
lo
menos
lo
ves
y
puedes
hablar,
no
sé,
es
muy
fácil…”
(1.1.3)
“Por
ejemplo,
la
última
vez
recuerdo
perfectamente
en
el
congreso
de
…
a
principios
de
enero
pues
hubo
un
problema
en
casa
que
alguien
se
puso
malo
y
tuvieron
que
llevarlo
a
urgencias
y
tal.
Entonces
yo
me
enteré
al
instante,
antes
eso
no
hubiera
sido
posible,
no,
entonces
yo
estaba
conectado
y
vi
el
mensaje
que
llamara
para
allá
porque
tenía
gripe
un
familiar
y
se
lo
habían
llevado
a
urgencias”
(2.1.8).
“…
y
a
veces,
necesita
un
poco
de
ayuda
con
su
tarea,
pero
si
no
estoy
la
hacemos
vía
skype
o
vía
correo
electrónico”(2.1.7)
655
|
CONCLUSIONES
Los resultados del estudio de caso ha ampliado el listado de usos de las TICs a partir de los
beneficios que se han descrito sobre el uso de estas herramientas. De esta forma, las TICs han
supuesto una serie de beneficios desde un punto de vista científico y personal (véase Figura 2). Así
se destacan beneficios como la reducción del número de desplazamientos, lo cual conlleva a su vez
a un ahorro económico y de tiempo, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, permiten el
mantenimiento del contacto con los/as colaboradores/as y con la familia cuando se realizan los
desplazamientos, entre otras ventajas.
En cuanto al papel que juegan las TICs en la conciliación familiar del personal en ciencia y
tecnología, coinciden en destacar que las TICs han ayudado en la conciliación familiar porque se
reducen y evitan los desplazamientos. Entre los beneficios mencionados enfatizan en la posibilidad
de trabajar desde casa, ventajoso sobre todo para el personal con carga familiar. El personal con
hijos/as menores ha manifestado la importancia del uso de las TICs para mantener el contacto
cuando realizan movilidad geográfica, llegando incluso a ayudarles con sus tareas escolares
utilizando estas herramientas.
La alta movilidad geográfica destacada como “necesaria” e “imprescindible” desde un punto
de vista científico, puede llegar a convertirse en un problema para la estabilidad personal. Se trata
de una problemática destacada sobre todo por los/as investigadores/as más jóvenes. Estas
dificultades, en opinión de los entrevistados, dificultan la creación de la familia.
Se limita la movilidad geográfica de los investigadores e investigadoras del IAC con hijos/as,
especialmente si son menores. Se reducen e incluso dejan de practicarse las estancias largas de
investigación. Los/as que han realizado estancias largas de investigación, mientras sus hijos/as aún
son pequeños, las han realizado porque han tenido la oportunidad de ir acompañado por la pareja o
algún familiar. El personal entrevistado con hijos/as pequeños/as indica que mientras éstos son
dependientes intentan reducir la movilidad geográfica, las estancias largas son casi eliminadas y las
cortas como la movilidad de observación se reducen considerablemente.
Las diferencias de género se encuentran en la distribución del personal investigador del IAC.
Los datos indican que predominan los investigadores (80%) frente a las investigadoras (20%), sin
embargo, durante la fase de doctorado la distribución por género no existen diferencias tan
1
acusadas. En el Libro Blanco sobre la situación de las mujeres en la Ciencia Española , vimos como
la tasa de abandono de doctorado de las mujeres era mayor que en la de los hombres. En el caso
del IAC parece repetirse este hecho. Aunque no se han realizado entrevistas a este colectivo,
1
SANCHEZ DE MADARIAGA, Inés; DE LA RICA, Sara; DOLADO, Juan José, Libro
Blanco
sobre
la
situación
de
las
Mujeres
en
la
Ciencia
Española. llet-‐131-‐
198.uab.es/catedra/images/materials/libro_blanco_texto_completo_9%20de%20agosto.pd
f. 2001
656
|
investigadoras que hayan dejado la carrera científica, algunas de las entrevistadas han mencionado
el abandono de la carrera científica de muchas compañeras en la pregunta sobre problemas de la
investigación.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo pudo ser desarrollado gracias a la colaboración del Instituto de Astrofísica de
Canarias, especialmente gracias al personal de la Oficina de Transferencia de Resultados de
Investigación, quien solicitó la colaboración de las investigadoras e investigadores del Instituto.
Concretamente me gustaría agradecer al personal investigador del IAC, entrevistados/as y no
entrevistados/as, que mostraron interés en colaborar y participar en este proyecto. A los/as
entrevistados/as agradecer su tiempo, colaboración y aportación de su experiencia, sin su
información este estudio no se podría haber llevado a cabo.
657
|
EL
PROYECTO
FIN
DE
CARRERA
EN
LA
ESCUELA
TÉCNICA
SUPERIOR
DE
INGENIERÍA
CIVIL
E
INDUSTRIAL
DE
LA
UNIVERSIDAD
DE
LA
LAGUNA.
UNA
PERSPECTIVA
DE
GÉNERO
Silvia
Alayón
Miranda
Eduardo
González
Díaz
Evelio
José
González
González
Belén
Melián
Batista
Ernesto
Pereda
de
Pablo
Norena
Martín
Dorta
INTRODUCCIÓN
El Proyecto de Fin de Carrera es una asignatura obligatoria de último curso de los Planes
de Estudios de las Ingenierías Técnicas, y normalmente es la prueba final que pasan los
estudiantes de Ingeniería antes de titularse. Es una asignatura de especial importancia ya que
supone la profundización y aplicación de los conocimientos adquiridos durante la carrera a un
problema de Ingeniería.
Con el Proyecto Fin de Carrera en Ingeniería se intenta que el estudiante realice un
ejercicio en el que pueda poner en práctica los conocimientos adquiridos durante sus años de
carrera de la forma más realista posible. Se pretende que éste sea un trabajo que se acerque
lo más posible a una “situación real” a la que, en un futuro, podrá enfrentarse como
1,2,3
profesional el actual estudiante . Además el estudiante deberá adquirir durante la
1
CERNUDA, Agustín, “El modelo de desarrollo para un Proyecto Fin de Carrera en
Ingeniería Técnica en Informática”. VIII
Jornadas
de
Enseñanza
Universitaria
de
la
Informática (JENUI’02). España (2002).
2
CARO, María A., RODRÍGUEZ, Alfonso, CALERO, Coral, FERNANDEZ-‐MEDINA, Eduardo,
PIATTINI, Mario, “Análisis y revisión de la literatura en el contexto de proyectos de fin de
carrera: Una propuesta”. Jornadas
Chilenas
de
Computación (JCC’05). Chile (2005).
3
VALDERRAMA, Elena, RULLÁN, Mercedes, SÁNCHEZ, Francisco, PONS, Joan, MANS,
Claudi, GINÉ, Francisco, JIMÉNEZ, Laureano, PEIG, Enric., “Guidelines For The Final Year
Project Assessment In Engineering”, 39th
ASEE/IEEE
Frontiers
in
Education
Conference, San
Antonio, TX, Session M2J (2009).
4
SANCHEZ, José L., GONZÁLEZ, Carina S., ALAYON, Silvia. “Evaluation of Transversal
Competences in the Final Year Project in Engineering”. Proceedings
of
the
22nd
EAEEIE
Annual
Conference (2011).
658
|
realización del mismo otras habilidades transversales de suma importancia para su futuro
profesional, tales como autonomía, habilidades de comunicación oral y escrita, capacidad
4
para preparar documentación técnica e informes, habilidades sociales, etc .
Por este motivo, en este trabajo ha sido elegida esta asignatura para realizar una
comparativa de género para tres titulaciones de Ingeniería: Ingeniería Técnica Industrial, esp.
Electrónica Industrial, Ingeniería Técnica Industrial, esp. Mecánica e Ingeniería Técnica en
Obras Públicas, esp. Hidrología, todas ellas impartidas en la Escuela Técnica Superior de
Ingeniería Civil e Industrial de la Universidad de La Laguna. El presente estudio comprende
datos recopilados en los cursos académicos 2010-‐2011 y 2011-‐2012, últimos años en los que
estas titulaciones se han impartido presencialmente, antes de la implantación final de los
5
grados equivalentes para estas ingenierías siguiendo las directrices de Bolonia .
En el estudio que se presenta a continuación se ofrecen datos sobre el número total de
alumnos que terminan exitosamente su Proyecto Final de Carrera en estas titulaciones de
Ingeniería, por convocatorias, y una comparativa sobre los resultados comparando el número
de alumnos y el de alumnas y la nota media. Además, se ha incluido un análisis sobre las
temáticas de Proyecto elegidas libremente por los estudiantes, para comprobar si existen
tendencias en esta elección relativas al género.
PRIMER
CASO
DE
ESTUDIO:
EL
PROYECTO
FIN
DE
CARRERA
EN
LA
INGENIERÍA
TÉCNICA
INDUSTRIAL,
ESP.
ELECTRÓNICA
INDUSTRIAL
(ITIE)
1.
Estadísticas
Durante los cursos 2010-‐2011 y 2011-‐2012 se defendieron exitosamente en esta
titulación un total de 103 Proyectos Fin de Carrera, de los cuales 17 proyectos fueron
defendidos por alumnas (16,5%) y 86 por alumnos (83.5%). La distribución por
convocatorias y por alumnos/as para el curso escolar 2010-‐2011 se muestra en la figura 1 y
para el curso 2011-‐2012 en la figura 2.
5
The official Bologna Process website:
http://www.ond.vlaanderen.be/hogeronderwijs/bologna
659
|
25
Número de alumnos/as
20
15
10
5
0
1
2
3
4
Curso 2010-2011. Convocatorias: marzo, junio, julio y diciembre
Figura 1. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITIE en
el curso escolar 2010-‐2011. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
35
30
Número de alumnos/as
25
20
15
10
5
0
1
2
3
4
Curso 2011-2012. Convocatorias: marzo, junio, julio y septiembre
Figura 2. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITIE en
el curso escolar 2011-‐2012. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
660
|
En las siguientes tablas se muestra la nota media de estos Proyectos Fin de Carrera por
convocatorias y por género, para facilitar la comparativa (tabla 1: curso 2010-‐2011, tabla 2:
curso 2011-‐2012).
Alumnos
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Alumnas
Nota Media
Desv.
Marzo
8.00
2.12
9.00
0.40
Junio
9.00
0
10
0
Julio
8.89
1.07
9.50
0.50
Diciembre
9.20
0.56
9.75
0.35
Tabla 1. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITIE en el curso escolar 2010-‐2011.
Alumnos
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Alumnas
Nota Media
Desv.
Marzo
9.76
0.25
-‐-‐
-‐-‐
Junio
9.60
0.41
9.60
0.14
Julio
9.69
0.41
9.92
0.15
Septiembre
9.30
0.27
9.00
0
Tabla 2. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITIE en el curso escolar 2011-‐2012.
Por último, se han analizado las temáticas de los Proyectos Fin de Carrera de ITIE
presentados en estos dos cursos escolares. Las temáticas más comunes y el número de
proyectos enmarcados en estas temáticas, separados por alumnos y alumnas se ofrecen en la
tabla 3, y las preferencias proporcionales de elección según el género se muestran en las
figuras 3 y 4.
Tema Proyecto
Diseño y proyección de
instalaciones (proyectos de
Oficina Técnica)
Nº proyectos
defendidos por
alumnos
41
Nº proyectos
defendidos por
alumnas
8
Nº total de
proyectos
49
Desarrollo electrónico
23
3
26
Proyectos de Control y/o
Automatización
9
3
12
Proyectos de Simulación
5
1
6
Proyectos relacionados con las
6
1
7
661
|
Energías Renovables y
Eficiencia Energética
Proyectos de gestión
2
1
3
Tabla 3. Temática de los Proyectos Fin de Carrera en ITIE en los cursos escolares 2010-‐2011 y
2011-‐2012
Ge
sti
Si
m
Ofi
cin
El
ect
Energías Renovables y/o Eficiencia Energética
662
|
2.
Análisis
de
los
datos
En los datos mostrados en la sección anterior se aprecia rápidamente que en general el
número de alumnos que presentan el Proyecto Fin de Carrera en ITIE es muy superior al
número de alumnas. Esto se debe sin duda a que tasa de ingreso de alumnas en este tipo de
titulaciones es muy baja comparado con la tasa de alumnos.
Analizando el número de presentados por convocatorias en los dos cursos, es evidente
que la convocatoria de Julio ha sido la más utilizada por los alumnos/as de ITIE para presentar
su Proyecto Fin de Carrera.
De las tablas que recogen las notas medias de los Proyectos por convocatorias y cursos
es curioso observar que las alumnas, minoritarias en número, obtienen calificaciones finales
ligeramente superiores a las de los alumnos.
Las temáticas de los Proyectos en ITIE no parecen estar dividas por género. En todas las
titulaciones analizadas hay temas más frecuentes y elegidos que otros, pero la proporción de
663
|
alumnos y alumnas que los eligen es parecida: casi la mitad de los alumnos y alumnas
escogen realizar su Proyecto Fin de Carrera en temas relacionados con Oficina Técnica. La
segunda opción más elegida, tanto para alumnos como para alumnas, son los proyectos de
desarrollo electrónico y la tercera los relacionados con el Control y la Automatización.
SEGUNDO
CASO
DE
ESTUDIO:
EL
PROYECTO
FIN
DE
CARRERA
EN
LA
INGENIERÍA
TÉCNICA
INDUSTRIAL,
ESP.
MECÁNICA
(ITIM)
1
estadísticas
Durante los cursos 2010-‐2011 y 2011-‐2012 se defendieron exitosamente en esta
titulación un total de 74 Proyectos Fin de Carrera, de los cuales 11 proyectos fueron
defendidos por alumnas (14,8%) y 63 por alumnos (85.2%). La distribución por
convocatorias y por alumnos/as para el curso escolar 2010-‐2011 se muestra en la figura 5 y
para el curso 2011-‐2012 en la figura 6.
En las tablas 4 y 5 se muestra la nota media de estos Proyectos Fin de Carrera por
convocatorias y por género, para facilitar la comparativa (tabla 4: curso 2010-‐2011, tabla 5:
curso 2011-‐2012).
Número de alumnos/as
15
10
5
0
1
2
3
4
Curso 2010-2011. Convocatorias: marzo, junio, julio y diciembre
Figura 5. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITIM en
el curso escolar 2010-‐2011. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
664
|
Número de alumnos/as
15
10
5
0
1
2
3
4
Curso 2011-2012. Convocatorias: marzo, junio, julio y septiembre
Figura 6. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITIM en
el curso escolar 2011-‐2012. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
Alumnos
Alumnas
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Nota Media
Desv.
Marzo
8.25
1.43
9.25
1.06
Junio
8.10
1.34
9.0
0
Julio
8.80
0.75
-‐-‐
-‐-‐
Diciembre
8.14
1.67
-‐-‐
-‐-‐
Tabla 4. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITIM en el curso escolar 2010-‐2011.
Alumnos
Alumnas
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Nota Media
Desv.
Marzo
8.5
0.86
9.00
0.70
Junio
8.66
0.28
8.5
0
Julio
8.65
0.98
9.12
0.25
Septiembre
8.62
1.02
-‐-‐
-‐-‐
Tabla 5. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITIM en el curso escolar 2011-‐2012.
665
|
Por último, se han analizado las temáticas de los Proyectos Fin de Carrera de ITIM
presentados en estos dos cursos escolares. Las temáticas más comunes y el número de
proyectos enmarcados en estas temáticas, separados por alumnos y alumnas se ofrecen en la
tabla 6, y las preferencias proporcionales de elección según el género se muestran en las
figuras 7 y 8.
Tema Proyecto
Nº proyectos
defendidos por
alumnos
Nº proyectos
defendidos por
alumnas
Nº total de
proyectos
Diseño y proyección de
instalaciones (proyectos de
Oficina Técnica)
26
1
27
Desarrollo mecánico
11
3
14
Proyectos relacionados con las
Energías Renovables, Eficiencia
Energética, Reciclaje y Residuos
25
5
30
Proyectos de gestión
0
1
1
Proyectos de Automatización
1
1
2
Tabla 6. Temática de los Proyectos Fin de Carrera en ITIM en los cursos escolares
2010-‐2011 y 2011-‐2012
666
|
667
|
Automatización
ANÁLISIS
DE
LOS
DATOS
En los datos mostrados en la sección anterior se aprecia rápidamente que en general el
número de alumnos de ITIM que presentan el Proyecto Fin de Carrera es muy superior al
número de alumnas, diferencia incluso mayor que en el caso de ITIE.
De las tablas que recogen las notas medias de los Proyectos por convocatorias y cursos
es curioso observar, igual que el caso de ITIE, que las alumnas, minoritarias en número,
obtienen calificaciones finales ligeramente superiores a las de los alumnos. Aunque en el caso
de ITIM ha habido tres convocatorias en las que ninguna alumna ha defendido su Proyecto
Fin de Carrera.
Sobre las temáticas de los Proyectos se pueden apreciar algunas diferencias de elección
entre alumnos y alumnas: mientras que los chicos eligen en igual proporción proyectos de
Oficina Técnica y proyectos relacionados con Energías Renovables, Eficiencia Energética,
Reciclaje y Residuos, las chicas se decantan más por este último tema, siendo muy pocas las
que eligen temas de Oficina Técnica. Y además, proporcionalmente, hay más proyectos
orientados a Mecánica entre las chicas que entre los chicos.
TERCER
CASO
DE
ESTUDIO:
EL
PROYECTO
FIN
DE
CARRERA
EN
LA
INGENIERÍA
TÉCNICA
EN
OBRAS
PÚBLICAS,
ESP.
HIDROLOGÍA
(ITOP)
1
Estadísticas
Durante los cursos 2010-‐2011 y 2011-‐2012 se defendieron exitosamente en esta
titulación un total de 78 Proyectos Fin de Carrera, de los cuales 26 proyectos fueron
defendidos por alumnas (33,3%) y 52 por alumnos (66.7%). La distribución por
convocatorias y por alumnos/as para el curso escolar 2010-‐2011 se muestra en la figura 9 y
para el curso 2011-‐2012 en la figura 10.
668
|
18
16
Número de alumnos/as
14
12
10
8
6
4
2
0
1
2
3
4
Curso 2010-2011. Convocatorias: marzo, junio, julio y diciembre
Figura 9. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITOP en el
curso escolar 2010-‐2011. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
10
9
Número de alumnos/as
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1
2
3
4
Curso 2011-2012. Convocatorias: marzo, junio, julio y septiembre
Figura 10. Número de estudiantes que han superado el Proyecto Fin de Carrera en ITOP
en el curso escolar 2011-‐2012. Rojo: alumnas. Azul: alumnos.
669
|
En las siguientes tablas se muestra la nota media de estos Proyectos Fin de Carrera por
convocatorias y por género, para facilitar la comparativa (tabla 7: curso 2010-‐2011, tabla 8:
curso 2011-‐2012).
Alumnos
Alumnas
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Nota Media
Desv.
Marzo
7.60
1.12
7.50
0
Junio
9.00
0.70
-‐-‐
-‐-‐
Julio
8.05
1.36
8.87
0.43
Diciembre
8.96
0.61
9.50
0
Tabla 7. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITOP en el curso escolar 2010-‐2011.
Alumnos
Alumnas
Convocatoria
Nota Media
Desv.
Nota Media
Desv.
Marzo
8.66
1.52
9.00
0.70
Junio
8.82
0.85
8.50
1.41
Julio
9.10
1.24
8.80
0.70
Septiembre
8.22
1.63
8.53
1.01
Tabla 8. Nota media de los Proyectos Fin de Carrera en ITOP en el curso escolar 2011-‐2012.
Por último, se han analizado las temáticas de los Proyectos Fin de Carrera de ITOP
presentados en estos dos cursos escolares. Las temáticas más comunes y el número de
proyectos enmarcados en estas temáticas, separados por alumnos y alumnas se ofrecen en la
tabla 9, y las preferencias proporcionales de elección según el género se muestran en las
figuras 11 y 12.
Tema Proyecto
Nº proyectos
defendidos por
alumnos
Nº proyectos
defendidos por
alumnas
Nº total de
proyectos
Aguas: abastecimiento,
saneamiento, distribución,
drenaje, balsas y depósitos, etc
26
12
38
Transporte, carreteras, etc
7
2
9
Urbanización
5
7
12
Materiales de construcción
2
4
6
Centrales hidroeléctricas y
eficiencia energética
6
0
6
Estudios de barrancos
5
1
6
670
|
Gestión
1
0
Tabla 9. Temática de los Proyectos Fin de Carrera en ITOP
en los cursos escolares 2010-‐2011 y 2011-‐2012
Ag
ua
671
|
1
2.
Análisis
de
los
datos
En los datos mostrados en la sección anterior se aprecia rápidamente que en general el
número de alumnos que presentan el Proyecto Fin de Carrera en ITOP sigue siendo superior
al número de alumnas, pero se aprecia que esta diferencia es sustancialmente menor que en
los casos de las Ingenierías Industriales analizados anteriormente.
De las tablas que recogen las notas medias de los Proyectos por convocatorias y cursos
es curioso observar que la nota media de los proyectos de ITOP es ligeramente menor que la
nota media de los proyectos de las Ingenierías Industriales, y que la diferencia de nota entre
alumnos y alumnas está bastante más igualada.
Los Proyectos en ITOP son muy variados y es complicado catalogar la cantidad de
proyectos existentes en unas mismas líneas temáticas. Dentro de las definidas en este
estudio se pueden apreciar algunas similitudes y notables diferencias en la elección de
proyectos de los alumnos y alumnas.
672
|
La gran similitud es la tendencia mayoritaria de chicos y chicas a elegir proyectos
relacionados con temas de agua: abastecimiento, saneamiento, distribución, drenaje,
depósitos, balsas, etc. Casi la mitad de los alumnos y alumnas de esta titulación han
orientado su proyecto en esta línea. Esto es comprensible ya que Hidrología es la
especialidad final de estos alumnos de ITOP.
Entre las diferencias podemos destacar que proporcionalmente hay más alumnas que
alumnos realizando su proyecto en temas de urbanismo y en estudios de materiales de
construcción, mientras que los alumnos son los únicos que han dedicado esfuerzo a temas
relacionados con la eficiencia energética, las centrales hidroeléctricas y la gestión.
CONCLUSIONES
En el presente trabajo se ha presentado un estudio comparativo de los Proyectos Fin de
Carrera de las titulaciones de Ingeniería Técnica Industrial, esp. Electrónica Industrial (ITIE),
Ingeniería Técnica Industrial, esp. Mecánica (ITIM) e Ingeniería Técnica en Obras Públicas,
esp. Hidrología (ITOP), titulaciones impartidas en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería
Civil e Industrial de la Universidad de La Laguna. El estudio comprende los cursos escolares
2010-‐2011 y 2011-‐2012 y recopila datos sobre los Proyectos Fin de Carrera presentados por
alumnos y alumnas de la Escuela.
El principal objetivo de este estudio ha sido analizar, bajo la perspectiva de género, las
similitudes y diferencias de los proyectos presentados. El estudio se ha focalizado en los
siguientes aspectos:
1) Número de alumnos y alumnas de cada titulación que presentan su proyecto fin de
carrera en cada curso escolar. La principal conclusión es que el número de alumnos es
notablemente mayor que el de alumnas, siendo esta diferencia mayor para los estudiantes de
ITIM y menor para los de ITOP. Esta diferencia es normal teniendo en cuenta que en general
el número de alumnas que ingresa en estas titulaciones de perfil técnico es mucho menor que
el número de alumnos.
2) Nota media de los proyectos fin de carrera en cada curso escolar por convocatoria.
Excepto en el caso de ITOP, donde los alumnos y las alumnas obtienen calificaciones
parecidas, es bastante sorprendente observar que las alumnas, a pesar de ser una minoría en
las carreras de Ingeniería Industrial, obtienen calificaciones superiores a las que de los
alumnos.
3) Preferencia a la hora de elegir la temática del Proyecto Fin de Carrera. Es difícil
generalizar en este aspecto para las tres titulaciones bajo estudio. Las temáticas de los
Proyectos en ITIE no parecen estar dividas por género. En todas las titulaciones analizadas
hay temas más frecuentes y elegidos que otros, pero la proporción de alumnos y alumnas
que los eligen es parecida: casi la mitad de los alumnos y alumnas escogen realizar su
Proyecto Fin de Carrera en los mismos temas, y es en las temáticas menos frecuentes donde
se pueden observar las mayores diferencias.
673
|
GÉNERO,
INNOVACIÓN
Y
DEMOCRACIA.
LOS
PILARES
DE
LA
NUEVA
CIENCIA
Zenaida
Yanes
Abreu
INTRODUCCIÓN:
ESTUDIOS
DE
CIENCIA
Y
GÉNERO.
LA
MIRADA
CRÍTICA.
El origen de los estudios de Ciencia y Género se encuentra en los trabajos de críticas
feministas y mujeres dedicadas a la ciencia que vieron la necesidad de analizar el trato que
distintas disciplinas científicas dan a lo femenino, y su repercusión en la ciencia. Estos
estudios mostraron que la exclusión de las mujeres de la práctica científica no era una
cuestión anecdótica y que los sesgos de género impregnaban el discurso científico que
justificaba la desigualdad desde la aparente objetividad. Esto hace que la crítica feminista de
la ciencia no sea una cuestión periférica y deriva en un análisis radical y constructivo que pone
en tela de juicio los pilares fundamentales de la ciencia.
Desde el área histórica se ha analizado la situación de desigualdad en las que se
encontraban las mujeres en el ámbito del conocimiento y se ha realizado una gran labor de
recuperación de aquellas que han contribuido a la Historia de la Ciencia. Mujeres cuyas
contribuciones fueron relegadas al olvido o bien no obtuvieron el reconocimiento debido, ya
que sus actividades se consideraban “tareas propias de mujeres”. Además, ha sido necesario
analizar la conceptualización de lo femenino para comprender cómo la ciencia,
especialmente desde su profesionalización, impedía el acceso de las mujeres o las desalojaba
de prácticas que le eran propias, para que posteriormente la historia las ningunease
nuevamente dejando en el olvido a aquellas que alcanzaban superar todas las barreras
puestas por la sociedad y la institución científica.
Esta labor de rescate histórico es fundamental en un sentido ético, epistemológico y
pedagógico ya que no sólo hace justicia a aquellas mujeres que han contribuido al desarrollo
de la ciencia, sino que también muestra un modelo diferente de la actividad científica, una
actividad que atiende a los procesos y no sólo a los grandes logros, y que entiende que estos
grandes logros son el fruto de múltiples aportaciones, de un trabajo cooperativo y de revisión
constante.
Los estudios historiográficos permiten mostrar a mujeres que sirven de modelo. El
mentorazgo es un elemento clave para motivar a las mujeres jóvenes a que participen en la
producción de conocimiento científico. No obstante, es imprescindible también analizar los
modelos de ciencia proporcionados en el ámbito educativo, de ahí que desde el área
pedagógica se proponga revisar y transformar los currículos, textos científicos, etc. para
eliminar los sesgos de género, fomentar las actitudes y expectativas que niñas y adolescentes
674
|
tienen hacia la ciencia y la tecnología, y promover así la incorporación e integración de
mujeres en aquellas disciplinas científicas en que la mayoría de investigadores son hombres.
El principal objetivo desde esta área es que las mujeres puedan acceder en condiciones de
igualdad a las distintas disciplinas científicas, a la vez que se sensibiliza sobre las cuestiones
de género a las personas que se dedican a la enseñanza, ya que el ámbito educativo es el
lugar clave para ir formando una nueva mirada.
En el ámbito sociológico se analizan las barreras institucionales y estructurales que
obstaculizan el acceso de las mujeres a la ciencia, así como la discriminación jerárquica que
impide la promoción de mujeres a puestos de liderazgo y la discriminación territorial que las
relega a determinadas disciplinas científicas o a determinadas tareas como pueden ser la
clasificación y catalogación en historia natural o la computación de datos astronómicos.
En la actualidad, a pesar de que la discriminación por razón de sexo está explícitamente
prohibida, es necesario estudiar cuáles son los mecanismos implícitos a través de los cuales
se sigue dando la discriminación. Las metáforas han sido un buen recurso para explicar el
funcionamiento de las barreras invisibles, así el famoso techo
de
cristal explicaba la ausencia
de mujeres en puestos de responsabilidad. No obstante, el cambio a una normativa favorable
ha potenciado la paridad, haciendo que aumente la presencia de mujeres en los puestos de
toma de decisión. Por esta razón, la analogía de la
tubería
que
gotea
muestra de forma más
adecuada como actualmente se produce la pérdida de mujeres a lo largo de la carrera
1
científica de forma sutil . Este cambio en el uso de metáforas refleja un cambio en la forma
en que se da la discriminación y nos muestra también la relevancia de los cambios legislativos
e institucionales para la consecución de la igualdad. Sin embargo, el cambio de normativa no
es suficiente, los cambios sociales y culturales, especialmente aquellos referentes a los roles
de uno y otro sexo tanto a nivel familiar como profesional deben ir cambiando para alcanzar
una sociedad más igualitaria.
La historia, la sociología y la pedagogía muestran como los roles y estereotipos
asignados a la mujer han afectado a su relación con la ciencia, pero estos estereotipos
también han afectado a la ciencia misma. Analizar de qué forma repercuten los valores
androcéntricos en la actividad científica es tarea de la epistemología feminista. Ésta ha
puesto en evidencia que la imagen tradicional de neutralidad y objetividad de la ciencia es
una quimera. La presencia de valores en la actividad científica es un hecho incontestable,
ahora bien, qué rol se les otorga a estos valores y la repercusión de los mismos en los
resultados de la práctica científica es algo que aún genera numerosos debates.
1
Actualmente hay una nueva analogía denominada “la caja mágica de desaparición”
(vanish
box) que explica de forma más adecuada la situación actual de las mujeres, ya que
estas desaparecen del ámbito académico para reaparecer en el ámbito de Transferencia de
las Tecnologías. Se puede encontrar una mayor explicación en el artículo PERDOMO,
Inmaculada y PUY, Ana, ‹‹Igualdad de género, democracia y búsqueda del bien común
como retos de la ciencia››, en PERDOMO REYES, Inmaculada y PUY RODRÍGUEZ, Ana
(eds.), Género,
Conocimiento
e
Investigación, Madrid, Plaza y Valdés, 2012, pp. 169-‐185.
675
|
Los dos enfoques más generales son: el enfoque que reduce la ciencia a un producto
ideológico y aboga por su sustitución y aquel que aún aceptando la presencia de los valores
en la ciencia, no la rechaza en su totalidad, y propone la revisión y redefinición de algunos de
sus conceptos fundamentales. A su vez, dentro de estos dos enfoques encontramos diversas
posturas, como son el empirismo feminista, las teóricas del punto de vista feminista, y el
2
postmodernismo feminista . Las teóricas del punto de vista feministas y las posmodernas
abogan por una ciencia feminista que sustituya la ciencia actual, mientras que el empirismo
feminista opta por hacer ciencia como feministas y asume el compromiso sociopolítico
poniendo el acento en el carácter contextual del conocimiento, la explicitación de valores y la
crítica efectiva. Desde esta posición, se mantienen los conceptos de racionalidad y
objetividad científica, que aunque redefinidos desde una perspectiva contextual aleja a esta
propuesta de posiciones relativistas. Esta defensa de conceptos claves de la ciencia hace que
el empirismo feminista sea considerada por las otras teorías de corte más constructivista
como una posición débil. No obstante, es una teoría que ofrece un modelo normativo
comprometido con el feminismo y que aporta elementos novedosos a la Filosofía de la
Ciencia contemporánea.
Las diferencias dentro del debate epistemológico, aún siendo sutiles en muchos casos
son significativas, pero más allá de éstas, las distintas posturas coinciden en que el
conocimiento tiene posibilidades transformadoras y asumen que la epistemología debe
asumir un compromiso sociopolítico que ayude a generar modelos de conocimiento que
apuesten por la igualdad, la pluralidad, aplicabilidad a las necesidades humanas, etc.
Los estudios de Ciencia y Género están impregnados de un sentido crítico que nos
permite cuestionar y revisar los principios y valores dominantes, lo que supone el primer paso
para la búsqueda de una sociedad más igualitaria y justa, lo cuál es, en última instancia, la
meta de la teoría feminista. Así, a partir de estos estudios críticos que han puesto en
evidencia el funcionamiento de la estructura y procedimientos de la producción del
conocimiento científico, se ha dado un giro y se han empezado a desarrollar teorías
propositivas que concretan métodos y criterios que permiten el desarrollo de una ciencia
caracterizada por los principios feministas.
INNOVACCIÓN
CON
PERSPECTIVA
DE
GÉNERO.
2
Esta es la clasificación propuesta por Sandra Harding en HARDING, Sandra, Ciencia
y
feminismo, Madrid, Ed. Morata, 1996. Se puede ver otra clasificación más actualizada y
clarificadora en ADÁN, Carme, Feminismo
y
conocimiento.
De
la
experiencia
de
las
mujeres
al
cíborg, A Coruña, Spiralia Ensayo, 2006. Al no ser el debate entre las distintas posturas
epistemológicas una cuestión central en esta comunicación he optado por utilizar la
clasificación de Sandra Harding al ser la más extendida.
676
|
LA
PROPUESTA
DE
LONDA
SCHIEBINGER.
“La exclusión de mujeres y miembros de ciertas minorías raciales de la educación y la
3
profesión científica constituye no sólo una injusticia social sino también un fallo cognitivo” .
Esta afirmación ha constituido uno de los principios de toda epistemología feminista, no
obstante, se ha establecido como una afirmación crítica-‐teórica que no llegaba a afectar a la
práctica científica. Desde hace unos años informes de expertos de instituciones como la
Comisión Europea afirman que “cuando las universidades y las organizaciones científicas
consideran el género en su gestión, esto tiene un impacto positivo en sus políticas y en sus
prácticas de reclutamiento, promoción y retención de mujeres y de hombres, y que eso, a su
4
vez, supone un beneficio para la calidad de la investigación” . Se comienza a identificar
igualdad con términos como calidad y excelencia, de este modo, se ha empezado a realizar
un trabajo de políticas activas que promueven la inclusión de la perspectiva de género en los
diferentes ámbitos y niveles de la ciencia.
Uno de los proyectos que apuestan por la reestructuración de la investigación y la ciencia
5
desde la perspectiva de género es el dirigido por Londa Schiebinger, Gendered
Innovations .
Este proyecto se basa en el principio de que el análisis de género constituye una herramienta
fundamental para la creación de un nuevo conocimiento científico-‐técnico. Partiendo de este
punto pretende desarrollar métodos prácticos de análisis de género para la ciencia y la
tecnología, a la vez que ofrece estudios de casos donde se muestra como este tipo de
métodos y análisis desarrollan conocimientos innovadores.
El género debe estar presente en todos los ciclos de investigación. Ya vimos en el
apartado anterior como los valores androcéntricos impregnan el ámbito de la ciencia en las
distintas áreas y en todos los niveles de la ciencia. Por este motivo, la transversalidad es un
principio necesario para garantizar la integración de la igualdad en todos los niveles y áreas
de producción del conocimiento científico. La perspectiva de género debe ser aplicada a la
política científica, así como a los programas, prácticas, y contenidos de la ciencia. L.
Schiebinger atiende a los distintos aspectos, pero nos centraremos en las propuestas
metodológicas que llevan a la mejora del conocimiento, propuestas que afectan a las
prácticas científicas y que tienen una clara repercusión en los resultados, es decir, en los
contenidos de la ciencia y la tecnología.
3
LONGINO, Helen, The
Fate
of
Knowledge, Princeton, Princeton University Press, 2001, p.
132. Traducción propia.
4
Ministerio de Ciencia e Innovación (2011), ‹‹Cambio estructural de las instituciones
científicas: impulsar la excelencia, la igualdad de género y la eficiencia en la investigación y
la innovación››,
‹http://www.idi.mineco.gob.es/portal/site/MICINN/menuitem.7eeac5cd345b4f34f09dfd100
1432ea0/?vgnextoid=e218c5aa16493210VgnVCM1000001d04140aRCRD›, 2013.
5
Ver http://genderedinnovations.stanford.edu/what-‐is-‐gendered-‐innovations.html
677
|
Los métodos de género y sexo son una herramienta de trabajo que promueve la
creatividad y la excelencia, y que permite el desarrollo de nuevos conocimientos que atienda
a las necesidades de toda la población. Veamos primero el listado de métodos propuesto
6
para explicar brevemente cómo pueden influir en la investigación científico-‐tecnológica :
Métodos de análisis de género y sexo:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
La formulación de preguntas de investigación y elaboración del diseño.
El análisis de prioridades en la investigación de resultados sociales.
El análisis de sexo.
El análisis de género.
El análisis de covariables (edad, estatus socioeconómico, región, etc.)
El muestreo.
El análisis de modelos de referencia.
El análisis de de conocimiento creado a través
de las divisiones sociales del trabajo físico y cognitivo.
La investigación participativa.
El replanteamiento del lenguaje y la representación visual.
El replanteamiento de estereotipos.
El análisis de disciplinas académicas.
La redefinición de conceptos clave.
El replanteamiento de la teoría.
El replanteamiento de los procesos de toma de decisiones.
L. Schiebienger y M. Schraudner muestran a partir del estudio de casos en ciencia,
medicina e ingeniería como estos métodos generan conocimientos y tecnologías
innovadoras. Así, partiendo del caso del diseño de un maniquí embarazada para pruebas de
choque, se crítica como los modelos de referencia son principalmente hombres, dejando
fuera del proceso de creación de la tecnología a una parte importante de la población que
sufrirá graves repercusiones por no haber atendido a las particularidades de sexo en el
proceso de investigación. Esto afecta también a los estudios de medicamentos o
enfermedades como la osteoporosis, anorexia o enfermedades cardiovasculares, donde se
6
Este cuadro se encuentra en SCHIEBINGER, Londa, and SCHRAUDNER, Martina,
‹‹Innovaciones de Género en ciencia, medicina e ingeniería: enfoques interdisciplinares para
su consecución››, en PERDOMO REYES, Inmaculada y PUY RODRÍGUEZ, Ana (eds.),
Género,
Conocimiento
e
Investigación, Madrid, Plaza y Valdés, 2012, pp. 19-‐40.
678
|
atiende en exclusiva como afecta a uno u otro sexo, teniendo esto graves repercusiones para
mujeres y hombres que padecen enfermedades mayoritariamente masculinas o femeninas.
El método de muestreo, junto con el análisis de sexo y el estudio de covariables aplicados
desde el comienzo de la investigación proporciona un conocimiento innovador y de calidad
que repercute en mejoras para un sector más amplio de la población.
La investigación participativa es otro de los métodos que permite plantear preguntas y
respuestas que quizás no hayan sido tenidas en cuenta por los expertos. La participación de
personas interesadas o afectadas en un determinado proyecto enriquece el conocimiento y
desarrolla propuestas que responden de forma más adecuada a las necesidades planteadas.
Los estudios de casos nos muestran como estos métodos deben ser aplicados durante el
proceso de producción de conocimiento, es decir, en las prácticas científicas, pero muchos
como la formulación de preguntas, el análisis de prioridades, el replanteamiento de
estereotipos y el replanteamiento en los procesos de toma de decisión también deben ser
aplicados en la política científica. La transversalidad en las innovaciones con perspectiva de
género es primordial para alcanzar una ciencia más democrática y sostenible que atienda a
las necesidades básicas de todo ser humano.
LA
INNOVACIÓN
CON
PERSPECTIVA
DE
GÉNERO
DESDE
EL
EMPIRISMO
CRÍTICO
CONTEXTUAL.
La innovación con perspectiva de género es una propuesta práctica que ayuda a
profundizar y reflexionar sobre los nuevos modelos de ciencia que se presentan desde la
epistemología feminista.
El empirismo crítico contextual defendido por H. Longino se presenta como una
epistemología naturalizada que ahonda en el carácter social del conocimiento, sin denostar
la objetividad y racionalidad del mismo. Esto ha supuesto que esta propuesta haya recibido
numerosas críticas desde la teoría del punto de vista feminista o los feminismos
posmodernos. Pero a su vez, ha contribuido a redefinir las tareas de la Filosofía de la Ciencia
contemporánea, que comienzan a dejar a un lado el análisis de las teorías para preguntarse
por el carácter de las prácticas científicas y por sus metas. Así mismo, el empirismo crítico
contextual es una propuesta positiva que ofrece un marco normativo para la transformación
del modelo de conocimiento científico, que formaría parte en última instancia de un proyecto
de transformación política.
Hay dos aspectos centrales en los que el empirismo crítico contextual conecta con las
innovaciones con perspectiva de género: la crítica efectiva y las virtudes cognitivas
feministas.
La crítica efectiva es uno de los principios que H. Longino establece como condición para
una nueva aceptabilidad epistémica. Esta se da en el seno de una comunidad, y además del
principio de adecuación empírica debe caracterizarse por foros públicos para el análisis de
679
|
evidencias, métodos y supuestos de fondo, canales de salida que den respuesta a las críticas
7
planteadas, estándares públicos y el criterio de igualdad atemperada . Estos principios
plantean la necesidad de desarrollar unas prácticas científicas más horizontales, abiertas a la
pluralidad y a la divergencia, y por lo tanto, coinciden en la finalidad de las innovaciones de
perspectiva de género, ya que ambas fomentan el desarrollo de un conocimiento de calidad
caracterizado por principios como la igualdad y la pluralidad.
Podemos observar como el criterio de la necesidad de foros públicos para la crítica de
evidencias, razonamientos y supuestos de fondo, estimularía la evaluación y reevaluación de
hipótesis y permitiría la revisión de los valores subyacentes y sus consecuencias, lo cuál abre
un espacio para métodos como el análisis de modelos de referencia o el replanteamiento de
estereotipos. Por otro lado, los canales de salida pueden ofrecer análisis de género y sexo que
no hayan sido tenidos en cuenta desde la investigación principal; y el criterio de igualdad
atemperada cuyo objetivo es tratar a los miembros de una comunidad como igualmente
capaces de proporcionar razonamientos persuasivos y decisivos, coincide en última instancia
con el principio de la investigación participativa que quiere dar voz a otros discursos que
pueden no estar legitimados por el conocimiento científico. En definitiva, podemos afirmar
que la crítica efectiva abre un espacio para el desarrollo y la aplicación de métodos de análisis
de género y sexo como los propuestos por L.Shiebinger y M. Schraudner.
Además, Longino propone sustituir los valores clásicos y constitutivos de la ciencia
(adecuación empírica, consistencia lógica, simplicidad, universalidad y fecundidad) por lo que
denomina virtudes feministas. Las virtudes feministas son valores alternativos que tienen
una dimensión cognitiva y también social, rompiendo así la distinción entre valores
constitutivos y valores contextuales. La adecuación empírica es el único criterio común, es un
criterio imprescindible dentro del enfoque empirista pero a su vez se considera una virtud
feminista ya que no sólo guía la práctica científica sino que sirve para desvelar sesgos de
género y de otro tipo. Se añaden heterogeneidad ontológica, novedad, interacción mutua,
aplicabilidad a las necesidades humanas y difusión o descentralización del poder.
La novedad apuesta por una visión de la ciencia como un saber transformador, de alguna
forma se vuelve al origen de la ciencia, ya que la novedad es más relevante que la coherencia
o concordancia con las teorías vigentes, y mantiene el principio feminista de la sospecha y la
crítica a los marcos conceptuales vigentes. Además, el análisis de las innovaciones con
perspectiva de género nos ha mostrado como una mirada diferente y nuevos métodos nos
proporcionan conocimientos innovadores.
La heterogeneidad o diversidad ontológica se basa en dos principios fundamentales del
feminismo, a saber, el respeto a las particularidades e individualidades y la revalorización de
la diferencia como recurso para la investigación. Se opone así a la simplicidad que tiende a
dar prioridad a las teorías con uniformidad ontológica. H. Longino entiende que las teorías
7
La autora desarrolla esta propuesta en su obra en LONGINO, Helen, The
Fate
of
Knowledge, Princeton, Princeton University Press., 2002.
680
|
científicas que justifican la inferioridad de las mujeres, razas, u otros, suelen basarse en el
principio de uniformidad, por lo tanto la heterogeneidad es una virtud cognitiva que permite
estudiar las diferencias sin connotaciones negativas, ofreciendo así un conocimiento más
complejo y completo. Esta virtud se complementa con la interacción mutua, la cual hace
referencia a una forma de trabajo más dinámica y plural donde se ponen de relevancia los
distintos factores que se ponen en juego en la práctica científica. Si bien la heterogeneidad
ontológica es un supuesto aplicable a los contenidos, mientras que la interacción mutua se
aplica al proceso de producción del conocimiento.
La aplicabilidad a las necesidades humanas y la difusión de poder son criterios
pragmáticos que hacen referencia al contexto de aplicación de la ciencia. La difusión de
poder vuelve a poner el acento en la relevancia del pluralismo para el desarrollo del
conocimiento, por lo que recomienda apostar por programas de investigación que no
requieran grandes recursos y así evitar que se reduzcan las líneas de investigación a unas
pocas. Se introduce aquí la cuestión de la democratización científica y por tanto la
descentralización del poder, apostando por un conocimiento científico y tecnológico que
pueda desarrollarse en ámbitos locales y accesibles. Por otra parte, la aplicabilidad a las
necesidades humanas muestra la preocupación por el para qué la ciencia, el objetivo de la
ciencia no es únicamente la búsqueda de la verdad, ni la resolución de problemas, sino la
8
búsqueda de verdades significantes , de un conocimiento que nos lleve en última instancia al
bien común, a la satisfacción de las necesidades básicas. Este criterio coincide con el objetivo
feminista de que la ciencia debe ir encaminada a la mejora de las condiciones de vida
humana, especialmente de aquellos grupos tradicionalmente marginados.
Las virtudes cognitivas feministas son virtudes teóricas que introducen en el ámbito
científico, la pluralidad, la localización, la democratización, la aplicabilidad a necesidades
humanas, etc. Así, tanto las virtudes cognitivas feministas como la crítica efectiva y los
métodos propuestos desde la innovación con perspectiva de género, contribuyen a
establecer una práctica científica que promueva la igualdad y la justicia social.
CONCLUSIONES:
GÉNERO
Y
DEMOCRACIA.
CAMINANDO
HACIA
UNA
NUEVA
CIENCIA.
La aceptación del carácter social del conocimiento y la ruptura con la tradicional imagen
de neutralidad y objetividad de la ciencia, nos ha obligado a reflexionar sobre el para qué la
ciencia, cuáles son sus metas, a dónde nos lleva la racionalidad científico-‐técnica, la
búsqueda de la verdad para qué, etc. En la actualidad estas preguntas son ya ineludibles, por
8
Este es un término propuesto por Philip Kitcher el cual establece un modelo de Ciencia
Bien Ordenada que desarrolla los principios de una ciencia democrática. Para profundizar
en esta propuesta ver KITCHER, Philip, Science,
Truth
and
Democracy,
New York,
Oxford
University Press, 2001 y KITCHER, Philip, Science
in
a
Democratic
Society, New York,
Prometheus Books. 2011.
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eso la cuestión sobre Ciencia y Democracia esta empezando a ocupar un lugar relevante en la
Filosofía de la Ciencia contemporánea.
Los estudios de Ciencia y Género tienen un papel relevante en el análisis sobre la
democratización de la ciencia. Desde la perspectiva crítica se ha puesto en evidencia las
desigualdades e injusticias sociales y teóricas que produce un discurso hegemónico cargado
de valores y estereotipos androcéntricos. Y por otra parte, propuestas como la de H. Longino
y L. Schiebinger ofrecen recursos, métodos y valores que permiten la transformación de la
práctica científica, promoviendo un modelo de ciencia propio de una sociedad democrática.
Igualdad, pluralidad, diversidad, localidad, participación, difusión de poder, aplicabilidad
a necesidades humanas, etc., son los valores propuestos desde la teoría feminista para el
desarrollo de un nuevo modelo de ciencia, valores que promueven una ciencia sostenible y
democrática. No debemos olvidar la transversalidad, así al igual que el género, la democracia
debe estar presente en “tres ámbitos de interés: análisis y reflexión desde la perspectiva de
género de los contenidos
de
las
teorías; análisis de la organización, estructura y valores que
guían la práctica
de
la
ciencia; y análisis de los procesos de decisión implicados en el diseño de
9
las metas
y
las
direcciones
de
la
ciencia” . La democratización de las metas atañe
fundamentalmente a la política científica pero esta no puede llevarse a cabo sin la
democratización de las prácticas y los contenidos, y aquí juega un papel fundamental la
epistemología feminista.
La epistemología feminista asume un compromiso sociopolítico específico, y del mismo
modo cualquier ciencia que aspire a ser un modelo de conocimiento democrático, debe
asumir y especificar su compromiso social. Las cuestiones sobre género y democracia son
relevantes a nivel social y epistémico, así al igual que aspiramos a una justicia social,
10
debemos trabajar también por una justicia epistémica que promueva un conocimiento que
responda a las necesidades humanas y a los principios de una sociedad democrática.
9
PERDOMO, Inmaculada y PUY, Ana, ‹‹Igualdad de género, democracia y búsqueda del
bien común como retos de la ciencia››, en PERDOMO REYES, Inmaculada y PUY
RODRÍGUEZ, Ana (eds.), Género,
Conocimiento
e
Investigación, Madrid, Plaza y Valdés,
2012, p. 182.
10
Este término fue acuñado por Miriam Solomon en SOLOMON, Miriam, Social
Empiricism,
Massachussets, A Bradford Book, 2001.
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